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| [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] | |
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Ahri'ahn DC Universe
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| Tema: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 30th Diciembre 2016, 00:52 | |
| - "... De madrugada. Aún no se sabe a ciencia cierta qué es este evento que ha conmocionado al mundo entero y que mantiene a las principales potencias en vilo. El ejército ha probado el acercamiento sin éxito. La negativa a bombardear estos famosos monumentos por su significado religioso además ha hecho replantearse al mundo el siguiente paso a dar."-
Dalae no podía creerlo. Sentada en una de las muchas salitas del castillo, contemplaba atónita los sucesos que acababan de suceder aquella misma mañana. Cinco templos, los representantes más importantes de las principales religiones, habían sido invadidos por hordas demoníacas y tenían a la población mundial en vilo. Dalae había estado presente durante la misión de Shambhala y había sido testigo de los fúnebres presagios de las dos Muertes, pero jamás habría podido esperar una invasión demoníaca a tamaña escala. Creía que todo se reducía al tal Rasputín y su grupo de chiflados, pero aquello... Aquello sobrepasaba con creces lo que Hellboy podía ser capaz de solventar por sus propios medios, seguramente iba a necesitar ayuda. Tenía que hablar con su maestro. Loki sabría lo que había que hacer.
Se encontraba pensando sobre ésto cuando un golpe apagado sobre el cristal de su ventana llamó su atención. Se incorporó en el asiento para mirar en la dirección del sonido esperando encontrar que no había sido más que el impacto del viento en aquella desapacible tarde, pero lo que vio la sorprendió más aún que el noticiero, y con sentimientos tumultuosos y encontrados...
Era Arión.
El mago atlante se encontraba en el alféizar de la ventana, golpeando débilmente en el cristal. Estaba medio desnudo en aquella fría tarde, con las ropas completamente destrozadas y cubierto de cicatrices y heridas todavía recientes, pero Dalae se quedó inmóvil, sin saber inicialmente cómo reaccionar. Recordaba los sentimientos confusos que había estado experimentando los últimos meses, unos sentimientos que no sabía muy bien cómo interpretar, pero también recordaba que el hechicero había intentado matarla el mes pasado, aunque en el fondo sabía que no había sido realmente él, y que ella había tenido gran parte de culpa. También recordaba cómo la diosa Khali se había manifestado y se lo había llevado consigo al infierno justo cuando acababa de recobrar su auténtico ser. Debía de haber pasado un auténtico calvario, y ahora mismo estaba fuera, a la intemperie y malherido... ¿Qué podía hacer? ¿Estaba su huida del infierno relacionada con aquella invasión demoníaca? Quizá pudiera averiguar algo si le interrogaba...
Última edición por Ahri'ahn el 8th Enero 2017, 15:58, editado 1 vez | |
| | | Dalae Darkle Marvel Universe
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Ficha de Personaje Alias: Dalae. Nombre real: Dalae Darkle. Universo: Marvel
| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 30th Diciembre 2016, 02:50 | |
| -No puede ser…-Susurró, sabiendo que nadie iba a oírla . Dalae estaba sola en el salón del castillo de Alemania, el edificio que usaba como base de operaciones en Midgard. Raden llevaba toda la tarde en Nfleheim, con Garm. En el fondo, Dalae se alegraba un poco por él. Había pasado milenios deseando desaparecer de una vez por todas, pero ahora parecía haber encontrado algo que hacer con su existencia. Una lástima que ahora su supervivencia empezara a estar en duda, al igual que la de todos. Si no lo estuviera viendo en la pantalla, Dalae no se lo creería. No sólo estaban en problemas, como ya habían dado a entender las dos Muertes, sino que ese problema incluía a los demonios. A todos ellos, y no sólo al grupo liderado por Rasputín, como todos habían supuesto. Habían decidido entrar en Midgard, y situarse en cinco de los templos más importantes que allí se encontraban. ¿Estaban desafiando a los dioses? Podría ser, pero la hechicera estaba casi convencida de que algunos de los dioses a los que los habitantes del Mundo Medio rendían culto no existían en realidad. Nunca los había visto, ni había oído nada fiable (es decir, de fuera de su propia religión) sobre ellos. Pero, fuera como fuera, aquellos seres infernales sí eran reales. Reconoció a alguno: Loki le había hablado de Mephisto, y había conocido a sus dos Ghost Riders; pero otros eran completos desconocidos a sus ojos. Sin poder apartar la mirada del telediario, estiró una mano temblorosa para alcanzar el móvil que había sobre la mesa. No lo usaba muy a menudo, y casi siempre que lo hacía, llamaba a las mismas personas. Sabía que, de momento, no había problemas en Estados Unidos. Pero eso no la tranquilizaba en absoluto. Un miedo visceral se había instalado en su pecho, y se negaba a salir de ahí. Y, por desgracia, no era esa clase de miedo que te ayuda a sobrevivir, que agudiza el pensamiento e invita a luchar. No. Era ese miedo que te desarma, te paraliza y te impide actuar como harías en cualquier otro momento de tu vida.
Tragó saliva, y se dispuso a marcar el número de su hermana. Sólo necesitaba oírla, saber que estaba bien. Y luego, hablaría con Loki. No podían quedarse de brazos cruzados mientras Midgard era atacada de esa manera. Aunque a ninguno de los dos les importara demasiado el destino de la humanidad, siempre había algún interés, algo que motivaba al Dios de las Mentiras a intervenir. Y si él se movía, ella también podía hacerlo. Ahora mismo, necesitaba una guía, alguien que supiera qué hacer en esa situación. ¿Y quién mejor que su maestro para ello?
Cuando iba a pulsar el botón de llamada, sin embargo, oyó un ruido extraño. Algo había golpeado el cristal de la ventana. No era de extrañar: Hacía una tarde horrible, muy fría y con viento. La curiosidad la hizo levantarse del sofá en el que estaba sentada para ir a ver qué había hecho ese ruido. Qué... O quién.
-¿Arión...? ¿Qué...?-Dalae no estaba preparada para eso. Posiblemente nunca estaría preparada para encontrarse al mago en su ventana, muerto de frío y cansancio, con la piel surcada de heridas aún sangrantes. La asgardiana se quedó paralizada un momento, sin atreverse siquiera a respirar. Tenía un millón de preguntas en la cabeza, que competían por escapar a su boca, en la que aún convivían el amargo sabor de la culpa y los restos de un beso traidor. Su cabeza no funcionaba, así que tuvo que hacerlo el corazón. Abrió la ventana de par en par, inmune al frío del otro lado, y trató de ayudar al mago a entrar. -¿Cómo has...?-¿Escapado? Lo último que había sabido de él era que estaba en el Naraka, condenado por los crímenes cometidos mientras estaba bajo los efectos de aquella maldición. ¿Quizás...? ¿Habría aprovechado la invasión para liberarse? ¿O su liberación había contribuido a que los demonios actuaran? "-No, no, no. Céntrate. Puedes preguntar luego."-Lo condujo hasta el sofá, ofreciéndose como apoyo si le costaba caminar. -Ven, túmbate...-Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que, dentro de su castillo, también hacía mucho, mucho frío.
Aunque las gruesas paredes de piedra eran un buen aislante, hacía mucho que ese lugar no se caldeaba: Al fin y al cabo, allí sólo vivían Dalae y Raden, y ninguno de los dos tenía necesidad alguna de calor. Al contrario que Arión, que iba a necesitar todo el que la hechicera pudiera conseguir.
Afortunadamente, el salón contaba con una chimenea. Cerca de ella había algunos troncos pequeños, y un fragmento de pedernal. Hacía mucho que no encendía una hoguera, había perdido algo de práctica. Hubiera sido mucho más fácil crear un poco de fuego en la punta de su dedo, o directamente generar calor; pero su magia no podía hacer nada de eso. Como no podía hacer muchas otras cosas. Así que tuvo que conformarse con arrancar unas chispas al pedernal con su daga, y hacer que estas prendieran la leña. Una vez el fuego estuvo listo, se dirigió de nuevo a Arión, decidida a averiguar la naturaleza de sus heridas. De fondo, una mujer en la televisión anunciaba a gritos el fin de los tiempos. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| | | Ahri'ahn DC Universe
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 31st Diciembre 2016, 00:57 | |
| Cuando ella fue a acercar la mano a sus heridas, él la atrapó con firmeza por la muñeca, impidiéndoselo. La brusquedad del gesto sorprendió a la asgardiana, que se encontró a sí misma devolviendo la mirada a unos hermosos ojos color esmeralda.
- Olvida eso... -musitó él, sin dejar de mirarla con intensidad-. Olvídalo... Las heridas no son importantes. Eso tampoco lo es -añadió señalando las imágenes que aparecían en la pantalla del televisor. Bastó un gesto de la mano libre para que las voces alarmadas guardaran silencio y la pantalla se apagara-. Así está mejor... -continuó, perdiéndose en aquellos orbes azul profundo al tiempo que sus dedos se entrelazaban entre los cabellos de la hechicera hasta alcanzar su mejilla-. Dalae... Todo lo que ha ocurrido... lo que me ha ocurrido... me ha hecho darme cuenta de lo que realmente importa en la vida... Más que el resentimiento. Más que la venganza. Cada segundo, cada minuto que pasé en el infierno preguntándome si viviría para ver el día siguiente me daba cuenta de lo que realmente quiero... Te quiero a ti, Dalae... Y no me importa lo que me hiciste. Sólo quiero estar contigo, sólo...
Tiró de la muñeca que aún mantenía prisionera para acercarla hacia sí con la intención de besarla...
Era tan hermoso, su voz y sus maneras tan seductoras... y Dalae no podía negar lo que llevaba tiempo sintiendo en su interior, por más que la confundiera. Pero... había algo, una pequeña vocecita que le decía que algo no cuadraba... Ella había conocido a Arión antes de la maldición. ¿Ignoraría el mago junto al que había combatido en la isla de San Borondón el dolor y el sufrimiento de la humanidad para procurarse un poco de placer físico? ¿Tanto le había cambiado el infierno? Pero ya le habían torturado otras veces, y siempre había seguido anteponiendo el bienestar de los demás al suyo propio. ¿Acaso la maldición seguía en pie? No, no podía ser, su maestro la había roto antes de que se lo llevaran al infierno. Claro que Dalae no tenía la más mínima idea de lo que le habían hecho allí, pero había otra cosa más que no cuadraba... Incluso bajo los efectos de la maldición, Arión había sido tan tímido que nunca se habría atrevido a dar el primer paso de esa manera. ¿Qué era lo que estaba mal? ¿O quizás solo eran imaginaciones suyas...? | |
| | | Dalae Darkle Marvel Universe
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 31st Diciembre 2016, 18:21 | |
| Se sentó a su lado, tratando de no incomodarle demasiado. No pudo evitar recordar las cicatrices de su espalda al verlo así, esas mismas que había intentado ocultar cuando se vieron en el Mercado Troll. Ahora, muchas otras surcaban su cuerpo, huellas ya cerradas de las torturas que había sufrido en el Infierno. "-Por mi culpa."-Se repitió mentalmente, una vez más. Intentó apartar los jirones de sus ropas para ver mejor hasta qué punto llegaba la gravedad de sus heridas, pero el propio atlante se lo impidió. Su mano se cerró en torno a su muñeca con una fuerza que Dalae no esperaba encontrar en un hombre tan malherido. Su primer impulso fue tratar de soltarse y decirle que estuviera quieto, que sus heridas sí que eran importantes. Que quería curarle, y también quería saber qué había pasado. Pero las palabras murieron sin lograr salir de su boca en cuanto él empezó a hablar. Apenas se dio cuenta de que había apagado la televisión, atrapada como estaba en el verde de sus ojos. Ni siquiera trató de reprimir un suspiro cuando notó la caricia sobre su piel, que empezaba a recobrar la calidez que había albergado antiguamente. ¿Para qué disimular? Era obvio que aquello le gustaba. Que él le gustaba.
Llevaba mucho tiempo engañándose a sí misma con cientos de cosas que, de otro modo, la atormentarían. Sin embargo, cuando alguien es engañado muchas veces por la misma persona, aprende, y empieza a ver la mentira en sus palabras. O en sus sentimientos, en aquel caso. Ya no confiaba ni en sí misma, ya no sabía qué tenía que sentir exactamente hacia él. Hasta la fecha, se había limitado a soñar, a sabiendas de que no tenía ninguna posibilidad. Era demasiado bueno para ella. No lo merecía, tan simple como eso. Sin embargo, aquello no había apagado la llama. A pesar de que había vuelto a perderlo otra vez cuando fue condenado, no había dejado de acariciar la idea de que, quizás, quedara algo del amor que Rydia había despertado en él. Y ahora se lo acababa de decir a la cara, sin rodeos. Sin duda alguna.
La atrajo hacia sí, con intenciones más que claras: Un segundo primer beso, sin una daga sedienta de sangre en su mano. Le estaba ofreciendo todo aquello que Dalae deseaba desde aquella noche en las catacumbas: Le ofrecía el poder ser amada y perdonada, sentirse por fin en paz. -Arión... Yo...-Susurró, aturdida por el rumbo que estaban tomando los acontecimientos. Fue en ese momento en el que se dio cuenta del todo de cuánto lo necesitaba, de cuánto deseaba estar a su lado. Sería tan fácil dejarse llevar, como había hecho siempre... Inclinarse un poco más, tan sólo lo justo para alcanzar sus labios... Y olvidarse de todo lo demás.
Un atisbo de lucidez cruzó sus pensamientos, sin embargo. Una idea tan fugaz que casi pasó desapercibida, pero aún así lo suficientemente brillante como para hacer que la hechicera se parara a pensar un momento. ¿Desde cuando Arión ignoraba lo que pasaba a la humanidad? Aunque de primeras el gesto de apagar la televisión no le había llamado la atención, ahora le resultaba... Extraño. El Arión que ella conocía debería estar preocupado, intentando evitar que las fuerzas demoníacas se apoderaran del mundo en el que vivía. No... Así. -Qué... ¿Qué te ha pasado?-El atlante pudo ver cómo la tristeza teñía sus palabras, a medida que la duda se abría paso en su cabeza. Haciendo uso de una fuerza de voluntad que no sabía que tenía, se apartó un poco, tratando de evitar el beso con delicadeza. -Antes no eras así... Has cambiado.-La escasa fuerza de Dalae no le permitía soltarse fácilmente de su agarre, pero no era esa la razón por la que seguía a su lado. Quería saber. Saber por qué ni siquiera bajo el influjo de la maldición había intentado nada y ahora, libre de ella, sí que lo hacía. Por qué la sujetaba con fuerza, por qué ignoraba los problemas del mundo. Quería saber por qué había recurrido a ella para ayudarle, cómo había escapado. Pero sobre todo... Quería saber si, a pesar de todo lo que había pasado, aún era el hombre cuya bondad la había impresionado hasta el punto de hacerla dudar de todo lo que sabía. -Yo también te quiero... Pero necesito saber por qué estás diferente. Por favor... Sólo quiero ayudarte. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| | | Loki Laufeyson Marvel Universe
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 3rd Enero 2017, 18:46 | |
| Una mano helada rozó de pronto el hombro de Dalae, desequilibrando a la mujer y empujándola hacia atrás. La separó del individuo que había en el sofá obligándola a apoyar su espalda contra el frío metal negro que adornaba su pecho. Después dio un paso al frente y se colocó entre el Atlante y su aprendiz de un modo inesperadamente protector.
Loki tenía una mirada fría e inexpresiva, sus ojos verdes observaban con desconfianza al hombre que descansaba en el sofá. Nada podía engañar al dios del engaño, ni siquiera la ilusión del mago más poderoso del mundo.
-¿Quién eres?- dijo con toda la calma del mundo, esbozando una divertida sonrisa hacia el final de la frase. El Asgardiano confiaba en sus aptitudes mágicas para evadir cualquier repentino ataque que intentara el infiltrado. Con aquella sonrisa ladeada y sin quitarle los ojos de encima, quería demostrarle que se sentía tranquilo y estaba preparado para cualquier cosa. No iba a dejar que le hirieran a él o a su aprendiz tan fácilmente.
Bajo la ilusión, Loki pudo ver a un hombre alto, de casi metro 90 y cuerpo fibrado. Su piel y sus cabellos eran blancos como los primeros copos de nieve, pero sus ojos rojos estaban teñidos con el color de la sangre. Lo más destacable de su aspecto físico fue la cicatriz en forma de estrella que arañaba la piel de su mejilla izquierda.
-¿Qué pretendes tomando la forma del mago atlante Ahri’Ahn? _________________ Loki niño --> #8db600 | |
| | | Ahri'ahn DC Universe
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 4th Enero 2017, 01:05 | |
| Estaba tan cerca... y, de repente, en el último instante, se apartó de él. - ¿Qué quieres decir con qué he cambiado? -inquirió, con gesto aparentemente dolido- . Soy yo, Arión... ¿es que no me reconoces?Y, entonces, apareció el inoportuno metomentodo, arruinándolo todo. Había estado a punto, a punto de caer... La muy tonta se lo habría tragado todo de no ser por su irritante intervención. Soltó un suspiro exasperado mientras se incorporaba en el sofá hasta quedar sentado. Ya no tenía ningún sentido pretender que estaba herido. Por los dioses sombríos... ¿por qué siempre le interrumpían en el peor momento posible? - Así que conoces la antigua lengua -comentó, refiriéndose al hecho de que había sido capaz de pronunciar correctamente el nombre del atlante- . Yo te conozco: eres el que consiguió derrotar a mi hermano.Se puso en pie y dejó caer la ilusión que le cubría. El hombre que se mostró ante ellos era también alto, tanto o más que el propio Arión, atractivo, si no fuera por su expresión de mezquina maldad, la blancura cadavérica de su piel y la cicatriz que estropeaba todo el lado izquierdo de su rostro. Dalae reconoció de inmediato la marca: era la forma que solían tomar los conjuros de Arión cada vez que lanzaba un hechizo. Era una característica muy particular de su magia, casi como su sello personal; no cabía duda de quién había sido el autor de aquella herida. Vestía de un modo muy primitivo, con una camisa roja abierta que dejaba al descubierto su musculoso torso, un cinturón amarillo con motivos tribales y un simple taparrabos. El cabello, tan blanco como el resto de su cuerpo, le caía salvaje y largo por la espalda, con únicamente una tiara con la forma de dos garras sosteniendo una gema carmesí en el centro para mantenerlo apartado de la frente. Entre tanta blancura, los ojos rojos destacaban como dos gotas de sangre en la nieve. En otras circunstancias quizá habría podido jugar a sembrar la confusión en Dalae haciéndole ver que debía confiar en él y no en el intruso, pero estaba claro por su actitud protectora que les unía un fuerte vínculo, y no creía que ella fuera a creer en su palabra por encima de la de su maestro. No, era mejor no perder el tiempo. - Arión es noble y estúpido, pero descubrirás que no es tan fácil derrotarme a mí -exclamó, y al tiempo que decía ésto, alzó la mano para señalar a Loki, y de su índice extendido emergió un rayo de energía carmesí, directo a su objetivo. - Sobre la imagen:
He puesto una imagen anterior a cuando recibe la cicatriz porque ahora mismo después de su cautiverio vuelve a tener el pelo largo, y cuando Arión le hace la marca lo llevaba corto, así que simplemente imaginad la cicatriz sobre esa imagen
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| | | Dalae Darkle Marvel Universe
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 4th Enero 2017, 18:12 | |
| En cuanto ella notó el cambio de expresión del mago, se arrepintió de haber preguntado. ¿Cómo podía haber dudado de él? Esa expresión de melancolía era el fiel reflejo de la que había mostrado Arión las primeras noches, antes de que Rydia dibujara una sonrisa en sus labios. Era él, necesitaba que fuera él. -Lo siento... Es sólo que...-Negó ligeramente con la cabeza, en un infructuoso intento de aclararse las ideas. -Últimamente es todo tan extraño... Te reconozco, pero... Es como si algo hubiera cambiado. Supongo que me lo estoy imaginando. Aún no me puedo creer que hayas conseguido escapar...-Era una manera de hablar, por supuesto. No había una mentira más fácil de creer que la que no se quería desenmascarar. Tanto Dalae como Garn sabían eso, era una de las primeras lecciones que aprendía todo mentiroso, viniera de donde viniera. Pero había una distancia inmensa entre saberlo y usar esos conocimientos, una distancia que la escasa fuerza de voluntad de Dalae no estaba dispuesta a recorrer.
Ante ella, sin embargo, había un camino infinitamente más fácil. Dalae estaba cansada de pensar que si algo era demasiado bueno para ser verdad, era mentira. Esa desconfianza hacia todo lo que la rodeaba le había permitido sobrevivir y crecer, sí... Pero la había apartado de los demás. Y aunque fingiera que no le importaba, la necesidad de tener a alguien a su lado la reconcomía en silencio. Podía ceder una vez. ¿Verdad? Sólo un momento de debilidad... Al fin y al cabo, ¿qué era lo peor que podía pasar? Sabía que podía confiar en Arión, que no le haría daño. Y si era lo que quería... ¿Por qué tendría que decirle que no?
Con lentitud, Dalae acarició la mejilla del atlante. Ya había decidido, se podía leer en su mirada azul. Se había rendido. Sin embargo, antes de que pudiera hacer nada, una mano la apartó del atlante con brusquedad. Alzó la mirada, enfadada, para toparse con la espalda de su maestro. ¿Qué hacía él allí? Esta vez, no tenía ningún motivo para meterse en su vida. O quizás sí. Cuando habló, Dalae sintió que se quedaba sin respiración. Todo pasó muy deprisa. Garn deshizo la ilusión, dando paso a su aspecto real. Aunque seguramente el semidemonio sería atractivo para otra persona, la hechicera lo encontró tan repulsivo como una gran araña blanca.
-Garn...-Había leído sobre él cuando investigó para engañar a Arión. El Mago Loco de Mu, el hermano malvado que se enfrentaba una y otra vez a Arión. El hombre que tan dolorosamente recordaba a Loki, aunque las diferencias fueran obvias. Y aún así, no hacía falta saber nada de eso para adivinar cuáles eran sus intenciones. No tardó en atacar al dios de las mentiras, y eso fue lo que acabó de hacer reaccionar a la joven. El hecho de no llevar su armadura ni ninguna de sus espadas o dagas la hacía sentir totalmente indefensa. Y, aunque confiaba en que Loki podría derrotar a Garn, necesitaba tener algo con lo que defenderse. Había dejado el bastón de Raden encima de la chimenea, así que se hizo con él mientras su oponente estaba distraído. Ahora, volvía a tener las cosas muy claras: Iban a derrotar a Garm, y no sólo eso. Además, iban a conseguir que les dijera dónde estaba el auténtico Arión, de una manera o de otra. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| | | Loki Laufeyson Marvel Universe
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 4th Enero 2017, 19:10 | |
| - Veo que las noticias vuelan… - el dios de las mentiras afiló sus ojos mientras observaba con detenimiento el desvanecimiento de la ilusión. Ahora Dalae podía ver cómo era aquel hombre en realidad, el que había tratado de tentarla y arrastrarla hacia su perdición. Había jurado proteger a su aprendiz de todo cuanto le hiciera daño, cuando ambos asgardianos firmaron el contrato de sangre. El dios de las mentiras ya había dejado de contar las veces que la había sacado de un apuro…
La voz de Dalae se quebró tras él, apagándose en un débil susurro. Garn, aquel nombre le sonaba vagamente de cuando envió a Dalae a engañar al Atlante. No imaginaba conocer al hermano de Arión en aquellas circunstancias.
- Pierdes el tiempo atacandome… ¿Qué es lo que de verdad quieres? ¿Venganza? No fui yo quién confinó a tu hermano en el infierno…- el joven dios estaba confundido, no entendía tan bien como Dalae la historia familiar de Arión. ¿Por qué había tratado de engañar a la hechicera con la imagen de su hermano? ¿A quién pretendía hacer daño realmente? ¿A Dalae? ¿A Arión? ¿o a él mismo?
El dios estaba preparado para cualquier signo de ataque. Cuando el albino lanzó su rayo de energía en dirección a su pecho, Loki atrajo la magia directamente a la palma de su mano, como si su brazo fuera una antena parabólica y la magia un rayo. Canalizó la energía carmesí en su cuerpo y la hizo desaparecer. De pronto, Dalae se separó de su maestro y corrió en dirección a su bastón, que descansaba cerca de la chimenea. Ese brusco movimiento hizo que el mentiroso se distrajera un instante, un valioso momento que Garn podía utilizar para contraatacar... _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 11th Enero 2017, 11:38 | |
| El hombre se echó a reír con una risa demente que evidenciaba su locura. Los ojos le brillaban como si algo en las palabras del Dios del Engaño le hubiese hecho muchísima gracia.
- ¿Estás de broma? -dijo con voz ronca, esbozando una sonrisa de tiburón con sus ojos rojos que parecían inyectados en sangre-. Lo único que lamento de que Arión esté en el infierno es que no podré torturarlo personalmente para ver cómo se retuerce de la agonía.
Extendió la mano hacia Dalae, que había corrido hacia la chimenea, y ésta sintió como algo tiraba de ella y la empujaba a los brazos del atlante. La atención del albino estaba centrada en Loki, a quien consideraba la amenaza más grande, así que no se dio cuenta de que la muchacha había recogido algo de allí.
- No, no puedo hacerle daño a él... pero puedo hacerle daño a la mujer a la que ama -dijo, pasando su musculoso brazo por el blanco y delicado cuello de la mujer, manteniendo su espalda pegada contra su pecho. Desde ésta posición, cuando le habló, Dalae pudo notar la calidez de su aliento en la mejilla-. ¿Qué tendrá mi hermano con las hechiceras de hielo? -comentó, divertido-. Ya se enamoró de una en el pasado, ¿lo sabías? Se llamaba Icestarr, y también empezó siendo su enemiga. Voy a terminar pensando que tiene alguna clase de fetiche... Aunque... por otro lado... me parece que en éste caso le entiendo perfectamente. No se puede negar que tiene buen gusto con las mujeres. Chian era deliciosa... me pregunto a qué sabrás tú... -musitó, apartándole el pelo del cuello con lascivia.
Cuando Loki hizo un amago de moverse le lanzó una mirada socarrona y le arrojó una onda de energía mágica invisible que le empujó violentamente hacia atrás, atravesando la pared del castillo hacia el exterior. | |
| | | Dalae Darkle Marvel Universe
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 14th Enero 2017, 17:57 | |
| Tan pronto como la asgardiana cerró sus manos en torno al metal del bastón, notó cómo algo tiraba de ella hacia atrás. No era algo físico, así que, por más que trató de zafarse de su agarre, no pudo evitar acabar de nuevo junto al hombre pálido. Se quedó muy quieta cuando notó su brazo en torno a su cuello, consciente de que, con toda seguridad, podía partírselo si se lo proponía. No quería darle más motivos de los que ya tenía para hacerlo. El miedo empezó a trepar por su espina dorsal, en el punto en el que sus cuerpos se tocaban, pero Dalae lo ignoró. Una persona asustada no piensa, y eso era lo que necesitaba en esos momentos. Estaba en una situación muy delicada: Aunque tenía el bastón, la magia que era capaz de usar no servía de mucho frente a él... Y Loki no podía atacarle directamente estando ella en medio. Porque no se arriesgaría a herirla, ¿verdad? Siempre había querido confiar en él, y esperaba que el dios no la defraudara precisamente en aquel momento. Aunque… Quizás era demasiado pedir tratándose del Dios de las Mentiras, conocido por traicionar a su propia familia una y otra vez.
Apretó el puño libre hasta que sus nudillos se pusieron blancos, en tensión. Tendría que hacerlo ella. Dentro de su mano, fuera del alcance de la vista de Garn, empezó a acumular energía. Sólo tenía que hacerle el suficiente daño como para que la soltara, y así ganar un poco de distancia desde la que actuar mejor.
-No, no puedo hacerle daño a él... pero puedo hacerle daño a la mujer a la que ama.-La aprendiz de Loki notó cómo su corazón dejaba de latir por unos instantes, como si se hubiera parado a escuchar aquella frase. Afortunadamente, estaba de espaldas a él, por lo que no pudo ver cómo la seguridad huía de su expresión. Ni siquiera se dio cuenta de que la energía comenzaba a desvanecerse en su mano. Un torbellino de emociones encontradas invadió su cabeza, distrayéndola de lo que quería hacer. De alguna manera, escapar de las manos de Garn pasó a un segundo plano, al igual que todo cuanto la rodeaba.
"-No puede ser verdad..."-Y, sin embargo, lo era. El hermano de Arión no se habría molestado en tratar de hacerle daño así si no lo fuera. El recuerdo de aquel beso y los remordimientos que lo acompañaban no tardaron en hacer su aparición de nuevo, esta vez peor que nunca. En el fondo, la conciencia de Dalae se habría quedado más tranquila sabiendo que él la odiaba. Se lo merecía, al fin y al cabo. Había sido la que había clavado el último clavo en su ataúd, y aunque no lo hubiera hecho porque lo odiara, como los otros seres que también habían contribuido a su caída, no lo hacía menos grave. Ese sentimiento agridulce, mezcla del alivio al ser correspondida y la amargura de saber que no lo merecía la confundía. Siempre había procurado limitar sus propias emociones para que los demás no pudieran herirla, hasta llegar al punto de que esas sensaciones le resultaban casi ajenas. Había tratado de convertirse en una mujer de hielo por fuera… Y también por dentro.
No le había servido de mucho, sin embargo.
Dalae apartó la cara cuanto pudo cuando notó el aliento del albino en su mejilla, asqueada. Sabía que seguramente Arión habría estado con muchas mujeres antes que ella: Era un mago antiguo, según su punto de vista era algo normal. Al fin y al cabo, la soledad era una compañía dolorosa, y más durante tanto tiempo. Era lo que menos le preocupaba de todo lo que el mago había dicho. Sin embargo… La lujuria que se adivinaba en sus palabras, y aquel gesto hacían que a la maga de hielo le dieran escalofríos. Había estado a punto de ceder, lo sabía. Y el mero hecho de pensar en ello la hacía sentirse sucia y débil. Garn pudo notar cómo ella se tensaba, intentando evitar su caricia. Una actitud totalmente opuesta a la que había mostrado hacía unos minutos, cuando aún creía que estaba con Arión. Pero ahora, había revelado quién era realmente… Y había perdido su oportunidad de que la asgardiana lo aceptara.
Dalae entrecerró los ojos, y respiró hondo, concentrándose de nuevo en acumular magia en su mano. Sólo tenía que esperar a que su enemigo se distrajera, aunque sólo fuera unos segundos… Así, sería más fácil que la soltara, o eso creía. Afortunadamente, la oportunidad llegó más pronto que tarde: Cuando el albino se decidió a atacar, ella es giró e hizo otro tanto, soltando toda aquella magia helada y sin forma contra su pecho desprotegido. Esperaba que fuera suficiente… _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 24th Enero 2017, 19:12 | |
| Loki alzó una ceja con actitud curiosa cuando el hermano de Arión se echó a reír. Su sonrisa denotaba malicia y locura, unos rasgos de personalidad que conocía muy bien. Si en vez de Ikol hubiese sido el Viejo Loki quien estuviera en su situación, seguramente se hubiera puesto a reír junto a Garn. Pero el embaucador se quedó quieto, esperando una respuesta sin alterar la expresión de su rostro.
Su siguiente frase dejó en claro los sentimientos de odio que tenía hacia su hermano el Atlante. Eso descartaba la supuesta venganza contra Loki y Dalae, quienes habían ayudado a que Arión cayera en desgracia, a pesar de que después le ayudaran a despertar de su locura durante el día en que volvió el tiempo atrás. Y con eso dejaba una incógnita mayor en el aire… ¿Por qué Garn creía que hacía daño a Arión si les atacaba?
- No…- susurró el dios de las mentiras. De pronto las piezas encajaron en su cabeza y todo cobró sentido. Ésa era la verdadera razón por la que Dalae actuaba de forma extraña últimamente. Si era cierto que el Atlante la amaba en secreto, estaba seguro de que ella también le correspondía… y eso no era nada bueno para los planes del príncipe del Caos, que había tratado de evitar que su pupila estrechara relaciones con otros individuos fuera del Niflheim.
Primero ocurrió con su hermana Sasha y ahora había encontrado el amor en brazos del mago Ahri’Ahn… ¿Qué no había entendido su aprendiz de sus concienciadas enseñanzas? ¿Por qué era incapaz de aprender la lección? La amistad y el amor eran sentimientos que hacían débil al hombre, y las debilidades se convertían en armas letales, fáciles de empuñar para sus enemigos… y eso mismo es lo que estaba sucediendo en aquella habitación. Garn usaba el amor que sentía Arión por Dalae para hacerle daño...
De pronto, la situación dio un giro inesperado. El albino atrajo a mujer hacia él y la agarró poderosamente del cuello, amenazando con quitarle la vida a la hechicera. La mirada de Loki se ensombreció. Dalae era su fiel aprendiz, una valiosa pieza de ajedrez que no podía permitirse perder a estas alturas de la partida.
- ¿Icestarr?…- aquel nombre le sonaba de algo, pero en aquel momento no dio importancia el recordarlo. Loki agitó sus dedos para lanzar un hechizo pero el movimiento de Garn fue más rápido. El Dios de las Mentiras fue propulsado a gran velocidad hacia atrás, atravesando la pared del castillo como si fuera munición de catapulta. El embaucador dio varias volteretas sobre sí mismo mientras se arrastraba por la nieve y el barro. Cuando se levantó, el joven príncipe estaba sonriendo. De su boca pendía un pequeño hilo escarlata que rápidamente limpió con la manga. Una vez erguido, peinó sus cabellos hacia atrás y sacudió su gabardina, intentando recuperar la dignidad.
-Has venido a molestar al hombre equivocado…
La imagen de Loki parpadeó, desvaneciéndose en el paisaje nevado y apareciendo de nuevo en el interior del castillo, justo detrás de su enemigo. Al ver que Garn seguía en la misma posición frente al sofá, Loki usó su telekinesis para mover dicho objeto y empujarlo contra el albino. Aquellos valiosos segundos sirvieron para que el Asgardiano llevara a sus labios un conjuro que envolvió sus manos de electricidad negativa. Estaba claro que a estas alturas no habría tratos ni diplomacia alguna que pusiera detener el enfrentamiento de los dos hechiceros. Loki no iba a permitir que ningún mago de otro universo le humillara de esa manera y menos que se creyera en derecho de jugar con lo que era suyo...
Con rabia acumulada, el dios Asgardiano agitó sus dos brazos a la vez en dirección a Garn, dispuesto a descargar de lleno la magia eléctrica de su conjuro en el blanco. _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 25th Enero 2017, 00:59 | |
| No se había esperado aquello. Garn era un hombre arrogante, y quizá era un lujo que se podía permitir, dado su nivel de poder, pero, en aquellos instantes, concentrado como estaba en Loki, a quien consideraba su igual, había dejado de prestar atención a la que había tomado por una simple aprendiz. Craso error; La muchacha se revolvió como un gato enjaulado pillándole de sorpresa y la ráfaga de hielo le acertó de pleno, congelando gran parte de su cuerpo. Maldiciendo para sus adentros, activó la magia que corría por sus venas para que calentara poco a poco su piel, permitiéndole disipar el frío y recuperar la temperatura normal. Sin embargo, había perdido unos segundos preciosos, segundos que el Dios de las Mentiras aprovechó para regresar al interior de la habitación, teleportándose a su espalda. Su sentido del peligro le avisó un segundo demasiado tarde, haciendo que no fuera capaz de esquivar el sofá que se abatió sobre él, derribándolo contra el suelo. Utilizó su propia telekinesis para quitarse de encima aquél peso muerto, pero ya Loki había ejecutado un nuevo encantamiento y lo arrojaba contra él, empujándole varios metros hacia atrás por la fuerza de la descarga, hasta que chocó con la espalda contra la pared de piedra. - Eres bueno, lo reconozco -musitó, jadeante. Gracias a los dioses sombríos había tenido tiempo de cubrirse con un hechizo protector antes del impacto- . ¡Pero yo soy Garn Daanuth y soy invencible! -exclamó antes de alzar los brazos para arrojar una potentísima descarga de energía mágica que atravesó capas y capas de piedra haciendo que toda aquella sección del castillo se desplomara sobre las cabezas del maestro y la aprendiz. Después se alzó volando a través del agujero abierto hasta alcanzar el exterior del castillo y volvió a levantar los brazos en dirección al cielo, que de inmediato pareció obedecer a su mandato; El azul límpido se tornó sombrío y terribles rayos destellaron con atronadores rugidos. - ¿Querías electricidad? -clamó Garn, su cuerpo entero cubierto de una aureola de poder centelleante- . ¡Aprende de un auténtico maestro! -y, extendiendo la mano hacia donde intuía que se encontraba Loki, dejó caer la descarga hacia él. | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 29th Enero 2017, 03:01 | |
| Para cuando Loki apareció detrás de Garn, su aprendiz ya no estaba junto a él. Tan pronto como el atlante había aflojado su presa, ella se había apartado, quedándose fuera de su alcance, y de la trayectoria del sofá que le acabó dando de lleno. Se había fijado con qué facilidad había podido recuperarse de los efectos de la congelación, poco antes de recibir el primero de los golpes de Loki. Dalae estaba casi acostumbrada a que las personas cayeran rápidamente bajo su toque helado, así que ver que había recuperado el calor sin mayores dificultades solo contribuyó a intranquilizarla. Tenía que encontrar otra manera de hacerle frente... Aunque su maestro lo estaba llevando bastante bien. O eso parecía, hasta que Garn respondió a su hechizo eléctrico con otro de un calibre mucho mayor, que hundió el techo de granito sobre sus cabezas. No era la primera vez que Dalae asistía al derrumbamiento de un edificio, pero sí que era la primera en la que ella estaba dentro. La adrenalina la ayudó a pensar rápido: Su maestro estaba a pocos pasos, así que se situó junto a él antes de crear una cúpula de hielo que los protegería a ambos de las rocas. Extendió las manos hacia el techo, y sobre ellas, apareció una forma cristalina que creció a velocidad de vértigo hasta que sus bordes se asentaron en el suelo. Estuvo a punto de arrepentirse de su elección cuando notó cómo la magia escapaba demasiado rápido al exterior, llevándose consigo parte de sus propias energías. Si Garn le hubiera dado más tiempo a reaccionar... Podría haberse preparado mejor, podría haber dado forma al escudo en su cabeza antes de hacerlo con las manos. Pero todo había sucedido demasiado rápido. En plena batalla, nadie podía pedir unos segundos para pensar.
Dalae resopló cuando el último bloque golpeó las paredes de la bóveda, haciendo una grieta en su superficie. El interior de la bóveda era frío, y estaba sumido en la penumbra. Los escasos rayos de luz que lograban filtrarse entre las rocas apenas permitían ver. Dalae seguía con las manos alzadas y la vista fija en el escudo, evitando que cediera al peso de todo lo que tenía encima. Sólo tenía que aguantar hasta que Loki los teletransportara a ambos fuera... O hasta que él mismo retirara las rocas haciendo uso de su magia. Cualquier cosa le valía, menos quedarse ahí, esperando hasta que no pudiera aguantar más. Miró de reojo a su maestro, la urgencia brillando en el fondo de sus ojos.
Fue entonces cuando escuchó los truenos y la voz de Garn en el exterior, tan amortiguada que apenas le entendió. Por un momento, no pudo evitar pensar en Thor. A pesar de que nunca había llegado a hablar con él, solía pensar en el heredero de Asgard de manera... Negativa. ¿Sería una consecuencia de pasar demasiado tiempo junto a su hermano? ¿O sólo lo hacía porque, inevitablemente, Thor estaba unido a Odín, a quien sí que odiaba? No sabría decirlo. A menudo, le custaba diferenciar entre sus propios pensamientos y las enseñanzas del Dios del Engaño: Se solapaban, se confundían... Y, a menudo, las segundas sustituían a los primeros. Pero eso no le importaba demasiado. Al fin y al cabo, no era sino una herramienta para sus planes, una marioneta que ejecutaba su voluntad a cambio de un precio. Una firma en un contrato dorado. ¿Qué tenía de malo compartir sus ideas, si iba a seguirlas igualmente?
Fuera como fuere, permanecer bajo la cúpula de hielo cubierta de rocas resultó ser una sabia decisión. En aquellos momentos, era el lugar más seguro de todo el castillo, como quedó demostrado cuando Garn lanzó una poderosa descarga en su dirección. Varias rocas se desprendieron del montón que habían formado sobre ellos, pero el agua pura en forma de hielo que los protegía evitó que la electricidad llegara hasta ellos. -No voy a poder mantenerlo mucho más...-Dijo, con la voz algo entrecortada por el esfuerzo. -¿Qué vas a...?-Se cortó a mitad de frase, cuando un nuevo crujido anunció la aparición de otra grieta en el hielo. Tenían que actuar, y tenía que ser rápido. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 8th Febrero 2017, 19:39 | |
| Loki sonrió con malicia al terminar de lanzar el hechizo eléctrico con ambos brazos. Garn chocó contra la pared, y ambos tuvieron un breve instante para poder respirar tranquilos antes de pasar al siguiente asalto.
- Eres bueno, lo reconozco - jadeó, mostrando su sonrisa llena de locura -. ¡Pero yo soy Garn Daanuth y soy invencible!
- Eso es porqué no me conoces…- se burló Loki con una sonrisa ladeada. Estaba preparado para el siguiente ataque… pero no esperaba que su enemigo intentara cargarse el castillo entero de un solo golpe.
- ¡Atrás! - advirtió el maestro a su aprendiz, corriendo en dirección a Dalae para que se quedaran juntos en la misma posición. Por culpa del poderoso impacto, las piedras del techo caían como gotas de lluvia sobre sus cabezas, y el dios se llevó algún que otro rasguño por los golpes. Por suerte, el siguiente hechizo de Loki se materializó a tiempo, potenciando el escudo que había creado Dalae y protegiendo a ambos asgardianos del derrumbamiento. Cuando la descarga de energía se desvaneció, ya no quedaba nada en la habitación que se pudiera salvar. Garn había demostrado con fiereza sus aptitudes mágicas, estaba claro que era una entidad poderosa y no dudaba en demostrarlo.
Loki disipó su parte del escudo en cuanto vio que su aprendiz estaba a salvo. Necesitaba toda la energía posible para contrarestrar el próximo conjuro. El embaucador empezó a susurrar el siguiente encantamiento como si fuera una canción, mientras observaba cómo el hermano de Arión surcaba los cielos para deleitarles con su altivez. El Asgardiano observó con cautela y adivinó sus intenciones. Esta vez estaba preparado.
- ¿Querías electricidad?
Vamos, hazlo.
- ¡Aprende de un auténtico maestro!
Loki se apartó de Dalae para recibir de lleno el impacto, el grito de su maestro fue desgarrador. El dios de las mentiras extendió los brazos como una antena parabólica y canalizó la energía eléctrica con su cuerpo mortal. El hechizo le había protegido, y un aura del color del oro le envolvía, lanzando destellos y dañando lo que hubiera a su alrededor.
- Gracias por la lección… - replicó el embaucador con una voz distorsionada por el poder.
La electricidad se convirtió en energía, y Loki juntó sus manos y apuntó al pájaro blanco del cielo. Un poderoso rayo salió disparado en dirección al objetivo y duró varios segundos hasta que el cuerpo del hechicero hubo descargado todo el exceso de energía que tenía en su interior.
Cuando quedó vacío, Loki se tambaleó y tuvo que agacharse, poniendo una pierna por delante mantener el equilibrio y no caerse. Se llevó una mano al rostro y acarició con los dedos el líquido espeso que bajaba por su nariz. La sangre demostraba el sobreesfuerzo realizado. Sólo esperaba haber acertado y que Garn hubiera quedado igual de afectado que él. _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 9th Febrero 2017, 16:41 | |
| Tendría que haber sospechado cuando Loki deshizo su parte del escudo, exponiéndose de aquella manera a su furia. Tendría que haber sospechado cuando no inició el menor amago de defenderse de lo que había anunciado que iba a venir a continuación. Ah, pero Garn era así, le podía la arrogancia, y no sería la primera ni la única vez que infravaloraba a un enemigo.
Pero, incluso aunque hubiera podido preveer un ataque, no habría podido imaginar aquello.
La magia de Arión, cuando aún no la había perdido, se nutría de las energías estelares mientras la suya se alimentaba de la oscuridad, al igual que la de su madre. Lo que acababa de hacer Loki había sido absorber su conjuro de electricidad y utilizarlo para avivar su propio poder, como quien arroja un montón de madera al fuego. ¿Acaso era capaz de absorber cualquier clase de energía? Eso le convertía fácilmente en el más poderoso de los dos, y eso lo supo incluso antes de que la terrible descarga le impactara de lleno. Apenas acertó a cubrirse con un escudo formando un aura de color rosado en torno a su cuerpo que evitó a duras penas que el hechizo le matara, pero le arrojó varios metros hacia atrás, estampándole contra el suelo.
No perdió tiempo en darle vueltas a la situación o en comprobar cómo de afectado habría quedado el propio Loki, no. Garn era orgulloso, pero también era pragmático, y para él acababa de quedar claro que aquella era una batalla que por sí solo no podría ganar. Loki era, aparentemente, más poderoso que él (un dios, si tenía que creer lo que se decía por ahí), y además no estaba solo, sino que contaba con la ayuda de la aprendiz, lo cual significaba que la batalla estaba claramente desequilibrada. No conseguiría derrotarles y, de todas formas, ¿acaso importaba? Aunque hubiera conseguido hacerse con Dalae no tenía manera alguna de hacérselo saber a su hermano, y así la idea de hacerla suya sólo era la mitad de placentera. No, no tenía sentido. Ya encontraría a otra con la que desfogarse después de tantos milenios de cautividad.
Así, alzó de nuevo el vuelo y se alejó velozmente del castillo y sus ocupantes. No pensaba olvidarse de Loki, no... Pero ya resolvería aquella deuda pendiente más adelante, cuando las tornas estuvieran a su favor. - OOC:
Y con ésto, Garn sale de escena. Podéis seguir vosotras con Loki poniendo a Dalae al día de lo ocurrido en la WWD ¡Gracias por el rol!
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 12th Febrero 2017, 16:41 | |
| Dalae confiaba en su maestro. Con reservas en ocasiones, ciegamente a menudo. Y siempre más de lo que sería recomendable. Pero, por mucho que creyera en él, hasta ella tenía que reconocer que a veces hacía auténticas tonterías. Bueno... Quizá "tontería" no fuera la palabra más adecuada para lo suyo. No tenía muy claro cómo expresar el hecho de ponerse adrede bajo un rayo disparado por un mago enemigo, sin saber a ciencia cierta si podría soportarlo o no. En aquella ocasión, le había salido bien, pero... ¿Y si un día se le acabara la suerte? ¿Qué pasaría entonces?
Tan pronto como Garn emprendió la retirada, la joven maga salió al descubierto para reunirse con Loki. Estaba débil después de aquel último movimiento, pero ya no importaba: El peligro había desaparecido por el momento. Los dioses sabrían cuándo volvería, pero una cosa estaba clara. Aquella no sería la última vez que vieran al hermano de Arión. Dalae sólo esperaba estar a la altura por aquel entonces, para satisfacer sus ganas de borrarlo del mapa. Tenía que seguir creciendo, a cualquier precio. Pero, de momento, tenía algo más preocupante entre manos. No había reconocido ni ante sí misma que sintiera algo por Arión, y menos aún se lo había dicho a otras personas. Y, de tener que confesárselo a alguien, esa persona sería alguien comprensivo, que supiera algo sobre relaciones... Alguien como Sasha o Planaria. No como su mentor, al que le molestaba enormemente que se relacionara con personas fuera de las fronteras de Nfleheim. Creía que apegarse a otros solo daba problemas, y esta vez, los hechos le habían dado la razón sobradamente.
La asgardiana ya se estaba preparando internamente para la cólera del Dios de las Mentiras. Sabía que en los últimos tiempos había estado actuando de una forma un tanto extraña, y que Loki y Hela lo habían notado. A menudo, se perdía en sus propios pensamientos, o desaparecía durante días en Midgard poniendo alguna excusa. Lo que fuera para estar sola y poder pensar en lo que había ocurrido. Si ninguno de los dos dioses había hecho nada al respecto era porque no sabían a qué se debía, estaba segura. Y eso era lo que la había librado hasta ahora de su (¿justo?) castigo. Pero Garn le acababa de soltar la verdad a la cara, y ya no había escapatoria posible para ella. Una vez más, tendría que pagar por salirse del papel al que estaba destinada.
-Lo siento...-Fijó la vista en la punta de sus botas, sin atreverse a levantar la cabeza para mirarle a la cara. No sabía muy bien cómo sentirse. ¿Enfadada? ¿Avergonzada? ¿Asustada? Era una asesina, una guerrera que había crecido en el corazón de la Ciudad Dorada, entrenada y preparada por algunos de los más valientes hijos de Asgard, como Brunilda. Y no había podido defenderse. Tendría que haberse dado cuenta desde el momento en el que el albino había puesto un pie en el ahora ruinoso castillo. ¿De qué servía entonces, si no podía ni siquiera luchar? ¿Cómo querría seguir usándola Loki para quitar vidas, si había estado a punto de perder la suya con tanta facilidad? _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 20th Febrero 2017, 01:25 | |
| La respiración de Loki era profunda y agitada, pero se fue calmando lentamente tras dejar de sentir la presencia del enemigo. Garn ya no se encontraba en el lugar, había huido del castillo de los Vanquisers en silencio, lo que significaba que el hechizo había funcionado.
Por una vez, el dios de las mentiras no estaba seguro de poder ganar esa batalla. Había tenido un golpe de suerte, se podría decir que a pesar de las desgracias que siempre le acompañaban conseguía salir con vida de los más peligrosos encuentros. Pero si no llevaba cuidado, un día se le acabaría la suerte.
- ¿No piensas ayudar a tu maestro?.- replicó, mientras trataba de incorporarse con las pocas fuerzas que le quedaban. Se llevó la mano al rostro y retiró con la manga el rastro de sangre que manchaba su nariz. No se encontraba nada bien. Necesitaba recostarse, y deseó que el sofá no estuviera destrozado después de lo que había hecho Garn con la habitación.
Esperó a que su aprendiz estuviera cerca de él para mirarla con unos ojos con los que jamás la había observado. Unos llenos de una profunda calidez, pero a la vez llenos de tristeza. Sus ojos verdes se volvieron ligeramente del color del oro con la luz del amanecer.
Dalae se disculpó en un susurro, pero sus palabras cobraron otro significado para el dios. Afirmaban lo que más había temido para su aprendiz. El abrazo del amor.
- Entonces… ¿es cierto…? - preguntó con pesar.- ¿Le amas?
A pesar de sus sospechas, necesitaba una confirmación real de sus sentimientos. Algo sólido con lo que poder empezar a trabajar. _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 20th Febrero 2017, 02:35 | |
| Cuando su maestro pronunció esas palabras, Dalae acabó de darse cuenta de hasta qué punto había salido perjudicado por su torpeza. Nunca había sido muy fuerte, no con ese cuerpo. Y ahora, Dalae lo veía más frágil que nunca, obviando esa ocasión en la que Loki había acabado convertido en un niño pequeño, retrocediendo hasta la forma de Serrure. Ese problema ya había sido solucionado en su día, pero ahora la maga se encontraba con otro que ella misma había provocado, y que no podía solucionar con hielo o acero, como siempre hacía. Iba a necesitar magia pura, una magia que apenas empezaba a utilizar. No sabía tejer hechizos todavía. La energía sólo salía de sus dedos cuando la llamaba, en forma de destellos de luz gélida que herían a quien los tocara. Pero no sabía crear nada más allá de eso. -Tenemos que volver a Nfleheim... Allí estarás bien.-Dijo no muy alto, aún temiendo el, en apariencia, inevitable castigo. -Si me dices cómo... Puedo llevarnos allí, estoy segura. Déjame intentarlo.-Algo dentro de ella le decía que, si su mentor hacía un nuevo hechizo, por pequeño que fuera, se haría daño de verdad. Y si eso ocurría... La situación sería aún peor, si cabe. Sin embargo, lo que escuchó a continuación la dejó totalmente descolocada. Se había esperado un arranque de rabia tan pronto como el príncipe recuperara las fuerzas. Algún grito, un recordatorio o dos de lo inútil que era. Algún castigo, algo propio de quien había sido el dios del mal. No... Aquello. Gracias a todo el tiempo que había convivido con Loki, Dalae estaba bastante segura de conocer bien su carácter. Arrogante, manipulador, inteligente... No era alguien en quien confiar, pero sí alguien a quien seguir. Sin embargo, en todo aquel tiempo... Nunca lo había visto triste. Nunca había visto el oro que se escondía debajo de sus ojos verdes, venenosos.
- Entonces… ¿es cierto…? ¿Le amas?-Realmente estaba... ¿Preocupado? ¿O sería sólo una artimaña más para conducirla por donde creía conveniente? Si lo era, se trataba de una muy buena, desde luego. Dalae apartó la vista con dificultad, deseando con poco éxito que el rubor de sus mejillas no se notara demasiado. De alguna manera, le... Gustaba que a Loki le importara. Muy pocas personas se habían preocupado por ella a lo largo de su vida, y no esperaba que el señor del engaño fuera una de ellas. Por otra parte, eso le hacía sentir peor. Él había acabado en ese estado por su culpa, por ayudarla. Y si ella le importaba, si no lo había hecho únicamente porque el contrato así lo estipulaba... Era incluso peor.
Por todo ello, Dalae sentía que le debía una respuesta. Una sincera, algo con lo que avivar o calmar esa preocupación recién descubierta. Se la pensó bien, tan rápido como su agarrotado cerebro, poco acostumbrado a procesar sentimientos, le permitía. -...Sí.-Hasta ahora, no lo había reconocido ante nadie. Ni siquiera había querido pensar en ello, a pesar de que sus pensamientos tomaran esa dirección cada vez que dejaba de hacer cualquier otra cosa que la distrajera. Tan pronto como dejaba de leer o entrenar, esas insidiosas punzadas en el pecho volvían, como si alguien hubiera decidido colarse dentro para reunir todos los pedazos en los que se había roto su corazón y volver a coserlos.
-Al principio... No me dí cuenta. Sólo pensaba en él, a veces. Tenía ganas de volver a París, de ser Alatariel. Pero, cuando ocurrió lo de la gema, lo de Atlantis... Creo que fue a peor.-Acabó esa última frase en un susurro, perdida en sus propios pensamientos. Aquello era... Demasiado. El día anterior, su mundo estaba en orden. O, al menos, en ese caos controlado que había decidido tomar como orden. Pero, ahora... Había descubierto que aún había una brizna de esperanza para ella. Que Arión seguía amándola. Y, por si fuera poco... Había encontrado algo en Loki. Algo que le gustaba, que le hacía sentirse protegida. Nunca lo había probado, y por eso, no sabía nombrarlo... Pero ese era el sentimiento que debería haber tenido hacia su padre, si Caleb no hubiera muerto hacía tanto tiempo. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 27th Febrero 2017, 12:10 | |
| El maestro de Dalae no estaba en las mejores condiciones para ponerse a charlar, cuando en realidad lo que su débil cuerpo humano le pedía a gritos era recostarse en cualquier sitio y reposar. Las piernas le flojeaban, eran incapaces de sostenerse erguidas y amenazaban continuamente con dejarle caer al pavimento destruido bajo sus pies. Cuando Dalae se acercó a él tuvo que sostener su cuerpo con fuerza, puesto que Loki se apoyó en ella con casi todo su peso. La aprendiz le acercó a lo que quedaba del sofá, al menos para que pudiera descansar unos segundos y ordenar el gran flujo de pensamientos que volaban libres por su cabeza. El joven dios cerró los ojos con pesar y se llevó la mano a la nariz, tapándose las fosas nasales durante unos segundos para dejar de sangrar. Podía haber sido peor, se dijo a sí mismo para consolarse.
Loki notó la perturbación en la voz de Dalae y observó su rostro lleno de preocupación. La caída de sus ojos, cuando se mordió el labio inferior, la inquietud de sus pies… aquellos gestos casi le parecieron enternecedores de no ser porque su mente le decía otra cosa. Que la hechicera lo hacía más por temor al castigo que por real preocupación por su vida. Creía conocer los deseos más profundos de su aprendiz y eso le molestaba, pues él no se encontraba en ninguno de ellos. Nunca se lo había preguntado directamente, pero sus acciones le decían que deseaba ser libre de su trato y marcharse a vivir con su familia de sangre. Incluso en aquel instante le admitió que ella deseaba volver a ver a Arión… el hombre que tenía atrapado su corazón de hielo.
¿Qué podía hacer él ante una situación tan descontrolada? ¿Debía plantearse romper el contrato y liberar a Dalae? Dejar que se fuera...
- Cómo dejaste ir a Clint Barton… eres un cobarde, Ikol. Nadie quiere quedarse a tu lado…
- No estás solo, Ikol. Siempre vas a tenernos contigo. Somos tu único consuelo…
- ¡Silencio! - espetó el dios de las mentiras con la mirada llena de perturbación. Se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta, y su aprendiz lo miró con culpabilidad, como si la orden hubiera sido para ella. El maestro se llevó la mano temblorosa a la cabeza y su mirada se perdió en dirección al suelo.
La hechicera había tenido una buena idea. En Niflheim nadie podía seguirles, y estarían protegidos de cualquier nueva intrusión. Aquel castillo en ruinas ya no le era de utilidad, y no conocía lugar más seguro para Dalae que el reino de la diosa Hela. El hechicero habló en la lengua de las runas de Asgard y le pidió a la morena que repitiera sus palabras en voz alta y clara, imitando también los gestos de sus manos. Tras unos cuantos intentos, Dalae fue capaz de abrir un pequeño portal temporal al reino de Niflheim. El maestro se incorporó como bien pudo, y ayudado por su aprendiz traspasaron el umbral hacia el otro lado.
Una vez en el oscuro reino de los muertos, Loki se sentó con cautela en su trono favorito y ofreció asiento a Dalae, en el segundo trono de Niflheim, donde siempre se sentaba Hela. Tras unos instantes de silencio sepulcral, los ojos de Loki volvieron a centrarse en su aprendiz. Esta vez, el frío y neblinoso ambiente convirtió los ojos del embaucador en un verde gélido.
- El amor no es más que una debilidad que tus enemigos aprovecharán para hacerte daño a ti o a tus seres queridos…- recitó, con voz autoritaria. Lo había dicho casi de forma automática, como si no fuera una especie de ley no escrita- De alguna manera, Garn conocía los sentimientos de su hermano por ti… y eso te convirtió en un blanco fácil. -el rostro del embaucador se ensombreció.- Bajaste la guardia, y si yo no hubiera venido en tu ayuda, ese hombre podría haberte violado y torturado con suma facilidad.- de pronto, se detuvo al darse cuenta de la crudeza de sus palabras y de cómo el rostro de Dalae palidecía gradualmente. Entonces, su tono se volvió más suave cuando le preguntó - ¿Entiendes lo que quiero decir? Podrías haber muerto… o lo que es peor, hubieras sido marcada para siempre, tratando de convivir con un gran dolor que ni el amor de Arión podría curar…
Las palabras de Loki fueron sabias, a pesar de que el embaucador sólo conocía una de las miles de caras que tenía el amor. La tóxica, la venenosa, la que te hacía daño… no era ningún secreto lo que le había hecho a sus anteriores esposas, a las que había arrastrado a su círculo de sufrimiento y corrupción. Tiempo atrás, él mismo hizo una vez como Garn, y tomó la forma del prometido de Sigyn para casarse con ella… él mismo la condujo a un abismo de perdición cuando Odín la castigó con la eterna fidelidad hacia su indeseado esposo. Él mismo destruyó la felicidad de su amada por un simple capricho… _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 1st Marzo 2017, 01:13 | |
| A decir verdad, Dalae nunca había sido muy fuerte, al menos no según los estándares asgardianos. Tanto Brunilda como sus antiguos maestros en la Academia habían podido notarlo, con mayor o menor desagrado. Algunos, habían tratado de hacerla más fuerte mediante entrenamientos durísimos; mientras que otros habían asumido que no todo el mundo estaba destinado a cazar trolls con las manos desnudas. A ella nunca le había importado, ni siquiera cuando Raden había tomado esa escasa fortaleza para sí. Era lo que le permitía volverse tangible, al fin y al cabo. Sin embargo, en aquellos momentos sí que hubiera deseado poder cargar con su maestro hasta el sofá con más facilidad. El mueble no había salido bien parado del incidente, pero serviría para aquellos últimos minutos en las ruinas del castillo.
Tan pronto como su maestro estuvo tendido en el diván, Dalae le respondió. Si estuviera hablando con cualquier otra persona, hubiera escondido su nerviosismo con una ilusión, pero... En aquellos momentos, solo serviría para que Loki se sintiera molesto. Y ella creía que había logrado librarse. Había creído percibir preocupación en la expresión del dios... Tristeza, incluso. Pero, una vez más, sólo se trataba de una máscara que había utilizado para hacerla responder con sinceridad. Ni siquiera había acabado de explicarse cuando la interrumpió con un grito, seco y cortante como el restallido de un látigo. Le dolió más de lo que le hubiera gustado, y no fue capaz de disimularlo. Sus gestos llenaban esa ausencia de respuesta ante la orden del príncipe: Se calló inmediatamente, mordiéndose el labio, con los ojos empañados por unas lágrimas que se negaba a dejar salir. Quizás, si se hubiera mostrado enfadado desde el primer momento, lo hubiera encajado mejor. Pero no inmediatamente después de hacerle creer que de verdad había algo. Alguien más allá del dios cruel y manipulador que todo el mundo en los Nueve Reinos conocía. No tenía manera de saber que la voz que Loki no quería escuchar le pertenecía a él mismo, dentro de su cabeza. Por eso mismo, su confusión aumentó al ver que él bajaba la vista, como si quisiera disculparse sin palabras. Pero ya era tarde: El daño estaba hecho.
Con la mirada perdida, se separó unos pasos del lugar en el que yacía su mentor. Al imitarle, sus gestos fueron torpes, casi mecánicos, ejecutados por unas manos temblorosas que realmente no sabían lo que hacían. Le hubiera gustado aprender de otro modo. A medida que repetía el hechizo, las yemas de sus dedos se iluminaban con una luz mortecina, tan blanca como la luna invernal, pero tan fácil de extinguir como una vela. Finalmente, la aprendiz de Loki consiguió abrir un portal estable. Al otro lado de aquella grieta en el espacio, podían verse las paredes de granito del palacio, decoradas con cortinajes negros y verdes. Desde que había sido encerrada, dos años atrás, Dalae no había llamado a ningún lugar “hogar”. Pero, si tuviera que elegir uno, lo más probable sería que eligiera Niflheim. Aunque pasar demasiado tiempo allí minaba el ánimo de cualquiera... Era el lugar más seguro que conocía, por mucho que le diera más seguridad la casa de Sasha. Para su sorpresa, aparecieron en el salón del trono, y no en alguno de los dormitorios en los que el hijo de Laufey podría haber descansado. Era mala señal. Sólo podía significar una cosa, y esa sospecha se materializó cuando los inseguros pasos de su maestro los encaminaron a ambos hacia los tronos del País de la Niebla.
Loki había sido muchas cosas en su vida. Había sido un niño, un pequeño dios molesto. También había sido un destructor, aquel de cuya mano llegaba el Ragnarok. Pero, si había decidido ir allí... Era porque, en aquel momento, iba a ser un príncipe para ella.
Era la primera vez que Dalae se sentaba en un trono, y quizás no fuera la última. Los dioses lo sabían. Pero lo que ella sí que sabía era que se sentía... Insignificante, a pesar de la posición que estaba ocupando. Guardó silencio, con el cuerpo en tensión y la mirada enfocada en el suelo, mientras su mentor escogía las palabras que pensaba utilizar. - El amor no es más que una debilidad que tus enemigos aprovecharán para hacerte daño a ti o a tus seres queridos… De alguna manera, Garn conocía los sentimientos de su hermano por ti… y eso te convirtió en un blanco fácil. Bajaste la guardia, y si yo no hubiera venido en tu ayuda, ese hombre podría haberte violado y torturado con suma facilidad.- -Más tarde, la asgardiana se sorprendería de su propia reacción. Sabía que aquello le iba a doler, sí. Pero no esperaba que esas palabras hirientes, más que hundirla... La enfurecieran. Apretó los puños, notando como todo su cuerpo se enfriaba poco a poco. Odiaba sentirse débil. Había crecido siendo una alumna aventajada, era cierto, pero desde hacía un tiempo... Se sentía más pequeña que nunca. Competía con dioses, demonios y héroes de leyenda, sin serlo. Recurriendo a lo que hiciera falta para estar a la altura. Y saber que eso podría haberle pasado... La mera idea se le hacía insoportable.- ¿Entiendes lo que quiero decir? Podrías haber muerto… o lo que es peor, hubieras sido marcada para siempre, tratando de convivir con un gran dolor que ni el amor de Arión podría curar…-De nuevo, volvía a esa faceta, a esa máscara de padre que había logrado confundirla en un principio. Pero ya no servía de nada. Para engañar a alguien, esa persona tiene que estar pensando, tiene que creerte. Pero Dalae ya no estaba pensando. Sin darse cuenta, estaba cayendo en el mismo error que había tenido Sasha, y que tan mal le había parecido en su momento.
-Eres un hipócrita, Loki.-Sus dedos se crisparon sobre los brazos de hueso del trono, cargados durante unos instantes de magia. -¿El amor me hace débil? ¿Eso crees?-Se levantó de golpe del trono de Hela, sin darse cuenta de que había alzado la voz más de lo que pretendía en esas dos frases.-Siempre he pensado en tí como mi maestro, casi... Conseguiste convencerme de que eras como mi padre. ¿Por qué no me he ido ya, si no es por eso? Podría vivir en Midgard, lejos de todo... Esto. Podría. Solo tendría que buscar un vacío legal, alguna artimaña para librarme de tu contrato. He aprendido del mejor, al fin y al cabo.-Clavó sus ojos en él, cargados de veneno. -Pero no lo hice, porque, de alguna manera, conseguí convencerme de que te importaba. Necesitaba creer que te importaba. Si quieres, llámalo... Amor, o como quieras. Pero es lo que me retenía aquí.-Suspiró, desviando la mirada, intentando que el dios no se fijara en la lágrima que acababa de rodar por su mejilla. Poco a poco, sus palabras habían ido tornándose más y más desafiantes. Pero, a la vez, podía adivinarse el temblor que recorría todo su cuerpo, y un ligero tono de decepción en sus gestos.-Hoy... Creía que por fin ibas a darme la razón. Lo parecía, de verdad. Pero no. Has preferido cumplir con el contrato, como haces siempre, y hacerme daño en el proceso. Entiendo que no quieras que me hagan daño: Aún soy útil para tus planes. Lo que no entiendo es... Por qué no puedo amar. No siempre sale mal... Porque no todos somos como tú. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 15th Marzo 2017, 14:11 | |
| A excepción de aquellos momentos en los que Loki escuchaba tres voces diferentes dentro de su cabeza, el dios Asgardiano no perdió detalle de la las expresiones y los gestos de su aprendiz Dalae, que expresaban con mayor claridad lo que sentía la hechicera en aquellos instantes que cuando lo explicaba con palabras.
Durante la discusión, se mordió el labio varias veces, conteniendo las protestas que luchaban por salir de sus labios, sintiéndose impotente ante la regañina del príncipe del caos. No consiguió detener el temblor de sus manos, que creció en cuando llegaron al trono de Hela buscando reposo. Sus dedos se apoyaron con fuerza en los brazos del asiento de hueso, como si temiera que fueran a caerse de un momento a otro. Trató de contener la magia, pero una fina capa de escarcha empezaba a cubrir parte de la piedra. De pronto, su nerviosismo e inquietud se convirtió en ira. Lo vio en el interior de sus ojos, una pequeña llama azul titubeante, como la de una vela, que tan solo necesitaba una palabra más para avivarse y quemarlo todo. Dalae estaba haciendo un gran esfuerzo para contener sus sentimientos, pero al final estalló, y se lo llevó todo por delante.
–Eres un hipócrita, Loki.–La máscara de la aprendiz se rompió en numerosos cristales, fragmentos de un espejo que había reflejado una imagen falsa todo este tiempo. La mujer estaba cansada de sostener con las pocas fuerzas que le quedaban la hipócrita fachada, y se levantó del trono de la diosa de los muertos con más rabia que nunca. –¿El amor me hace débil? ¿Eso crees?
Loki jamás había visto una reacción igual en su aprendiz. Había aprendido a callarse cuando él se lo había pedido. Asentía y obedecía como un buen perrito cuando él se lo ordenaba. Pero ahora, el perro se había convertido en lobo y estaba mordiendo el brazo del amo que le daba de comer.
Nunca había permitido que nadie le levantara la voz de aquella manera, fuera su amigo o su enemigo. Pero esta vez decidió escuchar todo cuanto la mujer tenía que decir, sin interrumpirla.
–Siempre he pensado en tí como mi maestro, casi... Conseguiste convencerme de que eras como mi padre. ¿Por qué no me he ido ya, si no es por eso? Podría vivir en Midgard, lejos de todo... Esto. Podría. Solo tendría que buscar un vacío legal, alguna artimaña para librarme de tu contrato. He aprendido del mejor, al fin y al cabo.– sus palabras eran muy ciertas, Dalae bien podría haber engañado a su propio maestro y haber escapado de su servidumbre. Pero el dios conocía la poca bondad que había en su corazón, y que no le permitía convertirse en alguien como él. Un aprendiz capaz de matar a su maestro y robar su vida, su poder, sus pertenencias... tal y como él había hecho con Eldred. Las leyendas contaban que había vendido a su maestro al demonio Surtur a cambio un poder inigualable. Pero él ya casi no se acordaba de esa historia– Pero no lo hice, porque, de alguna manera, conseguí convencerme de que te importaba. Necesitaba creer que te importaba. Si quieres, llámalo... Amor, o como quieras. Pero es lo que me retenía aquí.– la hechicera se desahogó, dejando escapar una pequeña e insignificante lágrima que resbalaba por su mejilla, escondida por el ángulo de su cabeza. Había tratado de contenerse todo lo posible, pero ya nada podía detenerla. Su cuerpo seguía temblando; de rabia, de tristeza, de decepción… Dalae, la Asgardiana que siempre se mostraba impasible ante cualquier situación… ahora era un manojo de emociones incontrolables.
El amor. Un arma de doble filo que ahora su aprendiz usaba contra él sin piedad alguna. La hechicera había confesado que por un momento, había querido a Loki como a un padre. Y aunque fuera por tan solo un instante, aquellas palabras le habían conmovido inevitablemente, habían agitado su pobre y triste corazón martirizado por el odio y la incomprensión.
Dalae había sido capaz de acercarse a él como ninguna otra persona había hecho hasta ahora, como cuando era pequeño y vivía rodeado de sus queridos hermanos, Thor y Balder, cuando aún nadie le juzgaba por ser el futuro portador del Ragnarok. Pero dejar que Dalae se acercara a él hasta el punto de casi alcanzarle... era convertir a su aprendiz en una bomba de relojería. Ese afecto... le hacía débil. El mismo afecto que se había camuflado en arrepentimiento cuando el embaucador arrojó sin escrúpulos a su hermano mayor por un abismo infinito. El mismo amor que había sentido por Thor en el momento en el que le apartó cuando el puente del arcoiris empezaba a resquebrajarse bajo sus pies. El amor, ese débil sentimiento que aprovechaba cualquier oportunidad para matar al dios de las mentiras, una y otra vez. Como cuando se dejó tragar por la nada para salvar la Asgard que tanto amaba, o cuando se devoró a sí mismo, asfixiando al pequeño Loki para salvar a sus seres queridos de su propio plan malvado. Por todo eso y más, Ikol era incapaz de confiar en los demás, de abrir su corazón, de mostrar afecto por nadie, de dejarse amar... Y es que aquellos pequeños actos heroicos le conducían directamente a la muerte.
–Hoy... Creía que por fin ibas a darme la razón. Lo parecía, de verdad. Pero no. Has preferido cumplir con el contrato, como haces siempre, y hacerme daño en el proceso. Entiendo que no quieras que me hagan daño: Aún soy útil para tus planes.
Estaba claro que no había entendido nada. El contrato ahora era tan solo una excusa para tenerla cerca. Habían quedado muy atrás los días en que la convirtió en su aprendiz, cuando tan solo era una niña asustadiza y rota que temblaba bajo los barrotes del poderoso Odín. ¿Quién fue el que la sacó de la cárcel? ¿Quién fue el que recogió sus pedacitos y los cosió uno a uno? ¿Quién liberó a su hermana del virus alienígena? ¿Quién le devolvió la bondad al corrupto de su amado? ¿Quién acababa de impedir que Garn la torturara? Y por no contar las innumerables veces en las que le había salvado la vida. ¿Dalae creía de verdad que había hecho todo eso sólo para seguir cumpliendo su parte del trato?
Y es que por mucho que lo intentara, nada de lo que había hecho a lo largo de todo este tiempo había servido para que los demás se diesen cuenta de que había algo más en él tras esa máscara del dios de las mentiras.
Nunca se le dio bien eso de ser bueno, de ser un “héroe”. Siempre lo supo, y aún así a veces lo intentaba, como si realmente algo fuera a cambiar. Pero por mucho que engañara a la muerte, o intentara cambiar su destino, o incluso que su vida volviera a ser una hoja en blanco con la que poder empezar desde cero… nada iba a cambiar. Nunca. Hiciera lo que hiciera, fuera quien fuera. Loki iba a ser siempre recordado como el dios de las mentiras.
Así pues, la mancha dorada de la poca esperanza que quedaba en sus ojos murió lentamente hasta dejar paso a un color verde frío y penetrante.
–Lo que no entiendo es... Por qué no puedo amar. No siempre sale mal... Porque no todos somos como tú.– la verdad atravesó a Loki como si Dalae le hubiera robado la espada dorada del cinto y se la hubiera clavado en el pecho. El rostro del dios terminó por ensombrecer bajo las sombras del Niflheim, que se ciñeron a él creando una nueva máscara, llena de dolor. Pero el dios no hizo otra cosa que sonreír. Una sonrisa falsa, afilada, casi siniestra...
– Cierto, no eres como yo, y por eso siempre serás débil.– la voz de Loki estaba teñida de amargura y desprendía un veneno mortal – ¿Dices que el amor te retiene aquí? Tonterías... si tanto daño te hago ¿Qué te impide librarte de mí ahora mismo? Aprovechar que todavía estoy débil del encuentro con tu amiguito Garn.– propuso con una sonrisa burlona– ¿Por qué no me clavas una de tus estacas de hielo en el pecho y te marchas con tu hermanita y tu amorcito? – escupió con desprecio las últimas palabras. El hombre se inclinó entonces para mirar a su aprendiz con una actitud desafiante.
–¿Qué estás haciendo? ¡Vas a estropearlo todo!– gritó la voz de un niño en su interior.
– Yo sé por qué no lo haces. Porqué me necesitas. Eres débil y sabes que sin mi no podrás ir muy lejos. Acabarás convertida en pasto para demonios en cuanto pongas un pie fuera de Niflheim. ¡Ni si quiera fuiste capaz de salvar a Arión cuando se lo llevaron!–Loki, que empezaba a excitarse cada vez más por culpa de la discusión, gimió molesto al sentir una descarga mágica recorrer su cuerpo a causa del trueno de Garn. Tras la advertencia de su debilidad, volvió a sentarse en el trono y trató de recuperar el aliento.
–Pero si te quedas… –jadeó, aún con rabia contenida– Si te quedas, podemos ir a buscar a Arión… _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 27th Marzo 2017, 02:22 | |
| A medida que su maestro reaccionaba a sus palabras, Dalae se iba dando cuenta. Con cada segundo de absoluto silencio por su parte, con cada mirada vacía, la hacía sentir peor. Le habría gustado cortarse a mitad, rectificar y callarse, como siempre hacía. Volver a agachar la cabeza, esperando a que le dijera qué hacer. Como siempre había hecho. Le habría gustado rendirse tan pronto como supo que estaba peleando una batalla perdida desde el principio. Ahora se daba cuenta de hasta qué punto se había metido en unas arenas movedizas de las que no sabía salir, un error del que se había arrepentido nada más empezar a hablar. Pero ya no podía. Miró a Loki, esperando que le lanzara una cuerda que la ayudara a salir de toda esa confusión en la que corría peligro de ahogarse. Pero, en lugar de eso, la hundió más. –Cierto, no eres como yo, y por eso siempre serás débil. ¿Dices que el amor te retiene aquí? Tonterías... si tanto daño te hago ¿Qué te impide librarte de mí ahora mismo? Aprovechar que todavía estoy débil del encuentro con tu amiguito Garn.¿Tan difícil era? Loki mentía, siempre, todo el mundo lo sabía. ¿Por qué no le había dicho lo que quería oír? Unas palabras dulces, algo que ella pudiera y quisiera creer. Dalae se habría dado por satisfecha con muy poco, se… Se habría dejado manipular una vez más. No era una persona iracunda por naturaleza… No tenía por qué haber pasado nada más. Se habría quedado en un enfado, fruto de los nervios y la frustración. Todo habría vuelto a ser como antes. Lo que ella ignoraba, por otra parte, era que su maestro sí que le había mentido, aunque no como esperaba. Si alguien le hubiera dicho lo que el dios quería decir de verdad, lo que realmente sentía, Dalae difícilmente le habría creído. No ahora que la ira nublaba su juicio, y controlaba sus acciones. No cuando a duras penas se contenía para no congelar todo el castillo –¿Por qué no me clavas una de tus estacas de hielo en el pecho y te marchas con tu hermanita y tu amorcito? Yo sé por qué no lo haces. Porqué me necesitas. Eres débil y sabes que sin mí no podrás ir muy lejos. Acabarás convertida en pasto para demonios en cuanto pongas un pie fuera de Niflheim. ¡Ni si quiera fuiste capaz de salvar a Arión cuando se lo llevaron!-Y, entonces, lo dijo. Dalae notó cómo la rabia hervía en sus venas, quemándola por dentro. Era increíble… Por mucho que hubiera tratado de contener los remordimientos, habían bastado unas pocas palabras para hacerlos volver con más fuerza que nunca. Se tambaleó, como si acabara de recibir un mazazo, pero a diferencia de su maestro, no se dejó caer de vuelta al trono. No, ella aún no había acabado. Tenía tanto que decir todavía… Fue extrañamente consciente de la debilidad de su maestro. Su respiración trabajosa, su expresión de dolor… Y, por último, el trato. La última defensa de quien se siente acorralado, pero sabe que puede tentar a su enemigo con las palabras adecuadas. –Pero si te quedas… Si te quedas, podemos ir a buscar a Arión…-Era Loki. Siempre tenía que haber un trato. Una mentira disfrazada de pacto justo… Una cadena forjada en palabras y magia, en tinta y pergamino. Un hilo más en el inmenso tapiz de la historia. Y, como siempre ocurría en esos casos, ese trato que le ofrecía tenía un ganador y un perdedor. O perdedora, más bien. Era el mismo acuerdo que tan fácilmente había aceptado tiempo atrás, poco después de comenzar su andadura fuera de Asgard. Cuando era una niña asustada, enferma por la falta de magia, perdida en un mundo que no comprendía. Pero Dalae ya no era esa niña. La libertad seguía asustándola, cierto: Había sido criada para cumplir órdenes, para servir, y eso era algo que quizás no olvidaría nunca. Pero, aún así… Por una vez, la ira había sobrepasado a su miedo a lo desconocido. Ya no quería aceptar nada que saliera de esos labios de serpiente. El hijo de Laufey pudo ver cómo los ojos de su aprendiz se clavaban en él, tan fríos que podrían helar el mismo Infierno en un parpadeo. En ellos no sólo había rabia, sino también… La decepción que acompañaba siempre a una confianza rota. Las lágrimas se habían helado en sus mejillas, y ahora brillaban como pequeños diamantes rasgados. -No.-Una sola palabra, que Loki nunca había oído decir a la joven maga. Nunca, hasta ahora, le había dado un “no” por respuesta. Su voz sonó apenas humana, más parecida al crujido del hielo al quebrarse bajo los pies de alguien para precipitarlo a las aguas de un lago helado que al sonido suave que le correspondía. Ni siquiera lo pensó. Para cuando Loki quiso darse cuenta, su aprendiz había extendido la mano hacia él. En su palma, brillaba una luz blanca, gélida. Fue lo último que el dios de las mentiras vio, antes de que el proyectil mágico impactara contra su cuerpo, sumiéndolo en la oscuridad. Dalae respiró hondo, sin poder apartar los ojos del cuerpo inerte de su maestro. Del hombre del que había estado aprendiendo, quien la había moldeado y forjado para ser su espada, y hasta hoy, siempre la había tenido sujeta por la empuñadura. Hasta hoy. Esa tarde, había dejado a la vista cuán vulnerable era… Y él mismo había enseñado a Dalae a aprovechar las debilidades de los demás. Le había dado el motivo y la ocasión perfecta, todo a la vez. Dalae extrajo de la vaina de su cinturón una daga. El disparo no lo había matado. Por alguna razón, no le había dado en el corazón. Tendría que acabar el trabajo directamente. Sería fácil, había matado a muchas personas a lo largo de su vida. Quizás a demasiadas. Loki era todo lo que se interponía entre ella y una vida tranquila, en paz. Quizás incluso consiguiera el perdón de Asgard para ella y para su hermana, si les presentaba la cabeza del Embaucador en bandeja de plata. Y nadie más en el mundo saldría perjudicado por su muerte. Quizás hasta Hela le agradeciera librarle de él, el hombre que la había engañado para aprovechar las fuerzas del Reino de la Niebla. Sabía que, si recurría a las personas a las que había acompañado en su viaje a la Midgard del pasado y al Himalaya, podría entrar y salir del Infierno deva con vida. No sería una empresa fácil, pero… Podía hacerse. No lo necesitaba para eso tampoco. Tenía miles de razones para acabar con su vida.
Pero, sin embargo... Por primera vez en mucho tiempo, el pulso de Dalae tembló a la hora de quitar una vida. No había nada que impidiera que su puñal le abriera la garganta. No había ningún contrato, ningún hechizo de protección, ninguna promesa o amenaza que le hiciera pensar que tenía que seguir a su lado. Y a pesar de todo… No podía hacerlo. Retiró el acero de su cuello sin haberle hecho ni un rasguño, despacio. -Maldito seas...-Siseó, encolerizada, cuando la daga se resbaló de sus manos y cayó al suelo con un ruido agudo. Lo sabía, siempre lo había sabido. Por eso se había permitido hacerle daño así. Porque sabía que ella, simplemente, no era capaz. Dalae no sabría decir qué estaba deteniendo su mano. ¿Un arrebato de moralidad, quizás? ¿O era lealtad, más bien? ¿Sería esa la venganza de su maltratada conciencia? Poco importaba de quién fuera la culpa… O a quién debía dar gracias. Necesitaba sentarse. Casi sin darse cuenta, Dalae regresó al trono de Hela, el lugar de donde nunca tendría que haberse levantado. Y, allí, simplemente, lloró. Por su hermana, que ahora estaba atrapada en un mundo a punto de ser consumido por los demonios. Por Arión, el hombre más bondadoso del mundo, condenado en el Infierno como un criminal, en parte gracias a ella. Por Loki, el hombre en el que había creído y, como era de prever, la había decepcionado. Aún así, recordaba el brillo dorado en sus ojos, y no era capaz de vengarse. Y por ella, aunque sólo fueron un par de lágrimas. No se merecía ni una más. ... Cuando Loki despertó, lo primero que notó fue que estaba en un lugar cómodo y cálido. Apenas había luz, y sobre su cuerpo podía notar el reconfortante peso de las mantas. Estaba en su habitación, sin lugar a dudas. Tenía hambre, debía de haber pasado mucho tiempo. Solo notó la presencia de las vendas en torno a su cuerpo cuando intentó moverse para levantarse y averiguar en qué situación exacta se encontraba. Lo que parecía claro era que Leah se había ocupado de él después de que Dalae finalmente lo traicionara. Dalae… “Cría cuervos y se te comerán los ojos”, decían los midgardianos. Y en esa, como en otras tantas cosas, tenían razón. Había acogido en su casa un pequeño cuervo de plumas negras y ojos azules, y ese había sido el resultado. Al menos, había corrido mejor suerte que su propio maestro, Eldred, cuando le había ocurrido lo mismo. Si Loki hubiera estado de mejor humor, seguramente le habría hecho gracia la ironía de la situación. Había sido un maestro demasiado bueno… Un maestro que había logrado transmitirle a su aprendiz lo taimado y despiadado que era. Afortunadamente, Leah debía de haber llegado antes de que Dalae hiciera gala de sus dotes de asesina, cosa que no había necesitado aprender de él. Así se cerraba una página más en su vida. Seguramente, a estas alturas la joven estaría en los calabozos del castillo de Niflheim. O muerta. Quizás encontrara su fantasma vagando por el océano de niebla que rodeaba el ruinoso castillo, reunida por fin con el espectro de su verdadero padre. O… Quizás no. Cuando el príncipe se levantó finalmente de la cama y caminó por la habitación, no tardó en darse cuenta de que había alguien en uno de los sillones junto al tablero de ajedrez. La bruja de hielo se había quedado dormida allí, mirando en dirección a la cama. Se había cambiado su ropa por un atuendo de viaje, más cómodo, y sus manos aún conservaban trazas de la sangre con la que se había manchado al curarle. Agotada como estaba, ni siquiera notó que había movimiento en la habitación, y que posiblemente sería mejor salir de allí... _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 20th Abril 2017, 11:38 | |
| Una de cal y una de arena. Ese era el continuo juego que se traían ambos asgardianos desde el día en el que se conocieron en las mazmorras, bajo la ciudad dorada de Asgard. Loki era de los que castigaba duramente a sus enemigos, e incluso a sus aliados cuando algo le hacía enfadar. Era capaz de ser un dios muy cruel cuando se lo proponía. Pero otras veces, el corazón del pequeño Loki que aún latía en su interior, despertaba la latente humanidad y la poca bondad que aún le quedaba, aprendiendo a empatizar con los sentimientos de los demás y a mostrarse compasivo...pero aquella noche, el dios quiso borrar todo rastro de emoción en su rostro. Las palabras de Ikol fueron malintencionadas, hechas a propósito con la intención de hacerle daño a su pupila, de alejarla de él si aún no lo había hecho. Pero no era consciente de que también se estaba haciendo daño a sí mismo en el progreso. De alguna forma, sintió que debía rechazar aquellos buenos sentimientos que profesaba por ella, para protegerse a sí mismo de la debilidad a la que llamaba “amor”. Pero también para proteger a Dalae de él mismo y de su desgraciado y cíclico destino como señor del caos. Decidió usar la misma estrategia de generar rechazo para proteger a los que amaba, como cuando envió a la Leah adolescente al pasado para evitar que sufriera un destino peor, por si el viejo Loki llegaba a despertar. Era todo por su culpa, porque él era el dios de las mentiras y cada cosa que tocaba la hacía pedazos. Incluso sus seres queridos no conocían otro destino diferente a la muerte y al odio eterno por el embaucador... No quería ese destino para Dalae, pero tampoco quería dejarla ir. Era incapaz de decidirse por una de las dos cosas y aceptar de una vez que su aprendiz era alguien importante para él. Ese fue el motivo del porqué jugó su última carta… Arión. Y ahí tenía de nuevo el caramelo… un dulce y jugoso caramelo. Dalae lo aceptaría, y se quedaría en Niflheim si el dios de las mentiras encontraba una manera de devolverle a su amor. Era lo lógico, lo más sensato para ambos. Su aprendiz volvería a callar y a asentir como una buena sierva, y se quedaría a su lado una vez más. Por hacer honor al contrato, por el amor de Arión, por Loki… pero el dios embaucador fue incapaz de predecir con total seguridad los movimientos de su aprendiz, y no contó con la rabia acumulada y la pronta impulsividad de Dalae. La hechicera se había cansado de jugar. – No.Los ojos del maestro se abrieron de par en par, sorprendidos ante la negativa inesperada. El haz de luz helado brotó de la mano de su aprendiz, que rápidamente dejó escapar la magia acumulada y la transformó en un carámbano de hielo. El dios escuchó el visceral sonido de la carne al abrirse y agachó lentamente la cabeza a tiempo de ver cómo el proyectil helado penetraba en su pecho con un ruido sordo. El frío le inundó por dentro, y el miedo recorrió su cuerpo con el fuerte golpe. El pensar que podría morir allí, en aquel mismo instante, le aterrorizaba. Con su estado, no pudo resistir más el fuerte dolor y se desmayó. Sus párpados se cerraron lentamente hasta dejarse tragar por la oscuridad, y el joven dios esbozó una traviesa sonrisa antes de desfallecer. Quizás hubiera sido lo mejor para todos que Loki hubiera dejado de existir en aquel momento. Pero era bien sabido por los Asgardianos que el ciclo de la reencarnación jamás cesaría, y que Loki, tuviera el cuerpo que tuviera, volvería tarde o temprano a este mundo. Esos eran los designios de los dioses de dioses, y al príncipe de las mentiras todavía no le había llegado la hora. Aún le quedaba una importante tarea por terminar como Agente de Asgard y que implicaba el destino de la ciudad dorada y el todos sus habitantes. Cuando abrió los ojos, el dios embaucador no creyó que volvería a ver la luz, menos aún en despertar bien arropado en su agradable y cómoda cama de Niflheim. Lo primero que hizo fue alegrarse de que seguía vivo, lo que significaba que podía tomar venganza una vez más. Al erguirse, se dio cuenta de que no había rastro de la estaca de hielo, y de que sus heridas estaban tratadas, lo que le hizo preguntarse si Leah le habría curado y vendado el pecho. Porque estaba seguro de que si fuera por ella, la reina del país de la niebla hubiera dejado que Loki se muriera allí mismo con tal de deshacerse de él. Pero no, no había sido Leah, y solo tuvo que alzar un poco la mirada para encontrar la respuesta. El corazón se le detuvo cuando vio a Dalae descansando frente a la mesa del ajedrez, con el rostro cansado y los ojos hinchados y enrojecidos de tanto llorar. Sus manos todavía guardaban el rastro de sangre del embaucador, de cuando había sacado el trozo de hielo de su pecho. La mujer estaba tan exhausta que no se percató de que Loki había abandonado su lecho. Lentamente, el dios embaucador se acercó a dónde Dalae dormía y la miró con total severidad. No sabía cómo sentirse, si enfadado por la traición o aliviado de tenerla frente a él. – Mientras me seas leal nadie podrá hacerte daño…– el dios susurró las mismas palabras que pronunció cuando le dio vida al pergamino dorado de Dalae. Esos eran los términos del contrato; su lealtad y libertad a cambio de seguridad y protección divina. Y si uno de los dos rompía las reglas sería marcado por una runa mágica que le traería la muerte tarde o temprano. El cuerpo del embaucador se tensó cuando sus dedos acariciaron el cabello de Dalae que cubría la parte de atrás de su cuello, y los apartó, revelando tras de sí una runa roja como la sangre marcada como una cicatriz en su piel. En el idioma asgardiano, aquella palabra significaba “traición”. Pero por suerte para ambos, la runa no había llegado a completarse, puesto que estaba parcialmente borrada. Aún así, seguía siendo peligroso para Dalae llevar esa cicatriz consigo, puesto que si llegaba a completarse por lo que fuera, la hechicera tendría una muerte lenta y dolorosa… – Eres una inconsciente...– susurró más como un padre preocupado que como un maestro enfadado. Sus ojos volvían a estar teñidos de dorado mientras observaba la tranquila respiración de Dalae, que bajaba y subía lentamente por su pecho. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro, probablemente estuviera soñando con algo bonito. Era curioso, cuando estaba despierta muy pocas veces la había visto sonreír. No sonreía delante de él. No era feliz. De pronto, tomó una decisión. En sus manos apareció el dorado pergamino, y leyó los términos una y otra vez hasta quedar satisfecho. De pronto, el papel empezó a arder hasta que sólo quedaron cenizas doradas en el suelo. – Te libero del contrato, Dalae Darkle...– susurró con un deje de pesar en su voz. Acto seguido, la runa roja y brillante del cuello de Dalae se apagó tan rápido como la llama de una vela al soplar... FDI: Dejo a elección de Dalae, si quiere que la cicatriz de su cuello se mantenga o desaparezca la marca. Eso no cambiará el hecho de que el contrato de Loki y Dalae se ha terminado! (Aunque ella no lo sabe todavía xD) Espero que te haya gustadooo *0*_________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 28th Abril 2017, 20:54 | |
| Isa. La runa del invierno, el hielo, la inmovilidad eterna que se opone al caos. Una runa perteneciente al Orden, sí, pero también símbolo de los engaños y los ardides, las trampas y las puñaladas por la espalda. Era el signo bajo el que caminaban los escasos asgardianos que faltaban a su legendaria lealtad. Y, entre ellos, ahora podía contarse Dalae, a la que ese símbolo sentaba como un guante. Como si lo hubieran dibujado desde el principio para ella. La joven aprendiz dormía sin saber que, sobre su piel, ardía una sentencia de muerte a la que sólo le faltaba la firma. Apenas un trazo más... Y la condena caería sobre ella, porque había faltado a su palabra. Así había sido escrito, y así se hubiera cumplido si su corazón no se hubiera ablandado en el último momento, obligándola a parar. A, por una vez, no hacer más y más daño a quienes la rodeaban. A pesar de que Loki se mereciera aquello mil veces. Después de deshacer la estaca de hielo y limpiar sus heridas, Dalae se había planteado... Irse. Se había dado cuenta de que no podía predecir las reacciones de su maestro: En un momento dado, parecía apreciarla, parecía sentir algo... Para, inmediatamente después, demostrar todo lo contrario. Su aprendiz ya no sabía distinguir con claridad entre su verdadero rostro y la máscara... Y, por eso mismo, no podía confiar en que fuera benevolente cuando se despertara, evitándole el duro castigo que se estipulaba en el contrato. En parte, también era culpa suya, se dijo, levantándose de la cama y apartando las vendas que le habían sobrado. Eso le pasaba por fallar en el peor momento. Y, aunque había tratado de arreglarlo... Una parte de ella temía que nada volviera a ser como antes. Esa misma parte de su ser que aún deseaba la aprobación y las palabras dulces del dios, como si todo fuera a ser mejor sólo porque él lo dijera. A pesar de todo lo que había visto y oído, aún había un poco de ingenuidad en ella, que se resistía a desaparecer. Se había planteado irse… Pero ya había tomado su decisión en el momento en el que no había podido acabar con él. Se había cansado de tenerle miedo, de huir siempre de las cosas. ¿Que quería castigarla por lo que le había hecho? Bien, se lo merecía. ¿Que decidía no hacerlo, fuera por que de verdad le importaba algo, o por cualquier otra razón? Mejor todavía para ella. Pero lo que no quería hacer era desaparecer de su vista, invitándole a que se desquitara con Sasha o Planaria, o… Con Arión. No. Esperaría, y que fuera lo que tuviera que ser. No sabía que la maldición del contrato roto a medias ya estaba con ella. Se acercó al tablero de ajedrez, acariciando las casillas de marfil y ébano que conformaban ese pequeño campo de batalla, pero sin tocar las piezas. Había una partida empezada, y no quería cambiar nada. El rey y la reina negros, el solitario rey blanco rodeado de peones… Todo tenía su sentido. Se sentó en uno de los sillones, tratando de ponerse cómoda, y dejó que las aguas del río Sueño la ahogaran. -¿Qué pieza seré yo...?-Pensó para sus adentros, antes de cerrar los ojos. ... Dalae no tardó mucho en despertarse. Lo hizo lentamente, sin sobresaltos. Ni siquiera había oído las palabras que su maestro había dicho apenas unos minutos antes, distraída como se encontraba con un sueño que no lograba recordar. Había dormido mejor que la mayoría de las noches: Se sentía descansada, como si se hubiera quitado un peso de encima. Todo iba tan bien… Hasta que abrió los ojos, y notó la presencia que ocupaba todo su campo de visión. Su intención desde el primer momento había sido dormir unas horas solamente, lo justo para aclararse la mente y estar descansada cuando tuviera que enfrentarse al dios. Pero no había salido como ella esperaba, como todo lo demás aquellos días. Loki no sólo se había despertado antes que ella, sino que lo tenía justo delante, a menos de medio paso de su sillón. La hacía sentirse... Vigilada, y eso la incomodaba. No era una sensación que le gustara demasiado: Siempre había preferido ser la observadora, y no la observada. -Loki...-Un escalofrío recorrió su espalda, como si todos sus instintos la estuvieran avisando de que estaba en peligro. Ella, sin embargo, se lo tomó con más calma. O con toda la calma de la que era capaz, al menos. Levantó la vista, buscando sus ojos, preguntándose si habrían vuelto a cambiar, o sólo se lo había imaginado. -Yo… Lo siento.-Era una manera bastante pobre de disculparse por un intento de asesinato, y Dalae lo sabía. Pero… ¿Qué otra cosa podía decir? Era la verdad. Quizás la verdad menos dolorosa que habían intercambiado nunca, en todo el tiempo que llevaban en el mismo bando. Y tenía que llegar entonces, después de estar a punto de destruirse mutuamente: Dalae había quedado herida por dentro… Y Loki, por fuera. Lo más razonable sería quedarse callada, esperando algún tipo de… Reacción. La aprendiz de Loki ya había hecho suficientes locuras… Así que decidió volver a escuchar a la voz del sentido común, y esperó. Sus manos se movían, nerviosas, pero ya no escapaban chispas de magia de ellas. Se entrelazaban entre sí, se tensaban sobre su regazo… Estaba claro que no sabía demasiado bien qué hacer. Lo que sí tenía más que claro era lo que no quería hacer. No quería irse. No quería más mentiras. Y, sobre todo, no quería más tratos. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 12th Mayo 2017, 11:17 | |
| Loki se quedó de pie unos minutos más, admirando la dulce sonrisa de Dalae y viendo como se apagaba lentamente hasta despertar de su placentero y ya olvidado sueño. Sus ojos parpadearon varias veces antes de abrirse, como si lucharan por alargar un poco más la sensación de encontrarse en el dulce y pequeño paraíso de morfeo. Su expresión cambió sutilmente al fijar la vista en su imponente maestro. Dalae era buena escondiendo sus emociones, pero el embaucador se había dado cuenta de aquel pequeño matiz de incomodidad que le provocaba su presencia.
La hechicera pronunció el nombre del dios como si se tratara de una maldición, y éste no pudo hacer otra cosa que sonreír, una sonrisa alargada, siniestra, llena de superioridad... En aquellos momentos de debilidad, Dalae se mostraba como un libro abierto, y Loki era un ávido lector, captando al momento los pequeños cambios de su cuerpo, satisfecho de ver como el rostro de de su aprendiz se llenaba de culpabilidad y miedo. ¿Era lo que quería ver? Bien conocido por todos era que el viejo Loki amaba sentirse temido y odiado… ¿Pero qué era lo que buscaba Ikol de su aprendiz?
-Yo… Lo siento.- susurro de forma casi inaudible. La mujer estaba somatizando su nerviosismo a sus manos inquietas, que se sacudían sin control mientras aguardaba la respuesta de su maestro. Fuera cual fuera.
- No lo habrías hecho si lo sintieras de verdad.- contestó de forma tajante. Dalae no podía negar que horas atrás, se había dejado llevar por sus pasiones más primitivas y había hecho lo que más deseaba, aunque no fuera la mejor de las ideas. - Pero si lo que buscas es mi perdón… -continuó con una voz siseante, extendiendo uno de sus brazos en dirección a la cabeza de su aprendiz.- te lo concederé…
Loki agarró un mechón del largo cabello negro de la hechicera, y lo deslizó entre sus dedos, con una suave y cariñosa caricia. En aquel instante, las miradas de ambos se encontraron, y Dalae vio de nuevo el tesoro escondido bajo la mirada fría de su maestro. La parte más escondida y más frágil del embaucador, con la que luchaba día tras día por apagar en vano.
De pronto, una gota de sangre cayó en la mesa de ajedrez. El líquido escarlata provenía de la nariz del príncipe de las mentiras, que al darse cuenta, levantó rápidamente la mano para cubrir la zona afectada. El dios recibió entonces una fuerte descarga en la cabeza, intensa y dolorosa, y soltó un quejido a la vez que se llevaba la mano libre a la sien, para presionarla con fuerza.
-Ungh… alguien… alguien me está llamando… - balbuceó apurado a su aprendiz. El hechicero repasó la habitación con la mirada, buscando algo. Apremiado por el dolor punzante, se apartó a toda prisa de su aprendiz, y se dirigió cojeando hasta uno de los muebles de ébano que decoraban la habitación. El dios quitó con rabia una sábana negra que dejaba al descubierto un buen ornamentado espejo de pie. Era el mismo espejo que había usado para contactar varias veces con el hombre que se hacía llamar el dios de dioses, el ya olvidado Nehllon. Pero la superficie pulida de la plata no reflejaba la esbelta y fuerte figura del dios artúrico. Ni siquiera reflejaba al maestro junto a su aprendiz. En él descansaba la imagen de una persona que ambos asgardianos conocían…
- Vaya, vaya… era cierto que estabas vivo, querido Loki… ARDÍA en deseos de verte… - rió la mujer, expresando con los gestos de su cuerpo el enorme placer que sentía en aquellos instantes. Tras ella, una batalla había empezado. El fuego infernal arrasaba los campos verdes, los civiles huían despavoridos mientras los dioses de diferentes reinos de Yggdrasil se enfrentaban a los viles demonios. La invasión había llegado a todos los rincones de los nueve reinos.
- Karnilla… - susurró el dios de las mentiras con toda la frialdad del mundo concentrada en su lengua. El dolor de cabeza junto con la hemorragia de su nariz provocados por la magia telepática, habían desaparecido al destapar el espejo. - ¿Qué es lo que quieres, bruja?
-¿Acaso no es evidente, viejo amigo? El caos y el terror reinan ahora en Midgard y los nueve reinos… ¿No es lo que siempre hemos querido? - dijo mordiéndose el labio inferior de forma seductora- Únete a mi, Loki… el dios de la oscuridad luchando junto a la emperatriz del mal… vengándose de todos aquellos que los subestimaron... ¿No crees que sería maravilloso? _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 11th Junio 2017, 01:43 | |
| Las palabras de Loki pillaron totalmente por sorpresa a su aprendiz, paralizándola durante unos instantes. Le costaba creerse que todo estuviera arreglado. Tan fácilmente... Pero Dalae no estaba dispuesta a desconfiar de esa relativa tranquilidad que se le brindaba, cuando era tan agradable aceptarla sin vacilaciones. Sus labios se curvaron en una sonrisa casi invisible cuando se dio cuenta de que no había sido imaginación suya. Realmente había algo en el fondo de los ojos del dios. Algo brillante y oculto, quizás incluso para el propio Loki. Pero Dalae pensaba encontrarlo. Ahora que lo había visto, ahora que estaba segura de que hasta el antiguo dios del mal era capaz de albergar emociones... No podía ignorarlo. Inclinó un poco la cabeza, tratando de que su mejilla alcanzara la punta de sus dedos. Era curioso... Nunca había tenido un padre, ni nada que se le pareciera. Pero, en cierto modo... A veces, lo echaba de menos. Y, en otras, dejaba de extrañarlo, porque le daba la sensación de que lo tenía justo delante. Sabía que no era razonable pensar así sobre alguien que no había dudado en utilizarla y hacerle daño, y que en cualquier momento podía hacérselo a su familia. No era lógico en absoluto, pero... Ahí estaba. Y, a diferencia de Loki, Dalae no estaba tan decidida a apagar cualquier sentimiento que pudiera distraerla. Quizás el paso de los siglos la hiciera cambiar de opinión, al igual que había ocurrido con tantas criaturas antes que ella. Pero, de momento, la idea de poder recuperar el aprecio de su maestro y la posibilidad de enmendar sus errores con Arión mantenían viva esa pequeña chispa de esperanza que había aparecido en su interior de la noche a la mañana.
Era evidente que él aún no estaba en condiciones de hacer grandes esfuerzos, pero eso pareció importarle poco a quienquiera que estuviera llamándolo. Una gota de sangre, una descarga, y volvieron a esa realidad convulsa con la que tenían que lidiar todos los días. Tan pronto como Loki se llevó una mano a la cabeza, Dalae se levantó, ligeramente alarmada. Sabía que algo así nunca era buena señal, al igual que sabía que difícilmente podía intervenir en aquello. Sólo le quedaba esperar, y procurar que su cara de preocupación no fuera excesivamente obvia. No sabía quién estaría aguardando al otro lado del espejo, pero, fuera quien fuera, no debía darse cuenta de que tenían algo de lo que preocuparse. Así que se vistió con su cara más inexpresiva, heredada directamente de la regente de Nfleheim, y se quedó en un segundo plano, aguardando.
La llamada de Karnilla no presagiaba nada bueno. Hacía mucho que los norns y su reina no hacían honor a su merecida mala fama. Lo que más llamó la atención de la morena no fue la figura de la bruja en sí misma, sino lo que tenía lugar a sus espaldas.
No era una escena muy diferente a la que había visto en la televisión el día anterior, hacía lo que parecía una eternidad. Fuego, demonios, guerra sin propósito. ¿De verdad Karnilla creía que Loki iba a intervenir a su favor, o sería tan sólo una provocación? Porque él iba a rechazarla... ¿No...? Por muchas veces que lo llamaran Dios de la Oscuridad, Dalae estaba convencida de que había un límite, una línea que lo separaba de los demonios que habían comenzado a arrasar los mundos del Yggdrasil. Y no sólo eso. Si aceptaba... Tendrían que posponer su particular viaje al Infierno, y todo lo que ello implicaba.
Cerró el puño tras su espalda, asegurándose de que el anillo que permitía a su maestro oír sus pensamientos estaba donde debía. No quería hablar delante de Karnilla, pero eso no significaba que no tuviera nada que decir. "-Puedo ir yo sola... No hace falta que vayas tú mismo. Si me indicas desde aquí qué hacer, yo podría ocuparme de todo..."-Si tan sólo un hechizo telepático había tenido ese efecto... ¿Qué pasaría si Loki necesitaba recurrir a una magia más poderosa? Dalae no dudaba que Brunilda, y quizás Thor, estarían allí, además de Karnilla y los demonios. Y eso, suponiendo que ninguno de los dioses que habían permanecido en Asgard intervendría.
Fuera como fuera, eran escasas las criaturas en los Nueve Reinos que aún guardaban algo de simpatía por el príncipe de la Ciudad Dorada. De entre la gran mayoría restante, además, abundaban los que no dudarían en intentar matarlo nada más lo vieran. Era algo bastante lógico, dada la antigua costumbre de jurar venganzas que podían tardar siglos en cobrarse, y que a menudo crecían en gravedad conforme el tiempo pasaba. Por supuesto, no todo eran venganzas: Algunos, en su inmensa sabiduría, habían decidido tomar medidas preventivas de lo más drásticas respecto al Embaucador, quien ahora mismo no tenía la magia suficiente como para fulminar a semejante cantidad de enemigos. Desde luego, aparecer allí sin más no era la más inteligente de las ideas, y ya era hora de hacer algo sensato. _________________ - There is always hope, even in Hell:
Última edición por Dalae Darkle el 26th Junio 2017, 22:58, editado 1 vez | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 22nd Junio 2017, 13:04 | |
| -¿Acaso no es evidente, viejo amigo? El caos y el terror reinan ahora en Midgard y los nueve reinos… ¿No es lo que siempre hemos querido? - dijo mordiéndose el labio inferior de forma seductora- Únete a mi, Loki… el dios de la oscuridad luchando junto a la emperatriz del mal… vengándose de todos aquellos que los subestimaron... ¿No crees que sería maravilloso?
- Sí, lo sería… pero sabes que me gusta hacer las cosas a mi manera, Karnilla. ¿Por qué te has aliado con los demonios de los infiernos? ¿Qué es lo que pretendes? - preguntó el dios de las mentiras con rencor en su voz. Los Demonios… no había raza que odiara más en los nueve reinos, sobretodo después de su último encuentro con Mephisto.
- Voy a masacrar una por una las aldeas asgardianas hasta que el orgulloso Odín se digne a salir para salvar a sus súbditos. No tendrá más remedio que deshacer su dichosa barrera para proteger a su pueblo. ¿No crees que es un plan maravilloso? Si Odín baja sus defensas, nosotros podremos invadir la ciudad de Asgard y eliminar al hombre tuerto de una vez por todas…
- Te olvidas de un pequeño detalle, querida… solo puede haber un padre de todos sentado en el trono dorado. -sonrió el embaucador, con una mirada desafiante. La sonrisa de la bruja desapareció, mostrando esta vez una mueca de desagrado y decepción.
- No imaginaba que serías tan necio, Loki. El golpe que te diste tras caer del Bifrost te ha debido de trastocar la mente. Muy bien, lo tomaré como una negativa. Mejor para mi… Asgard no ha tenido nunca una madre de todos. - dijo la orgullosa bruja, cubriendo su esbelto cuerpo con el vuelo de su capa negra. - Una cosa más. Vigila tus pasos, amigo mío… iré a por ti si te entrometes en mis asuntos…- advirtió la emperatriz del caos antes de que su figura se desvaneciera. El espejo de plata ahora sólo reflejaba la imagen del maestro y la de su aprendiz.
El hechicero más poderoso de Asgard se dejó apoyar por su pupila una vez Karnilla había cortado la comunicación. Loki estaba demasiado silencioso y ni siquiera respondió a la proposición telepática de Dalae. El dios buscó un lugar dónde sentarse y poder reflexionar con tranquilidad. Pero esta vez tenía que ser rápido a la hora de trazar un plan eficaz, puesto que el tiempo corría en su contra y cada minuto podía significar la muerte de un asgardiano.
Los gritos de horror, las voces de súplica, incluso los rezos de los habitantes del planeta de Asgard llegaban con claridad a oídos del dios de las mentiras. Los mortales, desesperados, invocaban con plegarias y hechizos a los dioses nórdicos para que éstos fueran en su ayuda. Loki se sorprendió al escuchar varias veces su nombre en medio de todos los demás. El dios de las mentiras no había sido olvidado, y quedaban algunos habitantes de Asgard que seguían rindiéndole pleitesía. El pueblo le necesitaba. Su pueblo.
- Lo siento, Dalae… Arión va a tener que esperar.- dijo con firmeza, habiendo tomado ya una decisión.- Karnilla cree que puede hacer lo que le venga en gana para conseguir lo que quiere, pero no va a tener nada que reinar si lo destruye todo antes de que Odín se digne a aparecer...
Con un giro de muñeca y haciendo uso de su telequinesis, el resto de espejos de la habitación se destaparon y con un susurro en el idioma rúnico, los cristales de plata empezaron a revelar la guerra que estaba asolando el planeta de Asgard.
- Esto no puedes hacerlo tu sola. Iremos a Asgard en cuanto me recupere un poco. - explicó el embaucador, analizando cada uno de los espejos y empezando a trazar ya un plan en su cabeza.- Ves a avisar a Hela de lo que está sucediendo.- ordenó a su discípula.- No vamos a dejar que esos demonios destruyan nuestra tierra y pueblen el Niflheim de nuevas almas en pena... _________________ Loki niño --> #8db600 | |
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| Tema: Re: [WWD] El prisionero (Dalae) [04-04-2019] 27th Junio 2017, 10:11 | |
| No había sido la decisión más prudente. De hecho, casi cualquier cosa habría sido más prudente que declararle la guerra a la reina de los Norns abiertamente. Parecía muy segura de sí misma, y tenía motivos de sobra para estarlo: Al fin y al cabo, no le faltaba razón. Odín no tardaría en enterarse de que sus hijos estaban en peligro, y todos sabían cuál sería su reacción. La muralla caería, y después… Sólo los dioses de dioses sabían qué ocurriría.
Lo que sí que estaba claro era que Loki iba a intervenir, a pesar de las amenazas de Karnilla, convirtiendo esa guerra en una lucha a tres bandas. Y eso, suponiendo que los demonios no traicionaran a la bruja que los había llevado tan lejos… La situación se había complicado demasiado para su gusto, a pesar de que sabía que acabaría ocurriendo tarde o temprano. Sí, lo sabía desde que Loki había compartido parte de sus planes con ella. Quería volver a sentarse en el trono del Padre de Todos, quería volver a ser rey. Y Dalae había llegado a desearlo también, motivada en parte por la lealtad y en parte por la sed de venganza que la había alimentado esos últimos meses. No podía esperar a que llegara el día en el que Odín pagara por todo lo que le había hecho a su familia. Si por ella fuera, la cabeza del Rey Tuerto rodaría por las escaleras de su palacio el mismo día que la guerra acabara… Justo como había ocurrido con la de su padre cuando Sasha y ella apenas eran unas niñas. Cada vez que pensaba en ello, la sangre de Dalae hervía. Pero… ¿Por qué no sentía nada en ese momento?
La perspectiva del conflicto que acabaría decidiendo la suerte de todos los asgardianos debería haberla… Emocionado. Era una oportunidad única para hacer justicia, o por lo menos su versión de la misma. Era el momento de salvar el mundo que la había visto nacer, el mundo al que soñaba regresar algún día. Y, por encima de todo, debía detener esa masacre innecesaria. Pero, sin embargo… Sólo lograba sentir un vacío creciendo en su interior. Apenas notó el peso de su maestro cuando se volvió a apoyar en ella, abandonando esa posición de fingida fortaleza que había presentado a Karnilla. Arión tenía que esperar. Ya no podía enmendar su error por su cuenta, y tampoco podía contar con la oferta que Loki le había hecho. Había estado tan cerca de acabar con su tormento de una vez por todas… Y, de pronto, aquello que llevaba esperando durante tanto tiempo se interponía.
Por un momento, el medallón que llevaba al cuello pareció pesar más, como si necesitara recordarle que seguía ahí. Como si no se hubiera quedado ahí desde el día en que el atlante se lo puso, tan inamovible como un tatuaje sobre su piel.
- Ves a avisar a Hela de lo que está sucediendo. No vamos a dejar que esos demonios destruyan nuestra tierra y pueblen el Niflheim de nuevas almas en pena...-Su maestro ya estaba haciendo planes, mirando en la lejanía de los mundos para averiguar qué hacer con todo aquello. Tenía gracia que no quisiera llenar Niflheim de fantasmas, ya que eran su principal y único ejército… Por no contar con que, probablemente, Hela estaría encantada de acoger en el seno de su reino unos cuantos miles de nuevos súbditos. Pero no sería Dalae quien se lo hiciera notar. -Está bien...-La aprendiz del Dios de las Mentiras dirigió una última mirada a los espejos, perdiéndose unos instantes en el brillo de las llamas que devoraban familias, hogares y riquezas por igual. Sin embargo, cuando abandonó la sala, uno de los espejos había cambiado. La superficie de acero pulido y plata mostraba una imagen muy similar a los demás, pero a la vez totalmente diferente. Mientras el resto de los espejos mostraban una nueva amenaza, aquél reflejaba errores pasados, que aún no habían encontrado solución. En él, como en las demás, los demonios hacían de ese mundo su patio de juegos. Destruían todo lo que estaba a su alcance entre risas, libres de cualquier atadura que les impidiera infectarlo todo como una plaga. Tampoco faltaban en ese cuadro dantesco las víctimas. Pero no se trataba de una familia de campesinos llamando a sus dioses, ni de un grupo de asgardianos tratando de combatir la amenaza. No, se trataba de un único hombre, que ni siquiera compartía la sangre de los hijos de Odín. No rezaba, no trataba de defenderse. Lo único que restaba a Arión era cumplir su condena. Dalae se dio prisa en buscar a la señora de los muertos. Con pasos ligeros, caminó por los inmensos corredores de piedra hasta el salón del trono y llamó a la puerta antes de pasar. -Loki me ha pedido que te llame… Es importante. _________________ - There is always hope, even in Hell:
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