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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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[Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019.
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140Star-Lord
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Mensajes : 171 Fecha de inscripción : 29/03/2015 Localización : Siempre puedes llamarme al móvil... ¿Se llama así, no? Empleo /Ocio : Líder de los Guardianes de la Galaxia. Humor : ¿Qué hace la Milano al llegar a un muelle espacial? ¡Rebotar!
Ficha de Personaje Alias: Starlord, el legendario forajido. Nombre real: Peter Quill. Universo: Marvel
Tema: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 18th Junio 2016, 14:58
28 de marzo de 2019. 11:35 de la mañana. París, la ciudad del amor. Francia.
El sol brillaba con fuerza ese día en la capital francesa. Los turistas se arremolinaban alrededor de algunos de los monumentos más famosos del mundo, desde la torre Eiffel hasta la catedral de Notre Dame, el arco del triunfo o el museo Lovre. Todos ellos deseaban tener un divertido y apacible día de primavera, pero no estaban preparados para lo que estaba a punto de suceder. El cielo se llenó de miles de pequeñas naves que volaban a toda velocidad, surcándolo con esos sonidos silbantes tan parecidos a los de los jets militares a reacción. Al principio la mayoría creyeron que se trataba de alguna actuación del ejército francés que celebraba algún día concreto o simplemente estaban de maniobras, pero cuando los primeros disparos láser hicieron volar coches y derribaron fachadas de edificios, el caos más absoluto reinó entre todos los habitantes de la enorme ciudad. Millones de personas comenzaron a correr despavoridas en todas direcciones, gritando e intentando ponerse a cubierto. cualquier sitio que fuese dentro de un edificio o bajo tierra, como aparcamientos o el metro les parecía un buen lugar para meterse. Algunas naves bajaron al suelo y aterrizaron. Las puertas de estas se abrieron y unos extraños seres de aspecto reptiliano con armaduras y armas de fuego se bajaron, hablando en un idioma ininteligible para nadie. Sonrieron mostrando sus afilados dientes y dispararon contra la gente que intentaba huir. Las primeras victimas comenzaron a apilarse en las calles, y los servicios del orden se movilizaron a toda velocidad. Los policías disparaban contra aquellos seres, pero las balas no parecían hacerles daño.
- Haut les mains! Ne bougez pas!- El ser descargó un rayo blanco contra el policía quien se desintegró al instante. Los otros agentes se ocultaron tras los coches y dispararon desde la cobertura que estos les brindaban. Pero no estaban preparados para un ataque de esas magnitudes ni para enfrentarse a seres así. Por suerte para ellos, acabábamos de llegar. Un sonido fuerte, como el de un coche de carreras llenó el cielo, y cuando la gente alzó la vista pudo ver aquella enorme nave naranja y azul que llamábamos "La Milano". Apunté con los cañones de esta a los badoon y disparé una enorme ráfaga que los atravesó y les hizo caer al instante al suelo. Drax y Gamora abrieron la compuerta de la nave y se lanzaron al vacío a enfrentarse a ellos en la calle y yendo a por sus otras naves. Llevaban ambos unas mochilas a reacción que les permitían volar y alcanzar a los que luchaban desde el aire. Mis compañeros llevaban armas de fuego y cañones pesados para acabar con ellos, además de la espada de Gamora y los cuchillos favoritos de Drax. En cuanto cerraron la puerta tiré de los mandos hacia mí, elevando con un rápido y ágil movimiento el morro de la nave, para luego salir disparado como una exhalación en dirección al cielo francés. Disparaba con rapidez a las naves que allí había, destrozándolas con explosiones de varios colores que lanzaban pequeñas esquirlas y trozos de metal en todas direcciones desde el centro de la nave. Los gritos y ruidos de disparos me llegaban desde todos los lados, y sentí un impacto en la nave. El cuadro de mandos me indicó que había sufrido pequeños daños en la parte superior del casco.
- Eso es, vamos a bailar... ¡Gamora, Drax! ¡Cubriré el cielo todo lo que pueda! ¡Intentad mantener a la gente a salvo y el que vea la nave principal que se lo indique al resto!- Lo bueno de mi nave es que era ágil como pocas había visto en mi vida. De hecho, dudaba que hubiese una con una capacidad de maniobra como la Milano. La posibilidad de un vuelo estable y cambiar de dirección y posición sin problema alguno, siendo capaz de hacer giros de 360º me permitía colarme por estrechos pasadizos o entre dos edificios con facilidad. También debería añadir que era uno de los mejores pilotos de la galaxia, y por tanto la combinación era verdaderamente brutal. Había cinco naves grandes a unos tres kilómetros de altura sobre el suelo, y alguna de esas tenía que ser sin duda la nave nodriza, por llamarla de algún modo. Aceleré en dirección a ellas, disparando y destrozando varias naves a mi paso, con la intención de alcanzarla. Activé el intercomunicador para buscar a Nova. Debía estar a punto de llegar, si no estaba allí ya.- ¡Sam! ¿Sammy, me oyes? ¡Estamos ya aquí en París! ¿Dónde estás? Porque nos vendría de perlas que estuvieses aquí.-
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Mensajes : 1464 Fecha de inscripción : 09/07/2014 Localización : Academia de Jóvenes Mutantes Empleo /Ocio : Profesor de música Humor : Sombrío
Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 20th Junio 2016, 00:44
Cualquiera que pasara aquella mañana por el moderno Puente de las Artes de París, y viera a aquél hombre alto y esbelto detenido frente a la barandilla no habría sabido decir si su mirada perdida vagaba más allá del Sena, entre las impresionantes vistas de París, o si, por el contrario, se encontraba centrada en cuadros más mundanos, como los miles de candados que decoraban la barandilla y que los jóvenes amantes utilizaban para simbolizar su amor.
El hombre se llamaba Dragoslav Katich, y desde hacía unas semanas vivía en un estado de semi aturdimiento, incapaz de comprender el vuelco que había dado su vida. 23 días atrás había visitado París en compañía de su prometida, a la que acababa de pedir en matrimonio hacía menos de un mes, con la esperanza de encontrar respuestas para un enigma que llevaba algún tiempo persiguiéndolo.
Para bien o para mal, habían encontrado las respuestas que buscaban y Cassandra, incapaz de lidiar con ello, le había dejado.
Se había quedado tan confundido, tan perplejo, que ni siquiera había regresado a Nueva York. Se había quedado allí, inmóvil, pasmado, como un zombie.
Realmente no había una palabra mejor para definir su estado. La vez anterior había sido él quien había cortado con ella, y en aquél momento sí que se había visto inundado de fuertes emociones: ira, angustia, dolor... Pero ahora... estaba, sencillamente... pasmado.
No podía creerlo, tan simple como eso.
Había tenido que asimilar demasiadas cosas, ninguna de ellas agradable, en muy poco tiempo. La recuperación de sus recuerdos traumáticos de la infancia se había visto seguida por la comprensión de lo que Elissa le había hecho al borrarle la memoria y por el abandono de la mujer de su vida. Demasiadas cosas para un mismo día.
No había dicho nada cuando ella se había ido. Simplemente había regresado caminando lentamente hacia su antiguo apartamento y se había tumbado en el sofá mirando al techo. Varias horas después había cogido el teléfono y había llamado a la mansión para anunciar que no pensaba regresar en algún tiempo por motivos personales.
Quizá una de las cosas que más le confundían era aquella incapacidad para identificar una emoción que sobresaliese de manera clara por encima de las demás, aunque posiblemente el sentimiento predominante fuese la sensación de haber sido traicionado, tanto por Elissa como por Cassandra. La primera por haberle manipulado sin su consentimiento, y la segunda por haberle abandonado cuando más la necesitaba.
Sí, seguro... El conocimiento de lo sucedido la había destrozado, eso estaba claro, pero le había faltado la empatía suficiente para ver cómo estaba él después de haber recuperado el que sin duda era el recuerdo más doloroso y traumático de su vida y saber que Elissa había jugado con su mente sin pedirle permiso. Le había engañado.
Una parte de su mente le decía que debía estar enojado con Cassandra, y es que la mujer había sido terriblemente injusta con él. Ni siquiera estaban juntos cuando había sucedido aquello, y él se encontraba en un estado muy vulnerable emocionalmente después de lo que acababa de revivir. Además, habían transcurrido casi dos meses desde que se habían conocido en Halloween y no había vuelto a saber de ella. No tenía manera alguna de saber que sus sentimientos eran correspondidos, ni podía asegurar que volvería a verla alguna vez. No había hecho realmente nada malo, y si no se lo había contado nunca era porque ni siquiera él lo sabía. ¿Cómo podía juzgarle por algo que no podía recordar? Demonios, la había llevado consigo a ver a aquél mago. Había insistido en que quería que ella participara de la experiencia, precisamente porque no deseaba guardarle ningún secreto. ¡Incluso le había pedido en matrimonio días antes! ¿Por qué lo haría si no era porque deseaba pasar el resto de su vida con ella? Con ella, y no con otra...
Sí, debería estar enojado con ella, pero era como si su sistema hubiera colapsado ante tanta información dolorosa y no fuera capaz de sentir nada; ni ira, ni tristeza. Nada...
Era como un zombie. Un autómata que deambulaba por las calles de París sin un rumbo fijo, esperando algo que no llegaba.
De vez en cuando, en algún momento de lucidez había tratado de llamarla, pero nunca le había cogido el teléfono, y aunque había intentado que Bruce o Alfred le ayudaran a llegar hasta ella, no había funcionado.
Así que allí estaba, en el Puente de las Artes, contemplando una de las mayores representaciones del amor de París, cuando el cielo se oscureció y se llenó con los zumbidos de las naves de guerra badoon.
No reaccionó de inmediato. Sólo cuando empezó a escucharse el sonido de las explosiones y los gritos de la gente elevó la mirada al firmamento y se quedó allí, con expresión neutra e impasible, mientras la gente pasaba corriendo tras él huyendo de los seres de apariencia reptiliana que en aquellos momentos cruzaban por el puente.
- ¡Eh, oiga! ¡Oiga, usted! -le gritó un ciudadano, horrorizado-. ¡Salga de ahí! ¿Se ha vuelto loco?
Drago agachó un momento la mirada y sus ojos, aquellos ojos que acababa de recuperar por ella, por Cassandra, para poder vivir una vida normal a su lado, se oscurecieron funestamente.
- No... Ahora es cuando veo con mayor claridad -replicó, volviéndose lentamente para encarar a los alienígenas que corrían hacia el hombre que aguardaba, impertérrito, en mitad del puente.
En cuestión de un segundo había cambiado a forma mutante, y como las ilusiones que le cubrían eran un reflejo de su estado de ánimo en cada momento, las sombras que la luz de la mañana proyectaba en el puente convergieron en su figura, trepando y reptando sobre su cuerpo hasta hacerle conferir una apariencia aterradora, al tiempo que unos tentáculos de oscuridad brotaban de su espalda en un dantesco simulacro de alas y los ojos se iluminaban refulgiendo con su luz interior.
- Venid -dijo con la voz ronca extendiendo los brazos para descargar un poderoso haz de luz que diezmó las filas de los alienígenas que avanzaban por el puente-. Venid a por mí.
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119SamAlexander
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Mensajes : 259 Fecha de inscripción : 06/09/2015 Localización : En el espacio exterior Empleo /Ocio : Miembro del Cuerpo Nova Humor : ¿Sabes porque la mujer de Hulk pidió el divorcio? Porque quería a un hombre más maduro
Ficha de Personaje Alias: Nova Nombre real: Sam Alexander Universo: Marvel
Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 20th Junio 2016, 17:41
Otro día más, como otro cualquiera, de patrulla en busca de algún problema que solucionar; surcando los cielos cual estrella fugaz en el firmamento. Estoy seguro de que, incluso, alguien desde abajo ha debido confundirme con una y ha pedido un deseo; o eso, o algún miembro de una secta ufológica lo ha hecho con un ovni y ahora anda llamando a sus colegas para decirles que ha visto uno.
Súbitamente, interrumpiendo mis desvaríos imaginativos, una transmisión alcanza el sistema de comunicaciones de mi casco de miembro Nova: "¡Hola! ¡Aquí Peter Quill, alias Star-Lord! ¡Somos los Guardianes de la Galaxia! ¡Están atacando la Tierra, repito! ¡Los badoon están atacando la Tierra! ¡Que todas las unidades y equipos que puedan se movilicen y se preparen para enfrentarse a ellos! ¡Esto no es una broma ni un simulacro! ¡Por favor, todo el que pueda que lo haga!" resuena, la voz de mi viejo amigo Quill, en el interior de este.
¿No puede ser cierto? ¿Una invasión Badoon? Un ejercito como el de esas bélicas criaturas, debería de haber sido detectado a kilómetros del planeta ¿Como diablos han llegado a nosotros, sin que nadie se haya percatado?
Visiblemente preocupado, vuelo a gran velocidad mientras mi casco busca desesperadamente cualquier información del paradero del ejercito extraterrestre; hasta que las primeras retransmisiones llegan a mi. Por desgracia, ya han empezado las muertes; la policía y los civiles caen ante la provista milicia.
El punto más cercano es París. Así que me encamino velozmente hasta este, a toda la velocidad que me permiten mis poderes de nova; rezando porque quede algo de la ciudad cuando llegue.
No me demora demasiado tiempo alcanzar mi destino; aunque si el suficiente como para que se me haga sentir eterno. Ya en la Ciudad de la Luz, observo horrorizado la ingente cantidad de naves surcando el cielo; al igual que de Badoon atacando a los ciudadanos, sobre tierra firme.
Una de esas monstruosas criaturas está a punto de disparar contra una inocente niña; pero por suerte lo intercepto a tiempo, asestándole un potente rayo cósmico que lo atraviesa.
- ¿Estas bien, pequeña? - le pregunto a la asustada infante, quien afirma con un temeroso movimiento de cabeza - Bien, bien...Vamos a buscarte un lugar seguro...¿Vale, princesa? - le digo en un tono cálido y sonriente, intentando calmarla
Tras esto, la agarro con fuerza y emprendo el vuelo en busca de alguna entrada de metro; donde presupongo, los civiles marcharan en busca de ponerse a cubierto. Pronto, encuentro a un pequeño grupo de supervivientes adentrándose en un "improvisado fuerte"; les dejo a la pequeña, y cubro su "puesta a salvo" atacando a los alienígenas que se acercan.
- ¡Sam! ¿Sammy, me oyes? - resuena en el interior de mi casco - ¡Estamos ya aquí en París! ¿Dónde estás? Porque nos vendría de perlas que estuvieses aquí
- Sí, Quill; estoy aquí - le respondo a través del sistema de comunicaciones - Estaba ayudando a civiles a ponerse a salvo...Bueno, todo lo a salvo que se puede cuando unos lagartos asquerosos atacan tu hogar - continúo, atacando a otro que encuentro al paso - ¿Necesitas apoyo aéreo? - le pregunto dispuesto a lanzarme nuevamente a los cielos para derribar un par de naves
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106CassandraoCain
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Mensajes : 130 Fecha de inscripción : 18/10/2014 Localización : Gotham City Humor : Steph cuenta mejores chistes
Ficha de Personaje Alias: Batwoman Nombre real: Cassandra Cain Universo: DC Universe
Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 2nd Julio 2016, 08:05
Patada al estómago, pérdida de postura por el dolor, Palma de Hierro al pecho, pierde el aire en los pulmones, no es necesario hacer mucho más...- ¡Aaaaah! - ...pero de todos modos descargo toda mi furia en una patada de Uña de Dragón sobre el saco de arena, que se desprende de su cadena y cae al suelo metálico, rodando lejos de mi. Respiro agitada, siempre me libera hacer esto, pero no ahora, esta sensación que me recorre es inescapable, es como si hubiera un ácido dentro mio que me quema, me corroe, y no encuentro una forma de quitarlo de mi sistema. Me llevo una mano al rostro, tratando de calmarm suspiro la puerta que da a la cabina del Batplane se abre para que Carrie pueda bajar los pocos escalones que la dejan a unos metros mios camina hasta mi, resuelta, me arroja una toalla que tomo al vuelo para secarme el rostro.
- Estamos llegando a Paris, y es tal cual y como dijeron en la Atalaya: Paris está repleta de naves...- Asiento, suspirando largamente. Ella no tiene la culpa. - Entiendo... ¿Badoons? - - Yup, unos bichos verdes y horripilantes que según los datos son reptilianos y vienen del espacio, y si te fijas estoy segura de que no vienen a cobrarse alguna deuda, esto es una invasión...- Pongo una mano en su hombro unos momentos, mirandola y tratando de sonreirle, pero este mes no me ha resultado sencillo. - Solo son lagartijas...- Traté de bromear, separandome para caminar quitandome la ropa hasta el contenedor del Batsuit, que abro con posar la palma de mi mano en el sensor, tomando las mallas negras y abriendolas para deslizarlas cuidadosamente sobre mi cuerpo. - Eso desde luego, es solo que... ¿Cassie? - Me subo al contenedor y dejo que automaticamente empiece a acomodar y asegurar las piezas del Batsuit sobre mi cuerpo. - ¿Si, carrie? - - Estaba pensando...- Bajé del contenedor, ajustando la capa al traje y poniendome cuidadosamente mis guanteletes, lo habia imaginado, temía que preguntara. - Has estado rara desde hace unas semanas, y cuando el Jefe te pidió que cubrieras Paris, te pusiste aun peor...- Terminé de ajustarme mis guanteletes entornando un poco la mirada, desviandola de la suya, es una chica muy inteligente. - Es por Drago... ¿Verdad? - Giré el rostro repentinamente hacia ella, era como si el solo decir ese nombre me hubiese despertado de una pesadilla.
- Yo...él...- Caroline se acercó a mi y me acalló con un sentido abrazo, que le correspondí con fuerza también. Lo había estado necesitando, pero nadie podía saber de esto mas de lo que ya sabian. - No importa que haya sucedido, si me preguntas a mi, Dragoslav Katich es el tipo con pintas de sombra andante que te dió un anillo y te propuso casarte en el cumpleaños, y alguien que hace algo tan cursi con tanto color negro encima tiene que quererte mucho...- Me besó la frente y se separó del abrazo, palmeandome un brazo. Siempre, siempre sabía como devolverme los ánimos, aunque no era suficiente para cerrar las heridas, o para acallar el dolor, creo que nada lo sería. - Gracias, Carrie...- - ¡Ni que lo digas! Es mi trabajo...ahora, trataré de dejarte cerca de la Torre Eiffel, pero los radares me dicen que la zona se puso muy caliente, asique será por alli, ¿De acuerdo? - Asentí, tomando mi casco y poniéndomelo con calma, asegurando las trabas. - Carrie...- La miré, antes de que alcanzara los escalones, me miró, con la confianza de siempre. - Si tienes...que irte...- Pff fue el sonido que me recibió. - ¿Estas de broma? Tienen cara de cocodrilo enfadado, no hay manera de que me alcancen pilotando esta belleza, tú preocupate de arreglar las cosas alli abajo y de avisarme si necesitas un aventón, que yo estaré bien...- Y con esas palabras, se metió a la cabina, y yo caminé lentamente hasta la Batcycle, subiendome y encendiendola mientras esperaba que la luz roja justo sobre la compuerta se pusiera verde. En cuanto lo hizo, comencé a acelerar, calentando el motor mientras la compuerta bajaba poco a poco y me mostraba el panorama de guerra que se vivía en aquella ciudad. Fueran quienes fuesen los Badoon, claramente eran una civilización guerrera.
Aceleré a fondo y salí disparada por la rampa, cayendo apenas un metro hasta el suelo para no obligar a Caroline a aterrizar el avion. Había visto la Torre Eiffel por un momento, era hermosa, me había imaginado una miriada de veces que diria cuando Dragoslav me llevase allí, como reaccionaría yo, que me diría él, que leería en su cuerpo, ahora solamente era una piramide de vigas de acero en la distancia. Tomo por la calle hacia el Sena, no tiene sentido intentar secar las lágrimas con el casco puesto.
Los sensores de mi casco captan ruidos agudos y actividad en el puente cercano, acelero, pero en un instante, tengo que hacerme hacia un lado con violencia para esquivar un enorme rayo de luz que se proyecta desde el puente, de seguro un arma terrible traída por los alienigenas, que parecen estar reuniendose en torno a alguien para atacarlo, ¿Quizás alguien ha llegado antes a resistir la invasión? Actuo enseguida: Disparo bombas de humo desde la motocicleta y bajo la velocidad para saltar desde ella y abrir mi capa para patear la espalda de uno de ellos. Extiendo las garras de los guanteletes, el casco automaticamente me da visión en el humo, quedan al menos diez de ellos vivos despues del disparo del rayo de luz, mejor que no haya sido un arma suya. Rasgo con mis garras el rostro de uno de ellos, pateandolo sobre otro, una garra viene hacia mi, la intercepto con una mano desviandola para poder dejar una garra de tigre en el rostro del reptiliano, son tres, el humo está comenzando a disiparse pero me da tiempo de electrificar los guantes y tomar el brazo de uno que trata de darme un puñetazo, descargando la suficiente electricidad para aturdirlo y empujarlo contra otro Badoon, cayendo ambos por el barandal repleto de candados al rio. Para cuando el humo se ha disipado, queda uno solo, que me mira con fiereza. Le hago un gesto para que venga hacia mi, se lanza, intentando una patada que acaba conmigo esquivandola y descargando con fuerza un colmillo de serpiente en su rostro, aturdiéndolo lo suficiente para una Uña de Dragón cargada de la misma ira que habia dejado salir hacía un momento, haciendolo caer al suelo violentamente. No hubo ningún final apropiado de un combate, solo una patada fúrica en la cabeza. Retraje las garras, en llamas, respirando agitada, tensa, lívida por el combate...
...hasta que miré al que acababa de librar de los hombres reptil, y fué como si mi corazón se contrajese hasta su minimo tamaño posible en una fracción de segundo. Me quedé alli paralizada por un momento, viendo en los ojos del hombre de cuya compañia habia huido sin mediar palabra en aquella noche parisina hacía casi un mes. Le había pedido a Alfred que le dijera que no estaba disponible, había tomado todo el trabajo posible en Gotham, había hecho todo para escaparme del dolor que me consumía desde aquel día de su recuerdo, y ahora, aqui estaba, hecho una criatura de sombras como aquel día en Octubre, y yo la misma guerrera enfundada en un traje oscuro, como si fuese un cruel deja vú. Separé los labios, pero no podía hablar, estaba demasiado nerviosa, simplemente escapó un suspiro trémulo. Aun no entiendo que es lo que sentí aquel día ni que siento ahora, solo sé que queria escaparme de este momento. Parece que el destino quiere jugarme una de las bromas crueles de las tragedias griegas de Alfred.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 9th Julio 2016, 14:02
- ¡Woah, eso sí que ha estado cerca!- Atravesamos unas enormes llamas producto de una nave que acababa de explotar frente a nosotros por los disparos de la Milano. Casi nos estrellamos con ella. Una buena maniobra nos había librado de ello. Los sonidos silbantes y de disparos nos rodeaban por todo el aire, y naturalmente algunas naves badoon ya nos habían localizado y se disponían a derribarnos. Entre toda la confusión éramos capaces de destruir muchas de sus naves, pero parecía que no paraban de aparecer más y más, y alcanzar las naves era mucho más complicado. La voz de Nova resonó en la nave como si fuese agua de mayo.- ¡Sam! ¡Me alegro de oírte chaval! ¿Ves las naves que hay en lo alto? ¿Las grandes con forma ovalada? Hay que derribarlas. Creo que son naves nodriza o de las que salen todas las otras. Nosotros nos dirigimos a la primera empezando desde la izquierda, la que tiene el morro hacia el otro lado. Ve a por otra. ¡Ten cuidado!-
Una fuerte sacudida hizo temblar toda la nave, a lo que le sucedió un montón de pitidos y silbidos. Nos habían alcanzado pero bien. Un agujero en el casco que ralentizó nuestra marcha. Apreté los dientes e hice un looping para poder situarnos detrás de las naves que nos seguían. Fuimos lo suficientemente rápidos y ágiles como para conseguirlo y volar dos de las diez que nos seguían. Las demás se dispersaron y tuve que elegir a por cuál ir.
- ¡Avería en el motor auxiliar derecho! ¡No podemos recibir más impactos ahí o nos quedaremos sin el motor principal!- Agradecí a Gamora que me pusiese al día e hice una nueva pirueta para evitar varios disparos. Mi compañera se puso manos a la obra a intentar arreglar todo lo que podía desde dentro el impacto. Maldecí por no tener a Rocket en ese momento con nosotros. Él lo habría podido arreglar seguramente en un periquete, o en su defecto haber hecho algún apaño que nos sirviese momentáneamente. Pero no estaba, así que me tocaba improvisar algo o hacer un plan. No es que se me diese mal, pero cuando Rocket y yo nos poníamos a hacer un plan... Oh tío, eso sí que eran planes. Miré a la nave que teníamos sobre nosotros y sonreí, acelerando a toda velocidad, disparando como un condenado.
- ¡Activar escudos!- Y como una exhalación, entramos a través de la puerta del hangar al interior de la nave, dispuestos a liarla ahí dentro todo lo que pudiésemos para destrozar las naves principales. Aquel lugar era oscuro y lleno de badoons por todos lados que gritaban y nos señalaban. Disparamos contra ellos y volamos las naves y cañones que había allí dentro. Gamora y Drax saltaron de la nave y se pusieron a destrozar a todos aquellos seres con sus cuchillos, espadas y armas mientras yo les ofrecía apoyo aéreo. Una vez todo el hangar parecía estar libre aterricé en un rincón oscuro y activé el camuflaje. Salté de la nave con mis armas y varios explosivos. Usé mis botas propulsoras para caer frente a mis compañeros quienes se limpiaban la sangre del cuerpo. Activé la pistola elemental y miré a las profundidades de la nave.- Ojos bien abiertos chicos. Esto me da muy mala espina.-
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Tres badoon se volvieron hacia las dos personas que habían aparecido en mitad del puente. El hombre claramente tenía poderes, pues aquellos tentáculos negros y ese rayo de luz que había disparado no pertenecían a la naturaleza humana. Los humanos eran débiles y enclenques, pero de vez en cuando había entre ellos seres con poderes a los que no había que subestimar de ningún modo. Llamó a dos de sus compañeros y prepararon al borde del puente un enorme cañón lo suficientemente potente como para volar un tanque con un disparo. Los afilados dientes aparecieron en la boca de aquellas criaturas y sus ojos brillaron con crueldad. Con un grito cargaron el arma y se prepararon para disparar contra la pareja que acababa de reencontrarse.
Mensajes : 1464 Fecha de inscripción : 09/07/2014 Localización : Academia de Jóvenes Mutantes Empleo /Ocio : Profesor de música Humor : Sombrío
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 11th Julio 2016, 19:34
Quedaban diez. Se dispuso a recargar de nuevo su poder para acabar con ellos, pero, entonces, una densa humareda se extendió por aquella zona del puente privándole de su recién recuperado sentido de la vista. No era tan atemorizante como la oscuridad que engendraba sus miedos, pero era similar en el sentido de que no le permitía ver nada, y creaba sombras deformes y terroríficas que rivalizaban con los engendros que salían de su imaginación. Un ligero temor se apoderó de él, ya que, a causa de su fobia, jamás había podido entrenar la lucha a ciegas, y con su capacidad para controlar el espectro lumínico tampoco había tenido hasta ahora necesidad de ello, pero hete aquí que encontraba en el simple humo la horma de su zapato, pues nada podía hacer con su poder para paliar sus efectos. Así pues, una vez más estaba ciego, y como cada vez que se encontraba así se sintió aturdido e incapaz de reaccionar. Habría podido crear espejos fuera de la humareda y utilizar la luz de manera reflectante para ampliar su rango de visión, o podría haber intentado escapar de aquél lugar en busca de la tranquilizadora claridad del día, pero así son las fobias, miedos irracionales e incapacitantes que te dejan sumido en el mayor de los estados de indefensión.
Vamos, Drago, reacciona -se obligó a pensar, cubierto de sudor frío-. Concéntrate en los sonidos a tu alrededor para localizarlos. Supera el miedo, sabes que puedes conseguirlo.
Allí plantado en el centro de la humareda era blanco fácil para cualquiera que tuviera un visor especial, así que utilizó su poder para volverse invisible. Mientras su control lumínico estuviese enfocado en eso no podría utilizar los rayos, por lo que tendría que resolver aquello a la manera tradicional.
Un sonido a su espalda le alertó, así que se volvió a tiempo para distinguir una figura en la bruma. Salió durante un instante de la invisibilidad para generar un katar láser en el puño derecho y lo hundió profundamente en el vientre de la criatura, atravesando las placas de la armadura como si fueran de mantequilla. Cuando se dobló sobre sí mismo aprovechó para acertarle con una patada circular en pleno rostro. Se había vuelto invisible al momento, pero había permanecido visible el tiempo suficiente como para que otro de los badoon se acercara hacia él, disparando con su pistola de partículas, aunque no lo suficiente como para poder acertarle. Drago corrió hacia una de las farolas del puente y se colgó de ella, aprovechando la inercia para patear con fuerza el lateral de la cabeza del ser reptiliano. Un ominoso crujido se dejó oír mientras se rompían las vértebras. Lo último que le preocupaba en aquellos momentos al ex mercenario y soldado en mitad de una jodida invasión era la integridad física de unos alienígenas con aspecto de lagarto, y menos dentro del amargo caos que era en aquellos momentos su vida y la furia que le consumía por dentro, una furia que pugnaba por salir de una manera o de otra.
Un fugaz sentimiento de euforia se apoderó de él cuando el cuerpo del tercero se abatió sobre el puente, pero de inmediato se puso en alerta. Detrás de él, ¿qué era aquello? Un aullido seguido de un golpe. ¿Eso había sido una descarga eléctrica? Y, justo después, el inconfundible sonido de un chapoteo. Algo, o alguien, había caído al río. ¿Qué estaba pasando? Los sonidos de pelea eran inconfundibles, ¿pero quiénes eran las nuevas incorporaciones, amigos o enemigos?
Sostenía por la pechera de la armadura al cuarto badoon cuando la niebla por fin se disipó, y una figura dolorosamente familiar se dibujó, esbelta, ante él. Dejó caer la invisibilidad al momento, y vio como ella se quedaba petrificada al reconocerle. Y, una vez más, se preguntó qué, en el nombre del cielo, podía haber hecho que fuese tan terrible como para provocar semejante reacción en la mujer a la que amaba. Era la primera vez que la veía desde su inexplicable huida, y verla reaccionar así le produjo dolor. Durante un loco instante se preguntó si aún llevaría el anillo de compromiso debajo de aquellos guanteletes.
Se trataba de una preocupación absurda en mitad de una invasión, y muy pronto los alienígenas se encargarían de hacérselo ver. El humo se había ido por completo, y su control de la luz, que le permitía ver a grandes distancias, había regresado al cien por cien, revelando las funestas intenciones de sus enemigos.
Drago actuó a la velocidad del pensamiento, arrojándose sobre Cassandra y envolviéndola entre sus brazos para cubrirla con un escudo de luz en el mismo instante en el que el proyectil se abatía sobre la posición en la que se encontraban. El escudo impidió que recibieran ningún daño, pero el puente voló bajo sus pies y ambos se desplomaron contra el río. Las gélidas aguas del Sena les recibieron en un gris abrazo y tuvieron que impulsarse y nadar para salir chapoteando a la superficie. Drago se apartó el cabello húmedo de la cara y miró a la que hasta hacía poco había sido su prometida.
- Deduzco que no has venido aquí por mí -le dijo con cierta acritud cubriéndolos a ambos con un manto de invisibilidad para que los badoon no pudieran verlos nadar hasta la orilla-. O, al menos es lo que me dice la infinidad de llamadas que no te has dignado contestar. Es un poco triste que tengan que venir a invadirnos unos alienígenas de otro planeta para que podamos vernos las caras.
¿Habrías venido en mi auxilio de saber que era yo el que peleaba en el puente, Cass?, pensó con amargura.
- No obstante, y dadas las circunstancias, aconsejo dejar a un lado nuestras diferencias -sean las que sean, porque juro por lo más sagrado que todavía no entiendo lo que pasó aquél día- y centrarnos en atacar a estos bichos. Hemos funcionado bien en equipo en el pasado y podemos seguir haciéndolo si nos centramos en lo estrictamente profesional. Estamos invisibles ahora y puedo seguir cubriéndote mientras permanezcas en mi rango de visión. Voy a volar ese tanque, sígueme.
Acción:
Me pongo hasta tener el tanque a alcance de mi rayo y lo vuelo, junto con todos los badoon que pueda. En el instante en que lance mis rayos saldremos de la invisibilidad y los badoon podrán atacarnos.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 12th Julio 2016, 15:58
Mis palabras son rápidamente correspondidas por Quill; quien parece, por su tono, notablemente complacido de escuchar que ya me encuentro, en la zona, dispuesto a dar batalla.
Según me comenta, hay varias naves nodrizas; La Milano se encargará de la primera empezando desde la izquierda, lo que me deja a mi a cargo de otra. Así que me abalanzo velozmente hacia mi objetivo; esquivando algunas de ellas, y derribando todas las que puedo sin entretenerme demasiado o desviarme de mi destino.
Una vez alcanzo la gigantesca nave, hago uso de una gran cantidad de poder para abrir un agujero en ella por el que colarme; siendo interceptado por una más que considerable tropa de Badoons.
- Vaya, ¿No habré venido en mal momento, verdad? - comento con ironía y una mueca de sarcasmo en mi rostro - Soy el vecino de al lado; venía a traerles una tarta de bienvenida - continúo, mientras las aberrantes criaturas gruñen y clavan sus miradas en mí
Tras estas palabras, los disparos dan comienzo; así, comienzo a sobrevolar el interior del lugar, evitando los proyectiles de mis enemigos. Mi objetivo no es enfrentarme a ellos, pues me superan considerablemente en número; sino encontrar el motor principal de esta cosa, y volarlo en mil pedazos.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 19th Julio 2016, 06:57
Quizás habria sido de otra manera, quizás habriamos hablado, yo habria sido capaz de tranquiizarme, de decirle lo que sentia, lo que pensaba, pero de eso se ha tratado este mes en cuanto a Drago, de cosas que podrian haber sido de una forma, pero que fueron completamente de otra. Sus brazos me envuelven, ¿Es porque es él que no reacciono? ¿No deberia obligarme a mi misma a no querer el alivio de un abrazo suyo? Un escudo de luz nos envuelve, no lo habia notado tan embotada como estaba por las emociones encontradas, y era una suerte que él los hubiese estado viendo, porque de no ser asi ninguno lo habria visto venir. Un estallido, un sonido de otro mundo, y estamos ilesos, pero el puente se deshace bajo nuestros pies y nos precipitamos irremediablemente al Sena. Mi casco se llena hasta la mitad de agua, hasta que se activan los filtros y el respirador y queda vacio denuevo. Nado hasta la orilla junto con él, y cuando llego, está removiendose el cabello húmedo, siempre he pensado que le sienta bellamente cuando lo tiene sobre el rostro, asi, mojado. Suspiro para mi misma mientras me habla, tengo que regresar a la realidad.
- O...cu...pa...da...- Dije, entre nerviosa y algo distraida, no queria parecer demasiado, uhm...demasiado interesada en lo que habia sucedido, queria que pareciera que lo que habia sucedido no me afectaba tanto, despues de todo, no tenia mucho sentido, nuestra relación solo habia sido porque Elissa le habia hecho olvidarse de ella, esa es la verdad, tiene...tiene que serlo. - Si...- Asentí, y lo seguí mientras nos acercabamos todo lo discretamente que podiamos hacia la posición de los Badoon. Aun me costaba creer lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor. Habia visto alienigenas antes, pero nunca habian invadido en la escla que esta raza de reptiles lo estaba haciendo, teniamos mucha suerte de que no pudiesen vernos. Puse mi mano suavemente en su hombro cuando estuvimos cerca para que me mirase, y quise decir algo pero apenas salió un sonido muy parecido a un hipo. No podía, asique le señalé y al arma que habian montado en el puente, y luego me señalé a mi misma y a cada uno de los cinco soldados que la vigilaban. Miraban a todas partes, nos buscaban, y si nos veian, no dudarian en dispararnos. Alcé mi mano y levanté cinco dedos, bajandolos uno a uno hasta que, cuando no hubieron mas, señalé denuevo al arma y salí disparada a la carrera, fuera de la cobertura de su poder viendo como un rayo de luz destellaba a mi lado para aterrizar con furia en el arma y hacerla estallar de inmediato. Aceleré todo lo que pude, confiaba, lo hacia, y cuando me acerqué y note que tomaban sus armas mientras se levantaban del suelo, supe que habia hecho bien, que él no los habia matado. Le di una patada directamente en el rostro a uno de ellos, tomando su arma personal y disparando enseguida a la de otros dos, destruyendolas. Arrojé el arma que tenia directamente hacia el último de ellos y corrí a patearle con fuerza para dejarlo inconsciente, era yo contra los tres restantes, que se lanzaron de la misma forma terca que lo habian hecho los soldados que estaba sobre el puente. Su técnica es torpe, bruzca, basada mas en fuerza y en números que en genuino arte marcial, esquivo una garra, empujo su espalda cae al suelo, salto mortal hacia atrás, el badoon que se lanzaba por mi flanco cae también, mi batarang vuela desde mi mano derecha justo cuando el único arma funcional me da de lleno en un hombro, volando una parte de la hombrera por completo, quemando ligeramente mi piel. Me toma segundos anular la distancia esquivando los disparos que intenta atinarme, pero el batarang se habia clavado en uno de sus ojos, no tiene muchas posibilidades. Cae con fuerza al suelo, tomo su arma y la arrojo al rio, no quiero a nadie utilizandola, es peligrosa, expuso todo mi hombro de ese disparo, deshizo la hombrera por completo, es tecnologia peligrosa.
- Badoon...- Le dije cuando me dio alcance. Combatir me permitia liberarme, expresar mis emociones fisicamente, estaba mucho mas distendida. - ¿Sabes...algo? - Yo no tenia mucha información, parecia ser que provenian de su dimensión, probablemente supiese algo mas. Pasé mi mano por mi guantelete y llamé a la Batcycle presionando un botón holográfico. La motocicleta llegó a mi con un rugido quieto, silenciado, deteniendose frente a mi, lista para salir. Me subí y lo miré, como invitandolo silenciosamente a hacerlo también. - ¿Donde...vamos? - Aceleré un poco para que el motor se mantuviese en movimiento y listo para salir. Otra vez ambos sobre una motocicleta en medio del caos, otra vez hacemos esa clase de viaje distanciados por alguna causa, antes él, ahora yo. Empiezo a odiar los deja vú.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 20th Septiembre 2016, 20:05
- Yiadosi! Curacura!! Tokosi, umbera... IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!- La cabeza del badoon que gritaba se convirtió en un montón de trocitos de cerebro después de mi disparo en toda la frente. Aquella nave estaba infestada de ellos, muchos de los cuales se lanzaban en cuanto nos veían a las pequeñas naves mono plaza o biplaza para dejarse caer contra la ciudad. Eran peores que las ratas en un barco que se hundía. No fue difícil acabar con ellos. Drax y Gamora eran los mejores o de los mejores guerreros que había visto a lo largo y ancho del universo, y para ellos aquello era casi un juego de niños. Aún recuerdo las palabras de reprimenda y vergüenza por parte de Gamora cuando me rescataron de una cárcel badoon.
"Te has dejado capturar por badoons, Peter... Esto es bajo hasta para ti."
"En mi defensa diré que eran diez y yo estaba desarmado y..."
"Badoons Peter... Badoons."
Y así finalizó la conversación. Ella tenía razón, y aunque me habían capturado porque les dejé para poder colarme en aquella prisión asquerosa para buscar a un tipo que sabía algo de un cristal cósmico a ella no le importó. Aunque a decir verdad a mí tampoco. Conseguí lo que quería. Punto para mí. Pero ahora teníamos algo más gordo entre manos. Los soldados que aquí se encontraban parecían preparados para combatir. No eran los típicos badoon inútiles que no servían para nada. Lo curioso es que sus figuras me resultaban más esbeltas que de costumbre, ya sabéis... Más femeninas, con más curvas para lo que solía ser un badoon. Vi como una cabeza salía volando después de que Gamora describiese con su espada un semi círculo perfecto frente a ella, acompañado de un chillido de otra de las badoons. Debido al nerviosismo y a la situación sus disparos erraban sin remedio, estrellándose contra las paredes interiores de la nave. Las alarmas y el olor a quemado llenaron el ambiente, volviéndolo aún más caótico si era posible. Miré a una de las cámaras que nos apuntaba y señalé después de disparar a una badoon dispuesta a intentar atacar a Drax por la espalda. Volé la cámara y seguimos avanzando.
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- ¡Maldición! ¡Esos krutaquin Guardianes van a echarlo todo a perder!-
- Tranquila. Recuerda la misión. Solo estamos aquí para dar tiempo al Señor Cuchillos.- En el puente de mando la comandante parecía serena a pesar de todo el caos que había dentro de su nave y en el exterior de esta. La segunda de a bordo se estiraba las escamosas mejillas hacia abajo en un gesto de desesperación ante la pasividad de su superiora.
- ¿Pero acaso no lo ves? ¡Van a entrar aquí y a matarnos!- Las pantallas que mostraban lo que sucedía a lo largo de los pasillos se iban apagando con el avance de los tres héroes que se dirigían a toda velocidad hacia ellas. Se movía en círculos sin saber qué hacer. La comandante tenía la vista perdida hacia el horizonte.- ¡Haga algo!-
Ella puso los ojos en blanco y suspiró, levantando la mano con suavidad. Una de las que se encontraban en los mandos activó un botón que provocó que aquella sala quedase herméticamente cerrada. Chasquidos de gas anunciaron la separación de esa parte de la nave del resto, y un fuerte vuelco meneó toda la otra parte. Estaba a punto de caer a plomo contra la ciudad, tan pronto como ambas partes se separasen.
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Una sacudida tan fuerte que hizo temblar todo nos sorprendió, y repentinamente el suelo de la nave se inclinó unos treinta grados. Las cosas comenzaron a resbalar hacia abajo y tuvimos que aferrarnos a lo primero que encontramos para evitar caer. ¿Qué demonios...? Oh, no...
- ¡Van a soltarnos como si fuésemos la basura! ¡Hay que volver a la nave ya!- Esquivé como pude una enorme puerta redonda que caía girando a través del pasillo, arrancando de cuajo la barandilla donde me había sostenido segundos antes. Resbalé hasta alcanzar una columna que me sirvió de soporte. Miré hacia abajo, viendo como la puerta rodaba sin freno levantando miles de doradas chispas en su contacto contra el suelo.
- ¡NO! ¡Ya casi estamos ahí! ¡No podemos rendirnos ahora!- Gamora tenía razón. La entrada al puerto de mandos estaba a tan solo unos cincuenta metros. Podía ver las enormes puertas que la encerraban. Pero no disponíamos de tiempo. La nave siguió inclinándose poco a poco, centímetro a centímetro. Me mordí el labio sabiendo que se nos agotaba el tiempo. Activé los propulsores y salí disparado hacia mis compañeros. Cogí a Drax primero y luego a Gamora para después poner rumbo al otro extremo rezando por no llegar demasiado tarde. Noté un fuerte y seco golpe en el lateral del casco y apreté ojos y dientes con él.- ¿¿Qué estás haciendo?? ¡Bájame ahora mismo!-
- ¿Quieres morir? ¡Adelante, bájate aquí mismo! ¡Acabarás convertida en un pegote en la carretera con miles de toneladas de metal sobre ti! ¿Es eso lo que quieres?- Pero antes de que pudiese responder una sonora explosión a nuestras espaldas iluminó todo el pasillo. Comprobé como las paredes ya no se movía tan rápidamente a nuestro alrededor, y algunos de los escombros del suelo comenzaron a flotar. Genial, ya estábamos en caída libre.- ¡Sujetaos!-
Atravesamos las puertas del hangar como balas y me dirigí hacia donde estaba la nave. Desactivé el camuflaje y la pude ver flotar dentro de aquel lugar. Accionamos las puertas de entrada y nos metimos como pudimos, arrastrándonos por dentro de esta en dirección a los mandos. La caída lo complicaba mucho, pero gracias a mis propulsores pude alcanzar el asiento antes de estrellarnos. Activé los motores y el control y encendí el localizador. Nos quedaba un kilómetro de caída, pero avanzábamos a toda velocidad. Me abroché el cinturón y los motores rugieron con fuerza cuando aceleré. Busqué la entrada por la que nos habíamos colado y salimos de allí por los pelos justo para ver como la nave caía sobre el Sena a la altura de Notre Dame. Por suerte el mítico edificio estaba intacto, pero la gente corría en todas direcciones asustada. Me giré para ver a mis otros compañeros, quienes se levantaron del suelo y se sentaron en sus respectivos asientos.
- Una menos. Sólo quedan cuatro. Esperemos que Sammy tire otra abajo.-
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Los badoon miraron al joven Nova que acababa de atravesar una de las paredes de la nave y comenzaron a disparar contra él. Era rápido pero ellas eran más, y sabían que de un modo u otro conseguirían alcanzarle. Lo que no contaban es que tras años de práctica y mucho esfuerzo el joven Sam era todo un cadete militar del cuerpo Nova, y no era sencillo acabar con ellos. Debía buscar la manera de tirar abajo aquella nave, y lo mejor era destrozarla todo lo que pudiese. El casco Nova le daba poderes y energía suficientes como para hacerlo, pero con lo que tal vez Nova no contase era con una enorme badoon de más de tres metros que apareció frente a él con unos brazaletes con dos largas cuchillas energéticas que brillaban amenazantes.
- Me parece que has venido al sitio equivocado, joven Nova. ¿Qué me decís chicas, os apetece un aperitivo antes de comer?- Todas rieron y alzaron las pistolas hacia el joven. La badoon a pesar de su tamaño era rápida y fuerte y se desenvolvía muy bien en el combate cuerpo a cuerpo. Sam tendría que pensar en algo para evitar enfrentarse a ella o acabar con ella, y lo debía hacer rápido. En el puente de mandos la comandante de aquella nave sonrió victoriosa al ver a su mejor soldado prepararse para frenar al joven humano y aplastarlo sin piedad. Apuntó los cañones al muchacho y se preparó para abrir fuego si hacía falta.
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- ¿Dónde están? ¿Dónde están? ¡No los veo!-
- Tienen que estar por aquí... Han caído al río... ¡Lo he visto!- Dos de las badoon estaban asomadas apuntando al agua desde el puente. Comenzaron a disparar ráfagas de energía que se disolvían al entrar en contacto con el río. No había ni rastro del hombre ni la mujer contra los que acababan de pelear. Una de ellas golpeó el casco de la otra a modo de colleja.
- ¡Inútil! ¡Has dejado que se escapen!- La otra gruñó con un siseo gorgojeante y desagradable.
- ¿Y tú qué? ¡Se te han escapado a ti también! ¡Eres la peor capitana que...!- Un rayo de luz golpeó el tanque y este se convirtió en una explosión lumínica que cegó a todos. Gritaron y chillaron mientras se tapaban los ojos. El impacto las había mandado al suelo y habían perdido sus armas, hecho que aprovechó la mujer para terminar de dejarlas fuera de combate y desarmarlas por completo. Ambos se subieron a una moto y se alejaron del lugar. Toda esta escena fue vista por un ser con el rostro cubierto por una máscara negra y blanca. Una extraña criatura observaba la situación a su lado. Emitió un lento siseo y observó al ser de la gabardina.
- Parece que saben lo que hacen...- El hombre suspiró pero rió por debajo de su máscara.
- Tranquila Misa. No podrán detenernos antes de que consigamos nuestro objetivo. Pero sí que es cierto que parecen convencidos de que pueden con nosotros. Ve y hazles una visita que no olviden... Que recuerden por qué los humanos siguen siendo la especie débil de la galaxia.- La criatura sonrió y abandonó el puente de mandos. Una puerta se abrió en la parte posterior de la nave y la shi'ar salió volando de ella, armada con su larga lanza, en dirección a la pareja que acababa de protagonizar la escena del puente. En cuanto les alcanzase los derribaría de la moto, jugaría un poco con ellos y después les daría el toque de gracia. Al fin y al cabo a ella también le apetecía divertirse un poco.
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La ciudad sigue en caos y necesita ayuda allí donde se pueda dar. Las badoon (sí, son todas chicas) cada vez son más numerosas pero también más torpes. Podéis ver como una enorme nave cae desde el cielo y se estrella en la ciudad. Misa os atacará en vuestro siguiente turno allí donde decidáis parar a ayudar. Es rápida, muy resistente y puede volar. Su arma es una especie de lanza que sabe manejar con maestría. En cuanto a la nave badoon son muchas las armas que te apuntan Sam, pero no deberías tener problema. Cualquier duda que tengáis no dudéis en hacérmela llegar.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 25th Septiembre 2016, 17:40
¿Ocupada? ¿Qué clase de respuesta era esa? Después de la manera en la que se había marchado aquél día bien podía haber sacado cinco minutos para dejarle, aunque fuese, un mensaje en el buzón de voz. O un maldito e-mail. La indiferencia con la que lo dijo le molestó aún más, amenazando con hacer resurgir su ira. ¿Tan poco había significado para ella que le resultaba tan fácil olvidarle? ¿El tiempo que habían pasado juntos no había supuesto nada? Era doblemente hiriente porque para él sí que había supuesto. Demonios, había supuesto un mundo. Su vida entera había cambiado en el momento en el que ella había aparecido, arrollándolo todo como un ciclón, desbordando de luz la oscuridad que le envolvía, ¿y ahora quedaba relegado al olvido con un simple: "ocupada"?. ¿Eso era todo?
Resultaba irónico, porque Drago había sido siempre particularmente bueno a la hora de leer las emociones de la gente. Era altamente empático, y eso le había ayudado siempre a identificar los puntos en los que podía hacer más daño cuando se trataba de jugar con las mentes de los criminales creando ilusiones. Y en el tiempo que habían pasado juntos, como a Cassandra se le daban tan mal las palabras, había aprendido a leerla sin necesidad de hacer uso de ellas, por lo que no debería haber tenido ningún problema en detectar la verdadera turbación que se estaba produciendo en su interior. Sin embargo, por muy sagaz que fuera, también era terriblemente apasionado, y cuando las emociones le cegaban era incapaz de ver más allá del dolor que sentía. Y en su defensa había que decir que era un dolor jodidamente profundo para alguien que durante años se había negado la posibilidad de sentir y que había sido traicionado cuando por fin se había permitido bajar sus defensas.
Pero no podía hacer nada. Ella había decidido cortar con él y no tenía más remedio que aceptar esa decisión, así que se obligó a tragarse el dolor y la ira para acercarse a la orilla y acabar con el tanque, pero la naturaleza de sus conflictivas emociones se dejaba ver en la agresividad con la que se encaraba a sus enemigos, una agresividad que, en su estado, hacía muy poco por reprimir. Cassandra sólo le había visto tan tenso una vez, durante el ataque de Ultron, sólo que en aquella ocasión la perspectiva de verla morir le había hecho perder el control hasta quedar reducido a una oscura bestia de sombras que sólo pensaba en destruir. De momento parecía más controlado; furioso y tenso, pero controlado, aunque no tenía manera de saber si podría llegar a empeorar en un momento dado.
Le puso la mano en el hombro, y su contacto, que antes había sido siempre como un bálsamo para él, en aquél momento no fue más que un doloroso recordatorio de lo que ya no podría tener. La máscara que la cubría y le impedía distinguir su rostro o sus ojos reforzó la sensación, haciéndola parecer distante e inalcanzable como una estrella. Peor aún que la noche que la había conocido, pues entonces se había mostrado cálida y amable hacia él y ahora... Ahora parecía querer alejarse y en su fuero interno se preguntaba una y otra vez por qué. ¿Qué había podido hacer que fuese tan terrible? Apenas parecía posible que aquella fuese la misma mujer a la que había pedido en matrimonio semanas atrás, la misma que entonces se había derretido entre sus brazos y ahora parecía hecha de hielo.
No dijo nada. No le sorprendió; a Cassandra no se le daban bien las palabras, y en su situación actual era preferible mantener el mayor silencio posible, al menos mientras se mantuvieran bajo el manto de invisibilidad. Ella no podía verle a él, pero gracias a su dominio y control de la luz, él fue perfectamente capaz de percibir sus indicaciones. Le señaló a las soldados; era obvio que les dispararían en cuanto salieran de la invisibilidad. Él habría ido haciendo un barrido con su luz para matarlas a todas, pero lo que ella proponía era dejarlas aturdidas con la explosión del tanque para poder ir ocupándose de ellas una por una. Cassandra Cain, siempre fiel a su promesa de no matar. Él le había hecho la misma promesa a Xavier, y aquél día la estaba incumpliendo. Aquél pensamiento sirvió para apaciguar un poco su ira al comprender que se estaba dejando llevar por sus emociones y las estaba utilizando como una excusa para incumplir la promesa que le había hecho a quien le había ayudado tanto. Tomó una bocanada de aire para tranquilizarse y la vio alejarse a la carrera. Ella no podía saber si él había recibido o entendido sus indicaciones, y sin embargo, con aquella acción demostraba su confianza. Aquello también sirvió para calmarle. Que le confiara su vida en aquellas circunstancias debía tener necesariamente algún valor... ¿no?
La cubrió con su invisibilidad hasta que estuvo muy cerca, y, entonces, descargó el rayo de energía que haría reventar el arma, haciendo caer a las soldados por la onda expansiva. Antes de que hubieran tenido tiempo de recuperarse o de entender lo que les había ocurrido, ella ya estaba sobre la primera, dejándola K.O. Sabía que para alguien con su entrenamiento deshacerse de las otras tres sería como coser y cantar, así que la dejó hacer, y no tardó en llegar a su lado, montada sobre la batcycle. Podría haberse alejado, pero no lo hizo. Se detuvo y le miró, invitándole a subir. Justo como aquella noche en Gotham, sólo que ahora sería ella quien llevara los mandos. Sin decir nada, se subió tras ella y se asió firmemente a su cintura. Aquella noche había sido él quien había cortado con ella, y ahora... Diablos, estaba empezando a odiar los deja vú*.
- ¿Dónde...vamos? -le preguntó, y antes de que pudiera responder, una nave se precipitó del cielo cayendo en el río, muy cerca de la Catedral. Sería lógico suponer que estaría repleta de soldados, así que parecía un lugar tan bueno como cualquier otro para empezar, y no estaba a más de cinco minutos en moto.
- A la derecha, siguiendo el Sena -indicó señalando en la dirección en la que se había estrellado la nave.
Cassandra aceleró y se pusieron en movimiento, pero no habrían avanzado más que unos metros cuando algo se estrelló contra ellos con violencia. El extremo romo de la alabarda que llevaba la mujer quedó trabada en los ejes de la rueda trasera, volcando e inutilizando la moto, que derrapó a causa de la velocidad que llevaba hasta impactar contra una de las farolas que bordeaban el río. Drago salió despedido del vehículo y se estrelló pesadamente contra el muro bajo de piedra que separaba la calzada del Sena. En el tiempo que le llevó sacudir la dolorida cabeza para despejarla y tratar de incorporarse, la alienígena había recuperado su arma y, volteándola con maestría hasta tenerla de nuevo operativa, corrió hacia él, le pateó para evitar que pudiera llegar a ponerse de pie y alzó la alabarda apuntando hacia su cuello. En un movimiento completamente reflejo, Drago cruzó los brazos sobre su cara y un escudo emergió en forma de onda expansiva de luz, provocando que la alabarda de la mujer rebotara y que ésta misma retrocediera un par de pasos hacia atrás llevada por el impulso. Alzando los pies hacia arriba y hacia adelante se puso ágilmente en pie y se volvió para encararse con la mujer.
*Repetición intencionada. No es nada raro que los dos hayan pensado en lo mismo.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 26th Septiembre 2016, 02:42
Como era de esperar, la cosa es bastante fácil; y es que, no por nada, hay tantos chistes en la galaxia sobre los Badoons. Son los Jar Jar Binks del mundo real, vaya.
Sin embargo, como todo en la vida del héroe adolescente Nova, incluso algo tan simple como hacer caer un carguero espacial repleto de Badoons se convierte en un auténtico quebradero de cabeza. Frente a mi, una enorme badoon de más de tres metros equipada con unos brazaletes con dos largas y brillantes cuchillas de energía.
- Lo siento, señoritas; pero nunca he sido de iguanas - contesto a las amenazas de la gigantesca criatura con una amplia sonrisa vanidosa; despertando así la molestia y enojo de todas las asistentes
Rápidamente, comienzo a moverme a toda la velocidad que me permite la Fuerza Nova para evitar los proyectiles de mis enemigos; lanzándome contra un pequeño grupo de estos, para desatar el caos e intentar que se alcancen entre ellas al intentar darme. Con suerte, "la grande" abatirá a un par antes de alcanzarme.
- Vamos, lentorra; ven a por mí - grito para provocar a mi contrincante más peligrosa, e intentar que su enojo la ciegue
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 26th Septiembre 2016, 07:06
La nave se precipita al agua en la distancia, sus palabras tardan en llegarme, quizás él esté más acostumbrado, pero para mí, ver algo como eso es increíble, las naves llenando los cielos de parís, la batalla en los cielos, los miles de pies con escamas que imagino que recorren las calles de la ciudad, ¿Cómo vamos a detener esto? Asiento a lo que me dice y acelero en la dirección de la nave caída. Cuanto más lo veo a él, más regresan a mi mente aquellos últimos momentos en la mansión de Arion, acelero más aun sin darme cuenta, mi mente recorriendo otra vez aquella escena, sus cuerpos entrelazandose más a cada instante, las emociones y sensaciones reflejadas en aquel silencioso lenguaje que me hablaba con una claridad desgarradora. Por fuera, tan solo mi hombrera derecha, por dentro, nada está completo, todo está herido, y solamente el silbido de los motores del Batplane me sacan de mis pensamientos, elevando la mirada mientras una voz inunda el radio de la motocicleta.
- ¡Bienvenidos a la Tierra, cocodrilos! - Los misiles se disparan, el avión habia aparecido de sorpresa para interceptar a un caza Badoon, abatiendolo con misiles lanzados contra una de sus alas, precipitandose hacia el Sena mientras el ave negra tomaba velocidad y se perdia de nuevo en el cielo nocturno, ver a Carrie logrando eso me trae confianza, estoy segura de que si me mantengo concentrada podremos...
...El sonido del metal de la motocicleta chirriando contra los adoquines de la calle es lo unico que logro escuchar, salimos disparados, volando hacia el rio, él aterriza en la calle, pero yo choco contra el borde, rebotando y cayendo a la pasarela de piedra que separa la tierra del agua, apenas logrando abrir mi capa para caer menos violentamente al suelo. Apenas ruedo, el traje evita las fracturas, pero nada podria quitarme el dolor en el cuerpo. Me pongo en pie lo más rápido que me permiten las piernas, el dolor es intenso, pero la adrenalina me llena una vez más, y miro hacia arriba para ver como nuestra atacante era una temible mujer alada envuelta en una armadura grisácea, que ahora tomaba su arma y la alzaba para desatar un golpe contra un escudo de luz de Drago. Lo noto en sus músculos, su fuerza es terrible, todo está ocurriendo en segundos, los reflejos del hombre son increíblemente ágiles, pero ella es superior, poco va a durarle, y así es, ella mueve sus alas repentinamente, y yo actúo sin dudas. Sus alas se baten violentamente para darle impulso y se cierran contra su espalda mientras ella salta por sobre él para poder desatar un golpe de alabarda sobre su cuello, una técnica impresionante, eficiente, limpia, letal...
...El gancho había salido a toda velocidad para atarse a la piedra del borde, tenso y salto, impulsada por el cable retrayéndose violentamente hacia dentro de mi guante, libero el cartucho de cable, abro mi capa tan solo lo suficiente, la alabarda gime entre mis manos, pero su fuerza esta impecablemente aplicada, ni siquiera viendo venir el ataque podía evitar que la hoja tocara con fuerza el medio de mi peto y me arrojara contra una farola, a la que le ofrecí mi s guanteletes para proteger mi costado, cayendo en una de mis rodillas. Ella cae limpiamente, tiene la apertura aún, Drago se habría dado vuelta a su muerte si no fuera porque un batarang se clava en el espacio abierta del brazo de la mujer alada que revela su armadura, y se queja de dolor, pero así es como fabrico mi oportunidad, y me lanzo hacia ella a la carrera, ignorando el dolor de mi cuerpo, esquivando el golpe de su alabarda, rodeando el enorme mango metálico con una mano y asestando un puñetazo directo en su antebrazo, obligándola a perder asidero de su arma, pateándole el costado para que ella choque con el borde y yo trastabille hacia atrás, ahora con su alabarda en mano. Solo ahora la marcha del tiempo es suficiente para que sus ojos puedan vernos a ambas dos, arrojo la alabarda al suelo, y corro hacia ella, y ella hacia mí, mirandome desde las cuencas oscuras de su máscara, pero no siento temor, la verdad es que apenas siento otra cosa que angustia y dolor en este momento, y no comprendo porque, pero en ese momento, veo sus cuerpos tan cerca, sus expresiones calmándose, y no escapo al dolor, me lleno de él, y de furia, de una ira que me intoxica y me hace olvidar el dolor, intercepto su puñetazo, mi rodilla aterriza en su estómago, no hace daño en absoluto, el metal es muy duro, incluso causa diminutas grietas en mi kevlar, paro su otro golpe con el hombro izquierdo, la hombrera recibe un duro golpe, pero no cede, aunque yo trastabillo, oportunidad que aprovecha para atacarme con su ala. Levanto un pie del suelo y me dejo ir hacia abajo y atras, tomando impulso en una barrida giratoria que deja mi talon en el suyo, no puedo penetrar su defensa, pero rompo completamente su balance y la obligo a caer, pero aletea y logra evitar el suelo, y ahi es cuando su codo cae sobre un lado de mi cabeza como la furia de todos los Badoons puesta en un solo golpe, y me doy cuenta que esa ira que me intoxica también me entorpece, me vuelve confiada, orgullosa. Ruedo por el suelo, aprovecho la inercia para salir de ese ruedo por el suelo en cuclillas, irguiéndome poco a poco mientras ella aletea con violencia para impulsarse repentinamente hasta su alabarda y tomarla al vuelo, despejándose de cualquier posible ataque del mutante y de mi carga, pero para mí es solamente redirigirla hacia ella, gimiendo como una criatura del averno, como la bestia nocturna que pretendo ser cuando me pongo este traje, oscura, furiosa y terrible.
Esquivo su primer golpe, y el segundo, y el tercero, me aboco de lleno a evadirla, a hacerla enfadar por no poder tocarme. A ojos de cualquiera, un plan para distraerla mientras el bosnio tiene la apertura para atacarla. Pero la verdad es que hacia un instante solo quería desatar mi furia sobre alguien, y ahora, quiero alimentarme de la suya. De eso se ha tratado desde que me fui de Paris, de ser inestable, de emociones encontradas, de no reconocerme a mi misma de a momentos. No importa que pronto el dolor vaya a regresar, no importa que no pueda derrotarla, cuando noto su respiración acelerarse debajo de la máscara, me siento viva de nuevo, y esa horrenda llamarada de revanchismo es mucho mejor ardiendo que el frio abrazo de la verdad que el hombre a mis espaldas representa. Prefiero ser una furia lanzándose ferozmente que una pobre mujer que vivió una mentira.
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Ficha de Personaje Alias: Starlord, el legendario forajido. Nombre real: Peter Quill. Universo: Marvel
Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 31st Octubre 2016, 10:35
Mientras nos dirigíamos a otra de las naves un mensaje entró por los sistemas de comunicación de la Milano. Activé el intercomunicador y agarré de nuevo los mandos.
- Aquí la Milano. Al habla Star-Lord.-
- ¡Peter Quill! Acaban de llegarme noticias de un ataque a gran escala contra la Tierra por unos badoon. ¿Estáis ahí?- Sonreí al escuchar la fácilmente reconocible voz de la Nova Prime al otro lado del micrófono.
- ¡Reina Amora! ¿Qué tal? ¿Cómo se encuentra? Y la respuesta es, sí, aquí estamos. Es una pequeña flota, lo suficientemente pequeña como para hacerla aparecer sobre la Tierra y que escape a los radares de todo el mundo al parecer.- Escuché a la Nova mascullar y maldecir con fiereza.
- ¡Es es imposible! ¡Nuestros sensores los habrían localizado! ¿Hace cuánto ha sucedido el ataque?- Tuve que llevar a cabo una maniobra rápida para evitar un enorme trozo de nave que casi nos parte por la mitad. Apreté los dientes mientras sentía el tirón de la inercia por el rápido giro. Tras estabilizarlo volé por los aires otra nave que se cruzó en nuestra trayectoria.
- ¡Pues al parecer no es tan imposible si están todos aquí! ¿Quería algo? Estamos un pelín ocupados aquí abajo.- No quería sonar grosero pero también tenía que entender que es un poco complicado andar templando gaitas mientras intentas esquivar disparos y escombros a toda velocidad en medio de una batalla aérea sobre París. Otra nueva llamada llegó y puse los ojos en blanco. "Como sea otro del cuerpo Nova...".- ¿Me disculpa un momento? ¡Tenemos una pequeña emergencia!... Nave Milano, al habla Star-Lord.-
- Aquí Dassault Rafale 4456-Alfa. Les habla el capitán Fontaine de las fuerzas armadas francesas.- El marcado acento francés me impidió entender un par de cosas que llegaron de manera distorsionada a nuestra nave. Crujidos y siseos acompañaban a las palabras del piloto. Manualmente calibré mejor el canal de entrada apretando ligeramente los dientes por la concentración. El ruido desapareció casi por completo y ahora se le podía entender mejor.- ... Tres. ¿Qué son estas naves?-
- Ah, buenos días señor Fontaine... Somos los Guardianes de la Galaxia y estamos aquí para ayudar. Han sufrido una invasión badoon, una raza alienígena muy peligrosa. Si desean ayudar lo mejor será que destruyan todas las pequeñas naves que puedan. Nosotros nos encargaremos de aquellas más grandes. ¿Podrán hacerlo?- Maldijo en francés y no entendí nada, pero parecía cabreado, eso sin duda. Yo de francés sabía las típicas palabras o frases que todo el mundo sabe. Por lo menos el ejército estaba allí dispuesto a ayudar y se habían movido con bastante rapidez. Vi un par de cazas a unos doscientos metros de nuestra nave disparando contra una de las badoon. No sabía si sería suficiente pero quería pensar que sí. Los misiles volaron persiguiendo a nuestros enemigos, explotando contra sus vehículos tras una rápida persecución.
- Así lo haremos.- Y corté la comunicación. Cuando volví al canal de la Nova esta estaba gritando muy cabreada, y a ella sí que la entendí sin problema. Puse los ojos en blanco y aceleré todavía más, poniendo rumbo a la enorme nave que teníamos delante.
- Oiga, si quieren ayudar mande a un grupo de Novas. No nos vendría nada mal a decir verdad.- Una fuerte sacudida hizo temblar toda la nave y las alarmas se dispararon por todos lados. Nos habían dado pero bien. La radio se cortó casi al instante y los medidores de presión comenzaron a caer en picado. Una de las alas había sufrido un disparo de lleno provocando un agujero humeante con muy mala pinta. Miré a través de la ventana para verlo y maldije. Se nos acababa el tiempo. Alcé la vista a la enorme nave que tapó el sol y nos lanzamos contra ella.
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Las badoon maldijeron la arrogancia del muchacho e intentaron alcanzarle sin éxito. Era rápido, muy rápido, incluso para ellas. Los Nova eran famosos por ser poderosos y tener una enorme fuerza, y aunque ellas eran más el muchacho se movía como una culebrilla, esquivando y serpenteando entre las partes de la nave mientras todas intentaban alcanzarle en vano. La más grande, la que le amenazó, gritaba con furia y los ojos inyectados en sangre mientras lanzaba zarpazos al aire con la intención de agarrarle por un tobillo o derribarlo de un golpe. Sus enormes brazos no le sirvieron para cogerle, pero sí para dejar fuera de combate a un par de compañeras suyas. Después de que tres cayesen las otras badoon decidieron quedarse a una distancia prudencial de su compañera que parecía haber perdido los estribos ante las provocaciones del joven Nova y la frustración por que este se le escapase de entre los dedos.
Pero la suerte de Sam estaba a punto de cambiar cuando se vio acorralado en un pasillo sin salida. Todas le cerraban el paso, y por muy rápido que fuese lo más probable es que alguna consiguiese agarrarle antes de sortearlas a todas. La grande se crujió los nudillos y sonrió con malicia, acercándose lentamente a su presa, como un lobo que por fin consigue acorralar a un conejo. Su respiración entrecortada la hacía parecer más grande viendo como su pecho subía y bajaba. Sam tenía dos opciones: o se enfrentaba directamente a ellas o disparaba contra la pared intentando hacer un agujero lo suficientemente grande como para atravesarla, pero eso significaría tener que buscar otra forma de entrar y volar aquella nave. No le quedaban muchas mas opciones, ¿o quizás sí?
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Misa cayó como un rayo contra los dos héroes que iban en la moto. Le resultó muy sencillo clavar su enorme lanza en los radios de esta, haciendo que ambos saliesen disparados hacia adelante. Después de recogerla se quedó mirándolos un momento, pensando cómo podía divertirse con aquel patético espectáculo que se le ofrecía. Con un simple movimiento rompería aquel escudo y luego tal vez mataría al hombre con un rápido y preciso corte con la alabarda. Pero la mujer parecía tener otros planes. Se lanzó a por ella y comenzó una pelea rápida y ágil entre ambas mujeres. Misa se sorprendió al ver un humano con esa técnica. Por regla general estos eran débiles y no tenían ninguna oportunidad contra ella, pero aquella mujer parecía estar hecha de otra pasta, haber sido entrenada por algo de fuera. Incluso fue capaz de asestarle un par de golpes en el cuerpo, algo bastante inusual tratándose de una Shi'ar. Ella, aún siendo una renegada, había sido de las mejores luchadoras entre sus compañeros. ¿Sería verdad lo que decía el señor Cuchillos? ¿Que nunca había que minusvalorar a los humanos? Era cierto que ellos habían sido capaces de vencer en más de una ocasión a Galactus, Thanos e incluso a la fuerza Fénix. El cómo lo habían hecho muy pocos lo entendían. Eran humanos, de los seres más atrasados tecnológicamente de la galaxia. Y ahí estaban, luchando a capa y espada sin importarles qué ni quién les atacase.
El juego fue divertido hasta que fue golpeada un par de veces por aquella humana, momento en el cual Misa pareció cansarse y decidió terminar con aquello de una vez por todas. Bloqueó el salto de la mujer y le asestó un puñetazo en la boca del estómago, haciendo que su diafragma se contrajese, dejándola sin respiración, obligándola a caer de rodillas mientras se recuperaba. El hombre estaba preparado para luchar y Misa se elevó con sus enormes alas hasta estar a unos diez metros de altura, donde rió.
- Sois dignos de admiración... En serio, no lo digo con sarcasmo. Siempre lucháis hasta la muerte si es necesario. Pero por desgracia para vosotros no hay nada que podáis hacer. Esta invasión se llevará a cabo y aunque consigáis frenarla lo más probable es que a estas alturas ya hayamos conseguido lo que veníamos buscando. No os lo toméis como algo personal, esto os viene muy grande. Demasiado. Hay cosas que están a punto de suceder que escapan a vuestro control y vuestra comprensión. Por suerte para vosotros no llegaréis a ver eso.- Sonrió y se lanzó a por los dos dispuesta a cortarles la cabeza antes siquiera de que pudiesen darse cuenta. Pero el impacto nunca sucedió. Algo golpeó a la shi'ar en mitad de la caída, desviándola y frenando su embestida. Sufrió dos nuevos impactos que la alejaron todavía más de los dos héroes, pero esta vez si pudieron ver qué era. Parecían ondas que provenían de sus espaldas. Una especie de ondas sonoras.
Un chaval apareció patinando a toda velocidad. Llevaba una especie de armadura que le cubría las piernas y la cintura. Una pistola que se ensanchaba desde el cargador hasta el cañón de color morado. Un tubo salía desde la parte trasera de esta y llegaba hasta una especie de mochila que llevaba el tipo. Unas largas rastras bailaban con sus movimientos agarradas en una coleta en la parte posterior de la cabeza. Su tez era oscura. Sin duda era negro, y llevaba un casco en una de las orejas, grande, redondo, de color verde brillante. Su pecho estaba cubierto por una camiseta amarilla con un dibujo de color morado y verde en ella. Frenó y se colocó frente a ellos.
- ¿Estáis bien? ¿Os encontráis bien? No tenéis muy buena pinta, dejad que os ayude con eso.- Se llevó la mano a una pequeña rueda que tenía en su cinturón y la hizo girar. Cerró los ojos y una onda semi esfera verde salió de su pecho hasta convertirse en una cúpula de unos diez metros de diámetro. Los que estaban dentro de ella sintieron como sus fuerzas se renovaban, y los dolores desaparecían. Las magulladuras encogieron y los cortes y rozaduras con el asfalto se cerraron en un par de segundos. Se sintieron como si hubiesen dormido diez horas seguidas. Aún les dolerían los huesos por los impactos, pero ahora era más una molestia que un auténtico dolor.- ¡Esto lo cura todo! ¿Os sentís mejor? ¡Claro que sí! Espera que te eche una mano.-
Ofreció su mano a la mujer para ayudarla a levantarse. Un chillido desagradable le hizo volverse para ver como la mujer alada se levantaba y les miraba con un brillo cruel en los ojos. El chaval frunció el ceño y volvió a hacer girar la rueda.
- Será mejor que nos preparemos, esto no ha terminado ni por asomo...- Esta vez la cúpula que salió de su cuerpo era roja, y ambos sintieron que sus músculos se tensaban, inyectados en adrenalina. Físicamente se sintieron genial, y se veían capaces de correr varios kilómetros si hubiese hecho falta. El muchacho cambió una tercera vez la rueda y su pistola se iluminó con una luz morada desde su interior.- No tengo ni idea de qué demonios eres ni de donde has salido, pero madre mía, eres fea de narices.-
Y les guiñó un ojo.
Normas de posteo:
Para Sammy voy a pedir una tirada de dados. Decidas lo que decidas tienes que sacar más de un 5 para que tengas un éxito. Si decides romper la pared, más de un cinco significa que puedes atravesarla pero tendrás que buscar otra manera de entrar a la nave. Si decides enfrentarte a la badoon más de un cinco significará que vences, pero luego tendrás que hacer otra tirada para ver si consigues esquivar al resto. Más de un cinco es que sí, menos que te derriban, y si sacas un 1 o menos que te capturan. Si tienes cualquier duda o sugerencia (otra cosa que se te ocurra) no dudes en preguntármelo.
Para Cass y Drago. Tenéis el apoyo de Deci que ha sanado vuestras heridas y molestias. El poder de Deci cura siempre y cuando no tengáis fracturas o heridas muy profundas, en cuyo caso lo que hará será mejorarlas. Si se os hubiese partido un hueso Deci habría curado parte pero no todo, pero cortes superficiales, magulladuras, moratones y quemaduras las sana en cuestión de segundos. El segundo poder que ha usado es el de potenciaros físicamente. Es como si os hubiéseis metido un chute de adrenalina gracias al cual durante un par de minutos seréis más rápidos y fuertes. No a niveles sobrehumanos pero sí los de un atleta olímpico. El tercer poder son las ondas con las que ha frenado al principio a Misa. Si queréis vencerla vamos a tener que luchar en equipo. Como siempre, cualquier duda podéis preguntármela.
Última edición por Star-Lord el 25th Diciembre 2016, 01:12, editado 1 vez
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 2nd Noviembre 2016, 23:27
La vio venir, adivinó sus intenciones. Extendió la mano con la palma abierta y un sonoro "¡no!", pero Cassandra no le escuchaba. Con una maniobra impresionante, arrojó el gancho y saltó para darse impulso e interferir así en la trayectoria del golpe, saliendo despedida hacia una farola. Estuvo a punto de lanzar una exclamación de preocupación, pero por supuesto ella lo tenía controlado; detuvo el golpe con los guanteletes y cayó ágilmente sobre su rodilla. En menos de una fracción de segundo (o eso le pareció) se revolvió y arrojó un batarang al espacio descubierto de la armadura de la mujer alada en el brazo y acto seguido se lanzó contra ella a la carrera. Drago no daba crédito ante tanta ferocidad. No estaba pensando, no estaba actuando racionalmente; era puro instinto desatado, y por primera vez desde que estaba con ella pudo ver a la asesina de la que siempre le había hablado; aquella a la que tanto temía.
- ¡Batwoman, para! -exclamó-. ¡Lo tenía todo controlado! ¡Mis escudos me habrían protegido, no podía hacerme daño! ¡Batwoman! ¡Puedo terminar la batalla ahora mismo usando mis rayos, pero necesito que te apartes! ¡Bat... Cas...! -se mordió el labio, frustrado.
Las dos mujeres estaban completamente enzarzadas y la batalla se sucedía en un continuo de movimiento en el que ambas cambiaban constantemente de posición. Un golpe repentino que hacía trastabillar a Cassandra hacia atrás en donde antes no había habido nada, la mujer pájaro en el punto donde un segundo antes se había alzado Cassandra... Drago no se atrevía a usar sus rayos. No mientras estuvieran tan unidas y en continuo movimiento. No podía arriesgarse a emplear fuerza letal y atrapar a Cassandra en medio del fuego.
Cassandra, ¿qué te ocurre? Ésta no eres tú.
En un momento dado, la mujer alada consiguió golpearla con el codo en un lateral de la cabeza y ella rodó, alejándose por unos valiosos segundos de su enemiga, tiempo que Drago aprovechó para tratar de arrojarle un rayo de luz a la Shi'ar. La mujer vio venir el resplandor y aleteó con violencia para impulsarse lejos de la trayectoria y en la dirección de su alabarda, tomándola al vuelo sólo para encontrarse de frente con una Cassandra que parecía totalmente fuera de sí.
Y vuelta a empezar, de nuevo las dos mujeres enlazadas una contra la otra, asestando y devolviendo golpes. Podría haber aprovechado la oportunidad que Cassandra le ofrecía para atacar a la alienígena por la espalda, pero aunque se había formado en el ejército, no era tan buen luchador como Batwoman y dudaba que un ataque cuerpo a cuerpo suyo, sin ninguna clase de arma, pudiera suponer alguna diferencia, habida cuenta de la fuerza y resistencia que estaba demostrando tener la mujer.
- ¡Batwoman, apártate! -volvió a gritar, pero ella no le escuchaba, no le prestaba atención. Parecía totalmente absorta en aquél frenesí asesino, como si hubiera perdido completamente la noción de la realidad, y la preocupación de Drago se volvió a acrecentar. No era normal, Cassandra no estaba bien, algo le ocurría, y era algo que podía ponerlos en peligro a los dos si seguía perdiendo el control de aquella manera.
Aún estaba replanteándose su siguiente curso de acción (quizá volver a Cassandra invisible para que al menos Misa no la viera venir), cuando la alienígena le asestó un poderoso puñetazo en la boca del estómago, apartándola varios metros y dejándola sin respiración. Drago corrió a sostenerla, mirándola a los ojos con preocupación.
- ¿Estás bien? -le preguntó, mirándola muy serio, y resultaba evidente que no se refería al golpe que acababa de recibir. También resultaba evidente que le importaba la respuesta a esa pregunta. Y mucho.
La risa de Misa les llegó desde las alturas, seguida a continuación por la típica diatriba de villano. Drago ya sabía lo que venía después y no se lo pensó. Extendió los brazos y una cúpula de luz los envolvió a los dos, protegiéndolos del inminente golpe mientras Cassandra terminaba de recuperarse del impacto.
Sin embargo, una vez más, la Shi'ar fue interceptada antes de que llegara a chocar contra su escudo de luz por una rápida secuencia de ondas sonoras que la desvió varios metros de su objetivo inicial. Un muchacho de aspecto estrafalario llegó a continuación, portando una especie de armadura con una pistola futurista, un casco y un emblema. Tenía toda la pinta de ser un héroe, y sus palabras posteriores lo confirmaron, aunque no sabía si se trataría de un mutante, de un metahumano o de alguien con un nivel de tecnología semejante al de Stark.
Justo estaba acabando de terminar la frase cuando el muchacho giró una rueda de su cinturón y una cúpula verde se superpuso a la suya. Estaba a punto de repetir que él ya generaba escudos defensivos cuando sintió cómo todas sus fuerzas se renovaban de golpe, dejando atrás el cansancio y la tensión de la pelea. Se sentía como nuevo, como si acabara de despertarse de un largo y tonificante sueño reparador. A su lado vio como Cassandra se incorporaba de la mano del recién llegado, totalmente repuesta de la batalla.
- Vaya... eso ha sido... totalmente inesperado -confesó. Suponía que ya podía descartar la opción tecnológica; ninguna máquina en el mundo era capaz de generar un campo de fuerza curativo, no que él supiera, al menos. ¿Mutante? ¿Quizá místico? Dazzler era capaz de transformar en luz las ondas de sonido. Quizá el poder de aquél chico le permitiera convertirlas en otra cosa. En cualquier caso, sería algo para resolver más adelante, porque en aquellos momentos Misa se preparaba para volver a la batalla. El chico volvió a hacer girar la rueda y una nueva cúpula, ésta del color de la sangre, les envolvió, insuflándoles nuevas energías.
Los ojos de Drago resplandecieron con un brillo renovado; dejó que la ilusión que le cubría se desvaneciera, revelando su auténtico aspecto al tiempo que dibujaba con oscuridad el símbolo de la Patrulla X sobre su pecho.
- Eso es -asintió al ver cómo la pistola de Decibelio se iluminaba-. Será mejor utilizar armas a distancia mientras esté en el aire -ordenó, adoptando sin darse cuenta el rol de cuando lideraba a la Patrulla en misiones de combate-. Tendré que bajar el escudo para poder disparar, así que a mi señal... ¡ahora!
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Drago va a estar disparando activamente a Misa con sus rayos de luz, por favor, tenedlo en cuenta en vuestras respuestas para que no parezca que se queda mirando sin hacer nada. ¡Gracias!
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 12th Noviembre 2016, 01:49
Mi plan parece funcionar en gran medida; puedo sentir los ojos de la gigantesca criatura, inyectados en furia, clavados sobre mí mientras intenta alcanzarme. Para su desgracia, lo único que consigue con sus pesados movimientos, es noquear a más de una de las presentes.
Sin embargo, como era de esperar, al final las badoons acaban por apartarse del camino de su, completamente fuera de sí, compañera. Y, como era también previsible, yo acabo por toparme con un callejón sin salida.
Mi enemiga se cruje los nudillos y sonríe; puedo notarlo en su mirada. Va a disfrutar partiéndome cada uno de los huesos del cuerpo, hasta matarme.
De forma casi instintiva, camino hacia atrás hasta acabar con la espalda pegada a la metálica chapa que compone la pared. Solo queda una opción: Abrir el agujero más grande que pueda, y rezar porque la potencia y velocidad del aire no acabe por hacerme estrellar contra algo lo bastante robusto como para provocarme lo que desea hacerme el enorme reptil que tengo frente a mí.
- Que calor hace aquí, ¿No?...¡Será mejor que abra una ventana! - grito antes de utilizar toda mi energía en mis manos para reventar todo el metal que hay tras de mí
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 12th Noviembre 2016, 01:49
El miembro 'Sam Alexander' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 18th Diciembre 2016, 08:04
- Unf...- Todo el aire me abandona con ese golpe, casi vomito, caigo de rodillas y ella se eleva. Es como si la realidad hubiese regresado a mi repentinamente, escucho que habla, pero no puedo prestarle atención, la vista se me ha nublado un momento. Me ha perdonado la vida, tiene que ser eso, retiro las manos de mi abdomen lentamente mientras noto a Drago corriendo a mí para preguntarme como estaba, solo un golpe había arrancado placas enteras de kevlar nanosellado de mi traje, podían verse parches de mi tez pálida asomando, un poco mas de intensidad me podría haber matado, y todo habría acabado con ese golpe. Dejó de hablar, y yo solamente miraba el suelo, adolorida, casi sin poder hacer nada, comenzando a derramar silenciosas lágrimas. Carrie, Bruce, Drago, podría haberlo perdido todo en ese único momento, sin heroísmo, sin poesía alguna, solamente una víctima más de una guerra más, no puedo volver a repetir eso, no importa si yo siento que los deseos de vivir me abandonaron ese día, no importa que quiera ser una furia vengativa, tengo que ser una mujer, o tendría que haberlo sido, Dragoslav no puede resistir el solo un ataque de esa criatura alada, es demasiado fuerte, es...
...un destello de luz me llama la atención, alzo la vista con algo de dificultad por el dolor y miro como un disparo de energía desvía al ángel de la muerte de su ruta, arrojándola muy lejos de nosotros. El chico pasa patinando y crea un campo de energía alrededor nuestro. Dragoslav tenía razón sobre sus escudos, pero cuando comencé a recuperar el aliento, me di cuenta de lo que ese desconocido estaba haciendo por nosotros. Me tendió la mano, y se la di con suavidad, permitiéndole que me ayudara a levantarme para no ser desagradecida con quien acababa quizás de salvarnos. - Gracias...- Le dije con suavidad, con mucha suavidad, más de la normal en mi voz, casi con un cariño que no sentía, acababa de conocerlo, pero necesitaba imprimirle ese tono, hablarle de esa manera, solo quiero hablarle así a cada hombre que me encuentre en esta ciudad, salvo a que me pregunto primero que nadie si estaba bien. - Me siento mejor...gracias...- Dije con amabilidad, mirando a la mujer alada mientras la luz cambiaba a rojo y comenzaba a sentirme repleta de vigor, completamente refrescada y llena de una nueva fuerza, pero no es suficiente, ella sigue siendo mejor que nosotros tres, pero eso era por separado. - Espera, Dra...- Su escudo baja y ambos abren fuego contra la mujer, que trata de esquivar los disparos que puede con una agilidad que supera por mucho la de un ser humano, apenas si algún disparo le alcanza, solo la están manteniendo a raya, y no tendrán fuerzas o municiones para dispararles para siempre. Una punzada de enfado me recorre, no me ha escuchado, pero yo tampoco, y dos pueden jugar ese juego. Llevo mis dedos a un lado de mi casco, haciendome hacia atrás y dejandoles la linea de fuego.
- ¿A qué distancia estás? - - Tres clicks de tu posición, Jefa, ¿Necesitas apoyo aéreo? - - ¿Situación? - - Llevo tres bajas, pudieron aterrizar, no están muertos, nada de lo que ellos tienen puede darme, al menos de momento, porque cada vez hay más cazas en el aire...- Asiento lentamente y le susurro lo que necesito, cortando la comunicación. La mujer alada está comenzando a descifrar los patrones con los que tratan de darle Dragoslav y el hombre que acababa de salvarnos, yo corro hasta el borde del puente y salto sobre este, corriendo sobre este a toda velocidad mientras noto el Batplane aparecerse en el cielo nocturno. - Explosivo...- Un batarang sale directamente a mi mano y la cierro en torno a él. - ¡Yeeehaw! - El Batplane pasa a toda velocidad con un rugido de sus motores justo al tiempo que yo había trepado al borde del puente y tomado carrera en dirección de la mujer, que es golpeada de lleno por un misil explosivo en la espalda, el cual no hace más que aturdirla y desestabilizarla lo suficiente para que el otro proyectil se abra y una red con pesos enormes la atrape, haciéndola caer hacia el suelo y ser víctima de todos los disparos. Aun así, se libera, justo a un metro del suelo y en el exacto momento donde salto desde detrás de ella y me aferro a su hombrera con un guantelete electrificado, enviando un pulso eléctrico a toda su armadura al tiempo que pongo el batarang explosivo en el cuello de su armadura, soltándome y cayendo con un roll hacia atrás mientras este estalla y la obliga a caer al suelo trastabillando, su armadura apenas está ligeramente chamuscada en algunos puntos, pero es suficiente. El Batplane se pierde en la noche, mientras tres cazas regresan a su cola, tratando de alcanzarlo con sus disparos. Me quedo en cuclillas para que no me note si se gira, no puedo derrotarla con nada de lo que tengo aquí, pero no soy yo la que tiene que hacerlo, ahora ellos tienen una oportunidad.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 25th Diciembre 2016, 12:30
Léeme:
Chicos, perdonad, necesito que editéis en vuestros últimos posts el nombre de Decibelio. No debería habéroslo dicho. Lo he hablado con Solaris y se supone que son nombres en clave, así que no os lo habría dicho así sin más. Gracias y perdon por las molestias.
Atravesamos las defensas de la gigantesca nave y entramos del mismo modo que en la primera: armando un jaleo de aúpa y destrozando a todos los badoon que estaban por el hangar y el pasillo. El aterrizaje fue mucho más forzoso que antes, resbalando toda la parte inferior de la nave por el suelo haciendo saltar miles de chispas en todas direcciones y con un sonido metálico de lo más desagradable. Frenamos con la nave totalmente sobrecalentada, y de nuevo a salir de la nave para pelearnos cuerpo a cuerpo con aquellas asquerosas. Nunca entendí bien por qué los badoon se separaban en géneros y nunca trabajaban juntos. A todo esto, ¿cómo se reproducían? Espera, ¿en serio estás pensando en eso ahora Peter? Mejor será centrarnos en lo que tenemos entre manos. Pero por suerte para mí Gamora y Drax estaban mucho más metidos en la pelea que yo, y para cuando quise darme cuenta solo tuve que disparar un par de veces contra dos tías que amenazaban con agujerearnos con sus armas. La cosa se había terminado en cuestión de segundos. Me acerqué a la nave e intenté arrancarla. Nada. Estaba ardiendo, tan caliente como una estrella. No había manera de que eso fuese a funcionar al menos en la siguiente media hora. Tendríamos que quedarnos en esa nave hasta que se enfriasen los motores y pudiesemos salir de ahí.
- Esto no pinta bien... Está totalmente sobrecalentada. Nos va a tocar...- No pude terminar la frase pues escuché un fuerte ruido al final del hangar y levanté la cabeza y el arma en aquella dirección. Drax y Gamora estaban con las armas en lo alto, preparados para atacar. Gamora se llevó la mano al cuello de repente y maldijo. Fruncí el ceño intentado ver qué hacía. Parecía tener algo en la mano que miraba con atención, sin entender. Luego miró a su alrededor y una pierna le falló. Se tambaleó, intentando mantener el equilibrio. ¿Qué demonios...? A Drax le pasó lo mismo. Se llevó la mano de golpe al cuello como si un bicho le estuviese molestando y comenzó a sufrir una especie de mareo o algo así que le desequilibró hasta hacerle caer sobre su rodilla. De un salto desenfundé ambas armas y me coloqué junto a ellos, agarrando a Gamora por el brazo, intentando que se levantase.- Gamora, ¿qué haces? ¿Qué te pasa?-
- Han sido alcanzados con un dardo tranquilizante. En unos segundos estarán totalmente fuera de combate.- Me giré en dirección a aquella grave voz, con mis armas apuntando a la figura que caminaba hacia nosotros. Vi que casi veinte badoons me apuntaban en ese momento. Gamora intentó moverse pero Cuchillos negó con la cabeza, chasqueando la lengua con una reprimenda.- Ah, ah, ah, yo que tú no haría eso Gamora... Por muy fuertes que seáis no estáis al cien por cien de vuestras posibilidades y solo conseguiríais que os matasen... Y lo mismo para ti, legendario Star-Lord. La situación es la siguiente. Baja las armas y no tendré que mataros a los tres. ¿Qué me dices?-
Por mucho que me jodiese sabía que tenía razón. De ningún modo podíamos salir de allí ilesos con Drax y Gamora desmorándose en el suelo. Podía disparar a tres o cuatro y dejarlos fuera de combate antes de que nos friesen a tiros, así que apretando los dientes y maldiciendo levanté mis armas, quedándome a su merced. Él se acercó a mí, cogiendo las armas de mi mano y asintiendo. Dos enormes badoon recogieron a mis compañeros y cargaron con ellos. Yo le seguí tal y como me lo ordenó, desactivando mi casco. Nos llevó hasta la sala de mandos donde metió a mis amigos en una pequeña jaula con barrotes láser. Se dirigió hacia las enormes ventanas y luego se volvió hacia mí.
- Ven, acércate. Observa esta maravilla...- Dos badoon me empujaron desde atrás con sus armas hasta que estuve a su altura. Miré el caos y la destrucción que aquella invasión estaba causando. Vi los aviones del ejército pasar por debajo de nosotros a toda velocidad, esquivando los disparos de las pequeñas naves que serpenteaban por el cielo a toda velocidad. Había llamas en muchos edificios y la gente corría por las calles donde más badoon luchaban contra los valientes que intentaban luchar contra ellos o ejecutaban a quienes trataban de huir de todo aquel dolor. Apreté los puños sin mirarle a la cara, pero pude ver por el rabillo del ojo como se cruzaba de brazos, satisfecho por todo aquello que parecía estar causando.
- Oh, sí, maravilloso... No es nada cliché además, eso de invadir la tierra.- Él rió, apoyando con fuerza su mano en mi hombro.
- ¡Ah, adoro esas pataletas que os dan a los héroes! Además, tenía asuntos pendientes con este planeta.- Aspiré con fuerza por la nariz y le miré. Había oído historias sobre cuchillos, pero la mayoría eran simples leyendas o chorradas que decía la gente por ahí sin saber lo que en realidad hacía, pero ya había despertado mi curiosidad con eso de que tenía asuntos pendientes con la tierra. ¿Algún lío con los Vengadores? O tal vez con los X-Men. A saber. Él debió percatarse de mi debate interno y caminó hacia el final de la sala.- Fue hace mucho. Veinte años... En un pequeño pueblo de Colorado.-
La cabeza me hizo click cuando dijo eso y varias imágenes volaron a mi mente. Recordé lo que ocurrió. Llegué a casa del colegio, enfadado porque los flaknards matones de clase habían vuelto a pegar a una niña solo por ser de otro color. Mi madre me dijo que no pasaba nada y que subiese a mi cuarto a limpiarme pues cenaríamos pronto. Alguien llegó y mi madre fue a recibirles... Escuché un disparo, y cuando me asomé por el hueco de las escaleras vi a mi madre tendida en el suelo, con un humeante agujero en mita del vientre. Esos dos monstruos la habían matado. Ahora lo veía claro. Habían sido dos badoons, y me giré a cuchillos.
- Tú... Tú la mataste... ¡Tú fuiste el culpable de que mi madre muriese!- Salté a por él mientras se giraba hacia mí y caímos al suelo. Me senté sobre él y le golpeé con fuerza y furia el rostro y el pecho. Sentí un fuerte golpe en la cabeza y dos badoons me levantaron, inmovilizándome.- ¡Soltadme, hijas de puta! ¡Soltadme! ¡Te mataré Cuchillos! ¡Maldito asesino krutakin!-
Él se acarició la mandíbula y se levantó, limpiándose la gabardina. Se acercó hasta mí y le miré a la cara, aún oculta por aquella máscara.
- Eres tan imbécil... Yo no maté a tu madre. Tu madre fue una de las pocas personas a las que yo aprecié en este universo. Y si te centrases un poco en tus pensamientos recordarías que los badoon que la mataron fueron machos, no hembras como ellas. ¿Pero acaso alguien hizo algo por protegerla? ¿Alguien en este maldito mundo se preocupó? No, claro que no, porque que se cuelen aquí unos aliens no le importa a nadie a menos que toquen lo que aprecian, y nadie podía apreciar a aquella mujer. Todos estaban más ocupados viviendo sus vidas tranquilamente sin importarles lo que a alguien así podía pasarle.- Se levantó y me dio la espalda, quitándose la máscara. Suspiró y se recolocó los cabellos antes de girar y mostrarme su verdadero rostro. Abrí mucho los ojos y la boca.- Si algo hice con respecto a tu madre fue amarla como a nada de este universo... Y me la arrebataron sin que nadie hiciese nada...-
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Sam disparó contra la pared, creando un agujero lo suficientemente grande como para que pudiese colarse a través de él. Las mujeres abrieron los ojos sorprendidas y la más grande se lanzó a por él como una exhalación, pero el joven era más rápido y ágil, y pudo zafarse de ella notando sus dedos rozándole las botas. Hacía mucho viento allí arriba y se encontró en mitad de la batalla que se estaba llevando sobre el cielo parisino. Los aviones militares pasaban a toda velocidad, huyendo o persiguiendo las naves de los badoon para proteger la ciudad. Abajo había cientos de personas que corrían y algunos héroes que luchaban contra la gente. Una de las enormes naves yacía en mitad del Sena, humeante y destrozada. Pero todavía quedaban esa y otras dos más. No sabía si tendrían tiempo de acabar con todas, pero tenían que intentarlo. En algún momento la invasión acabaría. Sam sabía que una invasión tan pequeña no podía pretender conquistar o arrasar el planeta. Una ciudad puede que sí, pero no la Tierra entera. Las opciones que tenía eran varias. Podía volver a entrar en esa nave pero desde otro lado para acabar con ella y mandarla al suelo como la que yacía en el Sena. También podía ir a por otra de las naves o podía bajar al suelo a ayudar a las personas que intentaban huir. No había ni rastro de la Milano en el cielo, así que o estaba en otra de las naves o peor, la habían derribado. Si era esa segunda sus compañeros puede que estuviesen muertos o peleando en las calles. Solo él podía elegir qué hacer y cómo hacerlo.
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- Oh, no, mis escudos no protegen, pero sí os darán un chute de adrenalina y fuerza, así que contar con tus escudos podría ser genial.- Me giré para ver cómo estaban y vi que el aspecto del hombre había cambiado. Era de un color brillante y abrí mucho los ojos.- ¡Tío! ¡Tienes que enseñarme ese truco! Por cierto, ¿sabéis quién es esta?-
Vale, sin duda ese tipo era un mutante. Eso o una criatura mágica. Hice un rápido repaso de las categorías de la MKL para ver en cuál encajaría. La mujer no parecía tener poderes, pero agradeció la ayuda. Mi pistola emitió una luz morada mientras me preparaba para usar el rock n' roll para arrearle de lleno en el pecho. Ella rugió mientras se levantaba y recuperaba su lanza. Explicó su plan de bajar el escudo para disparar y asentí.
- ¡Tú mandas jefe!- Bajó el escudo y vi como varios rayos de luz salieron de las manos de aquel tipo, impactando de lleno a la tía de las alas y la armadura. Era un Geast seguro: mutantes con cualidades elementales, siendo la luz la suya. Los rayos obligaron a Misa a cubrirse con el antebrazo mientras notaba como la temperatura ascendía a toda velocidad con aquel impacto y apretó los dientes. Yo activé los patines y comencé a disparar desde distintas posiciones a su alrededor para obligarle a tener que ir variando su atención. Esa era la mejor manera de enfrentarse varios a uno solo. Si dividías su atención en varios puntos la concentración bajaba y tendría que esforzarse el doble o triple para intentar alcanzar a uno. Era algo que se llevaba haciendo desde el inicio de los tiempos. De hecho cuando eres pequeño y juegas al pilla pilla es lo que sueles hacer, intentar distraer al que la liga cruzándote en su camino o captando su atención de algún modo, con provocaciones o algo así. Pude ver como la mujer daba un salto y se lanzaba al borde del puente corriendo sobre él. ¿Qué hacía? ¿Flanquearla como yo? ¡Genial! ¡Qué buen equipo y qué coordinación! Un avión o algo así pasó a toda velocidad cerca de ella y disparó contra la mujer alada con un misil que explotó en su espalda, casi derribándola y dejándola aturdida. Una red la atrapó y comenzó a hacerla bajar. La estábamos machacando. El mutante seguía disparando sus poderosos rayos y tuve que activar el visor que me protegía de la luz para evitar quedar cegado. Menuda potencia. La mujer saltó entonces sobre sus hombros y le hizo algo por lo que ella rugió con fuerza e intentó alcanzarla, sin éxito. Le clavó algo en el cuello y saltó hacia atrás, con una voltereta y cae con gracilidad, preparándose para volver a a la carga en cuanto hiciese falta. El objeto explotó en su cuello y la mujer cayó al suelo, agotada, respirando entrecortadamente. Puede que fuese resistente pero nosotros no nos quedábamos atrás. Más disparos por parte de ambos impidiendo que se levantase. Rugió y alzó el vuelo como un cohete, elevándose varios metros sobre el cielo. Su cuerpo humeante se alejó de nosotros, intentado escapar. ¡Ahora sí! ¡Ahora sí que la teníamos donde queríamos! Ya no había orgullo en las batidas de sus alas, ni en su rostro, y se llevó la mano al brazo derecho en un típico gesto de dolor.
- ¡Eso! ¡Huye! ¡Y que no se te ocurra volver a meterte con la Tierra! Sois muy buenos.- Pero aquello todavía no había terminado. Puede que hubiésemos derribado a aquella mujer, pero todavía quedaba mucho por hacer en la ciudad.
OCC: Para Sam, puedes hacer lo que quieras. Si necesitas ayuda o tienes dudas me tienes a tu entera disposición para cualquier cosilla ;P
A Cass y a Ecli, Misa está herida y pretende huir. Podemos intentar perseguirla o limpiar las calles de más badoon, lo que prefiráis. Si tenéis cualquier duda ya sabéis dónde encontrarme. Veréis que poco a poco hay menos aliens en las calles a medida que ha ido evolucionando la batalla, y que el ejército está movilizándose, ayudando a los civiles y enfrentándose a las naves en el aire. ¡Ánimo que no queda nada!
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Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 2nd Enero 2017, 00:10
Nadie podría decir que Eclipse era una persona vulnerable o frágil. Había sido superviviente de guerra; se había entrenado en la Legión Extranjera, famosa por ser de las más duras y conocida por utilizar métodos brutales que no todos eran capaces de soportar; había sido cazarrecompensas y había sufrido torturas que habrían terminado con la cordura de cualquiera. No, se le podía acusar de muchas cosas, pero ser débil no era una de ellas. Sin embargo, ver la manera en la que Cassandra se dirigía a Decibelio le dolió más que un cuchillo en el corazón.
Podía contar con los dedos de una mano las palabras que le había dirigido desde su reencuentro, y lo había asumido como una consecuencia lógica de la dificultad que la muchacha encontraba para expresarse cuando se encontraba nerviosa o agitada, pero ahora llegaba ese chico a quien ninguno de los dos había visto en la vida y se dirigía hacia él con una naturalidad afectuosa que le sentó como un jarro de agua fría, sobretodo considerando que le había ignorado totalmente cuando había ido a preguntarle cómo se encontraba.
Ya está, se acabó. No podía evitar recordar que fue de una manera muy parecida como se habían conocido ellos dos, en mitad de una situación de crisis en pleno combate, y un aguijonazo de celos le asaltó, a pesar de saber que era completamente absurdo. Al fin y al cabo, Cassandra podría tener muy claras las razones por las que había cortado con él, y resultaba obvio que en aquél tiempo se había esforzado por olvidarle, mientras que para él, a quien su repentina huida había pillado totalmente por sorpresa y que llevaba semanas tratando de encontrar una explicación, seguía siendo su prometida, a la que había pedido en matrimonio hacía poco más de un mes. Era muy duro verla tratar a un desconocido de manera afectuosa mientras que él sólo recibía una actitud fría y distante. Desde luego, si aún le quedaba alguna esperanza de que podrían hablar y aclarar las cosas, aquél gesto de Cassandra acababa de destruirla de manera cruda y sin atemperar. No estaba usando ninguna ilusión, sino su aspecto mutante real, y en aquellos momentos disimular sus emociones haciendo uso de su poder era lo último en lo que podría pensar, así que resultaría evidente para cualquiera lo destrozado que estaba por dentro.
El resto de la batalla transcurrió como en un sueño. Apenas era consciente de nada, más que de la necesidad de disparar y descargar toda su rabia y su frustración mientras los ojos le ardían y las lágrimas pugnaban por escapar de su prisión. Al final, entre todos consiguieron derribar a la mujer alada, con la ayuda inesperada de un disparo fortuito que hizo un avión que pasaba por allí, y, sin embargo, aún derrotada y gravemente malherida, logró reunir fuerzas para alzar el vuelo y escapar.
Decibelio les felicitó, pero él no sentía nada. Era como si estuviese entumecido, muerto por dentro. Ladeó la cabeza y dejó que una ilusión le cubriera mostrando su apariencia de humano normal con una expresión totalmente neutra, pero cuando habló le temblaba de manera casi imperceptible la voz.
- Hasta aquí hemos llegado -dijo mirando a Decibelio-. Honestamente creo que os irá mejor sin mí. Me doy cuenta de cuando no soy necesario -añadió mirando ahora a Cassandra. Querría haber añadido tantas cosas... pero no podía, no con un extraño delante, así que, simplemente, se acercó hasta ella y la tomó de la mano de manera formal-. Ha sido un honor pelear con vosotros.
Y añadió, acercándose lo suficiente y desde un ángulo tal que Decibelio no pudiese notar que le estaba hablando sin pronunciar palabra alguna:
Ojalá supiera qué es lo que he podido hacer para que me odies tanto, yo... respeto tu decisión y te deseo que seas muy feliz. Adiós.
Ella sabría leer en sus labios, lo sabía, así que, tras demorar su mano en la suya durante quizás un instante más del necesario, se apartó de los dos y se hizo invisible.
Tenía toda una ciudad que limpiar de badoons.
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119SamAlexander
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 5th Enero 2017, 19:05
OFF: Siento la tardanza, se me juntó todo
Una potente ráfaga de aire proveniente de fuera se abre paso al interior de la nave por el agujero recién formado tras de mí; por el cual soy prácticamente absorbido al exterior, a escasos centímetros de ser atrapado por la gigante reptiliana. Incluso pudo sentir sus asquerosos dedos, rozando las puntas de mis pies.
Hay toda una guerra aquí fuera; con naves militares intentando hacer frente a la flota de Badoons, como si de una peli de Star Wars se tratara. Aunque por desgracia no es nada de eso; pues este conflicto es completamente real.
Por unos instantes, me planteo bajar abajo y colaborar en la protección de civiles; pero finalmente la razón me dice que debo encargarme primero de los peces gordos. Pues, quizás, si derribo las 3 grandes naves, las Badoons se plateen rendirse o, al menos, retirarse.
Así que, armándome de valor, rodeo la misma de la que acabo de salir y busco la zona donde deben estar el motor y el sistema de combustible. Una vez ahí, intentaré hacerlo reventar desde fuera con un rayo de energía a máxima potencia; y, si no, pues intentaré entrar atravesando alguna pared y lo haré desde dentro.
Este bicharraco va a caer; si o si.
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Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 21st Enero 2017, 07:53
No me lancé a intentar sostenerla cuando remontó vuelo, sabía que no podría alcanzarla aunque lo intentara. Drago había dejado ir la ilusión que siempre llevaba alrededor, justo cuando ella intentaba escaparse fue que volvió a cubrirlo. Lo notaba, conocía su cuerpo entero, dentro y fuera de su ilusión, y había visto lo que sentía, agradecida de que el casco cubriese las lágrimas. Me pongo de pie por completo y me acerco a ambos. Trato de borrar la imagen de mi mente, pero no puedo. Dolor, angustia, cosas que pensé que no sentiría luego de lo que había visto. Yo pensé que...que...¿Siquiera lo había pensado?
Me acerco lentamente a ellos, algo perdida en mis pensamientos, pero sus palabras cortan mi ensimismamiento como la hoja de un cuchillo. No son sus palabras, es lo suavemente trémulo de su voz, como no puede contenerlo a pesar del enorme control que él siempre ha tenido sobre su cuerpo. No, no puede ser, vio lo mismo que yo y lleva esas memorias dentro suyo. Ahora debería haber llamado a Elissa, arreglado las cosas, y yo solamente soy un mal recuerdo. Entre eso, me da la mano, y yo se la estrecho flácidamente, mirándolo a los ojos y llorando en silencio dentro de mi casco. No puedo mantenerme impertérrita, hacer como si no me afectara. Lo amaba hace un tiempo, lo sigo amando. - Lo mismo...digo...- Lo dejo ir, pero en eso, sus labios se mueven, se inclina un poco, imperceptible para el otro hombre, pero claro para mí. Hay mil cosas que podría decirle, pero por alguna razón, solo siento impotencia, como si una mano me empujara e impidiera hacer algo que me acerque a él. Se gira luego de esas palabras y echa a andar, su figura desvaneciéndose frente a mí. Se activa la visión de calor, me llevo los dedos al casco y la desactivo casi por instinto, no quiero saber, no realmente.
- Buen..trabajo...- Le asiento al muchacho, mirándolo una última vez y girandome para caminar rápidamente, llevándome los dedos al casco. - Necesito...que vengas...a recogerme...- Corto la comunicación y sigo caminando, alcanzando el punto donde imagino que estará, pasándole por al lado con violencia. - Pregúntale...a Elissa...- Cierro los puños y acelero el paso, mientras el Batplane planea por sobre el Sena, compuerta abierta, perseguido por un deslizador armado con un pequeño cañon montado al frente y dos badoons. Repentinamente, algo se cuela en su fuselaje, el deslizador falla, estalla su motor, y se desploma al río junto con sus ocupantes. En la rampa solamente se ve a Carrie, con su resortera en mano, girando su mano derecha mientras se aferra al chasis del avión para que la computadora maniobre para girar la rampa hacia mi lado y acercarse.
- ¡Justo cuando la batalla se estaba poniendo buena! - Otro deslizador vuela hacia nosotras, pero Carrie apunta ágilmente y da en la cabeza del conductor, durmiéndolo y causando que el deslizador acompañe al otro en el Sena. Salto para subir a la rampa. - Estamos ganando mucho terreno, pero aún quedan suficientes de estos reptilianos como para unas horas más...- Asiento suavemente, ella me mira preocupado, tocándome el trozo visible de mi abdomen. - ¿Estás bien? Te ves terrible...- - Estoy...bien...- Aún no he dejado de llorar silenciosamente, si eso, lloro con mucha más intensidad, tanto que me cuesta horrores no sollozar o disimularlo. Es como si al quebrarse su voz, mi corazón se hubiese quebrado un poco más. Entramos y la rampa comienza a subir detrás nuestro mientras el Batplane toma altura y se propone volar automaticamente por el cielo de la ciudad hasta que Carrie retome los controles. Las luces rojas de la bahía de carga se encienden, ella no ha dejado de mirarme, me quito mi casco lentamente, me seca las lágrimas como puede con su capa.
- ¿Que sucedió con Drago? - - Invisible...dijo...que no era...necesario...- Otro Pff audible me recibe. - Pues no sé para ganar Paris, pero para ti seguro...¿Trataste de arreglar las...? Oh, esa es tu carita de "No", ¿Verdad? - No sabía que tuviese ese tipo de expresión facial. Nos abrazamos un momento y mi casco cae al suelo. - Queda poco, ¿Sí? - Asiento, sonriéndole como mejor puedo. - De mientras, estamos transmitiendo nuestra señal a la mansión para que sepan decirle a Drago dónde estamos, y la frecuencia del comunicador que siempre llevas contigo, por sí alguien quisiera llamarte...- No dije que quisiera... - ¿Todos de acuerdo? Genial, ve ojeando hoteles no destruidos para quedarte cuando esto acabe...y ponte el casco Cassie, esto aún no termina...- Me palmea un brazo y se va directo a la cabina, decidida. Yo tomo mi casco del suelo y me lo pongo. Creo...que quiero esto.
Mensajes : 171 Fecha de inscripción : 29/03/2015 Localización : Siempre puedes llamarme al móvil... ¿Se llama así, no? Empleo /Ocio : Líder de los Guardianes de la Galaxia. Humor : ¿Qué hace la Milano al llegar a un muelle espacial? ¡Rebotar!
Ficha de Personaje Alias: Starlord, el legendario forajido. Nombre real: Peter Quill. Universo: Marvel
Tema: Re: [Mini-Evento] Europe's living an invasion. Desde París con amor. (Star-Lord, Eclipse, Cassandra, Sam Alexander). 28 de marzo de 2019. 25th Abril 2017, 13:13
Durante unos segundos me quedo clavado en el sitio, con cara de imbécil, intentado entender lo que acababa de pasar.
- P... ¿Papá?- No puedo creerlo. Dejo escapar un suspiro sardónico, mientras niego con la cabeza. Claro, como no, el señor "yo-soy-el-emperador-de-spartax-y-tienes-que-venir-y-cumplir-con-tu-deber" no podía dejarme tranquilo ni cinco minutos. ¿Por qué no lo había visto venir? Era cierto que su estilo no era relacionarse con los badoon, pero de este tío ya me espero prácticamente cualquier cosa, para qué engañarnos. ¿Pero qué querría de la Tierra? Mi padre el único momento en el que había pisado mi planeta fue cuando conoció a mi madre, pero nunca le había interesado. Seguramente me estaría buscando para llevarme a su planeta y obligarme a ser el príncipe y ayudarle con el reino. ¿Cuántas veces tenía que decirle que no quería formar parte de nada que tuviese que ver con él? Gamora y Drax apretaron los dientes y refunfuñaron, intentando librarse de los tíos que les tenían apresados.- ¿Qué haces en Terra? ¿No tienes algún satélite por ahí que conquistar para tu imperio?-
Él sonrió y negó con la cabeza.
- Siempre tan insolente, querido hijo. Deberías tratarme con más respeto, y más aún teniendo en cuenta la situación en la que te encuentras. La razón que me trae a tu planeta no tiene que ver contigo, a pesar de lo que puedas pensar. No, no todo gira en torno a ti y tus Guardianes. Hay cosas que una persona de mi talla tiene que hacer de vez en cuando.-
- Si, como invadir un planeta y matar a diestro y siniestro a miles de inocentes civiles. Como te envidio papá, tu vida tiene pinta de ser durísima.-
- Sabes que tienes un sitio a mi lado para cuando dejes de comportarte como un adolescente y quieras empezar a ser un hombre, ya que envidias tanto mi vida... Pero ven, acércate. Mira todo eso...- Me volvió a hacer mirar a través de la ventana mientras una sonrisa acompañaba su rostro.- ¿No lo ves, Peter? Incluso estando tan atrasados los humanos tienen un poder inmenos, suficiente como para frenar un ataque a gran escala por parte de los badoon... Y eso es algo que no podemos permitir.-
- ¿Cómo que no podéis permitir... A qué te refieres?- Fruncí el ceño mientras le miraba. Su vista siguió fija en la guerra que se llevaba a cabo en el suelo y el cielo. Abrió ligeramente los ojos, ensimismado en aquel espectáculo.
- Imagínate lo que un pueblo tan violento y peligroso sería capaz de hacer en un concilio cósmico... Imagina por un momento lo que sucedería si los humanos pudiesen salir de aquí, adentrarse en lo más profundo de la galaxia... Serían peor que los skrulls o los brood... Los humanos son violentos, soberbios, egoístas... Tienen un enorme poder que no dudan en usar siempre que pueden, tanto para el bien como para el mal, y no podemos permitir que lleguen a ese punto... Esto será suficiente para que el concilio cósmico se de cuenta.- Seguía sin entender qué demonios estaba diciendo. Miré a mis compañeros que tenían los dientes apretados.
- ¿De qué estás hablando?- Se volvió entonces hacia mí, con el rostro serio y el ceño fruncido.
- Hablo de que los humanos son un peligro inminente en este universo, un mal que debe ser erradicado... Y así se hará. Volaremos la tierra para que esa enfermedad nunca se extienda por la galaxia.- Mis ojos se abrieron como platos y sentí un sudor frío en mi nuca. Espera espera, ¿acababa de decir lo que creía que acababa de decir? Me dejó allí atado mientras se dirigía al cuadro de mandos con paso firme, donde activó una especie de intercomunicador y se puso a hablar a través de él.
- Qué... ¿Qué estás diciendo? ¡No puedes destruir la tierra! ¡El concilio no lo permitirá!- Pero no me hacía caso. Hablaba con alguien y asentía. Le llamé con un grito, pero siguió haciendo caso omiso. Finalmente puso los ojos en blanco y me mando callár con un dedo sobre sus labios. Apreté los dientes y le di un cabezazo al badoon que me sujetaba, provocando que chillase de dolor y se llevase las manos a la nariz. Salté hacia él pero con un rápido movimiento me dejó fuera de combate al asestarme un fuerte y seco golpe en la boca del estómago. Me doblé sobre mí mismo y me agarró por el cuello, levantando mi cabeza para que le mirase a los ojos.
- ¡Ya estoy harto de tus tonterías! Te comportarás como un hombre y te vendrás conmigo a Spartax como príncipe. Se acabó la tontería de hacerte el héroe por la galaxia. Matad a los otros dos. Nos vamos de aquí.- Activó un botón y en las pantallas aparecieron las palabras "retirada". Las pequeñas naves que sobrevolaban París dejaron de atacar y volvieron a las enormes naves. Las tropas de tierra hablaron entre ellas y se replegaron tan rápidamente como habían llegado. Miré a Drax y a Gamora, ambos con un cuchillo en la garganta. Pero por suerte ellos no eran guerreros cualesquiera. En cuanto mi padre dio la orden de matarlos hicieron uso de toda su fuerza, librándose de los badoon que los sujetaban, para luego acabar con ellos con un rápido movimiento. Mi padre maldijo e intentó arrastrarme hacia una puerta que se abrió a pocos metros de nosotros. Pero no pensaba irme con él, no sabiendo lo que acabábamos de descubrir, así que le di un fuerte puntapié en la espinilla. Me soltó con un grito y se llevó las manos al sitio donde le había golpeado. Todo sucedió muy rápido. Me dio un fuerte puñetazo en el rostro y sentí el sabor a hierro en la boca de la sangre. Al verse en inferioridad numérica corrió cojeando hacia la puerta sin que pudiésemos alcanzarle, cerrándola tras de sí.- ¡Esto no acaba aquí Peter! ¡Te lo aseguro!-
Y desapareció tras ella. Por toda la nave miles de pitidos y alarmas comenzaron a sonar y dio un fuerte vuelco mientras comenzaba a inclinarse. Los soldados la debían haber conseguido derribar o mi padre queriendo asegurarse de que no salíamos de allí con vida había activado la autodestrucción. Fuera como fuese teníamos que salir de allí a toda prisa. Un dejavú me invadió al verme metido en la misma situación que la de la nave anterior. Nos dirigimos a toda prisa al hangar, pero esta vez pudimos salir de aquella nave antes de que todo se pusiese más peliagudo. Volamos al cielo de París, ahora vacío de pequeñas naves. Sólo los aviones franceses lo surcaban ahora mientras las enormes naves se elevaban hacia el cielo en dirección al espacio excepto la que acabábamos de abandonar y otra más allá a la que parecían haberle explotado los motores. Si hubiese prestado atención habría visto al joven Nova lanzando sus rayos a estos para convertirlos en un espectáculo de fuegos artificiales. Nuestra nave había sufrido daños, pero ninguno lo suficientemente grande como para impedirnos volar. Los tres estábamos en shock por todo. Destruir la tierra... Desde luego a mi padre se le había ido la cabeza de una forma espectacular. Jamás se permitiría algo así... ¿Verdad? No había tiempo que perder. Teníamos que reunir a todos los Guardianes y contarle lo sucedido a los Vengadores, la Liga y al concilio cósmico. El tiempo corría en nuestra contra y no podíamos permitirnos tonterías. Menudo día...
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La victoria se volvió repentinamente amarga cuando el tío de las luces dijo que nos iría mejor sin él y se alejaba.
- ¡Eh, eh, eh! Espera, ¿qué pasa? ¿Cómo que nos irá mejor sin ti? ¿Por qué dices eso? ¿Qué ha pasado?- Habló con la mujer y luego ambos se alejaron del lugar, cada uno por su lado. Vale, eso sí que había sido rápido. En un momento el pequeño equipo que habíamos formado para frenar a todos esos bichos se había separado tan rápido como lo habíamos formado. Qué desastre. Bueno, aún quedaba mucha ciudad que salvar y muchas personas a las que curar, así que activando mis patines me dirigí a toda velocidad a otros focos de combate.
Tras unos minutos ayudando a algunos grupos y curando a las personas enfermas con las que me encontré algo sucedió o debió suceder ya que los extraños seres dejaron de atacar repentinamente y se metieron en sus naves para luego marcharse en dirección al cielo. Las calles se despejaron de lagartos verdes y el cielo dejó de parecer una escena sacada de alguna película de ciencia ficción. Fue todo muy repentino y no entendí muy bien por qué, pero me alegraba saber de que la ciudad ya no corría peligro. Respiré entrecortadamente mientras miraba a mi alrededor y ayudaba a todo el que podía. Había sido una batalla dura y frenética, y me alegraba de que hubiese finalizado, pero algo me decía que volveríamos a ver a esos seres o a otros del estilo. Pero para la próxima vez estaríamos mejor preparados. Activé mi comunicador y me cercioré de que nadie me estaba mirando.
- Central, aquí "Soundtrack". Todo en orden. Las tropas enemigas parecen replegarse. Las calles de París están a salvo de momento, aunque seguiré por aquí ayudando a todo el que pueda. En cuanto tengáis noticias comunicármelas y yo haré lo mismo. Cambio y corto.- Hora de limpiar un poco las calles de restos y de basura. Puede que algún extraviado se hubiese quedado y si podía llevarlo a la MKL tal vez tuviésemos una oportunidad mejor en el futuro. Activé mis patines y me deslicé a toda velocidad por las calles.
P.D:
Y así termina este evento. Sé que no ha sido muy extenso pero espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo. Podéis hacer un último turno de posteo si queréis y como siempre cualquier duda que tengáis podéis preguntármela sin problema. ¡Gracias y hasta pronto!