La llamada del murciélago [Autoconclusivo] 9 de mayo de 2019

La batcueva se sentía extraña aquellos días, demasiado grande y solitaria, el sentimiento era similar a cuando te quedabas solo en casa siendo pequeño, te daba pánico todo aquel espacio sin una supervisión, estaba sentado con mi traje de Robin, revisando datos en el ordenador, el brillo de la pantalla hacía que los ojos me escocieran y se me enrojecieran, llevaba trabajando sin parar desde el funeral, me llevé las manos a la cara, tratando de ganarme unos segundos de descanso cuando escuché unos pasos detrás mío: - Llegas tarde Dick... - Había citado al que consideraba mi hermano mayor, Dick Grayson a las 23, ya eran pasadas casi las 23:30, me giré y le miré con una sonrisa burlona en los labios:

- Lo siento Tim, estos días están siendo muy difíciles... - Contestó el moreno, con cierto aire abatido. Seguía sin superar la muerte de sus dos padres, y no llevaba bien lo de que Raven se hubiese llevado a la mitad de la Young Justice a su bando demoníaco. No estaba bien, y se le notaba tanto física como psicológicamente: - ¿Que estás haciendo? - le preguntó curioso, asomándose por encima de mi hombro y revisando los datos del Bat-ordenador:

- Intentaba ver si encontraba algo de Raven... – Me quedé callado unos instantes, era un tema incómodo: - Noticias de sucesos paranormales, catástrofes climatológicas... Nada. Parece que de m... - Guardé silencio y me puse en pie: - No es culpa tuya, lo sabes ¿No? Todos hemos fallado. -

Me acerqué a Dick e hice algo que con poca gente era capaz, le abracé, fue corto y conciso: - Vamos a traerlos de vuelta. - Murmuré mientras me apartaba: - Raven confiaba en nosotros... y la hemos fallado.... – Dick suspiró tras el repentino cambio de tema, yo sabía muy bien lo que le pasaba por la cabeza. - No debí dejarla marchar... no fue bueno para ella alejarse tanto de los Titanes... de su verdadera familia.Como me alegro de que estés de vuelta... te necesitábamos. - Le sonreí y respondí: - Y yo me alegro de haber vuelto. – Miré entonces el ordenador con un gesto serio, junto a las búsquedas aparecían alertas de la Policía de Gotham:

- Dick... Te conozco bien, y se lo que vas a decirme, pero ya debes de haberte dado cuenta. - Volví a mirar al mayor, ahora con el semblante serio: - Los criminales no tardarán en darse cuenta de que Batman no está, y cuando eso suceda, será el caos... - Le puse una mano en el hombro: - Batman debe seguir existiendo, a pesar de lo que le ha pasado a Bruce, lo comprendes ¿No? - Apreté con suavidad su hombro y sonreí:- Yo voy a estar allí, para mi será un honor ser tu Robin, puedo darte apoyo en el terreno... Pero eso ya lo sabes de sobras. - Separé mi mano e hice un gesto nervioso, necesitaba soltarlo o reventaría: - Gotham necesita que sigas el legado de Bruce. -

Palideció al instante con aquellas palabras, podía verlo en su rostro, no le gustaba lo que le había insinuado. Alfred ya había dicho algo parecido cuando Damian entró en la mansión de los Wayne. Bruce había muerto, pero Batman no tenía por qué...

- Tienes razón... será un caos. Pero Gotham necesita seguir adelante, no puede depender del símbolo del murciélago por siempre... - Apoyó su mano en mi hombro y después caminó en dirección a una de las vitrinas donde Bruce guardaba su traje. Su rostro se reflejó en el cristal, fusionándose con la capucha negra de Batman. En el fondo sabía que Dick no estaba preparado para tomar esa responsabilidad. Quizás nunca lo estuviera. Bruce había sido muy exigente con sus pupilos, y nunca fuimos lo suficientemente buenos para él: - Nadie debería reemplazarle. La carga que llevaba Bruce portando esa capucha es demasiado pesada para cualquiera de nosotros...Es el peso de alguien que todavía no ha superado la muerte de sus padres... - cerró los ojos, apartándose de la vitrina con su traje para volver a mi lado.

En otros tiempos, había soñado con continuar el legado de Batman. Le parecía muy guay el traje de Batman, incluso se enfadó cuando Bruce se lo propuso a Azrael antes que a él... Pero habían pasado demasiadas cosas desde entonces, y había comprendido todo lo que implicaba convertirse en el murciélago. Todas las cosas que debía sacrificar a cambio de convertirse en el protector de Gotham.

- Creo que es hora de demostrarle a Gotham lo que hemos crecido, y hacernos valer protegiendo la ciudad con nuestras nuevas identidades. Unas que nos pertenezcan... - Esbozó una suave sonrisa al notar mi nerviosismo. Entendía por qué le estaba pidiendo aquello, pero no podía cumplir mis expectativas.  Así que me miró a los ojos mientras le colocaba ambas manos sobre mis hombros. - Tim, tú vales mucho más de lo que piensas. Eres mi hermano y te considero mi igual, no podría tomarte como mi Robin. Creo que es hora de que encuentres tu lugar, pero no bajo la sombra de nadie. -

Batman y Robin. El famoso dúo dinámico que todos conocían. 5 fuimos los que ocupamos el puesto del pajarito. Jason y Dick ya habían tomado su propio camino, se habían emancipado. Dick ran solo esperaba que yo me diera cuenta de ello y pasara página. Continuar siendo Robin sin un Batman, no tenía mucho sentido.

Permanecí atento a sus palabras, en el fondo sabía lo que Dick me diría de antemano: - Lo entiendo, Dick, supongo que tienes razón. - ¿La tenía? Parcialmente, nadie podía reemplazar a Bruce, y pedir llevar esa carga a hombros a alguien era demasiado, también tenía razón cuando hablaba de que Gotham necesitaba aceptar a sus nuevos héroes y avanzar, le pregunta era ¿Estaba Gotham lista para pasar página?

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Estaba cansado, no se trataba de algo físico, era algo más profundo y visceral, algo que venía de dentro del pecho y me oprimía, la charla con Cassandra me había ayudado a aclararme las ideas, aunque en el fondo había deseado a despejar mis dudas hacia otro lado, ahora, decidido y enfocado en mi misión, sabía lo que debía hacer…

Observé la vitrina en la que días antes Dick se había visto reflejado, el murciélago me llamaba, sentía su reclamo, esta nueva Tierra, esta nueva realidad me lo había estado susurrando al principio, y ahora me lo gritaba al oído, me habían dado un nuevo propósito, yo ya no tenía los vínculos que en antaño me habían ligado a ser Robin, mis padres habían desaparecido, mis amigos, con los que había logrado forjar un vínculo especial tras mucho esfuerzo ya no eran los mismos y Bruce Wayne, mi mentor y, en cierto modo, amigo, estaba muerto ¿Qué me quedaba a mí? Nada.

Semanas antes había rogado a Dick que fuera el nuevo Batman, augurando lo que sucedería en la ciudad, él, renegando de ser capaz de heredar el manto, me había dicho que debía buscar mi propia identidad ¿Qué había querido decir con eso? Coloqué la mano en la vitrina y observé el traje, ahora lo veía claro, esta nueva realidad me había escogido para ser su nuevo caballero oscuro, la ciudad estaba abocada al caos y sólo existía una realidad inmutable, Gotham necesitaba a Batman, y si Bruce no estaba allí para dárselo, alguien debía hacerlo.

Abrí la puerta de cristal poco a poco, cogí la capucha mirando fijamente sus ojos oscuros, ahora lo tenía claro, Tim Drake no era nada en esa realidad, o más bien, Tim Drake no podía aportar nada, sin embargo, Batman aún podía luchar, Batman aún podía…No, Batman debía seguir existiendo…Empecé a desvestirme lentamente, el corazón me palpitaba nervioso…Dejé que el proceso tomase su tiempo, cómo un acto ceremonial…Poco a poco el traje se fue deslizando, encajando…Era curioso, casi entraba sólo, cómo si el murciélago tuviera ansía, hambre, cómo si necesitase un anfitrión, un cuerpo que llevase toda su brutalidad, violencia y fuerza a las espaldas.

Suspiré cuando cogí la capucha entre mis manos, ya con el traje puesto, se notaba pesado y abultado, muy diferente a mi traje de Robin, me costaría aprender a moverme con él correctamente. Miré la oscuridad de los ojos de la capucha, ella me devolvió la mirada, tragué saliva…Poco a poco la máscara se fue deslizando por mi cara hasta que se encajó perfectamente, a pesar de la diferencia de tamaño que había entre Bruce y yo, el traje parecía amoldarse a mi cuerpo…Me miré en el reflejo de la vitrina que había abierto para sacar el traje, no me reconocía, abrí y cerré el puño derecho mientras lo observaba, sin ser del todo consciente de que era mi propio puño.



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Me incorporé en el borde de uno de los pilares del puente que conectaba Gotham con su ciudad gemela, Metrópolis, veía la ciudad que me había visto crecer de frente, con sus luces y sus sombras y el viento me acariciaba la cara. El viaje hasta allí usando el bat-garfio había sido instructivo, me había ayudado a aprender moverme bien con la capa de Bruce, que era significativamente más pesada que la mía, también había visto cómo debía equilibrar mi cuerpo al desplazarme.

Busqué en el cinturón mientras miraba a mi alrededor, no me habría gustado encontrarme con nadie, aún quería habituarme, pero había algo que debía hacer…Había algo que era estrictamente necesario. El foco de la bat-señal llevaba tiempo inoperativo, destrozado por Jason, era hora de que la luz volviera a iluminar la oscuridad en Gotham...Saqué una Bengala de uno de los compartimentos y la accioné, la dejé caer a mis pues y el fuego empezó a recorrer un camino con el líquido inflamable que había utilizado, formando, poco a poco, un dibujo con las llamas, la marca del murciélago.


El fuego se extinguiria en apenas 10 minutos, pero el mensaje estaba claro, y todo el mundo lo sabría, Batman había vuelto.