[Omega] Joder, gracias a (Bat)diosito (Jason Todd)

Si uno juntaba una zona de guerra, con una ciudad afectada por un tsunami, un terremoto y un apocalipsis zombie tendría más o menos a la Gotham de esos momentos.
Las primeras etapas de caos descontrolado y la población de Gotham reteniendo la respiración, esperando otro gran golpe que terminara de descolocar sus vidas, había acabado por convertirse en las mafias retomando el control, pillaje por media ciudad aprovechando que la policía no se reorganizaba tan rápido como la mafia y la población de Gotham suspirando entre el alivio y la exasperación porque, obviamente, otro desastre más no había servido para otra cosa que no fuera hundir todavía más a la ciudad en esa constante situación de inseguridad y oscuridad con la que todos los ciudadanos habían aprendido a vivir.
Por lo menos no va a peor, pensarían los más optimistas.

Lo que más le preocupaba a Steph, aparte de no haber recibido noticias de nadie, era que no se había visto la sombra del murciélago desde que todos aquellos sucesos habían comenzado. Eso estaba causando un clima de desasosiego entre la población y de júbilo entre los villanos que a Steph no le hacía ninguna gracia.
No había empezado a trabajar activamente como Spoiler otra vez, en el hospital necesitaban demasiada ayuda y por mucho que le supiera mal que robaran una tienda o atracaran a alguien era mucho más importante salvar todas las vidas que estaban en peligro directo.

Pero esa noche había escuchado por la radio de la policía (que seguía en marcha, aunque nadie le hiciera caso y que ella seguía escuchando por algún tipo de deformación profesional muy preocupante) que había un secuestro en un comedor social en el Bowery y, menuda sorpresa, todas las unidades estaban ocupadísimas con problemas super serios.
En realidad Steph no les juzgaba, entrar en el Bowery en ese estado de descontrol siendo policía era un suicidio (y muchos pensarían que al fin y al cabo solo era pobres, pero Steph no era de esas), pero había rehenes...
Obviamente no se pudo reprimir. Se escapó con una excusa de mala muerte, se puso el traje de Spoiler y se lanzó a las frías calles de Gotham, de camino al Bowery.

Cuando llegó seguía sin haber policía cerca, pero solo un vistazo a la tienda le dejó claro que el secuestro seguía en marcha, había un hombre con una metralleta en la puerta; no sabía las condiciones de aquellos tipos pero no le importaba tres pepinos.
Iba a partirles las rodillas para que aprendieran a no hacer esas cosas aprovechando esas situaciones de tensión.

Se coló por el callejón al que daba el comedor social aprovechando lo chapuceras de las condiciones del sitio que probablemente llevaba sin tener un técnico de reparaciones desde 2005. Lo mejor de trabajar en el Bowery es que sabías que, excepto en los cuarteles de las mafias, todos los edificios tenían puntos débiles y casi nunca se molestaban en cubrirlos, porque la policía no entraba por esas rendijas y Batman... bueno, a Batman no lo iba a parar un pobre guardia solitario en esa puerta.
A ella podrían haberla parado, sobre todo cuando se le enganchó la capa a uno de los cristales del ventanuco roto que había usado para entrar, pero por suerte no había nadie allí.

La ventana daba, como suele ocurrir en estos casos, a un almacén de comida envasada y productos imperecederos que olía a polvo y a humedad, pero que tenía un ventanuco, también roto, por el que ver la cocina y si se ponía en el ángulo adecuado, a lo lejos a los rehenes y a uno de los atracadores manteniéndolos.
Todavía no entendía qué hacían robando un sitio como un comedor social, la verdad ¿qué esperaban encontrar? ¿Los escasos ingresos de un grupo de indigentes?¿Las alianzas de una pareja de unos señores que con la poca pensión que tenían no podían ni ponerse la calefacción en invierno? Era como lo más rastrero de todas las cosas rastreras con las que se había enfrentado en su vida.

Salió del almacén con cuidado de no hacer ningún ruido y en menos de diez minutos (le habría gustado que fueran cinco, pero el hombre estaba mejor entrenado de lo que se esperaba) había acabado con uno de los atracadores, apartado a los rehenes de la zona de tiro y esperaba junto a la puerta a que entrara el segundo a ver qué pasaba para darle la paliza de su vida.

Esos hombres estaban entrenados y eso era lo que más le preocupaba, el primero no había sido (especialemente) difícil, pero había dejado mella y su resistencia, que nunca había sido su mejor arma, estaba viéndose afectada por el combate anterior y cuando acabó con el segundo estaba jadeando por el esfuerzo y sujetándose el brazo donde le habían dado un buen golpe. Iba a tener que asegurarse de no llevar nada de manga corta en unas semanas porque el cardenal iba a ser importante.
Tomó aire con lentitud cerrando los ojos para intentar decidir qué hacía ahora, la mayoría de rehenes habían salido por patas, como era natural y los que seguían allí estaban demasiado en shock como para reaccionar... necesitaban asistencia ¿quizás mandarle un mensaje a Leslie? No sabía si seguía viva, pero sabía que al menos su fundación seguía donde la habían dejado. Obviamente no se había atrevido a buscarla por si acaso pero...

Dio un salto y abrió los ojos de golpe.
¿Esa voz? -¿Jason?- murmuró muy bajito, para sí misma antes de reaccionar sacudiendo la cabeza. Dos minutos, lo justo para... Por todos los dioses de todos los universos, los pensamientos se le mezclaban en la cabeza y estaba perdiendo mucho tiempo en intentar ponerlos en orden, así que activó el modo instintivo.
Era una de sus mejores habilidades, desconectar de todo pensamiento racional y solo dejarse llevar por lo que le salía del fondo de las entrañas.
Ató a ambos hombres con bridas, primero las manos y luego los pies entre ambos, para encargarse de ellos luego y se precipitó por la salida de emergencia mientras en el móvil buscaba el número de la clínica Thompkins y llamaba por el manos libres.
Lanzó un gancho al tejado y se lanzó al techo mientras le contestaban al teléfono.
-Sí, aquí Spoiler, quizás no me conozcan pero... tengo una situación con rehenes en el Bowery, no hay heridos pero sí muchas víctimas en shock... en el Comedor Social de la avenid... sí, vale, gracias- Acabó la conversación, la voz sonaba profesional pero no era la de Leslie, tendría que esperar saber si seguía viva...
Pero mientras tanto
Se giró y miró a la persona que tenía delante.
Habían pasado casi los dos minutos.
-Has... has leído mis mensajes- dijo esperanzada, tenía la voz un poco entrecortada pero llena de ilusión. Aun así su paranoia , esa que Batman te cultiva hasta que no puedes quitártela de encima, (eso y el hecho de que le había apuntado con una pistola a la cabeza y eso no solía ser muestra de amigabilidad)le hizo no lanzarse inmediatamente sobre él, mantener las distancias.

De nuevo, el arma.
Siempre le habían dicho que la esperanza era su punto fuerte, que confiaba tanto en las personas que parecía que se volvían mejores personas solo para alcanzar la mitad de las expectativas que tenía en ellas, pero era muy difícil tener esperanza en alguien que te está apuntando a la cabeza.
Bueno, a la rodilla.
Pero tanto daba, allí en medio del Bowery, si le destrozaba una rodilla (y sabía que era capaz) bien podría haberle disparado a la cabeza, el resultado habría sido el mismo, aunque menos agónico si fuera directamente al cerebro.

Estaba paralizada, la sangre le martilleaba la cabeza y lo escuchaba todo como si estuviera bajo el agua, o como si estuviera espiando a través de una puerta. Aun así entendió lo que le pedía y respiró hondo dos veces antes de conseguir que su brazo le respondiera. Se bajó la capucha y se quitó el pasamontañas que le tapaba toda la cara, aprovechando para quitarse el sudor que le resbalaba por la frente.
El aire frío le golpeó la cara con fuerza y le obligó a parpadear antes de acostumbrarse. Por lo menos le sirvió para recobrar un poco la capacidad de pensar, de asumir la situación que estaba viviendo. Intentó tragar saliva pero tenía un nudo enorme en la garganta.

Tenía ganas de llorar de incredulidad por lo que estaba pasando, de frustración porque no confiaba en ella, de felicidad porque estaba vivo y allí... pero no lo hizo, puso todo su esfuerzo en mantener una expresión neutral y se quitó la capucha, mirando a Jason con una mezcla de súplica para que la reconociera y reto de que la disparara si se atrevía, no le tenía miedo.
O eso tenía que hacerle (y hacerse) creer.

-No... no se nada- apretó el pasamontañas con fuerza mirando a Jason fijamente -He oído algo en las noticias mientras estaba en el hospital pero no dan ninguna información fiable... las cosas... las cosas están distintas, eso sí lo se, locales o personas, a veces me reconoce gente con la que no he hablado nunca, ni siquiera he oído hablar de Batman y eso en mi universo no pasa, siempre aparece en estos casos - Lo ultimo lo dijo casi en un murmullo, siendo consciente de lo que había dicho Jason. Una colisión de mundos... otro universo... la situación era inverosímil y si no sintiera el dolor punzante de los golpes de los últimos días y el cansancio presionando cada milésima de su cuerpo creería que estaba soñando. -Te juro que no estoy evadiendo nada, solo estoy muy confusa... llevo... -se le quebró un poco la voz pero la recuperó respirando hondo- llevo días intentando encontrar a todo el mundo pero nadie me contesta... ¿Sabes cuántos desaparecidos hay declarados? ¿Y cuántos casos de amnesia? ¡Hay gente que no recuerda haber tenido hijos! Joder... pero ahora tiene sentido ¡He estado tan ciega!- la respiración se le estaba acelerando y se le nublaba la vista.
Nononono. No. No podía permitirse un ataque de pánico ahora, tenía que mantener la mente serena. Quería encogerse pero tenía miedo que Jason lo viera como amenaza y soltara el dedo sobre el gatillo así que se mordió el labio por dentro hasta que el dolor le hizo sentirse mejor, mientras trataba de regular la respiración.
Todovaairbientodovaairbientodovaairbientodovaairbien.
-Jason, por favor- murmuró mirándolo, le estaba cayendo una lágrima por la mejilla... a la mierda la imagen de dura que había intentado dar. Pero ¿qué más daba? Probablemente no le habían contestado por ninguno la recordaba porque nunca había existido en su universo, o eran sus enemigos, o eran ellos los que no existían... ¿Qué más daba todo?

"Si le ves, no te fíes".
No te fíes.
¿Entonces de quién se podía fiar? Si no podía fiarse de Batman, si no podía contar con el Caballero Oscuro ¿Con quién? Batman era un pilar para la paz de Gotham... la propia presencia del murciélago reducía el crimen a la mitad ¿Era Jason con su habitual odio a Bruce y todo lo que representaba o de verdad era peligroso? ¿Cómo podía saber de quién fiarse? Tenía ganas de vomitar o mejor, de despertarse de aquella pesadilla ya.

No sabía por qué había esperado que al verla llorar, que al pedírselo por favor, Jason se ablandaría un poco. Pero no lo hizo. Al contrario. El disparo se le antojó que iba a cámara lenta. Sabía que no iba a darle y que si lo intentaba esquivar probablemente sería más contraproducente que otra cosa... pero el corazón se le aceleró y notó la ira, alimentada por el miedo, bullendo en su interior.
Las preguntas le hicieron querer lanzarse sobre Jason, pero no lo hizo (básicamente porque él tenía una pistola y ella ningunas ganas de morir).

Respiró profundamente intentando que le saliera la voz y que le saliera lo menos quebrada posible. Estaba harta, hartísima de todo aquello.

-¿Cómo que cuánto tiempo estuve de Robin? ¡Lo sabes de puto sobra, Jason! ¡Estuve setenta días y veintitrés putas horas, luego BatJefazo decidió que en vaya por Dios, no sirves para esto y mejor te vas a tu casa! ¿Por qué me haces esto? ¿Cómo sabías que vendría? Gotham está afectadísimo, podría no haberme ni enterado o estar en mitad de otra llamada ¿Entonces qué? ¿Habrías parado tú a esos tipos? ¿Me habrías perseguido con un ladrillo hasta partirme la cabeza? ¿O me has traído aquí adrede? Nos conocimos solo un par de manzanas más allá y me invitaste a PUTAS HAMBURGUESAS ¿NO PODRÍAS HABERME CONTESTADO A LOS MENSAJES? NADIE ME HA DICHO NADA ¿SABES? NI TIM, NI CASS, NI BABS... NI SIQUIERA KARA, POR MÁS QUE LA HE LLAMADO... TODO ESTE TIEMPO... HE ESTADO INTENTANDO MANTENER LA CALMA, PENSANDO QUE ESTARÍAIS POR AHÍ SALVANDO A GENTE PERO ¿HAS HECHO ESTO CON TODOS O SOLO CONMIGO?- No había podido reprimirse, las lágrimas, ahora de rabia, le caían por las mejillas y ni siquiera se molestó en quitárselas. -Si me tienes que pegar un tiro deja que por lo menos le diga a mi madre que no me espere a cenar y que por fin va a servir para algo la lápida con mi nombre-

Cada bala hizo que se encogiera más y más sobre si misma, sin poder apartar la mirada del cañon pero dando pequeños respingos cada vez que disparaba. Una vez, dos, tres... el cargador entero, contó, con el corazón en un puño ¿Qué quería decir eso, que no iba a dispararle o solo era una distracción?
Entonces Jason habló, y con cada palabra se le rompía un poco más el corazón, con ese rubita que sabía que solo usaba él... pero no solo por lo que decía... algo dentro de ella se había preparado para escuchar esas palabras por mucho que dolieran, no, porque veía como Jason, el inquebrantable, una de las personas a las que siempre había admirado por su fuerza se estaba quebrando poco a poco... había aguantado demasiado peso él solo y ahora se resquebrajaba sin poder hacer nada por pararlo.

No vio venir la pistola, de repente le estaba golpeando en el brazo y le robó un quejido fuerte, en gran medida por el susto que por el golpe, había recibido golpes peores. Se llevó la mano a donde la pistola había golpeado, dándose cuenta de lo que le estaba pasando a Jason. Casi se le escapó una sonrisa de comprensión. Ella lo había vivido tantas tantísimas veces...

Sabía que prácticamente era una sentencia de muerte, era consciente de que se estaba arriesgando a que Jason se asustara y sacara otra pistola de cualquier sitio, porque sabía que llevaba más, y le atravesara el cerebro de lado a lado y no le diera tiempo ni a tener unas últimas palabras.
Y tanto que lo sabía.
Pero Steph a pesar de todas las veces en las que le habían decepcionado confiaba en la gente, confiaba en los criminales que le decían que iban a intentar rehabilitarse, confiaba en que Batman algún día se diera cuenta de el gran error que había cometido al subestimarla, confiaba en que algún día conseguiría ser feliz y, por encima de todas las cosas, confiaba en sus seres queridos.
Y a Jason lo quería, muchísimo.
Era consciente de que Red Hood era rápido pero también era capaz de reconocer un ataque de pánico cuando lo veía y sabía que eso lo haría lento, incluso torpe, no le daría tiempo a apartarse. Así que se lanzó sobre él y lo rodeó con los brazos, dejando que todo el estrés, el miedo, la frustración de esos días y la alegría y el alivio de verle salieran sin ningún tipo de filtro en forma de llanto incontrolado.
Los hipidos hacían que se estremeciera entera mientras apretaba a Jason con fuerza
-Creía que no iba a volver a verte- dijo sin dejar de llorar -Creía que me habíais dejado sola para siempre-

Cuando le puso las manos en los hombros y la alejó una parte de ella se sintió rechazada y dolida, pero por suerte había sentido tantas veces esa sensación que su parte más consciente aceptó que Jason necesitaba espacio para respirar y que por mucho que a ella le hiciera falta un abrazo, ahora mismo él necesitaba espacio y tiempo para tranquilizarse. En ese momento le daba igual que le hiciera daño, porque en cierto modo eso lo hacía más real, más palpable... no estaba soñando y eso era lo que le terminaba de anclar a la realidad del momento.
Para eso estaban los amigos, para apoyarse cuando lo necesitaban y como lo necesitaban, no para darse abrazos cuando les apeteciera y a todas horas.
Ya tendrían tiempo de abrazarse luego ¿no? Al menos eso esperaba.

Consiguió reducir los hipidos incontrolados hasta que fueran sollozos más o menos bajo control.
Más o menos.
Observó a Jason con algo de impotencia, si por ella fuera no lo soltaría hasta que se sintiera mejor, mantenerse a distancia era un suplicio pero sabía que era necesario.
Es hora de que seas la mujer fuerte e independiente que se supone que eres. Dale espacio, Steph. Dale espacio.
Respiró hondo, intentando relajarse también y haciendo lo mismo que Jason, contando series de números en voz baja. Era un método que le hacía sentir que tenía el control de algo, que le mantenía la mente ocupada y que le servía para concentrarse.
Se sentó frente a él, con las piernas cruzadas, de vez en cuando aún le caían lágrimas pero estaba mejor.
Estaba con Jason.
El mundo a su alrededor podría caerse en ese momento y las cosas estarían bien.
Bueno, el mundo ya se había caído pero ahora estaban juntos y todo iba a ir a mejor.
Todo iba a ir bien.

La verdad es que cada minuto que pasaba se sentía más impotente e inútil y a la vez orgullosa de si misma por ser capaz de autocontrolarse y quedarse tan quieta y callada. Era una sensación confusa.
Cuando Steph se ponía nerviosa hablaba de cualquier cosa, rellenaba el silencio con su voz para intentar tener la sensación de que dirigía algo y de que estaban haciéndole caso pero en ese caso lo único que se oía era, aparte del ruido propio del Bowery, sus respiraciones entrecortadas y de vez en cuando sus sollozos, que no podía controlar del todo.
Creía que iba a darle un ataque de nervios cuando por fin Jason habló y le quitó las lágrimas y le arregló el pelo.
Y la sensación de alivio y de alegría fue tan grande que empezó otra vez a sollozar con fuerza y sin poder controlarse. Se había, más o menos, hecho a la idea de que no volvería a verle, que no volvería a tocarle y que no volverían a estar así, cara a cara.
Pero allí estaba, vivo, coleando y con una sonrisa de idiota que solo él podría poner en una situación así y ella... bueno, ella no estaba segura de qué cara estaba poniendo, pero estaba bastante segura de que no era bonita. Tampoco le importaba.

Se estaba limpiando las lágrimas con la manga cuando Jason volvió a hablar.
No había ni terminado de decirlo y ya estaba saltando sobre él, rodeándole con los brazos.

-Eres un imbécil, Jason, un imbécil total- dijo abrazándole con todas sus fuerzas. El "pero te quiero" estaba implícito.

Jason se rió, y eso hizo que llorara mucho más mientras lo abrazaba con todas sus fuerzas, era un sonido tan raro... no solo en ese mundo que parecía haberse desmoronado por completo, si no viniendo de Jason. No era una de esas risas amargas que soltaba a veces, que tenían más veneno del que jamás había oído en una voz, ni una risa triste, de esas que dejas escapar por no llorar. Era una risa auténtica y pensaba atesorarla como lo importante que era.

Y lloró, y dejó que las lágrimas se llevaran todo el miedo, la ira, el horror, la preocupación y la frustración que pudieran. Sabía que quitarse del todo esos sentimientos no era factible, muchos llevaban demasiado tiempo ahí, pero cada lágrima que caía era como quitarse un poco de ese enorme peso que solo había hecho que aumentar desde la colisión de mundos, que le daba ganas de esconderse en el armario y gritar y quejarse y acabar con todo y que a la vez le quitaba las ganas siquiera de abrir los ojos.
Pero ahora tenía alguien más por quién seguir luchando, ya no era solo su madre, ni esa masa de personas que formaba Gotham. Tenía un apoyo de verdad, que le permitía seguir peleando.

Cada vez que creía que podía calmarse se acordaba de algo, o pensaba en alguien que le hacía volver a soltar sollozos entrecortados. Le costó un buen rato empezar a notar como el nudo en el estómago y en la garganta se reducían, y con ellos las ganas de llorar.

-Nadie puede competir con los ingleses- dijo bajito con un último hipido, sin abrir los ojos, relajándose contra él. -Has estado bien ¿verdad? Pese a todo, digo, no te han hecho daño ¿o sí? ¿necesitas que vayamos al hospital o algo?- Sabía que le iba a decir que no, que estaba bien, que no se preocupara pero hasta cierto punto preocupara le ayudaba a mantenerse cuerda. Si podía preocuparse de Jason quería decir que todo lo demás iba más o menos bien, o al menos las cosas no estaban a punto de explotar.

De fondo el sonido de las sirenas impidió que no se quedara dormida, la tensión y las lágrimas la habían dejado agotadas-Las ambulancias han tardado mucho- murmuró sin soltarle, con tono de queja. -Menos mal que no era una urgencia-.

-Bueno, todos hemos estado un poco en la mierda- le respondió un poco más tranquila. No parecía herido de verdad, pero sabía lo orgullosos que eran todos los que habían trabajado bajo la capa del murciélago, y bien podría haberlo ocultado pero si le confirmaba que estaba bien... bueno, en realidad se lo quería creer, no tenía la cabeza para añadir todavía más preocupaciones y problemas.

Ahora se sentía mejor, más tranquila, apoyada, más fuerte. Por su modo de ser dependía mucho de la gente y lo último, último, último que necesitaba en una situación como aquella "colisión" de mundos era estar sola, no tener a nadie en quien confiar. No lo necesitaba para que le sacara las castañas del fuego, ni mucho menos, era mayor para solucionar sus propios problemas, pero el saber que si pasaba algo o si lo necesitaba podía contar con su presencia.

Suspiró al escuchar lo que decía Jason -Ya, bueno, pero eso no hace que me enfade menos-.
Cuando la separó para que se miraran se esforzó por sonreír, no era una sonrisa forzada realmente, pero le costó un poco sacar las fuerzas suficientes para expresar con la cara lo que quería decir. Y le daba la impresión de que no estaba expresándolo bien, pero qué más daba. Estaban juntos así que tendría tiempo de sobra para sonreirle más adelante.

Iba a decirle que no estaba cansada pero ¿a quién iba a engañar? Estaba molida, agotada, prácticamente muerta. Simplemente pensar le estaba costando... así que acabó, muy a su pesar, por asentir. -Se que es un poco raro pero ¿dormirías conmigo? Me da igual donde... pero no quiero despertarme y que no estés porque ha sido un sueño... me muevo mucho y hablo dormida pero... no quiero haberme imaginado esto-. Estaba muy avergonzada por pedirle una cosa tan infantil a Jason, pero no se atrevía, no se atrevía a dejar que se alejara, a que le diera la espalda y ese fuera el último recuerdo que tuviera de él. No se podía arriesgar.

Se terminó de acomodar el pelo, intentando que pareciera algo mínimamente decente cuando Jason la dejó en el suelo y respiró hondo para sacar suficientes fuerzas para levantarse. Se sentía mucho más ligera, como si se hubiera quitado un peso enorme de encima, aún así le costó bastante y cuando por fin lo consiguió se dedicó a mirar el horizonte de Gotham. El edificio no era lo bastante alto como para ver todo Gotham, pero aun así le sacó un inicio de sonrisa.

-Supongo que no todo es tan horrible en este universo- murmuró para si misma y se giró a mirar a Jason -¿Nos vamos?-

El ruido de los rehenes saliendo, de alguien pidiendo saber qué había pasado y de las quejas quedas la hizo salir de una especie de ensoñación en la que había caído mientras miraba el horizonte. Steph estiró los brazos por encima de la cabeza, balanceándose luego un poco a los lados.
Tenía todos los músuclos agarrotados, pidiendo un baño caliente muy largo, pero probáblemente tendría que esperar.
Le dedicó a Jason la mejor de sus sonrisas y sacó el móvil.

"Mamá, he conseguido contactar con un amigo de la universidad, su casa ha quedado hecha a trizas así que voy a ayudarle a poner un poco de orden, volveré mañana. Te quiero."

Le mandó el mensaje, esperando que la conexión funcionara en ese momento. Era irónico que se le hubiera ocurrido esa excusa porque realmente la que necesitaba un poco de orden y un reamueblamiento completo era más bien ella, y no Jason, ese pensamiento tan tonto le sacó una sonrisa, parecía mentira las cosas que le hacían gracia en situaciones así.

La respuesta no tardó en llegar, como era de esperar su madre no ponia ningún problema, solo le pedía que tuviera cuidad y que le mandara un mensaje de cuando en cuando, porque iba a pasar la noche en el hospital. Le respondió con varios emojis que incluían corazones y guardó el móvil.

Cuando Jason llegó a su lado notó que no estaba del todo tranquilo, así que se apoyó un poco en él mientras se ponía la máscara. Sabía que no podía hacer mucho, cada uno tenía sus demonios internos y Omega probablemente los había despertado a todos... pero no se iba a rendir, no era algo que estuviera en su vocabulario y si podía hacer que se sintiera un poco mejor del mejor modo que sabía (básicamente cariño) no pensaba pasar la oportunidad.

-¿Has comido algo estos días? Ahora estoy muerta y no pienso poner un pie en la cocina si no es para comer algo ya preparado pero si quieres por la mañana te preparo gofres, con mucho sirope- Le sonrió, Jason debía saber que el modo que Steph tenía para lidiar con los problemas era la comida, y un ofrecimiento de preparar gofres era más bien un modo de decir que todo iba a ir bien, que las cosas estaban, en medida de lo posible, en su sitio.

Cuando lo escuchó asintió con la cabeza, dirigiéndose al borde de la azotea.

-Vámonos a casa.