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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Ficha de Personaje Alias: Wraith Nombre real: Aidan Doyle Universo: Marvel
Tema: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 25th Junio 2021, 02:04
Aidan aparcó el coche que habían alquilado en Washington, abrió la portezuela del copiloto y ayudó a Dinah, que tenía los ojos vendados, a bajar. Obviamente no le había hecho llevar la venda todo el rato, pues había sido un camino de casi cuatro horas en coche, pero sí el tiempo suficiente como para que no tuviese la más mínima idea de hacia dónde la estaba llevando.
Poniéndose detrás de ella, le quitó la venda de manera que ella pudiera ver dónde se encontraban: un diminuto parque a la orilla de un río, justo enfrente de una escultura de piedra de la guitarra de Kurt Cobain.
Carraspeó, todavía a espaldas de ella, sintiéndose de repente, inseguro y frágil. Sabía que tenía que explicar por qué la había traído hasta allí, pero eso le dejaría expuesto, vulnerable. La última vez que se había sincerado con ella había necesitado ingentes cantidades de alcohol, pero ahora, como había tenido que conducir, estaba dolorosamente sobrio.
- ¿Recuerdas... recuerdas que te comenté que Nirvana había sido el grupo favorito de mi mujer junto con Pearl Jam? -estupendo... ahora se sentía ridículo. Posiblemente ella ni se acordara. Bajó la mirada, avergonzado-. Cuando nos mudamos a Estados Unidos le prometí... le prometí que algún día la traería aquí, pero... no dio tiempo... antes del accidente...
¿Y por qué estaba allí con Dinah? Sería preciso remontarse a 15 días atrás para poder explicarlo.
Durante la batalla final contra Raven, Aidan se había visto obligado a matar al demonio de la codicia, que había poseído el cuerpo de una superheroína adolescente, y, lamentablemente, Dinah Lance, que había resultado ser nada más y nada menos que la justiciera conocida como Canario Negro, lo había presenciado todo. Además, en el transcurso de la batalla, Raven había tenido que morir a manos de sus propios compañeros. Habían sido, en general, un par de semanas muy duras para la rubia, que había tenido que lidiar con la recuperación de sus amigos, la creciente campaña anti-metahumanos del presidente Luthor y todas las consecuencias de la WWD. Aidan la había visto pasarlo mal, y, por alguna estúpida razón que no acababa de comprender, le había propuesto aquél viaje sorpresa para tratar de animarla.
Y había sido una gran estupidez, porque sus motivos para viajar a Washington DC no habían tenido, en principio, nada que ver con la heroína rubia. No... los motivos del cantante eran, como de costumbre, bastante más egoístas.
Y es que, el dos de abril, justo un día antes del fatídico concierto que había propiciado la invasión demoníaca, había sido descubierto en un templo construido por el rey Salomón en Israel, un anillo. Justo después se había desatado el infierno en la tierra, por lo que había sido trasladado directamente al Museo de la Biblia de Washington D.C. a la espera de poder ser investigado. Aidan tenía la esperanza de que se tratara del mítico sello de Salomón, objeto que, según la leyenda, tenía la capacidad de dominar y controlar a los demonios, incluido el poderoso Asmodeo, al que habría forzado a trabajar en la construcción del templo para, una vez acabada la obra, obligarle a entrar en una vasija de bronce, sellándola después con cera que estampó con el sello mágico del anillo, impidiéndole así escapar.
Sí... La WWD había terminado, pero Aidan seguía sin sentirse a salvo. De hecho, se sentía más en peligro que nunca, porque ahora que los demonios sabían que les había traicionado iban a hacer lo imposible para hacerse con su alma y torturarle en el infierno, así que había redoblado sus esfuerzos para tratar de conseguir algo que le permitiera librarse de Gob. Aquél anillo podía ser la solución... Así que sólo tendría que robarlo.
Visto así, aún parecía más estúpido que se hubiera traído consigo a una heroína en un viaje que tenía como objetivo atracar un museo, pero el memorial de Kurt Cobain se encontraba en Washington, y habían hablado tanto sobre Nirvana la primera vez que habían quedado juntos, y la rubia había estado tan afectada que... se lo había propuesto así, sin pensar. Como un viaje en principio para desconectar y relajarse un poco.
Lo cierto era que ahora que sabía que Dinah Lance era Canario Negro y que tenía lazos con la Liga de la Justicia lo más fácil habría sido pedirles protección. Pero eso habría sido antes de matar a Dolphin. Porque, veréis... todos los héroes afectados por las semillas demoníacas de los hijos de Trigón habían vuelto a ser los que eran después de derrotar a Raven y a su padre, lo cual significaba que Dolphin también habría vuelto a ser ella misma... Y Aidan la había asesinado. No hacía falta ser muy listo para saber que había cruzado una línea de la que ya jamás podría regresar. Una cosa era robar, incluso secuestrar a alguien por un determinado fin... y otra matar a alguien inocente. No... ya no había salvación ninguna para él, ni podía esperar nada de Dinah o sus amigos. Si Dinah lo descubriera algún día, estaba seguro de que le odiaría. Ahora, más que nunca, estaba solo, y dependía de sí mismo para salir del pozo en el que él mismo se había encadenado.
Entonces... volviendo a Kurt Cobain...
A la derecha de la escultura de la guitarra había un viejo y desangelado puente. Aidan fue hacia él y descendió por la ribera del río hasta llegar a la parte inferior del mismo, alzando la mano para rozar los graffitis de Nirvana que lo decoraban. Al hombro llevaba colgado el estuche de su guitarra acústica.
- Al parecer, éste puente fue la inspiración para escribir la canción "Something in the Way" -comentó-. Cobain aseguraba que estuvo viviendo debajo del puente una temporada, y aunque no se sabe si ésto era cierto, lo que sí se sabe es que pasaba mucho tiempo aquí debajo, componiendo sus canciones.
Echó un vistazo alrededor. El lugar no olía demasiado bien y había agujas de drogadictos desperdigadas por el área. Verlas le hizo aumentar las palpitaciones, y notó cómo comenzaba a sudar por la frente.
- Ok... Pensé que sería bonito estar aquí un rato tocando música en el lugar donde Cobain componía sus canciones, pero quizás será mejor sentarnos en alguno de los merenderos.
Lo más lejos posible de las agujas, completó para sí. No solía aguantar mucho tiempo sobrio, pero desde luego sería más fácil si no tenía la tentación justo delante de sus narices. Una vez estuvieran en el merendero podría calmar el mono con el alcohol que llevaba en la petaca.
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Dinah Lance DC Universe
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 25th Junio 2021, 08:30
Dinah entornó los ojos, tratando de adaptarse al cambio de luz tras la retirada de la venda.
Llevaba un buen rato preguntándose qué se traería entre manos el irlandés. Y, al parecer, había llegado el momento de descubrirlo.
- Woah -fue su reacción al reconocer el lugar.
La propuesta de Aidan la había hecho sentir como en una road trip. Durante el viaje, la música había sido la principal protagonista; habían sintonizado una emisora de rock, habían charlado acerca de los grupos que les gustaban, Dinah había entonado su mejor versión de Danny Boy y había presionado a su compañero para que le revelara algún fragmento de sus últimas letras. Dinah había sonreído de verdad… Algo que ahora no sucedía tan a menudo como antes. Con él se sentía… bien. Lejos de todo. Lejos de la guerra, de las pérdidas que aún lloraba. Estar con él hacía más llevadero el dolor. Hacía las cosas más fáciles.
Algún día tenía que decírselo.
Esperaba que él sintiera lo mismo cuando estaba con ella. Dinah sabía que Aidan estaba pasando por su propio infierno tras el accidente que se había llevado a su familia. Ella… bueno, estaba hecha a aquella vida. Sabía dónde se estaba metiendo. Tanto Oliver como ella se habían enfundado sus trajes sabiendo lo que estaba en juego. Los dos sabían que podía terminar así. En cambio, Aidan había llevado una vida corriente. La clase de vida que uno no espera ver desaparecer entre las llamas.
Dinah no era creyente. Cosas de trabajar codo con codo con amazonas y alienígenas. Pero, a veces, se preguntaba… si alguien había puesto a Aidan en su camino para ayudarla a seguir adelante. Si ella podía ayudarlo a él a hacer lo mismo.
A veces se preguntaba qué hubiera pasado si se hubieran conocido antes. Antes de Oliver. “Que seguiría casado y con un hijo pequeño”, se reprendía, y trataba de distraerse con algo para ahogar la punzada de culpa.
- ¿Recuerdas... recuerdas que te comenté que Nirvana había sido el grupo favorito de mi mujer junto con Pearl Jam? -estaba diciendo Aidan.
Eso hizo volver a Dinah al presente. A Washington D.C.
- Lo recuerdo -respondió. Le había gustado el detalle. La había hecho sentir… afinidad por aquella mujer a la que no había conocido. A la que nunca conocería.
Tenía aquella sensación persistente de que se hubieran llevado bien.
- Cuando nos mudamos a Estados Unidos, le prometí... -prosiguió Aidan. Parecía que las palabras se le atascaban en la garganta- le prometí que algún día la traería aquí, pero... no dio tiempo... antes del accidente...
- Lo siento -musitó Dinah.
Cómo odiaba el aire ceremonial de aquellas dos palabras. Qué vacías le sonaban siempre; tanto cuando las decía como cuando las recibía. Tendió la mano, apoyándola sobre el brazo de él.
Al principio, cuando acababan de conocerse, había sido cautelosa con el contacto. No estaba segura de cómo lo viviría él. De si le resultaría invasivo. Porque, a veces, Dinah había sentido ganas de abrazarlo. O de cogerle la mano y tirar de él, hasta sacarlo del pozo. Y, a veces, Dinah había necesitado un abrazo para ella, aunque no había sabido pedirlo.
Había expresiones que no tenían traducción en palabras.
Por eso, con el paso de las semanas, Dinah se había atrevido a aquellos pequeños gestos; la mano sobre el antebrazo, o el brazo por encima del hombro, o una mano en la espalda. Era su forma de decirle, “estoy aquí”.
“No estás solo”, decía la mano apoyada sobre el tatuaje.
- Al parecer, éste puente fue la inspiración para escribir la canción "Something in the Way" -explicó Aidan-. Cobain aseguraba que estuvo viviendo debajo del puente una temporada, y aunque no se sabe si ésto era cierto, lo que sí se sabe es que pasaba mucho tiempo aquí debajo, componiendo sus canciones.
- Puedo creerme las dos versiones -replicó Dinah, con una leve sonrisa.
Entonces… Notó un leve cambio en él. En la tensión de sus músculos y en su tono. Parecía incómodo.
- Ok... Pensé que sería bonito estar aquí un rato tocando música en el lugar donde Cobain componía sus canciones, pero quizás será mejor sentarnos en alguno de los merenderos.
La rubia siguió su mirada, intentando adivinar qué había provocado la reacción. Enarcó las cejas al ver la basura que cubría el suelo. Y después frunció el ceño al reparar en las jeringuillas.
Dinah sabía de primera mano el daño que la droga estaba haciendo. Conocía casos desgarradores; gente cercana, a la que quería, ahogada literalmente en alcohol, o puesta hasta arriba de cocaína o de anfetaminas. Había visto las intoxicaciones y había visto los comas.
Sacudió la cabeza. Seguramente, Aidan se estaba refiriendo a la suciedad de debajo del puente.
- Vamos -aceptó- Nadie quiere que te estropees los vaqueros.
Señaló uno de los merenderos que podían verse desde allí.
- ¿Qué tal ése?
Subieron por la suave pendiente que rodeaba el puente.
- No había estado nunca aquí. -reconoció Dinah. Y era una lástima, porque había estado en Washington muchísimas veces… aunque siempre por trabajo - Gracias por traerme -añadió.
Se preguntó si aquella era la forma de Aidan de cumplir la promesa que le había hecho a su mujer.
Cuando llegaron al merendero, Dinah se sentó sobre la mesa de madera y dio dos palmadas sobre los tablones, a su lado, invitando a Aidan a que hiciera lo mismo.
- ¿Cómo estás? -le preguntó.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 26th Junio 2021, 00:48
Era una pregunta simple, una pregunta sencilla. ¿Por qué entonces resultaba tan jodidamente difícil de responder? Se llevó la mano a la nuca para masajearse el cuello, tratando de quitarse de encima la oscura necesidad que había surgido en él tras pasar debajo del puente.
- ¿Que cómo estoy? -repitió, como si tuviera realmente que planteárselo.
Es una pregunta simple. Una pregunta simple, joder.
Recuerdos de todo lo que había ocurrido desde la última vez que habían hablado siendo ellos mismos se sucedieron en su mente como en un mal tráiler: Válerie. La terrible borrachera de aquella noche. El asesinato de los tres mafiosos en el puerto. Los espantosos acontecimientos de Nueva York. Kali. La apoteósica borrachera que había sucedido justo después y el bochornoso espectáculo que había dado luego en televisión pública.
¿Habría visto ella la entrevista en el show de Patricia Satkins? ¿Le preguntaba por eso?
La petaca le ardía (literalmente, era prácticamente una sensación física) en el bolsillo del pantalón, pero no se atrevía a cogerla. Ya había bebido hasta perder el sentido la última vez que se habían visto, y si además había visto la entrevista... No quería que pensara de él que era un borracho. Aunque, considerando toda la mierda que había hecho en los últimos meses, incluido el hecho de haberse enfrentado a ella en Nueva York, que pensara que era un borracho posiblemente sería lo más magnánimo que podría pasar.
- Pues... a ver... Las MJ... No sé si las conoces, son un grupo punk... Estuvieron a punto de ponernos una demanda porque una fan loca saltó al escenario durante la gira en la que nos conocimos y se puso a cantar una de sus canciones. Fue en el Wasteland Festival, justo antes de llegar a Seattle.
Joder... a tomar por culo... No podía más... Con el mayor disimulo posible, se llevó la mano al bolsillo trasero del pantalón para sacar la petaca sin interrumpir su discurso, con la esperanza de que el gesto pasara desapercibido o que ella no le diera importancia. Como quien saca una botella de agua para echar un trago porque tiene sed. Algo normal. Completamente normal.
- Pero conseguimos un acuerdo amistoso entre nuestros representantes y acordaron no poner la demanda a cambio de participar en un videoclip cantando la canción de marras con ellas -continuó tras echar un trago-. De esta manera, ellas se benefician de nuestra fama, y, al añadir mi nombre a los créditos de la canción ya no nos podían demandar. Es una win-win situation -dijo, mojándose nuevamente los labios-. He estado literalmente hasta ayer grabando el vídeo... Me apetecía... desconectar un poco -se encogió de hombros y se volvió para mirarla a ella-. Me apetecía... esto. Contigo.
Vale. Ya está. Ya has bebido. Ahora sé un buen chico y vuelve a ponerle el tapón a la puñetera petaca antes de dar aún más mala impresión de la que estás dando.
Sabía que no tenía sentido... Que desde que sabía que era Canario Negro lo único sensato sería alejarse lo más posible... Pero no podía evitarlo, le gustaba estar con ella. Se sentía... bien. Era, simplemente... La miraba y parecía... la clase de persona con la que podría llegar a tener cierto entendimiento. Alguien que podría realmente llegar a conocerle... de no ser por la máscara de demonio que tenía que ocultar.
Lentamente volvió a ponerle el tapón a la petaca. Pero no la guardó. Se quedó allí, sobre la mesa del merendero, aparentemente olvidada.
Salvo porque la mano del irlandés reposaba tan cerca que le bastaría extender un dedo para tocarla.
- Por lo demás todo bien... Normal... Como siempre -se encogió de hombros-. ¿Qué hay de ti? Me dijiste que ya había regresado el padre de Lian, pero te noto... te noto distante. Triste.
No se sentía capaz de preguntarle por qué, como había hecho ella. Porque sabía de sobras el motivo de su tristeza y no podría soportar la culpabilidad si lo hiciera.
- Me gustaría... -Aidan sacó la guitarra acústica del estuche que llevaba a la espalda y se acomodó mejor sobre la mesa para poder apoyarla bien contra su regazo-. Sé que las últimas semanas han sido muy duras para ti... Joder... Lo sé porque yo mismo he vivido algo similar, pero... -dejó escapar una maldición en voz baja-. Siempre se me dio mejor cantar que hablar -se excusó con una suave sonrisa-. Ésta canción... es para ti. Es lo que me inspiras, al verte... Lo que deseo para ti.
Quería probar algo parecido a lo que había hecho con Kali y con sus improvisadas compañeras en la Cúpula del Trueno. Lo que había intentado hacer con Valerie antes de que saliera todo terriblemente mal. Tenía el poder de influir en la gente con su voz, de predisponerles de manera inconsciente hacia sus deseos. Si se esforzaba lo suficiente, si ponía cada fibra de su ser en lo que estaba queriendo transmitir… podía llegar a infundir determinados estados de ánimo en aquellos que le escuchaban, e, incluso, insertar ideas sutiles en su inconsciente.
Sus dedos comenzaron un rasgueo armónico antes de empezar a cantar con aquella característica voz suya, ronca y rota:
You took it for granted Till it came undone Never thought you'd loose so much so young
Por Dolphin. Por tu arquero esmeralda. Por todas las pérdidas experimentadas y sufrimientos padecidos en una vida dedicada a la entrega y el sacrificio por los demás.
The tears on your pillow Tell more than the tale
Sí... Lo sé...
Gotta get some wind beneath your sail Cause in time you'll see It's one more memory Once your heart breaks free
Tienes que aprender a vivir tu vida de nuevo. Aprender a amar de nuevo.
Milady's gonna learn to fly now Gonna find the strength to try now Gonna wave the past goodbye now Gonna learn 'bout love
Una flecha sólo puede moverse hacia adelante si primero se tensa la cuerda hacia atrás. Eso la hace más fuerte.
Milady's gonna stop her cryin' Rise above the sigh she's sighing Gonna find the life she's hidin' Gonna learn 'bout love
La gente que se encontraba en el parque comenzaron tímidamente a acercarse. Atraídos por la magia de su voz, formaron un prudente círculo a su alrededor, escuchando en respetuoso silencio, tan fascinados como los niños que habían caído bajo el influjo del famoso flautista del cuento, pero Aidan siguió cantando como si no se diera cuenta, absorbido por la música:
So pick up the pieces Start over again Let out your feelings, don't pretend
No tienes por qué ser siempre fuerte... Hasta los más fuertes necesitan llorar de vez en cuando.
And don't stop to wonder 'Bout songs you ain't sung Cause the best is yet to come
No puedes dejar que el miedo te refrene de hacer cosas maravillosas.
There's no ghost to flee No -one else to be So let your dreams run free
Eres perfecta tal y como eres: inteligente, divertida, honesta y valiente.
Milady's gonna learn to fly now Gonna find the strength to try now Gonna wave the past goodbye now Gonna learn 'bout love
Avanzar hacia adelante no significa olvidar lo que dejas atrás
Milady's gonna stop her cryin' Rise above the sigh she's sighing Gonna find the life she's hidin' Gonna learn 'bout love
Cause in time you'll see It's one more memory So let your dreams all run free
Significa entender que ya no es más que un recuerdo y que puedes tener un futuro en el que él no esté.
Milady's gonna learn to fly now Gonna find the strength to try now Gonna wave the past goodbye now Gonna learn 'bout love
Pero no conmigo. Yo soy todo lo que no necesitas. Estamos a un mundo de distancia.
Milady's gonna stop her cryin' Rise above the sigh she's sighing Gonna find the life she's hidin' Gonna learn 'bout love
A un suspiro de distancia...
Learn to fly Learn to fly Learn to fly
Los últimos acordes de la guitarra se apagaron con el viento y el parque entero pareció contener el aliento, la gente que escuchaba sumida en un silencio que era casi reverencial. Aún ajeno a ellos, Aidan alzó la mirada para encontrar la de Dinah.
Por favor, que mi música no la afecte como le afectó a Valerie... No podría soportarlo. Dinah no, por favor. Sólo... no Dinah.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 12th Enero 2022, 12:11
Dinah lo escuchó con los ojos bien abiertos, sorprendida por la historia de las MJ y los derechos de la canción.
- Es una solución diplomática. Me gusta. - sonrió - Si me descubren cantando algo de Deamhan en la ducha, usaré el comodín del videoclip - bromeó.
El primer trago de Aidan a la petaca le pasó desapercibido. Pero fue consciente del segundo, y de la forma en que el cuerpo del irlandés se relajaba al terminarlo. Su experiencia con Roy le envió una suave oleada de alerta. El alcohol los había acompañado en Seattle, pero el contexto era muy distinto ahora. Era demasiado temprano para beber.
También estaba aquel programa de televisión. Dinah recordaba haber cogido el teléfono para mandar un mensaje Aidan, algo alegre, un “te estoy viendo en pantalla, Danny Boy”. Pero no había llegado a enviarlo. Era mejor que no le recordara una escena así.
Estaba preocupada, claro. No lo culpaba por buscar refugio en el alcohol, después de todo lo que había pasado. Ella misma había dado buena cuenta del whiskey en Seattle. Pero no sabía si lo de la televisión había sido un incidente aislado. No sabía cuántas noches a la semana tenía por costumbre Aidan emborracharse. Y, si algo sabía Dinah con certeza, era que no quería que la historia de Roy se repitiera.
- Me apetecía... desconectar un poco -dijo él entonces, volviéndose a mirarla-. Me apetecía... esto. Contigo.
La frase se le asentó de una forma extraña en la boca del estómago. Seguramente fue por la elección de palabras. Estaba segura de que el comentario era amistoso, bienintencionado. Pero, aún así, había evocado una sensación de proximidad, de intimidad; de que él la había escogido. Y Dinah era repentinamente consciente de que estaban solos en el merendero, sentados uno al lado del otro. Cualquiera que los viera pensaría que…
La culpa hizo que quisiera arrebatar la petaca de las manos de Aidan para darle un buen trago y ahogar a las mariposas en el proceso. Sintió una punzada de rabia hacia sí misma. No quería sentir eso. Estaba mal. El cuerpo de Ollie aún no se había enfriado, y el viaje era una promesa que Aidan había hecho a su mujer. El irlandés era su amigo. Que ella reaccionara así a su comentario no era justo para ninguno de los dos.
Sí, tal vez en otra vida. Si se hubieran conocido antes, o en otras circunstancias. Estaba segura de que le hubiera gustado aquel rockero rebelde.
Aidan dejó la botella sobre la mesa del merendero. Estaba más sereno, o al menos lo parecía. Dinah se forzó a regresar al presente.
- Por lo demás todo bien... Normal... Como siempre -estaba diciendo él-. ¿Qué hay de ti? Me dijiste que ya había regresado el padre de Lian, pero te noto... te noto distante. Triste.
“Distante”. “Triste”. Dinah se preguntó qué impresión causaba a los demás, vista desde fuera. Era consciente de las ojeras. De que tal vez empezaran a notársele las raíces oscuras del cabello. A lo mejor su mirada dejaba entrever los estragos de la invasión. Las pérdidas que aún lloraba. Las heridas que no cerrarían. Había perdido la cuenta de las noches que había dormido en el sofá, con la radio puesta para que las voces desconocidas le hicieran algo de compañía. A veces, ponían algo de él.
- He estado mejor, supongo...-repuso- Por suerte… Roy… el padre de Lian -aclaró- Roy está bien. Pero… aún estoy procesando cosas. -Hizo una pausa y esbozó una sonrisa apagada- No quiero parecer distante. Es sólo que no quiero cargarte con todo esto. Ya tienes tus propios problemas.
- Me gustaría... -dijo él, sacando la guitarra de su funda-. Sé que las últimas semanas han sido muy duras para ti... Joder... Lo sé porque yo mismo he vivido algo similar, pero...-maldijo-. Siempre se me dio mejor cantar que hablar -eso arrancó una sonrisa a Dinah-. Ésta canción... es para ti. Es lo que me inspiras, al verte... Lo que deseo para ti.
Ella se irguió ligeramente, entre sorprendida y expectante.
- ¿Una canción? -repitió, sintiendo que una emoción cálida la embargaba. Era un regalo inesperado. Y muy valioso.
Aidan empezó a cantar, y Dinah descubrió que había echado de menos el sonido de aquella voz. También descubrió que sentía ganas de llorar, pese a la sonrisa que le evocaba el oír su apodo… Milady.
Mientras Aidan cantaba, la letra se fue depositando sobre ella como el poso al fondo de una taza. Una taza demasiado llena, que no podía hacer otra cosa que desbordarse. Una lágrima se deslizó por su mejilla, y luego otra, pero Dinah no se movió. Sentía que aquello era lo que necesitaba hacer en aquel momento. Conectar con la tristeza, con la pérdida; llorar a los que ya no estaban. Y también ser dolorosamente consciente de todo lo que le quedaba –de todo lo que aún le podían quitar– y, con todo, reforzar su determinación de quedarse para protegerlos. Su determinación de no hacer nada estúpido. De, como cantaba Aidan, recoger sus pedazos y seguir adelante.
Él le decía que quería que estuviera bien. Que quería que fuera feliz. Dinah parpadeó para aclarar sus ojos. La gente se estaba acercando, y no quería ser ella quien diera un espectáculo.
Las palabras de Aidan siguieron fluyendo. Eran adecuadas… casi como si él leyera su alma. Sólo que el verdadero motivo por el que lo sabía tan bien era el sufrimiento que él mismo estaba atravesando. Sintió ganas de… abrazarlo. No sabía si para consolarlo, o para romper a llorar sobre su hombro.
Se pasó el dorso de la mano por el rostro. La canción estaba terminando.
Cuando las cuerdas callaron, él la miró. No parecía haberse dado cuenta del círculo que se había reunido a su alrededor. Todos estaban anonadados. Algunos tenían el móvil en la mano. Dinah supuso que habrían reconocido al cantante de Deamhan.
- Gracias -susurró ella, con los ojos azules humedecidos. No fue capaz de decirlo más alto. Su garganta se había cerrado. - Yo… Nunca me habían dedicado una canción antes. Y es preciosa. Gracias.
Tomó aire en una bocanada trémula.
- Te daría un abrazo, Danny Boy… Pero hay demasiada gente, y no sé si eso dañaría tu reputación de tipo duro.
En realidad, le daba un poco igual. Con otro gesto rápido de la mano, Dinah se secó la mejilla.
- Se supone que todo esto iba de no llorar- esbozó una sonrisa de disculpa - Lo siento…
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 2nd Febrero 2022, 23:56
- Milady... tú tienes permiso para cantar mis canciones en la ducha siempre que quieras -bromeó él, arrepintiéndose casi al momento. ¿Había sonado demasiado atrevido? No quería que pensara que estaba intentando algo con ella, con todo lo que llevaban encima y lo que había pasado en Nueva York...
Afortunadamente ella no pareció percibir nada extraño y la conversación derivó a otros derroteros. Terminaron hablando del padre de Lian, y eso le hizo sentir una punzada de nostalgia. Diablos... echaba de menos a la pequeña. Las últimas veces que había quedado con Dinah siempre estaba ella, y se le hacía raro no tenerla correteando alrededor, bailando y jugando. Pero bueno... ya faltaba poco para su cumpleaños, y Aidan llevaba un tiempo preparándole algo verdaderamente especial... En parte para compensarla por el tiempo que había estado sin su padre, pero también porque, simplemente, le apetecía. Le había cogido cariño a la pequeña.
Cuando terminó la canción, se quedó observándola, atento a su reacción, haciendo caso omiso de la gente que les rodeaba. El mundo no importaba. Nada importaba. Sólo ella y la manera en la que reaccionara ahora. Para su profundo alivio, no pareció haberla influido de manera perniciosa, al contrario... Parecía aliviada... como si le hubieran quitado un peso de encima de los hombros. Pero, al mismo tiempo... aquellas lágrimas... ¿Eran de alegría? ¿De tristeza? ¿O simplemente era la manera que tenía su música de aliviar la carga de su corazón al permitirle expresar lo que se había guardado dentro? Aquella botella llena de dolor, angustia, pesar y preocupaciones que había sellado antes de arrojarla al mar.
Pero, ¿ves? El problema cuando haces eso, es que al final la botella siempre regresa flotando.
- Vosotros. Marchaos -fue una orden suave, que no había sido revestida de autoridad alguna, pero cuando la gente caía bajo el influjo de su música estaba más propensa a obedecer sus deseos, así que, poco a poco, empezaron a darse la vuelta y alejarse.
Dinah inició el gesto de volver a secar las lágrimas de sus mejillas, pero él capturó su muñeca a medio camino con la delicadeza con la que alguien atraparía una mariposa entre sus manos, mirándola fijamente al océano agitado que conformaban sus ojos.
- Dinah, no te disculpes. No tienes que ser siempre fuerte. No tienes nada que demostrar ante mí.
Porque te admiro, completó para sí. Has luchado tanto desde que decidiste enfundarte en esas medias de rejilla y ésa chaqueta de cuero; has soportado tantas cargas, has enfrentado a tantos demonios, y de alguna manera inexplicable que nunca conseguiré entender, te las has ingeniado para levantarte siempre, una y otra vez. Siempre te las has arreglado para seguir adelante, incluso después de la pérdida del hombre al que amabas, mostrando una fortaleza que yo no podría tener ni en mis mejores sueños... Finges estar bien cuando por dentro te estás desmoronando, pero no buscas ayuda. ¿Por qué? ¿Acaso no quieres ser una carga? La persona que, día tras día, noche tras noche, arriesga su vida para salvar a todos los demás... ¿no quiere ser una carga? ¿O quizá piensas que es tu responsabilidad como heroína estar siempre bien, mantenerte bien? No quieres que nadie se preocupe. No quieres que nadie se compadezca de ti.
- Yo sé que eres fuerte -ojalá yo fuera tan fuerte como tú-. Sé que has vivido un infierno, literalmente, y has sido capaz de regresar -yo me quedé en algún lugar por el camino-. Sé que podrías pasar por todo ésto por tus propios medios, pero no es necesario, porque no estás sola. Deja que te ayude. Quiero... quiero compartir ese peso contigo. Porque... ¿sabes qué? -sonrió, mirándola con dulzura-. Al final del día, sólo eres un ser humano. Y los seres humanos a veces se rompen por dentro. Y está bien. No pasa nada por estar roto. Todos necesitamos gritar, y llorar. Todos necesitamos ayuda de vez en cuando.
Este mundo es demasiado grande para que lo sostengas sobre tus hombros tú sola, Dinah... Incluso siendo una heroína. No tienes que ocultar las cicatrices que te asedian. No tienes por qué pelear tú sola. Y no deberías. No tienes que ser tan jodidamente fuerte todo el rato.
- A veces -susurró mientras la acogía en un tierno abrazo-...necesitas tener la fuerza para dejar que otros te salven.
Al sentir su cuerpo contra el suyo, sintió cómo una emoción cálida y reconfortante le embargaba, algo que no había vuelto a experimentar desde hacía meses, y pudo notar como los latidos de su corazón se incrementaban descontroladamente. Asustado, se apartó de ella. ¿Qué le estaba pasando?
- Mira... creo que lo que nos vendría bien es algo que nos ayudara a desconectar un poco.
Había pasado casi un mes desde el asedio a Washington por parte de Garn Daanuth, y aunque los mayores daños se los había llevado el Pentágono y la ciudad había caído sin oponer resistencia cuando el hechicero había inutilizado las armas con su magia y había enviado por delante a sus demonios guerreros, Aidan prefería evitar cualquier posible riesgo de recordarle a Dinah la pesadilla de la que acababan de salir, por lo que, al extraer del bolsillo el mapa de la ciudad omitió deliberadamente las zonas más céntricas y todo lo que rodeaba la Casa Blanca, donde Garn se había hecho fuerte, centrándose en los lugares más tranquilos y pacíficos donde era poco probable que hubiera habido actividad demoníaca.
- Bueno, veamos... Podríamos ir a pasar el día al Rock Creek Park, almorzar allí a base de bocadillos y visitar el planetario... -su dedo se desplazó por el mapa hasta otro punto-. Ir al U.S.National Arboretum dedicado a la cultura japonesa... A ver, qué pone aquí... -se fue hasta el lugar del mapa donde figuraba la leyenda y la leyó, enarcando las cejas-. Humm... Dice que tienen una bonita colección de bonsáis, ¿qué te parece? Hombre, como mínimo seguro que es relajante, ¿no? -dijo en tono de broma antes de pasar al siguiente punto verde señalado en el mapa-. También está el jardín botánico, que lo que tiene es... aparentemente, un montón de cactus -completó tras leer la leyenda-. Cactus... ¿quién lo diría? -repitió para sí en voz baja-. Y mira, también tienen un sitio con mariposas, el Smithsonian Butterfly Habitat Garden. Y... oh, mira, en el Eastern Market venden flores... y... -su mirada se encontró de nuevo con la de la mujer y, sin darse cuenta, se quedó tan perdido que fue incapaz de encontrar el camino de vuelta-. Y... artesanía…
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 5th Febrero 2022, 17:16
- Dinah, no te disculpes. No tienes que ser siempre fuerte. No tienes nada que demostrar ante mí. Yo sé que eres fuerte. Sé que has vivido un infierno, literalmente, y has sido capaz de regresar. Sé que podrías pasar por todo ésto por tus propios medios, pero no es necesario, porque no estás sola. Deja que te ayude. Quiero... quiero compartir ese peso contigo. Porque... ¿sabes qué? Al final del día, sólo eres un ser humano. Y los seres humanos a veces se rompen por dentro. Y está bien. No pasa nada por estar roto. Todos necesitamos gritar, y llorar.
Cuando yo grito, se rompen cosas...
- Todos necesitamos ayuda de vez en cuando.
Tenía tanta razón. Demasiada razón.
En silencio, Aidan le ofreció ese abrazo que tanto necesitaba.
En su interior. Dinah se debatió. Sabía que quería refugiarse en sus brazos. Que quería enterrar la cabeza en su pecho y seguir llorando. Pero no quería que volvieran a centrarse en ella. Sentía que… tenía que abordar todo lo que le estaba pasando a él. Que tenía que ayudarlo. Ella funcionaba así. Ayudando a otros. Salvando a otros. Ésa era su forma de superar la pérdida y el dolor. Su manera de seguir adelante.
Él la rodeó con los brazos, y su mundo se llenó de calidez y olor a whiskey y cuero.
- A veces… necesitas tener la fuerza para dejar que otros te salven -murmuró.
Y, justo cuando ella aceptó que tal vez sentía algo, él la soltó.
- Mira… -dijo- creo que lo que nos vendría bien es algo que nos ayudara a desconectar un poco.
Privada bruscamente de su calor, Dinah se abrazó el torso con las manos en un gesto reflejo. El corazón le martilleaba contra los oídos. Él… tenía que haberse dado cuenta de que ella estaba malinterpretando las cosas.
¿Desconectar un poco? Sí, tenía razón.
Y, aún así, se sintió un poco estúpida, y muy culpable, mientras él extendía el mapa sobre la mesa de picnic.
Fue consciente de que Aidan hablaba con naturalidad, de que bromeaba con ella, y el nudo de la culpa se aflojó un poco. Sólo un poco. Porque también solía bromear con Ollie a menudo. Cuando un hombre le gustaba, ella…
-Oh, no… Todo menos los bonsáis -suplicó, divertida, antes de darse cuenta de lo que hacía. Como florista, sabía perfectamente lo difíciles que eran de cuidar.
Se obligó a centrarse. Aidan y ella eran dos amigos en un viaje. No era una cita. De acuerdo; él la había traído hasta Washington en coche, y había compuesto algo para ella. Pero, en el fondo, Dinah sabía que Aidan era simplemente un amigo atento, y que estaba preocupado por ella, igual que ella lo estaba por él.
Pero… ¿no sería todo más fácil si él no la hiciera sentir importante? ¿Especial?
Bonita manera de echar las culpas fuera, Pajarito.
Toda la razón.
- Mira, también tienen un sitio con mariposas, el Smithsonian Butterfly Habitat Garden. Y... oh, mira, en el Eastern Market venden flores... y...y... artesanía…
El titubeo de Aidan al encontrarse sus miradas fue evidente incluso para ella. Tartamudeó. Y el corazón de Dinah se saltó un latido.
Estaba tan cerca de él que podía sentir la caricia cálida de su respiración. Dinah dejó que sus ojos descendieran por el rostro del irlandés y, en un gesto que la traicionó por completo, separó ligeramente los labios.
Se les iba a ir de las manos, y Dinah descubrió, aterrorizada, que le daba igual. Que quería que se les fuera de las manos, al menos una vez.
Y darse cuenta de aquello fue como una jarra de agua fría que la devolvió a la realidad.
¿Qué estás haciendo? ¿Quieres estropearlo todo?
-Me gusta la parte del planetario -dijo entonces, apartando la mirada y forzando una sonrisa y un tono naturales, como si no hubiera pasado absolutamente nada extraño entre ellos. Como si no hubiera estado a punto de besarlo-. Y sabes que las plantas son mi debilidad. Incluso los bonsáis. Así que… hagamos todo eso.
Hagamos lo que sea, excepto quedarnos a solas en un parque otra vez.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 5th Febrero 2022, 23:53
El irlandés sonrió al escuchar su respuesta, y fue una sonrisa franca y sincera.
- Genial -respondió, entusiasta-. No estaría cumpliendo con mi deber cívico si no te llevara a visitar los atractivos turísticos más icónicos de la ciudad -bromeó-. Pero son muchas cosas, así que más nos vale empezar ya si queremos que nos dé tiempo a todo.
Aidan le pasó un brazo por los hombros para acompañarla hasta el coche, en un gesto que demostraba una calidez y una confianza que no habían tenido a la ida. Ambos sabían, aunque ninguno lo manifestara, que una barrera simbólica se había roto entre los dos, acercándolos de manera que la pareja que se encontró desandando el camino hacia el vehículo ya no era la misma que había descendido de él, aunque siguieran siendo las mismas personas. Algo había cambiado entre los dos y ya no volvería a ser igual.
* * * *
El Rock Creek era, al igual que Central Park, un oasis de paz en mitad de una ciudad tan bulliciosa como Washington D.C., sólo que tres veces más grande y salvaje que el segundo. En Nueva York, el efecto de estar dentro del parque era como un espejismo, pero allí realmente podías olvidarte por completo de la ciudad y pensar que estabas en el campo. Siempre que estaba en la naturaleza, Aidan se sentía bien, relajado y a salvo, y, a pesar de las obvias diferencias en clima y vegetación, mientras seguían el curso del arroyo Rock a través de un bosque de robles, hayas, cedros y cornejos sorteando los afloramientos rocosos, se permitió imaginar, por un instante, que se encontraba de nuevo en Irlanda y que todo lo sucedido hasta ahora no había sido sino un mal sueño.
Una cierta desilusión se abatió sobre ellos cuando, al llegar finalmente al planetario, lo encontraron cerrado. Un cartel sobre la puerta indicaba que únicamente abría los sábados y los domingos. Dinah estaba empezando a darse la vuelta cuando la mano del irlandés en su brazo la detuvo, y, al mirarle, encontró en su rostro una expresión que no le había visto antes, pero que le resultó curiosamente tentadora. Era una mirada llena de vida por una vez, iluminada por el brillo de quien se dispone a hacer alguna clase de travesura. Un breve atisbo del Aidan que había sido antes del accidente. Sin decir nada, le indicó con un gesto que le siguiera. La puerta de acceso al edificio no estaba cerrada con llave, y los guardabosques no se encontraban dentro en aquellos momentos.
Haciéndole ojitos de "sígueme hasta la zona prohibida" se deslizó detrás de la simple cuerda que impedía el paso al amplio salón cavernoso y completamente vacío que conformaba el planetario. Una vez dentro se detuvo en el extremo delantero de la habitación mirando hacia el enorme techo resplandeciente, y después se volvió a mirarla a ella. Allí, bañada por la luz de las estrellas, parecía una diosa...
Dios, no tienes idea de lo que me haces sentir, pensó para sí. Y era verdad... estar con ella le hacía albergar la esperanza de que podía llegar a cambiar, de dejar el Wraith atrás. Y se dio cuenta de algo más, algo que le dejó helado... Que aquella era la primera vez que estaba experimentando algo real desde la muerte de su esposa. Algo genuino y auténtico que no tenía nada que ver con la falsa sensación de euforia que le proporcionaban las drogas. Algo... hermoso. Puro. Y entendió que no tenía más remedio que aceptar lo que se había estado negando a sí mismo todo ese tiempo: se había vuelto a enamorar.
Durante un instante de enajenación mental, se vio a sí mismo empujándola apasionadamente contra el cristal de la vitrina y rodeándola con sus brazos para besarla mientras las constelaciones giraban sobre los dos… Pero rápidamente volvió a la realidad. No podía ser... Porque él había matado a Dolphin, y había provocado la WWD que le había arrebatado al Arquero Esmeralda. No podía esperar que le perdonara jamás, y no sería capaz de vivir a su lado ocultándole la realidad de quién era él. Se sentiría como si estuviera aprovechándose de ella. No podía hacerle eso.
Afortunadamente pudieron salir del planetario sin que nadie les descubriera, y ya sólo tuvieron que encontrar un lugar agradable desde donde ver pasar el arroyo para sentarse a comer. A lo largo del parque había distribuidos un montón de puntos oficiales para hacer picnic, y algunos tenían hasta parrillas para hacer barbacoas. Como habían comprado bocadillos en unos puestos antes de entrar al parque, escogieron un punto al lado del embarcadero donde había una pasarela con un pequeño gazebo.
Con un botellín de cerveza en la mano, Aidan llegó al final de la pasarela y se paró a contemplar las prístinas aguas, centelleantes bajo la luz del sol. Todo estaba extrañamente silencioso… en paz.
- Me encanta ésto -dijo, desviando la vista hacia su compañera-. Si fuera por mí, creo que lo dejaría todo para vivir en la naturaleza. ¿Tú no, milady? -dio un trago al botellín y se lo ofreció a la mujer-. Y dime… ¿cómo llevas tu primer día en Washington? ¿Está cumpliendo con tus expectativas?
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 26th Abril 2022, 11:07
Él hacía que se sintiera viva. Libre. Como si volviera a tener catorce años y se saltara las clases. O quince, y se colara en el instituto de noche con su grupo de amigos. O dieciséis, y se llevara una botella de vodka del supermercado escondida en la chaqueta. Él le daba aquella clase de vértigo que Dinah asociaba con las montañas rusas. Un cóctel bien agitado que, sin duda, contenía una buena dosis de adrenalina.
Algo le decía que beber demasiado podía ser peligroso. Pero no podía negar que le apetecía tomar un sorbo. O tal vez embriagarse.
Aidan era un catalizador de malas ideas, pero… cómo le gustaba eso.
¿Qué solía decir Barbara acerca de ella y su predilección por los chicos malos?
Bueno, tenía razón. Y a lo mejor Dinah no era exactamente una buena chica. Al menos, no se sentía demasiado culpable por haber entrado en el planetario sin permiso. Ni por la complicidad casi criminal que había empezado a establecerse entre ellos. Lo único que aún la hacía sentir culpable eran sus sentimientos, y la certeza de que acortar sólo un poco más la distancia entre los dos podía hacer que se precipitara cuesta abajo y sin frenos.
Quería hacerlo... pero, a la vez, tenía demasiado miedo.
Ya en el área de picnic, Dinah se tomó un momento para mirar a su alrededor y apreciar el paisaje. El irlandés había escogido un lugar tranquilo y silencioso. Para alguien que sólo lo conociera en su faceta de cantante de metal, podía resultar una elección curiosa. Pero Dinah ya hacía tiempo que había empezado a intuir que aquella parte de él era tan absolutamente Aidan como el resto.
Lo miró, solo al final de la pasarela, como un marinero que ha visto partir su barco, y caminó despacio hasta él.
–Me encanta esto. Si fuera por mí, creo que lo dejaría todo para vivir en la naturaleza. ¿Tú no, milady? -preguntó.
Dinah aceptó el botellín de cerveza que Aidan le ofrecía y bebió un trago de él.
–Soy una chica de ciudad, Danny Boy. Pero podría acostumbrarme a esto.
¿A qué, exactamente? ¿A un enclave tan poco urbano como aquel? ¿A colarse en planetarios cerrados? ¿A las escapadas juntos?
–Y dime… ¿cómo llevas tu primer día en Washington? ¿Está cumpliendo con tus expectativas?
–Está superando mis expectativas –lo corrigió Dinah, divertida– ¿Cómo lo haces? Esta podría ser la ciudad más aburrida de la Tierra. Sólo puedo empezar a imaginar cómo sería ir contigo a Disneyland.
Dinah le devolvió la cerveza compartida a Aidan. No había nada malo en hacer un cumplido, y más cuando era cierto, ¿verdad?
–Gracias por esto, Danny Boy –añadió, dejando que su mirada se perdiera en la otra orilla del río–. No sabía que lo necesitaba, pero… Bueno, lo necesitaba. Mucho. Y te lo agradezco.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 29th Abril 2022, 01:26
Se la quedó mirando fijamente cuando le planteó la pregunta, genuinamente asombrado.
- No soy yo -la corrigió-. Eres tú. Tú haces que sea fácil. Contigo todo es tan orgánico, tan natural, tan...
La pregunta le había cogido por sorpresa, y el asombro hizo que revistiera sus palabras de una sinceridad abrumadoramente aplastante. Cuando se dio cuenta de que se había quedado más tiempo de la cuenta perdido en sus ojos sonrió para restarle peso a sus palabras y se llevó una mano a la nuca en un gesto desenfadado cuando mencionó Disneyland.
- Buah, a mi lado Jack Sparrow es un aficionado -bromeó para romper cualquier asomo de tensión que pudiera haberse generado-. Cuando quieras te reto a una partida al Buzz Lightyear Laser Blast.
Se sentaron juntos al borde del embarcadero, contemplando el agua y las plantas mientras se iban pasando el botellín de cerveza.
–Gracias por esto, Danny Boy. No sabía que lo necesitaba, pero… Bueno, lo necesitaba. Mucho. Y te lo agradezco.
- Yo también lo necesitaba -asintió él, agachando por un instante la mirada-. No lo sé, quizá suene estúpido, pero necesitaba... escapar. Y, a menudo, cuando eres alguien conocido, la única manera de escapar es ir a lugares como éste -musitó, pensativo-. Cuando te pierdes en la naturaleza nadie espera nada de ti. No tienes que preocuparte por la imagen que estás dando, mantener las apariencias o las formas con gente a la que odias. Eres sólo tú... y las estrellas. La naturaleza no te exige nada. Mi padre solía decirlo cuando me llevaba a navegar en su barco -dejó escapar un suspiro-. Cuando te metes en un trabajo como éste a menudo lo haces pensando en fama, dinero, poder... Y, sin embargo, con el tiempo terminas entendiendo que las cosas más valiosas son aquellas que nos rodean y generalmente pasan inadvertidas... -la miró de soslayo y concluyó-: Me alegra estar aquí contigo. Gracias por acompañarme.
No dijo nada más pero no hizo falta. Una agradable sensación de calma y bienestar se instauró entre los dos, reforzándose en el momento en el que sus dedos se rozaron levemente sin querer cuando volvieron a pasarse el botellín de cerveza. Con anterioridad, quizá se habrían apresurado a interrumpir el contacto, pero, en aquél momento se sintió bien, se sintió... correcto. Sus miradas se encontraron de nuevo haciendo que el tiempo se detuviera en aquél contacto furtivo que se prolongó unos segundos más de la cuenta antes de separarse, dejándoles a ambos una agradable sensación de calidez que no parecía casar con la frialdad del vidrio.
El resto de la tarde transcurrió de manera plácida mientras visitaban las restantes atracciones hasta que la puesta de sol les atrapó en el Eastern Market, un enorme pabellón acristalado donde se daban cabida multitud de exquisiteces y flores. Estaban terminando de dar buena cuenta de unos crepes que se habían comprado cuando la dependienta de uno de los puestos se dirigió alegremente hacia ellos:
- Es un hermoso día para el amor, ¿no? -les saludó-. Puedo distinguir a una pareja enamorada a una milla de distancia.
Inicialmente Aidan se ruborizó, y hasta inició las palabras para corregir a la bienintencionada mujer, pero, no supo bien si por no frustrar su entusiasmo, curiosidad o travesura, finalmente optó por seguirle la corriente.
- Tiene usted buen ojo, señora. Estamos salvajemente enamorados -dijo, guiñándole el ojo a Dinah para que le siguiera la broma.
- ¿No os gustaría saber cuál es la flor que os define a cada uno y cómo pareja? Éste lugar está repleto de flores, pero yo soy la única que conoce su lenguaje. Porque cada planta y cada capullo tiene un significado. ¿Quién no querría escribir la carta de amor más perfecta en pétalos? ¿No estáis ya cansados de los regalos típicos e impersonales de siempre? No hay compromiso ninguno.
Aidan miró a Dinah, de nuevo con aquél brillo pícaro en la mirada que hacia tanto que no mostraba ante nadie.
- ¿Qué te parece, amorcito? ¿Lo probamos? -la animó, cogiéndola de la mano.
La pareja se acercó a examinar las flores del puesto. Dinah pudo reconocer muchas, pero para Aidan la mayoría resultaban desconocidas.
- Bien -dijo la dependienta-. Me gusta siempre empezar con un pequeño juego. Si tuvieras que elegir una sola palabra o concepto para describir a tu amada, ¿cuál sería?
Aidan se volvió hacia su compañera, y, de la misma manera que antes en el embarcadero, la picardía fue reemplazada en su semblante por cruda y devastadora sinceridad al perderse una vez más en su mirada.
- Admiración -musitó, y resultaba difícil saber hasta qué punto estaba ya interpretando un papel-. Nunca he dejado de estar asombrado ante lo que es capaz de conseguir. Es la persona más fuerte que conozco. Ha atravesado por las situaciones más difíciles y sin embargo ha sido capaz de superarlas todas. Su tesón y fuerza de voluntad me inspiran cada día...
La mujer les señaló un elegante bonsái cargado de flores de aspecto exótico en un delicado tono rosa.
- La flor de cerezo es una de las plantas que simbolizan fuerza -explicó la florista-. Durante siglos los japoneses han celebrado su capacidad para combinar fuerza y delicadeza, lo cual para ellos era sinónimo de perfección. Incluso se pedía a los samuráis que se inspiraran en estas flores antes de cada batalla. Es una planta digna de una guerrera -finalizó con una sonrisa-. Y el mejor regalo para alguien a quien se admira.
>>¿Y qué hay del caballero? -preguntó ahora dirigiéndose a Dinah-. ¿Cómo le describirías?
- Oh, estoy profundamente interesado en escuchar ésto -se rió él, retándola con la mirada antes de susurrarle al oído-: A ver cómo sales de ésta, milady...
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 29th Abril 2022, 09:24
- No soy yo -dijo él-. Eres tú. Tú haces que sea fácil. Contigo todo es tan orgánico, tan natural, tan...
Dinah quiso empezar a protestar, pero él volvía a vestir esa sonrisa divertida que anulaba cualquier argumento.
- Buah, a mi lado Jack Sparrow es un aficionado. Cuando quieras te reto a una partida al Buzz Lightyear Laser Blast.
- ¿Es una declaración de intenciones? -Dinah alzó las cejas- Te arrepentirás de haberme desafiado. Recuerda mis palabras -replicó, señalando al irlandés con el dedo para reforzar su afirmación.
Tras pasarle de nuevo la botella, la rubia cerró un instante los ojos, disfrutando de la caricia del sol sobre sus párpados.
- Yo también lo necesitaba. No lo sé, quizá suene estúpido, pero necesitaba... escapar. Y, a menudo, cuando eres alguien conocido, la única manera de escapar es ir a lugares como éste-explicó Aidan-. Cuando te pierdes en la naturaleza nadie espera nada de ti. No tienes que preocuparte por la imagen que estás dando, mantener las apariencias o las formas con gente a la que odias. Eres sólo tú... y las estrellas. La naturaleza no te exige nada. Mi padre solía decirlo cuando me llevaba a navegar en su barco -suspiró-. Cuando te metes en un trabajo como éste a menudo lo haces pensando en fama, dinero, poder... Y, sin embargo, con el tiempo terminas entendiendo que las cosas más valiosas son aquellas que nos rodean y generalmente pasan inadvertidas... Me alegra estar aquí contigo. Gracias por acompañarme.
- Siempre que quieras -dijo ella, simplemente. Y lo decía en serio.
Un silencio cómodo se sentó en el muelle, junto a ellos. Fue el primero de muchos que siguieron; la muestra de que casi cualquier palabra tenía su traducción en un gesto de complicidad. La tarde discurrió, quizá demasiado deprisa para Dinah. El tiempo funcionaba distinto en compañía de Aidan.
- Es un hermoso día para el amor, ¿no? -una mujer se dirigió a ellos en el Eastern Market-. Puedo distinguir a una pareja enamorada a una milla de distancia.
Afortunadamente para ambos, Aidan fue más rápido que Dinah encontrando las palabras.
- Tiene usted buen ojo, señora. Estamos salvajemente enamorados -bromeó el irlandés, guiñándole el ojo a la rubia. Sintiendo que se adentraba en terreno pantanoso siguiéndole el juego, Dinah sonrió y asintió.
- ¿No os gustaría saber cuál es la flor que os define a cada uno y cómo pareja? Éste lugar está repleto de flores, pero yo soy la única que conoce su lenguaje. Porque cada planta y cada capullo tiene un significado. ¿Quién no querría escribir la carta de amor más perfecta en pétalos? ¿No estáis ya cansados de los regalos típicos e impersonales de siempre? No hay compromiso ninguno.
Dinah decidió que confesar que ella misma era florista arruinaría, sin duda, el momento... y la estrategia de marketing de la otra mujer. Y tenía que reconocer que sentía cierta curiosidad por lo que la dependienta tuviera que decir.
- ¿Qué te parece, amorcito? ¿Lo probamos? -dijo Aidan, con aquel brillo en los ojos que tanto le gustaba.
- Claro, cielo -replicó ella, siguiéndole la corriente e ignorando deliberadamente el cambio en su pulso al entrelazarse sus manos.
- Bien -dijo la dependienta cuando se acercaron-. Me gusta siempre empezar con un pequeño juego. Si tuvieras que elegir una sola palabra o concepto para describir a tu amada, ¿cuál sería?
- Admiración -dijo. ¿Hablaba en serio? Parecía muy serio-. Nunca he dejado de estar asombrado ante lo que es capaz de conseguir. Es la persona más fuerte que conozco. Ha atravesado por las situaciones más difíciles y sin embargo ha sido capaz de superarlas todas. Su tesón y fuerza de voluntad me inspiran cada día...
No parecía una broma. Dinah intentó encajar el cumplido lo mejor posible, y agradeció que no se esperara ninguna respuesta por su parte. No hubiera sabido qué decir. Apretó con suavidad la mano de Aidan en un gesto que era a medias reprimenda (te estás pasando), a medias agradecimiento.
La rubia sonrió ante la elección del cerezo. Nunca lo había pensado. Le pareció... muy bonito. Quizá porque acababa de descubrir que verse a través de los ojos de Aidan era extremadamente agradable.
-¿Y qué hay del caballero? -dijo entonces la florista, mirándola a ella-. ¿Cómo le describirías?
- Oh, estoy profundamente interesado en escuchar ésto -dijo Aidan, en tono juguetón. Un escalofrío recorrió el cuello de Dinah cuando él susurró en su oído-: A ver cómo sales de ésta, milady...
- Te arrepentirás de haberme desafiado. Recuerda mis palabras -replicó ella, divertida, en una clara referencia a su conversación en el muelle. Entonces, se volvió a la mujer, y las palabras acudieron solas a sus labios- Danny es... -empezó, usando el apodo como una broma secreta entre ellos -Aventura. Magia. Lo transforma todo. Es imposible aburrirte con él. -era la maldita verdad- Hace que te sientas viva. -continuó- Puede convertir cualquier cosa en una canción, ¿lo sabía?
-¿De veras? -sonrió la florista-. Yo creo que lo que estás describiendo es...
Una trompeta de ángel, pensó Dinah.
-... una trompeta de ángel -la mujer se acercó a un arbusto que crecía en una maceta. De sus ramas pendían, como campanas, unas grandes flores con pétalos que iban transformándose, a medida que los reseguías con la vista, de un suave tono amarillo a un potente encarnado-. Habla de vivacidad, salud, peligro. Con esto le estás diciendo a Danny que es "vibrante". -la florista adoptó un tono confidencial y misterioso al añadir: -¿Sabéis que antiguamente se usaba en rituales y brujería? Algunos dicen que puede usarse para hacer pócimas de amor...
- Vaya. ¿Qué te parece eso, cariño? ¿Quieres que compremos una? -bromeó Dinah, sintiendo que las tornas cambiaban. Los ojos de la florista se iluminaron. Ahora era Aidan el que estaba en una encerrona...
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 3rd Mayo 2022, 19:52
Te arrepentirás de haberme desafiado. Recuerda mis palabras.
A pesar del ambiente distendido de la broma, para él aquél presagio cobraba un significado muy distinto, recordándole la amarga realidad que llevaba todo el tiempo tratando de ignorar: que eran enemigos, y que más tarde o más temprano ella terminaría por descubrirlo. Entonces dejaría de ser divertido, y no pudo evitar que sus palabras se deslizaran por su columna vertebral como un cubito de hielo que alguien hubiera dejado caer por dentro de su camisa.
Sin embargo, pronto pasaron a otras cosas, y en el transcurso de la tarde y las diferentes actividades y conversaciones no tardó en disiparse como una nube tras la lluvia. Pero, cual el mismísimo Cristo tras hacerle a Pedro su premonición, cuando se encontraban en el puesto de flores la velada amenaza volvió a ser pronunciada con, exactamente, las mismas palabras:
Te arrepentirás de haberme desafiado. Recuerda mis palabras.
De nuevo Aidan sintió invadirle el desasosiego, como si aquella segunda mención hubiera hecho ganar un mayor peso y significado a lo que inicialmente no había sido más que una inocente broma.
A diferencia de Pedro, Aidan no cometió el error de negarlo en ninguna de las dos ocasiones, ya que, en su caso, estaba bastante convencido de que la guerrera estaba en lo cierto. La pregunta no era si se arrepentiría o no, sino cuándo sería. De hecho, en realidad ya se estaba arrepintiendo. No le gustaba aquello, no le gustaba estar engañándola y, por encima de todo, no le gustaba estar permitiéndose a sí mismo, y también a ella, unas ilusiones que jamás podrían llegar a buen puerto.
La mención de la flor escogida no hizo más que ratificarle en su impresión, volviendo dolorosamente evidente la mentira que estaba representando.
Porque le acababan de comparar con un ángel.
Aidan sabía que aquello no había sido cosa únicamente de la florista. Estaba muy al tanto de los conocimientos que tenía Dinah en la materia, pues habían hablado de flores alguna que otra vez, y albergaba la impresión de que la rubia había guiado de alguna manera a la otra mujer hacia aquella respuesta, haciéndole pensar que había sido únicamente logro suyo. Una mirada a su rostro, exento de sorpresa, y a su mirada cuando la florista enunció el nombre de la planta fue todo cuanto necesitó para confirmarlo.
Le estaba comparando con un ángel. A él, que usaba una máscara de demonio para actuar en nombre de sus señores. Tenía que poner fin a aquello antes de que llegara más lejos, pero no sabía cómo. Dinah no merecía que la engañaran, pero, lo cierto era... que sentía muy bien escuchar a otra persona hablar así de él. Llevaba tanto tiempo pensando en sí mismo como un monstruo que resultaba revitalizante descubrir una opinión tan distinta. Pero claro, la rubia no sabía ni la mitad de las cosas que había hecho, y, si lo supiera, estaba seguro de que las tornas serían muy diferentes.
Con suavidad puso sus manos sobre sus hombros cuando le propuso comprar alguna de las dos plantas.
- Cariño, me parece preciosa pero no hay forma de que podamos meter eso en el coche -dijo en tono de broma junto a su oído, logrando mantenerse en el papel incluso a pesar del torbellino de emociones que agitaba su alma condenada-. Además, diría que tenemos amor de sobra como para andar necesitando pociones...
Su razonamiento era imbatible, pero la realidad era que no deseaba dar más pávulo a aquella llama condenada a perecer. La florista, sin embargo, parecía opinar diferente, pues recibió su comentario con una espontánea carcajada.
- ¡Pero cariño! ¡Claro que no te llevarías la maceta! Lo que estoy es indagando para diseñaros el ramo que mejor refleje vuestro amor. Ahora normalmente os preguntaría que lo definiérais, pero no va a hacer falta. En base a lo que he observado hasta ahora creo que tengo la flor perfecta para representar vuestra relación: la rosa coral, el vivo ejemplo del deseo y la pasión, pues sus colores se consiguen de mezclar el amarillo, que representa la amistad, y rojo, que significa amor. Es el equilibrio perfecto entre amistad y romance que observo en vosotros. ¿No es maravilloso cuando consigues que tu pareja sea, a la vez, tu mejor amigo? Además, transmite una impresión de luminosidad, viveza, calidez y entusiasmo que encaja muy bien con las sensaciones que me dijiste que te inspiraba tu compañero -añadió, guiñándole un ojo a Dinah.
Aidan no pudo hacer más que quedarse callado y boquiabierto observando cómo la mujer trabajaba, arrancando tallos de varias hermosas flores y vegetación de su carrito y arreglándolos con cuidado hasta terminar presentando un ramo de flores vibrantes en tonos naranja, amarillo, rosa y coral que les ofreció con gentileza.
- Éste ramo transmite la pasión que compartís el uno por el otro. Es tan vívido y sensual como el amor que desprendéis -aclaró con una sonrisa.
No puede ser, pensó, observando el ramo como si le fuera a morder de un momento a otro. Sólo era un juego, nada más, y, sin embargo, una completa desconocida había sido capaz de ver algo que estaba ahí pero ninguno había podido ver. Eso que había entre los dos... fuera lo que fuera... ¿era verdaderamente real? Y lo que era más importante aún... ¿estaba mal? ¿Lo merecía, acaso?
- Vamos, cariño, decídete o el ramo se pudrirá en mi mano -rió la mujer.
- Oh, sí, perdone -mecánicamente, en shock, sacó la cartera y pagó por el ramo.
Cuando finalmente salieron del recinto acristalado las últimas luces del atardecer se habían desvanecido para dar paso a las sombras, y había empezado a llover. Aidan, que no se había atrevido a mirar a Dinah a los ojos desde que habían salido del puesto de la florista, propuso refugiarse en un pub cercano y hacia allá se dirigieron.
La noche no había hecho más que empezar y ya había gente borracha. Aidan, que era ya un experto en aquellas lides, identificó rápidamente al grupo más problemático y aconsejó a Dinah dirigirse hacia el extremo opuesto, pero no antes de que los tipos, un grupo de moteros malencarados, se fijaran en él, que aún seguía llevando el ramo.
- ¡Huy, mira qué flores más bonitas lleva la princesa! -exclamó uno de ellos con una gran carcajada-. ¿Es el que vas a llevar cuando te pongas el traje de novia?
- Sólo están borrachos, ignóralos -le dijo a Dinah, dándoles la espalda a los tipos al tiempo que la escudaba por instinto. Desde aquella posición no pudo ver cómo uno de los gorilas se levantaba y se dirigía hacia la barra, propinándole un severo empujón para pasar que hizo que las flores se desparramaran por el suelo, provocando las risas en el resto de moteros.
Aidan ya había lidiado con situaciones como aquella en numerosas ocasiones, así que debería haber sabido que el mejor camino a seguir era agachar la cabeza y guardar silencio, pero nunca se le había dado bien refrenar sus impulsos, y por alguna razón la visión de las hermosas flores tiradas y pisoteadas junto con todo su simbolismo hizo que la sangre se encendiera como fuego en sus venas, y ni siquiera la constatación de sus inmensos músculos sirvió para achantarle.
- ¡Eh, gilipollas! -exclamó volviéndose hacia el gigante-. Estar borracho no te da el derecho a comportarte como un idiota.
Sabía de sobra lo que iba a ocurrir, pero eso no hizo que el impacto del puño contra su rostro resultara menos doloroso. Su visión se nubló durante un segundo, y, de repente, estaba de rodillas entre los tallos rosados y anaranjados. Los delicados pétalos coral de una de las rosas habían quedado teñidos con la sangre que brotaba de su labio partido. Acto seguido sintió que lo elevaban por los aires sujetándolo por la pechera de su chaqueta de cuero hasta quedar a su altura.
- ¿Y quién me va a enseñar modales, princesa? ¿Tú?
Sin poderlo evitar, esbozó una sonrisa entre sus dientes ensangrentados al ver lo que estaba a punto de ocurrir por encima de su hombro.
- Oh, no, yo no... Después de todo, sólo soy una princesa...
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Dinah Lance DC Universe
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 11th Mayo 2022, 08:35
La mujer era una entusiasta de su trabajo; Dinah tenía que reconocerlo. Y tenía un don para las ventas. Acababa de ofrecerles un ramo de rosas (uno de los más bonitos que Dinah había visto en su vida); y Aidan acababa de, bueno, comprarlo. ¿Habría comprado también toda aquella historia de "no es maravilloso que tu pareja sea, a la vez, tu mejor amigo"? Porque ella, no podía negarlo, casi se lo había creído. Sonaba bien, sonaba apropiado; sonaba a lo que podría haber sido y a lo que quizá pudiera ser. Algún día, cuando no estuvieran tan rotos. Cuando sus heridas hubieran cerrado.
Aidan cogió el ramo que la florista le tendía y Dinah le dio las gracias en voz baja, extraña. Se despidieron de la mujer y continuaron con su recorrido. Él parecía perdido en sus pensamientos, y evitó su mirada hasta que salieron del invernadero. ¿Estaría enfadado por el gasto? ¿Porque habían llevado la broma demasiado lejos? ¿Porque quizá no deberían estar jugando a... lo que fuera que fuese esto, cuando sus pérdidas eran tan recientes?
Dinah agradeció la propuesta del pub, sintiendo que les permitiría recuperar algo de normalidad perdida. Y resultó ser cierto, aunque no de la forma que ella había esperado.
- ¡Huy, mira qué flores más bonitas lleva la princesa! -exclamó un tipo, arrastrando un poco las palabras debido al alcohol-. ¿Es el que vas a llevar cuando te pongas el traje de novia?
- Sólo están borrachos, ignóralos -murmuró Aidan.
Cuando le preguntaran sobre aquel incidente, Dinah diría, en su defensa, que había intentado hacer caso a Danny Boy. Hasta que llegó el empujón.
- ¡Eh, gilipollas! -espetó Aidan a su agresor, mientras Dinah sentía que ella misma se tensaba y sus puños se cerraban-. Estar borracho no te da el derecho a comportarte como un idiota.
Sabía que no debía. Era una experta en artes marciales. Era una maldita arma blanca andante.
Pero el puñetazo fue la gota que colmó el vaso.
- ¿Y quién me va a enseñar modales, princesa? ¿Tú? -se burló el motero, levantando a Aidan por la pechera con gesto amenazador.
Y, esta vez sí, los ojos de Danny Boy se encontraron con los de Dinah por encima de su hombro. Y, al parecer, Aidan leyó algo en ellos que lo hizo sonreír.
- Oh, no, yo no... Después de todo, sólo soy una princesa...
Justo entonces, el matón sintió cómo era agarrado por el cuello de la chaqueta y empujado hacia atrás. La sorpresa hizo que soltara a Aidan, que aterrizó de pie y seguro sobre las flores.
El motero, sin embargo, no tuvo tanta suerte. Cuando quedó frente a frente con Dinah, ella le apoyó con firmeza las manos por debajo de las clavículas.
- Nadie le arruina las flores a mi princesa -le espetó, imprimiendo un fuerte empujón al matón que lo envió trastabillando al suelo.
Tras confirmar con un vistazo que Aidan estaba bien, Dinah se volvió al tipo y le sostuvo la mirada, mientras hacía crujir los nudillos. Lo cierto era que le hubiera encantado darle una patada, pero eso sí que los hubiera metido en un buen lío. Sin embargo, el desafío estaba claro en los ojos de la florista. Si el matón volvía a levantarse con ganas de pelea... Le sugeriría que terminaran con aquel asunto fuera del bar.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 18th Mayo 2022, 10:41
El motero se volvió, dispuesto a asestar un puñetazo a quienquiera que hubiese tenido el poco juicio de empujarle, pero se detuvo en seco al encontrarse de frente con una mujer que no debía llegar ni a los sesenta kilos. La sorpresa hizo que no reaccionara a tiempo cuando ella le empujó de nuevo, enviándole al suelo con una fuerza que no debería tener. Sólo era una mujer, y no demasiado corpulenta. No podía ser... ¿cómo...?
Fueron las risas de sus hombres las que le sacaron de su estupefacción. Al parecer, el resto de la banda debía haber llegado a la misma conclusión. Las bandas de moteros constituían todo un submundo dentro del ecosistema criminal, uno en el que las mujeres eran consideradas, literalmente, ciudadanos de segunda. No podían ser miembros de ningún club, y la única manera en la que se les permitía interaccionar dentro de las bandas era como propiedad de alguno de sus integrantes. De hecho, ponerse un chaleco donde se especificaba a quién pertenecían era lo único que las libraba de ser golpeadas, violadas o forzadas a prostituirse. Que una mujer hubiera sido capaz de empujarle hasta el suelo ya era grave; que lo hubiera hecho una que era menos de la mitad que él ya era algo impensable. Si no hacía algo para recuperar su honor perdería el respeto de sus hombres para siempre, así que se levantó, lleno de furia, y se encaró con ella.
- No has debido hacer eso, niñita... Voy a lamentar tener que partirte esa preciosa cara -afirmó, cogiendo una botella de una mesa cercana y partiéndola contra el borde.
Mientras tanto, Aidan se había escabullido afuera aprovechando el alboroto, y no tardó en localizar las motos de la banda, aparcadas todas juntas en un extremo alejado del bar. Aidan sopesó sus opciones y calculó que había pocas probabilidades de que dentro llegaran a escuchar nada entre el ruido, el jaleo, la música y la trifulca, así que, tomó aire y...
El grito se llevó por delante las motos cuidadosamente aparcadas, arrojándolas por el aire sin orden ni concierto, yendo a estrellarse en diferentes puntos del parking, entre un reguero de llamas. Aidan regresó corriendo al local, donde varios de los moteros se habían unido a la lucha, y empezó a gritar para hacerse oír:
- ¡Fuego! ¡Hay fuego en el aparcamiento! ¡Venid! ¡Rápido!
De inmediato, todos los que tenían algún vehículo aparcado salieron a toda prisa (especialmente los de la banda de moteros, quienes, al ver sus motos envueltas en fuego corrieron a apagarlas como alma que lleva el diablo), momento que Aidan aprovechó para enlazar sus dedos con los de Dinah y sacarla de allí.
Corrieron y corrieron, entre risas, hasta llegar a otro aparcamiento, en ésta ocasión el de su hotel, y se detuvieron allí, entre jadeos, a recuperar el aliento como dos adolescentes que acabaran de realizar alguna travesura. Aidan juró y perjuró que no había tenido nada que ver con lo de las motos, aventurando que debía de haber sido la caída de algún rayo, y Dinah le creyó, bien por no haber tenido ocasión de estudiar bien la escena, o bien, simplemente, porque quería creerle.
El aire primaveral era fresco y acogedor, el olor a lluvia era intenso y estaban empapados.
- Bueno, al final el día ha terminado siendo movidito -el irlandés se echó a reír con nerviosismo, frotándose la nuca-. Escucha, siento mucho lo que ha pasado en el bar. No debería haberle contestado al tipo, fue una estupidez. Dejé salir un lado de mí mismo que trato de evitar y he estado a punto de arruinar el viaje, pero sería una pena terminar con mal sabor de boca después de un día tan estupendo, ¿no te parece? Necesitamos recuperar el buen rollo de alguna forma. ¿Qué te parece si bailamos? -inquirió. No había música, ningún ritmo aparte de la lluvia golpeteando el suelo y el techo de los coches, pero se puso a bailar de todos modos, alzando el rostro al cielo estrellado para recibir de pleno la refrescante caricia del agua. Se volvió hacia ella con una sonrisa radiante. No recordaba cuándo había sido la última vez que se había sentido tan vivo-. Vamos, princesa, enséñame tus movimientos. El baile no es un deporte para espectadores. Y no intentes venderme ni por un segundo que no sabes porque no me creo nada -añadió, dando un paso al frente y extendiendo su mano hacia ella con una reverencia-. My lady... -pronunció con fingida afectación antes de tirar de ella hacia él, su otra mano descansando suavemente sobre su cintura mientras la guiaba en un sencillo paso de baile-. Hey, puede que no se me de bien pelear, pero cantando y bailando no hay quien me supere -bromeó-. Vamos, relájate, concéntrate en los sonidos de la ciudad para encontrar el ritmo, déjate ir. Por ésta noche al menos podemos ser libres...
¿Qué había querido decir con eso? Dinah no lo sabía, pero asumió que se refería a sus obligaciones como miembro de una banda reconocida y famosa. Allí, en aquél parking desierto a aquellas horas de la noche, nadie los reconocería. Podían ser ellos mismos. Sí... era la asunción más lógica, aunque eso significara ignorar cómo, por un instante, se había apagado la vida en aquellos hermosos ojos, volviéndose su tono más lúgubre.
De vez en cuando se escuchaba el murmullo de los coches al pasar, un perro ladraba a la luna, y, aquí y allá, algún transeúnte apurado corría para llegar a su casa bajo la lluvia. Aidan comenzó a tararear una hermosa tonada, dándoles algo más sólido a lo que aferrarse para bailar, y, pronto, comenzó a cantar:
In harmony, in tragedy, I trιed to run, but you won't leave A superstar, a passenger dark I am safe here in your arms
Su voz era profunda y dulce, baja y cautivadora como la miel. La sostenía de manera relajada, dándole espacio para moverse con la música.
- ¿Me equivoco al suponer que nunca habías bailado lento en el parking de un hotel bajo la lluvia? Bueno, yo tampoco, pero definitivamente voy a incorporar ésto como una tradición. Hagamos oficial el día de bailar en parkings oscuros bajo la lluvia, ¿te parece?
Death thy lover In the hollow, there's no other He's your only friend and he's watching over you Death thy lover An adventure to discover When you reconsile, he's a long cold kiss
La acercó hacia él y la hizo girar en sus brazos, el aire agitando los rubios cabellos. Su risa parecía llenar el estacionamiento vacío.
- ¿Ves? Ya hemos recuperado el buen rollo.
Se quedó mirándola durante un largo momento. Sus ojos azules resplandecían bajo la lluvia nocturna, pero había algo más en ellos, algo que parecía consumirle desde dentro, devorando aquella luz a la que, por un breve instante, se le había permitido escapar. Por extraño que pareciera (y parecía una locura), era como si aquellos ojos le estuvieran pidiendo ayuda. Como un grito silenciado y repleto de desesperación. Su mirada descendió entonces hacia sus labios entreabiertos y se inclinó hacia adelante como movido por un encantamiento que parecía incapaz de romper.
Lo único que les separaba era un suspiro...
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 19th Mayo 2022, 12:31
- No has debido hacer eso, niñita... Voy a lamentar tener que partirte esa preciosa cara -dijo, el matón, rompiendo una botella.
La mirada que Dinah le devolvió hizo que la temperatura de la habitación descendiera varios grados.
- Si quieres intentarlo -replicó- Hazlo fuera.
Ni el dueño del pub ni los demás clientes tenían ninguna culpa de lo que estaba pasando.
- ¿Para que puedas irte corriendo con tu papá? No lo creo -respondió él, aproximándose con la botella rota.
Dinah adoptó la postura de combate, algo que hubiera tenido que disuadir al motero... suponiendo que fuera lo bastante listo y estuviera sobrio; dos cosas con las que la rubia no contaba. Moviéndose hacia un espacio algo más amplio y alejado de la barra, Dinah hizo un gesto a la gente que tenía detrás para que se retiraran. No vio a Aidan por ninguna parte y sintió una punzada de preocupación.
Pero no tenía tiempo para localizarlo: el matón se había lanzado a por ella.
Los reflejos de Dinah la apartaron a tiempo de la trayectoria del cristal. Aprovechando la inercia de su propio movimiento, la rubia se dio espacio para poder lanzar una patada al antebrazo de su contrincante. El impacto hizo que la mano se abriera y soltara la botella, que se estrelló contra el suelo. Dinah retrocedió unos pasos, esperando que su gesto hubiera sido suficiente para terminar con el combate.
En lugar de eso, dos moteros más, envalentonados por el alcohol, se levantaron de sus taburetes, dispuestos a unirse a la refriega. Dinah maldijo entre dientes.
No tenía miedo. Podía encargarse perfectamente de todos ellos, pero... no era una buena idea. Podían hacer daño a alguien, romper algo. Podía presentarse la policía. Ninguna de esas opciones le interesaba. Tenía que dejar la pelea, encontrar a Aidan y largarse de allí.
- ¡Fuego! ¡Hay fuego en el aparcamiento! ¡Venid! ¡Rápido! -como si lo hubiera invocado con su pensamiento, Dinah oyó la voz del irlandés a su espalda, teñida de urgencia. Y todo el pub respondió a su llamada, moteros incluidos.
En el caos que siguió, la mano de Danny Boy encontró la de Dinah, y tiró de ella hacia la otra salida del bar.
Mientras corrían calle abajo bajo la lluvia, sin soltarse las manos, la adrenalina que burbujeaba en el pecho de Dinah se expandió hasta convertirse en una carcajada. La situación tendría que haberles arruinado el día. Ella tendría que estar enfadada o preocupada. Pero no, no lo estaba. Se sentía extrañamente libre, disfrutando de la carrera desenfrenada y la lluvia sobre el rostro.
- ¿En serio había fuego en el aparcamiento? -le preguntó a Aidan cuando se detuvieron en las cercanías del hotel. No podía creer la suerte que habían tenido. De hecho, había llegado a pensar que Danny Boy se lo había inventado sólo para poder librarse de los moteros.
El irlandés le aseguró que era cierto, y añadió que él no había tenido nada que ver. Dinah arqueó las cejas, escéptica. Pero sabía que no era fácil hacer que un coche ardiera. Con la lluvia, era probable que hubiera habido algún problema con el tendido eléctrico.
- Bueno, al final el día ha terminado siendo movidito -dijo Aidan, y ella alzó las cejas un poco más-. Escucha, siento mucho lo que ha pasado en el bar. No debería haberle contestado al tipo, fue una estupidez.
- Y yo no debería haberlo empujado, pero él te pegó primero -replicó Dinah, encogiéndose de hombros. Había conocido a muchos como el motero, y sabía que, de no haber sido una pulla por el ramo, hubiera sido una provocación gratuita de otro tipo. O un comentario lascivo hacia ella. La pelea hubiera estallado de todos modos. Iba a decírselo a Aidan, pero él continuaba hablando. Los ojos claros de Dinah se abrieron por la sorpresa cuando, de todas las cosas, el irlandés le propuso… un baile.
¿Y quién iba a decirle que no con aquella sonrisa?
No era justo que supiera sonreír así.
-Sí sé bailar -replicó ella, divertida, a su provocación- Y espero que lo tuyo no sea un farol…
-My lady...
Dinah rió cuando la atrajo hacia él, y le sorprendió la facilidad con la que sus cuerpos se amoldaron al primer paso de baile.
-Hey, puede que no se me de bien pelear, pero cantando y bailando no hay quien me supere -dijo él-. Vamos, relájate, concéntrate en los sonidos de la ciudad para encontrar el ritmo, déjate ir. Por ésta noche al menos podemos ser libres...
A Dinah no se le escapó la tristeza que parpadeó, por un momento, en los iris de Aidan. Pensó en el acoso al que debían someterlo por ser el cantante de Deamhan. Pensó en el duelo que ambos tenían aún por cerrar. Sintió una punzada en el pecho, y decidió que no pensaría más.
Dejó que sus sentidos la conectaran al presente. Olía a asfalto mojado, a cuero, a tierra. El humo de tabaco se había aferrado a su ropa y a sus cabellos en su breve recorrido por el bar. La piel de sus manos estaba resbaladiza por la lluvia pero, aún así, el tacto de Aidan era cálido. O tal vez eran los dedos de Dinah los que se habían enfriado. Oyó el tap-tap de las gotas, el ladrido de los perros, el motor de los coches, el chapoteo de sus pies en los charcos. Oyó la voz de Aidan, dulce, hilando todos aquellos sonidos sin sentido para convertirlos en una melodía.
- ¿Me equivoco al suponer que nunca habías bailado lento en el parking de un hotel bajo la lluvia? Bueno, yo tampoco, pero definitivamente voy a incorporar ésto como una tradición. Hagamos oficial el día de bailar en parkings oscuros bajo la lluvia, ¿te parece?
- Me parece. ¿Una vez al mes, o una vez al año? -preguntó ella, mientras giraba entre sus brazos.
La cercanía era intoxicante.
- ¿Ves? Ya hemos recuperado el buen rollo. -concluyó él, y su voz sonó cerca, y sus ojos se encontraron.
Y ella vio algo escrito en ellos, una petición, un grito de ayuda. Y quería responder. Quería ayudarlo. No sabía bien a qué.
Pero hubo una segunda petición, una muy distinta, cuando él dejó descansar su mirada sobre sus labios. Y Dinah supo que era algo a lo que también quería responder. Algo que no podía retrasar más.
Se inclinó ligeramente hacia él, bebiendo con cuidado aquellos centímetros que aún los separaban. Sintió la caricia del aliento de Aidan sobre sus labios y…
Un resplandor la sobresaltó, e hizo que se apartara de golpe, cubriéndose los ojos, deslumbrada.
-¿Pero… qué? -exclamó, sorprendida.
Oyó la voz de Aidan proferir una colorida maldición y, cuando parpadeó, Dinah vio que un pequeño grupo de paparazzi los había rodeado.
Parecía que el irlandés no iba a poder ser libre aquella noche. Y ella tampoco.
-¡Aidan Doyle! Esta mañana se han difundido vídeos de una actuación en el Kurt Cobain Memorial Park. ¡Las redes echan humo! ¡Definitivamente, era usted!
-¿Puede decirnos qué está haciendo en Washington? ¿Trabajo? ¿Vacaciones?
-¡Señor Doyle! ¿Puede hablarnos de su nueva novia?
-¿Cuánto tiempo llevan juntos? ¿Ha superado ya la pérdida de su mujer…?
Las preguntas eran como disparos. Dinah retrocedió unos pasos, angustiada. A su lado, Aidan estaba tenso. Había una mezcla de emociones turnándose el rostro del irlandés; frustración, enfado, dolor, ira… vergüenza.
-Buenas noches -dijo; un saludo y una despedida al mismo tiempo- No tenemos comentarios.
Dinah no despegó los labios mientras lo seguía hacia el hotel.
-¿Son ciertos los rumores de que hay una crisis en la banda?
-¡Señor Doyle!
Una vez a salvo en el vestíbulo, Dinah y Aidan apenas intercambiaron palabra. La culpa se revolvía en el interior de la rubia como un animal atrapado en una jaula. No tendría que haber puesto a Aidan en una situación tan comprometida. Había fotos. Habría comentarios durante semanas. Tal vez la identificaran a ella. Y la mención de su mujer… eso había roto algo en él. Sólo había que mirarlo.
Habían salvado el planetario. Habían arreglado lo del ramo. Lo de la pelea de bar. Pero, al final, el día se había estropeado de todos modos.
-Lo siento -musitó Dinah, cuando llegaron a la entrada de su habitación.
Él negó con la cabeza, y la conversación murió. Se dieron las buenas noches. Y tomaron direcciones distintas.
Tras cerrar la puerta tras ella, Dinah se dejó caer sobre la cama y se cubrió el rostro con las manos.
***
La despertó el suave pitido del localizador que siempre llevaba consigo. Confusa, Dinah se incorporó en la cama. Tardó un rato en reconocer el lugar en el que estaba. Ah, sí. Washington. La habitación del hotel. ¿Qué ocurría? ¿Qué hora era?
El aparato estaba aún en la bolsa de viaje. Tardó casi un minuto en liberarlo de su prisión de ropa pero, cuando al fin lo logró, seguía sonando.
-Canary -dijo, encendiendo el comunicador.
-Oracle -replicó la persona al otro lado- Sé que vas a matarme por esto, pero no tengo a nadie más cerca.
-Dispara -musitó Dinah, masajeándose la sien.
-Tengo un 10-74 en el Museo de la Biblia de Washington. Justo ahora.
Dinah reconoció el código. Robo en curso. ¿En el Museo de la Biblia? Curiosa elección.
-¿Quién? -preguntó.
-Lo tengo en las cámaras. Hombre, aproximadamente 1'80, pelo oscuro, lleva una máscara. Va solo.
-Estoy en ello -replicó Dinah, levantándose.
Se había quedado dormida con la ropa puesta. Hubiera sido más fácil salir con ella, pero recordaba a los paparazzi. Su vestimenta de ayer ya debía de circular por las redes, y Dinah no necesitaba dos exclusivas candentes en lugar de una.
De modo que cambió los tejanos por unos pantalones cortos de cuero, se puso una camiseta de tirantes y se cubrió con una chaqueta negra. Se ató las botas de cordones y se aseguró el comunicador sobre la oreja. Por último, se puso los guantes y se dirigió a la salida.
-En camino -dijo, seria, a través del comunicador.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 21st Mayo 2022, 00:56
Última edición por Ahri'ahn el 21st Mayo 2022, 00:57, editado 1 vez
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 21st Mayo 2022, 00:56
El miembro 'Ahri'ahn' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
'Dado de 10' : 8
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 21st Mayo 2022, 01:32
El pasado dos de abril, un día antes de su fatídico concierto en Nueva York y apenas dos antes del estallido de la WWD, un equipo de científicos había descubierto los cimientos de un enorme edificio en las excavaciones de la conocida como "Ciudad de David", en Jerusalén. Dicho edificio parecía ser el Primer Templo construido por el famoso rey Salomón en torno al 960 a. C., y dentro los arqueólogos encontraron un sello de más de 2.600 años de antiguedad con inscripciones en hebreo que tenía todas las papeletas para ser el mítico anillo de Salomón, un supuesto sello mágico que le habría sido entregado al monarca por los ángeles y que tenía el poder de dominar a los demonios.
Así, según la leyenda, Salomón, habría utilizado el anillo para obligar al poderoso demonio Asmodeo a construir el inmenso templo, forzándolo a continuación a meterse en una vasija de bronce que habría sido sellada y transportada lejos, librándose de éste modo de él. Si Aidan tuviera ese anillo, podría librarse de Gob, podría obligarle a romper el contrato sobre su alma y a meterse los pedazos por el culo. Joder, podría obligarle a autodestruirse, incluso. Si Aidan tuviera ese anillo, nunca jamás tendría que temer nada de los demonios, podría ser libre... Empezar desde cero...
No era casualidad que hubiera decidido llevar a Dinah hasta Washington, porque, lo cierto era que allí se erigía el famoso Museo de la Biblia, un edificio que, como no podía ser menos, había costado 500 millones de dólares y ocupaba la friolera de 40.000 metros cuadrados repartidos en ocho pisos. Dentro albergaba miles de textos y artefactos relativos a la historia del Viejo y el Nuevo Testamento, y además, contaba con la tecnología más avanzada del mundo, por lo que era sólo natural que hubieran enviado el anillo hasta allí para ser analizado y exhibido, aunque los trabajos de investigación habían tenido que posponerse a causa de la invasión demoníaca que había estallado el mismo día de recibir la preciada carga.
Aidan sabía que robar en el museo iba a ser una tarea compleja y peligrosa, ya que el edificio se encontraba a sólo dos manzanas al sur del National Mall, sede del Capitolio de los Estados Unidos, por lo que se trataba de una zona particularmente vigilada, y, para más inri, la propia construcción parecía hecha a imagen y semejanza de una gigantesca caja fuerte, habiendo sido edificada en robusto ladrillo y con unas pesadas puertas de bronce de más de doce metros.
Por fortuna, tenía un punto vulnerable, y éste era el tejado, constituido en su totalidad por una cúpula de cristal transparente. El hecho de contar con ocho plantas dificultaba un tanto la operación, pero no era nada que un ladrón con el equipo y las habilidades necesarias no pudiera solventar.
El cantante se encontraba parado en el 300 de la D ST SW, justo al final del edificio, donde no había vigilancia ninguna, parcialmente oculto bajo la marquesina lateral entre la oscuridad y sus ropajes negros. Cuando se hubo asegurado de que no había nadie en la calle a aquellas horas de la madrugada y que el silencio era total, sacó la pistola de gancho que había comprado en el mercado negro y la lanzó hacia el saliente de la primera ventana, encaramándose rápidamente al alféizar. Desde ahí directamente se impulsó hacia el alféizar de la séptima planta y, una vez allí, se deslizó cuidadosamente por el lateral del edificio hasta llegar a la cúpula que cubría el anfiteatro.
La sensación de vértigo era abrumadora, e hizo todo lo posible por no mirar hacia abajo. Aidan no estaba acostumbrado en lo más mínimo a aquella clase de actividades, pero tenía que admitir que el azote del viento frío a aquellas alturas resultaba vigorizante, y, además, le ayudaba a despejarse la cabeza de todo cuanto había sucedido en las últimas horas.
Había cometido otros robos antes, pero principalmente en zonas residenciales y negocios sencillos. Aquello era, con mucha diferencia, lo más complicado que había tratado hasta el momento y no tenía la más mínima idea de lo que estaba haciendo. Había escogido trepar por aquél lado porque el World Stage Theatre se encontraba justo al lado de las escaleras. El edificio, para todo lo grande que era, únicamente tenía escaleras en un lateral, lo cual significaba que si trataba de entrar por cualquier otro lugar tendría que recorrerse la planta entera para poder descender, incrementando así las posibilidades de que le atrapasen. Aquella era una de las pocas cosas que había podido planificar gracias a los mapas de las instalaciones que muy amablemente cedía el museo en su página web, pero él no era un ladrón profesional, así que sabía que la única baza con la que contaría sería el tiempo antes de que inevitablemente activara alguna alarma o fuera captado por alguna cámara de vigilancia, por lo que debía ser lo más rápido posible.
Otra cosa que le había contado Felicia era que casi siempre el grueso de los sistemas de vigilancia se ubicaban en la planta baja, aunque eso de poco servía si tenía que usar el grito para romper la cristalera, pero no tenía muchas otras opciones, ¿verdad? Aquellos cristales eran extremadamente gruesos y estaban sellados al entramado de metal. No creía que fueran anti balas pero definitivamente no podría partirlos de un puñetazo, así que tomó aire y exhaló un grito focalizado a corta distancia sobre una de las cuadrículas, que estalló hacia adentro en mil pedazos, franqueándole la entrada. Una vez en el interior corrió hacia las intrincadas y amplias escaleras y descendió a toda prisa hasta el tercer piso. La zona donde se encontraba el anillo estaba justo a la salida de las escaleras, en la gigantesca sala dedicada a la biblia hebrea, una inmersión profunda de 4.000 metros en la narrativa del Antiguo Testamento que presentaba escenarios inspirados en las historias de figuras bíblicas como Noé, Abraham, David y, por supuesto... Salomón.
- ¡Manos arriba! -gritó una voz. El guardia de seguridad, que le apuntaba con una pistola.
Podría haber terminado rápidamente usando el grito, pero no quería arriesgarse a prender fuego al museo. Había demasiadas obras de arte de valor incalculable allí, y aunque la necesidad le llevase a cometer actos cuestionables no pretendía causar más daño del estrictamente necesario, así que, simplemente, y con mucho cuidado para no alarmar al hombre, alzó las manos y se llevó, con mucha lentitud, el índice de la mano diestra a los labios en gesto de silencio...
- One man's lesser evil (un sólo hombre es el mal menor) -cantó, empezando a avanzar lentamente hacia él. El guardia se puso nervioso e hizo amago de retroceder-. Please contact me now (por favor, mírame) -rogó, buscando sus ojos-. Just a brief distraction (sólo una breve distracción).
Finalmente llegó ante él, y, con calma, sin romper en ningún momento el contacto ocular, sujetó la pistola con la mano y la fue apartando con cuidado.
- We're all alone (estamos completamente solos) -le aseguró, en tono tranquilizador-. Don't be afraid (No tengas miedo). We're so alone in this silent world (estamos tan solos en éste mundo silencioso). Year after year just like a moon (año tras año, como la luna). Around the world but still at home (alrededor del mundo, pero aún en casa). There's no way out (No hay salida). Don't be afraid (No tengas miedo) -pidió, sujetándole por los hombros para imprimir mayor fuerza a su mirada-. There's nothing out there for us anymore (Ya no queda nada ahí fuera para nosotros). We never meet we never know (nunca nos hemos conocido, no sabemos nada el uno del otro). Solitude unites us (la soledad nos une).
Al invocar a Kali había descubierto que no sólo podía transmitir emociones aleatorias en quienes le escucharan, además de la natural fascinación que ejercía su voz, sino que, si se concentraba lo suficiente, era capaz de guiar esas emociones, introduciendo sutiles sugestiones en sus mentes a través de las palabras de las canciones o su intención. Nada más empezar a cantar, el guardia había quedado fascinado como de costumbre, pero se había asegurado de establecer un vínculo con él basado en un sentimiento compartido que el hombre hasta ahora ni siquiera sabía que tenía, convenciéndole de que no era alguien peligroso, que su presencia allí no era importante y que debía olvidar haberle visto siquiera. No le hacía gracia cantar cuando llevaba la máscara, pues alguien podría reconocer su voz, pero esperaba haberse cubierto las espaldas con aquella sugestión. Observó alejarse al guardia y suspiró, enfrentando la titánica tarea que tenía ante sí. Era muy probable que el guardia hubiese dado la alarma antes de abordarle, así que debía darse más prisa que nunca...
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Dinah Lance DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Canario Negro Nombre real: Dinah Laurel Lance Universo: DC Universe
Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 20th Junio 2022, 08:25
Cuando Canario Negro llegó a la entrada del Museo, Oráculo la informó de que, según los vídeos del circuito de vigilancia, el ladrón estaba en el tercer piso.
- ¿Puedes desbloquearme alguna de las entradas? -preguntó a través del comunicador.
Babs creía que el hombre había entrado a través del techo, pero Dinah no llevaba el equipo necesario para escalar el edificio y, si perdía demasiado el tiempo, el hombre escaparía con su botín antes de que pudiera interceptarlo.
- Listo. A tu derecha -la informó Oráculo, al tiempo que un revelador click llegaba a oídos de la rubia- Iré despejándote el camino.
- Todo un detalle -agradeció Dinah, mientras empujaba la puerta. Al otro lado, una pequeña luz roja parpadeó y se apagó. Fiel a su palabra, la hacker cubría sus espaldas.
- Estás en una galería lateral. La usan para almacenaje y logística. Si continúas recto, encontrarás unas escaleras de subida -continuó Oráculo- Hay un guardia por planta. Nuestro ladrón está a punto de cruzarse con él.
Mala idea, pensó Dinah. No sabía si el ladrón iba armado. El guardia, seguro que sí. Y no sería la primera vez que un atraco se torcía cuando alguno de los implicados perdía los nervios y apretaba el gatillo.
Había llegado a la escalera, y empezó a subirla a toda velocidad.
- ¿Lo ha visto? -preguntó, inquieta por el breve silencio de Oráculo.
- Sí… se han encontrado de frente y… ¿qué? ¿qué diablos está haciendo?
Dinah se tensó, pero en el tono de Barbara no había alarma o preocupación. Era... más bien... extrañeza.
- Sabes que yo no puedo verlo, ¿verdad? -señaló, abriendo al fin la puerta que conducía a las galerías del tercer piso.
- No... sabría describírtelo -confesó Babs- Pero parece que está... ¿diciéndole algo al guardia? Y el guardia acaba de… darle la pistola y… ¿largarse?
Dinah hizo una mueca.
- Me dices que… el ladrón acaba de desarmar al guardia... ¿charlando con él?
Frunció el ceño. No había demasiadas explicaciones plausibles para aquello. O su ladrón era un negociador de primera, o el guardia y él estaban compinchados.
- No tengo sonido -continuó la pelirroja, al otro lado de la línea- Estoy ampliando… el movimiento de los labios. Es… me parece raro -un silencio extrañado- ¿Está hablando en verso…?
- Mierda -musitó Dinah.
Control mental. Magia. No sabía muy bien cuál de las dos estaba en juego, pero ambas eran malas noticias.
- Necesitaré ruido blanco -le dijo a Barbara, colocándose el segundo auricular para aislarse de los poderes de aquel tipo en la medida de lo posible- Llévame hasta él dando un rodeo. No quiero cruzarme con el guardia sin saber de qué lado está.
- Hecho -respondió Oráculo.
Dinah siguió sus instrucciones al pie de la letra, tomando un pasillo lateral y torciendo a la derecha cuando su compañera se lo indicó. Los retratos y esculturas de reyes y profetas se alineaban en todas las paredes, dándole la sensación de que la seguían con la mirada.
- En la siguiente sala -afirmó Babs.
Dinah asintió y cogió aire.
Entró con cuidado, manteniéndose pegada a la pared hasta que localizó una figura vestida de negro, de espaldas a ella. Se acercó, despacio, esperando sorprenderlo desde detrás y no darle la oportunidad de usar ningún truquito mágico con ella.
El ladrón no reaccionó; parecía absorto en una de las vitrinas. Ya casi lo tenía…
Dinah sintió cómo se le helaba la sangre en las venas.
Palideció, como si acabara de ver un fantasma. Y, en cierto modo, así era.
El cristal de la vitrina le devolvía el reflejo de una máscara de cuero que no le era desconocida en absoluto.
El asesino de Dolphin no estaba tan muerto como ella pensaba.
Él se quedó quieto, y Dinah retrocedió, aunque era un instante demasiado tarde.
El reflejo del cristal acababa de traicionarla a ella.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 4th Julio 2022, 00:56
El sello se encontraba en una vitrina rodeado de murales que representaban al famoso rey hebreo, y Aidan no pudo evitar percatarse de la ausencia de parecido del anillo con sus encarnaciones gráficas. En los murales lo habían representado en todos los casos como una banda de oro con una especie de gema engarzada, mientras que lo que tenía ante sí era una simple piedra con inscripciones en hebreo. Sin embargo, Aidan sabía que aquellas pinturas no eran sino interpretaciones hechas por los artistas, ya que nadie había visto el sello tal como era en realidad, y, por lo que el irlandés había investigado, era más probable que se pareciera a lo que yacía en la vitrina que a lo que mostraban los tapices, pues se suponía que debía de contener grabados, combinaciones de letras, símbolos, nombres de ángeles, escritos sagrados, códigos o acrósticos de versículos bíblicos.
Aún reflexionaba sobre ésto cuando, reflejado en el cristal, encontró un rostro familiar, y lo que más le sorprendió no fue ésto, sino la tranquila frialdad que le invadió. En el fondo siempre había sabido que ella aparecería, y se preguntaba si no la había traído consigo hasta Washington porque una parte de él deseaba que ella le detuviera.
Pero era sólo una parte de él. La más débil. La que aún gritaba para que le salvaran desde lo más profundo de su alma. Por desgracia para Dinah, la otra parte de él, aquella que se encontraba profundamente arraigada a un instinto de supervivencia primigenio y atávico, era considerablemente más fuerte. Y esa parte había perdido toda esperanza de ser salvada y sabía que sólo podía contar consigo mismo para salir adelante.
Se volvió con lentitud, encarando a la heroína. Había aprendido desde su último enfrentamiento en Nueva York, y ahora su máscara incluía un distorsionador de voz.
- Volvemos a encontrarnos -le dijo, con una voz que sonaba áspera y gutural mientras la miraba con frialdad-. Me encantaría quedarme a bailar contigo, pero tengo prisa, y, además... ésta vez he venido con mi propia pareja de baile.
Como dije antes... había aprendido desde su último enfrentamiento en Nueva York.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 4th Julio 2022, 00:57
Museo de la Biblia, Washington D.C. Sábado, 18 de mayo de 2019 01.20 am
— ...ésta vez he venido con mi propia pareja de baile.
De pronto el sonido de unos tacones emergió de entre las sombras y una silueta esbelta de cabello blanco, chaqueta de piel y camiseta de los Mötley Crüe, frenó el retroceso de Dinah.
— ...y al parecer, esto acaba de convertirse en un ménage à trois... —añadió la gata con una sonrisa ladina en sus labios— Dime Wraith cielo, ¿quién es nuestra afortunada amiga? —preguntó a su cómplice con socarronería.
Aquella inesperada situación, generó una pregunta. La pregunta que se estaban haciendo ahora mismo Dinah y Babs tras encontrarse con la ladrona. Un hecho, cabe destacar, que probablemente molestara más a la mismísima Oracle y su obsesión por el control, que a la propia Canary; quien actualmente se encontraba en estado de shock, tras confirmar sus sospechas, gracias al nombre usado por Felicia para dirigirse al hombre que tenía justo frente a sí.
¿Cómo había llegado la gata hasta allí? Bien, para saberlo, tendremos que remontarnos unos cuantos minutos atrás. Justo en el instante en el que el localizador de Black Canary comenzó a sonar despertando a nuestra protagonista de su tercera etapa de sueño, más o menos alrededor de las 1.15 am.
Felicia, quien también se encontraba en el 300 de la D ST SW, sentada sobre su moto, cubría las espaldas a Wraith. Mientras esperaba, usaba su intercomunicador para mantener la comunicación —en todo momento— de la situación de su cómplice, con su fiel secuaz Boris.
— Oh, oh... — Boris, ¿qué demonios significa “Oh, oh”? — Estoy detectando otra brecha de seguridad en el sistema... ¿seguro que tu amigo no era hacker verdad? — Pues no, Boris... Más bien no... —exhaló irritada— Dime dónde está esa brecha. — Parece que viene de la puerta que se encuentra justo al otro lado de la calle en la que estás. — Genial... Tendré que ser más rápida. Gracias Boris.
La gata cortó la comunicación con su secuaz y acto seguido se sacó el casco —que llevaba puesto para pasar desapercibida— y se acomodó el cabello con un gesto rápido de cabeza. Iba a necesitar tener la máxima movilidad y ligereza y dado que no llevaba su ajustado traje de siempre —puesto a que iba a ser algo «rápido y sencillo» según ella— decidió bajar la cremallera de su chaqueta de piel negra y usar su gancho pistola para colarse por el mismo ajugero de la cristalera superior por el que había entrado Wraith. A diferencia de éste, ella sí que usó una cuerda para descender entre el hueco que dejaban aquellas escaleras y se deslizó por esta de una forma tan grácil, que no alertó a ninguno de los guardias que vigilaban las plantas. Algo que le proporcionó, además, el tiempo necesario para llegar antes que Dinah a la misma sala dónde se encontraba Wraith. Pero no lo suficientemente pronto como para avisarle de ello. Así que decidió esperar oculta entre las sombras de la sala.
Última edición por Felicia Hardy el 4th Julio 2022, 18:50, editado 1 vez
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Ficha de Personaje Alias: Wraith Nombre real: Aidan Doyle Universo: Marvel
Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 4th Julio 2022, 01:13
Y para terminar de entender cómo había llegado Felicia hasta allí habría que remontarse aún más atrás en el tiempo, al pasado 23 de abril, donde Aidan había conocido a cierta ladrona sumamente experimentada y eficaz en el pub de Morgan. Habían hecho migas con rapidez, por lo que sólo era natural que, ante la perspectiva de llevar a cabo su primer robo importante le pidiera ayuda, especialmente considerando que había altas probabilidades de que Dinah apareciera en la escena. Aidan había tenido ocasión de enfrentarse con ella en Nueva York y sabía que no había nada que él pudiera hacer contra ella, no sin hacerle daño, pues, a diferencia de Black Canary, él no podía utilizar su poder de manera inocua. Y Aidan no quería hacerle daño. Pero tampoco quería que Felicia se ensuciara las manos con algo que era únicamente problema suyo, así que había decidido ocuparse él del robo en la medida de lo posible y dejarla a ella apostada fuera para ayudarle en la huida, a sabiendas que tendría que correr cuando llegara la policía. Las instrucciones que le había dado eran que debía vigilar, y únicamente entrar si veía que iba a meterse en problemas. Durante una milésima de segundo había temido que, quizás, Felicia no fuera a aparecer, y le había costado mantener la fachada de seguridad para aparentar ante Dinah que todo estaba controlado, pero, afortunadamente, la ladrona había demostrado ser de fiar.
- No es nadie, sólo un pajarillo perdido -respondió al escuchar el sonido de su voz aproximarse, tan sólo un instante antes de reventar el cristal de la vitrina de un puñetazo de sus manos enguantadas. Las alarmas comenzaron a sonar al instante, pero era redundante. Aidan estaba convencido de que la policía estaba más que avisada y era más que probable que estuvieran ya en camino, así que no tenía sentido andarse con chiquitas. Recogiendo el sello del interior de la vitrina lo guardó en un sitio seguro y se volvió hacia Felicia-. Deshazte de ella con rapidez, pero sin hacerle daño. Tenemos que irnos cuanto antes -indicó antes de empezar a retroceder hacia el lugar que habían acordado previamente en caso de necesitar una huida rápida.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 4th Julio 2022, 08:33
La situación se estaba complicando. A marchas forzadas.
Pese a la tranquilizadora presencia de Oracle al otro lado del comunicador, no se podía considerar que Dinah estuviera en un verdadero dos contra dos. No, el ménage à trois al que había hecho referencia la joven de negro era una descripción bastante más ajustada de la situación. Y, sin embargo, continuaba dejando fuera un hecho fundamental; Black Canary estaba en problemas.
Al principio, los ojos de Dinah le habían jugado una mala pasada. Al ver a la mujer de pelo blanco aparecer de la nada, su mente había conjurado el recuerdo de Dolphin... asesinada por el mismo hombre que acababa de destrozar la vitrina para hacerse con el objeto en su interior. "Wraith", lo había llamado la joven.
"Volvemos a encontrarnos", había dicho él. Sí, sin duda había sobrevivido a la lucha en el embarcadero. Tal vez entonces ya trabajara con la mujer de negro... tal vez había sido ella quien lo había sacado del agua.
En cualquier caso, ambos debían de estar alertados de las habilidades de Dinah. Dudaba que hubieran venido preparados para el Grito (¿cómo iban a saber que ella estaba en Washington, cuando la ciudad quedaba lejos de su área habitual de operaciones?), pero no podía jugar con la ventaja de la sorpresa. Y, por otro lado, aunque ella conocía los poderes de Wraith, desconocía los de su acompañante.
Una acompañante que había permanecido invisible a los ojos de Oracle.
Como si acabara de invocarla, la voz de Barbara llegó a sus oídos.
-Si mi información es correcta... -empezó. Dinah hizo una mueca. Babs no solía trabajar con información incorrecta. Aquellos instantes de silencio significaban que la pelirroja había estado rastreando los bancos de datos de varios cuerpos de policía y seguridad-. Es Felicia Hardy. Alias "Gata Negra". Ladrona de guante blanco... Varios trabajos notorios, la mayoría en la ciudad de Nueva York.
Así que Dinah no era la única que estaba lejos de casa.
- No es nadie, sólo un pajarillo perdido -había dicho Wraith-. Deshazte de ella con rapidez, pero sin hacerle daño. Tenemos que irnos cuanto antes
Apretó el paso hacia la salida, con el objeto robado en las manos. La mujer de cabello plateado se interpuso rápidamente entre Dinah y él. Le estaba cubriendo la retirada.
Así que no era únicamente una ladrona. También estaba dispuesta a luchar.
El "pajarito perdido" ladeó la cabeza a un lado y a otro, aflojando la tensión de su cuello. El resto de su cuerpo adoptó una postura de combate de judo. Relajada, pero vigilante.
Sin poder evitarlo, una imagen acudió a su mente, haciendo que sus labios se curvaran en una sonrisa.
- Me pareció ver un lindo gatito... -canturreó.
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019] 28th Junio 2023, 01:04
Se enteró de todo lo sucedido mientras desayunaba al día siguiente en la cafetería del hotel. Estaban transmitiendo el robo por las noticias, y se habló también del encontronazo que había tenido lugar entre la ladrona de guante blanco conocida como Felicia Hardy y la justiciera a la que apodaban Canario Negro. La luchadora había informado de todo a la policía cuando se habían personado en el lugar de los hechos. Por fortuna, para cuando Dinah bajó a la cafetería la noticia ya había concluido, porque si hubiera tenido que pedir que cambiaran de canal habría resultado demasiado sospechoso. La muchacha tenía mal apecto, lo cual no era de extrañar considerando la pelea que había mantenido durante la noche. Aidan sólo estaba ligeramente mejor. Tenía agujetas que le estaban matando de la escalada que había realizado por el edificio sin estar acostumbrado a ello, y, sobretodo, de la tensión acumulada. Apenas había podido pegar ojo a causa de los nervios, la adrenalina y la sobreestimulación. Su cerebro no paraba de darle vueltas a todo lo que había sucedido, a los interrogantes acerca de cómo habría terminado la noche, la preocupación por Dinah y la esperanza mezclada con excitación de que aquél anllo fuera lo que necesitaba para poder librarse de Gob.
El desayuno estaba incluido en el precio de la habitación, y había buffet libre. Cuando Dinah miró en su dirección, le hizo una seña y le indicó la silla frente a él. Había algo más para añadir un componente añadido de extrañeza a toda la situación, y era el beso que habían estado a punto de compartir antes del incidente en el museo, bajo la lluvia. Aidan tenía verdadera curiosidad por saber si ella sacaría el tema, porque de lo que estaba seguro era que él no lo haría. No sabía si lo que había estado a punto de ocurrir era real o una simple consecuencia de la carrera que habían pegado después de salir del bar de moteros y la adrenalina que habían liberado tras el enfrentamiento y la situación de estrés vivida. Además, aún no sabía cómo lidiar por los sentimientos que había descubierto que albergaba por Dinah y la culpabilidad que le generaba ser consciente de los mismos estando la muerte de su esposa tan reciente. Además del pequeño detalle de las circunstancias que les enfrentaban y el aún más pequeño detalle de que había sido el responsable de la muerte de su amiga. No sabía si alguna vez sería capaz de decirselo ni quería iniciar una relación sustentada en el engaño. Diablos, por no saber no sabía cómo afrontar todo aquello ni qué hacer, así que supuso que se dejaría guiar por la actitud que decidiera mantener ella.
- ¿Cómo estás? -le dijo cuando se sentó frente a él-. No pareces haber dormido bien... Quédate aquí, yo te traigo el desayuno. ¿Qué quieres? -inquirió señalando el buffet-. Tienen cereales de todos los tipos y colores, y hoy tienen huevos revueltos con bacon, ¿te apetecen? ¿Cómo quieres el café? ¿Sólo, con leche...?
Estaba siendo demasiado solícito... Esperaba que ella lo achacara a los nervios por lo que había estado a punto de ocurrir la noche anterior y nada más...
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Tema: Re: Something in the way (Dinah Lance) [17/05/2019]