[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - El velocista de la discordia [13 de abril de 2019](Thaddeus, Raven y Wally)

Thaddeus como ya no tenía que guardar las apariencias ni fingir ser Bart, se mostraba con su aspecto real. Mostraba de forma natural su pelo rubio y su traje verde de villano.


Su plan había funcionado y había conseguido secuestrar a su objetivo. Con el actual Flash en sus brazos, Inertia corrió con la velocidad del relámpago hasta sus dependencias. La satisfacción de tener entre sus manos aquel trofeo era inmensa. Por fin podría vengarse de aquella familia que tanto le había perjudicado y fastidiado desde que fue creado. Tenía la imperiosa necesidad de deshacerse de cada uno de los héroes conectados con al fuerza veloz. Era una obsesión que no le dejaba en paz. No podía olvidarse de la Flash-Familia. Era superior a él. Esa idea de destrucción estaba grabada fuertemente en su mente. Nada podía sosegar aquel deseo de verles despedazados.

El escondrijo del villano adolescente  era diferente del anterior. El anterior era un especie de laboratorio.  Este se situaba en una zona alejada de la urbe y de gran presencia natural de Tuscaloosa, Alabama. Había elegido el estado de Alabama  porque había albergado a Bart durante su primera época  en la tierra. Como algo simbólico y sarcástico. Era una gran casa situada en el monte cerca de un lago. un lugar que resultaba cómodo y seguro para llevar a cabo sus clandestinas actividades. El interior estaba decorado como un casa lujosa. Había en la habitación aparatos extraños pero no daba la impresión de ser un almacén o una zona de experimentación. Si algo había aprendido de sus meses de encarcelamiento es que tenía que disfrutar un poco más la vida. Disfrutar no sólo de su actividad criminal sino también de los excesos mundanos.


Tiró al segundo Flash al suelo sin importarle si la caída podía producirle algún daño. Aunque los efectos del spray anti-velocistas iban pasando, tardarían todavía un rato en pasarse. Sabiendo y calculando bien el tiempo de acción de la sustancia en el cuerpo del pecoso, Thaddeus se marchó un momento para traer algo que siguiera dándole ventaja. En nada regresó con una caja negra forrada de terciopelo. Parecía el típico estuche donde se guardaban gargantillas.

-Te tengo un regalo.- sacó un collar de color negro metálico. Era fino y ligero.  había sido creado con los metales del futuro con los que se hacían las tecnologías más pequeñas y sofisticadas. En su centro había una especie de de gema verde. El clon la apretó y se puso a vibrar. Luego se lo colocó al velocista pelirrojo. Se escuchó un ligero clic, indicando que el artilugio estaba completamente cerrado. Una vez que se colocaba la gargantilla sólo se podía sacar con un llave minúscula que Thaddeus había guardado concienzudamente.

- Precioso, bitch. El verde es realmente tu color.- Comentó de forma sarcástica y le guiñó un ojo. El collar era un inhibidor de speedforce. Cortaba automáticamente la conexión con la fuerza veloz de cualquier usuario de esta que lo estuviera portando. Aún con el mayor ligeramente atontado, le amarró. Así evitaba que el pecoso intentase huir. Le puso un trozo de cinta americana. No quería escuchar los reclamos ni las preguntas de ese hombre.

El rubio se sentó presumidamente en un sofá que estaba tapizado con un terciopelo verde. Se mostraba orgulloso como si fuera un joven heredero que hubiera alcanzado el trono alzándose sobre su enemigos. Miró de forma cínica a Wally frente a él.  Nunca iba a olvidar la  frase que una de las versiones de ese hombre le dirigió al inmovilizarlo y dejarlo convertido en una estatua de museo:  "obligado a mirar,  cien años sin parpadear al  fantasma de un hombre que nunca podría ser". Sentía la rabia arder la recordar tanto su encierro como esa altiva frase. Hundió con fuerza los dedos en los apoyabrazos del sillón. No podía dejarse llevar por la venganza. Ese era su momento.  Ahora tenía al pelirrojo en sus manos y le obligaría a permanecer quieto mientras el mundo se hundía. Mientras los demonios masacraban el mundo y se llevaban con ellos a las personas más importantes. Los speedsters que siempre se sacrificaban para mantener a salvo lo que más amaban; su familia y sus amigos. Sonrió con malicia. Ese era su punto clave. Así se les minaba. Impidiendo que pudieran salvar a sus personas más preciadas. El mayor daño para ellos era no intervenir.  

Inertia se quedó sentado en su trono verde durante un rato. Miraba y jugaba con una tablet. No dijo más de lo que había dicho en un principio. La falta de información y la espera podían crear un ambiente de desesperación y eso era lo que buscaba. Dejó que el tiempo pasase lento y habiendo transcurrido un par de horas se levantó. El silencio impreganaba todo el lugar. Le dejo ahí sin decir nada. Se levantó y con paso lento mientras sonreía de soslayo se dirigió a la cocina. Thaddeus procuraba no hacer el mínimo ruido. Cuando volvió a la habitación en la que  se encontraba Wallace, trajo consigo un montón  de  comida y se la comió delante del pelirrojo. Hizo bastante  ruido para intentar enervar al más  viejo. Se volvió  a tumbar en el sillón  verde y mirando el objeto electrónico  dejó pasar  un rato más. De nuevo volvió  a abandonar la estancia. Al rato apareció  con un mendrugo de pan duro y un vaso de agua con un pájita.  Desató sin cuidado alguno la boca de Wally para que comiera y bebiera lo que le había  dejado. No le podía  matar de hambre. Su venganza  no se cumpliría de ser así.

-Duele mucho cuando te rompen una pierna. Aunque seas un velocista, te retuerces de dolor mientras el cuerpo sana. Tarda unos minutos y se hacen eternos. ¿Cómo lo vivirá una persona sin conexión con la speedforce?-

Pero no le gustaba ni podía esperar mucho. Así que mientras acontece el apocalipsis, se iba a divertir con el cuerpo del mayor. Su vida habitualmente estaba vacía de emoción. Él no tenía un registro de emociones básicas. Sólo había algo que le hacía romper esa situación de apagado, era provocar dolor. Cuando más sufría una persona, más sentía. Era una sensación inmensamente placentera y cálida. La tortura le hacía sentir la felicidad.

- ¿Te ha contado Bart que una vez le maté? - Se relamió. Sintió regocijo al recordar la vida escaparse del menor de los Allens.- No me ofreció un buen espectáculo. Gritó como una zorra. - se rió de forma perversa. - ¿Walls, vas a ser más orgulloso y difícil de quebrar? ¿Me vas a ofrecer un orgullo y una dignidad de despedazar?-

Thaddeus levantó su pierna, cogiendo impulso para patear la del otro velocista y romper los músculos y huesos de Wallace.

Wally West estaba en sus manos y por ello se sentía inmensamente pletórico. Sus planes de venganza iban a cumplirse. En su agraciado y armónico rostro se dibujó una gran sonrisa egocéntrica. Sabía que era mejor que los velocistas de la familia Allen-West.

Por fin había cumplido su misión. El objetivo para el que había sido creado; destruir la rama de speedster que desvalorizaba la grandeza de sus poderes. Podar la rama familiar que en vez de lanzarse a la gloria y sentirse orgullosos por ser mejores que la media. Con eres superior debes reinar. No desperdiciar tus talentos para ayudar a esos pobres desgraciados que no sobresalen.

Sentado en su asiento como si fuera un gran rey, miraba sin perder ni un detalle del despertar de Wally West. Sus intentos desesperados por liberarse de sus ataduras le hacían sonreír. El clon de Bart sabía perfectamente que los velocistas sin la fuerza de velocidad eran como bebés indefensos. Disfrutó viendo al pelirrojo en el suelo sin tener ni idea de lo que estaba ocurriendo. Observó atentamente cómo Wallace iba despertando poco a poco. Veía cómo el cuerpo del mayor no estaba en sus condiciones más óptimas. Con la Speedforce los velocistas se recuperaban más rápido que los demás. Casi no sentían los efectos secundarios de ser drogados o intoxicados. Esas repercusiones que estaba sintiendo en aquel momento el West. También estaba sintiendo el maravilloso y dulce dolor de tener una rodilla destrozada. Thaddeus se deleitó viendo los gestos de sufrimiento en el rostro del pelirrojo. Se carcajeó con un sentimiento parecido a la felicidad. Para el joven rubio aquella escena era algo perfectamente hermosa. El sufrimiento de su rival le proporcionaba un electrizante placer. Para Inercia era todo un espectáculo. El tiempo pasaba y se respiraba la angustia, desesperación y la impotencia del pelirrojo. Un delicioso néctar para el Thawne.

Cuando Thaddeus le ofreció algo de comer, Wally le escupió en la cara. Edo enfadó al menor. Levantó su pierna y rápidamente le propinó una patada en la boca. Si no quería comerse la comida, que se comiera su bota. Se rió jactancioso.

- ¿Y cómo te vas a librar del collar? ¿Con la Speedforce? Es tecnología del siglo XXXI. No creo que siquiera entiendas su funcionamiento. - El rubio sonrió de forma cínica y burlesca. Miró arrogante y altivo al mayor. En su gesto se escribía metafóricamente soy más listo que tú.

- ¿Decías?- sonrió cínicamente mientras el actual Flash se retorcía de dolor.

Rápidamente tomó su teléfono móvil. Y busco algo. Acercó el aparato al velocista para que viera la imagen de la pantalla. En la imagen del móvil se mostraba la base de los jóvenes titanes totalmente destruida y calcinada. Inercia sabía que el equipo de héroes no había muerto. Tampoco su donante genético. Había visto las caras de los fastidiosos jóvenes superhéroes y también las palabras de Bart a la prensa. Pero no le daría a Wallace las buenas nuevas sobre sus seres queridos.

- Bart está muerto ya. Junto con vuestros incordiosos amigos. ¿Cómo sienta saber que cuando ellos luchaban y agonizaba tú estabas semi-inconsciente sin hacer nada? -

Thaddeus con furia le rompió la otra pierna, haciendo que sus huesos perforan la piel.

- Que tal si hacemos un homenaje a tu primo. Le gustaba dibujar. ¡Te acuerdas de esos dibujos de tu familia con Linda, son los únicos que no he quemado. Si de alguna manera logras salir de aquí, ¿le gustaría a Artemis que los colguéis como recuerdo en vuestra casa? ¿Se estaban llevando mejor?-

La réplica de Bart se fue un segundo. Cuando volvió le tiró a Wallace los dibujos que había realizado Bart de él con Linda y sus gemelos (Iris y Jay).Se mofó de forma sardónica. Aunque no había tenido noticias del exterior en su prisión de animación suspendida, no creía que Artemis y Bart hubieran progresado de alguna manera. Además, esperaba que su anterior intervención hubiera socavado alguno de los insistentes cimientos entre la apretó diz de Green Arrow y el primo de Wallace.

Sin mucha dilación tomó la mano del pelirrojo entre las suyas. Y empezó a romperle poco a poco cada uno de los huesos de la mano. Una vez partidos los huesos de ambas manos, tapó la boca del velocista de nuevo con cinta americana.

- Espero que te esté gustando cómo trato a los invitados en línea casa. - comentó burlándose.

Dió una patada un torso del mayor y volvió a sentarse en su trono verde. Observando el sufrimiento y la agonía del mayor. Al rato se le ocurrió lo que para él era una idea divertida. Dejó un momento solo a Wally en la sala. Tras unos momentos regresó con una caja de pinturas de manera. Agarró uno de los lápices de colores y haciendo uso de sus poderes se la incrustó al pelirrojo en el tobillo. Continuó clavando pinturas en los tobillos y en los codos de Wally, como si fueran pequeñas saetas.

- He sacado la vena artística de la familia.- comentó malicioso.

Fuera de la casa se escuchó un sonido desagradable, chirriante y metálico. Thaddeus echó un vistazo a su primo, pero había caído inconsciente a causa del dolor, así que se acercó cauteloso a la puerta que comunicaba con el jardín. Lo que vio allí lo dejó de piedra: los barrotes de hierro forjado de la verja se estaban desligando de la estructura principal como si tuvieran vida propia. Uno por uno se fueron separando y levitaron en el aire, colocándose en posición horizontal con las afiladas puntas de flecha por delante. Antes de que el joven velocista pudiera acertar a reaccionar, las improvisadas lanzas se arrojaron volando en su dirección. Thaddeus logró esquivar la mayoría de ellas, pero no pudo evitar que 3 impactaran sobre su cuerpo, clavándose respectivamente en su hombro izquierdo, costado derecho y mano diestra, impulsándole hacia atrás con toda la brutal potencia del lanzamiento, haciéndole atravesar la fachada de madera de la casa hasta quedar empalado en uno de los muros del interior, a no mucha distancia del cuerpo inconsciente de Wally.

Inmerso en un dolor agónico, apenas fue consciente del sonido que hacían los tacones de Raven al pasar, con total tranquilidad, por encima de los restos de madera astillada del umbral. Una vez dentro, la mirada de la semidemonio se dirigió, de inmediato, hacia el malherido pelirrojo.

- Sabía que podrías mantenerlo entretenido hasta que tuviera tiempo de pasar a recogerlo, Thaddeus -comentó con una media sonrisa burlona-. ¿Realmente creíste que te dejaría quedártelo? Hmmmm... -lentamente avanzó hasta acariciar la suave y tersa piel del muchacho más joven hasta acabar sosteniéndole con un dedo la barbilla-. Eres un criminal, Inercia... Y, francamente, el mismo concepto de crimen está muy por debajo de mí. No te necesito. Sólo te dejé que jugaras un ratito con él mientras me ocupaba de sus amigos. Me has servido bien, no obstante, así que, aunque la simple idea de dejarte ir me resulta repugnante... No te mataré. Ahora duerme, querido...

Ante la mirada hipnótica de la azariana, el velocista cayó en un profundo sueño. Sólo entonces se volvió Raven hacia el pelirrojo inconsciente y se arrodilló a su lado, sosteniendo su rostro entre las manos. El ser-alma de la semidemonio emergió de su cuerpo adoptando la forma de un cuervo demoníaco, con colmillos y una larga lengua de serpiente. Poco a poco todo el dolor y la agonía de Wallace comenzaron a disiparse; las heridas se cerraban, los huesos se soldaban y los lápices clavados fueron desenterrándose hasta caer inofensivamente en el suelo.

El pelirrojo abrió los ojos para encontrar que todo su dolor había desaparecido. Había una mujer sosteniendo su rostro entre sus manos enguantadas, e, inicialmente, no la reconoció. Tenía la piel cobriza, el cabello oscuro muy largo, dos pares de ojos luminosos, labios carnosos y las orejas puntiagudas. En cualquier otra situación habría podido resultar atractiva... en un modo extraño y no humano... pero había algo en ella... Algo siniestro...

Entonces vio la masa oscura que había tras ella, con una forma que vagamente recordaba un cuervo, sólo que retorcido y grotesco, una vaga burla de lo que una vez fue, pero inconfundible aún así. Sólo recordaba una sombra que tuviera la forma de un cuervo asociado a una mujer...

- Hola,Wallace... ¿me echabas de menos?

Thaddeus había sido creado y criado para ese fin. Torturar, asesinar, suplantar y aniquilar. Era lo único que había conocido. Nunca fue una persona, siempre fue un arma. Como su hómologo había sido criado hasta la adolescencia en una realidad virtual. Pero a diferencia de Bart, la programación de la máquina que educó a Thaddeus había omitido de forma totalmente intencional aspectos emocionales y sentimentales. Además, se había hecho especial hincapié en el odio de los Thawne a los Allen y en ejecutar la venganza sobre la familia de los velocistas fuera como fuese.  No existía Inercia como persona. no tenía ninguna meta a nivel personales. No le había permitido desarrollarse como individuo libre y autónomo. Nunca había podía decidir ni pensar sobre su propia existencia. Sin amor sin cariño y totalmente castrado a nivel sensitivo y emocional. no podía sentir ninguna emoción que no fuera odio, venganza o rencor. Por ello, su felicidad y placer habían encontrado su razón de ser en el dolor, en la tortura y en la dominación del prójimo. El clon de Bart era incapaz de sentir lástima o remordimiento. No podía conectar con otra persona. No poseía empatía. Su nivel de egolatría era muy elevado y tenía una aguda y creciente sociopatía. Para el joven rubio, las demás personas eran meros instrumentos. No las podía concebir como sus semejantes. Eran simples peones, muy inferiores a su persona.

Mentía  pero estaba hecho para ello. Había aprendido cómo resultar convincente. Copiaba miméticamente cada unos de las emociones pero no podía sentirlas. Sabía poner el tono de voz y replicar cada uno de las microexpresiones que acompañan a los gestos para que el receptor interprete como veraz lo que le cuentas. Estaba sonriente y orgulloso. pues pensaba que nada podía salir mal. La única información que iba a recibir el actual  Flash era por vía suya. Así que no tenía  manera de conocer la verdad. Por mucho que supiera que no se podía fiar de la palabra  de Thaddeus, no había forma por callar y aclarar los conocimientos  que le ofrecía  el malvado clon. Eso jugaba a su favor. El menor podía  minar poco a poco la entereza de Wally. No había cosa más placentera  que hacer pedazos  a alguien que tiene fe. Destruir cada resquicio de esperanza era como algo  delicioso.

Miró la sangre que caía de la por la boca del actual Flash. Se sentía ciertamente pletórico. ¡Qué hermoso es ver caer al enemigo! Infligir dolor al objeto de tu más acérrima  y candente aversión. Luego, hacer crujir y quebrarse cada uno de los huesos de la mano del pelirrojo. Eran exquisitos sonidos de victoria.  Cada una de las afrentas que perpetraba contra el mayor era como un pregón de su indiscutible triunfo. Por fin había conseguido la misión. Ahora era digno de ser llamado Thawne.  La familia Allen-West estaba a punto de ser extinguida y él era el artífice de este desenlace. Durante tanto había ansiado este final, que esos momentos se le hacían plenamente agradables y felices. Lágrimas recorrían el rostro de Wallace y Thaddeus al ver el producto salado de su esfuerzo, las recogió en su mano y las probó.  

-  Simple: te odio y me gusta.  Hacer daño es lo que quiero. El dolor, el sufrimiento, la sangre y las lágrimas umm son algo glorioso. - Se relamió  los labios disfrutando de la escena que tenía frente a sí. - No me conoces … -Dijo con tono de lástima fingido mientras andaba en círculos rodeando a su presa.- Seamos francos. ¿Me hubieras dejado matar a Bart y atormentarle hasta la muerte?No, porque tus estúpidos criterios morales te lo impiden.   Además, a mí me encanta esto y la vida que me ofrecéis no. Sabes lo mucho que he sufrido al escuchar las patochadas de tu cerda vietnamita. ¿Eso es vida tener que escuchar las idioteces de los demás y brindarles consuelo? Preferiría estar mil veces muerto antes de ser como tú o Bart o el imbécil de tu Tío Barry.-

Quizá Thaddeus sólo había sido una víctima de una mala educación. Un niño abusado y lleno de quiebre tanto psicológicos como emocionales. Tal vez si hubiera sido criado lejos de las manos de los Thawne y visto como algo más que un arma para conseguir una milenaria venganza, las cosas serían diferentes. Pero ya era muy tarde para el muchacho. Nunca había aprendido a sentir y tenía un ingente vacío emocional que nada podía llenar. Había suplido sus carencias y necesidades con los gritos de agonía y dolor. Era para el clon de bart impensable redimirse, buscar otro camino o sentir algún día una emoción sincera y positiva. Su vida se había visto teñida de odio  y tan profundo clavó sus raíces la venganza que no tenía manera de escapar.

Inercia ideó otra sádica e irónica tortura para Flash. Empezó a clavar en las articulaciones del mayor pinturas de madera y cada pintura que clavaba emitía una sonora y malévola carcajada. A la mitad de los empalamientos el mayor se desmayó presa del ingente dolor. Thaddeus suspiró con hastío. no había previsto que un velocista sin sus poderes fuera tan endeble. No era gracioso ni placentero torturar a alguien que ha perdido el conocimiento. Con rencor y enfado propinó un patada el saco de carne que era Wallace en el estado en el que se encontraba.

Dejó de ensañarse con el cuerpo a su merced al oír unos ruidos extraños provenientes del exterior. Intrigado salió a la calle para descubrir el origen de aquellos sonidos metálicos y chirriantes que le producían confusión y desagrado. Al salir al jardín  pudo observar como los barrotes de la verja se estaban moviendo como si tuvieran vida propia. Eso era extraño y le intrigaba. Se acercó  sin tener ningún tipo de cautela a lo que empezaba a ser una estructura destartalada. Al ataque de los hielos le pilló  desprevenido. Pero gracias a su velocidad pudo esquivar algunas de las improvisadas flechas. Aunque pudo librarse de la mayoría de las lanzas, tres se incrustaron en su cuerpo. Por lo que no pudo evitar ser arrojado con una brutal fuerza contra la pared. Inercia quedó incrustado en uno de los muros interiores cerca de la casa. Estaba confuso y agonizante. En su estado no pudo contrarrestar los ataques de su agresora. Su anatomía  no se curaba tan rápido como el de los conectados con la Speedforce. Una voz conocida le habló  e hizo el esfuerzo por estar consciente  y mirarla  a la cara. Era la Raven demoníaca. La mujer con la que había  pactado su venganza.

-  Parece que  ya no hay honor entre villanos.- replicó. La hija de Trigon le acarició el rostro. Un contacto que de estar en sus plenas facultades  habría evitado. Desde mi perspectiva somos iguales, zorra demoníaca.- Otra muesca en su lista de retribuciones. Ahora había caído pero cuando se alzas haría a la traicionera mujer inclinarse. Esa idea se alojó  en su mente mientras se dormía  por orden de la demonio.

Thaddeus  se quedó  en aquel  estado soporífero. Mientras  tanto Raven curaba y se llevaba al velocista. Otro prisionero para el bando de los aliados del Octavo  Demonio.