Tercera llave: mansión de hielo y fuego (Dalae, Alice, Sasha y Clint) [14/03/2019]

Una tenue luz plateada iluminó el reino de los muertos de la diosa Hela, como cada vez que se anunciaba la llegada del amanecer. Las noches eran frías y oscuras en la ciudad de mármol y piedra gris, y la poca luz que resplandecía en aquel lugar era tétrica y ausente de la calor del sol.

Dalae estaba acostumbrada a aquel tenebroso lugar lleno de almas en pena que vagaban de un lago a otro, buscando su razón de continuar existiendo. Pero para Clint y Arturo, Niflheim era un lugar poco agradable y acogedor. Desde que vivían allí, habían empezado a echar en falta la calidez de las mañanas de Midgard y el sonido estruendoso del claxon de los coches conduciendo por la quinta avenida.

Cuando citó a sus tres fieles servidores, Loki se encontraba en la sala del trono, junto al tablero de ajedrez de figuras negras y blancas. Parecía juguetear con una pieza en concreto, pero la dejó en su lugar antes de que alguien se diera cuenta de lo andaba haciendo.

—Buenos días...— dijo, dándose la vuelta para observar con una traviesa sonrisa a su aprendiz y a los que le acompañaban. — Espero que hayáis descansado bien, puesto que hoy finaliza vuestra pequeña misión…

Arturo no pudo evitar llevarse la mano a la boca para disimular un bostezo. Lo cierto era que se había pasado más de diez horas durmiendo como un bebé recién nacido. Se sentía agotado por el ajetreo del día anterior, y su cuerpo había tardado en desintoxicarse del hechizo de seducción que Loralei le había lanzado. Después de todo, Razor era un humano normal y corriente, bastante influenciable cuando se trataba de hechizos mágicos.  

Pero el hombre de cabellos blancos no fue el que se llevó la peor parte de aquella batalla. Raden, se sentía todavía ligeramente atontado, a la par de cabreado, después de que Loki le ayudara a revertir la petrificación de su cuerpo. No perdonaría a la bruja tan fácilmente, y estaba deseoso de vengarse si volvía a encontrarse con aquella mujer.

—Bien. Explicaré de nuevo la misión para las nuevas incorporaciones...— dijo alzando las cejas y mirando en dirección al arquero.— Necesito que me traigáis la la cuarta llave de cinco, marcada con la runa de Ingwaz, la runa de los nuevos comienzos…

Empezó, y después paseó hasta el estanque de adivinación. Con un gesto, la magia quedó impregnada en sus calmadas aguas y mostró una imagen conocida para todos; la mansión X de Charles Xavier.

—Como ya sabréis, las llaves escogen el lugar más apropiado para esconderse de aquellos que no las merecen. En este caso, es bastante apropiado que la runa de los nuevos comienzos se encuentre en una escuela llena de adolescentes con poderes que todavía no saben lo que hacer en el futuro…— por alguna razón, aquello último sonó un tanto despectivo en labios del embaucador.

—Quiero que os infiltreis en el colegio y me traigáis la llave. Probablemente, ésta se la misión más peligrosa hasta la fecha, puesto que estaréis rodeados de enemigos… —advirtió, mirando con intensidad a Arturo y después a Dalae— Pero por eso mismo, Clint Barton os va a acompañar esta vez.

—Ya conocéis a Hawkeye, ex-miembro de los Vengadores y de S.H.I.E.L.D., la famosa agencia secreta de inteligencia y espionaje… — señaló a su ex-compañero de piso, y esperó a que el castaño se presentara como es debido. — gracias a que es una figura pública y bien reconocida, esto nos dará una gran ventaja a la hora de infiltraros. Os haréis pasar por agentes de S.H.I.E.L.D. para acompañar a Clint sin levantar sospechas. Si alguien os pregunta, estáis en una misión secreta y no podéis revelar ningún tipo de información. En los casos más extremos, recordad que no debéis decir nada que os relacione con Asgard o conmigo. Muchos creen todavía que Loki sigue muerto, así que de momento dejaremos que lo sigan creyendo… — su sonrisa se tornó un tanto siniestra y sus ojos reflejaron el odio que todavía sentía por los que le habían intentado asesinar.

— Una vez encontréis la llave, deberéis marcharos lo antes posible para no poner en riesgo vuestras verdaderas identidades. Si las cosas se complicaran, puedo teletransportaros de nuevo a Niflheim en un santiamén, pero sólo si alguno de vosotros tres tiene la llave en su posesión. —finalmente, Loki dio por concluida la explicación. — ¿Alguna pregunta?


FDI: ¡Bienvenidos al último post de las llaves! ¡Bieeeeeeen! Espero que disfrutéis con el tema y podamos hacer un post interesante entre los cinco, jejejeje. Voy a dejaros unas pequeñas indicaciones para que lo tengáis en cuenta en vuestras respuestas:

En este primer turno deberán responder Dalae y Clint para establecer una estrategia. Después contestarán Alice y Sasha, y explicarán lo que andan haciendo en la mansión. Sasha es la única que sabe dónde está la llave, puesto que se la encontró por casualidad rondando por la mansión hace ya un tiempo. Si en algún momento necesitáis el apoyo de pnj de la mansión, como Charles Xavier, Tormenta, etc, para darle un poco más de chicha al tema, escribidme antes un MP con vuestra estrategia y os daré el ok. Cuando tenga que intervenir como narrador os lo indicaré antes de postear. ¡A pasarlo bien!

-En todos mis años nadie, ni divino ni mundano, se había atrevido a petrificarme. ¿Quién se cree que es? Y todo por una espada forjada por un don nadie. Ahora sé que los asgardianos no pueden caer más bajo...-Raden llevaba murmurando cosas de ese estilo desde que Loki lo había librado del hechizo de Lorelei el día anterior. Dalae se preguntaba si habría parado en algún momento de la noche, porque era lo último que había escuchado antes de quedarse dormida, y lo primero que había escuchado al despertarse.

Quizás fuera culpa suya, en parte. No debería haber sonreído cuando el enorme lobo blanco se había caído de lado, al no poder mantener el equilibrio en la postura en la que lo habían “esculpido”. Pero Raden tampoco tendría por qué haberle gruñido así… Al fin y al cabo, ese día tenía tantas ganas de salir del palacio como él: Ninguna. Y, fuera como fuera, las protestas de Raden no ayudaban demasiado a mejorar su humor.

Fueron los primeros en llegar al salón del trono, a pesar del paso más lento del lobo. Clint se les unió poco después, seguido de un ojeroso Arturo que aún se restregaba los ojos con la mano. Esperaba que se despejara rápido… Puede que lo necesitaran si alguno de los mutantes decidía usar sus poderes contra ellos, pero eso no significaba que pudiera hacer lo que quisiera. Nadie era imprescindible, y si por Dalae fuera, irían con Verity en su lugar. No es que su habilidad para ver la verdad fuera más útil para esa misión en particular... Más bien al contrario, ya que la chica tatuada seguramente no podría mentir ni para salvar su vida. Pero, al menos, era una persona cuya presencia le resultaba tolerable, y eso era algo que la bruja de hielo apreciaría.

Pero no. No sólo tendría que infiltrarse en una mansión llena de héroes con poderes, con el riesgo adicional de encontrarse con su hermana, sino que además tendría que hacerlo con esos dos. -Buenos días...-Dalae se tensó un poco, apoyando la mano en el cuello de Raden. Ambos se mantuvieron en silencio mientras la explicación continuaba, observando cómo la imagen de la Mansión X se formaba en el estanque. Era incluso más grande de lo que había esperado, pero por suerte, Loki había pensado ya una manera de facilitarles la tarea. Eso también explicaba por qué Barton estaba allí: La chica de pelo negro tendía a olvidar que, antes de que Loki le pusiera las manos encima, Clint había sido parte de los héroes más famosos de Midgard. Y eso podría abrirles muchas puertas, lo cual siempre sería menos arriesgado que intentar colarse por la noche sin ser vistos, por ejemplo.

-¿Alguna pregunta?-Podía notar algo de impaciencia en las palabras del príncipe. No le extrañaba, al fin y al cabo era natural que quisiera recuperar aquello que le pertenecía. Y ya faltaba muy poco… Pero seguía sin saber más que al empezar, y eso la inquietaba. ¿Por qué Loki se negaba a compartir sus sospechas? Estaba segura de que sabía mucho más de lo que decía. -Sí. He oído que el líder de esa escuela es un lector de mentes… ¿Podemos confiar en que confíe en el arquero lo suficiente como para no irrumpir en nuestros pensamientos?-Los ojos del fantasma se estrecharon un poco, mirando a Clint como si quisiera ver a través de él. No le parecía una persona tan de confianza, sinceramente… Aunque eso aplicaba a casi todas las personas que Raden conocía.

Dalae suspiró, cruzando los brazos sobre el pecho. -Aparte de eso, será más fácil que os dejen entrar y registrar el edificio si usamos como excusa que la llave es una amenaza mágica. Si la han encontrado, probablemente nos la entregarán sin más resistencia.-Era algo improbable, ya que la mansión tenía mil y un lugares en los que algo tan pequeño podía esconderse, pero… Siempre cabía la posibilidad de que, por una vez, pudieran hacer un trabajo sin ser detectados. -Hay una persona en la Mansión que me conoce. Una Xman llamada Sasha Triger, con el nombre clave de Celsit. Voy a ir cubierta con una ilusión pero, aún así, la evitaremos. ¿Entendido?-Ninguno de los dos midgardianos sabía que estaba hablando de su hermana. De hecho, en lo que a ellos respectaba, Dalae no tenía familia alguna. -Es fácil reconocerla, tiene el pelo gris con puntas rojas.

-Es imposible que tu ilusión me cubra a mí también lo suficiente como para pasar desapercibido, niña… Buscaré por mi cuenta.-Suponía que esa era una de las pocas ventajas de ser un fantasma capaz de transformarse en una voluta de niebla. Sería difícil que alguien lo viera mientras husmeaba por ahí, y si eso ocurría de todas formas siempre podían echarle las culpas a la llave. -Bien… Por último, si alguien se da cuenta de que no somos quienes decimos ser: Que no de la voz de alarma. No vamos a entrar a pelear.-Sus ojos azules se fijaron especialmente en Arturo, su escudo humano particular. Lo que daría por quitarle ese complejo de espada que tenía. -Si aunque sea por accidente herimos a alguno de los suyos, difícilmente nos dejarán marchar de una pieza. Y si aparece alguien más interesado en la llave… Tenemos que asegurarnos de que los mutantes saben que la verdadera amenaza es el otro, no nosotros.

Raden empezó a disolverse en bruma, listo para regresar al bastón que descansaba atado a la espalda de la asgardiana. Llevaba puesta la misma armadura ligera de siempre, con una espada a la cadera y varias dagas que esperaba no tener que utilizar. Todo ello desapareció en un brillo verdoso cuando usó la pulsera, escondido bajo la imagen de una chica completamente distinta vestida con un uniforme de SHIELD. Había memorizado bien esa imagen: El pelo marrón caramelo recogido en una coleta alta, los ojos de color castaño oscuro, la piel algo bronceda. La misma cara que había vestido para acercarse con impunidad a Arión ahora le incomodaba un poco, como una prenda que de repente queda pequeña. Pero era la que más había usado hasta la fecha, y probablemente, la que mejor podría mantener si la misión se alargaba. -¿Hay algo que debamos saber de SHIELD antes de hacernos pasar por ellos?

Clint se sentía mas radiante de lo había sido en las últimas semanas.  El paisaje desolador, el clima hostil y la escasez de luz solar habían hecho mella en el arquero. Ya no se entrenaba con el mismo espíritu del principio, se pasaba largas horas en su cuarto reflexionando sobre sus escasos recuerdos los cuales estaban contaminados por las venenosas palabras del Dios de las mentiras. Pero al fin había llegado el día donde dejaría de comerse la cabeza y podría entrar en acción, esperando que el sol de New York le respondiera las pilas. Y él ya estaba preparado con su fiel arco, su carcaj lleno de flechas de todo tipo y su buen tazón de café, que se lo iba tomando entre explicaciones de su amigo. No supo por qué su corazón se contrajo al escuchar sobre S.H.I.E.L.D. No sabía cómo racionaría frente sus antiguos compañeros de equipo. Al ser nombrado saludo a los presentes con una radiante sonrisa para que nadie se diera cuenta que estaba en su mundo. Por muchas veces que viera y escuchara a ese lobo hablar aún no se acostumbraba, era algo que tardaría en asimilar, así que para esconder su asombro dio un largo trago a su taza de café. Como no la muchacha era la mente pensante del nuevo grupo que se había formado.

Sí, no es mala idea. Dalae, si dices que hay una chica que te conoce sería bueno pensar un nombre falso, vaya a ser que pase cerca, por casualidades de la vida te nombro y ata cabos, entonces podríamos decir adiós a nuestra misión.

Y otra vez ese lobo jugando con su olvidadiza mente, verlo transformarse en bruma y meterse en aquel bastón también le sobrepasaba ya que los poderes que más recordaba eran de rayos y de gran abaste destructivo.

Pues los de S.H.I.E.L.D. son serios, poco habladores, ariscos, listos y con muchas ganas de matarte desde las sombras; vaya, como vosotros, así que no tenéis ningún problema. ¿Te puedo llamar Kate? ¿O Bárbara? No están mal estos nombres…

No supo porque cuando definió a sus antiguos compañeros tenia bien presente a una mujer pelirroja vestida de negro, supuso que fue la miembro con quien más paso tiempo. El nombre de Bárbara no sabía de donde había salía pero tenía un extraño cariño, como si le perteneciera a una mujer importante en su vida, para no nombrar al de su adorable discípula Kate Bishop, deseando que a las tres mujeres les fuera todo bien. Entonces Loki abrió un portal cayendo en la cuenta de que aun tenía su taza y como si no fuera la gran cosa se la dio a Loki con todo el descaro que le caracterizaba.

Toma, cuídala con cariño hasta que vuelva, es mi taza favorita

Y cuando se dio la vuelta para pasar por aquel portal después del peliblanco escucho el característico sonido de la porcelana rompiéndose. Sonrió sabiendo que ese era el único destino que había para la pobre taza una vez estando en las manos de aquel Dios. Se dio la vuelta dejando pasar a la muchacha para mirar a su supuesto amigo, fingiendo desdicha por lo ocurrido.

Madre mía Loki, que torpe eres ¿acaso todo lo que tocas se rompe? Pero no sufras, después de la misión comprare una taza que ponga “el mejor amigo”, para que veas lo mucho que te quiero.

Con toda su teatralidad le lanzo un beso para irse corriendo hacia el portal para no sufrir la furia del asgano. Sacarle de sus casillas se estaba volviendo uno de sus pasatiempos favoritos, aunque también uno de los más peligrosos recordándole todas esas veces que le lanzaba una bola de hielo y se pasaba un par de días con un bonito chichón en la cabeza por su impertinencia. Una vez todos habían pasado el portal se cerró, encontrándose en los hermosos jardines de la mansión, detrás de un cobertizo donde seguramente guardarían las herramientas de jardinería.

Que bonitas vistas, dan ganas de montar un pícnic.

Dijo sonriente con las manos en la cintura, como si fuera uno de ciudad visitando la natura sintiéndose ya super naturalista.

Loki alzó una de sus cejas, a la pregunta que había formado el lobo de Dalae, y sonrió.

—Si, claro que he pensado en eso. Evidentemente.— aclaró, dejando ver que había sido una ofensa para él dudar de su capacidad para estar al tanto de todos los detalles de la misión. De su alforja sacó tres collares de color plateado y los fue dejando sobre las palmas de la mano de los tres compañeros. — Estos colgantes tienen un hechizo de protección que impedirá que puedan escudriñar vuestra mente o leeros los pensamientos. Mientras lo llevéis puesto, no tenéis nada que temer. Pero tened en cuenta que sólo funcionarán durante tres horas en el momento en el que os lo coloquéis alrededor del cuello. El resto dependerá de vosotros…

Dicho esto, el señor de las mentiras dejó que sus leales súbditos discutieran entre ellos sobre cuál sería la mejor estrategia posible. Una sonrisa afilada se dibujó en cuanto escuchó el nombre de Sasha. La buena y temperamental hermana de Dalae iba a estar en aquella mansión, y aunque podría resultar ser una dificultad para la misión, Loki se deleitaba con el simple pensamiento de que aquel encuentro podía quebrar aún más su relación y separarlas para siempre.

Después, observó la actitud de Arturo, que todavía seguía dormido y atontado por el hechizo de Lorelei del día anterior. El embaucador dejó escapar un suspiro lleno de paciencia, y aprovechó el momento para lanzarle un hechizo de transformación. El flacucho chavalín de pelo blanco se convirtió de pronto en un hombre robusto de piel oscura y gafas de sol. Un aspecto que resultaba bastante intimidante para aquellos que le vieran. Con aquel gorila trajeado sería menos probable que les asaltaran con preguntas estúpidas.  

—¡Cómo mola!— expresó el Dragón del Este, comprobando el enorme tamaño de sus brazos y piernas. Era un poco incómodo moverse con aquel cuerpo, pero sin duda había ganado en fuerza bruta. En cuanto la hechicera de hielo recordó que no quería entrar a pelear de buenas a primeras en la mansión, el pecho de Arturo se desinfló como un globo. —Mecachis...

Finalmente, el último en dar su opinión sobre el asunto fue Clint Barton.

—Pues los de S.H.I.E.L.D. son serios, poco habladores, ariscos, listos y con muchas ganas de matarte desde las sombras; vaya, como vosotros, así que no tenéis ningún problema. ¿Te puedo llamar Kate? ¿O Bárbara? No están mal estos nombres…

— No hay necesidad de matar a nadie, Hawkeye...— le recordó el dios de las mentiras, dejando escapar un largo suspiro.— De momento.— pensó, aunque estaba claro que algo en la cabeza del arquero no funcionaba nada bien. El engaño que sufría el Vengador no le impedía recordar ciertos aspectos de su persona. Hacía mucho tiempo ya que el Asgardiano no había vuelto a matar a nadie, y la verdad, tampoco lo echaba de menos. A Loki no le gustaba ensuciarse las manos directamente.

—Realmente no tenéis la necesidad de hablar sobre S.H.I.E.L.D. Lo único que sé sobre la organización es que su líder, Nick Furia, ayudó más de una vez a los Vengadores a proteger los Estados Unidos. Pero vosotros sois peones de S.H.I.E.L.D., así que si os piden demasiadas explicaciones... negaros a contestar. —dijo, simplemente— Vosotros sólo habéis recibido órdenes de arriba, la justas y necesarias para ir allí y llevaros esa “peligrosa” llave. Cuanto menos habléis sobre vosotros, menos incongruencias o contradicciones encontrarán en vuestro discurso...

Dalae fue la última en prepararse y transformarse. Su maestro se dio cuenta de que había adoptado la misma forma física que la última vez que estuvo con el mago Arión. Raden se desmaterializó y entró de nuevo en el bastón de la hechicera, que había quedado oculto bajo las ilusiones. Excelente. La pulsera que le había regalado a Dalae continuaba siendo de utilidad.

—Toma, cuídala con cariño hasta que vuelva, es mi taza favorita.— de pronto, el dios de las mentiras se quedó perplejo ante el inesperado gesto de su supuesto “amigo”. Miró con desprecio e incomodidad la taza que había dejado el arquero en sus manos y dejó que se deslizara lentamente de entre sus dedos hasta que...

—Uuuups…—comentó, con toda la inexpresividad del mundo en el rostro cuando se escuchó el sonido de la porcelana al romperse. Estaba claro que no le importaba ni lo más mínimo que aquella taza estuviera hecha añicos en el suelo.

—Madre mía Loki, que torpe eres ¿acaso todo lo que tocas se rompe? —replicó el arquero, a lo que el Asgardiano le respondió frunciendo el ceño.—Pero no sufras, después de la misión comprare una taza que ponga “el mejor amigo”, para que veas lo mucho que te quiero.— y antes de que desaparecieran por el portal, Clint se aseguró de que su “gran mejor amigo” le viera lanzarle un beso de forma ridícula.

—Estoy rodeado de idiotas…— susurró, una vez el portal mágico se hubo cerrado por completo. Se llevó la mano derecha para acariciarse la sien y puso los ojos en blanco. Dudó por un instante si había sido buena idea haber enviado a Arturo y a Clint a una misión importante y seria. Quizás era demasiado pronto para que el arquero estrenara sus habilidades, pero por suerte, tenían a Dalae con ellos. Confiaba en que ella mantuviera el orden y asegurara el éxito de la misión. Y también le serviría como entrenamiento de la aprendiz del hechicero más poderoso de su universo.

El dios embaucador se sentó en el trono de Niflheim y abrió el estanque de adivinación, que reveló al instante las primeras imágenes de la Mansión X. No pensaba perderse ni uno de los movimientos de sus peones.

Mientras tanto, una presencia invisible ajena a el resto de espectadores, acababa de entrar también en el territorio de los mutantes…


FDI: Podéis ir respondiendo a vuestro ritmo y Alice que conteste cuando pueda. No postearé de momento como narradora, a menos de que sea necesario. Os avisaré por privado para cualquier cosa. ¡A pasarlo bien!

Lo primero que hizo fue ponerse ese colgante mágico y metérselo por dentro de la ropa para que no se viera. Clint decidió que lo más indicado seria entrar por la puerta principal, seria sospechoso que alguien tan conocido decidiera entrar por la puerta de atrás, como si quisiera esconder algo. Le sorprendió que le siguieran sin rechistar, seguramente porque él hacia el papel de líder y tenían seguirle el rollo, todo era posible. Al llegar le devolvió el saludo algunos alumnos que le reconocían, ser famoso tenía la recompensa de que la gente te quisiera.

¿Se puede saber qué haces tú aquí?


O te odiaran con todo su corazón. El tono que utilizo la recepcionista indico que no habían tenido ninguna buena relación. El recepcionista, un chico que era un poco más joven que ella se aguantó la risa ante tal recibida y siguió con su trabajo. Clint, sin perder su sonrisa, le mostro la chapa de su uniforme que claramente ponía S.H.I.E.L.D.

Vengo en una misión súper secreta, como son todas en S.H.I.E.L.D, valga la redundancia, bueno, voy yendo a buscar a Xavier, que tengan un buen día.

Alto ahí Clint, no voy a permitir que un peligro con patas se pasee solo, además Xavier no está así que voy a llamar a alguien que os atienda.

Dicho eso la mujer descolgó el teléfono y llamo informando de la situación y se levantó colgando el teléfono, comenzando su guía por la mansión hasta el despacho del Xavier en silencio.

Me sorprende que hayas podido cerrar la boca durante todo el trayecto, te felicito. Si me disculpáis tengo que seguir con mi trabajo.

Miro con severidad a Clint para luego mirar a los otros dos con pena por lo que tendrían que aguantar, dejándoles solos a los tres. Tardaron unos segundos a que Clint se sentara como si el hecho que le odiaran con tanta pasión fuero parte de su día a día.

Bueno chicos, ya veis que no es para tanto entrar a los sitios, seguro que estáis nerviosos por vuestra primera misión como miembros de S.H.I.E.L.D, así que entiendo que tengáis ganas de ir al baño. Yo os espero aquí, no os preocupéis e ir a vaciar vuestras vejigas.

Esperaba que sus compañeros entendieran sus verdaderas intenciones: que fueran a explorar e encontrar la llave mientras el entretenía a quien fuera que le enviaran en sustitución de Xavier. No sabía si la ausencia del director era una ventaja o desventaja. Estar sentado ahí en solitario daba la impresión de ser un niño que esperaba al castigo que le impondría el director por alguna fechoría sin importancia. En su soledad reflexiono sobre las palabras de la mujer; al parecer le gustaba mucho hablar por lo que le resultaba problemático. Pensó que podría utilizar el parloteo como forma de darle más tiempo a sus compañeros. Ahora que lo pensaba fríamente, le estaba entrando ganas de ir al baño.

Los compañeros de Clint, dejaron que el Vengador utilizara su pico de oro para intentar desviar la atención de la secretaria, quién parecía conocerle bien por su intercambio de palabras, y así poder escabullirse por los rincones secretos de la Mansión X. Pero antes de que tomaran en serio su sugerencia de “ir al baño”, la sustituta del profesor Xavier, apareció entonces para atenderles.

La secretaria de la mansión, observó con cautela los movimientos de los agentes de S.H.I.E.L.D., y Dalae y Arturo decidieron quedarse de pie junto al arquero, para no llamar demasiado la atención. Pero cuando Sasha entró en escena, la aprendiz de Loki tembló bajo su disfraz. No esperaba encontrarse a su medio-hermana tan pronto, es más, hubiera preferido evitarla si fuera posible. Las cosas se podían poner mucho peor si Sasha se daba cuenta de su presencia y de para quién trabajaba realmente...

La hechicera esbozó una fina línea con su boca, manteniéndose lo más rígida posible ante la presencia de su hermana, no quería llamar su atención. Agradeció poder observar todos los movimientos de la gente que la rodeaba, gracias a sus gafas de sol. Así, nadie se daría cuenta de lo perturbada que se había vuelto su mirada. Arturo, en cambio, se cruzó de brazos, siguiendo con el aire amenazador que desprendían aquellos músculos de un hombre de color de casi dos metros.

Mientras Clint y Sasha hablaban, los otros dos agentes no se me movieron ni un centímetro, ni siquiera cuando el hombre Bestia apareció con una misteriosa caja de metacrilato. Hasta que de pronto…

—Permítanme un momento…

Los hombros de la mujer de hielo se tensaron cuando Sasha comprobó, persona por persona, como la llave en el interior del cofre brillaba ante la presencia de los agentes de S.H.I.E.L.D. Supo entonces lo que vendría a continuación, lo que pasaría se acercaba la llave a ella. Era una mera intuición, pero al igual que ella podía detectar cualquier instrumento de Asgard, aquel artilugio parecía también reaccionar ante la magia de su tierra natal.

—Disculpe la impertinencia, pero… ¿Es usted Asgardiana?

Dalae quiso morderse el labio, pero resistió el impulso. Vio la ilusión en la mirada de Sasha, y se maldijo así misma. Maldijo encontrarse en aquella situación tan comprometida. Maldijo que la llave la delatara. Maldijo tener que volver a engañar a su hermana, a romperle el corazón con una traición más en su larga e inacabable lista… y maldijo a Loki. Sí, porqué él era quién le había arrastrado hasta allí. Su mentor era el mayor causante de todos sus problemas y desgracias.

— Así es.— contestó con firmeza en los labios. Arturo miró a su compañera no muy convencido de haber revelado tal información, por suerte, las gafas de sol taparon su mirada delatora. 

No valía la pena engañarle con eso. ¿Qué más daba? Podría haber perfectamente Asgardianos en las filas de Nick Furia ¿No era acaso Thor uno de los Vengadores? No debería suponer ningún problema... aunque claro, Loki había especificado que bajo ningún concepto se mencionara la ciudad de Asgard durante la misión. Tenía miedo de que sus planes le llevaran hasta él, y sus enemigos descubrieran que seguía vivo… pero eso no tenía porqué ocurrir, ¿verdad?

— Y esa llave es la razón por la que estamos aquí. Nos han enviado a recuperarla, la llave es un artefacto Asgardiano muy peligroso, y no debería estar encerrado en un colegio para niños...

Muchas gracias por ayudarnos Sasha, nos haces un gran favor


Lo dijo en tono animado, que una chica tan encantadora como ella les fuera ayudar le relajo bastante. Le supo mal que viniera antes de que sus compañeros pudieran ir a buscarla por su cuenta pero se adaptó rápidamente a las nuevas circunstancias. Siguieron a la chica hasta la sala y rápidamente acepto la oferta de tomarse un café, yéndose hacia la mesa para preparárselo el mismo. Estaba asombrado de este fantástico recibimiento. Cuando estaba disfrutando del café escucho como la puerta se abría y revelaba a un hombre con una caja, el hombre afirmo con la cabeza en forma de saludo cordial y él se lo devolvió agitando la mano, al parecer no todos le odiaban. Al principio se extrañó que esa caja brillara hasta que cayó en que podría contener la llave que andaban buscando ¿tan fácil iba a ser? Siguió bebiendo el café sin quitar la vista de la muchacha con la caja, no pudo evitar hacer un pequeño puchero por su brillo era el más apagado de todos. Sonrió divertido ante la mención del origen de su compañera, dejando el vaso en la mesa y cruzándose de brazos. Pero como no Dalae haciendo gala de sus excelentes habilidades de relaciones públicas capaces de echarlos a patadas, ahora era su momento de intervenir.


Lo que mi compañera quiere decir es que esta institución ya tiene una tarea titánica que es educar a la nueva generación para que todos vivamos en paz y armonía. No sería gusto que cargaran también con el deber de custodiar esta llave, por lo que S.H.I.E.L.D. se hará cargo de ella desde ahora. Muchas gracias por haber cuidado de ella.


Dicho eso se separó de la mesa y se acercó a la muchacha con los brazos algo abiertos indicando que le diera la caja pero mantuvo una cierta distancia para que la mujer no se sintiera amenazada

—¿Documentación?— Razor alzó sus cejas bajo sus gafas opacas, sorprendido ante la inesperada petición del hombre bestia. El guerrero recibió un ligero codazo de su compañera Asgardiana, evitando así que revelara algún tipo de información que pudiera comprometer su operación.

— Los agentes de S.H.I.E.L.D. trabajamos de forma muy diferente que los X-Men, no podemos dejar un registro de nuestra presencia, podría exponer a nuestra organización. Si volvemos con las manos vacías, van a meterse en un buen lío... y no creo que quieran lidiar con la inesperada visita del Señor Furia. Como bien indica su nombre, su mal temperamento es bastante reconocido a nivel mundial...— mintió la Asgardiana, como mejor sabía. Intentó resultar convincente, pero también contaba que la presencia de un Vengador como Clint facilitara las cosas. Eso significaba: hacerles menos pregunta y más entregarles la dichosa llave…

Dalae desvió su mirada en dirección al arquero, esperando a que tomara la palabra, y después analizó la situación en silencio. El hombre Bestia bloqueaba la puerta de salida, y eso sólo dejaba una única vía de escape: la ventana al jardín que quedaba en el lado opuesto al científico. Si todo se torcía, tenían una manera de salir de allí, a menos que Loki tuviera un as en la manga...

Cuando Hank McCoy se adentró en la estancia para después cerrar la puerta tras de si, algo más se coló en el interior de aquella habitación. Se movió, sutilmente entre los presentes sin ser detectado, pues nadie le veía, ni desprendía olor alguno. Tampoco tenía sombra, y ni siquiera sus pasos emitían sonido… hasta que de pronto…

Ese alguien empujó de sopetón a Sasha, arrancándole la caja de las manos. La inercia del golpe la llevó a tropezarse con el escritorio y dar la vuelta sobre él. Con suerte, aterrizó sobre la silla y no se lastimó en exceso. Pero durante esos escasos segundos, el ladrón de la caja consiguió escapar por la ventana de la habitación.

— ¡Mierda!—  exclamó la Asgardiana, atravesando la ventana para seguir al intruso. Fue más rápida que nadie en reaccionar, pero seguía sin poder ver al extraño. Podía estar en cualquier parte, y si se lo pensaba demasiado escaparía con la llave de Loki… así que hizo lo primero que se le ocurrió para poder detener al hombre invisible...

De las manos de Dalae brotaron esquirlas de hielo y nieve, que congelaron hasta diez metros del jardín de la mansión. Sasha supo entonces, que aquella agente de S.H.I.E.L.D. no era una Asgardiana cualquiera… No, conocía bien esos poderes. Los había visto antes. En alguien muy familiar...

Por suerte para la pupila del mentiroso, el hechizo reveló la silueta de unas piernas, que habían quedado atrapadas durante la cristalización, como si alguien hubiera esculpido a un corredor de maratón sobre un trozo de hielo. El ladrón no hizo más que gemir, angustiado y humillado por haber sido atrapado por la aprendiz de su enemigo. En un parpadeo, su magia de invisibilidad empezó a desvanecerse, hasta revelar la figura de un hombre de tez y cabello oscuro, recogido en una coleta con rastas. Parecía un hombre cualquiera, vestido de calle, con una camisa blanca y unos tejanos. Pero la Asgardiana supo reconocerlo al instante.


— Sigurd… el siempre glorioso… ¿O debería decir el siembre desdichado? —  se burló Dalae, con cierta ironía en el tono de su voz.—¿Por qué no me extraña verte por aquí?

— Veo que Loki envía a sus perros a hacer el trabajo sucio, ¿eh? ¡Dile de mi parte que Gram es mi puñetera espada! ¡No tiene ningún derecho a ponerle las manos encima!— protestó el hombre, retorciéndose dentro de la capa de hielo que cubría sus piernas y que le impedían escapar.

Afirmaba con la cabeza con cara de estarlo entendiendo todo pero en verdad que estaba bien perdido ¿Por qué no podían ser las cosas más sencillas? Maldita burocracia. Como si no las cosas no se pudieran poner más tensas la caja salió flotando de la nada pero la rápida actuación de Dalae atrapara al ladronzuelo mostrando que era alguien familiar para Loki ¿un amigo? Bástate joven para el gusto de su amigo. Antes de saltar por la ventana se puso las gafas de sol y salto con total calma, preparando su carcaj para que sacara una flecha en concreto. Abrió su arco plegable mientras cogía la flecha seleccionaba y apuntaba con toda la calma del mundo hasta que la disparo al lado de la caja en el momento junto, el momento donde Bestia estaba a punto de coger la caja. La flecha era una granada de luz por lo que cejo a todo aquel que estuviera cara a la flecha, menos Clint que se había protegido los ojos con las gafas y había cerrado los ojos en el momento justo. Aprovechando que Bestia se retorcía por la pérdida de visión momentánea aprovecho para coger la caja y salió corriendo lo más rápido que le daban las piernas mientras se guardaba el arco tras su espalda.


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Llamo a su querido amigo como si fuera un mantra como si eso lograra captar su atención y viniera a salvarle para llevarle a un lugar seguro, porque si seguía corriendo se iba a perder por los jardines de la mansión.

— Por lo que tengo entendido, Loki creó esa espada para sí mismo… tú sólo fuiste un peón más en sus retorcidos planes…— le respondió Dalae, con total frialdad en su rostro como agente de S.H.I.E.L.D.

Sigurd se retorció en su prisión de hielo, sintiéndose completamente humillado por la aprendiz de su rival. La hechicera se deleitó al creer que había ganado la partida, deteniéndose un segundo para disfrutar del sufrimiento de su acorralada víctima. Pero su orgullo Asgardiano le impidió reaccionar a tiempo a la llave de Nelson de Sasha. 

-Quién eres….

— ¿Tú quién crees?

Como era de esperar, sus poderes la habían delatado, y su querida hermana no era ninguna tonta. Sasha estaba contrarrestando su magia de hielo con el sofocante calor que desprendía el cuerpo de la morena, y la mantuvo así para inmovilizarla. La frustración llenó de color rojo el rostro de Dalae, que sentía cómo el éxito empezaba a escapársele de las manos. Estaba a tan pocos centímetros de la caja... qué se sintió cómo un niño cuando le ponen delante un caramelo y luego se lo arrebatan.

Todo pasó muy deprisa. Vio abalanzarse a Bestia sobre ellas y pensó en lo peor. ¿Qué castigo le esperaría en Niflheim si volvían con las manos vacías? Por suerte, Clint salvó la situación con su flecha cegadora, y atrapó la caja antes de que Bestia lograra ponerle las zarpas encima. Dalae cerró los ojos a tiempo, y aprovechó la confusión para zafarse del agarre de su hermana, agachándose hasta colocar una pierna detrás de ella y obligarla a caer al suelo junto a ella.

Se levantó lo más rápido posible y se apartó de Sasha para evitar un enfrentamiento directo con ella. De hecho, había querido evitar a toda costa pisar la Mansión X en la medida de lo posible… si no fuera porqué el destino había querido que aquella estúpida llave que tanto deseaba Loki cayera en manos de su medio-hermana.

— Esto ya no tiene ningún sentido...— susurró de pronto, arrancándose el colgante del cuello con el hechizo ilusorio de Loki. Como si fuera una imagen holográfica, la figura de la agente de S.H.I.E.L.D. parpadeó, hasta dejar paso al verdadero aspecto de hechicera. Dalae se mantuvo lo más digna posible mientras observaba a Sasha por encima del hombro con sus eternos ojos helados.  

Cuando la hechicera quiso darse cuenta… se había quedado completamente sola frente al enemigo. Sus compañeros, Clint y Razor, se habían esfumado dejando tras de sí una polvareda esmeralda. Sin duda, la magia de su maestro.  Entonces… ¿Porqué ella seguía allí? 

— ¿En qué estás pensando, Loki? ¡Ya tienes la llave! ¡Sácame de aquí ahora!—  dijo mentalmente a través del vínculo que unía a maestro y aprendiz. Empezaba a ponerse nerviosa al ver que la situación escapaba de su control...

— Oooh… pero es que esto se está poniendo muy interesante…— susurró Loki para sí mismo, desde las paredes del castillo de Hela en la fría Niflheim. A su espalda, se encontraban Clint y Razor, observando las aguas calmadas del estanque de adivinación que reflejaban la imagen de su compañera todavía presa del peligro en la Mansión X.

A Loki le pareció el momento perfecto para arrancar de una vez por todas la raíz de aquel sentimiento naciente de fraternidad. Sabía lo mucho que había significado para Dalae el encuentro con su hermanastra desaparecida. Los días que habían pasado viviendo juntas bajo el mismo techo la habían hecho creer que podría tener una vida normal junto a una buena familia, y ese simple pensamiento había conseguido tambalear los cimientos de su relación con Loki. Tenía que extinguir por completo ese anhelo que la alejaría de su influencia, y por ende, de sus planes futuros de conquistar Asgard.

Off Rol: Los diálogos de Sasha y Sigurd han sido pactados previamente. Muchas gracias a todos por participar, espero que hayáis disfrutado del tema a pesar de las dificultades que hemos tenido. ¡Nos vemos por Omega!

Loki siempre tenía un plan para todo, incluso para las situaciones más insignificantes e impredecibles.

Dejando a Dalae sola ante el peligro, el dios de las mentiras estaba echando más leña al fuego, consiguiendo así que la mutante prendiera su cuerpo por completo. Las crepitantes llamas de la medio-asgardiana devoraban la piel de la mujer en busca de un objetivo con el que saciar sus ansias de destrucción. Los ojos de Dalae reflejaban la llameante figura de Sasha, llenos de un absoluto terror.

— Para... —la voz de la hechicera temblaba de puro miedo al ver que ninguno de sus hechizos de hielo podía contener el torbellino de humo y fuego que amenazaba con engullirla— Para, por favor...

El símbolo del amor, la amistad y la familia… se desvaneció en cuanto la morena cerró sus ardientes dedos sobre el cuello de la persona a la que había querido como a una hermana. En el momento en el que Dalae sintió como se fragmentaba en mil pedazos el hielo bajo su garganta, una lágrima escapó por su rostro, evaporándose casi al instante.

Sasha abrazó la nada. Una humareda verde le arrebató a su presa cuando estaba a punto de partirla en dos. La rabia se desvaneció casi al instante, y el incendio de su cuerpo se apagó como si le acabaran de echar un cubo de agua fría por encima.

El héroe legendario se retorció bajo su jaula de hielo cuando Sasha empezó a acercarse a él. En sus ojos se vislumbraba el miedo, y después de lo que había hecho con la otra asgardiana, pensó que él sería el siguiente... Pero la situación se desarrolló de forma diferente a la esperada. La mujer se agachó para liberarle del hielo sin ningún rastro de aquella hostilidad que antes la había envuelto en llamas.

— ¿Quiénes sois vosotros? — preguntó Sigurd con algo de temblor en la voz, dirigiéndose primero a Sasha y después a Bestia. El frío del hechizo de Dalae empezaba a pasarle factura, y sus piernas se sacudían sin control.— Y gracias...

La mutante recobró la temperatura corporal habitual y le tendió la mano al joven — Me llamo Sasha... Tranquilo, este es un lugar seguro— Bestia relajó su postura y quedó algo más distante, detrás de ella, consciente de que su aspecto podía ir en contra de la calma que pretendían proyectar.  

La mujer observó el temblor de sus piernas y aprovechó la ocasión para intentar ganarse su confianza. — ¿Tienes frío? — Sasha clavó una rodilla en el suelo y acercó la mano a sus piernas muy despacio, hasta regularle la temperatura. Después se puso en pie y mirándole con una sonrisa más triste de lo que pretendía, señaló la cafetería con la cabeza — Qué te parece si hablamos un poco comiendo algo?

Sigurd miró a ambos sin encontrarle ningún sentido a su amabilidad. Hacía nada menos de cinco minutos que les había intentado robar la caja con la llave delante de sus narices y ahora la chica le ayudaba con el frío y le invitaba a comer. ¿Qué demonios estaba pasando?

— C-claro... — contestó, algo dubitativo. Después se mordió el labio inferior. Un héroe legendario no debía mostrarse tan débil y patético, así que hinchó de nuevo el pecho como si hubiera recuperado el orgullo.— Yo soy Sigurd, el siempre glorioso. ¿Y tu amigo es...?

Sasha le miró con amabilidad y empezó a caminar hacia la cafetería. —Él es Henry, ambos somos mutantes y custodiábamos esa llave... Sólo sabíamos que pertenecía a Asgard porq— se interrumpió. No le convenía que alguien que venía de Asgard supiese lo de la amenaza... Todo lo relacionado a... su persecución.— Hemos estado investigando— Interrumpió Bestia con su voz profunda. —¿Eres Sigurd el de la leyenda del dragón? — Preguntó curiosa.

Sigurd levantó una ceja cuando Sasha se interrumpió un segundo y después prosiguió.— Así es, soy Sigurd, el de las mil victorias. El que venció a Fafnir y se comió su corazón. Un placer.

— Es un verdadero placer conocerte, Sigurd... Yo... sólo soy yo. Estás en la Mansión X, un centro de acogida y formación para mutantes con habilidades especiales.

— Sí, conozco la mansión. Me ayudaron unos críos mutantes hace tiempo, y he estado aquí un par de veces. ¿Conoces a Warlock? Hace mucho tiempo que no nos vemos, espero que esté bien... —recordó de pronto. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Aquellos recuerdos pertenecían a su antiguo universo o eran del nuevo? Aún estaba ligeramente confundido respecto a todo el tema del choque de realidades.

— ¡Si! De hecho le hice yo la acogida... Estaba muy perdido cuando le encontré— Sasha sonrió todo lo amablemente que pudo. Luego su rostro pasó a ser de concentración absoluta. Sigurd se alegró de oír que su amigo se encontraba bien, y los tres fueron caminando hacia la cafetería mientras la mente de Sasha daba mil vueltas. Intentaba sonar todo lo amable posible pero la realidad era que sólo quería ir a su casa... Y dormir. Estar desconectada de ese mundo unos instantes. Desaparecer...  Acababa de recibir otra confirmación más de que todo lo asgardiano era real, la traición de su hermana, el viaje, la ruptura... Todo le sobrepasaba. — Tengo una pregunta... Esa llave, ¿Qué es exactamente? ¿Por qué es tan importante?

— Oh, la llave. Sola no tiene valor alguno, se necesitan cuatro más. Las cinco llaves de Odín abren un cofre que contiene la legendaria espada de Gram, también conocida como la espada de la verdad. Una espada que yo mismo convertí en leyenda... pero... la perdí hace mucho tiempo.— explicó mientras abría la puerta de la cafetería. Al ser por la mañana apenas había gente.  

— ¿Y qué se puede hacer con esa espada? ¿Por qué la podrían querer Dalae o Loki? — preguntó Sasha, observando como Sigurd se servía un delicioso sándwich de huevo.

— La espada es mágica, no hace daño físico pero es capaz de revelar las verdades más ocultas... —explicó, masticando con ansias su desayuno. Al parecer, no había probado bocado desde hacía horas, y se le notaba muy hambriento.— ¿Qué por qué querrían la espada? Bueno, también fue la espada de Loki durante un tiempo... — dijo frunciendo ligeramente el ceño, molesto por haber formado parte indirectamente  de su retorcido plan.

— ¿Revela verdades...? ¿Por qué querría el Dios de las mentiras tener cerca esa espada? — Sasha simplemente cogió una botella de agua y le acompañó a sentarse en una mesa alejada, pegada a la cristalera. Bestia se despidió indicando una reunión inaplazable. Luego le contaría todo.

—No tengo la más remota idea. Pero conociendo a Loki, seguro que no es para nada bueno... —dijo, chupándose los dedos de aceite— Hasta hace bien poco ni siquiera sabíamos que seguía vivo... Después de que Thor lo arrojara por el Bifrost no pensé que sobreviviría a esa caída... Pero ya sabes lo que dicen. Mala hierba nunca muere.

— ¡¿THOR LO ARROJÓ POR EL BIFROST?! — carraspeó la mujer, recobrando la compostura—... Quiero decir... ¿Qué ha hecho? ¿Tan malo es...? Osea... Tengo motivos para odiarle pero... realmente nunca he hablado a solas... Con él. Sólo hablamos una vez y fue muy fugaz...

— Ou... bueno... pensaba que todos en Asgard ya lo sabían... — comentó, sorprendido ante la reacción de Sasha.— Yo estaba exiliado antes de que ocurriera todo eso, pero oí que Loki engañó a su padre y gobernó Asgard durante dos largos años. Fue un completo caos. Todos pensamos que había matado a su hermano Thor, pero un día, el dios del Trueno llegó de repente y lo expulsó de la ciudad. Después despertó a Odín de su sueño y el padre de todos creó la barrera para evitar que nadie más pudiera entrar y salir de la ciudad dorada... — Sigurd hizo una breve pausa y bebió de su botella de agua.— ¿Malo? Bueno, sí, ha sido bastante malo. Es el dios del caos y la oscuridad después de todo. Siempre anda urdiendo planes para conquistar Asgard y acabar con la vida de sus hermanos... no es nada nuevo.— el moreno se encogió de hombros, acostumbrado por siglos al ciclo de creación y destrucción del Ragnarok.— Pero ahora nadie puede entrar en la ciudad, así que estará buscando una manera de burlar la seguridad de Odín...

La mutante se incomodó ligeramente. ¿Sabia que ella era asgardiana? — Loki gobernando Asgard... Por eso el Reino de los dioses es inaccesible...  — Se quedó pensativa, todo aquello encajaba con la historia que Thor le había contado — ¿Por qué quiere Loki todo vuestro dolor y destrucción? ¿Qué interés tiene? — Sasha dio un sorbo de agua buscando tranquilizarse.

— Sí, hace un año que no sabemos nada de lo que pasa dentro de la ciudad, y parece que Odín no está dispuesto a dejar entrar a nadie. Tampoco es que me interese volver, yo soy un exiliado y la verdad, se vive mejor sin estar bajo la mirada del padre de todos... — los ojos oscuros de Sigurd se perdieron en su sándwich, recordando probablemente algo desagradable. — Es... una historia muy larga. Pero digamos que Loki se la tiene jurada a su padre por culpa de una profecía. Todos en Asgard tenemos un destino que cumplir, y el dios de las mentiras es aquel que traerá el Ragnarok. No es la primera vez que intenta destruir Asgard, pero los dioses no pueden morir. Así que estamos todos ligados a un ciclo de muerte y reencarnación de la que no podemos huir... y Loki es el que pone el punto y final a la historia.

El alivio en el pecho de la mutante fue inmenso al ver que Sigurd también prefería estar lejos de Odín y no sólo eso... También era un exiliado— Ah si, provocar el Ragnarok haciendo que tiemble el mundo y sus hijos se revelen y... Ya... —respiró hondo— Recapitulemos... Entonces Loki está intentando reunir las cinco llaves para obtener esa espada de Asgard para volver a destruirla y matar a Odin y a todos los dioses? — Le Miró dudando de sus propias palabras.

— ¿Destruir la espada? Bueno, no sería tan descabellado. Puede que esa espada sea el arma perfecta para dañar a alguien que siempre dice mentiras... pero no tengo ni idea de lo que quiere hacer con ella. No sé cuales son sus intenciones con todo esto, pero seguro que lo que planea no es nada bueno...

—Entiendo... — Se le cayeron los hombros. Otra decepción más... otra incertidumbre sobre su mundo aún desconocido.— Oye gracias por hablar conmigo Sigurd... No he tenido ocasión de hablar con muchos asgardianos... ¿Y por qué intentabas impedir que cogiese la llave? Supongo que querías ahorrarte confiar en Loki...

— ¿Y eso? ¿No eres asgardiana...? — se sorprendió Sigurd.— Bueno, al menos esa es la impresión que me ha dado... — dijo, señalándole a la cabeza, justo en el mismo punto donde el Aegishjalmur había aparecido.— Verás... Amora, Encantadora y yo llevamos días siguiéndole la pista a Loki con las llaves, pero no ha habido manera de quitarle ninguna. Gram era mi espada, y si consiguiera recuperarla... volvería a ser el héroe de Asgard...

Estúpida. ¿Cómo había podido permitirse bajar la guardia tanto? La rabia le había proyectado el símbolo por primera vez y no había tenido en cuenta quién podía estar observando... Aunque para su sorpresa, él no parecía ser muy hostil. ¿Sería posible hacerse pasar por una asgardiana más? — Ah... es complicado. — Intentó dejar correr el tema. Tal vez mientras no supiese que era mestiza fuese todo bien... — Osea que quieres recuperarla y por eso intentas evitar que él se haga con ella... ¿Dónde están las demás llaves? Quizá pueda ayudarte en su búsqueda o en su.. "robo" a Loki — hizo el gesto de las comillas con los dedos.

—¿Estás segura? Enfrentarse a Loki no es moco de pavo. Ni siquiera se ha dignado a aparecer hoy. Podría haber venido él mismo a por las llaves, pero ha enviado a sus súbditos porqué seguramente no nos considera una amenaza real... —chasqueó la lengua, molesto ante el ego de su ex-amigo.— De todos modos, esta era la última llave que le faltaba... pero si quieres ayudar, nosotros sabemos donde está escondido el cofre de Odín. Es imposible de trasladar de lugar, tiene protecciones mágicas muy potentes, pero aún podemos hacer algo para que no lo abra...

— Y lo peor de todo es que ha tenido razón. Ha usado los engaños y el factor sorpresa. Sabe que somos una institución pacífica. Seguramente ni siquiera te esperase aquí... — Se quedó pensativa unos instantes, sabía de la relación con su hermana — Ni a mí... — Chasqueo la lengua con rabia. — Por favor Sigurd necesito ayudar... No... No puedo quedarme quieta. Haré todo lo que pueda. ¿Dónde está y qué hay que hacer? Imagino que está en Midgard, Has dicho que el reino de los dioses estaba bloqueado, ¿No?

— Así es. El cofre se encuentra en Francia, en una cueva en el interior del Mont Blanc. Me reuniré con mis compañeras, y les hablaré de ti. —comentó con seriedad, ajustándose las gafas.— Pero... ¿Estas segura de que quieres hacer esto? Ya sé que Loki siempre anda metido en problemas... ¿Pero que te ha hecho exactamente? ¿Porqué le odias?

Al escuchar Europa sintió un soplo de alivio en el corazón —Perfecto, yo... Estaré en Europa a partir de ahora, de hecho viajo en unas horas— Lo que le recordó mirando la hora que no podía demorarse mucho más —Mi hermana... la... mujer con la que he luchado... Está bajo su influencia y siempre que hemos podido estar cercanas él... la ha distanciado de mí. —Agachó la mirada. Ya no le quedaban fuerzas para más... No podía seguir aparentando estar bien entre todos los acontecimientos recientes —Yo.. no sabía que ella estaba dispuesta a anteponerle a él— Sonrió mientras los ojos se le humedecían —Supongo que le odio por desvelarme la verdad, que aún tenía familia, para luego arrebatármela constantemente hasta corromperla y hacer que la haya perdido del todo.—Agitó la cabeza. ¿Por qué le contaba todo aquello...? Quizá... una parte de ella quería creer que ellos podían ayudarla.

— Siento oír eso... — el antiguo héroe de Asgard y estafador de los dioses, se inclinó en dirección a Sasha para consolarla, colocando su oscura mano por encima de la de ella.— Así que Dalae es tu hermana... entiendo. Puede que aún estés a tiempo de reconciliarte con ella, quién sabe.

La mutante le dedicó una sonrisa amable, notar esa calidez de un asgardiano le devolvió una pizca de esperanza, ya perdida para ella hace mucho tiempo —Gracias Sigurd...


— ¿Por qué…?—un pequeño resquicio de voz, salió de la debilitada garganta de la mujer—¿Por qué me has hecho ver esto...?— sus delicadas y pálidas manos, acariciaron temblorosas el cuello marcado por las recientes quemaduras.

— Era la mejor forma de que abrieras los ojos de una vez, Dalae…

A la fría voz del dios, le siguieron los calmados pasos de unas pesadas botas. Su aprendiz estaba despojada de todo orgullo y vanidad. Se había agazapado en el suelo, arremolinándose sobre su cuerpo como un niño pequeño, mientras las lágrimas escapaban de sus mejillas sin control.

— Hoy has aprendido una valiosa lección, querida. El amor... te hace más débil. Tus sentimientos hacia tu media-hermana te habrían costado la vida si yo no hubiese intervenido. Ya has visto lo que ella es capaz de hacerte cuando se deja llevar por la ira. Ni si quiera ha querido hablar contigo. No necesitaba respuestas, ni hacerte preguntas, pues ninguna palabra hubiese aplacado esa rabia interior que la domina y la carcome por dentro. Sasha es pura emoción. Es impulsiva, impredecible, apasionada... y no atiende a la lógica ni a la razón. Todo lo contrario a cómo eres tu...

Sasha y Dalae eran tan diferentes como el día y la noche, como Thor también lo era de Loki. Dalae no pudo evitar ver su relación reflejada en los dos hermanastros Asgardianos, destinados a luchar el uno contra el otro por el resto de los siglos, pues al igual que ellos, las diferencias entre ambas eran más pesadas que su vínculo fraternal. Y lo que las había unido en un principio, no había hecho más atrasar una verdad difícil de digerir. Dalae jamás podría tener una familia mientras siguiera sirviendo al dios de las mentiras...

— Ella… ella iba a… — la mujer volvió a sollozar, con el alma destrozada. Loki se detuvo un segundo para deleitarse en el hermoso sonido de un corazón al romperse cuando alguien te decepciona a niveles incapaces de perdonar.

— Lo sé...— el embaucador se agachó a su lado, y la abrazó fuertemente contra su pecho, reconfortándola con unas suaves caricias en el cabello. Loki disfrutó como nunca del sufrimiento de su aprendiz. No era más que otro engaño, otra pequeña manipulación con la que conseguiría finalmente extirpar los lazos de afecto con la persona a la que había considerado su familia, y con eso, terminar de extinguir los deseos de Dalae por abandonarle.

Porqué después de ese día... ya no le quedaría nadie más en quién confiar...

— Pero yo estoy aquí, querida… no dejaré que nadie te haga daño...— el dios le retiró las lágrimas del rostro con una caricia tierna, digna de un padre, mientras sus palabras envenenadas empezaban a formar los cimientos de nuevos planes. El corazón de Dalae sería cada vez más impenetrable, y nada ni nadie volvería a entrometerse jamás en su relación. Ningún otro extraño volvería a jugar con sus peones nunca más.

Dalae era suya. 


16 de Marzo de 2019 - Francia, Mont Blanc

La fría y helada tormenta de nieve empañaba la visión de aquellos que montaban guardia frente a la entrada de una cueva oculta en las montañas. Cuatro, y no cinco, fueron los Asgardianos que se habían unido para proteger el antiguo cofre de Odín, pues Sigurd fue incapaz de contactar con Sasha cuando las últimas luces del atardecer desaparecieron en el horizonte. Ya habían llegado.

La magia helada de la aprendiz de Loki les sorprendió a todos, golpeando con fuerza a las hermanas Amora y Lorelei hasta dejarlas semi-enterradas bajo la nieve. Después vino Razor, el Dragón del Este, y con su furia implacable chocó espadas contra Sigurd, el siempre glorioso. Finalmente, el enemigo de la honorable Brunilda era el antiguo Vengador, Hawkeye, quién había sido su amigo y que ahora trabajaba para el enemigo sin saberlo... 

El príncipe de Asgard fue el último en aparecer, desplegando una serie de hechizos que desataron el caos sobre las montañas nevadas, explotando sobre la cabeza de sus enemigos como fuegos artificiales de múltiples colores. La batalla acababa de empezar, pero aquella exhibición de poder no era más que una distracción para los ojos del enemigo. 

A Ikol, quién había cometido el crimen que jamás sería perdonado, no le gustaba recrearse en las feroces batallas. Eso iba más con su antiguo yo. El joven-hurraca era más sutil, más precavido... y no tenía intención en alargar esa lucha de titanes más de lo necesario. Así pues, sin que miradas insospechadas percibieran su engaño, un doble ilusorio del mismísimo Loki se coló en el interior de la cueva. Llevaba sujetas al cuello las cinco runas; Ehwaz, Pertho, Raido, Uruz, Ingwaz, una llave para cada candado. 

La tormenta de nieve engulló cualquier sonido proveniente del interior de la cueva, y para cuando Sigurd, Amora, Lorelei y Brunilda se percataron de que el sello del cofre se había roto... ya era demasiado tarde para impedir los planes de Loki.

Por fin. Después de tres días de exponer a sus valiosos aliados a grandes e inesperados peligros… la Espada de la Verdad estaba por fin en sus peligrosas manos. La hoja forjada por él mismo con el acero del tiempo y la sangre de cada uno de sus anteriores dueños, hasta ser encontrada por el padre de todos, Odín, y ocultada a los ojos de los más avariciosos en una caja olvidada y enterrada en un monte blanco.

Loki sintió una excitación sobrenatural al empuñar el frío acero de Gram. Ya nada conseguiría arrebatarle esa felicidad que ahora le invadía. Él y sus compañeros ya no tenían porqué seguir con la lucha, más valía huir de aquel devastador lugar antes de que la sangre de uno de ellos corriera sobre la nieve, y celebrar así su recién victoria en una zona segura y sin enemigos.

Loki volvió a la batalla desde la cueva, colándose como un duendecillo entre sus allegados y acariciando con rapidez los hombros de éstos, empezando por Dalae y siguiendo por Arturo. Una magia de color verde empañó los sentidos de sus acompañantes, y sus cuerpos empezaron prepararse para ser teletransportados. Ya conocían la poderosa magia del hechicero Asgardiano; no se marcharía ninguno hasta que todos estuvieran listos. No uno, ni dos, sino tres eran los toques que debía hacer Loki para poder teletransportarlos a salvo. Y ese conocimiento, por desgracia, también lo conocían sus enemigos.

Antes de que las manos del joven dios alcanzaran el hombro de Clint Barton, la furiosa Valquiria se abalanzó sobre el mago y apartó al arquero en el proceso, interrumpiendo así el hechizo. Tres toques eran los que se necesitaban, y ahí estaba el último. Los cuerpos de Dalae, Arturo, Brunilda y Loki desaparecieron como torbellinos sin dejar rastro, y atrás quedó Clint, batallando con los enemigos del mentiroso... 

De pronto, el mundo cambió debido a una antigua magia y el profundo odio de un Atlante hacia la humanidad...

Gracias a la gema del tiempo, Ahri'Ahn había retrocedido el tiempo del mismo planeta, hasta devolverlo a su etapa más primitiva. Nadie fue consciente de aquel cambio, pues aquellos que se encontraban en el Monte Blanco ahora eran niños indefensos, y los seres mortales como Clint, habían retrocedido hasta el origen de su evolución: los Homo Erectus. Tan sólo unos pocos elegidos habían escapado de la magia de la piedra del infinito... y ahora debían enfrentarse a un nuevo enemigo si querían devolver el tiempo de La Tierra a su orden prestablecido...

Las aventuras de Loki y Dalae siguen aquí: [Minievento] El tiempo en sus manos - Pt. 1. Poitain (Dalae, Loki, Razor, Brunilda, Constantine, Hellboy, Blaze, Wade) [16-03-2019]