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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Mensajes : 1464 Fecha de inscripción : 09/07/2014 Localización : Academia de Jóvenes Mutantes Empleo /Ocio : Profesor de música Humor : Sombrío
Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: A Moment of Truth (Matt Murdock) [09/05/2019] 29th Septiembre 2021, 00:47
La llamada llegó al despacho de Nelson and Murdock a primera hora, nada más abrir el bufete. La noche anterior habían arrestado al líder de los X-Men tras un intento de asalto a la mansión X que había terminado con varios profesores heridos, el propio Xavier en coma y prácticamente todo el edificio derruido, pero los principales cargos de los que se le acusaba eran de homicidio en primer grado. Al parecer, el mutante se había entregado voluntariamente al intervenir el ejército en la zona afectada por el incendio, y lo primero que había hecho había sido pedir que llamaran a Matthew Murdock como su abogado, afirmando que no diría absolutamente nada más hasta haber hablado con él.
Le habían esposado a la pata de la camilla del hospital donde había sido ingresado y le habían puesto una especie de aparato tecnológico en el cuello que, según le dijeron, servía como disruptor de sus poderes mutantes y ocultaba una abrasión reciente que alguien le había hecho en la garganta con alguna clase de cuerda fina, como si hubieran tratado de estrangularle. Matt podría oler la sangre fresca, de la misma manera que podría percibir los orificios de bala que tenía en la pierna derecha, uno en el gemelo y el otro entre los metatarsos del meñique y el anular, incluso a pesar del penetrante olor de los antisépticos.
El abogado no podía ver, pero casi pudo notar la manera en la que le miraba el mutante cuando entró en la habitación custodiada. Aquella era la primera vez que se veían desde la pelea en las azoteas.
Inicialmente Drago no dijo nada; tras unos instantes desvió la mirada al techo y aguardó a que su el otro se sentara.
- Así que... -suspiró-. Tenemos mucho de que hablar.
De nuevo se produjo un silencio incómodo. Llevaban siendo amigos más de un año. Uno podría pensar que, en ese tiempo, se podía llegar a conocer suficientemente a una persona, pero al final descubrías que nunca llegas a conocer del todo a nadie. ¿Podía culparle? Él mismo había sido siempre muy reservado, y apenas contaba nada a nadie de su vida privada. Muy pocas personas sabían siquiera que había llegado a tener novia durante un par de meses, y prácticamente nadie sabía lo de Elissa. ¿Cómo podía culparle? En cierto modo lo entendía. Había muchas cosas de sí mismo que no le había revelado nunca a nadie. Lo que le ocurrió en Colombia... Las torturas... Lo que se había dedicado a hacer los años que siguieron... La totalidad de su historia sólo la conocía Xavier, y porque había ahondado en su mente.
No... No podía culpar a Matt de nada, y menos en aquellas circunstancias. No después de haber intentado matarle. Ni siquiera iba a molestarse en preguntarle si de verdad era ciego. Cuando había obligado a la luz a abrirse camino a través de sus pupilas muertas había podido comprobar en persona que sus ojos no podían absorberla de manera natural. Dedujo que debía de utilizar alguna clase de súperpoder que le permitía percibir de otras formas, al igual que en su caso.
- No fui yo -dijo, negando pesaroso con la cabeza, la mirada aún absorta en la pintura blanca del techo-. Espero que lo sepas... Un hombre... llamado Cédric, me... -se interrumpió, sin saber aún cómo procesar todo lo que había sucedido en el último mes-. No sé muy bien lo que hizo, no... No era control mental. Era yo. Era... libre de mis actos, pero, al mismo tiempo... no era yo. No sé cómo explicarlo. Ordenara lo que ordenara, yo obedecía. Me instó a... refocilarme en mis impulsos más básicos, a entregarme por completo a la oscuridad de la que te hablé... la oscuridad que está dentro de mí. Me hizo convertirme en su bestia... -negó una vez más con la cabeza antes de manifestar, en tono sincero:-. Lo siento mucho, Matt. No sabía que eras tú. De haberlo sabido...
Guardó silencio. Se trataba de un hospital público pero era receloso y desconfiado por naturaleza y no tenían manera de asegurar que aquella conversación no estuviese siendo registrada de alguna forma. Aún así, sabía que no necesitaba decir más para que su interlocutor le entendiera.
- Me hizo atacar la mansión... -continuó, con la mirada perdida en el techo-. Estuve a punto de matar a Xavier... Pero ya está muerto, yo... le maté.
Y ahí estaba. El ligero cambio en el ritmo de los latidos que denotaba el engaño. Hasta ahora había dicho la verdad en todo... pero aquello último no lo era.
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Tema: Re: A Moment of Truth (Matt Murdock) [09/05/2019] 30th Septiembre 2021, 03:28
El dolor en el costado era distinto al de la noche anterior. No más leve, sólo distinto. Había pasado de ser una aguda quemazón a un dolor constante y visceral. Matt se tocó la zona afectada, notando con toda claridad el calor dimanante de ella, presionando con delicadeza mientras sus sentidos se recuperaban tras un sueño inquieto. Puede que se estuviese infectando. La migraña ayudaba a enmascararlo. No quedaban analgésicos cuando llegó a casa la noche anterior, así que usó el viejo truco de los Murdock y se metió media botella de whisky para anestesiarlo. No sólo su cuerpo, sino también su mente. Se tambaleó hacia el cuarto de baño, aún torpe por el despertar, por la resaca y por las heridas. Frente al espejo (venía con la casa, tampoco es que a él le resultase de alguna utilidad) se sonó con fuerza la nariz y, por el regusto y el olor, pudo distinguir que acababa de expulsar sangre. Sin embargo, al tacto no parecía demasiado hinchada. La mandíbula sólo le dolía cuando abría la boca en exceso, por lo que no debía tener muy mala pinta. Mientras se enjuagaba la boca con parte del licor que había dejado abandonado a la noche, antes de caer seminconsciente en la cama, pensó cinco excusas distintas para justificar su aspecto. Preseleccionó dos de las favoritas: Caída por las escaleras y agresión de un borracho. La segunda no era mentira del todo, si interpretásemos a Matt como el borracho y la causa de los golpes como resultado de su tendencia al autocastigo. Habían pasado varios días desde Cedric… desde el Helicarrier. Su vida no había estado demasiado ordenada últimamente. Estaba furioso, y los criminales de Nueva York estaban pagando su enfado. Se restalló los nudillos, comprobando si estaban demasiado hinchados, por si hubiera que buscar otra excusa para ellos. No era el caso. Parecía que la protección de los guantes amortiguaba mejor los golpes que su cara.
Tras refrescarse, recibiendo en su rostro dolorido el agua helada, su teléfono móvil empezó a sonar en la mesita del dormitorio. “¡¡Foggy!! ¡¡Foggy!!”, se quejaba el aparato. Matt se acercó al salón y se colocó brevemente frente a los ventanales, recibiendo el calor del sol en su cuerpo. Debía hacer poco que su socio había abierto el despacho ¿Para qué podía quererle a esas horas? Un fuerte dolor punzante en la zona del costado hizo doblarse al abogado. Fuese lo que fuese podía esperar. Se sentó con dificultad en el sofá, acariciándose la frente con lentitud, volviendo a ubicarse en la realidad, examinando con rapidez los eventos de la noche anterior. Aquella navaja jamás tendría que haberle rozado, los puños de esos imbéciles nunca se tendrían que haber acercado a él. Estaba siendo estúpido. Estúpido y descuidado. El teléfono móvil volvió a sonar: “¡¡Foggy!! ¡¡Foggy!!”
Matt soltó un bufido y se levantó de nuevo. Se introdujo en el dormitorio y trató de respirar hondo un par de veces antes de descolgar el móvil.
- Dime, Foggy…
- ¿Estás bien?
La voz de su amigo y socio estaba teñida de obvia preocupación. Ese era el tipo de angustia que trataba de evitar a sus seres queridos ocultando su identidad de Daredevil. No era falta de confianza, pero cuantas menos personas supiesen de su “otra” vida, menos sufrirían soportando una carga que sólo debía llevar él.
- Sí, tranquilo. Se me han pegado las sábanas ¿Qué pasa?
- Tío, vístete echando hostias… Han detenido a Drago.
…
Los neumáticos del taxi emitieron un molesto chirrido que hizo que Matt sintiese que le reventaban los tímpanos. La resaca y los sentidos aumentados no eran buenos compañeros de cama. Parte de aquello también era culpa suya. Tras ponerse apresuradamente el primer traje que encontró se había lanzado a la calle, buscando con su oído agudizado el taxi más próximo. Apartó con descuido a un transeúnte que trataba de interceptar el vehículo y se lanzó contra el mismo de tal forma que casi le atropella. El conductor pareció bastante comprensivo, aún con las quejas del potencial cliente que, aparte del susto, no parecía tener muy buen carácter: “Déjelo, amigo ¿No ve que es ciego?” Dijo aquel hombre amable mientras dejaba a Matt olfatear su aliento de cenicero. El interior del coche olería igual, pero no era momento de ponerse exquisito. Tras indicarle que debían ir al General, prometió a su nuevo chófer el triple de lo que marcase el taxímetro si llegaban en menos de quince minutos. Mientras el hombre maniobraba con la diestra temeridad de la que sólo era capaz un taxista de Nueva York, Matt navegó por su teléfono móvil, escuchando con sus cascos los titulares de los principales periódicos gracias a su aplicación de lectura. El Bugle, el Globe, el Times, el Planet… Con más o menos contenido amarillista todos coincidían en lo mismo: La noche anterior se había producido un asalto en la Mansión X, en Westchester. Se había producido la muerte de un hombre y el presunto culpable no era otro que Dragoslav Katich. Matt también escuchó otro dato alarmante, pero esta vez proveniente de la memoria de su teléfono. Quince llamadas perdidas. Quince. Mientras su amigo estaba siendo detenido y él jugaba a hacerse el héroe ¿Por qué nunca estaba allí cuando la gente que quería le necesitaba? En eso pensaba Matt Murdock cuando el frenazo del conductor le devolvió a la realidad.
- Al final han sido veinte minutos. Dieciséis con cincuenta. El tráfico a estas horas es una mierda.
- Déjelo- dijo extendiéndole un billete de cincuenta. Para uno honrado que le tocaba…- Muchas gracias, y quédese con el cambio.
- De nada, amigo… y mucha suerte. Alguien que quiere llegar a un hospital con tanta urgencia no viene a nada agradable.
- En eso tiene usted más razón que un santo- respondió Matt mientras cerraba la puerta del vehículo.
Una vez dentro del hospital, a Matt no le costó identificar la planta dónde tenían a Drago. Murmullos, pisadas apresuradas, sonido de estática y walkie talkies… armas cargadas. Llegar fue un poco más difícil. Perdió la cuenta de cuántas veces tuvo que mostrar su carnet profesional y dio gracias de no habérselo dejado en casa con las prisas. El protocolo de siempre cuando se detenía a un metahumano, más si era mutante: “Sí, soy el abogado del Sr Katich. Sí, estoy informado de sus capacidades. No, no llevo nada que pueda interferir con el collar inhibidor. Gracias pero prefiero entrar sólo. Pueden cachearme si quieren, pero no lo veo necesario. Sí, les llamaré si les necesito…”
Una vez sorteada la última barrera de guardias de contención metahumana, el obstáculo final era el policía de la puerta. Ya desde el pasillo pudo identificar las tosecillas nerviosas del agente Draven. Era de la quinta, un poco alterado, pero un buen policía. Honesto, a Drago no le habrían maltratado demasiado.
- ¿Cómo está?- preguntó el abogado con naturalidad.
- Bien jodido, Murdock. No sé yo si a este lo vas a librar- dijo con sorna mientras bebía un café que, a juzgar por su aliento, debía ser el quinto de la mañana.
- Eso ya lo veremos- dijo Matt con una sonrisa. Lo bueno de ser invidente es que podías hacer todos los chistes de ciegos que te diera la gana.
- Ten cuidado- dijo abriéndole la puerta- Este tiene poderes.
- No es el único- susurró, siendo esta vez el único de los dos que pillaba el chiste.
Matt se introdujo en la habitación en un tenso silencio. Podía notar el pulso acelerado de su amigo en cuanto le había sentido entrar. Supuso que no sería un trago demasiado agradable dado lo ocurrido la última vez que se habían cruzado. Aprovechando la falta de ruido, Matt comprobó el estado físico de Drago. Pese al sobresalto inicial, sus constantes parecían estables. Un leve tintineo metálico daba muestra de que estaba esposado a la cama, protocolo habitual en estos casos. El olor a sangre en la pierna y la mano daban indicios suficientes de que había sufrido heridas de bala. El abogado tragó saliva, pero consiguió serenarse. Era esperable. Si estaba en el hospital y no en comisaría sería por algo. Con todo, Matt rastreó con su oído la habitación, en busca de aparatos de grabación y escucha. No parecía haber más elementos tecnológicos que los indispensables para el tratamiento de Drago y una televisión apagada. Buena señal, no sólo por dar muestra de que se estaba cumpliendo con la legalidad, sino porque era posible que su conversación fuese por derroteros que no era conveniente que escuchasen oídos ajenos.
- Así que... -suspiró-. Tenemos mucho de que hablar.
Drago había roto el tenso silencio… y cargado de razón. Sí, tenían mucho de qué hablar. Pero Matt no sabía si ese era el momento adecuado para hacerlo. Quería disculparse con él por haberle ocultado su identidad de Daredevil. No es que se sintiese culpable por ello, siempre había sido partidario de mantener su vida de justiciero al margen del mayor número de personas posible. Pero, al fin y al cabo, Drago también se dedicaba a actividades “heroicas” ¿Hasta qué punto estaba protegiendo a Drago y no a sí mismo? La confianza era cosa de dos y la amistad, como toda relación que mereciese la pena mantener, debía basarse en la confianza. Por eso Matt volvió a sentirse culpable mientras, escuchando el relato de Drago, también se centraba en su pulso para detectar si le estaba mintiendo. No debería hacerlo, los amigos confían sin necesidad de pruebas. Pero no estaba allí como su amigo o, al menos, no sólo como tal.
Matt tenía mucho que replicar a lo que Drago estaba diciendo, pero prefirió escuchar. Sí, sabía quién era Cedric y qué podía hacerle a la gente. Lo que Drago no sabía es que no era el único ser querido a quien aquel enfermo había arruinado la vida y tampoco parecía saber lo “íntima” que se había vuelto su relación con el señor Valjean. Los recuerdos del sonido de sus huesos quebrándose, del olor de su sangre, del calor en sus nudillos… Drago no sabía lo cerca que Matt había estado de ser él quien ahora se encontrase esposado a esa cama. Por supuesto, también sabía que las disculpas del Hombre-X eran innecesarias. No le hacía falta saber que, si hubiese sabido de su doble vida, jamás le habría atacado. Tampoco era necesario escuchar su latido para ello.
Matt le dejó seguir… respetó su pausa… lo escuchó todo y, llegado el final… torció el gesto. Drago… el noble y atribulado Drago ¿Cuánto más estaba dispuesto a cargar sobre sus hombros?
El abogado ciego echó mano de una mesilla cercana y la levantó con cuidado (aunque no sin dificultad, debido a sus heridas) para colocarla junto a su amigo. Tenía intención de hablar en voz baja y, aunque no hubiese dispositivos de escucha, no estaba de más ser precavido. Los oídos curiosos no tenían que ser necesariamente electrónicos.
- Drago, me has designado como tu abogado y voy a representarte hasta tu primera declaración ante el juez. Si después de ello quieres que siga dirigiendo tu defensa habrá que firmar algunos papeles, pero estaré más que encantado de hacerlo. Te digo esto porque, como bien has señalado, tenemos muchas cosas que hablar y tienes derecho a más de una explicación. No creo que dispongamos de mucho tiempo ahora, pero el policía de ahí fuera es amigo mío, así que intentaré forzar las cosas para poder resolver tus dudas en la medida de lo posible- Matt se inclinó en la silla y cruzó las manos- Pero lo más urgente es lo siguiente; No quiero volver a escucharte decir tonterías como que “eras tú mismo” cuando estabas bajo el control de ese psicópata. No, Drago, no lo eras. Conozco mejor los métodos de Cedric Valjean de lo que me gustaría. No eres la primera persona a la que hace daño…- pensó en Elektra y, por raro que parecieran esas palabras saliendo de su boca, las dijo igualmente- buenas personas. Las buscaremos y las haremos desfilar ante el juez, eso te lo prometo. No eras dueño de tus actos y esa será nuestra línea de defensa en todo lo relativo a los hechos que cometiste bajo su influjo. Ahora bien, en cuanto al cargo de homicidio…- Matt hizo una pausa, aprovechando para quitarse las gafas un segundo, mirando a dónde intuía estaban los ojos de Drago- Debes saber que todo lo que me digas quedará protegido por el secreto profesional. Cualquier cosa que hayas declarado hasta el momento no vale una mierda. Te has entregado sin oponer resistencia, y eso siempre es una ventaja, pero cualquier cosa que hayas reconocido no importa- Matt se señaló la cara- Estoy más ciego que un topo, Drago. Y hago lo que tú sabes que puedo hacer porque tengo otras habilidades para compensarlo. Una de esas habilidades me permite saber cuándo me están mintiendo. Y tú me has mentido.
Matt volvió a colocarse las gafas y respiró durante unos segundos.
- Tú no mataste a Cedric Valjean, Drago. No sé a quién coño estás protegiendo pero quiero que sepas una cosa: No me importa. No es mi amigo y, por encima de todo, no es mi cliente. Mi cliente eres tú. Así que a partir de ahora no vas a contarme otra cosa que la verdad, no porque seamos amigos, sino para que pueda hacer mi trabajo. Y, si no, tendrás que buscarte otro abogado.
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Tema: Re: A Moment of Truth (Matt Murdock) [09/05/2019] 10th Octubre 2021, 00:13
Agotado, se llevó la mano libre al puente de la nariz. No podía más... En dos meses su vida entera se había ido al traste. Había recuperado recuerdos de la guerra que habría preferido olvidar, había sido abandonado por su novia en su momento de mayor necesidad, había descubierto que la mujer a la que verdaderamente amaba había borrado su recuerdo de su mente sin consultarlo con él, y mientras el mundo se debatía bajo una invasión demoníaca de proporciones abismales, él había estado... Había estado... Dios... Con todo lo que le había pasado... y todo lo que Cédric le había hecho... no podía dejar de pensar que no había estado ahí para ayudar. Y la escuela... Xavier...
Dio un suspiro entrecortado, fijando la mirada en el techo. Era demasiado. Demasiado... El dolor de su alma era tan lacerante que apenas notaba el de la pierna y el pie. De no haber tenido una educación tan tradicional, posiblemente se habría echado a llorar allí mismo. Pero se le había enseñado que los hombres no debían mostrar vulnerabilidad en público, y menos ante otros hombres. Lo único que podía hacer era tragarse lo que le devoraba por dentro.
- Matt, no tienes... no tienes nada que explicar -musitó-. Y menos en éstas circunstancias -añadió, dando un pequeño tirón a la cadena de la mano esposada-. No... Lo entiendo, de verdad. Sabes lo mucho que me cuesta compartir cosas personales, sería muy hipócrita por mi parte exigirte eso a ti. Entiendo perfectamente la necesidad de guardar secretos, especialmente haciendo... lo que hacemos -negó con la cabeza, más para sí que para el invidente-. Me gustaría que siguieras siendo mi abogado, si no te supone problema, sí. Me sentiré más cómodo contigo que con un desconocido. Te conozco, y me fío de tu criterio.
Una vez más notó que le faltaba el aire cuando le escuchó mencionar las palabras "buenas personas".
- Oh, Dios... -cerró los ojos con fuerza durante un momento-. Me juró... me juró que sólo pagarían criminales... -se tomó unos instantes para recuperar las fuerzas suficientes para continuar-. Elissa... trató de decírmelo. Me dijo que había torturado a Elektra por diversión. Elektra... es una amiga de Lobezno. Me contó que una vez les salvó a él y a varios alumnos de la escuela de un ataque de La Mano. Sé lo que se dice que ha hecho... Pero confío en Logan tanto como confío en ti, Matt... Si Logan responde por ella no creo que mereciera... lo que quiera que le hizo... -apretó los labios, recordando lo que le había contado Psique al entrar en su mente-. Elissa dijo que en aquél momento estaba tratando de redimirse...
Negó con pesar con la cabeza.
- No, Matt... Cédric me cambió, me convirtió... en otra cosa. Ahora ya no sé quién soy. Qué soy -suspiró-. No estaba bajo su control. De haber sido así no habría tenido voluntad propia, pero yo sí la tenía... -dejó escapar el aire bruscamente-. Cómo explicarlo... -se volvió a mirar a Matt a sus ojos ciegos-. ¿Alguna vez has tenido un mal día? Y no me refiero a un día en el que las cosas te hayan ido mal. Me refiero a un día en el que te comportaras de manera cruel y lo pagaras con tus seres queridos, y, al despertar a la mañana siguiente pensaras: Dios... ¿cómo pude hacer y decir esas cosas? Y, sin embargo, seguías siendo tú, ¿sabes? Cédric no me controlaba. Me hizo algo, me convirtió en la peor versión de mí mismo. Me atrapó en mi peor momento.
Guardó silencio varios minutos, contemplando la pared más allá del abogado.
- En mi pasado hice cosas... de las que no estoy orgulloso. Mis poderes despertaron en un momento muy... malo. Creí que había muerto y que yo era un ángel encarnado en un cadáver, un ángel que tenía libertad para obrar el castigo y la justicia divinos. Hice muchas cosas de las que me arrepiento, hasta que Xavier me encontró. Confío en mí, me explicó lo que eran los mutantes, lo que me había ocurrido a mí. Me ofreció un hogar y un trabajo. Me ofreció una segunda oportunidad. Cédric me hizo volver a aquella época, pero peor... Me quitó la conciencia, la empatía... Me volvió sádico, y cruel, me... -negó con la cabeza de nuevo, abrumado por el peso de lo que había hecho-. Sé que era un telépata, pero podría haber luchado más duro contra él, Matt. Debería haberlo hecho. Si lo hubiera hecho... Xavier no debería haber confiado de aquella manera en mí. Les he fallado a todos...
Tenía la respiración entrecortada, y los ojos le escocían. Inspiró profundamente para tranquilizarse.
- Tienes que entender, Matt... Que no había nada que no hubiera hecho por Cédric. Nada. Me hizo creer que le amaba. Las atrocidades que me hizo hacer...
Se estremeció al recordar lo que había sucedido tras la tortura de Marek. La sensación de la sangre pegajosa y aún caliente bajo la piel desnuda de su espalda mientras...
- Matt, necesito... Necesito que me traigas mi tasbih. Debería estar entre mis ropas cuando me arrestaron. Siempre lo llevo encima. Puedo contarte todo, pero no voy a poder hacerlo si no tengo mi tasbih. Por favor... Que me encadenen la otra muñeca si necesitan estar seguros de que no lo usaré para atacar a nadie. Sólo necesito sostenerlo entre los dedos.
Tomó aire una vez más antes de responder a su última pregunta, asintiendo para sí ante sus palabras.
- No vi lo que sucedió en realidad, yo estaba inconsciente, pero cuando volví en mí, su cuerpo estaba completamente calcinado. De las personas que estábamos allí, sólo una poseía el poder para hacer aquello, pero Matt... Tienes que entender... Que su poder no es como el mío. Su poder funciona de manera gradual. No hay manera de que pudiera haberle hecho eso en un arrebato de locura temporal. Lo fue... cocinando... lentamente... y nadie... nadie... hizo nada por impedirlo... Lo más probable es que Cédric hubiera perdido el conocimiento mucho antes de llegar a ese nivel. No tendría por qué haberlo matado, ¿entiendes? Y justo al lado había una persona con un arma de fuego que podría habérselo impedido, o haber detenido a Cédric con un tiro no letal sin necesidad de llegar a eso. En cambio, yo sí podría haberlo hecho con un disparo láser, Matt. Estoy seguro de que cuando el jurado sepa lo que me hizo... lo que me obligó a hacer... Estoy seguro de que entenderán... un momento de locura transitoria. Pero la persona que de verdad lo hizo... Si se descubre, Matt... La acusarán de homicidio en primer grado, y posiblemente las demás personas que estaban allí tendrán que ir a juicio también por no haber hecho nada para impedirlo. No puedo... no puedo consentirlo, ¿entiendes? Todo esto es culpa mía. Yo ataqué la mansión. Yo ataqué a las personas que estaban allí, traté de matarlas... Cédric estaba allí por mí. Es... es culpa mía, Matt. Es mejor para todos que yo asuma la culpa. Si sabiendo eso decides no representarme lo entenderé. Sé que es ponértelo mucho más difícil, amigo... Lo siento. No puedo abandonarla. Lo entiendes, ¿verdad?
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Tema: Re: A Moment of Truth (Matt Murdock) [09/05/2019] 13th Noviembre 2021, 21:20
Matt escuchó en silencio el discurso de Drago, haciendo auténticos esfuerzos porque su propia angustia e impotencia no se notaran. Las menciones a Elektra fueron especialmente difíciles de digerir. Sabía demasiado bien lo que aquel monstruo le había hecho, había descubierto por las malas que, de nuevo, llegaba demasiado tarde para evitar el sufrimiento de las personas que le importaban. Pero, por mucho que el mutante fuese su amigo, no necesitaba palabras de aliento, palmadas en la espalda o consuelo, eso vendría luego. Lo que Drago necesitaba era a su abogado y, como tal, Matt debía tratar el asunto con la fría profesionalidad con la que enfocaba el resto de sus casos. La compasión y la empatía eran el motor que le infundía fuerzas para luchar por esas “causas perdidas” por las que el bufete de Nelson&Murdock era famoso. Era la cuestión de fondo que jamás debía olvidar. Pero a la hora de la verdad, las mentiras piadosas no ganaban juicios.
- Aguarda un momento, por favor.
Matt se levantó con parsimonia y se acercó a la puerta para llamar con un gesto al policía que custodiaba a su amigo. Tras un breve instante de susurros y gestos, Matt asintió con resignación y volvió a cerrar para, con la misma actitud, tomar asiento de nuevo.
- No van a darte tu tasbih, Drago, o al menos no de momento- Matt se quitó las gafas durante unos segundos y se acarició la nariz- En cuanto terminemos la entrevista me acercaré a la comisaría y pondré una reclamación. Si se ponen muy pesados trataré de interponer una queja al Juez de Instrucción, alegando que se te está impidiendo ejercer tu derecho a la libertad de culto- Matt volvió a colocarse las gafas y miró fijamente a la dirección donde sabía estaba el rostro de Drago- Pero quiero que este pequeño incidente te sirva como una prueba de la situación en que te encuentras. He estado escuchando atentamente y te agradezco que hayas sido sincero conmigo, así que como tu abogado te debo la misma consideración. Nadie, Drago, quiero que tengas esto muy en mente… nadie nos va a regalar una mierda en este proceso. Evita esperar que la gente vaya actuar de una forma razonable y evitarás llevarte decepciones.
Matt acercó un poco más la silla, buscando una mayor intimidad pero también asegurándose de que su discurso calara bien hondo en su cliente. Alejado del tono didáctico y cercano que usaba con los jurados, más cercano a la fría distancia que empleaba para intimidar a los testigos.
- Esta ciudad, Drago… este país, el mundo entero si me apuras, es un auténtico polvorín. Desde la colisión, desde Luthor, lo único que todos tenemos en común es el miedo. Miedo a los mutantes, a una invasión, al terrorismo, a que te atraquen o te violen por la calle, a un desastre natural, a tus propios vecinos… Miedo, Drago, constante y paralizador. Y tú vas a ser el centro de todos sus miedos. Eres un mutante extrajero y musulmán… y tienes un pasado neblinoso. Eres el chivo expiatorio perfecto, la cabeza de turco que van a usar para culpar de todos sus males, la bruja que atarán en la estaca para sentirse un poco más seguros. Desde que te detuvieron, has dejado de ser un hombre. Todo a quien preguntes te dirá que cree en la redención, que no importa el pasado y que los prejuicios son cosa de otro, pero es mentira. Lo que todo el mundo espera, en lo más hondo de su alma, es la oportunidad para gritar a los cuatro vientos que tenían razón al señalarte con el dedo. Vas a ser el coco que viene a matar a sus hijos, a hacer sus calles inseguras, vas a ser un arma política que se irán pasando tanto quienes quieran dar ejemplo contigo como quienes te quieran convertir en mártir.
Matt colocó su mano sobre la de Drago, inclinándose un tanto.
- Cando acabes ante el Tribunal y, te lo aseguro, acabarás allí… estamos solos. Ni tu Dios ni el mío nos van a acompañar, seremos tú y yo frente a doce personas acojonadas. Doce personas a las que les van a contar una mentira tan reconfortante que no van a tener más remedio que creerla. No porque sea convincente, sino porque están deseando hacerlo, quieren pensar por un momento que tienen el control de sus vidas y que con su voto van a contribuir a exorcizar el demonio que representas para así dormir un poco más tranquilos. Te lo repito: Seremos tú y yo frente a la fácil mentira y doce personas deseando creerla. La única forma que tenemos de ganar es que nos acompañe una verdad tan sólida que sea imposible de ignorar hasta para quienes desean hacerlo. Dices que Cédric te hizo creer que lo amabas… bien, yo te digo que conozco a Dragoslav Katich y sé que es incapaz de amar a un hombre así. Dices que eras incapaz de negarle nada, que hacías todo lo que te pedía. Bien, pues ahora hemos intercambiado papeles. Si quieres salir de esta vas a hacer y decir todo lo que yo te diga. Era un telépata, Drago, y me importa una mierda lo que creyeras que sentías mientras te controlaba. No eras tú mismo. Punto Final.
Matt se puso mucho más serio.
- No confíes en que un tribunal indulgente atenderá tu cuento de la locura transitoria, Drago. Te van a usar de ejemplo, eres el malvado terrorista mutante que quemó un colegio y mató a un hombre. Así que, de nuevo, dime a quién estás protegiendo o tendré que averiguarlo yo. No dudes que lo voy a hacer, yo no soy como ellos, a mí no me asusta la verdad...
Para bien o para mal, tu abogado es un hombre sin miedo.
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Tema: Re: A Moment of Truth (Matt Murdock) [09/05/2019] 24th Noviembre 2021, 00:33
Afortunadamente para Matt, Drago estaba demasiado abrumado por el peso de las implicaciones de todo cuanto le había sucedido durante el mes que había estado prisionero, implicaciones de las que sólo ahora era consciente, como para percatarse de la propia angustia que carcomía al abogado. De hecho, apenas se había dado cuenta de las lesiones de su rostro, parcialmente ocultas tras las gafas encarnadas.
El mutante no conocía técnicas de relajación porque la propia naturaleza de sus poderes le exigía estar siempre tenso y alerta para mantenerse activos, y como hasta hacía dos meses había estado ciego, desactivar sus poderes le habría arrojado de golpe al pozo en el que había sido enterrado vivo de niño y que había generado su fobia a la oscuridad. Para Drago, la única manera de mantenerse en la luz había sido permaneciendo siempre alerta, y ahora que ya no era necesario no sabía cómo apagar el interruptor. Pese a todo, trató de aprovechar como pudo el tiempo que Matt le concedió mientras iba a hablar con el guardia de la entrada para serenarse, y cuando su amigo se quitó las gafas resultó prácticamente imposible no fijarse bien en las evidentes marcas que jalonaban su rostro.
- No me puedo creer que no me diera cuenta antes... -musitó-. Todos los supuestos accidentes... las caídas... -si la situación no fuese tan espantosa quizá hasta se habría reído. En su lugar, se limitó a negar con la cabeza con incredulidad-. Dios mío... Tendrías que haber sido el ciego más torpe del mundo...
Pero le funcionaba, ¿verdad? Y no sólo con él, sino incluso con personas mucho más cercanas, porque... ¿quién podría sospechar por un sólo instante que un ciego podría ser un superhéroe? Incluso teniendo las evidencias ante sí, el cerebro se esforzaría por obviarlas porque lo contrario resultaba mucho más sencillo de creer.
Asintió con resignación cuando le dijo lo del Tasbih. Tampoco había albergado muchas esperanzas.
- Te agradezco todo lo que estás haciendo, Matt...
Después escuchó todo cuanto le tenía que decir, con el mismo respeto con el que Matt le había escuchado a él, y, mientras sentía la angustia ir aflorando en su interior, lo único que pudo hacer fue apretar los puños con impotencia y rabia contenida.
- Tu Dios y el mío... son el mismo -respondió, apretando cálidamente la mano que su amigo había colocado sobre la suya-. Tú y yo... somos lo mismo. Musulmán o católico, humano o mutante, blanco o negro... Somos todos iguales.
Apretó con fuerza los labios hasta finalmente dejar escapar un suspiro.
- Han pasado muchas cosas desde la última vez que nos vimos, Matt... Tantas cosas... -empezó, con la mirada perdida en el techo-. He recuperado la vista... Tony Stark vino a mí en febrero... Me habló de un tratamiento experimental llamado Extremis que, en principio, devolvía el ADN a su estado original, reparando cualquier daño o lesión no innata. Existía el riesgo de anular la manifestación del gen X, pero fui egoísta y decidí someterme a la operación. Mientras estaba en Industrias Stark, Tony me dijo que se estaba fraguando algo en el gobierno... Me habló de que se estaba planteando presentar un acta de registro de personas con poderes. Mutantes, metahumanos, extraterrestres... Inicialmente me dijo que él estaba en contra, pero conforme hablábamos me di cuenta de que en realidad estaba de acuerdo con los principios que la sustentaban y me marché de allí -la presión sobre la mano del vigilante ciego se intensificó-. Matt... si ésa ley sale adelante, será otra vez como en la Segunda Guerra Mundial con los judíos y los nazis. Será como... -tragó saliva-... como en Srebrenica... Se perseguirá a todo el que sea diferente.
Dándose cuenta de que estaba realizando demasiada presión, soltó la mano de Matt.
- No será de inmediato, claro que no. Nunca lo es. Tampoco lo fue para los judíos. Primero los marcaron con el brazalete de la estrella de David, y en nuestro caso quedaremos marcados al figurar en ese libro. Ése será el primer paso, Matt. Éste tipo de cosas siempre empiezan igual. Mi gente ya ha sufrido demasiado. Llevamos siglos escondiéndonos, soportando el estigma y huyendo del odio de los humanos. No podemos consentir que esa ley salga, Matt. Y Tony está de su parte, está del lado del gobierno, aunque trate de hacernos ver que está de nuestro lado y de edulcorar la situación para hacernos creer que es lo correcto. Pero nunca lo es. Marcar a alguien como diferente nunca es lo correcto. Nunca.
Dio un tirón a las cadenas con impotencia, pero no cedieron. ¿Quería salir de ésta? Le había preguntado Matt. Sí, quería. Quería volver con Elissa, no había nada en el mundo que deseara más. Elissa... Sólo había podido disfrutar del goce de estar con ella durante un efímero instante que le había sido arrebatado, y, desde entonces, no habían hecho más que mantenerlos separados. Primero, la propia Elissa, llevada por una errónea concepción de lo que era correcto, después Cédric, y ahora... Resultaba tan dolorosamente angustioso que sentía que se le iba a partir el corazón. Necesitaba verla. ¿Qué pensaría de él después de todo lo que había sucedido? ¿Aún le amaría?
Pero Elissa no era su única motivación para salir de allí. Si lo que decía Matt era cierto, si realmente le iban a convertir a él en el cabeza de Turco de todo cuanto había luchado por impedir, no podía permitirlo. No podía consentir que le usaran a él como justificación para emprender una campaña de persecución sobre su gente. Tenía una responsabilidad, como mutante y como X-Men, pero también como persona con principios y valores.
- Está bien, Matt... confío en ti.
Y aunque no hubiera sido así, no dudaba de que Daredevil contaría con los medios necesarios para averiguarlo por sí mismo.
- La persona que mató a Cédric...
Dios, Sasha, perdóname... Pero ésto es algo más grande que tú, y que yo. Se trata de luchar por todos los mutantes, por nuestro pueblo y por todos los que son diferentes. Ésa ley no puede salir adelante.
- La persona que mató a Cédric fue Sasha Triger, pero ella también es una mutante -su mano volvió a cerrarse sobre la muñeca del justiciero para asegurarse su completa atención-. Tienes que prometerme que harás todo lo posible porque ella no pague por mis equivocaciones, Matt... Porque mi gente no lo pague. Haré lo que sea... lo que sea necesario. Necesito hablar con ella... Y necesito... necesito hablar con mi terapeuta. Necesito hablar con Elissa Stavridis. Si es que ellas quieren hablar conmigo. ¿Les transmitirás mi mensaje? Y hay otra cosa... Luna... Debe de estar todavía en la casa que compartía con Cédric. ¿Te ocuparás de hacer que alguien vaya y la recoja? De lo contrario morirá de hambre. Es... -cerró los ojos al recordar todas las cosas que habían sucedido allí-. Es un apartamento en Gotham. Seguramente a la policía le interesará saberlo.
Volvió a soltar la muñeca de su amigo y suspiró.
- ¿Hay algo más que necesites saber? ¿Algo concreto?
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Tema: Re: A Moment of Truth (Matt Murdock) [09/05/2019] 28th Febrero 2022, 01:47
Matt trató de no dejar ver ninguna reacción mientras Drago hablaba. Necesitaba tranquilidad, eso era algo que poca gente sabía de la profesión de abogado. Las emociones deben ser cosa del cliente, por muy difícil que sea la situación. Sin reacciones, sin demasiadas muestras de disgusto o empatía. Eso no hará más que poner más nervioso al cliente… Era raro pensar en Drago así, como un cliente. Pero no era la primera vez que tenía que defender a un amigo ante un jurado y tenía la sensación de que no sería la última. Finalmente, Matt apretó con afecto la mano de drago y la retiró, cruzando ambas bajo su barbilla.
- Es inminente, Drago. La ley va a salir adelante, nos guste o no. He hablado contra el Acta, con frecuencia y públicamente, pero el debate no es ni mucho menos pacífico. Luthor se ha aprovechado de una necesidad de la ciudadanía y no es que se lo hayamos puesto especialmente difícil. Te lo he dicho antes y lo reitero, Drago, van a utilizarte como arma política. El debate es demasiado candente y los jurados también tendrán televisión. En cuanto a Stark…- Matt tenía opiniones encontradas respecto a Tony Stark. Creía que era un buen hombre. También creía estar siempre en lo cierto. Y nadie está siempre en lo cierto, ni siquiera Anthony Stark. Por otro lado… Para alguien a quien le gustaba tanto el ojo público hacía tiempo que no se sabía nada de él. Algo bastante sospechoso, dado que había sido uno de los principales ideólogos del Acta- Lo mejor, Drago, sería incluso no tener que llegar a juicio. Y para eso necesitamos que Sasha diga lo que sabe.
Matt se inclinó cerca de Drago, hablando en susurros.
- Hablaré con Sasha Triger. Le daré la oportunidad de hacer lo correcto. Creeme… sé muy bien cómo era ese Cédric- el pulso de Matt se aceleró y cerró los puños entorno al bastón, recordando lo cerca que había estado de estar en la posición de Drago o de Sasha- Sé que es una mutante, que lo tiene igual de difícil que tú. Me ofreceré también a ser su abogado si confiesa, pero no voy a dejarte pagar el pato por ella- algo emocionado de más, apoyó la mano sobre el hombro de Drago y le dio un pequeño zarandeo- Podemos desenmascararlo, Drago. A Cédric y a todos los que actuaron en las sombras posibilitando todo este desastre. Podemos poner el foco en ellos, pero debemos ser listos porque, como ya te he dicho, no nos permitirán ni un error. Si luchamos, Drago tendrá que ser con la verdad de nuestra parte. Con pruebas sólidas.
Unos golpecitos se escucharon en la puerta de la habitación y la voz del agente Draven se filtró por ella.
- Un minuto, Sr. Murdock.
Matt se levantó y se acomodó el traje.
- Hablaré con Sasha y con Elissa y me pondré a trabajar inmediatamente en lo de tu tabish. Y, no te preocupes, yo me ocuparé de Luna- le señaló con el dedo, arqueando las cejas- No hables con nadie Drago, de nada. Reduce tu vocabulario a las siguientes expresiones: “Tengo que ir al baño. Necesito hablar con mi abogado. Me acojo a la quinta enmienda” ¿Entendido? Si yo no estuviera disponible, habla con Foggy, pero con nadie más. – Matt cogió el pomo de la puerta pero se detuvo tras unos segundos- Va…- sabía que no debía hacerlo. Un abogado jamás podía prometer resultados que no estuviese seguro de poder conseguir-
Vamos a sacarte de esta, Drago. Te lo prometo.
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Tema: Re: A Moment of Truth (Matt Murdock) [09/05/2019]