De mujer a mujer [Diana de Themyscira] (01-01-2019)

- ¿Señorita?... ¿Señorita?
- ¿Hmmm...? ¿Qué...?
- Estamos a punto de aterrizar. Por favor, abróchese el cinturón.

Abrocharse el cinturón le fue más difícil de lo que esperaba. No porque no se acordara. No porque el cinturón fuera de mala calidad o el asiento en cuestión tuviera algún fallo de fábrica. El problema radicaba en las pocas horas de sueño y en la pasada noche, cuando se le subió el santo al cielo y bebió más de lo que le convenía. Por suerte para ella Lobo era quien condujo. Aún así, la resaca mañanera era tediosa y horrible, sumada a la falta de sueño. Pero no había nada que un buen maquillaje no pudiera ocultar. No obstante...

- Maldito cinturón...

Washington. Nunca había pisado esa ciudad ni por mera curiosidad. Dentro de Villa Fábula no tenía tiempo ni para si misma, y ahora con una familia... las cosas son complicadas, las quieras o no. Pero había conseguido sacarse un poco de tiempo para visitar, como habían quedado, la embajada de Diana de Themyscira. Levantó una mano, cogió un taxi y le indicó dónde debía llevarla según las instrucciones que consiguió esa misma mañana mediante un par de llamadas y algo de información de internet. La verdad es que estaba completamente perdida, en una ciudad desconocida, y la única persona con quien podía confiar para no perderse era un hombre menudo de tez oscura y boina vieja que no dejaba de hablar sobre su familia y los años que llevaba trabajando como taxista, lo cual duró unos laaaaaargos minutos. Al final Blanca se bajó y le pagó de más para que se marchara rápido: ya tenía la cabeza como un timbal, no quería que evolucionara a bombo.

- Bueno... Blanca, es tu momento. No la fastidies. - Y con paso firme se dirigió en busca de Diana en esa embajada. Preguntando por ella sería un buen comienzo.

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De mujer a mujer [Diana de Themyscira] (01-01-2019) Firma-10

¿Sabes por qué tengo unos ojos tan grandes? Para verte mejor. Así que cuidado con lo que haces.

Otro año, otro dia, otra noche de dormir poco. Cuando acabo la fiesta de Tony, habia pensado que no tenia razon para no quedarme a dormir en algun lugar de la torre donde pudiera estar comoda, pero recorde que tenia que ver a la señorita Blanca al dia siguiente. Me habia olvidado por completo, ya que a decir verdad, hacia mucho tiempo que no iba a una fiesta tan divertida. Si el alcohol me afectase tanto como a los humanos normales, seguramente estuviese tirada con una resaca terrible en el baño de cualquier piso de la Torre Stark, pero solamente me sentia ligeramente ruborizada y con la capacidad de volar. ¿Volar en vestido, en medio de la noche con pirotecnia? No era la mejor de las decisiones, efectivamente, pero irme en un taxi no me gustaba, porque me quedaría dormida en el camino y no me gustaría que tomaran fotografias. A veces, cuando miraba el Internet, veia fotos mias y toda indole de comentarios bastante indecorosos, ¿y ver una donde estaba dormida en el asiento trasero de un taxi? No, la verdad es que preferia llegar con mis propios medios, y esos propios medios eran perfectos para transportar una motocicleta que me acababan de regalar.

Al llegar a Washington llegue a mi casa, me di un buen baño de agua fria, guarde el vestido para limpiarlo despues... (No olvidaria que Harley Quinn me mancho mi vestido con ese postre extraño, y un dia tomaria una retribucion adecuada) y posteriormente, tomarme varias tazas de cafe para estar preparada para lo que se avecinaba: Trabajo, mas trabajo, y luego, una jornada de patrullaje que me permitiese tomarme una siesta al menos en la tarde. ¿Que querra tratar la señora Blancanieves? ¿Asuntos magicos? La mejor para eso siempre seria Zatanna, pero si buscaba algo mas diplomatico, esperaba que cumpliese con sus necesidades.

Me puse mi ropa, algo semiformal para no parecer algo tan rigido. De igual modo, hoy era dia feriado, la embajada estaba cerrada y mi secretaria tenia vacaciones hasta el 10 de enero, por lo que, solamente tenia que pasarme para revisar que no hubiera correspondencia ni nada por el estilo. La señorita Blanca seguramente se encontrase con una embajada vacia, aunque probablemente trabajasen los guardias de seguridad para impedir que pasara cualquier situación incomoda.

Camine de mi casa a la embajada, pasando por un supermercado para comprar unos paquetes de galletas, una cajetilla de cigarros para la señorita Blanca. ¿Ella fumara? Vi a su marido fumando en la fiesta, asi que supongo que ella tambien tuviese ese gusto. Era curioso, nunca habia comprado cigarrillos para nadie, ni siquiera para mi. ¿A que sabran? En fin, una vez que habia pagado todo, lo metieron en una bolsa y segui caminando hacia la embajada.

Al llegar, vi a la señorita esperando a las afueras. Los guardias le habian explicado que en estos momentos la embajada estaba cerrada, y que la embajadora no se encontraba, hasta que me vieron llegar por la calle. Apresure el paso, hasta llegar con la mujer.

-¡Buenos dias! -Me acerque para estrechar su mano- Lamento el retraso, fue una noche un poco pesada lo de ayer. Por favor, pase, sientase como en casa. -Le asenti al guardia, Jeff, para que abriera las rejas y nos dejara pasar. Yo tenia las llaves de la puerta principal, asi que cuando las dos llegamos, abri la puerta- Por favor, acompañeme a mi despacho. Traje algunas cosas, por si no ha desayunado.

Subimos unas escaleras, caminamos por un pasillo y entramos en mi despacho. Habia un sillon, una pantalla plana montada a la pared donde se podia ver cualquier canal de la television americana y un minibar donde guardaba bebidas gaseosas y botellas de agua. A veces tambien guardaba mi comida que traia de mi casa, lo cual era raro, dado que podia ir a casi cualquier restaurante de la ciudad si me lo proponia.

Despacho:

-Por favor, tome asiento. -Le indique una silla, y en el escritorio, saque las galletas, y la cajetilla, la cual se la ofreci- No sabia si usted fumaba, asi que se los compre. Si no, se los puede llevar. -Esboce una sonrisa sincera y me sente del otro lado del escritorio.

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Diana llegaba tarde, pero Blanca no se lo echaría en cara: una mujer como ella de seguro tendría las 24 horas del día ocupadas, durmiendo tan solo en los momentos estrictamente necesarios. O al menos esa era más o menos la visión que tenía la morena de la mujer maravilla. Además, la noche pasada había sido la fiesta de fin de año en la Torre Stark. La misma Blanca había estado a punto de no llegar por culpa del maldito sueño y la falta de descanso. Fantaseaba con pedir una cama con un buen colchón y una buena almohada y ponerse ahí en medio, durmiendo mientras los demás pasaban e iban a sus trabajos.

Se despertó de sus sueños cuando la vio llegar, bien vestida y preparada. Nadie diría que aquella noche había estado con esa mujer en una fiesta en una ciudad lejos de allí. Blanca se la quedó mirando unos segundos mientras se disculpaba y se acercaba a la embajada, Blanca mostraba una agradable sonrisa, bastante sincera cabía decir, ya que aquella mujer, por alguna razón, cada vez le gustaba más, y sólo se habían visto una simple noche. Pero había algo en ella...

- No se disculpe: creo que ambas estamos en las mismas - aseguró Blanca. Cuando Diana habló del desayuno, Blanca se dio cuenta del hambre que tenía. - Muchísimas gracias. La verdad es que lo necesitaba. No he tenido mucho tiempo para pararme a tomar casi nada.

Siguió a la morena por el interior de la embajada, subiendo las escaleras hasta llegar a su despacho. Al entrar la morena sintió un ambiente añejo típico de los despachos que buscaban dar un aspecto noble y fuerte... Y qué mejor forma que con la madera. No tenía la misma fuerza de la edad que su despacho en el Bosque, pero igualmente era agradable, y tenía buenas vibraciones para entablar una conversación de suma importancia como la que venía a tratar.

- En la familia tan sólo hay un fumador y ya es suficiente. Pero sí aceptaré esas galletas si no le importa - contestó Blanca, sentándose en la silla que tenía frente a frente la princesa de las amazonas. Con ambas mujeres ya sentadas, ya se podía dar por empezada la reunión. - La noche anterior hablamos sobre los intereses de Villa Fábula y su anonimato, y me dijiste que la Liga de la Justicia no tendría ningún problema en ayudarnos a mantener dicho anonimato siempre y cuando no supongamos ningún problema para la paz y la vida del resto del mundo. En eso no habrá problema alguno, se lo puedo asegurar. Lo que vengo a preguntarle es algo distinto, y que trata más el tema político que el anonimato. Tal y como está el mundo, y tras los recientes acontecimientos del choque de universos, temo que nuestro anonimato pueda resultar expuesto si no hoy, cualquier otro día. Ya no somos los únicos seres mágicos que habitan éste planeta y estoy muy segura de quererlo, cualquiera de ellos podría quitarnos la careta. En ese caso vengo a pedir su ayuda para, llegado el caso, poder formar parte de las Naciones Unidas. Sé que no es algo fácil, y por eso vengo a hablar con usted, para que me aconseje y me asesore, y a ser posible obtener su apoyo.

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La señorita tomo las galletas, y aunque rechazo la cajetilla, se la deje cerca, por si igual necesitaba algo. Mi sonrisa amplia indicaba que podiamos charlar sin ningun tipo de problema, por lo que la escuche atentamente cuando esta empezo a hablar. A medida que avanzaba, mi gesto iba poniendose ligeramente mas serio. Cuando acabo, me quede unos segundos en silencio, mientras reflexionaba lo que me estaba comentando.

-¿Usted esta pidiendo formar una nación? Bueno... eso es complicado. Le explicare como funciona esto. -Al hablar, mis brazos se movian ligeramente. No estaba agresiva, sin embargo, mi posicion indicaba que estaba bastante activa en esta conversacion- Para que exista una nacion reconocida, debe de haber territorio, poblacion, gobierno y disposicion politica de entablar relaciones diplomaticas, siendo como precedente la convencion de Montevideo como reconocimiento internacional de un pais. De nada le puede servir si solo unas pocas naciones lo reconocen, puesto que tambien necesita el reconocimiento de las Naciones Unidas.-Busque en mi escritorio y saque un pequeño libro. Era la carta de las Naciones Unidas, a modo de constitucion, la cual extendi en la seccion XIX.

Seccion XIX:

-Como por el momento, no hay una reunion extraordinaria de la Asamblea General, el Consejo de Seguridad tiene que decidir ese tema. Si sabe como funciona el Consejo de Seguridad, sabe que hay una aplicacion del derecho de veto por parte de las naciones permanentes a este. Si usted piensa declarar la formacion de una nacion como Villa Fabula, y piensa hacerlo en Estados Unidos, ellos podrian aplicar el derecho de veto y atender esta solicitud como una declaracion de guerra sobre territorio soberano. -Guarde silencio- Tiene que actuar con prudencia, y mas si piensa hacerlo frente a las elecciones del siguiente presidente. Si Lex Luthor gana, tendra usted a un terrible jefe de estado con el que lidiar. -Frunci ligeramente el ceño al hablar de Lex, y mire un momento hacia la carta de las Naciones Unidas- ¿Qué piensa hacer? ¿Cómo va a llevar esto a cabo? Formar una nación no es facil, y le recomiendo que actue con mesura.

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Blanca guardó silencio en todo momento, más por respeto a Diana que por necesidad. Era normal que le faltara información en sus cavilaciones y por eso Blanca no dijo nada mientras la princesa guerrera le hablaba sobre el tratado, las Naciones Unidas y los derechos que pueden ejercer dado el momento. Incluso se acercó la carta de las Naciones Unidas, leyendo la sección XIX por la cual estaba abierto el libro. Nunca era tarde para repasar algo que uno ya se había leído, y era de sabios aceptar que tal vez se le escapara algún dato importante y que podría ser de vital importancia.

El nombre de Lex Luthor no le pasó desapercibido: para Blanca ese nombre era el nombre de un político que se presentaba a la Casa Blanca, y se había leído y visto todo lo que la prensa ofrecía del mismo. A Blanca le pareció un hombre como cualquier otro, con dotes para liderar... pero a Lobo no le gustó la cara de ese hombre, ni sus gestos. Siempre decía que algo como que "odio las portadas..."

Terminada la explicación de Diana y habiendo formulado sus preguntas, Blanca tomó el relevo para ser ahora ella la que tomara el cetro de la voz.

- Primero deje que abogue a la calma puntualizando que ésta conversación está envuelta en la suposición. Mi petición para que nos apoyara para entrar en las Naciones Unidas tan sólo se vería realizada si en algún momento Villa Fábula quedara expuesta. Créame que por mi parte jamás permitiré que algo así suceda, ya que acabaría con el ritmo de vida de las fábulas y supondría un choque demasiado contundente para el mundo mundano en muchos aspectos. Puedo jurarle que ver Villa Fábula en las noticias neoyorquinas sería lo último que quisiera ver en éste nuevo mundo.
>> Ahora, para contestar a sus preguntas deje que le confíe cierta información relacionada con Villa Fábula: como ya le hablamos en la fiesta, Villa Fábula no es más que un barrio creado por las fábulas exiliadas de las Tierras Natales, nuestro mundo de origen, escapando de la conquista del mayor enemigos que jamás hayamos tenido llamado El Adversario. Recientemente y antes de que ocurriera el estallido de mundos Villa Fábula contraatacó al Adversario y pudimos derrotarlo, perdiendo muchas vidas valiosas en el proceso. Devolvimos la paz y ofrecimos la oportunidad a las fábulas exiliadas de volver a sus tierras. Algunos aceptaron, pero la gran mayoría se quedó porque, después de tanto tiempo éste se había convertido en nuestro hogar. Con la reconquista de las Tierras Natales nos vimos en la obligación de reparar ciertos fallos que tuvimos cuando El Adversario nos atacó, y decidimos entablar negociaciones con todos los reinos que forman las Tierras Natales y sus reyes para unificar todas las tierras en una sola, creando así un único y extenso reino, o país.
>> Las negociaciones aun están en proceso desde hace muchos meses, puesto que cada reino tiene sus exigencias como es normal. Pero si el acuerdo se firma, y todos los reinos forman uno sólo, en ese caso ya podríamos aportar el territorio, la población, el gobierno y también la disposición política para entablar relaciones diplomáticas. Pero sé de antemano que habrá un problema inmediato: las tierras donde se está levantada Villa Fábula. Tenemos en nuestro poder cierto documento escrito y firmado por el máximo dirigente de éste país en los tiempos en que Nueva York aun no era una ciudad consolidada, entregándonos un trozo de tierra a cambio de una gran suma de dinero. Les entregamos casi todas nuestras riquezas y nos quedamos en la pobreza, pero al menos teníamos un lugar donde poder refugiarnos. En ese caso, comprenderá a qué conflicto me refiero. ¿Puedo preguntarle cómo solventaría dicho conflicto, de producirse?

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Off:

Mientras escuchaba a Blanca hablar, mis piernas giraban discretamente la silla de un lado a otro, como describiendo un arco que se movia lento. Era la primera vez que alguien me pedia que le ayudase a reconocer a una nación, pero el caso de las fabulas era muy complicado su caso pensando en las implicaciones que tenia asentarse dentro de territorios norteamericanos. Si algo les molestaba a los estadounidenses era que su tierra la mancillase algun grupo desconocido, como los arabes o los asiaticos. Si ahora venia un grupo magico/de cuentos a reclamar soberania en un barrio en una de las ciudades mas pobladas e importantes de su pais, no pensaba que reaccionarian nada bien.

-Quizas ese documento pueda servir para de justificación, pero el congreso no podria admitir la secesion de un terreno de la nacion a un grupo ajeno... Deberia tener cuidado. ¿Conoce la constitucion americana? Es imposible declarar la independencia de cualquier estado de la union pues su constitucion no contempla que eso ocurra, al menos no de la manera diplomatica. Si se planea la union de todos los reinos de las fabulas, los americanos podrian considerar atacarle sin ningun tipo de reserva ante un ataque a su homeland security.

Me gire, abriendo la ventana tras de mi para luego volver a ver a Blanca, pensativa. El asunto era complicado, y tenia que pensar como deberia de actuar en un caso como este...

-Quizas... Bueno, seria un tramite un poco mas engorroso, pero si ustedes declaran su independencia y despues enviar una carta explicando sus motivos a la Organización de Pueblos y Naciones No Reconocidos, que puede ayudarlos con asesoramiento legal y defensa a sus derechos ante los ataques que puedan sentir de sus vecinos... Pero, de otra manera, no habria forma de mantener a las fabulas protegidas si intentan enfrentarse al ejercito americano. -Suspire un poco- Tendran la suerte de que estan en America, pues a diferencia de... no se, los kurdos, ustedes estan en una zona que llama muchisimo la atención internacional, y la atención de los americanos.

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Off:

Misión cumplida: Blanca había quedado con Diana para que la ayudase a tejer una red de seguridad política por si algún día, dios no lo quiera, Villa Fábula quedara expuesta ante todo el mundo y fuera el caramelito preferido por todos los países, en especial Estados Unidos. Aunque claro... no había sido una victoria por así decirlo...
El contexto en el que se movían las meditaciones de ambas mujeres era complicado a más no poder: por un lado estaba claro que en éstos términos, Diana estaba de manos atadas. Si no, no habría propuesto "otras alternativas" como la Organización de Pueblos y Naciones No Reconocidas. Estados Unidos formaba parte de la ONU y no es descabellado pensar que tiene gran influencia en la misma. De estallar un conflicto entre Villa Fábula... no: entre las Tierras Natales y los Estados Unidos una cosa era clara: nadie saldría de rositas.

Blanca siguió en su asiento, meditando las propuestas de Diana para salvaguardar Villa Fábula, sus habitantes y sus derechos frente a un posible descubrimiento. Si, no sería fácil, no sería bonito, pero las fábulas no destacaban precisamente por dejarse mangonear y dejar que el dominante ganara. Si Estados Unidos fueran capaces de mandar al ejército contra ellos, se toparían con una resistencia implacable.
Pero claro, eso si llegaran a la peor de las situaciones...

- En otras palabras, que de ocurrir lo peor, nuestra última baza para mantener la paz serían los medios exteriores, porque dudo mucho que los interiores, o al menos aquellos controlados por el gobierno pudieran decir mucho a nuestro favor... - Tras quedarse en silencio un buen rato, Blanca levantó la cabeza, mirando a Diana y acto seguido, abandonó su asiento. - Muchas gracias por haberme atendido hoy, y por tus consejos. Siento mucho haberte molestado con éste tema. - Se acercó a la princesa y le tendió la mano como gesto de buena voluntad y agradecimiento. - Esperemos que lo dicho en ésta sala nunca tenga que ponerse en práctica.

Lo peor de lo peor de aquel encuentro fue que ninguna de las dos sabía lo que estaría a punto de pasar, y que su conversación no distaba mucho de un futuro extremadamente próximo.

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¿Sabes por qué tengo unos ojos tan grandes? Para verte mejor. Así que cuidado con lo que haces.

Me preocupaba que tanto podian necesitar la ayuda de Themyscira, pues, dado que mi pueblo siempre se habia mantenido muy aparte de las problematicas del mundo, de pronto ayudar a mas pueblos magicos seria un tanto polemico. No dependia en ningun sentido de los Estados Unidos, ni de la comunidad internacional, dado que no teniamos manejo del dolar ni ningun otro tipo de instrumento de coercion para atarnos a un orden jerarquico... Pero tampoco estabamos totalmente protegidas. Si de algun modo, se burlasen otra vez los hechizos magicos con los que la Isla se mantiene oculta como paso con Steve Trevor, quizas Themyscira tendria que ser mas mesurada en cuanto a sus declaraciones.

Me gire en mi silla hacia la derecha, mirando la pared un momento, reflexionando. Era cierto que las fabulas podian congeniar mucho con el pueblo de Themyscira, y el acercamiento cultural podia darnos ciertos avances (aunque sean minimos) en cuanto a nuestras relaciones con el mundo, pero, ¿hasta que punto estas criaturas podian ser confiables? ¿Cómo podrian protegerme a mi o mi pueblo en un determinado momento de necesidad? Pareceria que Themyscira pondria mas de su parte que ellos, pero supongo que son los sacrificios que se hacen en pos del bien comun.

Me levante poco despues de que Blanca hizo lo mismo, asenti y estreche su mano despues de que ella lo hizo. Confiaba en la prudencia y en la mesura de Blancanieves y que podria tener el suficiente cuidado con los temas que va a tocar, tan delicados para la estabilidad internacional de estos tiempos. Por Atenea, que la sabiduria este de su lado en estos momentos.

-Esperemos que no. Si no tiene otro asunto, le agradezco que me haya considerado para ofrecerle mi ayuda. Permitame acompañarla a la salida.

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Tema: Re: De mujer a mujer [Diana de Themyscira] (01-01-2019)

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