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| La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] | |
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| Tema: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 24th Marzo 2017, 11:20 | |
| Fecha: 19 de Julio de 2018El pelirrojo se estaba preparando para salir. No tenía nada especial que hacer pero necesita estirar las piernas. Mientras se acicalaba tenía encendida la radio. Oía música y canturreaba mientras se desenredaba su cabello rojo. Pero interrumpieron el programa de música para dar una noticia de última hora. Había habido una revuelta en la zona de los países árabes. Los productores de petróleo estaban en constantes conflictos y revueltas. Los gobiernos en esa región del globo no solían durar mucho y cada dos por tres cambiaban de dictadura a régimen revolucionario.
El corazón de Roy dio un vuelco. No, por favor no. Repetía mentalmente una y otra vez. Qurac, lo escuchó mencionado como país cercano de la zona de conflicto y apretó fuertemente los puños. Al recordar aquel lugar siempre sentía una especie de opresión en su ser. La culpa y el remordimiento le hacían difícil superar lo que vivió allí. Tenía la imperiosa necesidad que ir a esa zona del globo y ver lo que estaba ocurriendo en aquel lugar de primera mano. Se le hacía imprescindible saber lo que estaba pasando y si podía ayudar a que esa pequeña nación no estuviera presa de nuevo en las garras de un régimen dictatorial. Se lo debía o eso es lo que creía firmemente Roy.
En Qurac dos sentencias de muerte pendían sobre su cabeza. Una por insurgencia a una dictadura y otra por traición al nuevo régimen, ese que él había ayudado a levantar. Era muy habitual traicionar a quien te ayudaba a llegar al poder cuando en la cima no te era útil.
No podía pisar esa zona tan alegremente. Le urgía ayuda pero sabía que no podía decírselo a Dick o a cualquier otra persona relacionada con los titanes. No es que no confiara en ellos, es que no les quería decepcionar les ni aguantar sermones morales o conversaciones sobre su flexibilidad ética, la relatividad de sus acciones y su extrema permisividad. Les queria pero a veces sentía que eran un poco los guardianes de la fe y la moral.
Bufó. No tenía mucho dinero para contratar a alguien. Roy se consideraba buena persona pero para sufragarse esa incursión al país árabe y la compañía de un secuaz debía recurrir a artimañas ilegales. Otra vez iba a tener que hacer uso de sus habilidades informáticas para desfalcar a algún ricachón incauto y explotador de trabajadores con el objetivo de pagar a un cooperante. Era una forma de vida un tanto alejada de la perfección moral. A la que se prometía no volver pero es que se le hacía tan imposible prosperar en ese mundo. Dejó salir un suspiro de resignación. No sabía qué poderosa magia le abocaba al fracaso y a estar en la ruina económica cada dos por tres.
Necesitaba encontrar a una persona que no fuera políticamente correcto pero que tuviera algún tipo de código o criterio moral. Ese tipo de persona que no es blanca ni negra sino que se mueve entre los grises. Suspiró. Sólo había un lugar en el mundo donde proliferan ese prototipo de individuos. La peor ciudad del mundo según algunos. No podía decir que su estancia en aquel lugar fue unas vacaciones pero sin duda existían sitios peores.
Salió del piso y se encaminó al garaje para sacar su moto. Entró al garaje, encendió las luces y se subió al vehículo. Encendió el motor y la moto rugió con potencia. Metió la primera marcha y salió disparado. Aceleró hasta la máxima velocidad en muy poco tiempo. Siempre conducía como si fuera un piloto de motocross. El viento en su cara y esa sensación de libertad que le proporcionaba la velocidad de la conducción.
Después de un largo camino a toda velocidad, llegó a aquella ciudad oscura que siempre le causaba un gran reparo. Entró en esos lares de la urbe que tan bien conocía. Por esos rincones que se movían en los márgenes. Aquí era más probable encontrar alguien con las cualidades esperadas. Dejó su moto aparcada y medio escondida en un callejón. No tenía mucho miedo a que se la robasen porque había colocado en el vehículo un mecanismo que regulaba el funcionamiento del motor. La moto sólo funcionaba si se daba una clave vocal. Esa clave estaba además registrada con el timbre de voz del arquero.
El pelirrojo se adentro en los suburbios de la ciudad de Gotham. Se mezcló con las diferentes personas que transitaban por el lugar. Mientras cavilaba en sus asuntos caminando por las callejuelas de la oscura ciudad oyó un ruido de disparos. Roy haciendo uso a sus rápidos reflejos se vistió con traje de Arsenal que llevaba en su mochila. De igual modo, sacó y desdobló su arco. Una vez con su traje rojo, se dirigió hacia el lugar de donde provenía el ruido. Al llegar divisó una pelea de unos matones con alguien de traje que se le hacía muy conocido. Tenía una estética muy especial.
- Ruido de disparos mezclado con un olor a pólvora – dijo en alto el muchacho pelirrojo. Conocía ese traje y conocía ese casco tan rojo y destacable. Una sonrisa apareció en su rostro. El arquero corrió a encontrarse con aquella figura que conocía muy bien.-Sé que es un tópico pero lo diré ¿Qué hace un chico como tú en un barrio como este?- dijo con su característico humor al encararse con aquel hombre armado. Si de algo pecaba Roy es que era muy confiado y optimista. No tenía ningún tener ni ningún miedo a que le fuera a pegar un tiro a bocajarro. Abrió sus brazos en un claro gesto de abrazar al otro. -¿Los abrazos son sólo para Batsy?- Había extrañado mucho a Jason. Su Jay era una de las personas en las que más confiaba en la vida y con quien más amistad tenía. Quizá ese no era el Jay que conocía pero tenía la esperanza de que en cada mundo él fuera su amigo y su compañero. Si no era así, seguro que podrían llegar a ser amigos al conocerse un poco. [/color] |
| | | 141JasonTodd
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 24th Marzo 2017, 13:58 | |
| Hay tíos a los que parece que les cuesta entender que son simples humanos, y que como tal, no son ni Dioses ni criaturas mitológicas que les proveen de una posición superior a la del resto. Por eso, a veces me sorprende como, esos tíos son tan gilipollas, que se creen por encima de las mujeres, y peor, por encima de las órdenes directas que les he dictado a ellos o a sus jefes.
No estaba bien, yo no estaba bien, y no podía ocultarlo. Había evitado a Tim desde el encuentro con el falso Grayson, y sabía que tendría que enfrentarme a él de un momento a otro, y seguramente contarle lo sucedido, pero todavía no. Si nos veíamos tendríamos que hablar, y ahora necesitaba cualquier cosa menos hablar. Si hablaba todo se me escaparía de entre los labios, los huesos, los músculos, los órganos, la sangre, y moriría en el suelo totalmente vacío. No podía permitir que eso sucediera.
La chica había sufrido una soberana paliza. Cuando vi su guiñapo en el hospital, iban camino al quirófano por tercera vez en dos días. Pagué las facturas y observé su cuerpo sobre la camilla antes de que pasaran de largo y desaparecieran sobre esas típicas puertas blancas. No era la primera, aunque si la que peor había terminado. Y como todas, presentaba abusos sexuales. Los desgarros vaginales y anales no se producen solos. Puedo entender que alguna vez te pases de juguetón con una prostituta, pero no que te pases una vez a la semana con las camareras, que no prostitutas, que trabajan en el club de su jefe.
Nunca se esperan que Red Hood les vaya a pillar, se creen que realmente doy un par de tiros y listo, que solo impongo un poco de miedo y que luego en verdad les dejo la correa bastante suelta. Cuando me ven llegar siempre son saludos e invitaciones a licores de dudosa legalidad. Cuando les pego un cabezazo, siempre preguntan que de qué voy. Gilipollas.
Saco al portero de turno fuera del local, y le empujo contra uno de los callejones. Es un mastodonte, y cuando carga contra mí, el golpe me lo llevo igualmente. Le clavo uno de mis cuchillos en el costado, y cuando se separa un par de pasos, pateo sus rodillas. Cae al suelo, llevándose un rodillazo en la nariz. Cuando voy a darle un puñetazo, se saca el cuchillo y me intenta devolver el corte. Esquivo el corte, pero me llevo un puñetazo en el estómago. Retrocedo un poco, asimilando el dolor, el tipo tiene bastante más fuerza que yo. Dejo que se ponga de pie, permito que intente pegarme de nuevo, pero tras enganchar su brazo, se lo retuerzo hasta romperlo. Le empujo contra la pared del callejón, saco la pistola y le vuelo la polla.
– Vas a hablar con tu jefe, y le vas a decir que te despida por haber estado propasándote con las chicas del club, ¿entendido? – le digo tras esperar a que terminara el grito de dolor de turno – Si en un par de días regreso y sigues por aquí, te vuelo la cabeza, esta vez, la de arriba.
Iba a seguir amenazándole, siempre suelo dejar una frase o dos de más, como firmita para joderles más el momento de haber perdido. Pero le oí tras de mí. Reconocería esa voz en cualquier lugar, ¿cuántas veces le había escuchado consolándome? ¿Cuántas veces sus risas junto con las de Donna y Kori habían logrado sacarme una sonrisa? ¿Cuántas veces su voz me había avisado cuando venía un peligro? Joder. Ni dos días de descanso. Ni dos putos días había tenido. Porque no era él, lo sabía de sobra, no era el verdadero Roy. Él nunca se aparecería así, y menos diría algo como eso.
Me giré, y aprovechando el impulso y la mala hostia que ahora mismo corría por mis venas, le enganché del cuello y le estampé contra la pared contraria. ¿Por qué, joder, por qué?
– Red Hood no está ligado con la figura del murciélago, ni de Batman, ni de Batsy ni pollas en vinagre – ¿qué les pasaba ahora a todo el mundo que intentaba venir a joderme la existencia? ¿No se daban cuenta que yo solito podía hacerlo? – Te crees que sí, pero tú y yo no nos conocemos, por lo que más te vale largarte y no venir a fastidiar mientras estoy trabajando. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 4th Abril 2017, 17:55 | |
| Ahí enfrente de él estaba Red Hood haciendo una de esas cosas que se le daban realmente bien. Estaba intimidando a un desgraciado que seguramente se habría pasado de la raya. Roy estaba cien por cien seguro de que Jaybird solo se propasaba de aquella manera con gente que era escoria. Al pelirrojo le parecía un tanto escalofriantes los métodos del que fue el segundo Robín. Pero él había vivido en Gotham, sabía cómo eran esas calles. A veces la justicia estaba corrompida y a favor de aquellos que tenían más poder. Los débiles quedaban desprotegidos y a merced de quien compraba a los organismos judiciales.
Roy miró al hombre que tenía cara a cara. Sonrió. Se alegraba de verle. Por su excesiva confianza en los demás, el arquero no previó que el pajarito se le fuera a tirar encima, agarrarle del cuello y estanpanarle contra la pared más cercana. Le había dado un buen embiste. Jason era un hombre muy fuerte y sabía utilizar sus atributos físicos para infringir daño. No obstante, Roy estaba bastante acostumbrado a recibir golpes. Además su cuerpo era resistente.
El de ojos verdes se rió de forma jovial. Jason Todd le tenía agarrado del cuello y apretujado contra una pared pero al arquero no pareció importarle lo más mínimo. El comentario que había hecho sobre los abrazos era un antigua broma que tenían él y el Jason de su universo. Tanto Roy como Jay tenían problemas y rencillas con sus antiguos mentores. Era muy difícil que llegaran a un entendimiento. Por eso, había esa coña entre ellos.
Claramente no era su Jaybird pero esa respuesta era del tipo del Red Hood que recordaba y conocía. Esa actitud tan Jay.- Jaybird esas formas tan tuyas un día te van a provocar un infarto. Ahora eres joven pero deberías pensar en tu salud para el futuro. Los estados de tensión son malos para el miocardio. -Dijo como si fueran dos amigos hablando en una cafetería.
Puso sus manos sobre las del antihéroe intentando librarse de ese agarre tan agresivo. Al arquero no le importaba que estuvieran muy cerca sí los gestos eran amables pero no le gustaban nada esos ademanes bruscos y cargados de odio. Mucho menos si provenían de alguien que significaba mucho para él como Jason. porque aunque no fuera el de su universo para él aquel hombre seguía siendo su amigo.
- Mira … quizá no eres el chico al que yo conocía.- su tono ahora adquirió ese matiz serio que muy pocas veces solía tener Roy.- Quizá ese Jay está perdido para siempre y no voy a volver a verle jamás. Pero Jay era mi mejor amigo, la única persona al que podía contarle lo más profundo. La única persona que me ayudó cuando mi vida pendía literalmente de un hilo. Él único que comprendía como es sentirse dejado de lado por tu mentor. Si eres Red Hood y como dices no estás ligado a Batsy entonces has vivido el mismo infierno que la persona que yo conocía porque la figura de Red Hood nace de aquel viaje que tuvo Jaybird. Por lo que más quieras Jay necesito tu ayuda. Te lo estoy pidiendo como un niño que también fue traicionado por su tutor y dejado a su suerte. - Roy le miró con sus intensos ojos verdes intentando que se apiadara de él.- ¿Me ayudas Jay? Estoy dispuesto a pagarte el encargo.- Pagarle era relativamente una mentira. El pelirrojo no tenía mucho dinero. Podía estafar a un rico explotador pero no quería recurrir a ese métodos si no era estrictamente necesario.El moreno y él eran un poco de ética laxa y relajada. Hacían las cosas de manera un tanto furtiva y de en ocasiones pasando o rozando la legalidad. Estaba seguro de que no le importaría que hubiera usado una pequeña mentirijilla para llamar su atención. |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 5th Abril 2017, 16:34 | |
| Roy había sido uno de los pocos que se había enfrentado a Dick por mí. Él y Kori habían sido los únicos que le habían dicho las cosas a Dick cara a cara y me habían defendido. Donna siempre decidió ser neutral, aunque en mis recuerdos ella también era una heroína. Aunque de mayor, pocas veces pude volver a coincidir con él, siempre existió entre nosotros ese tipo de relación que se ven en las películas y las series cuando dos personajes son hermanos. Roy era como mi hermano mayor, y yo estaba encantado de llevar el rol de hermano pequeño. Fue uno de los pocos que comprendió mi cambio de bando, uno de los pocos que aceptó mi estilo de vida, y aunque muchas cosas no compartía, siempre tuvo la decencia de dejarme vía suelta para cometer mis propios errores. Roy nunca me impuso nada, y siempre estuvo allí cuando le necesité. Con su cabello tan parecido al mío, con sus ojos casi del mismo color que los míos, con una sonrisa que de pequeño me dedicaba a imitar para molestarle.
El Roy que tenía contra la pared era demasiado parecido. La sonrisa, el color de ojos, el cabello, era casi una copia exacta. Pero, al igual que pasaba con Dick, era demasiado joven, le faltaban todas aquellas cicatrices que van por debajo de la piel y que te enseñan lo que una persona realmente a vivido. A este Roy le faltaba mucho dolor, y años, como para que pudiera ser el verdadero. Este Roy no tenía ni idea de lo que era abrazarme mientras me desahogaba al pensar que Bruce me odiaba, al igual que tampoco sabía lo que era llorar mientras me contaba por teléfono que Lian había muerto.
Tenía que ser más listo de lo que había sido con Dick, no podía permitir que empezara a hablar y poco a poco toda la estabilidad que podría tener se fuera al garete, y todo sea dicho, ahora mismo tenía poca. Tenía que mandarle a la mierda, alejarme de él, olvidarme de su existencia… Pero habló, claro que habló. Tuvo que abrir su jodida boca y hablar.
Dijo uno de mis apodos, de esos que solo los más allegados conocen, dijo el maldito diminutivo de mi nombre, dijo cosas que podían hilarse para descifrar que Red Hood había estado relacionado con Batman.
Se me heló la sangre y se me paró el corazón durante unos segundos. Joder, si con Steph ya ponían su vida y la de su madre en peligro cuando decían su nombre en zonas tranquilas, ¿ahora mismo que estábamos en el territorio de las mafias, qué? ¿Es que no tenía puto sentido de la supervivencia? ¿Era si quiera consciente de lo que acababa de hacer? ¿En serio era tan egoísta que sólo se daba cuenta de sus putos problemas y no veía la diana que acababa de ponerme en la espalda? Me quedé congelado en el sitio, notando como los segundos iban pasando lentamente. Agradecí el llevar el casco puesto, porque estaba más que seguro que mi cara tenía que ser un jodido poema. Hacía mucho tiempo que no experimentaba el pánico cuando trabajaba. Los vigilantes de Gotham se jugaban mucho si alguien descubría su identidad. Por mi forma de trabajar, yo me jugaba el doble.
Solté al falso Roy y me giré, disparando en la cabeza al matón que lloraba por su polla perdida en la pared contraria. No podía asegurar de que no hubiese escuchado nada de lo que se había dicho. Di una vuelta sobre mi mismo, asegurándome de que no había nadie más en aquel callejón. Al volver a quedar frente a ese pelirrojo que acababa de poner mi vida en peligro, di un paso para acercarme y pegué el cañón de la pistola a su sien.
Tenía que dispararle.
Tenía que matarle allí mismo.
Dick era un caso especial, pero a ese tipo podía matarle.
¿Entonces por qué mi dedo era incapaz de apretar el gatillo?
Me cago en la hostia puta, joder.
– En la esquina está aparcada mi moto. Súbete a ella. Ahora – dije con el tono de voz mucho más afilado del que pretendía, pero era mejor eso a que se notara el miedo. Tenía que sacarle de allí en ese momento y alejar las posibilidades de que alguien más escuchara nada de aquello. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 12th Abril 2017, 12:03 | |
| El antihéroe, terror de las bajas esferas de Gotham, le había soltado y pudo respirar tranquilo. Sonrió aliviado al verse libre de la ira del petirrojo. Jason no le había pegado un puñetazo ni amenazado con pegarle un tiro así que podría considerarse realmente afortunado. Por lo menos, la versión de su universo era un tipo agresivo y solía resolver sus frustraciones personales haciendo un uso exacerbado de las conductas violentas. Eso era una señal para Roy William Harper de que todo iba bien. Jay estaría en un proceso de aceptación. Al ex-ahijado del murciélago le costaba un poco asimilar y aceptar situaciones y personas nuevas. El pupilo de arrow lo tenía muy claro desde que le conocía. No era alguien tan dicharachero como Dick o Tim que tenían una personalidad amable y más abierta a los cambios y situaciones inesperadas. Jason tenía una personalidad mas gruñona y rumiante.
Aunque no fuera el Jaybird de su mundo, se alegraba mucho de haber encontrado al petirrojo y que tuviera una actitud muy similar al chico que él conoció. Puede que ahora le estuviera teniendo cierta desconfianza pero como era visiblemente parecido tanto físicamente como actitudinalmente a su Jaybird, Roy tenía las esperanzas puestas en que se se harían amigos muy rápido. Jason Todd había sido muy importante en su vida. Alguien que le había devuelto una parte muy importante de sí mismo: la autoestima y confianza en sí mismo. Siempre extrañaría al que se había convertido en un compañero indispensable y un gran amigo. Desde que se conocieron, el arquero se había sentido muy identificado con la actitud rebelde del segundo robin. Ambos tenían muchas cosas en común. Roy también era de ese tipo de personas que no siguen el camino marcado sino que van rompiendo los límites que la sociedad te marca. Además los dos sintieron ese vacío que te deja sentirte traicionado por ese padre que debería velar por tu seguridad ante todo.
La única persona en el mundo que le entendía y le había apoyado incondicionalmente. Le había dado el valor para enfrentarse a todos sus demonios y superarse a sí mismo. Con su amistad, su apoyo y confianza había logrado sobreponerse a los reveses de la vida. Había podido asumir todo los fallos cometidos y afrontar aquellas culpas que le hacían caer en hábitos autodestructivos. El pajarito le había enseñado a poder vivir consigo mismo, a seguir luchando a pesar de todo. A intentar cada día ser la mejor versión de sí mismo. Era quien le había ayudado a levantarse y caminar cuando estaba en un pozo profundo de angustia existencial. A veces le había sacado su bajo estado de ánimo y decepción vital a golpes, porque estaba seguro que Jay golpeaba más fuerte que el vendito y malagradecido destino.
Roy puso un gesto de disgusto en su rostro. Miró para otro lado cuando Jason apretó el gatillo. Sabía que aquel tipo se lo merecía. Red Hood anteriormente le había pegado un tiro en la entrepierna. El pelirrojo leía muy bien entre líneas, eso significaba que había cometido un delito relacionado con una agresión sexual. Algo que para el pelirrojo era sumamente imperdonable. Una persona que cometía esa clase de actos eran seguramente casos perdidos. No obstante, él no mataba y no le gustaba que nadie de su entorno arrebatase una vida si no era absolutamente necesario. Pegó a su amigo con la punta de su arco en el codo, a modo de regaño. Su personalidad imprudente le llevó a reprocharle la actitud. Como habría hecho con el Jay de su mundo.
- Igual es un poco maleducado de mi parte decirte esto cuando necesito que me ayudes. Pero tenemos que hablar de ese digamos hábito que tienes. Ya sabes eso de matar y tal. - De perdidos al río pensó Roy. Ya había sacado el tema complicado de papi Batman y si no le había volado la cabeza por eso no lo haría dijese lo que dijese.
-¿Ese tono de macho alfa te da res ultado con las chicas? Porque es un poco intimidante.- dijo Roy sin ningún tipo de tapujo. - Mi moto está más atrás pero si prefieres que te abrace … por mí ningún problema- dijo en tono jocoso.- En otro orden de cosas Birdie, ¿Qué tal te manejas en árabe?- |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 19th Abril 2017, 14:22 | |
| Estaba flipando. Simple y llanamente. Si me lo hubieran contado, no me lo habría creído. Ya al conocer al falso Dick me había planteado seriamente si la inteligencia de este universo era más baja que la del mío, pero lo de este Roy ya era para darle de comer a parte. No sólo me había dejado claro que no tenía ni puta idea de cómo tratar a alguien que estaba trabajando por esa zona, sino que ni él mismo tenía ni la más remota idea de supervivencia. Tenía un pistola pegada a su sien, ¿y me venía con estas? ¿Pero qué coño esperaba conseguir?
El corazón me latía a mil por hora, no me sentía a salvo en ese callejón, tenía el oído preparado para captar cualquier ruido. Este pelirrojo gilipollas había dicho demasiado, mi vida estaba ahora mismo contra la espada y la pared como alguien hubiera estado prestando atención. El haber matado a aquel matón no me aseguraba nada. En Gotham ninguna zona era segura, mucho menos en el callejón trasero de un club cerca de los muelles. Si esto hubiera sucedido en mi mundo contaba con Thalia para que me ayudara a devolver todo a su orden, incluso, en el peor de los casos, Babs, o inclusive Bruce, podrían meter mano en el asunto. Cuando mi vida estaba en juego parecía que todos recordaban lo mucho que me querían. Pero aquí no, aquí estaba solo, aquí un paso en falso provocaría mi muerte segura. No podía volver a morir. No.
No podía. No iba a morir otra vez.
No iba a morir.
No podía morir.
No iba a morir. No podía morir.
No. No. No.
No.
NO.
El falso Roy siguió hablando, no sólo se atrevió a picarme con la punta de su arco, ni siquiera se conformó con echarme en cara el haberme cargado a ese tipo, cuando el haberle matado era culpa suya. Roy siguió hablando, bromeó con mi tono de voz, bromeó con abrazarme, y joder, volvió a puto llamarme por uno de los apodos que tenía como robin. ¿Que esperaba que yo le ayudara? ¿Que quería saber cómo estaba mi dominio del árabe? Esto debía de ser una broma. Me jodía en el trabajo, ponía mi vida en peligro, le ponía una puta pistola contra la cabeza, ¿y aún así me venía con todo esto? La gente de este universo estaba realmente mal, ¿eh? Está bien, juguemos al hecho de que yo, por obra y gracia del espíritu de tu puta madre, no tengo ningún problema con la gente que está suplantando a todos aquellos que han muerto con la colisión de universos, y que para mí eran personas muy importantes, ok. Digamos que, tras ocurrir este milagro, quiero acercarme a ellos y tener unas nuevas relaciones con estos plagios mal hechos. Yo no sé si ellos son de este universo, no sé si su mundo ha desaparecido, no sé cómo han llegado hasta aquí, no sé qué relación tenían con el Jason al que yo mismo estoy suplantando, ni siquiera si se conocían. Vamos, que no tengo ni puta idea de quienes son. Ni en mis más alocados sueños, ni borracho como una cuba o puesto hasta arriba de coca, se me ocurriría presentarme así sin más con alguien. Mira que Dick lo había hecho mal, joder, la había cagado estrepitosamente. ¿Pero este Roy? ¿En serio? ¿Y si yo llego a ser un hijo de puta asesino que lanza rayos laser por los ojos? ¿Y si en mi universo fue Roy el que puso aquella bomba que acabó con las vidas de mi madre y la mía propia? ¿Es que nadie pensaba en eso? ¿Y si el cambio de mundo me había jodido la cabeza y me había vuelto un caníbal?
Comencé a reírme. Primero una risa flojita, gutural, entre dientes. Me salía del alma ya. Aquello no podía ser normal. La risa se intensificó, y me eché unas cuantas carcajadas. En verdad, nada de esa situación era graciosa, lo tenía más que claro. Me estaba riendo por no pegarle aquel tiro; por no ponerme a gritar hasta quedarme afónico; por no llorar por haber perdido a un gran hombre, a uno de mis mejores amigos, por un mindundi como este. No había pasado ni un año desde que los universos de muchísimas personas habían desaparecido, las heridas aún seguían frescas.
Me callé de golpe, bajé el arma y le pegué un cabezazo. Escuché como el casco le daba de lleno en la cara, y como su cabeza se chocaba contra la pared que aún tenía a la espalda. No le había dado tan fuerte como romperle la nariz, pero sí el suficiente daño como para desquitarme. Di un par de pasos hacía atrás y empuñé la pistola de nuevo, apuntando a su estómago. Desde esa distancia también podía disparar a sus rodillas, quizás eso le impresionaba más que el que pusiera el cañón contra su sien. Hay gente rarita en todos lados y hay que respetarlos.
– Está bien, pelirrojo. Si tu moto está más atrás, iremos a tu moto entonces – dije con una voz en la que ya no había ni rastro de las risas que habían llenado mi boca segundos antes –. Cuando lleguemos a ella, te vas a subir y te vas a largar de Gotham. Si vuelves a pisar esta ciudad, sufrirás el mismo final que nuestro amigo aquí a mi espalda, ¿de acuerdo? Y perdón por no decírtelo en árabe, es que lo tengo un poco oxidado. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 25th Abril 2017, 12:30 | |
| Suspiró mientras ese Jason se reía como un puto desquiciado. Algo que a Roy comparándolo con el comportamiento del Jason que conocía le pareció muy normal. No iba a decir que su mejor amigo era un demente al que se le iba mucho la cabeza y perdía la razón en algunos momentos. Pero estaba claro que volver de la muerte era algo que afectaba muy profundamente a tu salud física y mental. Paranoias, pesadillas, delirios, comportamientos esquizoides y un serio problema de confianza eran frecuentes en el Jaybird que conocía. Tampoco es que él fuese el más brillante ejemplo de estabilidad mental. No obstante, considera la opción de decirle a Jaybird que tenía que hablar común experto y quizá la medicación le hiciera bien.
Maldito universo. Puta actitud de Jason que siempre era tan condenadamente difícil convencerle de algo. Con el de su mundo era más fácil porque ya eran amigos y estaba seguro de que el segundo robin le apreciaba algo. Pero con el hombre que tenía en frente se la estaba jugando mucho. Sólo podía hacer suposiciones porque no era alguien muy abierto y que llevase ese casco rojo le impedía leer sus expresiones. Jay siempre estaba con esa actitud de yo contra el mundo como si toda persona que se le acercase tuviera las peores intenciones del mundo.
-¿En serio? ¿En la cara? Que la necesito para ligar. Mira que te dejo pegarme y dispararme en cualquier otra zona del cuerpo.- Estaba acostumbrado a recibir golpes. Especialmente de ese sujeto que llamaba amigo. Después de todo, el Jason que recordaba solucionaba todo con extrema violencia. Justamente como lo hacía el tipo que tenía delante. Para suerte del arquero su cuerpo un usualmente resistente a golpes, heridas y dolor.
- Se que no eres el chico al que solía conocer, que sólo puedo hacer un análisis basado en lo que sabía y lo que tu muestras. Seguramente sea el dolor de cabeza que me ha producido tu cabezazo el que está hablando. Se porque llevas el casco y sé la manera de arrancartelo.- lo dijo en un tono más serio pero no de manera especialmente hostil ni cruel. Sabía perfectamente porque Red Hood llevaba ese llamativo casco rojo y no se lo diría ni al segundo Robin de su universo ni a ese tampoco. Le parecía un poco desalmado decirle a una persona que quieres que conoces su quiebre. Que sabes que le abrieron la cabeza con una palanca y que ese casco es su lugar seguro. Que en el fondo tiene miedo de que le vuelva a pasar y que ese casco le tranquiliza porque evita que alguien le vuelva a hacer un daño como el que sufrió. Aunque a veces se le pasaba por la cabeza decirle que mirase una gráfica de riesgo real versus riesgo percibido. Que generalmente las cosas a las que tenemos miedo no son las causas de nuestra muerte y que la probabilidad de que alguien volviera a asesinarle como antaño era muy reducida. Pero el miedo y Jason eran irracionales
- No lo he hecho, tío. Así que deja de pensar que todo en este puto universo es un complot y que todo el mundo quiere hacerte daño.¿Sabes lo que me estoy preguntando en este instante? En vez de dispararte una flecha congelante al casco, darle una patada y abrirle como una nuez a merced de un cascanueces. Pues me estoy preguntando si voy a vivir lo suficiente para conocer un Birdie sin ninguna tara. Tenemos al perfeccionista, al desconfiado, al demasiado inteligente para su propio bien y al nacido para matar.-
No estaba saliendo tan bien el acercamiento con ese Jason como esperaba. El viejo truco de Jason Peter Tood de amenazar a gente. Negó con la cabeza, él conocía muy bien esa actitud cabrona de Red Hood. Puede que fuera un grescas y una asesino pero no mataba gente legal e inocente. Y francamente, él desde el punto de vista de la dudosa moralidad era muy decente. Su Jaybird le había pegado muchas veces y muchas veces eran las que había estado a punto de dispararle. Roy no se iba a amedrentar por tan poco.
- ¿Estas insinuando que use el traductor de Google?Red que susceptible andas. Me subo en tu moto tranquilo.- Abrió con sorpresa sus ojos verdes. Hasta ese momento no se había dado cuenta de una cosa. El arquero podía ser un genio pero era realmente muy despistado. No había calculado muy bien sus palabras y había metido muy profundamente su pierna en un terreno muy farragoso. Que pena que no hubiera seguido el consejo de su amigo Jason al encontrarse a ese otro Jason. Su Jaybird pronunciaba como un mantra el Roy callate.
- Ostras, no me acordaba de qué tu moriste por esa zona. - Le dio un toquecito en el hombro sin importarle en lo más mínimo que el otro tuviera aquella actitud de perro de presa, apuntandole a sus órganos vitales. - No te preocupes, no vamos a ese lugar. Vamos al lugar donde yo fui apresado, torturado y condenado a muerte dos veces. Joder yo es que no aprendí absolutamente nada del puto idioma. La lingüística no es mi fuerte. Por cierto, se come muy mal en las cárceles árabes.- Le había sido más fácil tratar con el quinto Robín y eso que a él se le asemejaban en actitud bastante. Había enfadado mucho al arrendajo por hoy. No creía conveniente realizar el comentario jocoso de que era más intratable que el menor de los Wayne.
- Bromas a parte. - La voz de Roy se notaba un tanto más seria pero sin perder su vitalidad y alegría.- Me gustaría mucho tomarme un café contigo vistiendo ropas normales y charlar sobre las diferencias de nuestros mundo como si fuéramos dos amigos del colegio que se reencuentran después de un largo tiempo. Pero me urge la ayuda de digamos un antihéroe. Porque se que el prettybird y su panda de niños bien no me van a ayudar. Estoy seguro que en todos los universos tiene esa misma tabla de medir, juzgar y recriminar moralmente todo lo que no le parece ético y legal.- enfocó sus ojos al visor del casco esperando que ese Jay se apiadase de sus bondadosos ojos verdes.- Sinceramente aunque tenga ciertas dudas sobre tu estabilidad psicológica, eres más de fiar que otra gente de los alrededores. No eres mi amigo, lo sé.- O al menos intentaba repetirselo para no hacerse falsas esperanzas. Pero le resultaba muy duro pensar que su Jason no estaba de ninguna forma en aquel hombre frente a sus ojos.- Pero a veces me recuerdas mucho a él. Tengo la esperanza de que no hayas cambiado tanto. Y si me dejaras de apuntar con el jodido arma, dejar esa actitud de no me creo nada y voy a matarte en cuando te des la vuelta, posiblemente pudiera articular un discurso más coherente. -
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 5th Mayo 2017, 01:10 | |
| El pelirrojo no dejó de hablar, el cabezazo no le calló, al igual que no lo había hecho el cañón de la pistola contra su sien. Siguió hablando, parloteando, vomitando palabras una tras otra, sin ser consciente, hostia puta, claro que no lo era, de lo que estaba diciendo, de todo lo que se le estaba escapando de entre los labios.
Aquella copia de Roy seguía teniendo todo tipo de flechas, y aquella copia sabía demasiado. Sabía cómo usar esas flechas para desarmarme, y sabía cómo quitarme el casco, al igual que, a menos que fuera un farol, conocía también el hecho de por qué lo portaba. La respiración comenzó a acelerarse paulatinamente, y empecé a respirar por la boca, sin importarme cómo ésta se fue resecando cada vez más. No lo había hecho, no me había atacado, pero había dejado claro que podía hacerlo, que tenía oportunidades para hacerlo, física y verbalmente. ¿Me estaba amenazando? Había girado las cartas, colocándolas encima de la mesa, y no era una mala mano. Era una mano peligrosa. Me cago en la puta de oros. Intentó quitarle peso, intentó desviar el tema hacia todas las versiones de mí mismo que había visto, como si aquello me fuera a tranquilizar, a hacer que confiara en él, que me diera cuenta que me conocía de verdad y que se compadecía de mí. ¿De qué coño iba? Tenía las rodillas trabadas y notaba como las manos me sudaban un poco debajo de los guantes.
Tendría que haberle callado hacía mucho tiempo, ¿pero cómo, si daba igual cómo le amenazara, parecía que seguía hablando cada vez más? Conocía gente que se volvían unas cotorras a causa de los nervios, pero lo de este chico no tenía puto sentido. ¿No apreciaba su vida o ni siquiera era consciente de la situación en la que se encontraba? Daba igual, daba jodidamente igual, porque siguió hablando, y hablando, y hablando, y siguió soltando datos sobre mí, llamándome por mis motes, y, cómo no... ¿cómo había sido tan tonto de bajar las defensas de tal manera y no esperarme ese ataque? Habló de mi muerte. Habló de mi jodida muerte y se quedó tan pancho antes de seguir hablando de sí mismo. Me daba igual nombrar mi muerte, nombrar los detalles de la explosión, relatar cómo fue incluso salir de la poza, pero eso era algo que YO decía, que YO nombraba, que sólo YO podía hablar. No necesitaba que nadie sintiera pena por mí, que me dijera que no me preocupara si estábamos cerca, porque Etiopía es muy grande, y, joder, ni siquiera recuerdo dónde estaba ese puto edificio porque no vi el camino hasta allí, y la puerta estaba cerrada con un jodido cerrojo, y cuando escuché la puta mierda de explosión dejé de existir y la siguiente vez que abrí los ojos estaba bajo el agua. No sabía dónde estaba el lugar en el que la palmé, y me daba exactamente igual, no necesitaba que nadie tuviera miedo de que el acercarme a UN LUGAR QUE NO RECORDABA DÓNDE ESTABA me hiciera sentir mal.
Siguió hablando, claro que siguió hablando, no se puto callaba. Pero ya no le escuchaba, no podía hacerlo, estaba demasiado tenso, demasiado preocupado, demasiado incomodo. Joder, estaba puto asustado. Dick había resquebrajado la pared, y ahora Roy estaba quitando el yeso con las uñas. No quería seguir. Apunté a su pie derecho y disparé. No me lo pensé, no quería seguir pensando.
Tenía que largarme de allí, tenía que dejar todo eso atrás. ¿Y luego qué? ¿Qué coño estaba haciendo yo también? Dios, no me entendía a mí tampoco. No estaba entendiendo nada de lo que estaba pasando en esta puta mierda de patética existencia en un universo que ni siquiera tendría que existir. ¿Qué era lo que se supone que tendría que haber hecho? ¿Qué era lo que se suponía que tenía que hacer ahora? El falso Roy sacaría una flecha, me dispararía, seguramente sería incapaz de esquivarla y terminaría herido, provocando que disparara a su cabeza y no fallara. ¿Eso era lo que quería hacer? Si. No. Sí. No. Joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoder. Quería matarle, pero no quería matarle, quería hacerle daño, pero no quería hacerle daño. Ahora ya daba igual.
Saqué un comunicador y avisé a uno de mis nuevos contactos en el hospital, uno de esos que vienen a por heridos y no preguntan. Uno de esos que no existían en mi universo y ¿por qué cojones no me sentía incómodo con ellos pero con puta mierda de Roy sí? FDR: Es una puta mierda de contestación sin sentido y encima no la he revisado, porque soy lo puto peor, pero no quería seguir haciendote esperar. So sorry... ;;_________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 11th Mayo 2017, 23:37 | |
| Mientras el seguía con su casi interminable cantata, Jason Peter Tood le había disparado en su pie derecho. Una bala impactó contra las contundentes y rojas botas del arquero. No eran de una material que frenase las balas pero al ser consistente redujo considerablemente el impacto de la bala. La bala atravesó la bota y se sumergió presta en la piel del arquero. Roy perdió la estabilidad y cayó de bruces al suelo. No era la primera vez que alguien le disparaba pero nunca dejaba de doler. El artefacto de metal se había alojado en el cuerpo del arquero, produciéndole además del dolor del choque y las quemadoras, un sangrado, que casi no se notaba por el color de sus vestimentas. Pero él sentía la sangre salir de su cuerpo. Notaba esa pieza extraña que causaba dolor y una gran incomodidad. Roy tenía la esperanza de que la bala no hubiera dañado el hueso y se hubiera incrustado los huesos del metatarso. entre las zonas de Muy típico del antihéroe de Gotham disparar sin ton ni son cuando algo le hartaba. También era muy frecuente en él usar una táctica de inmovilización típica de guerrillas y mafias callejeras. O al menos es lo que pensaba el pelirrojo abatido.
Maldición. Nunca podía identificar si los disparos de Jason eran te quiero mucho o te odio hasta la muerte. Como el noventa por ciento de las veces usaba disparos para dirimir sus conflictos personales e intrapersonales nunca se podía saber a ciencia cierta cuál era la opinión del ex-robin sobre un tema o una persona. ¿Es que no podía hablar como las personas normales? o Utilizar un sistema de comunicación en el que no interviniera la violencia. Una día iba a abrir la boca e iban a aparecer telarañas de lo poco que la usaba. Que difícil era intentar leer los sentimientos de Jaybird en su patrón de disparo. Con el tiempo había aprendido que si Red hood no te daba un disparo mortal es que te apreciaba o te necesitaba para algo. No estaba seguro de cuál de esas dos circunstancias era la que le dejaba con vida.
Hasta entonces pensaba que podría hacer entrar en razón al Jason bajo la máscara. pensaba que aunque no fueran los mismos se podría recobrar e imitar la relación de amistad y hermandad que había tenido con el pajarito en su universo. La visión amable del mundo de Roy se empezaba a tambalear ligeramente. ¿Y si estaba siendo demasiado optimista? ¿Es que acaso provenía de un lugar donde no se conocían ó donde no eran amigos? Sabía que las posibilidades de encontrar a dos personas de diferentes universos con vivencias idénticas o similares eran muy escasas. Lo más probable era que el efecto de fusión de los multiversos hubiera dejado aleatoriamente personas de muy diferentes mundos y muy diferentes versiones de las que sus amigos y seres queridos conocían.
Sin embargo, él había optado por creer que encontraría versiones amables y amigables de las personas que antaño fueron sus amigos y allegados. No quería perder la esperanza. Porque el mundo ya era de por sí muy duro y hostil. Todavía era más cruel cuando no tienes a nadie en quien depositar sentimientos cálidos y con quien compartir tu existencia. Roy era una persona muy sociable que ni quería ni podía tener una existencia solitaria. Su personalidad bromista y extrovertida le facilitaba siempre entablar amistades. Sin embargo, él no quería nuevos amigos, quería a los que ya había tenido.
Era sólo un disparo en un pie. A pesar del dolor podía continuar. no sólo era cabezota sino que era un hombre muy persistente. No le había herido ninguna zona vital ni en su principales miembros como arquero y tirador. A Jason se le estaba yendo mucho la razón, si es que esa versión tenía una parte cuerda. Tenía que pensar en algo. ¿Que haces cuando quieres despistar a alguien? ¿Que haces cuando quieres que alguien deje de pensar en algo? Era claro como el cristal. Tenía que crear una distracción. Cuando estás en el suelo tu visión del mundo cambia completamente. Jason estaba llamando a alguien pero a él que le importaba. Bueno le producía cierta curiosidad. ¿Con quién estaría hablando su birdie?
-Oye estás en muy buena forma física. No tienes problema en andar un poco ¿verdad? -La moto de Red Hood estaba en la esquina. y en ese instante desde su posición podía fijarse en un aspecto muy específico de aquel vehículo. Roy se movió, cogió una de sus flechas. Armó su arco y disparó a una de las ruedas de la motocicleta. La flecha era un flecha normal y corriente sin ningún tipo de artilugio. Solamente - Es que creo que has pinchado.-
Luego empezó a quitarse la bota. Quizá debió hacer aquello en primer lugar. el cuerpo humano no disponía de mucha sangre y él había dejado que su cuerpo perdiera bastante. ël no disponía de un equipo para curarse heridas en batalla. Así que improvisó. Como buenamente pudo se rasgó la camisa, dejando al descubierto su estómago y se hizo con la tela un torniquete en el pie.
off: no te preocupes, que soy paciente |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 15th Mayo 2017, 20:47 | |
| Sinceramente, no escuché lo que dijo, y me dio exactamente igual, ya no importaba lo que siguiera diciendo. Giré la vista para verle cargar su arco, y al igual que lo que había escapado por entre sus labios segundos antes, me la sudó. Si iba a dispararme, me lo merecía, aunque no sabía por qué de todo, ¿por el balazo? ¿Por no ser lo que él esperaba? ¿Por, definitivamente, nada, pero aún así algo en el universo dictaba que me lo merecía? Los pensamientos se me aturullaron en lo que volvía a guardarme el comunicador y esperaba el flechazo, el dolor que ya conocía inyectándose en mi carne. No tenía ni la más remota idea de cómo iba a responder a ello, si se parecía al Roy original un mínimo, daba igual como reaccionara, no iba a fallar el tiro, ¿y luego? ¿De verdad, después del primer disparo, quería reventarle la cabeza de un balazo? ¿Realmente quería ver como sus sesos pintaban la pared que tenía a su espalda, con aquel color rojizo metálico y aquellos grumos que solían ser el día a día de mis patrullas? Al igual que hizo Dick, jodidamente igual que pasó con el hijo de puta del falso Grayson, este Roy me había desarmado. Que disparara, que me puto clavara lo que le diera la gana.
Pero el arco se desvió, y la flecha voló al otro lado del callejón, impactándose, cómo no, en la rueda de mi moto.
En otra situación, eso hubiera costado un balazo. Mi moto no se tocaba, ni siquiera se podía mirar más de lo necesario. Ese vehículo costaba más que cualquier vida, era una reliquia santa bajada de los cielos por nueve arcángeles mientras un coro de querubines recitaban sus más divinas armonías. Rasguñar mi moto significaba que era totalmente lícito el cortare un dedo o una oreja. Esa moto no era únicamente mi vía de escape, era una prolongación de mi persona, había traspasado el universo conmigo, ¿no era prueba suficiente de su magnificencia? Y aún así, aún con todo, mire su rueda pinchada y no me moví del sitio. No pensaba darle la espalda al falso Roy, no pensaba dejarle solo, no pensaba, simplemente. Era consciente de que no podría dejar la moto allí, y mucho menos después de haberme tenido que cargar al gilipollas violador cuyo cadáver estaba tirado a pocos metros de nosotros, pero hasta que la ambulancia no llegara y se marchara con su carga, cualquier acción estaba prohibida. ¿Por qué?
Porque estaba en la puta mierda, y ya está. En la puta jodida mierda.
La pistola aún descansaba en mi mano, pero ya no iba a utilizarla más. No la guardé, pero se quedó así, como un osito de peluche en las manos de un crío que se levanta a mear en medio de la noche, no molesta, pero no ayuda ni cumple con ninguna función más que la de tener algo sujeto en la mano. Y por primera vez, el arquero se calló. Debería haberme quedado así yo también, pero soy gilipollas.
– Espero que hayas sido lo suficientemente inteligente como para llevar encima tu documentación, te van a llevar a un hospital público, pero la burocracia sigue siendo igual de hija de puta en todos lados. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 24th Mayo 2017, 23:15 | |
| Parecía que su disparo había causado el efecto deseado en el petirrojo. El ex-robin había mostrado un cambio de actitud, ya no estaba en una actitud tan agresiva y amenazante como la que anteriormente mostraba. Apretó más el torniquete improvisado que se había hecho. No era médico ni un erudito en medicina pero sabía cosas básicas de cómo curar heridas. Tenía la intención de incorporarse e ir cojeando o en caso extremo gateando hasta el lugar que en el que tenía aparcada su moto. Luego quizá hacer uso de uno de esos tantos matasanos que por un módico precio ejercen la medicina de manera ilegal y no hacen ninguna pregunta. Una vez que la bala hubiera sido extirpada de su pie, tenía la intención de seguir buscando alguien que pudiera ayudarle. Qurac había sido su error y se sentía responsable de lo que allí estaba aconteciendo. El tráfico de personas, el comercio de armas y la imposición de un régimen opresivo eran las más directas consecuencias de haber intervenido en aquel país del Medio Oriente. Levantó su torso, permaneciendo sentado en el suelo. Intentaba dar la imagen más presentable que pudiera. No le gustaba dar lástima ni a sus enemigos ni a sus amigos.A estas alturas de la partida no sabía muy bien qué pensar sobre el joven que tenía frente a sí. Jason habló y la sorpresa se instaló en el rostro de Roy. El birdie había llamado a emergencias. Casi no se lo podía creer no le iba a dejar ahí tirado. Porque por un segundo había empezado a pensar que ese Red Hood no le apreciaba nada ni que se parecía lo más mínimo a ese hombre del que se sentía orgulloso de llamar amigo. Hay veces que por más que tengas fe las cosas no ocurren. Hay veces que luchamos por causas perdidas hasta la extenuación. En ese tipo de sueños y esperanzas absurdas Roy tenía un doctorado. Sin embargo, por más que lo deseara ese no era su Jaybird. No daba muestras de serlo. Por un instante perdió toda esperanza y creía que ese violento Red Hood iba a liquidarle como hizo con el cadáver que estaba a unos cuantos metros de donde se encontraban.
-Pues mira Red, no soy idiota ¿vale?.- Si alguien le diera un dólar cada vez que alguien subestimaba su inteligencia estaba seguro que podría ser más rico que Bruce wayne. - Tengo una identidad falsa para esta clase de cosas. Además, sigo consciente no pueden forzarme a entregarles mi documentación si yo no quiero atenta contra mis derechos fundamentales. - Esperaba no tener que presentar su verdadero carnet de identidad al personal médico. No quería llamar la atención de la prensa sobre su persona. Por supuesto que había hecho miles de cosas en sus años de ebriedad que habían llamado la atención de los medios. Pero en aquella época todo se justificaba con locuras de adolescente. Ahora era una adulto y no quería levantar sospechas sobre su persona. La verdad que intentaba pasar desapercibido pero no era alguien al que se le diera bien ser invisible. No quería reconocerlo en alto, pero Jay tenía cierta razón en que era algo idiota. No había cambiado su contacto de emergencia. En los datos sanitarios de Roy Harper seguía apareciendo Oliver Queen como la persona a la que había que avisar en caso de ser ingresado en un hospital. Además de que tenía delitos menores en su ficha policial en Gotham. Eso sumado a que en ese lúgubre callejón había un hombre muerto con sus genitales reventados, llevaba un traje raro y tenía una bala en su pie no ofrecía muy buena imagen sobre él. Estos hechos arrojaban una duda razonable sobre su persona. Por lo menos para ser retenido por las fuerzas del orden un día o dos hasta que se aclarara todo el asunto. -Te puedes ir, me las puedo arreglar en estos casos.- Miró a Jason Todd, si la situación era complicada para él más lo era para el moreno, que era el que había perpetrado un asesinato. Fuera el Red hood que fuera, seguía teniendo un alta estima al que fue para él casi un hermano. No podía dejar que le encerraran en Blackgate o peor aún en Arkham .
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 26th Julio 2017, 23:17 | |
| Suspiré, escuchando al falso Roy, observándole desde arriba. Cómo intentaba modular su voz, colocarse en el suelo para ofrecer una imagen más presentable, cómo miraba de reojo al cadáver que descansaba a pocos metros de nosotros y que yo había tenido que matar por su puta culpa. No había nada que me recordase a aquel que tenía en mi mente, más que su voz y algo de su físico. Cambié el peso de una pierna a otra y volví a suspirar, escuchándole. Desde mi posición, el pelirrojo me daba hasta cierta pena, parecía uno de aquellos viandantes de Gotham, que, sin comerlo ni beberlo, terminaban envueltos en un plan de Scarecrow o de alguno de aquellos locos que parecía que no tenían ningún problema con volver a aquel sitio estúpido de Arkham. Estúpido porque, obviamente, no cumplía con ninguno de sus cometidos, ni como psiquiátrico, ni como cárcel. El arco descansaba a su lado, y aunque en mis memorias recordase el pánico que había llegado a darme aquel arma, ahora más bien parecía de juguete, a pesar de que acabase de ver cómo seguía disparando exactamente igual que en mis recuerdos.
– A menos que quieras terminar siendo interrogado por la policía, debo quedarme – ni siquiera sabía por qué cojones le estaba contestando, por qué intentaba seguir manteniendo una conversación que yo mismo había intentado matar –. No esperarías que hubiera llamado al 911, ¿verdad? A quien he llamado, si estoy yo aquí, hará que una vez llegues al hospital, nadie te haga ninguna pregunta.
Era consciente de que alguna vez había sido atendido en un hospital público, tanto de pequeño como la última vez que terminé en la cárcel, pero, extrañamente, no recordaba nada de mi estancia en esos edificios donde todo huele a desinfectante, y los colores blanco, azul y verde crean una ansiedad casi asfixiante. Me operaron, pero no recuerdo cómo fue el caer en la anestesia, me hicieron mil preguntas, pero no recuerdo que respondí. Lo que sí que recuerdo claramente es que nunca nadie vino a visitarme. Ni siendo menor, ni siendo un criminal.
Di un par de pasos hacia atrás, escuchando como mis botas pisaban agua, seguramente sangre de aquel violador. Asomé la cabeza por la esquina en la que comenzaba el callejón donde todo se había ido a la mierda, justo por la fachada de aquel bar que podía haber sido un simple trabajo más, y vi una moto aparcada unos cuantos metros más abajo. Apunté y volé las dos ruedas. Quizás no era la del falso Roy, pero me daba igual, me daba exactamente igual. ¿Qué se supone que debía hacer ahora? Era como si me hubiesen sacado de allí y ahora estuviera viendo todo en tercera persona. Una especie de videojuego malo al que nunca había querido jugar. Estaba cansado de sentirme desplazado de la puta realidad, como si la vida real y mis recuerdos quisieran todo el tiempo jugarme malas pasadas y volverme loco, una vez más, una jodida vez más. Camine de espaldas de nuevo hasta darme con la pared que había enfrentada a aquella donde el falso Roy seguía observándome, seguramente con la misma expresión que portaba yo mismo. Me senté en el suelo, me quité el casco, y volví a suspirar.
Agotado, terriblemente agotado. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 29th Julio 2017, 12:39 | |
| Miró al hombre muerto. Como su sangre impregnaba el suelo y formaba un charco pegajoso y granate. La sangre se empezaba a secar y espesar. Le resultó algo desagradable. Además le hizo volver a aquella escena que quería olvidar firmemente. Aquella vez que sintió que toda esperanza que tenía en que Jason fuera algo más que un asesino se desvaneció. Una joven criminal y psicópata yacía muerta en el suelo. A pesar de ser una despiadada asesina no era más que una niña, apenas acababa de cumplir los quince años. Jason la había asesinado a sangre fría. Él observaba el cadáver cubierto de sangre de aquella joven sin poder dejar de pensar en lo desalmado y cruel que había sido el acto de su amigo. El pelinegro se acercó a él y le susurró que era muy diferentes; que Roy tenía mucha fe en las personas y que Jason no tenía ninguna.
- Si me interroga una policía atractiva no tendría problema - Comentó un poco pícaro y sin perder su sentido del humor. No contaba con el expediente más limpio y eso si que era un problema. Conocía bastante bien qué clase de policías abundan en Gotham; los corruptos. Roy se encogió de hombros en un gesto muy natural. En su cara se perfilaba cierta incertidumbre. Hizo un gesto como de sí pero no.- Tengo la esperanza de que a tu manera sigas siendo un buen chico. Pero oye tengo bastantes experiencias de gente con “malestares” y son bastante impredecibles. Así que no podía prever lo que ibas a hacer. Espero que no se demoren mucho, no me quiero quedar ingresado tengo algo importante que hacer- La parte final de la frase la pronunció con un tono bastante serio.- Además la comida es malísima y yo quisiera comerme una hamburguesa.-
Algo se removió en su interior. Una sensación entre la nostalgia y la melancolía empezó a recorrerle. El pelirrojo, aunque tratase de ocultarlo frecuentemente con su talante, sus recurrentes chistes y sus sonrisas, tenía un profundo temor a ser abandonado y a ser dejado atrás. Como le había pasado frecuentemente en su vida. Primero su madre biológica, luego la muerte de padre, a continuación Oliver le había echado de casa, seguido de las constantes recriminaciones de Dick y sus amigos de los titanes y por último Kory. Pero Jason seguía allí como siempre había estaba. No se daba muy bien la parte de los gestos emotivos, proporcionar consuelo o apoyo psicológico. Estaba claro que padecía una fuerte dislexia emocional. Pero estaba ahí agarrandote la mano en la adversidad. Puede que fuera el Jason Todd de otro universo pero no se había ido. Al acabar el día, cuando todo se ponía peliagudo, oscuro y difícil la única persona que nunca le había fallado era el antihéroe de Gotham. Paradójico pues para muchos era la persona en quien menos podías confiar.
Roy observó atentamente cada uno de los movimientos de Jason. Al moreno le dio uno de sus arranque violentos y destrozó a balazos las ruedas de su moto. Suspiro con resignación. Suponía que se lo merecía después de todo él le había reventado una rueda primero. A continuación el que fue el Segundo Robín se sentó en el suelo y se quitó ese llamativo casco rojo que solía llevar siempre. Fue muy simbólico pues en su hermoso rostro se mostró una actitud derrotada. Era como un caballero que se quitaba la coraza y quedaba de nuevo expuesto y vulnerable. Bajo la capucha el pelinegro se mostraba devastado. Sabía muy bien lo que era estar desecho y más en una ciudad como Gotham en las que muy pocas veces brilla la luz del sol de un nuevo día. Donde los errores pesan más que en cualquier otro lugar del planeta. Debajo de toda la violencia, la agresividad y la ira se escondía el verdadero Jaybird. Roy podía ver a ese niño atormentado que había sufrido un infierno. Podía ver en las líneas de expresión de su cara cómo la vida le había tratado con extrema dureza y cómo él había afrontado cada reto. Pero cada caída en el camino de la existencia va dejando invisibles cicatrices que marcan, duelen y mellan.
El arquero quiso decir algo que pudiera ayudarle pero le había quedado muy palpable que el pistolero despreciaba cualquier tipo de movimiento que supusiera un acercamiento entre ambos. Jay le estaba rechazando abiertamente por no ser de su mismo universo. Quería darle alguna palabra de aliente y hacerle sentir que todo iba a ir bien. El mundo era muchas veces una jodida pesadilla y más desde que el efecto Omega había puesto todo patas arriba. Pero había que continuar. Quería decirle que estaba allí para apoyarle y consolarle. Que estaría con él para confortable y ayudarle en cada viacrucis. Que Jason había sido su mejor amigo y que le quería como si fuera su hermano pequeño. Que era la persona en quien más confiaba en el mundo. Quería decirle que siempre había sentido orgullo de su actitud inconforme y rebelde. Quería decirle algo profundo que le llegase y le brindase toda la comprensión y el afecto que parecía que en ese momento necesitaba. Ese no era su Jay. Tenía pinta de ser alguien mucho más torturado y consumido por sus demonios. Alguien cerrado al que era muy difícil acceder.
- Birdie, no se que tienes en la cabeza pero todo va a ir bien. - Usó un tono de optimismo y confianza intentando motivar un poco al desanimado hombre de enfrente. Enseguida le llegó la imagen de aquel otro pajarito perdido que tampoco sabía ni quería volver a su hogar Casi le resultaba paradójico lo semejantes que era Damian y Jason. Quizá porque los dos habían sido entrenados por la Liga, tenía la misma figura paterna de bruce o porque vivían en esa ciudad que se comía todas las esperanzas que una persona podía tener. Hizo acopio de todas sus fuerzas, si algo tenía el arquero es que era muy testarudo. Sabía muy bien que la imagen que daba era deplorable. No era el héroe más elegante y hermoso cuando estaba herido. Eso ya lo hacían mejor otros tipos. Notaba como la carne se le abría, la bala se incrusta más en su piel y la herida sangraba. Era molesto y le dolía en cada movimiento pero no le importaba. Su cuerpo había soportado muchas heridas y ese no era ni su primer ni su último balazo. Se levantó y avanzó dando saltos apoyado en su pierna buena hasta el lugar donde estaba el petirrojo. Se dejó caer como un peso muerto cerca de Red hood. Llevo una de sus mano hasta la frente del moreno. el mismo gesto que se hace para comprobar si alguien tiene fiebre.- Hey, ¿Te encuentras bien?- Por mucho que ese Jason pudiera ser alguien inestable y un claro peligro no podía evitar preocuparse por él. Sabía que era muy duro ser la My fair lady fracasada de la familia. - Si fuera a decirle algo a mi Jaybird le diría que es un buen chico, que es inteligente y que es muy importante. - dijo parafraseando a Aibileen de Criadas y señoras.- A pesar de lo duro que la vida te golpee y te tumbe te tienes que seguir levantando. -
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 28th Agosto 2017, 17:31 | |
| Ojalá yo no hubiera pasado. Ojalá cuando todos esos mundos colapsaron, hubiera sido otro Jason el que hubiera logrado sobrevivir hasta Omega, y yo, de nuevo, haber desaparecido. Fantaseaba algunas noches sobre lo sencillo que hubiera sido todo si, una vez más, hubiera muerto, hubiera dejado de existir. Me quedaba sentado sobre la cama que se parecía a mi cama pero que estaba totalmente seguro de que no lo era, de que ni siquiera mi jodida cama era la mía de verdad y se trataba de una copia de mierda que los universos habían decidido salvar. Una puta cama antes que a B… Y así me quedaba, sentado, pensando en lo sencillo que tendría que haberle parecido al destino el volver a asesinarme, salvando a otro Jason, otro Jason que fuera más fuerte, más valiente, otro Jason que pudiera sobrevivir en este nuevo mundo sin sentir que se estaba volviendo loco poco a poco. Pero pasé yo, pasé yo para ir viendo como todo, lentamente, se iba a la mierda y no podía hacer nada por remediarlo. No podía fiarme de mis recuerdos, no podía fiarme de lo que oía, de lo que veía, no podía fiarme de lo que pensaba, todos los pasos que daba eran en falso y la sensación de que en cualquier momento iba a caerme a un pozo era continua. En mi mundo, en mi universo, todo empezaba a ir bien, poco a poco había logrado que las piezas del puzzle encajaran y parecía que por fin podría continuar, y a eso, a ese recuerdo de que había logrado hacer las cosas bien por primera vez en mi vida me aferraba para… para nada, porque no me servía para nada, no me ayudaba a poder seguir aquí, en Omega, sino al contrario, me estaba hundiendo más y más y más y más y más y
El falso Roy habló, pero le ignoré. Seguía allí porque una parte de mí me decía que no podía dejarle tirado como a un perro, porque era mi culpa. Porque todo era mi culpa aunque yo no entendía el por qué. ¿Por qué él si pudo pasar y mi Roy no? ¿Qué puta divinidad había sido quien escogió quienes merecían vivir y quienes no? ¿Qué mierda importante tenía yo pero no Roy? ¿O Dick? ¿O Bruce? Me llevé una mano a la máscara y toqueteé su superficie, aquella que se amoldaba alrededor de mis ojos y sobre el puente de mi nariz. La máscara seguía allí, y eso hizo que me relajara. Algo, aunque fuera tan jodidamente pequeño como esa máscara, seguía en su sitio, donde yo había decidido que debía estar, y allí se mantenía. La pistola descansaba en mi otra mano, y me quedé pensando unos segundos en su peso, en lo que me había desconcertado la primera vez que había puesto un arma en mis manos, y lo fácil que me acostumbré a su presencia en mi uniforme. Antes sí que me amoldaba rápido, a todo, a cualquier cambio, era capaz de superarlo. ¿Y ahora?
Su mano en mi frente me sorprendió, me puse tenso de golpe y levanté un poco la pistola, pero terminé bajándola, mirando como el pelirrojo comprobaba mi temperatura. Y sonreí, porque ya no tenía fuerzas para hacer otra cosa. El puto arquero estaba sentado a mi lado, volviendo a usar mis motes, hablándome como si realmente nos conociésemos y él fuera la especie de hermano mayor que poblaba mis recuerdos. ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Volver a dispararle? ¿Vaciar el jodido cargador en su boca y así acallarle para siempre? ¿Y de qué me iba a servir? Joder, las balas no lo solucionan todo, y eso hasta yo lo sabía. Cada disparo debía ser por una razón, y no porque, simplemente, hubiera algo que no quisiera ver. No era un asesino, yo no era el villano de la historia, aquel que envenena manzanas y hace tratos con los dedos cruzados a la espalda. Intentaba ser un héroe al que no le importa mancharse las manos. Alguien que quería hacer las cosas bien. Tanto aquí como en mi mundo. ¿Qué me pasaba?
– Eres un mierdas, una puta mierda de persona – le dije, aún con la sonrisa cansada en mis labios –, exactamente igual que él. Una puta mierda de persona que no sabe cuando parar.
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 9th Septiembre 2017, 10:18 | |
| Así que allí estaban los dos en un callejón de los oscuros barrios de Gotham tirados como si fueran ratas callejeras. Roy sintió una sensación de Deja Vu le invadía. Como hacía ya bastantes años otra vez estaba sentado en la acera de los suburbios de la ciudad del murciélago sin tener ni la más remota idea de lo que estaba buscando allí. Cuantas veces como aquella se había sentado en la acera sin saber qué más hacer, esperando a que cualquier cosa le sacase de esa larga letanía. Sin saber si sus pretensiones eran fruto de una locura transitoria o de su personalidad impulsiva y arriesgada. Todo le había creer que se había vuelto a meter en un lío. No sólo porque tenía una bala alojada en su pie sino por toda la situación que estaba viviendo. Lo había vuelto a estropear todo. Suspiró. Quizá había esperado demasiado de los ciudadanos de Gotham o quizá había esperado muy poco de sus amigos. No obstante, todavía se le hacía muy difícil pensar que personas tan limpias moralmente como los titanes pudieran entender los actos que cometió en su pasado; las cosas que tuvo que hacer para sobrevivir y las cosas que hizo porque se dejó manipular. No creía que sus amigos supieran del peso de la culpa que él llevaba siempre consigo y la necesidad que tenía de embarcarse en misiones de alto riesgo para intentar enmendar los errores de su pasado.
Miró a Jason abatido en el suelo. El moreno se mostraba taciturno y pensativo.Le producía un sentimiento de tristeza verle tan derrumbado. El antihéroe se encontraba sumido en sus más profundos pensamientos. Le quería preguntar qué era lo que tanto le afligía pero sus anteriores intentos de acercarse a aquel hombre no habían sido muy propios. Tan sólo había conseguido alterarle más de lo que ya estaba. Tampoco es que pudiera conseguir llamar su atención de alguna manera porque de cada diez palabras que pronunciaba tan sólo hacía caso a media. Realmente le intrigaba lo que estaría pasando en la cabecita morena, desconfiada y desquiciada de Jason. Una de las cosas que le producía una tremenda curiosidad era saber lo que le estaba generando a Red Hood aquella sensación melancólica, ausente y emparanoiada. Parecía que ese Jaybird tampoco era muy bueno procesando y asimilando los cambios. Omega se le estaba comiendo. El arquero entendía que para alguien como Todd, que tenía una necesidad de control para sentirse seguro, la colisión de los mundos le generase un estado de inseguridad, amenaza y miedo. Porque todo lo acontecido era cuestión del azar sin que nadie pudiera decidir libremente sobre la situación. Su mal humor, irritabilidad, desasosiego y esa conducta de pesimismo existencial probablemente se debían a la incapacidad de poder manejar las circunstancias.
Ante el contacto de la mano de Roy, Jason se tensó pero el pelirrojo no apartó la mano. Intentó que el toque fuera lo más liviano y suave que pudiera. Como cuando tocas con cuidado a un animal herido, intentando ser lo más cuidadoso al curar sus heridas esperando que no te ataque. La temperatura del segundo robin era normal. Lo que para Roy indicaba, a parte de la ausencia de enfermedad, que toda esa actitud era producto de un decadente estado anímico. El pelirrojo se alegraba de que Jason estuviera rebosante de salud física. Pero estaba preocupado por su estabilidad mental y emocional. Jaybird que aunque estuviera jodidamente deprimido siempre tenía te esa estampa de estrella del Rock.
- Tengo un espejo en casa, no tienes que reseñar lo evidente. - Comentó con un tono desenfadado. Era lo más amable que ese Jason le había dirigido en todo el rato que llevaban juntos. No era ni un cumplido ni un halago pero al menos era algo. - Será un defecto de fábrica o algo. Llama y pide que te devuelvan el dinero-
A lo lejos se escuchó cierto movimiento. Seguramente ya estarían por aparecer aquellos contactos a los que Jason había avisado para hacerse cargo de toda la situación médica. Pensaba que quizá tanta parafernalia no era necesaria. Había recibido más heridas de balas desde que era un justiciero que las letras del abecedario, una más no iba a matarle aunque doliera intensamente. Cualquier matasanos de aquellos barrios podía sacarle la bala por un módico precio. Aunque apreciaba que el pajarito se hubiera preocupado por su bienestar y todavía apreciaba más que se hubiera quedado a su lado. Roy no soportaba estar solo. Aún menos soportaba la soledad estando herido.
- Gracias por quedarte.- Permanecer a solas en una situación de riesgo potencial le hacía recordar todas aquellas veces en las que le habían abandonado. Todos esos momentos en los que necesitaba desesperadamente ayuda pero nadie se la brindó.
Con movimientos un tanto forzados y bamboleantes se sentó al lado de ese Jason. Se quedó mirando el cielo por un momento. Volvió a mirar al pistolero. Suspiró. Se movió ligeramente y apretó la mano del moreno para llamar su atención.- Birdie, no soy un experto en medicina. No tengo idea si he perdido mucha sangre y me puedo desmayar en cualquier momento. Así que si pierdo en algún momento el conocimiento, te puedes asegurar que no me infecten opiáceos como codeína, morfina, oxicodona, oxycontin, percocet, percodan, ultram, vicodin o medicación similar. - El pelirrojo no sólo era alcohólico sino que además tenía una personalidad adictiva lo que él hacía recaer en cualquier clase de adicción. Aunque estaba llevando muy bien no volver a recaer en hábitos perniciosos, era mejor no arriesgar. No podía tomar medicamento que pudiera generar una dependencia porque sus posibilidades de engancharse eran altas. Roy no quería poner en peligro todo lo que había conseguido gracias a su esfuerzo. Permanecer limpio cada día era a veces muy difícil, tenía días mejores que otros pero siempre estaba tentado de dejarse caer. Suponía que Jason al alternar mucho por esos barrios de malvivir sabía perfectamente a la medicación a la que se refería. Pues en los bajos fondos se vendían esa clase de cosas a ese tipo de adictos desesperados y consumidos por el vicio, que Roy una vez fue.
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 20th Septiembre 2017, 17:23 | |
| En esa zona no solía haber muchos ruidos, no muchos más de los típicos, de esos que se componen por discusiones de bar, conversaciones en otros idiomas, algún que otro disparo y motos huyendo y mucho menos había mas ruidos en ese callejón y a esa especie de calle principal a la que daba este en el que nos encontrábamos sentados. Eso que se escuchaba a lo lejos era un coche grande, por lo que la ambulancia estaba a escasos segundos de llegar.
– ¿Qué me devuelvan el dinero? – me hizo gracia, no como para que me riera, pero si que sonreí, algo extraño en aquella situación, pero ¿a quién le importaba ya? – Si por mi Roy no hubiera dado más de dos dólares, por ti no pagaba nada, ¿qué se supone que me van a devolver?
Eso era mentira, yo lo sabía, y estaba seguro que aquel pelirrojo que tenía sentado a mi lado también. Por Roy, por el verdadero, por el mío, hubiese dado todos los millones del mundo si hubiera hecho falta. Y él lo sabía, al igual que intuía que la copia con la que conversaba también, ya que su Jason, la copia, el falso, el suyo, hubiera hecho lo mismo por él. Una putada que quién estuviera a su lado fuera yo y no él. Mientras escuchaba cómo me agradecía el haberme quedado a su lado, no pude menos que sentirme culpable y al mismo tiempo agradecido por la situación. Era culpa mía el que estuviéramos así, el que tuviera una bala en el pie y la sangre empezara a manchar mucho más del suelo de lo que en un principio había planeado, pero gracias a ese disparo había decidido bajar… ¿el qué? ¿Las defensas? ¿Los muros de contención? ¿La gilipollez? Me sentía más seguro ahora y al mismo tiempo mil veces más desprotegido. Yo sólo quería poder volver a sentirme encauzado, que el río volviera a discurrir por el mismo lugar, pero tan sólo me estaba negando a lo evidente una y otra vez. Quizás si hubiera disparado a Dick hacía un par de días, también hubiera llegado a escucharlo como era debido, justo como recién ahora empezaba a hacer con este Roy. Con Steph también llegué a un acuerdo tras amenazar con dispararla, pero ella era diferente, ella sí era la mía. ¿Y qué me decía que era la mía de verdad y no una copia de otro universo con la misma historia que la nuestra? Omega estaba hecha para joderme la mente y no dejaba de demostrármelo, y yo era tan imbécil que era incapaz de ver las jugadas y revertiselas.
– Joder, pelirrojo, ¿tú también eres un yonki? – aún así, con aquellas palabras pronunciadas, miré la mano que Roy había puesto sobre la mía. Ninguno de mis sentidos era capaz de detectar que no era la misma que conocía de sobra, era exactamente igual. ¿Eso me tranquilizaba o me asustaba más? Giré mi propia mano y apreté un poco la suya mientras la ambulancia aparcaba a nuestro lado – No te preocupes, les aviso. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 29th Septiembre 2017, 21:15 | |
| Aquellas palabras le llegaron muy hondo. Era una respuesta muy del birdie que conocía. Muy pocas veces se mostraba sentimental o afectivo. Su cariño no se expresaba de una manera abierta sino de una forma indirecta. Jason era un tipo duro no iba regalando abrazos a las personas que apreciaba. Intuías que te tenía simpatía porque te trataba de forma menos dura que al resto. Le alegro que ese Jay se mostrase menos hostil. A veces la única forma que tenía de procesar las cosas era con violencia. La agresividad y los disparos eran los lenguajes que definen, describen y configuran el mundo de Jason Petter Todd. No era de su universo pero por las palabras del moreno podía entrever que el birdie frente al que se encontraba tenía una relación muy similar con su Roy a la que él tenía con el segundo Robín de su mundo. Una sensación de entusiasmo le recorrió todo su ser. Le llenaba de esperanza que en otro universo Jason y Roy estuvieran unidas por una relación de amistad. Era bonito pensar que en todos los universos posibles o al menos en dos de ellos los destinos de ambos hombres estaban entrelazados. En el gesto del pelirrojo se mostró un gesto de comprensión. Así que era eso. Le había estado rechazando porque no era su Roy. No sabía si sentirse halagado por la actitud del petirrojo o triste porque le estaba negando la oportunidad de tener aquella hermandad que tenían.Extrañaba a su arquero y le repudia a él porque no sentía que fueran el mismo. Porque él había reemplazado a su Roy. Quizá Jaybird comparaba esa situación con Tim asumiendo su puesto como Robin. Esa rabia y frustración que había mostrado quizá sólo era una muestra de su dolor y su pérdida. Podía analizarlo pero tratando con un Jason nunca se sentía seguro de sus conjeturas.
- Metafísicamente hablando somos la misma persona.- Quería explicarle muchas cosas. Quería darle consuelo, apoyo y seguridad. Pero era complicado. Red Hood era alguien que si se sentía atacado agredía. ¿Cómo evitar que tus palabras de apoyo terminaran dadas las vuelta en forma pulla? No sabía muy bien como exponerle que seguramente el choque de los mundos había salvado a diferentes versiones de todo el multiverso y que era muy difícil coincidir con alguien proveniente del mismo mundo de origen. Aquello era como una lotería. Cómo decirle a una persona muy reacia a aceptar los cambios que no se podía más que intentar amistarse con las versiones que encontraras de tus familiares y amigos porque era la única versión que quedaba en Omega de esa persona. No sólo era arduo tener que afrontar la realidad, también era duro tener que hacerla patente a los demás. -Pues con dos dólares se puede hacer mucho.- Miró al cielo. Estaba divagando un poco. Podía excusarse con la pérdida de sangre pero divagar era algo común en él.
-Mayormente alcohólico.- Se encogió un poco de hombros. - Es el único defecto que tengo que me da por las drogas. Ya sabes, no se puede ser perfecto. Soy guapo, listo y simpático algo malo tenía que tener. - Era algo agradable el contacto de la mano de Jason junto a la suya. Apretó su mano. Ese sutil gesto de apoyo le reconfortó. Estaba logrando ablandar un poquito al moreno. No sería algo meterse en la entramada vida que llevaba Jaybird pero se haría un hueco costase lo que costase. Porque siempre habían sido amigos y siempre lo serían, aunque cada uno fuera de un universo diferente.
La ambulancia aparcó al lado de los dos individuos tirados en el suelo. Del vehículo sanitario salieron una persona que Roy supuso que sería el conocido de Jaybird. Rápidamente aquel enfermero, si lo era realmente, se hizo cargo de Roy. Le levantó y le puso en una camilla.
-Hace una noche muy bonita- dijo el pelirrojo a modo de saludo como si en vez de un barrio de los peores de Gotham estuvieran dando un paseo por el parque en una zona tranquila e iluminada.
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 27th Octubre 2017, 15:09 | |
| Me quedé apretando su mano, con esa calidez que en mis recuerdos era exacta, con la textura áspera y las uñas mal cortadas. De pequeño escuché muchas veces a Donna decirle que no se las mordiera, mi Roy siempre justificaba que no lo hacía, que se le rompían con el arco. Puta Mierda de Grayson también se quejaba de esas uñas disparejas, que raspaban cuando tocabas sus dedos, pero a mí me gustaban. Cuando cogía la mano de Roy, el notar aquel conjunto de sensaciones me reconfortaba. Roy no era perfecto, y eso me hacía sentir bien, estaba harto de escuchar todo los días el cómo yo si que tenía que serlo. De mayor, la sensación de cogerle la mano me reconfortaba por el hecho de que aún había personas que no tenían miedo de tener algún contacto conmigo. A lo tonto, pensándolo fríamente, siempre disfruté de poder coger la mano de las personas que me importaban. Realmente, desde Omega, qué coño, desde que Thalía me ayudó a regresar a Gotham, no he tenido la oportunidad, ni la cabeza, ni la entereza, de poder volver a confiar en alguien como para, simplemente, cogerle la mano. Mucha gente puede sorprenderse de que un tío con mis pintas disfrute de algo así, y no solo con mujeres, me gusta ir de la mano con los hombres en los que confío. Es el gesto afectuoso perfecto, puedes seguir moviéndote, haciendo cosas, pero estás en contacto con esa persona, le estás diciendo “mira, gilipollas, confío lo suficiente en ti como para dejar inmovilizada una mano”, y a parte, le notas. Su temperatura corporal, sus pulsaciones, la textura de su piel… es algo íntimo y al mismo tiempo cotidiano. Te da seguridad, te apoya. Dick, cuando no llevaba mas que un par de meses como Robin, me preguntaba que si le daba la mano porque tuviera miedo de perderme, como un niño pequeño, yo simplemente le sacaba la lengua. Alfred siempre comentaba que era de agradecer ver como un adolescente de mi edad seguía manteniendo los valores que implican el cogerse de la mano de alguien, aunque cuando le acompañaba a la compra me decía que un adolescente de mi edad tenía que saber cuando utilizar ambas manos. A Kori y a Donna les hacía gracia, pero enseguida me soltaban, nunca les gustó eso de moverse atadas a alguien. Babs siempre comentaba que era adorable cómo le ofrecía la mano al verla, estuviera con el estado de ánimo que estuviera. A Selina no le gustaba, pero sí que me cogía del brazo, o del hombro. Natasha sólo me daba la mano si estábamos sentados, pero siempre me acariciaba todos los dedos, como si quisiera comprobar que no me faltaba ninguno. Bruce y Thalia… Pero a Roy nunca le importó, siempre estaba dispuesto a coger mi mano, no importaba el contexto. En general nunca le importó nada que viniera de mí, simplemente confiaba, ciegamente, y aceptaba cualquier cosa con tal de seguir ayudándome y protegiéndome. Y ahora ya no estaba, ni siquiera había sido consciente de ese hecho hasta que el falso Roy había venido a buscarme.
–Eres guapo, listo, simpático, y un bocachancla – miré la mano que aún teníamos cogida, escuchando como la ambulancia aparcaba a nuestro lado y las puertas del coche se abrían. Quería soltarle, me sentía como un traidor por haber apretado esa mano y haberme sentido bien con ello. Estaba cambiándole, estaba traicionando a aquella persona que tanto había hecho por mí. Pero al mismo tiempo quería autoconvencerme de que nada había cambiado, que el impacto entre universos jamás había sucedido, y sólo éramos Roy y yo, como siempre, después de un trabajo que ha salido más o menos decente. A estas alturas de la vida, no sé hasta que punto el universo me complica la existencia o soy yo mismo quien lo hace. Apreté una vez más esa mano antes de soltarla y ponerme de pie, colocándome el casco – . Oye, me quedo con tu moto hasta que salgas del hospital. Dile a este enfermero tan guapo de aquí que te de mi número. No prometo que la próxima vez que nos veamos no haya pistolas, pero no suelo disparar a un herido.
Ni siquiera sé por qué le dije eso, por qué dejé una oportunidad abierta para volver a vernos. Negué con la cabeza al otro médico que quería acercarse al violador que estaba con el cerebro esparcido por el suelo y la pared. Mejor que no se lo lleven, que los del bar se lo encuentren como un mensaje más que claro de lo que puede pasar si siguen contratando a calaña como esa. El corazón me bombeaba a mil por hora, quería retractarme por lo que había dicho, sacar la pistola y liarme a tiros con los tres hombres. Una parte de mí quería olvidarse de todo y volver a la guerra de El Mundo vs Jason. Pero estaba demasiado cansado para ello. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 10th Noviembre 2017, 09:02 | |
| Cuando el petirrojo mantuvo el contacto se sintió agradecido. Ese simple hecho era un indicador de que el segundo robin le estaba reconociendo mínimamente. Era un acercamiento entre ambos. Sus manos entrelazadas era algo que no solo le reconfortaba a él podía intuir que esa unión también reconfortaba a Jason. Por un lado se preguntaba cuan solo y perdido se sentía el birdie en Omega. Pero no era el momento de preguntar algo incómodo y romper aquel bello momento.
Sabía que para él nada de eso era fácil. Jason estaba muy aferrado a las pocas personas que consideraba cercanas. Por lo que había dicho hacía tan solo unos instantes antes el pelirrojo había llegado a entender que el rechazo del moreno se debía a que no era su Roy. Esa era la realidad que imperaba. Porque aunque las versiones de cada uno de sus mundos se conocieran y tuvieran una cálida relación de amistad, ellos eran como dos desconocidos. Tendrían que reconstruir su relación paso a paso y recobrar lo que en sus universos tenían. Porque no había otro camino. El arquero no estaba dispuesto a perder a ningún Jaybird de nuevo. Ahora que había encontrado uno no permitiría que se distanciaran. Jason era su mejor amigo y fuera cuál fuera la versión que quedaba en Omega iba a tener que aguantar sus insomnios, su charla perpetua y sus chistes malos. Porque estaba convencido de que entre sus yos de otros mundos, existían más semejanzas que los unían que diferencias. O al menos esa era la concepción amable de Roy. Quería creer que el segundo robin siempre fue, era y sería su amigo. Era una de las perdonas que más quería y a la que más unido se sentía. Ninguno de ellos era perfecto ni aspiraba a ser lo. Parecía que sus imperfecciones encajaban y se volvían virtudes cuando estaban juntos. Porque cada uno de esos hombres hacía mejor al otro.
El arquero sonreía incluso con una bala alojada en su pie y la sangre fluyendo. Porque había logrado algo difícil como llegar a su difícil amigo. Esperaba que después de aquel disparo todo pudiera ir fluido entre ellos dos. Después de todo seguían siendo Jay y Roy contra el mundo. Aquellos aprendices de héroe, ahora como antihéroes, rebeldes e inconformistas.
- Eso es lo que más te gusta de mí. Cuanto más hable yo menos tienes que hablar tú. Además tengo una voz muy masculina y bonita. Es un placer escucharme.- lo último lo dijo de manera exagerada con jocosidad. La ambulancia se escuchaba cada vez más cerca y el Robin soltó su mano perdiendo ese contacto tan tranquilizador. No me importaba que Jay se llevase su moto pero se preguntaba si sabría arrancarla.
-Birdy, el sistema de arranque es vocal. Tiene tu patrón de voz metido pero como suelen decir que son cosas estupidas tu clave es un tanto especial. Así que si no tienes ni idea de desbloquearlo la clave es R2HED y vas a tener que silbar.Que estés viendo a otros chicos guapos me hace sentir celoso, Petirrojo.- comento de forma guasona con ese tono de voz alegre y nada serio que solía tener.
El enfermero y el médico se acercaron a él mientras veía partir a Red Hood. Le ayudaron a levantarse y le metieron en la ambulancia. Roy les sonrió y les saludó enérgicamente. Se preguntaba cuándo volvería a ver a Jay. Esperaba que ese nuevo encuentro fuera mucho más ameno y distendido.
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| Tema: Re: La canción de los niños perdidos[Roy y Jason] 28th Diciembre 2017, 00:17 | |
| Roy, el falso Roy, el Roy de ese universo, el Roy que había sobrevivido de otro universo, el nuevo Roy, mi nuevo Roy, el Roy con el que me convertía en traidor, el Roy que había conseguido lo impensable, Roy. Puto jodido Roy Harper. Se veía bien en la camilla, como si el estar ahí tumbado fuera natural. En mis recuerdos, alguna vez le había visto en esa misma situación (misma, exceptuando que la herida no habría sido cosa mía) pero ahora mismo era incapaz de recordar ninguna. Le recordaba herido, con sangre, inconsciente, sujetándose un paño contra la piel abierta y sonriendo, diciendo que todo estaba bien y que se lo haríamos pagar. Conmigo siempre hablaba en plural.
– Un jodido placer escucharte, sí señor. Tengo una grabación tuya y me toco todas las noches mientras la oigo – dije con voz burlona, imitando su manera de hablar. Ojalá aquello fuera verdad. Ojalá Roy hubiera sido mi amor de infancia, de adolescencia. Todo habría sido más fácil, quizás no habría muerto, quizás él no habría caído tan bajo, quizás no habríamos pasado ninguno de los dos a este universo y hubiéramos tenido un final digno.
El otro enfermero terminó de acercarse al cadáver del violador, comprobando su estado. Me miró, con miedo, con nerviosismo, pero con una pizca de orgullo en su mirada, como si se sintiera bien sabiendo que colaboraba conmigo. Sonreí bajo el casco, no debería hacerlo, no debería sentirme así, como un jodido héroe, porque no lo era, pero no podía evitarlo. Estaba haciendo las cosas bien, lo estaba intentando. Mi universo era una jodida mierda, y este estaba peor. Alguien tenía que arreglar las cosas, meterse debajo del mueble de la cocina y solucionar la puta avería en la tubería. Nunca me importó mancharme las manos, ahora menos.
– Joder, pelirrojo. Silbar… manda huevos. Le voy a cantar una serenata ya que estoy, no te jode – tuve ganas de quitarme el casco y poder guiñarle un ojo, seguir la coña del ligoteo. Incluso acercarme al enfermero y ligar con él para poder reírme con Roy. También me dieron ganas de llorar, de venirme abajo del todo, de mandar a la mierda la imagen que daba y dejarme llevar. Porque era un traidor, pero traicionar era humano, traicionar mantendría mi mente a flote, traicionar seguiría llevándome directo al infierno. Morí una vez siendo pecador y parecía que moriría una segunda vez del mismo modo –. Cuidadito con los apodos, que te hago un agujero a juego en el otro pie.
Me di la vuelta, disparé el gancho hacia el tejado del bar y me fui de aquel callejón. Así, sin más, sin despedidas, sin últimas miradas, sin nada. Tendría que regresar a por mi moto más adelante, pero caminar ahora me vendría bien. Pasearme entre los tejados, las azoteas, lanzarme al vacío y saber que en el último momento podía engancharme a alguna cornisa. Llorar, gritar, olvidarme de aquella noche y recordarla para siempre. _________________ Holy water cannot help you now Thousand armies couldn't keep me out I don't want your money I don't want your crown See I've come to burn your kingdom down Seven devils all around me! Seven devils in my house! See they were there when I woke up this morning I'll be dead before the day is done | |
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