Tiempo no es lo que nos sobra [Young Justice]

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Raven suspiró, desviando la mirada hacia un lado. Era una enorme brecha en su máscara, pero la situación lo ameritaba. Aún tenía la cabeza vendada por culpa de los acontecimientos ocurridos durante la colisión. Ante ella estaba Beast Boy. Cuando ambos eran pareja, el muchacho era más mayor, se hacía llamar Changelling y había madurado.

Aunque mantenían la voz queda, estaba claro que su situación amorosa estaba pasando por una crisis, quizás por los cambios sufridos por él, o simplemente porque Raven, de nuevo, había sentido que ponía en peligro a sus seres queridos con su existencia. No era la primera vez que pensaba así, y aunque a veces parecía convencerse de que intentar abrirse a los miembros del equipo era una buena idea, rápidamente volvía a su frío aspecto exterior y se distanciaba emocionalmente.

Si alguien era atento, podía relacionar esos distanciamientos con los momentos en los que Trigon parecía volver con fuerza, o cuando Raven se sentía débil emocionalmente. Demasiado débil como para controlar sus poderes

Lo siento, Garfield, pero es mejor así. Has cambiado... todo ha cambiado. Necesitamos... necesito tiempo la mujer se apartó un mechón de pelo, mordiéndose el labio inferior. Era como un cuchillo clavado en su pecho, y aunque había conseguido abrirse al chico verde, esos gestos seguían siendo poco naturales en ella. Estaba claro que no le estaba gustando lo que hacía, pero como siempre que se convencía de algo, seguiría esa actitud hasta el final Quizás después pueda, ¿vale? Sólo necesito espacio, tiempo. Para aclarar las ideas. Antes de que el muchacho pudiera responder, se envolvió a sí misma con su capa y desapareció de la estancia. Beast Boy intentó pararla, convencerla, pero cuando se vio agarrando el aire, gruñó por lo bajo y maldijo, marchándose de la estancia

[Una hora después]

Raven volvió a emerger de entre las sombras con expresión sombría. O mejor dicho, con un aura sombría a su alrededor, pese a que mantenía su característica inexpresividad. Si alguien no había visto la escena previa, ahora quedaba claro que no estaba bien.

Cogió una taza de una de las estanterías y empezó a hervir agua, mirando hacia el vacío, pensativa. ¿Había hecho bien? Ahora lo dudaba, pero no había marcha atrás. Lo hecho, hecho estaba

Aun no se creía que hacia por lo menos dos años que no pisaba ese suelo. El lugar le hacia recordar buenos y también los malos momentos que paso en el. Ahora era un chico nuevo, había madurado y tenía las ideas claras, sobretodo después de una refrescante ducha como recompensa por el duro entrenamiento de hoy.

Iba andando con su característica indumentaria de pantalones azul marino y su inseparable camiseta negra con el logo rojo de Superman, mientras que con una toalla en el cuello se iba secando su corta melena. Luego de ducharse siempre le entraba hambre, hora de picar alguna cosa, pero al llegar a la cocina se encontró con alguien. Era aquella chica de vestimentas oscuras y lilas, si no recordaba mal su nombre era Raven. Se acerco a ella con normalidad para no asustarla pero al llegar a su lado se dio cuenta que solo estaba de cuerpo presente ¿estaría en trance? No recordaba muy bien sus poderes. Al parecer llevaba tanto tiempo metida en sus pensamientos que no se dio cuenta que el agua ya estaba hirviendo, automáticamente el moreno bajo la intensidad del fuego.

Como sigas así el agua se vaporizara y tendrás que volver a calentar agua nueva.

Le hablo con suavidad, no quería asustarla. Al estar tan cerca de ella se dio cuenta que estaba mas seria de lo normal.

El estómago de Coral rugió, advirtiéndole de que tenía que ir a comer algo pronto. No había desayunado más que una mísera taza de café con algunas galletas de avena, pasándose toda la mañana intentando ponerse al tanto con los estudios, acabando un trabajo que tenía que entregar. De verdad, ¿en qué momento se le ocurrió al mundo volverse loco de repente? Estaba en su tercer año de carrera y no pensaba echarse atrás, claro, en realidad le encantaba lo que estudiaba, pero a veces volvía su vida un caos en el que no tenía tiempo para nada. Porque, la verdad, tiempo no es lo que nos sobra precisamente. Y menos después de los días que habían pasado, algo que al menos en su mente llamaba "Locura universal". La tierra se había vuelto loca, y no sabía si el espacio también. Desde qué pasó la gente no paraba de hablar de ello, provocando cierto parón en la vida cotidiana. De hecho, era por ello que ahora estaba aprovechando en avanzar.

Pero bueno, podía parar de pensar en todo eso durante un momento para poder comer algo, ¿no? Tenía derecho, a pesar de que aún tuviese mal cuerpo con los acontecimientos recientes. Aunque fue llegar a la cocina de Monte Justicia y escuchar una voz masculina que le sonó. ¿Superboy? Sí, estaba segura de que era él, pero al doblar la esquina encontró que había alguien más, alguien que ya conocía bastante bien: Raven. Bueno, al menos estaría acompañada, y eso lo agradecía.

-Hola, chicos. -dijo con voz animada, pero tonalidad tranquila. La cabeza le dolía un poco, así que no estaba como para actuar muy exaltada. -¿Vosotros también venís a comer? Porque ya empieza a ser hora...-se asomó a ver si estaban preparando algo, pero solo vio agua a hervir frente a Raven. ¿Se estaría preparando una infusión a esas horas? Porque ella prefería preparar spagguettis. Oh...bueno, mejor dejar esa idea de lado por un momento. Al menos después de que Coral vio la cara de la morena.

-¿Raven? ¿Va todo bien?

Quizás quien no la conociese pensaría que estaba como actualmente, pero la castaña sabía que había algo distinto, algo que ya se notaba alrededor de ella.

Raven parpadeó al notar hablar a Conner. Le miró unos segundos y después desvió la mirada de nuevo al agua. Suspiró, asintiendo más para sí que para él

Tienes razón, Conner. Gracias la voz de la muchacha recordaba al graznido de un cuervo, algo rasposa y grave. Era un tono tan inexpresivo como su rostro en apariencia, pero las expresiones estaban ahí, sutiles, si uno sabía mirar.

Cogió con cuidado la tetera y empezó a echar el té dentro con cuidado. Era una mezcla de hojas que pronto llenó la cocina con un olor agradable mientras la morena esperaba a que reposase

-Hola, chicos. Raven ladeó la cabeza, centrando su mirada en Coral -¿Vosotros también venís a comer? Porque ya empieza a ser hora...

Comer... no se le había ocurrido. No tenía hambre ahora mismo, y lo único que quería era calmarse un poco. Tomarse algo relajante o similar

-¿Raven? ¿Va todo bien?

A la perfección de pronto, el armario detrás de la morena se vio envuelto con energía oscura y la puerta se quebró bajo la presión del fuerte poder telekinético. El pelo de la hechicera se movió como si una silenciosa ráfaga de viento lo hubiese azotado a su vez, lo que dejaba claro de dónde venía ese poder, por si quedaba alguna duda

Hum Raven desvió la mirada hacia la desafortunada puerta del armario de cocina, y volvió a mirar la tetera Supongo que habrá que hacer renovaciones murmuró hacia sí, planteándose si realmente quería coger ahora mismo algo relleno de agua hirviendo. Lo último que necesitaba era duchar a los tres presentes...

Desde que el mundo se estaba volviendo loco, Nightwing se cuidaba de enviar a muchas misiones a los Titans. Brian se estaba sintiendo demasiado ansioso. Quería salir, tener la ocasión de hacer algo, no quedarse siempre de brazos cruzados. Ni siquiera tenía la oportunidad de hablar con Joanna tanto como antes, sus obligaciones como alcaldesa se lo impedían. Todo lo que podía hacer era pulular por la base y buscar conversación. Y en ese momento también le apetecía algo de comer.

Chel trotaba a su lado, meneando el rabito alegremente. Desde que Joanna se la regalase antes de Belle Reve, Brian se negaba a separarse de ella. Cuando tenía la oportunidad se la llevaba a la base para que no estuviese sola. La perrita se portaba de maravilla, salvo cuando a Beast Boy le daba por jugar con ella. Por alguna razón la alteraba, aunque en el buen sentido.

A poco que se acercaron a la cocina, Chel echó a correr y se plantó ante las piernas de lo primero que vio, que en este caso era su último socio de misión, Superboy. Brian no dudó en saludarle, reconociendo poco después a Coral.

-¡Hey, Conner! ¡Hola, Coral! ¿Cómo va es-?

La frase se quedó congelada a la mitad cuando distinguió a Raven al fondo en la cocina, mientras la puerta de un armario se hacía pedazos a su lado. Tragó saliva y miró fijamente a la émpata, prediciendo que aquello era el comienzo de uno de sus famosos "prontos". Por su parte, Chel dejó la pierna de Superboy y se refugió tras la de su amo, asustada por la imponente presencia de Raven.

Llevaba toda la mañana en la base, enviando información a la liga y actualizando los datos del ordenador. Desde el evento de la colisión me sentía más vacío e impotente que nunca, había perdido la comunicación con muchos de los compañeros de los Titans y la recién aparición de Wally en la Antártida no hacía más que impacientarme. Había hablado con Artemis, toda la liga lo sabía, pero no le había dicho nada al resto de mis compañeros. No había encontrado el momento ideal para decírselo, no estaba de humor.

Barbara aún estaba en su habitación, agonizando por las pesadillas causadas por el espantapájaros. Habíamos perdido la comunicación con Atlántica. Donna, Cassandra, Jaime... tenía una gran lista de desaparecidos después de la colisión, y había tenido la suerte de recuperar a algunos de mis amigos, como Starfire y Raven. 

Raven llevaba unos días alterada también, no le gustó nada que le vendara la cara y no dejaba de replicarme. Por otro lado Beastboy también parecía cabreado, le había visto salir de la habitación de hija de Trigon con toda la cara roja de la rabia. ¿Qué narices había pasado?

Escuché de fondo como el resto del equipo bajaba de las habitaciones para comer, y empezaban a juntarse todos a hablar en la cocina. Miré la hora y pensé que lo mejor sería descansar un rato antes de seguir y comer algo. 

Me acerqué a la cocina y me apoyé en la puerta sin decir nada, con los brazos cruzados y una sonrisa nostálgica en los labios. Observé a mi equipo, les iba a echar mucho de menos.

Escucho la suave voz de Coral haciendo que se volteara a verla para saludarle, pero algo se había metido entre sus pies impidiendo que hiciera cualquier acción. Agacho la mirada y encontró a un pequeño perro que le hacía recordar a su mascota, que por cierto ¿Dónde estaba Lobo? La voz del amo le saco de sus pensamientos, intentando voltearse para saludarles, pero otra vez algo se le impedía y ese algo era la puerta del armario destruyéndose. Se quedo viendo a Raven que tenia todos los números de ser la responsable, en vez de enfadarse por a ver destruido mobiliario de la cocina sonrió levemente, al menos no era el único que destruía cosas cuando tenia un mal día.

No. A mí me gusta como esta ahora.

El moreno coloco su mano en el hombre de la chica dándole apoyo, volviéndose acercarse a ella, alzando su brazo y sacando de un paquete de galletas del recién mueble remodelado. Se aparto un poco de ella mientras abría el paquete, ahora que no tenia ningún ser en sus pies podía moverse con libertad.

¿Quieres una Raven?

Le ofreció el paquete y  se volteo a ver a los otros dos integrantes, que por los acontecimientos recientes ni siquiera les pudo saludar.

Buenos días Coral y Brian ¿queréis galletas?... hombre Dick ¿a ti también te entro hambre?

Saludo a su viejo amigo, que estaba apoyado en el marco de la puerta con una ligera sonrisa. No sabia si había visto la destroza de Raven o le hico gracia que la chica tuviera un mal día y lo pagara con esa puertecilla.

Iba a decir algo, pero el sonido de la madera crujiendo la calló junto con un saludo de una voz que le fue familiar. Quiso saludar, pero lo primero que hizo fue desviae de forma instintiva la mirada hacia el lugar de donde el sonido había venido...y viendo la puerta del armario rota, hundida hacia adentro. Entrecerró un poco el ojo derecho por ello durante unos segundos. No, no era propio de Raven, eso estaba claro, y no había nadie más capaz de poder hacerlo.  Ella supuso que tendrían que hacer renovaciones...sí, y menos mal que aquello era Monte Justicia y tenían supehéroes capaces de ello.  

-No lo se Conner, no soy muy dada al arte modernista para que me guste más así. -respondió al moreno por su comentario, girándose después hacia atrás: dos nuevas personas habían aparecido en escena, y ambas le sacaron una suave sonrisa de sus labios.

-Brian! Dick! ¿Bajáis a comer también? -pudo notar como su estómago se encogió un poco al formular la pregunta, porque ella se estaba muriendo de hambre. De hecho, por poco estuvo a punto de abrazar con emoción a Superboy en cuanto le ofreció galletas, aceptándolas de buen gusto con una mirada que de por si sola se lo agradecía de corazón. Mientras las comía, se dio cuenta de algo: hacía tiempo que no veía a tantos miembros reunidos de forma tan...libre, sin que hubiese ningún problema. Eran una familia, una fortaleza, pero siempre estaban (inclusive ella) ocupados con algo porque, por desgracia, el mal nunca descansaba, y menos después del paripé mundial que había sucedido hacía menos de una semana.  Coral había tenido miedo, pero nadie sabía qué había pasado. No aún. O al menos, casi nadie.

Pero no era momento para pensar en esas cosas. Sacudió con suavidad la cabeza y se fijó en Dick. Aquella sonrisa en su cara casi le encogió el corazón, así que ella volvió a sonreír.

-Ya que estamos, que os parece si decidimos qué comer hoy? Podríamos pedir algo o intentar cocinar algo rápido. -si hacía falta hasta ella se disponía a hacer la comida entera. La pasta era fácil de hacer, así que no quemaría la cocina.

Raven apartó la mirada de Richard, quizás esquiva o quizás avergonzada por haber roto el armario en su presencia, centrando su mirada en el té que se estaba haciendo en la tetera. La cogió sin miramientos, por el asa, y tuvo que soltarla inmediatamente, viendo cómo se le enrojecía la mano. Parecía molesta por haber vuelvo a tener una equivocación tan garrafal, pero actuó como si no se acabase de achicharrar echando mano a un trapo con el que envolvió el asa.

Esta vez sí, se sirvió la bebida sin provocar ningún accidente y dejó el cacharro en el fregadero para que se enfriase, ocultando la mano quemada debajo de su capa en un intento de no llamar la atención sobre ella

¿Quieres una Raven? Por desgracia, no iba a ser tan fácil. La interpelada levantó la mirada hacia Conner y asintió, cogiendo una de las galletas de un modo que impidiese ver bien la palma de su mano al susodicho, llevándosela rápidamente a la boca en silencio. Sus ojos pasaron por todos los presentes y después se desviaron de nuevo al armario.

¿Tanto le había afectado romper con Garfield? ¿Aunque sabía que ese no la amaba igual? ¿Aunque notase cómo manaban esos sentimientos cuando miraba la estatua de Terra? El amor era una emoción tan incómoda...

-Ya que estamos, que os parece si decidimos qué comer hoy? Podríamos pedir algo o intentar cocinar algo rápido.

Raven se quedó unos segundos pensativa, rumiando la galleta con aparente desinterés, antes de pronunciarse

No estaría mal tomar una pizza Y de nuevo calló. ¿En serio acababa de sugerir algo así? ¿Como cuando los miembros fundadores se iban a esa pizzería de la esquina y se peleaban por las raciones que no hubieran caído cerca de Starfire? ¿Como aquella en la que Starfire bebía mostaza a puñados? ¿En la que tan bien se lo había pasado con sus amigos... con su ex-novio?

Definitivamente necesitaba un tiempo a solas.

Y sin embargo, no era capaz de forzarse a moverse, a huir de la que era su familia, con todos sus nuevos y viejos miembros. Centró entonces su mirada en Nightwing, casi como en una muda súplica.

La tensión era tal que se podía cortar con un cortaúñas.

Brian se sentía terriblemente incómodo. Podía percibir que Raven no estaba precisamente a gusto con su actual estado emocional, fuera cual fuera. ¿Por qué se había puesto así, en primer lugar?

Pasó la mirada entre Conner y Coral, y poco después entre Dick, con la intriga de qué hacer a continuación. Coral sugirió salir a comer algo, a lo que Raven asintió en un principio. Pero el chico tenía cierto instinto, y presentía que la émpata sólo se esforzaba por ocultar algo más denso y oscuro que la carcomía por dentro.

No quería caras largas, sólo quería que todos se llevasen bien. No quería más dolor entre los Titans. No desde que Babs había sido ingresada tras su horripilante encuentro con el Espantapájaros. Aún le debía una visita.

-¡Genial idea! O podríamos salir a dar una vuelta y comerla fuera, ¿qué decís? Nos vendría bien tomar un poco el aire.

De repente pensó que acababa de decir una tontería muy grande.

Me despegué de la puerta, me habían descubierto demasiado rápido y no pude evitar sonreír divertido. Saludé a Conner, a Coral y Brian que parecían preocupados por la hija de Triggon. No sabía muy bien lo que había pasado, pero conociendo a la semi-demonio y viendo los humos que Garfield desprendía esta mañana, estaba seguro de que se habían peleado.

No era la primera vez que Raven tenía roces con Beastboy, así que lo más sensato era dejarles tranquilos. Si alguien sacaba el tema quizás alguno de nosotros saldríamos escaldados de la cocina. Ya eran mayorcitos para arreglar sus problemas así que lo mejor era distraerles un poco y hacerles olvidar el mal rato. 

Me acerqué con pasos tranquilos hacia Raven y una sonrisa cariñosa, para después apoyar mi mano en el hombro de la mística. 

- Es una buena idea. Coral... - dije girándome hacia la otra chica - ¿Porqué no llamas a la Pizzeria? Que nos traigan tres familiares - le indiqué, y después empecé a abrir los armarios de la cocina y a sacar paquetes de pasta, salsas y condimentos.

- Como somos unos glotones estoy seguro de que con las pizzas no tendremos bastante - sonreí divertido - así que voy a hacerlos los espaguetis especiales de Nightwing - comenté entusiasmado mientras sacaba las finas tiras de pasta y las empezaba a colocar en un bol de agua hirviente con sal.

- Brian, Conner - indiqué - vosotros os encargaréis de hacer la salsa. Pelad un par de cebollas y pimientos verdes y picarlos, coger el queso, el tomate frito, la carne picada y cortar un trozo de chistorra que hay en la nevera. 

Volví a girarme entonces a Coral, una vez terminó de hacer la llamada a la pizzeria- encárgate de las pizzas y de poner la mesa para cinco.

Dudaba que Beastoby volviera a la base antes de la hora de comer, y Artemis estaba de misión y no volvería hasta que terminara. Solo quedaba Barbara. Ya me encargaría de llevarle su plato a la habitación.

Por último miré a Raven con una pícara sonrisa en los labios y un rápido guiño de ojo - y tu, Raven, relájate y disfruta.

Tenía que ser un líder hasta haciendo de chef.

Sonrió a la muchacha cuando vino por la galleta, por un momento pensó que le abracaría y todo. La idea de comer todos juntos le gusto, hacia mucho que no estaban reunidos si no era para una misión y de paso conocería a los nuevos miembros en una atmosfera mas amigable. En su rostro se le dibujo una fina sonrisa al ver como Dick empezaba a dar órdenes, parecía que hubiera nacido para dirigir. Cuando las ordenes cayeron sobre él le miro con odio, con un profundo odio a su amigo ¿acaso no sabía lo malo que era en la cocina?

Todo paso aquel día donde iba a ayudar Megan a cocinar pero la marciana no paraba de echarle todos los ingredientes por encima, sin querer claro está,  teniendo que irse a ducharse con urgencias. Miss Martian recibió un aviso de Robin mientras él era consolado por Wally, regalándole un osito de peluche. Recordaba que cuando se lo entrego le dijo que lo mostrara cuando Megan le tocara ¿acaso tenia cara de ir por el monte con un ridículo oso de peluche porque su amiga le tocara? Kid Flash tenia demasiadas ideas de bombero para el gusto de Superboy. Wally… ¿Por qué tenias que caer en batalla? Uno de sus salvadores y gran amigo, que siempre le lograba sacarle una tímida sonrisa. Negó con la cabeza, tenia que animarse e intentar no quemar la cocina. Coloco su mano al hombro del joven Brian para irse a preparar su parte

A mí también me hubiera gustado salir a comer fuera, otro día será… yo me encargo de cortar la cebolla y los pimientos para luego trocearlos, tu encárgate de lo demás

Cogió un par de cebollas y luego otro par de pimientos que estaban en la nevera. Empezó por lavar los pimientos y cortarlos en trozos pequeños. Una vez lo había hecho como lo dijo el Mr. Chef Dick lo coloco en un plato para luego repetir lo mismo con las cebollas. Pelo las cebollas y las fue cortando. De repente comenzó a notar como sus ojos empezaban a escocer y empezó a llorar en silencio. No entendía el porqué de sus lagrimas ¿acaso lloraba por recordar a su difunto amigo? No sentía tal dolor para llorar de esa manera y lo peor de todo que le cocían tanto que no podía ni ver. Después de tanto esfuerzos logro cortar la cebolla y la metió en un plato.

Brian…snif… ¿quieres que también corte la chistorra?

Ya no podía más y se llevo la toalla, que aun tenía en el cuello, para secarse esas molestas lagrimas, nunca pensó que llorar fuera tan molesto. Pero lo que más le molestaba al moreno era que tendría que explicarles a los demás porque se había puesto a llorar de repente ¿Qué les iba a contar? ¿Qué había empezado a llorar sin ninguna razón aparente? A lo mejor lo tenía que hacer, ya que era la verdad.

Todos parecieron de acuerdo con la idea, cosa que causó cierta emoción en la castaña. Ver las ganas que pusieron le hizo sonreír con suavidad. Después de todo lo que le había pasado al mundo, nunca venía de más ese tipo de cosas. Apoyo mutuo y compañerismo era algo que había ido aprendiendo a lo largo de los dos años que llevaba en la Liga, y no se arrepentía de ello. O eso quería pensar. Una parte de ella seguía siendo solitaria e independiente, y lo sabía. Además, Damien sabía sacarla muy bien. Había conseguido que parte suya recuperase su ese pasado que había intentado dejar, pero que volvía a estar latente por su presencia e insistencia.

Sacudió la cabeza cuando escuchó a Dick empezar a dar órdenes, empezando con ella. Enseguida que le pidió que llamase a la pizzeria asintió, dirigiéndose a la nevera. Allí siempre había un posit con los números de restaurantes de comida basura que traían cosas por encargo. Buscó el teléfono fijo que había en la cocina para ese tipo de cosas (sí, ese teléfono solo servía para cuando tenías hambre y no había nada en la cocina, o no tenías ganas de cocinar). La línea dio un par de pitidos hasta que alguien lo cogió al otro lado.

-¿Sí? Hola, mira, quería pedir tres pizzas familiares. Una de jamón y queso, una boloñesa y una tropical. Sí, por favor, para traer ahora en Monte Justicia. ¿Tenemos descuento? Gracias ~ Sí, adiós! -y volvió a colgar. Ale, pizzas solucionadas.

Para cuando se giró, vio que todos se habían puesto ya con sus tareas. Dick estaba hirviendo agua nueva para luego meter los spaguettis y que empezaran a hacerse. Conner había empezado a picar la cebolla y, por una vez, vio algo inaudito: estaba llorando. Eso si que le sorprendió. ¿Los clones también lloraban con la cebolla? Creía que eran bastante insensibles a esas cosas, por el tema de que fuesen perfectos y esas cosas...así que casi le arrancó una risilla que intentó disimular como pudo, mientras iba a buscar los cubiertos necesarios para ir montando la mesa.

Ojalá nada rompiese ese momento.

Ese gesto. Maldita sea, ese maldito gesto, esa sonrisa. Colocar la mano sobre su hombro. ¿Qué mujer en su sano juicio no podía sentirse atraída por semejante hombre? Raven dirigió su mirada a la mano e intentó una torpe sonrisa que afortunadamente había sido tapada por su capucha.

Estaba claro que el moreno se había dado cuenta ya de lo que había pasado, siempre había sido muy perceptivo, y pronto se dedicó a dar órdenes a todos los presentes para preparar la comida. Raven le miró fijamente, esperando que le diese una tarea mientras mordisqueaba lo que quedaba de la galleta, comenzando a flotar levemente por encima del suelo

y tu, Raven, relájate y disfruta.

Raven apartó la mirada, centrando sus ojos en el suelo. No se había esperado eso ni lo más mínimo, y mucho menos el guiño de ojo, pero simplemente asintió, girándose sobre sí misma y dirigiéndose hacia el salón. Al menos, hasta que vio a Conner comenzando a llorar. Se acercó flotando hacia el Kryptoniano, ocultando una sonrisa bajo su capucha

Conner... ven, hay que lavarte los ojos comentó con esa voz tan característica suya... y contra todo pronóstico, con más emoción de la que quería dar. Una maternal. Se posó a su lado y le colocó la mano en el brazo No te preocupes, es normal llorar cuando se cortan cebollas. Ven, te lo explico mientras te lavamos eso. Las cebollas absorben de forma natural el azufre, y cuando las cortamos, éste se desprende como un vapor que al combinarse con los fluidos de los ojos, se convierte en ácido sulfúrico. Este ácido irrita los ojos, y las glándulas lacrimógenas se activan para diluir el ácido. En definitiva, cortar cebollas nos hace llorar, pero si te lavas los ojos, el ácido desaparece, y por extensión, ya no es necesario llorar para eliminarlo

Se quedó unos segundos en silencio, pensativa. La verdad es que hablar de algo así le estaba ayudando

¿Es... muy complicado lo que te estoy explicando, Conner? ¿Lo has entendido bien?

FDI::

Al menos ya tenían un plan para aquella noche. Brian sonrió y se frotó las manos, pensando en la comida colectiva que les esperaba. En cuanto Dick les dio instrucciones a él y Conner para preparar la salsa, el segundo se adelantó y le mandó a recoger los tomates, el queso y todo lo demás. El chico fue directo para la nevera y empezó a sacar ingredientes y los dispuso sobre la mesa.

-¡Eso está hecho!

Empezó por dejar el queso en una bandeja, y preparó el tomate en un bol para ir echándole la carne picada conforme la iba troceando. El queso lo echarían al final para gratinarlo una vez estuviese la pizza. Antes de eso no tenía más que disponer los pimientos y la cebolla una vez Conner los tuviera listos.

Se entretuvo un poco, pero en cinco minutos la salsa ya estaba lista. Fue a preguntar a Conner cómo le iba cuando le vio llorando como una magdalena como consecuencia de las cebollas. Brian lo encontró gracioso sobre todo por la cara contrariada de Superboy, que seguramente no lograba darle una explicación lógica al evento.

Iba a contarle de qué se trataba, pero Raven se adelantó y le dio una explicación más que válida y precisa. Brian se conformó con encogerse de hombros.

-Nah, no te preocupes por la chistorra, Conner. Ya me encargo yo.

La recogió de la nevera y empezó a cortarla con precisión. Una cosa no se le podía negar: sus guantes no le reducían la precisión para nada.

- Perfecto chicos - dije cogiendo los ingredientes que Brian y Conner habían troceado con tanto cariño para terminar la salsa. Me quedé bastante pensativo mientras preparaba las cosas que no me di cuenta de lo que estaba pasando a mi alrededor. Conner se había puesto a llorar a causa de las cebollas y Raven intentó explicarle de una manera muy científica el porqué.

Noté una punzada en el pecho, sin poder evitarlo. ¿Porqué siempre te relaciono con los científicos, tío? Maldito pelirrojo pecoso...

Saqué los espaguetis de la olla y los dejé reposar. Después removí varias veces más la salsa y al final la junté con la pasta. A primera vista, los espaguetis parecían bastante apetitosos, esperaba que lo fueran de verdad y que el monte justicia no tuviera indigestión por una semana...

El timbre sonó y vi cómo Coral desaparecía por la puerta de la cocina. Seguramente serían las pizzas.

- Bueno chicos, creo que con esto está todo - sonreí divertido, me lo estaba pasando bomba cocinando con mis amigos, y deseé que Artemis, Kaldur, Megan, Donna y Barbara pudieran gozar de esa misma felicidad.

Repartí la comida entre los diferentes platos que había colocados en la mesa del comedor y observé a mis compañeros sentarse uno a mi alrededor.

- Espero que os guste la receta Nightwing - sonreí divertido, en realidad eran unos espaguetis la mar de normales, pero me gustaba decir aquello. - ¡Que aproveche!

Me senté en mi sitio y esperé a que los demás probaran los platos primero, para poder ver sus reacciones.

Se había apartado del grupo para no molestarles mientras cocinaran y para lograr que ese mortal escozor se le fuera de sus ojos. De golpe noto como alguien le empujaba con delicadeza a las picas, mientras le hablaba con un dulce tono.  Se sorprendió de ver que se trataba de Raven, dejándose limpiar por la mística, escuchado con sumo interés esa brillante explicación. Le gustaban este tipo de explicaciones. Así que la culpable de sus lagrimas era la cebolla, muy bien, otra cosa en la lista de qué cosas que odiaba de este mundo: los monos, los leotardos, las marcianas y ahora las cebollas. Lo penúltimo lo tenía que cambiar, sonaba demasiado racista, así que lo decidió sustituir por “novias que te controlan mentalmente tus estados de animo porque no tienen suficiente valor o no confían lo bastante en ti para decírtelo a la cara” Mucho mejor.

En absoluto, me ha gustado mucho tu explicación, muchas gracias Raven.

Rara vez mostraba una dulce sonrisa y ese era uno de esos momentos. Se  aparto de la chica para secarse la cara con la toalla que aun lucia colgada en el cuello, pensando que ya era momento para llevarla la lavandería para ponerla en el cesto de la ropa sucia. Mientras se dirigía a su objetivo pensaba en la marciana, en su ex novia pero no por eso la odiaba, ya que aun la quería de forma amistosa, preguntándose si aun seguiría viva en algún lugar después del desastre que causo Omega. Luego le vino a la mente Aqualad ¿también seguiría vivo? ¿y Wally? Esperaba que algún día pudiera verlos a todos sanos y salvos. Cuando volvió de dejar la toalla se dio cuenta que todos ya se estaban sentando para comer, había parecido en el momento justo. Se sentó y se quedo mirando el plato de pasta muy desconfiado, contenía cebolla y no estaba seguro de que le gustase. Por mas que lo mirase la cebolla no se iba a ir de su plato, decidiendo enrollar un poco de espaguetis en su tenedor y probarlo, saboreándolos detenidamente.

No están mal. Pero estarían mas buenos si no llevaran cebolla.

Fue la única respuesta de Superboy. No era un gran experto en gastronomía pero al menos era comible, suficiente para el medio kryptoniano. Mientras degustaba el plato de pasta se fijo en el otro tipo de pasta que había en la mesa: la pizza. No sabía si era un segundo plato o se podría comer todo a la vez, espero pacientemente que alguien tomara la iniciativa en esa duda interna que tenia.

Coral dedicó unos cuantos minutos a poner toda la mesa en orden, llevando lo necesario con un par de viajes de ida y vuelta a los armarios. Hasta el momento eran solo 5, y cuando terminó de ponerla, espero que no viniese nadie más (sí, por la vagancia de que tuviese que volver a levantarse). De mientras fue escuchando lo que los otros decían: Raven le dio una explicación casi científica al bueno de Conner sobre las cebollas, y la conclusión de Superboy fue un radical odio hacia estas. Se le escapó la risilla mientras acababa de poner los vasos. Por otro lado, Brian y Dick estaban muy puestos en su misión de los spaggettis. Una voz femenina y neutra empezó a hablar por el lugar, avisando de la presencia de un extraño. Todos se hubieran podido alertar...si no fuera porque sabían que estaban esperando al pizzero. Por supuesto, fue ella quien terminó por salir y recorrer medio monte justicia para ir a por ellas.

-Aquí está el pedido, señorita. -dijo el chaval, que no debería tener más edad que ella.

-Gracias, ponlo...-espera. ¿A nombre de quien? Ella no iba a pagar, claro. De eso se solía encargar Dick o Babs, que administraban el dinero que la propia JLA proporcionaba a los Young Titans para que subsistiesen y no le faltara de nada. -...pon la cuenta a nombre de Monte Justicia. Ya sabes...-por una vez echaba de menos que Beast Boy no estuviese, ya que era el que se encargaba de aquellas cosas...por cuenta de la impulsividad de su estómago. El chico se lo apuntó y se marchó con una sonrisa, al igual que ella. Por lo visto, ya estaba todo preparado y listo cuando llegó de nuevo.

-Aquí están las pizzas! -avisó con ánimos, mientras dejaba las pizzas en la mesa y las abría, percibíendose el apetitoso olor que desprendían casi al instante, calentitas y recién hechas. Se sentó al lado de Conner y frente a Brian, ya que Raven estaba al lado de Dick. Su estómago rugía pidiendo ser alimentado, así que en el momento en el que vio una oportunidad, pilló un trozo de pizza. El comentario de Superboy casi le hizo escupir el primer mordisco que dio, aguantándose una risa que resonó con fuerza en su cabeza.

Dios mío, era genial.

-Que aproveche. -canturreó con ánimos, cogiendo la olla con los spaggettis cuando ya por fin pasó por todos, siendo la última en servirse. Y vaya que si estaban buenos cuando los probó. Aunque bueno, en ese momento toda cosa comestible tenía buen sabor para ella.

FDI: he hablado con Brian y podemos saltarnos turnos. Como Raven ha abandonado el PJ, podemos seguir el resto. 

Sonreí divertido mientras todos comíamos. Mis chicos hablaban entre ellos, se divertían y reían de forma entusiasmada. No pude evitar sentir algún tipo de nostalgia en mi corazón, de alguna manera me recordaba a los viejos tiempos en el monte Justicia, cuando estábamos todos reunidos comiendo juntos.

Pero después de la colisión las cosas se habían ensombrecido un poco. No, incluso antes de eso, cuando yo dejé la liga para irme solo a Blüdhaven. Había pasado demasiado tiempo solo en una ciudad que te consumía lentamente en la oscuridad y la corrupción. Agradecí en silencio volver a estar junto a ellos, mirando directamente a la luz. 

- Chicos... - interrumpí en un pequeño silencio de su conversación. - Artemis y yo nos iremos de Happy Harbor unos días. Raven, me gustaría que tomaras el mando de la liga en mi ausencia, si te ves capaz.

Después de otro largo silencio, me llevé un trozo de pizza a la boca y reuní el valor suficiente para contárselo al resto. 

- El día de la colisión, cuando tuve que irme al Ártico a dejar el emisor que me dio Batman... vi a Wally en uno de los portales y creo que era nuestro Wally...

Todos los de aquella mesa sabían cómo había muerto Wally West hacía dos años atrás, salvando al mundo de las crisálidas de Lex Luthor. Nadie había podido olvidar aquel suceso traumático, y sabían perfectamente que tanto Artemis como Dick no habían conseguido seguir adelante. Artemis era la novia del antiguo Kid Flash, y Dick Grayson había crecido junto a su mejor amigo Wally. Era mucho lo que les había unido y mucho lo que habían perdido.

La comida era tranquila pero a la vez animada, algo que apreciaba mucho el chico de acero. Echaba de menos este tipos de reuniones donde podrían olvidarse por unos momentos que eran los encargados de salvar el mundo y poder actuar como los adolescentes que eran .De vez en cuando aportaba algo a la conversación, aunque no era mucho la verdad, ya que era bastante reservado así que su participación en las conversaciones eran prácticamente pocas. Cuando Dick les comunico que se iba a ir con Artemis de misión se paro unos segundos, para luego volver a comer, era normal que se fueran de misiones, era algo sumamente normal en la vida que llevaban. Pero con lo ultimo mencionado si que se paro en seco, levantando la vista de su plato para mirar fijamente a su amigo.

Cualquier cosa relacionada con Wally West no dudéis en contar con mi ayuda.

Aunque su tono fuera frio y algo cortante por dentro se sentía feliz, al fin tenían noticias del pelirrojo y eran buenas. Le debía mucho a ese chico y por eso haría lo que hiciera falta para traerlo de nuevo con ellos

Coral estaba disfrutando en ese momento de su trozo de pizza. Y remarco el "ese" porque fue precisamente en ese momento en el que casi se atragantó al oír a Nightwing. Toda la comida iba a ser normal, a pesar del mal humor de Raven. Estaban disfrutando, hablando de cosas totalmente banales, recordando momentos, anécdotas...pero aquello lo cortó por todo lo alto. Y no por la noticia. ¡La noticia era de las mejores que había escuchado hacía tiempo! Tuvo que dejar la pizza en la mesa y beber algo enseguida. Su corazón se había acelerado por ella. Wally había sido un gran amigo y compañero para todos. Cuando llegó, fue de los primeros que la acogieron enseguida, mostrándose como el más abierto y amigable de todos los Young Titans. Recordaba que al principio le pareció totalmente molesto...pero al final se convirtió en uno en los que más confianza tuvo, aunque no tardó en esparcir aquella confianza con todos los demás. Apreciaba y quería a todos y cada uno de los miembros de su organización, pero cada vez que pensaba aquello, recordaba que de alguna forma aún le costaba adaptar su corazón a aquel hogar. Aunque si algo podía asegurar era que adoraba estar allí. Joven como era...¿cómo no iba a ser normal?

-¡¿Wally?! -soltó bruscamente, apoyando una de sus manos en la mesa, que resonó ligeramente. -¿Nuestro Wally? ¿Crees que toda esta locura de la colisión le ha hecho volver...? - se movió un poco, algo nerviosa, aunque supo disimularlo bien, guardando toda su energía en el gesto de llevarse un mechón de pelo tras la oreja. -Entonces...¿Vais a intentar buscarlo, no...? -miró a Raven, que estaba en silencio. Luego a Conner, alegando que estaba totalmente dispuesta a ayudar, robándole las palabras de la boca.

-Si hay algo que pueda hacer...no dudéis en decírmelo, por favor.


Lo dijo, sí, pero la repentina noticia y la breve situación en la que Dick dispuso el tema solo consiguió generarle varias preguntas por la cabeza, a pesar de que no comentó ninguna. No era el momento ni el lugar, y tenía sus dudas.

Las palabra de mis compañeros me fortalecieron, gracias a ellos siempre podía seguir caminando hacia delante y buscar un poco de esperanza cuando creía haberla perdido. Todos habían convivido con Wally West, había sido miembro fundador de los Young Titans y un amigo imprescindible para todos. 

Yo tuve la suerte de conocerle desde muy pequeño, Conner, Artemis... y todos los primeros miembros de la liga habían pasado sus mejores años junto a él. En cambio, otros como Coral y Brian no tuvieron tanta suerte de estar tantos años a su lado, pero a pesar de eso Wally había sido capaz de ganarse el corazón de todos...

Sonreí algo triste y agradecí a ambos sus buenas intenciones. Sabía perfectamente que podía contar con ellos, les confiaría incluso mi vida si fuera necesario. Pero ya no quería perder a nadie más.

- Batman dice que es posible que sea nuestro Wally, que hubiera quedado atrapado en una red entre realidades. Pero también es posible que nos equivoquemos y en realidad sea un Wally que no sea de nuestra dimensión, como Oliver y como... - entonces me detuve al darme cuenta de lo que iba a decir y volví a sonreír, mirando esta vez a Raven.

- Raven, necesito que te quedes al mando en mi ausencia. Seguiremos en contacto a través de los comunicadores... - la hija de Trigon me sonrió ligeramente y asintió con la cabeza. Entonces mi cabeza se movió hacia Coral. - Quiero que ayudes a Raven con lo que necesite y... cuida a Barbara. Aún le quedan algunos días más hasta que se recupere...

Tragué algo de saliva y entonces me enfrenté a la mirada de Conner. Él y Wally tenían una conexión especial, no podía apartarle de la misión como si nada, estaba seguro de que el chico de acero no me lo perdonaría. Conner, Artemis, Barbara, Aqualad, Donna, Megan... todos ellos moverían cielo y mar para encontrar a Wally, y yo no era nadie para impedírselo. 

- Conner... - empecé, aunque al principio no me salieron las palabras - estoy seguro de que Wally se pondrá muy contento si te ve con nosotros... A demás, estoy seguro de que necesitamos tu superfuerza... - sonreí algo más divertido.

Conner se quedo mirando a su amiga Coral, se notaba que era la mas enérgica de la mesa. Ese ímpetu logro sacarle una leve y escasa sonrisa de los labios del chico de acero. Le agradaba que todos quisieran ayudar en la búsqueda de su amigo, eso le daba más ganas de encontrarlo y reunirlo con los suyos. La colisión de los mundos… aun estaba algo confundido de cómo pudo pasar, aunque ayudo a evitar que algunos villanos de escaparan de prisión, aun había cosas que escapaban de su comprensión.

Cuando comenzó hablar el jefe se lo quedo mirando, afilando mas la mirada cuando no termino la primera frase, dejándole cierta intriga en el Kyptoniano. Fue pasando su vista a los presentes, viéndoles mientras le asignaban su papel cuando Dick no estuviera. Al fin los dos amigos cruzaron miradas. Conner al no recibir sus ordenes levanto una ceja en modo de llamarle la atención, por si se habría perdido en sus divagaciones. Cuando termino no pudo evitar esbozar una fina sonrisa, eran muy pocos los que lograban que el serio de Superboy sonriera, los podría contar con los dedos de una sola mano.

Eso pensé, porque si necesitáis mi Don de gentes… Ya te digo yo que no iríamos muy lejos.

Intento bromear, sabía que se le daba francamente mal. La próxima vez que viera el pelirrojo le pediría una clase de sus chistes malos pero que siempre sacan una sonrisa.

Entre charla y charla la comida fue desapareciendo del plato, que se quedaron casi tan vacíos como el desierto. El tema de conversación era serio, sí, pero en cierto modo aquel ambiente de paz seguía vivo. Estaban juntos, y haciendo piña sabían que podían contar el uno con el otro. Coral no pudo evitar mirar a todos los presentes con cierta melancolía: Wally podía darles nuevas esperanzas, y aunque el mundo se había vuelto loco, ellos seguirían ahí. Pero...¿hasta cuando? Porque no todo lo bueno duraba para siempre, y eso era un concepto que aunque Coral no lo había sufrido a menudo, lo conocía bastante bien. Por ello, y solo por ello, rezaba en que por una vez aquella fuese la excepción de la norma. Así, asintió a Dick con total firmeza cuando le confió que cuidase de Babs. Por supuesto que lo iba a hacer, era una de las personas con quien más conectaba, y aún recordaba aquella primera misión que tuvo con ella, cuando aún era una novata y casi temía separarse de Dick como modelo a seguir y mentor que era en aquel momento. Ahora seguía siendo su líder, sí, pero sentía muchísima más independencia de todo, en especial desde aquella misión en Metrópolis. Batman le cambió la vida.

-No dudes de ello, Dick.

Sus palabras sonaron con total seriedad, contundencia y seguridad. Podía confiar en ella, y lo sabía. Por suerte, lo que dijo Connor consiguió aliviar su expresión, haciendo que soltara una leve risilla. Sabía que era hora de dejar a ambos solos: respecto al tema, tenían mucho que hablar. Se limpió con la servilleta y se levantó, recogiendo su plato y poniendo el vaso encima.

-Bueno, señores, me retiro por ahora. Los estudios y un trabajo sobre las guerras Púnicas me llaman!

Llevó el plato de pasta al fregadero y lo dejó ahí junto al vaso.

-Pido perdón por no fregarlo, os lo confío a vosotros...

Los miró por ultima vez, sonriendo de aquella forma cariñosa que solo tenía para sus semejantes.

-Ánimo.

Y con esa palabra dirigida hacia ella con todo el positivismo que la inglesa podía tener, Coral desapareció de la cocina.

Sonreí de corazón ante el chiste de Superboy. Conner no era el miembro cómico de la liga, pero en ausencia de Bart y de Wally, y con un poco de entrenamiento y esfuerzo podía conseguirlo. 

Poco a poco los platos se fueron vaciando y los miembros de la Young Justice separándose. Cada uno tenía un papel que representar en esta historia, y el conjunto era lo que nos hacía invencibles. Brian se retiró a estudiar, Raven también decidió ponerse en marcha para organizar las siguientes misiones. Iba a ser algo duro dejarla a ella sola por unos días, pero rodeada del resto del equipo haría un buen papel cómo líder. 

Temía también por Kaldur, deseaba que volviera con nosotros lo más pronto posible cuando terminara sus responsabilidades en Atlantis. Se le echaban de menos, a él y a Wally.

Coral también se retiró para ir a terminar sus deberes. A veces olvidaba que iba a clases y tenía otras responsabilidades. Una vida fuera del mundo de los héroes.

- Confío en to Coral, gracias - le sonreí con sinceridad a la muchacha y antes de que se marchara le revolví los cabellos. La había visto crecer en el poco tiempo que había vivido con nosotros, antes me parecía una niña asustada de un pasado que la perseguía. Ahora ya casi se había convertido en una mujer fuerte y decidida.

Mi mirada volvió junto a mi amigo Conner.  

- Bueno, al final nos han dejado solos... será mejor que recojamos todo esto... - dije refiriéndome a la mesa llena de platos sucios. La gente se había escaqueado de lo lindo, suerte que Babs en su época decidió que sería útil comprar un lavavajillas. 

- Hablaré con el resto del equipo y decidiremos que día nos vamos. También se lo explicaré a Babs cuando mejore un poco... - dije con aire melancólico. Barbara había empezado a mejorar desde el ataque del espantapájaros, pero aún así no podía evitar sentirme culpable de lo que ocurrió. Sabía que iba a morirme de preocupación si la dejaba sola durante una semana... 

FDI: cuando quieras cerramos tema ^^ si quieres seguir un poco más también está bien!

Si, la gente ha sido muy hábil al escaquearse, pero sería mejor que no tentaran la suerte.

Dicho eso en un tono bastante molesto comenzó a recoger los platos y colocarlos en el lavavajillas, porque sabía que si intentaba limpiarlos a mano se quedarían sin vajilla. Levanto la vista cuando menciono a la pelirroja, sabía que era muy importante para el.

Seguro que se pondrá bien, por algo está en la batfamily, ya verás que cuando menos te lo esperes estará dando vueltas por aquí para ordenar tu desorden.

Le sonríe levemente. Dick era una de las pocas personas que lograba sacar el lado hablador de Conner. Cuando coloco todos los platos preparo la máquina para que empezara a lavar, mientras ellos hablaban sobre el tema de la futura misión.

Hablando de los miembros del equipo… ¿puedo llevar a Esfera y Lobo? Hace mucho que no hago una misión con ellos y creo que en esta serian de gran ayuda.

Se apoyo en el mármol de la cocina, cruzándose de brazos como siempre solía hacer. Miraba atentamente al moreno, en espera de una respuesta, deseando que fuera afirmativa.

- Mi desorden ¿eh? - sonreí divertido. Eso esperaba, ver a Barbara postrada en una cama me destrozaba por dentro. Quería que se pusiera pronto buena y que solo se tratara de un pequeño susto. Jamás imaginé que el ataque de Crane le hiciera replantearse su papel como Batgirl.

- Esta bien, Lobo y Esfera pueden venir. - le sonreí divertido, sabía que a Conner le hacía mucha ilusión. Eran como dos hijos para él y le costaba estar lejos de ellos aunque solo fueran unos días. - A demás, le debo la vida a Esfera, estoy seguro de que nos ayudará mucho en esta misión...

- Vale superchico, vamos a dejar estos platos como los chorros del oro... 

Cuando terminamos de limpiar la cocina, escuchamos el timbre de una llamada entrante a la base. Era una nueva misión para los Young Titans.