[Omega] Hope in the air (Barbara Gordon)

Si, por cualquier razón extraña, me dieran la opción de renombrar Gotham no me lo tendría que pensar antes de llamarla Clichelandia.
¿En qué otro sitio podías ver a un grupo de ladrones, vestidos con sus camisetas de rayas, su gorro y su antifaz, entrar al banco en hora punta, con una pistola en una mano y una bolsa con el símbolo del dólar en la otra cuando horas antes le habías dado una paliza a un montón de matones dirigidos por un tipo que acaricia un gato mientras asegura que va a dominar el mundo? Por suerte para el resto de habitantes del mundo, en ningún sitio.
Era lo único que se le pasaba a la cabeza a una joven rubia que había tenido la estupendísima idea (eso era ironía) de aprovechar que la patrulla y sus consecuencias se habían alargado hasta prácticamente la hora de abrir el banco para pasarse por allí antes de volver a casa y descansar, y por su fuera poco las colas kilométricas que había (es lo que tiene que ningún banco con dos dedos de frente quiera abrir sucursales en Gotham y solo se pueda acudir al Banco de Gotham), justamente ese día, entre los 365 del año tenían que venir una sarta de imbéciles a exigir que les dieran todo lo de valor.
Vale, sí, las probabilidades de que ataquen el banco cuando estás allí en Gotham son... digamos altas, por no decir muy altas, por no decir que es más común escuchar a alguien contar la anécdota del día que fue al banco y no pasó nada pero llevábamos buena racha y todos los peces gordos del crimen están en Arkham, entonces ¿por qué? ¿POR QUÉ?

En esos momentos esa joven rubia, Steph para los amigos, estaba entre los rehenes, pensando cuál sería el mejor modo de escabullirse, ponerse el traje que la identificaba como la superhéroina heroina vigilante con pretensiones conocida como Spoiler y volver a acabar con tanta tontería (y con los ladrones antes, para poder hacerse cargo de lo otro) antes de la hora del almuerzo ¡Si ni siquiera había desayunado! No se le podía hacer eso a alguien que no llevaba ni un gofre ni una taza de café encima. En una situación normal habría acabado con ese problema en un momento (o dos, porque primero tendría que solucionar el problema que ella misma había causado), pero el problema era que, por cliché y estúpidos que parecieran con esas pintas, los ladrones sabían lo que se hacían, o por lo menos lo aparentaban bien, y se estaban asegurando que todo fuera como la seda, tenían suficientes efectivos vigilando a los rehenes, suficientes encargándose del dinero etc.
Era terrible.
Al final se le ocurrió una idea, era una idea un poco cogida con pinzas, pero lo tenía que intentar.
Aprovechando que un bebé se había puesto a llorar, benditos bebés, y eso hacía suficiente ruido, sacó de la mochila una bomba de humo de las buenas, de las que todavía tenía de antes de Omega cuando era Bruce quien le proporcionaba los materiales y aún eran de la mejor calidad.
Esas bombas de humo hacían una humareda importante y duraban muchísimo, así que con un poco de suerte conseguiría dos cosas:
Que activara las alarmas de incendios y eso atrajera a las autoridades (y con un poco de suerte a algún murciélago tardío que estuviera por la zona, if you know what I mean) y que le diera suficiente margen para desaparecer en la confusión y salvar la situación.
Mira, una rima y sin querer.
Respiró hondo y empujó la bomba lejos del grupo de rehenes lo más disimuladamente que pudo y rezó a todos los dioses que pudieran oírla para que todo saliera bien.
Porque como no, acababa de liarla y mucho.

Me había quedado dormida sobre el teclado. Literalmente. Me despertó el pitido insistente del ordenador mientras la pantalla se llenaba de las "yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy..." que había decidido escribir mi mejilla.

Maldije en voz baja, quitándome las gafas para poderme frotar los ojos y masajearme el puente de la nariz. Qué dolor de cabeza... ¿Qué hora era? ¿Por qué no quedaba café en la taza? ¿Y por qué no dejaba de sonar el pitido, si ya no tenía la cara enterrada entre las teclas?

Muy bien, Babs, una pregunta por vez.

Obligué a mis ojos cansados a enfocar la pantalla. Eran las ocho y media de la mañana, y el sonido no tenía nada que ver con mi uso inapropiado del teclado. Se había activado una alarma antiincendios en el Banco de Gotham; un puntito rojo parpadeaba furiosamente en el mapa desplegado en una de mis pantallas, exigiendo mi atención. Lo amplié con un clic mientras murmuraba malhumorada; los incendios no eran exactamente lo mío, y seguramente los Bomberos ya estuvieran en camino.

Tardaba en cargar, así que conduje mi silla hacia la cocina, en busca de algo de café. Me lo serví frío, y tomé el primer trago allí mismo, haciendo una mueca. Entonces, regresé a la sala de control. En mi ausencia, las pantallas se habían llenado con las imágenes correspondientes a las cámaras de seguridad del banco. Ahí estaba, el hall principal lleno de humo, como era de esperar.

- Espera, ¿¡qué...!? – exclamé, olvidándome de la taza para aproximarme rápidamente al ordenador.

No todas las pantallas estaban oscurecidas por el humo, y lo que éstas mostraban no tenía nada que ver con un incendio accidental. Un grupo de hombres armados mantenía a decenas de rehenes arrodillados en el suelo, con las cabezas gachas y las manos en la nuca. Un atraco a toda regla, y el "incendio" no formaba parte del mismo... porque los criminales estaban empezando a ponerse nerviosos.

- ¡No son ni las nueve! – me quejé, a nadie en particular, mientras me colocaba el auricular y el micrófono. Si tenía suerte, tal vez encontraría a Batman, o a alguno de los Pajaritos de patrulla. Si no la tenía, Bruce estaría en una aburrida reunión con la junta directiva de Wayne Enterprises, Cass se habría retirado ya y Carrie estaría en el instituto.

Activé el distorsionador de voz y marqué rápidamente el código para ponerme en contacto con el GCPD.

- Aquí Oráculo. Acabo de recibir aviso de un 245 en el Banco de Gotham – transmití, y esperé a que me dieran el mensaje de recibido para desactivar el distorsionador, cambiar el canal y emitir en todas las frecuencias seguras que solía usar la Batfamilia - Tenemos un atraco a mano armada en el Banco de Gotham. El GCPD está en camino. Tengo el hall en pantalla. – dije, esperando que aún quedara alguien despierto o en condiciones de salvar el día.

Saltó rápidamente en cuanto el humo fue lo bastante denso para esconder sus movimientos y se escondió detrás de una de las columnas que llenaban el banco. Sabía que no le iba a dar tiempo a ponerse el traje entero, pero se colocó la capucha, el comunicador y la capa para por lo menos cubrirse un poco.

En cuanto conectó el comunicador voz conocida le hizo dar un salto que por poco acaba en Stephanie Brown: Gran colador, mejor persona. Sabía que era estúpido pero siempre mantenía encendidos varios de los canales comunes de la familia. Había quitado los que usaban Batman, Robin y Batwoman (porque aun todavía la sensación de angustia y ansiedad era horrible cada vez que les oía) pero el resto seguían encedidos, y seguía usando los dispositivos de radio, en parte para hablar con Jason y Tim, en parte para escuchar las actualizaciones de la policía... y esta vez había dado sus frutos, aunque había pillado la comunicación empezada, sabía que la policía iba en camino.
Dioses ¿De quién era esa voz y por qué me sonaba tanto?
Conectó el micro para que la persona al otro lado le pudiera escuchar.
-Aquí Spoiler, estoy en el banco, muchos rehenes- dijo en voz muy baja y del modo más escueto posible, para que no pudiera oírla nadie más que la persona al otro lado del micrófono.
No podía ser ¿no? Solo se le ocurría una persona que podía estar al otro lado de esa comunicación y no sabía si era posible... había visto noticias de una Batgirl pelirroja yendo arriba y abajo y eso era incompatible con quien creía que podía ser... ¿no? O a lo mejor....
No, no quería pensar en eso.
Ni en eso ni en que quizás esa persona no supiera ni siquiera quien era, porque en su universo nunca había existido.
Se revolvió levemente, quitándose los pensamientos de la cabeza y cerró los ojos.
El atraco y los rehenes eran lo primero, luego ya entraría en sus breakdowns por culpa de los paralelismos de Omega.
Cambió de columna a una más lejos que los atracadores -Me vendría de perlas un poco de guía, me he quitado la visibilidad para poder salir de entre los rehenes y son bastantes- pidió, todavía en susurros, a quienfuera que estuviera en el otro lado..

-Aquí Spoiler, estoy en el banco, muchos rehenes.

¿Spoiler? Conocía a una Spoiler. La chica del traje violeta, amiga de Tim. La hija de Cluemaster. Stephanie Brown. No sabía nada de ella desde la Colisión...

- Spoiler. Soy Oráculo. – como siempre, la prioridad era la prioridad. Las preguntas tendrían que esperar. -Estoy dentro de su sistema.

-Me vendría de perlas un poco de guía, me he quitado la visibilidad para poder salir de entre los rehenes y son bastantes.

- Dame un segundo.

En realidad, ya estaba en ello. Rebobiné las cámaras y congelé la imagen: ahí era, justo antes de la bomba de humo. Pude ver a la chica rubia que desaparecía, como por arte de magia, en los fragmentos posteriores.

-Bonito truco – comenté, de pasada, mientras ampliaba la imagen para poder contar mejor- Seis hombres armados. Uno junto a la puerta, dos delante del mostrador. Los otros tres controlaban un grupo de rehenes cada uno, pero dos se han movido para empezar a buscarte. - añadí, volviendo a las grabaciones a tiempo real.

El humo empezaba a disiparse, y pronto dejaría de ser una buena cobertura.

-Uno de ellos va a girar la esquina en tu dirección. Siete segundos. Tienes la puerta de un office a unos diez metros, a tu izquierda - la avisé.

-Hostia puta- Se le escapó y enseguida se tapó la boca con las manos.
Oracle, era Oracle y no podía haber otra Oracle que ella ¿verdad? A decir verdad hacía tiempo que no veía noticias de Batgirl... pero podía ser una coincidencia, de hecho... solo podía ser una coincidencia ¿verdad? Era demasiado si no. No se lo podía creer.

Céntrate Stephanie, derrúmbate cuando hayas acabado de arreglar este lío, no antes.

-Perdona, perdona...- iba a dar una excusa, pero no se le ocurría nada -Te recibo-

Esperó las instrucciones de Oracle controlando la respiración, no quería que fuera Barbara o no notara que estaba al borde de un ataque de nervios, y sonrió al oír sus halagos. Era tan agradable tener una voz que le dijera lo que tenía que hacer, le costaba creerse que aquello estuviera ocurriendo... pero no podía centrarse en las buenas sensaciones

ME CAGO EN TODO LO CAGABLE, STEPH, CÉNTRATE DE UNA VEZ.

Seis hombres, vale, no era tanto, podía con ello.
Siete segundos...
Respiró hondo...
Esperó...
tres, cuatro segundos...
Se tensó...
cinco, seis...
EL TIEMPO PASABA DEMASIADO LEN-
En ese momento pasó junto a ella el ladrón, no había tiempo para pensar, le dio un golpe seco para que se desmayara (la idea era que funcionara) (funcionó) y lo arrastró hasta la habitación que Oracle le había indicado a su izquierda.

-Vale, uno menos, quedan cinco- murmuró cuando acabó de esposar al tipo con unas bridas a una mesa y lo amordazaba.

Arqueé una ceja ante su taco espontáneo. En el fondo, la comprendía. Hoy en día, una no puede hacer un reintegro en Gotham sin sobresaltos. Por eso y por muchas otras cosas, prefiero Internet.

Observé la pantalla, tensa, mientras Spoiler se enderezaba y se ponía en posición de combate. No esperaba que hiciera eso; había contado con que usaría el office para esconderse. El tipo iba directo hacia allí, y ella se estaba preparando para recibirlo. Contuve el aliento involuntariamente. ¿Y si se daba cuenta? ¿Y si daba la alarma? No había visto nunca a la chica en acción, y me tensé en la silla, esperando lo peor y barajando una docena de Planes B.

Mis preocupaciones eran infundadas; la chica de la capucha violeta no falló. Tras dejarlo sin sentido, arrastró al tipo al interior del office y lo ató para asegurarse de que no interfiriera.

-Vale, uno menos, quedan cinco- oí su voz en el comunicador. Me costó entender lo que decía; sonaba baja, como si hablara para sí misma.

- Buen trabajo, Spoiler – dije. Dick solía calificarme de estricta, pero siempre había un momento para el feedback positivo, y no todos somos tan parcos en palabras como Bruce -Será un bonito regalo para el GCPD.

Eché un vistazo al monitor de mi izquierda. Aún quedaban diez minutos para que la policía llegara, y así se lo comuniqué a Stephanie.

- Las buenas noticias son que tres de los atracadores han bajado al piso inferior. Buscan la caja fuerte. Eso significa que tienes dos en tu planta, con los rehenes. – volví a la pantalla de mi derecha, frunciendo levemente el ceño - Si vas hacia el este por el pasillo en que estás, saldrás a la parte posterior de los mostradores. Uno de ellos te estará dando la espalda.

Miré la escena, pensativa. Aunque lograra dejar inconsciente a uno de los atracadores, aquello llamaría de inmediato la atención del otro. Necesitaba darle un poco de espacio a mi única agente de campo.

- Voy a intentar atraer su atención – musité, mientras mis dedos se deslizaban velozmente sobre el teclado.- Tal vez eso te gane unos segundos. - apostillé.

Mi idea era que uno de ellos tuviera que alejarse del grupo de rehenes, de modo que, aunque se volviera cuando Spoiler derribara a su compañero, no estuviera lo bastante cerca como para atacarla a ella, o para disparar.

- ¿Te queda alguna de esas bombas de humo? Creo que las vamos a necesitar. - señalé.

Entonces, le describí brevemente mi plan. Si el teléfono móvil que los atracadores habían dejado sobre el mostrador empezaba a sonar, uno de ellos tendría que acercarse y responder... o, al menos, eso esperaba.

Y si no lo hacía, tendríamos que pensar en algo más.

Hacía mucho, muchísimo tiempo que nadie le decía a Steph "buen trabajo", al menos hacía mucho tiempo desde que se lo decía alguien a quien durante muchísimo tiempo consideró un superior. No era lo mismo que que te lo dijera Batman, Oracle era mucho menos reticente a dar buenas críticas pero aún así escucharla en un momento así después de tanto tiempo y cuando ya había asumido que nunca más lo escucharía le sacó una sonrisa triunfal y una expresión de orgullo.

Su voz parecía más joven, eso sí ¿sería del mismo universo que Dick? Parecía probable pero era difícil estar seguros, sobre todo con la mala conexión y los nervios de la situación, que no ayudaba demasiado a que Steph dedujera cosas.

-Luego le pongo un lazo- bromeó, todavía con el tono de orgullo mientras esperaba nuevas informaciones.

Vale, diez minutos, podía sobrevivir diez minutos... solo tenía que mantener la situación bajo control hasta entonces y luego podría irse a casa a dormir. Sin el trabajo hecho porque su vida era una serie de catastróficas desdichas y lo de la buena suerte se lo dejaba reservado a otros.

Escuchó el reporte con atención, intentando hacerse un mapa mental de la situación. Dos atracadores no era mucho, aunque con todos los rehenes que había la cosa podía ponerse un poco peligrosa. Hizo lo que Oracle le decía, caminando con todo el sigilo que podía e iba a lanzarse sobre el atracador en cuestión cuando la voz añadió que iba a distraerles. Vale, en realidad aquello era mucho mejor plan que salta sobre uno de ellos y con suerte el otro vendrá hacia a ti y dejará a los rehenes pero no te matará porque... bueno, porque no.

-¿Bombas de humo?-murmuró agazapándose detrás del mostrador mientras esperaba a la señal -Pero estoy a nada de videos de Youtube de bombas caseras así que espero que no necesitemos muchas-

El plan tenía sentido, la verdad, obviamente no era un plan seguro pero ahora mismo era su mejor opción y no podía arriesgarse a que los atracadores hicieran algo cuando llegara la policía, todo el mundo sabía cómo se ponían esos matones del tres al cuarto cuando oían las sirenas y los que peor acababan eran los rehenes.

-Lo dejo en tus manos- dijo preparándose para moverse en cuanto sonara la señal.

Sonreí ante la propuesta del lazo. ¿Y por qué no? Mientras Spoiler aguardaba, en mi pantalla iban apareciendo combinaciones distintas de dígitos; los números telefónicos activos en aquel banco. Seleccioné el rango de distancia y contemplé como el resto de opciones iba desapareciendo del monitor. El número elegido se situó en el centro de la pantalla.

- Llamada entrante - susurré, para mí misma, mientras daba la orden con el teclado.

Uno de los auriculares me dio el tono y, como por arte de magia, la pantalla del aparato que veía a través de la cámara se iluminó, y me llegó el nítido sonido de la melodía de llamada.

El atracador más cercano a Spoiler alzó la cabeza de inmediato y se desplazó hacia la mesa, mientras su compañero le dirigía una mirada de impaciencia. Algunos rehenes se removieron en sus sitios, inquietos.

Recé porque lo cogiera, y alguien escuchó mis plegarias, porque lo hizo. Tal vez pensara que procedía de sus compañeros de abajo. Ventajas de trabajar con el clásico "Sin Número".

- ¿Sí? - me respondió una voz de hombre, tensa, al otro lado de la línea.

- Buenos días, le llamo de Oracle Enterprises en relación a la incidencia técnica que nos ha comunicado.

- ¿Qué incidencia técnica? - preguntó, sin comprender.

Dejé una breve y deliberada pausa expectante.

- ¿Disculpe? No le oigo bien. ¿Puede oírme?

- Que qué incidencia técnica - repitió el atracador, haciendo exactamente lo que yo quería. Alejarse hacia la puerta del banco, en el clásico gesto automático de buscar cobertura.

Si aquello no era una bonita distracción, no sabía qué más lo podía ser.

Esperar se le daba muy mal a Steph. De hecho, si no llevara guantes o llevara uno de esos guantes modernos que solo llegan hasta mitad del dedo, que en su opinión servían para más bien poco, ya se habría comido las uñas hasta el codo, probablemente haciendo mucho ruido en el proceso y desbaratando el plan por una tontería así.

Pero.
Por suerte llevaba guantes y todo iba bien, centrarse en la respiración y en no hacer ningún ruido la mantenía más o menos ocupada y, aunque la espera se estaba haciendo larga, no estaba siendo tan horrible como podría.

Sabía que iba a sonar el teléfono, pero aun así se sobresaltó y estuvo a punto de caerse de culo. Sus reflejos mágicos venían muy bien para algunas cosas pero para otras era un verdadero horror.
Esperó a que el hombre se alejara mientras, de paso, el corazón le volvía a ir a una velocidad un poco más normal. Solo un poco porque en realidad estaba MUY nerviosa por el plan, no porque fuera un mal plan o esperaba que no saliera bien si no porque era un plan de ORACLE ¿cuánto hacía que no tenia un plan de Oracle en sus manos? No quería que saliera mal, no quería cagarla y que no quisiera volver a hablar con ella. Oracle había sido su imagen a seguir casi desde que tenía 13 años y no quería arriesgarse a que las cosas le salieran mal delante de ella. Aunque fuera otra Oracle.
Seguía siendo su heroina.

En cuanto, al fin, el atracador se alejó diciendo algo de una incidencia técnica, Steph saltó por encima del mostrador lo más rápido que pudo, mientras lanzaba una de sus últimas bombas de humo (las bombas de humo estaban guays y te daban mucha ventaja, pero era por un tiempo muy limitado, así que había que actuar rápido). Antes de que el atracador pudiera siquiera preguntarse qué estaba pasando, Steph ya estaba sobre él y le estaba dando un buen golpe por la espalda a ver si le dejaba inconsciente.

El segundo hombre no tardó en aparecer corriendo.

-Esto es lo que pasa cuando utilizas el móvil en el trabajo- le soltó Steph, porque no podía mantnerse callada cuando había posibilidad de soltar una frasecita guay, antes de darle un puñetazo en la nariz.

El hombre cayó de espaldas y se golpeó la cabeza con un golpe seco. Uy. ¿Igual demasiado suerte? Bueno, el humo impediría que Oracle lo hubiera visto ¿no?

-¿Oracle? Tengo a estos dos acabados ¿Cómo va la policía? ¿Y los otros tres? Voy a ir liberando a los rehenes- dijo mientras ataba a los dos malhechores juntos, para limitar más sus movimientos.