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| La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) | |
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Astrid Hadlow
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Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 08/12/2013 Localización : La torre Stark Empleo /Ocio : Médico, Física y niñera a tiempo completo. Humor : Ninguno, soy sosa.
| Tema: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 14th Mayo 2014, 00:16 | |
| Llegó a su despacho pronto, como de costumbre, no le gustaba remolonear en la cama, su padre siempre decía que una persona debía dormir las horas necesarias, lo contrario por exceso o por defecto embotaba los sentidos. Y ella le hacía caso, siempre lo había hecho y en aquel asunto simplemente le parecía una buena costumbre como otra cualquiera, como la de sentarse recto o tomar un té a media tarde. Cuando pasó los sistemas de seguridad y abrió la puerta esperó encontrarse lo de siempre, más flores, una invitación a cenar... Después de aquella conversación con Natasha, después de aquella fiesta, su jefe no había parado de agasajarla, y aunque era bastante incrédula en aquel aspecto, cuando las flores que se encontraba sobre su escritorio y ella ponía en un jarrón hicieron un ramo, tuvo la sospecha de que quizás si era cierto de que le gustaba un poquito, o estaba terriblemente agradecido con ella. Pero seguía teniendo sus dudas, no por lo que él sintiera o lo que ella sintiera, sino por algo aún más poderoso. Había aprendido desde pequeña que había límites que no debían cruzarse, y habiéndose criado en una familia de larga tradición militar, estaba claro que intimar con tus superiores era uno de esos a los que ni siquiera debía acercarse. La ética jefe-empleado o la médico-paciente le impedían hacer algo así. Pero Tony Stark no parecía entender demasiado de ética, o siquiera importarle.
Sin embargo cuando llegó a su escritorio no había nada, le extrañó, lo ignoró, le hizo preocuparse y sentirse aliviada a la vez. ¿Se había aburrido de fijarse en ella? No le sorprendería que así fuera, y en caso de que fuera así ¿Eso era bueno o malo? No lo tenía claro, su mente era un caos terrible desde aquella cena en Francia, y eso la estaba afectando, estaba despistada y desconcentrada y no le gustaba eso. Tenía una teoría entre manos, una fórmula que todavía no podía confirmar, parecía prometedora, pero faltaba algo... y no sabía el que, lo tenía en la punta de los dedos, en la punta de la lengua y sin embargo cada vez que intentaba alcanzarlo se le escapaba como agua para ser inmediatamente sustituido por aquel caos que se había instalado en su cerebro. Todo era culpa suya por ser tan débil, y estaba furiosa consigo misma, y de Stark, por ser tan jodidamente encantador y persuasivo, y estaba furiosa con él.
Seguía mirando el ramo de flores que hoy no había añadido ninguna nueva a la colección, pensando seriamente dejarse de tonterías, tirarlo y ponerse a trabajar como la persona adulta que era cuando sonó el teléfono de su despacho. Tras una breve conversación no pudo sacar demasiada información en claro, parecía que Stark estaba enfermo, o tenía un problema o las dos juntas. El caso es que era su paciente y tal y como reflejaba en su contrato, su póliza incluía las visitas a domicilio; así que sin perder tiempo cogió de nuevo su coche y salió hacia su casa. Sabía donde estaba, se lo había dicho, aunque nunca había estado, y lo que encontró la sobrecogió. Si eso era una casa era la más grande que había visto en su vida. Sin contar con el Palacio de Bukingham, pero eso no contaba, era casa y lugar de trabajo a la vez. Stark vivía en un gigantesco palacete modernista y trabajaba en uno de los mayores rascacielos del skyline neoyorkino. ¡Ni siquiera sabía si tenía timbre! Así que acercó el coche a la puerta esperando que se abrieran por arte de magia o algo así.
Última edición por Astrid Hadlow el 28th Junio 2014, 19:49, editado 1 vez | |
| | | 014TonyStark
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Mensajes : 76 Fecha de inscripción : 09/03/2014 Localización : Nueva York Humor : Demasiado quizás
| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 14th Mayo 2014, 00:59 | |
| Me quedé un rato más en la cama. Siempre me gustaba gorronear media, una, o incluso un par de horas más de sueño. Empecé a dar vueltas en la cama, esta vez sin poder dormir. Y eso era malo, porque empecé a pensar. Y pensar en esos momentos no me gustaba, porque solo se me venía una cosa, mejor dicho; una persona a la cabeza. Astrid. Maldita inglesa. Ese beso que nos dimos en París, esta vez por voluntad suya, sin coacciones ni nada, fue como el pistoletazo de salida, como un semáforo que se ponía en verde delante de mi cara. Así que me tomé esa señal en serio. Ya la había invitado a cenar varias veces y ella siempre lo posponía, o tenía algo que hacer. Los de la floristería de la esquina ya me saludaba por mi nombre de pila y mi paciencia estaba llegando a su límite. ¿Por qué me lo ponía tan difícil? ¿por qué me besó en París si en realidad no quería nada? Mierda, ya me había cabreado y no era ni medio día. Fruncí el ceño y me levanté de un salto de la cama. Tenía que hacer algo y tenía que hacerlo ya. Fui a la cocina y preparé un poco de café para despejarme. Cuando andaba descalzo sobre esta, pisé algo ligeramente puntiagudo. Retrocedí instintivamente y vi lo que era. Una rosa, de las que solía llevarle a Astrid. Me senté en un taburete de la mesa y, con los codos apoyados en la isla contemplé la rosa unos segundos, enfocándola con mis ojos y dejando el interior de mi casa en un segundo plano. Cambié el enfoqué y una sonrisa de medio lado se dibujó en mi cara. ---------------------- - Señor, la señorita Hadlow está en la puerta.- Perfecto, ábrele.Estaba todo listo. Había hecho que Jarvis llamara a Astrid poniendo cualquier excusa ante la que ella no podría decir que no. Salí a la terraza, donde había una mesa para dos, como aquella vez en París, con el mismo aire romántico. En medio de la mesa, la rosa que me había encontrado esa mañana en un pequeño jarro de cristal. Apoyé mis brazos sobre la cornisa de la terraza, la cual daba al mar. ¿estaba nervioso? Si, lo estaba; y eso me ponía más nervioso aún. Era algo nuevo para mi lo de sentirse nervioso por una cita.- El señor Stark está en la terraza, señorita Hadlow.Oí indicarle a la rubia. Respiré hondo y me di la vuelta para encontrarme con su mirada. No sabría como definirla y estaba demasiado nervioso para intentarlo. - Mira, he cocinado para ti.Miré los complejos y sofisticados platos, perfectamente decorados. Enarqué una ceja y volví a mirarla. - Vale, no cuela... Pero la mesa la he puesto yo._________________ Everything that drowns me makes me wanna fly | |
| | | Astrid Hadlow
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Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 08/12/2013 Localización : La torre Stark Empleo /Ocio : Médico, Física y niñera a tiempo completo. Humor : Ninguno, soy sosa.
| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 15th Mayo 2014, 02:11 | |
| Astrid se olía algo malo cuando la IA que controlaba la casa no la hizo pasar al dormitorio de su jefe, sino hacia la terraza. Sus sospechas se confirmaron cuando ante sus ojos apareció un cuadro de similar composición al que tuvo en París y de inmediato se tensó como la cuerda de un violín. Aquello no era una buena señal, si es que había algo en las últimas semanas que fuera una buena señal. Stark se empeñaba en poner a prueba su resistencia de la manera más cruel que podía existir, porque no era de piedra, y él le gustaba, y eso lo hacía todo aún más duro.
- Señor Stark, no... no debería estar aquí... tengo mucho trabajo y... debería volver.
Debería volver, si, eso lo sabía, el problema es que no quería irse, pero tampoco quería estar allí. Quería huir, lejos, muy lejos, que la tragara la tierra allí mismo; y encima tenía hambre lo cual lo hacía todo más difícil y humillante, porque tenía todo una pinta tan deliciosa, y apenas había desayunado. Llevaba días sin pegar ojo y por las mañanas le costaba un mundo levantarse, y todo por su culpa, porque no paraba de tentarla y ponerla nerviosa. ¡Y estaba demasiado nerviosa!
A la mierda, a la mierda todo, a la mierda ella, su jefe, y todas las normas que la hacían mantenerse impasible mientras los coqueteos de Stark golpeaban su resistencia como un ariete. Se acercó con paso tembloroso, como un antílope si el leopardo lo invitara a dar un inocente paseo, y tras una nerviosa sonrisa y un suspiro agotado, se sentó, dándose por vencida. Sabía que de todas maneras no tenía escapatoria de aquella situación y lo mejor que podía hacer era rendirse.
- Me avisaron de que estaba enfermo...
Estaba haciendo un despliegue de torpeza social como nunca se había visto, la última vez que se sintió tan estúpida intentando iniciar una conversación fue cuando encontró las fotos de aquella periodista desnuda. Oh, si, y aquella vez se besó el suelo cuando se acercaba al catedrático del departamento de cirugía durante un simposio... Muerta de vergüenza, vació la copa de agua con presteza, si se mantenía hidratada quizás no entraría en ebullición, aunque tenía serias dudas al respecto. | |
| | | 014TonyStark
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Mensajes : 76 Fecha de inscripción : 09/03/2014 Localización : Nueva York Humor : Demasiado quizás
| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 16th Mayo 2014, 00:03 | |
| Miraba a Astrid con esa sonrisa de imbécil que odiaba y que siempre que salía, no podía quitarme de la cara. Observé la reacción de la rubia; y una pequeña parte de mi deseaba que saliera corriendo. Sería la señal definitiva para dejarla en paz y olvidarme de ella, la mujer que me quitaba el sueño y me daba migrañas.
Tras unos instantes se sentó. Yo la seguí y conseguir quitar esa cara de idiota. Estaba muy nervioso y no sabía por que. Bueno, si lo sabía, pero no quería admitirlo.
- Ya, bueno; ya me encuentro mejor.
Otra vez esa sonrisa, mierda. La cena transcurrió de charla trivial en charla trivial. Nada interesante. No sabía que decir, no sabía como actuar. Me había quedado completamente en blanco. Esa cena había sido una estupidez, todo había sido una estupidez. Me sentía como un auténtico gilipollas, sentía que valía menos que nada, me sentía asquerosamente mal.
Sin darme cuenta, todos esos pensamientos y sentimientos empezarón a hinundarme la cabeza y por mis ojos pasarón todas mis novias. Mis novias serias, las de verdad; que realmente no eran muchas. Las veía insultándome, dejándome, las imágenes se repetían y yo empecé a hiperventilar.
Puse mis manos delante de mi cara mientrás seguía teniendo la respiración desacompasada durante unos pocos minutos. Cuando retomé la compostura, ví que Astrid ya había terminado y no no quería más. Ahí acababá todo. Me pusé en píe.
- Gracias por quedarte, siento haberte molestado, no volverá a suceder.
¿Y qué decir si no? Quizás todas esas mujeres en mi cabeza tenían razón, quizás soy un mierda y ninguna mujer merecía sufrirme. Quizás era todo cierto; y si es así, no quiero que Astrid sufra por mi, como no quería que lo hicieran todas ellas. Pero es lo que acabó sucediendo, y era lo último que quería para ella.
Me dirigí a la cornisa y volví a situarme apoyando mis brazos en ella, mirando a ningún sitio y esperando a escuchar el portazo que lo cerraba todo. _________________ Everything that drowns me makes me wanna fly | |
| | | Astrid Hadlow
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Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 08/12/2013 Localización : La torre Stark Empleo /Ocio : Médico, Física y niñera a tiempo completo. Humor : Ninguno, soy sosa.
| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 16th Mayo 2014, 00:55 | |
| Se daba cuenta de que algo iba mal, no con la cena, no con la encerrona, se había dado cuenta casi al instante de que lo era, sino con él. No era una persona demasiado intuitiva, siempre le decían que tenía la cabeza en las nubes y seguramente así era, pero sabía cuando alguien estaba mal, tenía empatía, y en ese momento algo estaba hiriendo a Tony por dentro, y no creía que fuera el reactor de su pecho. Llenó las copas de vino vaciando la botella por completo, era cierto que necesitaba dejar el alcohol; pero ella misma era una persona que había sufrido en sus propias carnes lo que un cerebro privilegiado y la buena memoria podían hacer sobre uno mismo. No dudaba que él seguramente habría sufrido más que ella, pero quizás en el fondo no fueran tan diferentes. El con sus problemas y ella... bueno, ella era el bicho raro que todos rechazaban. Tomó ambas copas y se acercó a la cornisa, apoyándose en ella pero con cuidado de no mirar abajo, conocía sus límites y no quería sorpresas desagradables.
- Quizás no ayude nada de lo que pueda decir, pero a veces también me siento sola. Soy el bicho raro, soy cobarde, seria, torpe, sosa e indecisa. No soy la primera elección de amistad para la gente. Aunque si el recurso fiable.
Vació su copa de vino casi de un trago y comenzó con la de él, acaba de reconocerle a su jefe que si vida era una mierda para intentar paliar lo que fuera que le pasara. No era psicóloga, pero sospechaba que aquella iba a ser una noche en la que necesitaría mucho vino.
- Te dije que nunca me molestabas y he sido estúpida evitándote. Necesitabas hablar con alguien y no estuve cuando me necesitabas. Debes saber que... no es que no quiera cenar contigo... es que... bueno, me siento intimidada. Haces cosas hacia mí que nadie había hecho nunca, París, las torre Eiffel, las flores, las bromas. Soy insignificante y tu que eres tan importante haces cosas que nadie siquiera ha intentado.
Se sentía fatal, culpable por haberle esquivado como una cobra durante semanas y fatal en general porque sus experiencias con el sexo opuesto habían acabado siendo una mierda, una gran mierda. El que no la había engañado con alguien le había dado la patada al poco de llevársela a la cama, hubo uno que batió su propio récord, en el mismo día... Increíble... Aunque claro, tampoco iba a hablar como si tuviera una gran experiencia, su lista de ligues, serios o no serios era corta. Si Stark la viera, se reiría de ella, quizás debería enseñársela para animarlo, y luego tirarse de aquel balcón para abajo... | |
| | | 014TonyStark
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Mensajes : 76 Fecha de inscripción : 09/03/2014 Localización : Nueva York Humor : Demasiado quizás
| Tema: 5 17th Mayo 2014, 04:28 | |
| Levante mi cara para ver a Astrid beberse ambas copas de vino y hablar sobre si misma en un intento de animarmeme. La mire con una sonrisa melancólica. Podría tener todos los defectos que quisiera, pero seguro que los veo y doblo. Además, yo no veía ninguna de esas cosas que ella decía, pero no tenia ganas de discutir y simplemente, seguí escuchandola.
- No tienes que excusarte por nada, aguantar las gilipolleces de tu jefe no tiene que ser lo más divertido del mundo.
Dejé de mirarla para dar la espalda al mar y darle mi perfil a la rubia.
- Bueno, respecto a eso... Yo no busco intimidarte, simplemente busco... No se que busco, la verdad. Pero tu te mereces todo eso y más, muchísimo más. No eres para nada insignificante, ni un bicho raro; estoy harto de decírtelo, eres una mujer fantástica con mucho que ofrecer, eres algo más que un recurso fiable
No quería mirarla, porque le había mentido. Si sabía que buscaba, la buscaba a ella, la quería, la necesitaba. Esa situación era agobiante, mi cerebro no quería empezar a olvidarla y yo empezaba a agobiarme otra vez. Llevé mi pulgar a mi boca y comenze a morderme la uña, una vieja manía que hacía tiempo que no surgía.
Cuando me dí cuenta de aquello, bajé la mano rápidamente y salí de allí con paso decidido hasta la cocina. Agarré otra botella de vino. La abrí y volví sobre mis pasos hasta reencontrarmee con la rubia.
- ¿Más vino? _________________ Everything that drowns me makes me wanna fly | |
| | | Astrid Hadlow
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Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 08/12/2013 Localización : La torre Stark Empleo /Ocio : Médico, Física y niñera a tiempo completo. Humor : Ninguno, soy sosa.
| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 18th Mayo 2014, 00:23 | |
| Asintió cuando le ofreció más vino, lo necesitaba. No le gustaba emborrachase, pero dadas las circunstancias y que aquella parecía la noche en la que se airearían los detalles vergonzosos y humillantes de sus vidas parecía un momento tan bueno como cualquier otro para hacerlo. Ese tipo de cosas era mejor hacerlas cuando el alcohol no te daba oportunidad de arrepentirte mientras hablabas y él parecía bastante dispuesto a complacerla, al menos en ese aspecto así que...
- Si, más vino por favor.
Bebió un sorbo largo de su nueva copa, un vino excelente, debía reconocer, intenso en paladar, le recordaba a él, amaderado, potente. Esbozó una sonrisa sardónica ante lo que el sabor le evocaba y prosiguió, dando una pequeña patada en el suelo y un golpe con la mano en sobre el cemento de la cornisa estaba enfadada, con él, con ella, con el vino que le recordaba a él, con la cena que le recordaba a París y con las ganas que empezaba a tener de lanzarse a sus brazos. ¿Porque no? Ella también se merecía una alegría.
- ¡No es eso! No es cuestión de que me parezca triste, o divertido, o aburrido o entretenido. Lo hago porque me apetece, porque necesitas a alguien y quiero ser la persona que te escuche cuando nadie lo haga. Si quieres, claro. Y no buscas intimidarme, pelo lo haces. ¿Sabes? Es un problema mío, soy fácilmente impresionable, y la gente... importante me intimida siempre; cada vez que me reunía con el rector de la universidad creía que iba a darme un síncope y tu eres mucho más importante que un rector de universidad, y más divertido y más atractivo que un cincuentón estirado que cree que el campus es su feudo. Y quizás sea algo más que un recurso fiable, pero a nadie le ha interesado hasta ahora lo demás
Había hablado mucho y tenía sed, así que vació por tercera vez su copa y la rellenó hasta arriba de nuevo. No sentaba mal el desahogo, contar por fin todo lo que pensaba, a fin de cuentas, él le había dicho muchas veces lo que pensaba pero ella siempre se había callado y guardado cosas, lo mínimo que se había ganado es que fuera al menos igual con sincera una vez. Y el tema de que se estuviera emborrachando y su jefe le gustara no tenía nada que ver. Absolutamente nada.... | |
| | | 014TonyStark
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Mensajes : 76 Fecha de inscripción : 09/03/2014 Localización : Nueva York Humor : Demasiado quizás
| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 18th Mayo 2014, 16:03 | |
| Veía atónito como Astrid no dejaba de beber, copa tras copa. Yo aún no había acabado ni la primera copa. Todo parecía ir normal, no bien, pero si normal; hasta que, dios sabe por qué, la rubia dio un golpe en la cornisa, cogio carrerilla y soltó todo lo que pensaba en un ataque de sinceridad.
Me quede callado durante un momento, asimilando todo lo que había dicho.
- Yo no soy importante. Eso es lo que todos creen, pero fuera de Industrias Stark, fuera de mis armaduras, solo soy un hombre. Y ni si quiera uno normal. Soy pendenciero, cabezota y no recuerdo ni un solo día de mi vida en el que no haya necesitado un vendaje.
Me acabé la copa y me serví otra. Tenía que alcanzar a Astrid, pero tras tantos años tirando de bourbon y vodka, el vino poco podría hacerme.
- Y realmente, no entiendo que quieras hacer eso. No entiendo que quieras ser la persona que me escuche y que me aguante las estupideces, ¿quién querría hacerlo sin buscar algo a cambio?
Acorte prudencialmente la distancia entre ambos y puse la mano que tenía libre sobre la que ella tenia sobre la cornisa y la estreche con delicadeza.
- Por eso te veo como algo más que un recurso fiable y veo todo lo bueno que tienes, todo eso que tu te niegas a ver.
Cuando acabe la frase, me di cuenta de que la distancia ya no era tan prudencial. Me alejé un par de pasos y solté su mano, solo para dejarla al lado de la suya. Me llevé la copa a la boca y me la acabe de un trago como si fuera agua. _________________ Everything that drowns me makes me wanna fly | |
| | | Astrid Hadlow
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Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 08/12/2013 Localización : La torre Stark Empleo /Ocio : Médico, Física y niñera a tiempo completo. Humor : Ninguno, soy sosa.
| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 19th Mayo 2014, 01:53 | |
| Empezaba a sentir como su punto de gravedad se había desviado, ni hacia arriba ni hacia abajo, más bien hacia un lado, a juzgar por como escoraba hacia la cornisa, ya que era el único punto sólido que tenía a mano capaz de sostenerla a ella y su dignidad británica. Aunque en aquel momento, ella opinaba que estaba estupendamente bien y el único problema era que acumulaba demasiado estress y cansancio, y aunque eso era cierto, una cosa no quitaba a la otra y ya no se encontraba en condiciones para manejar maquinaria pesada.
- No seas estúpido. De hecho la cuestión es que no eres estúpido; fuera de Industras Stark, fuera de tus armaduras siendo un hombre increíble... ¿Que crees que queda cuando separas a esos ejecutivos agresivos de sus poderosos puestos? En la mayoría de los casos una neurosis aguda y una fuerte adicción al trabajo. Tu al menos sigues siendo un genio, dentro y fuera de la empresa, si, seguro que te lo dicen mucho, pero es cierto. Tienes inteligencia e ingenio, y no siempre van de la mano esas dos cosas. ¿Sabes a cuanta gente se le habría ocurrido en tu situación hacer lo que hiciste?
Señaló el reactor en su pecho, hincando un dedo en el mismo, aunque sin brusquedad, simplemente para remarcar el tema del que estaba hablando. Aquello ya no era un asunto de animarle, no veía porqué tenía que hacerlo, aunque la verdad es que en aquel momento sólo se fijó en que su copa se estaba vaciando, y ella volvía a tener sed. Se la llenó de nuevo y pegó un sorbito, tomando aire y líquidos antes de proseguir.
- A nadie... a nadie se le habría ocurrido eso. Vale, puede que el paladio no sea exactamente una solución, ya que te está intoxicando. Pero mientras tanto... ¿Cuanto tiempo has gando? Una barbaridad, y por si fuera poco, has creado un montón de armaduras con las que haces un montón de cosas buenas. Porque las armaduras hacen a Iron man, pero las armaduras no son NADA sin el hombre que va dentro... No se si me entiendes... Si tu no usaras las armaduras y lo hiciera otro ¿Iron Man seguiría siendo Iron man? Yo creo que no, Iron man no es sólo la armadura, no es sólo el traje, es la persona que va dentro, las decisiones que toma, los riesgos que corre. Tu en cierto momento, decidiste hacer algo bueno, algo heroico, y te arriesgas una y otra vez con ese traje, arriesgas tu vida cada vez que te pones esa armadura. ¿Puedes asegurar que otra persona haría lo mismo? No. No es malo necesitar un vendaje, te voy a confesar algo... soy terriblemente torpe, si yo tuviera que hacer lo que haces tu, me habría partido la crisma hace tiempo. Pues eso, lo malo no es necesitar un vendaje, sino no tener nadie que te lo ponga.
Terminó de apoyarse sobre la cornisa, sin mirar abajo, cuando su centro de gravedad estaba desviado, sentía su cuerpo más ligero y como el espacio a su alrededor se curvaba sin añadir nuevas dimensiones no era buena idea mirar hacia un acantilado, por muy bonito que le dijeran que era. Aunque no se lo habían dicho, pero no lo necesitaba. Era el jodido Tony Stark, seguro que hasta su maldito acantilado era bonito.
- ¿Sabes Tony? Realmente tu fe en la humanidad es escasa, y eso que eres un héroe. Yo te escucho sin esperar nada a cambio. Quizás sea gilipollas, no lo descarto; pero soy así, me preocupo por la gente y por aquellos que me importan, y hasta lo que yo sé, la última vez que lo comprobé tu eres "gente" y me importas. Y no sólo porque seas mi paciente, sino porque realmente creo que mereces importarle a alguien.
Astrid había sentido el suave apretón de su mano, había sido fantástico, y cuando terminó de hablar, le devolvió el suave apretón. Estaba más que claro que Stark había tenido demasiada gente poco apropiada a su alrededor. ¡El mundo estaba lleno de gorrones! Panda cabrones que se habían aprovechado de él... Y claro, ahora pensaba que nadie daba sin recibir nada a cambio. ¡Pues estaba equivocado! Ella no quería nada de él, bueno, realmente en ese momento no le iba a hacer ascos a un achuchón, pero tampoco era lo que estaba buscando. No, ella no buscaba nada de él, a fin de cuentas, por mucho que tuviera él, ella ya tenía todo lo que quería y necesitaba. Salvo el LHC del CERN, pero eso tampoco lo tenía Stark, lo tenían los suizos, como si no tuvieran suficiente acaparando aquel delicioso chocolate. | |
| | | 014TonyStark
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| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 19th Mayo 2014, 22:22 | |
| Me quedé con cara de poker, pero por dentro estaba alucinando literalmente. ¿De verdad ella pensaba todo eso de mi? Sabiendo todo lo que sabía, todo lo que el puto mundo sabía, ¿ella seguía pensando que era un genio? No lo entendía, no entendía nada.
No podía articular palabra, ni una sola. Esa mujer había conseguido lo que nadie había logrado hasta ahora, callarme. Quizás fueron sus palabras, quizás su significado, quizás de quien venían; de cualquier forma, mi boca no era capaz de emitir palabra. Pero no se dirá que no lo intenté.
- Yo, esto... ¿De verdad tu... guau.
¿ Guau? ¿GUAU? ¿En serio? Respiré profundamente y contuve mis ganas de saltar al vacío. Bebí de mi copa hasta acabarmela, con la cual casi me atraganto al sentir como ella me devolvía el apretón. Me quedé un segundo ahí, con su mano sobre la mía. Observe como la inglesita empezaba a tambalearse. Le arrebate la copa de la mano y me la lleve hasta la boca para bebermela de un trago. Yo aún seguía como si nada, pero ella estaba empezando a emborracharse y no quería que fuera a más. Al final va a ser verdad eso de que las costumbres se pegan...
- Ya vale de beber, pequeña borracha.
La cogi delicadamente de los hombros y la dirigí al interior de la casa hasta el salón y la deje sentada en el sofá.
- Dame tus llaves, te llevo a casa.
Me quedé de pié junto al sofá, esperando que Astrid me cediera las llaves de su coche para poder llevarla a su casa a que descansara un poco. Ni loco la iba a dejar irse sola en ese estado. La llevaría hasta su casa, aparcaria su coche, la subiría hasta la puerta de su casa y volvería a la mía acabar esta borrachera fallida con bourbon, ese era el plan. _________________ Everything that drowns me makes me wanna fly | |
| | | Astrid Hadlow
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| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 19th Mayo 2014, 23:44 | |
| Se dejó guiar dentro de la casa mientras fruncía el ceño. ¿Pequeña borracha? ¡Si ella nunca bebía! Estaba indignada por lo que acababa de decir, acusaciones sin fundamento, pero por algún motivo, no se le ocurría que decir al respecto. Cuando le pidió las llaves frunció aún más el ceño, le miró fijamente y tras largos segundos de deliberación, finalmente se recostó contra el sofá y soltó con una seguridad nunca antes vista en ella.
- No.
Estaba seria, o al menos todo lo sería que podía estar una persona que debería dejar de haber bebido hace tres copas de vino, tenía una sonrisilla de estúpida autosuficiencia estampada en la cara mientras cruzaba las piernas como si en su mente hubiera algo obvio que él era incapaz de ver.
- Me has hecho venir con un propósito, escucharte, ponerte una venda, quizás no en el sentido más literal de la palabra y por el momento la única que he hablado era yo. Algo necesario para que te dieras cuenta de que lo que realmente pensaba y que estaba dispuesta a escuchar, no era sólo efecto del vino, pero lo necesitaba para decir todo lo que realmente pensaba sin tener ganas de tirarme por la cornisa. No me discutas o realmente tendré ganas de hacerlo. así que ahora vas a ser un niño obediente, te vas a sentar aquí y vas a contármelo todo mientras te abrazo. Tranquilo, no soy tu psicóloga y no voy a cobrarte por horas.
Nadie conocía las fases de la borrachera de Astrid, no al menos nadie presente en aquella casa, pero no tenía exactamente una exaltación de la amistad, ya que siempre era fiel a sus amigos y no le importaba alabarlos estando sobria. Lo que solía suceder por el contrario es que la gente comprobaba donde se había ido toda esa disciplina militar que había recibido en su casa. No es que hubiera pasado su infancia levantándose a toque de diana, pero muchos se extrañaban como es que viviendo con un padre y un hermano con tendencia a la autoridad no se le hubiera pegado nada. Dejaban de preguntárselo cuando bebía de más.
- De todas maneras no iba a dejarte solo, tienes esa mirada de "Pienso vaciar cuatro botellas de bourbon en cuanto me quede solo" Y ya te dije que iba a poner remedio a tus problemillas con el alcohol.
¿Que mejor momento para empezar a hacerlo que aquel? Aunque no creía ser una autoridad demasiado competente en sobriedad en aquel momento, pero mucho más que él desde luego. | |
| | | 014TonyStark
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| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 20th Mayo 2014, 00:31 | |
| - ¿Cómo que no? Dame las llaves ahora mis...
Pero no me dejó acabar, simplemente siguió replicandome y exigiendome que le contará que me pasaba. Intente rechistar, pero no había manero y el comentario de las botellas de bourbon me había dejado muerto. Aquella rubia me conocía demasiado bien.
Arrastre mis pies con pesar hasta el sofá, con una pequeña mueca de niño enfurruñado dn mi cara. Me puse de espaldas al sofá y me dejé caer con los brazos cruzados, con esa actitud de niño pequeño cabreado con el mundo.
- ¿Y se puede saber qué quieres que te diga que no haya dicho ya?
Me incorporé en el sofá después de aquella frase y la miré directamente a los ojos. Era verdad, ya se lo había dicho todo y varias veces además, ¿qué más quería de mi? Pensé en mentirle, en poner cualquier excusa, era un experto en eso. Pero no, no quería ¿quería oírlo otra vez? Otra vez lo oiría, a la mierda todo.
- Ya lo sabes, ya sabes que me pasa, que prácticamente desde que te conocí me llamaste la atención y ese sentimiento ha ido crediendo dentro de mi, pero tu no quieres verlo. Y no te culpo, no me malinterpretes, estás en todo tu derecho, pero no me preguntes que me pasa, no me preguntes pro qué estoy así o por qué me voy emborracharme por ahí hasta casi caer inconsciente. Por qué aunque digas que no, se que sabes por qué es. Es por ti, Astrid, porque no te puedo sacar de mi cabeza, porque no me das una oportunidad. Porque te quiero, Astrid y tu no lo quieres ver.
Me paré al momento, me quedé estático. Había dicho la palabra prohibida, la palabra que había intentado evitar durante todos esos días. Le acababa de decir a Astrid que la quería y no sabía como reaccionar. Me quedé ahí parado, esperando que esas pequeñas palabras pasaran desapercibidas. Quería pegarme un tiro. _________________ Everything that drowns me makes me wanna fly | |
| | | Astrid Hadlow
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| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 20th Mayo 2014, 01:06 | |
| Astrid enrojeció, empalideció, quizás en algún momento se puso morada y verde; los vapores etílicos que nublaban su mente se despejaron de repente, al menos en su mayor parte. Se habría esperado alguna regresión a su infancia, algún trauma sentimental... Pero no una declaración de aquella manera, y menos de él, y así y y de él y... Estaba alucinando. En aquel momento se preguntó si le habría echado algo en la copa, pero no era así. El vino sólo había sido vino, y aquello... bueno... Aquello acababa de llevarla a la dimensión desconocida y aunque su pensamiento racional había vuelto y trabajaba a una velocidad de vértigo, su cuerpo seguía bajo los efectos del alcohol y se movía con voluntad propia.
- Parece que Natasha tenía razón.
Hablaba consigo misma, a fin de cuentas él no podía saber de que había hablado con Natasha o siquiera que había hablado con ella, pero en aquel momento no tenía muy claro lo que pensaba o decía en voz alta, ya que él seguía mirándola y eso que ella estaba hablando. Porque lo estaba haciendo. ¿Verdad? O quizás no... Quizás lo que estaba haciendo era acercar una mano a las suyas, mandar todo a la mierda y preguntarse. ¿Porque no? ¿Porque no podía ella tener lo que todas esas mujeres habían tenido? Aunque sólo fuera una noche, porque él sólo tenía mujeres de una noche y ella no era de ese tipo de mujeres pero... ¿Y que? ¿Y si se atrevía? Ella también estaba un poco harta de que la llamaran aburrida y sosa, y le gustaba; le gustaba mucho. Había veces en las que se acercaba que en lo único que podía pensar era en que la abrazara y la besara como nunca lo habían hecho. Pero siempre se alejaba. Y ahora le había dicho que ella le gustaba o eso había creído entender. Había tenido valor de expresar lo que sentía, ella también quería ser valiente.
Sujetó sus manos con firmeza, con toda la valentía que le había otorgado el vino, tiró de él ligeramente mientras ella se acercaba. Si se lo pensaba nunca lo haría, si hablaba saldría corriendo a esconderse, así que le besó, tierna y dulcemente, esperando que no se echara para atrás, que no la rechazara o se moriría de vergüenza allí mismo. Nunca había pensado que se atrevería a besar de aquella manera a Tony Stark, pero tampoco se habría imaginado nunca que le dijera todo lo que le había dicho, todo lo que en general siempre le decía. Volvía a sentirse como en París, pero mejor, envuelta por un hechizo, no era la princesa de un cuento, era la protagonista de una película, donde su juramento, y todos los principios que la habían atenazado ya no existía, diluidos en aquel roce de labios tan perfecto. | |
| | | 014TonyStark
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| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 20th Mayo 2014, 12:27 | |
| ¿Natasha? No entendía. Me quedé lo más quieto que pude, como si estuviera delante de un depredador y no quisiera ser descubierto. Me agarro las manos, me acerco hasta ella y me beso. Abrí mis ojos lo máximo que pude para luego cerrarlos lentamente, hipnotizado por aquel tierno beso.
No sabia que hacer, Astrid había bebido, no quería aprovecharme de ella. Pero por otro lado parecía muy lúcida y yo llevaba esperando aquello desde hace mucho.
Finalmente, me deje llevar por mis deseos y deje atrás el razonamiento y la cordura y profundice en aquel beso.
La atraje con un poco de brusquedad hacia mi, pegándola a mi cuerpo y rodeándola con mis brazos firmemente, dejándola sin escapatoria posible y sin permitir que nuestros labios se separasen.
Poco a poco, hice que el beso pasase de dulce a voraz e impaciente, sin dejarla respirar a penas. Llevaba demasiado deseándola en silencio y ahora la tenía entre mis brazos. Y no pensaba contenerme ni lo más mínimo. _________________ Everything that drowns me makes me wanna fly | |
| | | Astrid Hadlow
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| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) 20th Mayo 2014, 18:26 | |
| Una calidez nunca experimentada se esparció por su cuerpo, embargándola y embriagándola con sensaciones a las que no se atrevía a poner nombre y que partían del centro de su alma, arrancadas sin piedad por las manos y los labios de Tony hasta su cuerpo. Le sentía, brazos apretándola contra su cuerpo, creando una fuerte jaula de la que ni podía si quería escapar; sus manos recorriendo su espalda con experiencia y suavidad, en una caricia que no quería que nunca acabara; sus labios, su lengua, tomando posesión de su boca, de su cuerpo, de su alma misma . Le sentía voraz, como si quisiera devorarla, como un león hambriento ante una gacela solitaria. Y ella no podía oponer ninguna resistencia a su apetito, a sus exigencias. Tan sólo restaba entregarse y calmar s sed, pues ella también le deseaba; deseaba perderse entre sus besos, recorrer su cuerpo, llegar hasta donde nadie había llegado.
Con suavidad se acomodó en su agarre, acariciando su rostro, su hombros, dando un ritmo más lento al beso; si iba a entregarse a él, al hombre que tanto la fascinaba, sería a su manera. No era como las mujeres que habitualmente ocupaban aquel lugar y por mucho que lo intentara nunca podría comportarse como ellas. Era simple y llanamente diferente. Las manos de Astrid le acariciaban con dulzura, como si quisiera memorizar cada célula de su cuerpo para recordarle cuando él no estuviera.
Poco a poco él aceptó el nuevo ritmo, mostrándose inicialmente dubitativo para enseguida retomar el control. Había esperado demasiado tiempo para aquello, por fin era suya, no le importaba saborear el momento, el triunfo. Por una vez, el universo conspiraba a su favor. No sabía cómo ni porqué, ni siquiera creía merecerlo. La mujer que suspiraba complacida entre sus brazos era como un regalo de esos dioses en los que no creía, había aparecido ante él como un salvavidas en tiempos de necesidad; no se merecía sus atenciones, su preocupación, su deseo, y sin embargo allí estaba, con sus trémulas manos recorriendo su pecho diciéndole sin palabras lo que antes había expresado con su voz. Que le apreciaba, que era importante para ella. ¿Sería un espejismo? ¿Una mentira creada por su mente para engañarle con un placebo? No lo sabía, no le importaba, ya lo descubriría más tarde. En aquel momento lo único que le interesaba era la dulce piel de su vientre bajo su ropa. Ya nunca la dejaría escapar, la haría suya y lo sería por siempre.
Sus besos le doblegaban, sus caricias le sometían y lo convertían en un esclavo de sus deseos y anhelos. Quería saborearla, catar su alma e instalarse dentro eternamente. No podía esperar más, demasiadas barreras se interponían entre ellos; obstáculos que se habían reído de él y su mala fortuna durante demasiado tiempo, pero ya no más. Nunca más. Nervioso y seguro a la vez, pasó un brazo bajo sus rodillas mientras con el otro sujetaba su cintura, sin despegar sus labios de ella, pues parecía que cualquier momento que no la estuviera besando eran segundos desaprovechados y nunca le había gustado perder el tiempo.
Astrid había perdido la noción del tiempo y el espacio, se sentía como flotando entre las más brillantes estrellas de todo el cosmos. Con cada roce, cada caricia, su piel se sentía arder desde dentro, sus entrañas bullían hambrientas de un deseo profundo. Él invocaba un lado de ella que ni siquiera conocía; pues no sólo entregaba, sino que exigía de igual manera. Quería, anhelaba, necesitaba que él la satisfaciera, no sólo físicamente, y él complacía todas sus exigencias.
El camino hasta el dormitorio no fue largo, no había motivos para demorarlo más, ambos lo deseaban y se deseaban, querían y necesitaban el uno al otro de maneras que todavía los dos estaban por descubrir. Fue delicado, no quería asustarla, no quería dañarla; su ropa desapareció entre caricias, suspiros y jadeos cargados de pasión antes de reanudar la tarea de aprenderse sus respectivas anatomías en un crescendo de besos, caricias y roces que paso a paso componían una hermosa sinfonía. Hasta que finalmente, el momento largamente esperado. Ella alcanzaba una nueva comprensión del universo y sus sentimientos y él llegaba al paraíso tras años de dura penitencia.
Aquella noche se entregaron el uno al otro como nunca habían hecho, se amaron como nunca habían amado y grabaron a fuego sus nombres no sólo en sus cuerpos con sus caricias, sino en sus almas con cada sentimiento expresado.
Aquella noche fue larga y cuando el amanecer despuntó por las ventanas del dormitorio, el sueño apenas acababa de hacer presa de Tony Stark que se había quedado observando las desnudas curvas de su amada, moverse junto a él al compás de sus sueños. Pero ella se despertó inmediatamente y sin su oscura mirada para retenerla, enseguida se fustigó por lo que había hecho. Había sido imprudente y estúpida, se había acostado con él aun a sabiendas de que ella no soportaría ser nada más que otro hito y para él nunca sería nada más que otra noche en compañía. No podría escuchar impasible su condescendencia, no quería pasar por eso y su cerebro rápidamente tomó una decisión que la llevó a escurrirse de la cama como una lagartija, vestirse por el pasillo y escaquearse hasta su coche como una ladrona.
Cuando llegó a su domicilio actuó con celeridad, no había tiempo que perder. Una ducha rápida, una maleta llena de ropa metida a capón, con su pasaporte en el bolso y el capitán en casa de su amable vecina de enfrente, Astrid se plantó en el aeropuerto de La Guardia, en la terminar de vuelos internacionales y tras un rápido análisis al panel informativo habló con la sonriente azafata de tierra.
- Un billete para Ginebra, el próximo vuelo, por favor.
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| Tema: Re: La amenaza de la bestia (Tony Stark) [Marvel, Pre-Omega] (9-5-2017) | |
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