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The times they're changing (Congresistas - 10 de mayo de 2019)
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Alexander Joseph Luthor DC Universe
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Tema: The times they're changing (Congresistas - 10 de mayo de 2019) 22nd Noviembre 2021, 14:55
Jueves 09 de mayo de 2019
-...Y por supuesto la comunidad metahumana se empeña en defender los crímenes perpetrados por Raven ¿Qué iban a hacer si no? – El corpulento presentador Alex Jones lanzaba su discurso mirando directamente a la cámara que grababa el podcast, estaba rojo y la vena de la sien le palpitaba mientras el flequillo empapado en sudor se le desparramaba por la cara, llevaba dos horas de programa de radio en directo a través de la plataforma en internet de FOX News: - Seguimos en guerra señores, si, y está feo que lo diga un orador público, pero alguien tiene que levantar la voz…-
El hombre detuvo unos instantes su discurso para beber agua, una vez terminó golpeó con fuerza la mesa con el puño derecho y prosiguió: - ¡Los nazis ya lo intentaron! Los nazis ya quisieron convertirse en una raza superior, y ahora son esos metahumanos…Y no se engañen, son todos iguales, al final solo les importará defender a los suyos…- Volvió a golpear la mesa con dureza: - ¿Pues saben qué? A todos esos bichos raros yo les digo, que si no les gusta este país ¡Que se larguen! – Un grupo de aplausos de los redactores y ayudantes del programa empezó a sonar con fuerza, Jones hizo un gesto para bajar el ruido: - Yo solo soy un ciudadano americano que se preocupa por su país, pago mis impuestos, voy a misa y ayudo a mi vecino ¿Pero que hace esa gentuza por ustedes? –
La campana de la puerta de la entrada de la tienda rompió el sonido del programa de radio de Alex Jones en FOX News, Roberto Guiralda, un inmigrante Venezolano que regentaba una tienda de ultramarinos en San Francisco desde hacía 15 años vio entrar a un par de adolescentes en su establecimiento, bastante abrigados para la época del año en la que estaban, bajó el volumen de la radio y murmuró: - Buenos días señores…- Apoyó el codo en el mostrador y movió la página del periódico que estaba ojeando, en la noticia se hablaba de una explosión en una escuela y de que habían detenido a un mutante como el presunto autor: - Putos metas. – Murmuró Roberto en español mientras cerraba el periódico indignado: - ¡Eh! ¿Qué carajo están haciendo allá? – El hombre gritó mientras comprobaba en las cámaras de seguridad el pasillo 7, de dónde había venido un ruido, en la tienda solo estaba él y los chicos que acababan de entrar: - Malditos crí…- Roberto enmudeció cuando a través de la pantalla vio que uno de ellos se quitaba el gorro que llevaba, mostrando unas orejas picudas y el otro se quitaba los guantes, mostrando unas garras:
-No…No, no, no….- ¿Cuántas veces lo había visto en las noticias últimamente? Unos metahumanos, poseídos o demonios robaban un local y lo destrozaban, o atacaban a las personas que hubiera dentro por diversión…Pero él no iba a ser una puta víctima…Se agachó en silencio y cogió un revolver de debajo del mostrador: - …Hora de que la gente de este país se levante y luche…- Cerró los ojos y se concentró en la voz de Alex Jones que aún sonaba en la emisora…
Se deslizó en silencio por los pasillos, ya estaba cerca, podía escuchar a esos monstruos reírse: - Johnny tío ¡Ha Ha Ha! Para, para…- El chico con las garras de animal jugaba con una lata en sus manos mientras el otro se reía: - ¿Y si….? – El chico de las garras se acercó poco a poco a su amigo cuando de repente Guiralda apareció en el pasillo apuntándoles con el revolver, la lata se le cayó de las manos con suspiro ahogado, el metal rebotó y rodó en el suelo hasta los pies del dependiente, su pulso temblaba mientras apuntaba a los adolescentes: - ¡Me cago en la puta! ¿Qué estáis haciendo? – El cañón iba alternando de uno al otro, que levantaron sus manos en señal de rendición, el chico de las orejas picudas, con lágrimas en los ojos miró al hombre: - P-perdón señor…S-sólo estábamos juga..Jugando…- Roberto apuntó al chico: - ¡Y una mierda! ¡Yo ya sé de qué calaña sois los monstruos como tú! – El segundo adolescente, al ver a su amigo amenazado no se lo pensó dos veces, corrió hacia el tipo pensando que podría desarmarlo…Roberto chilló mientras cada poro de su piel su daba adrenalina, sería un héroe...Salvaría su país.
El sonido de los disparos asustó a los viandantes que pasaban delante de la tienda en esos momentos….Aquel macabro suceso solo era uno más de los que día a día llevaban sucediendo en las últimas semanas.
Viernes 10 de mayo de 2019
- Ayer un trabajador que defendía su negocio de dos metahumanos resultó herido de gravedad en una confrontación con los mismos... - El joven presentador ajustó sus gafas de montura negra: - Los jóvenes han pasado a disposición judicial y el hombre, de 48 años está en el hospital...- El hombre guardó silencio unos instantes mientras bajaba la mirada para después clavar sus cristalinos ojos azules en la cámara: - Con este ya son más de treinta los incidentes reportados en el país relacionados con metahumanos en apenas unas semanas...-
El plano se amplió para mostrar a los colaboradores del programa, a la izquierda una mujer con el pelo rubio y los labios operados y un hombre con un mostacho rojizo y calvo, a la derecha Alex Jones y una mujer afroamericana de edad avanzada: - ¡Intolerable! - Jones golpeó con el puño en la mesa: - ¿Cuánto tiempo más vamos a tener que aguantar esto? - El presentador le hizo un gesto para que se calmara y se dirigió a la rubia: - Usted ha trabajado mucho tiempo como relaciones públicas de varias formaciones metahumanas ¿Que opina al respecto señorita Griso? -
Suzanne Griso sonrió al hombre de las gafas y despegó sus labios: - Hace años era muy diferente, la tasa de manifestación del gen metahumano era muy baja, así que en parte nos podíamos permitir que vivieran al margen de la ley...- Le hizo un gesto a Jones, que ya estaba a punto de protestar: - Déjame seguir Jones. - Le dedicó una gélida sonrisa y prosiguió con su discurso: - Es como los vehículos, cuando solo hay 10 coches ellos mismos pueden controlarse y regularse, no representan un peligro tan grande, pero cuando la ciudad esta llena...- Levantó los hombros: -...Hay que controlar de alguna forma que esto no se escape de control. -
El hombre del mostacho afirmó y dijo: - Efectivamente, estas personas necesitan ser educados en enfocar sus habilidades para ayudar a la sociedad...Hay países en los que métodos similares han dado buenos resultados...China y Rusia ya están trabajando en métodos ¿Por qué debería quedarse Estados Unidos atrás? - La mujer al lado de Jones parecía que iba a decir algo pero el presentador les interrumpió de repente:
- Disculpad, este debate es muy interesante, pero me comunican que nuestro reportero enviado al Capitolio tiene nuevas noticias...Conectamos con el señor Snow. -
Capitolio de los EEUU
- ¡Si Joe! Durante toda la mañana se ha estado congregando gente alrededor del Capitolio de los Estados Unidos, dentro están los congresistas y el equipo de gobierno debatiendo el que se dice, será un proyecto de ley que busca atajar el problema con las comunidades metahumanas...- Detrás del periodista se podía ver el capitolio de los Estados Unidos, custodiado por la policía y con un grupo numeroso de personas encapuchadas que llevaban pancartas de protesta, muchas de ellas transmitían mensajes de odio hacia los metahumanos y los héroes más famosos: - No sabemos que sucederá, aquí el ambiente es muy tenso y...- Uno de los manifestantes se acercó al reportero y agarró el micrófono: - ¡Queremos héroes como nosotros! - El tipo llevaba una pancarta que rezaba: El presidente Luthor es mi héroe.
El periodista pudo recuperar su micrófono y continuó: - Esperemos que el gobierno de pronto un mensaje con la resolución y que esta gente pueda irse tranquila a casa...Parece que muchos de estos manifestantes tienen fe en el presidente Luthor, que, por su parte, a pesar de estar aún recuperándose de la heridas que sufrió en el ataque al Pentágono ha decidido venir en persona a presentar su proyecto ley.-
Interior del Capitolio
- La situación es insostenible...- Lex se encontraba de pie en un atril, hablando al resto de la cámara de congresistas, le caía el sudor por la frente y la tensión era más que evidente: - El pueblo y los hechos nos piden que actuemos señorías. La tasa de criminalidad desde la invasión demoníaca se ha visto y en el centro de todos estos actos hay metahumanos y seres con habilidades especiales...No podemos continuar...- Tuvo que parar para toser, aún tenía varias heridas evidentes. Cogió el vaso de agua que tenía sobre el atril y continuó: - Disculpen...-
Luthor dirigió una mirada a todos los allí presentes y cogió aire: - No podemos continuar así. Los hechos son los que son, la comunidad metahumana está fuera de control, la gente tiene miedo...Y es el deber de este gobierno y de sus representantes hacer que dejen de tenerlo. - Levantó un dossier marrón con un sello oficial: - En sus manos tienen cada uno de ustedes una copia de la propuesta del proyecto ley que mi gobierno quiere impulsar, estoy aquí para responder a todas las preguntas que tengan sobre el mismo y que juntos, al acabar esta sesión, podamos ofrecer una solución igualitaria y justa para todos los ciudadanos de este país. -
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Tema: Re: The times they're changing (Congresistas - 10 de mayo de 2019) 23rd Noviembre 2021, 18:17
- ¿Saben?- preguntaba desde el otro lado del amplísimo televisor la arrogante mirada de suficiencia de Bill Maher- Creo que, en vez de poner biblias en las habitaciones de hotel, deberíamos empezar a poner diccionarios- unas tímidas risas se asomaron desde el fondo del plató. Jessica, pese a ser también una liberal convencida, no soportaba aquella arrogancia engominada. A esos que pontificaban desde su torre de marfil, a aquellos que habían perdido tanto la perspectiva que llegaban a jactarse de que no tendrían ningún problema en sentarse junto a un mutante en el autobús cuando hacía años que no pisaban uno. Odiaba a quienes estaban tan seguros de tener razón. El problema con Bill es que, para su desgracia, solía tenerla- Estamos perdiendo la perspectiva del significado de las palabras. Hace poco, la congresista Miranda Winters acusó a nuestro presidente de tener “fobia a los mutantes”. Fobia, para quien no lo sepa, viene del griego “phobos”, y es un sufijo empleado para calificar “el miedo irracional hacia algo”. Ya saben, como las arañas o los gérmenes. Se ha dicho muchas veces de mí que tengo fobia al compromiso. No, no le tengo ningún miedo, simplemente lo odio- las risas se hicieron aún más hueco en el ecosistema del plató- Y eso es lo que pasa con el presidente Luthor. Es odio, señores, no miedo…
-… miedo- tomó involuntariamente el relevo un hombre pelirrojo después de que Jessica cambiase de canal. Sus gafas, del mismo color, y el discreto maquillaje apenas conseguían disimular el reciente moratón de su ojo izquierdo- Esa ha sido la base de la campaña presidencial del señor Luthor y no debería sorprendernos que sea también el sustento de sus políticas ahora que, para disgusto de muchos, duerme en la Casa Blanca. Pero que su discurso apocalíptico no nos haga perder la perspectiva. La Ley que nuestro “mesiánico” presidente quiere aprobar es un atropello contra la constitución de este país, contra los derechos civiles y, si me apuran, contra los derechos humanos. Lo poco que ha dejado traslucir de su proyecto ya constituye un atentado contra las libertades constitucionales sin precedente. Díganme, si una persona no está obligada a declarar sobre su religión, su ideología, o su condición sexual ¿Por qué debería hacerlo sobre su condición genética? ¿Debe alguien ser marcado públicamente porque su genoma ha decidido, sin pedirle opinión, que puede lanzar rayos por las manos? No se confundan, esta es la primera fase de la perpetración de un robo. Es el agujero en la bóveda por el que Luthor va a ir entrando, poco a poco, con nocturnidad y alevosía, a robar cada una de nuestras libertades. Nos colará su Acta por la puerta de atrás y después empezarán a venir las delaciones, las detenciones ilegales y extemporáneas, los procesos sin garantías…
- ¿Quién es el que se pone apocalíptico ahora?- bufó J. Jonah Jameson al otro lado de la mesa- Debería sorprenderme que un hombre de leyes se oponga a una medida que no hará más que reforzar los derechos de los americanos. Por fin contaremos con armas legales- remarcó mucho lo de “legales”- que nos permitan evitar que cualquier amenaza enmascarada, haciendo uso de unos poderes que no tiene derecho a poseer, haga lo que le venga en gana con total impunidad. Pero bueno, a estas alturas nada puede sorprenderme de un hombre que se ha hecho un nombre defendiendo a forajidos encapuchados…
- ¿Cómo Spider-Man? Jonah, llevamos tantos años escuchando esa misma canción que, a veces, desearía haber perdido el oído en vez de la vista. Debería ser más celoso de nuestras libertades. Algunas, como la de prensa, son lo que, precisamente, han permitido a gente como usted hacerse un nombre a base de difamación.
- Sólo a alguien que tenga algo que esconder le molestaría el ejercicio de la libertad de prensa. Y tiene la cara de venir a darnos lecciones sobre el miedo.
- No me da miedo la libertad de prensa, Jonah. Pero soy consciente de que las libertades de uno terminan donde empiezan los derechos de los demás. Por ejemplo, yo podría hacer uso de mi derecho a la libertad de expresión para decir en televisión nacional algo tan absurdo como que usted financió experimentos ilegales para convertir a una persona en un escorpión humano…
- ¿Cómo se…?
- Pero no voy a hacerlo, porque le estaría calumniando ¿No es así?
- ¿Puedes apagar eso?- dijo Miranda Winters mientras, apurando su taza de café, terminaba de ajustarse su americana color beige, a juego con la recatada falda- Ya tengo bastante con escuchar todo eso fuera de casa.
- La tele me hace compañía mientras pinto- apuntó Jessica apagando el aparato. Una muy poco sutil réplica, a juicio de Miranda.
- ¿Por qué no se ha levantado aún Thomas? ¿No tiene colegio?
- Hoy no quería ir y le he dado permiso.
- ¿Ah sí?- dijo Miranda levantando la ceja- ¿No te ha parecido que yo tuviese algo que decir al respecto?
- Sí, pero para opinar hay que estar- Jessica levantó las manos, llenas de pintura verde, firmando el armisticio antes de la réplica- Ayer hubo un… incidente en el colegio. Una niña a la que estaban molestando se puso nerviosa y… soltó una especie de destello. Como un flash pero muy potente ¿Sabes? Saliendo de su cuerpo… Alguno de los chicos puede que no recuperen la vista.
- Dios mío…
- Tiene miedo, Miranda. He intentado hablar con él pero… Nos necesita a las dos. Tú… tú estás metida en estos temas…
- ¿Qué temas?
Jessica se limpió las manos con agua y un paño y se acercó con lentitud a su mujer, acariciándole las solapas de la americana con mucho cuidado de no manchárselas.
- Sólo que… Miranda. Tienes que decirle a nuestro hijo que está seguro ¿Vale? Ya tiene edad para empezar a enterarse de según qué cosas. A qué te dedicas. A ti te hará caso ¿Se lo dirás?
- ¿Qué?
- Dile que está seguro. Con nosotras.
…
- Buenos días, señora Winters- dijo con su talante, siempre optimista, el chófer.
- Por decir algo, Vincent ¿Nos ponemos en marcha?
Miranda tenía la cabeza como si una convención de percusionistas hubiese decidido celebrar en ella su reunión anual: y sólo eran las siete. Por lo general disfrutaba de las conversaciones con Vincent. En su mundo artificial, de sonrisas falsas y puñales tras la espalda, donde importaban más tus intereses que tu personalidad, una pequeña charla por la mañana, sobre asuntos triviales, tal vez un partido o la película que habían visto el viernes, le ayudaba a llegar más despejada. Pero, aquel día, Miranda no tenía humor por mucho que necesitase aquel alivio. Por otro lado, Vincent tampoco estaba esa mañana demasiado proclive a la cháchara intrascendente. Todo el mundo estaba hablando de lo mismo. Y ella no quería hablar, ni pensar, ya dedicaba demasiado tiempo de su día a ambas actividades.
- Vincent… por favor ¿Podrías cerrar hoy el cristal? Creo que no me encuentro muy bien.
- Sin problema, señora Winters.
Perfecto. A sus problemas profesionales y personales se sumaba el remordimiento. Ella, liberal convencida, acababa de ordenarle a su chófer negro que cerrase la boca desde el asiento trasero de su coche oficial. En el tiempo que llevaba trabajando para ella no había conseguido que la llamase Miranda y mucho menos iba a hacerlo desde aquél día. Se sentía como una muy blanca y sureña Escarlata O´hara jugando a ser Rosa Parks. Pero ¿Qué le iba a decir a Vincent? Estaba preocupado, como todo el mundo, y no podía darle las respuestas que buscaba. No podía decirle que estarían seguros a cambio de perpetuar la discriminación institucional. Él tendría que comprenderlo, sabía lo que era ser tratado de forma diferente a los demás por circunstancias que no había elegido, igual que ella. Ella, que pese a su muy tolerante entorno durante la universidad tuvo que seguir presentando a Jessica como “su compañera de piso”. Ella, que pese a haber currado como nadie durante años tenía que seguir soportando que en el partido la mirasen por encima del hombro, diciendo en alto o en voz baja que estaba allí para cubrir cuotas. Ella, que pese a tener un padre que le había inculcado desde niña valores de tolerancia, un hombre que se había llevado palos de la policía por llevar el pelo hasta el culo y gritar que legalizasen la hierba, el aborto o lo que tocase esa semana, tuvo que soportar cómo la miraba con decepción cuando, informada de que no podía concebir, descubrió que su nieto no iba a llevar su sangre. Miranda sabía cuán pronto desaparecían los ideales de boquilla cuando otros intereses entraban en juego. Por eso, durante la campaña, mientras el resto de congresistas mostraban con orgullo a sus familias en los mítines, ella se veía forzada a aparecer sola “para dar una sensación de mujer fuerte e independiente”. O, mejor dicho, “para no recordar al electorado que eres una lesbiana casada y con un hijo probeta”.
El discurrir de sus pensamientos se detuvo al mismo tiempo que el coche oficial, aunque había pasado muy poco tiempo como para que hubiesen llegado aún.
- ¿Qué ocurre Vincent?- preguntó Miranda algo inquieta.
- Son los manifestantes, señora Winters.
Los hombres de seguridad se acercaron al coche, abriendo la puerta trasera. Miranda pudo observar el ambiente de crispación. Los gritos, las consignas y hasta pudo leer alguna de esas pancartas que le daban la sensación de estar criando una bonita úlcera. Activistas pro-metahumanos y anti-mutantes se agolpaban a las puertas del Capitolio, increpándose y lanzándose algún objeto entre sí pese a los esfuerzos de la policía. Uno de los trajeados se dirigió a ella con evidente preocupación.
- Congresista. Venga con nosotros, será mejor que entremos por otro lado.
- No- dijo ella, con falsa seguridad, fingiendo que no le temblaban las piernas- Yo soy una de las representantes de esas personas y no voy a entrar por la puerta trasera. Somos los representantes del pueblo y no me dan miedo.
- Como quiera. Sujétese a nosotros.
Bien custodiada por su guardia pretoriana, la congresista Winters recorrió todo el camino hacia las puertas del capitolio esquivando, con la mente y, a veces, también con el cuerpo, los proyectiles verbales y físicos que ambos grupos de manifestantes se lanzaban entre sí y, cabe decir, también contra ella. Finalmente, cuando estaba a punto de entrar, la mirada de un hombre, alto y extremadamente delgado, le heló la sangre. Tímidamente escondido en los cuellos de una gabardina gris, un rostro apenas visible, lleno de pelo negruzco, le dedicó una amarillenta y penetrante mirada. Ojos desencajados y muertos, sin un iris que permitiese intuir hacia dónde estaba mirando. La sonrisa: enorme, blanca, llena de grandes y afilados dientes.
Una sonrisa que habría que hacer muchos esfuerzos por calificar de “humana”.
…
Interior del Capitolio
Luthor dirigió una mirada a todos los allí presentes y cogió aire: - No podemos continuar así. Los hechos son los que son, la comunidad metahumana está fuera de control, la gente tiene miedo...Y es el deber de este gobierno y de sus representantes hacer que dejen de tenerlo. - Levantó un dossier marrón con un sello oficial: - En sus manos tienen cada uno de ustedes una copia de la propuesta del proyecto ley que mi gobierno quiere impulsar, estoy aquí para responder a todas las preguntas que tengan sobre el mismo y que juntos, al acabar esta sesión, podamos ofrecer una solución igualitaria y justa para todos los ciudadanos de este país.
“Este es tu momento, Miranda”, pensó la congresista tras la invitación de Luthor. Su momento “Atticus Finch”, ese instante que había esperado durante toda su vida para levantarse cuando los demás no tenían agallas para hacerlo y luchar por lo que era justo. Su oportunidad de ser “el caballero sin espada”, de dar un discurso motivador y remover las conciencias de todos los presentes y salir a hombros del Capitolio. Pero ella no era Gregory Peck, ni James Stewart y… al fin y al cabo, ellos tampoco eran auténticos héroes. Eran actores a cuyos personajes se les había dado la oportunidad de la grandeza en condiciones de laboratorio perfectamente diseñadas para demostrar al mundo las bondades de la naturaleza humana. Pero ella, pese a haber entrado voluntariamente en el juego no había hecho las reglas ni cargado los dados a su favor. De hecho, ni siquiera había elegido a qué alturas de la partida se había sumado. No eran palabras de libertad y justicia las que resonaban en su cabeza, sino las palabras de su mujer.
“Alguno de los chicos puede que no recupere la vista”
“Dile que está seguro. Con nosotras”
En eso pensaba, claro. También en unos ojos muertos y una sonrisa inhumana.
Miranda Winters se levantó y, tras un carraspeo, habló para todo el Capitolio.
- Hoy he venido con la intención de expresar mi más enérgica oposición a las políticas del señor Luthor. No es un secreto que me he enfrentado a él en el pasado y conozco pocas personas que hayan hecho una campaña más feroz en su contra. Sus ideas y la forma en que las expresa no son de mi agrado, y sé de buena tinta que tampoco lo son para muchos de mis electores. Y, aunque es mi obligación ser la voz de quienes han depositado en mí su confianza también lo es atender a las necesidades del pueblo de los EEUU. Ya no estamos en campaña y, como políticos, nuestra responsabilidad radica en alcanzar acuerdos. Debatimos ideas y combatimos argumentos, no personas. Hay miles de asuntos en los que discrepo con el señor Luthor, relativos a este proyecto de Ley y en otras materias pero…- Miranda se detuvo durante un instante. No demasiado, como política era capaz de encontrar un eufemismo en menos de una milésima de segundo- Pero considero que, con una serie de enmiendas para moderar los aspectos más… polémicos de esta Ley, es nuestra obligación como políticos responsables votar a favor de… de su aprobación.
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Gwen Stacy Marvel Universe
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Tema: Re: The times they're changing (Congresistas - 10 de mayo de 2019) 2nd Enero 2022, 00:43
La vida había sido muy difícil últimamente. Sólo dos días separaban el incidente del debate. Dos fechas señaladas, tan inminentes como urgentes en resolución. La detención de Dragoslav sólo había empeorado las cosas, y todo el evento se había reunido en torno a distintas tragedias silenciadas. Toda su familia estaba sufriendo.
Respiró hondo.
Dentro del coche oficial observó a través de los cristales tintados cómo los manifestantes eran contenidos por las vallas, el equipo de seguridad y la policía. Gritaban furiosos, preparados para reclamar la justicia por su mano si era necesario. Tanta ignorancia disfrazada de miedo…
Haciendo una pinza con dos dedos se colocó los gemelos de su camisa blanca, ajustó el pin de la bandera estadounidense que descansaba sobre la solapa del traje negro y estrechó la corbata azul en torno a su cuello, también azul. Hank McCoy había visto mejores días.
Salió y la turba pareció reanimar sus energías. Nuevos gritos, distintos improperios racistas de todo tipo, refuerzos policiales. Cerró la puerta del coche y este se marchó. - Acompáñenos- Escupió uno de los escoltas de traje negro que le separaba de la muchedumbre. Un grito, de un hombre no muy lejos, sobresalió por encima de los demás. Los oídos de Bestia captaron a la perfección las ocho letras de la palabra “engendro”. Lo que no esperaba era reaccionar con sus reflejos desarrollados cubriéndose el rostro con el antebrazo. Le habían lanzado un huevo desde algún punto de la revuelta.
Para su sorpresa, bajó el brazo y contempló su imagen intacta, y a un escolta quitándose el pinganillo para limpiarlo, y su hombro y su pecho de los restos viscosos y sólidos del proyectil. Hank se detuvo en seco. Calmadamente dirigió la mano al bolsillo de la pechera, donde se veía un reluciente pañuelo blanco que sobresalía. Lo retiró con sumo cuidado y se lo entregó al guardia humano. - Ya eres uno de los nuestros - dijo antes de continuar hacia su entrada al Capitolio.
Ya antes de entrar los distintos disparos de flash se giraron hacia el gigante azul, emitiendo pregunta sobre otra e interponiendo micrófonos en su camino de forma cada vez más invasiva. El mutante simplemente continuó su camino hasta que consiguió alcanzar su sitio asignado y tomar asiento. Dejó el maletín abierto sobre su repisa y con las manos cruzadas sobre los papeles esperó paciente a que le llegase su turno y el moderador así se lo indicase.
El debate lo abrió el presidente Luthor, como era de esperar. Le sorprendió la ingente cantidad de demagogia barata que decidió emplear en su discurso. Peligrosa demagogia. No merecía ser escuchado, ni merecía esa posición de poder. Eso precisamente es lo que le convertía en un peligro.
La siguiente voz que escuchó fue la de la congresista Winters. Era una mujer que había luchado mucho para estar donde estaba. A pesar de su gran entrenada estoicidad, Bestia frunció el ceño con sutileza cuando escuchó el remate de su discurso. ¿A favor? ¿Moderar la ley? Había elegido la opción más cómoda y con menos riesgos… ¿Por qué?
El moderador le hizo la señal, carraspeó, se colocó en su ancha nariz las gafas de media luna que colgaban de su cuello, levantó el micrófono todo lo que pudo y ligeramente encorvado para que se le escuchase, comenzó a hablar.
- Quiero empezar mi turno agradeciendo que se consienta mi presencia en la cámara, viendo que dentro de poco su epígrafe primero, cuarto y quinto del nuevo modelo de ley dejará de permitírmelo. - Su porte era impecable. No tenía un pelo fuera de lugar, una arruga mal planchada… Nada. - Comprendo que parte de la ciudadanía se sienta insegura, no imagino lo que debe ser no poder defender a quienes más me importan de algo que, si se tornase agresivo, tuviese ventaja de forma natural. Sin embargo, considero mucho más útil una integración entre todos los ciudadanos. Creo que este país tiene demasiadas muestras aún presentes de los estragos que puede causar la segregación. - Una ligera pausa, lo justo para que la prensa cuchichease entre susurros.- Para todos aquellos interesados en mayor profundidad en nuestra visión, hemos redactado una contrapropuesta de ley que garantiza la seguridad de los ciudadanos en situación de villanía operada por sujetos con habilidades especiales, sean o no mutantes. Está disponible en nuestra web oficial y para cualquier ciudadano que lo solicite en su junta de distrito cercanos. -
El cuerpo se giró ligeramente hacia Luthor - Quisiera aclarar una duda que su propuesta me genera, señor presidente. Está repitiendo usted el discurso de hace aproximadamente un siglo en el cual especifica que la violencia tiene raza, en este caso mutante. Y que para controlar el problema de raíz debemos centrarnos en la parte específicamente mutante. Bien, esta misma mañana reportaban los medios treinta incidentes metahumanos en las últimas semanas - Henry deslizó la mano bajo la mesa y sacó un libreto de poco menos de dos dedos de grosor. - Esta es una lista de los incidentes hacia la población mutante del último mes. Todos y cada uno de ellos con su número de denuncia correspondiente y el número de la comisaría en la que se hizo la declaración. Obviemos las que no llegan a denunciarse- volvió a meter la mano y sacó un dossier mucho más grueso, parecido a un álbum de fotos familiar. - Y esto, los incidentes resueltos por metahumanos. Con delincuentes de distinto origen. Usted mismo lo ha dicho, los hechos son los que son- colocó uno milimétricamente cuadrado con el otro sobre la madera.
Fingió necesitar un sorbo de agua para dejar macerar esa idea.
- Con esto no pretendo invisibilizar a aquellos que se salten la ley. Toda persona que cometa un delito debe pagar por ello y ser juzgado por el sistema en las mismas condiciones que el resto de ciudadanos - A pesar de que hacía énfasis, sonaba calmado y elegante, huyendo del menosprecio o la soberbia.
Cambió ligeramente el tono a uno más diluido, más genérico y menos concentrado en Luthor. - Creo estar en lo cierto si pienso que muchos de ustedes escucharon las palabras de Alex Jones el día de ayer. Su símil entre los mutantes y los nazis que tan bien conocemos en la política. - Sutil, no podía permitirse el lujo de escupírselo a la cara - Como bien saben, genéticamente formamos parte de un grupo evolutivo distinto, los homo mutandis. A pesar de ello siempre hemos abogado por la igualdad entre los ciudadanos de este mundo y si ha surgido algún tipo de rebelión racista se ha visto rápidamente extinta por el propio colectivo mutante. Quisiera llamar a la reflexión de todos aquellos oyentes, sobre qué perspectiva parece más cercana a una tercera guerra mundial, si la libertad que planteamos o los brazaletes que el señor Luthor nos ofrece. - Los chasquidos de los obturadores de las cámaras invadieron los segundos de silencio que Bestia se tomó para finalizar su planteamiento.
- Tenemos ante nosotros un folio en blanco, un mundo nuevo. Uno que todos conocemos y en el que todos hemos sufrido. Depende de nosotros repetir las heridas de los mundos de los que venimos o bien convertir este nuevo hogar en un propósito mejor. Lo que se decide hoy aquí no es el futuro de los mutantes, señorías. Decidimos qué tipo de país queremos ser en el futuro. Si un país que somete a sus hermanos provocando más miedo, hambre y muerte. O seguir siendo el símbolo de libertad y oportunidades que siempre ha sido Estados Unidos. - Apiló los papeles y los deslizó con dos dedos unos centímetros hacia delante - Para finalizar, quisiera ofrecer un minuto de mi turno para aquellos cuya voz es más difícil de escuchar. - Sus potentes ojos buscaron la cámara de la televisión nacional - No importa si te sientes reflejado en mi, o en el presidente Luthor. En algún momento te has sentido solo. Desencajado, este mundo no era tu sitio, para ti o para los tuyos. Ten presente que siempre habrá quien te acoja. Siempre habrá un equipo, una familia para ti. Un lugar donde te sientas seguro y se te permita ser feliz tal y como eres. Por lo que es, siempre ha sido y será América… mi voto es un no. - Y bajó el micrófono justo antes de retomar su asiento.
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Tema: Re: The times they're changing (Congresistas - 10 de mayo de 2019) 28th Noviembre 2022, 16:07
Robert Kelly estaba furioso, ¿como habian permitido a aquella cosa estar frente a ellos? Esos seres eran peligrosos y había que mantenerlos bien controlados, pero él era un político experto que no sucumbiría a su ira, sino que la utilizaría como había hecho tantas veces.
- Bellas palabras señor McCoy, dijo escupiendo el nombre con desprecio, creo que ya las hemos escuchado muchas veces antes pero no somos estúpidos.
Se puso en pie lentamente, al principio Alexander Luthor le habia disgustado mucho, más aún cuando su partido decidió que ocuparía el puesto de candidato presidencial lo que retrasó su oportunidad de convertirse él mismo en presidente, pero tras tratar con él un tiempo decubrió que sus motivaciones eran similares, era un hombre brillante y carismático que podría lograr aún más por su causa que el mismo.
- Su profesor Xavier las dijo hace poco en una entrevista, acompañado de su amigo Dragoslav Katich, hizo una breve pausa dramática para que el nombre calara, si señores y señoras, el mismo hombre que esta siendo juzgado por unos crimenes atroces, tambien decia palabras similares Diana de Themyscira, quien casi nos mete en una guerra contra nuestros aliados, digame señor McCoy ¿podría usted poner la mano sobre la biblia y jurarnos que ningun mutante, alienígena o superhéroe tiene nada que ver con la invasión demoniaca que casi destruye nuestro pais?
- Aún así señoras y señoras no somos los villanos que el señor McCoy intenta que parezcamos, somos hombres y mujeres libres, miembros de una gran nación que no dejarán que los pisoteen impunemente, ahora mismo hay manifestaciones en todo el mundo, hay agresiones y linchamientos, de nuevo hizo una breve pausa, si, tenía el control, todos estaban visualizando las imagenes que el evocaba, esta ley no pretende vulnerar ningún derecho sino proteger a los ciudadanos norteamericanos ¡a todos ellos!, dió un puñetazo en la mesa para aumentar el enfasis de sus palabras, tan peligroso es para nuestros hijos ir a un colegio donde un niño mutante puede estallar en llamas como para ese niño no recibir la atención especializada que necesita
- Como algunos de ustesd ya sabran yo tengo varias armas en mi casa, es el derecho de todo estadounidense el tener la capacidad de defenderse y defender a su pais llegado el momento, es un derecho fundamental en nuestra nación, pero es un derecho regulado, hay leyes que me indican cuantas armas puedo poseer y de que tipo, necesito una licencia especial para poder portarla en la via pública y si las uso indevidamente seré juzgado por ello ¿que diferencia hay entre esas armas y los poderes de un metahumano? Si alguien es capaz de lanzar rayos por los ojos, dijo recordando la primera vez que conoció a Ciclope, tiene un compromiso con la sociedad por el cual no puede entrar en una reunión social arrasandolo todo, tener poderes no sitúa a nadie por encima de la ley
Ahora tocaba defender la parte que menos le gustaba de la ley, un pequeño sacrificio por un bien mayor, Luthor estaba convencido de que usar a aquellos seres era posible, él lo veía un peligro, y si, si no, cuando, demostrara tener razón entonces el presidente no tendría más remedio que dar luz verde al proyecto despertar, mientras tanto lo harían como decia Lex.
- Nuestros conciudadanos necesiran protección, nuestros hijos necesitan protección, los niños indefensos siempre generaban simpatias, es nuestro deber darles lo que necesitan, aquellos metahumanos que quieran ayudar seran evaluados y podrán ser parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad de nuestra nación, pero la ley debe caer con fuerza sobre cualquier loco en pijama que siembre el caos en nuestras calles
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Tema: Re: The times they're changing (Congresistas - 10 de mayo de 2019)
The times they're changing (Congresistas - 10 de mayo de 2019)