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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre]
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Edward Johns DC Universe
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Mensajes : 177 Fecha de inscripción : 30/03/2020 Localización : -- Empleo /Ocio : Exorcista Humor : Depende del día
Ficha de Personaje Alias: Nombre real: Edward Johns Universo: DC Universe
Tema: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 12th Junio 2020, 11:51
El viento arrastraba un frío inusual para aquella zona del país, que susurraba malos augurios en aquella noche de diciembre, las calles de Boyle Heights, uno de los barrios latinos más conocidos de la ciudad de los Ángeles estaba plagada de gente que se apelotonaba en las tiendas, la Navidad se acercaba cada vez más, y aún había personas intentando hacer compras de última hora, eso, para alguien que provenía de una familia tan atípica como la de Edward, le parecía una tradición estúpida, inventada por los grandes magnates económicos para, una vez al año, saquear los bolsillos de los inocentes y, que encima, estos se dejaran saquear con una sonrisa y un Feliz Navidad en los labios.
Johns se ajustó el abrigo largo marrón de paño que llevaba puesto, pegándolo más a su cuerpo, sacó la mano izquierda del bolsillo, que llevaba enguantada en un bonito guante de cuero negro con detalles marrones, y la acercó a sus labios, dónde llevaba un cigarro encendido en los labios, lo sujetó con el dedo índice y pulgar de dicha mano y lo retiró con suavidad de los labios, exhalando humo por la boca mientras miraba a su alrededor, en la mano derecha cargaba con su maletín.
Leyendo los números de las puertas, la calle olía a comida Mexicana, aromas densos y picantes que salían de las ventanas de los bloques de apartamentos que había en la manzana, a aquella hora, la mayoría de familias ya se congregaban alrededor de la mesa y rezaban el Padre nuestro antes de disponerse a cenar.
Edward tiró el cigarro al suelo con un gesto de su dedo índice y lo pisó con los zapatos negros que llevaba, del mismo color que los pantalones, caminó un par de minutos más y se detuvo delante de un bloque que tenía un aspecto bastante descuidado, venía música de una de las plantas intermedias, parecía que alguien estaba haciendo una fiesta:
-E-e-esssss m-muy importantttttte…. – Le había dicho Samigina tan sólo unas horas antes: -…Esa m-m-mujjjjjeeeerrr es un receptáculo importante…Expul-pulsa el demonio que hay d-d-dentro….Y d-d-deja entrrrrrarrrrr a u-uno de los n-nuestrrrroooosss…. – Eran las órdenes que el demonio le había dado, él no hizo más preguntas, nunca las hacía, se había empezado a acostumbrar a ello, no saber el motivo de las cosas era lo mejor para no vivir sintiendo asco constante por si mismo.
Volvió a la realidad de aquel momento, miró al interfono del edificio y picó al piso que le habían señalado por teléfono, le abrieron sin siquiera preguntar quién era, se adentró en el bloque y subió hasta la planta indicada por las escaleras, el aspecto ruinoso de fuera era un presagio de lo que había dentro, la pintura estaba desconchada en muchos trozos y apenas había iluminación, a excepción de algunas bombillas que parpadeaban de forma incesante, llegó hasta el rellano del piso para descubrir que era de aquella vivienda de la que venía la música a todo volumen, la puerta estaba abierta y en su umbral le esperaba una mujer de etnia latina, bajita y con algo de sobrepeso, tenía el pelo entrecano recogido en un moño y en su cara se intuía bastante preocupación:
- Gracias a Dios que pudo venir… - Murmuró ella en un inglés con un acento bastante marcado, tan típico de los chicanos, que a pesar de vivir en el país, tenían su cultura muy arraigada, la mujer se acercó y le besó sin cesar, con angustia: - Mi niña…Mi pobre niña…- La mujer le cogió de la mano mientras murmuraba en español y le llevó hasta el interior de la vivienda, cerrando la puerta tras de sí.
Johns observó a su alrededor mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba recostado sobre una silla que había en el recibidor, debajo de la chaqueta iba vestido con una camisa blanca y una corbata negra, se arremangó la camisa, aquella estancia daba inmediatamente a un comedor algo pequeño, había un sofá arrinconado en una de las esquinas de la estancia, un cristo bastante grande colgaba de la pared y en el centro de la estancia había una mesa de madera con 3 sillas a juego, desparramados sobre la mesa había todo tipo de objetos religiosos, relicarios, rosarios, crucifijos…Desperdigados por la mesa….
Ahora, desde el interior del comedor podía distinguir unos gritos que venían de una habitación adyacente que antes habían estado camuflados por la música que salía del interior de la vivienda: - Es mi niña, ella lleva actuando muy raro hace unos días…Yo creo…- La mujer se echó a llorar y se derribó en una de las sillas, el exorcista no dijo nada y caminó hacia la habitación de la que venía el ruido, abrió la puerta con suavidad, decidido, y antes de entrar le dijo a la mujer: - Pase lo que pase, oiga lo que oiga…No entre. –
Cerró la puerta tras de si y miró la habitación en la que se encontraba, la iluminaba una lámpara de noche puesta en una mesita y la luz de las farolas de la calle que entraba por la ventana de la habitación ahora cerrada, a dicha ventana daba una escalera de incendios, cerca de una cama en la que había atada una chica joven, no debía tener más de 17 años, llevaba un camisón blanco y el pelo negro le caía parcialmente sobre la cara, aunque se podía intuir la sonrisa que tenía dibujada en el rostro…
Edward caminó alrededor de la cama, la habían atado por los tobillos y las muñecas los hierros que formaban la estructura de la cama, ella le seguía con la mirada, en silencio, a cada paso que daba, dejó su maletín en el suelo y lo abrió en silencio, sacando de su interior un frasco con un líquido transparente y un colgante con una runa inscrita, lo cerró alrededor de su mano derecha y sujetó el frasco con la izquierda:
- ¿Qué va a hacerme…? – La chica murmuró con una voz débil, cansada, se apartó el pelo de la cara con un gesto de la cabeza, tenía unas profundas bolsas en los ojos, cómo si llevase días sin dormir: - Muestra tu forma verdadera… - El mago miró fijamente a la chica, que le respondió con un gesto de desconcierto: -…No se de que habla… - La luz de la lámpara parpadeó, la música que envolvía el piso se apagó de golpe: - ¿Qué es lo que quiere de mi…? – Susurró mientras abría sus piernas, haciendo que el camisón se deslizara hacia arriba, mostrando sus muslos casi a la altura de la ingle: - ¿Ha venido a jugar conm…?- No pudo acabar la pregunta, Johns le propinó un fuerte puñetazo con la mano derecha, en la que tenía la runa, en la cara, ella profirió un grito ahogado y su rostro quedó cubierto por el pelo.
Ella se quedó muy rígida mientras Edward arrastraba una silla que había tirada en el suelo y la usaba para atrancar la puerta, la chica empezó a reír: - Sabíamos que acabarías viniendo…Johns…- A través de los pocos resquicios abiertos de pelo que había se podía ver que su rostro era diferente, deformado, su voz, además, era ahora más grave y profunda, su cabeza y sus miembros se empezaron a retorcer: - Perro de Samigina…- La cama empezó a vibrar mientras el cuerpo de la chica se levantaba por encima del colchón, quedando suspendiendo en el aire y sujeto por los agarres que le aguantaban a la cama: - No vas a intimidarme con trucos baratos de contorsionista, amigo. – El mago apuntó con la palma de la mano derecha al cuerpo de la chica, listo para lanzar un hechizo, pero de repente, la bombilla de la habitación se iluminó con mucha violencia para, posteriormente, estallar en mil pedazos.
Johns maldijo para sus adentros, sacó el mechero que llevaba en su bolsillo e iluminó la estancia parcialmente, la mujer ya no estaba en la cama…Algo a sus espaldas susurró unas palabras que no pudo llegar a entender para después lanzarle con violencia contra la pared que tenía enfrente, Edward impactó con la espalda contra dicha pared, notó un fuerte dolor mientras caía contra el suelo, pero un estallido de cristales le puso en alerta:
- Mierda…- Corrió tanto cómo pudo hasta la ventana, pero ya era tarde, la chica se escapaba por la escalera de incendios hacia la calle…No se lo pensó, fue a la habitación, cogió su maletín y descendió también por la escalera de incendios, a pesar de que la había perdido de vista, la chica no podía estar muy lejos, probablemente había vuelto a adoptar un aspecto humano e intentaría atacar a alguien, sin embargo, con sus habilidades, el exorcista no tendría problemas para encontrarla y zanjar aquel asunto.
Off: Aclaración, la chica a la que Edward persigue ha sido poseída por un demonio raso, eso le da ciertas capacidades aumentadas (agilidad, fuerza), así como habilidades tipo trepar por paredes, provocar apagones o interferencias en aparatos electrónicos de pequeño tamaño (bombillas, radios, teléfonos móviles…).
Ahora mismo se desplaza con el aspecto de la chica joven, por lo que parece humana, su otro aspecto lo muestra cuando va a atacar.
Mensajes : 1464 Fecha de inscripción : 09/07/2014 Localización : Academia de Jóvenes Mutantes Empleo /Ocio : Profesor de música Humor : Sombrío
Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 21st Junio 2020, 01:14
Drago se sentía como si hubiese rejuvenecido 20 años de repente. Hacía 24 horas que había formalizado su relación con la chica de sus sueños y llevaban todo ese tiempo en un estado de permanente felicidad. De hecho no recordaba haber sido tan feliz en... bueno, nunca. Incluso les había dado por volver a cometer estupideces, como si realmente fueran adolescentes. Habían ido al aeropuerto y habían cogido el primer vuelo que habían encontrado para pasar juntos las vacaciones de navidad, y quienes les conocían a ambos sabían que no era propio de ninguno realizar acciones impulsivas o apresuradas. Hacía muchos, muchos años que no se sentía tan vivo.
En aquellos momentos caminaba por las calles de Boyle Heights llevando en la mano una bolsa de comida mexicana que olía de maravilla. Si algo tenían en común Cassandra y él era el gusto por los platos exóticos, y no podían hospedarse allí sin probar algo de cocina típica latina. Cassandra le estaba esperando en el hotel; era su segunda noche juntos y estaban como una pareja de recién casados, deseando pasar a solas el mayor tiempo posible. Ya habría tiempo para visitar la ciudad durante el día.
En aquellos momentos caminaba por una callecita lateral bastante apartada de las grandes avenidas principales, pero no le preocupaba especialmente. Siendo un mutante había pocas cosas que pudieran suponer una amenaza real para él... o eso pensaba.
Súbitamente las luces de las farolas de la calle comenzaron a parpadear y, con un chisporroteo, la bombilla que estaba justo encima de él se apagó. Drago se detuvo, extrañado, mirando al bulbo. Si no hubiera vivido Fearland, quizá no le habría dado importancia. Pero ahora no pudo evitar sentir un cierto malestar que no hizo más que incrementarse cuando el resto de las farolas de la calle se fueron apagando una tras otra.
- No... -musitó, dejando caer la bolsa de comida al suelo para encender una luz en su mano-. Otra vez no...
No le costó mucho volver a encender las farolas de la calle utilizando su poder, pero era más por el efecto simbólico que otra cosa. Drago no podía controlar la electricidad, y las luces sólo permanecerían encendidas mientras él estuviera allí. En cuanto se marchara, la luz se iría con él. Aguardó unos instantes, nervioso y rogando porque se tratara de un incidente raro en la red eléctrica que sólo había afectado aquella calle, pues podía percibir fuentes de luz algo más alejadas. Cuando ya pensaba que todo eran imaginaciones suyas y se disponía a marcharse, al darse la vuelta reparó de repente en la figura de un ser parecido a una mujer que se encontraba aferrado a la pared como una lagartija, a tan sólo unos metros de distancia.
- ¿Qué demonios...?
Antes de que le diera tiempo a reaccionar o a asimilar lo que estaba viendo, el ser se lanzó sobre él, arrojándolo al suelo con una fuerza inusitada. Reaccionó por puro instinto, generando una explosión de luz que tenía como objetivo cegar a la criatura para obligarla a recular y apartarse de él.
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 21st Junio 2020, 17:23
Realizó un a increíble acrobacia para cerrar la actuación. La moto hizo tres giros en el aire y antes de que las ruedas volvieran a pisar la pista. Sonya había realizado la peligrosa y difícil acrobacia del Triple Backflip. El primero en lograr ejecutar esta hazaña fue el piloto australiano Josh Sheehan en el X Games Austin 2016 en la categoría de MTX Freestyle. Era un magnifico broche de oro para cerrar el 2018. Todo el público del estadio había ardido en vítores y aplausos a la motorista. Antes de finalizar el espectáculo, Sonya aparcó la motocicleta, se sacó el casco y saludó a los fans que la aclamaban con desbordado frenesí. Su último evento del año. Sonya rió emocionada después de su fantástica actuación. Le encantaba su trabajo. Sin embargo, estaba un poco agotada de todo el movimiento que conllevaba. Pero sobre todo extrañaba a su tradicional familia rumana. Su taller seguiría abierto para atender las necesidades de todo aquel que necesitase un reparación en su vehículo. Pero los viajes recorriendo todo el país en actuaciones y competiciones de 2018 se cerraban con el espectáculo que había realizado la tarde pasada. Una vez concluido el evento, la pelirrosa se vistió con una ropa un tanto más de calle. Se vistió con un mono negro algo escotado con pedrería en la cintura y el el cuello. Para no pasar frío se puso un abrigo lolito de pelo color rosado.
Las navidades le encantaban. No sabía si era por imposición de la tradición o porque realmente se inspiraba un ambiente mágico lleno de amor, paz y esperanza. Sin embargo, a la pelirrosa le daba igual que fuera algo que sus padres la habían metido con calzador. A ella la encantaba comer y cocinar las comidas y dulces navideños. Le gustaba estar con sus padres, sus hermanos y sus sobrinos. Cantar canciones y beber esos licores de la madre patria de sus antepasados. Aunque tenía que aguantar la misma cantinela de búscate un hombre, una chica decente se casa y tiene hijos, a ella le gustaba disfrutar el calor y la convivencia con sus familiares. Como si de un elixir mágico se tratase estas festividades la hacían olvidar las cosas malas de sus padres y hermanos. Las navidades tenían un efecto perdonador. Era un momento en el que no se avergonzaba de que sus hermanos fueran unos delincuentes. No se afligía de la sumisión a la que la habían sometido sus progenitores por ser mujer y venir de una tradición muy retrógrada rumana. No pesaba tanto haber sido sacada del instituto y fomentado que se casase a los quince años. No dolía tanto haber sido tratada de forma estricta y que no la hubieran dejado socializar con gente joven de su grupo. Después de todo, era la época en la que el redentor nació y eso hacía que los corazones se abrieran, se alejaran del rencor y hubiera un gran lugar para el perdón.
La motorista pensó que podría aprovechar su estancia en esa ciudad para comprar algunos recuerdos para sus padres, sus sobrinos, Jeremy y sus hijas y Ray. A los más mayores les compraría unas pegatinas de la ciudad y unos llaveros. A los niños había decidido comprarles alguna chuchería o algún juguete. Quizá algún juego que pudieran jugar todos juntos. Así fue recorriendo la ciudad y comprando todo aquello que pensaba que le agradaría a sus seres queridos. También se compró cosas para ella. La pelirrosa acabó transitando por una calle desconocida con ingentes siete bolsas. Sacó el telefonos e su bolso para conectar el GPS y saber donde se encontraba. Gracias a la tecnología podría regresar sin dificultad a su hotel. estaba tecleando un poco distraídamente cuando abruptamente perdió el equilibrio. Uno de sus tacones se partió y acabó de bruces en el suelo. Con lo bonitos que eran aquellos zapatos y lo caros que la habían costado. Con iniciativa se arrancó el otro tacón para poder levantarse y caminar. Avanzó firmemente con el fin de encontrar algún bar donde llamar a un taxi o poder contactar con el móvil un Ubber. Pero al alzar la vista al frente se quedó shockeada. ¿Qué estaba pasando? Una especie de mujer embravecida que se lanzaba sobre un señor. Si había visto muchas veces esa situación sería una yonki alterada porque no le quedaba ni dinero ni drogas. La mente trataba de buscarle lógica a un a situación irreal que no entendía.
- No se preocupe llamaré a la policía.- Sonya carecía de cualquier tipo de habilidad física para enfrentarse a lo que estaba atacando a Drago. Pero mientras nerviosamente buscaba su teléfono en el bolso, el moreno cegó a la drogadicta con una especie de luz que salió de ¿dónde?
Confusión, miedo, incomprensión. Eran los estados por los que estaba pasando la motorista al no asimilar la situación. Nunca en su vida se había encontrado con mutantes ni con personas poseídas. La lógica la hacía sentir que debía huir de aquella escena lo más rápido que pudiera.
-Es mejor irse.- dijo tratando de escabullirse para no pensar en que cosa extraña había pasado.
Edward Johns DC Universe
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 22nd Junio 2020, 13:18
Off: Si os parece bien, a partir de ahora moveré a la chica poseída y a Edward, distinguiré la parte del post en la que actúa ella y en la que lo hace él, no hay problema en que hagáis acciones con ella también.
La bestia estaba ansiosa, su sangre palpitaba en la sien, el encuentro con aquel exorcista le había alterado, usualmente los humanos eran ignorantes, sentían pavor cuando los demonios se manifestaban a través de un cuerpo vivo, y para ellos, uno de los mayores placeres era torturar a las personas, ya fuera psicológicamente o físicamente, sin embargo, a veces aparecían humanos con la habilidad para enfrentar el terror que ellos representaban.
La mujer se desplazaba a 4 patas por las paredes, el demonio tenía el control del cuerpo, estaba hambriento, ansioso, quería atacar, arañar, morder…Matar…
Estaba agarrado en una pared cuando vio a un tipo caminando por la calle, a unos metros, pensó que podía ser una buena víctima, un buen entretenimiento, si, mataría a aquel tipo y haría un camino con sus intestinos para el exorcista, un rastro de migas de pan para llevarle hasta una trampa.
Hizo parpadear y por último apagarse las luces de las farolas de la calle: - S-Ssssiiii….- Murmuró cómo si de una serpiente se tratara, listo para abalanzarse sobre aquel tipo, de pronto las luces se encendieron de alguna forma, pero ya no tenía tiempo para pensar, ahora era momento de cazar…
Se abalanzó sobre el hombre para intentar propinarle un fuerte mordisco, derribándolo en el proceso, él se resistió cómo pudo, la criatura pudo distinguir la voz de una mujer, y repentinamente se produjo una explosión de luz que le cegó, ellos vivían en las sombras, la oscuridad…La luz era algo dañino para ellos, por eso solían manifestarse por la noche.
Cayó al suelo gritando, tapándose la cara con las manos: - N-Noooo…Quema….- Murmuraba mientras rodaba por el suelo, las luces de las farolas volvieron a la normalidad, se apartó las manos de la cara y ahora, su rosto y facciones volvían a ser los de una joven latina, llorosa y con los ojos rojos: - Por favor…Por favor…No me hagan más daño….- Se apartó arrastrándose con el culo por el asfalto, la chica estaba temblando, mirando atemorizada a Eclipse, entonces se giró hacia Sonya: - ¿Qué está pasando? ¿Quiénes sois? ¿P-porque me hacen esto? – Rompió a llorar en un ataque de ansiedad: - N-no recuerdo…- Hablaba entrecortada, le costaba pronunciar palabras: - El hombre…Mi mamá trajo a un hombre a casa…El…El quería…- Rompió a llorar de nuevo, se arrastró por el suelo lastimosamente en dirección a Sonya: -…No dejes que me hagan daño por favor… - El pelo le caía por la cara, tapando una malévola sonrisa en su rostro, la sien le palpitaba, sangre, carne, sus instintos estaban extremadamente despiertos.
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- Lux tenebrae aestatum est. – Murmuró Edward una vez hubo acabado de descender por la escalera de incendios, con la palma de la mano derecha abierta y con los ojos cerrados, Johns giraba sobre sí mismo en la calle, si no estuvieran ya prácticamente vacías y hubiera gente observando, pensarían que era un maldito lunático…En la mano izquierda llevaba su maletín, había cometido un error, podría haber zanjado rápido aquel asunto y aquel demonio comemi**** no habría salido de la habitación, ahora tendría trabajo extra…Murmuraba cosas mientras giraba, hasta que de golpe en su mano se dibujó una cuerda dorada que se extendía hacia delante, en una de las calles adyacentes al bloque de pisos y se perdía unos metros hasta que había una bifurcación, donde la cuerda giraba hacia la derecha: - Ahí estás… - Murmuró el exorcista.
Cerró la mano en torno a la cuerda y empezó a correr, siguiendo su trazado, mientras perseguía a la criatura, su mente, inevitablemente, se preguntaba qué interés podía tener Samigina en una pobre chica, a pesar de que no solía cuestionarse aquellas ordenes, mayormente para dormir bien por las noches a veces no podía evitar preguntarse si sus padres estarían orgullosos de él, sobrevivía, si ¿Pero a que precio? ¿Las vidas de inocentes que había arruinado no eran acaso igual o más valiosas que la suya misma?
Giró la esquina de la bifurcación y se paró en seco, la cuerda se extendía hasta casi el final de la calle, las farolas estaban apagadas, no se veía nada más allá, aunque de alguna forma Johns sabía que estaba cerca, sonrió y murmuró: - Ya te tengo… - Caminó a tientas, alerta por si se encontraba con la chica, las farolas se iluminaron un instante y repentinamente un haz de luz que estaba casi al final de la calle le dejó ver la escena que se estaba llevando a cabo, había una mujer con pelo rosa de pie, un hombre tirado en el suelo y la criatura encima de este…Se pegó el maletín al cuerpo y arrancó a correr hacia el lugar.
Se estaba acercando a la escena cuando un potente destello de luz le cegó, cerró los ojos instintivamente, aunque ya era tarde, no lograba ubicarse, a pesar de estar cerca, un alarido de rabia le llegó hasta los oídos, algo estaba pasando en el lugar.
Mensajes : 1464 Fecha de inscripción : 09/07/2014 Localización : Academia de Jóvenes Mutantes Empleo /Ocio : Profesor de música Humor : Sombrío
Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 15th Julio 2020, 00:24
La mujer parecía humana, pero tenía la mirada perdida y se movía como si estuviese poseída. Drago ya se había encontrado antes una criatura así, o, al menos, algo que se le parecía mucho, y creía tener bastante claro contra qué se enfrentaba: "Al-Ghūl*", demonios necrófagos que se alimentaban de cadáveres para después adoptar su apariencia, pero también podían comer seres humanos vivos si el hambre arreciaba. Por lo general rondaban los cementerios, donde podían encontrar ingentes cantidades de carroña de la que alimentarse, pero después de encontrarse un vampiro en pleno corazón de Manhattan hacía seis meses ya no pensaba cuestionarse nada. En aquella ocasión había reaccionado con pavor al encontrarse frente a frente con una criatura del diablo, y los segundos que había tardado en reaccionar habían estado a punto de costarle la vida al joven que había tratado de ayudar. Ésta vez no cometería el mismo error, y menos después de comprobar que una vez más había una civil en la escena.
- ¡Márchese de aquí! ¡Rápido! -la urgió, poniéndose rápidamente entre la criatura y ella al tiempo que una flamante espada de luz emergía de su diestra.
Al parecer, la luz le hacía daño, como ocurría siempre con las criaturas de las tinieblas, y esa era una baza que tenía a su favor. El ser rodó por el suelo, y, cuando volvió a mirar hacia ellos, la restaurada luz de las farolas iluminó el rostro completamente normal de una joven latina que les contemplaba con ojos rojos por el temor y el llanto.
- Por favor… Por favor… No me hagan más daño… -rogó, apartándose de ellos:- ¿Qué está pasando? ¿Quiénes sois? ¿P-porque me hacen esto? – protestó, llorando:- N-no recuerdo… -Eclipse no le quitaba ojo de encima, apuntándola con la espada a cada movimiento-. El hombre… Mi mamá trajo a un hombre a casa… El… El quería… -rompió a llorar de nuevo y comenzó a arrastrarse hacia la mujer del pelo rosa:-…No dejes que me hagan daño, por favor…
Drago se movió rápidamente, interponiéndose entre ellas con la espada en ristre.
- ¡No la escuches! -le gritó a Sonya, sin dejar de mirar a la chica poseída-. Parece una mujer normal, pero no lo es. Si mis suposiciones son correctas, es una no-muerta, un demonio necrófago -explicó de manera apresurada-. Adoptan el aspecto de los cadáveres de los que se alimentan, pero no son humanos. Mira cómo reacciona ante la luz de Alá:
Rápidos gestos de la mano que sostenía la espada comenzaron a trazar en el aire fragmentos del Corán que resplandecían en la noche al tiempo que él recitaba en palabras las suras que se utilizaban para protección contra demonios y demás criaturas de la oscuridad:
Huwal-laahu Ahad
("Él es Allah, Uno)
Al-laahus-Samad
(Allah es el Absoluto)
Lam ialid wa lam yulad
(No engendró ni fue engendrado)
Wa lam iakun lahu kufuwan ahad
(Y no hay nada ni nadie que sea semejante a Él")
A’udhu birabbin-naas
("Me refugio en el Señor de los seres humanos)
Malikin-naas
(en el Rey Soberano de los seres humanos)
Ilaahin-naas
(en el [único] Dios de los seres humanos)
Min sharril-waswaasil-jannaas.
(de la maldad del [demonio] susurrador que huye [cuando el nombre de Dios es mencionado])
Alladhi iuwaswisu fi sudourin-naas
(que susurra en los corazones de los seres humanos)
Minal-yinnati wannaas.
(y existe entre los yinnes y entre los seres humanos")
A medida que iba escribiendo los elegantes trazos de la caligrafía árabe, éstos iban llenando el espacio que se extendía entre la mujer y ellos, moviéndose en una delicada danza mientras los envolvían en el interior de una especie de caleidoscopio de luces doradas que los mantenía protegidos y a salvo de la mujer morena, que no era capaz de acercarse ni atravesar el escudo de luz resplandeciente. Drago no pensaba cometer el mismo error de la última vez. La prioridad en aquellos momentos era Sonya; Mientras no estuviese completamente seguro de que la civil estaba totalmente a salvo no pensaba atacar al demonio, y, por desgracia, no podía mantener el escudo de luz y atacar al mismo tiempo, así que necesitaba ganar tiempo para permitir a la pelirrosa escapar.
*«el que se apodera», en árabe.
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Eros y Psique:
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 21st Julio 2020, 21:05
La situación se estaba poniendo cada vez más rara para Sonya. Lo que pensaba que era una joven yonki atacando a un hombre en busca de dinero para seguir drogándose se estaba desarrollando desde un prisma más extraño. La víctima había lanzando un destello cegador y la joven al levantarse parecía estar en un estado de desconocimiento total.
- iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii- Lanzó un gritito atemorizado. Le salió algo así como el estridente y agudo sonido que hacen las ratas. Las experiencias vitales de la motorista no podrían validar lo que estaba ocurriendo. La pelirrosa no podía explicar lo que estaba ocurriendo de alguna manera. Estaba a cada rato más confusa, sorprendida y desconcertada. No se podía mover ni articular palabra presa de su turbación. ¿Qué estaba ocurriendo allí? ¿Por qué esa gente era tan rara? ¿Estaba en una situación de peligro o sólo ante una panda de parias y marginados?
Se quedó un rato más quieta en el suelo, intentando asimilar la información que había en el ambiente. No lograba cuadrar las piezas. Sabía que la muchacha había atacado al hombre pero tras el haz de luz cegador, parecía asustada y desubicada. Casi como ella en aquel lugar. Se iba a levantar cuando la voz de Drago la ordenaba que se fuera del lugar. Un escalofrío recorrió su espalda. La voz severa, masculina y autoritaria de aquel hombre la hacía que su decisión se quebrase. No sabía muy bien cómo proceder.El desconocido estaba asediando a la muchacha que expresaba su desorientación y eso hacía que Sonya se compareciera de la joven.
Además, lo que narraba era sumamente extraño. Parecía una de esas situaciones turbias sobre abusos que describían las noticias. Un temor y cierta empatía empezaron a buir en su interior. Y sí, aquella muchacha había atacado al moreno porque estaba en un estado de enloquecimiento. Igual aquella chica necesitaba ayuda. Tenía que ser atendida por alguien preparado para esas situaciones. Sonya no tenía ni idea de cómo prestar ayuda y atención a una víctima. Pensó que lo más producente sería acercarse, animarla, apoyarla y llamar a los servicios policiales y sanitarios. Drago se interpuso entre ellas y eso fue el impulso que la llevó a actuar.
Tragó saliva - esa jo jo joven … necesita ayuda- comentó de forma nerviosa y cohibida. Como buenamente pudo se levantó e intentó acercarse a la mujer que lloraba amargamente.
Eclipse la gritó que no la escuchase y Sonya Amigó el morro. No entendía la situación tan bien como el mutante. Para ella esa chica tenía alguna clase de problema mental provocado por alguna clase de maltrato y aquel hombre quería hacerla daño. Iba a replicar cuando escuchó la extraña explicación de Eclipse. La situación se volvía cada vez más sui generis. El moreno empezó a hablar en una lengua extranjera y desconocida para Sonya. La motorista suspiró aquello parecía un episodio muy friki.
-Entonces crees que si hago esto - con sus tacones rotos hizo el símbolo de la cruz- le causará algún efecto por es un ser maligno. -
Aunque la pelirrosa no creía, si que tenía y conocía tradición cristiana de sus ancestros. Los rumanos eran muy creídos y supersticiosos en referencia a los seres demoníacos.La motorista buscaba convencer a Drago de que la chica tenía o bien un estado mental delicado o un mono tremendo. Porque así podrían llamar a emergencias. Aunque ese señor también era un raro escribiendo letras extrañas en el el aire.
Edward Johns DC Universe
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 23rd Julio 2020, 11:57
La luz iluminó con fuerza el lugar, el hombre recitaba una especie de conjuro mientras una barrera les cubría, la criatura empezó a gritar repentinamente y se lanzó contra la barrera, golpeando con fuerza con sus puños, intentando hacerla añicos, los ataques eran en vano, no había forma de que pudiera traspasar aquel muro de luz:
-¡¡¡¡¡GRRRRRAAAAAA!!!!!! – Profirió un grito con fuerza, el pelo se le apartó de la cara mostrando unas facciones deformadas, su cara estaba como hinchada, mostraba bultos y protuberancias en la cara, como depósitos de grasa, sus ojos estaban inyectados en sangre y rojizos, de la boca le salía una espuma con un tono verdoso, finalmente desistió en su intento de derribar la barrera y se tiró al suelo, retorciéndose mientras gritaba de rabia, su aspecto era ahora mismo bastante lastimoso, las venas del cuerpo se habían ennegrecido y parecían palpitar:
OFF: Aspecto aproximado de la criatura:
Spoiler:
-C-Carne….Necesito c-c-caaaarneeeee…..- Arrastraba las letras como si le costase hablar, se retorció en el frío suelo, cuando de golpe, un ruido le hizo incorporarse rápidamente, escudriñando en todas partes, hasta que finalmente vio a Edward: - T-Tu….- Murmuró mientras soltaba un escupitajo de espuma por la comisura de la boca, que cayó sin ninguna elegancia sobre su camisón.
------
Edward aún estaba un poco cegado por la potente luz, pero sus ojos se habían acostumbrado, caminó hacia delante mientras la escena se aclaraba a sus ojos, el demonio golpeaba una especie de muro de luz, mientras, en su interior, un hombre y una mujer se resguardaban del ataque de aquel ser, si aquel tipo también era un exorcista o algo por el estilo podía echar su plan por los suelos, no podía permitirlo…
El cuerpo de la chica estaba empezando a rechazar al demonio y él, como resultado, parecía estar intentando fijarse de forma violenta al mismo, si aquella criatura lograba anclarse, la única forma de librarse de ella sería acabando con la vida de la chica, se acercó mientras la criatura le miraba: - T-Tu…- Edward dejó caer su maletín en el suelo y frunció el ceño: - El paseo se te ha acabado hijo de perra. – Extendió su mano derecha hacia la mujer, listo para lanzar un conjuro, pero entonces algo inesperado ocurrió.
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El demonio notó un hormigueo de miedo, no podía fallar en su misión, si lo expulsaban de nuevo al infierno, las torturas que recibiría…No quería ni pensar en ello, se puso a cuatro patas, listo para pelear contra el exorcista, el pelo, empapado en sudor le cayó sobre la cara:
- El paseo se te ha acabado hijo de perra. – Mientras el exorcista extendía la mano, el cuerpo de la mujer se incorporó y empezó a reír, de golpe se oyó un ruido que provenía del interior de la chica, del estómago, un sonido que subió por la tráquea, cerró la boca y, mirando al hombre, la abrió repentinamente, disparando un vómito de color verde que impactó en la cara y torso del hombre, pringando por completo al exorcista.
Aprovechó entonces ese instante de confusión para dar un salto hacia la fachada de uno de los edificios cercanos, necesitaba esconderse y reponerse, encontrar un lugar que le fuera de ayuda para enfrentarse a esos tipos, escudriñó con rapidez y a unos metros vio una ventana rota de un edificio, parecía un almacén abandonado, se deslizó hacia allí rápidamente, entrando en el interior para resguardarse, mientras los insultos del exorcista eran esparcidos por el aire.
------
-¡Mierda! ¡Zorra! – Fue su respuesta instantánea cuando el vómito impactó en su cara, el olor era horrible, cayó al suelo, no por dolor, si no por asco: - Joder…Joder…Puto asco…- Se limpió la cara como pudo con el abrigo, pero cuando lo hubo hecho, la criatura había desaparecido: - Mierda…- Abrió el maletín y sacó el frasco de agua bendita, lo abrió y se lo tiró por encima, gastando la mitad del contenido para limpiarse la cara y el cuerpo, cerró el frasco y luego el maletín y se quedó unos instantes sentado en el suelo, miró a los desconocidos y preguntó:
-¿Se puede saber quienes sois y qué hacéis aquí? -
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 10th Agosto 2020, 19:56
Drago no entendía por qué la mujer no se marchaba. Es decir... era bastante evidente que estaban en peligro, y, si el hecho de que la criatura estuviera aporreando el muro de luz en un desquiciado intento por alcanzarles como si de un perro rabioso se tratase no le servía de indicativo suficiente, sólo había que mirarle la cara horrorosamente deformada, pálida como la de un cadáver y repleta de bultos y costras supurantes con una enloquecida mirada inyectada en sangre y rezumando antinaturales espumarajos verdes para comprender que no se trataba de un ser de aquél mundo. ¿No se suponía que la primera reacción de los seres humanos era apartarse ante un peligro evidente? Era un instinto básico para la supervivencia.
- Oiga, señora... -dijo, tratando de no desconcentrarse ni de perder de vista a la no-muerta-. Agradezco su buena voluntad, pero ahora mismo la mejor manera de ayudarme sería poniéndose a salvo. Créame, puedo valerme por mí mismo sin ayuda, soy un X-Men. Llame a la policía si quiere, pero por el amor de Dios, póngase a salvo.
No sabía si decirle que era un X-Men sería para mejor o para peor, considerando la mala reputación general que tenían los mutantes en el mundo, y, en especial, en Estados Unidos, pero no se le ocurría otra manera de hacerle ver que era un profesional entrenado y que no tenía que preocuparse por él.
Finalmente, el poder de la luz pareció sobrepasar al engendro, que cayó al suelo retorciéndose y clamando por su impío alimento. Ahora que estaba debilitada era el momento de atacar, así que dejó caer el escudo y, enarbolando la espada de luz, se dispuso a decapitarla.
- No en mi guardia, ser impuro -musitó, concentrándose para absorber la luz de la zona del callejón en la que se encontraba Sonya, tras él, para que la oscuridad la envolviera y no pudiera ver el final de la criatura.
Drago había sobrevivido a un genocidio, había sido entrenado por uno de los servicios militares más duros del mundo, había visto cosas espantosas, soportado torturas que habían quebrado su cuerpo y su alma, y al final, todo lo padecido había terminado endureciéndole e insensibilizándole, pero precisamente por eso quería evitarle a otros inocentes que pasaran por la clase de infierno que había pasado él. Si podía ahorrarle las pesadillas a la mujer del pelo rosa, mejor que mejor. Una vez muerta, la haría desaparecer doblando la luz a su alrededor y convencería a la civil de que había salido huyendo.
Sin embargo, en el tiempo que tardó en llevar a cabo estas precauciones, algo inesperado ocurrió; un tercer actor intervino en la escena, un hombre alto de facciones angulosas y un peinado extraño que llevaba consigo un maletín. Al verle, lo que él creía una no-muerta escupió un desagradable esputo verdoso al tiempo que dejaba escapar una palabra llena de odio, dejando claro que le conocía.
- El paseo se te ha acabado hijo de perra -dijo con toda tranquilidad el recién llegado dejando su maletín en el suelo, ignorándole por completo tanto a él como a su espada de luz, lo cual a su vez dejaba claro que no era su primer rodeo con lo sobrenatural.
La respuesta de la criatura fue del todo inesperada y sorprendente al rociar de vómito verde al desconocido. Drago retrocedió por instinto, cubriéndose la cara por no saber si se trataba de alguna sustancia corrosiva, pero en cuanto se hubo recuperado de la sorpresa, se abalanzó a ayudar al hombre, que no paraba de proferir insultos y amenazas.
- ¿Se encuentra bien? -inquirió, arrodillándose a su lado y mirándole con una mezcla de asco y preocupación.
La espada de luz había desaparecido, así como la oscuridad que se había acumulado en el callejón, dejando de nuevo la calle tal y como estaba en un principio, pero el demonio había desaparecido.
- Debería... debería limpiarse... eso...
Como buen musulmán, Drago tenía estándares muy altos de higiene personal debido a que el Islam hace énfasis especial en el aseo y la purificación tanto física como espiritual. Para el resto del mundo, la limpieza se consideraba un atributo deseable, pero para el Islam era algo fundamental, no sólo en su cuerpo, sino también en sus ropas y en su entorno. Después de todo, como dijo el Profeta, "La limpieza forma parte de la fe". Por tanto no había palabras en el mundo para describir la repulsión que sentía ante el hecho de que una criatura antinatural como aquella hubiera llenado al hombre de sus fluidos impuros. El exorcista hizo lo que pudo utilizando el contenido de un pequeño frasco que, obviamente, no sería suficiente, antes de dirigirse hacia ellos y preguntarles quiénes eran y qué estaban haciendo allí.
- Soy un X-Men, me llaman Eclipse -explicó, sucinto-. Por qué estoy aquí no importa ahora. ¿Qué era esa cosa que nos ha atacado? Porque deduzco que usted sabe lo que es.
No iba a pedirle que se marchara a su casa porque resultaba bastante evidente que aquél hombre conocía a la mujer, y, a juzgar por cómo se había enfrentado a ella, tenía los conocimientos, poderes o herramientas para neutralizarla. Pero él no pensaba marcharse tampoco mientras aquella bestia estuviera suelta y hubiera vidas inocentes en juego.
- Si no le importa, me gustaría ayudarle a cazarla. Creo que entre dos podemos tener más posibilidades de acabar con ella. Pero usted, señora... si realmente es una civil debería seguir su camino. Esto es muy peligroso.
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 17th Agosto 2020, 22:27
Al contrario de lo que esperaba la pelirrosada, la oración de Drago más su cruz improvisada que hizo con sus tacones rotos afectaron a la jovencita. La chica lanzó un atronador alarido y al apartarse el pelo de la cara mostró un aspecto horrible. Golpeaba con fuerza la barrera de luz y parecía una deformidad.
Sonya estaba literalmente flipando. ¿qué estaba ocurriendo? No lo entendía. no se lo podía creer. No bebía porque sino habría jurado que todo eso era una alucinación producida por la bebida. La mujercita que parecía una yonki o una perturbada mental ahora mostraba un rostro tan desfigurado. Un rostro asqueroso fruto del averno. Era como si fuera una especie de monstruo radiactivo. No lo podía comprender. Su mente trataba de asimilar que era lo que estaba ocurriendo. Se encontraba como en un estado de shock producido cuando tus creencias y esquemas mentales se ven rotos por la confrontación de una fuerte realidad. Pensó que Drago era un hombre superficioso y temeroso de Dios pero al ver aquel horror de criatura. La joven poseída guardaba mucho parecido con los zombies de Walking death. A Sonya le estaba costando mucho reaccionar ante esa nueva situación. Sí no había salido antes de escena es porque no pensaba que estuviera en peligro. Y después, porque no sabía que estaba pasando. Su mente racional no la dejaba pensar en supersticiosos y entes mágicos.
- ¿X-men?- Los héroes eran una esfera muy diferente de la que la exuberante mujer solía frecuentar. La rumano-americana de segunda generación no estaba puesta al día en esas cosas que acontecían en el mundo heroico. Los mutantes y sus formaciones y alineaciones era algo que conocía de muy pasada. Además, había tantos grupos de justicieros en la tierra y más debido al efecto Omega que había aglutinado a todos los grupos de los diferentes universos del multiverso. - Señor, pero que tiene que ver en todo esto que sea de un grupo musical. -
Por un momento parpadeó. La voz de Drago era firme y antes no se había fijado en lo atractivo que era aquel hombre. Algo en su interior se removió. Quería hacerle caso e irse pero era sensación de atracción hacía mucho tiempo que no la sentía. No podía dejar eso así. No podía dejar a ese atractivo y esbelto hombre en peligro. Tenía miedo y mucho. Temblaba ligeramente pero no podía dejar a nadie a merced de un asqueroso y repulsivo monstruo.
-Pues claro que voy a llamar a la policía.- Cuando encuentras un altercado entre dos yonkis, pandilleros o dementes te alejas un poco y llamas a la policía para que se encarguen. Sacó su móvil pero de repente apareció un segundo hombre. Su aspecto le resultó a la motorista como de un tanto fatigado de la vida. El recién llegado impeló al al primer desconocido con un tú y dejó su maletín caer con el ceño fruncido. La pelirrosa no entendía de qué iba todo aquello. Desde hacía tiempo que estaba bastante perdida en toda aquella situación.
El demonio se puso como la niña del exorcista y mandó un desafío al exorcista. Edward extendió su mano y la poseída le vómito encima una mugre verde. A Sonya le dieron ganar de vomitar. Sentía que se estaba desfalleciendo. Necesitaba tanto una explicación como un gesto de cariño y consuelo. En ese momento de desconcierto, la poseída huyó.
Drago le dijo a Edward que debería limpiarse y Sonya abrió su enorme bolso y sacó unas toallitas húmedas.
- Son muy buenas que de una pasada limpian todo el maquillaje Waterproff.-
-Yo soy Sonya Nikolayeva Stoian. Estaba haciendo unas compras. ¿Se puede saber lo que está pasando?- intentaba ser una mujer independiente, madura y fuerte pero se le notaba en la voz que estaba compungida.
Ante tanta confusión, era un pequeño alivio pasar por una simple anónima. Su popular últimamente había crecido como la espuma y era muy raro e infrecuente desde hacía unas semanas resultar en cualquier lugar desapercibida.
- No sé qué es un X-Men. No tengo poderes mágicos. Ni poseo unas grandes habilidades de lucha. Pero me gustaría ayudar. Puedo llamar a alguien … no sé un cura? Hay uno muy bueno en la parroquia que va a mi madre. - suspiró sabía que se estaba arriesgando y que era muy peligroso. Pero ella era curiosa y no se podía quedar sin saber qué estaba pasando.
- No sé si lo comprenden. - dijo con su tono dulce como el sabor de una fresa.- En un momento se ha cambiado toda mi vida y ya no puedo vivir en la oscuridad. Necesito saber y sobre todo necesito hacer algo contra ese mal.-
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 18th Agosto 2020, 12:00
-Si un cura viera a esa cosa se cagaría encima y luego le daría un infarto, de alguna forma podríamos decir que recibiría un ascenso…- Sonrió ante la broma que lanzó como respuesta a la propuesta de la mujer, aún tenía trozos de vómito por el pelo, mantenía los ojos cerrados para que la sustancia que el demonio le había lanzado no le cayera en estos, aceptó las toallitas de la mujer y se limpió como buenamente pudo, notó el frescor que la toallita despedía, limpiando su cuerpo: - Dios…Esto ha sido asqueroso…- Le devolvió las toallitas a la chica y tiró las sucias al suelo, luego, se llevó un cigarro a los labios, necesitaba chupar algo de nicotina:
-Un puto X-men, creía que la brigada de las mallas os dedicabais a cosas más grandes… - Un héroe en el terreno podía complicar su trabajo, el estúpido sentido de nobleza y rectitud que mucha de esa gente llevaba por filosofía de vida era peligroso para los que caminaban en la línea de lo moral e inmoral: - Me llamo Edward, soy exorcista. – Encendió el cigarro y dio una calada, miro primero al hombre, parecía un tipo serio y recto, y tenía un deje en la forma de hablar que no acababa de identificar, luego miró a la mujer, aparentemente era una persona normal y corriente, pero Edward podía notar algo, magia, había magia alrededor de la chica, aunque ella parecía ignorar por completo aquel hecho: - Verás cielo…- Dijo en respuesta a Sonya, se agachó un momento y murmuró unas palabras, se trataba de una ilusión visual, pero le ayudaría a ilustrar de forma más sencilla lo que quería enseñarles:
-El mundo en el que vivimos es el mundo terrenal… - Una esfera azul luminosa se dibujó en el aire: -…Pero existen dos divisiones, dos partes que son invisibles a nuestros ojos… - Se dibujó un círculo dorado encima del azul y uno rojo debajo: -…Lo que la religión conoce como cielo e infierno, ellos juegan al ajedrez y nosotros somos los peones, por eso, a veces…- Una línea roja salió del círculo rojo para conectarse con el azul: -…El infierno envía sus piezas al tablero, todo es una batalla por conseguir almas, ahí es donde entra en juego la gente como yo, nos dedicamos a equilibrar la balanza…- Chasqueó los dedos y se puso en pie, la ilusión desapareció, miró a ambos con firmeza y retiró el cigarro de sus labios mientras exhalaba el humo hacia el cielo:
-Esta chica ha sido poseída por un demonio, no podemos simplemente destruirla, estaríamos matando a una persona inocente, si queréis ayudarme, lo haremos a mi modo…- Volvió a colocar el cigarro y dio una calada: -…Debemos llevar a cabo un exorcismo, expulsar a la criatura del interior y restituir el alma de la chica, yo puedo hacer eso, pero ese hijo de puta se está haciendo poderoso, necesitaré vuestra ayuda…- Miró a Eclipse, luego a Sonya, tiró el cigarro al suelo y lo pisó: -…Tengo un plan. –
Miró hacia el almacén donde la criatura se había refugiado, aún podía sentir la presencia de aquel ser: - Entrar ahí dentro es peligroso si lo hacemos a ciegas por eso…- Miró a Sonya y sonrió: -…Necesito tu colaboración. – Se agachó para abrir su maletín, mostrando el contenido, en su interior había dos frascos más de agua bendita, una daga con unas inscripciones extrañas en ella, un grimorio y dos colgantes de plata con runas grabadas en los eslabones, cogió un colgante y un frasco de agua bendita: - Ponte esto. – Se acercó a la chica y le puso el colgante: - Esto te protegerá, y, si necesitas defenderte… - Le dio el frasco de agua bendita: - Emplea esto, se lo lanzas y el agua hará el resto. –
El hizo lo propio colocándose el colgante y guardando el agua bendita, había visto las habilidades del mutante, por lo que dudaba que necesitase protección: - Bien…Mi plan… - Cerró el maletín y lo cogió por el asa, poniéndose en pie: - Tu entrarás primero. – Le dijo a la chica señalando la puerta del almacén: - Estoy seguro de que el cuerpo que está utilizando no aguantará mucho tiempo más, estará buscando uno nuevo, y, sinceramente, si tuviera que elegir un cuerpo de entre los tres presentes, me quedaría con el tuyo sin dudar. – El verdadero motivo era que, al igual que Edward, probablemente el demonio había notado algo extraño en la chica, la magia atraía a esos hijos de perra como la miel a las avispas, dio un par de pasos hacia el almacén y luego se giró hacia Eclipse: - Tú y yo esperaremos a la entrada, cuando de la señal entraremos, tu cegarás a esa cosa y yo la neutralizaré, cuando eso haya pasado llevaremos a cabo el exorcismo, pero necesitaré que la retengáis ¿Alguna duda? -
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 24th Agosto 2020, 01:04
Inicialmente su cerebro hizo "bum" cuando la mujer le habló del grupo musical, pero estaba demasiado concentrado manteniendo a la criatura a raya como para poder contestarle. Iba a llamar a la policía, eso estaba bien. El mutante estaba acostumbrado a colaborar con las fuerzas del orden. Lo había hecho durante su etapa como cazarrecompensas y también en sus años como superhéroe.
Cuando el recién llegado se echó por encima los frasquitos de agua, la mujer le ofreció amablemente hacer uso de sus toallitas desmaquillantes, y entonces se presentó. ¿Sonya Nikolayeva Stoian? ¿Rusa? ¿Rumana? Ahora que toda la tensión de la batalla había desaparecido podía observarla mejor. Tenía rasgos agradables, dulces y bondadosos, la piel muy blanca y el acento le resultaba muy familiar. Hacía muchísimos años desde que Drago había abandonado su patria natal, pero las cosas que se vivían siendo niño quedaban grabadas a fuego en la memoria, y Bosnia estaba muy cerca del lugar de procedencia de la pelirrosa.
Ahora todo tenía sentido. El fenómeno mutante era mucho más conocido en Estados Unidos, en gran parte gracias a las acciones del profesor Xavier y a las actuaciones de Bestia y otros mutantes en las Naciones Unidas, pero en el resto de Europa había mucho más desconocimiento acerca del tema, y muchos mutantes se mantenían ocultos. De hecho, ahora que la miraba con mayor atención pudo notar un aspecto llamativo de su apariencia física, más allá del cabello, y era el color de sus ojos. Como experto ilusionista, Drago no sabía mucho de lentillas, pelucas ni otras formas más tradicionales de disfraz, así que lo primero que pensó era que, a lo mejor, Sonya también era mutante. Desde la Colisión de mundos, el número de metahumanos había crecido exponencialmente, por lo que no sería tan raro. La mujer no se comportaba como alguien que tuviera poderes, pero quizá simplemente su gen no se había activado aún. Lo dejaría pendiente para preguntarle luego; por el momento, había asuntos más urgentes que atender, como la criatura demoníaca que había suelta.
- Los X-Men somos un grupo de personas con poderes que nos dedicamos a proteger a la gente contra amenazas como la que acabas de ver -le explicó con amabilidad. Después de todo, la muchacha parecía buena persona y no había hecho más que tratar de ayudar.
De manera intencionada omitió la palabra "mutante" de la explicación. La mujer no sabía lo que eran los X-Men, pero existía la posibilidad de que hubiera escuchado la otra palabra, y, por lo general, no venía acompañada de adjetivos positivos. No había necesidad alguna de asustarla más.
- Bueno... yo no soy exactamente un cura -musitó, dubitativo al ver la reacción de Edward a la propuesta de la chica-. Pero soy musulmán practicante, y en mi religión no son necesarios intermediarios para contactar con la divinidad. He... expulsado seres infernales antes sólo con mi fe.
Lo dijo en voz muy baja, humildemente y sin jactarse de nada. Eclipse no estaba acostumbrado a expresar en voz alta sus creencias, ya que en el islam la fe era algo muy privado que cada cual llevaba de manera interna, y él no solía hacer alarde de ello, pero sentía que, quizás, se trataba de una información que podía resultar útil en aquellas circunstancias.
- Creo que es así como la mantuve a raya antes, recitando las suras del Corán.
Aceptó el comentario mordaz del desconocido sin inmutarse. Estaba acostumbrado a las opiniones despectivas que algunos tenían sobre los héroes, especialmente cuando eran mutantes.
- Bueno... en teoría estaba de vacaciones -fue su respuesta-. Sólo había salido a comprar la cena cuando esa cosa nos atacó a la señorita y a mí.
Así que un exorcista... Entonces no se trataba de un Al-Ghūl, como había pensado inicialmente, sino de un Djinn, un demonio, brujería o mal de ojo. En cualquiera de esos casos, creía que podía ayudar.
El hombre procedió a explicarle a la civil contra qué se enfrentaban haciendo uso de algo que parecía magia, lo cual no le agradó demasiado. Estaba acostumbrado a la magia, pues había mutantes que podían manejarla, como la Bruja Escarlata, pero las prácticas mágicas iban en contra de la ley islámica y no deberían emplearse en exorcismos. Sin embargo, ésto sólo aplicaba si la muchacha era musulmana, y no sabía cuál era la posición del cristianismo en todo aquello.
- Está bien -dijo cuando mencionó finalmente que el causante de todo había sido un Shaitán-. Conozco suras para mantener a raya a los demonios, quizá incluso para expulsarlos -dijo con seguridad.
Enarcó una ceja con desagrado cuando habló con tanta familiaridad acerca del atractivo físico de Sonya. No le gustaban nada aquella clase de actitudes, le resultaban degradantes para las mujeres.
- Creo que ese último comentario sobraba, pero en cualquier caso tengo que negarme a que la envíes a ella como cebo. No tiene entrenamiento y esa cosa es demasiado peligrosa. Si tan convencido estás de que no iría a por mí, poseo la capacidad de crear ilusiones. Podría hacerme pasar por ella con facilidad.
Por supuesto, Drago no conocía los motivos que llevaban a Edward a necesitar que fuera específicamente Sonya quien lo hiciera. Desde su punto de vista, ya estaba bastante mal que le permitieran quedarse, pero lo que no iba a aceptar bajo ningún concepto era poner en peligro la vida de una civil.
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 29th Agosto 2020, 11:01
- Si estoy a punto de desmayarme yo, como no va a sentirse mal un cura.- dijo de una forma genuinamente encantadora. -
¿Mayas? Miró intensamente a Eclipse, analizando su vestimenta. -umm- emitió mientras dilucidaba. Realmente la pelirrosa no había entendido esa referencia. ¿El grupo del moreno sería a Glam? Era un poco raro pues no llevaba unas vestimentas que indicasen ese estilo de rock. Entonces Drago le explicó que eran personas con dones que ayudaban a los demás. Ah como los superhéroes, pensó la motorista. Ella le sonrió cálidamente y movió de forma lenta sus pestañas.
- Un placer- contestó amable-Oh, algo así como el matrimonio de los Warren.- Las películas eran la forma que había tenido Sonya de conocer el mundo. Sin poder salir durante su juventud por las estrictas normas de sus padres y luego muy centrada en su mayor y en ser la esposa perfecta que se esperaba no había tenido mucho tiempo para experimentar por sí misma. - Yo me se las oraciones. Me las enseño mi Мать/matj/(madre en ruso). -
Edward empezó a explicarle a Sonya lo acontecido. El principio le sonaba a la mecánica muy a lo que decía la biblia. El mundo terrenal y el mundo espiritual. Lo que era novedoso en la explicación eran las esferas de cada lores que hizo aparecer. Ciertamente esos mecanismos para el enseñar captaban la atención de la mujer. Soltó un triste oh cuando la lección se volvió un tanto oscura. El "bien" y el "mal" usaban la tierra como campo de batalla sin tener en cuenta las vidas humanas. Era horrible. Un sentimiento de opresión y fragilidad se clavó en su pecho. Nunca había pensado que el mundo pudiera ser tan descabelladamente peligroso
- Pobrecita- se sintió mal por pensar que era una yonki o una enfermera mental. - Bueno, ¿y cómo podemos ayudar? - Aún no había asimilado todo. La chocante realidad aún le taladraba la cabeza. Todavía sentía cierto excepticismo. No obstante, tenía claro que había una fémina inocente a la que tenían que salvar. No podía dejarse vencer por la situación. Porque se había prometido hacía mucho que iba a salir de su burbuja, enfrentarse al mundo y conseguir todo lo que se propusiera.
El exorcista les dijo que tenía un plan y Sonya le miró atentamente. Todo era nuevo para ella. Aunque estaba aterrada por todas aquellas cosas nuevas y la mayoría expelugnantes le causaban mucha curiosidad. Además, no podía quedar de cobardica con aquel hombre que había llamado su atención y despertado todos sus instintos. Algo en ella la repetía una y otra vez que se comportase valientemente pues no podía quedar mal. Se atusó un poco el pelo.
Miró el almacén en el que se había guarecido la poseída. Un escalofrío la recorrió cuando el exorcista comentó que era peligroso. Puso una cara de asco al recordar el repulsivo ser. Asintió de forma mecánica cuando el cazamonstruos le dijo que necesitaba su colaboración. No sabía para qué, pues nunca se había visto envuelta en algo así y no sabía para nada cómo actuar o qué hacer en la situación.
- Gracias- dijo mientras Edward la colocaba el collar al cuello. Tomó el frasco de agua bendita y se lo guardó en un bolsillo.- de acuerdo- dijo pensando en cómo iba a hacer eso.
Edward continuó explicando el plan. ¿Entrar sola? Le daba bastante cague. Miró al moreno atractivo y asintió con la cabeza. No Sonya no quedes como la bebé llorona a la que le da miedo todo. - Ajá- dijo intentando parecer segura. - ¿En serio? - dijo totalmente sorprendida. - Sin lugar a dudas yo elegiría otro cuerpo.- miró no disimuladamente a Eclipse. Porque él era un hombre, parecía fuerte y tenía claramente dones mágicos.
La pelirrosa miró embobada a Eclipse. Su corazón latió de forma frenética. Se estaba preocupando por su bienestar. Eso era un signo de que ella le había producido la misma emoción y atracción que estaba sintiendo por él. Se ensonaba románticamente en que podía ser el inicio de una bella historia de amor entre ambos. Se sentía como la primera vez que estuvo ilusionada con alguien. Pensó que nunca iba a volver a tener aquel tumulto de intenso enamoramiento.
- Yo … estoy segura que puedo hacerlo- dijo decidida. Tenía que demostrarle que era una mujer independiente y decidida como aquellas que buscaban los hombres actualmente.
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 7th Septiembre 2020, 13:48
Edward sonrió a la chica: - ¡Bien hecho! Esa es la actitud, escucha, no tienes que tener miedo, lo que te he dado te protegerá. – Ignoró por completo la protesta del hombre mientras cogía a la mujer de los hombros y la llevaba con él hasta la puerta, era una de esas personas nobles que siempre estaban dispuestos a sacrificarse por los demás, la clase de idiota que acababa muerto joven: - Bien…Cuando entres es muy importante ¿Me escuchas…? – Chasqueó los dedos, parecía que la chica estuviera en otro mundo: - Aléjate de las paredes ¿Sí? Y camina directamente hacia el centro de la habitación, no enciendas ninguna luz…Oigas lo que oigas y veas lo que veas, nada será real... –
Edward abrió un poco la puerta del almacén y se asomó al interior, silencio y oscuridad, sacó la cabeza de allí y continuó: - No hables con ella, no la toques…Y si te hace preguntas, no respondas, es muy importante, no debes responder a ninguna de sus preguntas, estas criaturas se hacen más fuertes cuanto más miedo les tenemos. – Miró a la chica a los ojos y le sonrió: - Eres una chica valiente, puedo verlo en tu mirada, mira, cuando le lances el agua bendita será la señal para que nosotros entremos, entonces, y no antes, deberás gritar para avisarnos ¿Lo entiendes? No antes… - Sacó el frasco de agua que el mismo tenía y se lo mostró:
- Se lo lanzas cuando tengas un tiro claro y el agua hará el resto, la debilitará para que podamos entrar. – Guardó el frasco de nuevo y abrió un poco más la puerta: - Muy bien Sonya, buena suerte cielo, y recuerda todo lo que te he explicado, ah y por cierto, no hagas como que tienes una cruz y cosas así, eso solo hará que cabrearle – Llevó a la chica al interior y volvió a cerrar, dejando una rendija abierta para poder escuchar.
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El almacén estaba oscuro, casi como si un ser viviente de negrura hubiera devorado la estructura, la nave había sido abandonada hace años y ahora era un espacio vacío, con tres dedos de polvo en el suelo y unas grotescas lámparas que colgaban del techo cada tres metros y crujían balanceándose ante la más mínima corriente.
Había un fuerte olor, una mezcla entre humedad, suciedad y mugre que flotaba en el ambiente con insistencia, las ventanas estaban enteladas debido al polvo y la suciedad acumulados por los años de abandono y sumado a un silencio sepulcral, solo interrumpido por sutiles crujidos de las ventanas y los chirridos de las lámparas del techo hacían del lugar un ambiente siniestro.
Sonya avanzaba a tientas, lista para lo que pudiera venir a por ella: - ¿Sonya….Eres tú? – La voz de un hombre resonó en el almacén, una voz con acento rumano de un hombre joven: - ¿Qué está pasando…? – Unos pasos resonaron en la estancia delante de Sonya, a unos 4 metros: - N-No recuerdo nad…Yo… ¿Tuve un accidente? - ¿Acaso podía ser aquello real? ¿Era la voz de su marido muerto la que le hablaba en aquel roñoso almacén? El hombre empezó a gritar y una risa famélica, cómo de ultratumba resonó por las paredes:
-¿Por q-q-qué no h-hacemos…Un tr-trato tú y y-yo…? – Era la voz de aquella criatura, se movía rápido, primero había sonado en la posición en la que Mihai parecía haber estado y se había movido rápidamente por el espacio…Sonya notó un aliento en su nuca, un fétido aliento que le susurró al oído: - Puedo darte lo que desees…- La presencia desapareció rápidamente de la espalda de la chica con una risa malévola.
Los gritos del hombre volvieron a sonar rápidamente, ahora más cerca de la mujer: - ¡Dios mío por favor! ¡Ayúdame! – Otro grito estridente.
Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 16th Septiembre 2020, 11:37
Estaba bastante nerviosa y atemorizada. Su cuerpo temblaba ligeramente. Trataba de ser valiente pero el miedo se notaba en cada poro de su piel. No sólo era un experiencia peligrosa sino que ella nunca había hecho nada similar en su vida. Cerró los ojos y tragó saliva intentando no acelerar la respiración. Buscó con la mirada a Drago, aquel hombre que la había embelesado y que la trasmitía seguridad y fortaleza. Pero el mutante estaba en contra de su hazaña. eso la hizo sentirse un tanto la chica impulsiva e idiota. Luego, cuando el exorcista la empezó a hablar y encaminar hacia el almacén le miró. Sonya posó sus ojos en Edward, aquel varón de aspecto cansado que estaba confiando ciegamente en ella. Nunca antes alguien había depositado en su ser algo de esa importancia vital. Era un sensación rara. Un empoderamiento que nunca antes le había sido entregado. Tenía que mentalizarse. Asintió con la cabeza a las indicaciones que le daba el cazademonios.
-De a...a... acuerdo.- respondió la pelirrosa intentando no parecer una gatita asustadiza. Edward le aconsejaba no fiarse de nada de lo que viera dentro. Le contaba que todo eran una especie de ilusiones para descentrarla y atemorizarla. La motorista estaba asumiendo que al entrar en el edificio se iba a formar un especie de película de terror con escenas escalofriantes que hicieran brotar su miedo o quizá iban a hacerla enfrentarse a sus más profundos temores.
Sola y con los brazos cruzados sobre su pecho en un intento que autoprotegerse y darse coraje entró al almacén. La oscuridad y el aspecto de derrumbe del lugar la despertaban una sensación de inseguridad. Se sentía tan sola y tan frágil. Una personita diminuta intentando enfrentarse a un mal ingente. Estaba muy apocopada. Dando pasos diminutos se situó en el centro de la estancia. Los nauseabundos olores la producían una sensación muy vívida de asco y repulsión. Tdo estaba tan sucio y repugnante que se moría de ganas de salir de allí corriendo.
- Jopelines- dijo temerosa- Ha sido un error ...- su tono sonaba algo ansiosamente desesperado.
De repente una voz conocida la hizo sobresaltarse. Era la voz de su bienamado y difunto marido. el hombre al que había amado intensamente desde la primera vez que le vio. por quien había dejado todo. - ... sí ...- contestó a las preguntas de Mihai un poco ensimismada. - .. tú ... estás muerto ... ¿ có cómo?- le alegraba volver a verle. le había amado tantísimo. Toda su vida había girado entorno a él y le extrañaba muchísimo. De repente Mihai empezo a proferir gritos de doloe y tras él apareció una extraña criatura. Sonya lanzó un IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII atemorizado. Ese extraño ser le estaba proponiendo ¿Qué? Empezaba a sentirse cada vez más desconcertada y sin fuerzas.
- No más ...- se llevó las manos a la cabeza sin saber muy bien que hacer- por favor ...- lagrimeo - no más ... dejadme ...- la pelirrosa estaba cada vez más nerviosa y asustada. Una creciente angustia se empezaba a apoderar de ella. ¿A quien tenía que creer?¿A Mihai? ¿A Edward?¿A la criatura que acababa de aparecer?Lo que ella deseaba era estar en paz. Su vida con Mihai había sido feliz. Pero estaba muy encorsetada. Le dolía reconocerlo pero la muerte de su amado esposo había sido catártico. Ahora ya no era la Sonya tímida, si amigos y ama de casa que había enamorado a Mihai. Ahora era la Sonya motorista, la mecánica, la mujer que tenía un mundo entero por descubrir sin limitaciones masculinas. Además, recordó con el auge de fortaleza que Edward la había dicho que todo eso no era real. Apretó fuertemente los puños y sabiendo plenamente lo que quería le arrojó el agua bendita a la criatura.- No más MAGIA.- gritó un resorte en su interior y una luz rosa salió de su cuerpo inundando un radio de 20 metros de diámetro, cancelando a su paso toda la magia demoníaca que encontró la luz rosa neón a su paso. Sonya no tenía ni idea de lo que había ocurrido para encontrarse sola en la inmensa oscuridad del interior del almacén.- Esto ...- dijo en un tono suave - CHICOS- gritó un poco más preocupada, sorprendida y shockeada. No entendía que estaba ocurriendo. ¿El agua bendita era tan fuerte que había eliminado todo en un suspiro?. No se dio cuenta cuando se hubo deslizado hasta caer sentada en el suelo. Sentía un gran cansancio. Como cuando corres desesperadamente para pillar el ultimo autobús para ir al trabajo. Su corazón estaba desbocado, sentía que necesitaba respirar y una gran cantidad de agua.
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 17th Septiembre 2020, 12:33
Un destello rosado iluminó la rendija de la puerta por la que Edward y Drago vigilaban el almacén, en sus adentros, el exorcista sonrió, no se equivocaba, había algo especial en aquella chica, abrió el maletín con calma y sacó la daga, la empuñó y entonces, con un gesto de la cabeza le indicó al mutante que iban a entrar:
-De momento, lo mejor es que no te enciendas como un puto árbol de navidad, si esa cosa se asusta y escapa, volveremos a estar en las mismas…- Abrió un poco la puerta del almacén, un hedor a cerrado y húmedo le llegó a la nariz, que arrugó en un gesto de asco: -…Espera a mi señal y usa esas cosas tuyas para inmovilizarla, ve con cuidado, sigue siendo humana, si le haces daño se lo estarás haciendo a una persona inocente. -
El sitio estaba oscuro y había un fuerte olor a rancio, era difícil orientarse, el grito de la chica llamándoles les ayudó a guiarse, caminaron unos segundos hasta que sus ojos, habituados a la oscuridad, pudieron distinguir la siluete de la mujer, que estaba en el suelo, de más adelante, a unos tres metros, venían unos lamentos y un ruido de como si alguien se arrastrase por el suelo:
-Lo has hecho muy bien cielo…- Edward se agachó y sacó su mechero, que iluminó el rostro de la mujer, la miró a los ojos y con el dedo índice y corazón de la mano derecho le ladeó el rostro con suavidad para mirarla, no tenía marca de ningún tipo, el demonio no había establecido contacto al parecer, apagó el mechero y lo volvió a guardar: - Bien…Ahora…- Se puso en pie y miró a Eclipse: -…Vamos a empezar con el exorcismo…-
Delante de ellos, el cuerpo de la criatura se empezó a revolver: - N-n-noooo…- La poca iluminación del almacén dificultaba que pudieran ver que hacía, pero, a lo lejos, la figura se puso a cuatro patas y empezó a correr hacia ellos, un chillido de cólera salía de su boca mientras se movía rápidamente hacia sus presas:
-Se acabó el espectáculo hijo de perra. – Edward extendió su mano al frente mientras el chillido se intensificaba: - Dominus creatus est…- Murmuró con los ojos cerrados, concentrado en su tarea…Algo fallaba, el chillido de la bestia seguía acercándose: - ¡DOMINUS CREATUS EST! – El exorcista chillaba en vano ¿Qué demonios sucedía? Algo le golpeó las piernas y le derribó contra el suelo lleno de polvo, rodó por el mismo, el frasco de agua bendita estalló en pedazos contra el suelo y el cuchillo le resbaló de las manos, su mente estaba desconcertada ¿Qué había sucedido con su magia? - ¡Mierda! ¡Eclipse! ¡Algo está bloqueando mi magia! ¡Detén a esa cosa! -
El ruido del demonio corriendo a cuatro patas se acercaba peligrosamente a Sonya: - ¡VOY A MATARTE ZORRA! – La criatura chilló con una ira infernal, su voz sonaba deformada, una mezcla entre graves y agudos terriblemente desagradable, ya estaba cerca, ya estaba a punto, su aliento pútrido casi podía golpear en la cara a la mujer, extendió su mano para intentar alcanzarla....
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 24th Septiembre 2020, 00:13
A diferencia de Sonya, Drago no estaba muy habituado a ver películas. En su infancia habían sido demasiado pobres como para permitirse una televisión, y durante su etapa en el orfanato había preferido volcarse en los libros de psicología para encontrar la manera de "engañar" a los psicólogos haciéndoles ver que estaba bien. En el ejército había habido poco tiempo para la televisión, y los años posteriores había vivido únicamente para la venganza, por lo que no estaba en general muy instruido en cuestiones de arte. De hecho ni siquiera pilló que la referencia mencionada por la chica era el título de una película, pero simplemente pensó que la pelirrosa habría asociado la explicación con algo que le era familiar y le ayudaría a entenderlo, por lo que no consideró que fuera lo suficientemente relevante como para preguntar. La expresión que la mujer usó para referirse a su madre le sacó de dudas, confirmando que era rusa.
Desoyendo todos sus consejos y propuestas alternativas, Sonya insistió en ir ella misma a aquella misión. Drago hizo un gesto de negación para sí mismo con la cabeza. Enviar a una civil sin ninguna clase de entrenamiento a semejante cometido era una locura. Podía imaginar lo que habría dicho el Profesor o cualquiera de los X-Men de haber estado allí, pero... ¿qué podía hacer él? ¿Impedírselo físicamente?
- Hm... -fue la única expresión audible de su disgusto mientras se cruzaba de brazos y miraba al exorcista con desaprobación por poner a la chica en peligro en primer lugar, pero no dijo nada.
Estaba tan preocupado y enfocado en Edward mientras le daba las instrucciones que no se dio cuenta de las sutiles señales que indicaban que Sonya se estaba enamorando de él, aunque si las hubiera visto tampoco habría podido creérselo, dado el poco tiempo que hacía que se conocían.
Sí que la escuchó titubear, y pudo ver la clara expresión de temor en su mirada cuando aceptó la misión.
- Sonya, no tienes por qué hacer ésto si no quieres -le recordó, dirigiendo una mirada de advertencia a Edward-. No tienes que impresionar a nadie.
Sin embargo la chica insistió en hacerlo, sólo Dios sabía por qué razón. Edward le dedicó entonces sus condescendientes recomendaciones como si pensara que el mutante era un simple aficionado y no tuviera años y años de experiencia a sus espaldas, tanto entre los X-Men como en la legión extranjera, uno de los cuerpos militares más exigentes del mundo. Ni siquiera se molestó en responderle. Drago nunca había sido una persona social, y el hecho de que hasta sus propios alumnos le tuvieran miedo era la mejor prueba. Simplemente dejó que su mirada, tan fría que podría haberle congelado el corazón al exorcista, hablara por sí sola mientras invocaba sobre sí mismo una ilusión que hizo parecer que poco a poco se fusionaba con las sombras del edificio, como si su cuerpo se disolviera en oscuridad viva y palpitante hasta desaparecer por completo.
Edward había cerrado la puerta, pero no del todo, y eso era todo cuanto él necesitaba. Rápidamente fue creando una serie de distorsiones en el espectro lumínico (el primero cerca de él, otro en la rendija que había abierto Edward y dos más en el interior del almacén) que irían actuando a modo de espejos, haciendo que la luz se fuera reflejando de uno a otro hasta llegar hasta él, de manera que podría ver todo cuanto ocurría dentro. De otro modo, si Sonya hubiera llegado a desaparecer realmente de su vista, aunque tan sólo fuera por un segundo, no habría habido fuerza en la Tierra que le hiciera aceptar el plan del exorcista. En toda su larga vida como soldado, cazarrecompensas y superhéroe no había permitido jamás que la vida de un inocente corriera peligro, y no iba a empezar ahora. Las distorsiones se mostraban en el espectro visual normal como pequeñas zonas borrosas flotando en el aire, y si Edward se fijaba posiblemente podría distinguirlas, aunque era difícil que Sonya pudiera verlas en la oscuridad del almacén.
Apretó los labios formando una fina línea cuando aquél demonio comenzó a jugar con los sentimientos de Sonya. Él sabía lo que era tener seres queridos cercanos muertos, y el mero hecho de pensar que una criatura impía como aquella pudiera aparecerse ante él con la forma de sus padres o su hermana muerta le hacía hervir de furia por dentro, alimentando la oscuridad que siempre estaba ahí, acechando en las sombras. En cuanto vio que Sonya estaba sufriendo se dispuso a intervenir, ignorando por completo las indicaciones que le había dado Edward, pero, en ese preciso momento, algo sumamente extraño ocurrió: La chica gritó, y una especie de onda expansiva de color rosa emergió de su cuerpo bañando con su insólito color todo el lugar y eliminando a su paso todo rastro de la criatura que la había estado acosando.
¿Qué demonios...?
Aún estaba tratando de entender lo que acababa de ocurrir cuando la voz de Sonya llamándoles le alertó. Eclipse no tardó ni medio segundo en reaccionar, abriendo de golpe la puerta como si una fuerza invisible se la hubiera arrancado al exorcista de las manos y corriendo rápidamente hacia ella. Él no tenía el problema de Edward, ya que era perfectamente capaz de ver en la oscuridad mientras estuviese en forma mutante, así que fue el primero en arrodillarse a su lado.
- Sonya, ¿estás bien? -inquirió mientras tomaba su mano entre las suyas, saliendo de la invisibilidad para que la mujer pudiera verle y no se asustara. A unos metros por delante podía escuchar a la criatura moviéndose y arrastrándose, así que creó un escudo de luz en torno a él y Sonya para que no pudiera alcanzarlos hasta haberse cerciorado de que la pelirrosa se encontraba bien. Ya habían comprobado antes que la luz mantenía a raya al demonio, mas no así a Edward, que pudo atravesarla sin problemas.
Se puso en pie cuando Edward comenzó a explorar a la muchacha y salió del círculo de luz, preparado para luchar si el demonio se acercaba demasiado. Una vez completadas las comprobaciones, el mago salió del círculo de luz para reunirse con él, pero antes de que pudiera comenzar el exorcismo, el ser comenzó a retorcerse y a correr hacia ellos a toda velocidad. Drago observó cómo Edward extendía la mano hacia el demonio y comenzaba a formular las palabras de un conjuro, pero nada ocurrió. Drago le miró de reojo para comprobar si aquello era lo que se suponía que tenía que pasar, pero al ver su expresión de alarma y cómo intentaba repetir el hechizo sin resultado comprendió que algo había ido mal. El monstruo le embistió de pleno, derribándolo contra el suelo y haciendo explotar el frasco de agua bendita. Pero Edward no era el objetivo...
El ser se acercó peligrosamente al círculo de luz, extendiendo la mano para intentar alcanzar a Sonya, ajeno al dolor como compelido por alguna clase de fuerza superior.
- ¡Mierda! ¡Eclipse! ¡Algo está bloqueando mi magia! ¡Detén a esa cosa!
Drago no vaciló un segundo; extendió las manos y de ellas brotó un rayo de luz pura que golpeó de lleno a la criatura, enviándola por los aires lejos de Sonya. Después, en cuanto hubo caído al suelo hizo brotar a su alrededor un nuevo escudo de luz, para mantenerlo dentro ésta vez.
- Sonya, sal de aquí -ordenó con la calma y la sangre fría de quien está acostumbrado a dar órdenes e instrucciones en mitad de la batalla, sin apartar la mirada de la mujer poseída-. Edward, ¿estás en condiciones de exorcizar a esa cosa o no?
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 30th Septiembre 2020, 18:31
Sonya emitía un brillo rosa neón. Pero ella no se había dado cuenta de ello. No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Veía que estaba iluminada por una extraña luz pero no sabía que ella era el origen. Era la primera vez que había activado sus poderes mágicos procedentes de su herencia del mundo gema. Su familia había olvidado completamente que antaño provenían de ahí y que tenían el poder mágico que inhibir las capacidades mágicas.
- ¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO?- gritó sobre pasada Tanto por la situación como por la falta de comprensión de todo lo que ocurría a su alrededor. No estaba gestionando sus capacidades y empezaba a sentirse cada vez más cansada al desplegar tanto poder de una forma totalmente inútil. Pero no sabía como pararlo. No sabía siquiera que había activado algo de su interior.
- Estoy bien- respondió con un tono cálido y dulce. Cuando Drago le extendió la mano ella se la agarró de forma afectuosa y se abrazó al moreno durante unos instantes. El brazo le dio una sensación reconfortante y vigorizante. Nos sentimos tan bien entre los brazos del ser amado aunque este ignore o no corresponda nuestro querer. Pero ese cálido confort duró poco. Drago se separó de ella para seguir con sus deberes de héroe. No era momento de tener abrazos. Todavía no habían logrado reducir y sacar a la chica poseída.
Más pronto que tarde el exorcista se acercó a ella y la dirigió unas palabras de consuelo. Dijo que lo había hecho bien y Sonya se sintió feliz de ser validada y reconocida. En la vida que le había tocado vivir muy pocas veces había conseguido que su labor fuera apreciada. Edward la examinó con la luz de su mechero y al comprobar que estaba intacta dijo que iba a comenzar su labor. La motorista se sintió bastante más aliviada cuando Edward dijo que iba a comenzar con el exorcismo. Ya casi estaba todo finiquitado y podrían volver a sus confortables vidas normales. Por lo menos esa era la idea que le rondaba a la pelirosa por la cabeza.
La poseída se empezó a mover a cuatro patas. Daba bastante repelús. Sonya creyó que con los rezos y cánticos del exorcista todos estarían bien. Pero no fue así. Edward comenzó a recitar sus y nada pasó. Es más el exorcista fue atacado por una criatura. Sonya empezó a temblar. La situación empezaba a torcerse y el miedo se estaba apoderando de ella. La poseída se acercó a ella con el afán de matarla y Sonya paralizada por el terror no pudo hacer nada más que cerrar sus ojos y gritar. Sus poderes refulgieron pero no podían expulsar al demonio de la humana. Bloqueaban e impedían la magia peor no podían retornar a un demonio a sus infernal lugar de origen.
Eclipse como el príncipe azul que Sonya había idealizado, la salvó haciendo uso de sus poderes mutantes. - Está bien- dijo esta vez si haciendo caso a la orden del moreno. El caminar de la mujer era lento y se notaba que algo estaba consumiendo sus fuerzas. Su poder seguía desatado y dando todo de sí.
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 1st Octubre 2020, 12:06
La criatura salió disparada por los aires debido al impacto del ataque del mutante, eso dio unos instantes a Edward para reponerse ¿Qué había fallado? La chica seguía refulgiendo con una luz rosa neón ¿Acaso era posible que ella estuviera anulando su magia? Se puso en pie poco a poco, se encontraba algo mareado y desubicado, no por el impacto de aquella cosa, más bien porque era la primera vez en mucho tiempo que se encontraba un problema que debía solucionar sin la ayuda de la magia…En cierto modo se trataba de algo adictivo y cuando a un adicto le quitabas de golpe la sustancia, este se vuelve loco:
-Mierda, céntrate Johns. – Se dio una palmada en la cara, el dolor le ayudó a calmarse, era hora de idear un plan…Tenía la camisa empapada en agua bendita…Buscó el cuchillo, estaba a un metro de él: - Vale…-
Al otro lado del almacén la criatura volvía a ponerse en marcha, sus miembros crujían mientras se recomponía del golpe estirándolos grotescamente: - Aaaaahhhh….- Emitió un ruido con la boca, una especie de mueca de dolor, es probable que aquel cuerpo humano no pudiera aguantar mucho tiempo más, el demonio estaba siendo presionado a los límites: - Voyyyyy a mataroooossssss….- La chica empezó a trepar por la pared, perdiéndose en la oscuridad del almacén…
Edward sonrió, ya había ideado algo, era un plan arriesgado, pero era la única alternativa, más allá de matar a la mujer: - Bien…Eclipse, se me ha ocurrido algo…- Se escuchó un sonido por encima de sus cabezas, aquella criatura esperaba el momento para lanzarse sobre ellos. El exorcista tiró el abrigo al suelo y empezó a quitarse la camisa: - Voy a necesitar que, a mi señal, ilumines esto como si fuera el puto 4 de julio. – La pieza de ropa pesaba y aún estaba húmeda, Johns la enredó y hizo un nudo, haciendo de la camisa una especie de gruesa cuerda blanca…
Se acercó y cogió el cuchillo en silencio, se posicionó, listo para pelear: - Escucha Belfegor…- Se oyó un pequeño gruñido proveniente del techo, a aquella cosa, como al resto de los demonios, no les gustaba oír su nombre, eso les daba poder a las criaturas terrenales sobre ellos: - ¿Por qué no abandonas este cuerpo? Sabes que no aguantará mucho tiempo más a este ritmo, una hora, cómo mucho, es posible que en 10 minutos se le empiecen a caer los dientes…- Me acerqué sigilosamente a Eclipse, el demonio escuchaba atentamente, estaba claro que estaba en las últimas, no le quedaban muchas fuerzas para pelear, pero eso era también algo malo, en el momento en que esa criatura se agotase…
Edward colocó la mano en la espalda de Eclipse y luego le hizo, indicando que aguardase: - Sssssseeeee lo que pretendessssssss….Johnsssss… - La voz del demonio sonó en desplazamiento, se estaba moviendo en círculos sobre sus cabezas: - ¿Lo sssssaaaaabbeeeen elllossss…? – Rompió a reír con una voz gutural y siniestra: - ¿Saben quien es tu am…? – Edward frunció el ceño y cortó a la criatura: - ¡Tus mentiras no servirán de nada! –
Agarró con fuerza la camisa y el cuchillo y hizo un gesto a Eclipse: - ¡Ahora! ¡Deja ciego a ese hijo de puta! – Gritó el exorcista mientras entrecerraba los ojos. Al instante el almacén fue iluminado por una potente ráfaga de luz, el demonio, cegado y furioso, cayó al suelo gimoteando y agitándose sin parar.
Johns no dudó un segundo, se lanzó a por él y con la camisa le amarró el cuello, que empezó a soltar humo y olor a quemado debido al contacto entre la carne maldita y el objeto mojado en agua bendita, la criatura empezó a revolverse intentando pelear: - Cuando llegues al infierno, di quien te envía hijo de perra. – El mago hundió entonces el cuchillo en el pecho de la chica, los ojos de esta se pusieron en blanco, emitió un fuerte suspiro ahogado, como si le faltase el aire y empezó a convulsionar.
Sin su magia sólo había una forma de hacer aquello, su plan inicial era expulsar al demonio, y, a posteriori, introducir en el cuerpo de la chica a otro nuevo, un vástago de Samigina, a través del cuchillo, sin embargo, no contar con su magia complicaba las cosas así que decidió tomar el camino más violento, el demonio de dentro de la chica estaba débil, en cambio, el que residía en el interior del cuchillo era fuerte y joven, aquello se convertiría en una pelea, el más fuerte sobreviviría y se quedaría con el cuerpo de la mujer.
Edward retiró la camisa del cuello y sujetó la cabeza de la chica, el cuerpo estaba temblando y le daban fuertes espasmos, la daga seguía clavada en su pecho y la nariz empezó a sangrarle: - Mierda…Joder ¡Ayudadme! ¡Hay que sujetarla! -
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 16th Noviembre 2020, 00:57
El poder de Drago no era lo único que estaba iluminando el almacén. Un fuerte e intenso brillo rosa se fusionaba con su propia luminiscencia creando efectos caleidoscópicos que habrían resultado hermosos de no ser por la situación en la que se encontraban. El desconcierto y el miedo de la muchacha le resultaban dolorosamente familiares; durante los años que llevaba en la Mansión X había tenido que observar reacciones similares una y otra vez. Siempre era igual... La mayoría de los niños y niñas que nacían siendo mutantes lo desconocían por completo hasta la primera vez que sus poderes se activaban, y, por desgracia, la mayoría de las veces el desconocimiento unido a la inexperiencia a la hora de controlarlos solía provocar situaciones desastrosas que en demasiadas ocasiones terminaban en tragedia. Aquellos chiquillos asustados no tenían a nadie a quien acudir, y encontraban en la escuela del Profesor Xavier un refugio donde eran queridos y aceptados, y en donde se les enseñaba la naturaleza de su ser y sus poderes.
Cuando todo aquello pasara tenía que encontrar el momento para hablar con ella y llevarla a la mansión, pero eso tendría que esperar a cuando no tuvieran a una mujer poseída tratando de alcanzarles.
- Bien…Eclipse, se me ha ocurrido algo…
Drago asintió, pero no apartó la mirada de la criatura que en aquellos momentos reptaba por el techo, por encima de sus cabezas. Gracias a su poder, podía verla incluso en la oscuridad más absoluta.
- Tan sólo da la señal -respondió en voz baja.
El exorcista se aproximó más a él mientras provocaba al demonio, apoyándole la mano en la espalda. Eclipse entendió de inmediato lo que se esperaba de él y aguardó con la sangre fría de quien está acostumbrado a enfrentarse a situaciones peligrosas.
- ¿Lo sssssaaaaabbeeeen elllossss…? –inquirió riendo el ser: -¿Saben quien es tu am…?
Edward le interrumpió con un potente grito, impidiéndole terminar la frase, sembrando la semilla de la duda en el mutante. ¿Por qué se enfurecía tanto? ¿Qué era lo que no quería que el demonio revelara? ¿Qué les estaba ocultando? Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para reflexionar sobre ello porque el exorcista dio la señal, y él, como buen soldado, estaba acostumbrado a reaccionar en el mismo instante en el que se daba la orden, ya que por lo general en el campo de batalla cualquier vacilación podía significar la muerte.
La súbita explosión de luz iluminó el almacén por entero, cegando a los que estuvieran mirando directamente en su dirección, revelando la auténtica forma del mutante: la de un ser hecho de pura luz. Afectado por la descarga, el demonio cayó al suelo como una cucaracha panza arriba, y de inmediato Johns se abalanzó sobre él, inmovilizándole con la camisa empapada en agua bendita antes de clavarle el cuchillo en el pecho.
Inicialmente Drago había pensado que el arma blanca estaría imbuida en alguna clase de conjuro, y que su filo no afectaría a la carne mortal, sino tan sólo al demonio que la ocupaba. Durante sus años como héroe había tenido ocasión de presenciar cosas maravillosas y mágicas, por lo que no era algo del todo descabellado. Sin embargo, rápidamente quedó patente para el mutante que algo no estaba yendo como debiera. Había sangre, sangre real. Drago miró al exorcista para encontrar una confirmación en su mirada de que todo estaba bien, pero su alarmada expresión le demostró lo contrario.
Una súbita ira embargó al mutante, quien, apartando al hechicero de un certero (y bastante doloroso) puñetazo en la cara, se arrodilló junto a la mujer, sujetándola y mirándola con preocupación.
- ¿Qué le has hecho? ¡Contesta, maldito seas! ¿Qué le está pasando?
Su mirada se centró en el mango del cuchillo, indeciso acerca de si debía o no arrancárselo del pecho.
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Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 27th Noviembre 2020, 09:43
El cuerpo de la chica temblaba en un baile de espasmos desprovisto de coordinación alguna, se agitaba en el suelo sin control con los ojos en blanco mientras se empezaban a dibujar las venas de su piel con un tono rojizo y marcando un relieve, la mujer desprendía mucho calor, casi daba la sensación de que fuera a estallar en mil pedazos de un momento a otro:
- No quites el cuchillo. – El exorcista escupió un espumarajo de sangre al suelo mientras se frotaba la parte de la cara en la que el puñetazo del mutante le había dado, dolía, el tipo era fuerte, era un cabrón bien entrenado, pero él ya tenía la cara muy dura, este tipo de reacciones ante sus intervenciones eran habituales, estaba sentado en el suelo, mirando tranquilamente lo que sucedía: - Esta reacción es normal…No podemos hacer más que esperar que ella misma lo expulse. – Mintió, no tenía ni idea de si su plan funcionaría, de todas formas, no podía hacer más que esperar, buscó en su pantalón y sacó el paquete de tabaco mientras la chica seguía temblando y agitándose, observó la cajetilla, vacía: - Mierda…- Arrugó el objeto y lo lanzó al suelo mientras se ponía en pie:
- Vamos...– Se había acercado a la chica y la observaba en cuclillas, al lado de Eclipse, le puso la mano en la frente, la piel de la mujer ardía, tal vez todo aquello sería demasiado para ella y moriría, de todas formas, eso también le convenía, no pondría en juego a uno de los vástagos de Samigina y expulsaría a Belfegor.
Empezaron a formarse espumarajos de saliva en la boca de la mujer, cerró los ojos y empezó a revolverse, en su cara y cuerpo empezaron a dibujarse unos arañazos, su cuerpo temblaba, y, de golpe, todo quedó en silencio…El cuerpo se enfrió sobre manera repentinamente, estaba rígido, parecía un cadáver: - Mierda…- A Johns no le hacía gracia la pinta que tenía aquello, si había muerto tendría muchos problemas…
Un chillido le devolvió a la realidad, la chica abrió los ojos y gritó, gritó con todas sus fuerzas, las heridas y los signos que había manifestado hacía unos segundos habían desaparecido, parecía asustada, se movió hacia atrás y de golpe hizo un gesto extraño, cerró los labios mientras sus pómulos se inflaban, cómo si tuviera la cavidad llena de líquido, abrió la boca apuntando hacia un lado y expulsó un denso líquido negro que rápidamente se filtró a través de los sumideros del suelo del almacén ¿Había funcionado?
El exorcista se puso en pie, con los brazos en alto: - ¿Estás bien cariño? Tú madre te está esperando en casa, está muy preocupada…- Su voz sonaba familiar y calmada, quería que el vástago le reconociera, esperaba que fuera espabilado y entendiera el contexto dónde estaban…Se escuchó el sonido de la hoja del arma salir de la carne en la que había estado clavada mientras la mujer sollozaba, el metal repiqueteó contra el suelo al caer, sus heridas ya debían estar cerrándose:
-¿ Señor Ed-Edward? – La voz de la chica sonó entre llantos: - T-Tengo miedo…Por favor…- Johns sacó el mechero de su bolsillo y lo encendió, la estancia se iluminó mínimamente, lo suficiente para ver el rostro de la chica, desencajado, cómo si aún no acabase de ubicarse bien, la mirada del mago y la de la mujer se cruzaron, eso fue suficiente para confirmar lo que había dentro de la misma:
- Vamos cielo…- Se acercó y la ayudó a levantarse, la ayudó a caminar y se acercaron a su abrigo, que le entregó: - Tranquila…Ya está…- Le iba susurrando palabras tranquilizadoras, aunque en el fondo se sentía ridículo, esa criatura que vivía en ella no necesitaba que la tranquilizasen, más bien que la retuvieran…
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Habían salido al exterior y la luz de las farolas les alumbraba exageradamente en contraste con la oscuridad que había reinado en el interior del edificio, Johns acompañaba a la joven rodeándola con un brazo, estaban de pie, delante de Eclipse y Sonya:
- Gracias por la ayuda. – El exorcista fue seco, la intervención del héroe y la chica había complicado mucho las cosas, demasiado, si no hubiera llevado el cuchillo encima…Quien sabe que habría pasado: - Diría que ha sido un placer, pero, la verdad, espero no veros la cara nunca más. – Cogió su maletín y les sonrió en un gesto sarcástico, miró primero a Eclipse, luego a Sonya, y por último les hizo un gesto con la mano, se dio la vuelta y se perdió en la oscuridad de la noche con aquel demonio disfrazado de chica, que, antes de perderse en las sombras con él, ladeó la cabeza para mirar al mutante con una siniestra sonrisa en el rostro.
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Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Re: Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre] 4th Enero 2021, 16:19
Aquella era una de las situaciones más horribles en las que se había visto envuelto, porque no era su propia integridad la que estaba en juego, sino la de otra persona, una chiquilla inocente. Drago había estudiado primeros auxilios de emergencia en el ejército, pero no era realmente médico y no podía, por tanto, acertar a estimar la gravedad real de la situación, aunque los efectos visibles parecían realmente críticos; el frágil cuerpo se agitaba en espasmos sin control a pesar de que el cuerpo se mantenía rígido, los ojos habían rodado hacia atrás y las venas se dibujaban claramente en su piel con un enfermizo tono rojizo. También estaba ardiendo, como si tuviera fiebre.
El exorcista le dijo que no debía sacar el cuchillo insistiendo en que aquella reacción era normal, y ésta vez parecía más seguro, así que la puso en el suelo colocando su cabeza de lado para evitar que pudiese ahogarse con un posible vómito y observó cómo se ocupaba de ella sin perder por un sólo instante su actitud recelosa.
La situación de la mujer pareció empeorar más y más, hasta el punto de formar espumarajos en la boca y la piel de su cuerpo empezó a abrirse violentamente como si estuviera recibiendo latigazos invisibles. Drago conocía bien el dolor de aquellas heridas, y una honda desesperación se formó dentro de él al ver el padecimiento de la chica, un padecimiento que se veía impotente para aliviar. Cuando todo finalmente terminó, Drago lo agradeció en su fuero interno, incluso a pesar de que la frialdad y rigidez del cuerpo parecía indicar que estaba muerta...
Se puso lentamente en pie mientras las sombras del almacén se arremolinaban a su alrededor, reptando como si se tratara de una sustancia viscosa con vida propia. Estaba tan furioso que su poder se había activado sin pretenderlo, y la ira ardía a través de las cuencas vacías de sus ojos como un puñado de brasas al rojo.
- Tú... -empezó, enfocando toda su rabia en el americano, pero antes de que pudiera verbalizar la acusación, un chillido agudo rasgó la noche.
Las sombras se replegaron de inmediato, en un acto reflejo motivado por el grito de horror proferido por los labios de la mujer. ¡Estaba viva! Y, al parecer, perfectamente sana. Cuando se arrodilló junto a ella pudo ver que no quedaba ni rastro de las terribles heridas que habían asolado su cuerpo minutos antes.
Girando la cabeza hacia un lado vomitó una especie de sustancia negra alquitranada que rápidamente se filtró por el sumidero del almacén. La hoja del cuchillo se deslizó hacia afuera por sí sola, y la herida que dejó detrás se cerró como por arte de magia, desapareciendo sin más como habían hecho todas las demás. Ante las palabras de consuelo del exorcista, la muchacha rompió a llorar y Eclipse la sostuvo con la torpeza de quien no está acostumbrado a aquella clase de contacto humano pero aún así muestra la voluntad de ayudar y consolar en la medida de lo posible. Después de todo lo que había sufrido aquella pobre chiquilla no intentarlo habría sido algo totalmente inhumano. Incluso el mago abandonó su actitud de mierda por unos minutos para ayudarla a levantarse y ofrecerle su abrigo, un gesto que demostraba que, después de todo, sí que tenía corazón, y mitigó un poco la mala opinión que el mutante se había formado de él. Tal vez se hubiera equivocado al juzgarle. Después de todo, él tampoco era el más indicado para hablar de primeras impresiones... ¿verdad?
Una vez fuera se reunieron con Sonya, quien, cumpliendo las indicaciones del mutante, se había mantenido al margen de todo lo ocurrido, y, tras una breve explicación para ponerla al día, Edward procedió a despedirse. Drago se metió las manos en los bolsillos de la gabardina.
- El sentimiento es mutuo... Supongo. Y perdona por... eso -dijo, señalando el moratón que tenía Edward en el lugar donde había recibido el puñetazo-. Entenderás que la situación era fácilmente malinterpretable...
Sonya y él les observaron alejarse en la oscuridad de la noche, y, después, Drago y la pelirrosa estuvieron hablando de lo que había sucedido en el almacén, de lo que parecía haber sido una manifestación de unos poderes de los que ella parecía totalmente ignorante, y le propuso pasarse un día por la mansión X porque seguramente el Profesor Xavier podría ayudarla a averiguar qué es lo que le ocurría y, también, a controlar su recién descubierto poder. Por desgracia no pudo extenderse tanto como habría querido porque Cassandra aún estaba esperando la cena en el hotel, así que, después de dejarle una tarjeta con la dirección escrita de la mansión y su número, se marchó para poder continuar su cita tan abruptamente interrumpida. Iba a tener muchas cosas que contarle aquella noche a Cassandra.
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Abandona este cuerpo [22 de diciembre de 2018] [Libre]