No es magia todo lo que reluce(Arion,Jack Kelly, Caín)[15-2-19]

Atlanta, Georgia
23:54, 14-2-19

La mano le tembló al ir a meter la llave en la cerradura del edificio, siempre le costaba superar el temor de que, al subir a su apartamento-despacho, se encontrará con un vecino de esos que llevan aquí toda la vida y se de cuenta de que lleva ya varios años con la misma cara, el mismo aspecto… podría crear sospecha y se vería obligado a abandonar su apartamento, que ya estaba acostumbrado a tener que abandonar hogares, pero no era algo que le gustase hacer.

El portón cedió y rápidamente se dirigió al ascensor, era muy tarde por la noche, más prefería no arriesgarse a un encuentro desafortunado. Su apartamento estaba en la planta 4, letra A, la única que tenía una pesada puerta metálica a diferencia de las otras del edificio que eran de madera, era lógico porque decidió cambiarla, al igual que el resto de su apartamento cuyas dimensiones eran limitadas; al entrar te dabas de bruces con el pasillo, a la derecha tenias la cocina que solía estar cerrada, a la izquierda seguías por el pasillo y te encontrabas con un sofá y una mesita, la sala de espera, al final del pasillo, delante de la sala de espera, se encontraba la puerta de su despacho.

Entró, quitándose la camisa y dejando su torso al descubierto, dejándola sobre una de las sillas de la habitación. Si eras fan de la madera o de los despachos de estilo clásico… no te iba a gustar en absoluto el de Caín; todo era de metal, u otros materiales no vegetales, con un estilo muy moderno, su mesa era de cristal,ovalada, con unos pequeños compartimentos en la parte de abajo, las sillas eran de cristal con las patas metálicas en conjunto con la mesa, las paredes estaban pintadas de color blanco y las esquinas estaban embellecidas por unos adornos metalicos que parecian imitar la forma de un cactus, en el lado izquierda tenia un gran armario metalico cerrado con llave, una que guardaba en esos compartimentos de su mesa. Detrás de su mesa tenía un pequeño armario metálico en el que guardaba discos llenos de información, como no podía usar archivos normales le gustaba usar discos que no tenía que tener cuidado de no tocarlos, la única luz del despacho era una pequeña lámpara circular en el centro de la mesa y la ventana, con unas cortinas de tela sedosa, situada detrás de mesa, al lado del armarito.

En el despacho se hallaba otra puerta, que como la de la cocina también solía estar cerrada para los clientes; el baño. Un ojo avizor se habría dado cuenta ya de lo que faltaba en ese apartamento, algo esencial para la buena vida de cualquier persona; un dormitorio ya que sino tenia uno ¿Donde pasaría la noche? Bueno, es que Caín tenía una… forma especial de dormir. Se desnudo completamente, dejando la ropa bien doblada en una de las sillas y se dirigió al baño, una vez ahí le dio al agua caliente de la bañera que empezó a correr, esperando hasta que estuviera muy caliente y le puso el tapón, dejando que se llenara no más de cinco centímetros. Una vez estaba el agua a cinco centímetros de altura, se metió en la bañera y se tumbó de lado ¿Por que dormía de esta manera y no en una cama como los demás? Ni siquiera él sabría contestarte, puede que fuera para sentir el calor del agua mojar su rostro recordandole el abrazo de un ser querido, que la culpabilidad le obligase a dormir en la fría cerámica de la nevera pero que su lado humano le hiciese buscar el calor del agua… prefería no pensarlo.

Se levantó a la mañana siguiente un poco tarde, a las once del mediodía, pero es que claro; si te acostabas tan tarde como él y encima dormías en la bañera, no podías esperar dormir lo suficientemente bien como para poder despertarte a una hora “responsable”. Vacío el agua de la bañera y se dio una ducha rápida, poniéndose una nueva ropa que consistía de un pantalón negro y una camisa blanca abotonada con botones azulados, una vestimenta bastante básica vamos. Tras guardar la ropa en una cesta que luego llevaría a la lavandería, se sentó en la mesa del despacho y abrió el portátil, tenía que ver los mensajes que le llegaron por la noche que no pudo leer al haber llegado tan cansado.

No tenía uno, tenía varios y cada uno con muchas fotos, todos de la policía de San Diego; al parecer había un nuevo vigilante en la ciudad, un tal “Vapula” que usaba criaturas mágicas, o al menos eso decía en el correo y al abrir las fotos, confirmó de que los seres que utilizaban parecían ser una especie de diablillos, a parte en las fotos también aparecían una especie de glifos mágicos demostrando que, en efecto, se trataba de un asunto mágico. Pero en estos temas, Caín no era un experto; no sabía lidiar con un ser que podría controlar a unos demonios y no sabía identificar los glifos… necesitaba ayuda y sabía exactamente a quién llamar.

Cogió el teléfono y marco un numero, nada mas fue atendido se presentó rápidamente, dio su dirección y dijo una simple frase antes de colgar

-Dígale que “C” necesita su ayuda, él sabrá quien soy.

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No es magia todo lo que reluce(Arion,Jack Kelly, Caín)[15-2-19] Firmac10

Un par de horas más tarde, un círculo de energía de color verdoso se abrió en el despacho del detective. Inicialmente pequeño, fue creciendo en tamaño hasta abarcar prácticamente la pared entera, y, a través de él, emergió vacilante la figura de Arión.

Lo primero que llamó la atención de Caín fue su aspecto claramente desmejorado. El Arión que él conocía siempre había prestado una gran atención a su apariencia, vistiendo de manera impecable, con los mejores paños, y con el cabello perfectamente limpio y peinado. El hombre que pasó a través del portal no era, sin embargo, más que una sombra del que él había conocido; Estaba pálido, remarcando las profundas ojeras que se dibujaban bajo sus ojos, tenía el cabello totalmente despeinado y desordenado y parecía que se hubiera puesto lo primero que había encontrado: una camisa blanca holgada y unos pantalones anchos oscuros que en nada casaban con su estilo habitual. A diferencia de Caín, al archimago le había costado mucho evolucionar y adaptarse al paso de los tiempos, por lo que era habitual verle con vestimentas de épocas pasadas, por lo general ceñidas y ajustadas al cuerpo. Aquellas ropas tan anchas y descuidadas no parecían ni siquiera suyas, salvo por el largo abrigo negro con arabescos dorados que no encajaba con el conjunto.

Y lo peor de todo es que, cuando le miró, no encontró en sus ojos la familiar chispa del reconocimiento que se había mantenido encendida a lo largo de los siglos. En su lugar, sólo había pesar, un pesar que le heló el alma.

Cuando alguien es inmortal, encontrar otra persona que permanezca igual de inmutable a tu lado, aunque sea de manera ocasional, proporcionándote además algo de consuelo y alivio humano resultaba una bendición... Pero, sin saber por qué, Caín ya supo que algo andaba mal antes incluso de que el hombre abriera la boca.

- Caín... -musitó a modo de saludo, observándole con detenimiento. Sabía quién era y cómo encontrarle, pero aquella no era la mirada de alguien conocido. Era el escrutinio curioso de alguien que te observa por primera vez-. He venido en cuanto he podido.

Buscó un lugar en la estancia en donde sentarse, y, cuando lo hizo, se dejó caer con pesadez.

- Sentía que te lo debía, él... -le miró a los ojos-. Sentía cierta debilidad hacia ti. Y supongo que después de todo éste tiempo te habrías dado cuenta de que era difícil que alguien llegara a importarle... -suspiró-. Como ya habrás imaginado, no soy el Arión que conociste. Bueno... en cierto modo sí lo soy... y al mismo tiempo, no. El Arión que conociste murió hace justamente un año, unos meses antes de la Colisión, asesinado por Mordru, el Señor del Caos, para usurpar su cuerpo, encerrando su alma en el interior de la gema roja que siempre llevaba encima.

Caín, por supuesto, estaba familiarizado con aquella gema. Arión por lo general la solía llevar siempre al pecho, ya fuera a modo de broche o colgante, pero era uno de los elementos definitorios de su identidad. Una de las cosas que le habían sorprendido había sido precisamente que no la llevara encima cuando había aparecido en su despacho.

- Pero él tuvo una visión de la Colisión, y de ciertas amenazas indeterminadas que habrían de suceder después, y, habiendo tenido una premonición de su propio final, dejó instrucciones a sus discípulos para que le trajeran nuevamente desde el pasado después de su muerte, para poder ayudar al mundo en las amenazas que estaban por venir -suspiró, reclinándose en el asiento-. Podemos decir que yo soy Arión... sólo que 45.000 años más joven -finalizó, dedicándole una mirada limpia y clara con aquellos orbes verdes que tan poco se parecían a los de su álter ego.

Eran los mismos ojos, pero a la vez no lo eran, ya que aquellos estaban llenos de una inocencia y una bondad que su contrapartida milenaria había perdido hacía muchísimo tiempo. Los ojos del Arión que él había conocido lo habían visto todo. Los ojos de aquél Arión estaban empezando a ver. Una cosa estaba clara: no era la mirada de un mentiroso.

- Cuando llegué a éste mundo, los díscipulos de mi otro yo me entregaron la gema. Pude conectar mentalmente con mi álter ego y él me transmitió todos sus recuerdos y vivencias. Es por eso que sé quién eres, y cuando Trykhun me dijo que habías llamado pensé que merecías saber lo que había pasado.

¿Le había transmitido todos sus recuerdos? ¿Sabía entonces lo que había habido entre su otro yo y él? Caín no habría podido asegurarlo, dado que no parecía avergonzado en modo alguno, aunque sí pudo notar una cierta timidez en la manera en la que evitó su mirada al decir éstas palabras. Lo siguiente que dijo fue la confirmación que necesitaba.

- Debes saber que... lo que él te ofrecía... yo no podré proporcionártelo. No al mismo nivel. Puedes contar conmigo... como aliado y amigo, nada más. Él había vivido... mucho más tiempo que yo, y cargaba a sus espaldas muchas más experiencias. Yo apenas tengo ninguna, y hay determinadas cosas que ni siquiera me he planteado. Si todo sucede igual que como le pasó a él, supongo que llegará el momento en que lo haga, pero ése momento aún no ha llegado para mí. Lamento mucho tener que decírtelo. No sé hasta qué punto le apreciabas, pero imagino que debe de ser duro que te digan que la persona que ha estado ahí los últimos milenios de tu vida ya no está. Por los huesos de Caculha, yo apenas he podido recuperarme de la muerte de mi esposa, y, en comparación, estuvimos juntos apenas un parpadeo...

Se incorporó un poco más en el asiento con lentitud y cuidado, evitando hacer movimientos bruscos, como si le doliera algo.

- Trykhun me dijo que era importante... que necesitabas ayuda... -indagó, fijando en él sus tranquilos ojos verdes, esperando a que el moreno hablara.

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Quién soy ~ Historia ~ Cómo llegué hasta aquí ~ Video

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Los video e imágenes que había encontrado Caín eran relativamente normales para un mundo lleno de superhéroes y villanos , simples peleas entre gente con poderes. Sin embargo había uno que era mas extraño de lo comun , uno de estos que llamaba la atención y no por algo bueno.

Habia un vigilante que parecía ser un hombre de estatura promedio con una armadura bastante excéntrica , combinando pedazos de metal negro , piezas de tela carmesi y cristales rojos que emanaban algun tipo de energia extraña. Tenía la cabeza de un león , una capa dividida en cuatro partes que usaba para volar como si fueran alas y una lanza de apariencia orgánica, como si hubiese arrancado un diente y encía a una criatura colosal y creado un arma alrededor de esto.

Diseño de Vapula:

El detalle más preocupante era la magia que parecía estar usando , invocaba círculos mágicos por todo el campo de batalla y de estos emergian todo tipo de demonios que le asistían. Eso era malo pero había algo extraño en esto. Para una persona normal pareciera simple magia demoniaca pero para un ojo entrenado esta no tenía sentido. Los glifos en los círculos eran reales pero el orden en que estaban era estupido , ni siquiera serias capas de invocar un imp con estos pero de alguna manera aquel sujeto era capaz de traer criaturas como hellhounds o súcubos a este mundo.

Ese era otro problemas ,los demonios que invocaba. Eran totalmente desconocidos para el dúo, si bien reconocían la especie en general los detalles eran extraños. Como ver una nueva especie de pájaro por primera vez. Los súcubos tenían piel hecha de porcelana , los imps tenían pequeñas alas hechas de lo uno podría suponer plástico quemado, los hellhounds tenían en ves una cara canina algo más similar a una hiena ,etc.

Se podrían llegar a muchas conclusiones con esta información pero una de las peores es que era un nuevo tipo de demonología. Una de la cual no se sabe a ciencia exacta las ramificaciones que podría tener en el mundo, tal vez estaba dañando la barrera entre la tierra y el infierno o ser totalmente segura. No podían saberlo y eso era un problema bastante grave.

Mientras tanto en San Diego un par de metahumanos se encontraba viendo una película en un pequeño departamento. El dúo se encontraba sentado en un sofá bastante grande y viejo que Jack había rescado de la calle hace un par de días, tuvo que pelear con un vagabundo por él pero nadie resultó herido.

-No lo entiendo ¿Por que mandan a alguien que tiene la palabra “aqua” en su nombre y es reconocido como el rey de los mares a un planeta con lava en vez de agua?- Comentó su compañera, era una mujer afroamericana en sus 30. Con una complexión bastante atlética , pelo corto y blanco y un atuendo deportivo casual, esta se encontraba en la otra punta del sofá.

-También está el alien ese que era débil a fuego , una idea brillante mandarlo a un planeta que es literalmente un infierno- Respondió Jack desviando su mirada para controlar cómo Cheli estaba jugando con el gato esfinge que su compañera había traído.

-Este guión no tenía sentido, solo muestran muertes por el espectáculo- Agregó al final y sacó su celular para ver qué otra cosa podían mirar. Era bastante dificil encontrar peliculas sin música o banda sonara pero un grupo de su tierra estaban tomándose el trabajo de editarlas para hacerlas soportables.

-¿Guión? ¿No era un documental?- Dijo la mujer algo confundida.

-No creo , nadie es tan idiota en la vida real como para atacar un planeta con billones de demonios roboticos solo con un puñado de heroes- Contesto el hombre negando un poco con la cabeza.

-Hablando de muertos ¿Phantom Menace?- Para esto se habían reunido esta noche , para hablar de lo que sabían de su mundo y lo que había pasado. Pero simplemente juntarse para “charlar” era demasiado incómodo para ellos , necesitaban una excusa y una noche de películas era perfecta. Aparte quería estrenar el smart tv que le habían regalado por detener el robo de en una tienda de electrodomésticos.

-Decapitación- La mujer se pasó un dedo por el cuello y sacó la lengua.

-¿White Lion?- Sigo preguntando con una mezcla de curiosidad y cansancio.

-Aplastado dentro de su propia armadura como un trapo húmedo siendo secado- Hizo un gesto con sus manos como si estuviera escurriendo algo en el aire.

-Mmmmmmm ¿Supercollider?- Dijo tratando de recordar más nombres.

-Bifurcación, vertical para colmo - Movió una de sus manos por el aire como si estuviera cortando algo por la mitad.

-Mierda , me debía unos 100 dólares- Exclamó Jack bastante molesto.

-Hay que ver el lado positivo de esto, como más o menos un 99% de nuestro universo está muerto se anularon todas mis deudas- Comentó ella desperezándose mientras esperaba a que su compañero pusiera la siguiente película.

-Cambiemos de tema por algo más alegre- Dijo finalmente el hombre y puso a bajar un film sobre samurais, bastante vieja pero prometía ser un clásico. Aparte le gustaba la estética , su nueva armadura que estaba haciendo tenía cierto toque oriental. Tardaría un poco ya que su internet no era el mejor de la zona.

-¿Sabes algo loco? En la mayoría de los universos la deidad egipcia de los gatos es Bastet, no Path,ni estaba bien dicho en el primer lugar , es Ptah no Path- Comentó la mujer sacando un nuevo tema de conversación. Está disfrutando la noche ,sacando los glifos satánicos en las paredes , las incontables colmenas y nidos de insectos que había por todo el lugar. La próxima sin dudas se reunirían en su casa.

-¿Estas segura que no era así en nuestro universo? - Dijo Jack riendo un poco.

-Debi haber parecido una idiota- Ella se paso la mano por la cara con algo de verguenza.

-Todavía estás a tiempo para cambiar tu marca- Cuando comento eso su compañero de piso salió de una de las paredes. El hombre con la piel mosaica se encontraba otra vez vestido con su ropa casual y miró por unos segundos a la mujer y luego al héroe.

-Hola Jennifer ¿todo tranquilo?- Comentó el brujo , se podía sentir la incomodidad en el aire.

-Si- Respondió la mujer de forma seca y cortante.

-Hey Jack por casualidad ¿Tenemos acido muriatico?- Jack asintió y señaló en dirección al baño. Sin más preámbulos el hombre fue hasta ahí y luego desapareció nuevamente.

-¿En serio?- Comentó Jennifer con algo de asco pero más que nada confundida por enterarse que Jack estaba viviendo con ese hombre. Como respuesta él simplemente se encogió de hombros.

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Mascotas:

Fue solo un instante, un segundo en el que los ojos de Caín se encontraron con los de Arión para que el moreno determinara que aquel hombre que acababa de aparecer delante suya… no era el mismo con el que compartió tantas vivencias en los tiempos de antaño, era una persona diferente y no le hizo falta fijarse en su aspecto más demacrado. Pero eso no iba a cambiar la forma de ser de Cain, que vio ante sus ojos un hombre de aspecto deplorable

-Esta… ¿Estas bien?

Pregunto nada más verlo, si le pasó algo que provocó ese cambio necesitaba saberlo y si podía ayudarle… haría todo lo posible en su poder a fin de ayudar a su amigo, o al menos a alguien que le recordaba a él. En cuanto Arion continuó la conversación, confirmó la idea que él ya se había formado en la cabeza; ese hombre no era Arion, lo era, pero no el que él conocía. Escuchó atentamente la explicación del castaño, de cómo el antiguo Arion “desapareció” y dio paso a este nuevo hombre que se encontraba delante de sus ojos; era él y a la vez no lo era, no había mejor forma de explicarlo

-Entonces, si te he entendido bien… ¿Eres “el'' antes de que te conociera, no?

Los dos inmortales se conocían desde hace muy poco tiempo, al menos hablando desde el punto de vista de unos inmortales que veían el pasar el tiempo como una ilusión de un mago llamado vida, los meses se convierten en segundos y los años, en meses, nunca pudiendo estar en un sitio lo suficiente como para echar raíces. Hará ya casi unos tres mil años que Arion y Caín se encontraron gracias a la invitación de una Faraona del antiguo Egipto… aquel hombre no pudo vivir nada de eso

-Siento lo… lo que le paso, ojala hubiera podido hacer algo para ayudarle… para ayudarte

Se giró hacia su ventana, el sol se colaba por entre las cortinas chocando contra las plantas metálicas del despacho de moreno, iluminando la estancia con un hermoso brillo cromado. Abajo, en las calles, se escuchaba la vida; niños jugaban por la calle con un balón, el sonido del tacataca de una señora a la que le ayudaba a cruzar la calle una amable y rechoncha mujer, los gritos de una discusión entre amigos y las risas de la reconciliación. Se escapó unos segundos de la conversación para empaparse de todos aquellos sonidos, los sonidos de la vida normal y corriente.

Volvió la cabeza de nuevo hacia su visitante, el moreno portaba una leve sonrisa de aspecto tranquilizador, más a quien intentaba tranquilizar estaba aún por ver. Camino alrededor de su mesita hasta estar cerca de Arion y se apoyó con suavidad en la esquina de la mesa, mirando a los ojos… a esos ojos que ya no eran los que él conocía; "yo no podré proporcionártelo"... si, recordaba aquellas noches que paso con el antiguo Arion, el calor de sus cuerpos unidos como uno único y sin embargo suspiro; sabia que, a pesar de el dolor que se le clavaba en el corazón, que el ya no estuviera, al menos no como antes, era lo mejor

-Puede que… puede que esto sea lo mejor- dijo en un tono algo sombrío, mientras suspiraba y agachaba la mirada -Lo último que necesitábamos, era el uno al otro- volvió a subir los ojos, centrándose de nuevo en los de Arión -El… tu y yo, vivimos demasiado y acabamos olvidando lo que importa en la vida ¿Ellos?- señaló hacia la ventana, por la que aún se escuchaban los ruidos de la vida callejera -ellos saben más que nosotros; lo bella que es la vida, por su fugacidad… nosotros acabamos olvidandolo, por eso yo me dedique a ayudar a aquellos que me necesitaban para seguir con su vida, aunque sea por solo un dia mas- volvió a suspirar, pero esta vez acompañó el suspiro con una leve sonrisa -Eso es algo que él nunca entendió, porque perdía el tiempo ayudándoles si su vida no era más que un segundo para nosotros…

Había aceptado que el hombre que conoció siglos atrás ya no estaba con el, aunque en sus adentros reconocía que siempre tuvo ese temor presente; que uno de los dos muriera antes que el otro y le dejara solo, sin ningún otro inmortal con el que encontrarse... justo eso fue lo que paso con Arion, o al menos algo parecido; la muerte de un hombre, para el nacimiento de uno nuevo. Se levantó de la mesa, dando otra vuelta hacia la silla hasta llegar a ella, sentándose para llevar las manos al teclado de su portátil

-Al menos espero que… que no vivas tanto como él, ni como yo, que encuentres la paz que ni él ni yo pudimos encontrar, dios sabe lo que es vivir tanto tiempo… acabar solo, ver como todo se convierte en polvo a tu alrededor…

Ese fue su último comentario sobre el tema, un comentario que parecía desearle la muerte, sin embargo ambos sabían que era mucho mas que eso, no era deseo de muerte... era un deseo de que no viviera tanto como el, que no viera sus ojos convertirse en unas cuencas vacías, sin vida, cansados... Pero no le había llamado para hablar sobre el dolor que provoca una vida tan larga, ni para compadecerse por la perdida de su amigo llamó a Arion para que le ayudara con un caso de criaturas mágicas y a pesar de no ser el hombre que él conocía, seguía pudiendo serle de ayuda. Junto todas las imágenes en una presentación y giro el portátil hacia el castaño, dejando que echara un vistazo a su contenido, tanto las criaturas como el hombre que las invocaba

-Al parecer es un “vigilante”, en San Diego y, por las fotos, parece controlar a una especie de diablillos, fijate- le señaló a uno de los círculos mágicos que aparecía en la foto -¿Lo reconoces? Yo no sé de estos temas, por eso pensé que… tu podrías ayudarme

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- No es nada -respondió, haciendo un gesto con la mano para restarle importancia a la pregunta-. Hace dos semanas tuve un encontronazo con Hydra en China. Me tendieron una emboscada y salí ligeramente mal parado, pero ya me estoy recuperando.

Definir como "ligeramente mal parado" el hecho de que Madame Hydra le hubiera prácticamente desollado vivo a latigazos podría, seguramente, ser considerado el eufemismo del siglo, pero no le apetecía tener que revisitar de nuevo sus errores, ni volver a recrear la humillación sufrida. Tampoco quería preocupar innecesariamente al hombre que había albergado sentimientos por su otro yo. Además, le había llamado porque tenía sus propios problemas, no para hablar de los suyos.

-Entonces, si te he entendido bien… ¿Eres “el'' antes de que te conociera, no?

- Sí... a grandes rasgos -asintió, y negó con la cabeza ante la verbalización de aquél deseo frustrado-. Oh, no, no... Mi otro yo sabía que moriría desde el siglo XVII, lo vio en una visión y no hizo nada para impedirlo porque sabía que no era posible. No se puede alterar el destino. Cuando tuvo esa visión supo que sería inexorable, así que no debes culparte por eso. Si no te lo dijo seguramente fue para no cargar sobre tus hombros el peso de ese conocimiento sabiendo que no ibas a poder hacer nada para impedirlo. Bastante tienes ya con tus propios pesares. Al menos ese te lo pudo ahorrar.

Con el paso de los milenios, Arión se había terminado volviendo un cínico amargado pero nunca había sido malvado, aunque la dirección en la que había ido derivando su forma de pensamiento pudiera dar la impresión contraria a veces. Que hubiera decidido ahorrarle a Caín aquél sufrimiento demostraba que aún le quedaba algo de humanidad en el momento de su muerte.

Vio cómo se giraba para mirar melancólicamente a través de la ventana, quizá rememorando los momentos vividos junto al hombre que ya no estaba físicamente en aquél mundo. Asintió ante la reflexión que compartió con él cuando finalmente se apoyó en la esquina de la mesa. No podía decir que le sorprendiera aquella afirmación... Su propio álter-ego había compartido con él un sentimiento muy similar. Le había dicho que había dejado indicaciones expresas a sus acólitos para que le invocaran cuando aún era joven, respetando los años de felicidad que había vivido junto a Chian para traerle poco después de su muerte. Dijo que había tratado de ahorrarle todo el sufrimiento, la angustia y el pesar de una eternidad en solitario, presenciando civilizaciones enteras crecer, desarrollarse y extinguirse como un suspiro, ver cómo los seres queridos desaparecían como gotas en la lluvia que representaba el discurrir implacable del tiempo.

Arión tenía la sospecha de que, aunque hubiera sido posible impedir su muerte a manos de Mordru, tampoco lo habría intentado.

- No era... no era exactamente así... No era que sus vidas no importaran para él, era más complejo que eso... Él era el Elegido... El Salvador... El Campeón de los Dioses del Orden, y durante mucho, muchísimo tiempo, estuvo luchando por la humanidad, para preservar el Bien y el Equilibrio. Y se dio cuenta de que el mal nunca cesaba. Que por más que se esforzara para detener alguna amenaza, siempre aparecería otra, y cada una que aparecía era peor que la anterior. Tenía una teoría según la cual cada vez que él intercedía estaba en realidad alterando el destino, y que al tratar de contener la oscuridad, ésta se iba volviendo cada vez mayor, como una ola de mar golpeando contra un dique construido de manera artificial en mitad del discurrir natural de un río. Pensaba que, al final, la oleada de oscuridad sería tan grande que nada ni nadie podría detenerla y terminaría arrasando con todo. En cambio, si se retiraba... si se mantenía al margen... La gente moriría, pero la humanidad en su conjunto seguiría su curso. De lo contrario, se extinguiría. Entendió que, para preservar realmente el Equilibrio tenía que dejar de actuar. Es... una filosofía compleja... Si he de serte sincero, yo aún no sé qué pensar al respecto.

>>Entiendo el sentimiento -continuó ante su deseo-. Él pensaba de manera similar y sé que vivió cada segundo de su vida inmortal profundamente apesadumbrado. Creo que, en el fondo, agradeció cuando le llegó el momento al fin.

Después de aquellos necesarios minutos para ponerse al día tras todo lo acontecido, Caín pasó a explicarle los motivos por los cuales había solicitado su ayuda, y él observó atentamente las imágenes que le mostró en aquél extraño dispositivo portátil que tan común era en aquellos días. Cuando le mencionó los diablillos se fijó específicamente en ellos.

- Hummm... Es raro... No reconozco las especies concretas... -dijo, conforme las diapositivas iban pasando en la presentación-. Hay algo que no encaja, fíjate -señaló al primer diablillo que le había indicado Caín-. Parece un imp, pero las alas son extrañas... Están como... deformadas, como quemadas... Ésto de aquí podría ser una súcubo, pero la piel es demasiado blanca y agrietada. Y ésto de aquí se parece mucho a un Hellhound, pero en teoría los sabuesos infernales deberían ser invisibles a la vista, únicamente visibles para sus víctimas, y, si no recuerdo mal de lo que me explicaron de cómo funcionan las fotografías, no deberían haber sido captados por el objetivo. Además, la fisonomía no es correcta. Es todo muy extraño... Más que ser demonios reales, parecen ser más bien imitaciones de los mismos realizadas por alguien que sabe del tema pero no es un verdadero experto.

Él se había pasado la vida combatiendo demonios y estudiando sobre ellos, así que podía considerarse a sí mismo como tal.

- Además, fíjate en los glifos que está usando. Las invocaciones no tienen sentido, y las runas están desordenadas. Parece como si alguien conociera las letras del alfabeto pero no supiera cómo ordenarlas para formar una palabra coherente. Sin embargo, está claro que funcionan... Sólo hay dos posibles opciones... O éste hombre no es un verdadero mago, sino alguna otra cosa o especie que desconocemos... O quizá está haciendo uso de una nueva rama de demonología. Y, si es ésto último, no podemos dejarle que continúe operando de ésta manera hasta estar seguros de las consecuencias del uso de su magia. La demonología no es algo con lo que se pueda jugar alegremente, las consecuencias de un uso irresponsable pueden ser nefastas...

Arión se dirigió hacia una de las paredes del despacho de Caín donde se podía ver un mapa del mundo, cerró los ojos e inclinó levemente la cabeza hacia atrás. Entonces, de sus labios entreabiertos emergió una vaharada de humo que poco a poco adoptó la forma de una flecha que fue a clavarse en una zona específica del mapa. Acto seguido la invocación se deshizo en el aire sin dejar ninguna marca, pero no antes de que los dos hombres vieran hacia dónde señalaba.

- San Diego -recitó el mago sacando de su cinto una pequeña daga enjoyada y dibujando con ella un pentagrama en el aire que fue dejando un rastro de fuego mágico del que no emanaba ninguna clase de calor-. Éste portal nos conducirá hasta allí -explicó a Caín-. Una vez en la ciudad debería ser capaz de detectar y rastrear su emanación mágica... ¿Me acompañas?

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Quién soy ~ Historia ~ Cómo llegué hasta aquí ~ Video

Mientras tanto en la otra punta del mundo el duo seguía mirando peliculas.

-Hey ,¿Has pensado sobre el futuro?- Comento Jack algo aburrido con la película que estaban mirando. Conocía suficiente a Jennifer como para saber cuando perdía el interés en algo.

-No voy a compartir contigo mis planes super secretos sobre robarme la luna- Respondió la mujer riéndose un poco.

-Ya sabes a lo que me refiero- Dijo el hombre girando los ojos.

-Jack , no tenemos futuro. Somos metahumanos ,vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver-

-Supongo, al menos en nuestro mundo teníamos la mentira de que podríamos retirarnos-

-Hace tiempo que saltamos del edificio, lo único que podemos hacer es disfrutar de la caída hasta que toquemos fondo. Después de todo parece que cada mes el mundo está a punto de ser destruido, los buenos solo necesitan fallar una vez y boom.-La mujer procedió hacer un ademán con sus manos que imitaba una explocion.

-Aparte no se por que te preocupas tanto, la vida después de la muerte está confirmada-

-Cierto ¿A donde vas a ir a parar?-

-Nose . . . . estoy dividida entre la reencarnación y el Valhalla-

-No creo que haya muchos gatos ahí- El hombre se rió un poco. La verdad que no tenía mucha idea del tema ni tampoco le importaba dónde iría a parar.

-El tema es que no creo que Anubis me deje pasar, mi corazón debe ser tan pesado como el plomo. Y tu a donde planeas ir?- Jack se detuvo unos segundos a pensar. No le gustaba mucho la idea de pensar sobre el tema , las religiones en general le daban algo de grima.

-Ni idea, creo que me voy a anotar para una reencarnación. Paz eterna no suena muy tentador-Una segunda chance sonaba bien.

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Mascotas:

Cuando Arión, el nuevo Arión, le confesó que el viejo Arión sabía que iba a morir desde el siglo XVII, sintió un pinchazo en el estómago… ¿Tenía conocimiento de su final desde hace tanto tiempo y no se lo dijo? A lo mejor pensó que seria mejor evitarle el sufrimiento, pero si hubiese sabido lo que iba a pasar habría tenido tiempo de prepararse, de aceptar su muerte o… de intervenir en el destino

-Nunca he sido de creer en el destino… para mi, el destino lo creamos a cada paso que damos- levantó las manos, girando las palmas hacia él y mirándoselas unos segundos, apretando con fuerza los puños a continuación -si no, yo habría sido el asesino sin piedad que mi destino marcaba..

A lo mejor por eso no se lo contó, a lo mejor sabia que Caín no acepta ese destino que él vio en su futuro e intentaría cambiarlo, ayudarle desesperadamente sabiendo, o al menos pensando, que nadie tenía un destino escrito. Él ya no estaba con él, al menos no como era antes; ahora era una persona totalmente diferente, renacido en otro cuerpo igual al suyo pero… que no era él, tenía que aceptarlo y aprender a vivir con ellos y tendrá toda la eternidad para hacerlo.

Pasó la mano por su mesa de cristal, sus manos dejaron un rastro en el cristal que poco a poco desapareció sin dejar rastro, solo fueron unas milésimas de segundo en los cuales sus huellas dejaron marca… milésimas de segundo, como esa conversación, como la vida de las personas que tan alegres viven en la calle eran para él, todo pasaba tan rápido que a veces estaba bien saber que tenias algo a lo que aferrarte.

Puede que hubiese perdido a alguien que era mucho más que un amigo, sin embargo su esencia seguía con vida, ahí, junto a él y aunque no fuese a poder compartir aquellos momentos tan íntimos que vivió con el antiguo Arion… puede que si encontrara un amigo en el, alguien con el que charlar un rato y despreocuparse. Bien sabía que le hacía falta una amistad en su vida y no una que sabe que acabará con él mirando una tumba roñosa hacerse polvo.

Caín asintió cuando Arión le habló sobre cómo pensaba el antiguo Aron, de cómo veía él la vida y le recordó un poco a como… el de arriba nos veía; podía evitar los conflictos, podría salvar a todo el mundo si así lo deseaba, pero no lo hacía… claro que los motivos eran diferentes, el viejo Arion no lo hizo por que pensaba que si seguía interviniendo sería aún peor, prefirió dejar que la humanidad se guíe por sí sola… ¿Dios? Bueno, él siempre decía lo del “libre albedrío”... pero Caín ya no sabía si era era la verdadera razón de que no hiciera nada por ayudar a este pobre mundo

-La oscuridad… si, yo he visto también esa oscuridad, el sentimiento de… impotencia, viendo como el mundo se consumía poco a poco- él veía esa oscuridad como los males que asolaban la tierra, guerras, enfermedades, hambre -pero no por eso voy a dejar que consuma a los demás ¿No- le sonrió suavemente, con dulzura -las personas de ahí afuera- señalo con un suave gesto de la cabeza la ventana -tienen derecho a vivir felices, sus vidas son cortas y valen mucho más que la de cualquier inmortal

Cuando le enseño las fotos, escucho atentamente la explicación de Arión. Cuando le dijo que se fijará en los glifos, finge saber qué era lo que estaba mirando; el viejo hombre que vivía en el cuerpo de aspecto joven tenía idea de muchos temas y podría mantener una conversación con casi cualquier persona del mundo, pero de magia… de eso sabía muy poco, lo suficiente como para reconocerla al verla y nada más. Lo que sí reconoció fue la palabra “demonología” y no le gustaba ni un pelo.

Observó con curiosidad la magia de Arión y sonrió al ver el pentagrama, levantó un poco la mirada hacia el techo y susurro

-Esto te tiene que escocer ¿eh, viejo?

Sonrió, suspiro y miro a Arion, que le ofrece acompañarle… ante su ofrecimiento, no pudo hacer otra cosa que no fuera aceptar con un suave gesto de la cabeza. Se puso una chaqueta blanca, unos zapatos marrones y atravesó el portal junto a Arion y como por arte de magia… bueno no como, por arte de magia, aparecieron en San Diego, en un pequeño callejón alejados de la vista de todos para que la gente corriente no se asustara al verlos aparecer tan de repente

-Bueno, ahora que estamos aquí, supongo que me toca seguirte ¿No?- se metió las manos en los bolsillos, con una leve sonrisa -Dime a donde tenemos que ir y yo iré detrás tuya

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Arión negó suavemente con la cabeza ante la reflexión de Caín.

- No lo sé... Las Parcas existen, yo las he visto. En los albores de la primera Atlantis, los doce maestros magos compartieron una visión según la cual yo salvaría el mundo de un terrible cataclismo. Sin embargo, cuando no era aún más que un niño pequeño, apenas un adolescente, se requirió de mí que me sacrificara para evitar que mi madre, Majistra, destruyera el mundo. Aquello significaba que no podría cumplir mi destino... Y, aún así, al entregar mi vida y frustrar los planes de mi madre logré salvar el mundo igualmente, y, cuando mi padre consiguió traerme a la vida de nuevo, cien mil años después, tuve la ocasión de salvar de nuevo el mundo evitando una glaciación y cumpliendo, finalmente, la visión que había tenido Caculha tantísimo tiempo atrás.

>>Así que, al final, se cumplió mi destino. Quizás el tuyo nunca fue convertirte en un asesino despiadado -dijo dulcemente, apoyando una reconfortante mano sobre el hombro del detective.

Asintió cuando el moreno señaló hacia la ventana.

- La vida es sagrada, sí. Nunca me ha complacido arrebatar ninguna, aunque por desgracia es necesario a veces para salvaguardar las de la mayoría.

Una vez en San Diego, ante la pregunta del detective se concentró, alzando el rostro hacia las alturas.

- Percibo... algo parecido a la magia. No es exactamente magia, pero sea lo que sea está contaminado por la misma mancha que macula la magia negra... La pútrida esencia de los demonios -una vez dicho ésto, tocó a Caín en el brazo, elevándose grácilmente con él en el aire-. Es un hechizo temporal de levitación -le explicó-. Yo te guiaré.

* * * *

Y, mientras tanto, en un pequeño apartamento de San Diego, la pared del salón donde dos metahumanos se encontraban tranquilamente viendo la televisión pareció derretirse como el famoso reloj del cuadro de Salvador Dalí, y, a través de la distorsión, penetraron dos hombres bastante apuestos que contrastaban tanto como la noche y el día: uno era pálido, vestido de manera desastrosa, con largos y desordenados cabellos castaños y brillantes ojos verdes; el otro tenía la piel bronceada como las noches en el desierto, con el cabello de color azabache y los ojos de un curioso y luminoso azul intenso.

Una vez hubieron cruzado, la distorsión se cerró tras ellos, dejando la pared exactamente igual que como estaba antes de su aparición. La mirada del de los ojos verdes se deslizó durante un instante sobre los dos metahumanos antes de descartarlos y desviarse hacia la puerta que comunicaba con el baño.

- El hombre que buscamos está en esa habitación -le indicó a Caín activando un escudo de protección que les cubrió a ambos-. Ten cuidado... podrían ser peligrosos.

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Los dos metahumanos que estaban sentados en el sofá se levantaron al momento, alarmados ante la súbita intrusión en su hogar, pero Arión, sin mirar hacia ellos, hizo un gesto con la mano que provocó que poderosos barrotes de acero emergieran del suelo, rodeándolos y encerrándolos en una cárcel improvisada.

- Calmaos -les pidió sin detener su camino hacia la habitación donde presentía la presencia del otro hechicero-. Ésto no os concierne.

Arión abrió la puerta del baño, donde encontró al hombre al que habían venido a buscar. Estaba vertiendo el contenido de una pequeña probeta en un vaso grande relleno de un líquido, provocando la liberación de una especie de vapor corrosivo de color blanco.

- Detén lo que estás haciendo -ordenó Arión. Incluso a pesar de su lamentable estado conseguía mantener el halo de presencia y autoridad que le caracterizaba.

El hombre alzó la mirada con sorpresa hacia ellos.

- ¿Quiénes sois vosotros?

- Yo soy Arión, Sumo Mago de Atlantis. Él es "C", un detective consultor de la Policía de Atlanta. Venimos a hablar contigo en relación con las extrañas criaturas que has estado invocando. Y por favor... dile a tus amigos que no hay motivos para temer nada. Están bastante nerviosos.

Dirigiéndoles una mirada recelosa, el metahumano se asomó para hacerles una seña a sus compañeros, que parecían dispuestos a hacer uso de sus poderes.

- Está bien... Está todo controlado. ¿Podéis marcharos y dejarnos a solas a éstos señores y a mí?

Arión deshizo el conjuro de transmutación para liberarlos, y, una vez estuvieron a solas, tomaron todos asiento en el sofá.

- Bien, mi nombre es Vapula. ¿Qué es lo que hace que un detective y un Sumo Mago quieran entrevistarse conmigo?

- No me andaré con rodeos -dijo el mago-. La magia que estás usando... es peligrosa.

El hombre se reclinó hacia atrás en el asiento, mirándoles con curiosidad.

- No veo cómo podría serlo, cuando no es magia lo que uso -fue su tranquila réplica.

Arión ladeó la cabeza.

- Es cierto que la carga que percibo en el aire no es exactamente magia... Pero reconozco perfectamente el hedor de las emanaciones demoníacas, y ahora mismo las noto cosquilleando sobre mi piel como un centenar de hormigas. Ignoro qué clase de magia es la que utilizas, Vapula... Pero es algún tipo de poder mágico. Lo único que ha impedido que os atacase a tus compañeros y a ti es que hasta ahora aparentemente habéis estado ayudando a las autoridades, pero estás jugando con energías muy peligrosas. Si se trata de un nuevo tipo de demonología, no sabemos qué consecuencias podría tener en el mundo. Puede incluso que estés dañando la barrera entre la tierra y el infierno. Por eso necesitamos respuestas.

El hombre se inclinó hacia adelante, observándoles con atención.

- Soy un metahumano -explicó-. El universo del que procedemos mis compañeros y yo era bastante mundano. Cosas como la magia, mutaciones, alienígenas, etc, que para vosotros son tan normales, en nuestro universo no existían. Hasta que, hace setenta años, hubo un mini colapso dimensional parecido a vuestro fenómeno Omega, que generó infinidad de portales por los que penetraron unas entidades a las que llamamos parásitos del subconsciente. En su dimensión de origen, la materia y la energía no existen, sólo los conceptos y el pensamiento, por lo que necesitan de un cuerpo para sobrevivir. Debido a ésto necesitan parasitar la mente de criaturas pensantes y los humanos demostraron ser los más compatibles por el simple hecho de generar su alimento: conflicto.

Arión se removió en su asiento, incómodo. La descripción de aquellas criaturas le había recordado demasiado a Mordru, la entidad del Caos que había asesinado a su álter ego precisamente para parasitar su cuerpo.

- Los parásitos necesitan enfrentamiento para sobrevivir y, por eso, como la cantidad normal de conflicto en el ser humano no era suficiente para mantenerlos vivos, evolucionaron para otorgarles herramientas con las cuales hacer sus vidas más interesantes; ésas herramientas son los superpoderes. Así fue como se crearon los superhéroes y los supervillanos en mi mundo.

Una vez terminada su explicación, el hombre volvió a reclinarse en el respaldo de su asiento.

- Entonces, lo que haces, es...

- Lo que vosotros pensáis que son demonios no son más que diferentes formas que toma mi parásito. Los círculos de invocación que habéis notado no son más que la manera que tengo yo de comunicarme con él. No hay el menor riesgo de provocar una invasión demoníaca, os lo aseguro.

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Tema: Re: No es magia todo lo que reluce(Arion,Jack Kelly, Caín)[15-2-19]

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