A New Hope... and a New Disappointment (Constantine) [01-04-2019]

El chico perfecto estaba secando las copas con un trapo cuando la Azariana apareció en medio de una nube de humo negro y azufre. Nikandros ya estaba más que acostumbrado de ver gente tan diferente entre ellos en aquel bar, donde se reunían criaturas, entidades y magos de todos los rincones del universo. La entrada había sido espectacular, por eso, pero lo que más llamó la atención de los clientes fueron las primeras palabras que hizo al llegar.

—Muy buenos días, señorita.- dijo esbozando una perfecta sonrisa perlada.— ¿Desea tomar algo?
Cuando la mujer de la capucha le pidió un simple vaso de agua mineral, Ene se acordó de aquella película que había visto no hace mucho. Una titulada como “El Bar Coyote”. Era la primera vez que alguien le pedía un agua desde que estaba trabajando en el Oblivion, y se preguntó a sí mismo si rociar a la gente con una manguera era lo que se hacía comúnmente en todos los bares de los Estados Unidos, fueran mágicos o no.

Pero antes de que se le ocurriera ejecutar tan mala idea, continuó escuchando a su cliente y asintió con la cabeza cuando escuchó el nombre de Nethel.

— Oh, sí. La chica de los tatuajes. Es un poco tímida, pero parece buena persona.— comentó con una dulce sonrisa.— ¿Eres amiga de John? Avisaré a Constantine de que estás aquí…

Dicho esto, el muchacho se dirigió al almacén para ir a buscar un agua mineral y sacó el smartphone que le habían regalado las Stavridis para cuando saliera solo a la calle. Los tres magos tenían un grupo de Whatsapp donde discutían sobre las cosas de Shadowpact, y N envió un texto a ese grupo que decía así: “Para John: Hay una chica en el Bar Oblivion que pregunta por ti. Viene de parte de Nethel. Ven enseguida que puedas. ”

Cuando Nikandros salió del almacén, abrió la botella de agua mineral delante de Raven y se la sirvió en un vaso de cristal con mucho estilo. Volvió a dedicarle a la muchacha una sonrisa deslumbrante antes de hablar.

— Le he enviado un mensaje, imagino que no tardará en llegar en cuanto lo lea… — le explicó el chico perfecto. Se acordó entonces de que John y la tecnología no se llevaban demasiado bien. En eso, Elissa y él se parecían bastante, sólo esperaba que no tuviera muchos problemas para leer el Whatsapp. Quien sabe… a lo mejor estaba ocupado exorcizando a alguien. — De mientras, trata de relajarte y disfrutar del local. Yo te haré compañía hasta que él llegue. — le animó el rubio, guiñandole un ojo a la hija del demonio.

La chica parecía demasiado tímida y con pocas intenciones de mantener una conversación. Ene se apartaría y respetaría su silencio si era lo que ella deseaba. Al fin y al cabo, el chico había sido creado con mucha empatía, y era capaz de adaptarse a cualquier tipo mujer que tuviera delante.

Pero también tenía mucha curiosidad por ver mejor el rostro de la mujer, y es que apenas podía distinguir los rasgos con aquella molesta capucha. ¿Sería una hermosa dama? Ene se acordó entonces de lo que decía siempre Elysia sobre la fama que tenía el inglés con las bellas mujeres, y de que siempre estaba rodeado de aquellas dos pelirrojas. ¿Sería otra chica del harén de Constantine?