La tribu de los perdidos [11 Mayo, 2019] (Timothy Jackson Drake)

Mar´i no iba con su traje superheroína sino que llevaba un abrigo marrón y pantalones largos acampanados del mismo tono. Su fisiología llamaba la atención a pesar del intento de vestir como un terrano. Las calles de aquel barrio periférico estaban prácticamente desiertas a esas horas... Mar´i podía ver miradas furtivas desde los apartamentos y persianas cerrándose al detectar alguien ajeno al barrio “paseando” por allí. Trataban de dar la falsa impresión de que dentro de los apartamentos “sólo” había gente dormida. Mar´i pensó con sorna que probablemente se tiraría toda la noche llevando traficantes de droga a la comisaría de Gotham si se dedicaba a tirar las puertas abajo para descubrir los negocios sucios tras las persianas cerradas... pero no estaba allí para eso, así que miró de nuevo el papel en el que había apuntado la dirección. No estaba muy lejos.

Claire Buvois, o como se apellidaba cuando aún estaba casada, Claire Levis había instado a la policía de Gotham a investigar la desaparición de su pequeña hija de once años, Arleen. El caso no paraba de dar vueltas de un lado a otro sin que nadie quisiera hacerse cargo o tuviera el tiempo para ello, a pesar de que la mujer había recorrido algunos programas de televisión denunciando que nadie estaba buscando a su hija. Los últimos acontecimientos mundiales habían provocado que el mundo fuera un lugar en el que a cada segundo, cientos de amenazas y crímenes sucedían, así que la policía de Gotham estaba desbordada. Cuando tuvieran tiempo de ocuparse, el rastro y las pistas de la niña se habrían enfriado y nadie la encontraría jamás...

Mar´i había conseguido la información sobre ello y se había implicado en resolverlo: seguro que cuando resolviera ese, habría otros cien crímenes, quizás incluso una amenaza que tuviera un alcance mayor (nunca se sabía con tanto supervillano suelto y mundos colisionando), pero eso no le iba a impedir ayudar a aquella niña. No todo en la vida era golpear malvados con sus rayos de energía. Informó a los Titanes que se ocuparía de aquel caso, para lo cual se iría a Gotham unas semanas.

Mar´i había decidido comenzar por la nueva dirección del padre de la niña: según lo que le había dicho la madre, la pequeña había llevado muy mal el divorcio de sus progenitores. Parecía ser Mike Levis tenía recuerdos de otro “yo” de otro universo que llevaba una vida completamente distinta. Lo había intentado pero a la larga eso había hecho imposible la vida conyugal. No tenían otros familiares en la ciudad. Como era natural y como le habían confirmado sus maestros, Arleen echaba de menos a su padre y para una niña que no comprendía los entresijos del multiverso, lo que había ocurrido era que su padre había dejado de quererla.

El hombre se había mudado a la periferia de Gotham, tratando de huir del problema. Era allí donde estaba Mar´i, justo delante de un viejo bloque de apartamentos. Comprobó el número: “Es este”, pensó, guardando el trozo de papel.

El edificio era muy viejo: no era viejo en la manera bonita y nostálgica como sí lo era el casco antiguo de Gotham si no que estaba descuidado. ¿Habría recorrido la niña esas calles tan oscuras, tan feas y tan peligrosas ella sola para poder ver a su padre y decirle que lo extrañaba? A Mar´i se le rompía el corazón.

La semitamariana se plantó delante del apartamento 215, en la segunda planta y dio un par de golpes con los nudillos:

—¿Hola?

Nadie contestó a su llamada. Mar´i esperó un poco antes de insistir, mirando el feo papel de pared del pasillo: era verde pero el desgaste lo había vuelto amarillento. La semi—tamariana volvió a insistir y tuvo que controlar su fuerza porque la impaciencia estuvo a punto de hacerle golpear la puerta lo suficientemente fuerte como para tirarla.

—Estoy buscando a Mike Levis—insistió Mar´i, sin rendirse. Algo le decía que sólo la evitaba y que estaba ahí, detrás de la puerta, esperando a que se fuera. Mar´i había acertado—Es importante.

Al fin la voz detrás de la puerta respondió y desde dentro Mike dijo:

—¡Lárguese! Esa niña no es mi problema. ¡Hablé con la policía todo lo que tenía que hablar!

—No soy de la policía—Mar´i trató de contenerse y no empujar la puerta para entrar y acabar con eso—Cualquier información puede ayudarme a encontrar a esa niña, Mike—trató de razonar Mar´i—Sería razonable que me dijeras qué sabes, ¿no crees? ¡Al fin y al cabo, estamos hablando de tu hija!

—¡Si no eres una poli, no tengo nada que hablar contigo, joder!—insistió Mike enfadado. Se alteró al oír la palabra “hija” y abrió un poco la puerta, apenas unos centímetros—¿Mi hija? ¡Es más complicado que eso...! Diga lo que diga Claire, yo no tengo una hija, ¡así que todo eso de la desaparición no tiene que ver conmigo! ¿Eres periodista o algo así?

—No—respondió Mar´i, tajante—Soy una vigilante—Mar´i comenzaba a perder la paciencia: lo único que le impedía abrir la puerta de una patad era la necesidad de  evitar dejar a los Titanes en mala posición.

—¡Vigilante!—exclamó con desprecio—No voy a dejar que ningún otro friki de feria venga a molestar otra vez... ¡he tenido suficiente con la visita del murciélago y no quiero a más de sus ayudantes pegando en mi puerta!—la voz pasó a estar asustada. Hubiera sido un tonto de no estar algo intimidado por la visita de Batman.

—No soy la ayudante de Batman: sólo quiero poner a salvo a su hija—fue lo que respondió Mar´i con tono enojado. Suponía que para la gente de a pie, cualquier que llevase mallas o tuviera un aspecto singular tenía que conocer y llevarse con el resto de héroes del mundo.

Mar´i estaba intrigada, que ella supiera Batman... ¡Bruce Wayne había muerto! ¿Alguien había recogido su manto, finalmente? No sabía más detalles de los necesarios, sólo lo que le correspondía saber como compañera del Dick Grayson en los Titanes. No se sentía con derecho a meterse en los asuntos de la batifamilia así que ni siquiera había intentado preguntarle a Dick qué iba a ocurrir con el manto de Batman.

—¡Dejad de hablar de ella como MI hija!—chilló Mike muy nervioso, tanto que entreabrió la puerta aún más y se dejó ver: tenía un aspecto bastante malo, como si se hubiera abandonado desde hacía semanas. Parecía afectado—¡Tengo suficiente con preguntarme qué ha pasado con mi verdadera familia! Puede que fuera la misma casa pero esa mujer... ¡no es la mujer con la que me casé! ¡Y yo tuve un hijo! Luego ocurrió toda esta locura de los universos y... y no puedo saber si... si la familia que yo tuve está bien, si siguen ahí fuera. No tengo tiempo de jugar a la familia feliz con ellas.

—Ella es sólo una niña: no podía entender que esa persona a la que llamaba papá no la conocía. Te echaba de menos, es posible que haya decidido venir a buscarte, es por eso que estoy aquí. No te obligaré a volver. Simplemente este era el mejor sitio por el que buscar una pista de ella.

Mike se tranquilizó e invitó a Mar´i a pasar.

El apartamento estaba desordenado y Mike estaba tan ausente que ni siquiera se disculpó o avergonzó por el desorden. Él dijo que sólo tenía cerveza para ofrecerle y Mar´i añadió que con un vaso de agua ella estaría bien. Había cerveza, basura y platos sucios por todas partes. Después de traerle el vaso de agua, Mike se sentó en otro lado del mismo sofá en el que estaba Mar´i, llevándose la mano a la frente, consternado.

—¿Crees que de verdad puede que se perdiera al intentar llegar a esta dirección? ¿Crees...que le pasó algo por venir hasta aquí?—sin duda aunque no fuera su hija, tenía cierto grado de preocupación al saber que había desaparecido.

—No es cien por cien seguro pero tampoco es una posibilidad que descartar—respondió Mar´i—No hay otro lugar en Gotham en el que ella tenga familiares con los que acudir.

—¿Cómo supo la niña dónde estaba?

—Quizás lo oyó mencionar, al fin y al cabo ella no era una niña tan pequeña como para no entender una conversación entre adultos—con once años, los niños podían llegar a ser más astutos de lo que se pensaba.

—No—la interrumpió Mike—Yo... mi abogado, los papeles de divorcio... creo que en los papeles de divorcio que envié a Claire se mencionaba esta dirección—Mike apoyó los codos en las rodillas—Debió haberlos visto.

Mike se quedó en silencio después de su suposición. Palidecía a medida que escuchaba la conversación pero dijo con tono de súplica.

—Si la policía no la encuentra, lo haréis vosotros, ¿no? Quiero decir, llegaréis al fondo del asunto. No es mi hija pero aún así... no quería que le pasara nada malo, de verdad. Dices que cualquier información sirve, ¿no? Por pequeña que parezca—Mar´i asintió—No sé si su madre te lo dijo pero ella...—Mike la miró de arriba a abajo y alargó la mano hasta una cajetilla de tabaco. La agitó hasta que un cigarrillo se deslizó hasta la palma de la mano del hombre—no sé cómo se les llama exactamente pero... ella era especial—por supuesto se refería a meta—humana, había oído muchas veces ese tono de voz—Por tu aspecto, tú puedes hacer cosas... quizás parecidas a las que hacía ella—era como si la palabra “poderes metahumanos” le llenase de miedo. El cigarro se balanceaba en su boca, tiritando—En parte... eso también me asustó mucho. Mi hijo era... era normal.

—¿Se refiere a que tiene poderes meta—humanos?

El hombre  encendió el cigarro y le dio un par de caladas nerviosas.

—Claire quería que guardase el secreto. Mis suegros no son muy abiertos con los... bueno, ellos los llaman “fenómenos”, puedes imaginar. Claire estaba aterrada ante la idea de que alguien se diera cuenta de lo que era Arleen—confesó Mike—Si podría ayudar, no pienso callármelo. Claire se enfadará mucho—el hombre cerró los ojos por un momento—Como sea, la niña no llegó hasta aquí: si alguna niña hubiera estado preguntando por mí en la zona, seguro que Rayan, Zhang o alguno de mis otros vecinos me lo habrían contado—al ver la expresión interrogante de Mar´i, Mike aclaró—Rayan es el dependiente de una tienda 24 horas cerca de aquí y Zhang es un sin techo que suele andar por el barrio. Es terrible pero... no creo que llegase hasta este edificio siquiera. ¡Tenéis que encontrarla! Vosotros... sois expertos en esto, ¿no?

Debía referirse a Batman con eso de “vosotros”, a pesar de que ella había aclarado que no era la ayudante de Batman.

—Me ocuparé de hacerlo. En cuanto la encontremos te lo haremos saber a ti también.

—Eso sería un alivio—el tal Mike volvió a dar otra calada ansiosa al cigarro—Oh Dios, de verdad, espero... he oído que hay tanto maleante por estas calles... ¡Rayan me contó una vez que juraba haber visto a un niño llorar mientras lo metían en un coche! ¡Y Zhang vio algo como un secuestro a plena luz del día en el albergue para gente sin hogar! Imagina qué podría haberle pasado a una niña en mitad de la calle y completamente sola...

—¿Te contó más detalles?—preguntó Mar´i interesada. El tal Mike negó con la cabeza.

Mar´i le agradeció al hombre la colaboración y se terminó el vaso de agua rápidamente. Aquello parecía ser un asunto bastante serio. Ella bajó por las escaleras del viejo edificio.

Ya tenía otra pista que seguir: Rayan, el dependiente de la tienda 24 horas y el tal Zhang. ¿Secuestros? ¿Era un caso puntual o realmente no era la primera vez que ocurría? La semitamariana decidió salir del bloque de apartamentos y echó la mirada hacia el neón que indicaba un “24 HORAS” a lo lejos, justo en la calle trasera al edificio que acababa de visitar. Debido a que  no era el barrio más iluminado, resaltaba bastante. Hasta donde Mar´i podía ver era una tienda pequeña de comestibles y allí podría encontrar a ese tal Rayan. En cuanto a Zhang, Mike había mencionado un albergue para sin techo pero había bastantes en Gotham.

En lugar de dar la vuelta a los bloques de apartamentos e ir por la calle principal (la cual era la opción más segura) también podía ir a través del pequeño callejón que se formaba entre el bloque de apartamentos que acababa de visitar con el que había a su derecha. Mar´i estaba segura de que en ese callejón se había producido más de un asalto pero por suerte ella no era una civil incauta.

El callejón estaba lleno de cubos de basura y porquería. Por encima de su cabeza podía ver las viejas escaleras metálicas anti—incendios, que sorprendentemente parecían bastante sólidas.  

Empezó a pensar en Batman. X´hal sabía que Gotham no podía quedarse sin Batman... la ciudad lo necesitaba. Intentaba quitarse la cabeza el asunto, decirse que el destino del caballero oscuro de Gotham y el legado de su figura eran problemas y cuestiones de la Batfamilia. Desde luego, seguramente Dick Grayson no era el Batman que había visitado a Mike... no podía asegurarlo al cien por cien pero conociéndolo..