[Evento] Duelo de sangre (Thor)

Fecha: 10 de Marzo 2018 (noche)

Loki reposaba tranquilo en su trono de oro macizo, mientras que sus dedos repiqueteaban inquietos en el posa-brazos. La expresión del Dios era aburrida, llevaba horas esperando que algo interesante sucediera aquella noche, pero sus guardias no habían traído nuevas noticias sobre la guerra en Jotunheim. Ahora que el dios del engaño se había hecho con el control absoluto de la ciudad, pronto terminaría de conquistar el resto de los nueve reinos y empezaría a expandirse por los mundos más allá de Asgard.

El siguiente iba a ser Midgard, un insignificante planeta que había intentado conquistar tiempo atrás, cuando era el verdadero Loki. ¿Cómo era posible que un trozo de tierra repleto de indefensos y débiles humanos pudieran retrasar su ambiciosa conquista? La respuesta bastaba con una sola palabra: Los Vengadores. Esos cretinos que jugaban a ser héroes, siempre estaban impidiendo sus planes perfectos. Midgard era débil, pero era el planeta con más superhéroes por metro cuadrado que defendían a los humanos, y por eso no había llegado a acercarse ni un poquito.

Era triste reconocerlo, pero con su nuevo cuerpo, Loki no podía luchar en igualdad de condiciones contra tantos héroes. Cuando se formó el grupo de los Vengadores, eran solo cinco, pero ahora eran muchos más, el grupo había crecido en poco tiempo y él solo había podido eliminar a uno de sus miembros hasta la fecha.

Durante sus dos años de reinado, había planeado cada paso que daría en la tierra, había estudiado cada hilo de su estrategia... 

-Divídelos y vencerás... - se dijo Loki. 

Cuando el Dios terminara con sus deberes en el trono, Midgard estaría chupada. Buscaría a cada uno de los Vengadores y los eliminaría uno a uno, hasta conquistar la tierra de una vez por todas.

-¡Señor! - entró de repente uno de los guardias, arrastrando a lo que parecía un habitante de los pueblos más bajos de Asgard. - He encontrado a este hombre conspirando contra la corona.

Los ojos enigmáticos y misteriosos del Príncipe se clavaron en el buen ciudadano.

-¿Qué tienes que decir en tu defensa? - La voz del hechicero sonó profunda y siseante.

-¡Muerte a Loki! ¡Thor es el legítimo Rey!- el guardia miró con desprecio al hombre y le propinó un empujón que le estampó contra el suelo. 

Loki se echó a reír. Su carcajada fue tan siniestra que incluso el propio guardia sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-Verás... no se exactamente de quien hablas... ¿Thor? Tengo entendido de que yo mismo acabé con él hace dos años... - entonces repitió el nombre de su hermanastro con más desprecio - Si THOR estuviera aquí ya habría hecho algo para conquistar Asgard -entonces alzó la voz, enfadado, y sus ojos parecieron inyectados en puro veneno - ¡Y SI THOR ESTUVIERA, SALVARÍA AHORA TU MISERABLE VIDA!

El Dios de las mentiras se recompuso, ordenó sus cabellos despeinados por la histeria con una mano, y recuperó la calma, para después llevar otra sonrisa en los labios. Esta vez más juguetona que la anterior.

-Pero Thor no está, y no me gustaría estar en tu lugar ahora mismo... - alzó los ojos y miró al guardia que había quedado petrificado con el discurso- Ejecutarle- sentenció.

El ciudadano empezó a suplicar por su vida mientras el guardia se lo llevaba fuera de la sala, arrastrándolo como una bestia salvaje por el suelo. Loki también abandonó sus aposentos y camino por los pasillos de oro hasta llegar a la habitación dónde se encontraba su padrastro, postrado en la cama bajo el influjo del sueño de Odín. La enorme sala se encontraba en silencio, y se podía sentir el vacío y la tristeza en su interior. 

El dios observó a lo lejos a su madrastra Frigga, llevaba sentada al lado de su esposo casi los dos años que llevaba Loki como Rey. No quería abandonar la habitación, no quería dormir ni comer, solo estar a su lado. La Diosa no era molestia para Loki, si él lo deseaba era capaz de hacerla desaparecer en un chasquido, pero lo que él más temía no era que se sublevara, si no que expresara el desprecio que sentía hacia su hijastro, su odio... En ningún momento lo había hecho, todaví. Pero Loki contaba los días hasta que Frigga decidiera estallar, dejar de estar callada, dejar de ser compasiva. Pero el Dios no se detendría, y seguiría intentando hacerle entender el porqué de sus acciones.

Loki dio media vuelta y volvió a la sala del trono. Durante el camino por los pasillos, solo por un instante, el dios se sintió triste. Frigga era la única persona por la que había sentido algo parecido a amor, Frigga era la única que había visto algo bueno en él...ella y Le...

-¡Basta! - Loki se giró de repente y vio a un niño intangible detrás de él. Llevaba una túnica de color verde, unos pantalones negros y una pequeña corona de oro en la cabeza. El Loki niño volvía a estar ahí, para torturarle, para señalar todos sus fracasos y recordarle lo que una vez había sido...

-Sabía que eras tu... ¡deja de taladrarme el cerebro con tus pensamientos sensibleros!- gritó histérico, y volvió a ordenarse los cabellos despeinados con la mano. Loki odiaba con toda su alma a su otro yo.

-¿Cuanto más vas a alargar esto?- dijo el niño Loki, casi sin expresión en su rostro. Estaba triste, viéndose así mismo tan destrozado.

-¡Lo que haga falta, y TÚ no podrás impedírmelo!- dijo el Dios Asgardiano, casi escupiendo las palabras.

-Entonces dime, Loki... ¿Porqué no te sientes satisfecho a pesar de que tienes todo lo que siempre has querido?-

El Príncipe de las mentiras se quedó pálido durante unos instantes y entonces, irrumpieron de nuevo en la sala del trono dos guardias, gritando y con el rostro lleno de pánico.

-¡Nos están atacando!- exclamó uno de ellos nada más cruzar las puertas.

Loki se sentó, y a pesar de estar terriblemente asustado por dentro, su rostro se mostró frío e impasible.

-¿De quién se trata? ¿Los gigantes del hielo?- preguntó con total indiferencia.

-¡No, señor! ¡Nos está atacando un niño!- 

Al instante, Loki volvió a mirar el fantasma de sí mismo, pero éste ya había desaparecido. El hechicero se calmó y volvió a mirar a su sirviente con una sonrisa burlona.

-¿Me... estás diciendo... que un niño... nos está atacando? - preguntó burlesco.

-¡Tiene la fuerza de mil hombres! ¡ha conseguido saltarse nuestras barreras!-

Pero antes de que el guardia pudiera continuar explicando, las puertas de la sala del trono salieron disparadas por los aires por un fuerte golpe y cruzaron la sala volando hasta aterrizar en la otra punta. El hueco ahora mostraba a contraluz una diminuta figura con un martillo. Un martillo que para su desgracia, le resultaba bastante familiar.

Loki palideció al instante y permaneció sentado en su trono mientras observaba al extraño acercarse. Su rostro por una vez mostró emoción. 

Invocó al cubo cósmico y éste apareció rápidamente en sus manos, agarrándolo con fuerza, como si fuera capaz de protegerle de lo que estaba a punto de suceder...

-No es posible...-

En la habitación se sentía el aire turbio, las luces empezaron a parpadear hasta que en un momento dado comenzaron a explotar. Los trozos de cristales caían como lluvia sobre Thor y Mary. Ante tal situación ella se abalanzo sobre el pequeño por miedo a que algún pedazo de cristal le cayera encima…

Mary temblaba mientras abrazaba al pequeño, no entendía que le pasaba de repente después de decir las palabras “LOKI! Maldito seas que me has hecho!” los ojos de Thor se volvieron blancos. Era como si no estuviera, si de cuerpo presente pero su mente no.

Thor sentía como la ira le consumía por dentro, un remolino de sentimientos se aglutinaban en su cabeza… Sentía los sentimientos del Thor pequeño y de sí mismo.  En su mente sólo habitaba el caos y la destrucción.

Thor… Deberías parar antes de destruir tu cuerpo y la casa. Tu cuerpo es demasiado pequeño como para poder resistir todo el poder que tienes. Además esa mujer que esta abrazando tu cuerpo, creo que te importa…

Las palabras de Mjolnir resonaban en su cabeza, tenía razón no podía sucumbir a la ira. Su hermano siempre hacía este tipo de artimañas. Pero en esta ocasión no recordaba como se había transformado ni el motivo.
La mente de Thor se calmo y empezó a hablar con su otro yo (el pequeño).

Thor (mayor): Thor, no te asustes, al igual que mi anterior cuerpo. Viviremos juntos pero no puedo hacer esto yo solo…

Thor (pequeño): Déjame en paz, no sé de lo que me  estás hablando! Has asustado a Mary, no te lo perdonare y si le haces daño… te… te lo hare a ti!

Thor (mayor): Escúchame! Debes ayudarme, he de volver a casa, a Asgard! Necesito saber que me ha ocurrido!

Thor (pequeño): No quiero! Además ese hombre, el del libro, el que tiene esos cuernos, me atormenta en mis pesadillas… Siempre quiere matarme. La última vez soñaba que me lanzaba a la boca de una serpiente gigante.

Thor (mayor): Ese hombre de los cuernos, es mi hermano, mejor dicho, nuestro hermano. Por eso estamos juntos tú y yo. Somos uno, por favor debes ayudarme!

Thor (pequeño): No! Ese hombre me da miedo!

Thor (mayor): No me dejas elección, tomaré prestado tu cuerpo durante un rato!

El cuerpo de Thor se tenso y se aparto de Mary! Se miraron, pero Mary no veía a su Thor, los ojos del pequeño reflejaban demasiada madurez.

Thor se arranco el collar de Mjolnir y al momento este se convirtió en un martillo. Un martillo demasiado grande para su tamaño, aun así lo levantaba con soltura. Lo agarro de la  tira que sobresalía del mango y empezó a darle vueltas. Un aire intenso, como un huracán empezó a llenar la habitación.

A continuación, el pequeño dirigió el martillo hacía la ventana  y salió volando. Una brecha se abrió en el aire, Thor quería parar por miedo a aparecer en otro lado pero reconoció lo que sus ojos percibían. Eran pedazos de trozos del puente del arcoíris! Entre esos trozos encontró a Billy rayos beta!

Billy: Buenas tardes hermano de batalla, que te ha hecho venir hasta esta grieta del espacio?

Thor: Billy! Necesito tu ayuda, he de volver a Asgard inmediatamente pero no sé cómo hacerlo, Mjolnir me ha llevado hacía esta pequeña brecha. Pero no sé como continuar… Podrías prestarme tu ayuda para llevarme…
Billy le interrumpió agarrándolo del cuello y se lo llevo volando hacía los restos del puente del arcoíris que quedaban y se dirigían a Asgard.

Billy: Hasta aquí es donde puedo llevarte hermano mío, no puedo ofrecerte mi ayuda, otros reinos me necesitan en este momento. Espero que tengas suerte y encuentres lo que buscas!

Thor le ofreció su pequeña mano al alienígena con cabeza de caballo.

Thor: Muchas gracias, el resto del camino podré hacerlo solo sin ningún problema.

Sin decir nada más se separaron, tenía que darse prisa y llegar a Asgard.

Continúo y continúo… Por Odín, no podía ser más largo este pedazo de puente? Empezaba a exasperarse y a terminársele la paciencia, pero… PORFIN! Llego a Asgard, vio como todo seguía en su sitio aunque el ambiente era algo inquietante. No encontró a nadie por el camino, decidió dirigirse hacia el palacio.

Cuando llego se encontró a dos soldados, ataviados con uniformes muy distintos de los que su memoria recordaba. Se acerco a ellos…

Thor: Perdonar, podrían llevarme delante de Frigga? Necesito verla y hablar con ella.

Soldado 1: Oh, por el gran Padre de Todos… Que hace una niña tan bonita cerca del palacio? Te has perdido? Si el amo Loki os encuentra os devorará el corazón pequeña… No parece estar muy de buen humor nuestro rey.

Soldado 2: Jajaja déjala creo que la estas asustando se ha puesto roja como un tomate!

Saco el gran martillo y golpeo al segundo soldado en la cabeza gritando:

MALDITOS BASTARDOS! EL GRAN THOR HIJO DE ODIN NO ES NINGUNA NIÑITA! SUFRIREIS MI IRA!!!

El primer soldado, preso del pánico agarro el cuerno y dio la señal de alarma. Fue muy corta pues el pequeño poseedor del martillo se le abalanzo de la misma manera que a su compañero. Dejo a ambos guerreros fuera de combate, no se levantarían… No hasta dentro de mucho tiempo

Thor estaba enfadado de nuevo, que le dijeran que parecía una niña no ayudo demasiado. Se dirigió hacia las puertas y sin miramientos, entro rebentandolas. La sala se lleno de astillas y trozos de puerta, mientras el cuerpo de Thor se encontraba envuelto por una aura eléctrica.

Thor: Espero que te alegres de verme querido hermano! Tu y yo tenemos que hablar!

-¡Espero que te alegres de verme querido hermano! ¡Tu y yo tenemos que hablar!

Loki, blanco como el papel, intentó controlar sus emociones. Éstas empezaban a brotar como espinas en su piel y su mirada se tornó fría y misteriosa. Una sonrisa juguetona apareció entonces en sus labios.

-Thor... querido hermano...- siseó con ironía mientras acariciaba el cubo cósmico, aferrándolo más a él. Con el cubo cósmico en su poder nada podía salirse mal o eso era lo que el dios creía.

-Veo que estás...vivo....- dijo, casi más bien preguntándoselo. ¿Cómo era posible que su hermanastro siguiera vivo? Había eliminado todo rastro de él, había desaparecido. El cubo cumplía los deseos de aquel que conseguía dominarlo, ¿entonces por qué no estaba muerto? ¿El cubo no había escuchado bien su deseo?

-Quizás no lo deseaste de verdad.

La voz del niño Loki saltó por unos instantes en su interior, desconcentrándole.

-Claro hermano... ¿de qué quieres hablar?- Los ojos de Loki brillaron por un instante, pícaros y maliciosos mientras observaban al dios del trueno acercarse lentamente al trono.

Thor tenía ahora un cuerpo diminuto, parecía estar atrapado en un niño de nueva años. Débil y frágil, pero aún así era evidente de que se trataba de su hermano, sólo había que fijarse en su mirada dura y en el martillo que tenía en la mano.

-¿Has venido...a pedirme una niñera? - se burló el príncipe de las mentiras - Aquí en Asgard hay muchas que pueden cuidarte...


Si Thor era un niño y entraban en combate, la victoria estaba asegurada.

-¿Has venido...a pedirme una niñera? - se burló el príncipe de las mentiras - Aquí en Asgard hay muchas que pueden cuidarte...

Thor sentía como sus entrañas rebosaban de ira y rencor. Todo su ser anhelaba a gritos entrar en combate al ver a su hermano delante de él. Está claro que no iba a matarlo… Sólo a partirle unos cuantos huesos.

En ese momento el cuerpo de Thor empezó a despedir chispas y Mjolnir fue disminuyendo el tamaño… Poco a poco el gran martillo se fue convirtiendo en el pequeño collar que Mary le obsequió. Consternado y sorprendido, miraba como el poderoso martillo le cavia en su pequeña mano… ¿Por las barbar del gran Volstag, que está ocurriendo? Pensó Thor.

Las palabras de Mjolnir resonaban en la cabeza de Thor: No puedo permitir que hagas daño al pequeño, estas cegado de ira y cólera.  No es sólo tu cuerpo, lo compartís. No puedes arrebatarle su voluntad. Tú no eres así, estas asustándolo y si sigues así él tomara el control.
Thor: Buen momento Mjolnir para darme una lección de humildad…

Dolor… un dolor intenso se aferraba en la mente de Thor y su cuerpo no le respondía. Era como si estuviera perdiendo el control de la situación. ¿Cómo era posible?

El pequeño Thor despertó, delante del hombre de los cuernos. El pánico le golpeo el cuerpo y empezó a temblar. Era el mismo hombre que le había torturado innumerables veces en sus pesadillas, la única diferencia es que esta vez parecía real…  Muy real.

Thor (pequeño): ¿Dónde estoy? Oh...oh...no...nononono. Es otra mierda de pesadilla! ¿Porque no me puedes dejar tranquilo? No entiendo la razón que te lleva a matarme siempre.

Thor pareció entrar en cólera tras escuchar las palabras de su hermanastro y Loki se levantó del trono de repente pensando que el dios del trueno iba a abalanzarse sobre él, pero la situación cambió de repente.

Mjolnir se volvió diminuta y tomó la forma de un collar. Thor agarró con fuerza la figurita del martillo con su mano izquierda y el muchacho empezó a temblar de repente, mirando hacia su hermanastro.

El dios de las mentiras observó con asombro la reacción del niño. Ahora sus ojos mostraban miedo y confusión. El chico no sabía donde estaba y parecía creer que todo formaba parte de un sueño, de una pesadilla familiar. Una pesadilla que siempre le atormentaba con la forma del dios del engaño.

Loki esbozó una sonrisa, no entendía muy bien lo que sucedía pero dejaba en claro que Thor era vulnerable en aquellos momentos.

- Vaya...hermano... será cierto que te has convertido en un niño de verdad.... - el cubo cósmico brilló por unos instantes y luego retomó su estado anterior. El Teseracto había cumplido su misión, los dos años en los que Thor había estado ausente habían sido lo más parecido a estar muerto. El dios del trueno era ahora un niño, vulnerable, frágil, manipulable... y el alma de Thor estaba encerrada en ese cuerpecito diminuto.

Loki recuperó la confianza, nada podía salirle mal ahora.

-Tranquilo hermanito... - dijo Loki acercándose lentamente al muchacho - Ahora estás en casa de nuevo, a salvo de tus pesadillas...

-¿Matarte? - dijo haciéndose el sorprendido y después rió - ¿Qué locura es esa, hermano? Ahora no necesito matarte, tengo todo lo que quiero, Asgard, y pronto los nueve reinos  -hizo una pequeña pausa y volvió a sonreír - y tu... podrías ayudarme...

Loki usó sus viperinas palabras para convencer al chico de que decía la verdad. Eso siempre se le había dado bien. 
Thor no suponía una amenaza atrapado en aquel cuerpo, era la jugada era perfecta. Si el dios del trueno se unía a él, Loki podría controlarlo de cerca, y si se ponía peligroso podría matarlo con facilidad. Pero lo que no llegó a admitir para sus adentros, era que le resultaría desagradable asesinar niños.

-¿Qué me dices hermanito? Únete a mi... y los dos volveremos a estar juntos... como antes...

-¿Qué me dices hermanito? Únete a mi... y los dos volveremos a estar juntos... como antes...

Thor sólo sentía miedo, bueno más bien pánico, desde garganta notaba un nudo cuando el hombre pronunciaba la palabra “matar”. Nunca había sido un niño miedoso, pero sus pesadillas le atormentaban porque no podía ni huir ni enfrentarse y… En esta situación pasaba lo mismo. Quizás esta vez no sea un sueño y el hombre de los cuernos no quiere matarlo, pero en sus ojos veía la codicia y un vacío… incluso tristeza?

Las palabras del hombre a medida que avanzaban  le calmaron, aunque seguía receloso. No se puede suprimir el instinto de supervivencia.

Miro su manita y vio el colgante de Mary… Pensó en ella y si estaría preocupada. Sólo quería volver a casa, ella era su madre. No biológicamente, pero se sentía querido y protegido, era lo más parecido que tenia a una familia… Bueno y el hombre de los cuernos que decía ser su hermano… Aunque no se parecían ni en el blanco de los ojos…

Thor: Somos…Somos hermanos? Pero no… No nos parecemos en nada señor. Somos como el día y la noche.

Intentaba disimular su nerviosismo, así que opto por atarse el collar al cuello. No quería perder el único recuerdo de su hogar.  Así que se armo de valor  y se dirigió hacia él con decisión. Si era un sueño acabaría rápido, muriéndose de la manera más atroz posible y si no quizás le explicaría dónde estaba y como volver a casa.

Thor: Me gustaría saber quién soy y de porque he aparecido en este lugar?

Llego hasta donde se encontraba el hombre.

-Ciertamente..pequeño Thor... - dijo Loki con una voz silbante, mientras se acercaba cautelosamente al pequeño.- no nos parecemos en nada...

El dios de las mentiras se agachó para estar a la altura del niño y apoyó una de sus manos en su hombro. Se sentía confiado, sabiendo que con aquel cuerpo tan debilucho, Thor no supondría una amenaza para su reino.

-Supongo que no te acuerdas, pero... en realidad somos como hermanastros. Tu padre, Odín, me adoptó después de darle muerte al mío... - sus palabras sonaron casi vacías. Recordaba perfectamente aquel día, él estuvo en el pasado y vio a Odín ensartar su espada en el cuerpo de Laufey. Aquello no le provocaba ninguna pena, no sentía ninguna ira. Había sido lo mejor, así podía estar más cerca de Asgard de lo que podía acercarse cualquier otro gigante del hielo de Jotunheim.  

Aquello pertenecía a un pasado que ni siquiera era ya el suyo. Ya no era el viejo Loki, ahora podía reescribir su historia, su triunfo antes Odín, y a demás tenía en bandeja a su hijo, para poder envenenar sus pensamientos y distorsionar sus recuerdos.

-Tu eres Thor, hijo de Odín, el pequeño Dios del Trueno... - mintió, sabiendo perfectamente que aquello no era ninguna novedad.- y estás aquí para ayudar al rey de Asgard... para ayudarme a mí...

¿Cuanto tiempo podría seguir embaucando a Thor? Loki esperaba que fuera el suficiente para poder terminar con él de una vez por todas.

Thor comprendía lo que su supuesto hermanastro le explicaba... Pero… La mente del pequeño empezó  a omitir y se centro en un solo aspecto: TENÍA UN HERMANO! Siempre había soñado y deseado con todas sus fuerzas encontrar un ser igual que él, que le comprendiera.  Al ser igual que él, podría formularle todo tipo de preguntas sobre su existencia sobre que era y porque acabo en la tierra abandonado…

Bueno no estaba sólo Mary consiguió que tuviera una familia y la gente del barrio ( sus amigos, profesores, vecinos), fueron muy amables cuando ella lo adopto. No podía estarle más agradecido, pero aun así… siempre se sentía sólo y que era diferente al resto. Pese a que todos le querían por su amabilidad siempre le reñían por ser muy crédulo… siempre pensaba y les contestaba Que tiene de malo confiar en las personas, todos tenemos una parte buena…

Incluso soñaba que los vengadores le dirían de formar equipo, ya que tenía unas aptitudes excepcionales y como no…. Vería a sus superhéroes favoritos, aunque esto ya era una fantasía infantil y él lo sabía.

Las palabras de Loki, le causaron felicidad al saber que nunca más estaría sólo y que además podría ayudarle. Se acerco más  y sus brazos se aferraron a Loki como si fuera el mayor tesoro, abrazandolo... No volvería a ser el único, la soledad de pensar que cuando no estuviera Mary...

- ¡Te ayudaré en todo lo que necesites hermano!- dijo mientras elevaba su mirada y le esbozo una sonrisa-  ¿Qué es lo que tengo que hacer?

Loki consiguió lo que quería y engañó a Thor con más mentiras, mentiras que tres años antes también habían causado su desaparición, pero el niño no tenía porqué saberlo.

Thor nunca sabría cómo se había convertido en niño, ni quien era su verdadera familia, ni podría contar las veces queLoki había intentado matarle, pues para él ahora solo era un hermano cariñoso y comprensivo.

La suerte estaba de su parte.

Lo que Loki no esperó fue el afectuoso abrazo que le regaló su inocente hermano. El dios del engaño se quedo ligeramente sorprendido del entusiasmo que mostraba el pequeño al reencontrarse de nuevo con su supuesta familia. Loki sintió una pequeña punzada en el corazón que rápidamente intentó esconder con oscuridad y odio. No podía permitir que aquel crío insensato le enterneciera.

El embaucador sonrió simulando amabilidad y estrechó a su hermano ligeramente. Cuando abrió los ojos vio al Loki niño abrazar a Thor también, y sintió por primera vez en mucho tiempo el cariño y el aprecio que había sentido hacia su hermano cuando sus roles se habían intercambiado años atrás. Thor adulto había cuidado al Loki niño y por primera vez en años, habían sido hermanos de verdad.

De repente, Loki se apartó con rapidez de su hermanastro, alejándose de esos felices pensamientos que tanto le torturaban y el Loki niño volvió a desaparecer. ¿Cuánto tiempo iba a estar persiguiéndole su fantasma?

- ¡Te ayudaré en todo lo que necesites hermano!- dijo Thor, con una sonrisa sincera en los labios-  ¿Qué es lo que tengo que hacer?

-Nada podía ser más fácil... - pensó Loki al ver la mente vulnerable del pequeño. Thor iba a ser fácilmente manipulable.

-¿Qué tienes que hacer? Muy simple... - empezó a explicar Loki mientras los hermanos se separaban de su abrazo.

Desaparecer

Pero antes de que más mentiras salieran de su boca, entró en la sala del trono Frigga. Por primera vez en los dos años que llevaba Odín postrado en su cama, la reina de Asgard había salido de su habitación para ver lo que estaba sucediendo. Entonces, la madre de todos los Asgardianos habló.

-¿Thor? ¿Estás vivo? ¿Qué te ha pasado? ¡Vete ahora mismo! ¡Huye! - exclamó la diosa con apremio. Loki alzó una de sus manos y usó su magia con ella, dejándola sin voz. ¿O era más bien que Thor ya no podía oírla? Fuera lo que fuese no importaba, Loki era el maestro de las ilusiones y el engaño.

-Acompañadla a su habitación... - ordenó con severidad el nuevo rey de Asgard, y los guardias prendieron a Frigga y se la llevaron mientras ella gritaba. Pero Thor no llegaba a escucharla...

-Ven, acompáñame...daremos un paseo, hermano... - Loki rodeó el hombro de su hermanastro y le invitó a abandonar la sala del trono con un gesto.- Voy a mostarte tu nuevo hogar...

El dios de las mentiras y el dios del trueno dejaron la entrada del castillo y salieron a la enorme ciudad. Había estado muy cerca... pero Loki esperó que la intromisión de Frigga no hubiera despertado dudas en el corazón del pequeño. Si el verdadero Thor volvía a despertar tendría más dificultades a la hora de hacerle desaparecer.

No podía arriesgarse más, tenía que deshacerse del niño con rapidez, o su reinado peligraría...

Thor sin decir una palabra siguió a su hermano mayor saliendo de la gran sala del trono. Mientras bajaban las escaleras al pequeño le empezaron a saltar miles de preguntas y sobretodo referente al último acontecimiento… Aquella mujer le había llamado por su nombre y le había pedido que huyera…

Lo cierto es que una parte de él reconoció aquel rostro, aunque juraría que nunca antes en su vida lo había visto… pero algo de ternura y preocupación aparecieron. Al principio se puso tenso ante aquella escena, pero Loki no le hizo ningún daño a la mujer en cuando ordeno que se la llevaran a sus aposentos y parecía que sentía cierto respeto.

Supongo que estar cavilando no sirve de nada pensó Thor quizás sería mejor soltarle la pregunta….

Hermano… puedo hacerte una pregunta?- titubeo al realizarla, no estaba muy convencido de si debía o no realizarla- Aquella mujer es vuestra madre? Se encuentra bien?

Cuando la imagen del reino apareció delante de los ojos del pequeño, se le dibujo una sonrisa de oreja a oreja… Jamás había visto nada tan espectacular, ni cuando Mary le llevo de viaje a Nueva york! Los edificios se alzaban como lanzas hasta los cielos y todo brillaba con luz propia, no podía dejar de mirar a un lado y a otro. Cada cosa nueva que descubría se acercaba a una distancia prudente y comenzaba a examinarlo todo, no quería perderse detalle de nada.

Hermano! Hermano! Como se llama este lugar?- Le pregunto con entusiasmo- Nunca había visto una ciudad como esta… ni en los libros!

Loki y Thor salieron de palacio y se adentraron en las enormes e iluminadas calles de Asgard. La noche se cernía sobre ellos, pero la bonita iluminación y las luces de colores envolvían cálidamente a los dos hermanos mientras paseaban por las calles de piedra y oro.

Hermano… ¿puedo hacerte una pregunta?- titubeó el niño, cuando alzó sus ojos en dirección a Loki - ¿Aquella mujer es vuestra madre? ¿Se encuentra bien?

El rey de las mentiras no había podido evitar que el pequeño se hubiera sentido incómodo con aquella desagradable situación. Pero Loki le sonrió con una dulzura que no sentía, intentando calmar las dudas y el miedo del muchacho.

-Sí, lo es - dijo por fin, de manera convincente. Aunque Loki siempre se recordaba a si mismo que no era nada más que su madrastra, no podía evitar sentir cierto cariño hacia ella. Pero eso jamás lo admitiría delante de nadie.

Entonces, Thor se puso a corretear arriba y abajo, entusiasmado, estudiando cada rincón de la ciudad, admirando el cielo y la belleza de los edificios. Loki se sorprendió al ver como su hermano sonreía de oreja a oreja y se divertía tan inocentemente. Sintió de nuevo una punzada en el pecho, que rápidamente maquilló con oscuridad. 

-¡Hermano! ¡Hermano! ¿Cómo se llama este lugar?- preguntó el pequeño- Nunca había visto una ciudad como esta… ¡ni en los libros!


El príncipe de las mentiras sonrió en las sombras y respondió.


-Esta ciudad de llama Asgard. Y yo he sido siempre y seré su rey y gobernador...Me alegro de que te guste- mintió.

Conforme avanzaban, Thor veía cómo a sus pasos los habitantes retrocedían atemorizados. Algunos se inclinaban cuando Loki se acercaba, otros directamente huían a sus hogares para refugiarse. Parecían temer a su nuevo rey.

Aquello no le pareció normal al niño. Asgard era brillante y hermosa, pero estaba vacía y sin vida. La gente de su alrededor no sonreía ni parecía ser muy feliz. Y recordó de nuevo el rostro contraído de preocupación que tenía la mujer que había interrumpido en la sala del trono. La supuesta madre de Loki.

Entonces, el pequeño Thor recordó de repente una frase que solía decirle alguien que no lograba recordar.

"El miedo y el temor nace del odio, el respeto y la lealtad nacen del amor"

Loki interrumpió entonces sus pensamientos.

-Si tanto te gusta la ciudad...espera a ver el puente del arcoíris. Te encantará... - susurró divertido el hermano de Thor.

Los planes de venganza empezaron a trazarse en su cabeza. Llevar al niño al puente sería una buena idea para terminar con todos sus problemas...

Cuando su hermano le hablo del puente del arcoíris, Thor no pudo evitar hacer una mueca. No podía haber nombre tan cursi para un puente, es más cuando lo leyó por primera vez en los libros de vikingos no pudo evitar sorprenderse. Quizás sería el mejor momento para poder ver lo especial que era ese puente…

-Me encantaría ver ese famoso puente, lo he leído en un par de libros- afirmo Thor intentando demostrar sus conocimientos.

Pero… Le empezaron a rugir las tripas de tal manera que hasta su hermano le dio un pequeño sobresalto al oír semejante ruido. No sabía cuantos minutos, horas o días hacía que no probaba bocado… Pero necesitaba comer, su estomago exigía ser alimentado.

Thor se agarro la barriga y con cara de vergüenza dirigió su mirada a su hermano que parecía sorprendido de la cómica situación.

-Antes de ir al puente… Podríamos comer algo antes de ir al puente?- le pregunto con insistencia y poniendo cara de penilla, esperando apelar a su compasión de invitarle.

-¿Ah si? - sonrió Loki con un aire de travesura - ¿y qué más te han contado esos libros?

El dios de las mentiras sintió curiosidad por la cultura y la educación que había tenido ese Thor. Parecía cómo si alguien lo hubiera criado en la tierra y le hubiera contado las leyendas Asgardianas desde un punto de vista fantástico, como si de un simple cuento de hadas se tratara. Las piezas no jugarían a su favor si el niño sabía lo que decían los libros sobre el dios Loki, pero ahora que se había ganado la confianza de la criatura mediante engaños, su plan funcionaba a la perfección.

Solo había que llegar al puente y...

-Antes de ir al puente… ¿Podríamos comer algo antes de ir al puente?

Loki parpadeó un par de veces, incrédulo a lo que sus oídos acababan de escuchar. Aquello no se lo esperaba.

-Claro.. - dijo confundido. Eso retrasaría un poco los planes y no le gustaba tener que estar complaciendo continuamente los caprichos de la criatura. Sabía que si seguía haciendo esas cosas con él...

-El también te invitó a comer una vez, ¿recuerdas, Loki? 

-Cierra el pico... - se contestó en su cabeza y cogió de la mano a Thor para desviarse del camino de baldosas doradas y entrar en una plaza rodeada de tiendas de alimentos. Los Asgardianos vendían ahí sus más frescos productos, tenían pescados y carnes de todos tipos, inclusos de especies que Thor desconocía. 

Aquel mercado brillaba con su propia esplendor, los clientes y los mercaderes estaban animados y alegres, pero cuando Thor y Loki cruzaron la plaza, el frío y el vacío inundó el lugar. Los Asgardianos saludaron con respeto al nuevo rey, pero ya no reían, ni siquiera hablaban, únicamente rezaban para que Loki se marchara lo antes posible sin causar ningún accidente.

El rey de Asgard se detuvo en frente de uno de los tenderetes y cogió dos trozos de un pastelito que Thor no logró identificar. Parecía ser un dulce exclusivo de la ciudad, y se veía bastante apetitoso.

-Toma, come esto - dijo Loki, alargando el pastelito envuelto en un papel dorado. Esperó a que el niño lo cogiera, mientras pensaba cuán fácil sería envenenarle con ello.

El mercader no dijo nada más cuando los hermanos se marcharon de su tienda sin más. Sabía cual era el precio de intentar cobrar al nuevo rey de Asgard.

El pequeño observaba el mercado con fascinación, nunca en su vida había visto nada parecido. Sus ojos se maravillaron ante la imagen del mercado...Pero a pesar de ello, algo no funcionaba o no iba como debería.

Al parecer todos los presentes en el mercado se giraron en dirección a Loki  con miradas de terror  y acto seguido agachaban las cabezas. Evitaban cualquier tipo de contacto visual con su hermano que no se inmutaba ante la reacción de los ciudadanos de Asgard.

Su hermano le ofreció el dulce, lo acepto de buena gana... Así dejarían de rugirle las tripas. Hacía bastante rato que intentaba disimular su hambre que  los ruidos se empezaban a asemejar a los gruñidos de un perro.

- Muchas gracias hermano, me estaba muriendo de hambre- le dijo mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.

Thor se puso a pensar... y decidió preguntar..."Dónde nos dirigimos ahora hermano?"

Cuando termino de preguntar, algo dentro de su cuerpo comenzó a revolverse... Sentía que pertenecía a un hogar dónde por fin podía encajar y su hermano... era increible, aunque una parte suya no entendía porque veia una figura triste en él.

El rugido de tripas de Thor le parecía molesto al rey de Asgard, así que regalándole aquella delicia Asgardiana esperó a que se le pasara el hambre para poder continuar su plan.

-¿Para qué darle de comer si después vas a matarlo?- susurró de nuevo en su cabeza el joven Loki, que sabía perfectamente que no todo lo que sentía sobre Thor era odio.

El rey del engaño ignoró las visiones de su cabeza e invitó a su hermanastro a salir de la zona del mercado. Los dependientes volvieron a respirar tranquilos y la actividad del lugar se normalizó.

- No es nada, pequeño Thor. En Asgard hay deliciosos manjares que te están esperando... - dijo Loki, susurrando de nuevo mentiras para atraer al inocente niño.

-Ahora te enseñaré el puente del arcoiris... vas a quedar maravillado con sus hermosos colores... - sonrió, mientras por sus pensamientos solo buscan una forma rápida de acabar con toda aquella farsa.

Pasearon por las calles de Asgard mientras los ciudadanos se escondían en sus casas y la actividad de la ciudad decaía de repente. Una vez llegaron a los límites del reino, se encontraron con el gigantesco puente del arcoiris. A primera vista parecía que no se podía cruzar, pero las siete luces de colores que formaban el puente eran sólidas y resistentes.

-Ven, hermano... paseemos por el puente...

El pequeño Thor sintió un gran alivio al saciar su enorme apetito, ya no tendría que esconder esos rugidos tan molestos. Poco a poco mientras comía aquel curioso manjar, se iban apartando y alejando de la zona comercial.

Como le dijo su hermano, se dijeron al puente del arcoíris pero Thor seguía pensando que era un nombre demasiado cursi (por mucho que se pareciera a los arcoíris de su casa) … Empezó a recordar su hogar y a Mary… Seguramente debería volver a casa con ella. Pero antes debía solucionar y arreglar todo.

Cuando por fin llegaron se quedo petrificado, los ojos se le abrieron de par en par y abrió la boca. Era impresionante, nunca había visto nada parecido en su vida. Se retracto de sus pensamientos, ya no le parecía un nombre cursi. Era increíble…

-Hermano… es… es increíble… nunca me habría imaginado algo así. Los libros no hacen justicia a lo que describen, es más espectacular en persona - dijo aun con la cara de fascinación absoluta.

-Ven, hermano... paseemos por el puente...- dijo Loki

Thor se acerco a su hermano y le agarro de la mano con firme energía. Le esbozo una sonrisa llena de ilusión y tiro de él hacía delante.

-Podemos ir por favor?- le preguntó con insistencia- Quiero poder explicar a Mary que he podido caminar por el puente del arcoíris.

Loki no pudo evitar sentir que su corazón se aceleraba, latiendo con rapidez. Estaba nervioso, pero además sin saber como, en un momento había sentido un pequeño chasquido de felicidad en su interior. Le conmovía la inocencia y alegría que demostraba el joven Thor, fascinado con el puente del arcorirs. Su entusiasmo, su sonrisa, su jovialidad, parecía como si Thor se hubiera concienciado en tratar de enternecer el corazón de piedra de su hermano. Pero Loki era el dios del engaño y no iba a darse por vencido cuando estaba tan cerca de su victoria.

-  Ciertamente...es...fascinante... - comentó con un toque de frialdad en sus labios. Sus pensamientos no estaban centrados en la belleza del puente, si no en el cuerpo menudo del pequeño, y como sus pies se acercaban lentamente al borde del abismo. 

Loki se sintió tentado y Thor no dejaba de sonreírle, con una inocencia y una sonrisa sincera en su rostro. Por un momento, el dios del engaño se sintió vacío. Sabía que lo que iba a hacer no era lo correcto, no era la mejor manera. Pero los nervios y la impaciencia de alguna manera le habían pasado factura.

- Claro... hermano... - su voz sonó esta vez, algo más oscura - ahora mismo te envío directo a Midgard...

Loki se soltó rápidamente la mano de su hermanastro y con un fuerte impulso, empujó al niño al vacío. Su fría e insensible mirada verde grababa la caída de Thor hacia el profundo cielo estrellado. Escuchó el grito del niño y entonces, la oscuridad engulló su cuerpo, para dejar el puente del arcoiris en sumo silencio.

Loki se quedó varios segundos de pie, mirando fijamente la nube negra por la que había descendido su hermano. 

-¿Qué has hecho, Loki?

El dios del engaño se quedó mudo. ¿Realmente había terminado con la vida de aquel pobre y miserable niño? ¿El mismo niño que antes había sido su fuerte y valeroso hermano? ¿Aquel niño con el que había crecido? ¿Aquel hermano que le había protegido muchas veces cuando los papeles se habían cambiado? ¿Thor había muerto? ¿La única persona en todo el universo que había confiado en él alguna vez le había dejado?

Una pequeña lágrima resvaló por la mejilla del rey de Asgard, pero el hombre la atrapó mucho antes de que terminara su recorrido.

-¡Basta! - gritó con frustración en dirección al cielo... - Yo no hago las cosas así... 

Loki empezó a ponerse más nervioso y eso le disgustaba. Antes solía ser más tranquilo, más calculador, pero Thor había intentado sabotear sus planes, y no había sabido controlar la situación mejor. Las cosas no iban como a él le gustaban y de nuevo, sus "sentimientos" y ese Loki que aún seguía vivo dentro de él no dejaban de hacerle la vida imposible...

-He matado a un niño... he... he matado a mi hermano... - dijo abatido entre susurros, mientras sus pies empezaban a dirigirle lentamente hacia el solitario palacio de Asgard. 

Antes de que pudiera avanzar más, un trueno apareció en el cielo, y de entre las nubes, surgió el poderoso Thor, con sus ojos encendidos de la rabia... Su hermano le había traicionado de nuevo. 

Entonces, los ojos de Loki se apagaron y su verde resplandor quedó sustituido por una mirada oscura y llena de terror.

A medida que avanzaban por el puente, el aire se turbo y Thor bajo su pequeña mano, noto como los dedos de su hermano se tensaban. Noto en su piel como aumentaba esta tensión, cada vez más, hasta que en un movimiento ágil, Loki se libero de su mano. Acto seguido el pequeño Thor sintió como salía impactado fuera del puente.

No daba crédito a lo que estaba ocurriendo, su nuevo hermano le había empujado fuera del puente del Arcoíris, estaba claro que quería matarlo… Pero empezaron a saltarle dudas y notaba como su pecho se oprimía, lleno de rabia y desesperación. No volvería a ver a Mary nunca más y las lágrimas se deslizaron por sus mejillas...

El sentimiento de soledad le inundo y poco a poco fue convirtiéndose en rabia, cada metro que descendia hacía la oscuridad del vacío,  su rabia iba aumentando. El collar comenzó a brillar… y unas palabras emanaron de él:  "Todo aquel que posea este martillo y sea digno poseerá el poder de Thor"


Acto seguido, un rayo atravesó el cielo y alcanzo el diminuto cuerpo del niño, mientras agarro con fuerza el colgante en forma de martillo y su mirada se turbo. Cada centímetro de su cuerpo fue aumentando de tamaño y convirtiéndose de nuevo en el poderoso Thor.

La mente del gran Thor Hijo de Odín despertó, lleno de rabia y cólera por la blasfemia que su hermano había cometido. Estaba acostumbrado a esa  gran disputa o batalla indefinida que se llevaban entre manos, pero no daba crédito a la maldad de Loki. Había arrojado a un niño al vacío, para acabar con su vida impedientemente que él residiera dentro de la criatura.

Bajo su mano, empezó a girar la cinta con el martillo y se elevo por los cielos, atravesando el espacio hasta llegar al puente del arcoíris, donde se encontraba Loki.

Este se giro mirándole con incredulidad y temor. Sin advertencias, sin compasión, sin pensamientos, sólo odio y rabia Berserker… Descendió arremetiendo el martillo contra el cuerpo de Loki, sintiendo como el impacto enviaba al enemigo hacía atrás destrozando, resquebrajando la armadura.

Ansiaba la batalla, ansiaba el combate,...

-No... no es posible... - dijo el sorprendido Loki, al ver ascender de nuevo a su hermano Thor, pero esta vez con la fuerza y el poder de antaño. El niño se había convertido en adulto, y el Mjolnir se balanceaba en su mano, permitiendo a Thor volar por el cielo y aterrizar con suavidad en el puente arcoíris. En el mismo rincón por dónde su hermanastro le había arrojado minutos antes.

Loki se había quedado sin palabras y miró a su hermanastro con el rostro desencajado. De alguna manera, sus antiguos sentimientos hacia Thor se habían despertado por culpa del Loki niño. Había arrojado al pequeño Thor por el arcoíris, y a la vez que se lamentaba de ello también crecía en su interior una enorme culpabilidad. Pero esa culpabilidad estaba escondida en el frío corazón del dios del engaño. El hechicero Loki no dejaba de decepcionarse al verse tan débil, tan frágil... ahora mismo, el dios de las mentiras experimentaba continuas contradicciones. Su mayor deseo era la muerte de Thor y de Odín, pero al arrojar a Thor por el puente se sintió vacío y más solitario que nunca. ¿Qué era lo que le estaba sucediendo?

No se lo esperó. Thor, enfurecido, le asestó con el Martillo con todas sus fuerzas y su rabia. Loki no pudo esquivar el golpe, se quedó clavado en su sitio y sintió como su cuerpo volaba varios metros hacia atrás, arrastrádose por el puente del arcoíris. Loki era débil físicamente, aquel nuevo cuerpo no era suficiente para derrotar a Thor, por eso siempre usaba su astucia y sus sabiduría para engañarle antes de llegar a las manos. Pero ahora ya no habría más engaños.

Al hechicero le costó levantarse, y se apoyó en sus rodillas para poder erguirse y mirar con frialdad a su adversario. El rostro de Loki estaba ensangrentado y una pequeña risa histérica se asomaba por sus labios. Sus planes habían fallado, algo había hecho mal... tenía que haberle quitado el colgante al niño... pero aún así...¿De verdad deseaba matarle?

- Hola hermano... - dijo limpiándose la sangre del rostro con una de sus mangas verdes. Entonces vio como su armadura estaba resquebrajada y su ropa hecha harapos. Estaba seguro de que también le había roto alguna que otra costilla cuando impactó contra el Martillo. - ¿A qué viene tanto enfado? Bien sabes como soy...

De las manos de Loki salieron unos cuantos haces de luz verde, que se dirigieron rápidamente para golpear el cuerpo fornido de Thor. Esperaba que impactaran, y aunque solo le causaran unas cuantas heridas, tenia el tiempo suficiente para distraerle y contraatracar.

- Maldición... he dejado el bastón en el palacio... pero aún tengo un as en la manga... - pensó Loki mientras empezaba a maquinar una nueva estrategia.

Thor no podía pensar en nada más que en atacar, no se inmuto ante el comentario de su hermano pues bien es sabido que el dios del engaño utilizaba su lengua envenenada para conseguir sus propósitos. Si alguna vez sintió amor por su hermano se había borrado del mapa, el cuerpo del dios del trueno está lleno de ira.

Le costaba pensar sólo sentía rabia y frustración, el frenesí y la adrenalina corrian por sus venas. Sólo deseaba arremeter de nuevo contra su hermano. En el momento de volver a  saltar sobre de él, vio como intentaba repelerle utilizando sus poderes.
Los haces de luces impactaron de pleno en su cuerpo e hicieron que retrocediera unos metros pero esto no basto contra la ira del poderoso Thor. Se acerco caminando hacía el, paso a paso, lentamente iba invocando las fuerzas de los truenos. El cielo comenzó a tornarse gris y centelleaban luces en las nubes, los truenos tronaban como tambores de guerra… un rayo cayo al lado de Loki.

Se acerco a él y se quedo mirándole a los ojos, observando a aquel que una vez había sido su hermano con el que había compartido travesuras y batallas, las mejores aventuras… El dios del trueno se pregunto porque reencarnación tras reencarnación los hilos del destino los conducían siempre a matarse…  En el fondo Thor siempre había luchado contra ese destino confiando en que Loki algún día entendiera las cosas… Pero hay crímenes imperdonables, matar a un ser inocente… un niño que no tenía culpa de nada…

El equilibrio interno se rompía, lleno de odio… Levanto el martillo para estrellarlo contra la cabeza del dios del engaño y poner fin a todo. Bajo con todo el peso de la arma pero se detuvo justo delante de las narices de su hermano.

Mjolnir: Tú no eres así…

La voz del pequeño Thor le hablaba junto a la de Mjolnir… No quiero que le mates no es tan malo, ha podido matarme en todo momento y no lo ha hecho… Quizás ha sido un accidente y no quería hacerlo…


Thor grito: No seas estúpido, te ha empujado al vacío como venganza hacía mí.

La voz seguía hablándole en su cabeza, negándose a permitir que acabara con la vida del embaucador… Rogándole que parara pues era su hermano y nadie había muerto en realidad.

Thor estaba lleno de rabia y frustración, aquello era lo que había buscado Loki. Cuando el dios del Trueno se volvía frenético era más vulnerable para Loki. Aunque enclenque y con menos poder físico, Loki conocía esa pequeña ventaja del hermano listo y débil sobre el hermano musculoso y tonto.

Como bien predijo, los haces de luz de color verde dieron en el blanco, distrayendo así a Thor del siguiente conjuro de su hermanastro. Cuando el hijo de Odín estrelló su rayo contra el cuerpo de Loki, este se desvaneció, revelando así una simple imagen ilusoria del rey de las mentiras. 

Loki apareció por detrás e intentó clavarle su daga por la espalda. Aunque no era mortal para él, su intención era debilitar el brazo dónde sujetaba Mijolnir. Thor sin el poder de su martillo era tan solo un simple humano.

Pero las cosas para Loki se torcieron una vez más. El rey de las mentiras ya no tenía su cuerpo fornido de gigante del hielo, y la debilidad física contra Thor no era más que evidente, a pesar de que era probablemente el mejor hechicero del mundo. Normalmente lo solía tener todo calculado, incluso lo más inesperado, nadie sabía cómo pero siempre se salía con la suya, menos esta vez. Loki no contaba con la traición de sus propios sentimientos.

El rey de Asgard se sorprendió al ver que Thor bajó su arma y se quedó mirándole fijamente. Su mano dudaba en asestar el golpe o perdonarlo, y aquello hizo enfurecer a Loki. ¿Cómo podía seguir dudando después de todo lo que le había hecho? ¿Cómo podía seguir perdonándolo después de todas las batallas a muerte que habían tenido a lo largo de sus eternas vidas? Loki nunca cambiaba, y Thor siempre mantenía una pequeña esperanza en él, una esperanza que desgarraba el alma de Loki. Él se conocía a la perfección y sabía que nunca había sido una buena persona, que si no había cambiado a lo largo de tantos años no lo haría nunca, y saber que Thor aún le quería a su lado con vida le destrozaba por dentro. ¿Cómo podía seguir queriendo a alguien cómo él?

- Siempre me sorprendes hermano... has pasado tanto tiempo con los humanos que te has vuelto débil... - susurró con ira mientras sus manos se iban cargando de bolas de energía mágica. 

- Es una lástima, pero solo puede quedar uno de los dos en pie... ¡y seré yo! - gritó, a la vez que lanzaba toda la descarga en el cuerpo de su hermanastro. Loki no podía detener la rabia que sentía hacia su buen hermano, y la amenaza que éste suponía. Ahora que había logrado por fin su sueño y se había convertido en rey de Asgard, no permitiría que nada ni nadie le quitase el poder. 

Aquella noche solo podía quedar uno de los dos vivo.

- ¿Qué estás haciendo? ¿De verdad es esto lo que quieres?

El dios de las mentiras observó a su hermano agonizar ante sus poderes, retorciéndose de dolor en el suelo y entonces sintió como su corazón se cerraba en un puño. Loki dio un paso hacia atrás y se sorprendió al intentar analizar aquel sentimiento de angustia que había sufrido al mirar a su hermano muriéndose. Entonces los rayos de energía desaparecieron y Loki se quedó paralizado mirando como Thor se levantaba del suelo del Bifrost con furia.

-N-no... se que...¿qué me está pasando...? - susurró Loki tras descubrir que ya no podía matar a Thor...

Una descarga de dolor, no había visto venir el golpe que impacto de pleno en cuerpo del gran dios del trueno. El dolor se extendía a cada centímetro de su cuerpo desgarrándolo en cada rincón.

Las voces…. maldecía al niño y al martillo que le habían cegado por un momento en plena batalla, estaba claro que un descuido podía costar la vida. Prueba esta que iba a morir… Iba a morir siendo un necio por seguir creyendo que una parte de Loki podría redimirse, siempre había pecado de inocentón, ahora ese pecado de santa ignorancia y bondad le iba a costar la vida…

Su hermano le susurraba algo… que no podía entender… Sólo podía sentir el dolor y como las fuerzas le fallaban. No tenía todos sus poderes y cuando estaba lleno de cólera era más estúpido e impulsivo.

El dios se retorcía buscando una bocanada de aire fresco que aliviara el dolor que sentía en el pecho que poco a poco le oprimía, ya no soportaba ese dolor… Pero en un momento, todo se desvaneció y se precipito contra el suelo del Bigfrost….

Aturdido… Se incorporo como pudo y en un acto desesperado golpeo con las pocas fuerzas que le quedaban el puente que unía los mundos…  Cargo y arremetió contra el puente varias veces, como un loco esperando a que se agrietara… esperando un milagro que acabara con toda esa locura.

Al menos si he de morir moriré con mi hermano pensó Thor, cada x tiempo siempre ocurría… Esa eterna rivalidad estúpida que los separaba, en cada reencarnación de cuerpos la línea del destino los empujaba a matarse… Unas veces él otras veces Thor… Estaba harto, era un guerrero y los sentimientos no podían nublarle la vista de esta manera…

Paro de golpear el puente y miro a los ojos a su hermano, el dios de las mentiras se quedo observándolo… Volvió a golpear, uno tras otro, el ruido  del gran martillo se escuchaba en todas las direcciones… Desagradable, ensordecedor, desesperado,…

Otra pausa de un silencio profundo…

- Maldita sea Loki! Porque todo ha de ser tan difícil! Maldigo este destino que nos une en un combate sin fin hasta que uno de los dos acaba  muerto!- Gritaba roto por dentro.

De repente el suelo donde pisaba el dios del trueno comenzó a resquebrajarse…

- No voy a dejar que hagas más daño... ya es suficiente...

- No tienes ni idea de lo que estás haciendo...

- Prefiero que desaparezcamos los dos a que sigas haciendo daño a las personas que quiero... a mamá, a Leah, a Thor...

La cosa que le daba más miedo en el mundo era él mismo. El pequeño Loki tenía razón, no podía escapar de su destino. A pesar de todos los milenios que llevaba existiendo, los mismos acontecimientos iban ocurriendo una y otra vez. Odio y destrucción, rencor e ira. El destino de Loki y Thor era el mismo cada vez que morían y renacían. Nacidos para enfrentarse y destruirse una y otra vez. Y a pesar de todo lo que había pasado entre ellos, Thor seguía teniendo la esperanza de que algún día su hermano volvería ser como al principio, un niño de corazón amable y cariñoso. 

¿Era cierto que Loki podría cambiar? ¿Había alguien capaz de llegar hasta el corazón de Loki? Quizás el mismo dios de las mentiras ya conocía esas respuestas y por eso no podía permitir que nadie se acercara a él. Quizás él mismo había jurado no cambiar jamás para no satisfacer a nadie, para no perder su apuesta con el mundo. Quizás el rey de las mentiras lo único que deseaba era ser aceptado.

Pero el único antídoto que podía curar el veneno de Loki era su propia aceptación. Él había deseado ser el rey de Asgard solo porqué nadie le dio una oportunidad de serlo. Sin tan solo hubiera tenido una batalla justa, hubiera demostrado delante de todos los dioses que era dignos de un buen rey. Pero ahora solo quería el trono para vengarse de todos aquellos que le juzgaron por por ser diferente a ellos. 

Loki había crecido entre el rencor y la envidia por culpa de sus celos por Thor. Durante muchos años había deseado el amor de Odín y de Frigga como si de su verdadera familia se tratara, pero tras conocer sus orígenes como gigante del hielo, entendió porqué Thor era siempre el hijo favorito. Incluso antes de conocerle, los dioses de Asgard ya le odiaban únicamente por la profecía que explicaba que Loki traería consigo el Ragnarok. 

El dios de las mentiras se había convertido en lo que todos temían. Ellos lo hicieron así. Y ahora Loki no iba a decepcionarles.

-¡Basta! - gritó desesperado Loki, al ver que Thor estaba a punto de destruir el Bifrost bajo sus pies.

- ¡Maldita sea, Loki! Porque todo ha de ser tan difícil! Maldigo este destino que nos une en un combate sin fin hasta que uno de los dos acaba muerto!- sintió el rugido de ira de Thor, y el cuerpo de Loki se paralizó de nuevo.

- Tienes razón hermano... es el destino el que nos hace luchar el uno contra el otro... es la palabra de los dioses, es lo que está escrito en los libros... - los ojos de Loki observaron como el puente empezaba a hacerse añicos bajo los pies de su hermano, y sin pensarlo dos veces, el dios de las mentiras se abalanzó sobre Thor y le empujó a la zona más sólida del Bifrost.

El puente cedió y Loki sintió como sus pies colgaban en el aire. Intentó agarrarse a la parte sólida del bifrost, pero sus manos se resbalaron. Por suerte, Thor consiguió cogerle a tiempo para que no cayera al infinito universo bajo sus pies. Los ojos verdes de Loki vacilaron un instante cuando se encontraron con la mirada cálida de Thor. El dios de las mentiras estaba pálido y con el rostro desencajado, como si supiera algo que Thor aún no sabía.

- Perdóname... hermano... - con su mano izquierda volvió a empuñar el puñal con el que minutos antes había atacado a su hermano, y lo clavó en el brazo con el que Thor le sujetaba.

Escuchó el quejido de dolor de su hermano, y segundos después sus manos se soltaron. Loki cayó al infinito universo que les rodeaba mientras el puente de Bifrost quedaba hecho añicos. El dios del trueno vio como el cuerpo de su hermano caía hasta el profundo abismo negro que había debajo de Asgard y se perdía entre las oscuras nubes.

Loki había muerto.

Thor agarraba con fuerza la mano de su hermano, sentía bajo los dedos como Loki estaba paralizado mirándole, quizás no se esperaba que fuera a sujetarlo… Pero, no dejaría que muriera de esa forma… No cuando intento protegerle en el último momento. No… No volvería a perder a su hermano y quizás no fueran los hermanos perfectos pero existía un vínculo inexplicable.  Recordaba su infancia junto a él y no todos fueron malos recuerdos, seguía queriendo a su hermano.

El dios del trueno sentía un gran temor que le corroía por dentro, los ojos y la expresión de Loki parecía… NO!

De repente noto como algo frío y gélido, desgarraba la carne de su brazo mientras se hundía con rapidez…Tardo unos segundos en poder entender lo que pasaba. Su hermano en un intento por querer-se soltar le había apuñalado el brazo.

La fuerza de su brazo iba disminuyendo poco a poco,  por dentro le hervía la sangre, ya que no quería soltarle. Miraba a los ojos a su hermano… No permitiría que callera en el vacío. Su voluntad era fuerte pero el cuchillo de Loki lo era aun más… Se desvanecía su  fuerza y se le durmieron los dedos hasta tal punto que cuando Loki se soltó  no pudo sentir nada.

Thor abrió los ojos de tal manera que se le iban a salir de las orbitas y su cara se torno blanca, veía como su hermano descendía a la oscuridad del vacío con pedazos del Bifrost.

LOKI!!!!!- chillaba con desesperación y en un intento de alargar su brazo dormido- PORQUE?!

Las últimas palabras de Loki se perdieron  en la inmensidad del espacio y se le grababan en fuego en la cabeza. Al final su hermano no era un villano sin escrúpulos como todos creían, siempre lo había sabido Thor… Pero quizás esperaba que el cambio no supusiera su muerte…

El dios del trueno se encontraba solo y arrodillado, llorando por la pérdida de su hermano…

Sólo quedo el silencio del espacio…

Después del grito desgarrador de Thor, se hizo el silencio en la ciudad de Asgard. Bajo sus pies, el dios del trueno vio como el Bifrost terminaba por resquebrajarse. El puente había quedado hecho añicos, y con ello, el camino al resto de mundos.

Dentro del castillo dorado, los ojos de Odín se abrieron por fin y el padre de todos despertó de su profundo sueño. Al verle levantarse, Frigga sintió cómo su corazón podía empezar a descansar después de los dos largos años de dictadura de su segundo hijo. Cuando la diosa se enteró de la muerte del embaucador no pudo evitar sentirse afligida a pesar el daño que Loki había causado al reino y a sus seres queridos. Él jamás había levantado su mano contra ella.

Odín en cambio, no se sintió apenado por la muerte de Loki, pero tampoco aliviado. Desde la primera guerra de Asgard contra Jotunheim había aprendido la lección de no subestimar jamás al dios de las mentiras. Aquella era una lección que Thor nunca parecía terminar de aprender.

El dios tuerto se acercó a su heredero para aliviar su dolor y pronto empezó a organizar su reino. Varios portales aparecieron en Asgard, revelando la existencia de otros mundos que empezaban a colisionar la ciudad de la luz. Para proteger al reino, Odín creó una barrera dorada que cubría con fuerza su mundo. A menos de que el rey de Asgard no decidiera suprimirla, nadie podría entrar ni salir del reino. Asgard había quedado aislada del acontecimiento de la colisión de los mundos y sin el puente de Bifrost también estaría aislada de los nueve reinos.

Odín no tardó en enviar a su leal amigo Hermod a reconstruir el puente del arcoíris, pero no podían esperar a que el puente se construyera para dar el siguiente paso. El padre de todos se sentía impaciente.

- Loki ha muerto- dijo Odín no muy convencido aún de ello. - pero el cubo cósmico cayó con él al infinito universo. Thor Odinson, tu misión ahora es encontrarlo antes de que caiga en malas manos. Los mejores magos del reino usarán su último recurso para enviarte a Midgard. Cuando regreses con el cubo, Asgard quedará liberada de la barrera dorada y podrás reclamar el trono que te pertenece.

Sin descanso alguno, el primer hijo de Odín cruzó el umbral hacia Midgard, y jamás podría olvidar lo que había sucedido aquella noche....




El frío y oscuro infinito rodeaba el frágil cuerpo de Loki, que descendía lentamente por el cambiante universo. Lo último que escuchó el dios de las mentiras fue su nombre en boca de su hermano, un grito tan profundo que habría desgarrado el mismo cielo.

Loki cerró los ojos para sentir mejor la voz de Thor y una nostálgica sonrisa apareció en su rostro. Recordó los años de juventud al lado de su hermanastro y no todos los años habían sido malos. Thor siempre se había le había protegido y le defendía de las personas que le abucheaban por ser un dios maldito. El hijo de Odín que traería el Ragnarok a sus tierras.
Pero Loki creció con el corazón oscuro y no pudo evitar envidiar a su fuerte hermanastro, el favorito de los dioses. El favorito de papá y mamá...

Loki estaba a punto de presenciar una pequeña batalla interior que parecía durar para siempre. El Loki maduro, oscuro y despiadado contra el Loki que representaba lo que hubiera sido sin corromperse. Serrune, el niño sin la memoria de lo que fue todavía estaba dentro de su cabeza. Ambos eran diferentes pero eran Loki.

- ¿Por qué mataste a mi padre, Odín...? ¿Porqué me criaste cómo tu hijo si nunca me quisiste a tu lado? - susurró mientras hacía memoria de todo lo que había vivido hasta ahora.

- Porqué todo formaba parte de mi plan. Odín te adoptaría y tendrías el derecho al trono de Asgard. Toda tu vida Loki... toda tu vida ha sido planeada y premeditada por mí. Por nosotros. Viajé al pasado para cambiar lo que no me gustaba, maté, torturé y sometí a muchas criaturas para conseguir mis objetivos. Deseé a dos mujeres y las tuve para mí aunque ellas no lo quisieran... y engendré a mis hijos. Todo lo que hice a lo largo de mi vida fue para conseguir más y más poder, para convertirme en lo que ahora soy; el mayor hechicero de este universo.

- ¿Y todo para qué? ¿Para evitar nuestro destino... ? ¿Para destruir a nuestros enemigos…?

- Thor, Odín, los Vengadores... someter Asgard y los nueve reinos bajo nuestros pies... era lo que siempre habías querido.

Aquellas palabras ya no tenían sentido para él. Se había estado autoconvenciendo de ello durante toda su vida, y por primera vez se había dado cuenta del error.

- No. No era eso lo que quería. Intentar destruir a Thor ha sido el error más grande que jamás hemos cometido, y no voy a dejar que suceda otra vez...

- Eres un iluso, ¿crees que apuñalar su brazo y dejarte caer al vacío no era parte de mis planes? En tu chaqueta interior está el cubo cósmico, con su poder podrás sobrevivir a esto. Ahora todos creerán que estás muerto y cuando recuperemos nuestros poderes resurgiremos de las cenizas para conquistarlo todo...

Loki se llevó la mano al interior de la chaqueta mientras su cuerpo seguía descendiendo por el vacío infinito. En medio de la oscuridad, se pudo escuchar la desesperada carcajada del dios de las mentiras.

- ¡El cubo! ¿Dónde está el cubo? Maldición... debió de caerse al vacío con el forcejeo...

Los planes de Loki no habían funcionado a la perfección y ante la evidencia de que el cubo se había perdido en el universo infinito, el dios sintió como su cuerpo se desgarraba de la rabia e impotencia. Sin el cubo estaba perdido y su muerte era casi segura.
Al haberse reencarnado en un cuerpo humano, el dios había perdido muchas de las habilidades que solo era capaz de alcanzar cuando el cubo estaba cerca de él, entre ellas la capacidad del vuelo.

- No todos tus planes funcionaron siempre a la perfección, Loki... - susurró para sí mismo. El dios volvió a cerrar los ojos, se sentía cada vez más cansado. Todo iba a terminar aquí, el Ragnarok, la profecía, su continuo sufrimiento... Era el mejor fin posible para todos.

- Es una lástima... hay muchas cosas que me hubiera gustado decirte... hermano...- susurró, antes de quedar inconsciente.

Pero aquellas palabras fueron engullidas por la oscuridad. Loki, el dios de las mentiras, el embaucador, el tirano de Asgard, el hechicero más poderoso del universo... se había rendido. Estaba arrepentido de todo el mal que había hecho, arrepentido de llevar una vida de sufrimiento y mentiras. Había vivido como una criatura salvaje que solo se defendía de aquellos que intentaban lastimarle.

Cuando todo parecía perdido, la colisión de los mundos llegó y los universos empezaron a fusionarse. En la oscuridad infinita también se trazaron portales a otros lugares del mundo, y el inconsciente Loki traspasó uno de ellos sin darse cuenta. El cuerpo del dios aterrizó a media noche en la ciudad de Nueva York, donde dos singulares individuos le socorrieron.

El ciclo del Ragnarok estaba a punto de volver a empezar...