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A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019]
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Sasha Triger Marvel Universe
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Ficha de Personaje Alias: Celsit Nombre real: Sasha Triger Universo: Marvel
Tema: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 9th Mayo 2022, 22:58
Era legítimo que Sasha Triger se encontrase de múltiples formas tras lo ocurrido. Triste, en shock, deprimida, desolada, asustada… Pero no. No había nada. Mató a un hombre. No, alguien con nombre. Cédric Valjean. Le mató. Apoyó las manos contra su cabeza hasta que esta no fue más que una masa indescifrable con peste a carne quemada. Y se fue a casa… y no sintió nada. Y se lo contó a Jesse… y no sintió nada.
Pero sí hubo algo que le asustó y le perturbó el sueño. Drago había acabado en el hospital y posiblemente acabase en la cárcel. Cuando Sieglinde se lo explicó trató de entenderlo de la mejor manera posible, y aun así no lo comprendía. ¿Por qué? ¿Por qué asumir sus actos? ¿Por qué pagar por un asesinato que no había cometido?
Preguntas y más preguntas asfixiaban su memoria desde lo sucedido y no podía hacer que las voces de su cabeza se callasen ni un solo instante. Así que las intentó silenciar con el comunicar del teléfono del Manhattan General Hospital. Cada hora, cada día, hasta que alguien le dio el horario de visita y le explicó todo lo necesario para poder escuchar la voz de su mejor amigo. En cuanto habilitaron las visitas, agarró lo primero que pilló por el armario, unos vaqueros, una camiseta blanca y la gabardina negra que no usaba a menudo. No la necesitaba, pero resultaba terriblemente cómoda cuando quería esconderse. No había pegado ojo desde el incidente así que estaba fotosensible y decidió colocar por último unas gafas de sol sobre su rostro. También ayudaban a sentirse menos observada.
De camino pensó en Sieglinde y en Lissa... Ya tendrían tiempo de pensar que la mestiza estaba siendo egoísta. Tal vez incluso encontrasen el momento para decírselo a la cara. Aparcó el matalobos en el parking de visitantes, en el número treinta y seis Oeste de la setenta y cuatro y después de pasar todo el proceso infernal identificativo, escáner de la pequeña mochila que usaba como bolso, documentación y acreditación… Esperó. Al otro lado de la puerta en aquel pasillo aséptico con olor a desinfectante y a humanidad. Los agentes la observaron mientras dejaba sus pertenencias al otro lado. Sus uñas tamborileaban la pegatina de visitante que llevaba pegada en el pecho, miraba constantemente al rededor. Una camilla pasaba, la pared, una mancha en el suelo, el reloj. Suelo, pared, el pomo de la puerta, el reloj, quince segundos… Pared, el pomo de la puerta, uñas, suelo, reloj, siete segundos…
Y por fin la puerta se abrió. El guardia cerró detrás de ella ofreciendo su ayuda si fuese necesario. Pero le dio igual. Sabía que no la necesitaría.
Ahí estaba su mejor amigo luciendo el blanco de las sábanas del hospital. A Sasha se le olvidó todo lo que quería decir. Los ojos se le inundaron y la garganta se le cerró. Dio un par de pasos, observando parte del vendaje de la pierna bajo las sábanas. ¿Por qué diantres en las habitaciones de los hospitales hacía tanto calor? O al menos para que ella se diese cuenta. Buscó los potentes ojos azules de su amigo con sus iris verdes. Sin darse cuenta, susurró mientras le cogía la mano -Drago… lo siento… - Respiraba superficialmente, sin darse cuenta de que le faltaba el aire - Drago escucha. No sé qué pasó, no sé… tengo lagunas de aquel día, yo…- cerró los ojos con fuerza, en silencio, pensando en qué era lo que él necesitaba oír y separándolo de lo que ella necesitaba decir. -Drago- dijo con mayor seriedad y mucha más entereza, frunciendo el ceño - Tienes que dejar que me entregue por ti-
Dragoslav era su mejor amigo. La conocía mejor que muchos… y a pesar de ser una mujer de carácter fuerte, el músico nunca vio su mirada tan llena de determinación.
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Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 4th Junio 2022, 01:06
Su amiga tenía un aspecto terrible; aunque, considerando todo lo que había ocurrido, lo raro sería que no fuera así. No sólo estaba inusualmente pálida, sino que ni siquiera las ropas que llevaba coincidían con lo que habitualmente le gustaba ponerse. Casi le costaba reconocerla, y sabía que, en gran parte, era culpa suya.
La escuchó hablar y suspiró, recostándose en la camilla del hospital. La vida no había tratado bien a Sasha Triger, y sabía que los últimos tiempos habían sido particularmente duros para ella. Ahora, no sólo tenía que lidiar con sus propias heridas, sino con el hecho de haber matado a otra persona. Sasha no se merecía aquello. Esa carga le debería haber correspondido a él.
Negó con la cabeza mirando al techo, incrédulo.
- Acabo de aterrorizar una escuela entera repleta de niños -musitó-. Os he atacado a todos. Sasha, después de lo que he hecho... Las cosas tan terribles que te he hecho a ti -su mirada volvió a buscar la de ella, y la mutante entendió perfectamente a qué se refería-. Después de traicionar de tal modo la confianza de todos... ¿Por qué te preocupas por mí?
Volvió a negar con la cabeza, sin saber qué decir.
- Una parte de mí no quiere que lo hagas, Sasha. Yo ya lo tengo todo perdido, ¿entiendes? He matado... He hecho cosas terribles por él... Hice todo lo que me ordenó que hiciera... Tenía esa habilidad... para hacer que todo resultara tan tentador... Tan oscuro y deliciosamente prohibido que te hacía desear... No, te hacía sentir que necesitabas formar parte de aquello. Pero tú... contra ti no tienen nada. Además, yo estaba bajo su influjo, y estoy seguro de que cuando se sepa en el juicio lo que me hizo... se podría alegar locura transitoria o algún otro atenuante.
Si es que era capaz de admitir ante nadie toda la verdad de lo que le había hecho, cosa de la que no estaba para nada seguro.
- En cambio, demostrar lo mismo en ti, sin haber mediado una historia previa con él, va a resultar mucho más complicado. Realmente pienso que sería mejor para todos si lo admitiera yo. Porque además, Sasha... Si no lo hubieras hecho tú... si no lo hubieras matado... -su mirada volvió a enfocarse febrilmente en la de ella, y, cuando volvió a hablar, lo hizo en un susurro consciente de su propia debilidad-: lo habría hecho yo.
Apartó la mirada, incómodo.
- Pero mi abogado cree que no sería buena idea que yo me atribuya la culpa. ¿Te acuerdas de aquella ley de la que te hablé, la que quería sacar el gobierno? El acta de registro de metahumanos. Mi abogado cree que van a utilizar lo que ha sucedido conmigo como arma política para sacarla adelante. Piensa que ahora mismo, con todos los ojos puestos sobre mí, sería preferible evitar llegar a juicio, y, para eso, tendría que decir la verdad, aunque no sé si me convence, porque tú también eres mutante, y lo mismo pueden usarte a ti que a mí para lo que pretenden. Aún así, confío bastante en mi abogado y se ha ofrecido a llevar tu caso si decides confesar. Habla con él; se llama Matt Murdock. Quizá podáis llegar a alguna conclusión de lo que es más favorable, porque yo ya no puedo pensar más... Siento que la cabeza me va a estallar.
Se llevó una mano a la frente, abrumado por la culpa de lo que había sucedido entre los dos. Se le ocurrían pocas cosas más horribles que lo que había hecho con ella y Sieglinde.
- Sasha... Perdona... Perdóname...
Era incapaz de verbalizar nada más, pero no hacía falta. Sin duda ella entendería a qué se estaba refiriendo.
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Ficha de Personaje Alias: Celsit Nombre real: Sasha Triger Universo: Marvel
Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 13th Septiembre 2022, 14:50
Sasha era incapaz de comprender cómo su amigo a pesar de su situación se seguía viendo como el culpable. Había sido sometido al un control mental extremadamente violento, uno de los mayores miedos de la mestiza. Habían modificado sus gustos, sus sentimientos, sus acciones… Le habían convertido en una marioneta, en una persona que no se correspondía en absoluto con su esencia. Le habían obligado a sentir y hacer, le habían tergiversado todo su mundo… Y a pesar de todo, destrozado y bajo vigilancia en la cama de hospital, él le pidió perdón. Si quedaba todavía media oportunidad de que su amigo no se diese cuenta de que estaba llorando, en ese momento terminó de irse al cuerno cuando las lágrimas terminaron de rodarle bajo las gafas de sol. Se las quitó y tomó la mano de su amigo entre las suyas. -¿Cómo no preocuparme, Drago…?- La culpa, la decepción por haberle fallado, la verdad… había muchas cosas que se retorcieron como espinas en torno al corazón de la morena que casi no la dejaban hablar.
Quería interrumpirle constantemente, decirle que no era así. Que él había sido víctima de una violencia difícil de medir en el mundo en el que vivían. Que estaba cansada de verle sufrir. Que merecía vivir en paz… Pero pensó que interrumpirle era peor. Necesitaba escucharle.
Lo que más le perturbó fue ver que su mejor amigo parecía estar completamente tranquilo con la idea de pagar por su delito. Le explicó cómo gestionarlo, le dio el nombre de su abogado, le explicó las directrices… para luego confesar su agotamiento.
Sasha aunque estaba serena no podía evitar que los ojos le llorasen. Su amigo, su torturado amigo, volvió a pedirle perdón. Ella se levantó para retirar su abrigo y sus gafas, dejándolos sobre el poyete de la ventana y volvió junto a su amigo. Esta vez retiró el pelo negro del europeo tras sus orejas, le elevó el rostro de la mandíbula y dejó un beso calmado en su frente. El pecho se movía involuntariamente por las contracciones del llanto. A partir del beso le habló en susurros. - Podré perdonarte cuando tú me hayas perdonado primero….- Comprendió que la culpa no estaba dejando dormir a ninguno de los dos. Abrazó a su amigo de modo que quedaron los labios de ella junto a su oreja - Hablaré con él. Yo me encargaré de todo lo que pueda… tú sólo… Sobrevive y descansa…- apretó un poco más el abrazo, vigilando sus heridas. - Si no puedo entregarme… te sacaré de donde estés. No me importa cómo… Iré a por ti. Nada puede hacer que me rinda. Ni nadie - Agradeció que su amigo no le estuviese mirando a la cara, ya que poco a poco la determinación se tornó en ira.
El cansancio de Drago tenía razón. Él ya había hecho suficiente y no pensaba cargarle más responsabilidad. Ahora le tocaba a ella y a su abogado hacer todo lo posible. Cooperaría con el tal Murdock en la parte legal, pero si la justicia volvía a fallar a su amigo, no dudaría en quemar hasta los cimientos cada cárcel de Nueva York si eso haría que su amigo volviese a respirar con libertad. - Te quiero, Drago. Y cuando no tengas fuerzas para vivir te mantendré con vida hasta que las recuperes.- Prometió separándose de nuevo y dejando otro beso sobre su frente.
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Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 2nd Octubre 2022, 01:46
La observó llorar apenado y algo atribulado. Siempre le costaba hacer lo que se suponía que uno debía hacer en momentos como aquél: confortar, consolar. Se había pasado la vida escondido detrás de un muro que le aislaba de los demás, y aunque ya lo había derribado, se sentía como un niño torpe que no sabe cómo relacionarse. El contacto físico le era algo extraño, especialmente con una mujer con la que no tenía relación íntima, tanto por su cultura y su religión como por la falta de costumbre. Aún así, alzó por instinto una mano para secar las lágrimas de sus mejillas, pero ella no tardó en recogerla entre las suyas.
Ahora que se había quitado las gafas de sol podía analizar bien su expresión, sorprendiéndose al detectar en ella algo que parecía... culpa. Aunque creía entender por qué.
- Hey... está bien -le dijo, apretando levemente la mano que sostenía la suya para transmitirle su apoyo-. Creo que sé lo que estás pensando, y te entiendo más de lo que puedes imaginar. Estás pensando que has matado a un hombre, y que por eso estoy yo aquí. Y te preguntas si el hecho de que Cédric fuese un monstruo es jusitificación para lo que has hecho. Si... para detener a un monstruo es necesario volverse uno.
Como no podía mover la mano encadenada, liberó la que Sasha tenía sujeta para apartarle unos mechones de cabello que se habían quedado pegados a la humedad de la mejilla, descendiendo luego hasta el mentón, haciéndole elevar la mirada para encontrar la suya.
- Es un dilema al que yo mismo me he enfrentado en numerosas ocasiones, pero Sasha... la diferencia está... en que un monstruo no se siente culpable. Un monstruo no piensa que lo es. Mírame bien... yo habría hecho lo mismo -añadió en un susurro ronco, sin poder evitar que asomaran a sus ojos las primeras lágrimas que derramaba desde que había recuperado la consciencia y el control sobre sí mismo. El shock le había impedido procesarlo, y ahora se sentía sobrepasado por una abrumadora sensación de ira-. Que Dios me guarde... si no hubiera estado en ese momento bajo el control de Elissa lo habría hecho yo mismo...
Se volvió a recostar sobre la cama, apretando el puño cerrado fuertemente sobre sus ojos para contener las lágrimas. Tenía que tranquilizarse. Recuperar el control. En éste tiempo, ella se levantó para dejar el abrigo sobre el alféizar antes de regresar a su lado. Cerró los ojos al sentir la leve caricia, un gesto que de verdad era sincero, experimentando una cálida gratitud ante aquél beso; un beso totalmente desinteresado, de genuino cariño, que no buscaba o pretendía nada de él. Algo puro. El mero pensamiento le hizo albergar nuevamente deseos de llorar al recordar por lo que había pasado. La manera en la que Cédric le había utilizado.
- Yo no tengo nada que perdonarte, Sasha... -musitó después-. No quiero ni pensar... Dios... -agachó la mirada, abrumado-. Si hubiera sido al revés... Si yo supiese que... te hizo pasar por... -se mordió el labio, conteniendo las lágrimas-. Le habría destrozado. Te lo juro, Sasha... No habría quedado nada de él para reconocer. Por eso... te entiendo. Te entiendo. No tienes que pedirme perdón... Tú no me has obligado a tomar ésta decisión, lo hice yo mismo. En cambio, lo que te hice a ti... Tienes que entender... que seguía siendo yo... Tenía todos esos conocimientos... Cosas que me habías confiado asumiendo que conmigo estarías segura... Y yo te traicioné de la peor manera imaginable... A ti y a Sieglinde -negó con la cabeza, consternado-. Yo debería... haberos protegido. A vosotras, a Elissa, a los niños, al Profesor...
Escuchó lo que le dijo durante el abrazo y la preocupación se adueñó de su corazón.
- No, no puedes. No hagas nada ilegal. Debemos confiar en el sistema. Si no lo hiciera significaría que todo por lo que hemos estado luchando éstos años no habría servido de nada, y tampoco contribuiría a mejorar la imagen de los mutantes ante los ciudadanos. Debemos confiar, Sasha...
Su última afirmación le dejó petrificado. Llevaba tanto tiempo asumiendo que no merecía ser querido, tantos años tratando de redimir el mal causado... y una vez más le asaltaron los recuerdos de lo que había vivido las últimas semanas y ya no pudo contener más las lágrimas. No le contestó. Incluso aunque hubiera sido físicamente capaz no habría sabido qué contestar porque era la primera vez que alguien le decía que le quería fuera del ámbito de una relación de pareja desde que era un niño. Así que simplemente se quedó allí, aferrándose a ella durante quizá uno o dos minutos más de lo necesario antes de dejarla ir, con una mirada de agradecimiento que contenía todo lo que no era capaz de expresar con palabras. Una mirada que Sasha entendería.
Yo también te quiero. Y siempre podrás contar conmigo.
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Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 29th Noviembre 2022, 18:14
Drago siempre había sido el amigo presente en la vida de todo el mundo. Desde un cumpleaños a una mudanza a un rescate a vida o muerte. Parecía no saber vivir sin la palabra sacrificio como bandera y ni siquiera él se daba cuenta. El contador corría para todos, menos para él. No sabía si admirar o tener piedad de su capacidad de ser comprensivo con todo el mundo menos consigo mismo. La paz que inspiraba a los demás era la que le faltaba en su corazón.
Los gestos del mutante eran suaves y tibios, como si temiera hacerle más daño incluso. Todos los momentos que habían pasado juntos fueron reproduciéndose tras los párpados de Sasha como si fuesen diapositivas. Juró no verla como un monstruo. Sus palabras sentenciaron un juicio que la mestiza no se esperaba. Habría hecho lo mismo por ella. En el fondo lo sabía, pero no veía capaz que un hombre tan herido y castigado se centrase en su dolor y encontrase las palabras exactas para mitigarlo. Su voz siempre resultaba reconfortante.
Hasta que llegó el dilema. Confiar… Confiar en el sistema.
Por un instante sintió que estaba tardando demasiado en responder. No había opción buena. No podía mentir a su amigo a la cara y decirle que le confiaría al sistema de los Estados Unidos. Todo el mundo sabía que era una manzana podrida que nadie se atrevía a tirar del frutero.
Para su suerte, antes de tener que contestar declaró su amor fraternal y este simplemente se abrazó a ella. No podía hacer nada para solucionar sus problemas y eso es justo lo que Drago le pedía. Nada.
Pero nadie fue nunca capaz de llevarla por un camino en el que ella no creyese. Ni Charles, ni Loki, ni Sieglinde… Drago no iba a ser diferente. Y la morena no estaba dispuesta a que él pagase por algo de lo que no tenía responsabilidad. Se separó y sostuvo el rostro de su amigo, sintiendo esa mirada llena de lágrimas atravesarle el pecho, sintiendo que le convencía de su propósito aún más. Se quedó con él hasta que estuvo más tranquilo, secó sus lágrimas, le acompañó en sus emociones… Y a la hora de despedirse, cuando la seguridad entró a buscarla sólo pudo añadir una última declaración. Algo que le hiciese ver que comprendía su decisión en el sistema, pero que ella no podía dejarlo así.- En el Blue Note comprendí… que la magia del Jazz es su libertad - Esperó que lo comprendiese y con una última sonrisa fue escoltada hasta el ascensor.
Su cabeza se convirtió en un expositor de ideas inmenso. Un palacio mental compuesto por cientos de escenas dispares. Ella presa, Drago libre, ambos presos, ella muerta, ambos muertos.. Lo único que le quedaba por hacer era encontrar un plan, estar atenta a todas las noticias y hablar con su abogado. Si había un sólo modo de sacarle de allí. Una manera de hacer que él quedase en libertad aunque ella perdiese la suya para siempre. Lo que fuera… con tal de hacerle libre.
Había caminado en piloto automático hasta el parking, donde descansaba su furgoneta esperándola. Lo que no entraba en sus planes era la imagen de aquel pelirrojo con gafas de sol esperando frente al asiento del conductor. -¿Puedo ayudarle?- Sasha se detuvo a un par de metros y tensó la mandíbula. Las sorpresas últimamente no estaban siendo muy amables con ella. Echó un vistazo de arriba a abajo sacando sus primeras impresiones. El pelirrojo se presentó y el nombre terminó de encajar en su cabeza. Relajó los hombros y sonrió, el tono de su voz cambió. - Ah, señor Murdock, sí, Drago me ha hablado de usted. Me alegro de quitarnos esto de encima tan pronto... - respiró hondo mirando al cielo que se dejaba ver entre las chapas metálicas de las plazas de aparcamiento. Hacía frío y el aire de la ciudad era repugnante. - Dígame… ¿Hay forma de sacar a mi amigo de esta aunque muera en el intento? - Matt Murdock podría percibir mucho más que un intenso olor dulzón de aquella desconocida. Su pulso no se alteró, sus palabras no temblaron.
Ya estaba convencida.
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Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 3rd Diciembre 2022, 01:34
Tan sólo un día. Eso era todo lo que quedaba para que se celebrase la vista preliminar en proceso contra Dragoslav Katich. Matt Murdock siempre había vivido con la sensación constante de que el tiempo jugaba en su contra. En su vida laboral, en su carrera extraoficial como justiciero, y en su vida personal. Una percepción que se acentuaba cuando todos esos aspectos de su vida se juntaban. Eso ocurría con Drago.
Su cliente; una de las decenas de personas que pasaban a diario por su vida y por las que, por juramento, por su conciencia y honor, debía velar y luchar a fin de proporcionarles la mejor defensa posible.
Un miembro de la comunidad súper-humana; un mutante, para más señas. Una persona abandonada y marginada por la sociedad. Un ser humano que, por muchas capacidades extraordinarias que poseyera, no era más que eso. En concreto, uno que se dejaba la piel por proteger a los demás. Por prestarr un servicio impagable a favor de aquellos que lo temen y lo odian. Un sentimiento que no sólo entendía, sino que compartía. Para Matt Murdock era un caso importante. Para Daredevil, era casi como defenderse a sí mismo. Como probar al mundo que tenían razón al hacer lo que hacían, por muchos conflictos internos que le provocase.
Su amigo; otra persona más en su vida a la que no podía fallar. Su padre, Elektra, Karen… Demasiada gente importante que había sufrido por no… por no ser suficiente. Para muchos compañeros de profesión, el conflicto emocional sería motivo más que suficiente para rechazar el caso. Para Matt, su relación personal con Drago era un acicate providencial, un látigo necesario que le haría dejarse la piel, sacar lo mejor de sí. A diferencia de otros abogados, Matt podía tener la certeza absoluta de que su cliente no mentía. De que un inocente estaba siendo objeto de un proceso brutal e injusto. Y eso, le haría luchar con más ahínco…
Y, hablando de luchas. La pelea con Bullseye de la noche anterior había dejado en Matt más de una secuela que, por esperada, no era menos dolorosa. Se apoyaba con firmeza al bastón, aguantando el dolor en las costillas, manteniendo la compostura y tratando de no rechinar los dientes. Las magulladuras y moretones del rostro, habían sido tratados con cuidado y “ocultados” con maquillaje, con toda la precisión y mimo de los que era capaz Foggy Nelson. Sólo Dios sabría el aspecto que tenía. Esperaba que, a ojos ajenos, sólo pasase por un abogado presumido que se acicala más de la cuenta debido a un caso mediático que le obligará a plantarse frente al ojo público.
Los nudillos, también ligeramente magullados, estaban tapados por unos guantes negros a juego, o así se lo había asegurado su compañero, con su abrigo de tres cuartos y su corbata. No sería muy extraño. Al fin y al cabo, hacía frío ahí fuera.
Las piezas del rompecabezas estaban empezando a encajar, lo que no hacía su trabajo mucho más fácil ni tampoco le permitía parar el tiempo. Cuánto más fácil habría sido su vida si el bidón de residuos radiactivos que le cegó le hubiera dado ese poder. En cambio, le había dado otras habilidades también de bastante utilidad. Unas que estaban a punto de ponerse a prueba.
Uno de los contactos en la policía que aún le eran fieles, le había dado el chivatazo de que Drago recibía una visita aquel día. Una con la que Matt estaba deseoso por tener un encuentro: Sasha Triger. Así que, pese a las heridas y la falta de planificación, el abogado se vistió a toda prisa y azuzó al taxista para llegar a tiempo al hospital donde Drago se hallaba internado y también… prisionero.
Irrumpir en el hospital, por mucho que fuera el abogado de Drago, y buscar a esa mujer de la que tan poca información tenía, sería demasiado sospechoso. Tampoco quería hacer ningún movimiento que pusiera nerviosos a Drago o Sasha. Su entrevista debía producirse sin injerencias externas y con toda la tranquilidad y… normalidad, que permitiera la situación. Así que, una vez se bajó del taxi, corrió en dirección al parking de visitantes y empleó sus sentidos aumentados para buscar indicios de Sasha Triger.
Deambuló entre las hileras de coches hasta que una serie de olores característicos le dieron la pista que andaba buscando. Combustible, metal… obviamente. Pero también dulzor… harina... El cálido resultado de la faena de un obrador.
“Foggy dijo que tenía una pastelería…”
El oído de Matt no llegaba a ser tan fino como para poder localizar la conversación entre Drago y Sasha a través de plantas y plantas llenas de pacientes, enfermeros, familiares, médicos, maquinaria… Así que se limitó a recorrer sutilmente la carrocería de la furgoneta con la mano derecha, previo haberse extraído el guante y, tras una pequeña deliberación, volvió a colocarse la prenda y decidió esperar apoyado en la puerta del conductor. Esperando que su apuesta fuese acertada. De lo contrario, estaría obstaculizando el paso de algún panadero que surtía a la cafetería del hospital. Afinó sus sentidos, muy pendiente de todo el que salía del hospital y transitaba el parking. Hasta que unos pasos regulares y rápidos le dieron la confirmación que esperaba.
Olfateó con disimulo a medida que la mujer se acercaba. El mismo olor impregnado a ella que el que salía del interior de la furgoneta y… algo más. Una sensación que esperaba confirmar en cuanto se presentaran.
- ¿Puedo ayudarle?- preguntó ella, al principio, lógicamente extrañada.
Si venía de hablar con Drago, no tardaría en atar cabos. Pero, de todas formas, decidió presentarse.
- Eso espero. Me llamo Matthew Murdock, y represento al Sr. Katich.
- Ah, señor Murdock, sí, Drago me ha hablado de usted. Me alegro de quitarnos esto de encima tan pronto...
Su tono de voz había cambiado por completo. Respiró hondo y el viento gélido de la calle les atacó por sorpresa, seguido del “singular” aroma de la ciudad.
Su ciudad.
Lo que hizo que Matt torciera un tanto el gesto. Había algunas cosas de las que sabía un poco más que cualquiera. Entre ellas, de temperatura corporal. Su particular sentido del tacto… la “huella térmica” de las personas, era uno de los muchos estímulos que conformaban su “mundo en llamas”. La temperatura de un cuerpo humano, con variaciones según la persona, su edad y la actividad que estuviera desarrollando, oscilaba entre los treinta y seis y los treinta y ocho grados, si estaba sana. El frío o calor del ambiente, obligaban al cuerpo a regularla, produciéndose también distintas variaciones a lo largo del día. Es decir, que era más o menos estable pero casi nunca idéntica. Sin embargo, si hubiera tenido que jurarlo ante un Tribunal, Matt habría declarado sin duda que, por lo que podía percibir debido a su proximidad física con Sasha, su temperatura corporal se había mantenido a unos treinta y siete grados exactos durante todo ese tiempo. Incluido el momento del golpe de frío.
- Dígame… ¿Hay forma de sacar a mi amigo de esta aunque muera en el intento?
No se andaba con rodeos, así que Matt tampoco lo haría. Estudió bien el pulso de la mujer, las pequeñas variaciones en su voz. No había nada. Si estaba alterada no había un signo físico que diera prueba de ello. Podía ser una prueba de sinceridad y determinación, aunque las cosas no solían ser tan sencillas para él. Y, lo que a priori podía ser ninguna información en absoluto, aportaba una serie de datos. O la conversación entre Drago y Sasha había sido de lo más productiva y beneficiosa para su causa, o era capaz de controlar sus constantes vitales bajo presión. Así engañaba la gente a los polígrafos. Se requería concentración, disciplina y entrenamiento, pero no era la primera vez que lo veía. Con Natasha y Elektra, sentía la misma sensación insoportable de “libro cerrado”.
Matt se retiró el guante de la mano derecha y se la tendió a la mujer.
- Yo también me alegro de que podamos solucionar cuanto antes este asunto, Sasha- no había demasiada necesidad, en aquella ocasión, de hacer mucho hincapié en el numerito del ciego confundido. Ambos sabían quiénes eran y los puntos objeto de debate- Espero que no le importe que la llame Sasha. Puede llamarme Matt, si lo desea. Si considera que son muchas confianzas podemos volver a lo de señor Murdock. Pero, dado que su amigo me ha honrado también a mí con su amistad, creo que eso nos pone en el mismo bando.
Matt esbozó una sonrisa, pero no la sonrisa de los jurados. Aquella sonrisa enigmática previa a una conversación difícil que ni siquiera él sabía muy bien de dónde procedía.
- Habla de morir en el intento y no exagera. Las vidas de todos los implicados en este asunto peligran. La de Drago, la suya, y es muy probable que hasta la mía. Y no me refiero únicamente a nuestra integridad física. Me refiero a nuestras vidas tal y como las conocemos. Lo que las hace merecedoras de seguir siendo vividas- Matt giró la cabeza para tragar saliva, aunque lo que estaba a punto de decir, por alguna extraña razón, no le incomodaba- Me he puesto a la mitad del país en contra aceptando el caso de nuestro amigo. Y, con ellos, a gente poderosa y con mucho interés en que sea condenado. Tarea que, todos sabemos, es justo lo contrario a lo que me propongo conseguir. Y no voy a insultarlal expicándole cuán difícil es la situación para los mutantes, más con la nueva Ley que el presidente Luthor está empeñado en sacar adelante. En circunstancias normales y, en lo que se refiere exclusivamente a Drago, no me preocuparía. No puede aplicarse una nueva legislación a un reo por un delito anterior a su aprobación… Y pese a no haber intercambiado jamás una palabra con él, no creo que el presidente Luthor se vea limitado por cuestiones tan “nimias” como las prohibiciones constitucionales.
Matt aguardó un rato, tratando de observar el efecto de sus palabras en Sasha Triger.
- Pero, basta de preámbulos. Me pregunta “qué puede hacer por sacar a su amigo de esta”. Sabe que entre un abogado y su cliente no hay secretos. No los hay entre Drago y yo. Sé que él es inocente. Y sé que Cédric Valjean no lo era ¿Quiere ayudar? El público quiere un mutante que usar de ejemplo. Yo quiero demostrarles que se equivocan en su prejuicio. Libere a Drago de su carga. Tome responsabilidad de sus acciones y yo mismo defenderé su caso. Probemos quién era Cédric Valjean y mostrémosles a todos que no era una víctima. Que ustedes son sus supervivientes y que el mundo es un lugar más seguro sin él. Que sólo se defendía del verdadero monstruo. Es una batalla que merece la pena librarse, y me comprometo a hacerlo junto a usted. Pero Drago ya ha tenido demasiadas guerras en su vida. No le deje cargar con una cruz que no le corresponde. Porque, si conoce a Dragoslav Katich tan bien como me imagino, sabe bien que aún así lo haría si se lo pidiese.
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Ficha de Personaje Alias: Celsit Nombre real: Sasha Triger Universo: Marvel
Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 31st Diciembre 2022, 03:20
En cuanto el pelirrojo extendió la mano, Sasha reaccionó estrechándola con un gesto firme, pero sin demasiada presión. Si el héroe ya sospechaba de su temperatura, el contacto con su piel le confirmaría cualquier teoría. Era demasiado cálido incluso para alguien que acaba de salir de un sitio con calefacción, teniendo en cuenta que había llevado las manos fuera de sus bolsillos desde el principio. No era la primera vez que trataba con una persona que carecía de algún sentido y el tema del límite personal era una de las barreras importantes a tener en cuenta. Ofrecerle la mano era estúpido, rechazársela algo absurdo. Obviamente su ceguera no fue algo que se le pasase por alto. Le pareció irónico lo de un abogado ciego, más aún defendiendo a Drago.
Agradeció en el alma el tuteo. - No, prefiero Matt.. Gracias. A mi tampoco me entusiasma que me llamen por mi apellido- La punzada de mis padres era algo en lo que ahora no me podía permitir pensar. El pelirrojo comenzó entonces con un diálogo de algo que Sasha ya sabía. Sus vidas no serían las mismas, eso estaba claro. Pero desde la colisión no lo eran. Había pasado poco más de un año y su vida no paraba de parecerse al interior de una coctelera. Su pasado, su origen, familia, amistades, relaciones, maldiciones, los demonios y las guerras… Sasha era una persona que podía permitirse decir que tenía apego por pocas cosas y poca gente. Pero sabía que Matt se refería al tema mutante en concreto.
Para su ventaja el tiempo en la MKL le había aportado una perspectiva totalmente diferente sobre el privilegio que los mutantes tenían en Estados Unidos, a pesar de que la opresión era obvia para cualquiera. Había tenido situaciones suficientes en Europa como para saber el peligro que suponía su mera existencia allí. Cualquier mínimo margen de descontrol supondría una bala en el cráneo. -Te agradezco mucho que te ahorres contarme lo mal que va- Tanto en su voz como en sus labios se percibía una sonrisa irónica pero agradecida. La frustración que siente alguien que lo ha vivido muchas veces y agradece ese mínimo esfuerzo empático. En su caso en concreto era especialmente innecesario por la MKL, pero él no tenía porqué saber aquello. Fuera como fuese, las palabras de Matt no perturbaron la mente de Sasha. Tampoco su pulso o lenguaje corporal. - No es que este mundo nos haya dado margen a los planes de futuro.- Todo en ella inspiraba una confianza resignada. Como dando por hecho esa situación. Tener que renunciar a su vida se había convertido en la tarea de la una de la tarde de cualquier jueves. Ni siquiera sabía cómo había llegado ahí.
Cuando empezó a intuir la intención del abogado, se le frunció el ceño inconscientemente. Qué curioso que un humano que trabaja para el estado se acerque a ella intentando convencerla de acabar en la cárcel. Justo después de comentar lo feas que se van a poner las cosas con la nueva ley. ¿Era alguna especie de amenaza?
El gesto de Sasha cambió. Todo su lenguaje corporal delataba una defensiva inconsciente. - Que quede claro. Nunca le pedí nada y los dioses saben que lo que ha hecho ese hombre por mí- apuntó con el dedo hacia la ventana donde descansaba Drago, sin apartar la mirada.- ha sido el acto de amor fraternal más puro y nítido que recibiré en esta vida.- luego apuntó a su corazón- Si pudiese cargar no sólo con las mías sino con todas las culpas que mi hermano lleva encima, créeme, lo haría desde este instante.- La voz le tembló un instante. Se dio un segundo para hablar mientras buscaba su móvil en el desesperante y diminuto bolso. - Dime, Matt… ¿Te consideras buen abogado?- Desbloqueó el móvil con la huella, activó el sonido de las teclas de la marcadora numérica para que él pudiese diferenciar los números y con el marcador arriba pulsó el 9-1-1. Justo cuando lo hizo, su tono volvió a ser más calmado y neutral - Sé tan bien o mejor que tú cómo va a ser la vida de los mutantes en este país a partir de ahora. Hablaré un poco más claro… Los dos sabemos que lo que se avecina es una guerra civil con dos bandos muy claros. Que dos mutantes acaben en la cárcel por el mismo ataque sólo dará excusas al presidente para justificar que nos estamos agrupando como banda organizada terrorista y a saber cuántas otras mierdas racistas. Sí, hay que sacar a Drago de la cárcel. Pero no estoy dispuesta a que esta guerra empiece con dos menos de nuestro bando. Te repito la pregunta, o mejor… te formulo una diferente. Tal vez seas el mejor abogado del mundo, confío en el criterio de Drago. ¿Pero crees que el sistema estará a la altura…? - Acercó el teléfono a la mano del pelirrojo con el número marcado. - Si puedes sacar a Drago de la cárcel y ponerme en su lugar, confesaré y esperaré aquí a que llegue la policía. Confiaré en tu palabra. Si dudas un mínimo de tu capacidad como abogado o de la eficiencia del sistema estamos de acuerdo en que soy más útil para la causa fuera. Si sacas a Drago y rueda mi cabeza, todo en orden… Pero si encierras a dos mutantes te garantizo que no habrá lugar en el planeta donde puedas esconderte de mi.- El tono era constante y relajado. Ni siquiera había sonado como una amenaza. Para su propia sorpresa, estaba tranquila.
¿Tal vez por un plan B?
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Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 31st Diciembre 2022, 17:06
Las palabras de Sasha hicieron más mella en Matt de lo que estaría dispuesto a reconocer. Pese a su amplísima experiencia identificando las emociones de los demás, las verdades ocultas tras las palabras de otros, al abogado no siempre le era fácil ocultar las propias. Así que cerró las manos entorno al bastón, bajando la cabeza, en un intento vano de que su interlocutora no le viese torcer el gesto. “El Sistema”… En todos sus años como abogado ¿Cuántas veces había visto a personas honestas ser defraudadas por el Sistema? ¿Cuántas vidas habían quedado destrozadas por los manejos de hombres como Wilson Fisk? Tan poderosos, tan despiadados, que eran capaces de torcer las leyes e instituciones en su beneficio. De dar la vuelta a la justicia de tal forma que convertían el propio concepto en una burla. Y él, no era muy diferente. Un hombre al que se le llenaba la boca hablando sobre rectitud, honestidad y confianza en la Ley… Sin embargo, eso sólo era de día. De noche se convertía en otra cosa. A la luz de toda norma, en un criminal, por mucho que sus intenciones fuesen nobles ¿Cuántas veces se había cuestionado si el uso de sus poderes en los juzgados no suponía una ventaja injusta? ¿Cuántas se había servido de Daredevil para “corregir” los errores del Sistema? Era algo que estaba dispuesto a hacer por Drago. Algo que, de hecho, ya había hecho la noche previa. Hablar de la Ley, de la confianza en el Sistema, de la Justicia… en mayúsculas, le parecía un acto de hipocresía que no estaba dispuesto a realizar en aquel momento. Por mucho que, en un momento de debilidad emocional, la misma Sasha le hubiese puesto en bandeja la solución a uno de sus problemas. Ella tenía razón en muchas cosas, pero el cargo de conciencia de Matt no le impedía ver que se equivocaba en muchas otras. El móvil de la mutante estaba ahora en su mano. Pero, pese al inicial exabrupto, su discurso había sido relajado. Su voz firme, así como su pulso. Una mujer determinada. Esa determinación, era una de las cosas que más miedo le daban a Matt.
Tenía que hacer algo a lo que estaba muy acostumbrado como abogado. Plantar la semilla de una duda razonable. Balanceó suavemente el teléfono en su mano. Calculando su peso, uno que parecía haberse doblado desde que él lo sostenía. El peso de la responsabilidad, como seguro le habría dicho su amigo Peter.
- No, Sasha. Lo cierto es que no me considero muy buen abogado- sonrió Matt- Un buen abogado presionaría inmediatamente el botón de llamada y aguardaría con usted a las autoridades. Me ofrece la posibilidad de salvar a mi cliente con un solo gesto de mi dedo. De librarle del cargo más grave que pesa contra él. Un buen abogado, aprovecharía esa oportunidad.
Matt bajó la mano, con el teléfono aún en ella, pero centró su atención en Sasha. Apuntó con sus gafas oscuras al lugar donde sus sentidos le hacían intuir que estaba el rostro de la mujer.
- Habla de la guerra que se avecina. De una que concibe inevitable. No digo que sea su caso pero, según mi experiencia, quienes hablan de la inevitabilidad de la guerra es porque, realmente, la desean. Hombres como Lex Luthor, o como Magneto. La guerra es consustancial al hombre. Es irónico que, tanto quienes se consideran por encima de la condición humana, como quienes no les consideran humanos ni a usted ni a los suyos, tengan ese rasgo en común. Una cualidad mezquina que, aún así, da más prueba de nuestras semejanzas que de las pequeñas cuestiones que nos diferencian. De nuevo, concibe la guerra como inevitable, y no estoy en posición de decirle que está equivocada. Aún así, aún soy de esos que tratan de evitarla. Y, de no poder hacerlo, al menos intentaré impedir que nuestro amigo Drago se convierta en el “casus belli”. En el Gavrilo Princip o el bombardeo de Pearl Harbor, que los demás enarbolen como estallido de este conflicto. Habla de bandos ¿Qué bandos? ¿Humanos y mutantes? ¿Perseguidores y perseguidos? ¿Opresores y oprimidos? Para mí los bandos son otros. Quienes están dispuestos a creer en la verdad y quienes prefieren dejarse seducir por la mentira. Yo decido estar en el primero. Y no, no creo que el Sistema vaya a estar a la altura. Porque lo bueno y lo malo que tiene, es que está compuesto por personas. Que pueden ser chantajeadas, sobornadas, engañadas o seducidas por la mentira. Pero también capaces de reconocer la verdad y de hacer lo correcto. Mañana se celebrará la vista preliminar en caso contra Drago. El Ministerio Fiscal decidirá en ese momento si sostiene o no la acusación. Lo más probable que es que la mantengan. De ser así, nuestro amigo deberá comparecer ante el Gran Jurado. Doce personas deberán decidir sobre su destino. Puede que estén compradas, amenazadas, o las dos cosas. El hecho, es que no tengo que convencer a esos doce. Me basta con uno … un hombre o una mujer de entre esos doce, que decida hacer lo correcto. Que vea la verdad. Que esté en mi bando. Que también quiera evitar la guerra.
Matt le tendió el móvil a Sasha.
- No me corresponde a mí hacer esta llamada Sasha. No delegue en mí esa responsabilidad. Decida usted hacer o no lo correcto. Y, antes de ello, decida qué es lo correcto. Yo no lo sé. Sólo sé que, devolviéndole esto, doy una prueba más de ser un pésimo abogado. Pero permítame una pequeña reflexión. Las guerras no empiezan por nada. Y muchos de los que están dispuestos a luchar en ellas creen que de sus cenizas surgirá un mundo mejor. Pero quienes han estado en ellas, como nuestro amigo Dragoslav Katich, saben la cruda verdad. La guerra solo deja vidas destrozadas, cuentas pendientes… monstruos… y hombres rotos.
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Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 19th Enero 2023, 18:22
OOC:
OOC: Perdón por la tardanza.. sabes que estoy con la reforma de la casa y tengo el PC y el escritorio enterrado en cajas y más cajas… De hecho lo he posteado desde la tablet 8D
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El abogado parecía reflexionar sobre sus palabras. No sabía si era simple disimulo o un interés genuino, pero había visto algo de consideración en sus gestos. Para su suerte, parecía estar ante un hombre fuerte y bastante determinado. No soportaría que Drago tuviese a su lado a un sacacuartos cobarde. Siempre que había confiado en el criterio de su amigo, había acertado. Y el señor Murdock no era la excepción. Sin darse cuenta sonrió con él cuando declaró no ser un buen abogado. A pesar de su determinación, la mutante no pudo evitar sentir alivio cuando la mano que portaba su teléfono se relajó.
Su mensaje era interesante, meditado. Y no sólo con palabras bien encajadas como lo haría un abogado. Había pinceladas de opinión propia en lo que el pelirrojo decía. Estaba más implicado de lo que Sasha pensó que estaría. La morena poco a poco sonreía y sus ojos se tornaban pícaros según hablaba el americano. Como quien comparte un secreto. - Tal vez sí seas un buen abogado. Tal vez seas el tipo de abogado casi extinto que aún recuerda la justicia.- Suspiró sonriendo buscando las palabras adecuadas - No creo que podamos evitar la guerra. No en el punto en el que estamos. Pero al margen de eso estoy dispuesta a dar cuanto haga falta para intentarlo. -
Resultaba dolorosamente irónico que Matt le hablase de la verdad. De la gente que se abraza a la dulce mentira. Toda su vida desde la colisión se había convertido en un panel de la ruleta de la suerte en la que cada casilla que se desvelaba y se hacía realidad resultaba abrasadora. Loki, su origen mestizo, su hermana, la realidad sobre Planaria, las mentiras, el profesor… Todo el dolor en la vida de Sasha giraba en torno a encontrarse con la verdad. - Sabes, Matt… y, por favor, empieza a tutearme… - Su voz sonreía - Llevo toda la vida haciendo lo correcto y casi siempre ha coincidido que lo correcto no es lo mejor para mí ni para los míos. Me pides que haga lo correcto… - Recuperó con suavidad el teléfono móvil, sin pretender alterarle con el contacto inesperado.- ¿Lo correcto para quien? - lo dejó caer en el bolsillo del abrigo, que llevaba completamente abierto a pesar del frío.
Buscó los ojos de Matt tras esas gafas a pesar de saber que no le devolverían la mirada. - Si pagar por lo que hice dejase a mi amigo libre no tengas media duda de ya estaría en comisaría. Pero no es así. Pretendemos aplicar una justicia absoluta sobre un mundo que ya es injusto. Y contra eso no puedo luchar - Se aclaró la garganta a punto de ser sincera, del todo. - Algo me dice que tú perteneces a los que quieren saber la verdad, así que te voy a ser brutalmente sincera. Meterme en la cárcel no impedirá la guerra, ni la pospondrá. Meter a Drago teniendo en cuenta que ya está en el punto de mira, seguramente la haga más inevitable. Entiendo que tu obligación como abogado es hacer “lo correcto” - enfatizó con su voz - Consígueme un asiento como público en el juicio de Drago y si para entonces has encontrado una manera de sacarle a él de la silla, aunque sea entregándome a mí, confesaré allí mismo, delante de la prensa, el juez, la acusación… Podrías montarte un numerito acojonante, por mí como si me llevas de testigo y me delatas con un discurso digno de película… si mi amigo se libra. Haz tu trabajo, si el sistema te lo permite -
Tragó saliva tras una breve pausa.- Si por el contrario no hay modo de dejarle en libertad, eso se convertirá en mi problema. Tengo un plan. Le sacaré de la cárcel por mis propios medios. Si el mundo no te deja hacer tu trabajo, yo haré el mío - Sacó las llaves del coche del otro bolsillo del abrigo - Si a mi amigo le falláis tú, el sistema, las pruebas o las declaraciones… su última carta soy yo. Y no estoy dispuesta a entregarme y dejar a mi amigo sin plan B - Para ella, defender a su amigo a toda costa era lo correcto. Terminó con una frase que por primera vez desde que el abogado la escuchaba, sonó suave, casi triste - A veces Matt, lo correcto, lo justo y lo legal son cosas completamente diferentes - Activó el botón del mando que abría el coche, haciendo que la escena se iluminase rojiza por un instante, - ¿Te acerco a algún lado…?-
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Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019] 19th Enero 2023, 23:34
Matt sonrió tímidamente cuando Sasha se sinceró del todo. Cuando visualizó en su mente el "numerito" al que la mujer hacía referencia. Propio de una película de Perry Mason. El testigo sorpresa que emerge de la bancada para confesar su crimen dejando libre al injustamente acusado. El juez golpea la mesa con su mazo. Los vítores estallan el la sala. El inocente, entre lágrimas abraza al abogado.
Ojalá fuera tan sencillo
Pero decidió no intervenir. Escuchó el discurso hasta el final. Estaban llegando, por fin, al fondo de la cuestión. Y no únicamente en lo referente a Drago. "Lo legal. Lo Justo. Lo correcto". Toda la vida de Matt había pivotado entorno a esos tres pilares. Un cínico podría argumentar que a cada situación particular, según conveniencia, podría aplicársele cualquiera de esos tres conceptos. No, no podía ser así... Debía haber algo. Al menos algún precepto fijo e inmutable. Una verdad, un ideal al que agarrarse. Si no, nada tenía sentido...
Y, con todo, ahí estaba él. Hombre, abogado, justiciero... Aplicando la moral, la ley y la justicia, su justicia, según la circunstancia y la hora del día. Debatiendo sobre "hacer lo correcto" la mañana siguiente de haber visitado (e incluso intimidado un tanto) a una testigo vestido de demonio. Conversando sobre la ley y la justicia con Sasha Triger, que había arrebatado la vida del hombre al que sólo la providencial intervención de Wilson Fisk le había impedido ejecutar él mismo.
Había pensado mucho en Sasha Triger, desde que conoció de boca de drago que era la responsable de la muerte de Cédric. Y pensaba bien. La "responsable de la muerte de Cédric". Le costaba mucho verla como una asesina, siquiera una homicida, aunque hubiese arrebatado la vida a un ser humano. También le costaba mucho pensar en Cédric como un ser humano.
Pensó mucho en Sasha Triger. En Cédric. En Drago. En Bullseye. En Elektra. En Frank Castle... ¿Había hecho ella lo que a Matt le faltó tiempo o agallas de hacer? La misma noche anterior, la idea de abandonar un edificio en llamas para ejecutar a Bullseye le había atravesado el cerebro como una flecha ¿Podía juzgarla?
Sasha activó las puertas de la furgoneta con la llave y Matt alzó la mano para impedirlo. No era un gesto agresivo, simplemente, le estaba pidiendo que aguardase.
- Sasha... si no le... perdón. Si no te importa, preferiría que aguardases un poco antes de irte.
Matt se quitó las gafas, para acariciarse el tabique, poníendoselas al instante. Carraspeó un tanto. La garganta aún le picaba y los bronquios le crujían como cereales al mascar. Hacía no muchas horas, estaba en medio de un edificio en llamas, al fin y al cabo. Pero aprovechó una tos repentina para colocar el puño junto a su boca.
- He recomendado a Drago que se declare "no culpable" en la vista de mañana y que no diga ni una sola palabrea. Pero los dos sabemos que, a veces, el instinto de sacrificio de nuestro amigo se impone al de autoprotección. Si sigue mi consejo, no habrá ningún problema. Pero si asumiese tu culpa, me vería obligado a intervenir. Vamos a dar por hecho que sigue mi consejo... Si vamos a juicio, mi estrategia seguirá siendo exactamente la misma que te he expuesto hace unos segundos. Pienso exponer al Tribunal qué clase de... ser... era Cédric Valjean. Y no tengo que probar que Drago es inocente. Es el Estado quien debe probar que es culpable. Sólo necesito la duda, una duda razonable. Y ambos sabemos que podré suscitar cientos de ellas porque, al fin y al cabo, Drago no mató a Cédric Valjean. Pero esta no va a ser una lucha justa. Así que necesito toda tu ayuda. Mi padre era boxeador, y aplico a los Tribunales el mismo principio que él a sus combates. "Si queremos ganar, tenemos que saber de dónde nos van a venir los golpes". Sí, el chiste se hace solo- Matt sonrió y, acto seguido, le enseñó su propio teléfono móvil a Sasha, apagándolo. Giró la cabeza, como un perro, examinando el lugar con sus super-sentidos. Buscando cualquier cosa extraña. Cualquier señal, cualquier ruido fuera de lugar... asegurándose de que nadie los escuchaba. Después, bajó notablemente la voz- Necesito que me lo cuentes TODO, Sasha. No aquí, por supuesto, y no ahora. De momento, sólo soy un abogado conversando con la última visita de su cliente. Pero si nos alargamos mucho, no te quepa duda de que nuestros enemigos lo sabrán. Y cuando digo todo es... TODO. Cada detalle, por insignificante que parezca. Y será doloroso hacer memoria. Revivir el momento. Pero Drago se merece ese dolor. Quiero conocer las circunstancias de la muerte de Cédric Valjean como si hubiera estado presente. Como si... lo hubiese matado yo mismo. Creo en la verdad. Así que necesito la verdad. Pura, simple y con todo lujo de detalles. Sólo así sabré cuando un informe está falseado, cuándo un testigo comprado, cuándo una declaración trucada... Tener la verdad en mi mano es la única ventaja que tengo para exponer a los mentirosos y entonces... puede y solo puede... que hagamos justicia
Matt tragó saliva, pero no tenía intención de callar.
- Si me necesitas, en cualquier momento... no acudas al despacho. O a Franklin Nelson, mi compañero. No llames a la oficina ni a nuestros teléfonos personales. Tampoco guardes esto en tu teléfono. Coge algo para apuntar si tienes o si no, memorízalo. Ben Urich, reportero. Peter Parker, fotógrafo. Ambos trabajan en el Daily Bugle. Si quieres ponerte en contacto conmigo, lo harás a través de ellos. No acudas dos veces seguidas a las oficinas. Ben toma café en un establecimiento de la Quinta con Bleecker. Busca el más sucio. Si Peter no está en el Bugle, puedes buscarlo en la Universidad Empire State. Pero, si puedes, mejor acude a Ben. Y... Sasha...
La sonrisa de Matt, ahora, era completa.
- Como abogado, y como ciudadano... si tuviera conocimiento de que alguien planea cometer un delito. Por ejemplo, la fuga de un preso... estaría obligado a dar conocimiento a las autoridades. Pero, siendo ciego, soy muy sensible al ruido. Y por culpa de ese camión que ha arrancado hace un rato, me he perdido parte de lo que me has dicho. Por favor... ¿Me harías el favor de no repetírmelo?
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Tema: Re: A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019]
A moment of friendship (Dragoslav Katich, Matt Murdock) [10/05/2019]