Roxanne Illios Marvel Universe
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Mensajes : 141 Fecha de inscripción : 19/02/2018 Localización : ¿Que eres? ¿Un acosador? Humor : Constante
| Tema: {WWD} Without hope, without witness, without reward|Autoconclusivo [San Francisco 15-4-2019] 5th Febrero 2020, 23:10 | |
| Cuatro golpes sonaron en la puerta machacada por el paso del tiempo, cuatro golpes que retumbaron por toda la casa que se perdieron entre el sonido de los animales que mugían en el establo a unos metros del edificio del hogar. Un hombre abrió la puerta chirriante, un hombre anciano de pelo blanco y ojos grises, con una gran cicatriz que le cubría toda la cara dándole un aspecto intimidante. Bajo la mirada y vio a la emisora de esos golpes en su puerta, una joven de pelo y ojos dorados con un rostro sin dignidad alguna; llena de manchas de lágrimas y salpicaduras de sangre con las ojeras de un rostro cansado y angustiado, su pierna derecha arrastrada en el suelo tenía un aspecto aún más desagradable que el rostro de la muchacha, que alzó la mirada con una sonrisa temblorosa en el rostro
-Hola... abuelito
Esa corta frase fue lo único que pudo expulsar la boca de Roxanne antes de que se desmayara en el porche de la casa de su abuelo. Cuando se despertó su cuerpo había sido arrastrado hasta el establo por tres de las vacas que mugían en sus cubículos llenos de paja, paja sobre la que ella estaba apoyada mientras un hombre de pelo castaño le examinaba la pierna. Sus ojos se movieron buscando a su abuelo, lo halló a su izquierda con su mano derecha apoyada en su hombro
-¿Estas bien, hija?
Asintió con la cabeza, el dolor físico hace ya horas que dejó de estar presente, no se podía decir lo mismo del dolor psicológico que sufrió en su combate contra Conner, si es que eso se le podría llamar combate; vio a su familia morir delante de sus ojos sin poder hacer nada para evitarlo y si hubiera podido hacer algo, no fue capaz. Intentaba seguir las palabras de su madre, las que resonaron en su cabeza durante todo este tiempo que anduvo por las alcantarillas y los campos de las afueras de San Francisco, que por mucho que su familia y su mejor amigo hubiesen muerto siempre estarían con ellos, en su memoria, en su corazón... aun con esto en su mente, era difícil hacerse a la idea de que ya nunca vería el rostro de sus padres, escuchar a Jeremiah despertarla los días en los que se pegaba a la almohada, jamás escucharía sus voces ni sus risas, todo eso ahora era un recuerdo que deberá atesorar el resto de su vida. Sus ojos se abrieron, no sabía si su abuelo era consciente de que su único hijo... acababa de morir hace unas horas
-Abuelo... mi padre, tu hijo... e... esta
El hombre le apretó el hombro, sus labios estaban apretados y su ceño fruncido con aspecto solemne. El médico que examinaba la pierna de la joven dejó su trabajo unos segundos, unos pocos segundos de silencio en los cuales bajo la cabeza e incluso pareció que las vacas cesaron su cántico
-Yo... lo se, hija- su mirada estaba perdida en el horizonte, en la nada, buscando algo en lo que poder apoyar sus ojos -lo vi en las noticias... lo he visto todo
Roxanne agacho la cabeza, sabía a qué se refería con "todo"; su secreto ya no era tan secreto gracias a los millones de ojos que en las noticias vieron cómo se transformaba en un dragón. En el rostro del hombre, aquel hombre que sirvió en la guerra de Vietnam, que vio a gente morir delante de sus ojos, compañeros y enemigos, apareció una lagrima que le recorrió la mejilla dejando un rastro hasta bajar por el mentón al suelo lleno de paja y barro. Roxanne lo entendió, comprendió porque en vez de preguntas sobre su origen draconiano el hombre enmudeció y empezó a lagrimar; a el no le importaba lo que era su nieta, para el Roxanne era Roxanne y eso no lo cambiara nada, estaba lamentando la muerte de su hijo, de aquel hijo que hecho de casa tantos años atrás, del que renunció y ni siquiera asistió a su boda
-De... desde que me dijo lo que era, lo que sentía yo... no supe aceptarle, no podía aceptarle y ahora- se pasó la mano secándose el rastro de las lágrimas -ya es demasiado tarde... mi hija....no, mi hijo murió pensando que le odiaba
Fue entonces cuando la joven agarró con fuerza la mano de su tío, con un rostro serio pero compasivo le miro a los ojos, ambos tenían la mirada cansada, salvo que en los ojos de la dragona, bajo toda esa tristeza y arrepentimiento, brillaba la esperanza
-El no pensaba eso- sus palabras sonaron con peso para el anciano -El sabia que, en el fondo, le querias, que seguías siendo su padre a pesar de todo. El te quería
Los ojos del hombre temblaron segundos antes de que más lágrimas inundaran su rostro, algunas de alegría, otras de tristeza. Llevaba todo este tiempo pensando que su hijo le odiaba por como le había tratado y al final, era él quien se odiaba a si mismo. Las palabras de su nieta alegraron y calentaron su viejo corazón
-Gracias hija yo… necesitaba oír eso
Le acarició la mejilla y le sonrió, respondiendo Roxanne con su propia sonrisa y es que era eso lo unico que podian hacer, lo unico que ella podia hacer; si dejaba de sonreír, si dejaba que la tristeza y el arrepentimiento inundaran su mente no sabría ser capaz de salir de ese agujero. El médico se levantó del suelo con una mirada preocupada en su rostro
-¿Cree usted que se le puede hacer algo?
El hombre de mediana edad asintió, el anciano y Roxanne se alegraron un poco ante estas, al menos al principio, buenas noticias… el médico no parecía compartir su alegría
-Su pierna a sufrido demasiados daños, por lo que pude ver aquí los trozos de sus huesos se han movido demasiado y han causado daños irreversibles- el anciano ya estaba pillando a donde quería llegar el médico, la joven aun seguía en el desconocimiento -Tendré que… amputarle la pierna
Los ojos de la muchacha se abrieron ante la noticia, claro que por todo lo que pasó en estas últimas horas la pérdida de la pierna era lo de menos. Sabía que esto le acompañaría el resto de su vida, que sería una marca, una seña de que tiene que a la altura; de no volver a dejar que nadie más, nunca, muera delante de ella, no sin ella hacer todo lo posible y más para evitarlo, que incluso en el pozo más oscuro sin ningún tipo de esperanza, sin testigos, sin recompensa, se levante para hacer frente a todo aquello que intente tapar la luz de las esperanzas de la humanidad. Se levantó temblando y acompañó al médico a la sala de operaciones, en las que se operaba a los animales que caían enfermos… en ese día, tendría que servir como sala de amputaciones.
Las horas pasaron y por fin, el médico aviso al anciano para que le echara un vistazo a su nieta. Al entrar a la sala vio la sangre en la mesa y a su nieta tumbada en ella, las marcas de sangre de la operación secándose por el calor de la habitación. Roxanne estaba aturdida por el dolor, al no tener forma de adormecerla tuvo que pasar por la operación siendo consciente de todo lo que estaba pasando, el médico le elogió su valentía y su dureza al aguantar toda la operación sin desmayarse
-¿Cómo te encuentras?
La joven asintió con la cabeza y su abuelo tuvo que dar esa respuesta como que se encontraba bien. El médico estaba limpiando sus herramientas y guardándolas en su maletín, girando de vez en cuando la vista para observar cómo su paciente llevaba la amputación
-Las suturas se le curaran en unos meses, le aconsejo que… no se transforme mientras tantos, no sabemos si podría desangrarse y es mas seguro no arriesgarse
Con esto el hombre dejó entender que, como su abuelo y el resto de las personas que veían las noticias en la tierra, el también sabia ahora que esa joven que estaba tumbada en la mesa de operaciones que no parecía mas que una niña era, en efecto, un dragón. Las palabras de una persona que conoció hace unos días pasaron por su cabeza, una persona que le avisó de los peligros de que conocieran su verdadera naturaleza “Hay gente que mataría por poder tener acceso a criaturas mágicas como tú”
-Ahora todo el mundo sabe lo que soy… eso no puede ser bueno
Los dos hombres se miraron el uno al otro y Roxanne los miro a los dos, confundida por la mirada cómplice de ambos
-No es lo único que no es “bueno”
Dijo el médico con tono sombrío, guardando sus últimas herramientas y dejando la habitación para que el anciano y su nieta pudieran hablar a solar
-Es una invasión, hija, el fin del mundo- los labios de Roxanne temblaron intentando buscar algo de sentido a lo que su abuelo le contaba, como si no pudiera procesar esta información -Los demonios han venido a la tierra para acabar con la humanidad, miles han muerto y… las predicciones no son favorables
Un escalofrio recorrio todo el cuerpo de la dragona, la misma persona que le avisó de lo problemático que sería que se supiera su verdadero origen también le avisó de algo parecido a esto. Su rostro se giró hacia todos los lados mientras que en su boca abierta sus labios temblaban con afán de intentar musitar algo, alguna palabra que saliera de su boca para expresar todo lo que se le estaba pasando por la cabeza en ese momento, la angustia, la tristeza, la incapacidad
-¿Te encuentras bien?
Negó con la cabeza
-¡No! La gente está muriendo ahí afuera, no puedo quedarme aquí- hizo el intento de levantarse, temblando por todo el dolor que había soportado -Tengo que hacer algo, tengo que ayudar
Su abuelo la sujetó de los hombros y la empujo hacia la mesa, ella le miró con el ceño fruncido
-Si no hago nada, si no salgo ahi afuera, miles de personas podrían perder la vida
-¡Si sales ahí a fuera tu perderás la vida!
El grito del anciano retumbó por las paredes de la sala, dejando a Roxanne sin palabras que desfruncio el ceño y dejó que el anciano la volviera a tumbarla en la mesa
-Sea lo que sea que está pasando ahí afuera, no está en nuestras manos decidir su final- apretó los puños, el sonido de sus palmas frotándose contra sus dedos se elevo por la sala ante el silencio de esta -Ahora lo que tienes que hacer es descansar, has pasado por mucho… y no querría perder a mi nieta también
Roxanne acepto lo que le dijo su abuelo, quedando tumbada en donde estaba aunque en el fondo sabia que no podía quedar así, no hacer nada mientras miles de personas estaban muriendo y sufriendo. Encontraría la manera de ayudar, de hacer algo aunque sea lo más mínimo con fin de evitar más masacres, a fin de evitar que más personas vean lo que ella ha visto, ver como su familia muere delante de sus ojos. Si el medico decia que tardaría meses en curarse, ella haría que fueran semanas e incluso si se tenía que mover con la sangre y la carne colgando de la pierna, encontraría la forma de llegar hasta aquellos que necesiten su ayuda, aquellos que creen haber perdido toda esperanza para hacer lo que lleva haciendo desde que vino al mundo; ayudar a los demás. | |
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