La llamada de la Magia (Todos los usuarios de magia de cualquier tipo que vengan pacificamente) [23-01-2019]

Habían pasado tres días desde que aquél robot demoníaco había aterrorizado las costas de Chile y Argentina, y ahora, tras aquella crisis inesperada, las aguas habían vuelto a su cauce y la tranquilidad imperaba de nuevo en la Atlántida.

Arión se encontraba, como casi cada día, meditando en una de las estancias de su ciudadela cuando sintió una presencia y supo que no estaba solo... Frente a él había un hombre alto, moreno, con las sienes encanecidas y un bien cuidado bigote. No le hizo falta escuchar su presentación para saber que era quien decía ser, pues el poder que detectaba emanando de él, aún sin estar físicamente allí, era abrumador.  

No percibía ninguna sensación de peligro, y la esencia de aquella magia era benigna, por lo que no dudó en hacer lo que le solicitaba. Después de todo, la idea de tratar de buscar a otros hechiceros y quizá volver a constituir algo parecido al Concejo de Sumos Magos de la Atlántida había estado siempre ahí, pero lo cierto era que desde su llegada, no había tenido ocasión ni lugar. Primero se había visto atrapado en medio de la batalla por la Atlántida, después había tenido que recuperar su ciudadela de las garras del demonio que le había arrebatado a su madre. Luego, había pasado un mes de retiro espiritual en Japón para entrenar en las nuevas formas de canalización de su magia y meditar. Ahí había conocido a Tony Stark, que se había ofrecido a enseñarle cómo funcionaba el mundo actual, y después había acogido a Cane como su aprendiz. Entre todo aquello y sus responsabilidades como Sumo Mago de la Atlántida, no había tenido todo el tiempo que habría deseado para ocuparse de asuntos de naturaleza mística como aquél, pero ahora todo parecía en calma después de la batalla contra Ultrón, y tenía claro que no iba a desaprovechar la oportunidad de conocer a un futuro aliado.  

Lo primero que sintió cuando llegó al Santuario fue el rastro de una energía que no había vuelto a percibir desde aquella noche de fin de año en la Torre de Stark, la odiada esencia de la energía demoníaca de Rip Van Winkle. No tardó en localizarla, sentada en una de las sillas junto a un hombre al que no conocía de nada. Bien... estaban en el Santuario de otro mago, un lugar de obligada neutralidad, y debería comportarse como la situación demandaba, del mismo modo que su padre había hecho siempre con la Oscura Majistra en las reuniones del Concejo de Sumos Magos de la Atlántida. Cualquier tipo de rencilla estaría totalmente fuera de lugar en aquél lugar sagrado, así que se presentó y saludó a cada uno de los presentes con la misma educación y formalidad antes de tomar asiento a su vez y aguardar a que llegaran los restantes invitados.

Había pasado un año de locos, una entrada a este universo con una bomba termonuclear, el hecho de que los superhéroes estilo comics en realidad existieran por lo menos aquí, un robo de artefactos mágicos, he conocido una variedad de personas y seres que no tienen nada que envidiarle a los de mi mundo, estoy en algún lugar inhóspito de África, ¿Qué estoy haciendo aquí? Pues tenía un caso por estos lares, pero después se los contare, lo que importa es que estoy en una zona donde hay leones o hienas, no es que tenga miedo pero siempre hay que ser precavidos aparte de que no quiero reducir la población ya que son especies amenazadas por la cacería o destrucción de su habitad, hago una fogata improvisada con mis poderes para cocinar un antílope que logre cazar, entiendo el peligro que tiene su población pero lo he hecho por comer y no por dinero, poco tiempo después de hacer cenado me quedo mirando el cielo estrellado, una vasta zona de pequeñas brillantinas dejando un tapiz en el techo de la bóveda celeste.

En ese entonces mis tatuajes empiezan a brillar, una entidad mágica o sobrenatural se acercaba, viendo por todos mis frentes de repente se aparece ante mí una figura astral que se presenta como Stephen Strange, autoproclamados el hechicero supremo y varios títulos más, esta clase de personas suelen tener mucho ego pero no siento ni una pizca de arrogancia cuando lo dice, quiere una reunión, si acepto solo debo tocar la imagen proyectada, tengo 2 razones para aceptar; 1 que tengo curiosidad sobre que quiere hablar conmigo y 2 que es una forma rápida de viajar que no tengo manera de volver sin morir deshidratado, por lo que toco la figura astral, enseguida se abrió un portal, al que entre y al llegar me saluda mientras algunos ya están sentados en las cercanías, reconozco a uno de ellos, al que saludo con la mano mientras me dirijo hacia el anfitrión de esta reunión—debe ser muy importante como para traer a Arion y otros usuarios de la magia, incluido yo un falso mago— ya que yo mismo no soy un usuario como la mayoría de los magos, la magia de nacimiento, luego se me ocurre preguntar—¿debemos dejar las armas en algún lado para respetar la paz?

SHIELD se la había jugado y bien jugada. Madre mía lo cabreados que debían estar con Sloan para marcarlo así de por vida (o bueno, hasta que pasara la "moda"). Solo habían pasado tres días desde el ataque a la base de SHIELD y la renuncia de Sloan hacia la misma, y al día siguiente lo pudo ver, en una pared de un tablón de anuncios, en las noticias, en los diarios... En todas partes salía su cara y se le tachaba como un criminal peligroso al que no debían acercarse y llamar a las autoridades pertinentes. Y no contentos con eso, en el segundo día se anunció que aquel tipo al que nadie debía acercarse era el tipo de negro que el año pasado había sembrado el caos en Gotham. ¡Ole sus AHOYS! Ah no, que no era así...

Total, que viendo que no sería buena idea pulular por las ciudades durante al menos un par de semanas sin ser cazado, decidió retirarse a su dominio particular y salir tan solo cuando fuera necesario (sobretodo para pillar comida).
Y precisamente ese fue un problema que tuvo que solventar: mientras terminaba de cultivar las hojas que crecían en el interior de aquellos capullos que él mismo había "madurado" y rompía las hojas, se dio cuenta que no le quedaba comida. Nada de nada. Ni siquiera una cochina lata. Pensó el mejor lugar para asaltar sin ser visto mientras liaba los canutillos que le servirían para mantener su mente en una y centrada.

- No... no... no... demasiada vigilancia... no... no... ahí tienen perros... no... no... espera... ¡ESA!

No esperó a replanteárselo cuando dio un paso atrás y se trasladó al interior de un almacén de un supermercado, el cual había entrado una vez por error cuando le perseguía una de las dependientas por comerse cuatro donuts sin pagar. Allí tendría comida suficiente para pasar varios días, así que agarró varios paquetes de donuts y se los zampó (para apagar el hambre del momento).
En cuanto estuvo a punto de pillar más comida, la imagen de un hombre que no conocía de nada se le plantó en mitad de la sien y le ofreció pasar por un portal que se abrió ante sus ojos. Por un momento pensó que tal vez fuera una trampa... pero algo en aquel hombre le decía que no lo sería. Tal vez... ¿sosiego? No lo sabía, pero presentía que sería buena idea pasar aquel portal.

Segundos después, Sloan se presentaba en aquel "santuario", rodeado de gente que no conocía y otra que tenía vista o que había coincidido en alguna ocasión... como el melenas ese.
Ante ellos estaba el hombre que les había llamado el cual les pedía que se sentaran. Sloan sacó uno de sus pitis, lo encendió y se sentó. Ésto iba a ser interesante pensó, mientras se cruzaba de brazos y piernas.

Billy se encontraba sentado sobre el suelo de su habitación, en pijama, con postura de meditación. Alrededor de él, casi formando un círculo, había dispuestas cinco velas blancas encendidas. Con los ojos cerrados, el joven hechicero meditaba acerca de la conexión de sus emociones y su magia. Se encontraba algo frustrado y decepcionado consigo mismo tras lo ocurrido con Ultrón. Desde su punto de vista podría haber hecho mucho más, y en una situación tan extrema y terrible no demostró un adecuado control sobre sus poderes. Mucha gente murió en aquella tragedia, aún reciente, y Billy se sentía en gran medida responsable por su inexperiencia.

Por la cabeza se le pasaban ahora los momentos en que incluso pensó seriamente en dejar la "heroicidad", simple y llanamente por el egoísta sentimiento de querer vivir como cualquier otra persona normal. Eso era imposible. Ser el hijo de la Bruja Escarlata, o la reencarnación de su hijo más bien, lo convertía de inmediato en peculiar. Quizá por eso, y precisamente por la fuente de la cual emanaba su poder, al igual que los de su madre espiritual, y los acontecimientos tanto a nivel nacional como internacional que rodeaban y que habían rodeado la temible Magia del Caos, Billy temía tanto usar su don. Temía que, como su madre, sus emociones se apoderasen de su voluntad y perdiera el control absoluto sobre su magia. Temía ser el segundo "nexo" de dicha magia en la Tierra, y más aún desde que descubrió que el mismísimo Stephen negó en más de una ocasión de la existencia de la misma, pues de ello podía depender la propia humanidad. Por algo así se tildó a Wanda de loca, de inventárselo todo, y de alguna manera Will creía que él no sería capaz de afrontar todas las dificultades con las que su madre tuvo que lidiar.

Los libros de autoayuda le habían ayudado, valga la redundancia, hasta ahora para poder canalizar mejor sus propios hechizos y concentrarse mejor a través de la pronunciación y repetición en voz alta de sus deseos. Sin embargo, esto no le servía en las ocasiones en que, en plena batalla contra cualquier banda criminal, villano o ser diabólico que se preciase, pudiera perder el control debido al peligro al que efectivamente se enfrentan tanto él como sus compañeros. El simple hecho de pensar en que alguno de sus compañeros, y en especial su hermano y Teddy, pudieran salir heridos de gravedad ya nublaba casi por completo su mente. Y esto se vio nuevamente ejemplificado con el incidente de Ultrón.

Pero, por un momento, los pensamientos de Billy se vieron interrumpidos por algo...

...como si algo o alguien hubiera escuchado, por fin, sus más profundas súplicas. El Dr. Strange se encontraba de repente en frente suya. Antes de que la imagen astral del Hechicero Supremo pudiera abrir la boca, el rostro del joven mago se iluminó y sus ojos se abrieron como platos al contemplar la imagen de un viejo compañero. -Mi nombre es Stephen Extraño, soy el Hechicero Supremo, El Ojo del Mundo, El Guardián de los Siete Sellos y El Custodio de la Magia, debo hablar contigo personalmente y te agradecería que aceptases mi invitación a reunirte conmigo en este momento, si es así toca mi imagen y esta te traerá a mi presencia, la paz de mi santuario os protegerá de todo daño hasta que se os devuelva a donde os encontréis.

"Vaya..." pensó, aún sorprendido. Creyó por un momento que, de alguna manera, el Doctor Extraño había sentido su inmensa necesidad de ayuda con los asuntos mágicos, y que se presentaba ante él para ofrecerle su ayuda. Por otra parte, también cabía la posibilidad de que, con Wanda desaparecida, a los Vengadores les urgiese de repente mantener sus controles y su supervisión sobre su "sucesor" y que hubieran mandado a Stephen a encargarse de ello. Pero luego recordó las últimas palabras del Doctor, mientras se incorporaba e iba apagando las velas una por una. "...la paz de mi santuario os protegerá... hasta que se os devuelva a donde os encontréis..." pensó. Creyendo en un primer momento que se trataba de un gesto lingüístico de cortesía, no había caído en la cuenta de que se trataba de una invitación en plural...

En ese caso, el asunto parecía mucho más serio de lo que pensaba. Sin mucho más que reflexionar, Wiccan se giró un momento en dirección a la puerta de su cuarto. Pensó en sus padres en ese momento, y esperaba que no se tratase de "otra" mala noticia. Entonces volvió a girarse hacia la imagen del Doctor Strange mientras su pijama se transformaba mágicamente en su atuendo de superhéroe. Tras colocarse la capucha sobre la cabeza, tocó la imagen astral de Stephen...

... y apareció en un lugar desconocido para él. Para su sorpresa, varios de los invitados ya habían llegado. Quizá más de los que él esperaría. Poco a poco miró discretamente a cada uno de los presentes, pudiendo reconocer de entre ellos a Promethea y al hombre de la armadura negra que provocó tantos estragos en Gotham meses atrás. La presencia de este último provocó en Billy cierta inquietud, por lo que rápidamente se decidió por ir a sentarse cerca de Prome, junto a la cual siempre se sentía mucho más seguro. Al acercarse a ella le sonrió, aún quedando parte de su rostro tapado por la capucha, y se mantuvo en silencio. Se sentó y tras dirigir una mirada de complicidad a su compañera, a la que no esperaba para nada encontrársela aquí, miró atentamente al Doctor, impaciente por saber qué motivos le habían llevado a convocar una reunión de este calibre.

Saludó a Arturo cuando lo vio llegar, y también a Sloan. Frunció el ceño al ver aparecer a Spawn, quien además se atrevía a portar un arma en un entorno que Extraño había definido como neutral, pero precisamente porque él sí respetaba las normas, no dijo ni hizo nada. Estaba seguro de que un hechicero tan poderoso como el que les había convocado tendría mil formas de defenderse ante una agresión si llegaba a darse el caso.

La siguiente llegada le desarmó por completo; una preciosa mujer que parecía ser la encarnación misma de la magia, a juzgar por el modo en que su esencia se expandió por toda la sala, saturando sus sentidos y dejando un rastro de estrellas a su paso. Aún no se había recuperado de la impresión ante semejante poder mágico cuando de repente la tenía sentada en su regazo:

-¡Uh! Perdón, no te vi -dijo con una risilla juguetona, sentándose a su lado.

Arión se puso de inmediato del color de la grana; Era bastante tímido en realidad, especialmente cuando se encontraba rodeado de gente, más aún cuando se trataba de gente a la que prácticamente no conocía, por lo que agachó la mirada, clavándola en la mesa como si de esa manera pudiera hacer que todos se olvidaran de su presencia.

Afortunadamente alguien le habló, proporcionándole la vía de escape perfecta a los traviesos ojos de la Diosa. Aureole Deveron. Él no lo conocía, pero su otro yo, sí. El viejo Arión había vivido 45.000 años en la tierra, y había pocas cosas relacionadas con la magia que no conociera. Por supuesto todo cambiaba en lo referente al nuevo universo, pero por lo que sabía, Aureole siempre había pertenecido al suyo. Al igual que el otro Arión, era neutral, perteneciente a la nobleza y compartía su mismo gusto por los objetos mágicos.

El atlante le saludó con un gesto de cabeza. Ignoraba si Aureole estaría al tanto de que no se trataba del mismo Arión que había existido en ese plano hasta unos meses atrás, y tampoco sabía si habría llegado a sus oídos la noticia de su muerte a manos de Mordru, porque, según le había dicho Trykhun, era un rumor que se había extendido rápidamente por entre la comunidad mágica. En cualquier caso, no parecía realmente sorprendido de verlo, por lo que supuso que, o bien no se había enterado, o bien había decidido no darle demasiado crédito...

La siguiente en aparecer fue Dalae, seguida poco después por Zatanna, la cual, como solía ser habitual en ella, parecía totalmente focalizada en el objetivo de la reunión, por lo que no perdió tiempo en ir a saludarle. Estaba siempre tan embebida en su trabajo y sus responsabilidades... En cierto sentido le recordaba a él.

El siguiente invitado aparentaba no ser más que un niño, pero el inmenso poder que presentía en él desmentía tal impresión. Arión le saludó también cuando llegó, como hasta ahora había hecho con todo el mundo. El doctor Fate y Madame Xanadu llegaron después de una extraña joven de largos cabellos castaños y mirada fría que se había sentado junto a Zatanna, situación codiciada al parecer, pues Constantine escogió sentarse a su otro lado, aunque eso no era realmente sorprendente, pues tenía entendido que había algo entre ellos.

Arión experimentó algo parecido a lo que había sentido con la llegada de Promethea ante la aparición de una hermosa mujer rubia de apariencia engañosamente ordinaria. Bueno, parecido pero a la vez completamente diferente, claro. Se atrevió a mirar de reojo a Promethea. Estaba bastante intrigado, y así se lo hizo saber, por vía telepática para no molestar a los demás presentes en la mesa:

¿Quién eres? Detecto una magia muy poderosa en ti... Mi nombre es Arión, y soy el Sumo Mago de Atlantis.

El doctor Extraño comenzó entonces a explicar el motivo de aquella convocatoria y Arión pasó a centrar en él toda su atención, pues las nuevas que enunciaba eran en verdad muy graves. Le había parecido notar algo en la urdimbre de los hilos, pero había sido demasiado difuso y lo había achacado a su inexperiencia en las nuevas formas de magia. Sin embargo, aquello corroboraba sus impresiones.  

Decidió que se quedaría a hablar con él, no porque desease el cargo de Hechicero Supremo, pues por lo que había creído entender, se trataba de una posición que demandaba una actitud neutral, y él no estaba dispuesto a abandonar su lugar como Agente del Orden, pero sí que deseaba trabar conocimiento con otros magos y forjar alianzas...

Al no recibir respuesta supongo que la magia del lugar reaccionaria de acuerdo a las acciones de los presentes, hablando del lugar incluso sin poseer poderes magicos puedo sentir la magia, de algunos que estan y de esos presentes destacaban aparte de Arion que me responde el saludo, era una mujer con lentes y un pelo excesivamente largo,  ropa militar, como que me recuerda a algún anime pero no alcanzo a ubicarla…bah será en otro momento, en otra silla estaba una especie de Terminator ¿un tecnomago? Son pocos en realidad los que tratan de mesclar ambos conocimientos, diría que soy uno de ellos pero no soy un mago, por lo menos no como los que están aquí.

Yo me siento en algún lugar de en medio de la hilera circular de sillas, me quito la capucha que debe ser una de las reglas aunque no haya mencionado algo asi, para generar confianza si me entienden, mis tatuajes no dejan de brillar y no lo harán en cuanto mas magos lleguen y es lo que pasa, pero mira quién es, Sloan aparece en uno de los portales, todavía recuerdo cuando nos conocimos en el parque con Tony y Tortita, al sentarse empezó a fumar, al parecer a nadie le molesta el humo, a lo mejor es por los inciensos que hay por todo el santuario, no poco después llega un tipo trajeado, ¿un puto demonio? Este Strange tiene que ser o muy poderoso como para contenerlo o le conoce, porque aquí solo se están reuniendo personas involucradas en la magia y parece que son de altura, por lo que no es difícil suponer que era un demonio de los powa, y para variar saca una hacha mientras reclama saber porque la invocación, se va a sentar por ahí.

Luego llega una mujer muy enigmática y de belleza encantadora, su paso deja estrellitas, mis tatuajes reaccionaron, ella era otra de los powa que están llegando, y al parecer muy coqueta mientras elegía su asiento que termino siendo el regazo de Arion, que pronto queda rojo como tomate, estoy seguro que muchos de los presentes varones les corroe la envidia así como yo, dejando de lado ese asuntito, aparece otro con magia considerable, que al buscar asiento y dar un vistazo a los presentes, le parece que solo uno le llama la atención y es Arion, el mago de Atlantis tiene mucha presencia y se hace notar entre los que llegan, parece que tiene fama que le precede.

No tarda en aparecer otra persona que conozco, es Dalae y recuerdo nuestro primer encuentro con Juri en un caso muy particular de robos de artefactos mágicos, hablando de Juri, ¿ella aparecerá aquí? Parece de las reuniones donde podría involucrarse a pesar de su “juventud” y actitud juvenil, con los dioses nunca hay que fiarse de su apariencia, suelen ser bastante enganiosos y obviamente su edad supera a cualquier mortal incluso el mas “joven” de ellos, Dalae pasa de largo o no me reconoce o esta demasiada curiosa con el asunto de la reunión, no le presto atención al hecho y sigo viendo a mis alrededores a los demás presentes, recordarles podría ser beneficioso en el futuro, sean del bando que sean, otra chica aparece en escena e incluso me parece familiar, creo que la he visto de un tipo de show, tiene un ropaje de mago clásico, obviamente adaptado a su figura que era de muy buen parecer y bastante provocativo en la parte de las piernas he de decir, lástima que ella no está interesada en nosotros sino en Strange, por lo que se dispone a sentarse lo más lejos de todos y saca de su sombrero una libreta de notas, lanza un pequeño hechizo que hace que la pluma que tiene empiece a anotar algo sin intervención humana mientras nos analiza.

Siguiendo el desfile llega un joven con un traje muy curioso, estrellas en los lados de su traje de lo que permite ver la capa y su capucha, se sienta a lado de la coqueta mujer que sigue divirtiéndose con Arion, se queda callado expectante de nuestro anfitrión, sin dar mas tiempo a seguir analizando aparece otra joven, su mirada y presencia inquietaba como la del pelo largo que estaba por ahí, se sorprende al ver a la joven de ropa de maga clásica, aunque rápidamente trata de disimular reacción, se sienta justo al lado de ella y saca una tableta y dice algo que no entiendo, será alguna lengua de Europa del Este, pero no puedo asegurarlo.

Mis tatuajes vuelven a brillar con igual intensidad que cuando me encontré con Strange y como algunos de los presentes, el siguiente en llegar era de un poder muy similar a nuestro anfitrión, llega un encapuchado con un peculiar casco dorado, el cual con una voz de mucha presencia pronuncio su nombre y titulo, saludo a Strange y se fue a sentar sin decir nada mas cruzando los brazos, le sigue cerca una mujer con ropa muy particular, ella se sentó al lado del autonombrado Dr. Fate agente del Orden, sin decir ninguna palabra como su predecesor, ella empieza a barajar unas cartas, no es difícil deducir que es una adivinadora de cartas, de las de verdad, de las que te cuentan de que te vas a morir si lo muestran sus cartas, ya había conocido a una mujer parecida y se llamaba Madame Roget solo que ella tenía una bola mágica.

Muy sacudido llega alguien que también le conocí en conjunto con Dalae y Juri, me guardo comentarios por el momento que esa historia todavía no se la contamos, y como Sloan se pone a fumar sin preguntar si se le permite, rápidamente encontró lugar para sentarse la maga clásica, para tratar de ligársela o tal vez ya se conocían, no lo sé, otra persona que aparece es una mujer de belleza, podría decirse que es un ángel…nahhh no veo un ángel metiéndose en asuntos humanos a menos que sea enviado o enviada este caso, ella tiene aspecto de secretaria o algo parecido, se notaba que era de las mujeres exigentes y difíciles de abordar, parece que ya llegaron suficientes invitados pues el Dr. Strange se digna a hablar ante nosotros.

Nos agradece que aceptáramos su invitación junto con una disculpa por no haber hecho la reunión antes, sigue con su discurso dando diversos motivos de tal convocación, como la de presentarse ante los nuevos, su labor como Hechicero Supremo, así como informar de un problema con el equilibrio con el flujo de la magia que la mayoría de los presentes podían accesar sin problemas, como era de esperar la situación se debe al propio choque de mundos, da una posible explicación de lo sucedido, habla sobre los portales tanto de espacio como de tiempo, era el tema más discutido entre científicos y de especial interés mío, todavía sigo con la esperanza de que ese asunto se resuelva, pero todavía no, puesto que los de Orochi siguen sueltos por ahí junto con Hydra, había obtenido pistas pero todavía faltaban cabos sueltos  y no podía darse el lujo de perder oportunidades de encontrarles, a excepción de esta reunión, que tenía especial importancia por lo que mencionaba el Hechicero, luego nos pide algo que causa controversia, limitar el uso de la magia temporalmente hasta que el asunto se zanje por completo y nos da una razón de peso para colaborar, sin dar tiempo para analizar la situación anuncia que podría dejar el cargo si alguno de los presentes que muy poderosos podrían ejercer el cargo si así lo consideraban y podían convencerle, esto no se hizo esperar entre los presentes que se armo barullo, cuando se calma un poco la cosa menciona que se pueden ir si no tienen algo más que añadir.

El primero en reaccionar al terminar el discurso, fue el tipo con una armadura que se antojaba pesada, sus dudas pronto iniciaron una acalorada discusión entre los presentes, la limitación del uso de la magia no era poca cosa, especialmente si vives de ello, además planteo un escenario más que plausible y preocupante.

--Yo secundo la noción del terminator—señalándolo con el dedo pulgar mientras me acerco—yo por mi parte no tengo mucho problema ya que la magia que uso es de bajo nivel y lo más poderoso que tengo es mi katana…—me detengo, olvide presentarme—perdón por interrumpir, soy Razor, El Dragón del Este y de seguro que todos desconocen este título porque soy de un universo ajeno al de ustedes—habiéndome presentado prosigo—siguiendo con el asunto, esto es más que controversial, el tiene un punto, nadie sabe cuántos enemigos puede haber aquí y si, hablo por el tipo con el hacha que está dando malas vibras asi como algunos mas en este lugar--pero termino--¿hasta qué grado será esta limitación?—no quiero acribillar de más cuando, otro prosiguió a hablar que es una figura de un anciano en una proyección astral, que estaba cerca de Dalae, este señor Lygiherr le preocupaba la raíz del problema, de varios de hecho, la propia colisión de mundos, le pregunta si la situación actual fuera causada por magia.

Sloan se pasó lo que vino siendo todo el discurso del bueno del doctor moviendo los hombros a ritmo de samba. Y no lo hacía por gusto (bueno, cierto gustirrinín si que tenía, pero por lo dicho); desde que traspasó ese portal, lo que comenzó como un ligero picor para nada molesto en la espalda, acabó siendo una tocada de huevos a dos manos que no se iba ni apaleándolo. Sloan como tal no lo sabría, pero su subconsciente denotaba que tal cantidad de esencia mágica concentrada en un mismo punto como estaba siendo aquella sala, sumando el poder de cada uno hacían reaccionar los sellos que llevaba grabados a su espalda, provocando ese picor tan intenso. Ni siquiera su pitillo (el cual a diferencia del de Constantine olía a incienso y hierbas raras) le conseguía calmar esa picor... así que tuvo que sacar dos más y metérselos en la boca.

Oh si... eso era otra cosa...

Con los nervios calmados y su cuerpo en cierto reposo, reparó en lo que había mencionado el todopoderoso. El equilibrio de la magia estaba en peligro, por así decirlo. A él eso plim, como lo de no usar la magia durante un tiempo, pero algo en su interior le hizo pensar que tal vez, si el equilibrio de la magia estaba marcándose un paso doble con un poco de zumba para el cuerpo, podría abrirse un portal en cualquier momento y en cualquier lugar, el cual podría darles vía libre a sus "primos" y "hermanos" para "instalarse" en la Tierra, con unas bonitas vistas hacia el holocausto mundial.
Eso no lo podía permitir, o mejor dicho, no le gustaba la idea. De momento y que supiera era el único de los suyos que estaba en la Tierra sin comérsela, y ese mismo yo interior le decía que era gracias a las runas de su espalda (cosa que olvidaría en cuanto pasaran unos minutos. Es lo que tiene intentar conservar el conocimiento universal en un cerebro humano).

Un poco molesto se levantó de la silla mientras los demás iban recitando sus quejas al bueno del señor Sauron, y se estiró un poco, dando una vuelta por la sala mientras se rascaba el mentón, buscando una forma de plantear el asunto. Y como no vio ninguna forma que contentara a todo el mundo (además, ¿para qué? Si la sociedad humana era un caos ilógico) levantó la mano desde el fondo de la sala.

- ¿Y por qué no aunáis fuerzas para buscar lo que está provocando ese desequilibrio? Por lo que veo a todos os jode no poder usar magia. Bueno, pues quedáis un día en estado de trance, por mencionar un canal, os unís a la búsqueda de Extraño y usáis vuestros conocimientos para rastrear el desequilibrio. Eso es mejor que uno solo se ponga a buscar mientras espera que los demás respeten su petición. Vamos, digo yo.

Arión permaneció en silencio mientras los demás exponían sus argumentos. Su naturaleza era por lo general callada e introspectiva, por lo que prefirió escuchar y meditar cada una de las palabras pronunciadas antes que precipitarse en realizar un juicio.

Podía entender las inquietudes y las preocupaciones del joven mago de la armadura, Arturo, Constantine, Zatanna e incluso la hechicera demoníaca, y aunque su propia opinión se acercaba más a la de Aureole y Sloan tenía muy clara una cosa: él era un agente del Orden, y como tal, respetaría las leyes que se le impusieran para preservar el Equilibrio y la Balanza.

- Como algunos de vosotros sabréis -comenzó con voz serena cuando los argumentos hubieron cesado-, en el momento de la evolución del Homo Sapiens, la antigua Atlántida era un punto focal de energía mágica descontrolada, o "magia salvaje". La exposición continua a dichas energías mágicas descontroladas hicieron que los Homo Sapiens de la zona evolucionaran hasta convertirse en Homo Magi, mi raza. Nos hizo adquirir energías místicas inherentes a nuestro adn. Por supuesto, eso ocurrió hace miles de años, y aquellos Homo Magi se unieron a los Homo Sapiens y la sangre se diluyó y se mezcló -miró durante un instante a Zatanna-. Creo que, hoy día, soy el último Homo Magi puro que aún queda. Lo cual significa... que si la magia falla, podría llegar a afectarme también a mí, ignoro de qué modo... pero mi naturaleza es en sí misma mágica.

Guardó silencio un instante, pensativo. ¿Cómo le afectaría un desequilibrio como aquél en el flujo de la magia? ¿Perdería su inmortalidad? ¿Moriría?

- Ser mago implica toda una serie de poderes, pero también una gran responsabilidad, y hoy nos hemos reunido aquí, tal como dictaban las antiguas leyes de Atlantis, para cumplir con nuestro deber sagrado.

Se volvió hacia el Hechicero Supremo. Se le hacía raro no ser él quien encabezara el Cónclave, pues tras la muerte de su padre había sido él, como el hechicero más poderoso de los doce reinos, quien había heredado su posición a la cabeza de la asamblea de magos. Sin embargo, lo agradecía, pues nunca le habían gustado las posiciones de poder.

- Estoy dispuesto a ayudaros. Podéis estar seguro de que haré todo cuanto esté en mi mano para mantener el Equilibrio.

Se le acabó uno de los pitis cuando la mujer de cabellos negros (mierda, había olvidado su nombre...) levantó la voz y dio su parecer, antes de que el sumo Hechicero volviera a abrir la boca. De ésta surgieron algunos reproches hacia la chica de las gafas y pelo largo, al hombre del pitillo y alguno más (tampoco estaba prestando mucha atención). Estrujó los restos de su pitillo en la mano y se lo guardó en el bolsillo, fumándose los otros dos a la vez. Había sido algo temerario por su parte, pero con tal cantidad de magia el picor era inquietante, y debía calmarse de alguna forma.
Algo de lo que dijo el tal Extraño se le quedó. Él ya había dado su opinión y no iba a implicarse más. Si luego pasaba lo que pasara... bueno, ya miraría de solucionarlo en su momento. Tan solo se mezclaría si su "familia" decidía acercarse por la Tierra y decirle hola al miembro perdido.

Entonces la mujer de la chistera y las mallas levantó la voz, encarándose con el hechicero, tal y como lo llamó ella. Pero Sloan tenía la cabeza en otra parte. Justo en algo que había dicho la mujer: ¿La Liga Oscura? No conocía la existencia de algo como eso. Fue tal su curiosidad que ni prestó atención a la explicación de Arión sobre los inicios del hombre mágico y como evolucionó con el tiempo. Estaba centrado en eso de la Liga Oscura. Algo en él, digamos instinto, le instó a acercarse a donde estaba sentada esa mujer. O mejor dicho, pasó por detrás de los asientos hasta situarse detrás de ésta. Alargó el brazo y le tocó el hombro con el dedo al tiempo que bajaba la cabeza y susurraba.

- Pss. Eh, perdona. Hola, soy Sloan. ¿Podrías decirme qué es eso de la Liga Oscura?

Strange nos responde a quien tienen la misma opinión pero en varios enfoques,  desde el Iron Man mágico, Dalae y yo, enfatizando su propio punto y esclareciendo el mismo, luego la chica de pelos largos seguía nuestra misma línea de opinión, solo que dando a entender que los buenos podrían dar una cacería de brujas, y lo digo porque le puso una sonrisa aparte el tono que era como amenaza,  ¿espera maestro? Era raro que alguien llame asi, en estos tiempos, en términos sobrenaturales suele significar una cosa muy específica pero esperare a que sigua la conversación para comprobar, Strange le responde cambiando su tono hacia ella, ahora el tono neutro y se vuelve desprecio, comenta sobre señores demoniacos, ¡a eso me refería!, con razón su actitud o presencia se sentía inquietante, volviendo a la calma, sigue con ella, le explica una consecuencia para las dimensiones demoniacas si el problema aumenta, pero el que ocurriera eso implicaría repercusiones a nuestro mundo también por lo que se debía evitar en todo caso.

En plena discusión Constantine alza la palabra llamando a Strange sacerdote, quien expone su punto, similar al ya mencionado pero enfocando la situación hacia el Hechicero, no confiaba en el, entre otros insultos y escupió, cosa que el Santuario le devolvió el gesto, incluso eso activaba la magia de neutralidad del lugar, impresionante, el mago siguió con sus opiniones terminando en una sugerencia de eliminación contra la que había hecho un pacto al parecer.

Luego un mago con pintas renacentistas o por lo menos algo más elegante de lo acostumbrado, se levanto para exponer una idea más que interesante, una tregua, estos pactos o acuerdos de carácter mágico suelen ser un problema si alguien encuentra una laguna burocrática, pero si alguien rompía el acuerdo deliberadamente sufría consecuencias desagradables, pero los mismo obligaban a los firmantes a cumplir las directrices de dicha tregua, lo cual respondo dirigiéndome al mago elegante—no es mala idea, pero ¿tienes alguna idea de cómo formular tal tregua? ¿Cuales serian los parámetros de la misma?—han existido varios tipos de treguas o contratos mágicos, pero los más famosos y peligrosos son los de sangre y esto daría pie a mostrar quienes son los más dispuestos a ayudar, incluso si algunos fingen y aceptan la tregua, cualquiera que no respete las reglas se las vería chunga.

Quien sorprendió el encuentro fue Sloan, con su muy acertado comentario, era de suponer que es lo que Strange quería hacer desde un principio, la petición de moderar la magia era para que el problema no empeorara y así poder arreglar el asunto sin contratiempos—de hecho la tregua y la sugerencia de el—señalándolo creo que no querría le nombrase—podrían complementarse, tanto la tregua que seria para todos y los que quieran ayudar deberían quedarse para comenzar a trabajar sobre el asunto—un plan simple de momento, lo complicado seria quienes aceptarían la tregua, la formulación de la misma, y emplear los conocimientos de los que quisieran ayudar.

Dejo que siga la discusión general, a sentarme para seguir analizando la reunión, poco después de hacerlo, se acerca Dalae para sentarse junto mío y comentar lo brillante de mis manos y por los pies aunque estos están mas ofuscados por los tenis y el pantalón con bordados peculiares—Buenos días, tardes o noches, señorita Dalae, lo que ve son unos tatuajes que me pusieron hace varios años—se quita un guante.

—Me permiten detectar magia y seres sobrenaturales cercanos, entre más poderosos mas brillan, dejarían de hacerlo si me dieran sus nombres o si supiera quienes son—señalando de manera general a los presentes—pero hay tanta magia que aun sabiendo la identidad de algunos, no dejan de brillar, por eso uso guantes entre-cortados donde los tatuajes que están en los dedos me son visibles y más sutiles—empiezo a notar al lobo—¿tu familiar?—le pregunto con curiosidad, me gustaría tener uno pero solo hay 2 formas de obtener uno, teniendo poderes mágicos e invocarlos o que dicho ser se ofrezca, que es lo más raro de hecho, suele ser por corresponder un gran acto hacia ellos, como salvarles la vida por ejemplo.

Alguien más se hace notar, es la maga de vestimenta clásica y provocadora, empieza un discurso sobre las convicciones generales de los que usan la magia, menciona una tal Liga Oscura, como que me suena, creo que lo menciono Constantine una vez en caso de Juri hace casi un año, su opinión al respecto de ayudar a los superhéroes que no se involucran con la magia y la protección a los propios inocentes, pero termina por darle la razón a Sloan.

Poco después sale en escena Arion hablando sobre la historia de su raza, nunca había escuchado el termino Homo Magi, al parecer ya esta usando términos modernos como ADN o nomenclatura de taxonomía, dando a entender que por su naturaleza mágica de nacimiento el afectaría de algún modo este desequilibrio, no creo que sea buena idea exponer ese tipo de debilidad ante seres demoniacos o hechiceros de fuerzas oscuras, se hace un silencio y vuelve a hablar, sobre la responsabilidad de tener poderes mágicos y mantener el orden en el mundo, termina por ofrecerse a ayudar en cualquier modo posible.

Alcance a ver como Sloan se iba con la maga clásica pero decidí seguir prestando atención a la reunión, el Iron Man mágico vuelve a tomar la palabra, para decir de manera más larga una frase bastante conocida, el enemigo de mi enemigo es mi amigo, y ese enemigo es el desequilibrio de la magia, también se ofrece ayudar.

Bueno es hora de decidir, quienes aceptaran estas ideas—bien, me uno a la fiesta, solo falta saber quiénes están dispuestos a una tregua, estructurarla y a ayudar a resolver este asunto—dando un barrido visual general, yo por mi parte estoy dispuesto ayudar por el bien común, aunque a veces es un fastidio de hecho.

El lobo respondió a mi pregunta, me sorprende y no a la vez, siempre me es fascinante el que los animales hablen aunque sean de carácter místico, pero por otro lado estando en el mundo secreto, te llegas a acostumbrar a lo extraño e “imposible”—lo siento, me refiero a un espíritu que es invocado por alguien versado en magia y forman un pacto donde funcionan como amo y sirviente—le respondo al lobo blanco que se empieza a inquietar y caminar dando vueltas en torno a Dalae, dejando una ligera capa de escarcha, Dalae me cuenta sobre el lobo y sus inquietudes—y no los culpo, incluso yo sin poseer poderes mágicos puedo sentir la misma de una manera diferente a ustedes por lo menos supongo que así es.

Mientras las discusiones seguían la adivina de las cartas anuncia que no puede confiar en ninguno de nosotros, que no puede ver nada de lo que ocurrirá y no quiere arriesgarse, guarda sus cartas y se levanta para dirigirse hacia el portal de donde vino, antes de irse por completo nos dice que si queremos saber nuestro futuro que le busque en Estados Unidos, pero sin decir algo mas especifico, podría ser útil en mi búsqueda de Orochi o por lo menos saber si podre regresar a mi mundo.

Poco después de que la adivina se retirara otro anuncio se proclama, mientras aparece desde las sombras una mujer con una armadura muy peculiar una extraña combinación de culturas, su voz y presencia era…inquietante, no maligno pero no era del agrado total, aparte tenia cuernos, definidamente no es humana, pese a todo tenía una belleza gótica, sus ojos eran similares en brillo al del demonio de la espada, por fin vuelve a hablar, presentándose como Ereshkigal…espera, no es la diosa del inframundo… ¿sumerio? No lo recuerdo por completo pero si recuerdo que su esposo Nergal me ataco una vez con una horda de zombies cuando agarre una estatuilla de él, a ella no le afectaba directamente el problema de la magia pero contiene tomos o grimorios en su reino, ella es consciente del asunto, de su peligro y se une al grupo de los que ayudaran, terminando su plática vuelve a las sombras del santuario, espero no toparme de nuevo con su esposo, o por lo menos no volverme enemigo de la diosa.

Todavía no se sacaba nada en claro o definitivo en esta reunión, ¿soy yo o aquí no había un grupo que se dedicara a mantener orden entre los magos del mundo? ¿Una clase de grupo imparcial o similar?  Mientras sigo deliberando en este pensamiento, el mago elegante me da la razón con respecto al asunto de la tregua o pacto, luego se dirige hacia Strange para seguir con la fila de los que se disponen a ayudar, no sin antes aclarar que necesita alguna garantía, da un vistazo a lo que parece un reloj clásico y se despide de algunos conocidos, pero de manera más respetuosa hacia Arion y la diosa Ereshkigal, terminando ese acto, se va sin distracciones, poco después el demonio de ojos verdes se telestrasporta, supongo que el asunto no le interesa en lo más mínimo, era de esperarse de uno de su calaña.

De repente la mujer de las estrellitas saltarinas aparece enfrente de Strange en tono coqueto, le reclama sobre su titulo o mas bien invalida su titulo por razones prácticas y si quiere que todos les reconozcamos tiene que ganárselo desde cero en este mundo fusionado y comenta la naturaleza de la magia con sus respectivos modos de auto-regularse naturalmente, empieza a desplazarse a su peculiar manera hacia Constantine dándole la razón, vuelve con el Hechicero para darse a conocer por completo como Promethea la Diosa de la imaginación, curioso nunca había escuchado de una diosa similar, luego empieza a especular las razones del problema con la magia, desde que se está auto regulándose por la fusión hasta la posibilidad de que alguien o algo mas está causando el desequilibrio, le sigue un discurso para motivar a los presentes que todavía no se hayan ofrecido a ayudar.

Finalmente empezó a hacer un pentagrama mágico donde salió un bastón con serpientes enroscadas, demonios era la Vara de Esculapio, símbolo que ostenta la medicina, aunque la que se usa actualmente tiene alas, pero tiene un parecido interesante, bueno prosigamos con lo que termina de decir Promethea, se ofrece como varios de los presentes a ayudar y da una sutil recomendación sobre velar el equilibrio de la magia que el asunto ya no puede quedar en manos de pocos.

¡Eso es lo que pensaba! Me levanto de nuevo y me dirijo a los presentes—En efecto, lo que dice la Diosa de la imaginación, déjenme contarles algo de mi mundo que está relacionado con la propuesta de Promethea, en mi mundo existen 3 grandes sociedades secretas que luchan contra las fuerzas sobrenaturales; Los Templarios, Los Illuminatis y Los Dragones, llevan su lucha desde tiempos inmemorables, el problema que no solo protegen a la humanidad sino que quieren gobernarlo con su propia filosofía, esto ha llevado a pelear entre ellos a través de los siglos, pero entre 3000 aC y 1300 dC surgió un desastre de enormes proporciones de naturaleza esotérica, que pudo evitarse pero no fue así, a raíz de eso se formo El Consejo de Venecia, que es un órgano de gobierno imparcial, que fija las "reglas" de la guerra secreta, monitorea y vigila la actividad entre las distintas facciones y cábalas--doy una pausa--en resumen es un equivalente a las Naciones Unidas y las sociedades tienen un lugar para debatir políticas y cuestiones del mundo secreto, la propuesta de la Diosa es similar—desplego la mano dándole la razón de su último comentario—por lo tanto hagamos nuestra propio Consejo de Venecia y no repitamos los errores de ellos, pues surgieron a raíz de un desastre esotérico—empiezo a alzar la voz—nosotros estamos ante un desastre que se puede evitar si nos unimos—normalizo mi tono—así que por favor aunque no tengan devoción por la Diosa Promethea hagámosle caso—bien, he provocado una onda en el mar, tendré que esperar en donde acaba el Tsunami.

--Pero que guapo estás Wiccan. Me alegra mucho verte. Vamos a ver que espectáculo nos han preparado, querido. -Le dijo Promethea a Billy, tras cogerle de los mofletes y darle varios besos, los cuales dejaron un rastro de carmín en su rostro. El wiccano tan sólo sonrió tímidamente y apoyó su mano en la rodilla de su amiga, como signo de aprecio. Justo después del gesto dirigió su mirada nuevamente al anfitrión, que comenzaba a hablar.

La cosa parecía realmente seria. Según acababa de decir el propio Dr. Strange, la Colisión había provocado un desequilibrio en la Magia en su conjunto, y esto podría provocar una inestabilidad mágica de impredecibles resultados. Eso explicaba por qué tras la Colisión al joven hechicero le costase tanto realizar encantamientos o conjuros que hasta ese momento le habían resultado muy sencillos de ejecutar. Y todo ello exigía de ciertas limitaciones en el empleo de la magia por parte de sus usuarios, al menos hasta que Strange encontrase la forma de reordenar los flujos mismos de la Magia y todo volviese a su sitio. La segunda noticia fue más que sorprendente. Al parecer, Stephen dejaba el cargo de Hechicero Supremo. O al menos lo haría de encontrar a un sustituto adecuado. Wiccan no pudo evitar sorprenderse por ello y, aunque intentó que no se notase su preocupación, por dentro ya no sabía qué pensar. ¿Qué motivos realmente habrían llevado al Doctor Extraño a renunciar a su título? Sin duda, era un hito histórico y algo que no todos los días se veía. Según tenía entendido Billy, dicho título lo acapararía Stephen hasta que sus fuerzas no le permitiesen mantener el Orden Mágico del mundo o hasta que alguien mejor preparado que él pudiera convertirse en su sucesor. Pero no pensó que ocurriría tan pronto.

Las respuestas por parte de los presentes no tardaron en pronunciarse. Mientras que unos preguntaban por el tiempo que duraría la limitación del uso de la magia y si contarían con alguna salvaguarda para protegerse de los enemigos de cada uno, otros preguntaban si la Colisión había tenido un origen o causa mágica. También hubo alguno que otro que se negó en rotundo a tomar el consejo de Stephen, entre ellos un hombre rubio de acento británico, con gabardina y una actitud desafiante. Otros apoyaron la idea del Hechicero Supremo, e incluso los hubo que plantearon aunar fuerzas con él para contribuir en la solución del problema. Billy, por su parte, se sentía como un mero aprendiz entre tantos hechiceros experimentados y, seguramente, muy poderosos.

Stephen contestó de forma general a cada una de las preguntas y propuestas, mucho más calmado de lo que Wiccan se esperaría, dada la tensión que se había generado en un momento. Aceptó la ayuda que otros magos y magas pudieran ofrecerle en su difícil tarea. Nuevamente, las respuestas no tardaron en llegar. Una mujer con un curioso traje al estilo "Magic Show" opinó en contra de la idea de limitar el uso, y apoyó la propuesta de unir fuerzas. A continuación, un hombre de aspecto joven que hasta ese momento no había llamado la atención de Billy intervino.

-Como algunos de vosotros sabréis, en el momento de la evolución del Homo Sapiens, la antigua Atlántida era un punto focal de energía mágica descontrolada, o "magia salvaje". La exposición continua a dichas energías mágicas descontroladas hicieron que los Homo Sapiens de la zona evolucionaran hasta convertirse en Homo Magi, mi raza. Nos hizo adquirir energías místicas inherentes a nuestro adn. Por supuesto, eso ocurrió hace miles de años, y aquellos Homo Magi se unieron a los Homo Sapiens y la sangre se diluyó y se mezcló.

...

-Creo que, hoy día, soy el último Homo Magi puro que aún queda. Lo cual significa... que si la magia falla, podría llegar a afectarme también a mí, ignoro de qué modo... pero mi naturaleza es en sí misma mágica. -Tras lo que se ofreció a ayudar a Strange. Billy había escuchado toda su explicación sobre los Homo Magi con curiosidad y atención. Por lo que parecía, debía de proceder de la otra dimensión, pues su forma de hablar, de vestir y el mismo hecho de no ser conocido para los Vengadores aún siendo supuestamente el último Homo Magi resultaba misterioso.

Algunos más ofrecieron su ayuda, mientras otros, dando por concluida su contribución, dejaron el santuario y volvieron a sus respectivas vidas. Wiccan no había hablado en ningún momento desde que llegó. Se había limitado a observar y escuchar todo cuanto decían el resto de hechiceros y seres mágicos y demoníacos. A decir verdad, y salvo en caso de tener que emplearla por su propia seguridad o la de sus seres queridos, a Billy no le parecía tan mala idea limitar el uso de la Magia. Ya se lo había planteado con anterioridad debido a la inestabilidad característica de sus hechizos y de su poder, por lo que no creía descabellado dejarla por un tiempo.

Además, precisamente sobre eso quería comentarle al Dr. Extraño. Sobre la responsabilidad que suponía, en ausencia de la Bruja Escarlata, su madre, ser fuente misma de la Magia del Caos y un alterador de la realidad, y más aún cuando todavía no la dominaba por completo.

A continuación una tal Ereshkigal se presentó y anunció que sus dominios quedaban vetados desde este momento a todo hechicero. Billy la observó por un momento. Le recordaba un poco a Hela, la Diosa nórdica de los Muertos. Entonces, sin darse cuenta de ello, Promethea desapareció de su lado y apareció al lado de Extraño, y comenzó a dar un discurso que para nada se hubiera esperado que saliera de su boca. El caso es que tenía razón en todo lo que decía. La Colisión había rediseñado nuestro universo y la realidad en sí misma, incluyendo con ella la misma esencia de la Magia, por lo que ahora nada era como había sido antes, y todo era relativo.

Animado por el discurso de su amiga, aunque aún tímido ante las numerosas presencias imponentes a su alrededor, Billy se levantó un momento de su silla y pronunció las que quizá serían sus únicas palabras ante aquella audiencia.

-No sé qué tipo de ayuda es la que necesitas, Doctor, pero si yo pudiera hacer algo que contribuya a solucionar todo este caos, sería un honor poder ayudarte... -Su mirada se había fijado en los ojos de su viejo compañero vengador, aunque la capa aún tapaba gran parte de su rostro. Para Stephen no era problema, pues conocía con exactitud su identidad. El joven mago miró al cabo de unos segundos a Promethea, en busca de algún gesto de aprobación. Tenía cosas que hablar con Strange, pero prefería hacerlo en privado, pues no sabía hasta qué punto era conveniente o no hablarlo delante de todos los presentes. Sin más que decir, se sentó de nuevo sobre su asiento y aguardó a que concluyera la reunión, observando y escuchando el resto de reacciones de los presentes.

Vale, entiendo que no soy de los powerosos, pero por lo menos podre ayudar cuando haya necesidad de varias especialidades--entendido, al parecer no habrá problemas para que nos contacte, ya lo ha demostrado, esperare noticias sobre el asunto, gracias por tomarme en cuenta--me levanto y me dirijo a Dalae que ella se había adelantado a irse despidiéndose con una sonrisa y hago lo mismo--fue bueno verte de nuevo, nos veremos pronto para ayudar en este asunto—termino despidiéndome con la mano y me dirijo hacia mi propio portal.