Una de dragones y detectives(Tim Drake)[07/01/2019]

Unos rumores circulaban por la ciudad de San Francisco, rumores de una gran bestia que acechaba por las noches y que rugía como un tigre entre las sombras, la gente hablaba de una gigantesca sombra por la noche que se alzaba entre los edificios y que les observaba atentamente. Claro que todo eso era sugestiones de la mente ya que los “rugidos” si que eran algo que se llevaba escuchando unas noches, nada de sombras ni criaturas gigantes todo eso venía ya que al escuchar esos rugidos lo más normal es que el cerebro se sugestione y vea monstruos y figuras que en realidad no están ahí.

Llevaba ya unos días que la joven de la familia Illios, Roxanne, no dormía bien por un resfriado que había pillado lo que le causaba que roncara por las noches y que tuviera pesadillas, terrores nocturnos más bien, que le hacían “gritar” por la noche. Eso no sería gran cosa, todos hemos tenido un resfriado alguna vez y hemos estado jodidos unos días, sin embargo, la naturaleza de Roxanne hacía que esos ronquidos y gritos sonaban algo más… fuerte de lo normal, haciendo que retumbaran por su casa hacia la calle creando ese sonido que, perfectamente, se podía confundir con el rugido de un gigantesco animal.

Habladurías de tigres que se escaparon de un circo, de cocodrilos gigantes y, por fin, de incluso dragones empezaron a circular la calle tanto que muchos cazadores de esas criaturas mágicas empezaron a investigar la ciudad buscando alguna señal de ese animal mágico que tanto ansiaban capturar, algunos solo querían estudiarlo desde lejos, otros deseaban cazarlo y exponerlo en una sórdida colección de especies. Aunque dio igual lo que quisieran ya que, después de estar días y días investigando no encontraban nada, ni una ínfima prueba de que por la ciudad habitaba un dragón a pesar de lo que decía la gente a la que preguntaban, puede que lo que necesitaran fuera unas… mejores dotes deductivas.

Hacia una agradable mañana y la joven dragona estiraba sus extremidades acompañadas de un bostezo encima de su cama reforzada, para aguantar su gran peso, mientras veía el sol y el frescor de un nuevo día entrar por su ventana. Se puso algo de ropa y bajó a desayunar esperando que toda su familia estuviese ahí abajo esperándola, o bueno no esperándola pero si desayunando sin ella, mas no fue así y lo que se encontró fue una casa vacía, no por que no hubiera nadie sino porque aún estaban todos durmiendo; al mirar el reloj vio que era muy, pero que muy temprano y que sus padres solían despertarse dentro de una hora más o menos.

Como no podía hacer otra cosa y no quería despertar a su familia con el sonido que provocaría cocinar algo, esa mañana arrasó con la fruta que tenían guardada en la nevera; no quedaron más que cáscaras vacías y semillas de lo que antes fue un gran bol con plátanos, naranjas, peras y manzanas. Ella prefería la carne pero, si no quedaba otra, la fruta tendría que servir de sustituto, la menos le quitaba el hambre y eso era lo más importante aunque, tras terminarse toda la fruta, se dio cuenta de una cosa… estaba saboreando ¡Se le había pasado el resfriado! Bueno, no completamente pero lo peor parecía haber pasado y su respiración estaba volviendo a la normalidad.

No se lo pensó dos veces; se puso ropa para salir, unas converse y ropa cómoda de hacer ejercicio, cogió su móvil y sus auriculares inalámbricos y se dispuso a salir a dar una vuelta por la bella ciudad de San francisco, no sin antes dejar una nota a su familia explicándoles que salió a pasear pegada a la nevera, celebrando de esta manera que podía volver a respirar el aire fresco de la calle… aunque para eso tenía que irse a un parque que tenía el aire algo más limpio que la ciudad.


Su caminata musical la llevó hasta el Golden Gate Park, tanto llevaba andando distraída con su música que acababa de recibir la llamada de su madre preguntándole donde estaba, menos mal que el parque en el que se encontraba era realmente tranquilo y se podía estar solo incluso de noche. Como la ciudad aún estaba despertándose, no mucha gente se encontraba paseando entre los árboles y los bellos caminos llenos de flores a parte de algunos corredores mañaneros que salieron a hacer ejercicio al alba, incluso algunas de las “atracciones” como el museo y el Conservatory of Flowers aún no estaban llenas de gente, que era lo usual.


Al llegar a un lugar del parque que portaba una gran fuente en el centro, decidió que sería buena idea quitarse los auriculares, sentarse en un banco y escuchar a los pájaros que cantaban apoyados en las ramas de los árboles y el sonido del agua de la fuente. Claro que a la pobre Roxanne a veces se le olvidaba que los bancos de madera de los parques no podían sostener su peso, puede que si estuvieran hechos de metal lo lograran pero esos… no mucho; al sentarse escucho el crack de la madera levantándose al segundo viendo que, efectivamente, la había roto con su peso.

Disimuladamente se apartó del banco, mirando que nadie vio lo sucedido y se fue a sentar en el borde de la fuente que, al estar construida de recio mármol, pudo aguantar su peso sin problemas, aunque se sentó despacio y con cuidado para no causar daño alguno. Menos mal que justo en ese momento nadie se encontraba cerca, al menos que ella hubiera podido ver con sus ojos, que pudiera haber visto lo que acababa de pasar… sería un jaleo gordo si alguien se daba cuenta de que ella, con su aspecto tan pequeñito, pesaba lo que pesaba.

¿Habíamos avanzado en algo durante los últimos meses? ¿O acaso el mundo se estaba volviendo más paranoico que de costumbre? ¿Había trastocado aquella ola de energía que destruyo todo lo que conocíamos nuestra esencia cómo seres humanos? Esas y unas cuantas más eran las preguntas que me movían ahora mismo a avanzar, descubrir las pistas, hilarlas y seguirlas…

Llevaba meses recorriendo el mundo, siguiendo los sucesos más insólitos para tratar de responder a mi curiosidad, para intentar averiguar la verdad detrás de todo aquello y, aunque había recabado información interesante, siempre me encontraba con el mismo muro infranqueable, un telón de acero imposible de traspasar que dejaba mi camino incompleto.

En mi ausencia habían sucedido muchas cosas, desde luego que estaba al corriente, pero el mundo ahora tenía héroes de sobra, ahora no eran necesarios paladines de la justicia, no, el mundo necesitaba científicos y personas con la capacidad de averiguar el misterio detrás del efecto omega.
Después de unas semanas colaborando en unas excavaciones en Egipto, en las cuales encontramos unas extrañas construcciones que hasta entonces jamás habían estado allí, me había dirigido a San Francisco siguiendo el rastro de unas extrañas noticias y vídeos que habían aparecido publicados en internet:

-¡Yeeey! ¿Que pasa chavales? ¿Todo bien? ¿Todo correcto? ¡Y yo que me alegro! – Un joven youtuber hablaba a través de la pantalla mi teléfono, sentado en un avión se documentaba de las últimas noticias del caso: -…Pues veréis…Es para flipar, os voy a poner este vídeo que ha colgado este chaval y lo comentamos… - El vídeo del influencer pasó a un vídeo de menor calidad, en el que, desde su ventana, la persona autora del mismo enfocaba a la calle, de la misma provenían unos rugidos que resonaban por toda la zona, el vídeo duraba aproximadamente unos 20 segundos: - Veeeenga ya chaval ¡¡¡Esa es tu abuela que ronca que parece un hipopótamo!!! – El youtuber rompió entonces en una serie de insultos hacia el chico, pausé el video y suspiré.

En otros tiempos habría ignorado aquel vídeo, pero con todo lo sucedido habían llegado nuevas formas de vida al mundo impensables hasta ahora y, tal vez, valía la pena comprobar que todo estuviera bien.

Era de madrugada cuando el avión aterrizó en el aeropuerto, me subí a un taxi y le indiqué a donde quería ir, el Golden Gate Park, mis pesquisas me habían llevado a trazar mentalmente un diámetro de acción desde el cual provenían aquellos rugidos, hilando vídeos y contenido publicado en redes sociales era, con cierta relatividad, sencillo trazar un círculo en un mapa de la ciudad y determinar el epicentro de aquellos rugidos, pero ¿Y el parque?

Sencillo, era un lugar desde el que establecer un punto de inicio y una base de operaciones, desde allí podría moverme por la ciudad sin llamar mucho la atención, además, al ser un lugar sin edificios cerca, podría determinar de donde provenía el sonido si llegaba a escucharlo, mi sorpresa fue grande cuando, al llegar al parque, vi un banco partido, observé a mi alrededor mientras me ajustaba la capucha de la chaqueta roja que cubría mi rostro, en el cual había salido una fina barba que me hacía parecer más mayor de lo que era, llevaba unos tejanos y unas zapatillas tipo converse, en la espalda cargaba con una mochila en la que llevaba mi traje de Robin y algunas herramientas por si me veía en algún apuro:

-Disculpa ¿Sabes que ha pasado con el banco? – Dije en tono más de interrogatorio que amistoso a un chica que estaba sentada en una fuente del parque, mis dotes sociales seguían sin estar del todo pulidas…

Roxanne usaba poco el internet, al igual que veía pocos vídeos en la plataforma ya mundialmente conocida; sus ratos libres, en los que no estaba haciendo sus tareas o sus obras benéficas de cada dia, se componían en jugar algún que otro videojuego en la consola y ver alguna película con Jeremiah. Si fuera una personas que se dedica a visitar foros y demás, podría haber llegado a ver el, mejor dicho, los vídeos que se grabaron con ese ruido nocturno producido por sus propios ronquidos.

Ahí, sentada en la fuente con el sonido del agua que acariciaba sus oídos y el frescor mañanero que le refrescaba el rostro, se encontraba más a gusto que en cualquier otro sitio. Era la hija adoptiva de una familia asquerosamente rica, sin embargo nadie lo diría a no ser que la viera gastarse lo que se gasta ella en comida, disfrutaba de los pequeños placeres como dar un paseo tranquilo, ayudar a los ancianos y personas ciegas a cruzar la calle y demás, la mansión en la que vivía podía ser grande pero no era tan grande como el mundo exterior.

Claro que no todo era de color de rosas, aun tenia el miedo en el cuerpo de que alguien le hubiese visto reventar un banco solo con sentarse un momento y se pusiera a hacerle preguntar. Otra persona lo tendría más fácil, soltaría alguna mentirijilla y a otra cosa, en cambio Roxxy … bueno, ella tenia mas difícil eso de mentir y es que al ser ella como es, un cacho de pan más dulce que el azúcar, todo lo que no era hacer el bien le era una tarea imposible.

Es por eso que, cuando Tim apareció casi de la nada, le pilló de imprevisto que le preguntara sobre el banco. Evitando mirar directamente a los ojos del joven, echando la mirada hacia la izquierda mientras se pasaba la mano por el cogote le respondió con una voz que no tenia mas culpabilidad encima porque no podía

-No, yo no… ya estaba así cuando llegue

Su tono subía y bajaba, mostrando que tenía que pensar lo que decía; no hacía falta un detective para darse cuenta de que esa joven, en efecto, estaba mintiendo.

Tras esa para nada mentira, Roxxy se fijó más en el joven que le interrogó sobre el banco, aprovechando que estaba sentada, aunque con su altura de gnomo no le hacía falta, para ver la cara del chico que intentaba esconder bajo la capucha y con esa barba que se estaba dejando. La joven dragona sonrió, conocer a alguien nuevo siempre era bueno y era la primera vez que veía a ese joven por ahí

-¿Eres nuevo por aquí?- le pregunto, con un tono más animado y amistoso que no sólo contrarrestaba el tono con el que respondió a la pregunta del banco, sino que también chocaba con el tono con el que Tim le hizo la pregunta -Yo me llamo Roxanne Illios ¿Y tú?

Con una sonrisa de oreja a oreja le extendió la mano en forma de saludo, claramente no se vio afectada por el tono de Tim, que podría denotar un aire de pocos amigos, vamos, una persona que no estaba ahí buscando una nueva amistad. En cuanto a cosas de ese tipo, Roxanne era algo corta de miras, claro que Tim no era en absoluto corto de miras y con tan solo escuchar ese apellido, sabría de quien era hija la joven; la familia Illios era dueña de los hoteles y cruceros Illios, una de las marcas más importantes en cuanto a hoteles y cruceros se refiere con una gran fortuna que rivalizaba con los más altos empresarios de todo el mundo… claro que viendo a esa joven, nadie diría que era de procedencia billonaria.

Observé los gestos de la chica ante la pregunta, mirada a la izquierda, era un gesto que el cuerpo hace inconscientemente cuando accedemos a la parte del cerebro que nos sirve para crear datos e historias, aquella mujer estaba inventando una excusa para lo del banco, incluso sin ese gesto, su nerviosismo la delataba, era algo perceptible por alguien cualquiera, no hacía falta ser un gran detective para darse cuenta, pero por desgracia para ella, yo si lo era:

-Me llamo Jackson Todd. – Mentí rápidamente, utilizó su segundo nombre y el primer apellido que me vino a la mente, sin saber quien era ella realmente no me iba a arriesgar: - He llegado hace unas semanas a la ciudad y he salido a pasear, últimamente no duermo bien…- Me retiré la capucha dejando mi rostro al descubierto, tenía el pelo un poco largo y despeinado, bajo mis ojos había unas profundas bolsas, es verdad que últimamente no descansaba mucho, pero no tenía nada que ver con lo que le había dicho a ella:

-Illios…Me suena el apellido…- Por supuesto que mentí, conocía a la familia, eran unos de esos apellidos que abrían cualquier puerta, poder y riquezas, eso significaba formar parte de los Illios, es posible que, en alguna ocasión, Bruce y ellos se hubieran reunido para hacer negocios, la chica no parecía mala persona, pero estaba claro, ocultaba algo.

Me estiré desperezándome mientras miraba a la chica de arriba abajo, no parecía pertenecer a una clase social alta, parecía más bien normal: - ¿Te importa si me siento? – Era una pregunta cordial, me senté al lado de la chica en la fuente y miré el cielo: - He descubierto este parque hoy, he estado saliendo a explorar cada mañana desde que llegué…- La miré de reojo, no quería perderme sus reacciones: - Madrugo mucho, porque por las noches escucho unos ruidos muy raros, como rugidos, no sé ¿Hay algún zoo por aquí? - La mentira era algo natural para mi, la respiraba cada día, no me ponía nervioso engañar a alguien, aunque fuera una pobre chica.

-Encantado de conocerte, Jackson

Le respondió Roxxy sonriendo. Fue entonces cuando vio mejor el rostro que se escondía debajo de esa capucha y fue imposible no sorprenderse, quedándose boquiabierta ante el “mal aspecto” del joven que tenía delante suya

-¿Estas bien?- le pregunto con un tono preocupado, un tono que usaría un amigo de toda la vida pero que ella lo usaba con alguien que apenas había conocido segundos atrás -te veo mala cara, tienes que descansar pero ya… a veces una siesta viene bien de vez en cuando

Y volvió a sonreírle, si no podía dormir bien por la noche a lo mejor sí podría hacerlo por la tarde. Ahora mismo, Tim, o mejor dicho Jackson, y Roxanne eran como el día y la noche; uno tenía un aspecto que delataba cansancio algo apagado y la otra era una bola de energía radiante con una sonrisa que si la mirabas directamente a lo mejor te dejaba ciego. Torció la cabeza un poco en señal de duda cuando le dijo que reconocía su apellido

-¿Te suena? ¿Conoces a mi familia?

Parecería una respuesta sarcástica, pero es que ella seguía sin saber de qué se trataba la empresa de sus padres y no sabia que eran así como medio famosos, por eso y porque lo dijo con un tono de duda verdadero que se podía deducir con facilidad que de verdad no sabia que a la gente le podía sonar su apellido. A la pregunta de si se podía sentar, Roxanne solo sonrió mientras el joven se sentaba a su lado

Cuando se sentó, Roxanne apoyó sus manos a sus lados de forma relajada en la fuente, mientras miraba el cielo y las nubes pasar, ahora se encontraba bastante relajada. Se giró hacia Jackson cuando este empezó a hablar de nuevo

-¿A que es bonito?- dijo refiriéndose al parque -Yo vengo aquí muchas veces a pasear, a veces me encuentro con abuelos que me cuentan historias super interesantes

Dijo con un matiz enérgico y emocionado en su voz, todas esas tonterías que a nadie le importan una mierda a la joven dragona le daban la vida, es que ella se podía parar cada vez que veía una flor bonita a olerla y ver los insectos que corrían por sus tallos, veía lo bueno en todo como si se pusiera unas gafas de pura luz. Se extraño ante lo de los rugidos, frunciendo las cejas poniéndose el dedo índice sobre la barbilla, confusa

-Bueno… hay un zoo, pero está a unas manzanas de aquí, aun así… ¿Rugidos? Yo no he escuchado nad

Y en ese mismo instante se acordó de lo que le dijo Jeremiah hace poco “A ver si te pones buena ya, que tus ronquidos parecen unos rugidos y nos tienes a todos con tapones hasta los timpanos”. Tenía que ser eso, tenían que ser sus rugidos de bestia parda que el chico pensó que se trataban de… bueno, de eso, de rugidos. Como había dejado de hablar en mitad de la frase, noto como Jackson la miraba esperando la respuesta. Carraspeo un poco

-Bu… bueno, a lo mejor es… ¿Un perro? Hay perros muy grandes, a lo mejor eso es lo que escuchas por las noches

No era muy buena mintiendo, al igual que no era muy buena estando quieta; como estaba algo nerviosa por eso de tener que mentir empezó a mover las piernas como si estuviera en un balancín, lo malo es que dejó de tener algo de su peso apoyado en el suelo y pasó a tenerlo cien por cien apoyado en la fuente y lo que sucedió después fue bastante esperable; se cayó de espaldas a la fuente cuando el ladrillo sobre el que estaba cedió por la parte de atrás,quedando ella con las piernas fuera del agua y el resto empapado

-Ala, me he empapao- dijo al salir de la fuente poniéndose de pie delante de Jackson con una sonrisa, esa situación a ella le hacia mas gracia que otra cosa, miro el ladrillo roto y tuvo que buscar otra mentirijilla -Ehm… no son muy resistentes estas fuentes antiguas ¿No?

Y se lo dijo con una gran sonrisa en el rostro mientras se cogía una esquina de su sudadera y se la estrujó dejando que cayeran gotas del agua en el suelo del parque. Ya quedaba bien claro que, o en este parque las cosas estaban hechas de migas de donuts pegadas con pegamento, o la joven rubia tenía algo que ver con lo del banco. Roxxy se miró la ropa mojada, las mangas que ahora le pesaban más por el agua que absorbieron al mojarse

-Bueno, ahora ya no pasaré calor

Le dedicó otra sonrisa de las suyas, de oreja a oreja con los ojos obligados a cerrarse por los mofletes que se presionaban contra estos. Parecía imposible hacerla enfadar, es que veía lo bueno en todo… a veces era algo bueno tener a alguien así cerca, alguien que de vez en cuando te recuerde que la vida, que te diga de detenerte a … observar el paisaje a tu alrededor.

-Me suenan de algo, creo que mis padres han hecho un comentario alguna vez ¿Son famosos? – Seguí con la mentira, no quería descubrir mis cartas tan pronto, habría sido una imprudencia, a pesar del aspecto de la chica…Había visto muchas cosas raras en mi vida cómo para fiarme de lo que mis ojos captaban.

Afirmé con un gesto de la cabeza ante su afirmación del parque, era un lugar tranquilo y relajado, bastante ideal para despejarse y olvidarse del mundanal ruido de la ciudad, sonreí y contesté: - A mi también me gusta charlar con los ancianos y la gente mayor, a menudo, tienen historias muy interesantes deseando ser escuchadas… - Una sonrisa sombría se dibujó en mi rostro al acordarme de Alfred, hacía tiempo que no le veía…

Suspiré mientras miraba el agua que corría por la fuente, estaba claro, esa chica no tenía ni idea de mentir, de golpe el ruido del ladrillo al partirse me puso en un estado de alerta, examiné a la chica, que se había caído al agua, la pobre estaba toda mojada:

-Si. Estas fuentes viejas son de lo que no hay…- Murmuré en tono irónico mientras me bajaba de la fuente y cogía mi mochila, examiné el interior y saqué la capa del traje: - Sal de ahí anda, no quiero que pilles un resfriado, me sentiría culpable. – Le dediqué una sonrisa y le mostré la capa: - Puedes secarte con esto, si quieres…- La extendí hacia ella y de repente la aparté: - Pero antes quiero que me digas la verdad ¿Sabes algo de esos extraños rugidos? -

A pesar de que la experiencia me había enseñado a no fiarme de lo que veía, mis sentidos me decían que aquella chica no era peligrosa, no transmitía maldad, no despertaba ningún instinto de alerta, si un caso, lo único que me inspiraba era ternura, estaba dispuesto a ser comprensivo con ella, al fin y al cabo, el mundo estaba cambiando y era necesario que me adaptase a ellos.

OFF: Perdona el mini post, estoy poco inspirado...

¿Famosos?- se encogió de hombros -No se, pero si tu los conoces…¡A lo mejor sí que son famosos!

La verdad es que a ella no le importaba si a su familia no la conocía ni dios o si eran las personas mas conocidas del planeta; era su familia y ella la quería fueran quienes fueran, no dejaría que nada nunca cambie eso. Un cosquilleo le subió por la pierna, un pequeño insecto se posó en ella y salió volando cuando Roxxy lo espanto con la mano, teniendo que rascarse para aliviarse la sensación de las patitas del insecto que le cosquilleaban incluso después de haberse ido.

Se sacudió el agua de las mangas, se había empapado al caerse al agua; vaya pinta debía de tener ahora mismo. Por suerte, el joven que la acompañaba era una buena persona y le ofreció un trozo de tela para secarse, sin embargo cuando fue a cogerla, Jackson se la retiró. Al parecer, Roxanne no era muy buena mintiendo y el joven se dio cuenta de que le ocultaba algo sobre los ruidos. Tirada ahí, mojada, la verdad es que simplemente se podría haber marchado, no tenia porque responder a nada de lo que él le preguntaba… pero así no era Roxanne, ella era buena hasta la médula y, aunque podía ocultar la verdad como los demás, siempre acababa cediendo  

-Bueno… te lo contaré- al decirle eso, pudo coger la capa, usandola para secarse antes de proseguir -veras- miro a cada lado y se acercó a él, susurrando al oído -hay un dragón en San Francisco y es real, yo lo he visto con mis propios ojos

En el espejo, omite decir. No estaba mintiendo; un dragón había, lo que no le contó es que ella era el dragón; no era tan tonta como parecía. Una vez se hubo secado del todo, le devolvió la capa a Jackson… ahora era la ella que tenía preguntas para el, con unto no medio preocupado, miró al joven directamente a los ojos

-¿Qué vas a hacer con esa información? No vas a… ir a cazarlo ni nada de eso, ¿verdad?

Off: