En las cercanías de Monte Justicia [Omega][Roy Harper/Conner Kent][22/03/2018]

Roy vagaba de un lugar a otro, no tenía ese algo llamado hogar. Llevaba su clásica ropa casual: unos pantalones vaqueros algo desteñidos, unas zapatillas deportivas, su gorra verde sobre su rojo cabello, una camisa negra con las mangas verdes y con el dibujo de una calavera en blanco.  También portaba una bolsa de deporte azul en la que estaba su carcaj, los flechas y su ardo doblado apropiadamente. Tenía un gesto algo triste e inseguro. Se sentía demasiado solo y se empezaba a deprimir. Su autoestima empezaba a decaer. Estaba harto de no tener a nadie con quien conversar. Necesitaba alguien a quien contarle lo que le pasaba por la cabeza. Tanto silencio en su vida se estaba convirtiendo en algo letal. El pelirrojo era demasiado sociable para estar sin compañía. Además, necesitaba a alguien que le ayudase a no gastar compulsivamente su dinero. No era bueno administrando el dinero.  No había encontrado a su compañero de equipo Jason ni tenía ni idea de dónde buscarlo. No creía que el moreno se encontrase en Gotham pero tampoco quería comprobar que nos e encontraba en la casa del murciélago. La verdad es que los Robins eran medianamente simpáticos y Batman no le trató muy mal aquella vez que fue a recoger a Jason. Pero Batman era alguien que daba miedo y respeto.  Además, de que todavía tenía mucho que hablar y arreglar con Nigthwing. Había que reconocer que él era impulsivo y se arriesgaba pero no teniendo a nadie en el que confiar ni él estaba tan loco. Con Kory no podría contar, ya que, era ella la que le había abandonado a él y seguramente si la pelirroja no regresaba ni le buscaba era un indicador de que no le quería en su vida. Empezaba  a pensar que estaba desesperado, ya que, le estaban dando unas ganas tremendas de volver a Star City, pasarse por Industrias Queen si aún quedaba algo de ellas, le habían llegado noticias y rumores de que no iban demasiado bien. Ese pensamiento le hizo fruncir el ceño. Quizá si no le hubiese sacado a rastras de la impresa y no le hubiese ocultado información. El rubio no se encontraría metido en esos problemas. Él era un genio y estaba convencido de que de algún modo u otro podría ayudarle.

-Estúpido Oliver.- musitó para sí.

Es verdad que extrañaba al que antes fue su mentor y amigo. Pero aún se seguía sintiendo traicionado y dudaba de que el afecto  y amistad que alguna vez le profesó el arquero hubiesen sido reales.

No sabía exactamente cuando se le ocurrió que era una buena idea ir a una zona “neutral”, el Monte Justicia y aclarar las cosas con sus antiguos compañeros de equipo. Sí, claro aquellos a los que abandonó por algo más lúgubre como intentar quitarse la vida.

- Ha sido la mejor idea que has tenido en mucho tiempo Harper- dijo con un tono de ironía y auto regaño. Empezaba a creer que lo que le decían sobre su idiotez e impulsividad podía ser ligeramente cierto.

Por eso, ahora se encontraba en aquel paraje recóndito a escasos kilómetros de lo que un día fue su refugio como joven héroe. En un primer momento estaba muy decidido a entrar como si nada con un “hola chicos” y volver a empezar, como si todo se pudiese arreglar al volver al hogar como un hijo pródigo. Él había dejado su adicción y era mejor persona, por lo menos se esforzaba cada día por serlo.  En su ingenuidad pensó que con decir un perdón y un lo siento, los demás entenderían el porqué de su mal proceder.  Pero luego se empezó a acordar de que la realidad es mucho más compleja y que no todos tenemos el mismo punto de vita y de que quizá generó un daño que tardaría en ser subsanado.

Así que le comenzaron a entrar dudas y se quedó parado en aquel prado. En aquella situación pensó que sería buena idea relajarse un poco y luego volver a evaluar la situación. Total estaba allí solo y no podía hacer ningún mal practicando un poco con su arco. El pelirrojo empezó a tirar sus  fechas con precisión, dando a los objetivos que se fijaba en lugares remotos del suelo o las hojas de los árboles próximos. Cada tiro certero empezaba a aburrirle, era como demasiado fácil. Después de un rato y haciendo caso a su carácter despistado y despreocupado empezó a tirar las al turum tumtum para ver en qué lugar caían.
Demasiado tarde se dio cuenta de su error, ya que, una de sus flechas salió dirigida hacia un que estaba paseando por esos lares. Quiso intentar redirigir la flecha tirando otra flecha para variar la dirección de la primera pero sabía que era difícil porque se había dado cuenta tarde de que el otro muchacho estaba demasiado cerca de su flecha.

-Cuidado- gritó enérgico como si eso pudiese ser de gran ayuda. Tan sólo esperaba que la flecha no impactase en ningún órgano vital. Luego salió corriendo en dirección al moreno y al llegar a la altura del joven se quedó un momento en Shock. Ese chico estaba sosteniéndola flecha con una de sus manos.
- WOW ¿Has cogido la flecha? Eso ha sido fantástico. ¿Crees que puedes volver a repetirlo?- Una vez más su boca le ganó a su sentido del peligro.

Cogió la flecha que el otro le tendía y sonrió de una forma muy sincera. El humor del pelirrojo cambió drasticamente. Ahora ya no se encontraba tan deprimido como minutos antes. Había encontrado alguien con quien hablar y practicar. Miró durante un momento fijamente al joven. Le recordaba a alguien, no podía establecer muy bien la relación de parentesco pero el ojiazul tenía los rasgos de alguien al que había visto. Bueno eso no importaba. Estaba allí con él y podría contarle muchas cosas. Realmente se sentía entusiasmado. Roy sintió una gran alegría al tener a alguien dispuesto a participar en sus ideas. Nunca le había pasado algo igual, la gente siempre pensaba que someterse a ese tipo de pruebas era una locura y que pero era al hacer ese  tipo de proposiciones un tanto impulsivo y estúpido. Roy siempre estaba dispuesto a probar sus teorías y artilugios sobre alguien. Por ese proceder siempre se llevaba monumentales broncas, sobre todo de su compañero piso y equipo aún desaparecido Jason Tood. Pensó un momento en su amigo. Cuando este le reñía por algo, no le gustaba decírselo, pero generalmente era porque estaba haciendo, había hecho o estaba a punto de hacer alguna grandiosa estupidez o se estaba metiendo en un lío muy grande. ¿Que haría Jason? se miró al muñeca como si llevase una pulsera de que haría Jesús pero cambiando el nombre de Jesús por el del antiguo y segundo Robin. A veces a Roy le costaba mucho no cometer imprudencias ni meterse en situaciones complicadas por eso necesitaba a alguien que le guiase en esas situaciones. Jason hacía muy bien su papel de guía-amigo. Ahora sin él se sentía un tanto perdido e inseguro.

-eh ... estas seguro ¿verdad?-dijo pensando en que quizá Jason desaprobase esa práctica de tiro-puedes resultar herido a algo. Aunque yo soy muy bueno realizando curas- dijo esto último con un tono muy alegre y jovial.

La verdad es que el muchacho que tenía ante sí era único. ¿Quién tenía al facultad de coger una flecha al vuelo? ¿Cómo lo había hecho? Además estaba seguro que tenía muy buena potencia y rapidez e el tiro. Además su arco estaba diseñado para ser rápido, ágil y así, poder tener un tiro fuerte, rápido y resistente. Esa flecha, aunque el la hubiese tirado de forma distraída era muy rápida, era casi indetectable. Ahí había algo raro y él estaba ansioso por descubrirlo. No podía evitarlo, Roy Harper era un hombre curioso. Las cosas raras e inexplicables siempre llamaban su atención. Había dicho que sería una forma de poner a prueba sus reflejos. Eso quería decir que sus reflejos eran muy buenos o simplemente había sido una casualidad. No podía desaprovechar esa situación.

- Cuando estés preparado, si no opones ningún tipo de objeción a ello empezamos-Después de decir eso. Roy empezó a preparar su arco. Primero se aseguró de que no le pasase nada a la cuerda de su arco y de que estuviese con la tensión necesaria. Luego empezó a seleccionar sus flechas. No podía disparar al joven por error una flecha explosiva, flecha con gas soporífero o con algún truco o veneno. Eso quizá era demasiado arriesgado. Las flechas que Roy consideraba demasiado peligrosas las dejó apartadas en un  en un rincón mientras mantenía en su carcaj las flechas normales.

- Gran consejo, lo de matar gente no me va- dijo con un tono alegre y simpático en su voz - Pero oye, si empezase a ello este sería un buen lugar alejado y discreto-dijo en tono jocoso

Con un poco de duda cogió su primera flecha y disparo. El primer fue más rápido que la flecha lanzada por error pero en ningún momento tan rápido como sus ataques reales.

- O tienes mucha suerte- dijo al ver la flecha alojada en el árbol. Roy era observador y se había fijado en todo momento en la posición del joven.- Tu posición no era adecuado y tu mirada tampoco estaba en la dirección de ese objetivo- Roy se rió alegre y traviesamente- Soy tirador experto  sé de esas cosas, podría quitarme el zapato, apuntar y darte en la cabeza a doscientos metros.-

Al saber el nombre de justiciero del chico, Roy empezó a hacer inferencias y supo a quién exactamente le había recordado el joven. Superman y Superboy ambos nombres tenía el mismo prefijo. Ahora que se ponía a pensar en el criptoniano y en el recuerdo que tenía de él, encontraba que el tal Superboy era un replica casi idéntica al Superhéroe de metrópolis.

Por su parecido al criptoniano no sabía si desconfiar de aquel joven. En principio le pareció agradable pero ahora sabiendo su posible parentesco no sabía que pensar del moreno. Su encuentro con Superman no había sido nada amigable. Tampoco le cayó en gracia el superhombre, le parecío más bien arrogante y un tanto prepotente.

No obstante, sus padres no le habían enseñado a ser alguien si  educación así que tomó la mano que el otro joven le ofrecía y se la estrechó. -  La gente suele llamarme Arsenal- Roy , no era un persona muy reservada pero el otro había ocultado deliberadamente su nombre y no iba a ser el único que permaneciera en desventaja. Tampoco que es que le importase mucho. Su identidad secreta era alguien normal y corriente y no tenía gran cosa que perder pero por si acaso.