[La Colisión de los Mundos] Salida de Emergencia (Brian Bird, Artemis Crock, Batman)

Belle Reve, Terrebonne Parish, Louisiana.

Aquellas eran las coordenadas del lugar con más supervillanos por metro cuadrado. Descontando, claro está, una comida de Navidad en casa de Artemis con papá, mamá y Cheshire.

Vale, corrección: los Crock nunca hacían comidas de Navidad; no podían estar tanto rato en el mismo cuarto. Al menos, no sin empezar a lanzarse los afilados cubiertos unos a otros. Así que Belle Reve seguía ostentando el número uno.

Tal vez lo perdiera pronto; al fin y al cabo, los presos estaban escapando.

Tigress y sus compañeros habían hecho gran parte del trayecto en la bionave, efectuando un primer reconocimiento en modo camuflaje. Al parecer, las alteraciones en no-se-qué ondas (Artemis estaba demasiado preocupada por la situación como para seguir la explicación de Dick al 100%) habían provocado la anulación de los collares que llevaban los prisioneros, diseñados para suprimir sus superpoderes. ¿La consecuencia? Cientos de supervillanos con sus habilidades disponibles, frente a un número mucho menor de guardias.

Por supuesto, Belle Reve tenía planes de emergencia. La alcaide Waller ya se había puesto en contacto con la Liga, que había enviado a algunos de sus miembros. Los guardias se habían hecho con sus armas y protecciones especiales para reducir su desventaja ante los prisioneros. El problema era que, en el patio, varios supertipos habían logrado tomar rehenes, por lo que la seguridad tenía las manos atadas. En un sentido bastante literal, por cierto.

Durante el vuelo de reconocimiento de la bionave, Artemis había podido contar quince rehenes, todos con el uniforme de los guardias de seguridad de la prisión. Estaban rodeados por más de treinta supertipos, vestidos con el mono naranja chillón que identificaba a los presos. Mientras tuvieran escudos humanos, Batman no podía hacer demasiado. Además, él y otros miembros de la liga estaban luchando en uno de los pabellones contra el Capitán Frío y su equipo de villanos del hielo. Del patio tendrían que encargarse los Titans.

- Superboy - empezó Tigress, mientras buscaban un lugar donde hacer aterrizar la bionave - Tú estuviste infiltrado en Belle Reve. Necesitaremos tu ayuda para orientarnos ahí dentro.

Conner asintió.

- Robin, reúnete con Batman y la Liga. Te necesitan para reducir a Frío, Icicle y los demás.

Ante el ofrecimiento de una buena lucha junto a Batman, Jason esbozó una sonrisa y se puso en camino casi sin despedirse. Artemis se volvió hacia Brian.

- Nexus, necesitamos tus portales para acortar el camino por la prisión. Intentaremos coger un atajo hacia el patio. ¿Puedes hacernos pasar a los tres a través de las paredes?

Tigress preparó su ballesta mientras hablaba, cargando la primera flecha.

- Es posible que tengamos que sacar también así a los rehenes. ¿Crees que podrás hacerlo?

Jason le había convocado cinco minutos antes de que él mismo estuviese dispuesto a contactar con la base. Desde la ventana de la casa de Joanna, madre e hijo adoptivos podían ver el caos desatado en las calles de Happy Harbor. Un brutal terremoto, brechas interdimensionales, personas siendo tragadas por agujeros negros y otras cosas más raras siendo escupidas por el otro lado...

Brian se quedó tieso. Aquello le traía recuerdos. Unos recuerdos que jamás había logrado quitarse de la cabeza. Volvió a sentir miedo, como el día del accidente.

La llamada de Jason le devolvió a la realidad. Bastó una mirada de apoyo de parte de Joanna para olvidar todos sus temores. Le necesitaban. Y su cuidad la necesitaba a ella. Ahora no podían venirse abajo. Juntos, los Titans podían salir del paso a todo. O eso esperaba.

Antes de lo que tardaba en decir "Esternocleidomastoideo" ya se había plantado en la Torre. Se quedó boquiabierto cuando vino a darle la bienvenida... ¡Nightwing! ¡No se lo podía creer, había vuelto! Por desgracia no tuvo tiempo más que de gritar de emoción su nombre antes de que el ex-líder de los Titans retomase su rol de líder. Por lo visto la situación era más seria de lo que pensaban. No había tiempo para palmaditas en la espalda.

- Nexus, me alegro de verte. Necesitamos tu ayuda. Irás con Tigress, Superboy y Robin a Belle Reve. Hay una fuga masiva de supercriminales y Batman necesita toda la ayuda que pueda reunir.


La emoción golpeó de nuevo el corazoncito de Brian. Artemis, una de sus compañeras favoritas y todo un modelo de heroína para ella, le había sonreído. Desde la tragedia con Kid Flash no recordaba haberla visto hacer eso ni una vez. Se alegraba enormemente de verla otra vez feliz. ¡Volvían a ser un equipo! Pero no podía permitirse dejarse llevar por los nervios. Los Titans contaban con él. No podía defraudarles.

-Dadme sólo un mili-segundo, chicos. Voy a cambiarme.

(FDI: Escena de "transformación" mientras suena el tema oficial de Nexus XD)

En los dos años que llevaba formando parte de los Young Titans, Brian había probado toda suerte de combinaciones raras para el que pensaba debía ser su uniforme heroico perfecto. Finalmente, y gracias a los consejos de Joanna, llegó a la conclusión de que menos es más. Una combinación sencilla de colores, pocos elementos que estorbasen lo menos posible, y todo salía como la seda.

Se puso sus botas deportivas de suela elástica, que ayudaban a sus saltos acrobáticos. Se ajustó de nuevo los pantalones de nylon, de color azul oscuro, se ajustó el cinturón de utilidades y se colocó su chaqueta de campo. Y como toque final, una gorra con visera y diseños retro-futuristas.

Sus guantes brillaron con impulsos rojo y verde. Ya estaba listo.

-¡Listo para la acción!

Algún día tendría que pensar en una frase pegadiza en condiciones.

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Belle Reve, Terrebonne Parish, Louisiana.

Allí estaban. Belle Reve, la mayor prisión de archivillanos del país junto con Arkham Asylum. Al menos la proporción de tipos con poderes era mucho menor en la prisión de Gotham.

Y así estaban las cosas. La prisión se había convertido en un campo de batalla, con evidente ventaja para los ex-convictos. Incluso había rehenes de por medio. La cosa pintaba bastante mal. Menos mal que el Equipo A estaba allí para resolver las cosas, ¿verdad?

La bionave aterrizó en un punto seguro y pronto Tigress empezó a ejercer de líder, enviando a Robin junto a la posición de Batman. La miró a los ojos cuando se volvió hacia él.

- Nexus, necesitamos tus portales para acortar el camino por la prisión. Intentaremos coger un atajo hacia el patio. ¿Puedes hacernos pasar a los tres a través de las paredes?

-A través no -comentó Nexus-, mis portales sólo se comunican entre sí. Pero si encontramos alguna apertura o un acceso a los puestos de vigilancia, os puedo colar allí en un pis pas.

Esperó a la respuesta de Tigress, que entretanto estaba cargando su ballesta y ya preparaba otra pregunta.

- Es posible que tengamos que sacar también así a los rehenes. ¿Crees que podrás hacerlo?

-¡Eso es pan comido! -sonrió y alzó el dedo pulgar-. ¡Tú dame un punto de apoyo y yo le daré un empujón al mundo! No, espera, no era así...

-A través no -dijo Nexus-, mis portales sólo se comunican entre sí. Pero si encontramos alguna apertura o un acceso a los puestos de vigilancia, os puedo colar allí en un pis pas.

Artemis no tuvo tiempo para pensar en cómo solventar el problema, porque a alguien se le ocurrió antes que a ella.

- Dejadme lo de las aperturas a mí - replicó Conner, con una media sonrisa.

- Es posible que tengamos que sacar también así a los rehenes. ¿Crees que podrás hacerlo? - preguntó Artemis, terminando de preparar su arma.

-¡Eso es pan comido! -dijo Brian, con una sonrisa -. ¡Tú dame un punto de apoyo y yo le daré un empujón al mundo! No, espera, no era así...

Tigress rió quedamente.

- Nos servirá. Y, si no, siempre tendremos a Superboy.

El aludido fue el primero en saltar de la bionave, seguido por sus dos compañeros. Tigress aterrizó en el suelo con un único movimiento elástico. Habían logrado dejar su medio de transporte al abrigo de los árboles que rodeaban la prisión. Entrar al edificio en sí resultaría algo más complicado, pero contaban con la inestimable ayuda de Conner. Superboy transportó primero a Artemis y después a Brian a lo alto del muro, desde donde Podían tener una vista insuperable del patio.

Plano de Belle Reve:

- Vale, repasemos. Los de negro son los buenos, los de naranja son los malos. - dijo Artemis, con ironía, mientras tomaban nota de la situación - Eso no quiere decir que podáis atacarme a mí. No me preguntaron cuando escogieron el uniforme. - añadió, divertida, refiriéndose a los colores que vestía como Tigress.

- Conozco a algunos tipos de ahí abajo - señaló Superboy - Como el Bromista...

- Polilla Asesina...

- El Capitán Boomerang...

- De verdad, ¿quién les pone los nombres? - Artemis suspiró, antes de volverse hacia Brian - ¿Cuál es la máxima distancia entre portal de entrada y salida que puedes conseguir? Así sabremos cuánto tenemos que acercarnos. - La rubia se mordió ligeramente el labio inferior mientras miraba al patio, pensativa - Si esos tipos han recuperado sus armas...

- Las tienen - confirmó Superboy.

- ... también vamos a tener que protegernos de ataques a distancia...

La prisión tenía una estructura sólida y un diseño pensado para la máxima contención. Por supuesto, esto significaba que no estaba precisamente pensada para repeler lo que viniese de fuera. Esto lo fue pensando Brian sobre la marcha mientras Superboy les dejaba con un mínimo esfuerzo sobre el muro. Lo que era tener superpoderes.

No había un solo guardia de seguridad, la mayoría estarían inconscientes (o muertos, Dios no quisiera) o mezclados entre los rehenes. Brian examinó cuidadosamente la escena. Muchos grupos de prisioneros vigilados por chiflados trajeados. Ninguno había perdido un minuto en recuperar sus antifaces. En serio, con los superhéroes se podía explicar, ellos tenían una identidad que mantener a salvo. ¿Pero aquellos tipos? Todo el mundo sabía quiénes eran, ¿por qué tanta manía por la mascarita? Eso por no hablar del gusto tan horrible que tenían.

- Vale, repasemos. Los de negro son los buenos, los de naranja son los malos. Eso no quiere decir que podáis atacarme a mí. No me preguntaron cuando escogieron el uniforme.

-Descuida, yo no pego a las chicas. Salvo que sean unas chifladas con ansia de poder -Brian le respondió con otra sonrisa.

- Conozco a algunos tipos de ahí abajo. Como el Bromista...

- Polilla Asesina...

- El Capitán Boomerang...

- De verdad, ¿quién les pone los nombres?

-¿El mismo que les paga los uniformes? -dejó caer Brian.

¿Cuál es la máxima distancia entre portal de entrada y salida que puedes conseguir? -preguntó Tigress, reclamando su atención-. Así sabremos cuánto tenemos que acercarnos. Si esos tipos han recuperado sus armas.. También vamos a tener que protegernos de ataques a distancia...

-Mientras pueda verlo, puedo colocarlo -respondió el chico, que cerró el puño izquierdo mientras empezaba a proyectar energía verde a su alrededor-. Tú dime objetivo y yo echo el anzuelo...

-¿Y por qué no lo hacemos al revés?

Una voz chillona y petulante interrumpió la conversación de los jóvenes héroes. Brian tuvo que saltar y hacerse a un lado cuando un hilacho pegajoso se disparó y no lo alcanzó de milagro. Frente a ellos, flotando sobre un ridículo jet-pack morado con forma de alas de... mariposa o lo que fuera... uno de los internos de Belle Reve acababa de hacer su aparición. El temible, el peligroso, el aterrador...

O eso pensaba él, claro...

-¡Polilla Asesina! ¡Ese soy yo! ¡Y vosotros sois pasto de mi carcoma!

Brian se incorporó, justo entre Artemis y Conner, y miró con desprecio al aspirante a supervillano.

-¡Genial, ya empezó el Carnaval de Río y nadie me ha avisado!

Parecía que lo de rescatar a los rehenes se iba a tener que aplazar un poquito.

-Mientras pueda verlo, puedo colocarlo. Tú dime objetivo y yo echo el anzuelo... - empezó Brian.

-¿Y por qué no lo hacemos al revés? - los interrumpió una voz.

Artemis se volvió, sobresaltada, a tiempo para ver un tipo ridículo en un vehículo ridículo. Conocía de sobras su traje (también, para qué negarlo, ridículo). ¿Y Barbara decía que aquel tío tenía un nosequé sexy en su voz? Podía entender lo de Dick (a veces), pero aquello sí que escapaba completamente a su comprensión.

- ¡Polilla Asesina! ¡Ése soy yo! ¡Y vosotros sois pasto de mi carcoma! - exclamó el tipejo, haciendo gala de sus conocimientos de entomología.

"Y yo que había conseguido dejar las frasecitas con referencias a arcos y flechas...", suspiró Artemis, en su fuero interno. Al parecer, había gente que nunca lo superaba. Y no era por ofender, pero tenía en la mente una larga lista de objetos que empezaban por "Bat-".

Brian se colocó entre Tigress y Superboy.

-¡Genial, ya empezó el Carnaval de Río y nadie me ha avisado! - exclamó, preparándose para entrar en combate.

- ¿No deberías estar en Arkham con los demás chalados? - preguntó Tigress, alzando su ballesta para apuntar al tipo. Disparó antes de seguir hablando. - ¿O es que ni el Joker te quiere de compañero de celda?

El villano logró hacer girar su estúpido vehículo a tiempo, de modo que la flecha disparada por Artemis se hundió en el lateral del Polilla-móvil sin llegar a alcanzar su objetivo. La chica chasqueó la lengua; tendría que haber tirado directamente, sin darle tiempo a reaccionar.

Sin embargo, mientras ella disparaba, Conner también había entrado en acción. Superboy aterrizó de un salto en el Polilla-móvil, desequilibrándolo. Polilla asesina lanzó un juramento y soltó los mandos, apuntando al chico con su pistola.

- ¡No recuerdo haberte invitado a subir, Superman Júnior! ¡Prueba mi Pistola Capullo! - exclamó, disparando una pegajosa sustancia en dirección a Conner.

A Artemis se le ocurrían mil réplicas ingeniosas con la palabra "capullo", pero decidió que no volvería a perder el tiempo hablando. El patio inferior seguía lleno de rehenes, y lo último que quería es que aquel payaso atrajera la atención de los tipos realmente peligrosos.

El segundo virote de la ballesta de Artemis hizo volar la Pistola Capullo lejos de la mano de Cameron Van Cleer, pero Superboy seguía intentando deshacerse de los hilos pegajosos.

- ¡Todo tuyo, Nexus! - exclamó Tigress, mirando al joven Titán.

Brian observó con emoción la paliza que entre Artemis y Superboy le estaban dando a Polilla Asesina. En serio, lo más asesino que tenía aquel tipo era el nombre y las pintas, que ya de por sí podían matar... de la risa. De todos modos ya había aprendido el muchacho a no subestimar a ningún oponente, por risible que pudiera parecer.

Superboy logró embestir a Van Cleer, pero la Pistola Capullo lo enredó segundos después. Aquellos hilos no rivalizaban con la super-fuerza de Conner, pero lo ralentizarían por un rato. Era el momento de rematar a su oponente... figuradamente hablando, claro está.

-¡Todo tuyo, Nexus!

-¡Aquí llega la caballería!

Saltó directo hacia Polilla, y a escasos metros de él ejecutó su famosa maniobra de la pinza espacial: disparó un portal frente a su adversario y otro justo detrás de él. Al colarse por el primero, salió por el segundo con la misma inercia, y le propinó una buena patada al Polilla-móvil por la espalda, con lo que desestabilizó los controles y le hizo girar como un trapecio. Se agarró al cuello de Van Cleer y proyectó otro portal justo a tiempo, mientras arrancaba al tipo de la máquina antes de que ésta se estampase contra uno de los gruesos muros de Belle Reve. Detrás de Artemis se abrió el portal rojo y héroe y villano aterrizaron en el suelo. Brian sujetó el cuello de Polilla y le miró con la seguridad del héroe victorioso.

-¡Hale, éste ya no incordia más! ¿Decías algo de "carcoma", Polilla?

Lo que no se esperó Brian fue la respuesta del villano, que se llevó las manos a los bolsillos y lanzó unas bolas metálicas sobre Brian que dispararon un gas de color rojizo.

-¡Creo que te estás empezando a pudrir, Pinocho!

Brian se echó hacia atrás y de pronto empezó a rascarse como loco.

-¡Gaah, gas urticante! ¡Hijo de...! ¡Cómo pica!

-¡Jajaja! ¡Jamás subestiméis a Polilla Asesina, estúpidos! -apartó a Brian de un empujón y se giró hacia Artemis, lanzando más de sus bolas metálicas-. ¿Creéis que la Pistola Capullo es mi única arma? ¡Yo también sé mejorar mi arsenal, como veréis!

Las bolas explotaron a medio camino y liberaron una hilera de hebras pegajosas sobre Tigress.

Es imposible para una sola persona, por muy entrenada y veterana que fuese, liberar toda una cárcel de supervillanos de un motín como aquel. Consciente de ello, emití una única señal de emergencia y no perdí más tiempo: estoy casi seguro de que quienes lleguen serán los únicos que voy a conseguir, puesto que en todo el globo el cataclismo ha comenzado. Pero, mientras esos eventos se realizan, tengo que impedir que la mayor fuga de la historia del mundo criminal se lleve a cabo. Simplemente hay demasiados criminales con superpoderes en Belle Reve. Desde el principio me había parecido una mala idea juntarlos a todos, incluso si anulaban sus poderes, porque ya he visto lo que sucede cuando los supervillanos se juntaban. Toda la superstición y miedo que poseen se evapora en el sentimiento de grupo y, si bien estas asociaciones nunca llegan a buen término durante demasiado tiempo, suelen durar lo suficiente como para causar estragos difíciles de enmendar o, incluso, irreparables. Por no mencionar lo que pasa si junas a varios genios criminales, al fin y al cabo, ¿de qué iban a hablar, del tiempo? Pero nunca me escuchan, se ciegan a sí mismos con sus proyectos y no escuchan a la voz de la razón. Forma parte del uniforme, te dan las gracias por capturar al supervillano pero no piden consejo sobre cómo tratarlo después. Y, al final, siempre acaba escapando, y eres tú quien tiene que volver a encerrarlo.

Lo que no me espero es que los refuerzos tarden tanto. Algo está pasando, y el tiempo se agota. Debo estar en Gotham antes de que se acaben los eventos del cataclismo si quiero sacar algo en claro de mis aparatos sensores de la Batcueva. Así que decido moverme, aún a riesgo de fallar en la misión. No mando más señales, pues podrían rastrearlas, y eso sería perjudicial. Siempre he estado solo, y si bien la ayuda de diversos compañeros me ha sido muy útil en mi cruzada, es como mejor trabajo. El patio está demasiado comprometido, pero no veo al Doctor Fries por ninguna parte. De todos los hombres con poderes de hielo que existen en Belle Reve, es el más peligroso, pues no se le puede quitar su traje sin riesgo a matarlo y con él tiene una fuerza considerable. Y es un hombre brillante, por su fuese poco. Decido investigar más a fondo y me deslizo por un conducto de ventilación. Esa es otra, ¿conductos por los que cabe un hombre adulto? Ya no saben diseñar verdaderas prisiones como es debido...

O quizás sí. Mis movimientos no pasan inadvertidos para los pocos sistemas de seguridad que aún persisten en el complejo, y un láser se dirige hacia mí con mortífera rapidez. Saco en el último momento una lupa de mi cinturón, la quiebro con un golpe seco en su marco y con el cristal ya incapaz de traspasar correctamente la luz lo desvío, dejando que pase a mi lado. Evito chasquear la lengua al comprobar que casi me hiere en el rostro, y sigo adelante con mayor cautela. No encuentro más sistemas que se activen, sino algo mucho peor: un ventilador que me tapa el paso. No hay forma de atravesarlo, así que abro con sigilo la rejilla más cercana y me cuelo por ella. No hay nadie a la vista, pero el frío ambiental y los trozos de hielo aquí y allá indican un modus operandi que me indica que mi premio está cerca: Fries. Un guardia congelado más adelante me señala que es él. No importa cuan inteligentes o poderosos sean los supervillanos, nadie sabe mejor de criogenia como el viejo "Doctor Frío", así que con comprobar que las constantes vitales del guardia siguen activas me llega para saber que es él. No es que el doctor no mate, sino que su fría lógica le lleva a no hacerlo si no es necesario. Doy un paso adelante pero inmediatamente me freno en seco, giro sobre mí mismo y estoy a punto de lanzar un batarang. No lo llego a hacer: quien está doblando la esquina es un conocido y amigo.

-Robin-el joven se asusta, no esperaba verme nada más girar la esquina-. No hagas tanto ruido, Fries está cerca.

-¿Frío, Batman? ¿Qué hay de los supervillanos del patio?

-La Liga de la Justicia son un grupo poderoso y eficiente. Estoy seguro de que podrán manejarse solos mientras averiguo qué hace Frío sin el resto de sus colegas penitenciarios.

-Esto... sí, la Liga...

No me gusta nada como suenan sus dudas, así que me limito a mirarle intensamente. Enseguida Robin traga saliva, está acostumbrado a mis intimidaciones pero eso no las hace menos efectivas. Sabe que lo mejor es ser sincero, directo y honesto conmigo. Me cuenta que no es la Liga oficial la que ha enviado a sus refuerzos, sino... Sus mocosos. Y los míos, por lo visto, aunque eso es diferente. En el fondo es culpa mía, por haber creado ese grupo, aunque tengo que admitir que han hecho un trabajo excelente en muchas ocasiones. En todo caso, no puedo fiarme de ellos hasta ese punto. Esperaba que lo que me trajesen fuese un equipo de adultos entrenados, pero sólo me dan adolescentes más ocupados en sus hormonas que en la misión. Tengo que trabajar con lo que me dan, así que decido un plan de acción seguro.

-Mientras los villanos no sepan que hemos llegado, se sentirán a salvo. Vuelve con ellos y avísales de que sólo actúen si hay vidas en riesgo-no le doy tiempo a responder a sus obvias quejas-. Estaré bien, tengo la mejor arma de todas: elemento sorpresa. Y Robin-añado cuando el joven empieza a irse-. Sólo si hay vidas en riesgo-le repito.

Y me quedo solo, otra vez. Si Robin está con ellos, espero que sepa tomar las decisiones correctas. Es la persona en la que más confío para este trabajo, y estoy seguro de que no me defraudará. Ahora sólo queda una cuenta pendiente: Fries. Si no se ha ido aún de la cárcel, es porque quiere algo que está en ella. No vi a la alcaide entre los rehenes, su despacho está en la dirección que sigo y sumo dos y dos. Sólo puede significar una cosa: Nora, la mujer de Fries. No es la primera vez que una persona utiliza la devoción de Fries por su esposa para manipularle, pero esperaba que la alcaide fuese una persona más inteligente. Al fin y al cabo, todos los que alguna vez utilizaron ese elemento para manipular al doctor han acabado bajo una tumba de hielo de la que nunca despertaron. Si hay algo que puede encender el corazón de Fries, sin duda es Nora. Y aún así... No es el estilo de Waller. Algo no encaja, y las respuestas estaban cerca...

Artemis observó cómo Nexus combatía a Polilla. El chico había perfeccionado sus habilidades, y Tigress tuvo la oportunidad de ponerse al día. Le gustó la maniobra del portal-patada, y sonrió levemente cuando el chico salvó la vida de Van Cleer con una maniobra similar. Los dos, chico y villano, salieron de otro agujero espacial tras ella. Parecía que Alpha podía apuntarse la primera victoria.

-¡Hale, éste ya no incordia más! ¿Decías algo de "carcoma", Polilla? - exclamó Brian.

Pero Van Cleer no estaba tan derrotado como pensaban. Antes de que las bolas que lanzó se activaran, Artemis se lanzó en su dirección. Sin embargo, pero el humo empezó a ascender enseguida, obligando a la chica a retroceder mientras Brian empezaba a rascarse como si le fuera la vida en ello.

-¡Gaah, gas urticante! ¡Hijo de...! ¡Cómo pica! - exclamó Nexus, mientras Artemis maldecía entre dientes.

-¡Jajaja! ¡Jamás subestiméis a Polilla Asesina, estúpidos! - el pirado se volvió hacia Tigress tras apartar a Brian -. ¿Creéis que la Pistola Capullo es mi única arma? ¡Yo también sé mejorar mi arsenal, como veréis!

Artemis no tenía ningunas ganas de rascarse, así que se alegró de que las dichosas bolas que lanzó en su dirección se estrellaran a medio camino. Pero, al parecer, no era gas urticante lo que contenían éstas. Un montón de hilos pegajosos salieron en todas direcciones y se pegaron al cuerpo de la chica, quien intentó zafarse de ellos con una expresión de asco.[/quote]

"¿Has pensado en cambiarte el apodo a Hombre Araña?" , pensó Tigress, pero no lo dijo en voz alta. En primer lugar, porque no era de hablar mucho en combate. En segundo, porque no quería que aquel tejido pegajoso le entrara en la boca. Y, en tercero, porque "Hombre Araña" era un nombre estúpido para un superhéroe.

Personalmente, Artemis opinaba que los superhéroes que se llamaban "hombre-algo" (aunque fuera hombre murciélago, súper-hombre u hombre-agua) resultaban un tanto ridículos. Pero bueno, el padre de Tigress se llamaba "Sportsmaster", lo cual era todavía más ridículo, así que no pensaba decírselo.

A la chica le bastó echar un vistazo a Superboy y su pelea con los hilos de la Pistola Capullo para decidir que debatirse en aquellos hilos pegajosos era peor idea que quedarse quieta. Conner se enredaba más con cada puñetazo que les propinaba. Artemis recordó que la seda era el material más resistente del mundo. No le salía a cuenta enfrentarse a ella.

Lo que hizo fue tratar de liberar su ballesta; no a tirones, sino despegando con las manos el molesto material. Cuando estuvo lo bastante suelta como para moverla, la hizo girar hasta que apuntó a una de las piernas enfundadas en los leotardos de colores chillones de Polilla Asesina. Entonces ladeó un poco el arma; no quería clavarle la flecha, quería que le pasara rozando. El dardo escogido contenía una sustancia paralizante que podía dejarlo fuera de combate, y con un toque sería suficiente para eso.

Polilla Asesina, por supuesto, no se percató de la maniobra. Estaba demasiado ocupado poniendo en práctica su risa estándar de malo y señalando a Tigress apresada en su porquería, con los otros dos Titanes también fuera de combate.

-¡Y esto es lo que ocurre cuando la Liga envía a niños a hacer el trabajo de hombres! ¡Nadie se ríe de Polilla Asesin-!

La flecha fue directa hacia su pierna, pero pasó rozando tal y como quería Artemis... salvo que ni siquiera llegó a darle en la pierna. Y todo fue porque uno de los propulsores del jetpack de su Polilla-Móvil no se había descuajaringado con el resto del ridículo transporte, y andaba dando vueltas por la zona como un trapecio. ¿Y a dónde fue a parar? ¡Justo, de bruces contra su antiguo propietario! Van Cleer quedó estampado contra el grueso muro de la prisión con una pose propia de un dibujo animado, con la misma cara de circunstancias de todo villano de opereta al que su arma perfecta le estalla en las narices.

Por desgracia esto significó que la flecha siguió su trayectoria y fue a darle justo a Brian. Por fortuna, se plantó sobre uno de sus guantes, y el proyectil rebotó sobre la superficie de metal. Pero a pesar de todo el chico dio un traspiés del susto, aún rascándose como loco. Se recuperó lo suficiente para recoger la flecha con la otra mano y mirar con asombro a su enemigo recién derrotado por su propio equipo.

-Vale... Esto ha sido lo más ridículo que he experimentado en mi vida.

Avanzó hacia Tigress y trató de ayudarla a librarse de la seda con la punta de la flecha.

-¿Estás bien, Tigress? Dime que no es verdad que nos haya costado tanto quitarnos de enmedio a este payaso...

Lo que más le preocupaba ahora a Nexus era que el estruendo resultante de la pelea no hubiese puesto todas las miras de Belle Reve sobre ellos.

Artemis miró, perpleja y no sin cierta fascinación, cómo el villano se pateaba su propio trasero con tanta efectividad como si le hubiera caído encima la plantilla de los Young Titans al completo. Quizá incluso mejor: su pose era perfecta. La arquera era capaz de imaginársela dibujada con tiza en el muro, al más puro estilo "escenario del crimen".

Pero la flecha de Tigress seguía en pleno vuelo, y la chica miró horrorizada cómo se dirigía hacia Nexus. En el peor de los casos, podía atravesarle un órgano vital... En el mejor, lo dejaría paralizado durante un buen rato. La chica empezó a emitir un grito de advertencia, pero el virote alcanzó su objetivo con un tañido metálico, y Artemis tardó un largo segundo en comprender que había impactado contra uno de sus guantes. Que ella supiera, su flecha no tenía la bastante potencia como para atravesar el blindaje de Brian, lo que la llenó de un instantáneo alivio. Nunca se había alegrado tanto de que su joven compañero tuviera aquellas áreas metalizadas en su cuerpo.

-Vale... Esto ha sido lo más ridículo que he experimentado en mi vida. - afirmó un Nexus aún impactado por el (valga la redundancia) impacto de Van Cleer, mientras cogía el virote con la otra mano.

- Probablemente también en la mía - comentó Tigress, decidiendo si darle el puesto #1 ó #2 en la lista que, actualmente, encabezaba la épica entrada de Wally al Monte Justicia el día en que se conocieron... ataviado con un "elegante" bañador rojo, con la punta de la nariz manchada de crema solar, y un montón de útiles de playa en ambas manos.

Artemis se obligó a volver a la misión. No sería la primera vez que pensar en Kid Flash cuando no debía provocaba algún error por su parte, y no quería que lo pagara ninguno de sus compañeros.

Brian avanzaba hacia ella. El chico empezó a usar la punta de su flecha para romper la seda, y Artemis se retiró cuando pudo para facilitarle la misión tensando los hilos, apartándose de paso de la peligrosa punta paralizante.

-¿Estás bien, Tigress? Dime que no es verdad que nos haya costado tanto quitarnos de enmedio a este payaso... - pidió Brian.

- Por triste que sea, es verdad - dijo la chica, utilizando la punta de otra de sus flechas para ayudar a Nexus con su tarea de desenredarla. Habían armado tanto jaleo que no le sorprendería que hubieran atraído la atención de algún otro recluso.

Y, por lo visto, no se equivocaba en su suposición.

- ¡Por aquí, hermana Tuppence! - le llegó una voz conocida, casi al mismo tiempo que Brian la libraba de los últimos hilos. Artemis le dio las gracias con un movimiento de cabeza, y le señaló a Superboy, que seguía debatiéndose.

- Los Gemelos Terror - musitó la chica, en ese tono que se reserva para las maldiciones -Lo que nos faltaba... Necesitamos a Conner cuanto antes, B. Esto se va a poner feo...

¿Qué se solía decir de que las desgracias nunca vienen solas? En este caso venía por duplicado. Los Gemelos Terror cargaban contra su posición, dispuestos a entorpecer su operación un poquito más.

-Lo que nos faltaba... Necesitamos a Conner cuanto antes, B. Esto se va a poner feo...

-Déjamelo a mí, A. ¿Crees que puedes contenerlos un poco?

Fuera cual fuese la respuesta de Tigress, ambos sabían que no podían resistir mucho más sin el apoyo de Superboy. Nexus se teleportó en el acto con sus portales hasta la posición de Superboy, y con la punta de la flecha de Artemis trató de quitarle de enmedio la hebra pegajosa de Polilla Asesina. Algo que no era desde luego tarea fácil, por cómo se estaba moviendo el clon de Superman.

-¡Tío, estate quieto! ¡Así no puedo! -gruñó Brian, haciendo todo lo posible.

Mientras tanto, los Gemelos se aproximaban a Tigress, sonriendo sádicamente, mientras se crujían los puños.

-¡Creo que hemos cazado una tigresa, hermanita!

-¡Menos hablar y más mover el culo, hermanito! -con un grito de guerra, Tuppence cargó hacia Artemis por el flanco derecho, mientras su hermano lo hacía por el izquierdo.

-¡Creo que hemos cazado una tigresa, hermanita!

-¡Menos hablar y más mover el culo, hermanito!

-¿En serio...? -musitó Artemis, con una mueca, mientras los dos hermanos se abalanzaban sobre ella.

Brian había utilizado uno de sus portales. Tigress no se volvió para ver adónde iba; por sus palabras, parecía claro que a solucionar las cosas. Y esperaba que se diera prisa, porque de todas las personas con las que le podría apetecer un mano a mano, los Gemelos Terror ocupaban el último puesto de la lista.

-¿... nunca te dijeron que no vendieras la piel del tigre antes de cazarlo? - en lugar de frenar al ataque, Artemis saltó y rodó para apartarse de la trayectoria de ambos hermanos en el último momento. Sin embargo, no iba a ser tan fácil como hacerlos colisionar. Los Gemelos también se evitaron el uno al otro en el último instante, y Artemis chasqueó la lengua, frustrada.

Los Terror llevaban luchando juntos casi desde la cuna, por lo que no necesitaron intercambiar ni siquiera una mirada de complicidad antes de volver a la carga con un ataque sincronizado. Artemis trató de desenvainar su espada corta, pero Tommy se aseguró de darle un doloroso golpe en la muñeca para que la soltara, mientras el puño de Tuppence conectaba con el costado de la arquera. Tigress emitió un quejido de dolor y se forzó a saltar hacia detrás, siguiendo la trayectoria del impacto, para minimizar al máximo el daño del golpe. Funcionó un poco para el costado, pero llegó demasiado tarde para la muñeca.

-Mierda...

Viendo como los hermanos se disponían a cargar de nuevo contra ella, la heroína trató de ganar algo de tiempo. Su mano íntegra extrajo una bomba de humo de su cinturón, arrojándola a continuación al rostro de los Terror.

-Date prisa, B... - murmuró Artemis para sí, mientras huía en la dirección contraria para buscar un buen lugar desde el que disparar con la ballesta. Sin embargo, algo la forzó a detenerse. Una sustancia que identificó como el material pegajoso que escupía la Pistola Capullo acababa de atrapar su bota, inmovilizándola en el suelo. Tigress trató de sacudir la pierna, sin éxito. Pronto el humor se disolvería y volvería a estar a merced de aquellos pirados.

-¡Parece que nos ha tocado la más flojucha de esos mocosos, hermanita! - rió Tommy Terror, surgiendo de entre la niebla.

Artemis alzó la ballesta de todos modos. Tenía un pésimo ángulo para disparar, pero al menos ganaría algo de tiempo.

-¡Tienes razón, hermanito! ¿Dónde están tus amigos, niñita? Hace tiempo ya que tengo ganas de hacer pedacitos al de la camiseta de Superman... - dijo Tuppence mientras hacía crujir los nudillos de nuevo.

Tigress comprendió que la villana se refería a uno de sus encuentros pasados con los Young Titans. Le hubiera encantado decirle que Superboy estaba a la vuelta de la esquina, pero algo detuvo las palabras antes de que salieran de su boca.

-¿Entonces me vuelve a tocar el correcaminos pelirrojo? - protestó Tommy.

Los ojos gris oscuro de Artemis se clavaron en él, fríos como el hielo, mientras situaba la ballesta a la altura de su rostro.

Le costó un bonito esfuerzo terminar de librar a Conner de la hebra pegajosa, sobre todo porque él mismo se pegó en parte más de una vez a causa de los constantes forcejeos del héroe juvenil. Pero finalmente lograron librarse los dos. Brian no tuvo que tardar ni medio segundo en explicarle la situación de Superboy antes de que éste fuese directo en dirección a Artemis con sus supersaltos. Nexus le apoyó usando sus portales para acortarle el camino.

Nexus llegó justo a tiempo de comprobar que Tigress estaba en una situación peliaguda... y que un desafortunado comentario de Tommy Terror acababa de despertar el lado oscuro de la rubia. Ya iba directa a dispararle un flechazo a la cara, pero por fortuna Brian reaccionó a tiempo y disparó un portal que proyectó a Superboy justo debajo del joven delincuente. Al menos la flecha le daría a Conner, algo que sería poco menos que un bolazo de nieve para el semi-kriptoniano.

-¡Mala suerte, punkies de medio pelo! ¡Os toca el Dúo Aplastador!

Antes de que Tuppence tuviese tiempo de ir a apoyar a su hermano, que ya estaba curtiéndose a golpes con Superboy, Nexus apareció por su espalda y le pateó la espalda. Confiaba en que aquello fuese suficiente para neutralizarles.

Artemis vio el borrón que salía al encuentro de su virote, procedente de un portal que acababa de abrirse de la nada, y sus ojos se abrieron desmesuradamente por el sobresalto. Por un momento, creyó que había alcanzado a Brian, esta vez de verdad. Apenas tuvo tiempo de abrir la boca para emitir un grito de alarma. La flecha ya había impactado en el cuerpo de Conner, rebotando contra la caracterísica "S" que lucía en el pecho.

Superboy, sin apenas notar el golpe, se lanzó sobre Tommy Terror, enzarzándose ambos chicos en un duro combate cuerpo a cuerpo. Tigress se quedó un instante mirándolos luchar, mientras iba siendo progresivamente consciente de lo mucho que la había descentrado la referencia a Wally en medio del combate. No era la primera vez que le pasaba, y probablemente no sería la última, pero no podía permitir que aquella clase de cosas siguieran pasando. Podría haber dejado su camino como superheroína tras la pérdida, pero había elegido continuarlo, y ahora debía a sus compañeros el ser consecuente con su decisión.

-¡Mala suerte, punkies de medio pelo! ¡Os toca el Dúo Aplastador! - la voz de Brian, unida al puntapié que el chico acababa de asestar a la desprevenida Tuppence, terminaron de devolver a Tigress a la realidad.

- ¡Con la aparición especial de Golpe de Gracia! - exclamó Tigress, lanzando una patada directa al rostro de Tuppence, quien había sido proyectada en su dirección por el joven Nexus.

Con un crujido bastante desagradable que sonaba a tabique nasal roto, Artemis y Brian remataron la faena. A unos metros, el sonoro "auch" de Tommy Terror antes de perder la consciencia les alertó de que Superboy había hecho otro tanto.

El equipo volvió a agruparse. Brian y Artemis parecían los más cansados. La rubia respiraba entre jadeos. A medida que se enfriaba, la muñeca le dolía cada vez más. Con su suerte, Tommy Terror le habría roto algún hueso. Conner era el único que no parecía acusar la fatiga, aunque en su caso era más que comprensible.

Tigress decidió ignorar las protestas de su cuerpo y el dolor que le causaba la muñeca herida. Aún quedaba la parte más difícil. En el patio, los reclusos se habían puesto nerviosos, incapaces de conocer el resultado del combate desde sus posiciones. Otros habían acudido al rescate de los "hombres de hielo", ahora que Batman parecía estar ocupado con ellos. Y, al parecer, otro atacante que usaba proyectiles muy similares a los del Murciélago estaba atrayendo su atención en el otro extremo del patio.

El resultado era que los rehenes estaban ahora bajo la supervisión de tres villanos: el Capitán Boomerang, King Shark y Mirror Master. Los tres iban armados y mantenían toda su atención en el punto por el que asomarían los tres héroes si se decidían a descender al patio. Artemis se mordió el labio inferior. No les convenía alargar el enfrentamiento; si los ponían nerviosos, podrían tomarla con los rehenes. Y nadie debía morir.

Tigress miró a Brian.

- Tenemos que aparecer tras ellos, como has hecho antes con Tuppence Terror. Cada uno de nosotros tendrá que encargarse de uno.

- Me pido a King Shark - fue el comentario de Superboy.

Artemis esbozó una leve sonrisa. Sería lo mejor; ella no estaba en condiciones de plantar cara al hombre tiburón, y Conner y aquel tipo tenían algunos asuntos pendientes que les encantaría resolver.

- ¿Sería posible abrir tres portales a la vez... o con un lapso de tiempo muy corto entre ellos? -preguntó la chica, mientras volvía a preparar su ballesta con la ayuda de sus dientes y la mano buena.

El problema más gordo había sido sorteado. El problema era que tendrían que prescindir de la entrada sigilosa: medio Belle Reve sabía ya que estaban allí. Por fortuna, el equipo de Batman había avanzado lo suficiente para atacar desde atrás y dejar a los villanos confusos sobre el número total de asaltantes. Los rehenes seguían en el patio, y sólo quedaban tres villanos listos vigilándoles. Conner no dudó en pedirse a King Shark, algo con lo que Nexus no tenía el menor reparo. No era precisamente el mejor combatiendo a bestias musculosas.

- ¿Sería posible abrir tres portales a la vez... o con un lapso de tiempo muy corto entre ellos?

-Puedo mantenerlos tanto tiempo como sea necesario, pero eso requiere concentración. Así que sed muy rápidos, ¿de acuerdo?

Sin dudarlo, abrió un portal rojo justo frente a ellos, y tras unos breves segundos de concentración, abrió el primero justo a las espaldas de King Shark.

-¡Superboy! ¡Todo tuyo!

El clon de Superman no se lo pensó dos veces antes de salir propulsado cual ariete y atravesar el portal, dejándose caer sobre King Shark como un ariete. Un segundo después de que se escapase, Brian abrió otro portal, justo detrás de Capitán Boomerang.

-¡Yo me encargo del Señor Copias, Tigress! ¡El Capitán Palurdo es todo tuyo!

Dio a Artemis el tiempo necesario para cruzar y plantarse ante su adversario. Brian finalmente abrió el tercer y último portal ante Mirror Master, y salió haciendo una ágil cabriola seguida de una precisa patada en el costado que tiró hacia atrás a su oponente.

-¡Se acabó el juego, patán! ¡Hazme un favor y ríndete!

-¡Yo no sigo órdenes, y menos de un crío!

El villano comenzó a multiplicarse, tratando de rodear al héroe juvenil con un ejército de yos. Pero no era la primera vez que él y Nexus combatían. Esperó a que los clones se precipitasen sobre él y descargasen una lluvia de golpes, y conforme atacaban él disparaba sus portales y dejaba que sus propios ataques se desviasen e impactasen sobre los propios dobles de Mirror Master. Conforme éstos caían, iban desapareciendo, hasta que sólo quedó el original, que miró confuso e iracundo al joven lanzador de portales.

-Lo siento, tío, te quedaste más solo que la una.

Mirror Master no tuvo tiempo a réplica antes de que Nexus se precipitase con un salto acrobático y terminase con una patada en toda su clavícula. Una maniobra que hubiese enorgullecido a Nightwing.

Cuando regresaran al Monte Justicia, Artemis pensaba hablar largo y tendido con Dick acerca de su pupilo, porque lo estaba haciendo estupendamente.

-¡Superboy! ¡Todo tuyo! - exclamó el chico, abriendo el primer portal para Conner.

- Me toca - musitó Tigress, que había aprovechado el tiempo muerto transcurrido desde la derrota de los Gemelos Terror para cortar parte de la pernera de su traje y hacerse un improvisado vendaje en la muñeca. Abrió y cerró los nudillos alrededor de la empuñadura de la ballesta, comprobando que el dolor fuera soportable.

Aguantaría.

-¡Yo me encargo del Señor Copias, Tigress! ¡El Capitán Palurdo es todo tuyo!

Bueno, Brian había elegido por ella, y bastante sabiamente. Combate a distancia contra combate a distancia, lo que dejaba a un chico capaz de crear portales enfrentándose a un tipo que generaba copias de sí mismo. Artemis dudó un instante, pero finalmente esbozó una sonrisa confiada. Lo haría bien.

Cuando el primer resquicio del portal de salida empezó a abrirse ante el Capitán Boomerang, Tigress apretó el gatillo de la ballesta, empezando a cargar el siguiente virote incluso antes de perder de vista el primero. La flecha atravesó limpiamente la abertura, saliendo al otro lado por un diminuto resquicio. Para Boomerang, fue como si surgiera de la nada, arrancándole una maldición cuando le arrebató el arma que le daba nombre de la mano.

- Te veo enseguida - se despidió Tigress de Brian, saltando ciegamente al interior del portal.

Emergió directamente delante del Capitán quien, al parecer, ya tenía un nuevo boomerang en la mano. Artemis disparó el segundo virote, alcanzándole en el hombro con uno de sus dardos paralizantes. Sin embargo, el arma giratoria ya estaba en el aire, y el impulso de Tigress le impedía esquivarla a tiempo.

- ¿Crees que puedes evitarme? ¡No eres ni la mitad de rápida que Flash!

La rubia cruzó los brazos por delante de su rostro, sintiendo el impacto del cortante boomerang sobre su traje de kevlar. Pero, en los escasos segundos que tardaba la sustancia paralizante en hacer su efecto, el Capitán tuvo tiempo de lanzar dos cuchillas más. Ambas alcanzaron dos zonas desprotegidas del cuerpo de Tigress: la pierna de la que había sacado el vendaje, y uno de los laterales de su rostro... afortunadamente, causándole sólo cortes superficiales en la piel.

Chasqueando la lengua, Artemis retrocedió y se arrodilló en el barro, cargando rápidamente un nuevo virote en su ballesta. Pero no llegó a ser necesario. El Capitán Boomerang, que ya tenía otro disparo preparado, trastabilló y finalmente cayó hacia delante, completamente paralizado.

Casi al mismo tiempo, King Shark se sumergió, literalmente, a varios metros de profundidad en el suelo de barro, arrastrado por el puño de hierro de Superboy. Al otro lado de Artemis, Brian remató un brillante combate contra Mirror Master con una patada acrobática.

Artemis esbozó una sonrisa, orgullosa de sus chicos. El equipo Alpha había vuelto a salvar el día...

O, al menos, a los guardias de Belle Reve que los villanos habían cogido como rehenes.