[Omega] Chaos is a color I wear well (Tim Drake)

Todavía estaba desorientada.
No sabía qué había pasado, no sabía por qué había pasado y, a decir verdad, no le importaba lo más mínimo, esas últimas horas en Gotham y, por lo que decían las noticias en el mundo entero, habían sido un completo caos... ni siquiera durante el gran terremoto de Gotham había tenido tanto trabajo, ya no era solo los daños humanos o materiales, era que nada estaba como tenía que estar, alguien la había liado, y mucho (y por una vez no había sido ella). La colisión le había pillado en la universidad y a partir de ahí habían empezado unos de los días más largos de su vida.
Las comunicaciones con la batcueva estaban caídas, por no decir las comunicaciones en general, le había costado horas dar con su madre y ese había sido el único encuentro afortunado que había tenido en los últimos días. Ni siquiera se había molestado en ponerse el traje de Spoiler, simplemente se había lanzado a la calle a hacer lo que pudiera, bien apartaba escombros, bien ayudar a su madre en el hospital o lo que fuera, cuando la obligaron a echarse a dormir en un colchón hinchable que habían puesto en la sala de enfermeras (porque todas las demás camas estaban ocupadas, incluso las del personal), estaba agotada pero con la sensación de que por lo menos había hecho algo.

Se despertó varias horas después, con la cabeza embotada y sin saber dónde estaba, por la vibración insistente del teléfono en el bolsillo que entrecortaba continuamente su tono de mensaje (el lema de la marca de gofres Eggo sacado de un anuncio vintage); eso solo podía significar una cosa: Había vuelto la cobertura.
Eso la despejó de golpe y se abalanzó prácticamente sobre el teléfono para intentar contactar con todos. La mayoría de mensajes eran llamadas perdidas de su madre, de números desconocidos, mensajes en todos los grupos de la gente preguntando qué pasaba... pero ninguno de Cass o Tim o Bruce o Kara... ni siquiera de Alfred asegurando que todos en casa estaban bien.
Quizás... quizás como ella habían estado trabajando para la ciudad, eso era lo que hacían ¿verdad? Eran héroes para eso... Aún así, por si acaso mandó un mensaje al grupo de whatsapp que había hecho para todos los miembros de la batfamily. Ver los nombres de todos allí le encogió el corazón... ¿Y si les había pasado algo? No estaba segura de que pudiera vivir sin ellos, incluso sin Damian o sin Bruce.
No pienses en eso, Steph, no pienses en eso, todo va a ir bien, enseguida los encuentras y ya está, estarán todos por ahí, trabajando, salvando a gente...

Por si acaso tenían el grupo silenciado, cosa que no le extrañaría porque el spam que hacía era intenso, también mandó un mensaje a todos personalmente, y luego un SMS, luego un mensaje en facebook y en todas las redes sociales que tenía y luego intentó llamarles pero las líneas estaban colapsadas.
Tras eso, estuvo casi una hora mirando al móvil, esperando que saliera una respuesta, la que fuera, en cualquiera de los mensajes. La gente entraba y salía de la sala, le había parecido por el rabillo del ojo que una enfermera iba cubierta de sangre casi entera y que otro iba a medio vestir, pero la verdad es que no se había fijado, no podía levantar la mirada del móvil.
De repente, una niña entró corriendo en la sala, al principio Steph pasó de ella pero algo le obligó a levantar la cabeza, quizás un instinto o a saber, pero no pudo evitarlo. La niña estaba mirando debajo de todos sitios y detrás de cada bata. La miró todavía en una especie de trance en el que no acababa de entender qué estaba pasando hasta que un hombre la sacó en brazos, mientras la niña insistía en que tenía que encontrar a mamá.
Eso hizo que se despertara de golpe.
Aún quedaba mucha gente por ayudar en Gotham y no podía quedarse parada allí.
Ya se encontraría con todos, porque pensaba encontrarse con todos, cuando todo fuera mejor.

Los días iban pasando, se dedicó a cubrir con capas y capas de trabajo toda la preocupación y el nerviosismo que le provocaba la situación.
Cualquiera habría perdido la esperanza de encontrar supervivientes, de dar con el miembro de alguna familia que se daba por desaparecido o de recibir respuesta.
Pero si algo le sobraba a Stephanie Brown, eso era esperanza.
Por eso miraba el móvil todas las mañanas y todas las noches, y una vez al día mandaba un mensaje al grupo, con la esperanza de que por algún tipo de intervención cósmica, eso hiciera que sus compañeros... sus amigos... su familia decidiera contestar.
"Hola? "
El mensaje del primer día solo había sido eso, escueto, solo esperaba un "Hey" de vuelta o un "¿Qué pasa, Fatgirl?"... en realidad se conformara con que la dejaran en visto, que los dos tics azules le dijeran que al menos lo habían visto y que se estaba preocupando por nada.
"Me tenéis preocupada "
El segundo día había intentado hacerles sentir culpables o al menos si veían que lo estaba pasando mal, quizás... quizás le ponían aunque fuera unos puntos suspensivos, o un interrogante para indicar lo estúpida que sonaba estando tan nerviosa por una tontería.
"Ya está bien con la broma, gente, que no tiene gracia, que responda alguien"
Ese día había dormido mal y poco y estaba enfadada, enfadada y frustrada y una parte de ella se había convencido de que estaban ignorándola porque no querían que siguiera trabajando con ellos y habían aprovechando ese momento. Era la parte más catastrofista de su cabeza, que a pesar de ser la más catastrofista no pensaba aceptar que los había perdido a todos.
"Os echo de menos"
Eso ponía en una selfie que se había hecho llena de mugre con una niña a la que había ayudado a encontrar a sus padres que mandó al día siguiente. Las dos aparecían sonrientes e incluso con las ojeras y con lo sucia que estaba, Steph se veía guapa y todo, por eso la mandó... quizás no podían contestar pero podían ver las fotos y les hacía sentir un poco mejor.
Y cada mañana lo mismo, un mensaje distinto, una imagen de un perrito triste, una foto del amanecer desde la ventana de su cuarto, la letra del estribillo de su canción favorita... la frustración estaba empezando a hacer un poco de mella en su carácter, pero aún así no había ningún día que no mandara algo... si Damian la viera le diría que era una sentimental sin remedio, pero Damian no lo estaba viendo, como ninguno de los demás.

El resto del día no le hacía demasiado caso al móvil, la cobertura solía ir y venir a lo largo de las horas, dependiendo de qué estuvieran arreglando o estabilizando y lo mismo para la conexión a internet y tampoco tenía tiempo para parar. Las cosas estaban empezando a estabilizarse después de más de una semana desde que se había producido el cataclismo pero aún así quedaba mucho por hacer, sobre todo en los hospitales, que seguían saturados, y en otros puntos básicos de la ciudad.

Además. Por lo menos tenía a su madre. No todo el mundo tenía esa misma suerte, pero ella sí, no estaba sola ¿verdad? ¿entonces por qué sentía ese vacío?

La ciudad había ido retomando la tranquilidad con el paso de los días. Gotham estaba acostumbrada a los desastres que te roban el aliento y te hacen llorar de frustración y, por lo tanto, estaba acostumbrada a recuperarse, pasar página y volver a la vida normal en muy poco tiempo.
Los hospitales se habían vaciado casi por completo, ya no había escombros en las calles y la gente había vuelto a sus rutinas casi con total normalidad.
Y, como la gran mayoría de los habitantes de Gotham se dedican a tiempo completo o parcial a ser maleantes de poca monta, la rutina también había vuelto para Spoiler.
El encuentro con Jason la había dejado preocupada. Le había dicho que podía encontrarse con gente que parecería la que conocía, pero que no tenían por qué serlo... pero a la vez ¿Y si, como Jason, había otros que lo habían descubierto y estaban preocupados por encontrarse con ella por si no era la de siempre? ¿Qué haría si se encontraba con ellos y no eran quien ella creía? ¿O peor, qué pasaría si alguno de ellos no estaba en este mundo?
Prefería no pensar en ello, por eso se estaba sepultando en todo el trabajo posible, al fin y al cabo mientras trabajaba no podía pensar y, bueno, Gotham no se iba a salvar con pensamientos, alguien tenía que asegurarse de que la ciudad no se sumiera (más) en el caos.
Aunque ahora sabía que no estaba sola, todo parecía un poco menos desolador.

Aquel día llevaba parados dos pillajes, cuatro robos a mano armada y un secuestro, estaba un poco por encima de la media, pero no le sorprendía... por mucho que Gotham pareciera completamente recuperada todavía quedaba esa especie de sensación de impunidad que daban los desastres, pero ya no estaba el miedo a que en cualquier momento la cosa fuera a peor... bueno, al menos no tanto miedo como antes.

Estaba tomándose un descanso mientras esperaba a que la policía llegara a llevarse a los últimos rateros que había dejado inconscientes cuando escuchó un grito no demasiado lejos y se movió como un resorte en aquella dirección, era algo que se había convertido en instintivo.

Al llegar se encontró con la escena típica. Grupo de imbéciles acosando a una chica que se aferra al bolso como si le fuera a salvar de algo... alguien debería poner autodefensa como clase obligatoria en los colegios de Gotham. Salvaría muchas vidas.

-Eh, gilipollas- Spoiler se dejó caer desde la escalera de emergencias con toda la teatralidad posible, le encantaba hacer una entrada -No significa no y que yo esté aquí significa que vais a necesitar una rinoplastia-

Esos tipos acababan de recibir la paliza de su vida. De las cosas que más le molestaban en este mundo, los tipos que se aprovechaban de chicas que iban solas y hacían que se sintieran inseguras de salir a la calle y se encerraran en casa por miedo.
Steph odiaba las cosas que producían miedo.
Y odiaba mucho más las cosas que producían miedo solo para beneficiarse.
Por eso les había dado la paliza de su vida.
Por eso, y porque los muy idiotas la habían subestimado por ser una chica, no especialmente alta ni aparentemente fuerte... y habían hecho comentarios misóginos.

Por eso ahora había dos en el suelo, uno desmayado por los golpes, otro en el suelo gimiendo de dolor sujetándose la entrepierna y un tercer chocando contra la pared por su culpa.

-Os vais a pasar una temporadita entre rejas, gilipollas- dijo dándole una última patada al que tenía más cerca y luego mirar a la chica con un lenguaje corporal mucho más relajado, que dejaba claro que ella no iba a llevarse una paliza. -¿Te han hecho daño?- dijo con tono amistoso, dulce. Ella negó con la cabeza -Toma, la próxima vez utiliza esto- le ofreció un spray de pimienta. Los compraba en cajas al por mayor, así que no le sabía mal perder uno.
Ella lo cogió y salió corriendo y entonces, solo entonces Steph se dio cuenta de una presencia que la observaba.
Se giró de golpe, con el bo en la mano y lo que vio hizo que perdiera la capacidad de respirar.
Le empezaron a pitar los oídos y un temblor incontrolable le recorrió el cuerpo, aferró el bo con fuerza, notando como todo daba un poco de vueltas.
Dio un paso hacia delante para saltar sobre él y abrazarle pero entonces recordó lo que le había dicho Jason, y se retiró un poco hacia atrás.

-Eres... ¿Eres tú de verdad?- Qué clase de pregunta era esa. ¿Por qué siempre delante de Tim era un manojo ded nervios y de palabras inconexas?.
¿Y qué pensaba hacer si no era él? ¿Correr? ¿Pegarle? ¿Debería llamar a Jason? Pero Jason lo mataría... no quería que Tim muriera, aunque no fuera su Tim. Seguía siendo Tim ¿verdad?

Lo miró fijamente, sin poder dejar de temblar, mordiéndose el labio.
Sentía que iba a desmayarse en cualquier momento.

Quería abrazarle.
Quería saltar sobre él darle el abrazo más fuerte de toda su vida y llorar todas las lágrimas que se había guardado para intentar parecer fuerte todo ese tiempo.
Quería decirle que le había echado de menos y que era un imbécil por llevar tanto tiempo desaparecido.
Quería pegarle hasta que se le pasara esa ira que se le acumulaba en el cuerpo porque podía haberla llamado, podía haber ido a su casa y haberle dejado un mensaje, podía haber ido a buscarla al hospital, podía haber hecho tantas cosas...
Quería reírse y cogerle del brazo e irse juntos a desayunar a la azotea en la que siempre se reunían y olvidarse de todo lo que estaba pasando.
Pero no podía moverse, estaba paralizada, agotada, triste, enfadada, feliz, harta, confusa, aliviada, nerviosa. Se sentía como si estuviera participando en una obra de teatro, pero nadie le había dado un guión que todo el resto de gente parecía tener.

Cuando habló se mordió el labio con más fuerza, se acababa de hacer sangre pero le daba igual, porque lo que había dicho Tim... quería creer que eso lo identificaba como /su/ Tim, pero Jason le había advertido... le había dicho que no se fiara ¿cómo podía confiar solo en unas palabras acertadas? Pero en realidad Jason solo le había hecho un par de preguntas, se había fiado solo de un poco de información y había aceptado que ella era, de hecho, ella.

Pero quería, de verdad quería creer que Tim era Tim. Y no cualquier Tim, si no el suyo.

-Pero... pero sabes lo que ha pasado ¿verdad? Quiero decir...- se notaba la voz rara, como ronca, le costaba respirar -Sabes que yo podría ser alguien que no conoces en realidad ¿verdad? Que podría ser una copia-

Seguía temblando, sin atreverse a dar un paso hacia él.

¿Cómo podía ser que Tim no supiera lo que había pasado? Timothy Drake, el Robin listo, la única persona más rápida que Batman atando cabos con las pistas y decidiendo la mejor salida, por mucho que su mentor no quisiera admitirlo, Red Robin era mucho más listo que él y, aunque era cierto que no tenía la experiencia, tenía todo el potencia para superar a su maestro con mucho margen.

Pero aún así no sabía lo que había pasado ¿Entonces cómo se había enterado Jason? ¿De dónde había sacado la información? Empezaba a entrarle la paranoia y no le gustaba nada, así que se mordió otra vez el labio inferior intentando que su cerebro se centrara en el dolor y no en una linea de pensamiento que volvía a dejarle sola. Mañana se iba a arrepentir pero qué más daba mañana, quizás el mundo volvía a colisionar y morían todos, quizás ahora mismo ya estaba muerta y aquello solo era un limbo muy extraño.

-Ha habido una colisión de mundos- murmuró sin atreverse a decirlo más fuerte, mirando a Tim a los pies, porque de algún modo el expresarlo en voz alta lo convertía en más real y si no lo repetía podía hasta olvidarlo aunque el mundo era un desastre. -Llevo... llevo días intentando contactar con vosotros y nadie respondía... ni siquiera se si están vivos o si... o si es otra persona, creo, creo que esta colisión ha mezclado a gente de... de universos, a lo mejor por eso... no eres quien... - No, no iba a decirlo, no iba a decirlo porque eso lo convertía en verdad, le daba fuerza, no iba a decirlo en voz alta.

Alzó la mirada y volvió a mirar a Tim a los ojos, y sin poderlo aguantarlo más dejó que el bo cayera al suelo y se tiró encima de él para abrazarlo con todas sus ganas, que en ese momento eran muchas. Sabía que era peligroso, sabía que si Jason se enteraba probablemente le echaría la bronca de su vida pero en ese momento era lo que menos le importaba en el mundo, necesitaba un abrazo de Tim y tenerlo al alcance de la mano y no tocarle... era demasiado.
-Me da igual que no seas mi Tim, me da igual quien seas ahora mismo simplemente dime como si fuera verdad que va a salir todo bien y que lo arreglaremos, no vuelvas a desaparecer al menos durante un rato por favor- No estaba llorando pero la voz la tenía entrecortada y respiraba con dificultad. Estaba incluso mareada. -Por favor-

Aquel "Steph" con voz queda que Tim había dejado escapar le había roto algo por dentro, porque creía que no iba a volver a escucharlo decir su nombre, porque creía que lo había perdido del todo y poorque quizás lo había hecho pero aquello se parecía tanto, tantísimo a lo que llevaba semanas soñando con oír.

El abrazo fue como poder sacar la cabeza y coger una bocanada de aire cuando se estaba ahogando, como encontrar un río de agua cristalina en medio del desierto después de días vagando, como volver a casa después de no poder pisarla durante mucho tiempo.

Se aferró a Tim, temiendo que si no lo hacía se convertiría en humo y desaparecería como tantas veces había ocurrido en sus pesadillas. No podía perderlo, ahora que lo tenía con ella no podía permitirse perderlo.

-Va a salir todo bien- repitió, tragándose las lágrimas. Ella se lo había dicho a si misma todos los días desde que había comenzado aquel infierno, todos los días se trataba de convencer de que las cosas mejorarían, de que encontraría a todo el mundo y aquellos días en los que había estado sola se convertirían en una anécdota que contar cenando todos juntos, incluso entre risas... pero era tan difícil... era tan duro cuando no había prácticamente ninguna esperanza y las cosas solo parecían ir a peor.
Pero cuando lo decía Tim era diferente. Tim no le mentiría, no en algo así. Tim tenía razón, siempre tenía razón. Confiaba en él más que en nadie y por eso su voz le tranquilizaba y le hacía sentir que, de verdad, todo iba a ir bien.

-Si vuelves a retrasarte así pienso borrarte del facebook- murmuró sin soltarle, en un intento bastante patético de relajar la tensión y hacer el ambiente menos pesado.

Sabía que abrazarse a Tim y más en un sitio así era peligroso, no solo porque quizás no era Tim (porque ya había tomado la decisión de que sí lo era, así le fuera la vida en ello) si no porque estaban en plena calle, en una zona peligrosa y con la que estaba cayendo en Gotham era mejor no arriesgarse lo más mínimo.

Fue él quien se alejó al final y, la verdad, lo agradeció. No estaba segura de que ella tuviera fuerza suficiente para separarse de él.
Se esforzó por esbozar una sonrisa sincera cuando estuvieron frente a frente, cosa que no fue difícil al notar que Tim también sonreía. Se sentía como cuando por fin deja de llover después de una semana sin parar y te da el primer rayo de sol de verdad en la cara.

-Pagaría anuncios en los periódicos internacionales solo para que te dieras cuenta y restregártelo, te ibas a sentir fatal, te llamaría la prensa intentando averiguar qué ha pasado y tendrías periodistas todo el día detrás de ti, escribiendo tonterías en la prensa amarilla. Soy un genio del mal, así que no me tientes- contestó claramente en broma y terminó de separarse, pero dejando las manos encima de las de Tim.
Se quedó en silencio mirando sus manos junto a las de él unos segundos antes de mirarle a los ojos. -¿Un café? Invito yo si tú me invitas a comer algo... y con algo me refiero a unos gofres, obviamente, porque hace semanas que no puedo probar unos y estoy segura de que empiezo a tener síndrome de abstinencia-

Sabía que era necesario que Tim le soltara las manos tarde o temprano, pero cuando se separó del todo estuvo tentada a volver a cogerlas al momento y prohibirle que le soltara nunca más.
Pero no lo hizo, porque era una mujer fuerte.
O por lo menos tenía que parecerlo y Tim necesitaba creérselo.

-Si es que para qué repites corabata, como si no tuvierais cincuentamil y dinero para malgastarlo en cincuentamil más- le siguió la broma con una sonrisilla tonta -Además, la gente compra más periódicos si la portada es tu cara que si es otro desastre natural en algún país que no les importa- se encogió de hombros. Era algo que siempre le había enfadado, si pudiera ella se pasaría la vida en esos países y en el que hiciera falta ayudando a la gente que estaba sufriendo, pero la sociedad no solía pensar así, estaban demasiado ocupados con otro tema.
-Vas a coger frío si vas quitándote la chaqueta por cualquier chica que pasa por ahí, Casanova- le soltó la reprimenda con tono jocoso mientras cogía la chaqueta. Cada broma que hacía con Tim, cada sonrisa que le sacaba le quitaba un poco del enorme peso que tenía encima y le hacía sentir somo si las cosas no fueran tan mal. -Vale, genial -dijo una vez se había quitado la capa y los cinturones y se había puesto la chaqueta que le había dado Tim- aunque no se... bueno, no se si te has recorrido mucho la ciudad, pero hay cosas que han desaparecido o las han cambiado por otras que son casi iguales pero no, es... es un poco raro. Pero podemos intentarlo. ¿Cómo no se me había ocurrido ir antes? Estoy tonta, en serio- Se rió, aunque en realidad no le había hecho mucha gracia, decidió cambiar de tema -Hace muchísimo que no me subo en tu moto, antes siempre me llevabas con el coche ¿te acuerdas? ¿qué pasó con él? Cuando... bueno, cuando volví después de África te habías pasado a la moto- Steph 0, bocachanclez 352.

Notó que Tim se relajaba, siempre se le había dado especialmente bien leer su lenguaje corporal, y eso la relajó un poco también. Era fácil sentir que las cosas iban a ir bien y que todo no era una puta mierda cuando veía aquellos ojos azules tranquilos.

Sonrió un poco, muy a su pesar, y cambió el peso de pierna. A ella también le sorprendía que un paparazzi especialmente bueno no hubiera pillado a Bruce o a cualquiera de sus Robins cambiándose en un callejón para salvar a unos transeuntes en el último momento. O que le hubiera seguido y hubiera acabado descubriendo la entrada a la batcueva en alguna fiesta de alto copete... era un misterio cómo el anonimato de Batman seguía existiendo.

Se reacomodó chaqueta de modo que estuviera más o menos cómoda y volvió a cambiar el peso de pierna, alzando las cejas, con sorna.
-Así que no soy como las demás ¿eh?- Su pasatiempo favorito, pasara lo que pasase, siempre sería el tomarle el pelo a Tim y aprovecharse de cada error que tuviera. Sobre todo cuando eran tonterías que ni siquiera se había parado a pensar que podrían ser problemáticas.

Que Tim no hubiera recorrido Gotham explicaba bastantes cosas, o no, pero por lo menos le hacía pensar que por una vez ella tenía más información que él, y era algo así como gratificante... pese a las circunstancias.
Lo miró fijamente un momento antes de ponerse el casco -No se qué habría hecho si no hubieras captado mi señal- dijo murmurando, casi más para ella. Y era verdad, estaba empezando a desesperarse... Stephanie Brown no podía existir sin gente que la quisiera, no tenía fuerza para vivir por si misma, al menos no siempre. Necesitaba al menos a Tim. Y sabía que, aunque fuera en el fondo, era algo que Tim sabía.

-Gotham, ciudad sin ley. Pero con atascos- se le escapó una carcajada. ¿Cómo podía ser tan tonto? ¿Cómo podía haber echado de menos aquellas tonterías? Se sentía tonta, tonta pero de algún modo feliz -¿Distinto? ¿Qué le has hecho al pobre Redbird?