Una noche loca (Tony Stark, Astrid Hadlow y Hawkeye)[Marvel, Pre-Omega, 25/11/2016]

Me desperté temprano, a eso de las 10. Aunque estaba cansada, no podía dormir, había tenido sueños raros referentes a mi pasado y cosas por el estilo y había sido una noche bastante mala. Fui a la cocina y preparé un poco de café; el olor de aquella bebida me hacía recordar a alguien de mi pasado. Me quedé un rato embobada pensando en mis cosas. Solía entristecerme cada vez que pienso en el pasado.

Desperté de mis divagaciones y fui al cuarto a vestirme. Era sábado y hacía un día esplendido así que decidí irme a correr un rato; me vestí, cogí las llaves y el MP3 y salí a correr un poco por Central Park. Sin duda, el día era inmejorable y todo el mundo se había echado a la calle en vista de ello. En el parque había niños con sus madres, jóvenes jugando a diferentes juegos, ancianos dándole de comer a las palomas...

Después de un rato, me pare para tomar aliento. Justo detrás del banco en el que yo estaba había unas chicas de unos diecinueve o veinte años que tomaban el Sol y hablaban de sus planes para por la noche. Hablaban de lo mucho que se iban a divertir en aquella fiesta a la que iban, cuanto iban a beber, con cuantos chicos se iban a liar. Al escuchar la conversación no pude retener una pequeña sonrisa de nostalgia.

Pero la verdad es que hacia muchísimo que no salía por ahí sin preocuparme de nada y echaba bastante de menos esos tiempos. Realmente me puse a calcular cuánto tiempo llevaba sin salir y , madre mía; me sentí viejísima. Sin darme cuenta, me entraron unas ganas increíbles de salir esa noche pero la pregunta era ¿con quién? Seamos realistas, no soy una persona amigable. Respiré hondo y mire en mi móvil los pocos contactos que tenía. Fui pasando uno a uno sin tener éxito hasta que encontré al idóneo.

Pero a la hora de llamar, me dio un poco de... como se dice... creo que se llama vergüenza. Era un compañero de trabajo, por Dios. Aunque nadie me negaría que era la persona adecuada para salir por ahí; así que volví a respirar hondo y le di a la tecla de llamar mientras cada segundo se me hacía eterno. Por fin contestó.

- Eh, ¿si? Hola Stark. Si, soy Natasha. Si que es raro, si. Llamaba para preguntarte si querías salir esta noche. ¡No, no en plan cita! Yo que se, en grupo, para beber y esas cosas. Claro, avisa a quien tu veas. Entonces a las diez. Venga Tony, nos vemos.

Al fin tenía plan. Tenía unas ganas increíbles de que llegará la noche.

No me lo podía creer. Literalmente. Hice que Jarvis inspeccionará tres veces la llamada por si era una trampa o alguna broma o algo.

- Señor, era sin duda una llamada de la señorita Natasha Romanoff.

- Ya...

No es que no quisiera verla. Era una compañera de S.H.I.E.L.D., de Los Vengadores; y creó que es normal que me llame la atención. Natasha nunca ha sido, a mi parecer, una mujer de quedar los sábados por la noche y soltarse la melena. Aunque si quería hacerlo, que mejor que con el rey de la fiesta.

- Jarvis, mi agenda de contactos, por favor.

- Al momento, señor

Ante mi apareció un holograma de mi lista de contactos. Tenía muchos conocidos pero pocos amigos con los que salir a tomar una copa. Al momento se me ocurrió. ¿Qué mejor ara salir con nosotros que los Vengadores? Me fui directo a los contactos de los Vengadores en mi agenda.

El capi, a mi entender, estaba de misión desde hace unos cuantos meses. Banner ilocalizable. Y creo que Thor no tiene buena cobertura por ahí arriba. ¿Y Barton? No sabía si Barton estaba si quiera en la ciudad, pero no recordaba haber leído ni escuchado nada sobre que estuviera de misión.

- Jarvis, llama a Clint Barton.

- Si, señor.

Daba llamada. Eso era buena señal.

- ¿Clint? Si, soy Tony. ¡Cuánto tiempo! Tu, plan para esta noche no tienes, ¿no? Lo suponía. ¡No he querido decir nada con eso! Porque íbamos a salir a tomar unas copas Natasha y yo, por si te apuntas. Vale, como veas. Con la que sea me llamas.

Bueno, Clint si estaba en la ciudad. Quedamos en que me llamaría luego para confirmarme que venía. Pensé a quién más podría avisar. Aunque sin pasarse; no era plan de montar una fiesta suprema porque conociendo a Natasha, seguro que prefería algo más íntimo.

Escuché que alguien llamaba a la puerta. Era Astrid. Sin dejarla hablar ni saber lo que quería, la invité a que se viniera esta noche. ¿por qué? Muy simple. Es una chica muy sería y quería que se divirtiera un poco. Además, si bebía más de la cuenta; ¿sobre el hombro de quién mejor que su jefe para eschuar sus penas? Deseche esos pensamientos sacudiéndo un poco la cabeza.

- Astrid, guapa. ¿Qué te parecería salir con tres sextas partes de los Vengadores está noches?

Clint estaba tirado en su sofá, había hecho sus ejercicios diarios para mantenerse en forma y ahora estaba disfrutando de su café, justo cuando recibió una llamada de Tony Stark.

Su compañero Vengador quería ir a tomar unas copas con él y con Natasha Romanoff, no es que no le gustara el plan, pero le sorprendió tanto que en el momento le dijo a Stark que no estaba seguro de si podría asistir. ¿Sería una broma?

No es que tuviera planes, no unos inaplazables, había pensado pasarse la noche viendo capítulos de "El Mentalista", con todo lo que pasó en Nueva York perdió el hilo y le gustaba mucho esa serie. Pero ir de copas con Tony y Natasha era una idea realmente interesante...

Después de pasarse una hora entera dando vueltas por su ático, Clint cogió su móvil y le envió un mensaje a Stark "Vendré, ¿a que hora y dónde quedamos?". Si era una broma fingiría que ya lo sabía y que había ido para no chafarles el plan, si iba en serio...

Si iba en serio, tenía que empezar a arreglarse si no quería quedar mal enfrente de Natasha, sabía que lo suyo era imposible, pero no por eso iba a dejar que le viera vestido de cualquier manera y sin afeitar.

"Clama, Clint" se dijo a sí mismo mientras daba más vueltas por su habitación, "pareces un adolescente antes del baile de graduación"

Aún no sabía dónde irían, así que no tenía sentido arreglarse ya, y además no era ni la hora de comer... "Por ahora sólo me afeitaré" se dijo a sí mismo, más para reafirmar que sólo haría eso que nada.

Era sábado por la mañana y como solía hacer con más frecuencia de la que le gustaría el señor Starl había vuelto a saltarse la hora para su tratamiento. Después de los primeros días había aprendido la lección y si se retrasaba más de la cuenta, bajaba a buscarle para recordárselo y si era preciso, llevárselo a rastras, afortunadamente no había tenido que recurrir a medidas tan drásticas muy a menudo. No le gustaban los pinchazos, era lógico, a nadie le gustaban los pinchazos, pero cuando tenías una concentración de paladio en tu cuerpo que sobrepasaba 10 veces el límite tóxico, escaquearse del tratamiento, no era una opción.

Astrid a veces se preguntaba como es que seguía vivo con todo lo que le había pasado, estaba claro que era por pura determinación, era un hombre imparable cuando se proponía algo, y parecía que se había propuesto vivir para hacer algo bueno con su vida. Lo admiraba, profundamente, un hombre decidido a dar lo mejor de sí, a dejar un legado. Cuidaba de todo el mundo como superhéroe y era pionero en tecnologías sostenibles con el medio ambiente. Tenía un humor peculiar y era un hombre excéntrico en su comportamiento, pero aun así amable.

Según entró por la puerta, para reprenderle por haberle saltado su tratamiento, con cara de cansada y despeinada, no le permitió ni hablar y enseguida le propuso una salida de fiesta con el resto de sus compañeros. ¿De verdad? ¿Ella saliendo con los Vengadores? Vaya... Se sentía abrumada ante semejante proposición, ella era una persona normal y corriente sin nada extraordinario, le sorprendía que su jefe hubiera pensado en ella para invitarla a algo así y se preguntaba que pintaría ella entre tanto héroe.

Por no decir que estaba agotada, estaba atascada, sin encontrar una salida al dichoso elemento nuevo que Stark le pedía sin que según las ecuaciones formuladas por el mismo, este se desintegrara en un parpadeo. Ningún otro elemento serviría para el reactor ark, pero un elemento de mayor número atómico que el paladio, inmediatamente iba en el hueco de los lantánidos, y eso significaba irremediablemente, elevada tasa de semidesintegración. Se convertiría en átomos más pequeños y partículas subatómicas antes de que pudieran darse cuenta. Un núcleo tan grande no era capaz de ejercer la fuerza suficiente sobre tantas capas de electrones sin irse al carajo inmediatamente. Como decía el refrán "El que mucho abarca poco aprieta" Y si apretabas poco, el nuevo elemento se convertiría en un montón inservible de nada. Necesitaba hacer el núcleo más pequeño, pero no sabía como. El caso es que todo eso había conllevado a una sucesión interminable de jornadas extremadamente largas, mucho café, poco sueño y varios cabezazos contra la pizarra transparente

- No se señor Stark. ¿No sería mejor que salieran solos? Es decir, no pinto mucho, o nada entre los Vengadores, por mucho que usted sea mi jefe... Y sigo con problemas con el nuevo elemento, y creo que debería dormir un poco, mañana tengo que seguir trabajando...

Astrid no lo veía claro, no veía nada claro aquello de salir de fiesta con los Vengadores. Es decir... todos héroes y... la física pringada? No, tenía claro cual era su lugar, y aquel sábado por la noche, era en su sofá con el mando de la tele, quizás echaran alguna película interesante...

Tras la afirmativo de Stark, volví rauda a mi piso, disfrutando de la calidez que el sol aportaba, yendo con precaución por las zonas con sombras. No quería quemarme mi pálida piel y parecer un salmonete esa noche. Pase por una tienda de comida tailandesa antes de llegar a mi casa y compre lo que seria mi comida ese día. Llegue, me descalce y me fui directa a mi cuarto. Mientras comía observaba las diferentes prendas de ropa que habitaban en la inmensidad de mi armario. Uno a uno iban cayendo sobre la cama, descartados, ignorados.

Cuando acabe de comer, empecé a probarme los diferentes modelos y combinaciones que más me gustaron. No sabía a que clase de gente llamaría Stark y la exagerada cantidad de ropa que había acumulado tras los años no ayudaba ni agilizaba mi elección. Pensé en el ambiente donde íbamos a estar: Un antro oscuro que incitaba a beber, reír, bailar, moverse y hacer cosas que seguramente en algunos paises, serían ilegales.  Empecé a divagar sobre esas cosas "ilegales" y sobre con quien me gustaría practicarlas. Eliminé esos pensamientos de mi cabeza y me dirigí a la ducha.

Me desnude y me introduje en la ducha. El agua era tibia, ni muy fría ni muy caliente. Como a mi me gustaba. Me lavé el pelo y al salir lo dejé secar a su aire, que se secara libre; creando rizos y ondas en mi pelirrojo pelo que ya me llegaba por media espalda. Al entrar, otra vez el mismo dilema del vestuario. Entre montañas de prendas deshechadas, divise una prenda que nunca me había puesto. La cogi entre mis manos y la alce frente a mis ojos. Un pantalón vaquero corto, demasiado, de un color claro y muy ajustado. Hice un mohín con los labios; no acostumbraba a ponerme ese tipo de prendas. Me los enfunde y me dirigí hacia el espejo, viendo como me quedaban. Me agradó lo que vi, así que me atreví a dejarmelos y lo conjunte con un top de mangas sisas vaporoso negro con unas palabras en rojo: kiss me.

Despues de un rato, cogi dinero, mis llaves y mí movil; me puse mi chupa de cuero roja y unos vertiginosos tacones negros que dejaban ver mis uñas coloreadas con esmalte rojo. Me monte en mi moto y me dirigí hacia el punto de encuentro practicando una conducción temeraria hasta llegar al sitio.

Diez menos cinco y allí aun no había nadie, cosa que suponía que ocurriría.  Me contonee hasta la barra y me sente mientras tamborileaba con mis dedos mi rodilla. Impaciente, espere hasta que dieron en punto y ahí todavía no había nadie, que bien. Se acerco el camarero, un chico muy amable y sonriente, joven. Por no hacerle un feo, pedí una cerveza y empecé a beber poco a poco esperando, un poco impaciente; que llegará la gente.

- Vamos Astrid, será divertido.

Intentaba convencer a Astrid de que cediera y se viniera con nosotros de copas. Ya no sabía que decirle, así que opte por la técnica que siempre funciona: poner cara de cachorrito y suplicar.

- Por favor, vente. Hazlo por mi .

La observe durante unos instantes. Después me acerque al escritirio y cogi un papel en el que apunte la hora y el sitio de la quedada y se lo cedi a Astrid.

- Por si te animas. Te estare esperando.

Tras eso, le dedique una pequeña sonrisa y me fui a prepararme. No quería ir muy formal, asi que me puse unos vaqueros con una camisa oscura y una americana marrón con mis distintivas gafas naranjas.

Cuandi dieron las diez en punto, me dirigí a la sala de de los coches y me decante por el flamante Aventador azul eléctrico.

Conduje hasta el bar donde había quedado con mis compañeros. Aparque con agilidad en la puerta del local y me dirigí con total seguridad, como de costumbre al interior de aquel local.

Una vez dentro, me encontre a una bella pelirroja solitaria con una indumentaria muy atractiva. Me acerque a la joven conocida y me dirigí con total naturalidad hacia ella.

- ¿No esperamos a nadie, eh?

Astrid no sabía si aceptar sería una una buena idea, no quería ir, tenía mucho que hacer, necesitaba descansar y necesitaba seguir trabajando. Pero su paciente y jefe no parecía estar muy dispuesto a ponérselo fácil. Nunca pensó que trabajar para él sería tan difícil, pero como paciente no era muy bueno, y como jefe la distraía con más frecuencia de lo que a ella le gustaría. Iba a negarse una segunda vez cuando Stark decidió jugar sucio, la miró con cara de cachorrito abandonado y luego se largó, dejándola sola y maldiciendo su suerte.

Miró el reloj de su móvil y al ver el papel que su jefe le había dejado, se dio cuenta que necesitaba darse mucha prisa si no quería darse cuenta. A toda prisa y jurando venganza por la jugarreta de su jefe, tiró la bata sobre la silla de su despacho en la última planta, recogió la mitad de sus cosas y salió disparada hacia el aparcamiento, si no pillaba embotellamiento, tendría tiempo para ducharse...

Subió a la carrera las escaleras de su apartamento, había tenido una suerte mediana, y aunque había pillado casi todos los semáforos en rojo, había esquivado bien los atascos neyorkinos, tan propios de su idiosincrasia como las ricachonas de Manhattan y los domingos en Central Park. Tenía el tiempo justo para ducharse, hacerse un sandwich frío y salir corriendo de nuevo. Perfecto. Sin embargo, su mundo se vino abajo cuando abrió el armario. ¿Que se ponía? El nombre del local no parecía nada sofisticado, y tampoco es como si ella tuviera algo así. Finalmente se decantó por unos jeans que un par de años atrás se había comprado con la intención de salir más a menudo, y que tristemente ahora le quedaban demasiado ajustados para su gusto y una blusa azul con un generoso escote en la espalda. Mona sin parecer una furcia. Correcto.

Tras engullir su magra cena y lavarse los dientes, se arregló lo justo para que no pareciera que hacía aquello de mala gana, pero sin que quedara en entredicho sus capacidades para la chapa y pintura femenina, que dicho sea eran bastante escasas. Nunca había sentido la necesidad de maquillarse y lo veía contraproducente cuando trabajabas en un laboratorio, o simplemente contraproducente en general. Todavía recordaba aquella reunión en la que se había frotado un ojo que le picaba y acabó con todo el eye-liner repartido por su mano y pareciendo un mapache.

Cuando el taxi la dejó frente a la puerta del local se felicitó por haber elegido vaqueros, no parecía un antro de mala muerte, pero tampoco el club más refinado de Manhattan, en ese seguramente no la habrían dejado entrar. Cuando atravesó las puertas dudó si acercarse a la barra, Tony Stark parecía ocupado charlando con una exhuberante belleza pelirroja que había visto alguna que otra vez en su despacho. ¿Su pareja quizás? Tampoco iba a meterse, no era asunto suyo. Pero a fin de cuentas él la había invitado, asi que... Con muchas dudas se acercó hasta la pareja para saludar.

- Buenas noches señor Stark...

Se sentía completamente fuera de lugar, quedando para salir con su jefe; estaba hecha un manojo de nervios, y su pobre bolso, pagaba las consecuencias en silencio, mientras ella tan sólo deseaba salir corriendo de allí para pasar el resto de la noche en el sofá con su gato.

Después de comer, Clint se puso unos vaqueros y su camiseta favorita, cogió su chupa de cuero y se fue a dar un paseo.
Estaba increíblemente nervioso por la quedada de la noche y no soportaba estar encerrado en el piso.
Decidió ir al Central Park, hacía buen día, soleado pero fresco, perfecto para ir por el parque. Pasadas un par de horas decidió volver a su piso, si llegaba con la moto causaría mejor impresión, seguro.

Montado en su moto notaba la velocidad en su cuerpo, notaba cómo el viento pasaba por su cara. Lo adoraba, se sentía libre.
Había pensado en ir a cenar a su bar de frankfurts favorito, era un antro, viejo y grasiento, pero hacían los mejores frankfurts de la ciudad.

"Uno de la casa con doble de todo, porfavor, y una Coca-cola" se moría de hambre. Cuando le entregaron el frankfurt le puso una cantidad que debería estar prohibida para la salud de mayonesa, mostaza, ketchup, y la salsa picante de la casa (nadie sabía qué llevaba).

Después de zamparse de dos bocados el frankfurt decidió que ya iba siendo hora de irse, faltaba media hora aún para que llegaran el resto, pero daba igual, no estaba muy paciente.
Pero cuando llegó a su moto vio un imprevisto que haría que no llegara tan temprano, con la tontería no se había fijado que casi no tenía gasolina así que tuvo que ir a repostar. La gasolinera más cercana le alejaba del sitio dónde habían quedado...pero qué remedio, debía ir.

Cuando al fin llegó al local donde habían quedado vio que Tony y Tasha estaban sentados con una chica rubia que no conocía de nada, no le importó, le encantaba conocer gente.
Cogió aire y se acercó con paso decidido a ellos, que no se notara su nerviosismo.

"!Hola¡ Siento el retraso, me he quedado sin gasolina en la moto justo cuando venía y he tenido que repostar." dijo con su mejor sonrisa, entonces dirigió su mirada a la desconocida "Me llamo Clint, encantado de conocerte", volvió a mirar el resto "¿Que tal estáis?".


[Off rol] siento mucho el retraso!!>.

Una joven rubia bien vestida saludo a Stark con un solemne y pesado "Buenas noches Señor Stark", cosa que me hizo gracia.  Me hubiera cabreado si a Stark se le hubiera ocurrido traer a algunas de sus amiguitas polioperadas. Pero esa chica me daba buenas vibraciones, era guapa pero con una belleza natural y nada forzada.  Y parecía no querer estar ahí, cosa que era graciosa.

- Encantada, soy Natasha.- Le tendí la mano esperando la suya.

Hablabamos trivialmente esperando al miembro que faltaba según Stark. Entonces lo vi, había avisado a Clint. Por un segundo mes quede paralizada., hacia muchísimo tiempo que no lo veía y; sinceramente, se veía muy  atractivo con esa copia de cuero.  Respire hondo y me cuestione a mi misma en qué demonios estaba pensando.  

El local empezó a animarse, empezó a sonar música y la barra empezó a llenarse de gente buscando copas. Sin más dilación llame al camarero con unos pequeños toques en la barra y pedí cuatro chupitos de tequila.  Al momento el veterano camarero trajo los cuatro vasos y los lleno derramando un poco de aquel fuerte alcohol por la barra. Justo después trajo un salero y un platito con cuatrorodajas de limón. Le cedi un vaso a cada uno de los allí presentes y acerque el plato con el limón y el salero al borde de la barra.

- Bueno, ¿A qué hemos venido? ¿A charlar como nenas?

Después de retarlos con esas palabras, volque un poco de sal en el dorso de mi mano y la chupe, bebí mi chupito y tras una breve mueca, me llevé el limón a la boca.

Observe a Natasha tragarse el chupito de Tequila con los ojos abiertos de par en par y una sonrisa de oreja a oreja. ¿Desde cuándo Natasha era tan fiestera? Ni idea, pero mejor no preguntar por lo que pudiera pasar.

La agarré con mi brazo por encima de los hombros mientras con mi mano cogía el chupito y me lo bebí sin sal ni limón.

- ¡Así se habla, Natasha! Estamos aquí para pasárnoslo bien y ahogar las penas.

Dije entre risas mientras pedía un par de vodkas con naranja para Natasha y para mi. Era una mujer reservada, si; pero había demostrado ser una buena rusa, ya que siempre bebía lo mismo.

Le cedí un chupito a Astrid y otro a Clint para que apurarán y pidieran la siguiente ronda.

La música era buena, la gente seguía entrando en aquel local y bailaban y bebían y se besaban y hacían más cosas bastante censurables.

En dos segundos mi vaso iba por la mitad y ya varias chicas habían venido a saludarme al reconocerme. Me acerqué a Natasha y en un tono en el que nadie más pudo oir le dije:

- Oye, ¿me haces un favor? ¿Te deshaces de esas pesadas? No quiero aguantarlas...

Le pedí con mi carita de cachorrito. No estaba bien que me vieran largando a unas chicas, pero si lo hacía Natasha, no había ningún problema.

Me giré hacia los otros dos presentes y me lleve las manos a la caeza al ver que sus chupitos seguían intactos.

- ¿En serio? Agh... Venga, empezad a decirme que queréis beber y acabaros eso ya, que se le va las vitaminas.

La frase "ahogar las penas" sonó como una alarma contra incendios en su cabeza, sabía lo que seguramente vendría después de aquello y aunque no reaccionó a tiempo para evitar el primer chupito de tequila, si para el segundo, se bebió su chupito de un trago para evitar levantar comentarios y después, agarró la copa de Stark, que lamentablemente ya iba por la mitad y no paró de beber hasta que dejó sólo el hielo. Tenía un objetivo en mente, y parecía que estaba dispuesta a sacrificar su hígado para conseguirlo.

- Lo siento, tenía sed. Debería beber con cuidado señor Stark, no le sienta bien con la medicación.

Estaba cabreada, su paciente la estaba toreando, otra vez y encima dos fulanas se habían acercado a él. ¡Más decencia por favor! Ella no iba refrotánse con cualquiera y mucho menos con él, era una señorita, no una fulana con los cascos ligeros y las bragas caídas. ¡Que sabrían ellas de lo que era que te gustara un hombre! Al menos él no parecía demasiado cómodo con su presencia allí. Quizás tendría razón con eso de que estaba cansado de las modelos.

Después de las presentaciones habituales, la noche parecía animarse. Tasha estaba curiosamente eufórica, como en los viejos tiempos... Tony bebía y estaba rodeado de mujeres que querían algo más que simplemente saludarle, y la chica rubia mona que estaba al lado de Clint, ¿Astrid era?, parecía bastante decente.

Si le hubieran dicho que saldría así con Tony y Tasha no se lo hubiera creído, realmente parecían un grupo de amigos cualquiera, sin la iniciativa Vengadores ni nada, disfrutando de una noche cualquiera.

Tasha ya se había bebido el chupito, fue la primera, y se estaba tomando un vodka con naranja, al igual que Tony. Mientras que Astrid y Clint aún no habían tenido ni tiempo a reaccionar a sus bebidas. Entonces fue cuando Tony les instó a beber y Astrid, que parecía tan decente y buena chica se bebió su chupito de golpe y medio combinado de Tony, diciendole que tenía sed.

No se lo podía creer, estaba tan atónito que se bebió el chupito de tequila por puro instinto y justo cuando se giró a la barra para dejarlo una mujer se puso a su lado. Era alta y morena, con el pelo recogido, e iba maquillada y vestida para matar. "No pareces muy acorde con este grupito...¿por que no vienes conmigo a ese rincón y tomamos algo más tranquilos? y puso lo que seguramente sería su sonrisa más seductora.
¿Qué estaba pasando esta noche? ¿Estaría soñando? Pero sin perder el tiempo Clint hizo lo que debía, esta noche no era para ligar, y menos con una desconocida...¿A quién intentaba engañar? No le preocupaba si quedaba bien o mal que ligara con alguien justo llegar, ni que ése alguien fuera una desconocida, lo que le preocupaba era ligar con alguien enfrente de ella...Aún sentía algo por Tasha, pero su relación se había vuelto inestable y duró muy poco, por eso ahora salía menos, no tenía muchas ganas de hacer nada...

"Lo siento, pero estoy con ellos" dijo con una sonrisa de disculpa y se giró hacia el grupo otra vez, olvidándose de pedirse otra bebida.


[Lo siento otra vez por mi retraso, gracias por la comprensión, a partir de ahora cumplo!!!]