The times changes, but the people stay the same {Autoconclusivo} (Republica Checa) [10 de mayo de 2019]

Si alguien tuviera que deducir la hora simplemente mirando a su alrededor, se vería en un dilema al tener las nubes, ennegrecidas con una intensidad indescriptible, bloqueando cualquier rayo de sol o rastro de la luna que pudiera dar a entender el instante del día en el que se encontraban. Era un torrente de agua que caía sobre la tierra, causando un estruendo que ensordecía incluso los cantos de los pájaros que, asustados por el miedo de mojar sus plumas haciéndole imposible volar, hidratando y dando vida al terreno que agradecía con su lustroso color verde la tormenta que caía sobre ellos. Algunos animalillos arriesgados salían de sus guaridas y buscaban charcos de agua en los que poder refrescarse, otros, con las madrigueras enterradas en la tierra, se veían forzados a escapar de ellas al encontrarse inundadas. La intensidad del chaparrón les hizo imposible a estos pequeños animales detectar a la figura que se acercaba poco a poco a ellos, con los suaves y silenciosos pasos de un depredador que acecha a su presa. El barro y el agua del que bebían les salpicó cuando la figura desconocida apareció de entre las sombras de la tormenta, por fortuna no se trataba de un lobo o de uno de los muchos osos que habitan estos bosques, ya que esos botas marrones presentaban la imagen de un ser humano, hablando correctamente de una mujer, por lo que pudieron escabullirse a sus madrigueras, los que aún tenían, a ponerse a salvo sin perder su vida en el intento.

Las botas llenas de barro eran lo único húmedo en la vestimenta de la mujer, pues sobre su cabeza levitaba un paraguas negro, recientemente comprado al mostrar una apariencia más nuevo que el resto de su vestimenta, consistiendo de unos pantalones vaqueros arrugados, una camisa de color beige con rayas blancas y una chupa de cuero marrón. El aspecto de la mujer resaltaba no por su vestimenta, sino por la apariencia; de su mano derecha sobresalía una gema azul incrustada en el dorso de esta, que brillaba con un tenue fulgor cerúleo que se vislumbraba tenuemente entre la lluvia. Su rostro mostraba una desfiguración que le daba un aspecto tan horrendo que su foto podría ser usada para asustar a los niños; la piel de gran parte de la parte inferior de su cara había desaparecido lo que la dejaba con un carne viva de un color carnoso asqueroso lleno de lo que parecían arrugas, unos dientes secos, al no tener con que hidratarlo ya que no posee labios, todo esto culminado en los dos agujeros rojizos que hacían de nariz. Ni siquiera sus ojos parecían ser normales, siendo uno de un tono verde natural y el derecho de un color cyan… aunque ese no era su ojo, al menos no en se instante pues dentro de la gema vivía un ser, un maligno, horripilante y poderoso ser que, tras años de mala convivencia, llegó a un acuerdo con su anfitriona.

La mujer y el ente no estaban perdidos, en absoluto; caminaban con un destino preestablecido, el rastro de sus botas en el barro en línea recta dejaba claro que sabían a donde tenían que ir, siendo la voz de dentro de la gema la que guiaba el camino. La mujer no recordaba cuánto tiempo llevaban caminando entre los enormes pinos de aquel bosque checo, más al fin parecieron llegar al claro que estaba buscando, transformándose el camino terrenoso sobre el que llevaban andando todo este tiempo en un improvisado suelo de cemento. Continuo por esta carretera hasta llegar a ver la imagen de una enorme mansión que se mostraba ante sus ojos, las paredes eran de una madera grisácea de aspecto arcaico, las tejas, negras como la mismísima noche, parecían estar a punto de desprenderse del tejado en cualquier momento, siendo lo único que no tenía aspecto de estar a punto de ser derruido la enorme puerta que bloqueaba el paso a la mujer y justamente eso fue lo primero y único que destruyeron  al llegar a la casa, el sonido de la puerta desplomándose retumbando por toda la casa, levantando el polvo del suelo. Al entrar, fueron recibidos por… un cuadro, un gigantesco cuadro de una familia; un hombre de aspecto firme y recio, con un enorme bigote que le cubría gran parte de la boca, una mujer que parecía más frágil que un papel, un joven adulto de aspecto fuerte detrás de estos y dos niños pequeños, un niño y una niña, sentados en el regazo del padre… estaban en casa.




Caminaron por el pasillo del primer piso de la mansión, llegando a una pequeña escalera con una barandilla metálica que bajaba cuatro escalones hasta encontrarse con una puerta metálica moderna que resaltaba con la fuerza de mil soles entre el estilo anticuado del resto de la casa. La puerta estaba cifrada con una contraseña numérica que, como si se la conociera mejor que la palma de su mano, tecleo la mujer con su mano derecha, aunque no era ella la que utilizo el teclado sino el ente ya que él se sabía mejor que nadie la contraseña de la puerta… siempre utilizaba la misma contraseña para todo. Bajaron por las escaleras del sótano, iluminados por la luz de la gema, hasta llegar a otra puerta, está siendo más acorde al resto de la casa, abriéndola para encontrarse con lo que parecía un laboratorio; las paredes eran de azulejos blancos, las diversas estanterías estaban llenas de libros, libretas y botellas llenas de diversos líquidos, las mesas eran adornadas por prototipos de inventos, por planos y croquis de proyectos sin terminar y manchas de haber utilizado herramientas sobre ellas, una pizarra negra con tizas y garabatos pintados en ella era de los elementos que más resaltaban en la habitación, colocada cerca de las estanterías

-¿Este es tu… su laboratorio? Sí, y aquí es donde empieza todo

La mujer frunció el ceño de su ojo izquierdo, al estar siendo el otro controlado por la entidad que yacía en su interior. Tras lo sucedido estos últimos días y lo que se le mostró tomó la decisión de vengarse del hombre que le arrebató a su familia, sin embargo algo en su interior se removía, como un pesar del que no te puedes librar por mucho que intentes mirar para otro lado. Pasó la mano por una de las mesas, parándose en uno de los croquis a leer, claro que no entendía nada de lo que decían esos borrones y esas frases casi indescifrables para ella, dando tiempo al Ente para darse cuenta del conflicto en el interior de la mujer

-¿Qué te pasa Martha? Noto un conflicto en tu interior, lo sé, es que… quiero vengarme de ese hombre, pero no quiero hacer daño a nadie más, aun hay gente buena en el mundo, como Edward- la mano derecha de la mujer se detuvo, frunciendo la ceja en tono de enfado -¿Gente buena en el mundo? Querida, los seres humanos son animales que se comen los unos a los otros con tal de estar en el césped más brillante, son un virus que se esparce por la tierra, incluso ese Edward ¿Acaso crees que eso es amor? No, el te ve como una muñeca rota a la que tiene que arreglar, no eres más que un perrito herido para el, del que se olvidara cuando vea "un perrito mas guapo"- sus palabras frustraron a Martha… más no dudo en negarlas, pues sabia muy dentro de su ser que el Ente tenía razón, o al menos así se sentía ella -pero.. mi, nuestra familia, ellos no eran ¿Qué familia?¿La familia que nos arrebataron?-

La mano derecha se transformó en un puño que golpeó con fuerza una de las mesitas, tirando la maquinaria que se encontraba en esta … sin embargo se calmó segundos después, escapandose de entre sus dientes un pesado suspiro

-¿Te he contado la historia de los Kotska?- negó con la cabeza -Una de nuestros antepasados fue una reina que consiguió derrocar a un rey loco que se dejó seducir por una entidad maligna y en el lecho de muerte de la reina, se dice que esa entidad vino y la maldijo, ese mismo día los campesinos asaltaron el castillo, matando a todos en su interior salvo a los tres hijos de la reina, a los que expulsaron del reino sin posibilidad de volver… desde entonces siempre han sido tres Kotska; mi padre tuvo un hermano y una hermana, yo… él tuvo un hermano y una hermana… pero de pequeña solo estábamos yo y mi hermana ¿No significa eso entonces que la maldición era una mentira?- entonces la entidad soltó una carcajada que casi sonó con el mismo tono que un llanto y, aunque aun no sabia lo que le iba a decir exactamente, Martha empezó a temer sus palabras -Antes de morir, tu madre quería verse con tu tío, que fuera a vuestra casa a pasar unos días ¿Sabes el por que?

En la mente de la mujer empezaron a salir unas imágenes mentales, flashbacks, de su pasado; se veía en el salón de su casa, viendo a su madre hablar por el teléfono mientras se… pasaba la mano por el vientre, las múltiples tardes que se tuvo que quedar cuidando de la casa porque sus padres estaban en el médico, veía la mesa del salón con la comida del mediodía puesta, con el mismo plato para todos salvo para su madre ¿Porque le recordaba estas imágenes su mente? Su madre era feliz, sonreía con un brillo especial, el brillo de una madre… el brillo de una madre. El grito fue desgarrador, de la gema salió un torrente de energía que rompió gran parte de las mesitas y las botellas, tirando estanterías y casi llegando a provocar grietas en las paredes. La mujer se llevó las manos a la cabeza, apretando los lados como si intentara borrar ese conocimiento de su mente, sin éxito alguno, siendo su desesperado grito el único desahogo que pudo encontrar. Su espalda se curvó, agarrándose con las dos manos del borde de la mesa y apoyando su frente en esta, lágrimas de frustración caían de su rostro, su respiración se entrecorto, tardando varios minutos en volver a la normalidad

-Debes aceptar la verdad, Martha- le dijo el ente, en un tono calmado y casi reconfortante -no podemos traerlos de vuelta, pero sí que podemos salvar al resto de la humanidad de nuestro mismo destino... ¿Salvar al resto de la humanidad? ¿A qué te refieres?- ahora la mujer se encontraba más confusa que nunca, teniendo que dar tiempo al Ente para que se explicara mejor -¿Acaso no hay ahora miles de personas en nuestra misma situación? Sin familia, habiéndolo perdido todo ¿No piensas que sería mejor darles paz? No solo esas personas, hay miles, millones, que sufrirán lo mismo en el futuro ¿No crees que es mejor pararlo antes de que suceda? Traerles... la paz


Un frío silencio se apoderó de la habitación, la respiración de la mujer siendo lo único que se escuchaba y el tenue sonido de la lluvia caer sobre el techo de la casa ¿Acaso podía estar pensando las palabras de aquel ser? Ni la mas retorcida de las mentes las aceptaria, al menos no lo que intentaba insinuar con ellas... la mente de Martha no era retorcida, pero su corazón estaba roto y su alma maltratada... su cabeza asintio, aceptando sus ideas sin mirar ni un segundo hacia atrás

-Entonces sabes lo que tienes que hacer; ganarte la confianza de las personas poderosas, trabajar en las sombras, siempre escondida, convertirte en la titiritera y cuando hayas alcanzado el poder que siempre te ha correspondido... limpiare la tierra con un fuego purificador

Con ambos puños apretados, la gema dejó de brillar y su ojo derecho volvió a su color verde original. Se acercó a la pizarra, tomando entre sus manos una de las tizas con intención de trazar con ella el plan que seguiría los meses o años que hicieran falta… si el mundo quería un Kotska, tendría a un Kotska, tendría a