La Formación de la Liga Oscura (Constantine) [10-01-2019]

(Hace un par de semanas, base principal de HYDRA, localización desconocida)

Habían pasado meses tras la colisión y el mundo había cambiado mucho, pero HYDRA seguía siendo la misma, un soldado con el uniforme verde de la organización entró en la sala, Señor, dijo al entrar en la sala, Señor, un mensaje codificado personal para usted, dijo entregándole un pequeño microchip, gracias soldado, puedes retirarte, le contestó el Cráneo introduciendo el chip en su mesa.

La pantalla mostró el código que correspondía a Dmitri Smerdyakov y Schmidt sonrió, introdujo la clave que desencriptaría el mensaje y lo leyó, bien, todo estaba listo para dar el siguiente paso, varios agentes habían muerto o habían sido descubiertos, lo que era lo mismo para el Cráneo Rojo, pero finalmente el Camaleón lo había conseguido, por fin HYDRA estaba dentro de Argus, había sido lo más difícil de conseguir en mucho tiempo, y había tenido que tirar de infinidad de hilos, pero finalmente Dmitri había conseguido burlar sus controles de seguridad y crearse una identidad que le permitiría infiltrar a HYDRA progresivamente, devorando a la agencia desde el interior como ya había hecho con Shield en el pasado...

El mensaje de respuesta solo contenía una palabra, adelante.


(Hace dos días, Cuartel general de Argus, Washington)

Amanda Waller entro en el despacho de Steve y cerro la puerta, le hizo un gesto para que no hablara y sacó un pequeño dispositivo antiescuchas conectándolo, esto era algo casi excesivo incluso para ella, aunque solo un pequeño paso más en su paranoia, El tema del que vamos a hablar es estrictamente confidencial, nadie debe saberlo, dijo entregándole un expediente al agente de Argus que contenía información sobre un viejo conocido, John Constantine, creo que ya conoce a este hombre, dentro del dossier tienes documentación falsa y una tarjeta de crédito, sal ahora del edificio utilizando esa documentación, no comentes esto con nadie, no charles en los pasillos, tu vuelo sale en 25 minutos, miraba a Trevor a los ojos, como desafiándole a preguntar algo, por supuesto que Steve tenia dudas, pero no osaría interrumpir a Waller.

Saldrás para Nueva York y le buscarás, debes convencerlo para que trabaje para nosotros, accede a peticiones razonables, tu serás la máxima autoridad a cargo de esto, desde la colisión nos estamos enfrentando a amenazas que ni siquiera la Liga es capaz de contener, el debe formar otro grupo, uno dedicado a combatir seres de naturaleza... más oscura, no harás informes de esto, ni siquiera hablaras conmigo de ello a menos que yo te lo diga, no sabemos quien puede estar vigilando ¿entendido?, Steve estaba un poco aturdido por la orden, Si, Señora, asintió y tomó el informe, saliendo de su despacho y del edificio sin detenerse.

Amanda se sentó en la silla de Steve y apagó el dispositivo, sonrió, era impresionante lo fácil que resultaban de manipular algunas personas, demasiada lealtad y poco cerebro, una mala combinación, Schmidt estaría encantado, sonó una llamada a la puerta, Adelante, dijo Steve Trevor sin levantarse de su silla, Señor, las fichas de seguridad de los nuevos reclutas que debe supervisar, Gracias Clark, déjalas sobre mi mesa, ahora me encargaré de ello, la puerta volvió a cerrarse y Dmitri tomó los expedientes, era importante revisar bien a los reclutas, sino cualquier malvada organización podría introducir sus agentes en Argus... le costó contener la risa, pero terminó lo que había venido a hacer allí antes de salir del despacho.

Clark, toma los informes, todo correcto con la mayoría pero estos dos me resultan sospechosos, que los investiguen a fondo, dos agentes de HYDRA caerian en breve, un pequeño sacrificio para que otros pudieran entrar, corta una cabeza y dos más crecerán, Steve se introdujo silbando en el ascensor, feliz como cuando le arrebató sus poderes a esa repugnante arañita de Peter Parker.

OFF:

(Esta noche, Nueva York, Bronx, en un antro de mala muerte)

Steve entro en el local, no entendía como alguien podría querer entrar en un sitio así, elegir voluntariamente hacerlo, pero era uno de los pocos sitios en los que podía encontrar a John, llevaba recorridos cientos de sitios, empezó por los menos repugnantes hasta que llegó a este, uno de los últimos de la lista, y allí estaba Constantine, con un vaso y una fulana de un dólar junto a él, Cada día eres más difícil de encontrar John, y cada día debes más pasta a tíos más peligrosos, discúlpenos señorita, debo hablar con él en privado, la mujer lo miro con indiferencia y se fue a buscar otro posible cliente, tu suerte podría estar cambiando, toma, échale un ojo a esto y dime tu opinión, dijo entregándole una carpeta.

John Constantine estaba aquel día de especial mal humor, llevaba una semana de perros, no había hecho más que trabajar sin descanso, un día tras otro con un maldito caso que lo mantenía ocupado, la verdad era que, desde la colisión de los mundos, se estaban produciendo cada vez más fenómenos paranormales y era difícil mantenerlos controlados para el hechicero.

Lo dicho, había una sido una semana de mierda, primero se había tenido que enfrentar a unos duendecillos desgraciados que se dedicaban a reírse de los propietarios de una mansión a las afueras de Hollywood robando sus objetos de valor, por supuesto, el mago había cobrado una cuantiosa suma por librarse de ellos que gastó apenas unas horas nada más obtenerla, luego un maldito poltergeist y por último un licántropo, al que, por suerte, Constantine pudo rebanar el pescuezo antes de la luna llena.

Y ahí estaba ahora, sentado en un asqueroso antro dejado de la mano de Dios, tomando la peor cerveza que había saboreado en su jodida vida y dispuesto a pagarle a una fulana de tres al cuarto para que le diese una pequeña alegría, al fin y al cabo, el inglés llevaba tiempo sin divertirse como era debido: - Cielo, se me ocurre que podrías venirte conmigo, tengo una casa maravillosa, seguro que te encantaría ver el techo. – Susurró al oído de la mujer, que le respondió con una sonrisa picarona, el mago estaba a punto de pagar su cuenta y levantarse para irse, cuándo la puerta del local se abrió: - Joder, y cuándo creía que la noche no podía ir peor…- Ahí estaba, John miró de reojo al recién llegado, le había reconocido nada más abrir la boca, era Steve Trevor, el perro de Amanda Waller, cuándo a ella le picaba el culo, él era el encargado de rascarle, John le hizo una señal a la mujer para que se largase y luego se dirigió al camarero: - Ponme otra de estas mierdas que llamas cerveza colega ¿Quieres? No podré aguantar el discurso de este capullo estando sobrio. –

John se acomodó en el taburete en el que estaba sentado, el cuerpo le dolía a horrores, su aspecto era bastante más lamentable de lo normal, tenía el cuerpo lleno de moratones y magulladuras, y una cicatriz surcaba su mejilla izquierda. Buscó un cigarro dentro de su bolsillo, lo sacó, se lo llevó a los labios y se lo encendió: - Tu suerte podría estar cambiando, toma, échale un ojo a esto y dime tu opinión – John dio una calada a su cigarro y apoyó la cabeza sobre la mano diestra, que tenía anteriormente apoyada en la barra, abrió la carpeta con la mano restante y luego retiró el cigarro de sus labios, dejando salir el humo de nuevo.

Off: Como no sé lo que hay en la carpeta, improviso un poco si no te importa.

John entrecerró los ojos, le costaba algo de esfuerzo leer, probablemente efecto de aquella bazofia que llevaba bebiendo toda la noche; ‘’Proyecto: Liga de la justicia oscura ¿Qué coño es todo esto?’’, pensó el mago mientras miraba sin demasiado interés el archivo, había fotos y nombres de místicos y usuarios de magia, anotaciones sobre ellos, en un rápido vistazo John distinguió su propio nombre y el de Zatanna, todo aquello no podía ser bueno:

- Trevor, como ves, no estoy como para leer ahora mismo, así que dime en qué coño consiste todo esto. – Dijo el mago sin demasiados tapujos, cerrando la carpeta y deslizándola en la barra para devolvérsela al agente de ARGUS: - Gracias amigo, ya empezaba a tener la boca reseca y me estaba planteando dar un trago de wáter. – Dijo John con cierto sarcasmo al camarero, que le lanzó una mirada de reproche mientras el mago retiraba su cigarro de los labios y le daba un largo trago a la cerveza, no sabía exactamente qué significaba aquello, pero si ARGUS estaba de por medio, no podía ser bueno.

El soldado miro solo un momento a Constantine y meneó la cabeza, Esto amigo es tu mejor oportunidad de tener unos ingresos estables y bastante elevados, se trata de buscar a estas personas y crear con ellos un grupo paralelo a la Liga de la Justicia, pero que se encargue de los temas sobrenaturales, básicamente hacer lo que hasta ahora pero sin tener que patear las calles y con los recursos y el apoyo de Argus, Steve pidió otra cerveza y se sentó junto a su viejo... conocido, ya que llamarlo amigo sería algo excesivo, sobre todo sabiendo como acababan la mayoría de sus amigos.

Tomo la jarra de cerveza y empezó a bebérsela, escupiendola inmediatamente, Joder, pero que mierda... John ¿como puedes beberte esto? Sabe a meados y ni siquiera está fría, trato de quitarse el sabor de la boca, pero le daba miedo incluso pedir un vaso de agua allí dentro, mejor esperar a llegar al hotel, ¿Te interesa o no? El grupo se formará contigo o sin ti, si tu no aceptas iré a ver al siguiente de la lista, mintió Trevor, bueno, no era exactamente una mentira, aunque aún no había recibido instrucciones al respecto estaba seguro de que sería así, aunque por suerte para el quizás Constantine estuviera demasiado borracho para pillar el farol.

John se llevó el dedo índice a la sien mientras retenía todo lo que Steve Trevor le decía, ciertamente le ofrecía algo interesante, contar con unos ingresos razonables y estables podría ayudarle a Constantine con todos sus problemas económicos, y luego, por otro lado, formar equipo, aunque fuese de forma temporal, con ARGUS, podía tener interesantes ventajas, vamos, básicamente Trevor le ofrecía ¿Pagarle por hacer lo que siempre hacía? Eso tenía gato encerrado, de todos los elementos que había sueltos por allí, dispuestos a usar su magia por el bien común que trabajarían gratis para Waller ¿Porqué ir a buscarle a él? John dio un trago a su cerveza y dejó la jarra sobre la mesa:

- Repugnante ¿Verdad? Creía que era el único al que esto le sabía como si un grupo de niñatos se hubiese meado en el barril. – Sonrió y le dio una calada a su cigarro, terminándolo lentamente, disfrutando del humo que inundaba sus pulmones, apagó el mismo sobre la barra y sin mirar a Trevor dijo: - Si accedo a trabajar para vosotros, lo haré bajo tres condiciones, y son innegociables. – John hizo una pausa en la que observó el bar, desde luego, era un jodido antro, no sabía como lo hacía siempre para acabar en sitios así: - Primera, no soy un agente de ARGUS, actúo por libre, y aunque forme parte de ese grupo, no jugaré a ser un héroe, haré las cosas a mi modo. – Tosió un poco y dio un trago largo de la cerveza, casi la había terminado ya, dios, estaba sediento y esa basura no contribuía a mejorar su situación: - Segundo, borraréis todo mi historial, delitos, registros civiles, quiero que todo acerca de mi desaparezca, solo los miembros de mi grupo podrán contactar conmigo, no quiero que ningún hombre de Waller meta las narices en mis asuntos. – Terminó el contenido de la jarra de un último trago y dejó esta sobre la mesa, luego, con calma, se limpió los labios con la manga de la gabardina y miró a Steve Trevor a los ojos:

- Y en último lugar, quiero entrar en la sala negra, 5 minutos con las cámaras apagadas…- El soldado fue a abrir la boca, pero John le interrumpió: - No te molestes a intentar fingir que no existe ese lugar, se de primera mano lo que es y todo lo que contiene, 5 minutos en ella, nada más. – El mago sonrió de forma chulesca, luego sacó un cigarro de su bolsillo y se lo llevó a la boca, mientras lo encendía, volvió a mirar al soldado y dijo: - ¿Y bien? -

Steve miró a Constantine sin inmutarse a pesar del rancio aliento que le estaba echando a la cara, lo conocía desde hacía tiempo, incluso habían colaborado alguna vez, pero precisamente por eso no se explicaba por que él entre todas las opciones era un buen objetivo como líder del grupo, John, si a ti te hicieran agente de ARGUS yo abandonaría el cuerpo, eso seguro, así que tu primera petición concedida incluso antes de que la hubieras hecho; la segunda tampoco será un problema excesivo, yo seré el único agente con el que trates, te daré algunos objetivos y algunas instrucciones, más allá de eso seréis libres de elegir vuestros propios blancos, aunque si prefieres que me retire de la ecuación puedes tratar con Waller directamente, ¿eso seria mejor?, pregunto con sarcasmo Trevor.

Luego miró al mago de arriba a abajo, A la tercera condición te digo desde ya que no, se lo preguntaré a Waller, pero yo no tengo autoridad para dejarte allí a solas, si ella accede, cosa que dudo podrás entrar, pero no antes de darte una ducha cambiarte de ropa y estar completamente sobrio, quédate el dossier, mañana la llamaré y te daré su respuesta, nos vemos a las seis en el bar de mi hotel, toma la dirección, dijo dándole una servilleta en la que acababa de anotar las señas del lugar donde se alojaba, si no apareces acudiré al siguiente de la lista John, no dejes pasar esta oportunidad.

Dejó un billete de veinte sobre la barra, Cóbrese, dijo y se marchó de allí antes de que el olor del local le hiciera vomitar.

OFF:

Apenas había dormido unas 4 horas, lo justo y necesario para que se la pasara el efecto del alcohol en el cuerpo, se movió de la cama perezosamente y se dio una ducha rápida: - Maldita mierda de garrafón…- Susurró para sí mismo mientras salía del cuarto de baño completamente desnudo, se puso ropa limpia, su gabardina que se veía como nueva mágicamente y unas gafas de sol para que la luz no le molestase, John sacó la servilleta con las instrucciones del bolsillo del pantalón de la noche anterior, dónde la había guardado, consultó la dirección, no estaba muy lejos de dónde estaba.

Salió de la tienda de mascotas Dotty, el lugar donde residía la mayor parte del tiempo en NY, la luz del sol le deslumbró, aún con las gafas: - Maldita sea la luz del día…- John caminó por las calles con calma para que el aire le despejase el cuerpo, se había lavado los dientes y afeitado, por lo que su aspecto ya no parecía el de un por diosero, estaba seguro de que ese estúpido de Trevor se alojaba en un maldito hotel de alto standing y si se presentaba con su aspecto habitual, le echarían a patadas.

Al cabo de una media hora de paseo ligero, John llegó a la dirección que le habían indicado, era un hotel céntrico y, cómo el mago había intuido, el típico lugar en el que le habrían echado a patadas, se ajustó la corbata negra que llevaba al cuello y entró en el edificio quitándose las gafas de sol: - Tengo una reunión muy importante, no me molestes tío. – Dijo de forma tajante al hombre de la recepción a ver que este iba a decirle algo, y sin más se adentró hacia el bar.

Se sentó en la barra, había llegado diez minutos antes de lo esperado, pidió un whiskey al camarero de la barra y luego sacó el dossier para examinarlo en profundidad, era una larga lista de nombres y datos de místicos, John conocía a muchos cuyo nombre aparecía, y otros eran un completo misterio: - Ya veo…- Susurró a la nada, luego le dio un trago corto al whiskey, que en comparación con la basura que bebía ayer, le supo a gloria.

Así que ese era el plan de ARGUS, un equipo de magos y místicos que respondiese en caso de una emergencia de ese tipo, bueno, la iniciativa estaba bien, pero Constantine conocía de sobras que trabajar en grupo dentro de ese mundillo era un tema complicado, sin embargo, estar del lado de ARGUS y Waller podía tener ventajas, muchas: - Llegas tarde Stevie. – Dijo de forma burlona el mago, eran las 6:02 y el soldado acababa de entrar por la puerta del bar.

Steve entro en el bar y se dirigió hacia donde estaba sentado Constantine, saludándolo con un gesto de la mano y mirando el reloj cuando llegó hasta él, Muy gracioso John, resulta que he tardado más de lo previsto en hablar con Amanda, pero tras una breve discusión ha accedido a tu última petición, no se por que tú pareces tan importante para ella, pero nunca creí que aceptaría algo así, le dijo meneando un poco la cabeza y sentándose junto a él, una cerveza por favor, pidió entonces al camarero.

Solo hay un pero, le dijo dando un trago de su cerveza, por dios, que diferencia, ¿como soportas beber en esos sitios John?, bueno, a lo que íbamos, el “pero” es que Waller entrará contigo, cinco minutos, sin cámaras, yo despediré al guardia de la puerta y me quedaré allí hasta que salgáis, no habréis entrado allí y no deberás decirle a nadie siquiera que el lugar existe, y espero por tu bien que lo que sea que saques de allí no te meta en ningún lio, dio otro trago, saboreándolo.

Después dejó un billete de avión sobre la barra frente a Constantine, ¿Que me dices? ¿volaremos juntos de vuelta o he de cambiar mi billete y buscarme a otro idiota para el puesto?, pregunto con ironía, no sabía si finalmente aceptaría esa condición pero suponía que la presencia de Amanda no sería un problema para él, al fin y al cabo averiguar que se hubiera llevado no sería muy difícil, solo tendrían que comparar los registros, así era más limpio, nadie que no debiera saberlo se enteraría.

John escuchó sin demasiado interés todo lo que Steve Trevor decía, bla bla bla, no entrarás solo, bla bla bla, un insulto hacia el inglés…En fin, estaba acostumbrado a tratar con cerdos de semejante calibre, que creían que eran mejores que él, y no iba a entrar al trapo: - Waller no se fía del viejo Johnny ¿Eh? Hace bien…- Susurró con una sonrisa en los labios, dio un trago corto al whiskey y luego miró de reojo el billete de avión, era para dentro de poco, debía tomar la decisión ahora o nunca, no iba a pensarlo demasiado, el hecho de que estuviese allí, hablaba por sí mismo:

- Está bien Trevor, espero que me lleves en primera clase, no soportaría estar encerrados en un mismo avión sin tener espacio para estirar las piernas…- Apuró el vaso de alcohol de un trago y se puso en pie, recogiendo la carpeta y el billete de avión, luego se ajustó la corbata y miró al soldado con una sonrisa burlona en el rostro: - Ya puede estar desesperado ARGUS para querer que colabore con vosotros, en fin, vamos, deja de holgazanear y movámonos, supongo que tenemos mucho trabajo que hacer. – Tras eso caminó hasta la puerta del bar y esperó a que Trevor se acercase, aquel era el principio, de, posiblemente, la época más extraña de la vida de John Constantine, y eso, ya era decir.

Off: Lo he hecho breve para finalizar el post.