El viejo hotel - Minievento - [Tú también flotarás] - Kate Bishop (02 de octubre de 2007 - Dahlonega)

La lluvia golpeaba con fuerza en la calle y arremetía con violencia contra la ventana de la habitación del hotel en el que se hospedaban Kate y su familia, una tormenta inusual les había recluido en el cuarto casi todo el día y ahora, los relámpagos que caían de forma intermitente y la fuerte lluvia, mezclados con el sonido del viento aullando en las calles, formaban un cóctel que dificultaba mucho que la pequeña Kate pudiera dormir tranquila.

Estaba estirada sobre su cama, una antigua con cabezal de madera maciza, a su lado dormía su hermana, ella parecía no tener muchos problemas, al igual que su padre, que roncaba sonoramente en la cama de matrimonio que tenían delante, la habitación era bastante austera, tenía una ventana a su derecha que estaba cubierta con unas cortinas moradas, el baño estaba junto a la entrada y, a excepción de una lámpara y un pequeño escritorio con una silla, el cuarto no contaba con ninguna decoración más…

El hotel en el que estaban seguía la misma línea, una decoración extremadamente austera, casi como si se tratase de un edificio abandonado, a excepción de la enorme vitrina que tenía a su entrada con la colección de muñecas de la dueña: - Oh…Esto es mi colección de muñecas cariño…Son muy especiales ¿Sabes? – La dueña del local, una mujer regordeta, con el pelo canoso y los dientes amarillos le había explicado aquello a Kate cuando, ella, aterrada, observó las muchas muñecas de porcelana que contenía la vitrina: - A veces…Cuando estoy sola en la noche, siento que me observan…Y me hablan, son como mis niñas pequeñas.- Aquella mujer, con un aliento agrio le había susurrado aquella última parte al oído a la niña y luego había formado una siniestra sonrisa que parecía que solo había visto ella ¿Qué demonios le pasaba a esa mujer?

En general, todo el pueblo de Dahlonega transmitía la misma sensación de ser un lugar que había caído en el olvido hacía mucho tiempo…Y la gente…La gente se comportaba de forma extraña desde que habían llegado al pueblo, ella había insistido a su padre de que no se quedaran allí, pero él decía que eran todo imaginaciones suyas, que no debía tener miedo…

Bueno eso era fácil de decir cuando se estaba durmiendo a pierna suelta, ella aún no había pegado ojo, desde la cama cualquier ruido proveniente del pasillo que comunicaba las habitaciones con el resto del hotel sonaba como si alguien estuviera al otro lado de la puerta, intentando adentrarse en la habitación…Ahí estaba de nuevo…Un crujido en la madera del suelo, cómo unos pasos ¿Se estaba moviendo la maneta de la puerta?

Un rayo iluminó repentinamente la estancia, y, por un instante fugaz, delante de la niña apareció una figura que la miraba fijamente, tenía los brazos muy largos, los dedos casi tocaban los tobillos, iba desnudo de cintura para arriba y su torso, extremadamente delgado, mostraba unas costillas marcadas, el pecho se inflaba y desinflaba al compás de una respiración agitada que salía por una especie de corte oscuro en su rostro, que parecía simular una boca, la cara era desnuda, no tenía facción alguna, más allá de aquella extraña boca, aunque parecía que miraba fijamente a Kate…La habitación quedó a oscuras…El sueño empezó a invadir a la chica…Cerró los ojos…

Spoiler:

Habían pasado un par de días desde aquella fatídica noche, habían transcurrido de forma normal, exceptuando por la extraña actitud de la gente del pueblo. Kate no había vuelto a oír ruidos en el pasillo del hotel, ni a ver extrañas figuras, había dormido bastante bien un par de noches y, sin embargo, algo no la dejaba descansar tranquila en esos instantes, se agitaba en la cama sin poder pegar ojo…La puerta del cuarto emitió un chirrido mientras se abría poco a poco, parecía que nadie más se había dado cuenta, seguían durmiendo tranquilamente mientras la puerta quedaba abierta un palmo:

-Kate…- Una voz susurró su nombre, era la voz de una niña pequeña que parecía provenir del oscuro pasillo: - Kate...Ayúdanos...-

La puerta chirrió suavemente cuando la chica la abrió, casi cómo si aquellas viejas bisagras oxidadas estuvieran entonando una dulce melodía de felicidad al ver que ella se atrevía a cruzar hasta el corredor.

Una vez atravesó el umbral de la puerta, la misma se cerró sola con suavidad, cómo si le estuviera dando a entender a la chica que la posibilidad de volver corriendo a su habitación y refugiarse entre sus sábanas ya no era posible. El pasillo estaba oscuro, muy oscuro, apenas se veía nada salvo cuando algún rayo rompía con aquel denso telón de negrura e iluminaba el lugar por unos cortos instantes de manera similar a la primera noche ¿Volvería a cruzarse con aquella cosa o todo había sucedido realmente en su cabeza?:

-Kate…- Aquella voz de nuevo, sonaba suave, casi cómo arrastrada por un viento que no debería circular por un edificio con las ventanas y puertas cerradas…Parecía provenir de la recepción del hotel, en la otra punta del pasadizo: - Kate, te estamos esperando… – Cualquier persona corriente habría echado a correr o habría fingido no escuchar nada, se habría resguardado en su cama y se habría marchado de aquel pueblo maldito, sin embargo, algo parecía atraer a la chica, cómo una fuerza invisible que la arrastraba a seguir aquel rastro ¿Voluntad suya? ¿O algo la empujaba a hacerlo? Era difícil de decir…

La chica avanzó a tienta por el pasadizo en dirección a las voces, más o menos conocía ya la estructura del hotel, pero no quería toparse con nada inesperado, así que iba poco a poco, con los brazos extendidos hacia delante, tanteando en la oscuridad para no tropezar con ningún mueble…O otras cosas…Su corazón palpitaba nervioso, no sólo por lo siniestro de la situación, si no por el miedo de que la encontrasen allí, en medio del pasillo, en pijama y en dirección contraria a su habitación.
Si la chica hubiera tenido el valor de mirar hacia atrás se habría dado cuenta de dos detalles, a cada paso que daba hacia delante la oscuridad engullía sin piedad todo lo que iba dejando atrás, cómo si el mundo estuviera desapareciendo a cada centímetro que avanzaba hacia delante y cayendo en el olvido…

Y el segundo detalle que podría haber apreciado, en este caso, se trataba de la figura que reptaba por el techo, se trataba de la criatura que había ido a visitarla la primera noche que, lentamente seguía a su presa arrastrándose por el techo, observando cada movimiento y alimentándose de su miedo, con la comisura de la boca abierta y con una respiración entrecortada, pero a su vez silenciosa:

-Ayúdanos…- La voz volvió a murmurar esta vez sin embargo sonó cercana a ella, Kate palpó con las manos la puerta que daba a la recepción, aquel lamento había venido de allí, abrió la puerta y pasó a la estancia, allí si había una pequeña luz de una lámpara que iluminaba una parte del mostrador y la vitrina de las muñecas.

Buscó a su alrededor para tratar de identificar quien la había estado llamando, y entonces se fijó en algo…La vitrina de las muñecas estaba parcialmente abierta y juraría que faltaban algunas…La chica tragó saliva: - Kate…Te necesitamos…- Murmuró una voz a sus espaldas, ella se giró en un acto instintivo, pero de nuevo, no había nadie: - Aquí abajo Kate…- La chica miró con horror y entonces encontró una de las muñecas, tirada en el suelo, en su expresión se dibujaba una sonrisa malévola y miraba fijamente a la chica: - ¡Necesitamos alimentarnos de ti! – Otra voz chilló a sus espaldas, la niña se giró para poder con horror cómo varias de las muñecas de la vitrina habían saltado hacia dónde ella estaba.

Se agarraron al pelo, las orejas, el pijama…Ella luchó cómo pudo, incluso pudo escuchar el grito de algunas de ellas cuando las estampaba, la luz empezó a parpadear de forma violenta, la niña cayó al suelo mientras gritaba y entonces algo húmedo le cayó en la cara, abrió mucho los ojos cuando observó con horror cómo la figura que noches antes le había perturbado el sueño la miraba desde el techo, con la boca abierta y salivando, extendiendo los brazos hacia ella:

-Ya queda poco... - Murmuró una grotesca y siniestra voz, un rasguño de ultratumba que parecía provenir de la negrura dibujaba en la comisura que aquella cosa tenía en su cara blanca y carente de rostro…Los largos dedos de aquella cosa estaban a punto de agarrarla…Kate chilló con todas sus fuerzas, agitando los brazos e intentando protegerse:

-¿SE PUEDE SABER QUE ESTÁ PASANDO AQUÍ? – La luz de la recepción cegó por unos segundos a la niña: - NIÑA ¡AQUÍ SE VIENE A DORMIR! – La dueña del establecimiento estaba en la puerta, con una bata rosa y un gorro de dormir, estaba roja como un tomate y parecía muy enfadada, caminó hasta Kate, que estaba tirada en el suelo en medio de la habitación: - ¿Qué demonios hac….? – Aquella mujer calló de repente cuando escuchó un ‘crec’, miró al suelo, había pisado un trozo de una de sus muñecas, miró a la vitrina con horror para descubrir que la mayoría de estas no estaban, miró a Kate, luego miró alrededor de la chica, las muñecas estaban tiradas a su alrededor: - ¡MIS PEQUEÑAS! – La mujer parecía haber entrado en cólera, miraba a Kate con una furia asesina, de pronto su padre interrumpió la escena al entrar por la puerta, con el pijama y con cara somnolienta: - ¿Qué ocurre? -

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