"La bibliotecaria de colmillos afilados y el recolector de cuentos perdidos"(Alexander Dragún)

Las calles de san francisco tan  recorridas por ella en su mundo como una miembro de elite de la sociedad secreta iluminatti ella estaba orgullosa de ser una hija del sol y  el desierto era una de los que veían todo con el ojo que todo lo ve la pirámide que conserva los secretos de la tercer edad  y luego amos y señores de los estados unidos de America los callejones y el olor de la mañana de la ciudad eran algo que disfrutaba como pocos lo harían.

Se metió en los lugares donde se conservaban para muchos cachivaches de tiempos viejos para ella objetos que decían  historias y para ella eran crónicas de épocas pasadas estaba vestida con un sobretodo negro y debajo el típico traje de corte victoriano que era de su gusto un sombrero de ala ancha cubría su rostro su larga melena escarlata salía mucho y varios la miraban mientras con un tono alegre cantaba un tema de los Beatles.

When I get older losing my hair,
Many years from now
Will you still be sending me a valentine
Birthday greetings bottle of wine.

If I'd been out 'till quarter to three
Would you lock the door
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four.

Oo-oo-oo-ooh
Oo-oo-oo-ooh

You'll be older too,
And it you say the word,
I could stay with you.

Mientra la melodía salia con una hermosa voz vio una tienda de libros antiguos entro para ver los ejemplares que había  uno en si llamo su atención una edición americana del paraíso perdido de Jhon Milton lo miro y olio el olor de esos libros era perfume después de todo era un ratón de biblioteca todavía sin percatarse de que alguien tanbien entro después de ella.

Luego de un pequeño encontronazo con una agrupación anti-mutantes que casi me cuesta el pellejo no tuve más remedio que salir de la ciudad por un tiempo hasta que todo se calmara así que junté las pocas cosas que tenía y tomé rumbo sur. Después de bastantes millas recorridas terminé llegando a San Francisco donde me asenté temporalmente trabajando como lavaplatos de un restaurante de comida italiana y compartiendo departamento con un par de universitarios, lo que no siempre me aseguraba que el lugar fuera tranquilo debido a las fiestas que ocurrían cada cierto tiempo pero al menos no trataban de indagar en el porqué estaba en esa parte del mundo. De esta manera pasó un tiempo en el que salía a pasear recorriendo calles y conociendo cuantos recovecos esta ciudad tuviera para ofrecerme. Las  heridas con las que me marché de Nueva York había sanado por lo que podía pasar algunas noches en la zona de bahía entrenando y de esa forma desahogarme de la rutina diaria corriendo, saltando y trepando hasta no poder más.

Durante una estas caminatas por la ciudad en búsqueda de lugares ocultos para la vista de los turistas que deambulan en búsqueda de buenas fotografías que llegué a una pequeña tienda de libros. El local parecía llevar mucho tiempo allí, apretujado entre dos edificios como si todo alrededor hubiera crecido de forma desmesurada a excepción de la vitrina donde se exponían distintas variedades de títulos, me detuve a ver la vidriera para examinar que tenían para vender y luego hacia la calle donde los pocos transeúntes que paseaban por el lugar pasaban de largo sin siquiera prestar atención a la tienda como si los libros fueran reliquias de una era pasada que no se podían comparar con las frías pantallas acrílicas en donde dejaban la gran parte de su vida absorbidos por la locura tecnológica.

Cruce el umbral deteniéndome a mirar varias estanterías repletas de libros antes de pasear entre ellas buscando algo que captara mi atención, mientras tomaba una edición de H.G. Wells para ojearlo pude ver del otro lado del mueble que había alguien más en el lugar además de mí. La mujer de largo pelo rojo estaba de espaldas a mí vestida de negro y rematando su atuendo con un sombrero de ala ancha que no dejaba ver su rostro, sinceramente me costaba creer que pudiera pasar desapercibida con ese aspecto. Decidí desviar la vista hacia el libro mientras revisaba las páginas para ver las condiciones del tomo antes de comprarlo mientras recordaba la biblioteca sumergida, un lugar en el que había pasado muchas horas recorriendo sus pasillos antes de llegar a este universo meses atrás.

De pronto un recuerdo fugaz se pasó por mi mente haciendo que me detuviera en mientras volteaba una hoja. “¿Acaso no había visto esa cabellera antes en algún lugar?” pensé tratando de recordar exactamente donde y cuando pero el recuerdo logro evadir mis esfuerzos por encontrarlo. Desistiendo ya de ese cometido me dirigí hacia la caja para pagar mi nueva adquisición con ese gusto a deja vú en la garganta.

Mientras urgaba en aquella librería con cientos dé libros muchos realmente hermosos algunos eran testigos dé la vida dé sus antiguos dueños incluso con notas y hasta fechas dé su adquisición o dé quien lo regalo aparté del paraíso perdido encontró un excelente libro con un recopilatorio dé egiptologia lo cual era uno dé sus géneros favoritos dé la arqueología.

Pero alguien llamo su atención un joven lo miró curiosa por que le resultaba familiar creía a ver visto su rostro en algún lugar pero no podía ser posible sin embargo todavía quedaba la posibilidad dé qué más personas dé su mundo hubiesen caído si había oído del incidente qué ocurrió no era solo una posibilidad.

Dejo salir una sonrisa sus dientes afilados eran uno dé sus aspectos mas reconocidos junto con su cabellera escarlata dé rojo carmesí sé acerco mirando libros y le hablo .

un excelente autor Si me lo permite tiene una excelente narrativa y es un clásico no cree

Mientras preguntaba al dependiente sobre el artículo que iba a comprar la extraña mujer se me acercó para comentarme algo sobre él, me giré encontrándome con una sonrisa de colmillos afilados que no sería fácil del olvidar, y ciertamente que no lo había hecho ya que ese tipo de cosas pocas veces se olvidan. Observe el libro que llevaba en la mano y no pude sino soltar un comentario gracioso ante aquella persona.

-Un libro de egiptología, siempre pensé que su preferencia se iría más hacia el lado de Bram Stoker-. Era obvio que  entendería la indirecta siendo que el libro más famoso del autor se refería a un muerto que vuelve a la vida.

Había conocido al “vampiro” de los Iluminatti, como algunos solían llamarla porque no envejecía además de la peculiar forma de sus dientes, hacía unos cuantos años cuando estaba empezando mi iniciación en el mundo de la guerra secreta aunque ella no lo supiera o recordara ya que solo era un muchacho que recorría la biblioteca sumergida de un tutor a otro para completar un nivel de conocimientos básicos, necesarios dentro de la facción, sin mencionar que en aquel tiempo llevaba lentes oscuros todo el tiempo para disimular el hecho de que no podía controlar cuando se realizaba el cambio de color de mis ojos, de modo que en la actualidad era difícil que alguien recordara mi rostro sin tan llamativas gafas puestas. Por aquel entonces ella estaba en Venecia como parte de la comitiva Illuminatti aunque no recuerdo que puesto tenía pero era una presencia bastante regular por los pasillos por lo que nos habíamos cruzado más de una vez . El apodo de vampiro surgió entre los muchachos de las barracas quienes inventaban historias fantásticas sobre su pasado que nunca se llegaron a demostrar.
 
Así que una vez más el destino dejaba en mi camino otro fantasma de mi pasado para que me hiciera una visita, sin mencionar que esta vez se trataba de un personaje bastante particular de quien no sabía mucho salvo por el hecho de su nombre y de que pertenecía  a la facción de adictos al dinero y el poder, cuestión que me hizo arrepentirme de mi comentario anterior.

Escuchó  la  voz  dé  el quien  hizo  una  broma  muy  curiosa  lo  cual  le  hizo  venir  a la  mente  la  comparación  con  los  años  qué  fue  la  representante  en  él  consejo  dé  los  iluminatti   puesto  que  ocupó  por  pedido  y orden  misma  dél  piramidon  hasta  qué  designaran  otra  persona  al puesto  recordó  un  apodo  qué  le  pusieron  en  ése  lugar  "la vampiro  iluminatti "
.

Bueno se  qué  podría  adecuarse  más  ese  libró  a  mi  persona  por  mí  aspecto  pero  no  te guies  por  mí  apariencia  mon  cherie

Le  contesto  con  un  divertido  Pará  luego  susurrar  en  su  oído  dé  forma  sensual  pero  dejando  claro  qué  tenia  claro  qué  tenían  algún  tipo  de  conexión  no  lo  recordaba  pero  decidió  ver  qué  conexión  era.

sere curiosa  acaso  alguna  vez  tu Y yo  por  casualidad  no  nos  encontramos  en  algún otro  lugar  como  cierta  ciudad  con  humedad la  alondra  dé  los  mares

Le hizo  un  distrito muy  sensual

-Puede ser-. Respondí mientras tomaba el cambio por el libro que había comprado.- Aunque le queda mejor el apodo de ciudad de los canales-.

Cuando termine de hablar salí de la tienda, no quería que el vendedor escuchara más de lo necesario. Lo que nos caracteriza es que somos bastante reservados con los temas delicados como este. Si otra persona de Gaia estaba en la tierra lo mejor sería averiguar que sabía. Aún cruzaba por mi cabeza la idea de volver a mi lugar de origen, aunque no tanto como antes ya que me había acostumbrado a la libertad que disfrutaba sin nadie que estuviera observando cada movimiento que hacía pero quería información sobre que había pasado mientras desaparecimos hacía ya varios meses atrás.

Comencé a caminar lentamente calle arriba con el libro abierto en la mano fingiendo leer mientras esperaba que ella saliera de la tienda, era muy probable por su respuesta que me siguiera ya que también tendría curiosidad sobre el porqué de mi presencia en esta ciudad.

La respuesta que recibió confirmo que sus sospechas eran realmente ciertas parece que después de todo no era la única varada en aquel nuevo mundo lo cual era bastante bueno al menos de poder conversar con alguien sobre su mundo perdido en aquella dimensión lo cual junto con el titulo de uno de los 2 libros que compro “El paraíso perdido” de John Milton quizás las casualidades no existen después de todo.

Luego de abonar el libro y comprendiendo la razón de salir para no hablar ciertos conceptos que son ajenos a este mundo acomodo su saco y la bolsa y marcho para seguir con la conversación paso por la puerta y miro a los alrededores para ver por donde fue, finalmente lo vio calle arriba hojeando su libro por lo que con prisa fue en dirección a donde estaba el con unos pocos pasos logro estar a su lado por lo que hablando de un modo cortes inicio la conversación.

No puedo negar que es algo sorprendente nunca pensé que vería a alguien mas de nuestro mundo por aquí, aunque siendo franca había supuesto que no era la única en esta dimensión me llamo Gaghiel Metallium y tu como te llamas?.

En ese momento busco en su saco una pequeña botella de licor para invitarlo después de todo le gustaba compartir con otros.

-Si, lo sé, nos hemos cruzado un par de veces anteriormente. Mi nombre es Alexander Dragun, miembro del tercer escuadrón de contención de riesgos del Consejo de Venecia-. Respondí mientras hacía un gesto con la mano para no aceptar el ofrecimiento, me parecía que era muy temprano para empezar a beber alcohol.

Fuera de esa respuesta poco teníamos que conversar, éramos de facciones distintas y con finalidades que no tenían relación. Lo único que nos relacionaba era nuestro lugar de origen y lo que más me interesaba averiguar era  que había sucedido en mi tierra natal mientras estuvimos fuera de tiempo mis compañeros y yo, no había envejecido ni un día a pesar de que había  estado hibernando así como tampoco mi cuerpo ni mis habilidades había sufrido cambio alguno. Ese espacio de casi tres años para mi no fue mas que una siesta, donde mi ultimo recuerdo era ser tragado por el portal y el primero al despertar solo fué el hecho de yacer tirado en una playa mientras la marea me empujaba cada vez mas contra la orilla. Ese asunto aún me tenía intrigado y quería tratar de hechar luz sobre el asunto, así que no me venía mal conocer como había sido el viaje de esta mujer.

-Deberíamos buscar un lugar donde poder conversar, me gustaría saber cuándo llegaste a este universo. Yo llevo unos cuantos meses aquí, imagino que en Gaia debe haber sucedido bastante durante ese tiempo-.

No podía evitar pensar que eran muy llamativos en plena calle. Un chico que como todo abrigo llevaba una chaqueta de cuerina color blanco desprendida sobre una camiseta negra y jeans marchando a la par de una persona con abrigo negro, sombrero de ala ancha y una larga cabellera roja. A pesar de eso, ya fuera por el frío o alguna otra razon que desconocía, la gente no parecía notar a tan discordante par mientras avanzaban por la acera y si lo hacían no le daban importacia, quizas porque ya lo raro era mas normal desde que todo el asunto de omega había comenzado.

Bueno es bueno ver qué al menos algunos dé nuestro mundo podemos hablar hay una plaza bastante tranquila cerca dé aquí.

Mientras caminaba así ése lugar iba pensando en lo ocurrido sería posible qué más hubiesen pasado a éste mundo pues por algún motivó los Orochi estaban investigando esa clase dé tecnología y sabía dé fuente buena qué los templarios y los dragones estaban en lo mismo acaso eso era un anticipo a todo esto alguna predicción dé está colisión dé mundos? Sólo podía hacer suposiciones dé eso pero ahora tenía pruebas firmes dé qué no estaba sola .

Llegaron y sé sentaron en un banco acomodándose sé estiró para prender un cigarrillo con un encendedor dio una larga calada y empezó a contar lo qué pasó en sus últimos días en Gaia.

Las cosas no iban bien él consejo estaba en caos desdé qué comenzaron las discusiones dé las investigaciones que los Orochi estaban jugando con portales y lo hacían con mucho descaro los dragones los fenicios los locos dé los templarios estaban tensos aún que hacían lo mismo la tensión dé las reuniones sé podía cortar con un diamante dé lo denso.

Hizo una pausa antes dé proseguir sacó su botella y le dio un sorbo para continuar.

Muchos hablaban dé qué sé estaba a punto dé iniciar un conflicto dé intereses entre todos pero no paso hasta el momento qué caí en éste mundo lo último qué me lo dijo él piramidon mismo es qué algo pasaría y no sé por qué asoció todo a eso.

Miró al cielo y sumó 2+2 para entender qué lo ocurrió bien podía ser eso qué unió estos mundos y realidades en una pero cómo lo llegaron a intuir eso era algo distinto.

Era una lástima escuchar que todo estaba mal en casa. Pero su presencia allí tampoco podría arreglar algo sino todo lo contrario, puesto que al menos siendo dado por desaparecido de la dimensión también se había disipado como por arte de magia uno de los secretos más peligrosos del Consejo: que escondían a un esper sin registrar mientras lo hacían pasar como si fuera un miembro  de la organización.

La idea no lo reconfortaba demasiado pero al menos le hacía pensar que eso evitaría que desenterraran un tapo sucio que podrían usar para desbaratar al guardián del círculo, el resto solo eran conjeturas sin importancia sobre como continuaría la situación. Observé a la gente pasar mientras se cubrían del viento helado que hacía arremolinar las hojas en tonos otoñales mientas pasaban por esta parte de la ciudad donde no estaba el abrigo de las estructuras para desviar las corrientes de aire. Ver a esa gente caminar siempre me había resultado interesante, tan sumergidos en las vicisitudes de su vida diaria que no se daban cuenta de la fragilidad con la que ese mundo tan diseñado, tan estructurado y programado podía caer como si de un inmenso castillo de cartas se tratara mientras ellos solo podrían quedarse mirándolo totalmente indefensos. Su situación era distinta, había visto lo que se escondía en las sombras de la noche junto con todas esas cosas que las personas solo pueden soñar mientras disfrutan de una película o leen un libro. Había peleado con cosas que pocas personas podrían creer, como la inmundicia que provocan los soñadores y que es capaz de consumir a cualquier cosa viviente para luego devolverla como algo completamente nuevo, otro ser  que solo debía ser exterminado para evitar que causara más daño, y sin embargo se encontraba plácidamente sentado en un parque mirando la gente pasar. La situación tenía cierta ironía.

-Es extraño estar aquí sin hacer nada,  mientras ellos se pasean sin darse cuenta que el mundo es más complicado de lo que creen. Aunque así  al menos puedo disfrutar de unas vacaciones ¿Qué haces tú ahora que el piramidón no tiene poder aquí? ¿Buscaste otro empleador entre todas esas agencias raras llenas de tipos con trajes extraños?-. Pregunto a la pelirroja sentada a su lado que aún observaba el cielo como tratando de entender algo.

No es tan extrañó si lo piensas en nuestro las amenazas estaban ocultas vistas por sólo un grupo dé privilegiados qué por detrás dé ellos los protegían dé seres cuya monstruosidad los hubiese vuelto locos aquí está todo más expuesto lo qué no sé si es tan bueno pero es un punto dé vista.

Podria decir yo no los busqué ellos vinieron a mi trabajó con un grupo es una historia curiosa pero aunque no estemos en nuestro mundo soy seré y seguiré siendo una Iluminatti una hija del desierto y él sol la qué ve con él ojo dé la pirámide los secretos qué otros temen estoy más relajada en esencia pero soy dé no estar mucho tiempo sin hacer nada.

Lo miró a los ojos dé él no era muy diferente a muchos jóvenes qué fueron sus pupilos quizás por su edad podía tomarse las cosas con más tranquilidad y relajarse ella no podía era inquieta y con la idea dé estar siempre activa nunca quiso ser sólo la cabeza y eso qué pudo ser una dé las qué mas poder hubiera tenido pero prefería él campo dé tareas la acción constante dé las misiones y los enfrentamientos y le habló mirando al cielo.

Cuándo miró al cielo y lo veo me cuesta creer qué sé vea tan tranquilo no como si sé fuese a desplomarse o que alguna dé esas atrocidades qué enfrente o vi aparezca pero no me hagas casó y tu qué haces aparté dé vestirte como protagonista de juego beat um up o de lucha dé estiló Fatal Fury por qué no es fácil vivir sin sustento.

Estábamos de acuerdo en que este lugar era más tranquilo a pesar de que era de conocimiento popular la mayoría de los eventos y sucesos extraños que sucedían, pero no necesitaba que soltara esa típica frase de fanático sectario para explicarme a que se dedicaba ahora. Eso me hacía saber que temas no tocar en la conversación a partir de ahora para que las cosas continuaran en buenos términos como estaban por el momento.

En cuanto a su comentario no pude menos que mirarla con incredulidad, es cierto que llevar una chaqueta de color blanco, mi otra chaqueta la había perdido en ese encontronazo que tuve con la liga de antimutantes donde todo paso de una noche tranquila a que una multitud me persiguiera por varias manzanas antes de poder dejarlos atrás,  una camiseta negra y jeans con calzado deportivo no era la mejor elección en un clima que obligaba a la gente a llevar un abrigo mucho más grueso.  Me daba igual que estación del año fuera, solo llevaba aquella ropa porque me resultaba cómoda.

-Tú no eres alguien que pueda decirme eso precisamente, sobre todo vistiendo como la hermana gótica de Carmen San Diego  y sin mencionar que esa cabellera tuya podría verse desde el otro lado del Golden Gate-. Comenté haciendo un gesto con la mano para que mirara su ropa antes de andar criticando la de los demás.- En cuanto al trabajo,  me las arreglo. No voy a volverme rico pero puedo vivir bastante cómodo, sin mencionar que ante cualquier problema solo puedo irme un día y nadie podría seguirme la pista. Ni siquiera tus amiguitos del gobierno. Lo que si me sorprende es que dejen salir por ahí a tus anchas sabiendo que eras un agente de una importante facción del mundo secreto-. Respondí mientras empezaba a pasar páginas de libro de nuevo.

No creía que fueran tan tontos para confiar de forma tan ciega en ella así que seguramente la estarían siguiendo o monitoreándola de alguna manera para que no hiciera lo que quisiera. Eso me ponía en un predicamento porque si me asociaban con ella terminarían por investigarme y descubrir que no aparecía en ninguna base de datos, sin mencionar que me pintaría una diana en la espalda para los empleadores de Metallium.

Su comentario fue hilarante por lo lo qué una sonrisa y una carcajada salió dé su garganta despues dé todo no estaba muy errado y bueno respondió con mucha velocidad lo qué hacia ver qué era alguien despierto para responder y luego dé terminar su risa respondió.

Tienes mucho dé razón después dé todo es él único lugar dónde puedo estar así al natural sin qué ningún imbécil intenté matarme o atacarme pero diría qué agregues a mandíbulas dé la espía qué me amo y tienes mi descripción completa supongo qué por eso me destacó tanto con éstos cabellos carmesí.

Escuchó lo qué decía con atención y no negaba qué fuera durante años ellos estuvieron en las sombras y no negaba qué lo fuera a hacer pero no debía confiarse así cómo la experiencia trae consigo la paciencia y la sabiduría la juventud trae la confianza t a veces ser impulsivo y eso a veces no es bueno pero lo respondió con mucha tranquilidad.


Dicen qué es mejor tener a un perro dé Tindalos dé tu lado qué en tu contra aquí no están ésas facciones sólo valgo por mis talentos y mis poderes es una relación simbiótica como la dé la rémora y la dé un tiburón la Rémora es un pez qué es un gran cazador y es un nadador veloz vive con un tiburón comiendo dé su comida y ayudándole a cambió dé lo qué recibe dé él pero yo no soy una Remora soy un megalodon y hago mejor él trabajó aparté dé qué alguien cómo yo está preparado es eso.


Lo qué decía era una jugadora dé equipó pero decidió darle un consejo.

Sé qué sonará raro pero no té confíes tanto dé ti mismo sé prudente hasta Alejandro magno siendo joven cometió estupideces qué hicieron qué sus conquistas sé murieran con el la prudencia y él saber pensar con paciencia es una gran virtud qué té salvará la vida Hasta mushu aprendió eso.

Miró a arriba recordando sus batallas y alianzas con él en muchos casos y ocasiones .

Hasta este día Alex estaba convencido que la mayoría de los templarios que había conocido tenían un ego tan grande que ocupaban dos asientos a donde quiera que fueran pero al parecer esta pelirroja tampoco se quedaba atrás. Está bien que no que el no envejecer te diera más peso en una conversación pero considerarte lo mejor de lo mejor solo por eso era decir que algo está mal mientras tú mismo lo haces, aun así se lo dejo pasar por respeto a los mayores.

En cuanto al tema de la confianza en uno mismo no podía estar más equivocada,  había dicho que podía desaparecer si quería y eso era totalmente verdad dado que desde que llego a este mundo a recorrido medio país sin llamar la atención pública o la de alguna agencia como la que a ella la había reclutado.  De modo que si decidía irse podía hacerlo con total libertad, puesto que las fronteras norteamericanas estaban más empeñadas en impedir que la gente entre, no de que salga.

-Tampoco me subestimes, recuerda que yo también estaba en el mundo secreto aunque no fuera de las facciones principales. Podrás ser agente pero no menosprecies  a contención de daños-. Era improbable que reconociera lo que nuestra labor hacía para mantener oculto cualquier suceso, después de todo ya había visto que tenía la autoestima demasiado alta.

Había mantenido esta charla para tratar de sacar información útil sobre Venecia o los sucesos desde su desaparición, pero al parecer esta persona  o no sabía nada o no quería hablar haciendo que la charla se volviera cada vez más densa y decepcionante. Lo del conflicto y la tensión durante las reuniones del Consejo de Venecia y los representantes de cada facción no era noticia nueva, siempre sucedía pero seguramente se podrían haber intensificado un poco en mi ausencia lo que no aportaba nada para darme un panorama de la situación del mundo secreto en Gaia después de mi partida.

Perdona aún qué me dejó llevar a veces cómo era profesora y maestra a veces actuó así perdona si té ofendí con mis dichos es una costumbre

Sé podía decir qué era por eso o era un im pulsó maternal o la respuesta era más terrible había visto a muchos jóvenes morir una misión tras otra y varias veces tuvo qué dar la desagradable noticia dé sus muertes a sus padres y familiares lo qué a pesar dé ser Iluminatti y saber dé lo qué podía pasar lo lamentaban podía ser una mezcla dé ambas cosas hizo un momento dé silenció para seguir con sus dichos.

Quién sabe si todo esto qué ocurrió no creó otra era en nuestro mundo sabes todo lo qué pasaba ya no podía ser cubierto era cómo querer cubrir él sol con un dedos poco a poco salían más y más problemas era cómo agujeros en un dique qué sé abrían uno tras otro hasta qué colapsaría por tantos qué eran.

Hizo un suspiró dé incomodidad por cómo iba todo en Gaia cada vez sé hacia más difícil todo moverse cubrirse parecía qué era el comienzo dé una serié dé efectos dé fichas dé dominó qué una tras otra parecían acortar un pasó así un desastre muy grave lo irónico es qué quizás la suerte los salvó a ellos cómo un modo dé preservar algo dé aquél mundo pero habría más aquí con ellos.

Estaba todo mal muy mal él consejo no daba abasto parecía cómo si fuera a ser una antesala a un desastre y creó qué algo nos salvo casualidad causalidad dime qué piensas

Al escuchar la palabra casualidad no pudo menos que recordar el tiempo que paso pensando durante los primeros días de su llegada sobre la razón de que estuviera en este nuevo mundo, que entidad o poder superior había determinado que el hecho de ser arrastrado por un portal lo soltaría casi ileso en una tierra paralela en vez de desintegrarse para no dejar rastro. Las casualidades para él no eran más que una ilusión, algo que terminaba sucediendo por una sucesión de hechos que se definían por alguna acción que realizáramos ya que de no ser así su vida estaba llena de “casualidades”.

-Las casualidades no salvan a varias personas a la vez, deben haber algo más que eso detrás de todo, -. Respondió pensando mientras miraba  de nuevo a la gente regresar a sus casas porque la llegada de la tarde hacia que el frio ganara fuerza, haciendo desistir a la mayoría de las personas de circular por las calles para refugiarse en las calefacciones de sus hogares.- por no mencionar que el hecho de que nos hayan salvado quiere decir que algo sucedió o sucederá en Gaia y el resto no podrá “salvarse”. Lo que no lo hace algo tan bueno o alentador-.

Se quedaron un rato en silencio mirando el paisaje, meditando sobre lo que estaban hablando o por lo menos Alex lo hacía. Pensar en todas las vidas que se perderían no servía para consolarse sobre la idea de haberse salvado y fue cuando una idea se cruzó por su cabeza haciéndole caer en la cuenta de que quizás no habían sido salvados sino enviados a otra parte a buscar algo para salvar su mundo, que tal si Gaia previendo su final movió los hilos para mandarlos lejos en busca de una forma de evitar su destrucción junto con las de las personas que en ella residen. Era algo a considerar viendo la cantidad de poderes que se estaban aglomerando en este universo, quizás entre todos ellos encontrara algo que pudiera detener el desastre aunque se tratara de la venida final de los soñadores.

-Creo que en vez de pensar que nos salvamos como las ratas que escapan cuando el barco se hunde debería pensar que quizás estamos en este universo para evitar el hundimiento del barco, es una idea más positiva, ¿no cree?-. Terminó la frase mientras se ponía de pie.- La verdad es que fue un gusto charlar con alguien de mi tierra pero tengo que irme. No esta demás decirle que espero que este encuentro no llegue a oídos de sus superiores, sería de muy mal gusto que descubriera que han empezado a seguirme-.

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