Infiltrados en la Universidad (Libre) (Universidad Empire State) (04 de junio de 2019)

Hay que ir con mucho cuidado cuando se manipula un arquimetal, son compuestos que en una exposición al oxígeno pueden desencadenar en una combustión espontánea, incluso en las cantidades más ínfimas podría hacer volar el laboratorio de ciencia experimental de la Universidad Empire State, no puedo pensar en otra cosa que no sea el producto que mis manos manipulan en el interior de la campana de extracción, y, sin embargo, lo hago.

Pienso en como el mundo ha cambiado en tan poco tiempo, pienso en la suerte que tengo de que en este lugar en el que ahora estoy Peter Parker siguiera apuntado a la Universidad (y que dejara pagada la matrícula), pienso en que me siento como un impostor, un fraude y pienso en donde puede haber acabado toda la gente que desapareció, la Tía May incluída, y que parece que nadie recuerda que hayan existido jamás.

Mis manos desenroscan con cuidado el frasco de vidrio y extraen el fino polvo grisáceo, lo trasvalso a un tubo de ensayo y lo cierro rápidamente... Mi sentido arácnido zumba por un segundo cuando un pinchazo atraviesa mi cabeza y... Peter Parker con quince años en el baile de fin de curso con Lizz Allan... Parezco muy feliz, solo que... No soy yo ¿O tal vez si?

Mi mente vuelve a la ciencia y consigo centrarme, acabo el trasvase, cierro los envases y una gota de sudor cruza mi frente ¿Qué me está sucediendo? Recuesto mi espalda en la silla y mi estómago ruge: - Bien Pete... Es hora de ir a por algo de cenar... -

Me levanto de la silla y recojo mis cosas en silencio, la Universidad está desierta, la. única luz encendida es la de la habitación en la que estoy, me he vuelto a quedar hasta tarde en el laboratorio, últimamente lo hago... Supongo que no tengo nada mejor que hacer.

A medida que abandono el laboratorio y me adentro en la oscuridad de los pasillos algo por dentro me sobrecoge, una especie de angustia que hacia tiempo que no sentía, desde que me convertí en Spider-Man ese miedo, esa ansiedad, ese sentimiento de ser pequeño había desaparecido, ahora, con todo aquello yo... Oh-Oh! Mi sentido arácnido zumba... Algo está sucediendo más adelante y cuando me fijo en ello el zumbido en mi cabeza no es el único indicativo, una luz de una linterna en una de las aulas del final del pasillo y un ruido, es uno de los laboratorios de ingeniería...Me meto rápidamente en la primera aula que veo y dejo mi mochila escondida debajo de un pupitre, me quito la ropa y la escondo también, debajo mi ceñido traje azul y rojo destaca con fuerza en la oscuridad, compruebo los lanza redes y me pongo la máscara.

Dos hombres rebuscan en los cajones, van encapuchados pero una cosa es segura, no son del equipo de ajedrez: - ¿Hola? ¿Es este el club de Dragones y Mazmorras? - Activo la linterna de mi cinturón desde el techo en el que estoy colgando, la Spider-Señal los deslumbra, parecen jóvenes y asustados: - ¿Sois alumnos de intercambio? ¿Parla el mio idioma?- Acabo de ofender a toda Italia con mi chiste, y parece ser que a ellos también, uno saca un arma y me apunta, la cosa se va a poner calentita ¿Debería haber preparado la cámara por sí acaso?

Geoff Millar encendió con parsimonia un cigarrillo. Comenzó a seguir el ritmo de la música, dando toquecitos en la guantera con cada golpe de batería, dando imaginarios punteos con la lengua cada vez que sonaba la guitarra. Le encantaba esa canción, cada vez que la escuchaba su cuerpo se movía por voluntad propia, era imposible resistirse.

- Si vas a empezar con esa mierda sube la ventanilla...- se quejó angustiado su compañero Anthony mientras miraba el goteo de estudiantes que salían de la ESU. Se suponía que para esa hora aquel sitio tenía que estar prácticamente vacío ¿Que hacía allí toda esa gente? Esos malditos chiquillos no dejaban de salir y salir.

- En todos los trabajos se fuma tío... Relájate un poco ¿Tú te has visto? Si fuese poli te daría el alto solo por pringao- Geoff metió la mano en la guantera y extrajo una pequeña bolsita de plástico llena de cogollitos verder- Toma anda, que estás muy tenso. Pensaba dejarlo para cuando terminásemos el trabajo, pero te va a venir bien. Hazte uno y aplástate aquí hasta que salgan, que estamos a gustísimo.

- ¿Tú estás majara?- replicó Anthony indignado- ¿Quieres que me haga un peta en este momento? ¿Sabes cómo nos la estamos jugando? Estos dos imbéciles ya tendrían que haber acabado y los puñeteros chavales... Es que no dejan de salir... ese sitio parece el puto coche de un payaso.

- ¿Sabes? Yo siempre quise ir a la universidad. No es que me molase estudiar ni nada pero habría estado bien una temporada. Las fiestas... las fraternidades... las chicas.
- continuó Geoff inmune a la preocupación de su compañero.

- ¿Y sinos damos el piro?- preguntó Anthony con grandes goterones de sudor cayéndole de la frente- Que se busquen la vida.

- Claaaaaro- siguió Geoff socarrón- Y luego eres tú el guapo que va a contarle al profe que dejamos tirados a los otros sin el material sólo porque a tí te dió la pájara al ver salir de clase a unos niñatos. El profe trabaja para gente muuuy chunga tío. gente a la que no conviene cabrear, así que pírate tú si quieres. Yo me quedo a esperar que salgan esos dos y a cobrar mi parte de la pasta... Además ¿Qué riesgo hay? Roy lleva el arnés del profe y están en una puta universidad ¿Qué les van a hacer? ¿Tirarles tizas? ¿Borradores? ¿Escua...?

A Geoff no le dió tiempo a terminar la frase. Desde el exterior del edificio podía escucharse la alarma de incendios que acababa de accionarse. Una marabunta de estudiantes asustados comenzó a salir disparada por temor al fuego y a agolparse en la puerta del campus para buscar su origen.

- Esos no hacen mucho caso a los simulacros...-dijo Geoff con calmada ironía. Sin embargo, su compañero ya no estaba allí para escucharlo. Se había lanzado a la calle y abierto el maletero del coche. A los pocos segundos apareció junto a la puerta con el pasamontañas puesto y armado con una especie de mochilla metálica unida a un enorme cañón que a Geoff le pareció salido de una peli de ciencia ficción- ¿QUÉ-COÑO-ES-ESO?

- Es del profe... le copió la tecnologí a un tío de Gotham o algo así... La verdad es que no sé muy bien qué hace...

- ¿Has metido esa cosa en MI COCHE? ¿Y si es nuclear... o alienígena o...? ¡¡Tony te estoy hablando!! ¡¡Tony vuelve aquí!! ¡¡Hay un plan!! ¡¡UN....!!


Las palabras de su compañero no causaron ningún efecto en Anthony quien, cañón en mano, se lanzó a la puerta de la ESU. Comenzó a dar vueltas por el campus esquivando a los estudantes rezagados que, asustados, corrían para salvarse del supuesto fuego. Tras unos minutos de búsqueda fue capaz de localizar a los dos compañeros siguiendo el sonido de los disparos. Dos individuos les estaban dando una soberana paliza, moviéndose con la gracilidad del mejor de los gimnastas olímpicos y a una velocidad a la que a Anthony casi le era imposible verlos. Llevado por puro instinto disparó el arma al ver como Roy levantaba por encima de él una mesa gracias a la fuerza adicional que le producía el arnés del profesor. Guiado pro la propia inercia del retroceso del arma, Anthony empezó a convulsionarse sin control, casi sin poder apuntar. Del extraño instrumento empezó a brotar una ráfaga helada que congelaba a su paso todo lo que tocaba: mesas, sillas, partes de la pared... Hasta impactar contra una de las ventanas que, completamente helada, se rompió en mil critalinos pedacitos.

En el exterior del edificio, desde el coche, Geoff observó el espectáculo.

- Bueno, al menos ahora ya sabemos lo que hace...

La verdad, no se quien me manda a mi meterme en la universidad… bueno, en realidad no es que me haya metido, solo me he colado en una clase ¿Por que? Bueno, si no lo sabéis os lo explico yo; me aburro muy mucho. No sabéis lo que es estar en un vacío en el que no pasa nada, tengo que esperar a que me metan en un tema para poder hacer algo y como ahora mismo estoy hablando, o mejor dicho escribiendo, con vosotros significa que ha funcionado ¿No? Además no me iba a meter en la uni de verdad, que yo ya tengo trabajo ¿Para que voy a estudiar? Si no lo hacía en mi universo, tampoco lo voy a hacer en este, estamos tontos o que

Si es que soy una genia… aunque de momento no veo nada especial, vamos es que por no ver no veo ni a un tío o tía buena con la que enamorarme y hacer un rol de romance… a ver si me he equivocado y el tema está empezando afuera y no dentro… jo, he pasado de ser una genia a ser la tonta que se pierde el tema por estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Tendré que esperar a que termine la clase, aunque el tipo este me está adormilado, ni siquiera sé en qué clase me he metido ¿Paleontología? Que pereza, creo que… voy a… echarme una siesta

-¡Señorita!

Ostia que susto me ha dado el viejo, joder si incluso le he puesto letras del susto que me ha dado. Con lo agustito que estaba yo soñando con mis cosas va este tío y me despierta ¡No hay derecho! Oh uh… ostias, que me está preguntando quien soy, pero si se lo digo va a saber que no soy de su clase, rápido Gwen, currate una mentira antes de que vengan los seguratas de la uni a por ti, si pudiste con M.O.D.O.K., puedes con esto

-Ehm soy… soy una alumna nueva Alice Johns- perfecto Gwen, un nombre menos tópico por favor -Estuve enferma al principio del año y me he tenido que meter ahora a las clases

Sé que las mentiras cuanto menos concretas mejor, mi excusa es que me acabo de despertar y estoy un poco atontada… como vea a alguien decir “Mas de lo normal” le doy un guantazo. Bueno, como no tengo muy buena suerte el profesor no se ha creído mi mentira y ha dicho que va a mirarlo en el ordenador, mira, mejor me marcho ya y me quito de líos

-¡No hace falta, ya me voy!

Me cojo mi mochila que… no está llena de armas, en absoluto… Hay que ver la poca seguridad que hay en la uni, en un mundo lleno de villanos uno se pensaría que habría más seguridad en todos los lugares públicos, aunque claro, si cuentas con que si pasa algo vendrá un super a ayudar, te relajas un poco más. De todos modos, aunque me vaya porque tenga que salir corriendo antes de que vengan los seguratas, me detengan y vean que tengo la mochila llena de cosas no muy legales, creo que hay que dejar la clase con un mensaje positivo para los chavales ¿No?

-College rules!

Ale, corre Gwen, corre como no has corrido en tu vida, que a ver si el tema va a ser tu siendo perseguida por los seguratas… pues no va a ser eso, por que corriendo por mi vida he escuchado unos ruidos en una clase que se supone que está cerrada, seguro que son unos tipejos que han venido a… yo que sé, a robar los exámenes para luego venderlos por ahí y como buena heroína que soy es mi deber detenerlos… ¿Por qué me miras así? Como no puedo pegarme con ellas vestida así, mira aquí tenéis la foto de como voy, que quitando la bolsa negra todo esta igual, me meto en una clase va… ¡Joder! ¡Se me ha olvidado depilarme las piernas!

Yo me voy a cagar en todo, en los cómics y en los pervertidos que lo dibujan que tenemos que estar todas las mujeres con la depilación, pero bien que Logan sale con el pecho lobo ¿Eh? No quiero que me cancelen, así que tendré que verme obligada a entrar en el canon de belleza de los cómics ¿Qué significa eso? Pues irme al baño a depilarme las piernas antes de ponerme el traje… que coraje, de verdad.

Por suerte me he traído la crema que uso para depilarme, que si tienes que estar depilándote cada dos por tres como no uses una crema suavita vas a acabar con las piernas tan rojas que se van a volver comunistas. A ver, se que no podéis esperar más y que lo que queréis es ir ya a la acción y como yo siempre lo doy todo por mis fans, que seguro que ya tengo un ejercito de fans en el foro, hago un fundido a negro, unas triquiñuelas y ¡POM! Ya estoy lista ¡A por los malosos!

Claro que he perdido más tiempo del que pensaba depilándome, he escuchado tiros en la clase lo que significa que ya hay alguien ahí, a ver si va a ser un pobre chaval que les ha pillado y le están amenazando con una pistola

-¡Aquí esta Gwenpool para salvar el día!

Pensándolo bien me tendría que haber callado la boca por que lo que vi fue a, y no podéis imaginar lo emocionada que estaba, dos Spideys dándose de hostias con los tipejos estos. Bueno, uno era Spider-man, el Spider-man, la otra era la arañita con la que ya me había encontrado en otro tema ¿Me reconocería? Bueno, si el tema ni siquiera había terminado… uh, esto va a ser raro… aunque no tan raro como que te lancen una jodida mesa, estos tíos van en serio. Saque mi pistola y apunte al pavo ese, si me deshacía de él a lo mejor Spidey me diría algunas palabras como “Estoy orgullosa de ti” o “Sigue así” ¿Os lo podéis imaginar? Sería lo más, enmarcaría este tema en mi cuarto.

Ups, se me olvido que los matones nunca vienen solos, si había matones siempre tenía que haber otro mas que venía después con unos poderes más poderosos o un arma más fuerte, en este caso era lo último. El loco ha empezado a disparar un cacharro que era un frigorífico en esteroides; ha congelado casi toda la clase y si no llega a ser por que me he subido a una mesa y he empezado a dar saltitos que, siendo sincera, no han sido tan gráciles como los de las arañas, me habría congelado enterita

-¡A ver a donde apuntas eso, que me acabo de depilar!- como me congele las piernas, la liamos -He oído hablar de la depilación láser, pero no la depilación por congelación… Uy, lo siento Spidey, que eso es lo tuyo

Si es que, voy y le quitó las bromas a Spider-man ¡No hay derecho! No se que es eso que está usando el tío este para congelarlo todo, pero si algo me han enseñado los cómics es que ante la duda, spray and pray, así que…


A disparar.

Vale ¿Sabes cuándo la gente te explica una historia muy loca y tú no le crees por qué es tan rematadamente absurda que no puede ser real? Pues esta es una de esas historias, dos tíos entrando a robar en una universidad, un tipo en mallas dispuesto a detenerles uno saca un arma y...Todo se descontrola.

Mi sentido arácnido zumba rápidamente para advertirme de que esa arma está cargada y que no va a dudar en apretar el gatillo, salto rápidamente y evito dos disparos que me habrían atravesado el estómago y la tráquea, el tipo tiene buena puntería, lástima que tanga tan buenos reflejos...Disparo una telaraña y obturo el cañón, la pistola no volverá a ser un problema, el tipo la lanza con rabia y antes de que la cosa siga a más irrumpe en el laboratorio una cuarta persona que entra dando cabriolas y pateando a un tipo en la cara, voy a ponerme en marcha para cubrirle las espaldas y entonces mi sentido arácnido empieza a zumbar.

No es como cuando me alerta del peligro o como cuando se pone en modo místico, no, esto es diferente, es cómo cuando un perro ve a otro perro a lo lejos en la calle y empieza a ponerse nervioso, todos los poros de mi piel se alteran, me recorre un sudor frío la espalda, mi equilibrio falla por primera vez en años y caigo al suelo al descender del techo…Es una sensación extraña, no recuerdo haber sentido algo así nunca, mi pecho palpita con fuerza, mi corazón bombea nervioso, desde el suelo miro fijamente la elegante figura que me mira de pie: - Tú eres…Eres ¿Cómo yo…? – El tipo al que ella había pateado saca un arma y se prepara para dispararnos, lo esquivo con facilidad mientras he perdido de vista al otro, no sé qué está haciendo, me preparo para hacer lo mismo que he hecho con su compañero e inutilizar el arma, pero mi amiga es más rápida y le golpea: - Genial…- Estoy embobado, parezco un adolescente, venga Peter, lúcete, pareces un novato…

Cuando consigo localizar al otro tipo y me preparo para placarle y dejarlo fuera de juego entra en escena otra mujer encapuchada, esta parece una cosplayer, de pronto saca unas armas y aquel modesto laboratorio de ingeniería se convierte en el maldito Oeste ¿Veis que os decía al principio? Pues aún queda lo mejor.

Mientras me preocupo de esquivar las balas que esa lunática lanza al aire e intento detener al tipo que ha levantado la mesa con la chica de blanco cómo si se tratara de un muñeco de goma espuma la puerta se abre de una patada, otro matón entra en el interior y empieza a disparar con una extraña arma, mi sentido arácnido se está volviendo loco, demasiados estímulos por todas partes, por suerte tengo más sentido y me da tiempo a ver el rayo que se dirige hacia mi y esquivarlo, la zona donde ha impactado se congela al instante: - Vaya, creía que eso del heladero ya no se llevaba…- Me deslizo por el suelo lanzando una segada a la pierna del hombre que sigue sosteniendo la mesa en la que mi compañera arácnida está subida, consigo arrollarlo y tirarlo al suelo y mientras la mesa cae la sujeto con suavidad y la dejo en el suelo: - Planta baja: Sala de descanso, comedor y biblioteca. Ping. – Sonrío detrás de la máscara ¿Soy idiota por sonreír teniendo una tela que me tapa la cara? Puede ser.

Mi sentido arácnido vuelve a zumbar, doy un mortal hacia atrás y esquivo el rayo congelador de nuevo que parece que ahora está disparado sin control alguno, miro a mi compañera y luego a Gwenpool: - ¡Tenemos que salir de aquí! – Vuelvo a esquivar un rayo y de un salto me coloco a las espaldas del tipo, doy un vistazo al equipo que lleva intentando entender rápidamente el mecanismo, he visto algo similar antes…El tipo se gira rápidamente y esta vez mi agilidad no logra salvarme del todo, el rayo me golpea el brazo izquierdo ligeramente y noto arder mi piel: - Agh… - Me impulso hacia atrás de un salto para apartarme, atravieso el hueco de la puerta de espaldas y choco contra una taquilla, mi traje está roto en la parte donde ha impactado el rayo y tengo una quemadura bastante fea: - Uf…Vale…- En mi cabeza empiezo a visualizar el funcionamiento de la mochila y como inutilizarlo.

Geoff sólo podía hacerse una ligera idea de lo que estaba ocurriendo en el interior del edificio. A veces salía un rayo congelante (eso ero fácil adivinarlo dados los efectos que había provocado en la ventana), otras se escuchaban golpes y, de pronto, comenzaron a oírse disparos. Se preguntó si alguno de los chicos habría abierto fuego, aunque no recordaba si llevaban algún tipo de arma convencional o solo los aparatejos del profe… Cada vez le costaba más recordar las cosas. Podían advertirse gritos en el interior, aunque era imposible distinguir qué decían. Geoff empezó a impacientarse, aquello se había complicado más de lo esperado.

De pronto, los gritos y los golpes cesaron. Geoff comenzó a darle vueltas a la cabeza y, ante la dificultad, deseó no haberse liado el último. Su primer impulso fue arrancar el coche y poner pies en polvorosa, ruedas en este caso. Ese había sido siempre su primer impulso siempre, huir. Sin embargo, tuvo la lucidez suficiente como para valorar que la fuga sería una alternativa poco conveniente en este caso ¿Qué explicación iba a dar al profe? Si habían pillado al resto, lo más seguro es que hablasen. Anthony era un cagado de cuidado, estaría cantando como un jilguero en la ducha antes siquiera de llegar a comisaría. Y si ellos cantaban… puede que llegasen hasta el profe. Y al profe no le iba a gustar aquello… y mucho menos a su jefe. A Geoff se le pusieron los pelos de punta. No es que tuviera mucha imaginación, pero sí podía figurarse lo que les harían.

Rápidamente salió del vehículo y abrió de nuevo el maletero. El contenido era tan indescifrable para él como un libro de Descartes. De todos los cachivaches escogió el que más se parecía al que Anthony se había llevado. Mientras se lo estaba poniendo se percató de que parecía alguna especie de fumigadora. Tras cerrar el maletero salió corriendo hacia el interior del edificio abandonando en el coche la máscara que acompañaba al equipo que tenía entre las manos.

La escena que se encontró en el aula era incluso más dramática de lo que se esperaba. Sus compañero yacían inconscientes y un grupo de tres enmascarados le devolvieron la mirada. A uno lo reconocía, era el Spiderman ese del que hablaban tanto en el Bugle. Jameson decía que comía palomas y que vivía en un capullo bajo el edificio Chrysler. A las otras dos no las conocía, pro los ojos blancos y muertos de sus máscaras aumentaron su ansiedad ¿Qué era eso? ¿Una Spider-familia? ¿Iban a comérselo?

- Joder…-escuchó mascullar a una.

- ¡Sí!- exclamó Geoff- ¡Joder!- acto seguido la apuntó con el extremo del arma- ¡¡Te lo advierto!! ¡¡No tengo ni puta idea de qué hace esto pero ya habéis visto que tenemos material muy chungo!! ¡¡No hagáis ni un movimiento o…!!

Un repentino quejido de Anthony asustó a su armado compañero que, instintivamente, apretó el gatillo del arma. De pronto, del extremo, salió a toda potencia una nube de gas color ambarino. La mezcla olía a rayos, como a una mezcla de azufre y butano. Geoff quedó francamente decepcionado.

- ¿Qué es esta mierda?- dijo oliendo el extremo del cañón- ¿La fumigadora?



El ladrón volvió a mirar hacia los enmascarados, pero ya no estaban allí. En su lugar había una larguísima hilera de mesas de oficina donde una miríada de chupatintas escribían sobre sus teclados con el rostro clavado en la pantalla. Geoff se miró el cuerpo para percatarse de que él también se encontraba sentado en una de las cajoneras. La pantalla de su ordenador mostraba un sinfín de gráficos y tablas que era completamente incapaz de comprender. A su alrededor, el sonido de los teléfonos y el murmullo empezó a hacerse cada vez más fuerte.

- ¡¡MILLAR!!- gritó un sudoroso hombre calvo a sus espaldas- ¡¡ESOS INFORMES DEBERÍAN HABER ESTADO YA LISTOS AYER POR LA MAÑANA!!

Una pila de carpetas y documentos comenzó a apilarse como por arte de magia en su mesa. Cada vez hacía más calor, y Geoff se echó la mano al cuello de la camisa para percatarse de que… llevaba camisa. Camisa y corbata.

- ¡¡LA FECHA LÍMITE PARA LA VALORACIÓN TRIMESTRAL ES MAÑANA MILLAR!!-gritó de nuevo el hombre sudoroso.

- Necesito que revises esos números de nuevo Geoff, hay algo que no cuadra- dijo otra voz a su derecha.

- Mañana hay que llevar a los niños al entrenamiento- siguió otra a su izquierda- ¿Puedes ocuparte tú? Yo tengo trabajo. Y recuerda que el domingo comemos en casa de mis padres.

- ¡¡NOOOOOOOO!! ¡¡NOOOOOOOOOO!! ¡¡¡NOOOOOOOOOOO!!!- exclamó, por último un aterrado Geoff mientras se hacía una bola en el suelo y se llevaba las manos a la cabeza.

El miembro 'Gwenpool' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

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'Dado de 10' : 1

Arde...Y no es una expresión jocosa, no, la piel que ha entrado en contacto con ese rayo congelador duele como mil demonios, tengo algo de movilidad así que creo que no voy a perder ningún miembro: - Uf...No sé si mi seguro arácnido me cubre congelaciones. – Murmuro en respuesta a la otra chica araña mientras me pongo en pie: - Antes de hacer nada...Deberíamos atrapar a esos tipos, no parecían del tipo de ladrón que se dedica a robar tecnolog...- No se exactamente que ha pasado, durante los pocos segundos que el dolor del ataque me ha hecho nublar la vista me ha parecido ver que Gwenpool desaparecía a medias y con ella la mochila del tipo, aunque, probablemente esté alucinando del dolor ¿No?

Mi sentido arácnido vuelve a zumbar, por la puerta entra otro tipo, pero lleva otra arma diferente, parece una especie de mochila fumigadora, mi sentido arácnido zumba como un loco por lo que está a punto de suceder, el tipo dispara su arma y un gas amarillento se empieza a propagar por la habitación a toda velocidad...Mi sentido arácnido va a estallar, pero no hay ningún lugar al que huir, cojo aire con fuerza, tal vez aguante un par de minutos sin inhalar gracias a la máscara...Y miro a mi alrededor, una fina neblina amarillenta lo cubre todo, Gwenpool empieza de golpe a lanzar patadas al aire y a disparar, sea lo que sea ese gas es obvio que le está provocando esos efectos...Tengo que...Miro a mi alrededor y veo la única solución viable en esos momentos ¡Las ventanas!

Empiezo a correr hacia ellas mientras el otro tipo balbucea y de golpe se pone a gritar, las balas que la chica dispara impactan en el techo, las paredes, el suelo...Si no me doy prisa nos va a matar a todos...Ya estoy a apenas unos centímetros de la ventana cuando mi pulmón no aguanta más sin aire nuevo: - ¡Cof! ¡Cof! – Toso al inhalar aquel gas, me pica en la garganta y noto como me quema mientras baja por mi sistema respiratorio: - Vamos Peter...- Me vuelvo a encaminar hacia la ventana y cuando estoy a punto de abrirla un sonido de un motor a mis espaldas me hace girarme, es difícil de distinguir a través de la niebla, sin embargo sabría reconocer ese sonido en cualquier parte del mundo:

- ¡HA! ¡HA! ¡HA! – Esa risa...No puede ser...No puede ser: - ¡HA, HA, HA! – Mi sentido arácnido zumba, algo sale de entre la niebla, algo esférico e iluminado en llamas, consigo esquivar la bomba calabaza y esta hace explotar gran parte de la pared del edificio: - Sabía que si movía a estos payasos acabarías dando la cara.. Y aquí estás ¡Spider-man! – Una risa atronadora e infernal, la risa de un lunático empezó a rebotar por las paredes del aula, el humo se despejó para revelar la figura del Duende Verde apareciendo entre el ámbar que flota en la habitación.

Spoiler:

Me pongo en pie lentamente mientras Norman me sonríe burlón, regocijándose en el triunfo de haber encontrado por fin a su presa: - ¿Cómo es posible…? – El aerodeslizador del duende se lanza directo a por mi y consigo esquivar de nuevo el golpe de mi rival: - ¿Cómo Peter….? ¡Todo es posible en este nuevo universo! HA HA HA. – Veo como saca otra bomba calabaza de la que me advierte mi sentido arácnido, salto detrás del escritorio para cubrirme de la explosión: - Que cruel ironía, este universo a borrado a todos los que querías y me ha devuelto a mi a la vida, dime ¿Hay aquí otra Gwen Stacy a la que pueda volver a asesinar? – Sobrevuela sobre mi cabeza burlándose de mí, mi cabeza da vueltas y mi sentido arácnido no para de zumbar: - No tengo ni idea ¡Pero lo que sé es que tengo una nueva oportunidad de saltarte todos los dientes de la boca! – No voy a entrar en su juego, pero si Norman quiere pelea, se la voy a dar.

Me pongo en pie y levanto el pupitre sobre mi cabeza para lanzárselo con fuerza, el gesto me duele como mil demonios por culpa del brazo congelado pero por suerte él no está concentrado y recibe el impacto de lleno, cayendo del aerodeslizador que se va volando con descontrol y se estrella contra la pared, estallando en mil pedazos: - ¡NORMAN! – Corro hacia mi enemigo para embestirle con todas mis fuerzas, esta vez no me contendré, esta vez, el Duende Verde no volverá a hacer daño a nadie.

Un almacén abandonado de la ciudad de Nueva York

Inclinado sobre su mesa de trabajo, mientras a su alrededor podía escucharse el chisporroteo de los soldadores, el golpeteo de los martillos y el ensordecedor quejido de las sierras, Phineas Mason, el hombre conocido en el mundo criminar neoyorquino como “Tinkerer” (el Chapucero), sudaba. No se debía a la repentina subida de las temperaturas, que auguraban un verano caluroso en la Gran Manzana, a la llama de los sopletes o a la fatiga del trabajo. Aquel sudor no tenía nada que ver con lo físico. Eran gotas frías a juego con su piel erizada y su pulso acelerado. Eran gotas de terror.


A su alrededor, sus trabajadores se desempeñaban en su labor ajenos al peligro que se cernía sobre ellos. Desconocían que su suerte estaba íntimamente ligada a la de su jefe. Ignoraban los riesgos que había tomado en los últimos meses a espaldas de Wilson Fisk, el Kingpin del Crimen de quien, obviamente, no se hablaba públicamente en el taller. Eran completamente ajenos a lo delicado de su situación y a cómo la posición de Mason y, por tanto, la suya, pendía de un hilo.

Mason tenía sobradas razones para temer a un hombre como Fisk pero, a todas ellas, se sumaba que hacía ya unos treinta minutos que aquellos idiotas debían haber regresado. Había puesto gran parte de sus esperanzas de congraciarse de nuevo con el rey en aquel golpe. Un trabajo fácil, uno que cualquier idiota podría hacer, y él había mandado cuatro. Además, estaban equipadoss con varias de las mejores piezas de armamento que había sido capaz de modificar. Equipamiento mejorado replicado de varios de los supervillanos más temidos del país. Hasta cuatro imbéciles como aquellos serián capaces de hacerse con el ansiado botín pertrechados con un material de semejante calibre. Fisk se ocupaba de los pagos, de los suministros, de darles un lugar seguro donde trabajar. También movía los hilos necesarios para que aquel armamento ilegal se “traspapelase” sin levantar sospechas o atraer la mirada de ojos indeseados en las salas de pruebas de la policía, del psiquiátrico de Arkham, de las prisiones de alta seguridad para criminales con superpoderes y un largo etcétera. Las únicas condiciones eran que Mason guardase absoluto silencio, trabajase para él en exclusiva y siguiese surtiéndole de armas aptas para hacer frente a sujetos con superpoderes. Sujetos como Spider-Man o Daredevil. Gente de esa que puede hacer perder la calma incluso a los señores del crimen.

De aquellas condiciones, Mason ya había incumplido dos, así que las gotitas de sudor frío estaban más que justificadas. Desconocía si Fisk se había ya enterado de aquello. Daba por hecho que no, pues incumplir las exigencias de Wilson Fisk una vez, si este se enteraba, no solía dar la oportunidad de hacerlo una segunda vez. Sin embargo, Tinkerer no estaba para nada seguro. La mente de aquel hombre no funcionaba como la de la gente normal y, a veces, pensaba que simplemente lo mantenía en plantilla por el mero placer de torturarlo psicológicamente. Por ello accedió a ocuparse personalmente del golpe en la ESU. Y, por eso, estaba Mason más preocupado de lo normal. Porque hacía ya treinta, no, ya treintaicinco minutos que esos imbéciles tenían que haber llegado con la mercancía.

- Phineas, Phineas, Phineas- escuchó el ingeniero a su frente al tiempo que los ruidos del taller se apagaban- ¿Qué vamos a hacer contigo?

Mason, por supuesto, reconocía aquella voz de cristal roto. Sabía perfectamente lo que se encontraría cuando alzase la vista. Tenía la absoluta seguridad de que sus ojos azules se cruzarían con unos fríos iris rosáceos, acompañando a un gigante albino de más de dos metros embutido en un traje de Armani que, fuera buena o mala su suerte, le mostraría una larga hilera de afilados dientes. Sólo por no maldecir del todo su suerte, Mason pensó que, por lo menos, no habían mandado a Bullseye.

- Li… Lincoln…-tartamudeó Mason- ¿Có… Cómo tú por aquí amigo?- preguntó con una sonrisa que estaba muy lejos de ser sincera.

- Bueno Phineas, desde luego no es una visita de cortesía- dijo el otro apretando los puños y el ingeniero pudo observar a su espalda otros cinco matones trajeados inspeccionando el lugar- A estas horas, mi plan era estar en mi casa preparándome para pasar una agradable velada en el Madison. Ya sabes, un buen chuletón al punto, una copita de Roccolo y… ¿Quién sabe? Tal vez luego una partidita en club, con los amigos. Pero bueno, Phineas, alguien tenía que venir a limpiar tus desastres así que… Aquí estoy.

- Mi… Mira Lincoln. Si es por el tema de la ESU… puede que mis chicos vengan un poco tarde pero te aseguro que cumplirán…

- Tus “chicos”, como tú los llamas Phineas, no van a venir ¿Sabes por qué? Porque acabamos de recibir la información de que, no sólo no se han hecho con el botín, sino que se han enzarzado en una puñetera pelea con Spider-Man y otros dos enmascarados y han montado un maldito desastre a la vista de todo el mundo.

- Oh… mierda…

- Sí, mierda…- sonrió Lincoln- Así que dime… “Chapucero”…

- No me gusta ese…

- Me importa tres mierdas lo que te guste, Phineas. Por lo que estoy viendo el mote te viene que ni pintado ¿Sabes qué no le gusta al jefe? Que la policía detenga a cuatro pringados de mierda armados con esas armas futuristas tan chulas que han estado circulando por la ciudad los últimos meses. Tampoco le gusta la posibilidad de que esos cuatro pringados de mierda se pongan a hablar y los acaben conduciendo hasta aquí. Y, estoy seguro, de que tampoco le gusta ni un poco que empiecen a relacionar esas armas contigo y a ti… con él ¿Sabes las molestias que nos va a tomar tapar este maldito desastre? Spider-Man, Phineas… Se están partiendo la cara con Spider-Man… Y sabes lo mucho que le gusta a la prensa ese puto payaso y sus amigos con máscara ¿Qué opinas?

- Que mañana el bueno de Geoff va a salir en portada- bromeó con otro compañero uno de los ingenieros de Mason- Espero que tengan buenas fotos de archivo.

Lápida se giró inmediatamente hacia el trabajador. Avanzó a pasos lentos y regulares hasta poner sus más de dos metros de altura a menos de un palmo de su cara.

- Je…- bufó Lápida con una sonrisa.

Al obrero ni siquiera le dio tiempo de soltar su martillo. Los dedos de acero de Lincoln atenazaron su garganta, elevándolo medio metro del suelo. Los gorjeos y quejidos guturales reverberaron por toda la sala mientras el hombre movía sus extremidades espasmódicamente, como un escarabajo puesto boca arriba. El terror se adueñó del taller, sin nadie que moviese un solo músculo o emitiese un sonido distinto a los últimos estertores de aquel pobre diablo. Finalmente, todo acabó con un sonoro y desagradable…

CRACK

Lápida se quedó un rato mirando la cara desencajada y amoratada de su víctima para, después, soltarla con indiferencia y regresar frente a Phineas Mason al tiempo que se arreglaba las mangas de la americana.

- Dile a tus chicos que metan todo el material posible en los camiones de ahí fuera- espetó la mole albina mientras, tras una seña, sus matones comenzaban a regar el almacén de gasolina, cumpliendo con diligencia la muda orden- Y tú, Chapucero… Te vienes conmigo. El jefe quiere hablarte… Te desearía suerte…- dijo mientras le daba la espalda, alejándose en dirección a la puerta- Pero tampoco es que me importe una mierda lo que te pase...

Phineas Mason se quedó petrificado. A su alrededor, sus trabajadores se apresuraban a empaquetar todo el fruto de su trabajo. Por su lado, los matones de Fisk se afanaban en su labor, y el espacio ya empezaba a apestar al combustible que reduciría aquel lugar a cenizas. Uno de sus muchachos, pálido como un fantasma, se acercó a él mientras miraba el cuerpo sin vida de su compañero.

- Joder profe… Si sólo… Sólo era un chiste…

- Chico….-dijo Phineas con voz queda, más preocupado de su propio futuro- Cuando conozcas a un mafioso con sentido del humor… Avísame.