Royalty 26-1-19 [Diana de Themyscira]

 
 
 
 

 
 
 

Una mujer conocedora del mundo y sus costumbres, con su elegante porte y su elocuencia eran herramientas que estaban refinadas hasta el más alto nivel. Ni Flagman ni Blackagar tendrían en mente que aquella amazona estaba preparada para jugar ese juego de información, no solo eso, parecía tener ya enlistadas sus curiosidades por lo que evadiría los rodeos que eran la especialidad de Flagman.  Compartieron una mirada tanto el rey como su temporal voz fueron un claro gesto de impresión ya que ninguno esperaba tales palabras.  Como en el deporte que les encantaba a los americanos, conocidos como beisbol, la visitante tomaría su turno a la ofensiva primero.

Movimientos prolijos y llenos de confianza, al recargar su brazos sobre mesa en cuestión,  dejaba en claro mi interés pos sus palabras. No tenía idea alguna de que podría estar buscando la guerrera por parte del Inhumano, la curiosidad ciertamente era algo que por dentro hizo permitirle con un ademan que prosiguiera sin pausa, estaba ahí para ella y le dejaría que expresara completamente su idea. Aquel inhumano que más que un trabajador era un compañero que le brindaba su apoyo en cada oportunidad, guardó un silencio inusual en él, había cosas que ya podía responder o hacer por si solas.

El interés de Diana era por la figura representante de los inhumanos, sus capacidades, debilidades, una pregunta podía ser fácilmente leída de varias maneras y debía ser sumamente cuidadoso para dar las respuestas. Si bien estábamos tratando de formar una relación que beneficiara a ambos, que diera un buen pie, sería lo mejor poner las cosas lo más sencillas y transparentes posible para aquella mujer viera que no había nada de lo que dudar ni de lo que temer.  La primera pregunta, bastante directa y clara asentiría aun cuando la oración no estaba por terminarse. Parecían ser una tras otras que iban de la mano para un mismo tema.

El inhumano alzo la palma ligeramente  para que su compañero esperara su turno de intervenir en la conversación. En cuanto se dio un cese que diera un interludio para responder colocaría de nuevo la mano en la mesa para que este prosiguiera. Flagman al inicio dudó completamente de que hacer o que no hacer, que decir o qué no decir puesto las señas salvo por la pausa no eran claras. De estar Medusa, Ahura o algún telepata de confianza podría transmitir de manera agradable sus palabras mediante los pensamientos.

—Señorita Diana, el silencio que guarda mi señor Blackagar ha sido un voto que realizó desde muy temprana edad.  Solo en silencio puede estar con nosotros, pero también fue parte de su entrenamiento hasta volverse tan fuerte que es capaz de mantener el control en todo momento y convivir junto a nosotros. Los poderes de mi señor Blackagar, los que impiden su habla van más allá de lo que puede imaginar y han sido pocos los que han visto de lo que es capaz realmente, más no son su única habilidad.— Fue una manera de aclararle todas las dudas que ella tendría salvo la ultima. —¡Eso es impensable! Contra la voz de mi señor nadie en el espacio desearía enfrentarse a ese poder.— Un pequeño ademan haría que Flagman no dijera más sobre el tema. Tampoco tendría mucho más que agregar, la explicación a detalle sobre ese tema alguien como Reed Richards, Tony Stark, Bestia, Hulk o algunde su dimensión serían los únicos en dársela.

Mientras la conversación entre los tres se daba de esa manera poco convencional donde solo habían dos voces, el mesero que sería un inhumano diferente, un aspecto muy humano salvo por excesiva cantidad de pelo, pronto tomaría las copas para cambiarlas por unas nuevas. Para que el inhumano tomara la misma y brindara por ella antes de dar un pequeño sorbo a la bebida.

Black Bolt notaría en cierto modo un interés por la amazona por querer medir sus capacidades,  no querría aterrarla con el destructivo poder su voz, no quería para nada perder esa atención por parte de la invitada. Lo pensaría un momento antes de enviar una ligera señal  para luego mirar a quien servía de su voz. Un muy sutil mensaje le sería enviado por su Rey y con ayuda de su antena le fue un poco más claro cuáles eran sus designios.

—Mi señor Blackagar le gustaría mostrarle una apropiada muestra de sus poderes.  De preferiblemente en privado.—

No era ese tipo de reyes que hacían gala de sus capacidades en público, donde hacer un asombroso espectáculo y ser centro de todas las vistas. No, él era más sencillo, allí en esa sala, el centro de atención eran sus trabajadores quienes con su atención y todo su esfuerzo sacaban a flote un lugar como este, con su diversidad y mostrando que no son monstruos.  Lentamente se podría de pie para llevar una copa con una mano y con la otra hacerle un caballeroso gesto extendiendo su palma para así guiarla. Todo era norma de etiqueta simplemente y a sabiendo que allí no podían entrar paparazis, era un lugar muy seguro para ser caballeresco sin ser juzgado por la sociedad destructiva.

De ella aceptar le llevaría a Wonder Woman en dirección a una sala apartada, por los pasillos que daban hacía los auditorios para conferencias y eventos para el entretenimiento de sus invitados, tanto de este y otros mundos. Le llevaría hasta una sala de entrenamiento que estaba limpia y era amplia. Un lugar que de cierta manera no luciría distinto a un gimnasio terrestre pero avanzado al nivel que un lugar para entrenar a los soldados del futuro.  ¿Cómo desearía probar la amazona al rey? Había variedad de objetos, así como un cuadrilátero y también u lugar idóneo para cambiarse las vestimentas.

La elocuencia de Flagman había llegado a un punto donde no haría mayor diferencia, él rey inhumano habría estado observando a la amazona y viceversa, al parecer ella parecía comprender bien el lugar y cómo funcionaban las cosas aquí. Eso no le daba derecho a jugar las cartas de la manera que le complaciera más, eran figuras públicas y de cierta manera debían comportarse a ciertos estándares o que ejemplos estaríamos dando a aquellos que seguían nuestros pasos. Pensando más en los que podrían ser quienes llevaran las riendas de los problemas podían estar allí observándonos. Había que predicar con el ejemplo si la amazona quería medir las capacidades del inhumano, lo mejor sería hacerlo lo más privado y alejado de las civiles.

—No señorita Diana, ninguno de los trabajadores aquí presentes queremos hacerle daño a su persona o al mundo.— Una respuesta concreta y sin rodeos que venía desde el fondo de su ser. Flagman conocía a todos dentro de la Quiet Room y dificilmente alguno se le escapaba de su agudo sistema de control y monitoreo.

Ya habían pasado aquel inusual test y aquella morocha conocía mucho mejor el corazón de la voz anfitriona que él mismo. Si era cierto que ese objeto cargado de esa energía mística había hecho que el colorido inhumano una inseguridad, se sentía expuesto ya que había revelado de más sin saber si era por su propia voluntad, o si había sido una artimaña por parte de aquella cuerda dorada y brillante con la que le habían atado. La respuesta no cambiaría en absoluto el resultado final, pues tenía la labor de ser el camino común de comunicación entre los dos protagonistas de aquella escena.

—No se pone en duda alguna su interés señorita Diana, pero lo cierto es, que por mucho que mi señor Blackagar quisiera mostrarle ese poder que desea ver, nos expondría a todos a un gran peligro. Por ello mi señor ha hecho un voto de silencio que solo en situaciones de gran riesgo se suele pasar por alto el mismo.  Puede determinar las demás capacidades de la forma que usted desee señorita Diana, después de la demostración.—   Una última plegaria para apelar a al raciocinio de aquella guerrera que con su semblante se podía ver un fiero espíritu, eso aterraba al inhumano pues su rey estaba estirando a comodidades para que la invitada no quisiera negar estrechar lazos entre los Inhumanos y a los que ella representaba, como amazona figura heorica.

Por otro lado, Blackagar no mostraba temor alguno aflojándose la corbata que adornada su cuello, necesitaba comodidad, sucesivo se quitaba el saco y se arremangó hasta más arriba del codo, con cierta coquetería también revisó que sus cabellos estuvieran bien acomodados al peinarlos hacía atrás. Hizo entrega de las prendas que se había quitado a su compañero de raza. Dentro de sí esperaba que la princesa no tuviese que ver el poder de Black Bolt si no hasta que fuera estrictamente necesario, siendo los dos héroes con identidades publicas solo era cuestión de tiempo.

Diana de Themyscira habría dejado una impresión de ser una mujer preparada para todo así que tal vez un corto y muy amistoso sparring podría quizá ayudar a la embajadora a ver lo que realmente se le estaba mostrando. Se cambiaría los zapatos de vestir por unos deportivos para la ocasión y pasaría hasta dentro del ring y le haría gesto que podía ponerse cómoda. Un dedo índice señalaría a Flagman y este haría un llamado al llevarse la mano derecha a la oreja haciendo un claro llamado.
—Ajaxis, ven, el jefe llama por ti.—  No se tomó mucho tiempo cuando un hombre de piel fucsia y atributos bastante vernáculos en ropas bastante cómodas, como si fuera un luchador de artes marciales mixtas que estaba entrenando, en resumen un short de esos ceñidos en la entrepierna,  perfectos para la lucha ya que daban la mayor movilidad habida. Sus ojos anaranjados y esa aura ardiente que con sus movimientos parecía liberar un ligero humo como si algo se quemara pero era él que se quemaba.

—Señorita, él es Ajaxis, viene de una raza subterránea y son criaturas hechas de lava.—   Informó con diligencia antes de que se diera por comenzada una demostración de combate en la que aquel hombre fucsia atacaría con gran fuerza tratan de acertar ya fuera con golpes y ataques de fuego producidos desde sus manos y  pies al ejecutar dichos ataques. Uno y cada uno de ellos se vieron esquivados y que en un momento dado parecía que comenzaba a arrinconarle. Sería cuando Blackagar haría un cruzado de izquierda en el que al impactar una descarga de electrones bastante llamatica, iluminaría como un destello de una bobina de tesla y con esta, seguida por una sería de golpes a puntos vitales aprovechando la oportunidad dejaría fuera de combate a su adversario. Ninguno de estos eran con intenciones a matar ya que muchos eran a palma abierta y con intenciones de fatigarlo y dejarlos sin fuerzas.

Aquella demostración se habría viso alargada para en cierta forma mostrar determinadas habilidades combativas, pero algo decía que no sería suficiente para la amazona. En el fondo del rey una minúscula parte de él esperaba que así fuera y sería ella misma quien querría comprobar de primera mano de cuanto poder estaban hablando.

Ajaxis:

Ciertamente había sido una gran demostración impresionante de ambas partes viendo como el jefe luchaba sin redirse, icluso alcanzando a empujar al nivel de poner contra las cuerdas a un experto Blackagar, en un movimiento brusco y cargado de poder. Se podría ver que aún bajo la presión que podía ejercer luchar contra su superior, en ningún momento el hombre de lava retrocedía pero sería el abuso de su fuerza bruta y poca técnica lo que le haría ser receptor de los golpes del inhumano que siempre buscaba colarse dentro de la guardia de ese monumental hombre.

El rey inhumano era bastante sofisticado aun para pelear y la demostración de combate a pesar de no parecerlo era bastante real para el hombre de lava. Toda oportunidad para medirse siempre era importante. Su coraje en el combate era recompensado al final de este luego de este recibir una serie de golpes que por separado puede que no significaran demasiado pero en conjunto fueron la fórmula para  poner al colosal guerrero de rodillas. Sin golpes de gracia ayudaría a ponerse de pie a su fucsia amigo, Ajaxis tenía orgullo corriendo por sus venas, pero no había otra cosa más que respeto entre ellos así que tras suspiras ante el resultado tomó la mano de quien era su jefe.

Ajaxis no era para nada débil, por eso era de los guardaespaldas que solo llamaban para cuando las cosas se salían de control. También era de los ejemplos más notables que allí no existían solo inhumanos, todos eran bienvenidos y así como él otros del espacio venían siempre con la intención de un trato, pero no todos reunían los requisitos para formar una alianza con el líder Blackagar Boltagon.

La empatía de la amazona fue como un encanto de hadas para el guardia, le vería admirándola, la figura de una diosa frente a sus ojos. Como una de las esculturas Praxíteles, encantado hizo una reverencia colocando una de sus rodillas en el suelo  y extendiendo su mano para pedir el favor de la amazona. Que luego del más mínimo contacto con ella se retiraría, sin quemarla y como aquel que acaba de conocer una gran celebridad.

Flagman tan sorprendido como su superior, seguirían con la demostración, ahora en compañía de la amazona, a quien ahora bajaban la guardia al ella tratarlos con mayor confianza. Era sumamente agradable ver que ahora las cosas iban para mejor y el trato de la princesa era un modo de ganárselos que de cierta manera funcionaba. Black Bolt no quería vivir rodeados de personas que siempre lo iban a ponerlo en un pedestal durante los tempos de paz y le rezaban por salvación cuando vinieran los tiempos de guerra. Cuidaría de los suyos porque muy dentro de él estaba ese deseo por proteger a los suyos, pero no quería ser esclavo de un trono y sus múltiples secretos de forma eterna.

Querría recibirla con una sonrisa ese hombre de aun elegantes ropas, pero ya no impecables. Ante la pregunta de la amazona una declarada negativa al mover su cabeza de un lado y al otro. De poder hablar seguro haría mención que habría enfrentado a Dios nórdico y a un Sentri y si eso serviría como un similar en habilidades. Inmediatamente aquel elegante hombre haría un gesto sorpresivo al ver las claras intenciones de aquella princesa al retirar su vestido, no le vería y bajaría su rostro y con la palma de su derecha cubriría la posible línea de visión entre ellos.

Tenía respeto por la mujer y más aún por la que aún amaba a pesar de no llevar un anillo que hiciera pública su relación bajo la tradición más común de humanos, el rey no cambiaría en ningún momento ese voto que había hecho con ella a pesar de ya no compartir techo o cama con ella.

La voz de su intérprete fue clara pero no tan rápida para impedirle a la mujer el desnudarse. Catatónico por tal sorpresivo acto este solo movería su cabeza a un lado pero inevitablemente miraría de soslayo de forma intercalada a aquella amazona, y como no culparlo por ello. —Señorita Diana, creo que debemos hablar sobre indumentaria. Se le pudo haber traído unas ropas si deseaba participar, solo tenía que pedirlas.— Agregó luchando por no mirarla por más de 2 Misisipis.

No parecía llegarle de todo a la amazona hace que intentaría acercarse a ella al rodear el cuadrilátero y tratar de llamar su atención. —Yuju, señorita diana, incistimos en que debería tomar una indumentaria un poco más discente. Tenemos los trajes aquí cerca si así lo prefiere.— De inmediato iría a por uno de esos trajes que eran hechos para entrenar a algunos que no sabían que poderes obtendrían por lo que estaban hechos para adaptarse a la silueta y no interferir en sus poderes por lo que eran de fácil de transmitir cualquier tipo de energía, así ayudaba a conservar la figura humanoide, así como se volvían más cómodos eran muy funcionales.

No parecía querer esperarlo al escuchar las palabras de su invitada que lo incitaban, no quedó de otra que alzar la vista, su rostro ni se inmutó al ver la figura, aunque solo si la princesa era muy detallista vería los ojos bajar y subir una única vez. Un claro desafío y colocando términos el inhumano de inmediato señalo el laso brillante y color dorado. Con este había hecho hablar a su compañero y no podía arriesgarse en eso en absoluto y seguramente eso traería catastróficas consecuencias por lo que simplemente era mejor sacarlo de la ecuación.

Se cuadró simulando ligeramente una postura de combate del shotokan no tenía preferencia alguna por alguna arte marcial que no fuera la inhumana, simplemente usaba esa guardia ya que tomaba distancias de su adversario en una postura relativamente cómoda. La seriedad del momento y el nivel de concentración del líder solo podría ser superada por su compañero Karnak que a diferencia de muchos, que lo veían hacia abajo por no tener un poder como tal, era el máximo exponente de los artistas marciales de su raza, había llevado al extremo máximo el principio de combate era aplicado en su vida diaria. En que se basaba en estilo de pelea inhumano, en encontrar las fallas, y golpear en ellas en un solo ataque único que rompiera cualquier arma o persona.

El poder de la concentración y el entrenamiento físico era evidente y a pesar de la poca ropa que llevara le heroína para poder llevar a cabo una exitosa muestra debía reprimir las distracciones, así como reprimía la necesidad de hablar por medio de su voz. Como en las escenas de acción de acción de películas de artes marciales le mostraría el dorso de la mano a la amazona y le haría una seña para que fuera a por el cuando deseara.

Para cuando Flagman llegara con el *Traje* ya el encuentro había comenzado y con esto difícil sería detener a aquellos dos.

OOC: Por supuesto, si no te parece bien, narra en tu post algo diferente y lo construímos sobre la marcha.

El respeto que se debían tener el uno por el otro y la suma de las normas de etiqueta hacían que Blackagar un poro reacio al ver el cuerpo de la amazona, que bien sería la anatomía de envidia de cualquier fémina, no solo las humanas, fácil mente encajaba en los estándares de belleza y se posicionaba muy arriba de cualquiera. También estaba el respeto a la mujer que había amado durante su juventud, esa pelirroja que había estado a su lado a lo largo de una agitada vida, en las guerras, en la paz, en victoria y en la derrota, ese era el motivo de mayor peso para no hacerlo.

Para la amazona la desnudes parecía algo cotidiano y sus palabras sobre su ropa combate o de superhéroina. Alcé mi vista hacia ella, el aire entraba y salía de los pulmones con naturalidad, el entrenamiento de toda su vida por mantener la calma, ser quien controlaba sus emociones aun en los momentos más intensos. Lo que no podía ocultar era algo más allá de los gestos visibles, eran esos ojos azules que eran la ventana a su ser. Se podía ver la intensidad a pesar de estar en un rostro calmado, una gran emoción dentro de él en el momento del combate. A pesar de hacer una guardia serena su espíritu de combate era fuera y sus ganas de medirse con ella serían tantas como la de ella con él.

Los representantes de cada facción tuvieron un momento de combate donde el Inhumano pudo ver que la mujer conocía de variaciones de diferentes artes marciales, el más evidente la lucha greco-romana. Tenía gran agilidad y aquel combate parecía ser una coreografía, ambos trataban de descifrar al otro en todo momento, predecir si el otro lo iba a agarrar o a golpear y tener las manos, el cuerpo, las piernas preparados. Ambos muy tradicionales y técnicos, criados en cunas donde de ambos se les exigían estar en la cúspide. Cada que intentaba coger a la amazona de alguna extremidad ella conseguía zafarse y de una pirueta volver al combate.

Cuando los puños se cruzaron los unos con los otros el inhumano se encontró contra un cuerpo bien formado, como golpear el concreto más denso. Ciertamente no podría medir el cómo luchaba con ninguno de sus compañeros de combate anteriores. De sus familiares Gorgon, el más fuerte de ellos se quedaba corto de estilo, de Karnak, el más técnico, el combate muchas veces se resolvía mucho antes comenzar el podría simplemente terminarlo todo con un fugaz movimiento y llegar al rey inhumano y viceversa pero casi nunca llegaban al límite donde uno se proclamaba vencedor del otro aunque por alguna razón, cada uno pensaba firmemente que el otro ganaría.

La amazona tenía lo mejor de ambos, la estrategia, la fuerza, la agilidad y la versatilidad. Sin percatarse el inhumano estaba aprendiendo de sus movimientos pulidos por el tiempo y el arduo entrenamiento. El inhumano aun sin hacer uso de sus poderes se encontraba muy cerca de su tope, para bloquearla usaba toda su fuerza, para escaparse necesitaba del poner de todo su empeño, contratacar, variar las maneras de golpear, pasar del clásico taekwondo, al karate, al judo, en cada uno de ellos se encontraba con la amazona era una experta aun con solo usar lo básico.
Pasaría al plan de irla desgastando y buscar puntos donde la anatomía humana tenía cortos puntos frágiles, ya antes había golpeado su abdomen y pensó que podría encontrar el punto débil, la falla que le permitiría desentablar aquél igualado duelo. La astucia de la amazona sin lugar a dudas lo tomó por sorpresa pasando a hacerle una llave al brazo al colocar su brazo derecho y si cabeza entre sus piernas. Los cuerpos sonaron al impactar en el suelo, el inhumano se agarraría un brazo con el otro, para forcejear contra la amazona.

Respiraciones incomodas por parte del rey inhumano su nariz ligeramente ensanchada suportando sin quebrarse a la primera, el Inhumano que trataría de mover su cuerpo de un lado al otro para tratar de escapar de aquella llave.  La amazona le avisaría cual era la seña para detener el combate. Claramente el inhumano no podría escapar de ese agarre, como cualquiera que se viera atrapado de esa manera, debería usar mucha fuerza y la amazona había sido clara al pedirle que no hiciera uso de sus poderes. Seguramente habría visto un semblante de lucha o agotamiento, pero de su boca nada saldría, apretaría dientes y frunciría el ceño pero era de esperar, estba siendo estrangulando por la amazona. Tocaría su muslo con la mano izquierda en lo que vio que se encontraba agotamiento en su brazo.

Había que saber aceptar cuando se era superado y en ese combate mano a mano la amazona lo había hecho muy bien en contra de él. Ella era más que solo había ganado una simple pelea de entrenamiento, había también demostrado al inhumano que allí había personas que lo comprendían. En aquella pelea más allá del resultado si ganaba uno o el otro había entendido a la amazona, había aprendido un poco sobre ella en aquel pequeño medición de fuerzas.

El hombre se ponía a gatas tocando su cuello  revisando que estuviese bien luego de aquella técnica de sumisión. Con ademan de la cabeza asintiendo y una clara sonrisa el inhumano dio paso hacia ella a un cálido gesto para la amazona al extender su mano para ayudarla a levantarse. La amazona tenía muchos talentos como guerrera y apreciaba haber visto una fracción de ellos.

Por otro lado Flagman había estado comiéndose las uñas durante todo momento, el resultado lleno de altibajos era algo que ponía nervioso al mismo, más allá de solo ser un mero ritual para la confianza de ambos.

El rey Blackagar vio lo que sería una excelente oportunidad solicitando una segunda oportunidad en la que pudieran seguir miedo sus fuerzas si ella así lo deseaba. Tampoco podría obligarla a aceptar, pero era el único momento en cuando la amazona parecía entretenida, siendo la invitada de honor esa noche podría invertir mucho más tiempo del que ella deseara en las actividades de su preferencia, estaban en un ambiente seguro donde nadie podría juzgarla o señalarla.

—Mi señor Blackagar solicita una segunda oportunidad de tener un encuentro señorita Diana.— Dijo Flagman para dejar en claro los deseos de hombre que ya no parecía para nada un hombre bien vestido, con las ropas arrugadas y bastante mal puestas productor de ya tener un segundo combate.

Blackagar Boltagon está inactivo. Decide lo que quieres hacer con éste tema, si cerrarlo, concluirlo tú o eliminarlo.