Nómos y Themis (Diana de Themyscira) [27/01/2019]

La amazona había perdido la cuenta de cuántos casos de violencia de género habían llevado a cabo entre las asociaciones, federaciones, fundaciones y agrupaciones con las que colaboraba. No sólo prestaba cobertura jurídica sino que se comprometía a abonar las facturas médicas fruto del maltrato así como el proceso terapéutico pertinente para ser capaces de rehabilitar a las víctimas a una nueva vida completamente normal. Dentro de lo que era posible.

Cuando escuchó del caso de los Williams y de cómo a ella le negaron la orden de alejamiento a pesar de haber estado al borde del coma, no tuvo más opción que implicarse de primera mano. Sabía que si le prometía protegerla en persona se sentiría segura de verdad. Al menos lo justo para volver a dormir. Aquella sabandija no sólo había hundido la salud mental y física de Judith. Había estado acosándola y persiguiéndola hasta su entrada a prisión y aún dentro había conseguido enviarle algún mensaje, sólo los dioses saben cómo.

Aquel día, Judith le llamó pronto por la mañana. - Diana.. perdona que te moleste,  sé que estás muy ocupada. Es que… su revisión es hoy y me preguntaba…- Ya estoy de camino, te llevo un café largo y algo de desayuno - Poco después sonó el timbre de su casa. Comprobó primero por la ventana y luego por la cámara del telefonillo que se trataba de la princesa y abrió hasta la puerta de arriba, retirando los tres cerrojos distintos. La recibió con un abrazo. - Hola…de verdad que lo siento - Si vuelves a pedir perdón una sola vez más creo que te quedarás sin desayunar - Ambas rieron mientras Diana colocaba los cafés y los dulces sobre la mesa donde ya había desayunado alguna vez. - ¿Has tenido pesadillas? - Hoy sí… pero hacía mucho que no las tenía - comentó feliz. Pero la sonrisa se borró pronto de su rostro. - Diana…¿Y si…? - No saldrá - ¿Qué voy a hacer si...? - No lo hará… - La mano de la griega buscó la de la americana. - Y si lo hace - le levantó el rostro desde la barbilla. - Themyscira te ofrecerá asilo y protección. Ya me encargaré yo personalmente - Le sonrió buscando su mirada, con total transparencia… a pesar de que la amazona había lanzado una mentira atroz.

No tenía acceso a Themyscira. No desde que le hablaron de su impostora por primera vez. Se había dedicado a hacer visitas esporádicas hablando con pequeños grupos revolucionarios que estaban dispuesta a luchar de su lado para recuperar la isla en cuanto fuera posible. Algo había entre sus hermanas que la reconocieron a pesar de llevar tan poco tiempo en ese mundo. Al menos podría conseguirle asilo en una embajada. Pero en ese momento lo que ella necesitaba era tener la certeza de poder enterrarse en un paraíso alejada de cualquier hombre que pudiera confundir con su ex-marido. Estaba con el agua al cuello… por eso intentaría solucionar las cosas por su propia cuenta y riesgo.

-¡Por cierto, tengo buenas noticias! - Diana extendió un sobre junto a los cafés, un sobre que contenía un carné y unos documentos - Has dejado de ser Judith Williams.. Acabas de recuperar tu apellido - Judith se abalanzó sobre ella en un abrazo agradecido tras descubrir el contenido del sobre y juntas desayunaron, como un día cualquiera.

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Un par de horas antes de la vista sonó el timbre del despacho de Nelson & Murdock. A las 9:30 de la mañana. Le fueron abriendo puertas hasta llegar a la última, una vieja puerta de madera con un cristal que recogía el nombre del bufete pintado sobre él. Foggy agarró el pomo y abrió para encontrar al otro lado a una mujer con un traje de vestir negro a medida, una camisa granate y un recogido alto que caía en una coleta ondulada azabache. Matt pudo notar el olor a café, cruasán y el perfume de lirios. Sostenía en su mano una bandeja de cartón con dos vasos de café recién hecho y en la otra llevaba un maletín a juego con el traje. - Buenos días, mi nombre es Diana Prince, vengo en representación de la fundación Gorgona. Disculpe que me persone así sin cita previa, tenía algo importante que tratar con el abogado defensor del señor Williams antes de la vista- Aún con las manos cargadas esperó a que le dejasen pasar - Disculpe que no le de la mano. - se señaló con la vista para declarar que no tenía forma de saludar.