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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston
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141JasonTodd
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Mensajes : 202 Fecha de inscripción : 10/03/2014 Localización : ¿Y a ti qué cojones te importa?
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Tema: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 5th Enero 2015, 20:39
No existen dioses suficientes en el firmamento para que pudiera rezarles por el hecho de que en esta mierda de nuevo universo aún existiera el WalkMoon. Era un garito de muerte, de esos que están en el sótano de un edificio de apartamentos; de los que en un principio podía entrar cualquiera, pero que con el paso del tiempo, en cuanto pasaban las 10 de la noche, era mejor que saliera un portero, por si las moscas; de los que la puerta del baño rechina más que en una película de terror y de los que los fusibles de todo el local jamás funcionan todos a la vez. El dueño se llamaba Michael R., y era un tío de lo más legal, aunque, tras el impacto y el nuevo universo y toda esa mierda, ya no estaba tan seguro, ya que ese Michael R. no era del mundo que yo conocía, y vete tú a saber cómo era de grande la mierda que podía ocultar. Pero seguía siendo simpático, gracioso, y servía birras más rápido que ningún otro. Y qué birras, joder. Tenía cervezas de importación de prácticamente todo el mundo, por no hablar de la suya propia. Secreto de familia, decía. Ya podía llevar meado de vaca y mata-ratas, pero estaba demasiado buena como para plantearse no tomársela. Y encima barata.
Esa noche no tenía ganas de salir de patrulla, no tenía ganas de ponerme el traje y salir a vigilar por la seguridad de una ciudad que, aunque a primera vista pareciese la misma, no lo era. Se llamaba Gotham y todo parecía en su sitio, pero no era el lugar donde yo me había criado. Eran este tipo de detalles los que me tocaban la moral de este nuevo mundo, tío. Si es un nuevo universo, pues que todo sea nuevo, no sólo a medias. Estas cosas me tocaban los huevos muchísimo, porque no podía fiarme ni de mis recuerdos ni nada, sólo del instinto, y a veces, ni siquiera. Por lo que, sí, iba a seguir siendo Red Hood, y no iba a dejar de encargarme de traer un poco de justicia de verdad a esta ciudad de gárgolas y rascacielos, pero esa noche no. Esa noche quería pasar de todo y que le diesen a este mundo y al anterior.
Estaba comenzando a anochecer cuando abrí la puerta del WalkMoon. Aún era temprano, por lo que no estaba muy lleno. Un grupo de adolescentes en una mesa, una parejita en otra del fondo, y dos depresivos apoyados en la barra. Había camarera nueva, e iba y venía con la fregona y la libreta de los pedidos sin saber muy bien a qué priorizar.
– Ponme una Judas, anda – le dije a Michael, que estaba arreglando una pequeña radio tras la barra, en cuanto me senté en el taburete.
Éste me saludó, pues ya comenzaba a volver a ser cliente habitual, y se giró para sacar la botella de la neverita. Se podían ver a través del cristal un montón de etiquetas en un centenar de idiomas distintos, y cada una con colores y tipografrías distintas.
– Hoy vienes temprano, ¿eh? – abrió la cerveza y me la puso al lado de la mano que tenía apoyada en la barra.
– Es que hoy no curro, vengo a ahogar mis aburrimientos en alcohol
El comentario le hizo gracia, y soltó una carcajada tan sonora que uno de los depresivos que estaba más cerca de nosotros dio un respingo. La camarera, que no debía tener más de 20 a lo sumo, se giró y pude vislumbrar una sonrisa ladina en sus labios. La chica se me antojaba familiar, e intenté hacer memoria, quizás en mi mundo la había salvado alguna vez, eso significaba que o había sido drogata, camello de poca monta o prostituta, y la verdad es que verla de camarera era algo más agradable.
Michael había vuelto con la radio, y se le podía escuchar murmurar algunas maldiciones por lo bajo. Levanté la cerveza, que tenía un poco de escarcha en el vidrio, y le di un buen trago. Trago que casi me mata, ya que me encontraba tragando cuando el aparato del infierno volvió a funcionar y comenzó a escucharse a todo volumen “DALE A TU CUERPO ALEGRÍA, MACARENA, QUE TU CUERPO ES PA' DARLE ALEGRÍA Y COSA BUENA”. Bajé la botella de golpe y comencé a toser con fuerza, intentando ni ahogarme ni vomitar la birra. Puta canción en español de los huevos, que puto susto me había metido, cojones.
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Última edición por Jason Todd el 21st Enero 2015, 22:33, editado 1 vez
Coral B. Hiddleston DC Universe
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 6th Enero 2015, 16:40
Pensar en una mañana en Gotham era casi imposible. El sol parecía tener manía a la ciudad maldita, y solo dejaba verse de vez en cuando, justo haciendo tregua con las nubes y la lluvia que caía de ellas, y aquel día había sido uno de ellos. La castaña hubiese deseado que el sol también hubiese aumentado la cantidad de suerte, como si se tratase de una bonificación de videojuego o algo así, pero no. No podía ser así, ¿verdad? Nada era tan fácil. De hecho, fue uno de los peores días con suerte que la chica había podido tener. Había estado tras la pista de uno de esos nuevos villanos que habían empezado a surgir como setas del suelo desde la colisión de los mundos, tema que, por cierto, le cabreaba de buena manera. ¿No podían quedarse en sus ciudades, verdad? No, tenían que venir a la ciudad más oscura y lúgubre (o al menos una de las que podían existir) del mundo. Por si no tenían ya suficientes problemas y locos a los que enfrentar. Y para colmo, estaban llenando Arkham Asylum con ellos. En fin, la cosa es que ese nuevo desconocido era más astuto era alguien que estaba empezando a tocarle demasiado la moral desde que se enteró de que su objetivo era...ella misma. Shadowtrick, se hacía llamar. En ocasiones no podía evitar preguntarse por qué todos aquellos que tenían una identidad oculta (inclusive ella) tenían nombres tan...en fin, tan. Coral no encontró en ese momento el adjetivo adecuado para lo que tenía en mente.
Shadowtrick aseguraba ser solo un mercenario, pero para ella todos eran igual, al menos en ese sentido. Tenía ideas retorcidas y poco sentido de la culpa, además de que adoraba las armas. Y para el mayor de los colmos ocultaba su rostro igual que ella....bajo una capucha. La de ella era azúl, la suya roja. Él demostró manejar las sombras, ella la luz. Era un maldito antítesis de su persona, y eso le traía de cabeza.
Estaba aún caminando por las calles cuando pasó justo frente a un gareto que nunca había visto. Las escaleras iban hacia abajo, y no parecía ser muy común entre personas de estatus alto. ¿Y si quizás...? Por lo que pudo ver de él, se podía hacer una imagen del chico visitando ese tipo de lugares. No sabía si había establecido ninguna base, pero por mirar en un último lugar no perdía nada. ¿Sabéis una de las mejores ventajas de poder abrir portales? Que podías ir a tu casa, cambiarte y volver al mismo en un suspiro, así que cuando entró por la puerta del bar no entró con su traje especial, sino como si fuese una chica normal y corriente. Como tenía costumbre de hacer, se peinó el flequillo de lado. Aquella pequeña estrella era su salvación y maldición a la vez. Canalizaba su magia para que no se desbordara, pero a la vez era un sello, a la par que la hacía totalmente reconocible fuera como fuera.
Abrió la puerta y...nada. Oteó todo el local, pero no reconoció a la figura que buscaba, cosa que le hizo suspirar con resignación. En fin, otro día más perdido, y encima el contrario había conseguido salirse con la suya. El lugar estaba lleno de gente que aún tenía un aspecto decente, aunque dudaba de qué pasaría entrada la noche. Al menos podía aprovechar en tomarse algo...un pequeño momento para ella misma sería de mucho agradecer. Se acercó a la barra y se sentó en ella. Un asiento a la derecha había un chico de pelo negro como el carbón, y unos ojos azules que le recordaban a los de ella y Adam. Hablando del renacuajo, ¿qué estaría haciendo...?
-Qué quiere, señorita? -preguntó el camarero, un hombre adulto que tenía una sonrisa puesta en la cara.
-Ah...una piña colada mismo. -el cuerpo le pedía dulce, tenía ganas.
-Cuando ponga la radio me pongo a ello. -y era verdad, el hombre tenía una radio, la cual maldijo como si fuese Satán. Le daba golpecitos, intentaba ponerla en funcionamiento y...¡tachán! Al cabo de poco lo consiguió, sonando esta tan fuerte que los más cercanos dieron un bote en la propia silla, inclusive ella. Aquella canción era...¿Español? Hacía demasiado tiempo que no escuchaba esa lengua, aún teniendo a un sudamericano en la Young Justice! Además, la reacción del que tenía al lado fue tan pintoresca y graciosa que, en conjunto, no pudo evitar echarse a reír. Encima el camarero empezó a cantarla a todo pulmón mientras empezaba a prepararle su cócktel. Se tuvo inlcuso que apoyar con los dos brazos en la barra y agachar la cabeza para no caerse de la risa. Dios mío, aquel momento acababa de compensar todo el día.
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Última edición por Coral B. Hiddleston el 7th Enero 2015, 22:55, editado 1 vez
141JasonTodd
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 7th Enero 2015, 17:17
La puta canción hizo que todo el jodido bar se girara a mirar hacia la barra, y Michael, el muy hijo de puta, en vez de bajarla enseguida, se puso a canturrear con ella en un perfecto español. No, si encima se sabría la letra y sería su música favorita, hay que tocarse los huevos. Se giró y se puso a preparar el cóctel de la tía que se había sentado a mi lado segundos antes. ¿quién se toma piñas coladas en Gotham en un bareto de los suburbios? La chica debía ser de fuera segurísimo.
La Macarena siguió sonando hasta el segundo estribillo. La única vez que aguanté escuchando tanto rato la cancioncita del demonio fue luchando contra Flamingo. Era un asesino que solía respetar bastante, porque exceptuando su horrible gusto para vestir, me caía bien (era un vendido de mierda, pero curraba que te cagas). Al tío no se le había ocurrido otra cosa que poner la canción esta durante uno de sus trabajos, porque en su mente, barrio latino significaba que escuchaban la Macarena, obviamente. Bueno, pues obviamente, no le salió bien el trabajo, y tuve que interrogarle para que me dijera quien le había contratado y bla bla bla, pero vamos, es el máximo tiempo que la había escuchado. Y eso que durante las fiestas, siempre, SIEMPRE, hay algún gilipollas que la pone en la TV con el videoclip ese raro de la versión americana. Ugh. Qué mal gusto tiene la gente, cojones.
La camarera fue quien tuvo los huevos de acercarse hasta la barra, bajar el volumen y cambiar de emisora. Michael se quejó mientras le servía la copa a la guiri esa, que si era su canción favorita, que si era su bar y se escuchaba lo que le daba la gana, que si yo qué sé qué más. La chiquilla se fue justificándose que algunos clientes habían puesto mala cara, y al final Michael sólo se quedó murmurando malhumorado por lo bajo.
– Una manera muy diplomática de decir que casi muere un cliente ahogado – comenté mientras la camarera pasaba por mi lado para seguir con su trabajo. Ella sonrió tímidamente y dijo rápidamente que no se refería a mí, a lo que yo le resté importancia con la mano –. No lo decía a malas, no te preocupes. Tu valiente intervención será recompensada por los dioses musicales de los bares.
Tenía una risa muy bonita, y no pude evitar seguir pensando que me alegraba de habérmela reencontrado en este universo. Un recuerdo vago seguía flotando en mi mente, y eso me era prueba suficiente para confirmarme de que sí nos habíamos cruzado por más de un par de segundos en mi mundo. Mi mundo, tío, sonaba tan cursi y poético.
Volví a darle un trago a mi cerveza y miré a la chica que tenía al lado. No tenía pinta de pijilla ni de niña bien, además era joven y el cóctel que había pedida era uno suave que todo el mundo conocía. Eso descartaba muchas posibilidades. Podía estar esperando a alguien, y quería hacerse la guay bebiendo algo que no era cerveza, pero había algo que me decía que no era de Gotham fijo.
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Coral B. Hiddleston DC Universe
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 8th Enero 2015, 18:11
La risa de la castaña fue menguando a medida que todo volvió a la "normalidad", aún agradecida por aquel pequeño momento de humor que había oído. El camarero, que había estado cantando a pleno pulmón, había reducido su voz de nuevo a un montón de maldiciones tras quejarse sobre que era su canción, su bar, etc., todo mientras le servía su cóctel. En realidad fue como si hubiese visto un espectáculo todo un espectáculo callejero y cómico, perfectamente preparado. Ya podría haber más humor así, y no el macabro que solían tener personas como el Joker o el Pingüino. Suficiente daño hacían como para encima tomarse ciertas cosas a chiste...aunque para eso teníamos al primero. El "príncipe" de las bromas. Bueno, poco podía decir ya de él que alguien no supiese. Lo que si podía decir es que ella le tenía miedo, y de forma justificada. Dios supiese hasta que punto llegaba aquel psicópata a ponerle la piel de gallina, y eso que aún no había llegado a verlo...no de forma directa, claro. Pero los archivos del batcomputer eran suficiente para ello. Era como a Crane: si podía evitarlo, lo haría por todos los medios. Por desgracia eso sería algo inevitable en el futuro...claro que hasta la fecha, Twilight nunca lo sabría.
Dio un sorbo a su bebida, disfrutando del sabor adulzado de la fruta contra la del alcohol, en este caso ron blanco (Bacardí para ser más exactos). Era agradable, y prefería eso mil veces antes que las bebidas fuertes que le quemaban la garganta, y que hasta te llegaban a dejar afónica. ¿Qué podía decir? Quizás aún conservaba su lado de "lady", como hubiesen dicho en Gran Bretaña. No es que fuese una pomposidad maquillada hasta las cejas y que enseñase cuerpo, pero si era femenina. Al menos en la cama podía asegurarlo. De ahí empezó a otear con la mirada el lugar, mirando a todos los que estaban por allí por encima, girando la cabeza justo al lado contrario de donde Jason (o el chico moreno que casi se moría atragantado para ella) estaba. En la mayoría había hombres, pero también algunas mujeres que les acompañaban, y solo una mesa estaba ocupada por dos señoras de unos treinta y cinco o cuarenta años. Por lo demás era una fauna parecida, con pocas excepciones. Volvió a girar la cabeza, y justo cuando pensaba mirar hacia el otro lado sus ojos fueron a dar directamente con los de él. Hasta ese chico pintaba tan perfectamente como si hubiese sido puesto expresamente por Velázquez en uno de sus cuadros. Y fue en ese momento cuando también se fijó en su mechón blanco. Era la primera vez que lo miraba a la cara.
-¿Estás mejor? -preguntó casi al instante, recordando lo de momentos antes. -Porque sinceramente, también estaba intentando no ahogarme de la risa...-y se encogió de hombros con un tono divertido. En una situación normal en que hubiese pasado algo grabe hubiese intervenido, pero en aquel momento no mintió. Volvió la mirada de nuevo hacia la copa y dio otro vaso. En parte su cabeza seguía pensando en diferentes cosas, todas ellas preocupaciones.
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141JasonTodd
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 11th Enero 2015, 20:15
– Hostia, sí, ya no siento como la cerveza se me va a salir por la nariz, un cambio bastante positivo.
Inglesa. Claro que no era de Gotham, es que no pegaba ni con cola. Que sí, que podía llevar 10 años viviendo en la ciudad, pero ese acento no se le iría nunca, eso es algo que se sabe, y las costumbres que te enseñan en la infancia, se quedan grabadas con fuego y no desaparecen, y eso también se sabe. Tenía pinta de jovencita, así que podría lanzarme a la piscina y aventurar a que era una estudiante de intercambio. Otra cosa no, pero estudiar criminología en la universidad de Gotham era todo un lujo, vamos, tenías sujetos para examinar a millares. También podría darse el caso de que fuera una friki de Batman y que hubiera venido de vacaciones por si se lo llegaba a cruzar alguna noche. Pero seguía apostando por lo de estudiante de intercambio, el acento no era tan cerrado, y no se movía como una turista, se la veía suelta con el ambiente. Lo de ser inglesita también justificaba el cóctel pijillo ese. Era una pena que teniendo Irlanda y Escocia tan cerca, los ingleses fueran tan pijos bebiendo.
Michael había cambiado la emisora de radio otra vez, y, aunque gracias a todos los dioses, no había vuelto a sonar la jodida Macarena, había dejado música en español. Que al menos era pop/rock, pero vamos, era en un idioma que no entendía ni papa. En mi mundo, Michael no tenía que ver con nada español, o latino, pero en este, viendo su fijación con dicho idioma (y lo bien que lo hablaba, o al menos canturreaba), quizás aquí sí. Se me hacía raro estar en el bar escuchando música que no entendía, ni a la que estaba habituado, pero al parecer, al resto de los clientes, que por cierto, habían aumentado en dos señoras mayores (cuarentonas solteronas, fijo) y en un par de tíos más, no les importaba lo más mínimo.
Regresé la mirada a la inglesita que tenía sentada al lado, y mientras le daba un trago a su piña colada, el cabello del flequillo se le descolocó un poco, y pude ver como tenía algo dibujado en la frente. ¿Una estrella? De perfil tampoco podía verse mucho, pero había que tenerlos muy grandes para tatuarse algo en toda la cara. Tenía pinta de pequeñito, pero aún así, con dos cojones. Tenía que tener un significado muy importante, porque eso ya era para toda la vida (que sí, que se podían quitar con químicos, pero siempre dejaban señal), y al estar en la cara, era un recordatorio continuo de su existencia, por mucho que te lo tapases con el pelo. O había sido una apuesta muy estrepitosamente perdida, o una calcomanía, que en todo caso, la inglesita era un poco idiota.
– De todas formas, si te gustan los cócteles, este no es el mejor bar para tomárselos. Aquí la especialidad son las cervezas de importación. Pero vamos, que si te quieres hacer asidua y no te van las birras, la próxima prueba con un blue hawaii, que también lleva piña y ron blanco – no es que fuera un experto en el tema, ni de coña, pero algo se me había quedado de las salidas con Thalia.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 14th Enero 2015, 20:52
No pudo evitar reír de nuevo por su comentario, terminandose por encoger de hombros en un acto casi inconsciente. Al menos el chico tenía humor, aunque su tono de voz sobrepasaba el pasotismo. ¿Creído, quizás? Normalmente las personas que hablaban así lo eran y, sinceramente, podía aguantarlos un rato, pero no en prolongación. Que desgraciadamente en la universidad tenía un par de ellos en su clase, pero ni caso que les hacía. Lo peor era encontrarse con un enemigo así...y prácticamente lo había hecho.
Shadowtrick.
El nombre volvió a resonar en su cabeza, apretando con suavidad el puño sobre la copa, aunque no se notó. Volvió a dar otro sobro, y de nuevo el chico que tenía a su lado de habló, volviendo a desviar su atención.
-Bueno, digamos que siendo un viernes por la noche...-¿encima se había pasado todo un viernes persiguiéndole después de clases? Hijo de perra. Cuando lo encontrase de nuevo no pensaba perdonarlo. Le iba a pagar el tiempo perdido a base de golpes. -...lo primero que me apetecía algo dulce. Pero te tomo la palabra, después de esto me pediré uno de esos. -se refirió al blue hawaii, no le apetecían para nada cervezas, y muy pocas le gustaban en realidad. El sabor amargo que le dejaban en la garganta nunca había sido de su agrado, y acababa siendo más molesto que otra cosa. Ahora que lo pensaba, justo aquella mañana uno de aquellos gilipollas le había invitado a tomar algo, y aunque tenía "amigos" en la universidad, su otra "profesión" no le permitía quedar mucho con ellos, por lo que ya ni le preguntaban si le apetecía quedar. Era normal, y lo prefería así. Volvió a dar un trago a la piña colada, pero sin dejar de mirarle.
-Por cierto...-señaló con el dedo índice la frente del chico, o mejor dicho, su flequillo. -Te queda bastante bien. -y eso que había visto peinados y colores de lo más variados y raros posibles...no por algo vivía en la plenitud de aquel otro mundo, el de los superhéroes y villanos. La música de la radio se escuchaba a una tonalidad más normal, envolviendo todo el bar con la melodía. En aquel momento Michael empezó a tatarear una nueva.
Canción.:
PD: Perdón por el post corto, hoy estoy espesíiiiiiiisima.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 16th Enero 2015, 18:20
No te preocupes por los post cortos, a mi me gustan así, tengo que estrujarme el cerebro para poder sacar uno largo decente.
No estaba esperando a nadie y quería causar buena impresión con esa piña colada, se estaba tomando el cóctel porque, seguramente, sería uno de los pocos cócteles que conociera, y si no le gustaba la cerveza, y no quería un refresco, pocas opciones le quedaban en un bar como este. La verdad es que esa ligera pausa tras darse cuenta de que, efectivamente, era viernes por la noche, le había dado un aire de “pobre chica solitaria” que, de tratarse de otro hombre y no yo, habría significado que era una presa muuuuy fácil para llevarse esa noche. Pero lo dicho, no era otro hombre, y trabajando en lo que trabajo, aprendes a ver que no todo es lo que parece, y que incluso la presa mas indefensa tenía dientes (o amigos más fuertes). Además, no era mi tipo. Pero eso no le quitaba a la inglesita ese aura de “pobrecita, me he quedado un viernes en la noche plantada”. Todo un drama, donde va a parar.
– Pues una piña colada no es que sea muy dulce. El blue hawaii lo es más pero... a ver, espera – total, no tenía otra cosa que hacer y quería distraerme, ¿no? Saqué el móvil y busqué el google algunos cócteles más dulces. Me acerqué y le enseñé la pantalla –. Mira, tienes el dulce canela, el bomba cereza... y estos con nombres más cursis como... verano en la India o señorita rosa. Si te mola alguno le decimos a Michael si tiene los ingredientes y listo.
Estaba muy amable, y eso era raro. Pero, no sé, tenía pinta de chiquilla tristona, y tío, me estaba volviendo un blando con las chicas últimamente. Seguro que Steph tenía la culpa con sus noches de cervezas y gofres. Que bien es cierto que siempre he tenido debilidad por las mujeres y todo eso, pero Brown me estaba volviendo un blandurrio. A ver, tampoco es que ahora no pegara a alguien porque fuera una chica. Si estaba trabajando, me la sudaba si tenías polla o no entre las piernas, si me tocabas los cojones, la hostia te la llevabas igual. Pero fuera de eso, en lo que se supone que era mi vida normal, mi día a día... bueno, estaba aprendiendo como un buen niño a separar entre Red Hood y Jason Todd. Y a Jason, Steph le estaba volviendo un maricón con las tías.
– ¿El qué? – levanté la vista y me vi el mechón blanco. Maldito pelo del mal – Ah, coño, esto. Ideas que le dan por ahí a uno. Al menos no parezco un gilipollas con él – me toqueteé un poco el mechón con los dedos. Era una putada que no se pudiera volver a teñir, me hacia alguien reconocible con él. Michael empezó a tararear una nueva canción en ese idioma que, se supone que algo debía de entender, pero en mi mente solo sonaba en un idioma extraterrestre incomprensible, y señalé la frente de la chica – Es más cantoso cuando ocultas lo que tienes que cuando lo muestras directamente. Te lo digo por experiencia.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 19th Enero 2015, 22:02
-Bueno, va por gustos. -respondió ante el comentario de que la piña colada no era muy dulce. ¿Qué le iba a hacer? Para ella sería así, y no había mucho más que decir al respecto. No obstante, siguió escuchándole, curiosa. No podía negar que el chico tenía experiencia hablando de esas cosas, por lo que inegablemente le debía de tirar el alcohol. Se acercó unos centímetros para ver mejor la pantalla del móvil que sacó, ya que una de las luces reflejaba completamente desde su posición, apoyando su mejilla en su mano derecha para que así no le doliese el cuello. Así, quedaron hombro contra hombro mirando varias recetas y cóckteles variados, algunos que, indudablemente, llamaban más la atención que otros. Hablando de nombres siempre había habido uno que le hacía especial gracia, y era el Sex on the beach. El concepto en si le encantaba, pero...¿a quien se le había ocurrido ponerle un nombre así a una bebida? O iba muy salido en el momento en el que la preparó con lo que tenía a mano (que era como la mayoría de los cóckteles habían salido) o vete tu a saber que vio en ese momento para soltarle ese nombre.
-Me parece bien, el de verano en la India tiene buena pinta. -y alzó la vista hacia Michael, llamando la atención del hombre. Señaló la receta y le preguntó al hombre si tenía lo necesario para hacerla. Michael la miró un momento y entonces sonrió: era increíble como a su edad tenía unos dientes tan blancos y rectos. Tenía que cuidárselos muchísimo.
-¡Marchando uno! -y se fue a buscar las cosas, silbando al compás de una música a la que solo le prestaba suficiente atención él.
Cuando le habló de su mechón, el comentario que hizo no pudo evitar el sacarle una ligera risilla entre dientes. Se volvió a separar y pegó otro trago de la copa, que ya iba por menos de la mitad. La gente solía tardar la vida en beber...ella no. Adoraba notar el líquido fresco en su boca, y más cuando se trataban de cosas así. Lo que no pudo evitar sorprenderle fue lo siguiente que dijo, señalando su frente. Ella misma se llevó una mano hacia esta, apoyando la palma de su mano allí donde estaba la marca.
-Y yo que creía haberme peinado bien hoy...-respondió, encogiéndose de hombros con suavidad, pero tomándoselo con humor. No era la primera vez que le pasaba, pero contra menos fuese así, mejor. El aire de toda la carrera tampoco le había ayudado a que el pelo se le quedase exactamente donde se le tenía que quedar. -Bueno, más que por vergüenza, lo hago para evitar preguntas. Créeme, cuando ya van más de cuarenta personas que te preguntan por ello, se hace bastante pesado. Yo lo veo más bien como una marca..."significativa". -y no pudo evitar reír. -Bueno, igual ahora crees que soy de una secta. Dejemos más que es como una marca de gena, todo más..."espiritual". -y dio otro pequeño trago. -Qué digo...si tampoco importa. Perdona. -terminó por sonreirle. Prefería tomárselo con humor, como siempre hacía, y esperar que nadie quisiese indagar más en el significado de aquella marca, dijese lo que dijese de ella.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 22nd Enero 2015, 00:11
Cuando la chica eligió cóctel, llamó a Michael, y con toda la buena suerte del mundo, dijo que tenía todos los ingredientes y comenzó a preparar el tal Verano en la India. Eso sí, llevaba bourbon y fruta fresca, le iba a salir el chistecito del cóctel por un ojo de la cara. Cómo se notaba que la chiquilla no era de Gotham, porque eso no se lo podía permitir cualquiera, y menos en un bar de mala muerte como lo era este. La poca gente que tenía el dinero para tomarse esa clase de tragos, se iba a los clubes del centro. En fin, ella vería, tanto si tenía el dinero suficiente como para hacerle el agosto a Michael como si no lo tenía y a saber cómo salía de esa.
Me guardé el móvil, ya que ya no íbamos a utilizarlo más, y voilá! La inglesita se llevo la mano a la frente, tapándose el tatuaje ese que intentaba ocultar con el pelo. Comenzó a intentar excusarse sobre por qué se lo ocultaba y mierdas, pero terminó liándose más ella misma que a mí, y mientras bebía, supongo que algo nerviosa, de su cóctel, prácticamente terminándoselo, dio por finalizada aquella retaila de excusas sin fundamento, al menos para mí, con un “si tampoco importa. Perdona”.
– Si no importara ni te habrías molestado en intentar explicármelo – le di un trago a mi cerveza, que comenzaba a perder aquella temperatura prácticamente helada – Además, si no te da vergüenza, ¿para qué te lo tapas? Si no querías que la gente preguntara, no habértelo hecho. Pero si, a pesar de todo, te da cosa llevarlo y no te lo quieres quitar con láser y mierdas así, córtate el flequillo recto y te ahorras problemas. El flequillo de lado nunca ha sido la solución ni para tapar siquiera unos piercings en la ceja.
Le di otro trago a la birra justo cuando Michael recién terminaba de hacer puré con unas manzanas y metía todo en la coctelera. Coctelera que por cierto, tenía pinta de haberse usado por última vez hacía como diez o veinte años. El metal ya ni brillaba, y tenía la tapa algo abollada. Que si seguía sirviendo no tenía que criticar nada, pero vamos, buena confianza no daba ni de coña, no nos vamos a engañar. Michael cogió un vaso largo, echó la mezcla, y lo decoró con un poco de menta antes de servírselo a su nueva clienta.
– Que te aproveche – le dije antes de empinar la cerveza por última vez y pedirme otra Judas.
Post corto, pero ya hablamos por mp y al siguiente le metemos algo de chicha de la que te he comentado antes. ¡A ver qué se nos ocurre!
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 26th Enero 2015, 18:23
Desvió la mirada ligeramente hacia el lado contrario, disimuladamente, aunque solo fueron unos pocos segundos. En cierto modo su comentario le molestó. La gente solía hablar sin saber, y eso le tocaba la moral, aunque no le quedaba otra cosa que terminar encogiéndose de hombros y dejar que dichas personas creyesen tener la absoluta razón. Total, discutir con homo sapiens sapiens muchas veces terminaba siendo una pérdida de tiempo. Y no es que ella no se pareciese...pero los homo magi solían tener una cierta tendencia a intentar utilizar la cabeza antes que lanzar las palabras, a consta de que fuesen un sinsentido. Al menos, de los que había conocido, había sido así. Y ella no se consideraba muy diferente. Por supuesto, eso no significaba que ellos fuesen mejores que los otros, ni viceversa. Todos tenían sus defectos y sus virtudes. ¡Ella misma era un claro caso de errar! Y quien dijese que no había errado en al menos una ocasión, mentía más que casi cualquier alcalde. Volviendo al tema de su pelo...¿pensaba que no lo sabía? Pero cuando eras una heroína que aprovechaba la fuerza de la inercia junto con sus portales para atacar con más fuerza e inevitablemente te movías más que una anguila, daba igual el tipo de flequillo que llevases: todo se vería igual.
Lo único que la podía salvar era su capucha, y ahí que se dejaba la frente totalmente al descubierto, recogiéndose el pelo y con aquella máscara que casi todo héroe que quería ocultar su verdadera identidad usaba. Y aún con todo, siempre habría algún momento en que su pequeño catalizador se viese en su frente, por pequeño que fuese. ¿Que para la vida normal sería más fácil cortárselo de la otra forma? Posiblemente, pero odiaba el flequillo recto: cada dos por tres tenías que estar cortándotelo para mantenerle la forma, y ella no tenía tiempo como para estar repasándoselo cada dos semanas. Con su actual forma podía estar tranquila de que de repente nada le tapara la visión.
-Bueno, cuando tus hobbies te mantienen en contacto directo con el aire, acaba siendo inútil. -respondió, con una ligera sonrisa, encogiéndose de hombros. Entonces, Michael le trajo su bebida. Sí, la cocktelera no daba muy buena impresión, con sus pequeñas abolladuras y aquel aspecto de metal viejo, pero no iba a negar que lo había preparado con total alegría al ver que hacía tiempo que no sacaba ni preparaba un cócktel de aquel tipo. A veces, los cambios iban bien, y la sonrisa del "barman" lo demostró.
-Que aproveche. -respondió ella, dándole un pequeño toque con la copa a la lata del contrario y dándole un sorbo. Efectivamente, estaba bastante bueno, y era mucho más potente. Sobre el precio...no lo había consultado. Y tampoco se iba a comer la cabeza en ello, ya lo haría después si era muy caro. Michael le sirvió otra cerveza al chico, y colocó la lata junto a la vacía. Ahora que caía, ni siquiera sabía su nombre. Aunque quizás tampoco importaba mucho. Seguramente no lo volvería a ver, y aquel momento sería como si nada hubiese pasado.
De repente, un fuerte portazo sonó tras ellos, y unas carcajadas de distinto tipo sonaron, incluso por encima de la música. Coral e giró para ver quienes estaban produciendo semejante sonido molesto de ratas gigantes ahogándose, y lo que sus ojos vieron no le gustó: era una de las bandas que asolaban por Gotham, con chupas de cuero, cadenas y un par llevaban puños americanos aún puestos, como si fuesen anillos. No pudo evitar arquear una ceja. La pregunta era...¿a qué banda? ¿O eran simples esbirros de algunos de los jefes mayores? Podían servir al Pingüino, o a Black Mask. Se acercaron a la barra levantando los pies como si las botas de cuero que llevasen pesasen igual que el plomo (y a ese paso y viendo el modelo no le parecía ni improbable), y se sentaron justo al lado de ellos.
-EH, VEJESTORIO. UNA BIRRA DE LAS BUENAS. -dijo el que parecía ser el jefe, que tenía un par de dientes rotos, y otro de oro. Lo dijo casi chillando. -Y APAGA ESA MIERDA DE MÚSICA.
Genial. Y yo que pensaba que los problemas ya se habían acabado. Por el amor de dios, Coral. Es de noche. ¡Acaban de empezar!
Ahora, la pregunta era saber hasta dónde llegaría aquello, y si podría intentar evitar que el bar quedase ligeramente tocado en caso de que todo fuese a más.
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Última edición por Coral B. Hiddleston el 28th Enero 2015, 20:19, editado 1 vez
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 28th Enero 2015, 20:18
Un apunte: las cervezas en los bares se sirven en botellines. Y más en USA. Por no hablar de que la marca Judas ni siquiera comercializa latas XD
Ay, inglesita, busca en tu mente todas las excusas que quieras, pero sabes que tengo razón y sólo no lo haces porque te gustas más con el flequillo de lado. Que no me parece mal, pero no inventes con que la gente, y sus comentarios, el tatuaje y toda esa mierda. Además, había opciones mucho más fáciles para ocultarlo que un simple corte de pelo, pero o la chica realmente no quería ocultarlo y estaba reuniendo valor para mostrarlo, o era una victimista de mierda que quería que la gente le preguntara y bla bla bla. En ambos casos, si no estabas segura, no haberte hecho nada en toda la jeta.
– Pues diles a tus hobbits que dejen de comer y te regalen una cinta de esas que se ponen en la frente. Llaman menos la atención y así te tapas el dibujo igual – Michael le sirvió la copa que, mira tú por dónde, la coctelera no tenía buena pinta, pero el resultado si que lo tenía. A mí me sirvieron la otra Judas, y la inglesita dio un toque a mi botella – A ver si te gusta la bebida. – le di un trago a la mía, y joder, helada, iba a tener que esperar un poco para el siguiente trago.
Un portazo y varias carcajadas como de chicos populares del típico instituto de la tele me hicieron girar, encontrándome a unos cuantos matones de poca monta que trabajaban para James H. Mint, más conocido como Señor Mentolado. Una elección de nombre muy poco acertado para un mindungui que estaba comenzando a hacerse un buen hueco en el mundillo de la droga de Gotham. Y, como persona lista, se había aliado conmigo. Por lo que esos gandules que iban de buscapleitos por la vida, trabajaban para mí. ¡Ja! ¡A mal bar se habían ido a meter entonces! Michael refunfuñó un poco, pero quitó la música y se acercó para preguntarles qué clase de cerveza querían. Porque, como no había suficiente bar, se sentaron a nuestro lado.
– Aquí la gente pide las cosas con un mínimo de educación, mastodonte y compañía – les dije con una sonrisa ladina mientras les miraba de reojo.
– ¡¿Qué?! ¿Nos hablas a nosotros, gilipollas? – no tardaron en contestar porque, claro, sólo eran los matones de turno, ni siquiera eran camellos ni nada, no tenían por qué ser listos. Ni un poco.
– Hombre, un poco gilipollas soy, gracias por notarlo, todo un detalle. Y ahora, rebajas la chulería y pides las cosas con decencia o te vas del puto bar, que yo quiero la fiesta tranquila.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 31st Enero 2015, 10:34
Deja ya el tema de la estrellita, anda. ¿O es que te tengo que etiquetar del pesado de turno?
Pensó. Por supuesto, luego pasó todo el tema de los matones, y ahí estaban en ese momento: ellos pidiendo a gritos y con mala leche una cerveza. El chaval de al lado, dándoles una "lección de educación" muy amablemente, algo que le parecía casi irónico. Educación hubiese sido que simplemente se hubiese callado con el tema anterior, por lo que no pudo evitar rodar los ojos disimuladamente mientras. Cuando dijo que era un poco gilipollas, no pudo evitar pensar que había acertado de pleno. Entendedlo, alguien que insiste en un tema del que no se quiere hablar o evitar, y encima con tanta ironía y sorna, pues no, no cae del todo bien al principio. Por desgracia, sus palabras más bien hicieron un efecto totalmente contrario hacia aquel tío y su banda (cómo no, ¿es que no habían entendido que los hombres NUNCA escuchaban? O casi nunca, si se prefería.) No al menos en Gotham, donde el ego estaba más alto que la moneda con más valor del mundo, que por cierto, ahora no recordaba cual era.
El hombre, por su parte, se empezó a reír a carcajadas que casi parecieron una morsa con problemas de garganta.
-¡Mirad, chicos! ¡El canijo se ha atrevido a amenazarnos! -dijo como si fuese lo más divertido del mundo, y los demás les siguieron las risas. Así, se levantó. Coral casi pensó que iba a partir la silla de la forma en la que la apartó, pero por suerte quedó intacta. -Oye, renacuajo. ¿No te han enseñado que el fuerte manda en el débil? - Coral dio otro sorbo a su Verano en las Indias, tranquila, escuchando.
-Vamos, mantén esa boquita cerrada y no molestes, emo de mierda...-Sí mal no creía, lo dijo por su mechón blanco. -A no ser que quieras que te rompa esa cara de baby que tienes. -y sonrió, sonrió con aquellos horribles dientes.
Coral se rió interiormente. Lo de "emo de mierda" le había hecho inevitablemente gracia, pero por fuera seguía igual de tranquila, muy al contrario que todos los demás presentes. Se podía palpar la tensión que se había colocado en el ambiente. ¿Lo peor? Los que habían entrado no eran los únicos. Nadie lo sabía, ni siquiera ella, claro, pero afuera habían unos cuantos más.
Qué expectación.
Casi estuvo deseosa de que uno de los dos levantase la mano.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 31st Enero 2015, 20:55
Ay, Dioses, pues si que nos habían tocado los matones tontos. Joder. Si al menos fueran los listos, pues oye, nos tirábamos unas cuantas pullas verbales, veíamos quién era más macho de los dos, nos dejábamos en ridículo mutuamente y tal, esas cosas que hacen los machos listillos. Pero no, estos eran los tontos. Una verdadera pena.
Michael se había quedado totalmente quiero tras la barra, pero no porque tuviera miedo de lo que podía pasar, vamos a ver, el WalkMoon tenía portero, por algo era, estos gilipollas le podían molestar e intimidar un poco, pero estaba acostumbrado. Más bien no se movía por ver qué era lo que iba a pasar. Al igual que medio bar, incluida la chica del tatuaje en la frente, aunque esta más bien parecía que quería reírse de la situación pero no podía. Una pena, unas risas ahora hubieran sido un buen aliciente para los mastodontes estos. En plan risa enlatada de televisión para que el siguiente actor tuviera su pie para seguir con el guión.
– A ver, canijo no se quien será, pero teniendo en cuenta de que estando sentado quedo a la altura de tus ojos, y que... bueno, de ti no. Tienes buen cuerpo, pero de tus dos compañeros de atrás sí. Me refiero a que les doblo la espalda... en fin, lo de canijo ha sido una mala elección, ¿no crees?
La camarera, aquella chiquilla nerviosa que aún no se manejaba bien con su nuevo trabajo, murmuró algo bajito y se coló tras la puerta del servicio. El ruido hizo que uno de los tíos se girara para mirar quién se había ido, y justo en ese momento, otro tipejo igual que ellos entró por la puerta principal.
– ¡Tios! ¿Y las cervezas?
Ah, qué bien, había más fuera.
– Pues es que este emo de mierda que va de sabelotodo no nos deja pedir.
– Ya es la segunda vez que me llamas así. ¿En serio tengo pinta de emo? Joder, tío, sí que necesitas gafas. Eso, o que tu cerebro no te da más para pensar en un buen insulto más que ese, ya que, es decir, no habrás visto un emo de verdad en tu vida si me comparas con uno.
Y, bingo. El matón de turno miró unos segundos al recién llegado, y tras un chat telepático que consistió en un un “¿Lo ahostio? “Sí, hazlo”, levantó el puño para arrearme el puñetazo de mí vida. Lo único con lo que no contaba era que eso era justo lo que quería. Le enganché del brazo y le hice una llave sencilla, esa que te deja el hombro adolorido y tu cabeza termina llevándose un buen golpe contra la barra del bar.
– Bueno trogloditas, ¿os suena el nombre de Señor Mentolado? Ya veo que sí – uno de los gilipollas esos hizo el amago de sacar un arma, una pipa o un cuhillaco, me daba igual, pero con la mano que tenía libre me abrí un poco la chaqueta y le mostré mi cuchillo de caza. Vamos a ver, como que iba a salir yo por ahí sin protección, ¡ja! – ¿Y os suena el nombre de Red Hood? – anda, mira tú por dónde, cómo les cambiaron las caras de golpe – Bueno, pues, ¿sabéis? Soy muy amigo suyo. Así que vosotros veréis si queréis tocarme los cojones y que yo le diga al encapuchado que hable con vuestro jefe.
Solté al tipejo que tenía contra la barra, pero no volví a sentarme, nada me aseguraba que fueran aún más tontos de lo que parecían y se lanzaran contra mí. Que los hay. Pero no, se miraron entre ellos y se separaron. No sin antes tirarme la cerveza al suelo. Wow, que malotes.
– Pff, vamonos, la cerveza de aquí es una mierda, no vale la pena. – y lanzó un escupitajo al suelo.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 5th Febrero 2015, 15:49
Los insultos verbales solo hicieron que ella siguiese bebiendo entretenida de su cóctel, mientras ambos se dedicaban a hablar como "buenos y civilizados caballeros", como hubiesen dicho en Londres. La verdad es que era casi como ver el monólogo de un duo cómico. Al menos, así fue hasta que el grandullón alzó el brazo para proporcionarle al chaval lo que hubiese sido una ostia limpia en toda la cara. Y recalco lo de hubiera porque al final quien se llevó el golpe fue él, y contra la barra, sonando con fuerza. Michael se llevó repentinamente las manos a la cabeza, como si acabase de ver el mismísimo cáos desatándose, y uno de los matones reaccionó rápidamente al verlo, dispuesto a atacar. El problema fue que Coral no le dejó: ya se había bajado de la silla y levantó esa metiendo el pié justo debajo de la pata, alzándola para cogerla de dos de las patas y dándole con todo el posadero en su nada bonito rostro, haciendo que retrocediese del impacto y la sorpresa, llevándose las manos a la nariz. Después, volvió a dejarla y sentarse como si no hubiese pasado absolutamente nada.
Hicieron ademán de volver a la carga, pero algo los paró: fueron las palabras de Mr. Mechón Blanco, que comentó algo sobre un tal Red Hood y un señor Mentolado (nombre que, por cierto, hacía más gracia que otra cosa). Tardaron un poco mientras el que habían estampado contra la barra volvía a incorporarse, haciendo duo con el otro en cuanto a su nariz, y al final, aun rechistando, terminaron por irse. La castaña siguió sus pasos de reojo, y no volvió a reaccionar hasta que no fue seguro que habían abandonado por completo el bar. Entonces, volvió a mirar al chico, ahora más llena de curiosidad que otra cosa.
-¿Red Hood y el Señor Mentolado? Suena como si caperucita hubiese ido a buscar al alcalde de Villa Fábulas. -respondió, siendo ironía, pero sonando la mar de tranquila. - ¿ Son una especie de héroes o algo así? Últimamente en Gotham están apareciendo un montón de ellos, al menos, desde que pasó lo de la colisión de los mundos, o al menos así es como lo llaman. -respondió, encogiéndose con suavidad de hombros, como si realmente fuese una inocente guiri inglesa que solo había oído hablar de ello. -Vi a unos, aunque no me se sus nombres. Uno tenía un traje que me recordaba a un murciélago. También en las noticias a otro con máscara de....espantapájaros, si mal no recuerdo.
Si aquel tío sabía algo interesante, era la mejor opción para ver si podía enterarse de algo que no supiese ya.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston 8th Marzo 2015, 21:29
No tardó mucho hasta que se escuchó como los mastodontes esos, tras reunirse fuera con el resto del grupo, decidieron que este bar no era el adecuado y se marcharon calle arriba. Ay, hijos, dad gracias que existe alguien tan jodidamente necesitado como para contrataros, porque más escoria y no nacéis. Respiré hondo y relajé el cuerpo, ya no tenía que estar en tensión para atacar o defenderme.
– ¡Caroline! ¡Los gilipollas se han ido, saca tu culo aquí afuera y ponte a limpiar su desastre! – no tardó en gritar Michael, la mar de tranquilo, como si no hubiera tenido una pseudopelea en el bar en ningún momento. ¡Caroline! ¡Eso era! ¡Ya sabía de qué conocía a la chica de mi anterior mundo! Madre soltera que se había metido de camello para llegar a fin de mes. Había sido uno de mis contactos durante bastante tiempo. Pues sí que le iba mejor en este mundo, sí. ¿Seguiría teniendo a Dennis? Era un crío adorable, joder.
Aparté la silla, dejando el espacio suficiente como para que la Caroline de este universo pudiera limpiar la cerveza derramada sin que hubiera nada en medio. Michael regresó con su infernal música en español, y la guiri inflesita de al lado regresó a su asiento (con el que había golpeado a uno de los tipejos de antes con la cabeza) mientras me miraba con una curiosidad latente. Oh, genial, ya me conocía yo esa expresión de sobra, a saber con qué me salía ahora.
Ajam.
Contuve la sonrisa socarrona que luchaba por salir de entre mis labios. En mi mundo, Batman era reconocido hasta en China, y en este, bueno, quizás no lo era tanto, por el choque de universos y demás, pero tras... ¿cuántos meses? ¿Casi 3? Volvía a ser más que reconocible. Al igual que los villanos. Y luego, ¿colisión de mundos? ¿Quién a parte de los involucrados en él lo llamaba así? En fin. Chiquilla, de guiri inglesa al final habías tenido poco, minipunto para ti. Pero el plumero que se te acababa de ver había estropeado toda gloria posible.
– Espero que jamás te plantees ser periodista, eres tan poco sutil como un elefante en una cristalería. Uh, tampoco seas poli, los interrogatorios serían el mal – saqué un billete de 20 que dejé sobre la barra –. Cóbrate de aquí, Michael. Y el cambio se lo das a Caroline, un incentivo para que no se esconda la próxima vez – dije lo suficiente alto como para la interpelada pudiera escucharme, y antes de irme, me acerqué a la chica de la estrella, inclinándome un poco hacia ella –. Si quieres conseguir información de alguien, cúrratelo un poco más la próxima vez, o ve de frente. Estas mierdas de me hago la tonta y a ver qué cae del manzano, nunca cuelan.
Saqué el paquete de cigarrillos que llevaba en el bolsillo y me metí uno en la boca mientras me despedía de la chiquilla esa con la mano y me giraba para salir del bar, encendiéndome el piti al abrir la puerta. Al final no es que hubiera sido una estancia de puta pena, me lo había pasado medianamente bien... pero mejor regresar a casa, pedir pizza y mandar a Gotham, en todo su esplendor, a la mierda.
Coral:
Perdona la mierda de post, pero como dijiste que te ibas del foro, al menos una gran temporada, he preferido cerrar este rol en vez de dejarle abierto hasta que vuelvas. Mejor, a tu regreso, abrir otro. Por lo que perdona el cierre tan abrupto y cutremente escrito, pero mejor que puedas marcharte tranquilamente sin cosas a medias. Si regresas, ya sabes que encantado de volver a rolear juntos.
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Tema: Re: Dale a tu cuerpo alegría, Macarena (27 de mayo del 2018) OMEGA - Coral B. Hiddleston
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