[07/05/10] No hay palabras para describir esta gilipollez... (Jason Todd)

GOTHAM PRODUCTIONS PRESENTA: ¡Días de Mierda, noches peores: El Musical! Escrito, dirigido y protagonizado por la inimitable Stephanie Brown, que representará a la joven vigilante nocturna, Spoiler, en este trepidante espectáculo lleno de luchas contra la gravedad, rateros gilipollas y Bat-tipos con complejo de superioridad y tendencia a subestimar a cualquiera que no encaje en su perfil.

Sin duda. Eso sería un buen resumen de lo que me tocaba aguantar. Y días como el que estaba viviendo serían, segurísimo, el acto principal del patético espectáculo que era mi vida.
Por poner un poco en contexto...
A pesar de que por fin eran vacaciones (y encima fin de semana, el máximo exponente de la necesidad de no hacer nada del ser humano) unos predicadores de medio pelo me habían despertado a horas intempestivas, las 9:30 de un sábado no son horas de ir llamando insistentemente a puertas ni aunque tuvieran el secreto de la eterna juventud; luego, la vecina de enfrente me había pillado levantada al salir a decirles de todo y me había pedido si "por favor, por favor podía echarle un ojo a los niños, que ella tenía que irse a hacer unos recados" a cambio de 10 pavos y claro, no podía negarme, esa señora nos había ayudado mucho en la época en la que mi padre estaba en la cárcel y nos acabábamos de mudar a ese barrio, así que había estado hasta las doce cuidando de las bestias que aquella señora llamaba sus niños y que bien podrían haberse comparado con Killer Croc. Y por si eso no fuera suficiente tortura, tenía turno de tarde en el supermercado en el que había encontrado un trabajo a tiempo parcial para poder añadir al menos un cero a mi cuenta de la universidad y... bueno, mejor no relatar las felices experiencias que uno vive como trabajador de una cadena de supermercados del tres al cuarto.
Por supuesto, había tenido la inocencia de creer que la noche iría mejor, y parecía que lo iba a ir tras pillar a un grupo de ladrones que habían irrumpido en una casa. Pero claro, la Suerte Brown atacó de nuevo.
El que parecía el cabecilla había conseguido escabullirse y corría por medio Gotham como alma que lleva el diablo. Conmigo pisándole los talones. Y así llevábamos, fácilmente, 25 minutos. Cuando creía que lo tenía, él hacía alguna trampa para escabullirse. Cuando creía que lo había perdido, conseguía verle por pura chiripa... el cabrón había corrido tanto que hasta se había salido de mi zona y se había adentrado en el Bowery.
El puto Bowery, tío. Yo había vivido en ese barrio, el peor de toda la ciudad, durante una larga época, pero no podía decir que lo recordara con nostalgia. Ni que me hiciera ilusión meterme allí... entrar con traje de vigilante en esa zona era como ponerse una diana y meterse en una atracción de feria de estas que tenían fusiles.
Pero claro, Miss Inteligencia Rubia a.k.a Stephanie Brown no se había dado cuenta hasta que estaba en pleno Bowery. Si es que eres una joya, Steph. Una joya muy gilipollas.
Pero tampoco pensaba rendirme, ahora ya me había metido en la boca del lobo y, bueno, si salía iba a ser con mi presa o nada, así que aproveché mi conocimiento de la zona para intentar acorralarle en alguno de los muchísimos callejones del barrio.
BatDiosito protector de los Superhéroes, si me quieres aunque sea solo un poquito ayúdame a llegar entera a casa esta noche.

Le tenía. El muy gilipollas era lo suficientemente patético como para haberse metido en el Bowery sin conocer la zona y estaba girando cuando yo le indicaba lanzándole algún batarang y estaba a punto a punto de meterse en un callejón sin salida en el que podría reírme de él, darle una buena paliza y sacarle de allí a rastras para que la policía estuviera dispuesto a ir a por él (porque ningún policía de Gotham tenía huevos de meterse en el Bowery a esa hora y menos a una zona de callejones, con naves medio derruidas).

No me dio tiempo a reaccionar, ni siquiera a pensar en lo que estaba ocurriendo cuando algo voló en dirección al ladrón y le dio de lleno en la cabeza. ¿Eso que dicen que cuando las cosas te sorprenden parecen ir a cámara lenta? Una puta mierda. El objeto iba con tanta velocidad que el sonido al chocar contra la cabeza del perseguido, junto con el susto al no esperarme el proyectil, me hizo lanzar un grito más adecuado para una princesa de Disney que para una vigiliante entrenada.

-¡ME CAGO EN BATMAN!- Exclamé y tropecé de lleno con el tipo que se había desplomado cuan largo era en el suelo. Menos mal que, otra cosa no, pero reflejos sí tenía, porque conseguí aprovechar la inercia que me había impedido parar a tiempo y la de la caída para pasar por encima del tipo, caer sobre las manos y darme impulso para caer sobre los pies. Benditos años de gimnasia rítmica.
Me agaché rápidamente junto al tipo y comprobé que seguía con vida y la herida no era grave.
No estaba muerto ni iba a estarlo pronto, al menos no por culpa del golpe... eso sí, si le quedaba alguna neurona la habría perdido. No tardé en reconocer el proyectil, un ladrillo, y me incorporé, metiendo la mano en el bolsillo del cinturón que llevaba las bombas de humo mientras buscaba con la mirada al Temible Lanzaladrillosman. Porque sí, viva la ironía y las coincidencias, al parecer había alguien por ahí que se dedicaba a dejar a criminales inconscientes a base de ladrillazos. ¿De qué me sonaba a mi eso?

Al final capté una figura sobre una nave industrial; una figura que fumaba con toda la tranquilidad pese a su proeza y aunque estuviera demasiado lejos para que le viera seguro que llevaba una sonrisa de superioridad.
No tenía ni idea de quién era, que Batman no había querido regalarme un visor nocturno por más que se lo había pedido y así de oscuro y de lejos no veía unas narices, pero más le valía no tener ningún tipo de malas intenciones hacia mi persona. O se iba a tragar toda la mala leche acumulada del día, ahora que el tipo que iba a ser mi saco de boxeo yacía desmayado en el suelo.

-¡Espero que no cuentes con llevarte mérito por pillar a este, llevo persiguiéndolo por todo Gotham casi desde que he empezado la patrulla!- le dije con los brazos en jarras, intentando emanar toda la seriedad y superioridad que era capaz. llevaba una bola de humo en el puño cerrado, por si al tipo le daba por liarse a balazos y tenía que salir por patas, pero estaba segura de estar disimulándolo bien y parecer totalmente convencida de mis capacidades -¡Además, ya lo tenía ¿eh? Que no digo que no agradezca tu contribución, estimado ciudadano anónimo, pero lo habría pillado yo sola sin ayuda!-
Me estaba dejando la voz con tanto grito, pero a esa gente había que ponerla en su sitio, que no se creyeran los reyes de Gotham por haber tenido suerte con un ladrillo.

-¡Ojalá fuera solo la patrulla lo que es una mierda!- exclamé con un suspiro largo y algo tremebundo. Pero bueno, tampoco era cuestión de quejarse con un desconocido.
Cuando me dijo que podía quedarme con todo el mérito del imbécil de turno dejé que se extendiera una sonrisa de triunfo y puse una postura más relajada, haciendo un asentimiento corto que bien podía significar "Tienes suerte de haber cedido" o "Muchas gracias buen señor, que Diosito se lo pague con hijos sanos"

Alcé una ceja ante su proposición. Luego la otra. Y torcí los labios en una clara muestra de escepticismo.
No es que se pudiera ver debajo de la capucha, pero a mi me gratificaba expresar mi duda físicamente, cada uno tiene sus aficiones en esta vida.
Y normalmente yo no soy de esas chicas que se van con el primer desconocido que le lanza un ladrillo al criminal de turno, ni siquiera con el segundo pero...
Miré la hora, en unos 5 minutos tenía que pasar una patrulla reglamentaria por el cruce con la calle de al lado...
-Espero que el queso no sea cheddar, que con los champiñones queda fatal- dije como respuesta, antes de girarme y coger al hombre por debajo de las axilas. -Dame un momento que me asegure de que a este tipo por lo menos le ponen una multa y estoy aquí-
Por suerte, no era demasiado pesado y no tardé más de un par de minutos en dejar al ladrón enganchado a una farola, a plena vista de donde tendría que pasar la patrulla y con una notita en el bolsillo explicando qué había hecho, para luego volver con paso ligero a donde estaba el desconocido esperando, reprimiendo las ganas de ir canturreando una canción sobre hamburguesas que había oído hacía no mucho.

-Si lo de cuestionar mis dotes de patrullaje lo dices por ese artículo en el Gotham Gazzette en el que me ponían color chaqueta de Enigma que sepas que no es verdad- No todo, al menos - estoy medio convencida de que lo escribió mi ex-novio ¿sabes? Está empeñado en que deje lo de patrullar porque, y cito textualmente "No tienes talento, Spoiler, vas a conseguir que te hagan daño"- añadí imitando la voz de Tim cuando se exhasperaba, ya había llegado hasta el tejado en el que estaba sentado LanzaLadrillosMan, así que pude volver a mi (excesiva) gesticulación habitual -Y como sigo a mi bola, pues creo que está buscando nuevos métodos disuasorios, aunque por el momento lo único que ha conseguido ha sido ponerme de mala leche y darme una foto nueva para mi mural de apariciones en la prensa-.

Me fijé entonces en el chico que me había invitado a hamburguesa.
-Caguen Batman, tío, podrías haberme dicho que eras Red Hood- Exclamé señalando el casco y levantando la otra mano con una pose un poco afectada.
Nunca lo había visto en persona, pero sí, le conocía ¿cómo no iba a conocerlo? Pero nunca había estado ante él en persona. ¿Esos músculos eran humanos? Joder. Ni Batman. Tío, ni Batman. -Supongo que sabes quién soy ¿no? Aunque sea por artículo de mierda del Gazzette- comenté sentándome a su lado y poniendo la mano, para que me diera la hamburguesa que me había ofrecido.
No había comido nada desde las 6 de la tarde, que había podido robar un Twix de la caja, y ahora me estaba muriendo de hambre.

-Oye, menos ironía conmigo, señor Hood- le dije con tono de reprimenda -Que uno puede avisar sin gritar a los cuatro vientos, imagínate que soy una persona sensata y hago caso a mi madre y no acepto invitaciones de desconocidos, por muchos KO que le hagan a los ladrones que voy persiguiendo ¡Ahora mismo estarías triste y solo! Y para la próxima vez espero que sea una hamburguesa entera y no media a lo que me invites-

Cuando me dio la hamburguesa me quité la capucha y me levanté la máscara lo suficiente para poder comer, mientras me acomodaba junto a él. El Bowery no era un buen sitio para destaparse del todo, estuvieras con Red Hood o con el Papa de Roma. La primera regla de la supervivencia de Stephanie Brown es "Seguridad mientras se pueda".
Que no siempre la cumpliera era otra historia.
Le dediqué una sonrisa de agradecimiento antes de dar el primer bocado.
-Wow- Se me escapó todavía con la boca llena -Esta es como la mejor hamburguesa que he comido desde hace... no se, siglos ¿De dónde es?- Porque estaba claro que la había comprado, nadie con dos dedos de frente se preparaba la cena y se la sacaba a pasear con la patrulla.


-¡Entonces sigue habiendo decencia en este mundo!- Exclamé -Red Robin siempre me llama por mi nombre, estemos de patrulla o no, se la pela... y Oracle más de lo mismo, sobre todo cuando quiere echarme la bronca, que ya te digo yo que es muy a menudo, y encima me viene con el "Es una linea segura, puedo decir tu nombre sin ponerte en riesgo" Pero claro ¿Tú la has oído decir el nombre real de Batman alguna vez? ¡CLARO QUE NO! Papá Murciélago juega en una liga distinta, como siempre. O el nombre del Robin de turno tampoco lo oirás... pero es una linea segura ¿eh? Súper segura.- Bufé y negué con la cabeza -Apuesto a que el banco de Gotham es más seguro y no hace falta que te diga cuántas veces al mes lo atracan- Y el último comentario. Oh. Ese último comentario. Se me iluminaron tanto los ojos de la emoción que probablemente se vería a través de la máscara.
-¿Lo dices en serio? Todo el mundo me dice que fui como el peor Robin de la historia y, puede que lo fuera, pero el muy misógino... ¿Se dice así? Bueno, el muy machista de Batman me lo puso más dificil que al resto. Todo el entrenamiento fue un "A estas alturas tu antecesor lo hacía diez veces más rápido" o "A estas alturas él lo hacía con cincuenta veces más peso" lo cual es mentira cochina pero bueno. A pesar de que las pasé putas duré más de dos meses ¿eh? Y el traje me sentaba de puta madre- Y mientras tanto Tim liándose con otra. Claro.
Ugh, solo pensarlo me ponía de mala leche.
Comí otro poco de hamburguesa -Pues si te digo la verdad, tú como Robin no valías ni medio dolar. No por nada, si no porque intentabas imitar al primero y no acababa de salirte ¿sabes? Tengo un montón de vídeos y aunque lleváis la misma ropa y el mismo pelo y todo es super evidente que no sois la misma persona por como os movéis y tal. Aunque no se si era tan evidente... yo es que he analizado los videos al dedillo-

La verdad es que la cafetería no me sonaba de nada. Una chica normal, de bien y ocupada como yo no se metía en esa por su propio pie. Bueno, nadie en su sano juicio que no fuera un criminal se metía en esa por su propio pie.
Aunque bueno, si estaba por la catedral...
-La buscaré, porque cebolla caramelizada con bacon suena demasiado bien ¿si digo que voy de tu parte crees que me harán descuento?- dije con una sonrisa que demostraba hasta qué punto me hacía feliz la comida- Menos mal que al final no me convencieron para empezar la dieta paleo esa- comenté por lo bajo. Porque la verdad es que haberme perdido eso (y si las otras estaban la mitad de buenas pues más de lo mismo) por perder un poco de peso habría sido un pecado mortal o algo peor.

Parecía mentira lo amigable que podía llegar a ser alguien del que había oído hablar tan mal y del que tantas veces me habían aconsejado que me mantuviera alejada.

-¿Verdad que sí? Hay niveles y niveles y me toca mucho la moral, porque además toda la cúpula va como de "igualdad y justicia" pero luego son los primeros de venir y decirte que más vale que lo dejes, que no sirves y esas cosas. Mi identidad hasta la desvelaron por la televisión ¿sabes? y no hizo nada por evitarlo... aunque dadas las circunstancias tampoco habría sido para tanto pero, no se, imagínate que alguien quisiera tomar represalias y fuera a por mi madre. Aunque ella también colaboró en lo de la identidad, pero yo de ella lo entiendo... pero en fin, ese no era el tema- Sonreí -Pues te lo agradezco, de zombie a zombie-

Lo miré, alzando una ceja. Me había acabado ya la hamburguesa así que me bajé la máscara con una lentitud deliberada, esforzándome por no soltarle un "No me estaba metiendo con tu trabajo, simplemente te estaba diciendo la verdad, como Robin fuiste de lo peorcito"

-Hay muy pocos videos de tu etapa. Por no decir prácticamente ninguno... en general no es fácil conseguir los videos ¿sabes? porque hay que saber en qué fecha tienes que buscar porque casi todo son de cámaras de seguridad y como no haya pasado algo gordo pues no se bien dónde buscar y en la Batcueva hay cosas, pero... bueno, eso, que creo que de tus primeros meses habré visto un video o dos y, sin ánimo de ofender, los estudié para ser Robin y no eras mi modelo a seguir... sobre todo me fijaba en el primero y en el que sustituí- dije con un encogimiento de hombros para demostrarle que no le daba más importancia. Había sido una cuestión de practicidad (y obsesión malsana) y no consideraba que tuviera que disculparme por ser práctica (y obsesiva) ni que él tuviera razones para ofenderse o molestarse.

Sonreí con orgullo. No sabía quién consideraba que había sido el peor Robin y la verdad es que no era lo importante para mi en ese momento. Lo importante era que no me consideraba un error total, una deshonra sobre el nombre de Robin o una etapa a olvidar como la mayoría de gente consideraba. Me valoraba por lo que había sido y eso era un cambio muy agradable.
Negué con la cabeza a la cerveza. No bebía en noches de patrulla, por mucho que me apeteciera.

-Ni en la primera semana, ni en la quinta... ¡Y más habría durado si el Señor B no hubiera sido tan imbécil! Si me hubiera tratado como uno más nos habríamos ahorrado muchos, muchísimos dramas- dije notando como empezaba a enfadarme. Suspiré, tarde o temprano iba a tener que perdonar a Bruce por todo aquello. Y más... bueno, más con las circustancias actuales -Pero bueno, yo creo que lo de ser gilipollas viene con la capucha, debe apretarte la cabeza y no llega la sangre al cerebro bien o algo así-

Encogí un hombro –Bueno, tengo curiosidad por cómo te movías, igual hasta aprendo cosas, aunque mi estilo es más... no se puede decir que llegue a ser acrobático, porque yo los saltos que da Nightwing ni de casualidad que la gravedad me odia, pero bueno, por decirlo de algún modo mi entrenamiento de gimnasia de suelo es lo que más me tira– Me estiré levantando ambos brazos por encima de la cabeza

La conversación se estaba poniendo mucho más tensa de lo que habría esperado en un primer momento, ella había llegado allí de Jajas y estaba claro que el giro que había dado aquello no era, para nada, de Jajas. Escuchó con atención aún así a Jason, porque estaba quizás demasiado de acuerdo con lo que él decía, pero aquellos pensamientos nunca le habían sido tan amargos como los expresaba él. La hacían enfadar, sí, la entristecían incluso, pero no estaban tan cargados de veneno como cuando era Jason quien los ponía sobre la palestra.
Le habría llevado la contraria si él no estuviera tan serio, le habría dicho "Hacerles creer que no cambiaban era un intento de dar seguridad a la causa, a la imagen" o "En realidad los gothamitas sí han de ser gilipollas, porque si no saben todavía la identidad de Batman..." o incluso "Lo se creerse la noche es una imagen tanto para si mismo como para los criminales, si eres una pesadilla no puedes fallar, estás por encima de ello".
Pero no lo dije, me quedé callada y le observé sacar la navaja sin ni siquiera cambiar la expresión para que no notara que no me sentía nada segura con él tan nervioso y jugueteando con un objeto afilado mientras yo estaba justo al lado, siendo una bocazas y haciendo comentarios que estaba claro que abrían cajas que no estaba acostumbrado a abrir y no sabía hasta qué punto le hacía ilusión el hablar de aquellos temas.

– Está claro que es humano... y en realidad es un buen hombre, creo, pero tiene un modo muy particular de expresarlo y una visión del mundo muy distorsionada– Me acordé de cuando me había prometido cuidar a mi hija y sabía que lo había cumplido porque había hecho mis averiguaciones al volver a Gotham. Eso no lo hacía una mala persona y era un crédito que había que darle. – Pero también está claro que lo que Batman quiere son perritos falderos, si no eres capaz de seguir sus órdenes a rajatabla y ser su sombra no eres importante para él, solamente eres un estorbo y si se puede deshacer de ti, mejor que mejor. Encontrará a alguien para sustituirte incluso antes de que termines de sacar tus cosas de la cueva– suspiré – Lo bueno es que lo hemos aprendido, aunque haya sido a las malas, yo me se de un par que todavía pondrían la mano, el pie y lo que él les dijera en el fuego. Pero nosotros somos independientes y estamos por encima de toda su jerarquía y sus mierdas–

No sabía bien si todo aquello que estaba diciendo tenía sentido, o era adecuado o qué... ni siquiera sabía por qué Jason se había puesto así de serio y me estaba hablando de un modo tan sincero, cuando yo misma solía evitar esos temas a no ser que fuera de broma o solo de pasada. La gente solía juzgarte enseguida cuando hacías ese tipo de comentarios, porque Gotham era de Batman y si te salías de debajo de su capa no podías ser una buena persona.

– Gotham no debería regirse bajo el mandato de nadie, ya bastante tenemos con todas esas mafias que tienen la ciudad dividida – contesté cruzando las piernas – lo que necesitamos antes que soldados es una política social y de reinserción para que la mejor, o la única opción, para vivir no sea convertirse en un criminal ¿Sabes cuántos jóvenes no tienen sitio en los programas para evitar la exclusión social de la doctora Thompkins? Por mucho apoyo que le de Industrias Wayne no es capaz de llegar a todo el mundo y ese es el principal problema... pero mientras tanto lo de los soldados supongo que es cierto – Me había puesto seria pero eso último me hizo esbozar una sonrisa más amplia de la que habían conseguid sacarme en la última semana –Si sigue haciéndome tantas proposiciones indecentes tendré que casarme con usted, señor Todd, sobre todo si incluyen comida gratis– dije riéndome.

-Claro que merece la pena- murmuré. Yo a menudo me había hecho esa pregunta, en mis peores noches, en esas madrugadas en las que llegaba magullada a casa, habiendo visto cosas que nadie debería ver y con esa sensación de derrota que hacía que quisiera quemar el traje, meterme en el armario con una manta y no volver a salir nunca más.
Pero luego veías cómo había ido cambiando Gotham, o la expresión de una madre cuando le devolvías a su hijo o incluso la expresión de alivio de algún criminal de medio pelo mientras les hacía devolver el bolso que habían robado... se me escapó una sonrisa un poco tonta.

La proposición me pilló con la guardia baja y tardé más en reaccionar de lo que me habría gustado. Miré a Jason sopesando la idea y levanté la mano indicando que se esperara un momento, que estaba pensando, porque claro, por mi expresión no lo iba a averiguar porque no podía verla bajo la máscara.

-Bueno- medité unos segundos más cómo decir las cosas para que no sonara ofensivo, ni mal, ni nada parecido pero a la vez expresara lo que estaba pensando -Pero solamente... a ver, aunque se ponga feo no puedes apuntar a zonas vitales o sitios como la femoral que es casi una sentencia de muerte aunque no sea vital ¿te parece bien?- miró a Jason no muy segura de cómo iba a tomarse aquello, y la verdad es que ahora que llevaba el casco era casi imposible saberlo -Se que no es tu estilo de trabajo, pero... bueno, ya sabes, tengo una moral muy fuerte y convicciones bastante arraigadas y lo de ex-convicto es lo de menos-

La verdad es que tomar decisiones mientras una de las personas más peligrosas de todo Gotham cargaba una pistola a tu lado, con toda la parsimonia y, casi seguro, una sonrisa socarrona en la cara no era la mejor de las situaciones. Vamos, hay gente que lo consideraría coacción e incluso chantaje emocional.
Pero cuando uno ha crecido en una casa en la que se reúnen matones de todo tipo para hacer planes, y todos quieren demostrar quién es el más macho y superior de todos ese tipo de cosas acaban por no sorprenderle.
Mentiría si dijera que no me tensé, porque normalmente solo están marcando el territorio y no están realmente dispuestos a usar el arma en cuestión, pero a veces... Bueno, la cocina de su primera casa tenía un par de pruebas de que no siempre se quedaba solo en aparentar. Jason no parecía ese tipo de persona, de la que perdía los nervios pero aún así...

Dejé escapar el aire que había estado reteniendo cuando él guardó el arma. -Gracias- contesté y realmente estaba agradecida, porque sabía lo que eran unas convicciones y en ese momento él estaba cediendo en lo que creía que era lo mejor para que yo aceptara. Y si eso no era de agradecer, que me expliquen qué lo es.

-No puedo pedirte que cambies toda tu forma de tratar con la basura de tu zona porque el tipo en cuestión haya decidido meterse conmigo justamente hoy o yo con él, lo que sea- Lo miré alzando una ceja, un poco sorprendida. -Sería injusto para ti, estúpido y como se lo contara a alguien y fuera lo bastante tonto para pensar que la razón era simplemente atacarme a mi no podría quitarme a gilipollas de encima a todas horas... yo lo único que no quiero es verme envuelta en un asesinato, ni sentir que lo estoy apoyando ni nada así- expliqué balanceando un poco las piernas -No me gusta la gente muerta en ningún sentido, no se para ti pero para mi tiene sentido-.

Lo miré levantarse y lanzar el gancho y aunque estaba decidida tardé unos segundos en levantarme. Todavía había un pequeño punto en mi cabeza que estaba gritando con todas sus fuerzas que estaba loca y que íbamos a acabar muertos. Pero bueno, si no me gustara el riesgo habría colgado la capa hacía tiempo ¿no?
Finalmente me estiré a por la lata de cerveza, ese tipo de cosas hacían que hubiera el doble de incendios sobre todo en zonas tan poco cuidadas como aquella, y la lancé al contenedor que había en el callejón, por supuesto encesté. Era un tiro fácil. Aún así me espolsé las manos chocándolas entre ellas como si acabara de hacer un trabajo muy complicado y saqué mi propio gancho.

-¿Y a qué maravilloso lugar me invitas esta noche? - Bromeé cuando llegué a su lado.

Si Jason ya me caía bien, que lo hacía aunque a la vez me diera un poco de respeto, aquello acababa de convertirlo en mi persona favorita del mundo. Quiero decir ¿Quién te canta Disney en mitad de patrulla, o en este caso de caza, simplemente por el placer de hacerlo?
Lo había intentado con Tim, le había hecho aprenderse las canciones que no se sabía enteras y le había dado la entrada varias veces, pero su ahora exnovio no se unía nunca. Había que estar hecho de una pasta especial para poder cantar Disney mientras te preparas para acabar con el crimen.
Y al parecer Jason era de esa pasta.

Le seguí hasta el borde del edificio, dejando que se me escapara una risa al verle dejarse caer así.
No era una risa nerviosa, ni porque me había hecho gracia, ni siquiera de anticipación era una de esas risas que te salen cuando te lo estás pasando demasiado bien, como cuando tienes diez años y estás jugando con tus amigos en el parque. Los movimientos de Jason no eran forzados, ni parecía que lo estuviera haciendo porque la situación lo requiriera, simplemente se estaba dejando llevar por la situación, y la situación pedía giros y ganchos y remontadas en el último momento, incluso.
Le seguí sin dudarlo, lanzando el gancho mientras saltaba y dejando que fuera la propia inercia la que me tirara hacia delante de camino al puerto, sin miedo a hacer maniobras complicadas pero sin necesidad de buscar el momento. Con Tim a menudo lo hacía, para demostrarle de lo que era capaz… pero probablemente a Jason le daba igual de lo que era capaz o no, al menos en ese momento.

Paré junto a él y di una ojeada a lo que me rodeaba, sabía hasta qué punto era una locura para alguien como ella entrar sola en los muelles, decir que era carne de cañón era darle credibilidad, pero iba con Red Hood y él sabía dónde, cuándo y dónde podía meterse sin acabar convirtiéndose en un montón de órganos vendidos en el mercado negro y un cartel de “Desaparecida”.

Asentí mientras cantaba por lo bajini, era mi parte de la canción y no iba a perder la oportunidad de acabar el dueto, pero a la vez la anticipación y los nervios no me dejaban emocionarme con ella. Tenía los ojos clavados en la calle, aunque por el rabillo del ojo vigilaba cualquier gesto que pudiera hacer mi nuevo compañero y los músculos tan tensos que… bueno, ni siquiera se le ocurría una buena comparación, pero había visto gatos a punto de saltar a por su presa más relajados.

En cuanto escuché voces me quedé muda, mirando a los tipos con atención, alerta y preparada para saltar sobre ellos en cuanto Jason me diera la señal. Pero la conversación derivó por un camino que, aunque no la sorprendía y menos por esa zona, no era lo que esperaba oír. Ella quería una confesión de un crimen, una buena excusa para dar una paliza que les dejara irreconocibles y volverse a casa con la sensación del deber cumplido.
Una mujer con cola. La gente estaba loca esos días... aunque la verdad es que le había picado una curiosidad.
Quizás lo buscaría por internet luego o algo...
Nunca había tenido ningún problema con las putas. Si no te podías a meter de por medio estupideces morales y costumbres sociales, era un trabajo como cualquier otro y, además, sabía que estaban haciendo un bien a la sociedad: si había alguien a quién podías pagar para que lo hiciera bien ¿para qué violar a gente? La mayoría de gente "peligrosa" de la ciudad lo sabía y le convenía más que ponerse a toda la división de delitos sexuales encima. Solo los psicópatas o los desesperados violaban a gente y eso era algo menos malo que lo que podía ocurrir.
Además, era un trabajo bien pagado, eso también lo sabía. Mientras fueran libres de elegir su trabajo a mi me parecía perfectamente digno… en la sociedad tenía que haber de todo: políticos, vigilantes y putas (en una escala de menos a más honrados) y yo lo respetaba.
Es más, conocía a mucha gente que se dedicaba a eso (lo que tiene trabajar por la noche) y con la que podías contar antes que con mucha gente del departamento de policía.
Pero niñas no. Ah no.
Si no hubiera hecho todos esos ejercicios de control de la ira, relajación mental y esas cosas que la doctora Thompkins había insistido que hiciera habría cogido a esos dos tipos y los habría colgado de los pulgares hasta que le dijeran dónde estaban las niñas, aunque ellos no participaran en ello lo estaban descubriendo y eso era también algo digno de sufrir al menos un poco.
Pero Jason parecía haberme leído el pensamiento.

-Por favor- dije sin ser capaz de sonreír, casi antes de que acabara de proponerlo. Si tenía que dar una paliza, prefería hacerlo con gente que hacía sufrir a niñas que cualquier otra cosa.

Que reafirmara que iba a comportarse como un caballero y cumplir su promesa me devolvió la sonrisa. La verdad es que no todo el mundo podía decir que Red Hood hubiera dejado de lado sus ideales por él. Es más, apostaría un pié a que probablemente los agraciados con tal honor se contaban con los dedos de una mano. Y aún sobrarían.
Asentí con la cabeza para indicar que le había entendido, cosa que había hecho de verdad, pero no tenía tan claro que además de entenderlo pensara hacerle caso ¿No había leído el memorándum en el que decía que Batsie me había expulsado de su oscura familia por un problema de insubordinación y poco respeto a las órdenes directas? (Mentira, pero eh, era verdad que siempre había tenido problemas haciendo lo que me decían, debía venirme en la sangre)
Aunque la verdad... a veces sí que era mejor irse y no mirar atrás, sobre todo cuando el antihéroe de guardia tiene intención de hacer sus cosas de antihéroe. Cosas que incluyen habitaciones redecoradas a base de sesos de chino. Y moquetas que intentan ser un poco más españolas a base de lunares rojos (rojos de sangre, claro, lo de ser poética nunca ha sido mi fuerte).
Solo pensarlo hizo que arrugara un poco la nariz con desagrado. Mejor darse la vuelta y desaparecer si se lo pedía. No sería una orden, sería una decisión lógica tomada bajo plenas facultades y conocimiento de causa. Sí. Totalmente.


Lo seguí cuando saltó al edificio de al lado, tratando de quitarme de la cabeza esas imágenes dignas de pelis de Tarantino y de las peores noches de Gotham volviendo a pensar en Aladdin.

Un mundo en el que tu y yo
Podamos decidir como vivir sin nadie que lo impida.

Era irónico que justo me viniera a la cabeza esa estrofa, muy irónico dadas las circunstancias de la extraña (y anti-Batiana. ¿Eso existía? ¿Había una palabra para describir a las personas que como ellos rengaban de Batman y sus preceptos?) pareja que formaban.

La verdad es que el edificio al que le llevó Jason era una precioso en comparación con la arquitectura de la zona, resaltaba en el paisaje repetitivo, cuadriculado y deprimente de la zona de muelles y casi parecía que la hubieran arrancado de cualquier centro de capital europea y la hubieran dejado caer ahí, entre las naves industriales, los edificios erosionados por el salitre y el crimen.

Asentí vehementemente varias veces mientras hablaba, asimilando lo que me decía.
Seis habitaciones. Eso no son muchas.
Puertas secretas. Putos chinos.
Clientes inconscientes. Ojalá les hiciera mucho daño el golpe.
Reunir niñas. Eso era mi especialidad.
Alcantarillas. Luego sitio seguro. Eso estaba chupado.

-Todo entendido- Respondí - ¿Estarán todas las niñas ahí o hacemos un barrido? No creo que podamos preguntarles a ellas, en estos casos suelen quedarse en Shock-

Cuando uno no tiene ni idea de vigilantes y heroismo y esas cosas se cree que cuando te metes a hacer una redada todo ha de salir como tiene que salir. Los rehenes o lo que sea que vas a salvar está todo junto y los malos colocados estrategicamente para que les des en una compleja coreografía y. Bueno, la gente se cree que es una peli.
Pero há, lo único digno de película eran las maniobras de Alfred con el jet, que merecían como mínimo un oscar.
Así que claro, Jason no tenía ni idea de si estaban juntas o no: tocaba hacer barrido y, por lo tanto, arriesgarse más.
-Sin problemas- respondí con un asentimiento de cabeza.
Si hubiera un premio por encargarse de civiles no involucrados en el problema, todos los años llevaría el nombre de Spoiler. Pero no lo había, claro, los grandes héroes no se acordaban de la persona que se aseguraba que no hubiera (más) daños colaterales.

Entré en el reservado detrás de Jason y por un momento no supe si estaba maravillada u horrorizada. Por un lado quería abrazar las paredes. Y el suelo. Y todo. Pero por otro la combinación era... ¿cómo decirlo? Más hortera que el último traje de Calendar Man probablemente se acercaría un poco al sentimiento que producía. Estaba tan impactada con todas esas cosas suavecitas y brillantes que cuando me quise dar cuenta Jason ya había acabado la revisión del cuarto y me hacía señas.
CONCÉNTRATE SPOILER. Apaga tu radar de cosas caras y céntrate en las niñas. Las niñas.

No entendía bien a qué venía eso de que no nos relacionaran, y menos a aquellas alturas, pero asentí con la cabeza, de acuerdo con él.
Probablemente tenía una razón para hacerlo, pero tampoco quería parecer muy tonta preguntándolo.
-La de enfrente, por supuesto- dije como si fuera obvio. Spoiler solo conoce una dirección y es hacia delante.
Vale, no, pero no parecía un mal lema ¿no?

Respiré hondo con los ojos cerrados antes de seguir a Jason, por un lado para coger fuerzas y por otro para prepararme mentalmente para lo que podía encontrarme allí dentro, que podía ser cualquier cosa.

En cuanto entré en la sala se me cayó el alma a los pies y agradecí, probablemente más que nunca, el llevar una máscara que no demostrara cómo me sentía en esos momentos. Era una especie de sensación de derrota, de desazón, de lástima y de asco al mismo tiempo... sabía que aquellas cosas ocurrían, pero de saberlo a verlo había un trecho y uno bien grande.
Por suerte para mi el gusano aquel abrió la boca y provocó que todas esas sensaciones se combinaran convirtiéndose en una nueva, muchísimo más fuerte que todas las demás: ira.
Tenía suerte de que mis convicciones fueran más férreas que las de la mayoría y que no pensara tirarlas por la borda por un tipo como aquel, por que si no la llevaba clara.

Me acerqué a la niña con pasos lentos y poniéndome a su altura, mientras Jason se ensañaba como el hijo de puta.

-No pasa nada, cariño, ven- le dije con la voz más amable, y de madre, que era capaz de conseguir, mientras le hacía gestos para que se acercara.
Obviamente la niña ni se fiaba de las voces amables, ni de la gente que le decía que se acercara ni, con mucha probabilidad de la gente que llevaba máscara y amenazaba a otros.
Aquello iba a ser mucho más difícil de lo que esperaba, y probablemente más peligroso también.
Cambié un poco el plan y me senté al borde de la cama, de espaldas a Jason y el tipo, dejando la ropa de la niña para que ella la tuviera a mano sin tener que acercarse mucho a mi.

Me giré un poco para mirar a Jason -Puedes ir haciéndote cargo de la siguiente, que yo voy enseguida- le dije y volví a girarme, quitándome la máscara. Era peligroso, pero si la niña veía a una chica joven quizás le diera un poco más de confianza... o quizás le explicara cómo era a la mafia y me destrozaría la vida pero quería creer que no.

-¿Sabes?- dije como quien habla del tiempo y sin girarme a mirar a la niña, aunque la veía de reojo. Estaba claro que entendía nuestro idioma porque parecía atenta -Nos ha mandado Superman a buscarte. A ti y a las demás niñas, porque hay más ¿verdad?-
La mención del superhéroe hizo que cambiara la cara, claro ¿Quién no confiaba en Superman? Todo niño con problemas que se preciara deseaba verlo aparecer en cualquier momento volando por la ventana para rescatarle.
Seguí con la treta todavía sin mirarla directamente, para no ponerla nerviosa -Por eso voy de morado, porque es una mezcla del azul y el rojo- comenté. La niña parecía estar más relajada, porque se había hecho con su ropa y se la había puesto muy lentamente.
Pobre, tenía que estar muy dolorida.
Cuando por fin terminó de vestirse me giré un poco, dedicándole una sonrisa.
-¿v... va a venir Superman?- preguntó la niña con la voz muy muy bajita. Tenía acento con un deje francés, así que muy probablemente la habían raptado en alguna zona de habla francesa como Argelia. Era una pena, si hubiera sido ugandesa hablarle en Suajili probablemente la habría relajado.
Me encogí de hombros -La verdad es que no lo sé, él ahora está descansando, porque ya sabrás que Superman trabaja por el día sobre todo, nosotros somos los encargados del turno de noche. Yo soy Spoiler y el otro chico es Red Hood ¿Cómo te llamas tú?-
Ella dudó y yo la miré, expectante pero sin hacer ningún gesto que demostrara que me estaba muriendo de ganas por pasar a la siguiente habitación ya, y ayudar cuanto antes a todas las niñas posibles.
-Amel- contestó después de pensarselo un poco más, con la voz un poco más fuerte que antes.
-Bueno, Amel, ¿qué te parece si vamos a buscar al resto de niñas que están aquí como tú? A lo mejor si acabamos pronto podemos contactar con Superman para que se lleve él a los malos que os han traído aquí ¿Vale?-
Amel no parecía completamente convencida, pero sí lo suficiente como para gatear como pudo hasta mi lado y bajar de la cama.
Me volví a poner la capucha, para que los malos no pudieran saber quién era le expliqué a Amel, y me dirigí a la siguiente habitación, con la niña pisándome los talones.
Ahora solo esperaba que la siguiente fuera un poquito más fácil.

-Me he perdido la fiesta- dije con una mueca al ver la escena. Al estar tan concentrada en Amel ni había oído los gritos (porque seguro que había habido gritos) ni los disparos (que era evidente que había habido también).
Escuché a Red Hood pero en ese momento él no era mi prioridad, daba igual la que hubiera liado, primero los civiles, luego los compañeros. Era una política de mierda, sí, pero era mi política... sobre todo si había niños de por medio.
Miré alrededor con una mueca y vi a las dos gemelas abrazadas. No sabían la suerte que tenían de, por lo menos, tenerse la una a la otra... les dediqué una sonrisa.

-¿Qué os parece si os ponéis aquí detrás con Amel?- Por mucho que la gente estuviera desmayada no me fiaba medio pelo. Me di cuenta de que las niñas estaban tiritando y me quité la capa con un suspiro, sin la capa me sentía desnuda, además de que era un regalo de Batman y era antibalas siempre que no fueran a quemaropa, lo cual era un punto MUY a favor de querer tenerla siempre encima... pero las niñas la necesitaban más. Además, si se escapaba alguna bala prefería que me diera a mi que a ellas, yo tenía más posibilidades de salir con vida.
Probablemente que se envolvieran con ella entorpecería más el paso, pero estaba claro que iban a ir pegadas las unas a las otras en cualquier caso y no iba a poder perdirles correr, por lo menos que las posibilidades de que las acribillaran fueran menores nos daría algo menos en lo que preocuparnos.

Me acerqué entonces a Jason y le puse una mano en el hombro, intentando ser todo lo tranquilizadora que pude. Me enorgullecía bastante que, por mi culpa, hubiera rescatado esa moralidad pero entendía que aquello podía ser un poco un problema.

-No te preocupes, está todo bajo control- le dije mientras metía la mano en el bolsillo de los suministros médicos. (Sí, tenía un bolsillo solo para suministros médicos, y era el más grande... cuando te las tienes que apañar sola y tu madre es enfermera aprendes a llevar un botiquín importante siempre encima, sobre todo cuando sales a enfrentare al mal.)
Saqué dos gomas de torniquete, de esas que se usan para sacar sangre y le di una a Jason -Voy a presuponer que sabes cómo se ponen, no pasa nada si te pasas de apretar. Nadie va a lamentar que pierda una pierna o dos- comenté con tono jovial pero en el que se dejaba claro que iba totalmente en serio.
Una cosa era tener una moral y ser buena persona y otra muy distinta era ser gilipollas.