Ahri'ahn DC Universe
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Mensajes : 2176 Fecha de inscripción : 14/12/2014 Localización : Atlantis Empleo /Ocio : Sumo Mago Humor : Melancólico
Ficha de Personaje Alias: Arion Nombre real: Ahri'ahn Universo: DC Universe
| Tema: [WWD] La prisión del Mundo Oscuro (Autoconclusivo) 29th Diciembre 2016, 02:13 | |
| Para cualquier criatura ajena a aquella dimensión, el Mundo Oscuro sería un lugar totalmente incomprensible. Siempre en continua evolución, existía en un plano de imágenes infinitas. Ya fuera árido desierto, jungla salvaje o yermos helados, cambiaba de un momento al otro y, sin embargo, continuaba siendo el mismo.
El hombre que se encontraba prisionero en las entrañas de aquella inhóspita tierra no habría sabido decir cuánto tiempo llevaba allí, si era de día o de noche, verano o invierno. Apenas era capaz de recordar cómo había terminado encerrado allí, pero tenía una cosa clara: algún día escaparía, y ése pensamiento, junto con el dulce anticipo de la venganza eran lo único que mantenía los escasos restos de cordura que aún era capaz de conservar, si es que alguna vez tuvo.
No en vano fue conocido hace mucho tiempo como "el mago loco de Mu".
Lo que no sabía aquél hombre era que su calvario estaba muy cerca de terminar...
Los pasos del demonio se detuvieron justo en el lugar en el que el demente hechicero había sido enterrado vivo en su mágica prisión mientras su mirada permanecía fija en la silueta de la hermosa mujer que se perfilaba en el cielo.
- Ése es el lugar -dijo Majistra-. Es aquí donde fue enterrado mi bebé. El hechizo hizo que el mismo corazón del Mundo Oscuro reclamara a nuestro hijo.
Los espíritus de los Homo Magi eran inmortales, por lo que no podían perecer cuando su cuerpo moría, y, dado que estaban hechos de magia, regresaban al plano que era el origen de toda la magia, quedando atrapados allí, entre el tiempo y el espacio, desprovistos de poder e incapaces de afectar en modo alguno el mundo terrenal.
- Muy bien, amor mío... le liberaré. Puedes partir tranquila.
Sin embargo, el espíritu no lo hizo, sino que se agitó en el aire, inquieta.
- Me prometiste venganza, me prometiste...
- Sé lo que te prometí, mi amor... Y gran parte de dicha venganza ya se ha cumplido. Arión ha sido mancillado, tanto en cuerpo como en espíritu. Su sangre ha sido derramada y actualmente se retuerce de agonía en el infierno. Morirá, te lo prometo, pero no tengo prisa por acabar su sufrimiento. Lo que vamos a hacer ahora Garn y yo, le destruirá por completo. Ahora vete, te desconvoco. Cuando te invoque de nuevo será para mostrarte el cadáver de tu hijo.
Al tiempo que la silueta se desvanecía en el horizonte, el demonio se arrodilló sobre la tierra seca, puso la mano sobre la arena y fue destruyendo los sellos que mantenían cautivo a Garn Daanuth, unos sellos que se habían mantenido incólumes durante milenios... Uno a uno, comenzaron a emerger en la superficie, resplandeciendo con la intensidad del sol, cinco en total, formando un pentágono de tierra reblandecida.
Una mano blanca como la faz de la muerte asomó entre el barro; después otra seguida de un rostro que se afanaba por respirar, y el brujo no tardó en arrastrarse fuera de su tumba milenaria, desplomándose en el suelo casi sin fuerzas.
Garn Daanuth era un hombre alto, musculoso y esbelto; habría podido ser atractivo de no ser por la palidez mortecina de su piel y por la quemadura que desfiguraba todo el lado izquierdo de su rostro y que era la asquerosa marca de la magia de su hermano, una cicatriz que había obtenido durante uno de sus numerosos encuentros. Una diadema con la forma de dos garras que sostenían una gema carmesí en su centro mantenía despejada la frente del largo cabello albo.
- ¿T...tú? -dijo, en cuanto pudo volver a enfocar la vista, desentrenada después de tantos milenios sin uso. Trató de incorporarse, sin éxito-. ¿Cuánto tiempo ha...?
- 45.000 años, hijo mío -contestó el demonio sin hacer el menor esfuerzo por ayudarle.
- ¿H...hijo? ¿De qué estás...?
- Ah... Garn... ¿tú, de entre todos los hombres, necesitas una explicación? Te dije que acabaría con la progenie de Caculha; ¿Nunca te preguntaste por qué no alcé mi mano contra ti?
- Yo... te liberé... Me debías... obediencia... El conjuro...
- Sólo te permitía controlarme hasta el punto en que yo deseaba que lo hicieras, Garn... Nunca tuviste realmente poder para contenerme. Tú no eras Caculha. Te serví porque me interesaba servirte y porque yo también ansiaba derramar la sangre de Arión por lo que le hizo a tu madre, pero cuando decidí marcharme, lo hice. No podrías haber hecho nada para retenerme.
El hechicero consiguió ponerse en pie con paso vacilante. A medida que la comprensión se iba abriendo paso en su cerebro, la ira, siempre pronta de acudir a su llamado, iba creciendo en su interior.
- 45.000 años... Si lo que dices es cierto, ¿por qué no me liberaste antes? -exclamó, ardiendo de rabia y furia.
- Chico, no tenía ni tengo el menor interés en tener un momento padre-hijo contigo. Arión desapareció del mapa apenas unas décadas después de tu encierro, y no pude encontrarle. Se había desvanecido, pero yo sabía que no estaba muerto, así que pasé los siguientes milenios planeando mi venganza. Porque sé ser paciente, Garn Daanuth. Tú, en cambio, eres impulsivo, temperamental y vehemente. No podía arriesgarme a que estropearas mis planes.
- Maldito... -una esfera verdosa se formó en las manos del mago, pero antes de que pudiera liberarla contra el demonio, éste extendió una garra y el hechicero fue atraído hacia él, atrapándolo por la garganta.
- ¿Ves? A ésto me refería. Sabía que, si te liberaba, irías a por Arión en cuanto pudieras localizarlo, pero la venganza es un plato que debe ser cuidadosamente preparado y paladeado. Tú no sabes nada de eso, cachorro. Gracias a que te has mantenido aquí, quietecito y tranquilo en tu prisión, he podido hacerle verdadero daño a Arión -afirmó abriéndo la mano y dejándole caer-. Escucha, te interesará: Su cuerpo fue violado y su alma desgarrada; invertí su moralidad haciendo uso de un antiguo ritual, y le hice traicionar todo cuanto alguna vez juró proteger, destruyendo el legado de su padre. Actualmente se debate en el infierno sometido a indecibles tormentos. ¿Crees que podrías haberlo hecho mejor?
Garn se masajeó la dolorida garganta.
- ¿Y por qué liberarme ahora... "padre"? -inquirió, mirándole con odio.
- Porque, hijo mío, aún no he terminado de destruirle. Después de pasar los últimos meses escondido en el interior de su gema-corazón he podido averiguar cuáles son sus mayores deseos y anhelos. Mis hermanos y hermanas campan a sus anchas por el mundo, conquistando y arrasando a su antojo. Yo iré a apoderarme de Atlantis, y tú... tú harás lo que mejor sabes hacer. Y aunque Arión esté en el infierno, me aseguraré de que las noticias de la extinción de todo cuanto ama lleguen hasta él. Ahora ven, hijo... te diré lo que has de hacer. | |
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