¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
Años de Omega
¿Quién está en línea?
En total hay 154 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 154 Invitados :: 2 Motores de búsqueda
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 190 durante el 8th Noviembre 2024, 02:38
[Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019]
4 participantes
Autor
Mensaje
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 4th Septiembre 2020, 17:27
Mi ciudad estaba aún peor de lo que habría podido imaginar cuando vi lo que había ocurrido en los ordenadores de la Atalaya. Mi intención había sido pasar primero por la mansión y ver a Alfred, pero cuando vi los estragos que las acciones de Ivy habían provocado, y vi el foco de luz que brotaba de la terraza del GCPD supe que tenía que hacer algo.
Porque el murciélago ya no estaba en el cielo.
En su lugar, dos focos de luz blanca, pura, vacía y sin alma alumbraban la noche. ¿Por qué? ¿Tal era el mal que había causado mi desaparición? La señal del murciélago desaparecía y todos los locos, dementes y criminales aprovechaban para campar a sus anchas. Una sensación agobiante se apoderó de mí como una tenaza opresora. Algo no estaba bien, y yo tenía que arreglarlo.
La ciudad era la misma y a la vez no lo era. Tenía que tener cuidado mientras me columpiaba de una terraza a otra, evitando el impulso de caer en las rutinas ya aprendidas. No podía permitirme el lujo de perderme en mis pensamientos y dejar de prestar atención a mi entorno, pues esta Gotham no era exactamente igual a como yo la recordaba. En algunos casos los cambios eran grandes y evidentes, como edificios que estaban en el lugar equivocado, o casas que no deberían estar allí, pero en otros, se trataba de cambios tan sutiles como el asta de una bandera que no estaba donde debería, una farola situada varios metros más arriba o abajo, escaleras de incendios defectuosas y oxidadas que no podrían aguantar mi peso... Si me confiaba demasiado y me dejaba guiar por las rutinas que ya tenía interiorizadas podía cometer un fallo y desplomarme al vacío. Tenía que tener toda mi atención puesta en lo que estaba haciendo, y eso era bueno, porque me impedía pensar en Selina, en Dick, Damian, Tim, Jason, Alfred...
Nunca lo reconocería en voz alta, pero creo que, muy en el fondo, agradecía tener otra cosa en la que ocupar mi mente que no fuera el reencuentro con mis seres queridos. El azote del viento frío contra mi capa y mi máscara resultaba reconfortante, llevándose consigo los miedos a los que no me atrevía a dar forma.
Dick... Mi hijo. Mi verdadero hijo. ¿Y si en ésta dimensión no es como lo recordaba? ¿Y si su relación con el anterior Batman estaba tan deteriorada que no quería volver a verme? ¿Y si no me aceptaba como su Batman?
Selina... Mi compañera. Mi amante. La que habría sido mi esposa si el efecto Omega no nos hubiera separado. Había transcurrido un año desde aquél momento. ¿Y si había rehecho su vida? ¿O por alguna razón no me recordaba? Había visto por Diana y por Billy que la Colisión había afectado a cada uno de una manera diferente...
Alfred... Aquél que con los años había llegado a querer tanto como a mi propio padre. ¿Sería el mismo Alfred que había sido en mi universo antes de que Superman ordenara su muerte? ¿O sería... diferente?
Y Damian.... Posiblemente era el que más miedo me daba. Mi fracaso con él en mi universo fue tan absoluto... Todo cuanto le ocurrió... Lo que le ocurrió a Dick... Todo fue mi culpa. Y no puedo evitar pensar... Si no estaré condenado a repetir los mismos errores otra vez... ¿Podré llegar a ser para él el padre que no pude ser con el mío? ¿Y si vuelve a pasar? ¿Y si vuelve a...? Dios... No puedo ni pensarlo...
Cuando perdí a mis padres pensé que no podría volver a experimentar un dolor tan intenso, una sensación de pérdida tan agónica, un vacío tan aterrador, pero me equivocaba. Cuando Dick murió fue como revivirlo todo otra vez, amplificado mil veces porque la herida ya estaba abierta y fue como recorrerla de nuevo con un cuchillo al rojo.
No tuve miedo de luchar contra Superman a pesar de saber que posiblemente me mataría.
No tuve miedo de emprender un viaje hacia lo desconocido a otro universo para reencontrarme con mi amor perdido.
No tuve miedo cuando me encontré a mí mismo en el epicentro de una ciudad atestada de demonios.
No tuve miedo cuando tuve que enfrentarme contra un buda de piedra gigante, y ahora mismo no sentía el menor temor ante la idea de enfrentarme con Ivy.
Pero volver a reencontrarme con mis seres queridos.... Por alguna razón la idea me resultaba más aterradora, así que hice lo que mejor sé hacer, aterrizando en silencio en la azotea del GPCD, a la espalda de un comisario Gordon que observaba el infinito con aspecto atribulado.
Un rápido vistazo me bastó para confirmar que la bat-señal estaba rota. Alguien había destrozado el cristal de un puñetazo, así que Gordon había instalado provisionalmente dos enormes focos portátiles que eran los que en aquellos momentos enfocaban el cielo. Me dejé caer silenciosamente tras él.
- Deduzco que has estado teniendo algunos problemas -musité. El respingo que dio él resultó casi audible, y pude ver por la evidente mezcla de alegría y alivio de su rostro que no había esperado verme allí.
- Decir eso es poco -respondió, quitándose las gafas para empezar a limpiarlas con un pañuelo que sacó del bolsillo-. ¿Dónde te habías metido, viejo amigo?
- Es... una larga historia. ¿Qué ha pasado, Jim? ¿Bárbara está bien?
- Sí... Bueno... todo lo bien que se puede estar con todo lo que está ocurriendo... -suspiró, volviendo a ponerse las gafas-. Y aún se está adaptando a... a lo que le pasó... -me miró, con una expresión de derrota que sólo le había visto una vez en la vida. ¿Sería...? ¿En éste universo también? Joker... maldito bastardo...-. ¿Qué le está ocurriendo al mundo, Batman? ¿Así es como va a terminar todo?
- No. No, Jim... Así no es como acaba. Te lo prometo.
No puedo evitar pensar en el Jim de mi mundo, en cómo terminó todo para él. No permitiré que la historia se repita en éste. Por Bárbara. Por todos los que le necesitan y le aprecian.
Por mí.
Señalé hacia la destrozada-batseñal.
- ¿Qué ha pasado?
Él se metió las manos en los bolsillos de la gabardina.
- No lo sé, de repente una mañana apareció rota... Justo después empezamos a escuchar rumores... De que la Liga... de que tú...
- Hemos sufrido pérdidas -le dije, evitándole expresar con palabras lo que le atenazaba el corazón-. Pero estoy aquí, viejo amigo. Estoy aquí. Y, junto a los héroes que aún quedan, vamos a salvar éste mundo.
Durante un momento pareció que iba a separar la distancia que nos separaba para abrazarme, pero no lo hizo. Yo tampoco. Permanecimos unos segundos sumidos en un silencio incómodo hasta que finalmente decidí desviar el tema. Ojalá pudiera decirle lo que significa para mí. Lo mucho que le respeto y le aprecio. Cuánto admiro su valor y su capacidad de sacrificio, lo que hizo en mi mundo para salvarnos a todos. Pero no puedo. Sólo espero poder reunir el valor para hacerlo antes de perderle de nuevo.
- Entonces... ¿Pamela ha hecho esto? -dije, señalando a la ciudad. Jim carraspeó, sin duda agradeciendo el cambio de tema.
- Sí, no sabemos lo que le ha pasado... Parece haber perdido el control por completo. Se encuentra atrincherada en el jardín botánico.
Asentí.
- Lo sé. He visto las noticias.
- Ha estado robando un montón de productos químicos, no sabemos con qué fin. La última vez que se la vio fue en la Escuela de artes y oficios Cosby&Wayne, enviamos varios coches patrulla para...
Su voz se fue perdiendo en la distancia a medida que me alejaba en la noche. Sé que, por lo general, mi costumbre de desaparecer y dejarle a mitad de palabra solía irritarle, pero no me cabe duda de que ésta vez, cuando se vuelva y vea que ya no estoy, lo hará con una sonrisa.
_________________
Poison Ivy DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
Ficha de Personaje Alias: Poison Ivy Nombre real: Pamela Lillian Isley Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 17th Noviembre 2020, 20:18
Su abrazo resultaba reconfortante en una época en la que todo parecía pender de un hilo y estar en un aciago otoño que lo marchitase todo. En medio de ese caos y de ese fuego yo había convertido el miedo en vida y le había dado un nuevo significado a esta ciudad sumida en la desesperación. El abandono de sus héroes, la aparición de los demonios mayores y toda esa historia de la invasión mundial… resultaba tan espeluznante que la única opción era refugiarse. Había dotado a la ciudad de un exoesqueleto natural que podía protegerla de todo mal. Servir de refugio, de resguardo… Por primera vez, Gotham era un hogar.
Me deshice de sus brazos en una sutil caricia que deslicé hasta sus dedos y culminé el gesto apoyando mi frente sobre la suya. Él había sido tan importante… Su apoyo me había mantenido serena la mayor parte del tiempo y su comprensión legendaria deshacía los recodos de mi ser y los convertía en una simple partitura para el mejor de los músicos.
Pero distintos susurros me sacaron de la atención de su dulce mirada.
Él…
Tenía entendido que Raven les mantenía ocupados. Había oído que había muerto. Desaparecido, derrotado… Tal vez fuese otro impostor. Quizá no fuese él de verdad. El corazón me latió a mil y se me secó la boca. Él me buscó con la mirada y se sumergió de nuevo en el inmenso lago que había ahora dentro del jardín botánico, desapareciendo en la oscuridad del agua turbia. Y permanecí mirando a las enormes vidrieras que formaban el techo de este Edén.
Por un instante sólo oía mi respiración, y cuando las trepadoras del techo me avisaron, salieron disparadas a través de las cristaleras, rompiéndolas en mil pedazos y agarrando su armadura negra haciéndole descender al interior del botánico con gran velocidad. Finalmente aterrizó en el interior, quedándose colgando a un palmo del suelo, entre mi cuerpo y el lago. -El hijo pródigo de Gotham....- mientras ganaba tiempo, revisaba su armadura, tratando de discernir si podía tratarse de algo real… o si era algún imitador, farsante o chico con mala suerte que quería jugar a hacerse el héroe. -Has tardado en aparecer…para ser tú- Las trepadoras poco a poco soltaron su agarre, y le dejaron sobre el suelo pero en libertad. -¿Cómo van las cosas, viejo murciélago?- ciertamente parecía más mayor que anteriormente. La expresión de sus labios, más cerrada y cansada. Su piel más gastada de vivir.
Cientos de preguntas surcaron mi mente. Querría recuperar la ciudad, pero un humano como él no estaría preparado para defender Gotham de la amenaza que se aproximaba. Belial, Lucifer, Mephisto… Los más grandes habían despertado con una sed difícil de calmar… Se le hacía grande. -Oh y… no hay de qué- contesté con ambos brazos abiertos a modo de representación de toda la ciudad.
Esperaba que después de todo pudiese ver que no suponía una amenaza para él sino todo lo contrario. Había protegido a la egoísta población, a la escoria de esta ciudad. Las estructuras grandes, a los jóvenes y a los niños por encima de todo… No sólo estaba preservando Gotham sino que estaba haciendo de salvoconducto para su futuro. Un futuro que nunca creí haber percibido ahora se hacía más real, tangible… y florecía ante mi como una realidad en la que hombres y naturaleza conviviesen en paz y armonía, desaprendiendo el mal camino andado y retomando costumbres saludables. -No estoy dispuesta. No hay argumentos que puedan hacerme creer que esta ciudad puede ser protegida de lo que se avecina por alguien como tú. No estamos hablando de Oswald o Harvey… Ni siquiera del Joker… - cada vez que pronunciaba ese nombre parecía que lo escupía. -Esto escapa a tu control.. y necesitas gente que pueda ayudarte- Le miraba a los ojos. Esos ojos que te hacían querer evitarlos. Podía asegurar que no se trataba de un impostor...
Tenía la ligera esperanza de que quizá por una vez Batman no fuese un escollo en mi camino. Pero si los medios no estaban de acuerdo conmigo… Algo me hacía pensar que él tampoco lo estaría.
OOC: Te recuerdo que no hay que tener miedo de hacerle daño a Pamela en este post. No hace falta ni que me pidas permiso para hacer las cosas que quieras. Atácala o haz lo que quieras como Batman lo haría. Una aclaración, no es que todo el jardín botánico sea un lago pero en uno de los temas expliqué que hay parte como de estanque donde algunas de sus criaturas descansan. se hidratan, juegan… hay como estanquitos a lo largo del jardín y está plagado de humedad y plantas por todas partes.
_________________
You don´t need a sword to cut two roses...
Mis Raíces:
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 18th Noviembre 2020, 00:51
Es difícil sorprender a Poison Ivy, especialmente en una situación como ésta, donde sus plantas lo invaden todo. No voy a decir que sabía exactamente el momento en el que me atraparían porque sería una clara mentira, pero sí que imaginaba que nos encontraríamos de éste modo, con sus plantas arrastrándome hacia ella. De hecho no esperaba que me liberara tan pronto. No habría sido la primera vez que conversábamos mientras sus plantas me mantenían inmovilizado.
- Los recientes eventos me han tenido ocupado -respondí a su pulla sin faltar a la verdad ni alterar la habitual inexpresividad de mis facciones.
Se dirigía a mí con una familiaridad que no terminé de entender. ¿Acaso el anterior Batman y ella habían mantenido una relación en buenos términos? Eso explicaría muchas cosas. Poison Ivy nunca ha sido de las peores criminales de Gotham, y ya albergaba la esperanza de poder mantener un diálogo con ella, pero no había esperado aquella buena actitud desde un principio. Pensaba que tendría que pelear más.
- No he venido aquí a tomar el té y a intercambiar experiencias, Ivy -repliqué, cortante-. Las plantas. Retíralas. Ya.
Por supuesto, era una orden, y no intenté en ningún momento disfrazarla como otra cosa. No es mi estilo, y estoy seguro de que ella lo sabe.
-No estoy dispuesta -aquello se parecía más a la Poison Ivy que conocía y podía entender-. No hay argumentos que puedan hacerme creer que esta ciudad puede ser protegida de lo que se avecina por alguien como tú.
Ladee la cabeza, intrigado. Había conseguido atraer mi atención.
- ¿Pero sí por alguien como tú? -inquirí, escéptico.
- No estamos hablando de Oswald o Harvey… Ni siquiera del Joker… Esto escapa a tu control.. y necesitas gente que pueda ayudarte.
Me permito unos minutos para pensar en la propuesta que parece estar perfilándose en el aire. Las devastadoras imágenes de Happy Harbor y Metrópolis después de haber sido fruto de la ira de los demonios se suceden una y otra vez en mi cabeza. Había estudiado aquellas imágenes, obligándome a ver cada vídeo, cada fotografía que había sido realizada, grabándolas en mi mente. Era la segunda vez que veía morir Metrópolis con todos sus habitantes. No quiero que algo así le ocurra a Gotham. Incluso aunque ésta no sea la ciudad que me vio nacer... en cierta medida sí lo es. La ciudad que mis padres tanto lucharon por proteger... No puedo... no quiero verla caer. No así.
Lo que Ivy propone... no suena descabellado. No es necesario ser un genio para saber que tiene razón. Ni siquiera Luthor, con todos los medios a su alcance, ha podido impedir por sí sólo que Washington fuera tomada, y, por lo que sé, tanto él como los principales representantes políticos y militares de nuestro país se encuentran encerrados en el Pentágono, sin saber cuánto más van a ser capaces de resistir. Realmente me vendría bien terminar ésto rápido para poder reunir a los miembros que quedan de la Liga de la Justicia y empezar a trazar un plan para terminar con toda ésta locura.
Necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir, ya se lo dije a Diana cuando estábamos en la Atalaya. En la situación en la que nos encontramos no podemos permitirnos el lujo de ser exquisitos, y Pamela y yo no siempre hemos sido enemigos. En ocasiones es posible hablar con ella y razonar cuando se trata de alcanzar un objetivo común. ¿Por qué iba a querer la mujer planta un mundo infestado de demonios? Además, ya en el pasado hice alianzas cuestionables cuando me uní a Ares y a Black Adam para poder derrotar las amenazas que su momento aquejaban mi mundo, y debería ser más fácil llegar a un acuerdo con Ivy. La conozco. Me conoce. Ambos sabemos qué podemos esperar del otro.
- Puede que tengas razón... y puede que me esté planteando aceptar tu propuesta -dije al fin-. Pero hay una cosa que debe quedar clara desde el principio, y es que éste acuerdo será únicamente temporal. Estoy dispuesto a permitir que tus plantas continúen cubriendo Gotham mientras me asegures que ayudarás a mantenerla a salvo de las amenazas que se avecinan, pero una vez hayamos conseguido expulsar a los demonios, y tengo la firme intención de conseguirlo, quiero que las retires y liberes la ciudad -aclaré sin vacilación-. Podemos hablar de lo que podemos conseguirte a cambio por haber ayudado en la defensa. Quizá un indulto, o alguna zona verde que desees reclamar para ti... Podemos hablarlo. Pero Ivy, la ciudad no te pertenece. Quiero asegurarme de que entiendes eso antes de sellar nada.
_________________
Poison Ivy DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
Ficha de Personaje Alias: Poison Ivy Nombre real: Pamela Lillian Isley Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 1st Diciembre 2020, 02:31
Una sonrisa de satisfacción fue la única respuesta ante una contestación tan vaga como la que el murciélago había ofrecido refiriéndose a su ausencia. Era raro que desapareciese tanto tiempo. Si no estaba encargándose de alguno de mis compañeros de oficio, estaba haciendo apariciones estelares en delitos menores, haciendo bien a la ciudad… Si eras Gothamita era algo sabido. Aunque no hiciese apariciones en prensa ni medios públicos. La huella de Batman era una marca de agua ya conocida para quienes la habíamos sufrido en nuestras propias pieles. No hacía falta que una cámara lo registrara para saber que había estado ahí, y el héroe llevaba mucho tiempo sin estar.
Para ser sinceros, su negociación me pilló desprevenida y parecía… diferente. Su actitud, el tono de su voz aún más grave y más rasgado… Me dio un escalofrío. No sabría decir de qué tipo. Sin embargo, si había algo que daba más miedo que Batman hablando… era un Batman en silencio. Contemplativo, surcando rincones de su mente que ni él mismo albergaba contemplar. Era entonces cuando las mejores y peores situaciones con el héroe se ponían sobre la mesa. Fruncí levemente el ceño y me quedé observando sus próximos pasos, notando la palpitación del peso de sus pies sobre las plantas.
Pero entonces hubo parte de aceptación en mi propuesta. La perplejidad invadió cada centímetro de mi piel. ¿Así? ¿Sin más? Parpadeé un par de veces en silencio. No era difícil comprender que cualquier persona entendiese que esa alternativa de vida era la mejor. La más segura y la más beneficiosa para todas y todos… Pero que el cruzado lo asumiese así sí resultaba ser una grata sorpresa. - ...pero una vez hayamos conseguido expulsar a los demonios, y tengo la firme intención de conseguirlo, quiero que las retires y liberes la ciudad- Ahí estaba el aroma a podrido que tanto estaba esperando.
Arrugué el gesto, inconscientemente. Desde nuestra unión me costaba ocultar las emociones con la misma facilidad y de verdad parecía que sus palabras hubiesen apestado el ambiente. Y los verdes iris que enmarcaban mis pestañas se intensificaron, como si pudiesen brillar por su propia cuenta. -Ya…- Mi cuerpo se tensó, ahí de pie frente a la armadura negra -¿Crees que puedes ofrecerme algo que yo necesite mejor que esto?- abrí los brazos como si pudiese abarcar la ciudad entera con ellos. -No hay nada. Nada, que puedas darme y que yo desee más que esto.- las manos volvieron a caer a los lados de mi cadera y el agua del lago que reposaba junto a los pies del murciélago se hicieron más turbias y empezaron a vibrar en ondas espaciadas pero profundas. -No sólo quieres utilizarme para luchar contra los demonios, sino que en cuanto lo más grave acabe, si te he visto no me acuerdo… ¿Y si vuelven? ¿O vuelve una amenaza mayor? ¿Volvemos a pedir ayuda a la ingenua Poison Ivy para que sus hijas se sacrifiquen por esta inmunda ciudad?- acorté toda distancia posible con él, reposando mi aliento sobre su hocico y apoyando una mano sobre su pecho. Estaba convencida de que a estas alturas estaría más que acostumbrado a mi cercanía.
-Nuestro pequeño mundo ahora me pertenece. Y no existe nada en toda la Tierra que yo no pueda conseguir por mi propia mano. No tienes nada que yo no pueda hacer mío- Y de mi brazo brotaron cinco lianas que se enroscaron en torno a su cuello y apretaron, aún con algo de clemencia pero oprimiendo con firmeza. Aunque le permitía respirar y hablar. -Mis medios no están para jugar a tu favor ni para actuar según te convengan… La ciudad no es mía… y por mucho que te duela, tampoco tuya- las lianas empezaron a apretar cada vez más y de mi pecho una voz doble sentenció el destino del murciélago -No hay trato- y empezaron a erguir su cuerpo del suelo distanciando sus pies de mis plantas cada vez más.
_________________
You don´t need a sword to cut two roses...
Mis Raíces:
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 12th Diciembre 2020, 01:25
He conocido a Ivy por mucho tiempo, y sé que hay mucho más detrás de ella que la criminal demente que describen los medios. En demasiadas ocasiones tengo que combatir con ella por hacer cosas incorrectas por las razones correctas. Son raras las ocasiones en las que tienes que tomar decisiones basadas en una escala cromática de dos colores: blanco y negro. La realidad es infinitamente más compleja, y de hecho en más de una ocasión hemos trabajado juntos para alcanzar un objetivo común, pero parece que ésta no será una de esas ocasiones.
- ¿Utilizarte, Ivy? -ladeo levemente la cabeza, observándola con el interés de quien descubre un patrón de comportamiento anómalo en un sujeto de estudio-. Has sido tú la que ha propuesto el plan para empezar... Mi intención desde el principio fue pedirte que te fueras... Eres muchas cosas, Ivy... pero jamás se me ocurriría incluir "ingenua" entre ellas.
Ivy es peligrosa, especialmente cuando algo la hace enfadar. Sus reacciones en esos momentos son como las de un animal acorralado; viscerales, impusivas, apasionadas. Mientras ella habla, permanezco atento a los leves cambios en el ambiente, alerta ante la señal que detonará el ataque. Por el rabillo del ojo, observo las vibraciones que empiezan a afectar las tranquilas aguas del lago. Sé que es cuestión de tiempo.
Ella cruza la distancia que nos separa, hasta el punto en el que puedo respirar sus toxinas. Con el paso del tiempo he ido desarrollando una resistencia natural, pero aún así, saco de su compartimento mi máscara filtradora y me la pongo. La conozco demasiado bien, sé de lo que es capaz, y también sé que, de todas formas, la voy a necesitar dentro de muy poco... Cuestión de minutos, tal vez...
Sujeto su muñeca cuando apoya la mano en mi pecho. Su proximidad es algo que tolero, pero no me agrada. Nunca me agrada cuando invaden así mi espacio personal, incluso mis seres queridos. Tarde, no obstante. De su brazo brotan cinco lianas que se enroscan en torno a mi cuello, pillándome por sorpresa.
Vaya... esto es nuevo. No me lo esperaba. Nunca había visto a Ivy desarrollar vida vegetal directamente de su propio cuerpo... Sé que puede controlar las plantas, que tiene toxikinesis y la capacidad de generar feromonas en su beneficio, pero... ¿ésto? ¿Se trata de una característica propia de la Ivy de éste universo o es algo... más? El aire... me falta... Su voz... ¿ha sonado como si fueran... dos voces... o es la falta de... oxígeno... la que...?
Las lianas me elevan del suelo. Necesito... actuar... ya... Antes... de... que... se... aleje...
-Audio -musito para activar el comando de voz de la armadura y pronunciar una única palabra-: Glifosato.
Por suerte, es lo único que hace falta. De inmediato, de pequeños compartimentos ocultos en mis guantes se libera una gran cantidad de fosfonato, un herbicida de amplio espectro específicamente diseñado para dañar las plantas de Ivy, y, por tanto, a ella misma. Noto cómo de inmediato se retuerce de dolor cuando la vaharada rojiza inunda la habitación, llevándose las manos a la garganta acusando la asfixia. La presión de sus lianas en torno a mi cuello se afloja, permitiéndome liberarme y caer al suelo.
- Notarás cómo el herbicida lo mata todo hasta llegar a las raíces -la informo, alzándome ante ella-. Te dije que no había venido aquí para socializar. Retira las plantas de la ciudad y haré que desaparezca. De lo contrario, será peor.
_________________
Poison Ivy DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
Ficha de Personaje Alias: Poison Ivy Nombre real: Pamela Lillian Isley Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 9th Enero 2021, 03:12
Estaba tensa y era algo que no iba a molestarme en ocultar. No sabía si conocía a ese Batman, si era mi mismo Batman o qué había ocurrido en su ausencia para verle tan… endurecido. El Batman que yo conocía solía jugar un poco, al menos me permitía ese “rol”consentido. Este murciélago de verdad parecía no tener tiempo o ganas de tener charlas. Tenía razón y lo estaba cumpliendo, no estaba ahí para charlar.
Le retenía, estaba siendo demasiado raro, demasiado fácil. Retenerle porque él había decidido meterse en una enredadera demasiado complicada por algo que le interesaba era lo habitual, no que yo le cogiese por un acto repentino que le pillase desprevenido. Sonreí con satisfacción, analizando su rostro con detenimiento. Seguía siendo igual de inquietante, igual de frío… Por un instante una brisa de incertidumbre recorrió mis nervios. ¿Acaso fallaría mi plan por su presencia…?
Pero entonces escuché la palabra del pesticida y le solté antes siquiera de que me diese tiempo. El gas empezó a liberarse por su armadura y él, ya protegido, no tenía de que temer. Pero yo no estuve lo suficientemente rápida. Aspiré, aspiré aún más por los nervios y la sorpresa. No podía parar y la sensación de ahogo hacía que me diesen más ganas de hiperventilar con cada bocanada letal. La garganta me ardía, tenía ganas de arrancármela si eso hacía que la picazón de la tráquea y la laringe parase sólo un instante. Me llevé la mano al cuello como si eso pudiese ayudarme, ya tirada sobre mis rodillas. Intenté enfocar al justiciero con mi mirada pero me lagrimeaban los ojos y todo lo que pude conseguir fue una imagen borrosa de una silueta negra que se alzaba ante mí, ladrando con bravuconería y orgullo. Batman… se había preparado bien durante su ausencia. -Los demonios… te…- y una tos compulsiva se apoderó de mí, dolorosa y sangrante mientras notaba el escozor por toda mi piel del efecto de ese maldito gas. -Si me... matas… no se...irán... - Terminé de caer sobre el suelo tosiendo compulsivamente y aspirando con ansiedad luchando por encontrar una bocanada que resultase reconfortante y no cada vez más y más ardiente hasta en mis entrañas.
Para mi suerte, unos ojos rojos habían estado concentrados desde el interior del lago y habían contemplado la escena con cautela. Ahora surgía una mano inmensa desde la orilla, junto al cruzado, buscando atrapar el gemelo del hombre para lanzarlo contra cualquier pared o tronco que se interpusiera en su camino, poco le importaba dónde cayese si eso hacía que se alejase.
Él se irguió en toda su magnitud, imponiendo su sombra sobre mí y me agarró con una ridícula delicadeza, alejándome de la nube de pesticida e introduciéndome con él en el lago mientras me echaba agua por el torso y los brazos, como si su agua pudiese purificar todo el pesticida de mis poros. Respiré hondo y pude notar como su cuerpo se estremecía de alivio. Le sonreí apoyando una mano en su pecho y cuando conseguí recobrar el aliento, hablé con intención de que Batman me escuchase. -No vamos a llegar a ningún acuerdo discutiendo, murciélago…- dije aún en los brazos de Swamp - Será mejor que se te ocurra algo más creativo que ofrecerme antes de que todo esto acabe. Hasta entonces…- No quería arriesgarme a vivir otro momento infernal como ese, así que con un gruñido húmedo del ser que me tenía en su regazo, llamó a Bitsah para que nos protegiera.
Salió disparada del lago, salpìcando todo lo que estaba cerca mientras alzaba a los cielos un grito desgarrador que evocaba diversión. Se estiró casi hasta el techo, buscando la silueta del murciélago de forma instantánea y recogiéndole entre sus pétalos faciales para arrojarle a través de las vidrieras del tejado fuera, hacia la azotea.
Ahora que sabía que había vuelto… Necesitaba que estuviese lejos o que muriese en el intento de acercarse. Sea como fuese, Bitsah se encargaría de él.
_________________
You don´t need a sword to cut two roses...
Mis Raíces:
Selina Kyle DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 20/10/2014 Localización : Las azoteas de Gotham Empleo /Ocio : Ladrona Humor : Meoow
Ficha de Personaje Alias: Catwoman Nombre real: Selina Kyle Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 22nd Enero 2021, 12:01
Pamela había salido hacía un rato.
No tenía por qué ser relevante. No tenía por qué significar nada. Estaban en su casa, en su patio de juegos, y Poison Ivy podía irse a jugar donde quisiera. Incluso dejándolas plantadas allí.
Oh, sí, broma intencionada.
Selina estaba aburrida. Y tensa. Si es que combinar ambas cosas era realmente posible. Pam las tenía en la oscuridad acerca de su plan, y Sel no era como Harley. No confiaba en la pelirroja, aún siendo amigas. La razón era sencilla: respetaba su inteligencia, y su poder. Sabía que era peligrosa. Sabía que sus intereses no siempre coincidían. Y sabía que, si quisiera, podía hacerle mucho, mucho daño.
Y, a veces, tenía sueños. Sueños en que Pamela usaba sus feromonas sobre ella. Sueños en que la controlaba. La obligaba a hacer cosas.
Aquello la aterrorizaba.
Catwoman solía decir que los gatos no eran mascotas. No puedes domar a una gata; ella hace lo que quiere. Y Selina quería seguir haciendo exactamente eso: lo que le diera la gana. No le gustaba ser un peón en una partida ajena; jugar a un juego del que desconocía las reglas.
Tenía que hablar con Pamela.
Echó un vistazo a Harley. Como era habitual, a la rubia no le había costado encontrar con qué entretenerse. Al parecer, alguien le había dicho a Harl que las plantas crecen más felices con música. Así que allí estaba ella, cargando con una enorme regadera y agasajando a las inmensas plantas carnívoras de Pam con una alegre canción infantil.
Selina tenía que salir de allí enseguida, o se convertiría en la tercera regadera del invernadero.
No se despidió de Harley; la arlequina estaba acostumbrada a sus idas y venidas, y la gata pensaba que no tardaría demasiado en regresar. Además, la rubia estaba tan entretenida que dudaba que notara su ausencia.
Los Jardines eran inmensos… Toda una oda a la vida vegetal; algo que contrastaba poderosamente con la gris y severa Gotham. Selina se preguntó en qué parte de su dominio se encontraría Pamela.
Una planta gigante emergiendo sobre las copas de los árboles tuvo la amabilidad de mostrarle la dirección.
- ¿¡Qué co…!?
Espera… estaba en terreno de Ivy, ¿cierto? Aquello podía ser normal. ¿Lo era? No estaba segura. La planta arqueó su poderoso tronco, inclinándose sobre algo que Selina no podía ver. Parecía un animal dispuesto a atacar.
Lo sensato hubiera sido correr en la dirección contraria. Todo su cuerpo se lo pedía. Vete, vete. Pero la curiosidad... no, la necesidad de comprender qué ocurría la arrastraba hacia delante. Sólo quiero ver qué está pasando. Si Pam planea algo, tengo que saberlo. Tengo que estar preparada.
Como si estar preparada fuera la solución a todo. ¿Verdad, Bruce?
¿De qué te sirvió estar preparado en la India?
La gata se deslizó como una sombra entre los árboles, buscando un lugar seguro desde el que poder ver. Finalmente, dio con él; un espacio entre la vegetación que se abría hacia el claro donde la planta gigante y un hombre se enfrentaban.
Por un momento, Selina se quedó sin aliento, preguntándose si se puede conjurar a una persona sólo con pensar en ella.
La armadura de kevlar oscuro, señalada con el símbolo del Murciélago. La capa negra, flotando alrededor de él con cada preciso y controlado movimiento. El yelmo coronado por dos púas, que ocultaba todo su rostro salvo la tensa mandíbula.
Selina Kyle estaba viendo un fantasma.
Ella había visto el ataúd. ¿Había sido una pantomima? ¿Un funeral fingido? ¿Le había mentido Nightwing? Y si así era, ¿por qué iba a hacerlo? ¿Y si ni siquiera él lo sabía? ¿Había simulado Bruce Wayne su propia muerte, sin decírselo a sus más allegados? Oh, eso sí sonaba a algo que él haría. Pero, ¿por qué? Era absurdo, no podía estar allí. Había muerto enfrentándose a un demonio. ¿Quién sobrevive a eso? No, Bruce Wayne estaba…
Bruce Wayne estaba muerto.
Batman estaba muerto.
Pero… ¿y si era un impostor? ¿Otro vigilante, vistiendo su traje, su símbolo?
Selina apretó los dientes.
La planta descendió de nuevo, con sus ondulantes apéndices chasqueando como tentáculos. Pamela no estaba a la vista... pero ella controlaba a la planta, estaba segura de ello. La gata supuso que acababa de adentrarse en su pequeño combate privado con el Murciélago.
Aquello significaba algo: Pamela sabía que Batman estaba vivo. ¿Lo había sabido todo aquel tiempo? Y, si lo sabía, ¿por qué le había preguntado a Selina por él? ¿Estaba comprobando qué datos tenía ella? ¿La estaba poniendo a prueba?
La gata no había acudido preparada para un combate. Aunque llevaba su fiel mono negro, se había deshecho del gorro y de los guantes. Estaba a rostro descubierto, armada únicamente con su fiel látigo, que colgaba del cinturón.
Lo desenganchó sin pensar, sin procesar cuál había sido el estímulo. Una de las enredaderas buscaba el cuello del Caballero Oscuro. El cuero chasqueó contra la planta, haciendo que la liana se retrajera, delatando a la gata antes de que pudiera frenar el gesto. Selina retrocedió, embargada por lo absurdo de sus propias acciones, apartándose tanto de Batman como de la flor… creando su propio tercer bando a la orilla del claro.
¿Quién eres?, quería gritarle al enmascarado. ¿Qué pretendes?, quería exigirle a Pam. ¿Qué estás haciendo?, se reprochaba a sí misma.
A lo mejor existía algún dios con un sentido retorcido del humor. Uno que hubiera escuchado aquel deseo que nunca formuló en voz alta.
Ojalá hubiera estado allí. Ojalá hubiera podido hacer algo por él.
Bonito momento para responder una plegaria secreta. Ella no se lo había pedido.
Hasta aquel día, ser una gata vestida de negro no le había traído tan mala suerte...
_________________
"Nueve vidas, ¿recuerdas?"
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 23rd Enero 2021, 01:31
Aquellas palabras entrecortadas me provocan un escalofrío involuntario, como el que dejaría una fantasmal cuchilla al abrirse paso entre mis costillas. ¿Acaso el Batman de éste universo es un asesino? Las implicaciones descienden por mi garganta dejando un regusto amargo similar a la bilis al recordar que fue precisamente mi defensa férrea de la vida, mi absoluto rechazo a matar, lo que produjo la guerra que asoló mi universo en primer lugar. Ignoro si algún Batman podría ser capaz de matar, (lo más probable es que sí, dadas las infinitas posibilidades que el multiverso plantea), pero considerarme a mí uno de ellos posiblemente sea la peor broma que se le habría podido ocurrir a la mujer planta.
- No pretendo matarte, Ivy -digo mientras hinco una rodilla en tierra para ponerme a su altura-. El pesticida matará tus plantas, y a tí te dañará, mucho, pero a menos que me haya equivocado con los cálculos, no lo suficiente para matarte.
Su parte humana debería impedir éso, en teoría.
- Sé lo importantes que son éstas plantas para ti. Lo único que quiero es que entres en razón y las retires de la ciudad antes de que...
Un súbito agarre en mi bota me hace caer, arrojándome por los aires hasta dar con el suelo. Maldita sea... El sónar de la máscara no había revelado a nadie más con Ivy, y había asumido que estaría demasiado debilitada por el pesticida como para utilizar sus plantas contra mí, pero no contaba con el hercúleo ser que se alzaba ahora interponiéndose entre los dos.
¿La Cosa del Pantano? ¿Qué estaba haciendo en Gotham? Podría haberme encontrado en serios problemas si se hubiera dirigido contra mí, sin embargo, parece centrar toda su atención en Pamela. Observo cómo la recoge del suelo, acunándola amorosamente entre sus brazos, y no puedo decir que ésto me sorprenda después de haber tenido ocasión de presenciar de primera mano la conexión que se formó entre los dos cuando unieron sus fuerzas para salvar el bosque del fuego infernal durante la batalla que tuvimos contra Trigón. Supongo que era de esperar que una conexión tan poderosa entre dos agentes del Verde pueda trascender dimensiones y universos. En lo que a mí respecta, ésta inesperada alianza me trae consecuencias positivas y negativas. Las positivas es que por el momento la Cosa del Pantano está demasiado focalizado en Pamela como para prestarme atención. La mala es que voy a tener que enfrentarme a los dos al mismo tiempo...
Rectifico. Ninguna consecuencia positiva.
La gigantesca planta carnívora sale disparada del lago cuando aún me estaba incorporando y no me da tiempo a apartarme cuando se arroja sobre mí, atrapándome entre sus carnosos pétalos para arrojarme a través de las vidrieras. Aterrizo en el tejado con un nuevo impacto que me deja sin aliento. Agradezco la armadura, pero es más que probable que mañana amanezca con unos cuantos moratones de más.
Filamentos tan gruesos como troncos de árboles jóvenes se abalanzan sobre mí tratando de ensartarme, pero los esquivo con relativa facilidad rodando por el suelo al tiempo que extraigo un batarang afilado de mi cinturón, usándolo para cortar y sesgar los afilados apéndices. Son gruesos, pero las fibras vegetales que los conforman se deshacen bajo la hoja con la facilidad del papel.
El tronco principal, en cambio, es otra cuestión enteramente diferente. La gigantesca planta abre sus fauces tratando de engullirme una y otra vez, lo cual me da una idea. Inicialmente me planteo arrojarle una granada de fragmentación, pero la descarto con rapidez; la clave de la letalidad de ese tipo de arma radica en el nivel de afectación a los órganos internos, pero al tratarse de una planta es preferible una potencia de fuego concentrada antes que un centenar de pequeños orificios que podrían no atemperar en lo más mínimo su capacidad destructiva. Mis batarangs explosivos por sí solos no poseen la potencia como para destruir un objetivo tan grande, pero tres de ellos arrojados al únisono deberían ser suficientes como para...
¡Shuwisp!
El restallar del látigo me resulta muy familiar. Demasiado. Conozco bien ese látigo. Yo mismo lo he experimentado en mi propia carne más de una vez. Por puro instinto mi mirada se dirige primero hacia la fuente del sonido justo a tiempo de distinguir lo que queda de un apéndice retrayéndose a mi espalda mientras la parte seccionada cae limpiamente contra el suelo. La planta había dirigido aquél filamento hacia mi cuello desde atrás mientras estaba ocupado luchando contra dos de los tentáculos más gruesos. Lo siguiente es seguir el movimiento del látigo hacia su fuente.
Y allí está ella.
El traje es ligeramente diferente, pero es ella. La verdadera cuestión, la que realmente importa, sería: ¿es la misma Selina que desapareció con la Colisión en mi universo hace exactamente un año? No tengo tiempo para planteármelo ahora, tengo trabajo que hacer.
El suelo se abre a los pies de Catwoman cuando un nuevo tentáculo aparece destrozando la vidriera del invernadero, agitándose para tratar de golpearla. Salto rápidamente hacia ella, apartándola del camino del apéndice para segarlo con el batarang. La planta carnívora se alza amenazadora sobre nosotros y la empujo detrás de mí, cubriéndola con mi cuerpo para asegurarme de ser el único objetivo al tiempo que extraigo tres batarangs explosivos de mi cinturón y los coloco entre mis nudillos. La gigantesca planta se abalanza sobre nosotros, abriendo sus carnosos pétalos para dejar al descubierto las afiladas espinas que hacen las veces de dientes, y que, con ese tamaño, podrían destrozar un cuerpo humano con relativa facilidad. Aguardo manteniendo la sangre fría hasta que se acerca lo suficiente para asegurarme de no errar el tiro, y, en el último momento, extiendo el brazo flexionado, dejando ir los proyectiles que se pierden en el interior de la boca de la criatura.
Acto seguido me agacho sobre Selina y nos cubro a ambos con mi capa en el preciso momento en el que los tres explosivos estallan, uno detrás de otro, haciendo que el cuerpo inerte del ser vegetal se desplome sobre nosotros. La agarro del brazo y trato de apartarla de la trayectoria de la planta, pero la vidriera del suelo que aún se mantenía en pie termina por romperse en mil pedazos con el peso de lo que podría haber sido perfectamente un árbol, y ambos nos precipitamos por el agujero. La parte positiva es que yo caigo primero, así que me giro para quedar de cara hacia ella y extiendo el brazo para alcanzarla con la intención de resguardarla del impacto con mi cuerpo. Acto seguido extraigo la pistola de gancho de mi cinturón, pero todo sucede demasiado deprisa; la distancia desde el techo era menor de lo que había calculado y alcanzamos el suelo antes de que el gancho llegue a encontrar una superficie contra la que aferrarse. La segunda parte de mi plan sí sale según lo planeado, pues mi espalda toca el suelo primero, manteniéndola protegida a ella entre mis brazos. Sin embargo, contrariamente a lo esperado, no es una superficie dura la que golpea contra mi armadura, sino algo carnoso y blando. El blindaje bloquea las percepciones corporales, pero a juzgar por la consistencia diría que se trata de un lecho de plantas, y un rápido examen visual lo confirma: arbustos compactos de aproximadamente un metro de altura, de tallos gruesos y carnosos capaces de amortiguar nuestra caída, con gruesas hojas alargadas de color verde y forma acorazonada.
Éstos arbustos no estaban aquí cuando entré, estoy convencido de ello, pero... ¿por qué Pamela querría salvarme la vida después de sus claros intentos por acabar conmigo y de haber terminado con una de sus hijas? No me da tiempo a barajar posibles hipótesis, pues antes de que pueda cerciorarme siquiera de que Selina se encuentra bien, una serie de lianas se enroscan en torno a ella, arrancándomela de entre los brazos. Trato de recuperarla, pero más de aquellas lianas brotan de entre el lecho de arbustos, enroscándose en torno a mis piernas, brazos, cuello y torso, inmovilizándome por completo. Reprimo una mueca de dolor cuando las lianas tiran de mis brazos hasta extenderlos al límite, tensando los músculos para tratar de contrarrestar su fuerza, pero es en vano. Las plantas que mantienen aprisionadas mis piernas se alzan en el aire, dejándome boca abajo totalmente expuesto y a merced de Ivy. Mierda... agoté la única carga del pesticida en mi primer ataque. No debería haber sido necesario traer más, pero no contaba con que Pamela tendría a la Cosa del Pantano para ayudarla... Comprobé que no hubiera más esbirros en el jardín con el sistema de sónar de la máscara antes de entrar, pero no detectó a la Cosa por estar sumergido dentro del estanque. Sin su ayuda, la primera carga debería haber sido suficiente para derrotarla... Maldita sea, he sido descuidado.
Las plantas mantienen a Selina inmovilizada a unos metros de distancia. Trato de tirar tentativamente de las ataduras una vez más pero no sirve de nada. Tenso los labios. No pienso decir nada que demuestre a Ivy el vínculo que me une a ella. Sé que no siempre han sido enemigas, y existe la posibilidad de que sean aliadas en éste universo, incluso a pesar de que ella me ayudara. Tengo que recordarme a mí mismo que no conozco nada de la historia de los habitantes de Omega; no debo precipitarme ni proporcionarle a Hiedra nada que pueda utilizar contra mí. Si Selina y ella son aliadas, hablar sólo la pondría en peligro. Es preferible esperar... y aguardar mi oportunidad para escapar.
_________________
Poison Ivy DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
Ficha de Personaje Alias: Poison Ivy Nombre real: Pamela Lillian Isley Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 27th Enero 2021, 02:30
Mi relación con el murciélago siempre había sido tortuosa, inconstante y seguramente incomprensible. Había tensión y desconfianza pero aun así ambos parecíamos dispuestos a navegar en esa densa y húmeda niebla, preparados para reaccionar a lo que saliese de ella y tratando de analizar si era bueno o malo. Fuera lo que fuese lo que pasó en su ausencia, parecía que este paradigma no había cambiado. Tal vez por esa extraña guerra fría le fue tan fácil pillarme por sorpresa. - pero a menos que me haya equivocado con los cálculos, no lo suficiente para matarte. - Pues yo lo sentí como si así fuera. Quería hacerle sufrir, asfixiarle hasta ver cómo se vaciaba de luz su férrea mirada… Nos había hecho daño… y lo iba a pagar caro. Pero en ese instante el ardor se expandía por mi garganta hasta mis pulmones haciéndome sentir que cientos de clavos rodaban a placer por mi sistema respiratorio. Respirar, una de las pocas necesidades que tenía… se convirtió en unos instantes en un infierno personal.
Cuando Bitsah se llevó al intruso, traté de respirar hondo, pero las cuchilladas internas volvieron, haciéndome toser descontroladamente mientras buscaba en los brazos de Swamp un consuelo, algo… Como si agarrarme a su pecho fuese a hacer que me doliese menos. En ese proceso escupí sangre de un tono verde oscuro intenso que quedó en la comisura de mis labios. Tal vez ingiriendo un poco de aloe pudiese calmarse… pero ese ardor…
Sólo una traición tan sucia como la que percibí podía haberme distraído de ese dolor. Aún con los quejidos de la drosera en su lucha contra el murciélago, los ruidos de los cristales rotos y el peligro de los cristales cayendo del cielo, el retumbar del edificio… Nada ocupó tanto en mi edén mental como el susurro de las plantas diciéndome que Selina estaba con él. Pantano también lo notó y me miró a los ojos, buscando una confirmación por mi parte. Fruncí el ceño y sin mediar palabra nos comunicamos el plan de acción. En esos instantes poder hablar sin tener que usar la voz fue toda una ventaja.
Me sostuvo entre sus brazos, alejándome de la parte del techo que contenía las vidrieras a las que no debía quedarle demasiado. No podía matarlos. No ahora que sabía que sí estaban en contacto y que la gata estaba dispuesta a mentirme y traicionarme. Era cuestión de tiempo que se viniera abajo, sólo había que esperar. Luego podría preparar unos vahos regenerativos para mis pulmones y me preocuparía de recuperarme.
La planta luchaba con fuerza, actuaba sin meditar, impulsiva y hambrienta como una bestia salvaje que llevase días sin comer. Tenía consciencia propia y eso era un punto muy favorable, una simple orden mental y cambiaría sus órdenes. Ya no estaba yendo a matar, seguía mi orden de debilitarles todo lo posible antes de devolverles aquí dentro, pero la cristalera no aguantó lo suficiente y cayeron antes de poder hacer nada.
Él se encargó de todo, yo estaba demasiado débil. Formó la cama improvisada de Calatheas para amortiguar la caída al tiempo que les iba aprisionando con increíble fuerza y firmeza, acercándoles a nosotros con lentitud. Tomé el rostro de mi rescatador con una mano, haciendo que me mirase a los ojos unos instantes y después de eso, una liana se apropió de la boca del héroe de Gotham para asegurarme de que no intentaba engañarnos con ninguna sucia manipulación o negociación. Volví a ponerme en pie y me acerqué a ambas figuras, colgadas boca abajo siendo apretadas cada vez con más fuerza.
-Así que… - la voz mucho más rasgada por el gas se abrió paso, ardiendo mi paladar y siendo interrumpida por más tos-En las calles se rumorea que Batman ha desaparecido- cité su declaración cuando le pregunté a drede sobre él. Mi cara, en ausencia de mi capacidad para hablar, dictó un alto y claro “NO ME HAGAS REÍR”. Tampoco estaba dispuesta a escucharla. Carraspeé en un intento inútil de limpiar mi voz llevándome una mano a la garganta. -¿Sabéis? Tengo mejores cosas que hacer. Y si es cierto que llevabas días sin verle creo… que os vendría bien un tiempo a solas. Ya me lo agradeceréis-
Me giré a volver a ver esos imponentes ojos rojos que hicieron que el agua del estanque empezase a vibrar y a enturbiarse. En algún momento Bitsah había recogido sus dientes y descansaba sobre el borde, como una mascota que esperaba la siguiente orden de su amo.
Los bejucos que mantenían separadas a las dos figuras negras se unieron, provocando que sus cuerpos se enredasen en el proceso aún con los pies hacia arriba y se apretasen entre sí. La inmensa planta carnívora se puso en marcha, esta vez sin cuchillas en su boca y cerró sus pétalos en torno a la firme crisálida que ambos cuerpos formaban compactados por las lianas, a excepción de sus cabezas. Tomando posición desde abajo, abrió sus pétalos ocupando todo el espacio posible y envolvió ese conjunto, haciendo que la liana se cortase y manteniendo a ambos humanos dentro de su capullo. Con toda su fuerza, les arrastró por el suelo hasta volver a sumergirse en el lago, proporcionándonos de nuevo una paz que parecía que nunca fuese a volver.
Sin embargo para Selina y Batman el viaje sólo acababa de comenzar. El chapuzón indicó que estaban dentro del algo y además podía oírse el suave fluir del agua a su alrededor, notando cómo la planta se desplazaba a gran velocidad. ¿Acaso el lago era más grande de lo que parecía? ¿Hasta dónde conducía? Fuese cuanto fuese, esa distancia hacía inviable para un humano normal poder cruzarlo a buceo, mucho menos si al otro lado esperaba La cosa del pantano. Pasados un par de minutos, la planta volvió a salir y les escupió con violencia sobre un terreno mullido de césped justo antes de desaparecer volviendo a hundirse en un lago profundo pero pequeño que estaba situado en medio de un bosque.
Las lianas que aprisionaban sus cuerpos se relajaron siendo tan sencillo deshacerse de ellas como quitarse un abrigo pesado. Su entorno parecía un inmenso bosque, pero más denso y más cerrado. Las ramas de los árboles se unían en el techo y no permitían ver más allá de las copas, aunque se podía filtrar a través de ellas la luz solar. Gruesos troncos con inmensas lianas, hojas, ramas y arbustos enmarcaban un precioso lienzo verde, fresco y pacífico que parecía estar a la espera de su llegada. Un solo camino salía de esa fuente de agua, inspirado en la relación del murciélago con la pelirroja, tan enrevesado e intrincado que resultaba irresoluble. Además, pronto los héroes descubrirían que esa era la única fuente de agua disponible en todos los alrededores del laberinto en el que acababan de aterrizar. El sonido de un croar distraído interrumpió la escenaf. Un pequeño sapo de musgo les observaba desde una piedra a la orilla del estrecho lago. Una sutil e inofensiva pista de lo que podía encontrarse en las profundidades de esa selva. Justo en ese instante las plantas se estremecieron y suspiraron a pesar de que no corría el viento… les dieron la bienvenida.
_________________
You don´t need a sword to cut two roses...
Mis Raíces:
Selina Kyle DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 20/10/2014 Localización : Las azoteas de Gotham Empleo /Ocio : Ladrona Humor : Meoow
Ficha de Personaje Alias: Catwoman Nombre real: Selina Kyle Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 17th Marzo 2021, 01:07
Mierda. Mierda. Mierda.
Él la miraba desde detrás de la máscara. Y algo cambió en el aire. ¿Qué era? ¿Reconocimiento? Imposible. Batman estaba muerto. Al menos, el único Batman que a ella le importaba. El que se había quitado el rostro del murciélago para revelarle su identidad. Para mostrarle sus rasgos.
Sus rasgos. Una mandíbula cuadrada y firme. Los labios apretados, el gesto serio. ¿Tenía sentido saber que no era él y, al mismo tiempo, dudarlo?
No, no lo tenía. Pero la vacilación iba a costarle cara a Selina.
Los cristales del invernadero se quebraron, atravesados por un nuevo brote, haciendo que la gata se volviera, sobresaltada. El tentáculo arbóreo serpenteó; demasiado rápido, demasiado cerca. Una versión mucho más grande del látigo que ella sostenía. Supo que no tendría espacio suficiente para esquivarlo.
Y entonces, él la empujó desde detrás, moviéndose con esa eficiencia fría que lo caracterizaba. Selina siseó al ver que se interponía en el camino de la planta, batarangs en mano, como si lo tuviera todo bajo control. Ella clavó los ojos en su oscura silueta. Tan familiar, y al mismo tiempo tan fuera de lugar.
Se sentía confusa y dolida. Casi como si acabaran de abofetearla en la cara.
Catwoman se agachó instintivamente al oír la primera explosión. Al mismo tiempo, Batman tendió la capa sobre ambos. Escudándolos. El olor a hierba segada y a pólvora inundó las fosas nasales de Selina, al tiempo que el tejido negro recibía los pedazos humeantes de la planta.
Dios. Pamela iba a enfadarse de verdad.
Y ellos iban a morir.
Lo supo cuando él la agarró del brazo y el suelo se hundió bajo sus pies.
Después vino la caída, y un pensamiento inconexo acerca de que ella tendría que haber caído de pie, y él debería haber echado a volar.
En lugar de eso, Batman la envolvió con un brazo, y siguieron cayendo.
El instinto primario que anidaba en Selina la instaba a revolverse contra el agarre. Al mismo tiempo, algo en la memoria implícita en su cuerpo, algo impreso en sus nervios y en sus músculos, hizo que se relajara y confiara en…
THUD.
El impacto los sacudió a ambos, y Catwoman emitió un gemido, más de sorpresa que de dolor. Habían llegado al suelo, y Batman se había llevado la peor parte. Durante unos segundos la invadió la certeza de que estaría malherido, tal vez muerto. Por salvarle la vida a ella.
Maldijo entre dientes. Aquel modus operandi era tan él. Aquella mandíbula apretada, aquella tensión en los brazos, el cuerpo que había bajo el suyo, todo era tan él que dolía; dolía de una forma absurda e injusta, porque una parte de ella ya había aceptado lo inaceptable.
¿Qué otra persona podía ser?
No tuvo tiempo de procesar qué sentía. De enfrentarse al horror de una segunda muerte. Debajo de ella, Batman se movió; demasiado pronto como para haber golpeado suelo. Selina tendió la mano y tocó algo húmedo y frondoso a su alrededor.
Genial. Más plantas. ¿Tendrían también dientes? ¿Raíces estranguladoras? ¿O simplemente una cantidad nada desdeñable de veneno? Ardía en deseos de comprobarlo.
Oh, ya. Definitivamente, raíces estranguladoras.
Selina se debatió mientras la fuerza de la planta la arrastraba, inmovilizándola. Estaba harta de que las enredaderas y los murciélagos la agarraran y tiraran de ella una y otra vez, sin consideración ninguna. Nunca volvería a decirle a Harley que las relaciones tóxicas eran sólo las suyas.
Tendría que haberse quedado quietecita en el invernadero. Tendría que haber dejado a Batman a su suerte. Tendría que haberse ocupado de sus asuntos.
Ahora estaba en problemas, y el Murciélago también.
Atados y colgados boca abajo. ¿Dónde habría visto antes eso? Ah, sí. Solía hacerlo él. A veces Pamela tenía un curioso sentido del humor.
- Nnnnghhh - gimió Selina, sintiendo que la presión que ejercía la planta sobre su caja torácica empezaba a ser francamente desagradable. Se preguntó cuánto tardaría en ceder alguna de sus costillas.
-Así que… - oyó la voz de Pamela, cerca - En las calles se rumorea que Batman ha desaparecido- Selina tensó la mandíbula. Había reconocido la frase. Hiedra carraspeó. Sonaba… herida. - ¿Sabéis? Tengo mejores cosas que hacer. Y si es cierto que llevabas días sin verle creo… que os vendría bien un tiempo a solas. Ya me lo agradeceréis.
Por si no le había quedado demasiado claro por la enredadera que la amordazaba, Pamela no tenía intención de escucharla. Selina trató de hablar, pero no fue capaz de articular nada inteligible. Mierda. Ella no necesitaba un rato a solas con nadie, no quería tener nada que ver con el Murciélago de pega. Sólo quería escapar, largarse de Gotham y salvar su maldita vida.
Como si Pamela fuera a permitirlo. Bajo su mandato, las plantas empujaron a Selina contra Batman y los rodearon con firmeza, convirtiéndolos en un fardo de kevlar negro. La gata sacudió la cabeza, emitiendo un grito que se interrumpió tan pronto como la planta carnívora cerró sus mandíbulas sobre ellos, privándolos de aliento. ¿Qué ocurría ahí fuera…? ¿Se movían? Catwoman había perdido la orientación por completo.
CHOF.
Voy a ahogarme, pensó Selina, y el terror le atenazó las entrañas. Vamos a ahogarnos. Dios, odiaba el agua casi tanto como las plantas, o más.
No quería morir así.
Cerró los ojos; rezó por perder el conocimiento. No tuvo suerte.
Lo cierto es que tampoco se ahogó.
Al parecer, la planta los estaba transportando a alguna parte. Su teoría se confirmó cuando los pétalos carnosos que los envolvían se abrieron de nuevo, arrojándolos contra el suelo. Ya no estaban bajo el agua. El impacto sobre la hierba casi fue un alivio para Selina.
Mierda. Había perdido el látigo.
Emitió un gruñido de frustración. Tras ella, Batman se desembarazaba de las lianas que, ya inertes, colgaban de sus brazos. Selina quiso volverse hacia él y darle un puñetazo en la mandíbula. De algún modo, todo era culpa suya.
En lugar de eso, descargó el golpe contra el suelo. Mucho más mullido que el rostro pétreo del Caballero Oscuro.
¿Dónde diablos estaban? ¿Un bosque? ¿Es que aquel absurdo Jardín Botánico no acababa nunca? Selina hubiera dado cualquier cosa por un mechero y un bidón de gasolina. Odiaba las malditas plantas. Y estaba rodeada de ellas.
Había un único camino que se adentraba en la espesura y que terminaba a sus pies. Maravilloso. Aquello sólo podía ser una trampa. Sintió un hormigueo recorrerle los dedos, entumecidos tras el abrazo de las lianas.
Y entonces se volvió hacia él, deseando arrancarle aquella máscara del rostro para poder ver quién había detrás.
Era tentador, aunque sólo fuera para verlo cambiar de expresión.
- Ya has oído a Hiedra - le dijo, la voz ribeteada de tensión - Batman está muerto. Fui a su maldito funeral. Así que dime quién eres tú, y qué estás haciendo con su traje.
El mensaje era claro: no podía meterse de cabeza en una trampa de su querida amiga pelirroja sin saber si podía confiar en él.
OOC: Los posts siguientes, situados en el laberinto, están roleados conjuntamente con la usuaria de Batman.
_________________
"Nueve vidas, ¿recuerdas?"
Última edición por Selina Kyle el 19th Marzo 2021, 16:30, editado 1 vez
Selina Kyle DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 20/10/2014 Localización : Las azoteas de Gotham Empleo /Ocio : Ladrona Humor : Meoow
Ficha de Personaje Alias: Catwoman Nombre real: Selina Kyle Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 19th Marzo 2021, 16:16
El Laberinto. Día 1.
Bruce.
La observo en silencio, impasible ante su reacción. Esta Selina es más joven que la que abandonó mi universo, puedo notarlo en su cara. No tiene las marcas de desgaste de los largos años de sufrimiento, dolor y pérdidas que marcaron nuestra relación. No es mi Selina, y si mi teoría acerca de cómo funcionó la fusión de universos es cierta, significa que la mujer que yo conocí.... Y amé... Está perdida para siempre, disuelta entre la amalgama de diferentes Selinas que se volvieron una aquella mañana. No tengo tiempo para esto. Ya la lloraré más tarde, junto con todos los amigos y familiares que han ido escapando de entre mis dedos con el paso de los años. Por el momento tengo otras preocupaciones más importantes.
No respondo de inmediato a su pregunta. En lugar de eso, me dirijo primero hacia el lago, tratando de calcular en mi mente el trayecto recorrido. El pozo es pequeño, pero sé que estuvimos recorriendo las aguas dentro de aquel capullo durante varios minutos, lo cual quiere decir que debe de tratarse de una pozo profundo que posiblemente en algún punto se desvíe en alguna dirección. ¿En qué punto estamos exactamente, entonces? No reconozco esta zona de Gotham. El lago es demasiado pequeño para ser el Reservoir y desde luego que esto no es el Robinson Park. ¿Cómo ha conseguido Ivy hacerle esto a toda una ciudad? ¿Y desde cuándo es capaz de crear criaturas vegetales animadas? La Ivy que yo conocí nunca fue tan poderosa.
- ¿De veras, Selina? -inquiero mientras me despojo de los cierres que mantienen la capa unida a mis hombros y desprendo el cinturón de utilidades con un sonoro click, dejando ambos caer al suelo-. En un mundo que ha colisionado con otro, con ciudades que han surgido de la nada y otras que se han desvanecido sin dejar rastro... -no puedo quitarme la máscara. No se me escapa el pequeño espía que Ivy ha dejado para controlarnos, pero empiezo a desprender una por una las partes de la armadura-, en un mundo donde han surgido dos Atlantis, una junto a la otra, con dos reyes diferentes... -me saco por encima de la cabeza la parte superior del traje, dejando a la vista las innumerables cicatrices que recorren mi torso, cicatrices que ella ha recorrido con sus dedos innumerables ocasiones. Tres marcas, justo encima de mi corazón, resultan especialmente visibles. Las marcas que ella misma me hizo con sus garras la noche que nos conocimos, cuando trataba de evitar que robara aquél diamante. Si fuera mi Selina, aquellas marcas bastarían para convencerla de mi identidad sin necesidad de descubrir mi rostro-. En un mundo en el que han aparecido millones de personas de la noche a la mañana... E incluso razas nuevas, como los mutantes.... ¿De verdad resulta tan difícil de creer que yo sea Batman? Dime la verdad -le digo, mirándola fijamente a los ojos desde detrás de la capucha mientras me quito los pantalones y las botas-. ¿Realmente es tan difícil de concebir... O es que no quieres aceptarlo?
Sin decir nada más, me lanzo al agua y trato de bucear todo lo posible para tratar de distinguir el fondo, activando la iluminación de mi máscara.
Mi récord en aguantar la respiración está en tres minutos quince segundos. Desciendo todo lo que puedo haciendo un cálculo rápido del tiempo que tardaré en volver a subir, y para cuando se que debo dar la vuelta aún no he podido ver el fondo. Regreso de nuevo a la orilla, jadeando, y me permito unos minutos para recuperar el aliento antes de dirigirme de nuevo a Selina.
- No creo que podamos salir de nuevo por aquí, así que no nos queda más remedio que tratar de encontrar una salida. ¿Puedes subir a alguno de estos árboles y ver si eres capaz de distinguir algo? Lo que sea que nos ayude a situarnos.
Selina.
Él no dio muestras de haberla oído. Tras observarla en silencio, se volvió hacia el lago, como si ella hubiera pasado a ser un árbol más, parte del maravilloso paisaje en que se encontraban.
Oh, así que te lo tomas con calma.
Selina apretó los puños. Acababa de perder una aliada, estaba en medio de la nada y desconocía sus probabilidades de sobrevivir y salir de allí. ¿Y todo por qué? Por actuar de forma impulsiva. Por dejarse llevar por el instinto. Por meterse en una pelea que ni siquiera era suya.
A todas vistas, había elegido el bando de un hombre al que no conocía, y que además había decidido ignorarla.
Muy lista, Selina.
Se contuvo. Aún le quedaba orgullo suficiente para no bufar; no así, vestida de gata. Él siguió con lo que la ladrona suponía que era su análisis del entorno. El lago debía de parecerle fascinante; le estaba dedicando el doble de tiempo que a ella.
Permaneció donde estaba. No le gustaba el agua, y había tenido más que suficiente de plantas. Para su sorpresa, él empezó a...
Selina parpadeó mientras él se desvestía y, oh Murciélagos misericordiosos, se dignaba a dirigirle la palabra.
Tenía que ser el de verdad. Porque sólo el de verdad conseguía exasperarla de aquél modo. No se dejó nada: ni la fría enumeración lógica, ni el análisis psicológico que nadie le había pedido. Selina sintió ganas de arañarle aquel rostro impasible.
- Veo que eres Batman - replicó. - Sé que no va quitándose el traje para dejárselo a cualquiera. - aunque el mentado traje acababa de caer al suelo, justo frente a ella - Al menos, no lo hace normalmente. - se corrigió.
Se sentía lo bastante molesta como para que su tono lo reflejara. Y, aún así, sus ojos verdes recorrieron el torso y los brazos que él había desnudado, buscando quién sabe qué.
No era ningún secreto que se sentía atraída por Batman. Nunca había hecho esfuerzos por ocultarlo, y menos después de descubrir lo mucho que a él le molestaba. En qué punto esa atracción se había convertido en algo más... Eso no lo sabía.
No se había parado a buscar el por qué. Era su cuerpo, sí, fortalecido y lleno de señales; y su voz, profunda y ronca; y esa firmeza de carácter que bordeaba la terquedad. Era la adrenalina tras las persecuciones por los tejados; era su empeño noche tras noche, era aquel absurdo código de honor.
Pero lo que él implicaba era aterrador. Era otro Batman, de otro mundo. Era... Dios, sentía vértigo al pensarlo. Podía ser Bruce. Desde luego, era su voz. Y la llamaba... Selina. Sí, la había llamado Selina, como si estuvieran reanudando una conversación entre amigos, dejada a medias. Como si se hubieran visto el día anterior.
Los ojos de Catwoman se quedaron prendidos en la marca sobre su pecho y su entrecejo se arrugó ligeramente. La sensación vertiginosa creció. Aquéllas eran... Marcas de sus garras. Estaba segura de ello. Había infligido las suficientes heridas con ellas como para reconocerlas. Pero... No recordaba aquéllas en concreto. Ella no había clavado las uñas así, como si quisiera arrancarle el corazón. Y, sin embargo... sí que lo había arañado, trazando surcos paralelos en su pecho... justo ahí. Siempre ahí. Como si quisiera… Como si buscara…
Alzó la mirada, esperando que se quitara la capucha, que le mostrara su rostro. Pero él se volvió, revelando una cicatriz mucho más grande, y mucho menos familiar.
Algo que parecía un dispositivo metálico recorría su columna. Él se zambulló antes de que ella pudiera analizarlo bien, pero le pareció que el entramado de metal iba de un lado a otro, hundiéndose en la piel una y otra vez. Sintió un escalofrío.
"¿Realmente es tan difícil de concebir, o es que no quieres aceptarlo?", había dicho.
- ¿Qué sabrás tú de lo que yo quie...?
CHOFFF.
- ... Engreído.
Cómo le gustaba dejar a la gente con la palabra en la boca. Selina frunció el ceño y dirigió una mirada asesina al sapo que los observaba. Ojalá hubiera tenido una piedra a mano para lanzársela.
En lugar de eso, pensó en su látigo, perdido durante la refriega con Hiedra. Echaba de menos el tacto del mango de cuero, la seguridad que le brindaba. Tenía que hacerse con un arma. La alternativa era pasar a depender de los bat-objetos de su compañero, si es que su compañero no se ahogaba.
No. Antes muerta que usando bat-cosas.
Salina decidió aprovechar la inmersión de Bru... De Batman para explorar la orilla y los árboles cercanos, en busca de una liana como las que los habían atrapado. La que él se había quitado yacía aún junto a la orilla. Catwoman la recogió y la examinó con ojo crítico, comprobando su longitud y cómo chasqueaba en el aire. No le hacía demasiada ilusión cortar una liana nueva en un sitio donde gobernaba Hiedra. Por el momento, aquélla tendría que valer.
- Al menos tienes un buen historial - le dijo a su nuevo látigo, recordando cómo había atenazado al Murciélago.
Y, hablando del Rey de Gotham...
La cabeza de Batman emergió de nuevo. Selina le dio un momento para recuperar el aliento, fingiendo enrollarse el látigo a la cintura, pero sin perder detalle de los movimientos de su cuerpo empapado. Iba a tomárselo como un pequeño premio a su paciencia.
Él le preguntó si podía subirse a un árbol.
- Puedo - respondió Selina, encogiéndose de hombros - ¿Es una orden? - el tono era ligeramente provocador, acompañado de una sonrisa burlona. Pero no se quedó a esperar la respuesta. No era estúpida: por insufrible que fuera, Batman era su mejor baza para sobrevivir. - No me eches de menos - se despidió, dirigiéndose a la linde del bosque para encontrar un árbol al que trepar.
Subir le costó más tiempo del que esperaba. No llevaba las garras, y por algún motivo sus brazos no dejaban de temblar. No era la temperatura: no hacía frío ninguno en aquel bosque tropical. Su piel estaba seca; la planta había evitado que Batman y ella se mojaran en el trayecto bajo las aguas… al menos, hasta que él había decidido mojarse por su cuenta. Selina atribuyó el temblor a la bajada de adrenalina. Al miedo. Quizá fuera la respuesta de su cuerpo a las palabras de él.
Cuando alcanzó la última rama capaz de sostener su peso, Selina se sentó a horcajadas sobre ella para mantener la estabilidad, sonriendo ante la fugaz imagen del gato en el árbol. Miró más allá. Había un océano de copas verdes, a través del cual discurría un único camino, que no parecía tener un rumbo definido y que aparecía y desaparecía entre la vegetación, describiendo ángulos enrevesados. Era un laberinto. Un dédalo arbóreo que llegaba hasta donde alcanzaba la vista. Y, lo peor… ningún resplandor aislado, ningún punto azul que indicara la presencia de agua. Selina arrugó la frente.
Cuando hubo visto suficiente, la gata descendió, agradecida porque el temblor hubiera menguado. Batman esperaba abajo, como una gárgola fuera de lugar.
Se había vuelto a poner los pantalones y las botas, pero había dejado a un lado la armadura. Selina vio que había hecho un fardo con la capa para poder llevarla consigo. Por supuesto, la capucha seguía en su sitio, en claro contraste con el pecho descubierto. Catwoman le dio su informe, sin perder la oportunidad de señalar lo mucho que lo favorecía su nuevo estilo de mazmorra sadomasoquista. Él sabía cómo sacarla de quicio, pero dos podían jugar a aquel juego.
- Yo puedo poner el látigo, si quieres - sonrió, divertida - Bueno, ¿cuál es el plan?
Bruce.
No le doy el privilegio de reaccionar de ningún modo a su inapropiado comentario, limitándome a observarla con una expresión neutra que sé que la enervará más que cualquier cosa que hubiera podido decirle.
- Sé que te has dado cuenta de que Ivy tiene ojos en este lugar -le respondo con sequedad, refiriéndome al sapo de musgo-. Sé que no te gustan las máscaras pero imagino que sabes que no puedo hacer otra cosa. De todos modos, ya sabes lo que hay debajo.
Intento que mi tono suene inexpresivo y neutro, pero no puedo evitar un ligero matiz de dolor en mi expresión que espero la máscara pueda disimular. Cuanto más tiempo paso con ella, más difícil me resulta obviar lo que siento por esta mujer. Ni siquiera el hecho de repetirme a mí mismo que no es la misma Selina con la que he compartido los últimos años de mi vida consigue atenuar el dolor de no distinguir el reconocimiento en sus ojos. Es como si los últimos quince años nunca hubieran existido, como si me encontrara ante la Selina de las primeras veces, cuando continuamente peleábamos enzarzados en esa suerte de relación extraña que siempre nos ha acompañado como en una danza. Pero yo ya no tengo treinta años ni tengo tiempo para recorrer todo ese camino de nuevo. Todo lo que tanto trabajo nos costó conseguir... Conciliar dos espíritus tan distintos.... Todo... Esfumado en el viento por los caprichos de un evento cósmico. No puedo... Todo cuanto deseo es alzar la mano para acariciar su mejilla, atraerla hacia mi y besarla para recuperar el tiempo perdido de este último año, pero no puedo porque mi Gata... Ya no existe. Solo una Selina desconocida y extraña. No se qué relación tenia con el Batman de este universo pero está claro que no es lo que teníamos en mi mundo.
Me aparto de ella perdiendo la mirada en el océano verde que nos aguarda.
- Si es un laberinto, lo único que podemos hacer es tratar de encontrar una salida. No me preocupa tanto la comida como el agua. Sin comida podríamos aguantar hasta un mes, porque además confío en que encontraremos frutas en ese bosque, pero sin beber, en un ambiente cálido y húmedo como este... No se si podríamos llegar a la semana -mientras hablo, el calor empieza a hacerse notar debajo de mi capucha. Quitarme el traje es lo único sensato que podía hacer. Le señalo la botella de acero inoxidable que llevo en el cinturón-. Ya la he llenado, pero tendremos que reservarla lo máximo posible. Hay maneras de sacar agua de las plantas a través de la condensación, pero no me gustaría arriesgarme. Necesitamos trabajar en una manera para no desorientarnos y saber encontrar el camino de vuelta a este punto en caso de que necesitemos regresar a la única fuente disponible de agua aparente.
Continúo.
- Si no conseguimos salir... Tendremos que regresar al lago y trataría de encontrar el camino buceando. Mi límite está en tres minutos quince segundos sin respirar. No lo agote por completo porque necesitaba reservar tiempo para poder volver a subir, pero si no encontramos otra salida... No tendré más remedio que arriesgarme y confiar en que pueda llegar al otro lado antes de que se me agote el tiempo. Después trataría de volver a buscarte con ayuda.
Selina
Catwoman miró la botella, sintiendo una punzada de desaliento. Tendrían que racionar el líquido desde el principio. Las frutas... Hizo una mueca. No tenía ni idea de qué era comestible y qué no, y no podía confiar en que Pamela les hubiera provisto de manzanas o naranjas en el camino. Tampoco sabía por qué no los había matado directamente. Hubiera podido hacerlo. ¿Por qué dejarlos vivir? Tal vez tuviera planes para ellos.
- Las plantas no son una opción. Podríamos hacer un cordón con las lianas, pero no creo que podamos cortarlas sin represalias…
Selina miró a su alrededor, pensativa.
- ¿Qué hay de la capa? - continuó, con los ojos fijos en el tejido negro - ¿Podemos deshacerla?
Ni el cuero de su traje ni el kevlar de Batman iban a poder usarse de ese modo. Sentía tener que arruinarle la mochila, pero no tenían muchas opciones. La aterrorizaba la idea de volver a través del agua, por mucho que él pudiera aguantar. A ella le había parecido que el trayecto duraba bastante más de cinco minutos. Y, al final, por muy entrenado que estuviera, Batman era sólo un hombre.
- Necesitamos la capa para la condensación - replicó él-. También la necesitaremos para cubrirnos y mantenernos protegidos si llueve. Si Ivy nos quisiera muertos, lo habría hecho ya. Maté una de sus queridas plantas carnívoras allá arriba y no nos ha matado. No creo que le importe si cortamos lianas. - Sonaba como si una parte de él casi deseara hacerle experimentar ese pequeño dolor - En cualquier caso, en todo bosque siempre hay lianas caídas en el suelo, palos resecos… podemos usarlos para hacer señales - sacó uno de sus afilados batarangs y se lo mostró a Selina - Podemos tallar marcas en los troncos.
Claro. Él ya había pensado en todo eso.
- Ojalá llueva. - se oyó decir Selina, para su sorpresa - Así no tenemos que volver hasta aquí para llenar la botella.
Había visto la infinidad del laberinto, y estaba segura de que tardarían días en cruzarlo. El agua no les duraría tanto. Odiaba pensar en ir y volver a llenar la botella, una y otra vez. Se cruzó de brazos.
- Por cómo sonaba, parece que casi la matas a ella - replicó.
Pero él tenía razón. Cortar lianas, recoger piedras, o marcar troncos. Ésas eran sus mejores opciones.
- En un momento dado podemos deshacer también la tela de la camiseta de mi traje - ofreció Batman - pero creo que será más cómodo usar piedras, marcas y troncos.
- Muy bien. Tiene un toque a Hansel y Gretel - murmuró Selina. Por supuesto, Pamela era la bruja.
- Pongámonos en marcha. - dijo él.
Selina asintió levemente y lo siguió, adentrándose juntos en el laberinto. A él le gustaba mandar, y ella detestaba obedecer, pero ella no era la experta en supervivencia una vez fuera de la ciudad.
Supuso que él lo habría aprendido todo en algún grupo de Boy Scouts millonarios, los mismos que le habían enseñado que tenía que proteger a los débiles y ayudar a cruzar la calle a las abuelitas. La única diferencia con los Boy Scouts estándar, se imaginó Selina, era que las galletas se las hacían sus mayordomos.
La ladrona agradecía que sus correrías nocturnas mantuvieran su cuerpo en buena forma. La selva era de todo menos pequeña, y el camino estaba sembrado de maleza y raíces, obligándolos en ocasiones a dar rodeos y volver sobre sus pasos. Por supuesto, tuvieron su buena ración de callejones sin salida y caminos que llevaban al mismo lugar por el que ya habían pasado.
No hablaban demasiado. Él no era muy comunicativo. Y ella no sabía qué decir. Había evitado responder a su comentario, a la mención de que ella sabía quién había tras la máscara. Sí, creía que lo sabía. Pero no podía dejar de pensar en aquella marca en su pecho, en la familiaridad con la que había pronunciado su nombre de pila...
El fantasma de otra Selina pendía entre ellos. Catwoman no podía evitar preguntarse cómo era ella, cuál era el vínculo que los unía. Podía ver que lo básico permanecía... heridas incluidas. Pero en el cuerpo marcado de aquel Batman, en los ángulos visibles de su rostro, podía leer una historia más larga que la suya. ¿Qué edad tendría? ¿Qué habría compartido con la otra Selina? ¿Había... Afecto? ¿Odio? ¿La habría metido entre rejas? Selina no sabía si lo que ocurría en un mundo era el reflejo de lo que pasaba en otros (y se estremeció al pensarlo: odiaba la idea de un destino escrito). Se preguntó si hubiera sucedido lo mismo entre ella y Bruce, su Bruce, si no hubiera…
- ¿Qué te pasó... en la espalda? - preguntó finalmente, con voz ronca, cuando se detuvieron para comer algo. Llevaba horas caminando tras él, contemplando aquel aparato mientras se hacía decenas de preguntas. Aquélla parecía la más inofensiva y evidente.
Aún no estaba preparada para hacerle las otras.
Bruce.
Durante el camino, aparte de tratar de memorizar cada ruta para ir descartando caminos inviables, me dedico a analizar las diferentes plantas que vamos encontrando.
- Es curioso... -comento en voz alta-. Hay una mezcla de plantas bastante peculiar, plantas que medran con la humedad pero que pertenecen a diferentes entornos y ambientes. Plantas que normalmente no verías crecer juntas. Mira ésta, por ejemplo -le digo, señalando una hermosa planta tuberosa de tallo fibroso y un vibrante color escarlata con forma de embudo-. Esta planta es conocida como flor de llama roja por su peculiar color, y crece habitualmente en Escocia. No es una planta fácil de cultivar, pero claro, eso no es un problema para Ivy... - metódicamente, comienzo a tirar de los fibrosos tallos y a ir introduciendo las plantas en un pequeño saco que llevo conmigo-. Podemos hacer una ensalada con ellas después. Todas las partes de la flor de llama roja son comestibles.
Más adelante, encuentro también frondosos arbustos tropicales repletos de bayas rojas y arranco todas las que puedo conseguir junto con otras plantas y frutas comestibles que voy descubriendo. Después de un tiempo, nos sentamos a cenar. La luna ya está alta en el cielo. Mi reloj se dañó con el cambio de universos, pero calculo que deben de ser en torno a las dos de la madrugada. Nos detenemos y preparo la frugal cena, ofreciéndole una parte a mi compañera.
La ensalada tiene un sabor ligeramente picante que recuerda al de los berros, pero el contraste con las bayas resulta bastante sabroso. Iniciamos la cena en silencio, hasta que ella me plantea la inevitable pregunta. Me tomo unos minutos para responder mientras como.
- Superman se volvió loco en mi universo. Instauró una dictadura del terror que dividió a la mayor parte de los héroes. Algunos se creyeron su discurso acerca de que a los criminales no se les debía permitir existir, mientras que otros, como yo, persistimos en la defensa de la libertad de elección, la condena al asesinato indiscriminado y el derecho a la redención. Yo lideraba el grupo rebelde. Lo de la espalda... Me lo hizo él. El hombre al que consideraba mi mejor amigo -me sumo en el silencio mientras vuelvo a comer. Me resulta increíble haber sido capaz de resumir tantos años de horror en unas pocas frases. Inicialmente me habría resultado impensable-. Mucha gente murió en esa guerra. Muchos héroes buenos y nobles. Tantas vidas perdidas de forma absurda.... Y, por alguna razón, yo sobreviví con tan solo la espalda rota - la voz se me quiebra ligeramente al recordar a todos los que perdí. Mis hijos... Alfred... Gordon... Y tantos, tantos otros...- La guerra empezó porque yo me opuse a él. Y, sin embargo, soy de los pocos que sigue vivo. Supongo que es la manera que tuvo el universo de castigarme. Los muertos descansan. Los vivos... Los vivos nunca encuentran la paz ni son capaces de olvidar...
Ni de dejar de llorar por dentro.
Selina.
Selina admiraba y respetaba aquella capacidad de adaptación. Siempre la había percibido en el Caballero Oscuro; en su forma de moverse, de reaccionar, de enfrentarse a los peligros. Desde sus primeros encuentros, Catwoman había creído reconocer en él a otro superviviente. Y seguramente fuera aquello lo que había alejado tanto de su mente la posibilidad de que alguien como Bruce Wayne se ocultara tras la máscara.
¿Quién iba a pensar que un soltero millonario necesitara saber sobrevivir? Y, sin embargo, una vez lo sabías, todo empezaba a tener sentido.
La muerte de los Wayne en el Callejón del Crimen no era ningún secreto para los ciudadanos de Gotham. Bruce era sólo un crío cuando ocurrió. No importaba cuánto dinero valía su pequeño traje: un niño que presenciaba algo así quedaba marcado para siempre. Gotham también se había tragado a la familia de Selina, aunque de forma distinta. Los había devorado y escupido. Y después sólo había quedado ella.
Pero había sobrevivido. Igual que él. Habían crecido, con un toque de desconfianza aquí y un toque de paranoia allá, pero, al final del día, vivos...
Sólo había una diferencia, una que Selina había creído insalvable: él había decidido abrazar la Ley, y a ella le gustaba saltar por encima.
¿Por qué tomar el camino de justiciero enmascarado? ¿Qué los llevaba a hacer algo así? No era el dinero. No era un pasado distinto. Eso lo sabía. Pero, entonces, ¿qué determinaba que si te convertías en un héroe o en un villano?
Mientras Bruce hablaba del Superman de su universo, Selina volvió a ser consciente de lo delgada que era la línea. De lo fácil que era tropezar y encontrarte al otro lado.
Batman no entró en detalles, pero unas pocas pinceladas bastaron para que Selina visualizara un cuadro lleno de horror. Una dictadura, un gobierno autoritario de la mano de un tipo que volaba y lanzaba rayos por los ojos. ¿Quién se habría puesto de su lado? ¿Quién habría muerto por no hacerlo? Superman le había roto la espalda. Como quien despedaza la portada de un periódico cuando la noticia no le gusta.
"Libertad de elección". "Derecho a la redención". Selina sintió que su pulso se aceleraba. Él... No había cambiado en nada.
- La guerra empezó porque tú hiciste lo que muchos querían hacer, pero no se atrevían - corrigió, en voz baja. Había algo en su estómago que no estaba bien, y estaba segura de que no eran las bayas.
Hubo un silencio. Largo, trémulo. Selina podía sentir el dolor que emanaba de él, y algo más, una certeza hiriente, desnuda.
- Ella luchó contigo - dijo, siendo consciente del pronombre que elegía. No era ninguna pregunta. Lo afirmó, con una seguridad que no debería haber sentido, porque... ¿Acaso no podía haber sido distinto? ¿Acaso la versión de Superman de aquel mundo no era un tirano? Y, sin embargo, Selina no sentía ni un ápice de duda. Lo sabía como sólo podía saberlo ella misma.
Bruce.
La miro fijamente, tratando de encontrar en sus ojos la chispa del reconocimiento.
- Hablas igual que ella - musito, haciendo sin darme cuenta el mismo uso del pronombre para referirme a mi Selina. Asiento ante su siguiente afirmación. - La campaña de Superman incitó una oleada de violencia ciudadana. Multitud de personas, envalentonadas por su discurso, salieron a las calles a tomarse la justicia por su mano. Ladrones de poca monta, carteristas, personas que vivían en la pobreza y hacían lo necesario para subsistir... Gente que había perdido sus negocios y se habían visto en la ruina de la noche a la mañana... Personas pobres con familias a las que mantener... Los seguidores de Superman no discriminaban a ninguno. Salían a la calle armados con sus pistolas y su sentimiento de superioridad moral y disparaban a matar, dejándolos desangrarse hasta la muerte en los callejones mientras que los verdaderos criminales, gente con poder, banqueros sin escrúpulos, empresarios corruptos, arruinaban vidas enteras y familias amparados por la ley y permanecían impunes…
Prosigo con mi relato.
- Mi Selina se rebeló contra eso. Ella defendía a los pobres, los desamparados, la gente a la que la sociedad les había dado la espalda. Un amigo suyo, Joey guiton había sido un mecánico que había perdido su trabajo y su casa. El era uno de esos ladrones de poca monta que robaba para sobrevivir y mantener a su familia. Uno de los que fueron asesinados por la turba alentada por Superman. Robaba bolsos y carteras de coches de lujo pero dejaba siempre las tarjetas de crédito y los documentos de identidad. Él fue asesinado, pero el sistema que le dejó en la miseria seguía en pie. La gente que le dejó en la calle siguió viviendo.
Una pausa.
- Se suponía que Superman tenía que ser el ejemplo a seguir. El modelo en el que todos se miraban. Aquel que todos querían ser. El representaba todo lo bueno, puro e incorruptible de la sociedad. Todo lo que yo no era ni nunca podría ser. Y traicionó todos esos ideales, Selina. Se dedicó a asesinar criminales sin tener que responder por ello y alentó a otros a seguirle. Pero la gente que salió a las calles a seguir sus pasos ni siquiera sabían lo que era un auténtico malvado. Un auténtico criminal. No sabían diferenciar, y les daba igual. Pero Selina conocía la verdadera cara del mal. Siempre lo hizo. Es una de las cosas que…
Me detengo, consciente de lo que estoy a punto de decir y de a quién se lo estoy diciendo.
- Da igual -concluyo, lacónico-. Todo aquello ya terminó.
Selina
“Hablas igual que ella”
Selina sintió algo extraño. Algo que tiró de sus comisuras y la hizo sonreír. Había una pizca de tristeza y una pizca de orgullo impresas en aquella sonrisa.
- ¿Lo ves? Me cae bien - musitó.
Fue como si la conversación hubiera logrado desbloquear y abrir una válvula. En lugar de regresar a un hermético silencio, Batman siguió hablando. Casi como si lo aliviara dejar de guardar aquellos horrores en su interior.
Selina escuchó sin interrumpir. Palideció cuando él habló de las revueltas, de la falsa justicia, de la purga encubierta. Apretó los puños al oír el relato de la muerte de Joey. Conocía muchas historias como ésa. Todas terminaban igual, con un regusto amargo de impotencia.
"Mi Selina". Las palabras se enroscaron en el pecho de la ladrona, como si alguien tanteara la combinación de su caja fuerte. ¿Qué implicaba aquel posesivo? ¿Era una forma de abreviar cuando se refería a la Selina de su mundo? ¿O era... algo más?
Lo cierto era que podía reconocerse en las acciones y las decisiones de aquella Selina. Eso la aliviaba... Y la asustaba al mismo tiempo. Sentía cómo una decena de hilos invisibles empezaba a extenderse hacia ella, probándola, buscando dónde anclarse en ella. Sintió afianzarse uno de ellos, enhebrado en la palabra "Selina"... dirigida a ella.
Tal vez fue eso lo que la impulsó a responder como lo hizo.
- Hay muchas cosas que tú no eres, Bruce. - el nombre abandonó sus labios sin que ella fuera consciente de haberlo pronunciado - Pero "bueno" e "incorruptible"... Ésas no son cosas exclusivas de Superman. Puede que la gente no quiera ser como tú. No te conocen. Se creen todo eso de la oscuridad, el miedo y la venganza. Puede que no sonrías a menudo, ni vistas de azul, rojo y dorado, pero...- se interrumpió y sacudió la cabeza. Se había dejado llevar.
Y no estaba bien. Tenían que hablar de otro Bruce. De otra Selina. No de ellos mismos.
Ahora lo veía. Había afecto hacia la Catwoman de su mundo. Un afecto y una admiración sinceros. Selina sintió un cambio en el latido de su corazón. Aquellos sentimientos... Los hubiera querido para ella. Y justamente eso hacía que se diera cuenta de lo mucho que podían confundirse las cosas si seguían por aquel camino. Si olvidaban que, en realidad, eran dos desconocidos.
Las últimas palabras de Batman fueron una jarra de agua fría. Selina tragó saliva.
- Ella... ¿Qué le pasó? - preguntó.
Bruce.
Sin decir nada inicialmente, empiezo a abrir los enganches de mi máscara, despojándome así de la última barrera que me separaba de ella. Llevo tiempo sin ver a ninguna de las criaturas de Ivy, y, de todas maneras, aunque nunca llegué a saber cómo funcionaba exactamente su poder, dudo mucho que las plantas puedan transmitirle una información muy detallada o exacta, especialmente en la oscuridad de esta noche, en la inmensidad de un bosque tan denso, donde apenas llegan los rayos de la luna. Además... Ya me ha llamado por mi nombre. Si Ivy está escuchando, ya le habrá llegado el mensaje.
- Ella... Se fue -digo, simplemente.
No quiero revelar más información de la cuenta. No quiero sugestionarla si expreso en voz alta mi teoría. No quiero que eso la condicione, que le haga creer que realmente es quien yo quiero que sea. Si mi Selina aún respira en algún lugar dentro de ella, terminará por recordar, y si no... Entonces dará igual.
Selina.
Cuando él depositó el casco a su lado, Selina pudo ver el rostro de un Bruce Wayne algo mayor que el que ella había conocido, con aspecto cansado y algunas entradas grises en las sienes. La mirada de sus ojos azules, sin embargo, era la misma.
Algo se rompió dentro de ella. Parte de la muralla, tal vez. Sintió algo que era, a la vez, tristeza y alivio. En respuesta, una lágrima a la que no había llamado resbaló por su mejilla.
Selina se quedó completamente quieta al sentirla; su cuerpo se tensó, como si necesitara huir. Resistió el impulso de enjugarse el rostro. En la penumbra del bosque, la lágrima podía pasar desapercibida; pero el gesto no lo haría.
Así que “ella se fue”. No le sorprendía nada. Eso es lo que tú haces siempre, ¿verdad, Selina? Te escapas. Huyes. Sobrevives.
Le hubiera gustado ser esa heroína de la que Batman hablaba. La rebelde que se enfrentaba al régimen de Superman. Pero, en el fondo, aquella Catwoman había sido igual que ella.
Se había marchado.
- Deberíamos hacer guardias esta noche - dijo, y su voz le sonó débil y vacilante.
Sabía que estaba repitiendo el patrón. Escapando otra vez. Pero no quería seguir hablando de todo eso, no si su cuerpo iba a seguir traicionándola.
- Sí... Deberíamos descansar. - respondió él - Ha sido un largo día.
- Yo haré la primera guardia - dijo Selina. Tenía demasiadas cosas en mente; sabía que no podría quedarse dormida.
Bruce asintió y se envolvió en su capa.
Así fue como empezó su primera noche en el Laberinto.
_________________
"Nueve vidas, ¿recuerdas?"
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 22nd Marzo 2021, 00:21
El Laberinto. Día 2.
Bruce.
Nos estamos quedando sin agua, así que me veo en la obligación de utilizar el láser para cortar la capa en varias partes más pequeñas que nos puedan servir como trampas de condensación para las plantas. El ambiente es muy húmedo, así que tengo esperanzas de que podremos conseguir algo a lo largo del día. Vamos a tener que ir avanzando, pero, al tratarse de un laberinto, cuento con que pasaremos varias veces por caminos ya recorridos, y trato de visualizar en mi mente las localizaciones que más plausiblemente volveremos a recorrer por encontrarse en encrucijadas y lugares por los que será necesario pasar más de una vez.
Una vez localizadas las posiciones idóneas, voy cerrando las trampas de condensación en torno a diferentes ramas y arbustos utilizando pequeños cordeles para mantenerlas selladas. Necesitarán pasar varias horas al sol para empezar a generar algo, pero cualquier gota puede llegar a ser crucial.
Una vez dispuestas las trampas, rasgo en dos mi camiseta y anudo cada sección en torno a cada una de mis piernas para recorrer las zonas donde la vegetación está más alta en las primeras horas de la mañana, impregnándolas de rocío que después exprimire en el interior de la botella. Necesitaremos encontrar frutas con mayor contenido en líquidos que las bayas de anoche, y sería fantástico si pudiéramos cazar algo. En Gotham hay animales salvajes pequeños, como ardillas, ratas y mapaches. Espero que alguno de ellos se haya sentido atraído hasta este lugar.
Para cuando Selina se despierta, ya he terminado de recoger el rocío y me he vuelto a colocar el casco.
- Deberías quitarte toda la ropa que no sea estrictamente necesaria -le recomiendo, en un tono eminentemente informativo y práctico-. Durante la noche se notó menos, pero en cuanto empiece a apretar el sol vas a notarlo mucho con el cuero, y no podemos permitirnos el lujo de perder agua por el sudor. Debemos mantenernos lo más hidratados posible.
Selina.
Cuando Selina abrió los ojos, descubrió que Bruce había estado ocupado. Se desperezó, conteniendo una mueca. Sus brazos y piernas se habían entumecido tras una noche durmiendo en el suelo, y la humedad se le había metido en los huesos.
- Buenos días, Gotham - musitó, entre dientes. Tras la breve paz que le había traído el sueño, lo sucedido el día anterior estaba regresando a su mente.
Batman se aproximó, de nuevo con la máscara puesta.
- ¿"Estrictamente necesaria"? - repitió. Se preguntó qué era estrictamente necesario para Batman. Supuso que la máscara... y la ropa interior. - Esto es un traje de una pieza - señaló el mono que se ajustaba a su cuerpo, dejando que él captara las implicaciones.
Por mucho que le divirtiera imaginar la reacción del Murciélago si se desnudaba, Selina no estaba dispuesta a poner tanto de sí misma a disposición de mosquitos, arañas y plantas con espinas.
- ¿Puedes prestarme uno de esos... batarangs? - dijo. Se le había ocurrido una solución intermedia.
Él se lo tendió. El objeto no estaba pensado para cortar tela, pero Selina logró, finalmente, desprender las dos mangas del traje. También se bajó la cremallera, lo justo para no atentar contra la decencia de Bruce. Dejó las perneras como estaban: no creía que librarse de ellas fuera una buena idea. Afortunadamente, ella no tenía que llevar máscara, se había dejado los guantes en el invernadero, y llevaba el pelo lo bastante corto como para que no resultara un problema.
- Tendrá que servir - dijo, devolviéndole el batarang a su compañero.
- De acuerdo, pongámonos en marcha. - respondió él.
Después de algún tiempo en silencio, él decidió preguntar algo que debía de llevar rondándole la cabeza algún tiempo.
- ¿Cómo era el Batman de tu mundo?
No era una pregunta inesperada. Por muy estoico que fuera, él tampoco era inmune a la curiosidad. Selina siguió andando, preguntándose cuál era la mejor respuesta. Optó por la verdad, desnuda y directa.
- Era... - el tiempo verbal aún dolía - Era como tú. Algo más joven, y sin... - hizo un gesto hacia el dispositivo de su espalda. Ni siquiera sabía cómo había podido reponerse Bruce de aquella lesión. Cómo era posible que andara. Cómo era posible que no estuviera muerto. - Pero... Era como tú.
Sintió que tenía que elaborarlo un poco.
- La misma forma de hablar. El mismo código. La misma manía de... Hacer lo correcto - se detuvo de golpe - Nightwing me dijo que murió en la India. Luchando contra Trigon. - añadió, con un hilo de voz.
Bruce.
Asiento en silencio.
- Amritsar. Fue el lugar en donde aparecí yo. Utilicé una caja madre para viajar hasta vuestro universo desde el mío hace justo un año, pero por alguna razón que inicialmente no comprendí, permanecí en una especie de... Suspensión hasta hace unos días.
Decido explicarle mi teoría.
- Hasta que no murió vuestro Bruce, no se me permitió a mí aparecer; y, en lugar de hacerlo en Gotham, que eran las coordenadas que había introducido yo, aparecí dónde había muerto él. Es como si este universo no permitiera dos versiones iguales de la misma persona, y me hubiera mantenido en suspensión hasta que el otro Batman murió.
Dejo que esa idea se asiente en ella.
- ¿Sabes? Me resulta muy curioso... En dónde yo vengo, la mayoría de los que conozco están muertos pero yo sobreviví. En este universo, en cambio, es al contrario... La mayoría de mis conocidos siguen vivos, y yo estoy muerto. No me cabe duda de que es lo que vuestro Batman habría querido: dar su vida para salvar la de los demás. Es lo que yo habría querido en mi mundo. No sé si te sirve de consuelo, pero.... Bueno, no sé qué relación tenías con él... Antes dijiste que fuiste a su funeral. Espero que te ayude en algo.
Siempre se me han dado mal este tipo de conversaciones. Siento que me bloqueo y no soy capaz de transmitir lo que quiero decir. En este caso, además, es particularmente complicado, porque... ¿Cómo le preguntas a la persona a la que amas por los sentimientos que albergaba hacia una versión distinta de ti mismo? Sería difícil incluso si yo no fuera... Bueno, yo.
Selina.
La revelación sorprendió a Catwoman. Era como si el Universo tuviera que dar su permiso para que existiera una única versión de uno mismo. Esa versión, y no otra. Supuso que habría alguna razón que sólo los físicos entenderían, algo parecido a las paradojas de los viajes en el tiempo. De algún modo, un Bruce había tenido que morir para que pudiera llegar el otro. Era... Muy cruel. Y también implicaba otra cosa. Si ella existía, si ella seguía viva, entonces... su Selina…
Se le hizo un nudo en el estómago. Él lo habría deducido mucho antes, por supuesto. Ella era la viva negación de la Selina que conoció. Y, aún así, intentaba consolarla por la muerte de su Bruce.
- Teníamos... No sé qué teníamos - reconoció, despacio - Al principio, él quería que me reformara, que devolviera los botines, esas cosas. Después... colaboré un tiempo con él. Tuvimos... problemas. Lo hirieron. Me reveló su identidad. - se miró las manos, ausente - Pareció que nos acercábamos. Pero después... desapareció. Y lo siguiente que supe fue que había muerto.
Hizo una pausa.
- Fui al funeral porque quería... Despedirme. - se encogió de hombros - Supongo que sí. Ayudó.
Selina hizo una pausa. Había algo a lo que llevaba un rato dando vueltas. Algo que necesitaba aclarar.
Tragó saliva. Se pasó una mano por el corto cabello negro, apartando los mechones húmedos de su frente. Era un intento de ganar tiempo y ordenar sus ideas antes de volverse hacia él y mirarlo a los ojos.
- Batman... no, Bruce - dijo - Imagino que todo esto es... Difícil para ti. Al menos sé que es difícil para mí. Y... Tal vez deberíamos... Empezar de cero.
Sostuvo su mirada y tendió una mano hacia él, vacilante.
- Soy Selina Kyle - dijo, simplemente. Al menos, ése era el nombre que le habían puesto. Aunque la mayor parte del tiempo se sintiera mucho más cercana a Catwoman.
Bruce.
La miro fijamente durante un instante, sin decir nada.
Ya no soy la misma persona que fui hace diez años. El hombre frío y racional que anteponía su lucha a todo lo demás. El hombre que lo sacrificó todo en el altar de la justicia. Mi felicidad, mi vida, mi relación con mis hijos... El amor... Lo único que me importaba era la cruzada. Y sí... Una parte de él seguirá siendo siempre parte de mí, porque la cruzada es lo que define lo que soy, quién soy y por qué. Por qué estoy aquí.
Sé perfectamente lo importante que es mi misión para el mundo, especialmente después de la guerra contra Superman. Pero, precisamente, esa guerra me ayudó a entender que hay otras cosas importantes en la vida. Cada vida que me fue arrebatada me hizo darme cuenta de todo el tiempo perdido. Los abrazos que nunca llegué a darle a Dick, las palabras que nunca llegaron a pronunciarse en voz alta, aunque me quemaban el alma. He aprendido a la fuerza a valorar y respetar lo que la vida te da, porque sé que, de un momento a otro, te lo pueden arrebatar. Ya no estoy dispuesto a seguir dejando pasar oportunidades como ésta.
El Batman de hace diez años posiblemente habría rechazado aquel acercamiento con Selina Kyle. Pero yo ya no soy ese hombre, y ella... Ella, para mí, ya no es Selina Kyle. Es mi Gata... La mujer con la que he compartido los últimos ocho años de mi vida. La mujer con la que iba a casarme. Para mí, ya nunca podrá ser una desconocida, incluso aunque, técnicamente, nos acabemos de conocer.
Lentamente, me vuelvo a quitar el casco para poder devolverle la mirada de igual a igual. Una mirada serena y tranquila porque, aunque he perdido a la Selina Kyle de mi mundo, no la he perdido del todo. Una parte de la mujer a la que amo siempre estará en la que en estos momentos me tiende amigablemente su mano. Un gesto que tampoco habría tenido la Selina de hace diez años.
- Encantado, miss Kyle -musito, estrechando con suavidad aquella mano esbelta-. Yo soy Bruce Wayne.
Esto me trae recuerdos de sofisticados bailes de salón en lujosas galas benéficas, de visitas al teatro y la ópera, de cenas en restaurantes de comida italiana mientras nos referíamos cada uno a nuestros nombres secretos. Las verdaderas máscaras tras las que nos ocultábamos en realidad. El murciélago y la gata.
Durante un instante, el tiempo se detiene mientras me pierdo en la inmensidad felina de sus ojos verdes, pero, entonces, un súbito sonido me hace ponerme en alerta. De inmediato, me pongo ante ella, indicándole con un gesto que guarde silencio mientras un gigantesco jaguar, hecho enteramente de plantas y lianas entretejidas, pasa ante nosotros, mirándonos con unos ojos que parecen de otro mundo.
Le indico que no se mueva, y permanecemos inmóviles, observando al felino hasta que ha pasado de largo, sin intentar atacarnos. ¿Qué está pasando aquí?
- Selina, esto es serio -digo, recuperando de nuevo la gravedad en la expresión- ¿Desde cuándo Ivy puede crear criaturas vegetales? ¿Y por qué estabas colaborando con ella? ¿Por qué permitiste que le hiciera esto a la ciudad? -no puedo evitar que mi tono salga levemente a la defensiva, al recordar por las palabras de Ivy que Selina y ella han estado trabajando juntas-. ¿Qué es lo que está pasando con Ivy? ¿Lo sabes? - y añado otra pregunta, aún más acuciante - ¿Y por qué aún sigo vivo?
Una repentina sensación de desconfianza se apodera de mí. ¿Y si todo esto no es más que una artimaña de Ivy? ¿Y si ha mandado a Selina para que me manipule con algún objetivo? No tiene ningún sentido que nos haya encerrado aquí, sin intentar matarme.
Mientras siga vivo, yo soy una amenaza para ella.
Selina.
Su mano era firme, callosa. Selina no dijo nada mientras se la estrechaba. Aunque era ella misma quien había propuesto el gesto, estaba abrumada por la confianza que traslucía la ausencia de la máscara y el nombre pronunciado en voz alta, sílaba a sílaba.
Sus miradas unidas y sus manos entrelazadas conjuraron en ella una intimidad tan estrecha que sintió que podía extender la otra mano y acariciarle el rostro.
No llegó a hacerlo. Algo reclamó su atención. Un felino... Hecho de plantas... 50% bien, 50% mal.
- No lo sé - respondió Selina a la pregunta, tensa por la aparición del jaguar - Nunca la he visto hacer esto. Y tampoco es que yo pueda impedirle nada. ¿No se supone que ésa es [i]vuestra[/] tarea? - enarcó las cejas. - Ivy está... Rara. Pero no se ha dignado a contarme lo que le pasa. - frunció el ceño - Y no sé por qué no te ha matado. Ni por qué no me ha matado a mí. Llevo preguntándomelo dos días.
Bruce.
No tengo manera de saber si miente, pero no puedo permitirme bajar mis defensas. Necesito recordarme que no conozco a esta mujer, y que a menudo Selina ha emprendido acciones cuestionables, motivada por razones que ella creía justificadas. Incluso mi Selina me traicionó una vez, haciendo lo que ella creyó que era lo mejor para mí. Haré bien en tenerlo presente.
- Está bien... Continuemos. - le digo.
_________________
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 23rd Marzo 2021, 02:16
El Laberinto. Día 7.
Bruce.
La rata se desplaza con tranquilidad, olisqueando el suelo entre los matorrales totalmente ajena al peligro que la acecha. Las ratas de Gotham están mal acostumbradas porque no han tenido que defenderse nunca de depredadores naturales... Hasta ahora.
La primitiva lanza que confeccioné hace unos días corta el aire hasta empalar certeramente el redondo cuerpo del animal contra el suelo. Me dirijo hasta donde se encuentra el cadáver y, desclavando el palo, la cojo y la sujeto a mi cinturón junto con el resto de pequeñas alimañas que he cazado antes de regresar al improvisado campamento donde ya Selina ha encendido un fuego con restos de palos y lianas caídos en el suelo. Le entrego a ella una de las ratas y comenzamos a despellejarlas antes de ponerlas en el fuego. Todo ésto me recuerda a los años que pasé fuera de Gotham cuando estaba entrenándome para convertirme en lo que soy hoy. Una espesa sombra de barba cubre ya mis facciones volviendo irreconocible a Bruce Wayne, por lo que ni me molesto ya en usar la máscara. Tuve que dejar enterradas las piezas de la armadura en uno de los campamentos en donde estuvimos a falta de la capa para transportarlas, pero la máscara la llevo siempre conmigo, colgada del cinturón para cuando sea necesario volver a ponérmela. Mientras los animales se hacen al fuego, repaso una y otra vez el plano del laberinto que he trazado con un palo en el suelo. Lo he estudiado en mi cabeza tantas veces que ya me lo sé de memoria. Una cosa que tengo clara es que debemos de encontrarnos a las afueras de la ciudad porque en todos estos días no hemos encontrado ningún edificio ni ningún otro habitante. Sea como sea, el lugar es inmenso, lo cual está dificultando considerablemente el proceso de encontrar la salida.
He procurado mantenerme más distante con Selina porque no puedo estar seguro de poder confiar plenamente en ella. Se parece mucho a mi Gata, habla como ella y parece compartir las mismas opiniones que ella, pero no puedo olvidar que la encontré junto a Ivy y que puede formar parte de su retorcido plan, sea cual sea. No consigo entender por qué nos ha encerrado aquí juntos, en un paraíso natural con abundancia de frutas y medios para sobrevivir, como los proverbiales Adán y Eva. Ésto no es propio de Pamela. Maté a su planta carnívora después de haberla gaseado con pesticida y, sin embargo, no ha llegado a hacerme ningún daño real. Soy su enemigo, sabe que supongo una amenaza para sus planes y me encuentro literalmente en sus dominios. Estoy seguro de que en cualquier momento podría ordenar a estas lianas que me estrangularan mientras duermo, o a esas extrañas criaturas hechas de plantas que no paramos de encontrar que nos ataquen, pero no lo hace y no puedo entenderlo. La Ivy que yo conocía no era necesariamente malvada, pero sí era impulsiva y pasional, lo cual la llevaba a cometer actos criminales sin pensar. Esta tortura prolongada no es propia de ella y no puedo evitar preguntarme qué papel cumple Selina en sus planes, aunque ella afirma no saber nada. Ojalá pudiera creerla, pero por desgracia no sería la primera ni la última vez que Selina me traiciona.
¿Cuáles son tus planes, Ivy? ¿Qué pretendes conseguir? ¿Por qué me has encerrado aquí? Sería tantísimo más simple acabar conmigo de una vez y terminar con todos tus problemas... Quizá no sabes aún que no soy el Batman que una vez conociste... ¿Quizá el anterior Batman tenía algo o sabía algo que tú necesitas? ¿Había asuntos sin resolver entre los dos?
¿Por qué me mantienes vivo?
Selina
Tras varios días comiendo lo mismo, a Selina se le habían pasado las ganas de bromear acerca de gatos y ratones.
Al principio no se había sentido demasiado cómoda con la idea. Pero, para su sorpresa, descubrió que comer roedores no le resultaba tan desagradable como había creído. Tras cinco días comiendo plantas, había resultado gratificante contar con algo de carne en el menú.
Durante el viaje, Bruce le había enseñado algunos trucos: cómo encender un fuego, cómo recoger agua de las trampas de condensación, cómo tratar heridas cuando sólo contabas con el botiquín de la naturaleza. Pero, salvo por aquellas lecciones improvisadas, el Murciélago se mantenía algo distante, y Selina se preguntaba si se debía al Laberinto o a ella.
No habían indagado más el uno en el otro. No habían hecho más preguntas personales. Ahora sabían que podían trabajar juntos, sobrevivir juntos. Y hubiera sido un hallazgo alentador de no ser porque su encierro estaba durando demasiado. Ivy no los había matado. Ni a su enemigo acérrimo, ni a su amiga traidora. Eso era algo que pesaba en el ambiente, que los confundía a ambos. Al principio, la pregunta que flotaba en el aire era... ¿Por qué? Pero, al cabo de los días, la preocupación de Selina se había desplazado a otro lugar. ¿Cuánto tiempo iba a tenerlos ahí dentro? ¿Cuántas semanas permanecerían aislados, lejos de la civilización? ¿Por cuánto tiempo tendría que alimentarse de hierbas y ratas? ¿Qué estaba ocurriendo fuera?
Se escuchó un súbito crujido cuando su compañero partió en dos la rama que estaba usando para tarzar surcos en la arena con una exclamación frustrada. Selina se tensó, alerta, buscando el origen del sonido, pero al comprender lo sucedido, sus hombros se relajaron. Alcanzó otra rama de la pila de la leña y se la lanzó, esperando que él la cogiera al vuelo, cosa que hizo.
- ¿Cuántas leyes de Gotham había incumplido esa rama? -preguntó, tratando de aligerar la tensión entre ambos.
Bruce.
Dejo escapar un bufido y me limpio el pegajoso sudor de la frente, agotado. Ésto no es propio de mí.
- Es... La frustración. Aparecí un año después de lo previsto, a miles de kilómetros de las coordenadas originales, en una ciudad invadida, sin ninguna manera de contactar con la Liga de la Justicia o con Alfred y sin los medios para ejercer una resistencia real contra los demonios. Lo único que pude hacer fue ayudar a la gente a escapar de la ciudad. Finalmente consigo regresar a Gotham y me encuentro conque Ivy la ha convertido en su patio de juegos, y cuando intento hacer algo para impedirlo termino encerrado aquí. Desde que he aparecido en este universo no he podido hacer nada útil. Llevo una semana en Gotham y aún no he podido.... No he podido ver a mi hijo -completo con un hilo de voz. Sintiéndome derrotado, me dejo caer sentándome sobre una piedra con la cabeza entre los brazos, sin mirar a Selina. Al cabo de un momento, vuelvo a mirar al frente-. Estamos en plena invasión demoníaca y él ni siquiera sabe que sigo vivo, y cuanto más tiempo pase aquí, y el esté ahí fuera luchando solo, más probable es que le pase algo, que acabe muerto sin haber tenido la oportunidad de... de decirle todas las cosas que no le dije nunca... No quiero perderle de nuevo, Selina -concluyo con voz ahogada.
Es tan sencillo hablar con ella de la misma forma que hablaba con mi Gata, que se me olvida... que no son la misma persona... O quizás sea que, en el fondo, no deseo recordarlo.
Selina
Selina se mordió la lengua para no hacer la pregunta en voz alta: ¿A cuál de todos sus "hijos" se refería? Había conocido a unos cuántos Robins a lo largo de los años. A veces, una no sabía cuál era cuál. Pero aquél no era el mejor momento para hacérselo notar, claro. Igual que no podía decirle que se relajara en relación a Gotham. Para aquél hombre, la ciudad lo era todo.
¿A quién pretendía engañar? Le dolía verlo tan abatido. Quería consolarlo. No era el momento de bromear, pero tampoco podía abrazarlo. Finalmente tendió la mano, dejándola sobre su hombro; un toque ligero, casi como el de un fantasma.
- Deberías confiar un poco más en tu hijo, Bruce -le dijo en voz baja-. Seguro que aprendió unos cuantos trucos cuando aún llevaba pantalones cortos. Puede que él se esté ocupando de solucionar... Ésto -señaló las plantas con la mano libre-. Puede que Gotham pueda sobrevivir aunque te tomes un día de vacaciones.
"O siete", se dijo, desanimada.
Bruce.
Suspiré, pasándome las manos por la cara, agradeciendo en silencio su gesto. No hice nada por apartar su mano, pero tampoco hice nada por corresponderla. No sabría cómo.
- Espero que tengas razón -digo, aunque sé que la tiene. Si el Dick de este universo se parece en algo al mío sé que será todo cuanto habría podido desear y más...
Oh, Dick... Siempre estuve tan orgulloso de ti... Y tuviste que morir sin que llegara a tener la ocasión de decírtelo... Sé que eres capaz, muy capaz... pero no puedo evitar éste miedo irracional que me embarga ahora que por fin te he recuperado. El miedo a perderte de nuevo... Es la necesidad que tengo siempre de mantener el control sobre las cosas, y especialmente contigo, después de lo que pasó... Necesito hablarte... advertirte sobre Damian...
Hago un gesto con la cabeza para apartar éstos pensamientos que no conducen a nada y le dedico a Selina una de las pocas sonrisas que he esbozado estos últimos días antes de regresar con ella junto a la hoguera para reponer fuerzas. Sólo Dios sabe cuándo podremos salir de aquí.
El Laberinto. Día 10.
Selina
Al final, tuvieron que regresar al lago. Deshicieron lo andado, guiados por las marcas de los troncos: un corte cuando la senda llevaba a alguna parte; dos cuando el camino estaba cortado. Con suerte, rehacer el camino les llevaría mucho menos tiempo ésta segunda vez, pero no tenían otra opción. Necesitaban reabastecerse de agua, lavar la ropa y darse un buen baño. Llevaban diez días sin dejar de andar por el fango y la maleza, el clima los hacía sudar continuamente, y los arañazos y cortes que se habían hecho desollando los animales o con las espinas de las plantas empezaban a tener mal aspecto.
Lo primero que hizo Selina fue correr hasta la orilla, arrodillarse junto al lago y llenarse de agua el cuenco de las manos. Se echó agua en la cara, bebió hasta quedar saciada y después hundió la cabeza en el lago. Cuando la sacó, tenía el pelo empapado y el agua fresca resbalaba por su rostro y su cuello como una bendición.
- ¿No vienes, Murciélago? -lo llamó, sonriendo de oreja a oreja.
Notó que él se la quedó mirando durante más tiempo del que habría sido necesario, y, por primera vez desde que se habían quedado atrapados allí, parecía haber perdido su eterno estoicismo. Finalmente apartó la vista, azorado y algo avergonzado, pero no respondió, al menos no con nada que sonara coherente. Selina esbozó una sonrisa, satisfecha con su pequeña victoria. Y no era lo único de lo que se alegraba: la perspectiva de quitarse la ropa y darse un baño después de tantos días la entusiasmaba.
- Hum... Quieres bañarte tu primero mientras yo lavo mi ropa, Selina?
La aludida parpadeó y alzó las cejas cuando su compañero empezó a desnudarse a pocos pasos de ella. Cualquiera diría que para él era más sencillo quitarse los pantalones que la máscara.
- Oh -se obligó a alzar la vista. Tenía entendido que había que mirar a la gente a la cara cuando hablaba- Ya. Supongo que no es... estratégicamente correcto que nos bañemos juntos.
- ¿Estratégicamente? -repitió él alzando una ceja-
- Por si Pam decide atacarnos -sonrió ella, divertida.
- Hum.
Él emitió un sonido difícil de clasificar, y Selina lo añadió a su contador. Le dedicó una sonrisa antes de que él se volviera para atender su colada. Se quitó las botas y bajó la cremallera de su traje. Aprovechó la ocasión para dejar que sus ojos se deslizaran por la silueta de Bruce, que tan amablemente había puesto a su disposición. La mirada de Catwoman resiguió el dispositivo de su columna, espalda abajo, y después se aseguró de comprobar el resto. Dejó caer su traje al suelo, satisfecha, y después se liberó de la ropa interior. Aprovechó para estirar perezosamente su cuerpo desnudo, disfrutando de los rayos de sol. Los árboles de Ivy eran tan espesos que hacía días que no se bañaba con aquella claridad.
Buscó una orilla lo bastante escarpada como para poder zambullirse directamente en el agua. Alineó su cuerpo, sintiendo que sus músculos protestaban por los largos días de caminata. Entonces saltó y se sumergió con un sonoro chapoteo. Emergió con una sonrisa salvaje en el rostro y sacudió la cabeza, haciendo que las gotas de agua saltaran en todas direcciones. Hacía mucho que no disfrutaba tanto de aquella sensación; la ligereza del cuerpo, la sensación de frescor, la satisfacción de saber que la suciedad de los últimos días se estaba desprendiendo de su piel. Dio unas cuantas brazadas y se sumergió de nuevo, buceando un trecho.
Cuando emergió, Bruce se había alejado, de vuelta al campamento, y eso hizo que se sintiera ligeramente decepcionada.
Selina se tomó su tiempo para librarse del barro y el sudor, y después se quedó un rato en la orilla soleada, aprovechando para lavar su ropa. El mono de cuero no estaba pensado para limpiarse así, pero, tras cortarle las mangas, ya lo daba por perdido. Tras echar un vistado a su alrededor, comprobó que los pantalones de Bruce no estaban por ninguna parte. Supuso que se los habría llevado a algún sitio para secarlos, así que, cuando toda su ropa estuvo limpia, Selina la cogió en sus brazos y se la llevó de vuelta al campamento, preguntándose si él le permitiría compartir su tendedero.
Sonrió agradecida al ver que él había encendido una hoguera. Aunque su piel se había secado deprisa, su cabello seguía húmedo, y el breve trayecto por el bosque la había privado del calor agradable del sol. Se sentó junto al fuego, entrecerrando los ojos mientras emitía un sonido de apreciación, no demasiado distinto a un ronroneo.
Bruce.
Había sido muy aguda, eso tengo que admitirlo, pero estas situaciones siempre me hacen sentir incómodo, así que termino de lavar la ropa y me dirijo al bosque, a buscar algún lugar al sol en el que tenderla para darle privacidad durante su baño. Después me dedico a recoger ramas secas que puedan prender bien, frutas y vegetales comestibles y a llevarlos al campamento. Una vez allí, enciendo la hoguera y alimento el fuego para que tenga donde secarse cuando salga del lago.
Cuando regreso de preparar los frutos la encuentro allí, junto a la hoguera, con las llamas trazando hermosos dibujos sobre su piel desnuda, y de repente me veo inundado de recuerdos de noches pasadas en la alfombra de la mansión, al calor de la chimenea, y todo cuanto deseo es tocar su rostro, besarla y caer juntos en un abrazo eterno. Pero aquellos días de paz me parecen ahora tan lejanos....
A veces la miro y me parece estar viéndola a ella... Mi Gata... Pero no lo es, y mi Selina se ha ido, posiblemente para siempre.
En mi mundo siempre tuvimos ese extraño juego de pasiones secretas y deseos prohibidos, y tengo la impresión de era igual entre ella y su Batman. Si me acercara ahora a ella... Si me arrodillara a su lado junto al fuego y me contemplara en los profundos pozos de sus ojos verdes.... ¿Vería reflejado en ellos el mismo anhelo? Si iniciara el camino que conduce hasta el refugio seguro de sus labios... ¿Los encontraría dispuestos y ávidos por recibirme? Quizá... Pero no sería más que una fantasía, y al despertar, el momento compartido sería como un sueño que se desvanece. Porque ésta no es la Selina que estaba dispuesta a renunciar a todo para pasar el resto de su vida junto a mi. Y por muy maravilloso que fuera, sé que, una vez lográramos salir de aquí, ella se marcharía, como tantas otras veces en el pasado.
Hizo falta que estuviera a punto de morir varias veces en mi universo para que decidiera que quería estar a mi lado. Nunca llegamos a hablarlo. Simplemente un día nos volvimos a encontrar algún tiempo despues de su traición y esa noche la pasamos en mi casa. Y la siguiente, y la siguiente después de esa. Y las siguientes noches de los siguientes ocho años. Pero ésta Selina no ha pasado por las mismas experiencias vitales. Para ella, si llegara a producirse un acercamiento físico entre los dos, no sería más que un juego. Y es un juego que yo ya no estoy dispuesto a jugar. No después de lo que hemos vivido juntos. Así que simplemente recojo su ropa y me alejo de nuevo.
- Selina, he dejado tu ropa tras esos árboles de allí, junto a la mía. Voy a bañarme yo ahora.
Dios sabe que me hace falta el agua fría.
Selina
- Claro. Mantendré el fuego encendido -respondió Selina.
Él se alejó hacia el lago, y ella permaneció un rato quieta, mirando las llamas. Se preguntaba si sería tan mala idea prender fuego al laberinto. Abrirse camino por la fuerza. Suspiró. Muy espectacular, pero poco práctico. Batman no lo aprobaría.
Echó una rama seca a la hoguera mientras sus pensamientos recorrían de nuevo los mismos senderos. Ivy y su misterioso comportamiento. La finalidad del Laberinto. Un Bruce Wayne de otro mundo. No sabía qué iba a implicar todo eso para ella. Si no moría en la trampa de Ivy, seguiría teniéndola como enemiga. Pam no olvidaría fácilmente su traición, y Selina sabía que podía ser implacable. ¿Y qué pasaba con Bruce? ¿Qué pasaría si seguían encontrándose? ¿O si permanecían en el laberinto mucho tiempo más? A ratos olvidaba que no era el mismo Batman que la había perseguido y acorralado en los tejados. Que no era el mismo al que había arrastrado hasta su apartamento para curarle las heridas.
Al cabo de unos minutos, Selina apartó la vista del fuego, sacudiendo la cabeza como para ahuyentar las ideas. El sol estaba alto en el cielo, y Bruce no tardaría en volver de su baño. Se incorporó, dispuesta a preparar algo de comer para los dos. Habían desenterrado varios tubérculos comestibles: patatas, boniatos y rábanos que podían asar en el fuego. También habían cazado un par de ardillas. Selina se dispuso a desollarlas. ¿Dónde estaba el cuchillo que solía usar Bruce? En alguno de los bolsillos de aquel cinturón de utilidades, suponía. Primero se puso el mono, que ya estaba prácticamente seco. No quería quemarse la piel con alguna chispa de la hoguera mientras cocinaba. Después, buscó el cinturón por el campamento y lo encontró al pie de un árbol, junto a las botas del Murciélago. Siempre la había fascinado aquella cinta repleta de bolsillos. Había visto salir toda clase de artilugios de su interior; batarangs, reactivos, ganzúas, antídotos... Se preguntó si sería posible encontrar una navaja entre todas aquellas cosas. Aunque, si era totalmente sincera, tampoco le importaba rebuscar.
Encontró el cuchillo antes de lo que esperaba, pero decidió abrir el resto de bolsillos de todas formas. Varios objetos electrónicos que no supo identificar, varios tubos que contenían líquido, algo que parecía un transmisor... Cuando abrió el último bolsillo, un anillo captó de inmediato la atención de Selina. Se quedó completamente quieta en el borde del claro, con la mirada atrapada en la delicada banda de platino y el diamante al que sostenía. Era un anillo de compromiso o de boda, hecho para una mujer. Selina sintió que su pulso se aceleraba. Aquello valía muchísimo dinero. La fascinaba. Sintió el deseo de tocarlo, de ponérselo en el dedo... No podía apartar los ojos de aquella maravilla. Entonces, creyó oír los pasos de Bruce acercándose. Y la ladrona dentro de ella actuó por instinto, haciendo desaparecer el anillo en el bolsillo interior de su traje.
Bruce.
Mientras estoy en el agua repaso una y otra vez el plano en mi cabeza. Después de diez días hemos probado casi todos los caminos y creo que sé cuál es el sendero que tenemos que tomar ahora. Estoy prácticamente convencido de que ésta vez podremos conseguirlo. Observo mi reflejo en el agua, con la barba de varios días, pero no dispongo de los medios para afeitarme, así que la estética tendrá que esperar hasta que llegue a la mansión. Me pregunto qué dirá Alfred cuando me vea.
Salgo del lago y, a falta de una toalla, sacudo la cabeza para quitarme el máximo posible de agua. Después me dirijo a dónde dejé las ropas y encuentro allí a Selina, ya completamente vestida. Tiene una expresión inusual...
- ¿Ocurre algo? -pregunto, extrañado.
- Nada... Otro de esos animales de hojas -responde ella de inmediato. La respuesta le ha salido de manera natural, pero algo me resulta sospechoso, aunque no sabría decir qué... Tengo que recordar que a Selina siempre se le dio bien mentir.
- Ok... -respondo con cautela mientras me acerco para vestirme. La ropa aún está húmeda, pero confío en que terminará de secarse junto al fuego-. Creo que ya sé cómo salir de aquí.
- ¿Oh? -eso llama de inmediato su atención, por supuesto. Se inclina más hacia mí, dispuesta a escuchar.
- He descartado todos los caminos tomados hasta ahora y, dentro de las opciones restantes, las más improbables. Diría que se cuál es el camino a seguir con un margen de error del 5% -le explico mientras nos dirigimos de nuevo hacia la hoguera para comer.
Selina arquea las cejas, aparentemente impresionada.
- Supongo que seguimos sin tener ni idea de qué nos espera al otro lado -musita.
- En base a la extensión del terreno, que únicamente podría encontrarse a las afueras de Gotham, contando con que el norte se encuentra en aquella dirección, y teniendo en cuenta el tiempo que estuvimos recorriendo el lago dentro de la planta, calculo que si vamos en la dirección donde creo que se encuentra la salida iremos a salir muy cerca del jardín botánico y el antiguo invernadero. Tiene sentido, supongo, que la entrada del laberinto parta de sus dominios.
- De vuelta a la boca del lobo, entonces -por alguna razón, esto parece inquietarla-. Escucha, Bruce. Hay algo que sí sé de Pamela: Ha estado reuniendo material inflamable y explosivos en el jardín botánico. No sé cuál es el objetivo; hasta ahora no coleccionaba ese tipo de cosas. Si ésto funciona y terminamos regresando allí... Bueno, será mejor que tengas cuidado.
- Sí, lo sé. Gordon me lo dijo. La única razón por la que Ivy podría querer usar explosivos sería para hacer explotar sedes de grandes empresas que supongan una amenaza para ella o el medioambiente. No puede ser en Gotham porque ya se encuentra bajo su dominio. Por desgracia hasta que no llegue a la batcueva no podré hacer una suposición de cuáles podrían ser los objetivos, ya que no estoy familiarizado con las grandes empresas y compañías de este nuevo universo. Ivy no utilizaría los explosivos en el invernadero, no le haría eso a las plantas. Puedes estar tranquila por eso. En realidad pienso que existen grandes probabilidades de que únicamente quiera quitar de en medio todo lo que pueda suponer una amenaza para ella o sus hijas, aunque nunca se puede descartar nada hasta estar cien por cien seguro -La miro un instante antes de inquirir, vacilante:- Selina... ¿qué harás cuando salgamos de aquí? Asumo que tienes donde quedarte, ¿verdad?
- Tengo donde dormir, siempre y cuando las plantas de Pam no se hayan cargado mi ático -murmura ella, incómoda. Yo suspiro, armándome de valor para lo que quiero decir a continuación:
- Selina... Sé que hasta ahora te he tratado con desconfianza porque estabas trabajando con Ivy, pero... Si realmente te pusiste de mi lado aquella noche... Si realmente quieres ayudarme...
He repasado en mi mente una y otra vez las palabras que le escupió Pamela cuando estábamos inmovilizados por las lianas. Pamela es pasional, y aquellas palabras parecían demasiado genuinas como para ser fingidas. La decepción hacia Selina, el hastío, como si su compañera la hubiera traicionado... Parecía todo demasiado real. Extiendo una mano para rozar la suya, dubitativamente.
- Si estás en problemas o piensas que Ivy podría querer algo contra ti... En mi universo siempre hubo una habitación para ti en la mansión, y estoy seguro de que tu Batman habría dicho lo mismo.
Selina
Selina suponía que tenía razón. Una cosa era que Pamela se... Comportara distinto. Pero que pretendiera hacer saltar Gotham por los aires... Eso no era posible, ¿verdad?
Y aún así...
No sabía que Batman estaba vivo. Por eso se había puesto de su parte aquella noche: sin una ventaja, sin un plan. Lo había arriesgado todo, y había... ¿Qué? ¿Acertado? ¿Cometido el error de su vida? Una parte de ella sabía que no sería buena idea volver a casa. Y probablemente tampoco fuera buena idea dejarse ver en Gotham, al menos por un tiempo.
El roce de su mano hizo que la piel de su brazo se erizara. Un latido se desacompasó del resto.
Algo en ella sentía que había valido la pena. Algo en ella sabía que lo volvería a hacer.
Una habitación en la mansión Wayne. Eso... No lo esperaba. "Siempre hubo una habitación para ti en la mansión". ¿Qué implicaba eso? ¿Era una habitación cualquiera, o era su habitación?
Selina arriesgó una mirada a su rostro, sin apartar la mano. Asintió levemente. Una parte de ella deseaba no tener que recurrir a la invitación. La otra quería...
Rechazó aquel pensamiento por el momento, sintiendo el peso del anillo robado en su mente. ¿Por qué había decidido quedárselo? Él acababa de reconocer abiertamente que había desconfiado de ella por su vínculo con Ivy. Pero, al parecer, las acciones de Selina durante los últimos días le habían ganado el indulto. Le había ofrecido un lugar en su casa. Acababa de mostrarle algo que no era habitual en él. Confianza.
Y ella llevaba una joya que no era suya en el bolsillo.
En su defensa: llegó a pensar en devolverla. Un instante. Pero... no lo hizo. Tal vez su codicia no tuviera remedio. Tal vez fuera que no quería ver su expresión de decepción al hacerlo.
Bruce.
- Bien... Nos pondremos en marcha cuando hayas terminado de comer.
Me puse en pie para recoger el campamento, pero vacilé un momento. Me gustaría ser capaz de hacerle ver lo que siento por ella, todo lo que representa para mí, pero no sé cómo hacerlo. Con la Catwoman de mi universo había llegado a desarrollar una especie de conexión que hacía que no hicieran falta palabras entre nosotros, pero noto que esa conexión falta aquí, y eso me lastra. Finalmente opto por apoyar levemente mi mano sobre su hombro en un gesto fugaz, sabiendo que es lo más parecido a una expresión de afecto que soy capaz de manifestar ahora mismo.
No sé si entenderá el mensaje; Selina siempre fue capaz de descifrarme con un nivel de claridad que superaba incluso a personas que llevaban años junto a mi. Nunca pude entender cómo lo hacía, si se trataba de alguna clase de súper poder desconocido que la hacía ser mucho más intuitiva, o si, por alguna razón, sólo funcionaba conmigo, pero fuera cual fuera la razón, creo que fue lo que hizo que me sintiera atraído hacia ella casi desde el principio. Había una parte importante de atracción física, por supuesto... Pero con ella siempre me he sentido más... yo mismo. Siempre he tenido la impresión de que ella me acepta tal y como soy, de manera incondicional. Es de las pocas personas de mi entorno que nunca ha intentado hacerme cambiar. Que comprende lo que hago y por qué lo hago a pesar de que eso nos haya puesto en bandos enfrentados en demasiadas ocasiones. Ella siempre pudo entender todo lo que no era capaz de expresar con palabras, y cuando eres alguien a quien le cuesta tanto como a mí encontrar las palabras adecuadas, es... Un regalo.
Sólo espero que ella pueda entenderlo también.
_________________
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 27th Marzo 2021, 01:35
El Laberinto. Día 14.
Bruce.
Tal como había anticipado, el camino nos lleva hasta las puertas del jardín botánico. Me tomo unos minutos para examinar los alrededores y reevaluar la estrategia a seguir. Siguiendo un pensamiento puramente pragmático lo más sensato sería dirigirme a la batcueva para equiparme con todo lo necesario para derrotar a la Cosa del Pantano. He tenido que dejar la armadura atrás, lo cual me priva de una de mis mayores fortalezas tanto a nivel defensivo como de ataque. Aún me quedan varios batarangs, algunos de ellos explosivos, pero sé que no será suficiente para derrotar a semejante rival. Y eso sin contar con que en estas dos semanas Ivy no haya traído consigo nuevos aliados. No he estado aún en la batcueva de este universo pero me conozco lo suficiente para saber que allí dispondría de armamento y equipo como para echar abajo todo este sitio. Podría venir con el coche, o bombardear toda el área con el avión y sería más seguro. Pero también perdería mucho más tiempo, y ya he desperdiciado dos semanas completas en esta trampa para ratas. Por otro lado, sé que Pamela ha estado robando material explosivo y productos químicos venenosos para las plantas. Si consiguiera acceder a su arsenal contaría con los medios suficientes para acabar con ella y con su mortífero aliado.
Me dirijo a mirar a Selina. Llevo un tiempo examinando el invernadero y por la mirada que me devuelve entiendo que sabe perfectamente lo que estoy pensando.
- Selina, sólo necesito una última cosa de ti... ¿Sabes dónde oculta Ivy los explosivos y químicos que ha estado robando? ¿Es en algún lugar del invernadero?
- Oh, "una última cosa". Como si pudieras vencer a Pam tú sólo, Murciélago -replica ella, arqueando las cejas en un gesto burlón- Bingo, sé dónde tiene los explosivos. De hecho, puedo llevarte hasta allí.
Tomo nota de su expresión determinada y resuelta y no me cuesta nada imaginar lo que pasa por esa preciosa y testaruda cabeza. Suspiro.
- No piensas decirme dónde a menos que vengas conmigo, ¿verdad? -deduzco con resignación.
- El mejor detective del mundo -contesta, divertida.
La observo con expresión indescifrable. Me vendria bien la ayuda, aunque es algo que jamás admitiría abiertamente. No estoy en mi mejor momento ahora mismo y ella siempre ha demostrado ser una ayuda invaluable, pero, una vez más, no conozco bien a esta Selina y sigo sin estar cien por cien seguro de que no esté colaborando con Ivy... Podría estar conduciendome directamente a una trampa. Aunque.... Si realmente quisiera matarme ha tenido infinidad de ocasiones para hacerlo éstas dos semanas....
- Hum... -musito, meditando mis opciones-. Está bien... Llévame allí.
La sonrisa de Selina se acentúa, pero asiente y empieza a moverse cambiando imperceptiblemente su forma de andar, arqueando ligeramente la espalda, apoyando su peso en la parte anterior de sus pies. Sus botas con suela de goma no hacían ruido al caminar por el suelo.
Me hace un gesto para que la siga hasta una entrada de alcantarilla parcialmente oculta por la vegetación. El acceso está cerrado con un candado, pero utilizo el micro láser del cinturón para romperlo y apartar la cadena. Observo con cuidado las junturas para detectar signos de óxido y anticipar un posible chirrido que pueda delatar nuestra presencia, pero hay olor fresco de aceite; parece que los goznes han sido engrasados recientemente. También hay marcas de pisadas en el suelo, lo cual indica que se trata de un acceso utilizado frecuentemente. Tal como esperaba, la puerta se abre sin mayores complicaciones y le hago un gesto a Selina para que pase detrás de mí. Me adentro en la oscuridad descendente del pasadizo procurando hacer el menor ruido posible, pegandome a las paredes para ocultarme.
Dentro de las alcantarillas que recorrían el jardín botánico, en un cruce de caminos despejado entre la humedad, las ratas y el hedor, encontramos una montaña inmensa de explosivos junto con distintas armas y elementos inflamables. Una línea policial robada delimitaba una zona que podríamos cruzar con un gesto muy simple. Un tipo malencarado cubierto de tatuajes con una perilla espesa aguardaba al otro lado de la cinta, con los brazos cruzados y en tensión, pero cuando vio a Selina relajó el gesto.
- Hola, preciosa...
Estoy acostumbrado a que la exuberancia de Selina provoque toda clase de reacciones en los hombres (a mí mismo me ha costado siempre enormemente abstraerme de su innegable magnetismo), sin embargo en ésta ocasión no parece que el tipo esté flirteando con ella. El tono es más como si se tratara de una especie de saludo informal. Parece evidente que el guardia y Selina se conocen, y vuelvo a ponerme en tensión ante el recordatorio de que mi compañera de los últimos días había estado colaborando con la persona que nos encerró aquí.
En ese momento el tipo repara en mi presencia, y, por su expresión atónita, no me cuesta imaginar lo que debe preguntarse: ¿Qué nos ha sucedido? La perplejidad viaja por el rostro del vándalo hasta que agita finalmente la cabeza.
- Por favor, dadme buenas noticias... ¿Qué hacéis aquí? -el hombre se pone tenso al escuchar un sonido como de pasos húmedos a su espalda, y, con un gesto de la mano nos indica que aguardemos. Observo vigilante cómo su zurda desciende hacia la cintura para extraer un walkie.
- Conall, dirigíos a la parte norte, algo huele a chamusquina -dijo una voz, y los chapoteos empezaron a sonar cada vez más lejos, claramente obedeciendo instrucciones.
Permanezco en las sombras, en silencio e inmóvil, observando a Selina. Ella se había relajado en apariencia al reconocerle, pero no demasiado, y no me cuesta nada imaginar por qué. Después de todo, las tres personas reunidas allí éramos hijos de Gotham. Uno nunca confiaba del todo.
Tras evaluar la pregunta del hombre y constatar que yo no tenía intención de hablar, decidió hacerlo ella... Con otra pregunta:
- ¿Qué sería una buena noticia para ti... Conall? -dijo, con la mirada fija en el walkie- Aún no tengo muy claro de qué lado estás.
Lo mismo habría podido decirse de ella, claro. Como siempre. La sonrisa del esbirro se ensanchó en un gesto irónico mientras la repasaba de arriba abajo.
- La amiga de Ivy aparece en el almacén secreto con el murciélago... Yo diría que los dos estamos en una posición delicada -se encogió de hombros para después cruzarse de brazos-. Es una inversión arriesgada la nuestra... Dime, ¿tenéis alternativa? -clava la mirada en Selina, claramente incapaz de hacer lo propio conmigo, y es una sabia elección, porque, de haberlo hecho, habría podido ver cómo mis puños se tensaban al notar la manera en la que había mirado a mi compañera.
De repente me encuentro deseando que este del bando de Ivy para poder borrarle esa sonrisa lasciva del rostro. Pero no digo nada. Esto es algo que atañe a Selina, y sé que es perfectamente capaz de manejar sus asuntos por si sola. No cometería nunca el error de infravalorarla hasta el punto de considerar lo contrario. Sólo intervendré si me necesita, y dado que me parece poco plausible que no sea capaz de encargarse de este miserable remedo de hombre por sí sola, no creo que mi intervención sea necesaria en absoluto.
Selina
- Yo no -Selina sostuvo la mirada del hombre, encogiéndose ligeramente de hombros- Pero ya sabes, todos sois muy valientes cuando Pam no está mirando... Verás, la "amiga" de Ivy está reconsiderando su... relación. Estoy segura de que ya lo sabes, pero me metió en un laberinto para que me pudriera. Una amistad un poco tóxica, ¿verdad? -Selina disfrutaba con los juegos de palabras, tenía que reconocerlo-. Digamos que yo tengo motivos para ésta... "inversión arriesgada". Pero no veo los tuyos. Tienes una jefa encantadora, un sueldo que te paga las facturas, y mucho, mucho miedo de lo que puede sucederte si ella te pilla confraternizando conmigo -aventuró, mientras lo evaluaba con la mirada-. Corres muchos riesgos, Conall. ¿Por qué?
Conall escuchó atentamente el discurso. Seguía evitando la mirada del murciélago. Hacía como si no estuviese allí. Bueno... al menos lo intentaba. Los sudores fríos y los gestos que terminaban en el perfil de Selina delataban que no estaba nada cómodo con su presencia. No mentía, no tenía por qué mentir... pero el nerviosismo por la presencia del caballero oscuro no era algo que pasase desapercibido.
- Mira, preciosa, tenemos mucho trabajo y poco tiempo. Siempre me ha gustado la causa de Hiedra, pero esto... -negó con la cabeza y miró hacia atrás, comprobando que no había nadie que hubiese vuelto, aunque debería haber escuchado el agua si alguien hubiese aparecido- ...se ha pasado de madre, además ella está... -buscaba, gesticulando con las manos al aire, una palabra exacta- ...más rara de lo habitual. ¿No te parece?
Sí, estaba rara. No había duda. Incluso sus hombres lo habían notado. Por un momento, la fachada del vándalo se rompió. Era una mezcla entre preocupación, decepción y deber lo que revelaba su rostro.
- Es lo que hay, gatita -continuó, recomponiéndose-. No hay más detrás. Ahora, tal y como yo lo veo... -acercó la mano al walkie-. O activo el walkie y llamo a los demás y a Hiedra... u os dejo un par de estos juguetes y os largáis cuanto antes.
Selina miró a Bruce, interrogante. ¿Valía la pena que confiaran en él? A ella no le parecía que estuviera mintiendo, ni conduciéndolos deliberadamente a una trampa. Acababan de salir de una; era improbable que estuvieran adentrándose en otra... ¿Verdad? Selina suspiró.
- Activa ese walkie y será lo último que hagas -contestó por vez primera el murciélago, en un tono oscuro y sombrío que reptó por las paredes del pasillo como una prolongación de las propias sombras mientras avanzaba lo suficiente para que la leve luz incidiera en su rostro: el rostro del murciélago que todos habían aprendido a respetar y a temer-. Tal y como yo lo veo, eres tú el que tiene una elección, Conall: entreganos lo que hemos venido a buscar y apártate y procuraremos protegerte de Ivy. De lo contrario....
Hizo crujir los nudillos levemente, pero en el silencio del pasadizo la advertencia resultó tan clara como el estallido de un trueno, y, por primera vez, la piel del hombre se puso de gallina. Aún cuando debía mirarle le costaba horrores. Se dedicó a mirar a cualquier parte menos a sus ojos. Las puntas del casco, los bordes, la boca... cualquier cosa que no fuera mirarle directamente a él.
- No podéis protegerme de ella. Tengo claro que ésta etapa acaba con ella o conmigo muertos -tragó saliva intentando ocultar su temblorosa voz. Se hizo a un lado y extendió el brazo-. Servíos... No cojáis químicos, tiene más control sobre ellos que sobre las armas... -esperó a que pasasen delante de ellos para activar el walkie-. Revisad bien la zona norte, chicos.
Frente a ellos se alzaba una montaña de armas, especialmente ígneas, pero había también lanzagranadas y armas de fuego de diversos tipos, aunque habían sido desperdigadas de cualquier manera por el montón, como si no les hubieran prestado particular atención. Las cajas marcadas con la insignia de fuego por fuera estaban mejor cuidadas, y aunque algunas estaban parcialmente sumergidas en el agua parecían haber sido almacenadas con más cuidado. En ellas descansaban todo tipo de líquidos inflamables, pesticidas y ácidos.
- Os recomiendo las armas de arriba... Aún están secas -recomendó el matón antes de encenderse con un zippo un puro bajo su grueso bigote, dándoles la espalda.
El murciélago subió por la montaña de armas, evaluando rápidamente lo que podría resultar más útil para la batalla contra Ivy, sus creaciones vegetales y la Cosa del Pantano, y, de entre todas las opciones, el fuego parecía ser el que ofrecía la combinación ganadora. Selina vio cómo se equipaba con un lanzallamas comprobando que la carga estaba intacta y operativa, escogiendo a continuación varias botellas de pesticidas y ácidos para engancharlos en su cinturón.
- Gracias, Conall. Has hecho la elección correcta.
- Cuando la alternativa es morir... -refunfuñó el tipo por lo bajo, mordiendo el puro y escupiendo el cabezal justo antes de encenderlo. A veces parecía que Batman se burlaba de ellos.
El zippo no le hizo gracia a Selina. Es decir, era problema de Conall si quería fumar allí abajo, rodeado de cosas que podían saltar por los aires. Pero... prefería que fuera su problema cuando ella se hubiera marchado. Catwoman nunca había sido una enamorada de las armas. No era eficiente manejando armas de gran tamaño, de modo que buscó un par de pistolas; una semiautomática y una automática de distintos calibres que no hubieran caído muy abajo en la pila. También se hizo con una granada. Se la colgó del cinturón, donde llevaba aún el látigo vegetal. Le pediría a Bruce que hicieran una excursión al lugar donde habían luchado contra Pam para poder recuperar el suyo. Las pistolas las guardó en las perneras de ambas botas. Estaba lista. O todo lo que podía estarlo.
- Eso no va a ser muy útil contra criaturas hechas de plantas -le hizo notar él, preocupado por su seguridad-. Déjame a mí a la Cosa del Pantano y céntrate en cubrirme las espaldas con los matones que podamos encontrar.
- ¿La... qué? -Selina no había llegado a ver al "nuevo amigo" de Ivy. Aún así, el nombre no la convencía demasiado. Se encogió de hombros-. Te cubriré las espaldas, Murciélago. Pero espero que podamos hacerlo sin luchar.
Selina no se planteaba "derrotar" a Pamela. Estaba a favor de sabotearle los planes, pero, puestos a elegir, prefería hacerlo con sigilo, y su prioridad seguía siendo huir, escapar con vida y asegurarse de que Bruce también pudiera hacerlo. Para eso le bastaba con una pistola. O eso esperaba.
- Sabes que no me gustan las armas de fuego.... Intenta no matar a nadie -le rogó el murciélago mirándola a los ojos, lo suficientemente cerca de ella, y en un tono lo suficientemente bajo como para que Conall no pudiera oírlos.
- Puede que Pam me haya encerrado, pero no me mató cuando tuvo la oportunidad, y no lo he olvidado. No tengo intención de hacerle daño. Dispararé si no hay otro remedio -devolvió la mirada a Batman, estrechando los ojos-. Pero soy una ladrona, no una asesina.
Bruce.
Asiento en silencio, acercando mi frente casi imperceptiblemente a la suya en un reflejo de los hábitos adoptados a lo largo de los años.
- Lo sé -le susurro.
"Por eso te quiero", podría haber añadido.
- Yo tampoco pretendo hacerle daño a Ivy si puedo evitarlo.
El lanzallamas es para sus criaturas de plantas y para la Cosa del Pantano, porque sé que haría falta mucho más que un poco de fuego para poder abatirlo y dudo mucho que cualquier otra cosa podría suponerle una molestia siquiera. Con Ivy utilizaré los pesticidas para debilitarla y poder derrotarla sin derramamiento de sangre. Aún tengo la esperanza de poder razonar con ella. Después de todo ha tenido ocasión de matarnos y no lo ha hecho, ni tampoco ha enviado a sus criaturas a atacarnos mientras estábamos en el laberinto. Sea como sea, lo averiguaremos pronto.
- Conall, ¿sabes dónde está Ivy ahora?
- No, no nos ha contado todo. Ni siquiera a mí. Suele estar aquí -dijo, señalando con el dedo hacia el techo, apuntando al viejo jardín botánico- Id por esa alcantarilla -añadió, bajando el dedo en línea recta-. Iréis hacia la puerta de atrás en vez de a la frontal -Conall parecía tener algo más que decir. Pero permaneció en silencio.
Yo simplemente le miro y asiento, respetando su valor por la decisión tomada.
- ¿Vienes, Gata? -pregunto antes de emprender el camino de subida.
_________________
Dick Grayson DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 2393 Fecha de inscripción : 12/11/2013 Localización : Blüdhaven Empleo /Ocio : Heredero de Industrias Wayne Humor : ¿Alguna pelirroja por ahí?
Ficha de Personaje Alias: Nightwing Nombre real: Richard John Grayson Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 23rd Abril 2021, 03:28
Off Rol: El post se ha escrito en conjunto con las users de Barbara y Hiedra.
La batalla había terminado... o eso era lo que Nightwing creía.
Era el momento de volver a casa. Descansar. Probablemente durante horas. Días, quizás... Nadie le había preparado para una pelea entre dioses y humanos. Él era un simple mortal, un simple peón en una partida de ajedrez que le venía muy grande. Pero allí estaba él, siempre en primera línea de defensa. Luchando por lo que creía correcto. Por sus amigos. Por su familia...
— Babs... ¿estás ahí? —susurró desde el comunicador, acompañado de un leve gemido de dolor. Podría asegurar que la batalla contra Trigon había resultado de las más difíciles y mortales hasta la fecha. Probablemente tendría una o dos costillas rotas... varias laceraciones y moretones por todo el cuerpo... no sabía siquiera si podría caminar con normalidad sin el traje de Knightfall, pero es que cada vez... le pesaba más y más...
—Te recibo, Dick — musitó la pelirroja en respuesta. Sentía la mandíbula tirante. —¿Estás bien? Suena como si... — Babs hizo una pausa, tensa — Puedo avisar a Leslie. Quizá deberías...
— Vuelvo a casa... —dijo de pronto, tras escuchar la voz conocida de su pelirroja favorita. Dick no se refería a Gotham, ni a la Mansión Wayne. Su intención era subir a la Torre del Reloj, pues para el joven circense, el hogar nunca era un lugar fijo, sino más bien una persona. Estar al lado de la gente a la que quería.
—Vale... — Babs sacudió la cabeza. Sus dedos teclearon velozmente, intentando obtener una visual de su compañero a través de la red de cámaras de Gotham.
—Hemos... ganado... — suspiró, cansado.— Hemos vencido a Trigon... —y estaba vivo, para poder luchar un día más. El primer Robin esbozó una sonrisa bajo la armadura. Quería verla, descansar en su abrazo y olvidar por un rato la pesadilla demoníaca que acababa de vivir.— Babs, yo...
Al fin, una imagen. Dick. La armadura. Llevaba una de las armaduras de Bruce.
— ... Lo hablaremos cuando...
De pronto, la armadura de Knightfall empezó a fallar. Los propulsores de la espalda chisporrotearon antes de dejar de funcionar por completo, lo que hizo que Nightwing se precipitara al vacío, cayendo en picado hacia el interior de la ciudad de Gotham. Una ciudad que había quedado engullida por... ¿aquello eran plantas?
— ¡Dick! ¡DICK!—Lo llamó a voz en grito, como si sirviera de algo. La línea de comunicación se estaba perdiendo. No podía oír su respuesta, si es que la había—¡MIERDA! — dijo, arrancándose los auriculares. —Maldita sea, Dick... — Babs rezó porque se activaran los sistemas auxiliares de la armadura. Bruce habría pensado en eso. Tenía que haber previsto algo como eso.
Miró a la pantalla con impotencia. Ya no recibía imagen. Había perdido a Dick bajo el dosel de plantas. —Cálmate... — susurró. Tenía que haber algo más que pudiera hacer. Alguien a quien pudiera llamar. Se obligó a que sus manos temblorosas recolocaran el auricular. A que volvieran al teclado. Tal vez no pudiera correr a buscarlo. Pero iba a encontrar a Dick. Iba a hacerlo.
Por su parte, la armadura había chocado contra las copas de los arboles, descendiendo vertiginosamente por el bosque mientras arrastraba varias lianas a su paso — ¡Maldita sea!— gimoteó el moreno, pero la armadura de Bruce no respondió a los comandos, y se precipitó al vacío. Después de un golpe sordo, Knightfall se detuvo de pronto. Las placas metálicas habían quedado enganchadas a las enredaderas, evitándole una peligrosa colisión contra el suelo.
—Mierda... joder... — Las comunicaciones dejaron de funcionar a pesar de que Nightwing seguía aporreando los comandos. A duras penas, el sistema de evacuación consiguió activarse y la armadura se abrió como una cáscara, hasta revelar la abatida figura del pupilo de Bruce. Dick se deslizó por las rendijas, cayendo de pie en un área del bosque bastante frondosa. Se sintió algo mareado por la acrobacia del aterrizaje, y notó como sus piernas le empezaban a flaquear.
— ¿Esto es... Gotham? ¿Qué ha pasado aquí...? —se apoyó en el árbol más cercano, pero no pudo hacer nada por mantenerse de pie y resbaló por la corteza.— Hiedra...— concluyó, a la vez que se percataba del hilo de sangre que empezaba a brotar de su cabeza.— Tengo que... hacer algo... tengo que... proteger... Gotham... — susurró, justo antes de caer inconsciente al suelo.
***
El muchacho llegó a manos de la ciudad de forma un tanto atropellada y súbita. Para su suerte ahora Hiedra tenía ojos en todas partes y mandó a varios de sus esbirros a buscarle. Se esforzó en recalcar que lo quería con vida y lo más sano posible. En cuestión de media hora ya estaba en el interior del jardín botánico, en una de las salas más apartadas, donde descansaba con Harley, sobre la cama de ambas. Sus heridas habían sido sanadas, de hecho se encontraría mucho mejor de lo que recordaba. Tal vez un fuerte dolor de cabeza y la presión de las costillas rotas. Pero no había hemorragias, los hematomas se habían suavizado y en general parecía estar con una buena dosis de analgésicos y opiáceos. —Buenos días pajarillo... parece que se te ha roto un ala— comentó con sorna mientras las lianas que le aprisionaban las muñecas, el cuello, los tobillos y las costillas rotas se afianzaban —No voy a hacerte nada, pero si te mueves te dolerá... Es un aviso, no una amenaza— terminó de afirmar mientras se acomodaba sentada a un lado de la cama, mirándole. No le había retirado la máscara, y esperaba que le sirviera como muestra suficiente para confiar en ella y que no fuesen necesarias las feromonas.
— Babs... — un susurro casi inaudible salió por su boca antes de empezar a recuperar la consciencia. Veía borroso, y juraría haber visto la melena de fuego de su pelirroja favorita. Le dolía mucho la cabeza, y sus sentidos estaban embotados, como si le hubiesen sumergido en el agua y todos los sonidos le llegaran lejanos y distorsionados.— ¿Dónde...?—La voz aterciopelada de Hiedra le acarició los oídos como una bonita canción. Su primer impulso fue moverse, saltar de la cama y colocarse a una distancia prudencial, pero las lianas le impidieron hacer eso y después sintió un dolor punzante golpearle en las costillas. Todavía estaba herido... pero mucho menos de lo que recordaba antes de caer inconsciente en el bosque.
—Si no vas a hacerme nada... ¿Porqué me tienes atado? — su cuerpo se tensó ligeramente, en estado de alerta, y desvió la mirada a la rubia con coletas que le hacía un saludo divertido con la mano. ¿Harley y Hiedra trabajando juntas? Era peor de lo que pensaba...— ¿Qué está pasando? ¿Qué le habéis hecho a la ciudad?
La villana arqueó una ceja preguntándose qué había dicho según había despertado. ¿Bats? ¿Buscaba al murciélago?
Observó su impulso y permaneció calmada, sin inmutarse — Si no van a disparar, ¿Por qué las armas tienen seguro? — Hiedra se puso en pie y se acercó a él — Te ha bajado la fiebre, y tienes mejor las heridas, pero tienes dos costillas rotas. — Terminó mientras le analizaba de arriba a abajo— La he protegido, dado un lavado de imagen y asegurado de que, si entraba un demonio, lo sabría. No sé si has estado viendo las noticias recientemente... — Se levantó acercándose a él y le retiró un mechón de pelo para comprobar que la brecha de la cabeza estaba casi cerrada. Los analgésicos y regeneradores potenciados estaban surtiendo efecto. — Ahora cuéntame, ¿Qué hacías tú aterrizando al borde de la muerte?—
—No me gustan las armas de fuego, Hiedra. Creo que a estas alturas ya deberías saberlo... —Dick esbozó una ligera sonrisa, a pesar del profundo pinchazo que le palpitaba en las costillas. Se quedó completamente inmóvil cuando la pelirroja se acercó a él para retirarle el flequillo de la cara mientras le hablaba sobre sus heridas.—Claro que he visto las noticias, y por eso mismo tú deberías saber también lo que han hecho los demonios con este país... — contestó, mirando a la mujer-planta a los ojos, con aire desafiante.— Con la Liga de la Justicia, con mis amigos y con... — los ojos del moreno se entrecerraron por el dolor punzante del pecho tras recordar lo que había sido de Batman, Oliver y Kyle...
—La invasión demoníaca ya casi ha terminado. Los miembros que hemos sobrevivido a esto hemos luchado contra Trigon y su ejército, y lo hemos devuelto al lugar donde pertenece... pronto Gotham estará libre de demonios... — expliqué, sin apartar la mirada de aquella encantadora mujer, y sin perder ni un detalle de los movimientos de su amiga la pirada.— No podrás mantener este bosque cubriendo Gotham por siempre... tendrás que dejarlo todo como estaba.
Ese chico siempre era más humano que el murciélago. Era más... "Tratable" Y eso hizo que Hiedra se confiase. — Y qué han hecho los demonios en Gotham desde que he mejorado la ciudad? — esperó paciente, con las cejas alzadas. Ni un solo caso. Funland estaba extraña, pero era el único rincón de Gotham donde no había extendido sus plantas. Cosa que sólo le ayudaba a respaldar aún más su teoría.
— Además no veo por qué retirarme... Si Nueva Gotham es capaz de protegernos de demonios... ¿Por qué arriesgarnos?— Se cruzó de piernas y apoyó las manos tras su espalda en la cama— Piénsalo... Apenas hay crímenes, está más limpia, protegida, vigilada... — Ese era su último intento de negociación... Aunque sabría que no cedería. Si su mundo perfecto hubiese sido alcanzable con una conversación, ésta hubiese tenido lugar hace décadas.
— Aunque hay poco que puedas hacer aquí — Dijo arrastrando las palabras en un suspiro— Ni siquiera el murciélago ha sido capaz de disuadirme... — y en cuanto terminó de hablar, empezó a impregnar el aire de feromonas potenciadas. La alternativa era mandarle al laberinto, y no quería arriesgar a que se encontrasen. Y hay que hacer caso a lo que dicen, si no puedes con el enemigo...
—¿Nueva Gotham? —aquel nombre le sobresaltó y no pudo evitar arrugar la nariz, mostrándose desconfiado.— Quiero creer que todo esto lo has hecho para proteger la ciudad, pero los dos sabemos que no se detendrá aquí, Hiedra. — el muchacho tensó los músculos, y las vides le sujetaron los miembros con más fuerza.— Te entiendo, soy consciente de los daños que han causado los demonios y los problemas medioambientales que causa el hombre. Pero esta no es la manera de enfrentarlos. Puede que hayas reducido la criminalidad, pero ha sido a costa de sacrificar la libertad de los Gothamitas. Su capacidad de elección ¿Cuánto tiempo crees que durará esta tregua? Como buenos americanos, los ciudadanos van a querer de vuelta su individualidad... no podrás mantenernos a todos dentro de tu burbuja personal para siempre.
De pronto, Harley abandonó la estancia y el moreno empezó a toser, sintiéndose algo ahogado por el denso ambiente. La fragancia del lugar le embotaba los sentidos, y sabía perfectamente lo que vendría después de eso. Lo que Pamela le estaba haciendo. Maldita sea... no iba a ser capaz de salirse de esta solo...—¿El murciélago?— preguntó, confuso. — Batman... está muerto. — confesó, sintiéndose cada vez más calmado. Sus palpitaciones se habían reducido a una actividad relajada.— Qué.... ¿Qué me estás haciendo...?
Hiedra sonreía, se sentía poderosa, intocable e inalcanzable para el resto de los mortales... Y poder regodearse de cerca con uno de los héroes que compartían guardia con Batman le resultaba increíblemente delicioso. Se acercó a él aún más, acortando distancias en la cama. Que Batman había muerto... ¿Acaso tenía ella más información que él? ¿Era un impostor? No... ese gas no lo hubiese manejado un Batman falso...
Alzó las manos en posición de inocencia. —Nada, cariño... Sólo intento que te relajes... ¿Estamos hablando, no?— La carga de feromonas se dirigía fuertemente hacia la posición de Grayson, quizá algo descontrolada por su parte. Disfrutaba su posesión y seguro que era un buen juguete si al caballero negro le daba por aparecer... —Vamos... has luchado mucho contra demonios, esto en tu agenda es un ligero contratiempo a posponer... ¿Qué te parece si... nos relajamos juntos?— Le sonrió, buscando en su mirada una picardía evidente, facilitando el trabajo de las feromonas.
Dick empezó a lanzar maldiciones en el interior de su cabeza. Sentía como la fuerza y la energía de su cuerpo menguara poco a poco, sintiéndose cada vez más y más relajado, como si Hiedra le estuviese aplicando una anestesia global y estuviera a punto de caer en coma.
—Si vamos a ser amigos... ¿Porqué no me sueltas?— preguntó por última vez, en un vano deseo por salir corriendo de su abrazo mortal. Pero Richard Grayson perdía a cada segundo una parte de si mismo, como si no fuera capaz de controlar sus pensamientos, y las órdenes que le daba a su cuerpo no eran lógicas. Joder, no había evitado la posesión de Raven como para que ahora Ivy se hiciera con el control de su mente. —¿Y qué sueles hacer para relajarte? Espero que no se trate de podar Bonsáis... no suelo tener mucha paciencia con la jardinería... —bromeó el chico maravilla. La sonrisa de Hiedra le pareció casi perfecta. Era agradable hablar con ella... ¿Porqué nunca lo había hecho antes?
El antiguo pajarillo notaría en su ser una relajación inmensa, como si nada tuviese la importancia que él le estaba dando. ¿Acaso era tan importante, tan urgente? Podía relativizarlo todo... Tal vez cubrir la ciudad con plantas no era tan mala idea después de todo... ¿O se estaba volviendo loco? — Tienes razón... — Las lianas se soltaron, relajando su cuerpo. Era completamente libre... Pero entonces Dick Grayson notaría que no quería ir a otro lugar. Nadie le esperaba en ningún sitio y tenía todo lo que quería... justo delante de él. — ¿Y bien... Vas a dejarme sola...?— Ivy se tumbó en la cama, respirando con profundidad. —Puedes...marcharte si quieres... — Si la coacción emocional pudiese personarse, lo hubiese hecho en esa frase.
Poco a poco, Dick abandonó su propia conciencia y dejó de ser él mismo, convirtiéndose en la frágil marioneta de Hiedra Venenosa. Se había olvidado de la invasión, de Raven, de la batalla contra Trigon. Se había olvidado de Barbara... y también se había olvidado de quién era. Cuando Nightwing fue libre, sus impulsos de salir corriendo le abandonaron. Ya no tenía ningún motivo para volver a casa. Ya estaba en casa.
— Creo que te aburrirías mucho si me fuera... — bromeó, con una sonrisa socarrona en los labios.
— Es probable, querido... es probable... — Se acomodó en la cama, cediéndole un sitio a su lado, que el joven no dudaría en aprovechar de buena mano. Interponiendo las sábanas entre sus cuerpos, Hiedra se recostó a medias sobre él y mientras deslizaba un dedo sobre la tela, aprovechó para explicarle la difícil situación que atravesaba. ¿Y si... le mandaba a destruir a Batman? — Aunque... últimamente hay un hombre que me ha mantenido ocupada...— La pelirroja dejó que los celos se asentasen lentamente en el corazón del Gothamita. — Hay un hombre...que... quiere matarme... — Fingió un corazón atragantado, unas lágrimas que pretendían acumularse en sus ojos y una voz rota que le costó — El... murciélago... me quiere muerta y no sé por qué... — Desvió la mirada, terriblemente afectada
El Nightwing manipulado por las feromonas accedió a la propuesta de la pelirroja y se recostó en la cama, junto a su adorada Pamela. Aquella melena rojiza le volvía loco, y no pudo evitar acariciar un rizo y enredarlo entre sus dedos mientras le devolvía una cariñosa sonrisa.
—¿Quién osaría hacer eso? — arrugó la nariz, sintiéndose completamente ofendido.— ¿Es Batman? — pareció dudar un instante, como si algo no encajara en toda esa historia, pero la manipulación ya era demasiado poderosa en él.— Ese bastardo... no dejaré que te haga daño... —sus manos enguantadas se deslizaron por su rostro con la intención de evitar que se le escaparan las lágrimas. Quienquiera que quisiera hacerle daño a esa preciosidad se las vería con él primero.
— Tú... me... ¿Protegerías? — Le miró a los ojos con una gratitud plena e incuestionable. Casi lloró, pero finalmente pudo permitirse contenerse. Apoyó su pelo que rebosaba aroma a flores sobre su pecho. — Oh... es... todo un detalle por tu parte, yo... — Se volvió a recostar, dejando los labios a muy poca distancia de los suyos. Tanto, que Nightwing podría notar el fresco aliento de Pamela sobre sus labios. — Muchas gracias.... mi príncipe protector — Le repugnaba la idea de estar apoyando el rol de mujer inútil que debía ser salvada, pero si realmente quería tener un salvoconducto, debía conseguirle.
La palabra proteger le caló más que cualquier otra cosa. Dick Grayson siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.— No puedo decirle que no a una dama en apuros... — el moreno cerró los ojos, embriagándose con el delicioso perfume de flores. Entonces, sintió una leve excitación al encontrar los labios de la mujer frente a los suyos, y se puso ligeramente nervioso— No tienes nada de lo que preocuparte, Pam... Es un idiota si no se da cuenta de que lo que estás haciendo es proteger la ciudad...
— Gracias por darte cuenta, cielo... —La mano enguantada de Pamela se movió de su nuca a su barbilla y justo antes de rozar los labios, se separó de él. — Es tan complicado... — Los susurros de las plantas le advertían. Batman y Selina estaban al caer, habían conseguido escapar... ¿¡CÓMO!?
No solo eso. Llevaban armas. ¿De dónde las habían sacado? Estaban todas en la pila y Conall las guar...daba...
Conall...
Muy listos... Sucia rata rastrera... ¿Darle armas a Batman? Nunca había sido su estilo... Había hecho bien en conseguir al muchacho.
No podía permitirse la rabia en ese instante, así que se la tragó lo mejor que pudo. Se incorporó de la cama con suavidad. — Querido... Creo que debemos protegernos — Dijo caminando de nuevo hacia el hall central — Él... ya viene... ¿Puedes ayudarme cubriendo esa puerta? — señaló con el dedo la entrada trasera. Estaban al caer... Había sido demasiado justo, pero al menos lo había conseguido. Sabía que accedería, no podía negarse... Así que dos lianas se dejaron caer del techo, enroscándose en los brazos de hiedra y meciéndola por los aires como en un columpio inmenso.
— A tus órdenes, florecilla mía...— Nightwing saltó de la cama con una grácil acrobacia, hasta posicionarse donde Hiedra le quería. Después desenfundó sus eléctricos palos de escrima, con la intención de golpear a la primera figura que entrara en su nidito de amor.
— Muchas gracias... mi amor — Y el murciélago y la gata entraron en la ratonera.
_________________
Última edición por Dick Grayson el 6th Junio 2021, 20:59, editado 1 vez
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 4th Mayo 2021, 01:34
Tenía la firme intención de no ser sorprendido otra vez. No sabía con cuánto elemento sorpresa dispondríamos considerando la capacidad de Hiedra de hablar con las plantas, pero si algo tenía claro es que no iba a entrar por la puerta del invernadero después de saber lo que podía aguardar allí. Desplazarnos por la cristalera del tejado fue más sencillo ahora que había perdido el peso extra de la armadura, aunque el lanzallamas me impedía avanzar todo lo sigilosamente que me habría gustado. Selina, por supuesto, se desplazaba a cierta distancia sin la menor dificultad. Una cosa estaba clara, y es que no iba a resultar difícil encontrar un lugar por el que descender con el estropicio que habíamos causado antes. Sabía que no podía fiarme mucho de él, pero aún así activé el visor de calor del casco. No detectaría a la Cosa del Pantano, pero me ayudaría a localizar a posibles matones que pudieran estar custodiando su guarida. Sorprendentemente, sólo encontré una señal de calor, justo debajo, junto a la puerta. A Hiedra no se la veía por ninguna parte, así que le hice una señal a Catwoman, me colgué el lanzallamas a la espalda y preparé la pistola de gancho, sujetándola en una de las vigas del techo y dejándome caer en completo silencio al amparo de las sombras detrás de mi víctima. Me acerqué sigilosamente dispuesto a noquearle desde atrás, pero entonces vi el destello azul eléctrico en los bastones de sus manos que, por un instante, hizo resaltar el estilizado pájaro que tantas veces había visto caer en mis pesadillas, brillando como un símbolo de esperanza en la penumbra del invernadero.
Me detuve en seco y el corazón dejó de latir en mi pecho.
Él siempre había sido la luz de mi oscuridad.
Debía de haber venido para tratar de ayudar con lo de Hiedra... Salvar mi ciudad, ahora que yo no estaba.
Sabía... sabía que Dick estaba vivo en éste universo, fue lo primero que comprobé cuando llegué a la Atalaya. Pero aún no había podido... No había podido prepararme... para ésto... Abrí y cerré la boca varias veces, incapaz de moverme o decir algo.
¿Qué, por todo lo sagrado, puedes decirle al hijo que murió por tu culpa?
Tardé demasiado tiempo en reaccionar y él terminó por descubrirme allí, de pie entre las sombras. Se me quedó mirando sin decir nada, el rostro que llevaba tantos años sin poder ver oculto tras la máscara negra.
- Nightwing -acerté a musitar con la boca seca. Incluso ahora no sabía que decirle. Después de tanto tiempo, seguía sin saber qué decirle. Me obligué a decirme que no era ni el momento ni el lugar para emotivos reencuentros-. ¿Has venido a por Hiedra? Tienes que tener cuidado... No sé cómo, pero tiene más poder que nunca, y la Cosa del Pantano está de su lado.
No hubo movimiento ni respuesta por su parte. Piensa, Bruce, piensa... El Nightwing de éste universo piensa que Batman, su Batman, está muerto. Por supuesto que no va a confiar de inmediato en ti... Le has enseñado bien. Piensa en algo... dile algo que sólo él y tú podáis saber... Algo que haya permanecido inmutable a pesar del cambio de universos...
Y, entonces, supe exactamente qué debía decir...
- *Sastipe, chal. I'm your dado.
*"Hola, hijo. Soy tu padre", en romaní.
_________________
Dick Grayson DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 2393 Fecha de inscripción : 12/11/2013 Localización : Blüdhaven Empleo /Ocio : Heredero de Industrias Wayne Humor : ¿Alguna pelirroja por ahí?
Ficha de Personaje Alias: Nightwing Nombre real: Richard John Grayson Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 6th Junio 2021, 21:10
El silencio precedió a la tormenta.
Las dos figuras intrusas avanzaban en completo sigilo por el jardín de Hiedra Venenosa. Una quietud a la que Nightwing estaba demasiado acostumbrado. Él había aprendido a moverse igual, no en vano era el hijo adoptivo del mejor detective del mundo y había sido entrenado duramente para enfrentarse a todo tipo de individuos. Entre ellos… el mismísimo Batman.
Dick esbozó una sonrisa socarrona tras detectar por el visor calorífico una imponente figura que se balanceaba por las vigas del techo, hasta descender suavemente a sus espaldas como una ligera pluma. El moreno cerró los ojos, concentrándose en sus reflejos más primitivos y dejó que el enemigo se confiara de la situación por un momento. Estaba preparado para jugar con su nueva presa. Para burlarse de ella y humillarla... pero el enemigo no llegó a dar el primer paso, algo que hizo volverse al pájaro azul.
Los bastones eléctricos brillaron en la oscuridad y Nightwing distinguió entre las sombras a la amenaza negra enjaulada en un traje de murciélago que conocía muy bien...
— Tu… — susurró con una voz de desgarrado rencor. Sus ojos se afilaron en torno al hombre que tenía en frente, llenos de un profundo y amargo odio. El muchacho parecía haber obviado cualquier advertencia sobre Hiedra y la Cosa del Pantano, pues parecía totalmente concentrado en el hombre que había sido su padre. —¡Impostor!— exclamó de pronto, abalanzándose sobre Batman con sus escrima sticks por delante. Con un suave desliz de sus pulgares, elevó el voltaje de los mismos al máximo. —¿Cómo te atreves a vestir como él?
Había dolor en sus palabras, y la ira empezó a crecer desde su pecho hasta devorar cualquier otro sentimiento que considerara inútil. Pues bajo los efectos del encantamiento de Ivy, su odio era lo único que le daba fuerzas.
Tras el primer intercambio cuerpo a cuerpo, Nightwing esquivó los ataques del impostor con una grácil acrobacia, y extrajo del compartimento secreto de sus guante varios de sus Wing-dings, para después lanzarlos con suma precisión a los puntos vulnerables del murciélago. En medio de la oscuridad, los ojos azules del muchacho brillaron en un tenue color esmeralda que Batman reconoció al instante.
— ¡Mi padre está muerto y tú desearás no haberte puesto su traje!— Dick apretó la mandíbula, sintiendo como el odio le carcomía por dentro hasta que sus dientes chirriaron. ¿Cómo se atrevía siquiera a hablarle con la lengua de su madre?
Nightwing se lanzó de nuevo contra su adversario, sin saber con quién se estaba enfrentando realmente. Mientras los químicos de Ivy siguieran corriendo por su sangre, nada ni nadie le haría cambiar de idea. Sólo pensaba en churruscar al imitador del murciélago con sus bastones eléctricos. Hacerle arder... hacerle gritar… para poder regodearse en su dolor por haber difamado la figura de su padrastro con su simple presencia.
Los dos Bruce Wayne que había conocido a lo largo de su vida habían muerto de forma abrupta. Sin despedirse. Le habían abandonado... Y no iba a tolerar que un tercero volviera a atormentarle de nuevo.
El símbolo del murciélago moriría aquella noche junto al intruso. Y Gotham no volvería a ver a su justiciero enmascarado nunca jamás...
_________________
Selina Kyle DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 20/10/2014 Localización : Las azoteas de Gotham Empleo /Ocio : Ladrona Humor : Meoow
Ficha de Personaje Alias: Catwoman Nombre real: Selina Kyle Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 12th Junio 2021, 17:04
Selina esperaba encontrarse con Pamela... No con el muchacho al que el Murciélago había llegado a considerar su propio hijo. La primera parte del combate había sucedido tan deprisa que la Gata no había alcanzado a intervenir.
Sí que había sido testigo de la cruda réplica del más joven al intento de aproximarse de Batman, y del resplandor verde de sus ojos. Aquello no tenía buena pinta.
— ¡Mi padre está muerto y tú desearás no haberte puesto su traje!— gritó Nightwing, lanzándose de nuevo contra su mentor.
No llegó a alcanzarlo. Una tira de cuello se enroscó bruscamente en uno de sus tobillos, haciéndole perder el equilibrio y rodar por el suelo. Por fortuna para él, sus reflejos de acróbata acudieron en su ayuda; pronto estuvo de vuelta sobre sus pies, vuelto hacia la nueva amenaza.
—No tan deprisa, Pajarito—ronroneó Selina, haciendo chasquear el látigo de nuevo. Resultaba reconfortante volver a tener el mango de cuero en sus manos.
—Selina, no le hagas daño. Ivy lo está controlando.— intervino Batman. Había cierta urgencia en su voz, como si realmente pensara que la ladrona podía herir de gravedad a su querido pupilo.
—No me digas...—replicó Catwoman. Conocía lo suficiente al pupilo de Batman como para saber que su comportamiento no era el habitual. El chico que había hablado con ella en el funeral no estaba rabioso. Estaba destrozado. —¿Tienes alguna idea de cómo evitar que nos haga daño a nosotros y que no implique dejarlo inconsciente? —preguntó.
No la entusiasmaba el tener que enfrentarse al chico, pero no iba a permitir que una marioneta de Pamela los derrotara.
—¿Por qué no arreglamos esto fuera del Jardín Botánico?—dijo, dirigiéndose a Nightwing. No le gustaba jugar en el territorio de Pam. Se sentía en desventaja. —Estoy segura de que aquí hay un montón de especies protegidas, y no quiero cargármelas por accidente.
_________________
"Nueve vidas, ¿recuerdas?"
Poison Ivy DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
Ficha de Personaje Alias: Poison Ivy Nombre real: Pamela Lillian Isley Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 22nd Julio 2021, 00:07
Los días pasaron sin muchos altercados. Le llegaban vagas noticias de los invitados del laberinto, de que seguían con vida, pero tampoco dedicó mucho tiempo a estar presente a sus movimientos. Tenía cosas más urgentes e importantes que atender como para cuidar a modo de niñera a dos adultos que además destacaban por su capacidad de supervivencia. Por eso cuando le zumbaron los oídos con la noticia de que habían conseguido escapar, que iban armados y que la estaban buscando, no fue sorpresa. De hecho entraba en sus planes, tal vez no tan pronto, pero contaba con un segundo encuentro con el murciélago y su amiga. Precisamente por eso se anticipó al conseguir a su nuevo y mejor aliado. Había caído como una bendición del cielo … Ahora comprendía por qué algunas personas decían que los hijos venían de las estrellas.
Ya durante la preparación el pequeño héroe parecía dispuesto a colaborar y se colocó en posición antes de que ella tuviese que decírselo. El plan había salido a la perfección, su influencia se había enraizado en el corazón del joven. Lo que Ivy no sabía era que había mucho más hilo del que tirar…
Aguardó paciente su llegada, colgada divertida de un columpio en lo alto del lejano techo, escuchando la conversación según se encontraron.
Nunca. Jamás. En la vida había visto al murciélago tan bloqueado como en ese instante. Había hablado en un idioma que no sabía identificar y su perplejidad detuvo su marcha. Eso de la mochila parecía un lanzallamas y la gata… Bueno. La gata mantenía su tipo y su equipamiento por completo. Decepcionante por su parte.
El joven había mencionado la palabra impostor… ¿Significaba eso que Batman realmente había muerto? ¿Quién entonces había conseguido su traje y con qué propósito? Y la palabra ... Resonó en el córtex de la metahumana en bucle. ¿Estaban emparentados de sangre? La cosa se ponía cada vez más interesante, pero con el barullo el agua del estanque empezó a emitir ondas constantes y cada vez más pesadas. Hiedra dirigió las pupilas hacia el agua y negó con la cabeza, haciendo que las ondas parasen hasta volver a ser un lago en calma. Inclinó la cabeza hacia abajo, pendiente de la discusión familiar moviendo los pies divertida de delante a atrás.
Pero la ladrona tuvo que entrometerse.
Chasqueó la lengua con molestia y descendió una liana directa al cuello encuerado de su antigua compañera. Directa como el latigazo que ella le había propinado a su nuevo esbirro, buscando enroscarse bajo su mandíbula y levantarla del suelo. -Vamos gatita, no te metas en grescas familiares… Hay que dejar que solucionen los conflictos entre ellos para tener un núcleo funcional…- rió con una carcajada que retumbó por las paredes. La interacción de la científica hizo que los héroes detuviesen su combate. No quería hacerle daño a Selina, sólo dejarla fuera de combate. Y fue lo que intentó cuando más ramas se extendieron hacia su cuerpo para mantenerla retenida en una especie de crisálida vegetal.
La mirada verde se dirigió entonces a Nightwing -Tranquilo mi amor… yo te protejo- inquirió mientras el columpio descendía cada vez más hasta dejar sus pies en el suelo.
La mano de la pelirroja cruzó la espalda del joven, en un dibujo aleatorio que trazaban las yemas de sus dedos describiendo un mensaje de lujuria, amor e impaciencia que el moreno había conocido ya entre bambalinas y había endulzado como si se tratase de un verdadero romance. Los pasos de la mujer verde se deslizaban con cautela en torno al héroe, girando a su alrededor sin dejar de tocarle -Sabes que estoy aquí para ayudarte… Haz lo que debas hacer… Pero no te hagas daño- estando detrás de él, deslizó los brazos por las costillas del hombre, estrechándose sobre su pecho con un abrazo que duró más de lo que debería. Acercó los labios a su oído y un último susurro dio fin a la charla -Confío en ti…-
_________________
You don´t need a sword to cut two roses...
Mis Raíces:
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 23rd Julio 2021, 01:43
De todos mis hijos, Dick siempre fue el más visceral, el más pasional. Siempre mostró claras dificultades a la hora de contener el torrente de sus emociones allá donde yo encontraba problemas para dejarlas salir. Ésta evidente incompatibilidad nos hizo chocar en numerosas ocasiones durante su adolescencia. Mientras la muerte de mis padres me hizo recluirme en mí mismo y tratar de encontrar un sentido superior, a Dick le inundó de una furia que nacía del sentimiento de impotencia por no haber sido capaz de impedirlo, no sólo por su diferente temperamento, sino también porque la tragedia le alcanzó a una edad más tardía. Yo sólo era un niño que se sintió abrumado por el sentimiento de culpa; Dick estaba furioso con el mundo, necesitaba una clase de guía y consuelo que yo, por desgracia, no le pude dar. Con el tiempo, he ido aprendiendo de mis errores. Quiero pensar que estuve ahí para Jason cuando me necesitó... aunque no cuando más me necesitaba, y eso es algo que me perseguirá hasta el día de mi muerte. Quiero pensar también que fui mejor mentor para Tim de lo que fui para Dick, pero también el carácter y la personalidad del chico hacían que pudiéramos congeniar mejor, y, además, con él nunca tuve la presión que tuve con Dick, porque Tim no necesitaba un padre, sólo un maestro. Es fácil ser un maestro, pero es infinitamente más complicado ser padre, y con Dick me pilló muy joven. Demasiado absorbido por la Cruzada como para poder prestar a un niño huérfano la atención y el cariño que necesitaba. Creo que con Damian mostré bastante más paciencia que la que nunca tuve con Dick, y sabe Dios que no fue fácil... El chico fue, en todos los sentidos, un reto muchísimo mayor.
No voy a decir que quise más a Dick que a los demás... porque los quiero a todos por igual... aunque no siempre sepa demostrarlo... Pero... sí que es al que más he sentido siempre, y sentiré... como mi hijo...
No sabes cuánto lamento... Dick... no haber sido capaz de decirte ésto cuando aún estabas vivo...
Mentiría si dijera que no me esperaba una reacción agresiva por su parte al verme. Como ya he dicho, las diferencias entre nuestras personalidades, sumadas a los rencores acumulados por mis faltas como padre, han provocado a menudo que acabáramos peleando. Su carácter impulsivo y pasional unido a mi carencia de habilidades para resolver las cosas de una manera no violenta han sido el origen de más de un cruce de puñetazos entre él y yo.
Pero... en ésta ocasión... En ésta ocasión fue diferente... El Dick que yo conocía habría reaccionado de una manera impulsiva, pero no violenta... Sus movimientos habrían estado impulsados por la frustración, no por el odio. La animadversión que rezumaba su voz y transformaba los gestos de su cara en un rictus de aversión no era propia de él. No le había visto en ese estado ni siquiera tras la muerte de Jason, porque, en lo más profundo de su ser, en su corazón, Dick Grayson siempre ha sido, en esencia, un espíritu noble, y eso era lo que le hizo ser siempre el mejor de todos nosotros.
Sí, el Batman que él conocía había muerto, pero debería haber reaccionado a la frase que le dije en romaní. Eso era algo que sólo sabíamos él y yo, un origen del que siempre procuré que se sintiera orgulloso. Sí, tuve mis carencias como padre, pero me esforcé por hacerle completar un entrenamiento sin mácula, y entre las habilidades en las que le instruí se encontraba la capacidad de observación y análisis que caracterizan a cualquier buen detective. Mi hijo no habría pasado por alto aquél código secreto entre ambos, por impulsivo que pudiera ser. Era bastante evidente para mí que no era dueño de sus actos. Algo estaba interfiriendo con su capacidad para razonar y procesar la información, y tenía una idea bastante clara acerca de quién se trataba bastante antes de distinguir el brillo verde en su mirada.
Oh, no... No he cruzado un mar dimensional sólo para perderte de nuevo, hijo... No pienso hacerlo.
Se abalanzó sobre mí, descargando una serie de golpes rápidos con sus bastones de combate que yo bloquee con los guanteletes que, afortunadamente, aún conservaba de mi armadura, un segundo antes de inclinarme para descargar una patada alta a la cara que tuvo que esquivar saltando hacia atrás. Cuando volvió a atacar, sujeté uno de sus bastones, atrayéndolo hacia mí al tiempo que lanzaba una patada a la zona de su abdomen. La única manera que tenía de evitar el golpe era soltar el bastón para poder hacer una acrobacia que pusiera distancia entre los dos, pero, lejos de quedarse desarmado, arrojó sobre mí varios Wing-dings que yo aparté de mi camino golpeándolos hábilmente con su propio bastón.
- Nightwing... no quiero hacerte daño -le advertí, apagando la corriente eléctrica del arma.
— ¡Mi padre está muerto y tú desearás no haberte puesto su traje!—fue su única y rabiosa respuesta, que despertó en mí ecos de un dolor agónico que recordaba muy bien.
El de sostener el cuerpo sin vida de mi hijo entre mis brazos.
En ese momento quise abrazarlo, consolarle, decirle que todo iba a ir bien, que de verdad era yo, que estaba vivo, que estaba allí por él y que ya nunca iba a volver a abandonarle... Pero, cuando quise hablar, mis labios se tensaron, impidiéndome decir todo cuanto quería decir. Nightwing se abalanzó sobre mí, pero, antes de que pudiera alcanzarme, una larga correa de cuero se enroscó con perfecta precisión en torno a su cuello, tirando de él. Selina... casi me había olvidado de ella.
—Selina, no le hagas daño. Ivy lo está controlando -dije. Era una información innecesaria, estaba seguro de que la ladrona era consciente de ése hecho. De lo que ya no estaba tan seguro era de si sería capaz de hacerle daño o no. Selina siempre ha sido bastante más pragmática que yo, y también más dada a considerar que el fin justificaba los medios. En circunstancias diferentes habría podido estar de acuerdo... Pero no con Dick. Necesito estar seguro de que lo entiende. Daría cualquier cosa por ella... pero si se trata de algo que afecta a mi hijo me enfrentaría a ella sin dudarlo.
—¿Tienes alguna idea de cómo evitar que nos haga daño a nosotros y que no implique dejarlo inconsciente?
Era una buena pregunta. Lo único que se me ocurre que nos permita inutilizarlo sin provocarle una conmoción cerebral es desencajarle el hombro. Dolerá... pero siempre será menos arriesgado que lo primero. Estaba a punto de responderle cuando una liana descendió desde las alturas, atenazándola por el cuello y alzándola en el aire, obligándola a soltar el látigo para evitar ahorcarse.
Ivy... Ha sido muy inteligente, lo admito. Toda ésta jugada con Dick buscaba distraerme de mi verdadero objetivo, que era ella, y, lamentablemente, debo decir que lo ha conseguido. He estado tan focalizado en él que he olvidado a quién había venido a buscar, y ahora me pasaba factura. Rápidamente empuñé uno de los últimos batarangs que me quedaban y lo arrojé contra la liana que envolvía el cuello de la mujer gata antes de que pudiera llegar a realizarle daños mayores, pero no sirvió de nada, porque un sinfín de ramas y enredaderas se alzaron para acogerla en su seno, encerrándola dentro de una especie de prisión vegetal tan intrincada que volvía imposible liberarla de manera rápida, aunque no tanto como para que no pasara el aire. Al menos, no moriría asfixiada.
-Tranquilo mi amor… yo te protejo.
Mi mirada acerada se volvió hacia la mujer verde mientras sus plantas la hacían descender grácilmente junto a Nightwing, viéndome obligado a presenciar cómo se paseaba a su alrededor, como quien exhibe con orgullo una preciada posesión, sin dejar de mancillar su cuerpo -el cuerpo de mi hijo- con aquellas manos que no ofrecían más que un amor forzado, una entrega no consentida.
Siempre me he enorgullecido de ejercer un control perfecto sobre mis emociones, pero Poison Ivy acababa de cometer un terrible error: se había atrevido a tocar a dos de las personas más importantes de mi mundo. Mi familia.
Así que yo ahora me ocuparía de la suya.
Empuñando el lanzallamas, apunté hacia las plantas del invernadero y accioné el disparador, haciendo que una llamarada se abatiera sobre las más cercanas. Lo justo para hacerle sentir el dolor.
- Como ha dicho Selina, estoy seguro de que tienes especies protegidas y en peligro de extinción aquí. De hecho estoy reconociendo unas cuantas -dije, apuntando con el lanzallamas a donde sabía que podría realizar más daño-. Libéralos. Deshaz tu ponzoñosa influencia sobre el chico y apártate de él o juro por Dios que quemaré el invernadero entero.
A Dick Grayson le gusta esta publicación
Dick Grayson DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 2393 Fecha de inscripción : 12/11/2013 Localización : Blüdhaven Empleo /Ocio : Heredero de Industrias Wayne Humor : ¿Alguna pelirroja por ahí?
Ficha de Personaje Alias: Nightwing Nombre real: Richard John Grayson Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 31st Julio 2021, 22:09
La rabia cegó su pensamiento analítico y Dick Grayson se abalanzó contra el falso Batman sin pensárselo dos veces. Él siempre había sido más pasional que su mentor, e improvisar durante los combates muchas veces le había resultado útil. Pero en aquel instante, no se fijó en que una gatita le acechaba por la espalda hasta echarle el lazo.
El látigo se enrolló en su tobillo como una serpiente y le obligó a detenerse en seco. Los reflejos del acróbata, sin embargo, seguían siendo fieles a los Grayson Voladores. Nightwing apoyó su mano contra la superficie de piedra evitando así caer de morros contra el suelo. Entonces lanzó un Wing-ding en dirección a la compañera de Batman, para después rodar por el suelo, alejándose de sus enemigos.
—¿Estás con el impostor?—le gruñó a Selina con fiereza y suma indignación. La misma mujer que se había despedido de su padrastro entre lágrimas, en la que había confiado para construir una Gotham mejor… ahora estaba aliada con el enemigo que quería destruir la fortaleza idílica de Hiedra.
Antes de que pudiera hacer nada al respecto, su compañera verde atrapó entre sus lianas a la gata hasta crearle su propia jaula de ramas y hojas completamente personalizada. La eco-terrorista aprovechó entonces para acercarse al primer Robin con una familiaridad inimaginable entre los dos. Él le devolvió la sonrisa, como si la conociera de toda la vida y se relajó al sentir sus delicados y traviesos dedos recorrer su tensa espalda.
—Gracias por cubrirme las espaldas, pelirroja… —sonrió de forma socarrona mientras le guiñaba un ojo. Un mote cariñoso que sólo utilizaba para referirse a Barbara y que ahora parecía usar a la ligera con su nueva aliada.
La confianza que le ofrecía Hiedra le devolvió el coraje. Ni siquiera su mentor en sus mejores momentos se había sentido tan orgulloso de él y le habría depositado toda su confianza. Ivy era su nueva amiga y le trataba como su igual, como a su más valioso aliado. Le felicitaba el trabajo bien hecho y le cuidaba, se aseguraba de que se encontrara siempre bien. Una diferencia realmente abismal si trataba de compararla con su anterior mentor.
—No te preocupes, acabaré rápido con esto...— los ojos de aura verdosa se estrecharon al centrarse de nuevo en su enemigo. La rabia y el odio le dieron fuerzas para volver a abalanzarse contra su falso mentor. Tres Wing-dings más se dirigieron a la piel descubierta del murciélago en cuanto el impostor amenazó la vida de las más preciadas plantas de su compañera. Con su otra mano, apuntó con el gancho de la Wing-garra en dirección al tubo del lanzallamas con la intención de desviar la trayectoria del fuego y evitar así una desgracia ecológica.
— Suelta eso, viejo, no te vayas a quemar por accidente...— se burló el joven Robin mientras realizaba otra acrobacia y se posicionaba grácilmente a las espaldas de Batman. Con las manos ocupadas en el lanzallamas, Dick trató de realizar una llave para desequilibrar a su contrincante y arrojarle contra el suelo con fuerza. Le había robado uno de sus preciados palos de eskrima, por lo que ahora sólo le quedaba el combate cuerpo a cuerpo para derrotarle.
_________________
Poison Ivy DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
Ficha de Personaje Alias: Poison Ivy Nombre real: Pamela Lillian Isley Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 26th Agosto 2021, 14:58
Pamela no podía permitirse fallar. No en un instante como ese. Ya no sabía cuántos Batman había conocido, cuántos habían sido auténticos o si lo era alguno. El mundo estaba loco… y ella no pensaba esperar a resolver sus dudas sobre el murciélago para pasar a la acción. Lo del chico había sido una apuesta arriesgada. Tal vez después de la supuesta muerte del caballero no le recordase, tal vez fuese de otro mundo… Pero para su tranquilidad, el justiciero pareció reaccionar como ella esperaba que lo hiciese, moderando su ataque.
Lo cierto era que había gran parte de placer en verles pelear entre sí mientras observaba desde la altura. No se identificaba como una cobarde, pero sí como una persona que valoraba mucho la tranquilidad. Y si podían entre ellos poner fin a su conflicto, ella podría concentrarse en mantener esa paz que tanto disfrutaba. Le sorprendió gratamente que el chiquillo fuese capaz de darle pelea al mismísimo cruzado de la capa. Era como si hubiesen peleado juntos antes y aun así pudiesen sorprenderse.
Pero entonces sintió en su piel la tensión, la inquietud… El lanzallamas se giraba lentamente hacia las plantas más delicadas de la formación. Ivy frunció el ceño y furibunda se abalanzó sobre él, pero el moreno se adelantó. Una acrobacia, un gancho metálico y una pirueta más tarde, se encontraba forcejeando con Batman. Hiedra respiró con alivio al ver que realmente podía tomar cargo de él y se mantendrían entretenidos. Durante su forcejeo, Ivy reavivó las pobres criaturas que aún seguían muertas, perdiendo su preocupación por los humanos que acompañaban la pelea.
Escuchaba los golpes, bloqueos y jadeos de esfuerzo entre ambos hombres mientras sus pequeñas volvían a cobrar vida. Aunque su mente… su mente estaba muy lejos. Cuando Batman había carbonizado como aviso esa pequeña sección… Ella no había sentido dolor, por primera vez en muchos años. La consternación protagonizaba el rostro verde que confuso se concentraba en hacer crecer a las pequeñas de nuevo. Para cuando coniguió restaurarlas giró el rostro al murciélago. -Así que… ¿Ojo por ojo eh…?- la lucha entre ambos no había terminado. El cruzado de la capa y su pupilo seguían en una intensa lucha en la que no había claro vencedor, sus cuerpos giraban turnándose la posición dominante, reteniendo el arma mientras esta disparaba de forma constante ya que la tensión no permitía que el héroe soltase el gatillo. Pero la villana no pudo esperar más. Si Batman estaba dispuesto a echar a arder todo el invernadero destrozando así el plan y su poca esperanza de permanecer con vida, debía detenerlo. Las miles de libras de material inflamable que se encontraba bajo el edificio no le pasaban desapercibidas. Tal vez él ya lo supiese, Selina lo sabía y no era tan descuidada como para dejar pasar un detalle así. Quizá, de hecho, quisiera aprovecharse de ello. ¿Qué es un edificio abandonado en comparación a una victoria para el roedor con alas?
No esperó un solo instante de pelea más. El lanzallamas se había desplazado en su baile violento hacia la zona más delicada de las crías del invernadero, y no podía consentirlo… Meses de trabajo, de esfuerzo… La crianza de cada una de sus hijas, su momento de esplendor.. Estaba a punto de arruinarse todo por un incidente, un daño colateral de una pelea entre dos hombres. -Deteneos...- susurró mientras corría a toda velocidad. Rogando al mundo para que ese arma se apagase
-¡¡¡SUFICIENTE HE DICHO!!!- Y alzó su cuerpo entre las pequeñas especies en riesgo y la llama del arma, que no se detuvo.
Potentes llamas con hedor a gas rodearon el cuerpo de Hiedra, recorriendo su piel, su pelo y su rostro con potencia. Ella gritó, una única vez, sintiendo el potente calor que bailaba sobre ella.
Bailaba… pero no dolía…
En cuanto ambos héroes se percataron, detuvieron su pelea y el arma dejó de escupir fuego. Las últimas corrientes flamígeras que recorrieron el cuerpo de Pamela se extinguieron en su diestra, que observaba con curiosidad dando vueltas entre la palma y el dorso.
Una sonrisa, satisfecha y tranquila pero sobretodo poderosa, robó la escena. -Fíjate…- escupieron dos voces diferentes de los labios de la pelirroja.
La piel de la metahumana brillaba con un verde intenso, tóxico… como si estuviese vivo dentro de ella. Sus venas emanaban una intensidad que hacía que toda su piel se viese más vibrante. Era como si… hubiese absorbido el fuego.
Cerró los ojos y respiró hondo como si pudiese llenar aún más sus pulmones, alzó la vista al cielo y disfrutó de esa sensación desconocida que le recorría el cuerpo. Era poder… Poder en estado puro. Como cuando Jason Woodrue terminó la experimentación o cuando le encontró a él en el pantano… El atuendo de Hiedra se modificaba con una capa y piezas nuevas para las piernas, bajo sus párpados un brillo rojo se abrió camino mientras ella suspiraba de placer. En su cabeza se enraizó una corona que a su vez tenía similaridad con dos cuernos. Bajó el rostro… y abrió los ojos brillantes color sangre sobre su sonrisa. -Esto sienta de miedo…- y dirigió la mirada a ambos hombres.
Cualquiera que conociese a Hiedra Venenosa… sabía que no era lo que había frente a ellos.
Un fuerte estruendo avisaba de que la tierra se empezaba a agrietar. Con Nightwing de su lado, el poder del pantano y su propia habilidad el murciélago no tendría nada que hacer. Cientos de zarzas afiladas como cuchillas salieron del suelo destrozando la tierra y a cualquier cosa que encontrasen a su paso, incluyendo la jaula improvisada que retenía a Selina, aunque a ella sólo le rozaron el muslo izquierdo.
Tenían que salir de ahí si querían seguir con vida. La pregunta idónea era… ¿Les permitiría su amigo escapar?
_________________
You don´t need a sword to cut two roses...
Mis Raíces:
A Dick Grayson y a Bruce Wayne les gusta esta publicación
Selina Kyle DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 20/10/2014 Localización : Las azoteas de Gotham Empleo /Ocio : Ladrona Humor : Meoow
Ficha de Personaje Alias: Catwoman Nombre real: Selina Kyle Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 25th Diciembre 2021, 20:51
Selina no recordaba haber pedido una jaula por su cumpleaños.
Detestaba las jaulas con todo su ser. No había nada sutil en aquel odio hacia cualquier cosa que la privara de su libertad. A la gata le encantaba romper las normas; poner el mundo al revés, sentir el viento en su rostro y la ciudad bajo sus pies.
Pero, aunque aferró los barrotes con rabia, era consciente de que la pelirroja podría haberla matado con la misma facilidad con la que la había rodeado de troncos y enredaderas.
Aún así, detestaba haberse visto reducida a una mera espectadora del combate que tenía lugar frente a ella. Había algo hipnótico, por supuesto, en la lucha entre los dos hombres. La flexibilidad y la velocidad de Nightwing; la fría precisión de Batman. Los golpes se alternaban; elásticos, secos. Las palabras saltaban entre ellos de tanto en tanto, palabras que no dejaban ninguna duda acerca del control que Pamela ejercía sobre el chico.
Sólo que... Pamela...
La amenaza del fuego empujó a Selina al fondo de su jaula. Impotente, vio a su antigua aliada y amiga correr hacia las llamas. Tal vez había cambiado de bando pero, aún así, se oyó emitir un chillido de advertencia.
Pero no habría sido necesario. Al fin y al cabo, Hiedra ya no era la mujer que Selina recordaba.
El fuego, lejos de consumir a Pamela, besaba su piel verde como si le jurara lealtad.
Creyó que sus oídos la traicionaban cuando una amalgama de dos voces brotó de sus labios.
—¡Murciélago! Ésa no es Hiedra—dijo, aunque sabía que no era necesario.
De todos los presentes, ella era quien creía conocer mejor a Pamela, pero estaba segura de que los cambios que había experimentado la pelirroja no habían pasado desapercibidos al ojo analítico de Batman.
Mientras hablaba, y casi como para darle la razón, una corona de vegetación trepó por el cuerpo de Hiedra Venenosa y ciñó su frente. Las espinas brotaron por todas partes. Una de ellas rozó el muslo de Selina, que siseó de dolor. O tal vez fuera rabia, o impotencia.
—Maldita sea —espetó, forcejeando con los barrotes... aunque sabía que era inútil—.¡Sácame de aquí, Pamela!
_________________
"Nueve vidas, ¿recuerdas?"
A Dick Grayson y a Bruce Wayne les gusta esta publicación
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 28th Diciembre 2021, 01:32
Por supuesto, no esperaba que fuera fácil. Nunca lo es. Conozco bien a Dick; el chico es impulsivo y por lo general no me resulta un problema anticipar sus movimientos. Estando bajo la influencia de Ivy era aún más fácil predecir lo que iba a hacer. Mis antebrazos protegidos por los brazales de la armadura se alzaron en el momento en el que escuché el más que familiar sonido de pequeños objetos arrojadizos cortando el aire. Era obvio pensar que trataría de apuntar a las zonas más vulnerables de mi cuerpo, así que realicé un rápido cálculo basándome en la evidencia unida a la trayectoria visible para bloquear los tres, aunque no pude evitar que el gancho de la Wing-garra se afianzara en el cañón del lanzallamas que había tenido que sacrificar en aras de protegerme a mí mismo. Dio un tirón brusco y lo solté, sabiendo que de intentar retenerlo sólo conseguiría desequilibrarme. De un salto se colocó tras de mí y trató de atacar, pero yo ya le esperaba, y, girando sobre mi propio eje, le propiné una patada calculada en el diafragma, con la suficiente intensidad como para dejarle sin respiración.
- Nightwing -le dije cuando el muchacho se dobló sobre sí mismo a causa del dolor-. No quiero hacerte daño. Hiedra te tiene bajo su influjo. Tienes que luchar contra ella, resistirte.
El chico se incorporó lleno de ira y se arrojó contra mí. Yo le esquivé con facilidad, y, cuando intentó golpearme, me aparté para dejar pasar el puño y desviarlo con la palma de la mano al tiempo que dirigía un golpe shuto ascendente hacia su ingle. Cuando volvió a doblarse por reflejo me salí de la línea del golpe y dirigí un rodillazo contra su cara.
- Basta, Nightwing. Tienes que luchar contra ella -insistí. Sabía que sería difícil pero tenía fe en el chico, en su fuerza de voluntad. Tenía confianza en mi hijo.
Su respuesta fue, desde el suelo, realizar un barrido hacia mis piernas que esquivé saltando, y una patada circular alta en cuanto se incorporó que yo evité apartándome.
- ¡Nightwing, yo no soy tu enemigo! ¡Despierta!
Un nuevo puñetazo que esquivé dejándome caer hacia atrás, y cuando trató de asestar una nueva patada la bloqueé con los brazales. Se nos acababa el tiempo; el fuego seguía extendiéndose y Selina estaba atrapada. Tenía que terminar aquello como fuera.
Cerrando el puño para formar un nakadaka ken golpeé con el dedo corazón en su plexo braquial, lo suficientemente fuerte como para adormecerle el brazo derecho pero no tanto como para romperle la clavícula.
Abrí la boca para rogarle una vez más que se detuviese, pero Pamela lo hizo por mí, lanzando una orden imperiosa que de inmediato atrajo nuestra atención.
Pamela... se había parado en medio del fuego, pero éste, en lugar de devorarla y consumirla la veneraba como si se tratara de una diosa.
A aquellas alturas, para cuando Selina gritó su advertencia resultaba completamente innecesaria.
Debería haberlo imaginado... Debería haberlo comprendido... La Hiedra Venenosa que yo conocía nunca había tenido tanto poder, y había ido a aterrizar en un universo infestado de demonios... Pero no había tenido acceso a mis ordenadores, a mis recursos, no había podido analizar nada, y siempre cabía la duda de que la Poison Ivy de aquél universo fuera más poderosa que la que yo había conocido. No... No podría haber previsto aquello, no en circunstancias tan precipitadas. Pero ahora no podía preocuparme por eso. El lugar entero se estaba viniendo abajo, y lo que era peor...
- Selina...
Su nombre brotó entre mis labios como un susurro apremiante. Rápidamente me encaramé a la crisálida que la mantenía cautiva usando la pistola de gancho y, con la ayuda del pequeño láser de acetileno del cinturón de utilidades comencé a segar y a desgarrar las hebras, tirando de ellas para ayudarla a salir.
- Tranquila, Gata... -le dije ofreciéndole mi mano-. Te sacaré de aquí.
_________________
A Dick Grayson y a Elysia Stavridis les gusta esta publicación
Dick Grayson DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 2393 Fecha de inscripción : 12/11/2013 Localización : Blüdhaven Empleo /Ocio : Heredero de Industrias Wayne Humor : ¿Alguna pelirroja por ahí?
Ficha de Personaje Alias: Nightwing Nombre real: Richard John Grayson Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 11th Enero 2022, 01:23
De haber mantenido la mente más fría, la lucha entre padre e hijo hubiese empezado de forma más equilibrada. Pero Nightwing se dejó llevar demasiado por la rabia al ver la sombra del murciélago caminando entre los vivos. Batman le devolvió varios golpes con dureza, táctica y precisión, sintiéndose humillado de nuevo, mientras escuchaba los ruegos y súplicas de alguien en quién no confiaba. Era una pérdida de tiempo razonar con alguien que era incapaz de despertar de un control mental tan poderoso.
—¡CÁLLATE!— le gritó, cuando por fin recuperaba el aliento después de la patada en el diafragma.
Pero la rabia le daba una nueva fuerza. Era la primera vez que Nightwing podía luchar sin tener miedo de cruzar el límite, pues la ética y la moral que Batman le había inculcado habían quedado reducidas por un simple deseo de Poison Ivy. La brutalidad de Nightwing hizo retroceder al murciélago varias veces, un torbellino de agarres, puñetazos y patadas que eran prácticamente imposibles de esquivar. Los dos hombres se enzarzaron en una lucha de las que no parecía tener un vencedor. Cuando no era Dick retorciéndose de dolor en el suelo, era Bruce escupiendo la sangre sobrante de la boca. Hasta que de pronto…
-¡¡¡SUFICIENTE HE DICHO!!!
Como buen siervo, Nightwing detuvo la pelea al instante de recibir las órdenes imperiosas de su ama, admirando desde su posición la hermosa joya esmeralda envuelta en llamas. Cuando Pamela habló con dos voces, Dick siguió calmado y en silencio, puesto que no era capaz de distinguir lo diferentes que eran en comparación, la doctora Isley y su demoníaca versión. A él tan solo le importaba una cosa: vengarse del hombre que había robado el traje del murciélago.
Pero Bruce tenía otros planes. En cuanto tuvo la oportunidad, se libró del agarre de Nightwing y huyó en dirección a la jaula donde estaba cautiva la gata, dejándole de lado, otra vez. Probablemente, considerándolo un rival poco digno de su atención. Pero aquello sólo consiguió hacerle enfurecer más.
— No irás a ninguna parte, impostor. ¡Tu enemigo soy yo!— gritó el joven enmascarado, escupiendo algo de saliva debido a la rabia contenida.
Apretó el gatillo justo en el instante en el que la capa del murciélago dejaba entrever el brillo metálico de la columna vertebral enganchada a su espalda. En un parpadeo, la wing-garra se ancló a la prótesis y Dick tiró con todas sus fuerzas en un aullido de rabia y desesperación, hasta arrancársela de cuajo. El tirón impulsó a Bruce hacia atrás, impidiéndole en el último segundo alcanzar la mano de Selina.
El grito del murciélago podría haber desgarrado el mismo cielo. La columna de metal se había arrastrado varios metros lejos de él, dejando tras de sí un vasto rastro de sangre y carne viva desperdigada por la maleza de aquel jardín idílico.
—¿Qué te pasa ahora, eh? ¿Por qué no te levantas?— se burló Dick, caminando hacia él con una calma amenazadora mientras le dedicaba una mirada de infinita superioridad— ¿Ya te has dado cuenta de que puedo apañármelas yo solito? ¿De que por fin estoy a la altura de tus expectativas? ¿De que ya soy lo suficientemente bueno?
Una patada se incrustó de lleno en su estómago, aprovechando la ventaja de tenerle en el suelo bajo su merced. Después, al ver que seguía retorciéndose en el suelo, pero sin levantarse, Dick se agazapó a su lado y esbozó una sonrisa socarrona.
— Estoy cansado de que siempre te creas mejor que nadie, de que las cosas solo se puedan hacer a tu manera. —los ojos, ahora verdosos de Dick, eran la viva imagen del odio y el rencor — No te necesito. Estoy harto de vivir bajo tu sombra.
El primer puñetazo fue directo a romperle la nariz. El segundo fue a la mandíbula. Después, agarró el rostro ensangrentado de Batman con las dos manos y el tercero golpe se lo dio en la frente, usando su propia cabeza. Entonces, dejó que el silencio le calmara y después rió, deleitándose con los gemidos de sufrimiento de su mentor.
—Hay una clara diferencia entre tú y yo, Bruce, y es que nunca has llegado a aceptar la muerte de tus padres, y por eso sigues siendo tan infeliz. — dijo, retirándose con la mano los restos de sangre del murciélago que habían salpicado su jovial rostro.
Dick ya no era capaz de distinguir entre su padre y el impostor. Tan solo pensaba en saciar su sed de sangre.
— ¡Todo esto es por tu culpa! —De nuevo, voló otro puñetazo—¡Esto es por habernos fallado a todos! —y después otro— ¡Por la muerte de Jason!—y otro— ¡Por el disparo de Barbara! —y volvió a golpearle— ¡Por despreciar a Damian! —otra vez, y otra—Por abandonar a tu familia… por abandonarme otra vez…—insaciable. Nightwing estaba dispuesto a matar a golpes a aquel impostor si alguien no le detenía a tiempo…
_________________
Poison Ivy DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
Ficha de Personaje Alias: Poison Ivy Nombre real: Pamela Lillian Isley Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 24th Mayo 2022, 21:14
¡Murciélago! Ésa no es Hiedra- Escuchó el grito con claridad girando el rostro hacia el origen del ruido, pero para cuando quiso darse cuenta Selina ya se encontraba a medio camino cojeando hacia el lanzallamas. Tenía un objetivo, fue a por las especies protegidas, a por las niñas más frágiles. - No serás capaz…- ¡Libera al chico o lo quemo todo!- dijo encendiendo el lanzallamas a escasos centímetros de las hijas que a Pamela más le había costado construir. - Esto se pone interesante…- observó de refilón para afianzar la batalla entre los dos pequeños héroes.
Batman, inteligente, quiso huir con Selina de aquella situación antes de que el edificio se les viniera encima. Antes de alcanzarla el grito retumbó por todo el invernadero. Parecía que las propias plantas se habían petrificado ante tanto dolor. El tiempo se paralizó por un instante. Pamela, sorprendida, dejó de prestarle atención a la otra sirena y rotó lentamente sobre su propio cuerpo. Batman se arrastraba luchando por sobrevivir mientras su esbirro parecía estar desfogándose con él con el rencor de mil años.
Pamela empezó a levitar sostenida por dos lianas lentamente hacia la escena entre los dos hombres. Mientras tanto las plantas que Selina estaba amenazando empezaron a inundarse y bajo ellas unos potentes ojos rojos cubiertos de algas la invitaban a huir.
La pelirroja entrecerró los ojos con la patada en el estómago, sorprendida por la brutalidad. Sonrió. Eso no eran instrucciones directas, eso era puramente personal. Su sonrisa se amplió aún más. Un golpe contra el suelo, una nariz rota. Un segundo golpe, una mandíbula castigada. - Sigue…- susurró para sí, sin que llegase a ser una orden ya que Dick no pudo escucharla. Un tercer golpe, esta vez un cabezazo, hizo que Hiedra frunciera el ceño disfrutando del espectáculo. Acompañó al primer robin con una risa doble que hizo eco en la sala.
—Hay una clara diferencia entre tú y yo, Bruce, y es que nunca has llegado a aceptar la muerte de tus padres, y por eso sigues siendo tan infeliz. -
Pamela sintió, a pesar del fuego que acababa de besar su piel, que se le helaba la sangre. Frunció el ceño y todo su gesto se relajó. Sintió cómo su mente abandonaba su cuerpo físico arrastrando una taquicardia frenética sobre su pecho.
-Bruce… - Murmuró para su barbilla. Abrió los ojos como platos totalmente paralizada.
Un cascote cayó junto a la paliza de ambos hombres. La tierra siguió temblando con fuerza.
Pamela buscó una confirmación en Selina que parecía obvia, pero esta parecía dispuesta a ignorarla con tal de salvar al multimillonario. No encontró esa respuesta.
Los siguientes nombres resonaron en la memoria de las plantas que allí se encontraban, pero mucho más en la de la villana.
- ¡Por la muerte de Jason! - Jason… - Repitió entre susurros.
- ¡Por el disparo de Barbara!- Bárbara… -
- ¡Por despreciar a Damian!- Damian… -
Parpadeó aturdida, mirando sus propias manos.
Por abandonar a tu familia… por abandonarme otra vez… Detrás de Batman no sólo había un hombre con un nombre cuyo eco seguía rebotando en la memoria de la mujer. Había una familia. Había una vida de la que nunca fue consciente. Había un huérfano...
La mirada de Pamela conectó con los ojos del enmascarado que se arrastraba con todos sus esfuerzos posibles, destrozado y ensangrentado. Ella le observaba,desde arriba.
Otro cascote cayó cerca de su posición. Podía intuir a Selina acercarse para sacarle de allí.
Los ojos de Pamela se humedecieron, arrepentidos por la decisión que acababa de tomar. La tierra dejó de temblar gradualmente, pero el edificio estaba demasiado dañado para mantenerse en pie. Fuertes piezas de piedra cayeron sentenciando y añadiendo la firma final a toda la escena. Descendían pesados y húmedos a plomo hasta que el suelo les impedía seguir. Hiedra empezó a construir una cúpula protectora que separaba el cuerpo del aprendiz del de su maestro, haciendo que volviese a su lado. Swamp apareció tras ellos cubriéndoles en un abrazo que reforzaba esa cúpula verde y densa que crecía a su alrededor. Los escombros seguían cayendo a buen ritmo mientras los villanos se ponían a salvo.
En un último gesto justo antes de que se cerrase la cúpula, Batman pudo ver cómo los ojos de Hiedra venenosa rescataban una última esperanza.
Esos iris rojos endemoniados albergaron duda.
La cúpula se cerró dejando a Selina y a Bruce fuera de ella mientras el resto del edificio se derrumbaba. Si conseguían o no salir con vida no era de su incumbencia. Pamela acaba de perder la oportunidad perfecta para acabar con Batman por aquello que siempre la boicoteaba en el último momento, el poder de sus emociones inmediatas e impulsivas. Lo había oído todo, cada una de sus palabras… y ahora necesitaba saber más. Esa información era sumamente valiosa, pero de nada servía con Batman muerto.
Lo había hecho sólo por esa razón… o de eso intentaba convencerse.
_________________
You don´t need a sword to cut two roses...
Mis Raíces:
A Dick Grayson y a Ahri'ahn les gusta esta publicación
Selina Kyle DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 20/10/2014 Localización : Las azoteas de Gotham Empleo /Ocio : Ladrona Humor : Meoow
Ficha de Personaje Alias: Catwoman Nombre real: Selina Kyle Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 25th Mayo 2022, 08:40
—Tranquila, Gata... Te sacaré de aquí —había prometido.
Pero no era cierto, pensó Selina, mientras el terror trepaba por sus entrañas y devoraba todo el calor restante en su cuerpo. El grito de Bruce, un recordatorio de su maldita mortalidad, se repetía en sus oídos, encontrando eco en la vacuidad de su pecho. No es cierto, susurraba frenéticamente su cerebro, no podrá sacarte de aquí, porque va a morir. A unos metros de ella, el chico descargaba golpe tras golpe, y sus puños ascendían y descendían manchados de sangre.
Para. Para. Para.
—¡¡¡PARA!!! —gritó, consciente de que los oídos de Nightwing sólo podía escuchar una voz, y no era la suya.
A la mierda con la prudencia, con el sentido común. A la mierda con su deseo de salvar la vida. Todo estaba mal.
No podía sentarse a ver cómo Pamela se convertía en una asesina como todos los demás.
No podía permitir que el chico hiciera algo de lo que siempre se arrepentiría.
No podía asistir por segunda vez al funeral del Murciélago.
Las espinas desgarraron la carne expuesta de sus brazos y las enredaderas trataron de apresar sus pies. No se dio cuenta de ninguna de las dos cosas. Sus ojos verdes se habían clavado en un objetivo. El lanzallamas que Batman había perdido en la refriega.
Thump. Thump. Thump. Algo sonaba en sus oídos. Los golpes de Nightwing. Los latidos de su pulso.
Selina encendió el lanzallamas. Una neblina roja reptaba por los márgenes de su campo visual. Allí estaban las plantas que Bruce había amenazado minutos antes. Por la reacción de Pam, eran importantes.
—¡Libera al chico o lo quemo todo! —gritó.
Era un gesto impulsivo. Quizá estúpido. Pamela podía matarla por aquello; tal vez lo hiciera. Selina sabía que, amenazando a aquellas flores estúpidas, estaba tirando por la borda su cautelosa amistad. ¿Qué más daba? Hiedra, a través de Dick, estaba destruyendo algo mucho más valioso para ella.
¿Lo sabía, siquiera? ¿Sabía lo que significaba aquella pérdida?
¿Lo sabía la propia Selina?
El agua empezó a trepar entre las flores, empantanando los pies de Catwoman. Maldijo en voz alta, con una voz rota que se asemejó demasiado a un sollozo. La impotencia hizo que apretara los dientes con tanta fuerza que le dolieron los oídos. Y entonces los vio; los ojos rojos en la oscuridad. La amenaza que protegía las flores.
Ojalá ardiera todo aquel maldito invernadero.
Retrocedió, con el lanzallamas en la mano, y miró al chico, y de nuevo al lanzallamas, y al chico, y a la sangre en sus puños. Thump. Thump. Thump. Dio un paso en su dirección, vacilante, como si estuviera ebria.
Bruce la mataría si hacía daño a Dick.
Bruce estaría muerto si no lo hacía.
Los oídos de Catwoman bebieron cada gemido de dolor del Murciélago; su única prueba de que aún respiraba. Y alguien más se lamentó: el edificio que los rodeaba, sometido a demasiada presión. Socavado por las raíces de Pamela; lamido por los restos del fuego.
Selina corrió, corrió hacia los dos hombres mientras los troncos ascendían, las lianas trepaban, las flores se abrían. Mientras su esencia le gritaba que debería estar huyendo en la dirección contraria. Desde las alturas, el rostro de Pamela contemplaba la escena, y en él había algo...
¿Humano?
Las plantas arrancaron a Dick, con los puños aún ensangrentados, del cuerpo del hombre a quien había llamado padre. Los nombres que habían abandonado su garganta... Pam tenía que haberlos oído. Pam sabía. Tal vez lo supiera desde antes; había tenido el control del muchacho. Había podido preguntarle. Mirarle el rostro.
Nada de eso importaba demasiado si Bruce moría... de nuevo.
Selina vio cerrarse la cúpula vegetal, llevándose al muchacho que le había pedido que protegiera Gotham. Quería reírse. Se lo había dicho entonces y se lo confirmaba ahora: no era una maldita heroína.
Pero quizá hubiera un pedacito de Gotham que aún pudiera salvar.
—Murciélago —murmuró, arrodillándose a su lado mientras los escombros se precipitaban al suelo. El aparato de su espalda, cubierto de sangre, yacía a unos metros. El rostro de Bruce estaba marcado por la violencia de su pupilo. El labio partido. Un párpado amoratado que apenas podía abrir. El torso lleno de contusiones. —Nos vamos de aquí —lo apremió.
Pero las piernas de Batman no lo obedecían.
—Muy bien —gruñó, entre dientes, pasándole el brazo por debajo de los suyos. Una queja abandonó lo más profundo de su garganta, haciéndose eco en la protesta de su cuerpo. Era pesado, muy pesado para ella.
Tendría que llevarlo así. Medio levantándolo, medio arrastrándolo.
Sus probabilidades de sobrevivir al derrumbe estaban cayendo en picado.
Pero no iba a dejarlo morir.
_________________
"Nueve vidas, ¿recuerdas?"
A Dick Grayson y a Poison Ivy les gusta esta publicación
Bruce Wayne DC Universe
Bando :
Familia :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 124 Fecha de inscripción : 04/04/2014
Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Knightfall (Selina, Poison Ivy) [20-04-2019/03-05-2019] 27th Mayo 2022, 01:10
Decía Jorge Luis Borges:
A mí sólo me inquietan las sorpresas sencillas. Me asombra que una llave pueda abrir una puerta, me asombra que mi mano sea una cosa cierta, me asombra que del griego la eleática saeta instantánea no alcance la inalcanzable meta, me asombra que la espada cruel pueda ser hermosa, y que la rosa tenga el olor de la rosa.
Lo primero que sentí fue sorpresa, antes que dolor o cualquier otra cosa.
Sorpresa porque justo cuando estaba a punto de alcanzarla por fin, algo tiró de mí y, de repente, volvía a alejarme más y más...
Tardé una fracción de segundo más de la cuenta en comprender lo que había pasado. En ubicar el terrible dolor que sobrecargó por completo mis nociceptores.
Y es una completa vergüenza, porque debería haberlo reconocido al instante.
Después de todo, era un dolor que se había clavado muy dentro de mí y que había supuesto una de las derrotas más humillantes de toda mi vida.
Fue la caída más larga que puedo recordar, pero mi cuerpo ya estaba roto antes de chocar contra el suelo. A juzgar por el dolor en mis cuerdas vocales debo haber gritado, pero no soy consciente de ello. Lo único que puedo hacer es mirar a Selina... Arriba... inalcanzable...
—¿Qué te pasa ahora, eh? ¿Por qué no te levantas?
La espada... ¿cómo la espada que corta y desgarra... puede ser tan hermosa...?
El dolor de la espalda me impide sentir la patada, pero mi cuerpo se contrae por reflejo. Está junto a mí, y puedo ver sus ojos... sólo que no son los suyos... Me lo han arrebatado también... por segunda vez...
— No te necesito. Estoy harto de vivir bajo tu sombra.
Ecos... ecos dolorosos de un pasado tumultuoso reverberan en mi mente como en las paredes de la batcueva, revelando recuerdos de discusiones distantes.
Oh, Dick, cómo te fallé entonces... Te he fallado tantas veces... No pude ser el padre que merecías, el padre que necesitabas, no estaba preparado, y, a pesar de todo, de mis carencias, de la adversidad... te sobrepusiste a todo y prosperaste... Sólo para ser asesinado en el suelo frío y mugriento de una institución para enfermos y dementes. He tenido que viajar hasta otro universo para recuperarte... y te he vuelto a fallar...
Identifico perfectamente la fractura de nariz. La ignoro, de la misma manera que ignoro todos los demás golpes. El cuerpo tiene algo maravilloso, y es que cuando alcanza el límite de lo que es capaz de soportar, los demás sufrimientos pasan a ser algo secundario. En mi caso, el dolor de la espalda prácticamente anula todo lo demás, incluidos los gritos de Selina. El dolor siempre es pasajero, pero hay un dolor que nunca cesa: el del hijo que ha perdido a sus padres... y el del padre que ha perdido a su hijo.
Me veo a mí mismo reflejado en él... En su ira, en su rabia... Y lo reconozco como lo que de verdad es... Dolor. En su forma más pura...
Ivy puede haber manipulado sus emociones, haberle convertido en alguien que no es... Pero el dolor... Ése dolor es suyo, y es mío. Y sé que tiene razón en todas las cosas que me achaca, todas y cada una de ellas fueron grandes errores con los que tendré que cargar lo que me quede de vida, y muchos más que cometí en mi propio universo, errores que se llevaron infinidad de vidas inocentes...
Todo eso es mi carga. No tendría que ser la suya.
Cuando termina de desahogarse, extiendo una trémula mano hacia él. Lo único que quiero es tocarle, comprobar que está vivo. Que está bien.
El invernadero se desmorona a nuestro alrededor, pero apenas soy consciente del peligro.
- No quería abandonarte -musito, entre esputos de sangre-. Te he fallado. Perdóname...
Y, por segunda vez aquella noche, una fuerza externa me arrebata aquello que quería alcanzar haciéndome perder a Dick por segunda vez...
Su imagen se vuelve borrosa, difusa... No puedo ver... ¿sangre? No... Toda esa parte aún estaba protegida por el casco. Tardo un par de segundos en darme cuenta de que son lágrimas...
—Murciélago -un mote que pensaba que nunca volvería a escuchar. Mis ojos se cierran. Estoy tan cansado... Pero escuchar aquella palabra en sus labios es algo agradable, y, durante un breve instante, el dolor se vuelve algo más tolerable—Nos vamos de aquí.
Niego con la cabeza, agotado. A nuestro alrededor siguen cayendo los cascotes.
- No puedo... no puedo moverme, Gata... Márchate tú... Avisa a los otros... Que vengan a ayudar al chico...
No sé si esperaba realmente que obedeciera, siempre fue tan obstinada...
- No... Déjalo... Déjame... No podrás con mi peso, Gata... Márchate o morirás tú también...
Tengo que darle crédito a Selina... Realmente está consiguiendo arrastrarme... Y entiendo que no cejará en su empeño. Es demasiado cabezota. Lo único que puedo hacer es dejar de resistirme y tratar de ayudarla, de lo contrario es probable que muera en éste infierno.
- Está bien, pero espera... Necesito llevarme éso... -le digo, señalándole al dispositivo para que me ayude a arrastrarme hasta allí y recogerlo. Quizá pueda ponerme en contacto con LexCorp para arreglarlo, quizá... Si es que salimos de allí con vida...