Boris el negro os desea feliz navidad [Post omega] [Constantine, Tony Stark, Coral, Dalae y quien quiera]

30 de diciembre de 2018 (Tarde)

Parecía que el mundo ya se había adaptado a los sucesos que habían acontecido hacía ya unos cuantos meses, es decir, seguía siendo extraño, la creación se había ido al garete y todo en lo que muchos creían se había derrumbado, simple y llanamente, la gente había aprendido a convivir con ello, seguían con sus aburridas vidas sin cuestionarse nada, pues es lo que se les había enseñado a hacer, claro está, a John Constantine nunca se le había dado demasiado bien aprender, al menos, no cosas convencionales, por eso el seguía consumido por la idea de saber lo que había sucedido, estuvo cerca una vez de averiguarlo, pero su oportunidad se esfumó.

Ahora, en fechas navideñas, donde tanta destrucción y tanta muerte parecía haberse olvidado para dar paso a una mentalidad más optimista, ahora, en esas fechas en las que todos se cerraban al amor y a la ternura y abrían sus brazos, el inglés se cerraba a la amargura, la soledad y abría un paquete de cigarros tras otro, precisamente, iba ya por su tercer paquete del día, abriéndolo con ansía mientras caminaba por las calles de la ciudad de NY, ahora desoladas debido a la fina capa de nieve que las cubría (aquellos días había nevado bastante, aunque, el día antes de culminar el año, parecía que las cosas se habían calmado), mientras dejaba su huella en la nieve que pisaba, John arrojó plástico que envolvía el paquete y se llevó un cigarro a los labios que encendió rápidamente:

- Diablos, este último paquete me ha dejado seco, voy a tener que empezar a pensar en buscarme un trabajo para poderme pagar los vicios…- El mago rio solo ante su ingenioso chiste mientras se volvía a meter las manos en los bolsillos de su gabardina, la que tenía libre, pues en la otra llevaba una bolsa de piel marrón algo vieja, debajo iba con una camiseta negra de algodón y una bufanda azul marino, unos pantalones grises cubriéndole las piernas y unos simples zapatos, el mago estaba habituado al frío de Londres y ciertamente, estar por la calle a esas horas le hacía sentir como en casa, cosa que le gustaba y le repugnaba a la vez.

Pero si Constantine se paseaba por las desiertas calles no era por añoranza de su Tierra, ni para comprar tabaco, hacía unos días había notado una perturbación en el plano místico, algo mágico que brotaba en la ciudad, cómo podía tratarse de algún objeto mágico interesante decidió salir a buscarlo para hacerse con él antes que nadie, y ahora, con su desvencijada bolsa de viaje se dirigía al lugar dónde un hechizo de localización le había mostrado dónde estaría el objeto, de hecho, ya lo veía:

- Sí, ahí estás…- El mago aceleró un poco el paso, dirigiéndose a una gran avenida, totalmente desierta en la que no había luz eléctrica, parece que había zonas de la ciudad que aún estaban sin reparar…Exhaló un poco de humo mientras se acercaba a un cofre negro con las bisagras plateadas que despedía fulgores rojizos, caminó con cautela, acercándose para examinarlo, sin embargo, cuándo no estaba ni a dos pasos del cofre, la calle se iluminó de golpe con el color del fuego y el inglés, sin comerlo ni beberlo se vio rodeado de un grupo de trolls de fuego, demonios, incluso conocía a uno de ellos, el tipejo tuvo un encontronazo con Constantine cuándo a este le dio por jugar en equipo:

- JAJAJAJA! JOHN CONSTANTINE, YO, BORIS EL NEGRO, SEÑOR DE LOS TROLLS DE FUEGO, SABÍA QUE CAERÍAS EN MI TRAMPA, AHORA VOY A VENGARME POR LO QUE ME HICISTE, MALDITO INGLÉS!!!!- Aquel ser repugnante despedía un terrible olor a azufre que inundaba las fosas nasales del mago y que le molestaba incluso más que haber caído víctima de una trampa, examinó rápidamente la escena, estaba solo, rodeado por un grupo de trolls de más de 4 metros de alto que despedían llamas hacia el cielo, su mejor escapatoria era utilizar algún tipo de treta para librarse de aquello, si no moría antes, claro:

- Hagamos un trato, tu me dejas irme y yo te doy un spray para el aliento. - Dijo el mago con una sonrisa burlona en el rostro.

Aspecto de un troll de fuego:

Spoiler:

Off: El orden de posteo quedará establecido después del primer turno.

Tony se dirigía a casa tras el día de trabajo en la oficina, estaba cansado y con ganas de darse una ducha caliente y tirarse un rato en el sofá a escuchar música y a leer un buen libro, volaba a toda velocidad cuando pasó por una zona de la ciudad todavía sin acceso a la red eléctrica.. Jarvis, ¿Si, Señor?, ¿No habían reparado ya el suministro eléctrico en toda la ciudad?, Si, Señor, las últimas reparaciones fueron la semana pasada, esta zona debería tener luz desde hace tiempo, si lo desea puedo comprobar desde cuando, No será necesario, voy a ver si pasa algo, avisa a Pepper de que llegare tarde a cenar.

Iron Man descendió y redujo la velocidad buscando los centros de transformación para localizar el problema, no tardo en localizarlo, ¿Pero que cojones?, el edificio que contenía los transformadores que suministraban energía a toda la zona estaba como si Hulk hubiera decidido jugar a los pisotones con él, derruido y ardiendo en algunos puntos, ¿que ha podido causar esto?, la lista es demasiado larga como para enumerarla, Señor, ¿si? No me dig...., una atronadora voz interrumpió al multimillonario.

JAJAJAJA! JOHN CONSTANTINE, YO, BORIS EL NEGRO, SEÑOR DE LOS TROLLS DE FUEGO, SABÍA QUE CAERÍAS EN MI TRAMPA, AHORA VOY A VENGARME POR LO QUE ME HICISTE, MALDITO INGLÉS!!!!, el origen del grito estaba a un par de manzanas de donde se encontraba Tony.

Jarvis..., creo que me hago una idea de quien lo ha causado, un troll de fuego, posiblemente Boris o uno de sus amigos, y creo que quiere tomar un desayuno ingles..., dijo acelerando al máximo en aquella dirección, Busca todo lo que haya sobre trolls de fuego y ese tal Constantine... y Jarvis, tráeme los módulos más adecuados para la lucha.

Segundos después se encontró con la interesante escena, una persona con un saco frente a un nutrido grupo de gigantes envueltos en llamas, Buenas tardes, señoras y señores, dijo desde lo alto, atrayendo la atención de los monstruos para darle al tipo la ocasión de huir, ¿quien de ustedes es Boris? ¿Usted? Bien, lamento informarle de que ha cometido un delito contra la ciudad de Nueva York al destruir, o mandar destruir, un centro de transformación que alimentaba esta zona, pero si cogéis vuestros bártulos y os marcháis a vuestra dimensión estaré dispuesto a olvidarlo ¿os parece?

Ropa de Diana:

Un año complicado que estaba a punto de acabar. Y como a los humanos les encanta celebrar (quizas por culpa de Dionisio), nos habian invitado a los embajadores de la ONU a una pequeña cena el dia de mañana. Por ello, habia preferido quedarme en Nueva York. Si algo pasaba, podria ir por mi Jet o irme volando directamente... Sin contar, claro, que la ciudad que nunca duerme tambien tiene sus supervillanos. No dudaba que los heroes locales se podian encargar, pero una ayudadita de la princesa de las amazonas era algo que nadie desperciaria. Sobretodo si tenia mi hacha para asustar a los rufianes.

Hacha de Diana.:

Y ahi estaba yo, parada junto al pararayos del edificio Chrysler observando la ciudad. Los autos se empezaban a trabar por las principales vias en su regreso a casa. Los helicopteros pasaban uno tras otro, y no parecia que hubiese nada realmente complicado. A veces Nueva York me recordaba mucho a Metropolis, pero nada como mi querida Washington. Era un lugar tranquilo, con mucha vigilancia y claro, con la casa del presidente de los Estados Unidos de Norteamerica.

Sin embargo, Nueva York tambien tenia cosas similares con otras ciudades. Tenia altos indices de criminalidad como Gotham, preciosos entretenimientos para su poblacion como Happy Harbour, y sobretodo superheroes. Desde la colision, no habia parado de contar grandes superheroes como los X-men o los Vengadores como esos que iban por la libre, como Spiderman. Si todos esos heroes formaramos parte de un mismo equipo, seriamos imparables.

Empece a volar, moviendome como una flecha que sale disparada desde un gran arco. Silenciosa y veloz. Agradeci a mis supersentidos el poder ver al suelo en caso de que hubiera un problema, como una persecusion , un asalto o un ataque de un poderoso villano que haga peligrar la seguridad de la ciudad y sus habitantes. Y por alguna razon, vi una avenida sin luz. Eso no era buena señal, ahi podrian ocurrir crimenes para los transeuntes o la gente que pasa en su coche. Me acerque volando lentamente, descargando mi hacha de mi espalda con cuidado para ver que era lo que pasaba.

-JAJAJAJA! JOHN CONSTANTINE, YO, BORIS EL NEGRO, SEÑOR DE LOS TROLLS DE FUEGO, SABÍA QUE CAERÍAS EN MI TRAMPA, AHORA VOY A VENGARME POR LO QUE ME HICISTE, MALDITO INGLÉS!!!! - ¿Troles de fuego? ¿John Constantine? Maldicion, ¿En que clase de negocio se habia metido esta vez el ingles?. Me acerque volando mas rapido, pero antes de que llegara, el traje mecanico y brillante de Iron Man me aventajo. Bueno, si el tipo se ponia dificil, ya eramos dos contra esa monstruosidad.

-¡Alto ahi, Boris! En nombre de Hefesto, regresa a tu cueva o te veras con mi ira. -Y le apunte con mi hacha. Se enfrentaria a la ira de los dioses si se les ocurria tocar a Constantine. Puse mi pierna izquierda atras y la derecha la flexione ligeramente hacia adelante, en un gesto protector al timador ingles... Si, era un desgraciado, pero era un gran aliado para la Liga.

Nueva York. El corazón de Midgard, como Loki lo había llamado alguna vez mientras hablaban de la Invasión Chitauri. Aquel golpe había sido como un infarto a ese mundo, pero todo se había echado a perder. Una lástima.

Pero ahora, algo ocurría. Habían notado una gran cantidad de energía: Ardiente y brutal como las llamas de Muspelheim. ¿Y si Surtur había decidido atacar Midgard? Aquello no era muy lógico, pero ¿Quién sabe? El mundo había enloquecido, y muchos de sus habitantes compartían su demencia. Además, él nunca había sido el más sutil a la hora de invadir dimensiones ajenas.

Así que Dalae apareció en un callejón discretamente, preparándose para recibir a los secuaces del señor de los demonios de fuego. Pero no había nadie. Lo único reseñable es que se había ido la luz de aquella zona, lo cual era extraño. Aquel sitio parecía desierto: No había ni rastro de las criaturas con las que pensaba hablar.

-JAJAJAJA! JOHN CONSTANTINE, YO, BORIS EL NEGRO, SEÑOR DE LOS TROLLS DE FUEGO, SABÍA QUE CAERÍAS EN MI TRAMPA, AHORA VOY A VENGARME POR LO QUE ME HICISTE, MALDITO INGLÉS!!!!

De acuerdo: No encontraría demonios, pero sí trols. Espera...¿Constantine? ¿Había mencionado a Constantine? Había estado con él durante su primera misión, había sido de gran ayuda. Y se encontraba (para variar) en un lío, por lo que parecía. Maldiciendo en silencio a su estúpida y sentimental conciencia, se deslizó por las calles en busca del mago. Cuando lo encontró, su sorpresa fue mayúscula, Su "amigo" estaba en una situación delicada: Las criaturas lo habían rodeado. Pero... Habían salido un par de héroes de la nada para combatirlos. Iron Man y Wonder Woman. ¿Estaban colaborando, o sólo se habían encontrado allí por casualidad? ¿Debía intervenir? Lo dudaba. Aunque Stark y ella habían colaborado antes, cuando los dioses hindúes convocaron a algunos elegidos para ayudar a Juri. Quizás era buena idea, así podría ayudar a su aliado y de paso quedar bien con el Vengador, que nunca estaba de más. Pero de pronto apareció una mujer de cabellos negros con un hacha enorme a la que no conocía, y a la que no le interesaba conocer. Estaba bien aliarse con algunos héroes, pero ella había mencionado a Hefesto, uno de los dioses del otro mundo. Y no era tan descabellado pensar que su panteón hubiera contactado con Asgard: Era posible que supiera la verdad sobre ella. En fin, tendría que esconderse por si acaso. Se acercó con paso cauteloso, sin ser vista. Nunca había probado a enfrentarse con un enemigo de fuego, y no sabía cómo le sentaría aquello a su magia. No le apetecía ser devorada por las llamas otra vez, y menos sabiendo que en esta ocasión no había ningún dios preparado para salvarla.

Se apoyó en un rincón sombrío, detrás de los trols, e hizo una pequeña esfera luminosa, para llamar la atención de Constantine. Ella no haría ninguna entrada triunfal como los héroes. Haría como siempre: Esperar el mejor momento, y atacar entonces donde más dolía.

-Dichoso Constantine... No da más que problemas.

Se dijo, aún cuestionándose el por qué estaba ahí.

Zzzzzzzz....Zzzzz...zZZZZzzzz.........CHIMICHANGAAAAS!!!. Jum? Que? Oh solo fue un agradable sueño, dios hace cuanto no me como una de mis deliciosas chimichangas.

Unos ruidos molestos me despertaron de mi agradable sueño, me quito a las 5 chicas que tenia en mi cama totalmente exhaustas de anoche para ver que es. Miro por la ventana totalmente desnudo cual Leonidas con Esparta, con chicas gritando y ancianas desmayándose del horror de mi cuerpo, mientras yo me encuentro con cara seria.

Me pongo mi visión de calor y puedo admirar como unos seres gigantes y feos están destruyendo una manzana. Pues bien, creo que luego de una noche de sexo y pasión puedo matar a unos gigantes, estoy con la baterías recargadas.
Me pongo mi ropa, mis armas y una hamburguesa para el camino. Me teletransporto al lugar en un abrir y cerrar de ojos y que veo, estos eran mas feos y grandes de lo que imagine, dejando caer mi hamburguesa de la impresión y escapando a un edifico alto.

Desde el edificio pude ver a un hombre que aparentemente era un vagabundo, a una chica con un ¿hacha? que estaba MUUYYYY buena y sexy, definitivamente luego de terminar esto me la ligaría, y a Tony Stark, vaya no había visto Tony hace bastante, y su traje sigue exactamente igual.

Hablaría con el para que me explique un poco de esto de la colisión, no estaba muy familiarizado que digamos, mi chicas no me dejan ver el mundo real.

- Les enseñare a estos tipos como se mata a un ser grande y feo, y luego me presentare con la chica del hacha-

Me susurro a mi mismo mientras saco mi Bazooka de alta potencia y disparos múltiples, apuntando a los ojos de un troll.



-WUJUUUU-

Grito y luego disparo a los ojos del troll, fastidiándolo. Luego de esto me acerco con mi teletransporte a su cabeza con mis dos katanas en cada mano para abrirle el cráneo.

- Observen el super movimiento fatal. mortal y destructivo del poderoso dios del sexo Dead......

Antes de poder terminar mi frase miro con cara de horror como el mazo de otro troll se dirige a mi cuerpo y me manda a volar, golpeo y me quedo pegado a un edificio, con todos mis huesos rotos temporalmente.

-Claro... Los otros feos... me olvide de ellos-

Digo con una sonrisa y con voz de sufrimiento mientras sigo pegado a la pared del edificio. Dios santo esto se suponía que debía impresionar a la guapa del hacha...

John no había aún ni reaccionado cuándo de la nada empezaron a aparecer multitud de ‘’héroes’’, diablos, el primero que apareció parecía que fuese vestido con un maldito disfraz de esos fans que adoraban Star Trek, un montón de chatarra ambulante al que llamaban Iron Man, Constantine ya sabía de él, sus varios informante le habían puesto al día acerca de muchos de los héroes que llegaron desde las otras dimensiones, y posiblemente, Tony Stark fuese el más idóneo para lo que el mago estaba preparando, pues no era casualidad que estuviesen ahí los trolls, no era casualidad que no hubiese luz en esa zona, diablos, cualquiera que conociese al mago no se habría acercado al ver todo eso, pero esos héroes eran unos idiotas y no podían evitar intentar ser los salvadores.

El inglés dio una calada a su cigarro mientras observaba la escena y meditaba en silencio, ahora irrumpió en escena la amazona, Diana, ya habían tenido algún encontronazo en el pasado, ahora tal vez las cosas se podían torcer, esa mujer ya sabía de qué pie cojeaba John, por suerte no había venido acompañada, si jugaba bien las cartas no habría problemas, luego la esfera de luz, que le indicó que otra aliada ya conocida estaba en la zona, luego el lunático de rojo, demonios, todo empezaba a volverse más complicado…Dio una calada a su cigarro mientras los trolls, sin previo aviso se lanzaron a la carga para matar a todos los que estaban allí:

- ¡Diablos, ten cuidado! – Chilló el mago cuándo Diana le cubrió de un golpe lanzado por uno de los trolls, la fuerza del impacto había lanzado al mago deslizándose un par de metros por el suelo de las calles, murmuró algo entre dientes mientras observaba la batalla que se producía entre los héroes y aquellos seres: - Entretenedlos un rato, creo que puedo hacer algo al respecto. – Dijo de forma tajante Constantine mientras rebuscaba en su bolsa: -...Si no nos matan creo que puedo usar un hechizo para devolverlos al lugar del que vienen, pero tardaré un poco en realizarlo. – Susurró mientras sacaba toda clase de artilugios de su bolsa, finalmente, halló lo que buscaba, un frasco que contenía un líquido escarlata, espeso, luego lanzó una mirada al rincón dónde estaba Dalae y dedicó una sonrisa galante, dándole a entender que le iría bien la ayuda de la chica.

Mientras tanto la batalla se había tornado feroz, dos de los trolls se enfrentaban a Diana arremetiendo sin tregua con sus enormes hachas y expulsando fuego por doquier, incendiando rápidamente todos los edificios colindantes, al mismo tiempo, dos trolls más, uno de ellos el que había resultado herido por culpa del mercenario se ensañaban lanzando golpes a diestro y siniestro con sendas mazas que portaban, por último, sin aún entrar en batalla, Boris el Negro observaba a Tony Stark, finalmente, decidió hablar y lo hizo con una prominente y potente voz:

- ¡Tú! ¡Hombre de acero! ¿Estás aliado con el mago? ¡Si vas a protegerle, entonces no tendremos piedad contigo, en mi reino castigamos a los ladrones! – Y rápidamente extendió su mano hacia Stark para intentar atraparle.

Bueno, al parecer no había sido el único en la zona en estar en el sitio idóneo en el momento más adecuado, y al parecer ese tipo de ahí abajo no le apetecía aprovechar la oportunidad de huir, a Diana ya la conocía de poco después de la Colisión, pero había una firma energética Asgardiana que trataba de mantenerse oculta, lo que no era una buena señal, podía ser la causante de que estos bicharracos estuvieran aquí jodiendo la marrana, pero había problemas más inmediatos.

Las tortas empezaron sin previo aviso, como venía siendo habitual, y Diana se lanzó a proteger al tipo, el Asgardiano que hubiera por allí seguía oculto y eso daba muy mala espina, y el colgado del bazoka no calmaba demasiado los ánimos, el millonario trazaba varios posibles planes mentalmente, pero Boris decidió por Tony cual de ellos utilizar.

¡Tú! ¡Hombre de acero! ¿Estás aliado con el mago? ¡Si vas a protegerle, entonces no tendremos piedad contigo, en mi reino castigamos a los ladrones!, dijo tratando de agarrarle, Iron Man descargo sus repulsores en la cara del troll mientras retrocedía y le dedico un chorro de energía directo desde el generador de su pecho, ¡ZAS! En toda la boca, el troll cayo hacia atrás, sorprendido por el dolor que le había causado el pequeño humano en su armadura, pero era solo eso, dolor, apenas le había causado verdadero daño y se levanto aún más furioso, arrojando su pesado e inmenso martillo.

Iron Man consiguió por poco evitar el martillo, y ascendió para poner algo de distancia, al menos había logrado su objetivo y había atraído la atención del más peligroso, un minuto para la llegada del modulo criogénico, Señor, ademas me he tomado la libertad de acoplarle una minigún del 12'70 con munición antitanque, Señor, bien por ti Jarvis, seguro que le doy buen uso, parece que las armas de energía les hacen poco efecto.

No sabia como ni porque, pero un loco habia lanzado unos misiles contra el capataz de los trols que teniamos delante. Y eso me incomodaba, si alguien estaba ahi para arruinar la pelea, lo encontraria y le daria un buen susto. No queria tonterias en medio del campo de batalla, esto era un asunto serio, y si algo he aprendido, es que las cosas con seres magicos son mucho mas serias que otras. Y seria mejor moverme rapido. No sabia que demonios tenia planeado Constantine para librarse de Boris, pero mi plan solia funcionar con casi todas las bestias mitologicas: Golpearlas hasta que vuelvan por el agujero que aparecieron.

Los troles cargaron hacia mi, tratando de golpear con sus hachas pero eran lentos, torpes. Sus feos cuerpos no se movian con la gracia que me dieron los dioses olimpicos. Un salto, el pecho hacia atras, cubrir con los brazaletes. Deje que ellos dieran los primeros golpes, que se cansaran, para rapidamente actuar. Eran tres. Habia suficiente para cada uno.

Con mi pierna derecha, le di una patada en la barbilla a uno, en el cual empezaria mi ataque. Salte hacia adelante, con el hacha empuñada con las dos manos, y me puse sobre sus hombros. No tarde ni un segundo en bajar mi hacha, clavandosela en medio del pecho, rompiendo los musculos y los huesos hasta llegar a los organos vitales. No me importaba matar seres magicos, y mucho menos si estos ponian en riesgo a la poblacion de Nueva York. Y el calor iba aumentando.

Muerto el primero, salte sobre el segundo con mi rodilla derecha por delante. Un golpe en su boca lo desoriento. Tome mi hacha, manchada con la sangre del anterior, y tras dar un salto a la izquierda evitando un mazaso del ultimo de los troles que atacaria, baje en un rapido corte diagonal debajo del codo, empleando bastante fuerza. El brazo cedio, junto con la mano. Y el tipo estaba sin poder sostener su arma. Empezo a gritar, y para librarme de el, solo levante mi pie derecho para patearlo en la barbilla y mandarlo a volar directo contra un muro. Dos de cuatro, Diana.

Pude sentir su miedo, pero aun estaba determinado. Probablemente, sabia que lo iba a derrotar, pero si le fallaba a su Rey, su castigo seria aun peor. Pobre de el, sin embargo, no podia ofrecerle mas compasion que derrotarlo y luego patearle el trasero a su rey. Me acerque hacia el, moviendome rapidamente, y sin mucho esfuerzo, dirigi dos hachazos, uno a su pecho y otro a su cuello. Empezo a sangrar como cerdo, salpicando mi pecho con su sangre oscura y ardiente. Malditos trols, harian que me tuviera que bañar dos veces para limpiarme de su hedor.

Quedaba uno, pero no me interesaba ya. Tony Stark estaba dandole una buena leccion a Boris. Y eso estaba bien, teniamos que enseñarle que no se meteria a imponer su ley en tierra protegida por Superheroes. Colgue mi hacha a mi espalda en su vaina, y tomando mi lazo con cuidado, mire al señor. Quizas no lo mataria, pero si haria que se rindiera.

-¡Mas te vale apurarte, Constantine, no me gusta sudar mucho cuando peleo contra seres magicos! -Y me puse a la altura de Iron Man, codo con codo. El podia disparar lo que quisiera, y yo podria rematarlo. Como las legiones romanas, mientras uno avanzaba con el escudo en la formacion de tortuga, los de atras disparaban con sus flechas o daban los golpes de gracia a los que estaban tirados en el suelo.

"Vaya midgardianos más idiotas." Pensó Dalae contemplando la escena. Era evidente que los trolls no eran muy listos. Ni siquiera listos, sin más. Pero eran muy fuertes, y la mujer iba a combatirlos allí donde eran más poderosos: El combate directo. El autodenominado Iron Man iba en ese mismo camino, encarándose con el jefe en un alarde de valor, honor y orgullo humano. Pfff. Y eso por no hablar de la fugaz, caótica y confusa aparición del ser de rojo. Ya no sabía si categorizarlo como midgardiano o no.

Sin embargo, parecía que John tenía un as en la manga, así que lo más prudente sería darle tiempo para utilizarlo. Lo ideal sería confundirlos un buen rato. Con esto en mente, creó un águila de hielo ya volando sobre el campo de batalla. La criatura chilló, quieta por un segundo en el aire... Para caer en picado justo después sobre el único troll que la mujer del hacha había dejado con vida, que estaba a punto de golpearla por la espalda.

Le hirió con las garras en la cara, cegándolo, y luego remontó el vuelo para volver a cortarle. Una y otra vez. Dalae simplemente regeneraba a su marioneta cuando el infernal calor la dañaba. El aparentemente poderoso troll sólo podía intentar protegerse del águila, quien estaba haciendo llover sangre sobre el suelo. En un momento dado, la asgardiana hizo desaparecer el ave, dejando a la criatura infernal herida de gravedad.

Observó la batalla aún escondida. Esperaba distraer a ese tal Boris, uniendo un nuevo cadáver a la carnicería. Ya había perdido a sus tres esbirros, quedándose solo ante los héroes y Constantine.

Sólo tenía que ayudar desde el anonimato a eliminar al último, y misión cumplida. Quizás incluso pudiera averiguar qué es lo que el inglés había encontrado. Y los héroes no tenían por qué verla: Sólo verían figuras de hielo apareciendo de la nada. Después de todo lo que habían visto, no les extrañaría mucho.

Las cosas tenían que torcerse mucho para que aquello saliera mal. Pero... ¿Cuándo no se torcían? Pero había un problema: Su magia no era ni mucho menos ilimitada, y derribar a aquel monstruo le había llevado más energía de la prevista. Podía aguantar perfectamente, pero tendría que medir mejor sus fuerzas.

Mis huesos y heridas sanaron en pocos segundos, mientras tanto me puse a comer comida china en uno de los edificios mas altos mientras veía con curiosidad como peleaban estos sujetos.

Iron man tan armado hasta los dientes, ese tipo que parecía vagabundo con unas cosas raras que no había visto antes, y a lo lejos con mi binoculares pude ver a una chica con un aire a Thor ¿Seria algún familiar? No importa, pero a lo que pude ver puede controlar el hielo y eso era algo chido.

Y por el otro lado estaba mi preciosa, esbelta, guapa y sensual mujer del hacha. Todavía no sabia su nombre, pero me concentraba mucho en ella, por dios que cuerpo, la mayoría del uso de mis binoculares era para enfocarle el trasero. En fin con el estomago ahora lleno podía seguir peleando contra estos feos gigantes.
Me armo de mis dos katanas y me teletransporte a la cabeza de uno de los trolles, la parte superior.
Para clavarle mis dos katanas juntas en la cabeza, pero la mujer sexy ya lo derroto. Me teletransporto a la cabeza de otro y de nuevo, la sensual chica me gana en matarlo. Ahora si, con este no puedo fallar....... y lo mata de nuevo la chica sexy.
PERO QUE DEMONIIOOOOOOS NO PUEDO IMPRESIONARLAAAA DIOOOS. Solo queda uno y esta vez este es mio, pero un pajarraco de la chica misteriosa me gana de antemano, esto es el colmo voy a suicidarme.
Aterrizo cerca de la chica sensual sin darme cuenta y provecho mi cercanía con esta, y de cerca, con una voz elegante y conquistadora le digo.

-¿A que hora sales del trabajo nena? Viste como elimine a esos trolles? Bastante cool verdad?

Le dedico una mirada de galan muy parecida a esta.

A lo lejos puedo ver a Iron Man, como siempre tratando de llamar la atención, no lo veía desde que se causo la colisión al señor Tony.

-GUAU nunca te cansas de llamar la atención Man Iron, jajajaja. De todos modos ¿Alguien podría explicarme que sucede aquí? Por cierto mi nombre es DeadPool, para las chicas DeadPoolsito.-

Le dedico la misma mirada y gesto de galán a esta hermosa mujer mientras aprecio como están todos los Trolles caídos y todavía falta el pez gordo, gritando como un loco.

John sonrió cínicamente mientras preparaba su hechizo, empezó a dibujar unos extraños símbolos circulares en el suelo con sangre escarlata, era sangre de hada, un potente canalizador mágico, el único punto débil de los trolls, aunque los derribasen se levantarían una y otra vez, solo las armas mágicas podían matar a esas criaturas, de momento solo podían noquearlos, todo dependía de que el hechizo funcionase realmente. Dio una calada a su cigarro mientras Dalae se acercaba ante su señal (off: voy a hacer algunos movimientos con tu personaje como ya acordamos hace un tiempo), murmuró palabras en un idioma desconocido y la sangre del suelo brilló, Constantine miró a la mujer y dijo:

-Bien chica, verás, necesito tu ayuda para completar el hechizo, no hay tiempo, debemos salvar la ciudad y a esos lunáticos con mallas, necesito que te pongas en el centro del círculo, rápido! – La chica fue a abrir la boca, pero el mago ya estaba arrastrándola al centro: - Aehc Nitur Sola Noctrum! – Susurró el hechicero una vez se colocó a una distancia prudente, de el círculo empezaron a extenderse unos hilos escarlata que sujetaron a los trolls por los pies, mientras que Dalae intentaba moverse del círculo en vano: - Lo siento cielo, te estoy usando como catalizador para el hechizo, para lanzarlo necesito un ser mágico que viaje con lo que quiero transportar hasta la otra dimensión, no te preocupes, voy a ir a buscarte. – Dijo sin darle demasiada importancia al hecho de que posiblemente enviaba a la mujer a su muerte segura.

Poco a poco, la sangre fue emitiendo un fulgor cada vez más intenso, hasta que llego un punto en el que, junto con una gran ventolera, que arrastró a los trolls con fuerza, se produjo un fuerte destello de luz azul, que, poco a poco, fue absorbida por un vórtice generado desde el punto en el que la chica estaba apresada con el hechizo, luego, en un instante, como si nada, llegó la calma y toda aquella discordia desapareció, como si nunca hubiese existido.

El mago tiró el cigarro al suelo lentamente y lo pisó mientras suspiraba, estaban a salvo, por el momento, esos cabezas de chorlito no esperaban que el mago ya sabía de su llegada, todo esto ya estaba planeado de antemano, pero eso, nunca lo sabrían.

Off: Siento la tardanza, el post sigue hasta el turno de Dalae, dónde describe su llegada a la dimensión donde habitan los trolls , luego postearé con John y seguiremos en otro post. Si queréis, claro, cualquier duda, pm.

Tony dejo de disparar cuando el Troll desapareció, Hey, ahí abajo, ¿estáis bien?, preguntó hacia el mago y la chica, ¿y la chica?, ¿no falta una?, dijo mientras descendía, bueno tío, hora de las respuestas, ¿que ha pasado aquí, donde están y donde esta ella?, con las ultimas palabras aterrizó pesadamente frente al mago, aun con los módulos de combate instalado y el humo surgiendo de los cañones de la minigún.

No le importaba haberlo dejado todo para salvar a alguien, al fin y al cabo ese era su trabajo desde que decidió vestir la armadura de Iron Man, pero si le importaba que la joven hubiera desaparecido justo después de que el tipo hablara con ella y que ese mismo tipo a pesar de todo iba de sobrado... no le gustaba su actitud, no le gustaba NADA su actitud, le recordaba demasiado a la suya propia, pero con algo que le desagradaba, algo que no soportaba, el desprecio por el bienestar de los demás, si la había puesto en peligro para salvarse él pagaría las consecuencias, eso seguro.

OFF:

La balanza de la batalla se habia inclinado a nuestro favor. Un aguila de hielo (que quien sabe de donde habia salido) destrozo a uno de los ultimos trols, quedando unicamente el rey y este improvisado grupo. El tipo rojo que habia aparecido antes, de manera caotica, intenta atacar a los trols que yo ataco... y fallaba, indudablemente. Se me acerco, con un tono que ya habia escuchado de muchos hombres con anterioridad: Un tono de seduccion y galanteria que estaba destinado a fallar. No, no me iba a ir con cualquier hombre, y menos si se querian adjudicar mis logros.

-No me estes molestando, chico rojo... -Mencione, en un tono totalmente serio, con el hacha en las manos. Deadpool. Me sonaba de algo, creo haberlo visto en una ocasion previa, cuando luchaba contra un Kraken en Inglaterra. Este era un momento un poco inoportuno para ligar, y si intentaba sobrepasarse, le daria una buena leccion sobre respeto.

Segui mirando a Iron Man, apuntando con sus armas al trol, cuando Constantine empezo a actuar. Uno de sus tantos planes, involucrando a una chica que no habia visto de donde salio, para ponerla dentro de una suerte de circulo magico. Preste atencion cuando el Ingles empezo a decir unas palabras extrañas, y unos hilos atraparon los cuerpos de los trols, arrastrandolos a una especie de portal. Parecia que nos ibamos a librar de este problema, pero, cuando las luces se intensificaron y un gran vortice aparecio, salte hacia adelante, intentando jalar hacia afuera a la chica misteriosa.

Un fuerte destello me cego, desorientando mi accion totalmente. No pude agarrar a la persona que estaba dentro de ese circulo magico, y cuando abri los ojos, ya no habia ningun enemigo... ni ninguna persona. Podria estar feliz, de no ser porque no sabia quien demonios era esa mujer y porque Constantine la habia desaparecido. Entonces, realmente me enoje. ¿Por que, en primera, Constantine estaba frente a el rey de los troles de fuego? ¿Habia jugado a timar a esos seres? Iron Man tampoco parecia estar realmente alegre con la situacion, pero yo si iba a actuar, no queria ningun tipo de tonterias con gente inocente.

Colgue mi hacha a mi espalda y tome mi lazo, arrojandolo contra el hechicero. Cuando estaba encima de el, lo amarre con fuerza, rodeando su torso y sus brazos.

-No estoy nada feliz con lo que acaba de pasar, Constantine. ¿Quien era esa mujer? ¿Que le ha pasado? ¿Tiene algo que ver con este incidente? -Aprete un poco mas el lazo- Ya sabes como funciona esto.

Dalae caminó hacia Constantine, aún protegida de las miradas de los héroes, que estaban demasiado ocupados con sus cosas como para fijarse en ella. Conocía al mago de antes, y sabía que tendría algún plan preparado: Ya estaba trazando el círculo para eliminar a los trolls. Pero cuando el inglés la cogió por sorpresa y la metió a la fuerza en el círculo, comprendió lo que iba a hacer.

-¡¿Lo siento?! ¡Sácame de aquí, bastardo!

El hechizo había comenzado, y la asgardiana había quedado atrapada en él, como si de pronto la hubieran rodeado unas paredes de cristal. Unos hilos unieron los cadáveres y el jefe de los trolls al círculo, y Dalae notó cómo parte de su magia se le escapaba en forma de un viento gélido. Impotente, contempló cómo Midgard desaparecía a su alrededor en un destello azul. Todo a su alrededor se volvió borroso, salvo los trolls que viajaban a su costa.

De pronto, sintió como un frenazo. La sensación era extraña, como si se hubiera estado moviendo a gran velocidad y parara de golpe. A su alrededor se extendía una inmensa cueva de roca rojiza. El techo era tan alto que no se veía, perdido en la oscuridad. La escasa luz provenía de unos pequeños fuegos fatuos de color anaranjado, que flotaban perezosamente en el aire. Pero lo peor era el calor. El mismo aire parecía morder la piel de la chica, cuyo primer impulso fue desnudarse para librarse de ese calor agobiante. Maldita sea, ¿por qué tenía que enviarla precisamente a esa dimensión?

Crac.

"¿Y ahora qué?" Dalae se giró, siguiendo la dirección del crujido. Y volvió a maldecir a Constantine entre dientes. Los trolls se estaban regenerando. Cómo no. Las heridas de las criaturas se cerraron a toda velocidad, pero para cuando se pusieron en pie, la joven ya había desaparecido por una abertura demasiado pequeña como para que ellos pudieran pasar. No les costaría mucho derribar parte de la pared para alcanzarla, pero para eso deberían saber que estaba ahí primero.

Seguramente, ni siquiera sabrían que ella les había acompañado a su mundo. De todos modos, los habitantes de ese lugar no le preocupaban tanto como el lugar en sí. El calor hacía que le costara más esfuerzo usar su magia, lo que le venía rematadamente mal: Sabía de sobras que cuando su propia magia se agotara, lo que se empezaría a consumir sería su propia energía. Y eso, si no la mataba ningún troll antes. Tenía que salir de ahí, y rápido. Intentó hablar telepáticamente con Loki, pero no obtuvo respuesta: Esa dimensión estaba demasiado lejos de Ninfelheim. Lo cual la dejaba con Constantine como última esperanza. Fantástico.

John se tambaleó al suelo cuando fue sujetado por el lazo de la amazona, no pudo evitar sonreír, en menos de unos segundos, se había congregado a su alrededor el grupo de héroes, pidiendo explicaciones sobre lo que acababa de ocurrir, era tan simples de manipular, tan ingenuos, todo iba según lo previsto por Constantine, ahora solo necesitaba jugar bien sus cartas, ni él podía resistirse al poder del lazo, pero bastaba con contestar de forma que no explicase nada en concreto:

- Esa mujer, bueno, lo cierto es que no se mucho de ella, sólo que puede emplear magia, por eso la he utilizado como catalizador para emplear mi hechizo, si no, no podríamos habernos librado de los trolls…- El mago se revolvió inútilmente en el suelo, no le gustaba que le amordazasen, bueno, a veces sí, pero en ese contexto no le agradaba: -…Se lo que piensas, pero no te preocupes, tengo pensado ir yo mismo a la dimensión de esos bastardos , ya sabes, cielo, soy un caballero inglés…- John miró a Diana a los ojos mientras decía todo aquello, lo cierto es que era verdad, tenía planes de regresar a aquel lugar, aunque no para recuperar a la chica realmente, había evitado decir parte de la verdad, ya que había estudiado el lazo de la amazona, sabía que si las preguntas no eran directamente podían darse rodeos para contestar, era complejo resistirse a la magia de aquel objeto, es decir, ahora mismo le quemaba y le oprimía, y lo que era peor, le hacía sentir una angustia interna por sus actos como nunca había sentido, si no estuviese acostumbrado a ese sentimiento, el inglés ya se habría echado a llorar en el suelo.

El mago volvió a revolverse y miró a los otros dos: - Oye ¿Podríais decirle que me soltara? Esto me aprieta bastante, y tengo la piel sensible, no quiero que me deje marcas. – Dijo de forma burlona en voz alta, luego, se puso en pie con calma, aún atado y dijo: - Lo cierto es que vosotros deberíais venir, probablemente vuelvan aquí si no solucionáis todo este embrollo, y creerme, no queréis que esas cosas se enfaden con vosotros. – Lo ideal para el mago habría sido que solo un héroe se hubiese visto involucrado, un grupo tan grande llamaría la atención, pero también le ayudaría a salvar su pellejo.

Off: Siento la tardanza en editar, se me fue de la cabeza.

Tony sabia poco del lazo de la verdad, pero el tipo parecía más falso que un billete de un dólar y medio, le caía mal no sabia por que, pero alguien capaz de actuar así como él había hecho no podía ser buena persona y algo en su interior se lo decía, pero Diana parecía fiarse de él, al menos lo suficiente, En mi opinión debería atarte ese lazo en el cuello, ¿cómo sabemos que no es una trampa, hemos venido a salvarte el culo campeón, nosotros y la asgardiana, y tu la ha usado a ella en contra de su voluntad mandándola a dios sabe donde.

Quizás esos bichos hubieran vuelto a levantarse no lo dudo, pero hubiéramos podido patearlos hasta que llegara un equipo de contención y encerrarlos, sin necesidad de mandar a nadie a una dimensión que si se parece en algo a sus habitantes será todo menos agradable, dijo Tony furioso frente al mago, muchas cosas le tocaban los... las narices, pero la que más eran los tipos que utilizaban a los demás, que se aprovechaban de la gente como acababa de hacer este cerdo, Constantine, no olvidaría ese nombre.

¿Que les robaste Constantine? ¿o qué consideran ellos que les robaste? Estaban aquí por ti, antes de dejarte que me lleves al infierno donde habitan esos tipos al menos responde a eso, finalizó el millonario, estaba claro que él no abandonaría a la pobre chica, pero su confianza hacia el mago era cero, quizás debería llamar a Zatanna a ver si ella podía ayudarlos y prescindir de este tipejo, o a Arión, seguro que cualquier cosa que este imbécil pudiera hacer ellos la podrían hacer mucho mejor.