Te han quitado el puesto por idiota (23 de mayo del 2010) PRE OMEGA - Tim Drake

Esa noche era una de esas noches que todo va de mal en peor y si puede ir aún peor seguramente vaya de mal a fatal, rozando un poco el nivel de muerte y destrucción claro. Lo normal, vamos. Lo normal en sus últimos días, últimas semanas y en general últimamente en su vida.  No era por nada en especial… tan solo en un momento parecía que todo se le había ido a la mierda un poco. Pero no iba a hablar de ello, ni tampoco iba a darle demasiadas vueltas. Y sería agradable que por una vez su mente coincidiera con él en esas cosas de vez en cuando.

La cuestión principal era que la noche había ido de mal a fatal.

Empezar la noche con una investigación estropeada no es lo ideal. Eran horas de esfuerzo y trabajo tiradas a la basura, horas de sueño que no le sobraban especialmente en esos días también. ¿Y por qué? Pues por el simple y puro hecho de que los matones son matones, y por lo tanto mas estúpidos que otra cosa. Si, es cierto que eso facilita el trabajo en ocasiones, pero en otras muchas son más bien un estorbo simplemente. Esa era la razón por la que el trabajo de infiltración término como acabo… con muchos gritos, muchos golpes, muchos disparos, muchos matones con más fuerza que cerebro y todo enfocado a él precisamente. El resumen final termina con una operación medianamente salvada, mucha información importante perdida y con tantos golpes que las articulaciones gritaban cada vez que saltaba de un edificio a otro. El hombro dislocado iba a obviarlo un poco porque al menos así dolía menos, o eso quería creer, ya que aún le faltaba bastante para acabar la patrulla esa noche y la información sola no se conseguía.

Una noche estupenda para encontrarse precisamente con el. Ese camino de destrucción sólo podía hacerlo una persona y la firma estaba bien impresa en rojo sangre. Hoy era su noche de suerte claramente. Desde luego encontrarse nada más y nada menos con Red Hood solo podía significar eso, y la idea de volver por donde venía no era tan mala en esos momentos. Quizás los matones aún tuvieran algo de energía que gastar.

Ah...Genial.

Sinceramente no era el mejor momento para una discusión sobre métodos de trabajo apropiados y una charla sobre moralidad, menos aún si eso implicaba a Jason.

Sobre todo si eso implicaba a Jason Todd.

Quizás era demasiado iluso por su parte el pensar que tendría suerte y podría seguir su camino sin ningún encontronazo directo con Jason. Seguramente era muy iluso por su parte pensarlo. Pero siendo sinceros no estaba en las mejores condiciones para nada que incluye a Red Hood y sus métodos de trabajo que tan bien conocía en un mismo lugar. Teniendo en cuenta también el historial de sus encuentros y su agotamiento mental actual, lo último que quería era otra pelea y por el momento con un par de intentos de asesinato ya tenia mas que suficiente para una temporada. De verdad que tendría que haber girado a la derecha en el último semáforo en vez de seguir todo recto...

Pero como hoy no era su noche de suerte, ni las últimas cuatro siendo sinceros, le iba a tocar joderse un poco y el hombro ignorando sus intentos de ignorarlo precisamente no ayudaba mucho. Si no fuera por eso seguramente hubiera tenido el tiempo suficiente para que esa azotea no fuera más que una parada momentánea para seguir, hubiera evitado que le viera y quizás su noche fuera más sencilla. Debería haberse lanzado directamente desde la azotea y dejar que la gravedad acabará el trabajo cuando tuvo la oportunidad… Pero su suerte no iba a cambiar de un minuto a otro precisamente.

Gracias mundo.

Se contuvo de suspirar y apretarse el puente de la nariz para aliviar el dolor de cabeza que de un momento a otro iba a parecer. Pensandolo friamente lo mejor que podría hacer era simplemente ignorarlo y desaparecer de ahí para evitar un encontronazo del que no saldría especialmente bien parado. Y lo intento, claro que lo intento.

—No gracias, intento no acrecentar las posibilidades de morir a una edad más temprana de las que ya tengo— Por la radio Alfred informaba de los últimos datos acerca de los problemas en Arkham, y empezaba a pensar seriamente en acercarse en prestar ayuda. Aunque también estaba pensando seriamente que lo del cigarrillo tampoco era tan mala idea. Ambas cosas aumentaban notablemente sus posibilidades de acabar muy mal, igual que el no irse cuanto antes de ahí. —Así que todo tuyo—

Jason y su estupendo y agradable humor (de mierda) para animar la noche no era la mejor idea. Gracias a dios no pensaba contestarle. Más que nada porque iba a ganarse más comentarios (de mierda) que no tenía ganas de escuchar, y sinceramente…. Con uno por noche era más que suficiente. “Curiosamente” todo acaba mal cuando implicaba estar juntos, porque de una cosa iba a la otra, y de esa otra a otra más grande y acabaría todo como sabía de sobra que iba a acabar. Mal, muy mal. Lo suficientemente mal como para tener que volver con un par de golpes más y quizás una bala de regalo.

Era una mala noche con aún más mala compañía.

Con respecto a lo de Arkham, Alfred aun estaba dando el informe completo y detallado de la fuga. El número de guardias heridos era considerable, teniendo en cuenta que era Glassman el preso fugado. Muertos por el momento ninguno y sin más  fugas. Solo esperaba que no fuera una distracción para permitir que algún otro preso más peligroso saliera esa noche. Cada vez empezaba a pensar más seriamente, y con más razón a cada día que pasaba, que era necesario reforzar la seguridad de Arkham de alguna manera que funcionara, que funcionara de verdad al menos. Quizás no mas guardias pero si otro sistema de seguridad, otro sistema de funcionamiento diferente, o dividir los pabellones de presos de otra forma. Para mañana un estudio de la seguridad completa del recinto era lo siguiente que añadiría a la lista de cosas por hacer. Por ahora aún tenía pendiente conseguir la información que había perdido. Seguramente iba a dormir poco o nada, pero necesitaba encontrar cuanto antes el cargamento de esa nueva droga que estaba haciendo estragos en la zona este de la ciudad. Ya eran demasiadas las personas afectadas.

Principalmente esa era su idea a hacer, aparte de dejar a Jason hablando solo un rato. Ya que con ese par de minutos de descanso tenía más que suficiente para conseguir lanzar el gancho al siguiente edificio, seguir su camino y bueno, sacar un mínimo de algo decente de esa noche.

Y lo hubiera hecho, claro que si. El caso es que aún quedaban matones con algo de energía para mejorar la noche. En específico aquel tío que intentaba asfixiarle, que estaba más que seguro que enterró bajo una montaña de cajas, y que golpeaba más o menos como si un camión te atropellara.

En un segundo todo fue dolor en el hombro, un intento de respirar e intentar quitarse esa montaña de carne de encima. Si tan solo pudiera empujarle con las piernas a un lado sería suficiente… pero si se movía un poco para poder apoyar las piernas estaba seguro que le aplastaría con su peso. Y joder, ¿Cómo demonios le encontró ese imbécil? Si prácticamente lo dejó inconsciente antes de irse. Y empezaba a quedarse definitivamente sin aire, necesitaba una idea urgente antes de que le partiera el cuello. Además la idea de respirar era algo demasiado tentador como para dejar de hacerlo de forma definitiva.

Aunque no tuvo que olvidarse de eso de respirar para su buena suerte, porque tras un par de disparos (Porque habían sido disparos, ¿no?) todo quedó solucionado. Estaba seguro que Jason le decía algo pero aún intentaba recordar exactamente como era eso de tener aire en los pulmones como para prestarle atención.

-Joder… - Cogió aire como bien pudo- Jason… Maldita sea… No tenías que disparar a matar- Se incorporó lo suficiente como para apoyar la frente contra el suelo un segundo- No era necesario…que…lo…hicieras- Que sí, que era un momento complicado pero no era necesario llegar a ese extremo para solucionarlo. Tenían otras opciones, mil soluciones diferentes que no eran acabar con un matón con un par de balas en el puto cerebro y un cadáver tirado a su lado. Y demonios, que no. Había alternativas. – Usa la cabeza… antes, joder.

Esa era una de las cosas que odiaba de Jason, eso de disparar primero y preguntar después. Estaba claro que no tenía ese filtro entre arma-cabeza que esperaba que tuviera milagrosamente en algún momento de su vida. Pensamientos ilusos por su parte, claro estaba. Joder, no era tan complicado de hacer. Con un par de golpes más que seguro que podría haberse deshecho de él, mas que nada porque Jason tenía la fuerza suficiente como para hacerlo. Eso lo sabía de sobra teniendo en cuanta que lo había experimentado unas cuantas veces en carne propia. Demasiadas para su gusto. Por eso odiaba encontrarse con él. Porque Jason era Jason, y él seguiría siendo él. Y no iba a callarse que no le gustaba su modo de trabajar nunca, a pesar de que no sirviera para absolutamente nada. Aunque sirviera solo para ganarse un dolor de cabeza del tamaño del matón que estaba muerto a su lado.

A veces no sabía para qué demonios abría la boca, mas estando en presencia de ciertas personas. Y lo más importante de todo… Sobre todo cuando aún no conseguía recuperar el aliento por completo. Si finalmente el dolor de cabeza iba a tenerlo si o si, sin preguntarle su opinión, ya fuera por aguantar esa noche entera despierto investigando o por la cabeza dura (Excesivamente dura y hueca) de Jason. Su único consuelo era que no le había dado el jodido golpe con el casco puesto. Ahora además de tener que recuperar el aire, tendría que esperar a que dejara de darle vueltas el mundo entero. Genia. Estupendo.

-Joder…- En serio, ¿Cómo podía tener la cabeza tan malditamente dura? Iba a necesitar unos segundos para poder ponerse en pie- Preferiría que usaras… tu cabeza para otras cosas, cosas de más provecho -Levantó la vista para poder localizar a Jason- Como aprender a guardarte las balas un segundo antes de dispararlas. ¿Se puede saber porque has hecho la estupidez del cabezazo? No necesito una conmoción cerebral que añadir a la lista de cosas que explicar mañana.

Porque claro, mañana tenía clases a las que no podía faltar mas de lo que ya estaba faltando. Ahora tenía que añadir un chichón que se iba a unir con un par de moratones demasiado visibles. El aspecto perfecto para ir a clases todos los días, vamos. En algún momento los profesores y todos dejarían de creerse esa chorrada de que no era para nada bueno en eso de jugar al tenis. Porque iban a preguntar, oh claro que le preguntar. Jodido Jason Todd.

-No hay nada que tengas que solucionar tu, eso te lo aseguro- Se incorporó lo suficiente para poder pasarse una mano por el golpe y mirar a Jason- Estoy investigando un asunto de drogas. No era nada de importancia, al menos no lo era hasta este momento.

Por el momento la ciudad dejó de dar las suficientes vueltas como para incorporarse de una vez. Al menos así dejaba de sentirse tan desprotegido ante lo que estuviera esperando el momento para atacar y sobre todo ante Red Hood. Aunque no parecía que fuera a aparecer nadie más por el momento, y lo agradecía, claro que lo agradecía. Si podía llegar a su destino con un par de golpes menos no se iba a quejar en absoluto. Igualmente iba a levantar todas sus medidas de seguridad posibles por si las moscas, nunca se sabía en Gotham. Cada esquina era una sorpresa, casi nunca buena, en esa ciudad.

-Mira Red Hood - apago la radio por la que aún podía escuchar algunas cosas que Alfred estaba informando para evitar que distrajera su atención. Si, tenía el hombro dislocado y le hubiera encantado que Jason no se diera cuenta de eso, pero poco podía hacer ahora . - No eres el más indicado para darme ningún consejo sinceramente. Y desde luego te aseguro… -Chasqueo la lengua desviando la mirada al edificio que tenía en frente porque estaba seguro que una sombra acababa de cambiar de posición- Olvidado. No voy a discutir nada contigo y menos el nivel de riesgo que asumo en lo que hago o no hago.

Ya sabía de sobra como acaban esas discusiones, ya fuera con Jason, ya fuera con quien demonios fuera. Suficientes “consejos” le habían dado que de poco sirvieron cuando se suponía que debían servirle. Y lo que más le sacaba de quicio de todo era esperar que el, que Jason justamente, hiciera todo lo contrario de lo que sabía exactamente qué iba a hacer. Que se controlaría, que dejaría de volar cabezas y gente, y por un momento se pensaría dos segundos eso de quitarle la vida a alguien. Pero claro, ¿Para qué iba a escucharle a él justamente? Para nada. Bruce le enseñó muchas cosas y otras muchas se le olvido mencionarlas, pero una de las cosas que más aprendió con él, es que hay cosas que no cambian tan fácilmente. Y todo lo que cambiaba fácilmente era seguramente a peor. Aun maldecía los momentos en que recordaba que Jason fue una inspiración y prácticamente una meta a la que llegar, fue su motivación y su héroe. Y a veces ese Jason Todd vestido de rojo, amarillo y verde seguirá siéndolo.

-¿Ser tu Robin?- Recordaba bastante bien todo lo que paso como para volver la vista atrás de nuevo- ¿Ser el Robin de un Batman sin límites, sin razón, sin moral? -Dio un paso hacia el molesto, odiaba que llevara puesto el maldito casco porque se sentía estar hablando con una pared, y precisamente no quería hablar con una pared justamente cuando estaba tocando ESE tema.- No Jason, no hubiera aceptado nunca ese puesto. No puedo trabajar con alguien a quien le es tan sencillo deshacerse de una persona, que le sea tan sencillo matar. No puedo con tu idea de hacer la “justicia” que los demás no somos capaces de llevar a cabo, te aseguro que nunca cruzaré esa línea maldita. He visto lo que pasa, he visto como acaba todo eso y no. Nunca hubiera elegido ser tu Robin.

- Tampoco es que hagas mucho para que pueda pensar en que no te es difícil matar teniendo en cuenta como actúas - Bufó siguiendo con la mirada atentamente a Jason, porque la experiencia le ha dicho que estando juntos más le vale hacerlo - ¿Quién demonios es el que te ha dado a ti el poder de juzgar a la gente? No me hables de funcionarios que han aceptado estar en ese puesto de trabajo a pesar de la carga que supone, tu no tienes un maldito tribunal que pueda decidir las razones para que una persona deba morir. Tu decides y tu matas, justicia callejera, ¿no? ¿Así de sencillo todo? -Preguntó cada vez un poco más molesto con la situación.

Y es que no era el tema de conversación más apropiado hablando con sinceridad. Porque primero se le había ido a la mierda la noche. Segundo, tenía ganas de arrancarse el hombro para que dejara de doler. Tercero, tenía un nuevo intento de asesinato contra su persona en la lista, de lo cual lo que más le molestaba era ni siquiera haberse dado cuenta de que le seguían y que Jason, justamente Jason, le había salvado. Y cuarto y último, que no era un maldito buen momento y punto.

-Pero por supuesto tu matas a gente que se lo merece. Ahá. En ese caso, ¿Qué demonios te he hecho yo en en dos ocasiones para estar en tu puto punto de mira? - Ya estaba cansado de todo. Se giro totalmente decidido a sacar el gancho para largarse de ahí lo antes posible, qué era lo más sensato que podía hacer si no quería acabar en una pelea que le costaría bastante cara. - Porque no lo entiendo.

Hubiera estado bien eso de irse, hubiera estado jodidamente bien.

Siempre ha considerado ser una persona con bastante paciencia, o al menos la gran mayoría de veces. Eso de controlar los nervios, no saltar a la primera de cambio y bueno, eso de pensar las cosas primero para después sopesar las posibilidades de acción antes de actuar. Y normalmente tenía mucha paciencia. Pero si hay alguien que le saque de quicio ese es Jason, y por desgracia esta empezando a descubrirlo a cada encuentro que tienen.

Simplemente se quedó muy quieto mirando a Jason burlarse de él. El muy cabrón tenía buena puntería para todo, incluso para tocar puntos que pensaba tenía bien sujetos. Lastima que no fuera así.