Reunión de viejos amigos (Dick, Roy y Conner)

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Ya había pasado un par de días desde el encuentro entre Superboy y Flecha roja. Cuando Nightwing volvió de la misión de Atlantis el Kryptoniano contacto con él, informándole de la visita del castaño. Pero no se movieron hasta ahora, tenían que asegurarse que el capitán del grupo se recuperara de la misión de las profundidades.

Bueno Dick, el dijo que estaba por la zona ¿miramos por los bosques?

Pregunto tranquilo mirando a su amigo, iban vestidos de incognito, no querían atraer miraras de curiosos pero era complicado cuando los dos eran tan atractivos. La idea de buscarlo primero por los bosques fue por el simple hecho de que cuando se encontraron se encontraban en uno.

Tiene ganas de unirse pero hay algo que hizo que se lo impide, seguro que lo convences, siempre se te ha dado bien estas cosas.

Intento animar a su amigo o que no estuviera tan nervioso. El Roy que iban a ver no era como recordaba físicamente, pero tampoco era tanta su diferencia. Mientras charlaban iban andando por el tranquilo pueblo costero en busca de pistas que los llevaran hasta Roy.

La batalla de Atlantis dejó mella en mí. Eso hizo replantearme varias cosas como persona y como superhéroe. La primera era que no todo era siempre lo que parecía ser. Al fin y al cabo, Namor no era el principal enemigo de la Liga de la Justicia, sino los vengativos Black Mantha y Ocean Master, que se aburrían y decidieron convocar un demonio o algo así para después poner en contra a ambos reyes de la Atlantis para que se pelearan entre sí y pareciera solo una disputa entre ellos. Que de vueltas da la vida, ¿eh?.

La segunda (y más importante) era que soy pésimo luchador bajo el agua. Dick Grayson, nunca, jamás, en la vida, vuelvas a intentar pelear bajo el agua contra unos tíos que tienen siglos de experiencia nadando y pegando palizas con arpones y pistolitas eléctricas. Así que espero, de todo corazón, no tener que volver nunca más a pasar por una experiencia tan pasada por agua. ¿Lo pilláis?

Y la tercera... bueno, seguro que hay una tercera. Pero ahora mismo no se me ocurre nada. Estaba hecho polvo, y llevaba un par de días recuperándome de las hostias marinas y vigilando la habitación de Barbara por si despertaba. El gas del miedo todavía estaba latente en su sangre, y no me tranquilizaba nada saber que la pelirroja podría seguir así un par de semanas más.

Fue entonces cuando Conner vino a hablarme de Roy Harper. Se habían encontrado en un bosque a las afueras de Happy Harbor, y el héroe en cuestión no parecía ser el mismo que nuestro antiguo y perdido Red Arrow. Antes de la colisión, había mandando al anterior Roy Harper de misión, y había desaparecido junto con otros miembros de la Young Justice. Kori, Jason, Donna, Cass, Jaime, Bart... no había vuelto a ver a ninguno de mis compañeros desde entonces, y cada vez que lo pensaba mi corazón se encogía. No podría perdonármelo jamás. Por eso aunque Conner me hablara de un Roy Harper que posiblemente viniera de otro universo, ya hizo que me levantara del asiento y me cargara de energías para encontrarlo. La familia iba a ser siempre la familia.

Me enfundé en mis tejanos y cogí la chaqueta azul y unas gafas de sol. Ya estábamos listos para la misión de incógnito. Aún llevaba las vendas debajo de la camisa, pero podía salir tranquilamente a pasear por las calles siempre y cuando no hiciera un gran esfuerzo.

- ¿Y dices que le viste por aquí? - pregunté cuando nos adentramos en el monte. - Sí,será mejor que echemos un vistazo por si acaso...-

Le devolví la sonrisa a mi amigo, y al entrar en la linde del bosque sentí mi corazón palpitar de forma rápida y continua. En parte era por la emoción de encontrar a mi amigo y también porqué llevaba días alterado con todas las consecuencias que había traido la colisión.

- Algo que se lo impide... - susurré para mi mismo, tratando de buscar una razón por la cual Roy no quisiera unirse al grupo. - Gracias Conner, haré lo que pueda.

Apoyé mi mano en su hombro y le di una palmada mientras seguíamos el camino hacia el interior del bosque. Conner tenía razón, siempre se me habían dado bien los discursos y la persuasión. No en vano era el líder de la Young Justice.

Unos días atrás se había cruzado con aquel chico, superboy. En ese encuentro le dijo al joven metahumano que se quedaría por la zona un tiempo y que le avisasen si le necesitaban para algo. No sabía si aquello había sido un error pero poco le importaba. Había cometido muchos errores en su vida y uno más en su lista no importaba nada.

Ya llevaba un par de días en ese bosque. No es que fuera un experto en materia de supervivencia pero al menos no era una asignatura que se le diese mal.   El primer día organizó y montó su campamento, que consistía en una pequeña tienda india, que había elaborado con una lona y varios palos extremadamente largos, y en una zona que había limpiado y preparado medianamente para elaborar fuego. Para preparar esa pequeña guarida había elegido un lugar de hierbas altas y verdes que estaba aproximadamente a diez metros del río.

Se pasaba los días sentado en el suelo en una posición zen intentando recapacitar y pensar que hacer con su vida. La verdad es que Roy no era un experto en eso de sincronizar con las fuerzas de la naturaleza y los tótems místicos pero tenía sangre navaja y eso debía de contar para algo. Además, había visto muchas veces a Jayson meditar y no parecía algo difícil. Como en muchas otras ocasiones se veía corto de ingresos, recursos económicos y alguien al que acudir.

Aquel día Roy estaba vestido con unos pantalones vaqueros de color claro y una camiseta color roja. Su pelo estaba suelto y desaliñado. En esos meses no se lo había cortado regularmente por lo que había crecido un poco y ahora se le despeinaba con más facilidad. El pelirrojo estaba tumbado tan tranquilamente sobre la hierba fresca mirando las nubes cuando empezó a escuchar pequeños y casi imperceptibles ruidos de pisadas. Alguien se estaba aproximando hacia él. Roy se incorporó y saludo en idioma navajo.

-yá'át'ééh – (Hola en navajo) le dijo a los recién llegados

Aunque fueran de incognito el llevaba su ropa de siempre, solo que una camiseta negra sin logo, no se mataba mucho a la hora de vestir. Digamos que su armario era bastante simple, aunque tenía un par de conjuntos más para cambiar, pero siempre cogía el mismo, se sentía más cómodo. Tal como había comentado se adentraron en el bosque, buscando alguna pista. Se alegro de encontrarlo antes de perder la paciencia. Le miro extrañado cuando utilizo ese lenguaje ¿Qué había dicho?

Hola Roy, Cuando le hable de ti a Dick no tardo en querer verte…seguro que os tendréis que decir bastantes cosas.

Esperaba que su amigo fuera la persona que buscaba el pelirrojo, por culpa de la colisión todo se había distorsionado bastante. Conner recordaba claramente el alivio que sentía al ver que Flecha verde que conocía no había cambiado por otro del universo. Se aparto un poco de ellos para dejarles intimidad, seguramente se tendrían que decir muchas cosas

Conner y yo seguimos caminando por el bosque y nos topamos con un claro. Delante nuestro se incorporó un chico de aspecto desaliñado, y una melena pelirroja echada hacia atrás. Dijo algo en un idioma desconocido, y entonces le miré detenidamente el rostro. Tenía el pelo más largo, le llegaba casi hasta los hombros. Tenía la barba descuidada, como si no se hubiese afeitado en unos días, y el cuerpo fibroso y tatuado... pero esa expresión en su rostro y sus ojos verdes eran inconfundibles...

- ¿Roy? - susurré algo más convencido, me alegraba de verle. Era él, pero estaba tan cambiado que casi no lo reconocí... ¿Qué le habría pasado? ¿Porqué era tan diferente físicamente al Roy de mi universo?

- Hola Roy, Cuando le hable de ti a Dick no tardo en querer verte…seguro que os tendréis que decir bastantes cosas.

Conner saludó al pelirrojo y entonces afirmó mi teoría. Era él. Suberboy se apartó un poco y nos dejó espacio para hablar. Le retuve con el brazo, Roy también había sido su amigo y la conversación nos implicaba a los tres.

- Roy... soy Dick. Dick Grayson... quizás no soy el que tu conocías pero fuimos amigos. ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí?- pregunté acercándome lentamente hasta ponerme frente al pelirrojo.

-Es hola en navajo, soy medio indio.- Dijo ante la cara de estupefacción de los dos jóvenes ante lo que había dicho. ¿Es que nadie se daba cuenta de que aunque le encantase el progreso y las nuevas tecnologías respetaba y estaba orgulloso de su herencia cultural indígena?

-Bienvenidos a mi maravilloso hogar- dijo con cierto tono guasón e hizo un gesto con las manos como invitándoles a pasar - No os puedo ofrecer mucho; té, café o agua. Para preparar té o café tengo que encender una hoguera si no os importa esperar puedo tenerlo listo en diez o quince minutos.-

Intentó parecer normal y llevar la charla con un tono de ameno pero estaba bastante inseguro , exaltado y nervioso. Más que nada por el encuentro con el apadrinado de Bruce Wayne. Con Conner había quedado en buenos términos y Roy intuía que ese metahumano era un buen chico. Sin embargo era la primera vez en mucho tiempo que veía a Dickie. Con el de su mundo hacía mucho que no se hablaba. Sentía que él había dañado mucho las cosas y volver a dónde una persona a la que has mentido y quizá, desde el punto del Richard Grayson de su mundo traicionado la amistad de una forma ruin. Le resultaba muy difícil pedir disculpas a una persona que le ha ayudado y apoyado y que él pagó con la misma moneda que Judas a Jesucristo. Le desgarraba pedir perdón porque sabía que toda la culpa de haber manchado esa hermandad que tenían era su toda suya y se merecía todo el odio de su antiguo equipo.

-Dickiebird te reconocería a ti y a tus yos de mil mundos. Hemos vivido muchas cosas buenas y malas juntos no creo que pudiese olvidarte en mil vidas. – la verdad es que el prettybird no difería nada de que ya conocía. Ambos tenían era presencia digna y elegante. Esa cara amable llena de bondad. Todo en ellos parecía perfectamente ordenado. - ¿Tan mal me ves o es que antes estaba peor y he mejorado mucho?- miró al superchico fijamente- Oye, Conner te puedes acercar un poco que no muerdo, disparo. Pero morder sólo si me lo piden- dicho con buen humor.- Estoy bien, intento reconectar con mi vida. Ya sabes, para ser mejor y no cometer los mimos fallos de antaño. No sé si el yo que tú conoces cometió tantos fallos como lo hice yo. – Se cruzó de brazos como autoprotegiéndose de lo que el chico murciélago le fuese a decir. Porque tenía, por lo menos el que había sido su líder de grupo, bastantes motivos y razones para echarle cosas en cara.

Al notar la mano de Dick se le quedo mirando un poco extrañado, había interceptado su intento de huida, con lo poco que le gustaba al chico de acero hablar. Se quedo al lado de su amigo mirando al otro como hablaba. No había tenido mucha relación con Roy así que no tenía muy claro como vivía ese chico, solo sabia que era un experto tirador y con alguien que pudiera confiar.

¿Eres indio? Nunca había conocido a un indio pelirrojo… yo solo tomare agua.

Dijo algo sorprendido, la genética es un mundo que nunca entendería, demasiado complicado para el. Soplo por la nariz con la pregunta de si querían tomar algo, siempre que se la hacían tenia las mismas dudas: si no aceptaba podía considerar que lo rechazo y es de mala educación, pero si acepto podían pensar que es un aprovechado porque siempre aceptaba. Para no comerse mas la cabeza siempre cogía lo mas simple, así no le daba faena al que ofrece y no le hace un feo en rechazarle el ofrecimiento.

Podrías reconectar con tu vida con nosotros.

Dijo sin más, sin pensar si había utilizado las palabras adecuadas o no.  Se quedo mirando al pelinegro, eso que le había dicho le gusto mucho, ojala que alguien le reconociera como lo que era, no una simple arma.

No recordaba su origen indio, pero Roy tenía razón. De hecho nunca llegué a conocer tanto a Roy como lo conocío Wally West. Los dos pelirrojos habían sido más amigos entre ellos y se respetaban mutuamente. Recuerdo que Roy muchas veces no estaba de acuerdo con las decisiones tomadas por el líder de los Titanes. Roy era más bien de hacer las cosas a su manera.
 
- No me importa esperar… - dije sentándome en un tronco de árbol cortado y empezando a echar leña de la que sería una hoguera en las próximas horas. – Un té estará bien…
 
¿Roy vivía en este tipo de condiciones? ¿Cuánto tiempo llevaba viviendo como un indígena? Lejos de la sociedad, abstraído del mundo, solo…

-Dickiebird te reconocería a ti y a tus yos de mil mundos. Hemos vivido muchas cosas buenas y malas juntos no creo que pudiese olvidarte en mil vidas. –
 
Entonces las palabras de Roy me sacaron de mis pensamientos y le correspondí con una suave sonrisa. De alguna manera me alegraba saber que me conocía, que habíamos tenido una amistad aunque fuera lejana. Lo que tenía que averiguar ahora era hasta qué punto era capaz de avanzar nuestra relación. Cual era la historia de este Roy Harper…
 
- Bueno… el Roy que yo conocí tenía el pelo más corto y era más joven… - me rasqué la nunca incómodo, no quería decirle directamente que si le veía desmejorado en comparación. - ¿Qué tipo de fallos Roy? Todos metemos la pata alguna vez…
 
Por sus palabras interpreté que estaba arrepentido por lo que fuera que hubiera hecho. Trataba de ser una mejor persona… ¿pero porqué? ¿Qué habría hecho mal? ¿Por qué estaba tan hecho polvo?
 
- Oye… no voy a ir con rodeos. Puede que no seas el Roy Harper que yo conocí… pero eres Roy Harper después de todo. Me da igual lo que hayas hecho en el pasado, lo que cuenta es lo que vayas a hacer a partir de ahora. Conmigo… con nosotros… - dije con seriedad, mostrándole que había venido a darle una oportunidad. – Los Titans siguen en activo, y necesitamos un arquero con tus capacidades. Eres libre de decidir si quieres volver o no… pero déjame decirte que estaremos para ayudarte en lo que necesites…
 
Roy terminó de hacer el té, y el silencio reinó en el campamento que el pelirrojo había alzado en el claro del bosque.
 
- Nuestro Roy desapareció en una misión a la que envié durante la colisión de los mundos… él y otros miembros de los Titanes no volvieron… - suspiré, dejándome llevar un poco por la culpa de mis acciones. – No se si están muertos o si volverán algún día… pero estamos en crisis y estoy buscando a los mejores aliados posibles… - mis ojos azules como el agua cristalina se detuvieron en la mirada perdida de Roy.- ¿Qué te ha pasado, amigo? ¿Cómo ha sido tu vida en el universo del que vienes?

Se sorprendió por la explicación de genes, menos mal que no era un experto, que si no montaba un congreso ahí mismo. Afirmo con la cabeza agradeciendo la extensa pero bien entendible explicación. Cogió el baso y dio un trago. Se sentó frente al fuego, eso le hacia recordar esos tiempos donde fueron de apampada a la montaña. Conner estaba callado dejando que hablaran, escuchándoles atentamente. Estaba de acuerdo con las palabras de Dick, lo necesitamos en el equipo.

Pero no te queremos en el equipo solamente por tus habilidades, sino por que eres nuestro amigo y te queremos cerca de nosotros. Y tienes razón con nuestros mentores, serán los mejores superhéroes pero como profesores apestan.

Eso lo decía especialmente por Superman, solo se habían visto un par de veces, quien de verdad le enseño a luchar y controlar sus poderes  fue Canario Negro. Las palabras de suicido le dejaron helado, no esperaba que hubiera llegado a esos extremos por la bebida. Por mucho que le doliera admitir que era un arma nunca se planteo el suicido, seguramente esas palabras de apoyo de Flecha verde le animaron a no rendirse. Se quedo mirando a Dick, no sabia que decir sobre eso y temía no tener el suficiente tacto para hacerlo. Cuando saco el teléfono también saco el suyo, guardándose su número y pasándole el suyo. Como era habitual en el siguió callado, no había tenido mucha relación con el nombrado.

Escuché atentamente la lección de genética pelirroja de mi amigo Roy. La verdad es que sonaba bastante interesante, sobretodo eso de las mezclas rubio, rojo y castaño. No sabía que ser pelirrojo fuera tan complicado…

- Parece ser que aquí sois todos más jóvenes. Eso de reconectar y reequilibrar las cosas, siento como que se me da fatal.-

Roy desvió la mirada y entendí perfectamente a que se refería. Era cierto, yo era mucho más joven que otros Dick Grayson de los universos en los que provenían mis amigos. El Dick del universo de Batman, el Dick del universo de Oliver, y ahora el Dick de Roy Harper. ¿Por qué justamente tenía que ser el más inexperto de todos y encima con triples responsabilidades? Las cosas nunca han dejado de ser difíciles desde la colisión de los mundos.

- Bueno… ya sabes... yo antes bebía de más.- dijo con un largo suspiro y siguió con la historia.- Yo realmente siento mucho lo que pasó, siento haberte fallado a ti y al equipo. Supongo que llevaba mucho tiempo queriendo decírtelo.-

Roy empezó a temblar ligeramente, vi la taza de su té moviéndose  de un lado a otro y pensé que en algún momento amenazaría con derramar el líquido sobre la hierba. No me gustaba verle sufrir así, pero tenía que saberlo. Tenía que saber Qué le había cambiado o no podría ayudarle.

-Eras uno de mis mejores amigos pero no sé algo estaba mal en mí y con Ollie las cosas no iban bien. No va a recibir el premio al mejor tutor del año no sé si lo sabéis.– dijo con un tono de humor, para aliviar los nervios –De lo que más me arrepiento es de aquella tarde en que me dijiste que me notabas raro y que si estaba bien y yo respondí que sí y te sonreí. Mentía. No sé si alguna vez lo supo tu yo del otro mundo.-

Un silencio incómodo reinó en el claro y Roy desvió la mirada, reprimiendo la contestación.

- Horas después intenté suicidarme.-

La frase fue igual de cortante que un cuchillo y traspasó de lleno mi corazón. Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo y mi rostro impasible se contrajo durante milésimas de segundos, volviéndome completamente pálido. Roy Harper había intentado suicidarse por culpa del alcohol y yo no le había ayudado.

La tetera me dio un susto de muerte cuando empezó a silbar, e inevitablemente interrumpió la conversación, haciendo que Roy tuviera un tiempo breve para pensarse bien lo que iba a decir después. Cogí el té pero no di ningún sorbo, mis pensamientos estaban en otra parte. Miré a Conner, que se había quedado estupefacto con la última frase de Roy, y sus palabras fueron muy inspiradoras. El moreno tenía razón.

- Roy… es ahora cuando más te necesitamos. Han desaparecido muchos amigos en la colisión: Donna, Tim, Jaime, Bart… Wally… - dije el nombre de éste último con especial amargura. Sabía que había muerto hacía dos años atrás, mucho antes de la colisión… pero con sólo pensar que había visto por un segundo a mi amigo el día en que chocaron los universos… me daba esperanzas.

- Roy, de verdad… no me importa lo que hicieras… - le dije con amargura en mis palabras.- No sabes lo mucho que me alegro de tenerte delante de mi y verte con mis propios ojos… - dejé el té en el suelo, me acerque a él y sin pensarlo dos veces le di un fuerte abrazo. Últimamente no paraba de ponerme en modo sensiblero, pero supongo que estas situaciones tan duras me estaban superando. Sólo quería que las cosas volvieran a ser como antes… que volviéramos a estar todos juntos y unidos.

- Por favor Roy, eres mi amigo. Quiero que confíes en mí de verdad, y quiero que esta vez me expliques las cosas antes de hacer una locura. Confía en tus amigos, en la gente que te quiere y quiere ayudarte… por favor… - la sola idea de ver a Roy cometer suicidio me destripaba el corazón. No se lo que habría hecho su Dick, pero si eso me pasaba a mí sería el peor líder y amigo del universo.

Me separé de él y memoricé su número de teléfono, ya tendría tiempo de apuntarlo luego. Lo que dijo después fue otro duro golpe para mí.

- Jason… ¿Jason está vivo? – mi voz tembló durante el instante en el que me quedé en blanco. Podría tener sentido, sería como lo que le pasó a Oliver. Nuestro Flecha Verde murió en la colisión, y el que estaba ahora en la Liga de la Justicia era otro… ¿Y si a Jason le había pasado igual? ¿Y si hubiera sobrevivido en este universo? – El Joker mató a Jason Todd con una barra de metal y después quemó el almacén dónde se encontraba… - susurré recordando la fatídica noche. En aquel momento no pude perdonar a Bruce por haberle abandonado.- ¿Cabría la posibilidad…? – Empecé, pero la sola idea me daba mucho miedo.- ¿… de qué estuviera vivo?

Superman no es muy buen tutor, digamos que no me ha enseñado gran cosa, solo le he visto un par de veces en mi corta vida, esta muy ocupado salvando el mundo. Si tengo que considerar alguien mi tutor, esa seria Canario Negro. Lo que soy se lo debo a ella.

Se sorprendió por el abrazo repentino de su amigo, miro a todos lados asegurándose de que no había nadie alrededor. Dejo el baso en el suelo y los abrazo con cuidado para no hacerles daño con su súper fuerza. Se sentía extraño haciendo eso, no era alguien que diera muchos abrazos aunque no lo entendía, abrazar esa una sensación agradable. Fue el último en abrazar y el primero en romperlo, cogiendo el vaso y dando otro trago a esa agua que estaba adquiriendo un saber especial. Miro esa insignia roja que indicaba su recuperación del alcohol, sin pensárselo dejo de nuevo el baso en el suelo, cogió la insignia y se la puso en la roja camiseta, al lado de su pecho izquierdo, no destacaba mucho pero se notaba.

Llévala con orgullo.

El chico de acero bajo la mirada al escuchar los nombres de los desaparecidos, sobretodo el último, era con quien mas relación había tenido y el único que sabía que había muerto, fue un gran golpe para todos. Dio un trago al vaso para bajar ese gran nudo que se le había formado en la garganta. Se quedo mirando a su amigo Dick cuando menciono ese tal Jason, parecía muy afectado…aunque era normal, había muerto y la mínima posibilidad que en otro mundo estuviera en vida era esperanzador para el. Se quedo en silencio escuchando atentamente la explicación del pelirrojo.

¿Una versión bizarra de mí? ¿Sabes de donde salió?

Eso le dejo un poco preocupado ¿Se trataba de su hermano March? Conner consideraba al primer clon de superman como su hermano gemelo, aunque no habían tenido una reunión familiar muy tranquila. Siempre se lamentaba el haberle encerrado de nuevo pero era tan inestable que era una verdadera amenaza, pero cuando pudiera ayudarle no dudaría en sacarlo de ahí y lo entrenaría para controlar su fuera, tal y como habían hecho con el. Ya paso tiempo de esa vez que se vieron y no había avanzado nada, a lo mejor si pero el chico de acero no se dio cuenta de sus propios logros.

Oliver Queen. En parte la depresión era por la presión que ejercía Flecha Verde sobre él. Lo entendía perfectamente, Batman también era una sombra que no dejaba de perseguirme. He intentado incontables veces quedarme al margen de su locura, para no sentirme arrastrado a su círculo vicioso de sufrimiento y culpabilidad. Mi infancia a su lado fue solitaria, casi nunca tenía tiempo para estar conmigo, estaba demasiado ocupado con su lucha contra el crimen, y cuando pude unirme a él como Robin lo que vino después no fue un camino de rosas. Entrenamientos durísimos, exigencias y expectativas demasiado altas, jamás estaba contento conmigo. Nunca hubo un "Bien hecho, Robin" o un "Gracias por salvarme, Robin". Luchaba cada día por unas palabras amables, por su aprobación.... pero nada de eso llegó nunca. Cuando era demasiado mayor ya no le servía. Tomé mi propio camino, y creo que es normal que todos los sidekicks nos independicemos de nuestros mentores algún día. Es necesario para terminar de florecer. Pero una vez tomé el manto de Nightwing las cosas se pusieron mucho peores. Ya no era un niño, y estaba jugando en la liga de los adultos. Y cuando la sombra del murciélago volvía a cernirse sobre mi le gritaba, le dije más de una vez que le odiaba aunque no fuera cierto, y cuando teníamos alguna disputa no sabía controlar mis impulsos y nos acabábamos partiendo la cara a puñetazos. Por suerte para todos la mala época quedó atrás de a colisión de los mundos... y esperaba lo mismo para Roy. Un mundo nuevo una vida nueva.    

- No son los mejores padres del mundo, pero hemos aprendido bien de la vida gracias a ellos. No debes de dejar que su influencia te quiebre, tenemos que ser mucho más fuertes, demostrarles que valemos más que nadie... - le dije aún abrazándole. El pelirrojo temblaba ligeramente y podía sentir su respiración agitada y los latidos de su corazón.

- ¿En serio dijiste eso? - ahora fui yo quien se rascó la nuca incómodo. Me separé del abrazo y le devolví una sonrisa algo triste - En realidad... yo nunca he sentido que fuera un buen líder. Intentaba mostrarme fuerte y seguro de mi mismo, pero muchas veces estaba acojonado, temía que las misiones se torcieran y no supiera cómo sacaros de los problemas...

-¡Felicidades! - dije mientras le golpeaba ligeramente el hombro para animarlo - ¡Eso es un gran logro! En serio, tu eres el único capaz de salvarte a ti mismo, es cuestión de fuerza de voluntad. Pero no puedes hacerlo sin gente que te apoye, y nosotros estaremos aquí para lo que necesites. Ahora y siempre. ¿Vale?

- Donna... ¿Quién es Wally?-

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y sentí otra punzada en el pecho. Donna era mi mejor amiga, una hermana para mi, una mujer que amaba y apreciaba como ninguna otra y que a día de hoy su ausencia estaba demasiado marcada en mi. Ella era el gran apoyo de los Titans y ahora ya no estaba. Pero me dejó más de piedra todavía que no conociera a Wally West, el antiguo velocista era un gran amigo del arquero, y pensar que no había un Kid Flash en su mundo hacía que el escalofrío volviera a recorrerme.

- Wally West... era Kid Flash... el sobrino del hombre más rápido del mundo. - no sabía que más decir. Fue su muerte la que había causado que abandonara el puesto de líder de la Young Justice y la desvinculación completa del grupo. Wally era otro pilar imprescindible, el muchacho más animado y positivo que había conocido, el que fortalecía al grupo con su gran sonrisa.

Tuve que sentarme durante la explicación de la resurrección de Jason. Era incapaz de creer la historia, pero sabía que era real. Demasiado real para mi gusto. Jason era solo un crío que había sufrido la muerte más horrorosa del mundo. Culpé mil veces a Bruce, de no haber sido capaz de impedirlo. Cuando conocí al muchacho quise incluso quise tomarlo como mi compañero, salvarlo de su miseria... pero el murciélago tenía otros planes. Sustituirme. Un nuevo Robin a quien machacar. Jason tenía potencial, pero era descarado, egocéntrico y extremadamente violento. Al principio me opuse, seguramente fue un poco por culpa de los celos, pero luego pensé que Jason viviría mejor bajo la tutela de Bruce Wayne. Que inocente fui.
Bizarro, Thalia, Ra's Al Ghul, Ducra...nada tenía sentido para mí. Jason había conseguido sobrevivir en ese universo... ¿qué pasaría si me lo encontraba ahora? ¿Y si hay algún Jason de otro universo pululando perdido por Omega? ¿Querría volver a la Batfamilia? ¿Nos odiaría?

Me llevé las manos a la cabeza y dejé que Conner y Roy continuaran hablando. Tenía que asimilar bastantes cosas de esta charla.

- y.... ¿estaba bien? Jason... ¿era feliz ahora? - pregunté no muy seguro de querer saber la respuesta.- Roy, si encontraras a Jason otra vez... ¿podrías avisarnos?

Mientras narraba lo que le había acontecido a Jaybird podría ver el rostro del primer Robin tratando de procesar toda la información que estaba contando. Para Roy, escéptico y ateo, tampoco era muy fácil creer en situaciones milagrosas o místicas. Pero había visto con sus propios ojos como al meditar el pecho de Jayson brillaba y otras cuantas cosas raras ligadas a las fuerzas sobrenaturales.

-Vivimos bien si es a lo que te refieres. Nuestra vida es una aventura y yo soy un compañero de piso supermajo y divertido. Tenemos dinero, chicas, armas, alta tecnología y emociones límites. Sinceramente no sé si se puede pedir más en esta vida. Ummm- dijo Roy mientras meditaba algo- Voy a ser sincero- a Roy le costaba decir aquello y esperaba nunca tenerlo que decir en alto porque no quería afrontar la pérdida del segundo Robin. -Si es el Jaybird que yo conozco no sé si quiera hablar contigo y realmente, no sé si sigue vivo el Jayson de mi mundo. Desde la colisión no ha habido movimiento alguno en nuestra cuenta corriente ni en ninguna de sus cuentas, las tengo hakeadas. No parece que haya movimiento en ninguno de sus pisos francos. Tampoco parece que haya vuelto con papá Bruce. -

Se asombro de lo detallista que era Roy para explicar las cosas, pero se hacia una idea. No había duda que estaba hablando de su hermano gemelo. Se preguntaba si en ese universo ya se había controlado para poder. Era extraño como se sentía, hasta que no le hablaron de el no se acordó, seguramente por todo lo que estaban viviendo por culpa de la colisión no dejaba espacio para pensamientos familiares. Al chico de acero también le afecto que no supiera quien era Wally pero se cayo, agradecía que Dick hablara mayoritariamente por el. Aun recordaba como el veloz pelirrojo le invito a su casa a pasar unos días hasta que la guarida de la Young Justice se convirtió en su hogar. Le dio un fino trago a su vaso de agua, se le había secado un poco la garganta.

Yo no pedía que me cuidara, pero algunas palabras del palo “bien hecho chico” habrían sido mejor que ignorarme.

Arrugo más la frente de lo que normalmente ya estaba. Superboy admiraba a Superman. Había sido creado para algún día sustituirlo y el hecho de que no le dirigiera ni una palabra le afectaba. A tal punto le afecto que un tiempo se alió con Lex Luthor, su padre también. Luthor le aceptaba como su hijo y le decía palabras muy tentadoras que alguien que no recibía atenciones de su superpadre creyera que su padre humano hacia las cosas bien. Por suerte se dio cuenta de su error y rompió relaciones con el. Esperaba que el Luthor que había sobrevivido a omega no fuera tan capullo.

Nuestro equipo estaba formado por ti Roy, Dick, yo, Artemis, Wally, Megan, Kaldur, Zatanna y una chica que hacia barreras, fue la última en entrar en el grupo… ¿Roket se llamaba?

A los tres primeros los fue señalando con el dedo para luego hablar de los demás, le supo mal no recordarse de la ultima chica pero es que no habían tenido mucho trato. Al cabo de un par de años la YJ volvió a crecer con nuevos integrantes como el chico bestia, eso ya se lo dejaría a Dick ya que estaba hablando de la época donde Dick dejo atrás ser Robín para transformarse en Nightwing.

Me costaba admitir que una persona hubiera sobrevivido a semejante bestialidad de golpe, y tal y como contaba la historia con el ejemplo de la sandía, mi cara debía de ser muy descriptiva de mis emociones. Comparar los trozos de sandía con pedazos de cerebro daba mucho asco.
 
- Está claro que no hemos tenido a los mejores padres del mundo, pero no podemos culparles de ser como somos. Hay decisiones que solo las tomamos nosotros. – apoyé una de mis manos en el hombro de Conner y le sonreí, para hacerle sentir un poco mejor.- Algún día Clark se dará cuenta de lo buena persona que eres y te reconocerá como su igual… ya lo verás.- Para mi Superman era uno de los mayores héroes del universo, un hombre de buen corazón capaz de hacer cualquier cosa para ayudar a las personas. Por eso en parte, me dolía ver como trataba con indiferencia a mi amigo. Por muy clon fallido que fuera, Conner tenía sentimientos y se encontraba perdido. Por suerte nos tenía a nosotros.
 
- Gracias, en el fondo se que tienes razón… pero no puedo evitar cargar las mochilas de los demás. Supongo que en eso también me parezco a Batman… - me encogí de hombros y sonreí a Roy. A pesar de sus duras palabras estaba intentando animarme. Miré a los dos muchacho y no sentí que estuviera hablando con Flecha Roja y Superboy, más bien era como un día de acampada con tus amigos, y cada uno contaba un fragmento triste de su vida y los demás le apoyaban. Éramos tres amigos alrededor del fuego: Roy Harper, Conner Kent y Richard Grayson.
 
Entonces Roy empezó a citar cada uno de los nombres de mis compañeros de equipo, y el corazón se me detuvo al escuchar el de Donna. Mi querida Donna.
 
- Si, era Rocket… y después se unieron Jaime, Karen, Cass, Tim, Bart, Barbara, Victor, Garth, Rachel, Koriand’r,… -  recité, siguiendo el hilo de conversación de Conner. Hice una pequeña pausa, dedicándoles un pensamiento a cada uno de esos nombres. - Todos ellos también han formado parte del equipo, aunque no lo recuerdo muy bien, pero creo que eso es efecto de la colisión. A veces… tengo sueños o más bien pesadillas de cosas que no recuerdo haber vivido. Creo que tiene algo que ver con los yos del universo.
 
Escuché al historia del team Roy/Jason, y esbocé una sonrisa divertida. Me alegraba de que en el fondo se lo pasaran bien viviendo juntos y fueran un poco más felices. Jason se merecía ser feliz después de todo lo que había sufrido.  
 
- No...Importa que no quiera verme – mi sonrisa se tornó algo triste. – Me basta con saber que está bien.- Me consideraba una de las pocas personas que quería con locura a ese chaval travieso y problemático. Sentía curiosidad por saber lo que había pasado entre nosotros para que llegara a odiarme tanto, pero para ello tendría que preguntárselo algún día, en el caso de que siguiera vivo, claro.
 
- La colisión ha hecho que perdamos muchas cosas importantes, pero también creo que hemos ganado otras cosas buenas. Roy, creo que el mundo nos está dando a todos una segunda oportunidad para hacer las cosas bien, y tenemos que aprovecharla. Siempre me he arrepentido de la relación arisca que tenía con el anterior Roy, y creo que podemos cambiarlo… juntos. – me incliné para coger una mano de Roy y otra de Conner y juntar las tres como si fuéramos un equipo de mosqueteros.
 
- Si nos necesitas estaremos en la base de la montaña. Puedes quedarte allí a vivir, si quieres, hay camas de sobra. Y si no…te puedes venir a vivir conmigo en mi piso Blüdhaven, es bastante amplio para los dos y así no me sentiría tan solo. Podrías estar un tiempo, hasta que encuentres un lugar mejor que este campamento… bueno, no es que sea un mal sitio para estar, pero… no sé. Era una idea. – terminé, rascándome la nuca un poco incómodo. Esperaba que no le hubiera molestado que me metiera con su improvisado campamento indio.

Eso espero…o tendré que quitarle el título de Superman para que se de cuenta de cuánto valgo

Sonrió con malicia a su viejo amigo cuando nombro la aceptación por parte del gran kryptoniano. Había ocasiones como esta donde el gen de su padre humano brillaba con luz propia, pero no duraba mucho. Observo curioso los dibujos que realizaba el arquero en el suelo, dándole un trago al vaso de agua para luego levantar la vista observando a ambos. Conocía a los nombrados pero solo con pocos había tenido un mínimo tracto. Estaban muy ocupados. Lo de los sueños no lo entendía, el nunca había tenido sueños como esos, pero de golpe llego a la conclusión que solo había existido un clon defectuoso ¿acaso su hermano March soñaría por él? Las palabras de Roy le hicieron bajar la mirada al suelo, tal y como describía los sentimientos de Jason eran como los suyos, ahora tenia ganas de conocerle ya que empezaba a ver que tenían bastantes cosas en común. Volvió a levantar la mirada hacia el arquero por lo de rubia guapa ¿se refería a Artemis? Pobre Wally cuando se enterase…

Me parece bien que vayas vivir con el… tengo curiosidad de ver como es tu piso colega.

Después de un largo silencio había hablado. Tenia curiosidad de donde vivía su amigo, ver como eran las casas de los demás ya que el solo tenia un cuarto porque la base era de todos.

- ¿El líder es al que todos odian y critican a sus espaldas? – Dije citando las palabras de Roy.- Hombre, gracias. – solté después una carcajada. Ya conocía la intención que tenía aquella frase, pero no pude evitar hacer la broma. Era cierto que ser líder de los Titanes me había supuesto muchos problemas, y peleas con mis compañeros. Algunas decisiones no habían sido las más correctas pero siempre pensaba en lo mejor para todos. Y pese a los acontecimientos, al final del día seguían escogiéndome como su líder.

-Sí, éramos muchos. Aunque no recuerdo que miembro pertenecía a qué grupo… se que estuve tanto en los Titanes, como el la Young Justice y los Outsiders. A veces me cuesta ubicarlos temporalmente, como si tuviera lagunas o hubiera hecho cosas al mismo tiempo que otras. Incluso a veces… - no pude decirlo en voz alto, la propia palabra se me atragantaba. A veces me veía con la capucha de Batman.- Es por eso que decidí crear un único grupo para la gente joven relacionada con la Liga de la Justicia: Los Young Titans.- Si, lo se, era un nombre horrible, pero no se me ocurrió nada mejor por aquel entonces.
 
-¿Comparaciones? ¿Te comparabas conmigo? Venga, Roy. No somos tan diferentes como sidekicks. La sombra de Batman era mucho más grande para mi, era imposible tenerle siempre contento. Aunque hiciera las cosas bien siempre podían haber ido mejor para él, y Batman no me daba ni un solo respiro. Mi adolescencia junto al murciélago era un constante estrés y un entreno imposible día sí y día también… Es verdad que a diferencia de ti Bruce jamás me ha dejado tirado. Siempre ha estado cuando lo necesitaba, pero estar con él significaba no bajar la guardia nunca. Yo… llegué a sentirme muy inútil, incapaz de hacer nada bueno... – Confesé, con una media sonrisa.- Por eso cuando Batman me echó de la Batcueva y me quitó el manto de Robin… decidí ser por una vez el primero de mi vida. No más órdenes, no más broncas… yo sería mi propio jefe y aceptaría las consecuencias de mis decisiones.
 
Entonces Roy me dedicó una mirada extraña y protestó cuando califiqué nuestra relación como “arisca”.

- Bueno… es que el Roy que yo conocí… no tenía tanto sentido del humor. – dije mirando a Conner para que él afirmara mi descripción.- La verdad es que me estoy sorprendiendo mucho contigo hoy. Eras más serio, más callado… a veces incluso diría que borde. Pero no fuiste siempre así, debió de pasarte algo con Oliver para que te volvieras un “amargado”.- Después de decir toda aquella parrafada me sentí bastante culpable. Le estaba describiendo como si realmente fuera un capullo aunque en el fondo fuera una buena persona. Pero no podía negarle que el Roy que yo conocí era ligeramente diferente a él. Y para qué mentir, el nuevo me caía mucho mejor.

- Donna no está. Pero tengo esperanzas de que volverá tarde o temprano. Siempre vuelve…- quise creerme mis propias palabras, pero los acontecimientos recientes habían sido tan duros que habían mandado de vacaciones a una buena parte de mis pensamientos positivos. – Ella te quería. Y Mucho… - mis labios dibujaron una triste sonrisa. No sabía hasta que punto aquella frase repercutiría en Roy. Podría resultarle un gran alivio o podía hundirle en la miseria.
 
- ¡Claro! A demás cabemos de sobras. He comprado el edificio entero con un pseudónimo, y he alquilado las dos puertas del último piso. Si lo piensas es bastante gracioso, me estoy pagando el alquiler a mi mismo… - reí. Cuando me mudé a Blüdhaven no tenía dónde caer muerto, pero gracias a las inversiones que había hecho Lucius Fox con el dinero que me habían dejado mis padres… bueno, ahora era millonario. No tanto como lo era Bruce Wayne pero si lo bastante para tener mis propios cachivaches.- También tengo un almacén no muy lejos del apartamento y lo he convertido en un garaje. Allí puedes trabajar en tus cosas todo el tiempo que necesites.

Después miré a Conner y le devolví la sonrisa. El superchico se había quedado algo apartado de la conversación y pensé que lo mejor sería hacer algo los tres juntos.

- Tú también puedes venir, Conner. Creo que nunca has estado a Blüdhaven, ¿verdad?

Claro, no me voy a quedar aquí

Dijo eso y se levanto, dándole el último trago de agua que quedaba en ese beso, ofreciéndolo a su dueño para que hiciera lo que quisiera con él. Saco su móvil un poco diferente a los demás, estaba diseñado para soportar la fuerza del chico. Miro la hora y lo volvió a guardar, no pensaba que hubieran estado tantas horas hablando, faltaba poco para la comida.

Ya que se ha hecho un poco tarde… ¿Por qué no vamos a comer algún lado?

Esperaba que durante la comida Roy se callara. No le caya mal ni nada de eso, pero no soportaba mas escucharlo hablar, tenía sus límites. Conner era un chico poco hablador así que cuando encontraba con alguien que hablaba por los codos se desesperaba ¿era necesario hablar tanto? Con decir lo esencial era suficiente. Así pensaba el, solo hablaba cuando de verdad era necesario ya que el silencio no le incomodaba como algunas personas.

O podemos ir a tu casa y ver vuestras dotes culinarias.

Sonrio de lado a Dick para luego mirar a Roy. Ni loco se metía en una cocina, siempre que entraba acababa lleno de harina o tenía que llorar por las malditas cebollas. La cocina no era lugar para el superchico.

¿Ratas muertas? ¡Qué tío! Eso me recordaba a mi entrenamiento con Batman en la batcueva. No parábamos de encontrarnos bichos muertos por todas partes, era desagradable.

- Yo no soy perfecto, nunca lo he sido.- Me dolió escuchar aquello de la boca de Roy. No me imaginaba la presión que sufría socialmente y no me entraba en la cabeza que esas palabras salieran de la boca del resto de los Titanes. Me sentí impotente, me desagradaba la manera en la que Roy había enfocado la situación de su dimensión. ¿Alguien envidiable? ¿Alguien a quien venerar? Vamos, no me jodas. He cometido muchísimos errores en mi vida, y cada día me arrepiento de ellos. Me exijo muchísimo para no volver a cometer los mismos fallos, y a pesar del esfuerzo y la dedicación nunca he logrado que Batman me dijera un “Bien hecho”. Nunca soy suficiente, nunca llego a la altura. No para él.

Lo de la puñalada de los hermanitos también me caló hondo. ¿Qué había pasado con Tim y con Jason de su dimensión? ¿Por qué me odiarían tanto? Yo siempre he velado por ellos, e tratado de impedir que Bruce los tomara como Robins porqué sabía a la presión que estarían expuestos. El camino al lado del murciélago es como un bosque lleno de espinas. Si no te matan las zarzas acabará engulléndote la sombra del murciélago. Yo sobreviví a las dos. Pero Jason murió con las espinas, y Tim fue engullido por la sombra… ¿Y de quién es la culpa? No lo se, pero todos nos buscamos siempre a un culpable al que señalar.

Y para rematar me explicó su verdadera relación con Oliver. Normalmente suelo controlar mis emociones, sobretodo durante un combate, para que el enemigo no se sienta aventajado. Pero llevaba una mala racha, y aquella tarde me sentía un poco más sensible de lo normal. Y me dolía todo el cuerpo después de lo de Atlantis, ¿para que mentir? Contraje el rostro y me quedé totalmente pálido. No imaginaba al divertido y simpático Oliver Queen pegándole una paliza a Roy. Batman nunca me había puesto la mano encima. Bueno, miento. Alguna que otra torta me había llevado. Pero no así. No como Roy lo explicaba. No sabía que hacer ni que decirle. Su voz se quebró y yo tragué saliva, incómodo, esperando a que Roy se recompusiera. Por suerte no hizo falta nada para que el joven pelirrojo recuperara su sentido del humor.

- Yo también soy un poco así. Sobretodo cuando llevaba el traje de Robin era incapaz de callar, y me pasaba las patrullas contando chistes malos o diciendo tonterías. Eso le ponía muy nervioso a Batman, pero se acabó acostumbrando.- expliqué, encogiéndome de hombros.- Él antes tenía más sentido del humor, fue a partir de la muerte de Jason que se volvió más serio y amargado. Ahora estoy bastante confundido con él, el nuevo Bruce es diferente, pero muy parecido a mi padrastro. No se que pensar, es como que le conozco pero no le conozco a la vez…

- El bromista del grupo siempre ha sido Garth, siempre coqueteando con las chicas guapas.- sonreí.- después estaba Wally. El también le daba un poco de alegría al grupo, una lástima que… no llegaras a conocerle.- casi se me atragantó la frase. A veces pensaba que Wally era como un sueño colectivo, y que ya solo quedaban tres personas en el mundo que le habían conocido.  

- De química se muy poco, la verdad. Yo sólo estudié derecho, y ni siquiera terminé la universidad.- Me levanté del tronco imitando a Conner y me llevé las manos a las rodillas doloridas.- Podemos ir con Esfera a Blüdhaven, así pedimos unas pizzas y ya te vas instalando.- miré entonces al superchico con una sonrisa divertida.- Porqué si nos ponemos a cocinar los tres va a ser un poco desastre… aún recuerdo lo que pasó la última vez.

Me remangué la camiseta y miré el reloj. Apreté un par de botones ocultos y a los tres minutos Esfera apareció transformada en un mini jet. Ayudé a mis dos amigos a empaquetar las pocas pertenencias de Roy y subirlas a la nave. Me coloqué en el asiento del conductor y dejé que Conner y Roy fueran juntos detrás. Aún quedaba espacio para una persona más, así que estarían a sus anchas.

-¡Los chicos se van de marcha a Blüdhaven!- dije bromeando mientras la esfera sobrevolaba el Monte Justicia en dirección a la ciudad portuaria. Hoy me iba a tomar el día libre, me lo había ganado.