[La Colisión de los Mundos] Señales (Dick Grayson, Barbara Gordon, Artemis Crock, Wally West)

Me desperté de aquel sueño terrible y en cuanto intenté incorporarme del susto, me retorcí de dolor, llevando mis manos al estómago. Mi pecho estaba cubierto de vendas y mis brazos y piernas llenas de moratones. Había pasado una mala noche, por no decir la peor de las noches.

Todavía se escuchaban las sirenas de los policías, de un lado a otro, alterados. Blüdhaven seguía sumida en el caos, pero ya no había nada que hacer para Nightwing. Había fracasado.

Blockbuster estaba muerto, se había matado con su propia arma. El crimen de Blüdhaven disminuiría sin él, pero Deathstroke también estaba detrás de todo. El mercenario consiguió escapar de mi y no pude evitar sus planes.

Lo del centro comercial había sido para despistar, una vez evacuados todos los ciudadanos, no había tan solo una bomba en la ciudad. Sino cinco, cinco bombas más que explotaron. Los rascacielos se hundían y cientos de personas habían perecido en los atentados.

Deathstroke apretó el botón delante de mis narices y todo estalló. Luchamos a muerte, casi estuvo a punto de acabar conmigo si no fuera gracias a que le falló la katana. Con la muerte de Blockbuster y con Deathstroke en la cárcel, Blüdhaven podía descansar del crimen durante una buena temporada. Pero el precio había sido alto, muy alto.

Había fracasado como protector de la ciudad. Había permitido que todas esas personas murieran. Había sido todo culpa mía y Batman a estas alturas ya se habría enterado. Me dio permiso para quedarme aquí, y no he hecho más que fracasar.

ÉL lo hubiera hecho bien. Él lo hubiera conseguido, habría salvado a todas esas personas, y habría atrapado a Blockbuster y a Deathstroke antes de que todo esto ocurriera. Pero yo no era como Batman, nunca lo sería.

Dejé escapar una mueca de dolor mientras me incorporaba y me tomaba las pastillas. Caminé hasta la nevera y agarré un zumo de melocotón mientras apartaba las cortinas y dejaba salir el sol.

Miré por la ventana. La policía de Blüdhaven, ahora que ya no estaba corrupta, corría de un lado a otro intentando salvar a las personas que habían quedado atrapadas en los escombros, y deteniendo los incendios que llevaban toda la noche intentando destruir los edificios que todavía quedaban en pie.

Nightwing había fracasado, y no me sentía con suficientes fuerzas para hacer nada, además de que Deathstroke casi me había partido en dos.

Dejé escapar un suspiro y entonces sonó el telefono. Volví a llevarme el zumo a la boca, distraído, sin hacerle caso a la llamada. Dick Grayson no estaba para nadie. Pero entonces me di cuenta de que no era el teléfono fijo de casa el que sonaba, sino el móvil de Nightwing.

Tragué saliva, quizás era Batman. Quizás me caería otra bronca. Pero la llamada no era de la cueva, sino del Monte Justicia.
Descolgué el teléfono y me lo llevé a la oreja mientras decía:

-¿Si? -dije casi sin ánimos. La voz de Kaldur, que sonaba al otro lado me contestó con vacilación y prisa.

-¿Nightwing? Soy Aqualad, acabo de ver las noticias.- Bueno, al menos no era Batman. Kaldur tenía más tacto que él con estas cosas.

- Sí, lo se, yo... - dije agotado, intentando explicarme, pero rápidamente me cortó.

-No ha sido culpa tuya, Dick. Blüdhaven ya estaba corrupta hasta los cimientos, sabes que era incluso peor que Gotham. Era algo demasiado grande para una sola persona. -Las palabras de Aqualad, siempre tan sabias y tan reconfortantes... - No se cómo has podido con esto, pero no puedes desanimarte, tienes que seguir luchando. - Tenía una frase para todo, por eso odiaba hablar con él, acababa dándole la razón siempre.

-Gracias, por llamar Kal... - contesté con una media sonrisa.- ¿Cómo van las cosas por Happy Harbor?

-Bueno, acerca de eso... - Aqualad hizo una pequeña pausa - No solo te llamaba por lo de Blüdhaven. Está pasando algo gordo, Dick, algo que se me escapa de las manos.

-¿Qué ocurre? - pregunté preocupado.

-Tim ha descubierto una actividad extraña en el ordenador. Parecía un error, pero no creo que lo sea. Hemos detectado ondas Z repartidas por todo el mundo, y su emisión está aumentando cada vez más. Tienen previsto alcanzar su punto máximo a las 12 del mediodía...

-¿Ondas Z? ¿Crees que serán los extraterrestres otra vez? ¿Has encontrado su punto de origen?-

-No creo, pero tampoco consigo escanear nada, ya sabes que no se me dan tan bien los ordenadores como a ti- dejó escapar una pequeña risa.

-¿Has llamado a Barbara? Pregunté, pensando que ella quizás podría resolver el problema.

-Está en camino. He llamado a todos los de la liga, esto es muy serio, Dick-

Me quedé en silencio mientras escuchaba a Kaldur.-¿Qué quieres que haga?

-Necesito que vuelvas - confesó Aqualad. Las tripas se me revolvieron entonces, no quería volver, no quería mirarle a la cara a ninguno después de mi fracaso.

-Pero tu eres el líder, Aqualad, y Blüdhaven...

-Ya va siendo hora de que la ciudad resuelva sus problemas. Tus amigos te necesitan Dick, yo no puedo seguir ocupando tu puesto para siempre. Eres el único que puede ayudarme...-

Dejé escapar un leve suspiro y acepté mi responsabilidad. Quizás iba siendo hora de cambiar de aires pero... ¿tendría el valor suficiente para volver? No estaba preparado, no ahora después de todo lo que había pasado, no después de la muerte de Wally hace tan solo un año...

-Solo por esta vez - dije de forma contundente - me tendrás allí en hora y media-

-Gracias... - el atlante colgó y yo no perdí ni un segundo. Me vestí como pude, hice una pequeña maleta con las cosas que podría necesitar en esos días y rápidamente cogí la Wingcycle en dirección a Happy Harbor.




"Reconocido Nightwing B 01"

Nunca pensé que volvería aquí después de tanto tiempo. Estaban todos reunidos y Aqualad se giró nada más escuchó al teletransportador.

Miss Martian voló hacia mí y me dio un fuerte abrazo y Beastboy empezó a dar saltos a mi alrededor. Estaban junto a Superboy, que me sonrió y estrechamos las manos. Al parecer Megan y Conner habían vuelto a salir juntos y ni me había enterado. Lagoonboy que estaba también por allí no parecía muy contento con eso, pero ya tendría tiempo para superarlo.

Wondergirl y Zatanna corrieron a saludarme. Detrás de ellas estaban Bumblebee y Rocket, que también parecían muy contentas de verme.

Flecha Roja estaba apoyado en una columna junto a Tigress. Palidecí por un momento, pero me acerqué a chocar la mano con Roy y después charlar con Artemis.

-¿Cómo estas? - pregunté a la antigua arquera del equipo. ¿Cómo iba a estar? Igual de hecha polvo que yo o más. El dolor seguía reciente a pesar de que había pasado ya un año. Un año...

Por un momento, volvía a sentirme en casa, aunque sabía que esto no duraría para siempre. No podía volver a la liga, no todavía.

Red Robin, Blue Beetle y Kid Flash estaban junto a Kaldur, enfrascados en el ordenador.

-¿y el resto del equipo?- pregunté. Me alegré por un instante de que Barbara no hubiera llegado todavía. No sabía como hablarle después de un año sin dar señales de vida.

-No he podido contactar con ellos, están desaparecidos. - dijo finalmente Kaldur - -Nightwing, acércate, quiero enseñarte esto...-

Artemis atajó el primer pitido del despertador con un gesto brusco de su mano derecha. Acto seguido, rodó sobre sí misma, incorporándose en un mismo y fluido movimiento. Sus pies descalzos encontraron el frío suelo del dormitorio, afianzándose en él. Retirándose en enredado cabello rubio de la cara, Artemis se dirigió a la puerta de la habitación, ignorando deliberadamente el poster de Alicia en el País de las Maravillas colgado en la pared y dando la espalda a la siempre vacía cama de Jade.

Su madre había insistido en cambiar la distribución del dormitorio, pero Artemis lo prefería así. Entrar en aquel cuarto era como retroceder a sus quince años, antes de coserse el traje verde y tomar el arco por primera vez. La cama abandonada de su hermana mayor simbolizaba una ausencia conocida, incluso aceptada; un vacío familiar para poder tapar un vacío más reciente, más doloroso, y aún mayor. Paula había insistido también en cambiar el colchón de Artemis por uno más grande, pero tampoco en eso había logrado convencerla. Para ella, era preferible encontrarse con el borde de la cama al girar sobre sí misma, buscándole, que ser realmente consciente del hueco que había dejado. Era mejor estar a punto de caer al suelo de bruces, acostumbrada como estaba a la cama de Palo Alto, que seguir despertando en el pasado.

Su padre le había enseñado que las verdades de la vida se aprenden a golpes y, por mucho que Artemis hubiera renegado de Lawrence Crock, aquella era una lección difícil de olvidar.

- Buenos días, Artemis - dijo la voz de Paula, desde la puerta, mientras la joven apuraba su taza de café.

- Hola, mamá - respondió ella, sin volverse a mirarla - ¿Qué haces levantada tan temprano?

- No podía dormir - fue la respuesta de la mujer, mientras conducía su silla de ruedas al interior de la estrecha cocina.

Artemis se apartó ligeramente para dejarle paso. Ya se había vestido con el uniforme de Tigress, inspirado en el antiguo traje de la Cazadora que había llevado su madre tiempo atrás. Paula frunció ligeramente el ceño, como hacía siempre que lo veía; el negro y el naranja le traían demasiados recuerdos desagradables. También lo hacían para Artemis, pero nada peor que los que no eran desagradables en absoluto y que acudían a su mente cada vez que miraba su antiguo traje verde oscuro. Tras la desaparición de Wally ("desaparición", sí, porque una parte de ella aún se resistía a pensar en "muerte"; la única parte de ella, de hecho, a la que aún permitía pensar en Wally) el traje que había llevado como compañera de Flecha Verde había terminado en lo más profundo del altillo, junto con su arco y su carcaj y la última foto que se habían hecho juntos. Nunca había sentido la necesidad de buscarlos de nuevo. ¿Para qué? Si había podido acostumbrarse a ver a Bart corriendo arriba y abajo con el antiguo traje de Kid Flash, podría sobrevivir a todo lo demás. La clave era huir hacia delante: no pedir nunca pizza, no visitar nunca tiendas de recuerdos, no volver a pisar Palo Alto. Asociar aquel borrón amarillo al más joven de los Allen, no al más alocado de los West. Había pasado el tiempo suficiente como para que...

- ¿Estás bien?

Artemis terminó de beber, aún sin mirarla.

- Claro, mamá, ¿por qué?

Una breve pausa.

- Artemis, ya sabes a qué...

La joven dejó la taza sobre el mármol.

- Lo siento, mamá, tengo que irme. No volveré hasta la noche. Tengo una misión con el equipo.

Tigress pasó velozmente junto a su madre, pero ésta la aferró con fuerza del brazo.

- Artemis...

- Estoy bien, mamá. Me marcho.

Se miraron un instante, y Paula la soltó. La joven abandonó la cocina y, segundos después, su madre oyó el sonido de la puerta principal al cerrarse tras ella.

La mujer suspiró, dominada por la tristeza, y se dirigió hacia la sala de estar.




"Reconocida: Tigress B07"

Empezaba a acostumbrarse a no oír "Artemis" cada vez que se teletransportaba con los tubos zeta.

"Reconocido: Kid Flash B..."

"Cero, tres", completaba siempre su mente.

"...23", respondía siempre la máquina.

- ¿Viste cómo intentaban huir? Qué tontería, escapar de un velocista... ¡No tenían ninguna posibilidad!

Artemis sonrió levemente ante el entusiasmo de Bart.

- No, ninguna - dijo al muchacho, revolviéndole los cabellos. - Anda, ve a asaltar la cocina, lo estás deseando.

- ¡Vuelvo en un Flash! - exclamó el chico, desapareciendo en un instante.

¿Qué iban a hacerle? La frase de Barry era demasiado pegadiza. Incluso a Wally se le había escapado alguna vez.

- Artemis - saludó Aqualad - Aquí estás. ¿Cómo ha ido con el grupo de Enigma?

- Todo resuelto, Kaldur - respondió Tigress, fijándose en la expresión preocupada de su compañero - ¿Ha pasado algo?

- He hablado con Nightwing - fue la respuesta del atlante.

- ¿Cómo está? - inquirió rápidamente Artemis. Todos habían recibido las noticias de Blüdhaven; los sucesos habían estado en televisión desde la noche, pero no habían logrado comunicarse con su antiguo líder hasta aquel momento.

- Vivo - respondió Kaldur, con un suspiro.

"Destrozado", completó Artemis, sin ninguna necesidad de que se lo tradujera.

- Le he pedido que venga - dijo Aqualad - Igual que a los demás. Está en camino.

- ¿Las ondas zeta? - fue la pregunta de Tigress. Tono neutral, voz firme.

Kaldur asintió.

- He localizado a Conner, M'gann, La'gann y Gar. Cassie ha conseguido contactar con Jaime... Pero seguimos sin saber nada del equipo delta - el atlante parecía agotado.

Artemis le puso una mano en el hombro.

- Dick está en camino, ¿no? Descansa un poco, Kaldur. Entre todos sabremos qué hacer.

Aqualad asintió, algo tenso.

- Eso espero - dijo, antes de reconocer con tristeza - Porque esto empieza a superarme...




"Reconocido: Nightwing B 01"

La mayoría se volvieron hacia el teleportador al oír aquellas palabras. Para Artemis nunca terminarían de ser del todo familiares; se había retirado del equipo cuando Dick era todavía Robin, y Nightwing se había marchado después de aquel fatídico veinte de junio, justo cuando Tigress había decidido reincorporarse indefinidamente a su antiguo grupo. Artemis no podía culparle. Dick y ella eran muy distintos; era lógico que también lo fuera su forma de encajar el dolor. Lo había echado de menos; siempre habían sido muy cercanos, pero se habían visto muy poco desde que...

Artemis interrumpió su conversación con Roy y vio como Dick saludaba a los demás antes de acercarse al lugar donde estaban los dos antiguos ayudantes de Flecha Verde. Primero le estrechó la mano a Roy, y después se dirigió a ella.

- ¿Cómo estás? - preguntó, casi con miedo.

- ¿Cómo estás tú? - fue la respuesta de Artemis - He oído lo de Blüdhaven - añadió, dando un paso hacia su compañero para abrazarlo. - Lo siento.

Dick parecía agotado, y no sólo físicamente. Por un instante, Tigress detestó la idea de hacerlo participar en otra misión; Nightwing necesitaba tiempo para descansar y recuperarse de sus heridas. Pero, un momento después, se dio cuenta de que ella misma hubiera preferido la segunda opción. Mantener la cabeza ocupada, poder concentrarse en una misión, olvidar lo sucedido el día anterior, la semana anterior... el año anterior.

- ¿Y el resto del equipo? - preguntó Dick, acercándose al lugar donde estaban los monitores.

- No he podido contactar con ellos, están desaparecidos - respondió Kaldur'ahm - Nightwing, acércate, quiero enseñarte esto...

Dick obedeció mientras los monitores empezaban a mostrar varias imágenes de satélite de la Tierra. Artemis se colocó un par de pasos detrás de él, observando también las pantallas.

- Éstas son las lecturas de ondas zeta - señaló Kaldur, al tiempo que la imagen se llenaba de áreas en rojo - Nunca habíamos captado nada parecido... Parece haber varios focos, pero los instrumentos de medición nos están dando problemas para localizarlos... No sé si enviar algún equipo a las zonas más...

Aqualad se interrumpió cuando la tierra empezó a temblar bajo sus pies. Artemis se llevó la mano a la ballesta que pendía de su cintura mientras los demás miraban alrededor, horrorizados.

- ¿Qué está pasando?

- Es un terremoto, Aqualad.

- ¿En Happy Harbor?

- No, creo que... creo que es a nivel mundial...

- ¿Qué?

El caos duró varios minutos mientras el mapa empezaba a llenarse de señales de alarma y llamadas entrantes. Al parecer, el mundo exterior se estaba convirtiendo en un caos, pero nadie sabía lo que estaba sucediendo.

- ¡Tempest a Cueva! - llegó la voz de Garth - ¡Tenemos un tsunami en camino hacia la Costa Este! ¡Necesitamos ayuda!

- Aquí Tornado Rojo - llegó otra llamada de ayuda - Hay  un incendio de grandes dimensiones en las afueras de Star City...

- ¡Tengo a Batman en línea! - exclamó Robin.

- Equipo - una pequeña ventana apareció en el extremo superior de la pantalla, mostrando al Caballero Oscuro entre interferencias - Se ha detectado una fuga masiva en la Prisión de Belle Reve, necesitamos refuerzos.

El diluvio de problemas era abrumador. Pronto saltó a la vista que tendrían que dividirse si querían responder a todas las alertas. El mundo estaba sumido en el desastre, y necesitaban a los Young Titans.

Y, en aquel momento, el equipo al completo se volvió hacia Nightwing, esperando que los dirigiera, como había hecho tiempo atrás.

Agradecí en silencio el gesto de Artemis, era dulce y reconfortante. Había echado de menos al equipo pero también me había sentido aliviado de no tenerles cerca, era difícil actuar, decidir, ser el líder, tener la vida de mis amigos en las manos, y si algo iba mal, la culpa iba a ser siempre de Nightwing. Era irónico, al principio siempre soñaba con ser el líder, ser como Batman, ahora solo quería evitar mis responsabilidades.

Necesitaba descansar, alejarme de Gotham y de todos mis seres queridos. Pero la catástrofe de Blüdhaven no había ayudado en absoluto a mi estabilidad emocional. ¿Iba a ser capaz de mantener la cabeza fría? ¿De alejar esos sentimientos y ese sufrimiento de mi corazón? Lo había hecho muchas veces, pero no siempre lo conseguía.

-Estaré bien - dije con una sonrisa algo forzada a la ex-arquera y entonces me acerqué al ordenador.

Quedé pasmado con las señales que mostraban el aparato. Aquello parecía una completa locura, no debería estar pasando algo así, no le encontraba ninguna lógica a todas aquellas ondas repartidas por todo el mundo. ¿Qué estaba sucediendo? o más bien... ¿Qué estaba a punto de suceder?

El repentino terremoto hizo temblar toda la base y tuve que agarrarme fuertemente al ordenador para no caerme. Miré a mi alrededor y comprobé que todos estaban bien.

-¿Qué ha sido eso?- pregunté y justo escuché a Tim, que había logrado encender su ordenador holográfico y empezaba a analizar la escala del terremoto.

-¿A nivel mundial? - me erguí con rapidez y no tardé en empezar a teclear el ordenador central, buscando respuestas a las miles de preguntas que empezaban a invadirme.

Entonces, saltaron las pantallas con los avisos del resto de la liga. Tres ventanas grandes holográficas se colocaron por encima del ordenador, apareciendo casi a la vez. Garth, Tornado Rojo y Batman tenían malas noticias, pero estaba seguro de que no iban a ser las las últimas.

Escuché entonces el grito ahogado de Tim. -¡Las señales aumentan!-

Miré de nuevo el ordenador, casi toda la pantalla se había puesto en rojo. Zatana puso las noticias, al parecer también había una fuga masiva en el Asilo de Arkham. En todos los canales hablaban de una desgracia diferente, el mundo estaba volviéndose loco a nuestro alrededor y había que empezar a actuar.

Por un instante me quedé en blanco y entonces sentí la mano de Kaldur en mi hombro. Le miré, y entonces me di cuenta de que el resto del equipo también tenían sus ojos puestos en mí. Aqualad asintió y yo devolví la mirada a la pantalla.

Estaban esperando mis órdenes.

-Aqualad, Marciana, Lagoonboy - dije irguiéndome de nuevo y recuperando la compostura. - vosotros tres seréis el equipo gamma, iréis con Garth y os encargaréis del Tsunami.

Me giré entonces y miré a Kid Flash, Zatana, Bumblebee y Blue Beetle -Vosotros seréis el grupo Beta, iréis a ayudar a Tornado Rojo -

-Artemis, Superboy y Robin, vosotros seréis el grupo Alpha, iréis a Belle Reve a ayudar a Batman - concluí - -Yo me uniré con vosotros cuando termine con esto. Podéis marcharos todos, y quiero que me informéis en todo momento de lo que está pasando. Esto no parece terminar aquí.-

-Nexus ha respondido a mi llamada - me explicó de repente Tim.

-Bien, dile que venga inmediatamente a la base. Al resto del equipo les quiero patrullando- miré entonces a Flecha Roja, Beastboy, Rocket y Wondergirl. -Estas no serán las únicas alertas que tengamos, quiero que estén al tanto de lo que sucede aquí y en el resto de Nueva York.-

Miré de nuevo a todo el equipo, mi equipo, y para mi sorpresa estaban sonriéndome.

Volví a estar en casa.

-Estaré bien - había respondido Dick, y Artemis asintió, aceptando su respuesta y evitando indagar sobre lo que ambos debían de estarse preguntando. Cuándo.

Lo que Nightwing no había olvidado era cómo se dirigía un equipo. El terremoto los desconcertó a todos, provocando un rango de respuestas que iba de la sorpresa al pánico. Las alertas procedentes de todas partes no mejoraron la situación, pero Dick pronto se recompuso, empezando a dar órdenes a diestro y siniestro con una seguridad que, probablemente, no sentía. Pero los demás sí, se dijo Artemis, Dick solía provocar eso en la gente. Debía de ser algo que había heredado de Batman, y la antigua arquera lo admiraba y respetaba por ello. Ella nunca hubiera sido una buena líder. De modo que esperó a oír su nombre para saber qué tenía que hacer.

-Aqualad, Marciana, Lagoonboy - exclamó Nightwing - vosotros tres seréis el equipo gamma, iréis con Garth y os encargaréis del tsunami.

Apropiado. La elección de efectivos no podía haber sido mejor. De hecho, Artemis no podía menos que alegrarse de no haber sido asignada a gamma; odiaba las misiones de agua desde sus inicios como justiciera. Era lo que tenía estar a punto de ahogarse dos veces seguidas.

- Vosotros seréis el grupo Beta, iréis a ayudar a Tornado Rojo - prosiguió Dick, dirigiéndose a Kid Flash, Zatanna, Bumblebee y Blue Beetle.

Artemis miró a Bart con preocupación. El chico seguía masticando una barrita de cereales que había conseguido en la cocina, pero asintió enseguida al escuchar las órdenes. Tigress había cogido mucho cariño al joven Allen, y él acudía a ella en muchas ocasiones, preocupado por no estar a la altura del traje rojo y amarillo. A Artemis le hubiera gustado estar en su grupo; luchaban bien juntos, aunque ninguno de ellos decía nunca en voz alta cuál era la razón. Sin embargo, Nightwing tenía otros planes para la rubia.  

-Artemis, Superboy y Robin, vosotros seréis el grupo Alpha, iréis a Belle Reve a ayudar a Batman - dijo - -Yo me uniré con vosotros cuando termine con esto. Podéis marcharos todos, y quiero que me informéis en todo momento de lo que está pasando. Esto no parece terminar aquí.

-Nexus ha respondido a mi llamada - intervino Robin, refiriéndose a Brian Bird, el joven protegido de Dick.

-Bien, dile que venga inmediatamente a la base. Al resto del equipo les quiero patrullando. Estas no serán las únicas alertas que tengamos.

Mientras Nightwing daba las últimas órdenes, Artemis comprobó sus armas. Dick se le acercó unos segundos después para indicarle que ella estaba al mando de Alpha. Tigress le recordó que no era una buena líder, pero el moreno le dejó claro que confiaba en ella. Otro de sus rasgos admirables: conseguir que los demás creyeran en ellos mismos, por el simple hecho de que él también lo hacía.

Pronto el ordenador anunció la llegada de Brian a la Cueva. El chico venía directamente de Happy Harbor, y Artemis se preguntó por su madre adoptiva, Joanna. Algunos sucesos recientes habían acercado a la ex-arquera y la alcaldesa de Happy Harbor, y la rubia esperaba que el terremoto y todo lo demás no hubiera puesto en peligro a la política.

En cuanto a Brian, era uno de los más jóvenes del equipo, lo que provocaba que los veteranos tuvieran aquella tendencia innata de protegerlos. Artemis no era una excepción. Aunque no era tan cariñosa con él como Babs o el propio Dick, Tigress sentía mucho aprecio por el chico. Se preguntaba a qué grupo lo asignaría Nightwing.

- Nexus, me alegro de verte - dijo Dick, mientras Tigress comprobaba que su ballesta estuviera lista para la acción que se avecinaba - Necesitamos tu ayuda. Irás con Tigress, Superboy y Robin a Belle Reve. Hay una fuga masiva de supercriminales y Batman necesita toda la ayuda que pueda reunir.

Artemis alzó la cabeza para mirar al chico y le sonrió levemente, ocultando su preocupación. ¿A Belle Reve? ¿No era demasiado peligroso? La propia Tigress no las tenía todas consigo, a pesar de formar parte del equipo original. Aquel sitio estaba lleno de supervillanos... Conner era una elección lógica: era Superboy. Robin, era una de las personas en las que más confiaba Batman, quien se estaba encargando de la fuga (aunque era probable que Dick tampoco quisiera exponerlo, era su hermanito, al fin y al cabo). Brian tenía que haber sido escogido por una razón similar, al margen de la ventaja logística que suponían sus habilidades. Artemis intercambió una mirada con Nightwing. Poner a su cargo a los dos chicos a quienes él siempre protegía decía mucho de la confianza que Dick tenía en ella, si el hecho de dirigir Alpha no era ya prueba suficiente. Tigress se juró que no le fallaría.

- Estamos listos, Nightwing - dijo en voz alta, tras evaluar a su grupo.

Batman iba a contar pronto con sus refuerzos.




Nota: La historia de la misión de Artemis continúa en "Salida de Emergencia" -> https://omega.forosactivos.net/t153-evento-salida-de-emergencia-brian-bird-artemis-crock

Y entonces, una nueva llamada iluminó el ordenador. Era una señal sólo de radio, pero era imposible no reconocer la clave de Raven en el encriptado de la señal. Era quizás el miembro de los Titanes que más solía ir por libre, pero también era la primera que acudía en cuanto había una crisis o se la necesitaba... Y esta vez no era distinto.

En cuanto se abrió la conexión, la característica voz de la hija de Trigon emergió de los altavoces

Raven a cueva, tengo una situación en... una jungla. se oyó el rugido de una criatura, sonidos desagradables de algo semi líquido explotando y sonidos de lucha al otro lado del comunicador Estoy luchando contra Plasmus junto a dos héroes no identificados. Uno viste como si llevase una bandera americana o de Puerto Rico en el pecho, y la otra tiene alas y parece saber usar una lanza. Necesito que me digáis dónde estoy exactamente, hace escasos minutos estaba en el Tíbet meditando

De nuevo, ruido de lucha al otro lado del comunicador... y después una explosión y estática

¡Uuuf! ¡Y ahora es tóxico!

En cuanto Brian entró en la cueva, dí nuevas órdenes. Artemis se llevaría al chico en su misión, podía confiar en que ella le mantendría a salvo si todo se torcía. Los poderes de Nexus eran ideales para el trabajo, con sus portales podría devolver a los peligrosos criminales directos a sus celdas.

A demás, estaba Batman allí, no podía salir tan mal la cosa. La misión no podía permitirse fallar.

Me despedí de los equipos Alpha, Beta y Gamma y pronto me llegaron más entradas de ayuda al ordenador central.

-Menudo desastre...- comenté alterado, mientras veía por televisión las catástrofes que empezaban a suceder por todo el mundo. ¿Es qué tenían que ponerse de acuerdo justamente hoy? ¿Porqué en todos los países pasaban tantas desgracias? ¡No había suficiente liga para todos!- ¿Esto es el fin del mundo, o qué?

Escuché los ligeros pasos de Wondergirl, que se acercó y me habló con una voz dulce y relajada.

-Nightwing, cargas demasiado con el peso de la justicia. Quizás esto sea lo peor con lo que nos hayamos enfrentado... pero no vamos a fracasar. -dejó una pequeña pausa y pronto prosiguió- Y si algo saliera mal, no habrá sido culpa tuya... nosotros también cargaremos con nuestros errores -

Agradecí las palabras de Cassandra, no las tenía todas conmigo después del atentando de Blüdhaven, así que era un alivio contar con el apoyo y la comprensión de los Young Titans otra vez.

Llovieron de nuevo los atentados y empecé a trazar planes en mi cabeza.

- Wondergirl, irás con Rocket a Star City. Tenéis que detener un Tornado que está a punto de entrar en la frontera.

-¡Entendido! - dijeron las chicas y no tardaron en abandonar la base para completar su misión. 

 La pantalla volvió a parpadear y cogí la nueva llamada.

-Aquí Nightwing en la cueva - me sorprendió escuchar la voz de Raven al otro lado del auricular. Aqualad me había comentado que llevaba días sin poder contactar con ella. Al parecer la chica se había quedado meditando en el Tíbet, típico de Raven. Aún así, podría haber avisado, sabía que allí nunca había cobertura.

-¿En una Jungla? ¿Con Plasmus? - mierda, cada vez entendía menos. ¿Dos héroes no identificados? Tal como los describía la hija de Trigon, súperhéroes de esas características eran fáciles de reconocer.

Con una mano, empecé a buscar coincidencias de parecidos con otros superhéroes el ordenador. Pude descargarme gracias a la señal de Raven un par de capturas de esos dos nuevos aliados, pero nada coincidía. La liga no tenía datos acerca de esos dos héroes.

Mientras el escaner seguía activo, con la otra mano busqué las coordenadas de Raven. No era difícil de encontrar y la chica no estaba tan lejos como yo pensaba.

-Te envío el mapa por el comunicador. Si que has viajado lejos en poco tiempo... ¿Cómo narices has llegado a América del Sur?- Estaba preocupado, pero creía entender que era lo que estaba sucediendo de verdad.

-¿Necesitas que te envíe ayuda? Quiero que me envíes un informe cuando acabes. Cambio y corto-

Raven conocía sus posibilidades, y aunque la chica hubiera sonado un poco prepotente por su parte, sabía que era más que capaz de apañárselas ella sola.

Su llamada había sido la clave del misterio. Ahora todo encajaba. Catástrofes mundiales, ciudades desconocidas que emergen de la nada, personas y héroes no registrados...

-¡Portales dimensionales! - saltó Beastboy a mi lado, con una sonrisa en los labios. No pensé que el muchacho estuviera especialmente contento por haber descubierto el misterio del terremoto, más bien diría que estaba contento de saber que Raven se encontraba bien.

-Efectivamente, nuestro mundo está entrando en colisión con otro muy parecido al nuestro, por eso no nos hemos dado cuenta hasta ahora. Beastboy, hay que avisar a la liga y al resto de superhéroes. 
 
-¡Entendido! - el mono empezó a teclear en el otro lado del ordenador con mucho entusiasmo. 

Escaneé las señales de ondas Z que estaban repartidas por todo el mundo, y éstas me indicaron la situación exacta de todos los portales. Una vez recogidas todas las posiciones, solo me quedaba encontrar su foco de poder y detenerlo. Quizás así, los portales dejarían de aparecer, pero no podía asegurar que nuestro mundo volviera a ser el mismo. 

-¿Y yo que hago? - me preguntó Roy Harper. Empezaba a aburrirse con toda la liga fuera de la base.

-Tu te encargarás de... - empecé, pero mis ojos se detuvieron ante el pitido del escaner. El ordenador me devolvió unas coordenadas en el Ártico que me resultaban muy familiares. Allí se encontraba el foco de ondas Z.

-Flecha Roja, tu te quedarás aquí hasta que llegue Batgirl. Quiero que le des estas instrucciones, entonces podrás ir a hacer tu misión. - le dije mientras empecé a cargar el emisor de ondas que contrarrestaría el foco. - Os dejo a cargo de la cueva a Beastboy y a ti hasta que vuelva.

-¿A dónde vas?- preguntó el chico bestia.

-A salvar el mundo- dije con una sonrisa divertida en los labios. Cogí mi mochila y a La Esfera y  me introduje rápidamente en los tubos Z.

Lo último que escuché antes de que mi cuerpo se teletransportaba, fue la voz del ordenador.

-"Batgirl, B 16"

"Reconocida: Batgirl, be, uno, seis", anunció el ordenador, dándome la bienvenida al Monte Justicia.

Dejé escapar el aire retenido en mis pulmones, aliviada. Me había metido en los tubos zeta a toda prisa para responder a la llamada de los Titans pero, tan pronto como había activado la puerta de acceso de Gotham, me había asaltado una duda. ¿Y si la red zeta se había vuelto tan loca como el resto del mundo? Tsunamis, tornados, terremotos... Lo mismo terminaba en medio del espacio exterior en lugar de en Happy Harbor...

"Reconocido: Nightwing, be, cero, uno", oí decir al ordenador. Me giré, perpleja, pero el tubo zeta de entrada se había inactivado detrás de mí. Es decir, que tenía que ser el de salida.

"¿Dick? ¿¡Qué diablos...!?"

- ¡Batgirl! - exclamó la voz de Beastboy, saliendo a mi encuentro.

- Gar - saludé, confusa. - ¿Nightwing está en la cueva?

- Estaba - corrigió la voz de Roy - Acaba de marcharse.

- ¿A dónde? ¿No estaba en Blüdhaven? ¿Cómo...? - empecé, agobiada y ligeramente molesta; parecía ser la única que no sabía de qué iba todo esto.

Varias explicaciones después conseguí poner en claro lo que estaba sucediendo. Kaldur había logrado contactar con Dick (sí, a él le cogía el teléfono, por lo que parecía), sacarlo de Blüdhaven y ponerlo al mando de los Titans otra vez. Una vez a cargo de todo, Nightwing se había puesto a dar órdenes, algunas de las cuales, por cierto, me incluían a mí.

- Nightwing te quiere en Arkham. Kaldur tiene los detalles - terminó Roy.

- Llamaré a Aqualad enseguida - repliqué, acercándome a los ordenadores.

Empezaba a estar francamente molesta con Dick.

- ¿Y adónde ha ido Nightwing? - inquirí, mientras mis dedos se deslizaban velozmente por la interfaz.

Garfield se encogió de hombros.

- A salvar el mundo, creo - respondió.

"Claaaro...", me dije, frunciendo el ceño, mientras establecía contacto con Aqualad.

- ¿Kaldur? Me parece que tienes algo para mí. Una fuga en mi Asilo favorito, ¿no?

El atlante asintió con su seriedad habitual.

- Batgirl, Nightwing quiere que vayas a Arkham. Misión de reconocimiento únicamente, no tenemos bastantes efectivos. Hay problemas con las comunicaciones y necesitamos saber quién está suelto y quién no. No te expongas.

No hacía falta que me lo dijera; no era ninguna novata.

- Sé lo que es una misión de reconocimiento, Kaldur - repliqué. ¿Por qué diablos tenía que ir yo sola allí? ¿Y por qué Dick no me había esperado para decírmelo él mismo? ¿Me estaba evitando? - Me mantendré al margen hasta que llegue la policía de Gotham - añadí. Aqualad no tenía la culpa, era absurdo que se lo hiciera pagar a él.

- Ten cuidado. - se despidió el atlante, antes de cortar la comunicación.

De vuelta a los tubos zeta. De vuelta a Gotham. Y sin la menor idea de qué tenía entre manos Dick.

- Me marcho a Arkham - informé a Garfield y a Roy, aunque seguramente ya habrían escuchado todo mi intercambio con Aqualad.

- Mantente en contacto - me dijo Flecha Roja.

Asentí antes de subir a la plataforma.

"Reconocida: Batgirl, be, uno, seis"

- Nos vemos - dije, antes de desaparecer de la Cueva.

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Las apasionantes aventuras de Babs en Arkham continúan en "Claustrofobia" -> https://omega.forosactivos.net/t148-evento-claustrofobia-jonathan-crane-barbara-gordon

En cuanto había salido de los tubos Z que quedaban más cerca de las coordenadas que había escaneado, la Esfera se convirtió en vehículo y volé a toda prisa en dirección al Ártico.

Cuando llegué a las tierras heladas, empezó a nevar a mi alrededor. Faltaban quince minutos para que las ondas Z llegaran a su punto máximo. Ahora solo había que montar el aparatito y esperar que funcionara. Y si no funcionaba... bueno, pues habría que pensar en otra cosa.

Hacía mucho frío y no me había dado tiempo a traer la versión de nieve del traje, pero tampoco podía estar muy atento a eso ahora mismo. Bajé de la la Esfera y con el ordenador holográfico busqué el punto justo dónde situar la antena.

Saqué el aparato de la mochila mientras sentía castañear mis dientes, y enterré la base en la nieve. Levanté todas las pestañas en dirección al cielo y lo conecté. 

-Bien, justo a tiempo... - dejé escapar un suspiro y mi aliento se convirtió en vaho - ahora solo hay que esperar tres minutos...

Miré al cielo esperando que algo sucediera mientras los recuerdos de la última vez que había estado allí me invadieron. 

Cuando yo llegué, él ya había desaparecido. Recuerdo el tornado gigante y los tres velocistas corriendo juntos a su alrededor. Wally ni siquiera me había preguntado, hizo lo que le dio la gana y se fue sin esperar mis órdenes. Ese estúpido impulsivo...

Había pasado un año, pero estar allí otra vez hacía que el dolor pareciera más reciente. No quería pensar que Wally había muerto, que no volvería a ver jamás a mi mejor amigo...

"¡Ey, tío! ¿Qué te crees? ¿qué te vas a librar de mí!"

De pronto me acordé de aquella frase, y después de algunas tonterías más que me decía. Sonreí para mi mismo. Tenía su voz aguda grabada en mi cabeza, incluso a veces imaginaba qué es lo que me diría en según que situaciones. Era como si nunca si hubiera ido, como si ahora viviera dentro de mi.

-¿Dick? ¡Tío! ¿Eres tu?- 

Vale, aquello no había sonado en mi cabeza, y no me hacía ninguna gracia. 

Me quedé blanco como el papel y bajé la mirada del cielo lentamente para clavarla en un portal que acababa de abrirse delante de mí. Podía ver perfectamente lo que había dentro de él.

-¿Wa...? - mi voz quedó cortada de la impresión, no podía creerlo, no podía ser real. Pero parecía muy real, parecía que Wally West estuviera delante de mis narices. Wally de verdad. Vivo.

El pelirrojo estaba sentado en una especie de sala blanca con paredes de viento que giraban a su alrededor, pero no había ninguna barrera que nos separara ahora.

El chico se levantó y me miró con sus ojos verdes, abiertos como platos. Como si hubiera visto un fantasma. En serio, ¡Era yo el que estaba viendo al fantasma!

Wally llevaba la misma ropa con la que desapareció, las gafas rojas y el uniforme de Kid Flash algo desgarrado. Parecía de carne y hueso, y me estaba hablando. No era ninguna alucinación.

La misión me recordó su existencia en cuanto escuché los pitidos de alarma de mi ordenador holográfico. Eran las doce en punto y la antena empezó a pitar también, temblando ligeramente al invertir las ondas Z que impedirían que la colisión llegara a su punto más álgido.  

Me giré rápidamente y Wally seguía allí, petrificado detrás del portal. La tierra empezó a temblar de nuevo y vi de lejos como una avalancha de nieve se acercaba peligrosamente a mi posición. 

-¡WALLY, CORRE! - le grité con desesperación mientras alargaba mi mano para que la agarrara.

-Flash e Impulso pueden detener la crisálida- sentenció Lex Luthor - corriendo contra su flujo de energía.

-¿Así de simple?-dijo Flash desde el comunicador. Él había llegado el primero al Ártico, pero en cuanto vio que la energía del aparato se había convertido en una crisálida gigante que empezaba a crecer cada vez más, temió lo peor.

-No es tan simple- explicó Lex -Tienes que desviar su poder con tu propia velocidad y eso requerirá una enorme cantidad de energía cinética.

"Maldito Lex Luthor, esto era todo culpa suya"- pensó Kid Flash- "Si no fuera por sus aparatitos no tendríamos que estar salvando el mundo ahora."

-¿Crees que eso será suficiente? - le dijo Artemis a Kid, pero en aquel momento lo único que se escuchó en el Monte Justicia fue la voz del ordenador:

"Reconocido, Kid Flash, B03"



-No importa lo que pase, no os detengáis hasta que la crisálida quede neutralizada - ordenó Lex Luthor por el comunicador.

Flash e Impulso empezaron a correr a la velocidad de la luz alrededor de la crisálida que ya se había transformado en un gigantesco tornado por la energía cinética. Los dos velocistas corrieron con todas sus fuerzas pero no parecía haber ningún indicio de que se detuviera. 

-Va más lento, pero no se detiene - dijo Flash mirando a Bart mientras corría -incluso a nuestra velocidad, no estoy seguro de que los dos podamos generar suficiente energía cinética...

-¿y que tal si somos tres? -

Kid apareció de repente y se unió a la carrera contra la crisálida. Barry y Bart sonrieron al ver que llegaba más ayuda.

-No soy tan rápido como vosotros, pero puedo añadir parte de mi energía - comentó Wally -además, no puedo dejar que el nuevo se lleve todo el mérito por salvar el mundo- miró a Impulso y éste le devolvió la sonrisa.

El tío de Wally y su "primo segundo venido del futuro" aceleraron aún más, alcanzando lo máximo que podían correr a la velocidad de la luz. Wally vio como daban la vuelta a la crisálida más veces que él y suspiró resignado. Nunca dejaban de recordarle que él era el más lento de los velocistas. 

-Vamos, Wall-man, puedes hacerlo mejor...-  se dijo Wally a sí mismo e intentó correr a la máxima velocidad que le permitía su cuerpo.

Gracias a los tres velocistas, la crisálida empezó a detenerse, pero mientras reducía su tamaño fue perdiendo energía. Esa energía liberada se sentía atraída por el velocista más lento e impactaba cada dos por tres en el cuerpo de Kid Flash, como una descarga eléctrica.

Wally dejó escapar algunos gemidos de dolor cuando sintió la energía de la crisálida en su interior, pero no se detuvo en ningún momento. Cuando Wally tenía algo metido en la cabeza, nadie era capaz de hacerle cambiar de idea. Siempre seguía adelante.

A la tercera descarga de energía, Wally vio como su mano empezaba a transparentarse y palideció de golpe. Si seguía así...

-Bart, tenemos que bajar la velocidad, trata de desviar parte de la energía que está impactando en Wally- dijo Flash alarmado, al ver que su sobrino empezaba a parpadear.

-Esto no es bueno Barry...- dijo Kid Flash con la voz cansada, pero sin dejar de correr en ningún momento. Wally sabía lo que estaba a punto de suceder, pero no se detendría. Si no neutralizaban la crisálida, el mundo estaría en peligro. 

-¡Oh dios!, Artemis va a matarme por esto- se quejó Wally, y Flash vio su cuerpo casi transparente.

-Y sin contar a mamá y a papá- susurró mirando al frente, maldiciéndose a sí mismo.

-¿Kid?- Barry Allen sintió un escalofrío en las venas, deseando que jamás ocurriera lo que estaba pensando que iba a suceder. 

-Sólo díselo, ¿vale?

Wally miró por última vez a su tío Barry, y sus ojos tras las gafas le miraron tristes y agotados. Kid Flash sabía que iba a morir, y vio como su cuerpo se transparentaba del todo y dejaba de sentir. Bart, Barry y la crisálida desaparecieron en difuminado y Kid cerró los ojos, dejando sus últimos pensamientos a las personas que más amaba. A su familia, sus amigos, a Dick, a Artemis... ya no volvería a verles nunca más.



Wally despertó de su sueño, había quedado inconsciente tras haber agotado sus fuerzas corriendo para detener la crisálida. Se levantó del suelo y miró a su alrededor. Estaba en una cámara aparentemente vacía, eterna. No parecía tener principio ni final, pero estaba rodeada por un remolino gigante que no se detenía. Kid miró al cielo y no vio el final del remolino.

-¿Pero qué narices? ¿Dónde estoy?

El muchacho recordó entonces lo que acababa de suceder. Había muerto, pero estaba allí, en el ojo de un remolino, y parecía estar vivo. Se llevó las manos a los brazos y piernas comprobando que podía tocarse, que seguía existiendo su masa corporal.

-Vale, Wall-man, tienes los protones y los neutrones en su sitio...¿y ahora qué? 

Kid miró a su alrededor y trató de correr a un lado y a otro buscando una salida, pero no encontró nada. El remolino era alargado y no parecía terminar nunca. Dio varias vueltas en círculos pero no había nada, solo el viento.

Intentó hacer una explicación científica sobre qué era el lugar, (recordemos que Wally era alérgico a la magia) y expuso en voz alta sus teorías acerca del remolino, la crisálida y su conexión con sus poderes de velocista. Pero no sacó nada en conclusión, seguía atrapado e igual de perdido que antes.

No tenía hambre, ni tampoco tenía sueño. Podía correr a toda velocidad, pero no se cansaba. Eso si, comprobó que ahora corría a la velocidad de la luz, pero eso tampoco podía saberlo con seguridad, ni solucionaba su problema. 

Allí no estaban su familia, ni sus amigos, ni Dick, ni Artemis. No había nadie, estaba él solo y el remolino, el viento azotando su cara, y su propia voz taladrándole el cerebro. 

Intentó no sentir pánico, no deprimirse, seguir adelante. Si estaba vivo había una probabilidad de que pudiera salir de allí, de que pudiera volver a casa. Pero Wally West no tenía ni idea de cómo iba hacerlo y el tiempo pasaba. No sabía cuanto tiempo había estado encerrado en el remolino, ni siquiera tenía nada para poder contarlo. Pero estaba seguro de que si seguía sin encontrar una salida acabaría por volverse loco.

Wally se dejó caer al suelo, no estaba cansado pero sus ánimos sí. Miró al remolino con tristeza y perdió la esperanza. Estaba vivo, pero quizás no lo estaba y seguramente no lo estaría si seguía allí dentro. 

Todo había terminado para Kid Flash.

-Ni siquiera pude decirle nada antes de morir...-

Entonces un terremoto alcanzó incluso al torbellino y la realidad de delante suyo empezó a desgarrarse. Una especie de portal apareció en frente del velocista, revelando un paisaje nevado.

-¿Pero qué...?-

Entonces vio al otro lado a Nightwing, mirando al cielo bastante preocupado. 

-¿Dick?- Kid Flash se sintió esperanzado por fin. Dick Grayson había venido a buscarle, ¡sabía que lo haría!, ¡sabía que lo iba a conseguir!

Su mejor amigo se giró, y le miró como si acabara de ver un fantasma. Entonces, Nightwing gritó y alargó su mano para alcanzarle.

-Vale, Wall-man, es hora de volver a casa.

Wally pareció reaccionar rápidamente a mi aviso, y en cuanto dejó de estar empanado empezó a correr en dirección al portal que nos separaba. Vi su sonrisa acentuarse, sus ojos verdes brillando con entusiasmo y su mano se alargó también para tocar la mía. Justo cuando creí sentir sus dedos, Wally West desapareció sin dejar rastro.

El portal se esfumó de la misma manera qué como había aparecido. Se cerró delante de sus narices con violencia y la avalancha de nieve me empujó hacia atrás. Arrastrándome varios metros lejos de dónde estaba, dejándome enterrado en la nieve. 

-Eres un maldito velocista Wally... - me dije antes de quedar inconsciente.



Sentí el frío metal de La Esfera cogerme por la cintura y levantarme. Los grandes trozos de escarcha que había encima de mí cayeron al suelo nevado, y pude abrir los ojos a tiempo para ver que la biotecnología acababa de salvarme la vida. 

Un ratito más en la nieve y seguramente tendrían que amputarme todo. 

-Gracias Esfera...- le dije con una sonrisa pálida mientras acariciaba como podía la bola mecánica. El aparato me respondió con un pitido alegre.

En cuanto me dejó en el suelo, intenté mover todos mis miembros y hacerlos entrar en calor con algo de ejercicio. Ya no había nada más que hacer allí, así que debía regresar pronto al Monte Justicia para saber qué había pasado en mi ausencia.

Busqué la antena de ondas Z y tuve que desenterrarla también. Uno de los metales se había roto por la avalancha. La recogí de todas maneras y la guardé encima de La Esfera, que ya se había transformado en vehículo. 

Antes de ponerme a conducir, eché un último vistazo al lugar. El mismo lugar dónde Wally West había desaparecido hacía más de un año. Y ahora... ahora le había visto. Había sido real. Kid Flash estaba vivo, no era ninguna alucinación. Y ahora que lo sabía, tenía que hacer algo. No podía dejar a mi amigo atrás, no podía perderle de nuevo.

-¿Cómo voy a decirle esto a Artemis?- me pregunté. Tigress no iba a creerme, podía poner la mano en el fuego.

Llevé mis manos al mango del vehículo y aceleré, deseando estar lejos de ese hielo invernal y de coger algo de calor.

En veinte minutos dejamos el Polo Norte y cruzamos el mar Ártico. A lo lejos podía verse la ciudad de Nueva York alzarse en el caos. Aún habían cosas que hacer, y aunque me pesara, Wally tenía que esperar.

-Nigthwing a cueva- dije encendiendo el comunicador.

-¡Nightwing! ¡Por fin das señales de vida!- dijo Beastboy al otro lado del aparato - Las ondas Z se han detenido y los portales han desaparecido, ¡ya no entrarán más intrusos en nuestro mundo!

-Bien, ahora solo hay que preocuparse por los intrusos que han quedado dentro... - dije. Tenía que hablar con Batman y la liga de la Justicia de lo sucedido.

-Raven sigue luchando contra Plasmus, Gamma ha detenido el maremoto, pero Atlántica ha sido atacada por un individuo llamado Namor. Beta ha detenido el incendio y Tornado Rojo se los ha llevado para proteger la ciudad de Star City. Y el equipo Alpha sigue trabajando en Belle Reve, tengo entendido de que están luchando contra polilla asesina...y - explicó el chico bastante apresurado

-¿Necesitan mi ayuda? - pregunté a Beastboy. Quizás lo mejor sería dirigirme ya a Belle Reeve, así podría hablar con Batman de lo sucedido.

-Sí, pero Batgirl... - el pequeño hizo una leve pausa - Batgirl no contesta. 

-Intentaré averiguar lo que pasa, gracias Beastboy, sigue manteniéndome informado - colgué al chico bestia y rápidamente intenté contactar con la murciélago.

-Vamos Babs...responde... - susurré preocupado mientras no paraba de escuchar interferencias en su línea. Empecé a pensar lo peor, quizás no tenía que haber enviado a la pelirroja sola a ese centro de locos, por muy misión de reconocimiento que fuera.

Entonces essuché por fin la voz de Barbara al otro lado, pero en vez de alegrarme al ver que respondía, palidecí de inmediato.

-No, tu no, por favor, basta, no, aléjate...- susurró la chica al otro lado. Su voz entrecortada destilaba miedo y terror.

-¡¿BARBARA?!- mis ojos se abrieron de par en par y mi boca empezaba a secarse. Sentí un pequeño escalofrío al escuchar los gritos de pánico de la chica y rápidamente di un volantazo.

-Cambio de planes Esfera - dije decidido, acelerando a toda velocidad en dirección a Gotham- nos vamos a Arkham.

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La historia de Nightwing continúa en...Claustrofobia
La historia de Kid Flash continúa en... El país de la niebla