Lección de hoy: Eldritch [Profesores de la mansión] (10-02-2019)

- Veamos... creo que era por aquí... o tal vez... por allí... No, espera, creo que ésto no es la sala de profesores.

El moreno se paró en aquella gran sala, observando los distintos instrumentos de ejercicio físico, las cuerdas colgando del techo... obviamente eso no era la sala de profesores, y si lo fuera tenían un serio problema con el ejercicio físico. Vale que formaban parte de los X-men, pero eso ya era rozar la obsesión de estar en forma.
Pero como no era la sala de profesores, éste pensamiento quedó desechado.

- Vuelta a empezar... Tendría que haberle pedido un mapa a Lili o al menos indicaciones. Es lo que suelen hacer los humanos: pedir indicaciones... Aunque según una estadística, los hombres... - fue pensando Sloan en voz alta mientras abandonaba lo que era el gimnasio de la mansión.

Habían pasado muchos meses desde la última vez que puso los pies en aquel lugar. En aquella ocasión había asistido como miembro de SHIELD, como un agente que había colaborado con los X-Men en un asunto de una ciudad perdida y arrasada, para después encontrarse con Dianne en medio de los pasillos y tener una charla con la susodicha. Tras esa visita no había vuelto a poner los pies en la mansión y no había tenido motivo alguno para hacerlo... hasta ese momento.

- ¡HOLA! ¿HAY ALGUIEN POR AQUÍ?

Si uno se pierde, los gritos son la mejor solución para ser encontrado, y funcionó a las mil maravillas porque, en el momento que cruzó la esquina se topó con lo que parecía ser un alumno, y ambos cruzaron miradas: Sloan se fijó en que el chico era bastante bajito, enclenque, que llevaba gafas y tenía el pelo bien peinado. El chico por su parte vio a un hombre bastante alto y fuerte, con una chupa de cuero, ojos verdes y el pelo alborotado. Vamos, se habían cruzado dos némesis.

- Perdona chico-
- ¡AH!
- Oye, no te asustes, que no quiero hacerte daño. Mira, me preguntaba dónde estaba la sala de profesoEEEEEEH! ¡¿DÓNDE VAS?! ¡PERO VUELVE AQUÍ, CHICO!

El chaval, al no conocer a Sloan salió corriendo como alma que lleva el diablo en dirección contraria, creyendo que era un intruso o algo por el estilo (y en verdad lo era, porque se había colado a la mansión haciendo uso de sus poderes). O tal vez había reconocido la cara de Sloan de las noticias, ya que SHIELD había puesto precio a su cabeza tanto con y sin armadura por lo que pasó durante el ataque de Ultron.

Fuera por lo que fuese, Sloan volvía a estar solo, y seguía perdido.

- Vale pues... probaré por aquí. No creo que me cueste mucho encontrar algún profesor...

En el justo momento en el que Jean planteó su pregunta, las luces del pasillo titilaron una única vez y comenzaron a apagarse todas en sucesión, haciendo que la oscuridad avanzara rápidamente hasta engullir tanto al hombre como a la mujer que tenía delante. La luz procedente del aula que acababa de abandonar, enmarcando a Jean en su umbral, se apagó también, y pronto no quedó rastro alguno de la puerta, ni de las paredes, ni del propio suelo, como si estuvieran flotando en medio de la nada más absoluta...

¿Seguro?

Ambos pudieron distinguir un movimiento fugaz por el rabillo del ojo, mas, cuando se volvieran para mirar, no descubrirían nada, únicamente para volver a percibir movimiento en otra dirección...

Y, entonces, de la nada, un par de ojillos rojos se iluminaron en la oscuridad, y después, otros dos, y dos más que vinieron después. Pronto, todo el vacío a su alrededor estaba repleto de aquellas tenebrosas luces rojas que evidenciaban una serie de figuras contrahechas que les observaban agazapadas, mas no parecían tener intenciones hostiles, sólo observaban... vigilaban...


- No perteneces a éste lugar -resonó entonces una tenebrosa voz masculina (que Jean pudo identificar fácilmente como la de Drago, aunque posiblemente hubiera reconocido mucho antes sus poderes) que Sloan no supo muy bien por dónde ubicar-: ¿Quién eres y qué has venido a buscar?

Después de todo, que un completo extraño se hubiese colado como por arte de magia en el mismísimo corazón de un grupo de superhéroes con numerosos enemigos, sorteando todas sus defensas, bien merecía un mínimo de precaución, y si pensaba atacar a Jean, quizá la visión de los "demonios" le hiciera abandonar la idea...

Fue como un eco. Como un pequeño susurro dicho a voz en grito por un megáfono dentro de la cabeza de uno. Por un momento se preguntó si lo que acababa de escuchar estaba dentro de su cabeza, como de costumbre, pero no fue así: esa voz era "externa", y además de mujer. Por mucho que se esforzaran las voces de su cabeza ninguna tenía ese timbre de voz ni de coña. "¿Quién eres?" le preguntó, así sin más.
No supo si fue por instinto o si fue por pura casualidad, pero Sloan giró su cuerpo en ese clásico movimiento de "estoy perdido, a ver si me oriento", mirando por todas partes hasta que vio a una pelirroja que lo estaba fulminando con la mirada. No tenía pinta de ser muy peligrosa, pero su instinto estaba que echaba chispas, así que se lo pensó dos veces lo de catalogarla como "no peligosa".

- ¡Hola! Por fin me encuentro a alguien que no sale corriendo. Verás, estaba un poco perdido porque la última vez que vine-

No dijo mucho más cuando las luces empezaron a apagarse a su alrededor. ¿Apagarse? ¿Un apagón tan orquestado? Tal vez la mansión era más vieja de lo que esperaba y tenía el sistema eléctrico hecho puré. Pero no, no era eso, y lo pudo averiguar cuando escuchó esa tenebrosa voz (aunque para Sloan fue más familiar que tenebrosa). Quiso girarse, pero intuyó que sería una tontería hacerlo, teniendo en cuenta que estaba todo a oscuras y no se veía una mierda. ¿Hacía dónde se giraría?
A las criaturas que surgieron a su alrededor, por supuesto.

- Uy, pero mira qué cosa más mona. ¿Ya te alimentan bien, pequeñín? - le preguntó a uno de lo demonios que le rodeaban. - Escuchad, tú seas quien seas y la pelirroja cañón de antes: no soy una amenaza para vosotros. He venido en son de paz como se suele decir. Vine aquí hace algún tiempo con.... ay mierda, ahora no me sale el nombre. ¿Un tipo enorme y peludo? ¿Azul? Seguro que lo conocéis. ¡Ah! Y soy amigo de Didi, la pequeña hamster ciega. ¿No? ¿Ninguno os suena? - Una tercera voz, ésta vez amistosa le sacó del apuro. - ¿Plana? Plana, ¿eres tú? Tío, ¿puedes decirles a éstos dos que no voy a hacerles nada? Me siento un poco como si acabara de entrar en el baño de las chicas y me estuvieran sometiendo al tercer grado...

Durante años había estudiado para conocer los entresijos de la mente humana y los estímulos adecuados para infundir temor. En su primera etapa como Ángel Vengador había provocado incluso que varias de sus víctimas fallecieran de un infarto al corazón causado por el terror.

Por eso, cuando aquél desconocido se inclinó ante uno de sus engendros de oscuridad y le habló en el mismo tono que cualquiera habría utilizado para dirigirse a alguna mascota adorable, se quedó, por primera vez en su vida, absolutamente pasmado y sin habla. Había visto reaccionar de muchas maneras a sus víctimas ante sus ilusiones, pero nunca antes alguien se había comportado de aquella manera. ¿Quién diablos era aquél tipo? O era capaz de distinguir que no eran más que ilusiones inofensivas o... se trataba de alguien tan poderoso y aterrador que la visión de unos demonios de oscuridad le dejaban totalmente indiferente. Sintió una gota de sudor frío recorrerle la frente ante la contemplación de ésta última posibilidad.

Pero entonces el tipo siguió hablando, afirmando no ser ninguna amenaza, y mencionó a Dianne, una de sus mejores alumnas, y a Henry... Y para finalizar, la intervención de Planaria añadió algo más de luz (figurada y literalmente) a la escena.

- Planaria, ¿conoces a éste tío? ¿Cómo ha podido llegar tan lejos sin activar las alarmas?

Con un gesto, las sombras se desvanecieron y el pasillo fue poco a poco recuperando la luminosidad normal. Las criaturas y seres de pesadilla se esfumaron también, como si jamás hubiesen estado allí, y Sloan pudo verle a algunos metros de distancia tras de él, cerca de donde había aparecido Logan.

Normalmente habría utilizado una ilusión para parecer más alto o imponente, o distorsionar un poco su imagen para resultar un blanco más complicado, pero después de lo que acababa de ver, resolvió que no merecía la pena. Total, si era capaz de distinguir entre ilusión y realidad no se vería afectado, y si su reacción de antes había sido porque no le tenía miedo a los demonios dudaba mucho que cualquier cambio en su apariencia le pudiera impresionar.

La luz volvió. ¿O fue la oscuridad la que se fue? Daba igual, la primera de las dos que diera el paso, y con la oscuridad se fueron esos bichejos tan monos a los que Sloan les habría cogido cariño de ser una persona normal (aunque de ser una persona normal, cariño no sería la palabra adecuada). El moreno dio gracias internamente por que la luz reapareciera porque se sentía como si le hablara a una pared, al no ver quién tenía delante. Cuando pudo ver, vio que efectivamente, le estaba hablando a la pared, por lo que buscó a sus dos interlocutores que de repente eran cuatro contando a Plana y un tipo con el pelo como si hubiera venido en coche y con la cabeza por la ventanilla.

- Gracias Plana por el cable - le agradeció Sloan tras lo cual, y pensándolo detenidamente, no sabía si la cosa había mejorado o si el ambiente estaba un poco más... cargado... - No, lo siento Plana, pero no he venido a verte. Ni a Dianne tampoco, y dudo mucho que quiera verme después de lo de la última vez pero... en fin, ya intentaré arreglar eso en otro momento porque me da a mí, y sólo me da, que hay que arreglar algo ahora mismo. - Miró a la pelirroja, al tío de la melena y al otro, preguntándose a qué pregunta contestar primero. - Me llamo Sloan Jenkins, y vengo en nombre de la familia Eldritch. Si - señaló el moreno a Drago - Plana y yo nos conocemos por la casualidad del momento y porque nuestras novias también se conocían. Y he podido colarme aquí porque ya había estado aquí con anterioridad. Es un poco difícil de explicarlo pero... digamos que la última vez me abrieron las puertas y no pasó nada, así que he podido volver a entrar.

Seguramente esa era la explicación más... inútil y mal formulada de toda la historia de la humanidad. Y mira que han habido y habrán pero en ese momento, en ese instante, seguro que fue la peor de todas. El moreno se balanceó de un lado al otro, pensando en una forma lógica con la que seguir aquella conversación y que fuera más... tranquila. Relajada.

- Perdonad si os he molestado colándome dentro de la mansión sin avisar, pero he venido porque quería hablar con quien estuviera al mando, o si no puede ser, me han comentado que tengo que buscar a los profesores. ¿Podría reunirme con ellos y, a poder ser, en una sala donde podamos sentarnos? No es que no me gusten vuestros pasillos pero me parece que no es un ambiente muy apropiado para hablar largo y tendido.

Por las palabras de Planaria, y las del propio Sloan, quedaba claro que el tipo tenía poderes de alguna clase, y no parecía que hubiera venido a visitarles para preguntar acerca de los calendarios de matriculación precisamente, así que decidió no andarse con tapujos. Al fin y al cabo, ya le habían hecho una demostración general de poderes, por lo que dudaba que le quedara alguna duda acerca de con quiénes estaba tratando.

- El director de la escuela es el Profesor Xavier. Ahora mismo no se encuentra aquí. Pero si buscas al que se encuentra al mando de la Patrulla X... Bien, aquí me tienes -dijo sin más-. Los amigos de Planaria y Sasha son mis amigos, así que... ¿en qué podemos ayudarte?

- Oh, perfecto entonces. Ya no me hará falta buscar más por la mansión. - Que lo hubieran interceptado unos cuantos profesores era buena señal, pero mala a la vez. Cosas del moreno pero... le asaltaron las dudas. ¿Eso implicaba que Plana también era profesor? Anda con el señorito... - Por ponerlo de forma resumida si, así funciono... más o menos - Intentó contestar Sloan a la pelirroja tras su pregunta.

Con el ofrecimiento de ir al despacho de la pelirroja, el moreno asintió, con una amplia sonrisa, y mientras se ponían en marcha, Planaria le hizo otra pregunta que lo dejó un poco... ¿Por qué tenía que ser mafiosa y por qué tenía que meterse en líos... otra vez?

- No, no... No es nada por el estilo. Con familia me refería a eso, familia. Es... bueno, ahora os lo explico con calma.

Se dirigieron así al despacho de Jean, espacioso donde los haya. Allí si que daba un ambiente más cálido más... Más de reunión, coño. Allí si que se podría hablar con calma, con tranquilidad y sobretodo, con comodidad. No por nada existen las sillas y esas cosas para sentarse, ¿no? Así es mucho más práctico escuchar a alguien que no quedarse de pie parando la oreja y doliéndote las piernas.
Una vez dentro, y tras la declaración de Drago y Logan, Sloan volvió a sonreír, casi por instinto, para rebajar ese ambiente que se había creado en el pasillo.

- Bien, si así son las cosas... Entonces puedo empezar de nuevo mi presentación. Por favor, cuidado con manos y pies - medio bromeó el moreno, tras lo cual dio unos pocos pasos hacia atrás, separándose del grupo. Una vez se aseguró que estaba a cierta distancia, un leve destello parduzco cubrió al moreno, apareciendo así la armadura que solía llevar con él. De ésta forma sería mucho mejor y podría controlarlo con más claridad. No esperó a que el polvo y la ceniza que apareció junto a su armadura se desvaneciese, sino que empezó en cuando estuvo preparado: el ambiente empezó a sentirse cargado; el aliento de Sloan se pudo ver claramente a través de las rendijas de su casco; su cuerpo empezó a tener leves ataques, como espasmos, y ante los presentes parecía como si hubiese crecido de tamaño, pero no fue así, pues era su presencia lo que estaban viendo. La presencia de un ser tan antiguo como el universo y tan primitivo como la bestia más hambrienta que hayan visto. Incluso su voz, al hablar, era distinta. Una voz profunda, modulada, como si se escucharan varias voces al mismo tiempo. - Me llamo Sloan Jenkins... y éste soy yo. En una categoría humana podría decirse que soy algo así como... un dios primigenio... y he venido... porque estoy buscando... - Se notaba que en aquel estado le costaba hablar, por la fuerza que usó en sus palabras. Poco a poco, el ser se calmó, dejó que su aliento volviera a ser el que era, como su voz, y el enrarecimiento del ambiente cesó en escasos segundos. El moreno hizo tronar su cuello, tras lo cual la armadura desapareció: pudieron ver ciertas secuelas en el rostro del moreno, como unos ojos brillantes de un color verde ambarino, así como las venas alrededor de éstos, verdes, como una telaraña que se había extendido bajo su piel y que volvía a su nido. Poco a poco su aspecto fue volviendo al del risueño moreno que habían visto, acomodándose en el pupitre. - Si os he enseñado cómo soy... más o menos, es porque quería demostraros que no vengo a engañaros ni nada parecido. En verdad, y como he dicho, he venido buscando miembros para la familia Eldritch y, si pudiera ser, una especie de amistad con la Mansión X. ¿El por qué? Pues porque he visto lo que hacen los X-Men, y creo que podríamos cooperar en mantener el mundo en el que vivimos tal y como está, sin que desaparezca ni se vaya a tomar por culo, ¿sabéis?

La sonrisa del moreno seguía siendo tan amplia como pesado fuera el ambiente que dejó detrás de su "aparición". Nadie podría sospechar que aquel tipo de aspecto humano escondía algo así bajo su piel, pero como se suele decir, cosas más raras se han visto.

¿Poderes de teleportación? Como Rondador... Pero la cosa no acabó ahí...

Cuando llegaron al despacho de Jean, observó que tanto Planaria como Logan les cedían a ellos las sillas, pero la única manera en la que Drago podía ver estando ciego era manteniendo continuamente activada su forma mutante, la forma que la mayoría de sus compañeros únicamente activaba justo antes de entrar en batalla, como Coloso. En su caso, el hecho de mantenerla activa todo el día implicaba un estado de tensión constante, como si estuviera permanentemente en combate, ya que, si se relajaba, corría el riesgo de volver a su forma humana, en la que no podía hacer uso de sus ilusiones y quedaría patente ante todos la mutilación de sus ojos (que mantenía en celoso secreto), además de quedar automáticamente cegado. La simple idea le generaba ansiedad a causa de su fobia a la oscuridad, así que optó por quedarse de pie, manteniéndose tenso.

Sus ojos se encendieron con un intenso fulgor y su cuerpo entero cambió, haciendo desaparecer la ilusión que le cubría para mostrar su forma mutante tal y como era en realidad cuando se produjo el destello y apareció la armadura. No es que esperase realmente un ataque viniendo de quien afirmaba ser amigo de Planaria, pero su pasado militar unido a su general estado de tensión le hicieron reaccionar a la defensiva por puro instinto, aunque desde luego los espasmos que sacudieron al moreno y la impresión de aumento de tamaño no contribuyeron a tranquilizarle ni un poquito.

A continuación, una voz profunda que en nada se parecía a la que había mostrado al encontrarse con ellos y que parecía encerrar el eco de antiguas presencias, se hizo notar para afirmar la más sorprendente de las revelaciones...

Un... maldito... Dios...

Como musulmán practicante, Drago era un ferviente creyente de la existencia de Dios. Un único Dios. El Corán, al igual que la Biblia, ni siquiera consideraba la existencia de otros, y por tanto la afirmación del moreno le dejó boquiabierto... y momentáneamente sin palabras, dejando un hueco que Jean no tardó en ocupar.

Su mente estaba demasiado ocupada en procesar aquella increíble revelación como para ser consciente de las palabras de la pelirroja, pero aunque hubiera sido de otro modo no le habría importado en lo más mínimo que su compañera tomara las riendas de la situación. Jean llevaba en la escuela mucho más tiempo que él. Prácticamente se había criado allí, y de todos posiblemente fuera la que mantenía una relación más estrecha con el Profesor. Además, él nunca había querido el puesto de líder, sino que se lo habían asignado en un momento de necesidad cuando Cíclope se había marchado a Utopía y él era el único mutante con la experiencia y las aptitudes necesarias disponible para el puesto, pero por lo que a él concernía, Jean tenía tanto o más derecho que él a liderar la Patrulla, y si alguna vez se lo pedía y el Profesor se mostraba de acuerdo, no dudaría en cederle el cargo.

- Lo que has dicho podría ser considerado una herejía -afirmó con voz temblorosa en cuanto fue capaz de volver a hablar, apuntando a la entidad con un dedo de palpitante luz azul-. ¿Qué pruebas tienes de lo que dices y por qué, si eres lo que afirmas ser, podrías necesitar la ayuda de simples mortales como nosotros?

Sloan pronunció un sordo "wow" cuando vio la forma luminosa que adoptó Drago tras mostrarles una parte de su verdadero ser. Si, lo había sorprendido, porque hasta la fecha había visto cosas muy raras... pero ninguna se le acercaba a aquel cuerpo celeste cargado de luz. Se sentía como una polilla con el fuego, quedándose embobado observando aquella figura hasta que escuchó una voz femenina en su cabeza, de nuevo. No, no era ninguna de sus voces porque de las suyas ninguna tiene ese matiz tan característico de las féminas. Recordó a quién pertenecía esa voz y giró la cabeza, observándola.

- Paso a paso, pregunta a pregunta, respuesta a respuesta: eso que has visto son mis instintos. Los tengo dominados para que no se me vaya la olla y me convierta en una bestia hambrienta. Lo que os he mostrado antes era yo, de cabo a rabo... bueno, sin rabo. El del trono... vaya, si que has mirado dentro. El del trono es mi consciencia, mi ser. Es mi mente. Soy yo. Es lo más cercano que puedo decirte sin hacer que te pierdas.

Luego viró su mirada hacia Drago, el cual parecía tener cierta crisis religiosa al escucharle decir que era una herejía. Señaló a Logan cuando comentó lo del profesor y el ambiente.

- Estoy con él: no hace falta que nos pongamos tan tensos, que vengo en son de paz. Y si viniera el profesor mejor, porque él ya me conoce. - Situó su atención a Drago. - No te sulfures buen hombre. He dicho Dios porque es como me catalogan los humanos. Para mí Dios es sólo una palabra más. Y ya puestos, no sé qué clase de pruebas quieres que te de porque, para empezar, sabiendo lo que sé, ¿puedes darme tú pruebas de que eres humano? Me las darías, pero yo te las podría refutar por, como he dicho, lo que sé, así que sólo queda mi palabra. Y contestando a tu pregunta, la ayuda nunca viene mal cuando se quiere prevenir el fin del mundo, ¿no? O sin ser tan exagerados, su equilibrio. Seré un Dios según los humanos pero no estoy en todas partes... más que nada porque estoy sellado peeero... detalles. Además, tengo otra gente en mi familia que no son dioses ni por el estilo, sino gente que no tenía a dónde ir y aceptaron formar parte de mi familia. Por ejemplo, Lilith Belmont forma parte de mi familia y además, somos novios. Plana lo puede verificar - comentó señalando al mutante en cuestión. - Como digo, vengo a hacer una alianza y a preguntar si tenéis gente que le gustaría unirse a mi familia. Tenemos una dimensión propia, con un lugar donde poder vivir y una familia. Y ésta pregunta la dejo al aire, por si no ahora, sino más adelante, aparece alguien así.

La forma mutante de Drago desapareció para ser reemplazada de nuevo por el aspecto que todos conocían. Normalmente le llevaba un poco más tejer las ilusiones con la luz, pero aquella en concreto ya le salía de manera casi automática, pues llevaba ocho años utilizándola de manera prácticamente permanente.

- Está bien. Disculpadme -dijo llevándose una mano a la frente con gesto cansado-. Desde la Colisión he tenido que enfrentarme a zombies, alienígenas depredadores, sabuesos del infierno e incluso a una mujer que afirmaba ser la diosa griega de la noche, Nox... Supongo que empiezan a ser demasiadas cosas que asimilar.

Lo de Nox nunca había llegado a creérselo... no de la manera convencional. Al fin y al cabo, Thor y Loki también afirmaban ser dioses nórdicos, pero Eclipse siempre había pensado que sus poderes les venían únicamente por ser alienígenas. En palabras de Sloan, el término "Dios" vendría a ser, simplemente, el modo en el que los humanos se referían a aquellos que tenían poderes que se encontraban mucho más allá de su entendimiento.

Una vez había tenido una conversación sobre aquello con Charles, y sabía que a lo largo de la historia había habido mutantes que habían sido confundidos con ángeles o incluso venerados como dioses, como había sido el caso de su compañera, Tormenta. Había tantas cosas que el ser humano no alcanzaba a comprender... y siempre era lo más fácil atribuirle una explicación religiosa o sobrenatural.

Pura semántica, como había dicho Jean.

Alzó su mirada, ya más serena, para contemplar a Sloan.

- ¿Qué sabes del fin del mundo o de las amenazas que puedan afectar su equilibrio? ¿Qué quieres decir con eso de que estás sellado?

Así que era el novio de Lilith... Lilith Belmont, se acordaba de la pelirrosa. Había protagonizado algún que otro conflicto en el pasado. ¿No era la compañera de cuarto de Sasha? Creía recordar que eran muy buenas amigas por aquél entonces, y se las veía siempre juntas, como uña y carne.

- Bueno, Sloan... Nosotros también formamos una familia, por así decirlo. Imagino que Lilith te habrá hablado acerca del trabajo que realizamos en la mansión para integrar a todos los mutantes que se sientan excluidos de la sociedad, pero claro, escucharemos tu propuesta, e incluso podremos informar a los alumnos acerca de esa familia tuya por si alguno estuviera interesado en unirse... Pero no creo que la cafetería sea el lugar más adecuado para tratar estos temas -añadió mirando a Jean-. Demasiado público. Si queréis un lugar más amplio y cómodo podemos ir a la sala de profesores y traer algo de la cafetería en caso de que tengáis hambre. ¿Os parece bien?

Como única contestación hacia la pelirroja, Sloan asintió con su cálida sonrisa. No sabía qué era capaz de hacerle esa mujer con "sólo mirarle" pero no estaba allí para comprobarlo y mucho menos para provocarlos. Era su casa. Eran sus normas. Así de simple y claro.

- Lo de la cafetería me parece una estupendísima idea. Así pillo algo para comer que me ha entrado un hambre...

Se guardó las preguntas que le hicieron tanto Jean como Drago para cuando estuvieran en la cafetería o, como propuso el moreno, ir a la sala de profesores. Lo segundo parecía ser una idea mucho mejor, ya que allí tendrían la privacidad que necesitaban para tratar esos temas y que no corriera la voz de forma innecesaria: los jóvenes tienen mucha imaginación y mucho tiempo libre para ponerla a prueba.

Salieron del despacho de Jean, anduvieron por los pasillos e hicieron que los alumnos más cotillas volvieran a sus clases, a sus habitaciones o con los amigos. De pasada Sloan vio al grupo con los que había tocado la primera vez que estuvo ahí, saludándoles con la mano tan tranquilamente.

Llegaron a la sala de profesores, donde esperaron a que Logan y Plana volvieran. Cuando lo hicieron, Sloan no le hizo ascos a nada y comió un poco de aquí, un poco de allá, para ir tapando esa gran bocaza que tenía en el estómago llamada "hambre".

- Bueno, si os parece, empezaré entrando un poco más en detalles con respeto a Eldritch. - Dio un sorbo a su Coca-Cola y carraspeó, tal cual si fuera un profesor. - Uno de mis... dotes, por así decirlo, es una especie de dimensión paralela ubicada dentro de mí, sin un horizonte finito ni reglas de la física. Tomadme como una especie de portal. Una puerta y la llave al mismo tiempo. Aclimaté dicha dimensión para aquellos que quieran pertenecer a la familia Eldritch, dándoles una llave para poder entrar y una habitación para ellos solos, así como el espacio que precisen. Dentro de mi cuerpo, y debido a los sellos de contención que porto a mi espalda, todo poder queda restringido, sin importar su origen. Es un refugio, por así decirlo. Un hogar que brindo a aquellos que, como he dicho, no tengan a donde ir o no crean pertenecer a ningún sitio pero busquen compañía. Para pertenecer a dicha familia no pido nada a cambio, ni que se comparta una misma ideología. Simplemente, me gustaría que lo que me pasó a mí, no les pase a los demás.
>> Entonces, hay un pequeño trato que les hago a todos los que entran en Eldritch. Es decisión suya aceptarlo o no, y si no lo hacen tampoco les niego que formen parte de Eldritch. El trato es que, eventualmente, mi socia y yo haremos una llamada al grupo para participar en ciertos eventos en favor de mantener la balanza de éste mundo, ya sea por una petición interna o de otro grupo asociado al nuestro. Y aquí entra lo que has preguntado antes, Drago. Desde que llegué a éste mundo hará más de un siglo, no he dejado de sentir ciertas llamadas y señales procedentes de mis... digamos... familiares exteriores por todo el mundo, y siempre terminaba con un bicho enorme, con ganas de destruirlo todo. Mi intención es conservar éste mundo tanto tiempo como sea posible.

No comió nada de lo que trajeron sus compañeros; había demasiado que analizar y asimilar. Para empezar, el refugio del que hablaba Sloan se encontraba dentro de su propio cuerpo, en una especie de dimensión paralela donde no existían los límites ni las reglas.

Era muy posible que Sloan de verdad estuviese siendo sincero y tuviese buenas intenciones, pero tenía que admitir que, así a priori, sin conocerle de nada, no sonaba demasiado bien. No estarían siendo profesores responsables si no analizaran cuidadosamente la dimensión de la que hablaba Sloan antes de enviar hacia allí a ningún alumno. Sin embargo, estaba claro que él no podría liderar la expedición. Si los poderes quedaban restringidos implicaba que, en su interior, quedaría ciego, lo cual ya le dejaba demasiado vulnerable (por no mencionar que se trataba de una sensación que no tenía el menor deseo de volver a experimentar), pero además, él era sólo un guerrero; no poseía los medios para analizar la naturaleza del escenario que Sloan les proponía. En cambio, Jean...

- ¿Estás segura? -preguntó cuando ella se ofreció para visitarlo. "Podría ser peligroso", añadió con su mente, esperando que ella lo recibiera-. Podríamos pedirle a Henry que te acompañase.

Después de todo, el hombre azul posiblemente era uno de los X-Men más inteligentes que Drago había conocido, y si había alguien con posibilidades de entender lo que fuera que albergaba Sloan en su interior, o de encontrar alguna explicación plausible, ése era Bestia.

- Una vez hayamos comprobado la seguridad y fiabilidad de ese refugio tuyo, sólo quedarían dos preguntas por plantearte, Sloan -afirmó entrelazando los dedos por encima de la mesa sin dejar de mirar al moreno-: La primera, afirmas tener un grupo asociado al vuestro; ¿Qué grupo es ése?

Sólo por descartar que no se trataba de la Hermandad de Mutantes Diabólicos o algo así...

- Y la segunda: es evidente que con respecto a ese último punto compartimos un interés común. Por tanto, si en algún momento ese ser del que hablas llegara a hacer acto de presencia, creo que mis compañeros estarán de acuerdo en que nos gustaría estar al tanto para ayudar en la medida de lo posible.

- Mmmmmmmmmmno exactamente. Éstos sellos me mantienen preso a mí, confinando mi forma. Si no los llevara encima seguramente el mundo hubiera desaparecido porque me lo habría comido. Pero eso no pasará. Vamos, no creo que pase mientras mantenga éstos sellos y mi consciencia humana. - Explicar lo que verdaderamente era Sloan con pelos y señales era algo BASTANTE complicado. Siempre había interpretaciones varias, unas tirando a que él era un humano con un monstruo dentro, otros que era un demonio, otro que era un pulpo. El día que les escupa tinta a la cara, entonces ya hablaremos.

Se habló de llamar a Henry. ¡Genial! Henry conocía a Sloan. Seguro que hablaría en su favor... o no, dependiendo de la impresión que le diera el moreno al peludo tras su primer y único encuentro, sin contar la visita a la mansión.

- Bien, que se venga Henry también... porque os referís al tipo del pelo azul, ¿no? - Llamarlo "el peluchito" o "yeti" igual hubiera sido una falta de consideración hacia sus compañeros allí presentes, así que chitón.

Drako le preguntó por el grupo afiliado. Vale, eso era una pregunta con una respuesta que habría que pensarse bastante bien. Si no recordaba mal eran un grupo de investigación paranormal oculto, por lo que decir su nombre así por las bravas... Igual Rojo se cabrearía con él, o tal vez su jefe... No, no veía a Rojo cabreándose con él por eso.

- Lo siento pero no puedo deciros el nombre. Sólo puedo deciros que son buena gente y que hemos trabajado unas cuantas veces para mantener el culo del mundo tranquilo unos cuantos días más. - Con lo segundo... - Seria de gran ayuda, en serio, pero me temo que tengo que corregirte en eso: no es EL sino más bien LOS. Somos muchos en mi familia y creo que yo soy el más majo.

El comentario de Plana, aunque guardaba cierto mal estar que preocupó al moreno, pues eran amigos hizo que éste sonriera largamente por el voto de confianza que le dio.

- Tranquilo amigo: mientras no os separéis de mí, no os perderéis. - Le propinó un fuerte manotazo en la espalda y luego lo agarró con el mismo brazo por el cuello, estrujándolo de forma amigable.

En cuando llegara Henry, se pondrían en marcha.

[FDI: En cuando llegue Henry, podéis poner que Sloan os tiende una mano y que al tocarla, os traslada a Eldritch dando un paso hacia atrás. Lo digo para avanzar un poco el post XD]

Ciertamente la preparación en física de Planaria les podría venir muy bien, aunque había pensado antes en Henry porque su mentalidad puramente científica y ajena a todo cuanto la ciencia no pudiera explicar le alejaba de los profundos dilemas religiosos y espirituales por los que podría estar pasando ahora mismo su compañero, dilemas que Drago sabía, por compartirlos, que podían llegar a hacer a menudo más daño que las heridas físicas. Además, Henry era, entre otras cosas, especialista en bioquímica, genética y ciencias, además de poseer el coeficiente intelectual de un genio, y al encontrarse aquella realidad, supuestamente en el interior del cuerpo de Sloan, había sido su primera opción. Pero no cabía duda de que los conocimientos de su compañero podían ser el complemento perfecto, y sus capacidades regenerativas una baza importante a su favor si la situación llegaba a tornarse peligrosa.

- Por supuesto, Planaria -asintió-. Estoy seguro de que tus habilidades y conocimientos resultarán de gran utilidad. Tú puedes ir también si lo deseas, Logan, aunque ya van a ir tres de los nuestros.

No le agradaba la idea de arriesgar a más de los suyos, pero sabía por experiencia que Lobezno era muy capaz de cuidar de sí mismo, y que había sobrevivido a situaciones imposibles de imaginar para la mayoría. Posiblemente los demás estarían también más protegidos si iba él.

- Sin embargo, debo insistir en lo que planteé y que Jean ha remarcado -añadió inclinándose hacia delante sobre la mesa-. Los mutantes no gozamos de una reputación demasiado buena, y por muy loables que sean los objetivos de su organización, no podemos aceptar ningún acuerdo hasta saber con quién estamos negociando.

Todavía se acordaba de la mala pasada que les había hecho Amanda Waller meses atrás. Aquella organización había demostrado tener menos escrúpulos y moral que la propia S.H.I.E.L.D., y ya había dejado atrás los tiempos en los que pensaba que el fin justificaba los medios.  

La presión por parte de los mutantes por saber quiénes eran ese otro grupo hizo mella en el moreno. No quería que un grupo tan nutrido como los mutantes de repente se le pusieran en contra sólo por no confiar en su palabra. Comprendía eso, porque era parte de la personalidad humana.

- Ains.... Está bien... si no queda más remedio... ¿Habéis oído hablar del B.P.R.D.? Son un grupo expertos en el ocultismo y que se dedica a mantener la seguridad del mundo de criaturas mitológicas... por así decirlo. Son buena gente - concluyó el moreno rezando para que eso les hubiera convencido.

Con la llegada de Henry ya estaban todos listos para partir. Sloan le saludó con un movimiento de su cabeza y una sonrisa. Aun recordaba su primera y última misión juntos, cuando trabajaba para SHIELD y el incidente con Didi.

- Para ser directo... no esperéis nada - propuso Sloan ante las preguntas de Plana tras lo cual, alargó la mano, se aseguró que todos los viajeros estuvieran en contacto físicamente entre ellos y después, dio un paso hacia atrás y desaparecieron en un destello verde parduzco, dejando tras de si escombros de ceniza.

La desorientación y el vértigo serían efectos secundarios normales tras el primer salto, por lo que Sloan les dejó cierto espacio para que recuperaran los sentidos.

- ¡Bienvenidos a Eldritch!

Sloan levantó los brazos, mostrándoles el extraño lugar al cual habían llegado. Estaban todos suspendidos en el vacío sobre una plataforma de roca. A su alrededor las escaleras subían y bajaban, daban una vuelta y finalizaban en una plataforma del revés. A lo lejos podían ver una serie de construcciones con forma de cubos, una puerta y escaleras que descendían o subían.

- Esas son las habitaciones de quienes quieran vivir aquí. Cada habitación es única y tiene el espacio interno que necesite el huésped. Más abajo veréis una construcción rectangular: es el comedor principal donde he dispuesto varias salas para descansar, socializar, entretenerse, etc. Y a vuestra espalda... - el moreno se acercó al borde de la plataforma para enseñarles la infinita nada, custodiada por un vórtice inmenso que no dejaba de dar vueltas lentamente. Sloan se agachó, cogió un guijarro del suelo y lo tiró al vacío. Fuera de toda lógica, el guijarro rebotó en la nada varias veces creando ondas como si fuera la superficie del mar, hasta que se precipitó al vacío. - Como dije, las leyes de la física aquí no tienen mucha valía. Sólo existe lo que uno ve. No importa si camina boca abajo. Por eso pensé que sería más interesante que lo vierais vosotros mismos, así que...

Les dejó a sus anchas durante un buen rato, que exploraran. Cuando se hubieran sentido satisfechos, los devolvería al despacho del que habían salido.

[FDI: Para no dejar a Drago fuera, interpretemos que hemos vuelto al despacho y allí si alguno tiene más preguntas, Sloan las contestará.]

Drago aguardó a que sus compañeros regresaran de su viaje de exploración con un nerviosismo e impaciencia que supo camuflar a la perfección bajo su habitual máscara sombría y lúgubre. Una de las ventajas que tenía el ser un maestro de ilusiones era que nadie nunca podía adivinar lo que pensaba o sentía realmente si él no lo deseaba (bueno, salvo Logan, claro, pero era muy difícil engañar a su olfato). Así era como había logrado ganarse su reputación en aquellos pasillos, y aquél momento no era una excepción.

Cualquiera podría considerar un signo de cobardía que hubieran ido todos menos él, que para colmo era el líder, aquél que más debía preocuparse por la seguridad de sus hombres, y por desgracia no andaría demasiado desencaminado quien así pensara. Drago era un hombre valiente, muy dispuesto y capaz de abrazar cualquier clase de sacrificio (incluso entregar la propia vida) por defender y proteger aquello y aquellos que le importaban, pero el pavor que le tenía a la oscuridad... Ah, eso era algo que iba mucho más allá de cualquier lógica o razón. Era un temor atávico, primitivo, que se remontaba a pesadillas experimentadas cuando era niño, demasiado duras como para que una mente infantil las pudiera asimilar. Cuando la oscuridad lo envolvía era como volver a revivir aquellos horrores, horrores que no estaba preparado para afrontar. Así que... no... sencillamente no podía hacerlo. Ni siquiera las sesiones con la doctora Stavridis habían conseguido arreglar esa fragmentada y torturada porción de su psique. Quizás nada podría...

Aunque, por otro lado, tampoco habría sido sensato que fueran todos, pues si en realidad se trataba de una trampa, ¿quién lo iba a contar? No, alguien tenía que quedarse fuera, y puesto que todos habían deseado ir, estaba claro cuál tenía que ser su papel en todo aquello, pero saberlo no mermaba en lo más mínimo su nerviosismo y su preocupación.

Cuando finalmente regresaron, escuchó con el mismo semblante en apariencia impasible lo que tenían que decir. La experiencia parecía haberles afectado de distintas formas... Henry estaba asombrado (y había pocas cosas que pudieran afectar su mente racional y científica de aquella manera), Planaria parecía maravillado, a Jean la envolvía una peculiar aureola de tranquilidad y paz, y Logan... Bueno, Logan era Logan.

- ¿Alguna explicación para lo que habéis visto, Planaria, Henry? -inquirió.
- ¿Científica? Ninguna -admitió el mutante de color azul, visiblemente confuso mientras se limpiaba las gafas y se las volvía a colocar-. Jamás me había encontrado con nada que fuera ni remotamente similar. ¡Ni siquiera puedo empezar a explicarlo!


Para ser sinceros, aquello no le hacía mucha gracia. Una parte de él, que había sido alimentada durante los años que había pasado como mercenario y asesino, se mostraba recelosa y suspicaz. Drago no era tendente a confiar así como así, y lo que contaban sus compañeros resultaba demasiado extraño, incomprensible e irreal. Un lugar donde las leyes de la física no existían... Donde todo cuanto creían saber y conocer se iba literalmente por el desagüe... ¿Cómo podía confiar en algo así? ¿Cómo podía confiar en alguien capaz de albergar una cosa así en su interior?

Eso era lo que le gritaba su lado desconfiado: Sloan era un monstruo. Pero, la otra mitad de él, ésa que había crecido junto al Profesor X y sus enseñanzas, le cuestionaba: ¿Y por qué piensas que es un monstruo? ¿Porque no puedes entenderlo? ¿Porque es diferente? ¿Igual que los humanos os consideran diferentes a vosotros? ¿Igual que os llaman monstruos porque no son capaces de entenderos? Y era cierto; ellos tenían poderes, y Sloan también. ¿Acaso estaba cometiendo con él el mismo error que los humanos habían cometido con ellos? Dicha disquisición le enfureció. No deseaba caer en el mismo error que durante tantos años había repercutido en perjuicio de su gente, pero no podía evitar desconfiar de aquello que no conocía. La vida, la guerra y sus experiencias le habían hecho así, y no podía soportar el enfrentamiento que estaba teniendo lugar en su interior, así que decidió aguardar a escuchar las respuestas que daba el moreno a las preguntas de sus compañeros antes de forjarse una opinión. Era lo mínimo que se merecía, una consideración que la mayoría de los humanos no había tenido con ellos.

- La verdad es que no utilizo ningún tipo de magia: éste lugar es así porque es así. Sin más. Es una parte de mí como el comer o respirar. Yo puedo moldearlo imaginando lo que quiero y ya. No tiene ningún misterio. - Dicho así parecía muy fácil, pero la pregunta de Plana escondía una respuesta aun más complicada y laberíntica que un simple "porque es así". Tan sólo, en palabras humanas, era algo casi imposible de explicar.

Cuando todos volvieron de echar un vistazo a aquella dimensión "de bolsillo" le explicaron la experiencia a un Drago que parecía escuchar con la clama más fría que el moreno haya visto en su vida. Al terminar, comenzó la ronda de preguntas. Como no, estaban en su derecho de hacer preguntas tras haber estado en un lugar que violaba deliberadamente todas las leyes físicas y terrestres que el ser humano daba como lógicas.

- Bueno, empezaré con Jean ya que ha sido la primera en preguntar. Es imposible perderse por mi dimensión, ya que ésta se moldea según la voluntad de quien esté dentro. Por ejemplo, Logan ha sido de los cuatro el que ha ido más lejos, y ha vuelto de una pieza. Además, pensad que eso que habéis visto está dentro de mi, así que yo tengo total control de lo que pase allí dentro. Y si de alguna forma, alguien rompe los abre comillas mandamientos de Eldritch puedo expulsarlo de dicha dimensión, por lo que quienes vivan en Eldritch estarán protegidos en todo momento. De sitios prohibidos no hay ninguno y si, hay algunos lugares que no habéis visto pero... francamente, tal y como habéis flipado al entrar en Eldritch, igual hay una sala en particular que sería mejor que no visitarais. Y por eso dicha sala siempre la mantengo al margen de los demás.
>>Ahora, Plana, sobre tus dudas: es imposible que caigas y te mantengas suspendido por toda la eternidad ya que el lugar es infinito pero conectado, es decir, que si como tu dices alguien se cae por el vacío, en pocos segundos se vería de vuelta cerca de donde se cayó, por lo que no hay un peligro tal como si estuvieras en el espacio.
>> ¿Alguien más tiene alguna pregunta, o pasamos directamente a las decisiones? ¿Y bien?

Jean no tenía ninguna pregunta, y parecía dispuesta a dar su voto a favor con la premisa de volver a visitar Eldritch. Bueno, pues se encontraría las puertas bien abiertas siempre que quisiera entrar en su pequeño... perdón, "pequeño" mundo privado. Otro tanto por parte de Logan, quien tenía pinta de querer terminar pronto con el tema. El morena supuso que no le hizo mucha "gracia" visitar su dimensión particular (que no llueve ni se moja como las demás) por la cara que hizo al volver... aunque parecía como si hubiera nacido con esa expresión.
Drago y Henry no dijeron nada de momento, y quien tuvo más dudas era el que le conocía más de los presentes: Planaria. Por lo visto seguía sin tenerlas todas, y Sloan no podía culparle. Es ley de mundo que una mentalidad inteligente se cuestione todo cuanto se le presente.

El moreno abrió la boca para hablar, pero se calló. Frunció el ceño y se puso a pensar la forma más rica de información para su buen amigo Plana.

- Dime Plana, ¿los edificios cómo se construyen? Los hacen los paletas, ¿no es así? - No era una pregunta que buscara una respuesta por parte del castaño. Era una de esas preguntas que suelen formular los profesores cuando tras ésta viene una explicación metafórica de lo que de verdad importa saber. - Si los paletas no van a trabajar, entonces el edificio no sube de plantas, no adquiere un techo, paredes... En éste caso, nosotros somos los paletas. Tú, yo, los que decidan quedarse en Eldritch... Si por un casual yo me viera impedido, Eldritch continuaría estando ahí mientras no supusiese un peligro para los que habitan en él. Si me congelaran, y espero que no lo hagan nunca porque detesto perder la conciencia propia, Eldritch seguiría funcionando. Sólo hay dos formas posibles en las que Eldritch expulse a quienes habitan en su interior: la primera, destruir el núcleo que alimenta los "pases" que les daré a cada uno que decida quedarse en Eldritch. Dichos pases son de uso privado e intransferible, por lo que no podría ser usado por terceros. En caso de destruirse el núcleo, Eldritch expulsaría a los que estén en su interior de forma segura y los pases morirían. Cabe decir que el núcleo está bien escondido así que... no creo que nadie lo encuentre. Y la segunda, si Eldritch se volviera hostil. Es posible que pierda la conciencia de mi mismo por X o Y, volviendo todo mi ser hostil y sin razón. Si eso pasara y mi ser fuera a por los que viven en mi, Eldritch los expulsaría inmediatamente. No creas que no he pensado en todo. Ésto no es una idea que tuve de la noche a la mañana.

Con dicha explicación, el moreno esperó convencer del todo a su amigo y, después de él, sólo quedaban Bestia y Drago.

[FDI: A continuación posteará Drago que me pidió que contestara la pregunta de Plana. Después y si a todos os parece bien, podemos ir concluyendo con éste post. Para cualquier pregunta o petición, me tenéis en el whatsapp.]

Drago se puso lentamente en pie, observando a todos con expresión neutra e indescifrable. Finalmente, al cabo de varios segundos, empezó a hablar en tono tranquilo y pausado.

- Tal y como yo lo veo, amigo, lo único con lo que contamos es con tu palabra -expresó con absoluta sinceridad carente de animadversión o intencionalidad agresiva u hostil. Era la realidad, pura y simple-. No me entiendas mal -prosiguió, conciliador-. Trata de ponerte en mi posición: un sujeto desconocido al que no he visto en mi vida, que afirma poseer poderes cuasi divinos y alberga una dimensión ajena que va mucho más allá de la comprensión humana en su interior, afirma desear una alianza con nosotros y ofrece dicha dimensión como un posible hogar para aquellos mutantes que lo deseen... Dime, Sloan... ¿tú confiarías a tus seres queridos, aquellos a quienes has jurado proteger con tu vida, a dicho ser? ¿Permitirías que visitaran alegremente dicha dimensión sin saber a ciencia cierta lo que podría ocurrirles o si podría haber efectos secundarios a largo plazo? Y sé completamente sincero, por favor.

Volvió a sentarse y hundió el mentón entre sus dedos cruzados, en actitud pensativa. Como líder de la Patrulla, aquello suponía una gran responsabilidad. Los demás podían manifestarse a favor o en contra, pero la responsabilidad última de lo que pudiera ocurrir a causa de su decisión recaía sobre él, ya que no estaba Xavier para juzgar.

- De los que estamos aquí, el que mejor te conoce es Planaria, y aún así ni siquiera él parece convencido. Como comprenderás, la decisión no es fácil -suspiró-. De los que estamos aquí, Planaria y Jean apoyan la unión, y Logan y Henry se han abstenido, lo cual significa mayoría de votos a favor.

>>En lo que a mí respecta, estoy de acuerdo con una alianza. Tener aliados siempre es una opción inteligente, especialmente tal y como se encuentra el mundo hoy día, y hay que reconocer que, ostentando el poder que sin duda posees no te habría costado nada deshacerte de nosotros si tus intenciones fueran hostiles, pero no lo has hecho. Has venido de buena fe a contarnos tu propuesta. Es en la parte de permitir a nuestros jóvenes alumnos visitar tu dimensión en la que no termino de confiar. Hagamos lo siguiente: establezcamos las bases para una alianza y, cuando Xavier regrese a la mansión permitirás que él inspeccione esa dimensión tuya y que te lea la mente para comprobar que tus palabras son ciertas y que no existe ningún riesgo real o potencial para nuestros alumnos. Debes comprender que todo esto supone una gran responsabilidad para nosotros. Es de la seguridad y el bienestar de nuestros jóvenes de lo que estamos hablando. No es una decisión que deba ser tomada a la ligera, no sin haber analizado antes todas las posibles repercusiones de la misma.

Una vez más, Eclipse se expresaba con mucha más sensatez y prudencia de la que cualquiera habría podido imaginar al conocerle. Parecía que sí tenía madera de líder después de todo.

Sloan escuchó las exposición de Eclipse con tranquilidad, sin mostrarse ofendido ni atacado en ningún momento. Quería que fueran sinceros con él, que le dijeran lo que de verdad opinaban. El moreno no veía la mentira como algo lógico: si uno quiere buenos resultados la mentira es un camino fácil y directo si, pero a la larga deja más piedras en el camino de las que se necesitan.

- Si lo que buscas es sinceridad, creo que has ido a topar con el hombre adecuado - le contestó a Drago ante su pregunta. - ¿Sinceramente? No. No a menos que tuviera claro que dicho ser no representaba ningún peligro mortal para mis seres queridos. Pero soy una persona lógica, o así he salido, y también sé a ciencia cierta que no soy ningún guardián. No me corresponde a mi decirles si o no a lo que quieran hacer mis seres queridos. Puedo ofrecer mi ayuda y apoyo para lo que necesiten, como sería éste el caso, pero no soy ningún carcelero ni ninguna roca que no les deje crecer. En éste caso en concreto, dejaría que tomaran ellos la decisión de si quieren ir o no, lo cual no me impediría a mí acompañarles por si las moscas.

Drago siguió hablando, llegando a lo que parecía un acuerdo: si mal no había entendido el moreno, aceptaban el establecer una alianza entre la Mansión X y Eldritch para eventos futuros, pero lo de dejar que sus alumnos fueran a Eldritch ya sería en otro momento, cuando el profesor estuviera presente.

- Con eso me conformo. Y si necesitáis escuchar las palabras de otra persona para aseguraros, hablad con Lilith: ella es quien más tiempo ha pasado en Eldritch y quien me ayudó a sostenerlo. No sería descabellado decir que es un pilar fundamental de mi ser. - Dicho ésto, Sloan se frotó las manos con intensidad y sonrió jovial, como si le acabaran de decir que tiene un regalo en la habitación esperándole. - ¡Bueno pues! ¿Discutimos los términos de la alianza con algo de comida?

[FDI: Si os parece, podemos mandar a cerrar el post XD]

Drago esbozó una sonrisa, la primera que mostraba desde la aparición del moreno. Era cierto que no le conocía, pero le había gustado su respuesta e intuía sinceridad en ella. Empezaba a entender por qué le caía tan bien a Planaria.

Lilith había sido una de sus alumnas. Hablaría con ella, aunque si contaba con la aprobación de la pelirrosa y con la de Planaria, en cuyo criterio confiaba como si se tratara del propio, no tenía duda de que terminarían entendiéndose a la perfección.

Sonrió al ver que el moreno volvía a pedir comida, cuando no hacía ni media hora que habían saqueado la despensa. Debía de contar con un metabolismo acelerado al igual que Planaria.

- Estupendo -dijo, ofreciéndole su mano para estrechársela-. Ya está todo dicho, pues. Pasemos por la cafetería y terminaremos de hablar de ésto allí. Ah... y bienvenido a la Mansión X, Sloan...

La Colisión de Mundos había traído aterradores y sorprendentes acontecimientos, terribles y poderosos enemigos, pero a la vez, una enorme cantidad de nuevos amigos y aliados. Pensó en el acuerdo con Villa Fábula, en Lobo, en Cassandra... No habría conocido a ninguno de ellos de no ser por la Colisión, y su vida no habría dado el radical giro que había dado. ¿Encontrarían en Sloan y su equipo el mismo apoyo y amistad que habían encontrado con los demás? Sólo el tiempo lo diría...