De vuelta a la normalidad... casi (Miembros del Monte Justicia) [Post-Omega]

El mundo se había vuelto loco.

Nadie sabía aún qué demonios había pasado, ni aún en la Liga. Red Tornado y Detective Marciano se habían esforzado en explicarlo a la opinión pública y a miembros y coaligados de la Liga, incluyendo a los Titanes, pero ni siquiera ellos contaban con todas las respuestas. Todo lo que sabían era que el caos que envolvía a todo el Planeta Tierra parecía ser el resultado de un choque entre dimensiones. Si había alguna forma de revertir el proceso, no lo sabían. Todo lo que podían asegurar era que el mundo, tal y como lo conocían, había quedado alterado para siempre. Ni siquiera los marcianos u otros pueblos alienígenas habían quedado a salvo. Lo poco que pudo oír de los informes de Linterna Verde hacía referencia al ataque en otros sistemas planetarios de una especie cambiaformas que se hacían llamar Skrullis o algo así. Como los marcianos, pero en versión fanáticos religiosos y conquistadores. Y no existían registros en la base de datos de los Linternas Verdes sobre la existencia de dicho pueblo, hasta ahora. Como quien dice, salidos de la nada.

El mundo se había vuelto loco. El universo entero, de hecho.

Hacía sólo dos semanas que terminó la complicada misión en Belle Reve, y el joven héroe Nexus, siempre seguro de sí mismo, preparado para cualquier eventualidad, había dejado paso de nuevo al pequeño y asustado Brian Bird. Su pesadilla recurrente había regresado tras años de silencio. Se moría de ganas de tener un día para hablar con Joanna al respecto, pero su madre adoptiva estaba demasiado ocupada asimilando la responsabilidad de ser alcaldesa y heroína al mismo tiempo en una Happy Harbor al borde del colapso. Bien sabía Brian que no podía culparla por ello, pero echaba de menos tener una familia con quien hablar.

Chequeó su ordenador una vez más. Gracias a un pequeño modem remoto construido por él mismo tenía acceso directo a la base de datos del Monte Justicia, y podía ojearla de vez en cuando para estar al día de sus compañeros. Se supone que no debía hacer eso, pero sus intenciones eran muy inocentes. Sólo quería ayudar a sus socios. Además, ninguno de los datos a los que tenía acceso eran confidenciales, por lo que Red Tornado o Batman no se ofenderían mucho si lo descubrían.

En esos momentos, le interesaba sobre todo la ficha médica de Barbara Gordon, alias Batgirl. Nightwing la trajo de vuelta de Arkham el mismo día en que él estaba con Artemis, Superboy y Robin conteniendo la fuga en Belle Reve. Había sufrido una grave crisis nerviosa que la dejó en estado semi-comatoso. Al parecer había sido expuesta a una dosis muy fuerte del infame gas del miedo del Espantapájaros. Brian apretó los puños metálicos. Sólo de pensar en su amiga en manos de aquel lunático que se creía mejor que nadie por meterle su asquerosa droga en el cuerpo a los demás le hervía la sangre. Por fortuna, el informe médico era favorable. La medicina marciana exportada por sus promotores ayudó en gran medida a filtrar la toxina y restaurar el ritmo cardíaco normal. A pesar de todo Brian se asustó. No entendía de medicina, pero tenía la impresión de que un poco más de exposición a ese gas y hubiese muerto de un infarto.

Brian apagó el ordenador. No era momento de tener miedo a lo que no llegó a pasar. Barbara se merecía una visita para olvidar el mal trago. Y él mismo necesitaba una presencia femenina que lo confortara. No en vano la pelirroja era como su hermana mayor.


----------------------------------

"Reconocido: Nexus. B, 2 7"

Brian se dejó anunciar por el ordenador. Vestía con sus ropas de civil, no tenía sentido ir escondiendo identidades secretas cuando todos allí se conocían. Más en su caso, siendo alguien que fue prácticamente adoptado por el grupo entero.

-¡Hola, chicos! -saludó al pasar a Blue Beetle, Robin y Superboy, que estaban en la sala común discutiendo sobre programas de televisión que ni le interesaban.- ¿Cómo anda Babs? ¿Puedo ir a verla?

Habían pasado dos semanas desde la pesadilla de Arkham, pero aún me costaba conciliar el sueño por las noches. Bruce me había advertido que, a pesar de estar libre de la toxina, era posible que reexperimentara espontáneamente alguna de las visiones que había tenido en el Asilo. Sucedía con otros psicotrópicos, como el LSD. La sola idea de revivir alguno de aquellos espejismos hacía que se me erizara el vello de la nuca.

Por supuesto, no habían tenido nada de "espejismos" mientras había estado bajo el control del Espantapájaros. Dick, que me había traído desde el Asilo, había explicado a los médicos que yo no dejaba de hablar en sueños y debatirme. Cuando al fin desperté, seguía sin tener muy clara la diferencia entre realidad y pesadilla. La línea que las separaba era tan tenue, y la droga de Crane la borraba con tanta facilidad... ¿Estaba realmente Bruce decepcionado conmigo? ¿Pensaba Dick que había sido cruel con él? ¿Y qué pasaría si mi padre descubría mi otra identidad? Mis temores eran tantos y tan manipulables que había creído a pies juntillas en todo lo que el gas del miedo había querido mostrarme. Y aún estaba aterrorizada ante la idea de que, en la mitad de ellos, las visiones tuvieran la razón.

Lo primero que había hecho al recobrar la consciencia fue preguntar una y otra vez por mi padre. Me aseguraron que estaba bien, que Bruce había podido hablar con él después de la crisis en Arkham. Pero quise llamarlo de todos modos. Le dije que estaría unos días en casa de Artemis, y que no se preocupara por mí. Le pregunté por Gotham y me habló de la Colisión, del comunicado misterioso emitido por Omega, y de la respuesta de la Liga. El Comisario Gordon, ya de por sí cargado de trabajo, estaba al borde del colapso. Me dijo que era probable que tuviera que dormir en la Comisaría varios días, porque se le acumulaba el trabajo. Le aseguré que Arty y yo estaríamos bien, que su madre estaba con nosotras, y que me llamara al móvil en cualquier momento. Cuando colgué, no pude evitar romper a llorar. Me sentía aliviada, tan aliviada de saber que estaba bien, y de comprobar que me hablaba sin ningún resentimiento en la voz...

Pregunté por Dick, y por Bruce, y por todos los demás. Los primeros días me mantuvieron aislada, porque las alucinaciones eran más frecuentes, y estaba tan sedada que me dormía continuamente. Pero accedieron a contarme que Artemis, Bri, Conner y Timmy habían regresado de Belle Reve, y les pedí que hablaran con Arty para que advirtiera a su madre de mi "coartada". En cuanto a Dick, seguía en el Monte Justicia; no había logrado mantener una conversación coherente con él desde que me había traído del Asilo... pero tenía entendido que me había salvado la vida. Recordaba haberle pedido una y otra vez perdón por todo lo que le había hecho, pero no estaba segura de si se lo había dicho al Dick real, o al Dick de mi pesadilla.

Aquella mañana habían vuelto a sacarme sangre para asegurarse de que las toxinas no persistían en mi cuerpo. Se había convertido casi en una rutina, pero me moría de ganas de que me quitaran aquella vía y me permitieran volver a casa. Sin embargo, mi última alucinación había sido hacía tan solo dos noches, y no iban a soltarme tan fácilmente después de aquello. Y no me parecía mal, pero me sentía muy sola en aquella habitación. Se lo había dicho al médico tan pronto había aparecido en la puerta, y me prometió que pronto permitirían que mis compañeros me visitaran. Se lo agradecí mucho. Acabaría volviéndome loca si seguía encerrada ahí dentro.

Por eso, sentí una profunda alegría al oír que alguien llamaba a mi puerta fuera del horario de la visita médica. Eso quería decir que al fin habían permitido la entrada de mis compañeros.

- Adelante - dije, incorporándome en la cama, mientras dirigía la mirada al umbral.

No le resultó difícil encontrar la habitación donde descansaba Barbara. Sus colegas del Monte le advirtieron igualmente que tuviese tacto con ella, pues seguramente estaría agotada después de todos los operatorios y la continua extracción de sangre para terminar de sacarle lo que le quedaba de toxina del miedo. Brian suspiró. No se sentía muy seguro de cómo iría a reaccionar cuando la viese en aquel estado. Aún en la actualidad seguía siendo muy sensible para según qué cosas.

Pero era su amiga, y casi su hermana adoptiva. No la iba a dejar sola. Y necesitaba hablar con alguien.

Llamó tímidamente a la puerta, esperando que un médico o un enfermero asomase del otro lado y dijese que aún no podían permitir visitas, que viniese más tarde. Pero fue la voz de Babs la que le respondió y le invitó a pasar. Sonrió y entró tímidamente.

-Uh... H-hola, Babs. ¿Cómo te va?

Se arrepintió casi enseguida de hacer la pregunta. Sintió una punzada en la garganta cuando la vio postrada en la cama, enchufada a aquella maquinaria médica. Al menos estaba consciente y despierta, pero eso no quitaba que fuese descorazonador. Eran gajes del oficio, intentó convencerse de ello, pero no dejaba de ser doloroso.

-Me han dicho que ya puedes recibir visitas, y he pensado que podría venir a verte. Mamá... Bueno, Joanna está muy ocupada últimamente y no ha podido venir, pero te manda sus mejores deseos, y...

Suspiró. De verdad que le dolía. Y en parte para aliviarse a sí mismo decidió acercarse a ella y darle la mano suavemente. Le fastidiaba que el tacto que tuviese la chica no fuese la calidez de una mano humana, sino la frialdad del metal de sus guantes, pero el gesto era lo que contaba.

-¿Cómo te encuentras?

La puerta se abrió lentamente y, casi como si tuviera miedo de entrar, Brian se asomó desde el otro lado.

- Uh... H-hola, Babs. ¿Cómo te va? - preguntó, con timidez.

No pude evitar que una sonrisa se me dibujara en el rostro al verle. Bri era como mi hermanito pequeño, y siempre me animaba mucho charlar con él.

Su expresión se ensombreció al mirar la habitación, pero yo me esforcé en mantener la sonrisa para demostrarle que estaba bien. Todas aquellos cables para tomarme las constantes y los sueros que, de momento, sustituían mis comidas, debían de darme un aspecto horrible. Las ojeras que debía de tener tampoco ayudarían mucho, supuse. Pero había estado peor, mucho peor los días anteriores.

- Me han dicho que ya puedes recibir visitas, y he pensado que podría venir a verte. Mamá... Bueno, Joanna está muy ocupada últimamente y no ha podido venir, pero te manda sus mejores deseos, y... - dijo Brian, suspirando.

Cerrando la puerta tras él, el chico se acercó a mi cama, tendiéndome la mano. Se la cogí, agradecida. El tacto metálico siempre me resultaba extraño, pero me acostumbré enseguida.

- ¿Cómo te encuentras? - preguntó.

- Bien. Deseando salir de aquí. - fue mi respuesta.

Y cansada, y asustada, y harta de ver el mismo techo y las mismas paredes.

- Dile a Joanna que muchas gracias... Supongo que en Happy Harbor también habrán pasado muchas cosas... me alegro de que esté bien. - al parecer, el mundo había decidido volverse loco el mismo día en que Crane escapó de su celda en el Asilo, y yo no había tenido tiempo de actualizarme del todo. Además, los médicos no consideraban prioritario contarme todo lo que había sucedido ahí fuera. Tal vez temieran que sufriera una crisis nerviosa si me enteraba de según qué. - Gracias por venir, Bri. Te he echado de menos. ¿Qué tal fue en Belle Reve?

Normal que deseara salir de allí. Le deprimía ver a su hermana mayor adoptiva en ese estado. Al menos se esforzaba por sonreírle, eso significaba que lo peor ya había pasado. Brian le sonrió de vuelta cuando  Barbara le devolvió la mano.

- Dile a Joanna que muchas gracias... Supongo que en Happy Harbor también habrán pasado muchas cosas... me alegro de que esté bien. Gracias por venir, Bri. Te he echado de menos. ¿Qué tal fue en Belle Reve?

No pudo evitar sonreírle con afecto con lo de que "te he echado de menos". Tenía fe en que se recuperaría. Tanto ella como Nightwing tenían esa capacidad de recobrarse de cualquier palo, por gordo que fuera.

-Fue un caos. Al menos pudimos darles una paliza a varios villanos de segunda, pero los más gordos terminaron por escaparse. Eso sí, tendrías que haber estado allí cuando Polilla Asesina acabó estampado contra la pared por su propio Polilla-Móvil... En serio, ¿no se han planteado estos tíos el montar su propio show a lo Benny Hill? Te digo yo que se forrarían más que con cualquier intento de atracar bancos.

Se empezó a partir de risa sólo de acordarse de la cómica escena que vivieron con aquel tipejo en Belle Reve. Pero pronto volvió a ponerse serio.

-Pero en otro orden de cosas... No sé si te has enterado. De lo que ha pasado en el resto del mundo. Lo llaman "colisión de dimensiones", o algo así. Es una locura. Yo apenas he podido enterarme de todos los detalles, pero Joanna me contó algo de haberse enfrentado a una legión de robots ella sola en Happy Harbor, y de dos tipos de una agencia secreta de la que nunca habíamos oído hablar.

Tragó saliva. Aquello le traía tristes recuerdos de su pasado, que nunca creía que tuviese que volver a rememorar. Miró a sus guantes, y de nuevo a Barbara, con un nudo en la garganta.

-Babs... ¿Crees que yo, que esto...? ¿Crees que haya tenido algo que ver?

De tener la menor sospecha de que así era, se juraría a sí mismo no volver a abrir un portal en su vida, aunque eso le costase su futuro como superhéroe.

Bri pareció tranquilizarse al ver que no me desmayaba ni nada por el estilo, y yo me alegré de ello. Al parecer, tenía mucho que contar de sus aventuras en Belle Rêve, y yo me acerqué un poco para escucharle mejor, muerta de curiosidad.

-Fue un caos. Al menos pudimos darles una paliza a varios villanos de segunda, pero los más gordos terminaron por escaparse. Eso sí, tendrías que haber estado allí cuando Polilla Asesina acabó estampado contra la pared por su propio Polilla-Móvil... En serio, ¿no se han planteado estos tíos el montar su propio show a lo Benny Hill? Te digo yo que se forrarían más que con cualquier intento de atracar bancos.

Mi risa se unió a la de Brian. Ciertamente, Polilla Asesina era un villano bastante cómico... pero, por alguna razón, me había parecido que tenía su qué en mi adolescencia. ¿Quién iba a culparme? Había tenido gustos más que dudosos en mi adolescencia, como todo el mundo... ¿no?

-Pero en otro orden de cosas... - prosiguió Brian, más serio - No sé si te has enterado. De lo que ha pasado en el resto del mundo. Lo llaman "colisión de dimensiones", o algo así. Es una locura. Yo apenas he podido enterarme de todos los detalles, pero Joanna me contó algo de haberse enfrentado a una legión de robots ella sola en Happy Harbor, y de dos tipos de una agencia secreta de la que nunca habíamos oído hablar.

Brian tragó saliva, y su mirada se ensombreció. Colisión de dimensiones, sí, aquello era lo que mi padre me había dicho al hablar con él... ¿Por eso toda aquella confusión, aquel caos? ¿Por eso los maremotos, las tormentas, la radiación zeta...? Una crisis a nivel mundial... no, universal. Desde la cama de aquella habitación, algo atontada aún por la última dosis de sedantes, aún me costaba asimilarlo, creer que algo así fuera realmente posible. Tenía que serlo, claro, ¿qué otra cosa podría haber puesto en jaque a todo un planeta...?

-Babs... ¿Crees que yo, que esto...? ¿Crees que haya tenido algo que ver? - prosiguió Brian, y entonces lo entendí.

Portales... había portales en Arkham, ¿verdad? Aún me costaba recordar todo aquello, pero me forcé a hacerlo. ¿Cómo podía ser? ¿Realmente creía Brian que él estaba detrás de eso...? No, peor aún, ¿era posible que Bri hubiera desencadenado algo así? No, no tenía sentido, él estaba en Happy Harbor cuando todo empezó, era imposible que, con el alcance actual de sus poderes, hubiera tenido alguna influencia sobre Gotham...

O eso creía... Y eso era lo que pensaba decirle.

-No. No lo creo. - respondí, con toda la firmeza de que fui capaz - A no ser que seas capaz de crear maremotos, desprender ondas zeta y hacer temblar la tierra, y no me lo hayas dicho - continué, sintiéndome cada vez más segura de lo que decía a medida que lo ponía en palabras - No creo que tus guantes hayan podido causar un desastre así, si Lexcorp fuera capaz de crear algo tan poderoso, Superman habría dejado de existir hace mucho...

Tendí una mano y revolví con dulzura el cabello de Bri, tratando de reconfortarlo.

- No sé qué puede haber detrás de esto... pero estoy segura de que Batman y los demás ya se habrán puesto a la labor de averiguarlo. - le dije.

No podía evitarlo, estaba aterrado por la posible respuesta que le fuese a brindar Barbara. Ella llevaba más tiempo que Brian combatiendo al crimen y a amenazas de todo tipo junto a Batman y el resto de la Liga de la Justicia: científicos locos, genios criminales, corporaciones megalómanas, invasores alienígenas, incluso amenazas demoníacas... Batgirl las había combatido todas, y le sobraba experiencia en cada campo, aunque no llegase al nivel de genialiad de su tutor. Por eso confiaba en su palabra y en la de Nightwing más que en ninguna otra.

-No. No lo creo. A no ser que seas capaz de crear maremotos, desprender ondas zeta y hacer temblar la tierra, y no me lo hayas dicho. No creo que tus guantes hayan podido causar un desastre así, si Lexcorp fuera capaz de crear algo tan poderoso, Superman habría dejado de existir hace mucho...

Eso lo tranquilizó muchísimo. Se animó incluso a sonreír y bromear ante ella.

-Créeme, Babs, si de repente me convirtiese en Godzilla tú serías la primera en saberlo -se rió de nuevo, tratando de quitarle hierro al asunto-. La verdad, tienes razón. No quiero ni pensar en qué pasaría conmigo si de repente desarrollase un poder semejante y la Liga al pleno me tuviese en su punto de mira.

Sintió el agradable y reconfortante tacto de la mano de Barbara en su cabellera. No podía evitarlo, adoraba los mimos. Sólo lamentaba no poder devolverle un gesto semejante por culpa de sus frías manos de metal.

- No sé qué puede haber detrás de esto... pero estoy segura de que Batman y los demás ya se habrán puesto a la labor de averiguarlo.

-Sí, tienes razón... Sólo nos queda esperar.

Se sentía muy bien a su lado, sobre todo tras comprobar que la lucha contra el Espantapájaros no le había causado mucha mella. Eso no le tranquilizó tanto como esperaba. Por lo que sabía de Jonathan Crane ni siquiera era un gran combatiente, sólo un loco con un traje de arpillera que manipulaba a los demás por medio de drogas. ¿Cómo era posible que la hubiese dejado en ese estado?

Apoyó las manos en los hombros de Babs, en un gesto de clara preocupación.

-Babs... ¿Estás bien, en serio? No me han querido contar muchos detalles, salvo que te habías enfrentado contra el Espantapájaros. Yo... Nunca lo he encarado, pero nunca me pareció gran cosa, sólo otro loco con aires de grandeza como Enigma. ¿Cómo es que te...?

Cortó la pregunta enseguida. Se dio cuenta, para su desgracia, de que si no la formulaba bien podría dar a entender a su hermana y heroína que había sido demasiado débil para contraatacar a un oponente inferior a ella. Y eso no era cierto, Batgirl era capaz de todo. Lo único que quería expresarle era su inquietud y su más sincera preocupación.

-P-perdón, no quería sonar a lo que no es. Es sólo que... Si uno de esos chiflados te hiciese algo, me moriría. No literalmente, claro. Y si así fuese le pediría a Joanna que me trajese del más allá para patearles en el culo a los responsables.

Apretó el puño en un gesto de pretendida valentía, un vano esfuerzo por ocultar que en el fondo se moría de miedo de que algo le pasara a su hermanita pelirroja.

-Créeme, Babs, si de repente me convirtiese en Godzilla tú serías la primera en saberlo. La verdad, tienes razón. No quiero ni pensar en qué pasaría conmigo si de repente desarrollase un poder semejante y la Liga al pleno me tuviese en su punto de mira.

La risa de Brian fue un alivio para mí. Me preguntaba cuántos días llevaba dándole vueltas a aquella idea antes de haberse decidido a comentármela en voz alta.

- No sé qué puede haber detrás de esto... pero estoy segura de que Batman y los demás ya se habrán puesto a la labor de averiguarlo.

-Sí, tienes razón... Sólo nos queda esperar.

Brian dejó transcurrir unos instantes de silencio, parecía estar dándole vueltas a algo más. Algo que lo preocupaba, a juzgar por su expresión. Iba a pedirle que me lo contara, pero él pareció decidir lo mismo un segundo antes que yo. Me puso sus manos enguantadas sobre los hombros y me miró, poniéndose muy serio. Una de esas ocasiones en las que Brian Bird aparentaba más edad de la que tenía, en lugar de menos.

-Babs... ¿Estás bien, en serio? No me han querido contar muchos detalles, salvo que te habías enfrentado contra el Espantapájaros. Yo... Nunca lo he encarado, pero nunca me pareció gran cosa, sólo otro loco con aires de grandeza como Enigma. ¿Cómo es que te...?

La mención de Crane bastó para que un escalofrío descendiera por mi espalda, y Brian se interrumpió, casi como si lo hubiera notado. Cuando volvió a hablar, comprendí que temía haberme ofendido con la pregunta.

-P-perdón, no quería sonar a lo que no es. Es sólo que... Si uno de esos chiflados te hiciese algo, me moriría. No literalmente, claro. Y si así fuese le pediría a Joanna que me trajese del más allá para patearles en el culo a los responsables.

No pude evitar romper a reír con suavidad. Las salidas de Brian eran demasiado adorables como para no hacerlo. Pero, por alguna razón, sentí también una desagradable punzada en la boca del estómago, algo demasiado parecido a las ganas de romper a llorar. Las emociones contradictorias no eran lo más habitual en mí, y decidí atribuirlo a la medicación y no a algún efecto secundario del gas del miedo de Crane.

-Antes que nada, Brian... quiero avisarte de algo. Cuanto más locos están, cuanto más débiles te parecen... más cuidado tienes que tener con ellos. Eso es lo que he aprendido trabajando con Batman. A veces te equivocas; Polilla Asesina debió de parecerte ridículo, y es ridículo, pero con tipos como Enigma, el Joker y el Espantapájaros... - de nuevo, un escalofrío me recorrió - Con ellos nunca está de más ser precavido, ¿sabes?

Dejé un instante de silencio. ¿De veras podría hablar de lo que había ocurrido con Bri? ¿De verdad era capaz de rememorarlo sin recaer en las pesadillas? Miré al chico largamente. Confiaba en él, lo quería mucho, y él estaba preocupado por mí. Podía intentarlo.

-Crane, el Espantapájaros, utiliza neurotoxinas. Cuando entran en tu organismo te... manipulan el cerebro. No luchas contra el Espantapájaros, luchas... bueno, estás luchando contigo mismo, con lo que te da más miedo, con cosas que a lo mejor nunca te has atrevido a reconocer, o a admitir, o a pensar siquiera.

Mis ojos se habían quedado fijos en la pared de la habitación.

-Yo... fui lo bastante estúpida como para inhalar demasiado de su gas del miedo. Y debí de respirar más aún después de eso, aunque dejé de darme cuenta de si lo hacía o no. Da igual lo débil que sea Crane, al final lo que cuenta cuando luchas con él es lo débil que eres tú mismo. Las alucinaciones son... eran...

Cerré los ojos con fuerza.

-Cuando me desperté en esta habitación, seguía sin poder diferenciar qué era real y qué no. Vi a mi padre muerto, a Batman, a Nightwing... - volví a abrir los ojos, buscando de nuevo la mirada del chico - Las primeras noches tenía unas pesadillas horribles... me... sedaron, creo, para que dejara de tenerlas,pero seguían allí, sólo que ya no podía moverme... Creo que han intentado hacer que mi cuerpo eliminara la toxina más rápido. Debía de tener mucha en mi sangre para que costara tanto...

¿Cómo había podido ser tan incauta, entrando en Arkham sin pararme a pensar en el gas de Crane? Por no hablar del veneno del Joker, o las armas de los demás. ¿Es que no había aprendido nada de Bruce?  

Tragué saliva. Había una cosa más que quería decir, algo que me había atormentado desde que me sacaron de Arkham.

-¿Sabes? Creo que las alucinaciones tenían razón, yo... No soy lo bastante buena. No lo he sido nunca. Sólo he sido una cría jugando a disfrazarme de Batman.

Cogí aire.

-Estoy... estoy pensando en dejarlo, en retirarme. - terminé.

Brian tragó saliva al escuchar las descripciones de Babs. Se sintió asustado y mal consigo mismo por haber subestimado de boquilla al que parecía un enemigo tan terrible. A fin de cuentas, ¿qué hay peor que enfrentarte a lo que más te asusta? No podía pensar mal de su mentora y amiga. A fin de cuentas, él mismo sabía que su cabeza estaba demasiado llena de oscuros fantasmas internos que hacía tiempo se había esforzado por alejar de su mente. Si se diese el caso, ¿tendría el valor de hacerles frente?

Pero entonces, cuando terminó, Batgirl lanzó una durísima revelación. La miró atónito, sin estar seguro de que lo que había oído era real o no.

-Re... ¿Retirarte? ¿Pero qué dices?

Había sido como tirarse a la cabeza un cubo de agua fría. ¿En serio se le había pasado tal cosa por la cabeza? Aunque suprimera reacción fue de rabia e indignación, procuró canalizarlo de la mejor manera posible. No quería que se hundiera más.

-Babs, no puedes rendirte... Tú misma me dijiste que siempre hay una salida, por muy deseseperada que esté la situación. No puedes...

Pero bueno, ¿cómo iba él, un pobre muchachito aún novato en el mundillo de los superhéroes a aleccionar a toda una veterana? Se le atascaban las palabras en la garganta, se le enrojecían los ojos. Odiaba estar tan atascado, y lo peor era que no se le ocurría nada más que decir.

Todo lo que pudo hacer fue sostener la mano de Babs con la suya de metal y tratar de mantenerse sereno, aunque evidenciaba demasiado lo mucho que le había afectado la noticia.

-N-no es justo...

La cara de Brian reflejó con tanta fidelidad lo que sentía que me invadió la culpabilidad.

-Re... ¿Retirarte? ¿Pero qué dices? Babs, no puedes rendirte... Tú misma me dijiste que siempre hay una salida, por muy desesperada que esté la situación. No puedes... N-no es justo...

Suspiré. Bri era como un hermano pequeño para mí, pero compartíamos mucho más tiempo estando en nuestras identidades heroicas que en las civiles. Si yo dejaba de ser Batgirl... Debía de sentirse como si lo abandonara. Aún así, no soltó mi mano. Parecía estar esforzándose por entenderme, a pesar de que parecía a punto de llorar.

- No voy a rendirme, Bri, es sólo... que tal vez no estoy hecha para llevar una capa y una máscara toda la vida. A veces creo que patear a los malos no soluciona nada, ¿sabes? Se vuelven a levantar, aparecen más...

Miré al chico a los ojos.

-No soy como Batman. No tuve un pasado trágico que me empujara a hacer esto. Casi todo lo malo me ha sucedido después, ¿sabes?, cuando ya había empezado a disfrazarme y salir de noche. Elegí hacer esto porque pensaba que cambiaría algo. Pero no es la única manera de cambiar cosas, Brian. Y, aunque cuelgue el manto de Batgirl, seguiré luchando a mi manera. Sólo que... no soy lo bastante buena para seguir peleando a la vuestra.

Sonreí con suavidad, más por él que por mí misma.

-No me voy lejos. Estaré en Gotham, como siempre. Puedes venir a verme cuando quieras, me encantan las visitas. Y puedo invitarte a un helado, o hacerte chocolate caliente... - mi voz se apagó lentamente.

Sabía que echaría de menos demasiadas cosas de aquella vida, pero...

-Estarás bien aquí, con Dick, Artemis y los demás. Y tendrás tanto trabajo salvando el mundo que no te dará tiempo a echarme de menos - bromeé, ignorando el nudo que acababa de formarse en mi garganta. ¿Por qué tenía tantas ganas de llorar?

El médico salió de la habitación, se quitó las gafas de cristal redondas y se las guardó. Caminé en su dirección y me dedicó una suave sonrisa.

-¿Cómo está? - pregunté, algo preocupado.

- Está fuera de peligro. Ahora hay que rebajarle la medicación y en una semana volverá a estar como nueva.

El hombre me indicó lo que tenía que hacer en la siguiente semana y me pasó varias recetas para comprar las últimas medicinas. Con esto, Barbara podría volver a hacer una vida normal e ir a ver a su familia. Estaba seguro de que James Gordon estaría preocupado por su hija, no había recibido ninguna llamada suya en esta última semana cuando supuestamente estaba de "vacaciones" con Artemis. 

Me dirigí entonces al comedor y avisé al resto de los titans de que Barbara ya podía recibir visitas. Brian no tardó en levantarse y marchar en dirección a la habitación de la chica murciélago. Pensé en hacer lo mismo que él, me moría de ganas de ver como estaba y poder hablar con ella, pero no sabía con que cara presentarme.

-Quizás tenga hambre... - 

Llegué a la cocina y le preparé algo para desayunar. Un poco de leche, un poco de zumo, una tostada, una pieza de fruta... quizás algo de esto le sentara bien.

Fui directo a la habitación de Barbara con la bandeja de comida y encontré que estaba entreabierta. La conversación que estaban teniendo Brian y ella me había dejado congelado.

-Estoy... estoy pensando en dejarlo, en retirarme. - susurró la abatida Batgirl

¿Retirarse? ¿Dejar de ser Batgirl? ¡No! Eres una de los mejores miembros que tenemos y uno de los más antiguos. Los Titans te necesitan, yo... te necesito...

-No soy como Batman. No tuve un pasado trágico que me empujara a hacer esto. Casi todo lo malo me ha sucedido después, ¿sabes?, cuando ya había empezado a disfrazarme y salir de noche. Elegí hacer esto porque pensaba que cambiaría algo. Pero no es la única manera de cambiar cosas, Brian. Y, aunque cuelgue el manto de Batgirl, seguiré luchando a mi manera. Sólo que... no soy lo bastante buena para seguir peleando a la vuestra.

- Nadie es bueno en esto... - dije, entrando con la bandeja del desayuno y sentándome en la cama al lado de Brian. Saludé al muchacho y luego acerqué la bandeja a la chica y se la dejé encima de su regazo para que pudiera comer tranquila.

No sabía cómo mirarla, estaba preocupado y más ahora que había decidido dejar el manto de Batgirl. ¿Cuándo lo había decidido? ¿Cuándo iba a contármelo? Supongo que no podía exigirle mucho más en su estado. Estaba siendo egoísta, pero no quería tener a Barbara lejos de mí...

-Y tu eres una de las mejores Barbara, has sido muy valiente.

Bueno... Por un lado no podía dejar de darle la razón a Babs. No en lo de que no fuese buena heroína, eso jamás se lo iba a creer. Pero si realmente creía que podía seguir haciendo el bien actuando de otro modo, bueno... ¿Quién era él para negárselo? Sonrió tras sus últimos comentarios, pero no fue capaz de contener las lágrimas. Muchos lo hubiesen tachado de llorica, pero su vida estaba repleta de chicas fuertes e independientes que le habían enseñado que no había nada malo en dejar que tus sentimientos afloren, mientras no te dejes dominar por ellos.

-Eso no es cierto, Babs... Te voy a echar muchísimo de menos. Pero si algo me ha enseñado Joanna, y me habéis enseñado todos, es que uno ha de hacer lo que le dicte el corazón. Aunque suene a ñoñería de telenovela, pero...

Interrumpió su discurso con una risilla, pero antes de que pudiera seguir entró Nightwing con la bandeja del desayuno. El chico notó enseguida que había escuchado parte de la conversación, y que el propio Dick estaba roto por dentro ante la idea de decir adios a la capa de Batgirl. Pero lo último que necesitaba ahora era pensar en lo triste de la situación.

-Es cierto, Babs. Eres una de las mejores. Y lo seguirás siendo, en cualquier cosa que desempeñes. Y no estarás sola. Y pienso tomarte la palabra con lo del chocolate caliente. El helado mejor para el verano.

Tras reír un poco, no se pudo contener más y se dejó de ir hacia ella, dándole un sentido abrazo. Le acarició el pelo y la espalda, y finalmente el resto de lágrimas fluyeron por sus ojos.

-Ojalá tuviera otras manos para sentirte mejor...

Se hizo un silencio extraño. Miré a Brian, y me di cuenta de que sus ojos estaban llenos de lágrimas. Me moví, tendiendo una mano en su dirección. Sabía que mi decisión podía no sentarle bien a todo el mundo, pero nunca había sido mi intención hacerle llorar.

Pero el chico tomó la palabra de nuevo, y lo que hizo no fue pedirme que cambiara de opinión, algo que nunca sabrá cuánto agradecí. Sus palabras me recordaron que, por muy niño que Bri se mostrara a veces, no estaba tan lejos de convertirse en un adulto. Y que, si algún día vencía su timidez, sería un líder estupendo, porque tenía aquella habilidad para acabar diciendo exactamente lo que había que decir. No en vano era discípulo del líder de los Titans, y el hijo adoptivo de la alcaldesa de Happy Harbor.

-Eso no es cierto, Babs... Te voy a echar muchísimo de menos. Pero si algo me ha enseñado Joanna, y me habéis enseñado todos, es que uno ha de hacer lo que le dicte el corazón. Aunque suene a ñoñería de telenovela, pero...

Brian se rió, y me sentí algo mejor. Ensayé una sonrisa, pero no duró mucho.

- Nadie es bueno en esto...

La voz de Dick me sobresaltó tanto que di un respingo involuntario, como si acabara de ser pillada en falta. Y, en cierto modo, así era.

Había algo a lo que no podía dejar de dar vueltas desde que había decidido que colgaría el manto: ¿cómo iba a decírselo a Bruce... y a Dick...? Sabía que Batman me dirigiría aquella mirada inescrutable suya, tal vez haría un par de preguntas... Me había costado tanto que me aceptara como Batgirl... ¿le parecería normal que quisiera dejarlo? ¿Pensaría que él tenía razón al decir que no quería a más gente en el club? ¿O más bien se sentiría... decepcionado? ¿Aliviado, al no tener que preocuparse de una compañera más...?

Y... ¿cómo se lo iba a tomar Dick? Aunque el tiempo y sus desacuerdos con Batman nos habían distanciado un poco, me costaba recordar una época de mi vida de la que él no formara parte. Batgirl y Robin. Batgirl y Nightwing. Él me había pedido que luchara a su lado en los Titans y, nunca se lo había dicho, pero que me contara como una más de su equipo había cerrado una vieja herida para mí. Batgirl nunca había sido invitada a la Liga de la Justicia a pesar de su mayoría de edad; tampoco habían contado con ella cuando se fundaron los Titans por primera vez. Siempre había intentado no pensar mucho en ello, pero ahí estaba. Y cuando Nightwing se convirtió en líder, cuando me dijo que contaba conmigo, me sentí halagada y reconocida como superheroína. ¿Cómo iba a decirle que había llegado el momento de rechazar ese honor?

Pero, al parecer, no haría falta que le contara nada, porque él ya había oído lo suficiente.

Sentí un nudo en el estómago, algo inoportuno teniendo en cuenta que Nightwing me había traído el desayuno. Dejó la bandeja sobre mi regazo, evitando mirarme mientras lo hacía. ¿Por qué había tenido que enterarse de aquella manera? Podría habérselo explicado yo misma, sólo que aún no sabía cómo...

-Y tú eres una de las mejores Barbara, has sido muy valiente.

- Gracias - musité. Ni yo misma sabía si lo decía por el desayuno, por el cumplido, o por ambos.

-Es cierto, Babs. Eres una de las mejores. Y lo seguirás siendo, en cualquier cosa que desempeñes. Y no estarás sola. Y pienso tomarte la palabra con lo del chocolate caliente. El helado mejor para el verano. - añadió, riendo.

Y entonces Brian me abrazó, un gesto que agradecí con toda mi alma. Tenía tantas ganas de romper a llorar que los ojos me escocían pero, por alguna razón, tenía miedo de hacerlo delante de Dick. Enterré mi rostro en el hombro de Nexus, me tragué los sollozos, pero no pude hacer lo mismo con las lágrimas, que humedecieron silenciosamente la chaqueta del chico. Recé porque ninguno de los dos se diera cuenta. Quería seguir siendo la Batgirl que ellos conocían, la chica que podía con todo.

- Ojalá tuviera otras manos para sentirte mejor... - dijo Bri, acariciándome con suavidad. Él también estaba llorando.

Tomé aire, me obligué a tranquilizarme y me aparté con suavidad del chico, dándole un beso en la mejilla que sí podría sentir y revolviendo dulcemente sus cabellos castaños.

- Pero no podrías abrir portales sin ellas, y vas a necesitarlas, porque Nightwing va a haceros trabajar el doble si quiere que los Titans no se vayan a pique sin mí... - me obligué a bromear.

Había evitado los ojos azules de mi compañero todo el tiempo desde que había entrado en la habitación, pero ahora me atreví a lanzar una mirada en su dirección. Estaba asustada. No sabía qué cara había puesto, qué me diría a continuación. Solté a Brian con suavidad, acariciando por última vez su mejilla, y me volví hacia Dick, esperando.

Casi me había olvidado de la bandeja que tenía sobre las rodillas.

Aquel momento fue tan emotivo que mi pecho se oprimió lentamente. Brian estaba llorando, y por mucho que Barbara intentara disimularlo, sus sentimientos también parecían estar a punto de explotar. La pelirroja le dio un dulce beso en la mejilla y apartó a Brian suavemente. Casi parecían una madre y un hijo si no fuera porqué sabía quienes eran los padres de Brian.

Batgirl me miró, esperando que le dijera algo, pero no sabía cómo hacerlo, tenía muchas cosas que contarle y ahora... ahora que sabía con certeza que había tomado una decisión importante no estaba seguro de tener el valor para hablarle de otras cosas. Pero tenía que hacerlo, cumplir con mis responsabilidades.

- Brian, creo que Conner te estaba buscando antes para arreglar no se qué de la esfera, ¿puedes ir a echar un vistazo? - le dije con total tranquilidad, sabiendo que no tardarían en entender que aquellas palabras significaban un "necesito hablar a solas con Barbara".

Ahora que había vuelto a ver a Wally y había decidido que hacer al respecto, pensaba dejar al mando a Barbara hasta que volviera. Pero tendría que cambiar de planes. Ella no iba a pensárselo de nuevo, si le había comentado algo tan serio a Brian era porqué había tomado una decisión. Y todo el mundo sabía que Barbara era bastante cabezota.

Brian sonrió adorablemente. Babs siempre sabía cómo levantarle los ánimos. No importaba lo mal que parecieran estar las cosas, ella siempre conseguía arrancarle una sonrisa. Tenía razón: la pérdida del tacto era un sacrificio menor a cambio de tener el poder de marcar una diferencia en un mundo tan sacudido por la injusticia y la crueldad. Ellos estaban allí por eso.

Brian, creo que Conner te estaba buscando antes para arreglar no se qué de la esfera, ¿puedes ir a echar un vistazo?

Brian entendió enseguida la indirecta. Querían estar a solas y hablar de lo que fuera. Le parecía justo. Asintió y le dedicó una palmada en el hombro a Babs, sonriendo de nuevo.

-Claro... Iré enseguida. Cuídate, ¿vale? Si necesitas cualquier cosa, ya sabes dónde estoy.

Con un suspiro entristecido, Brian dio media vuelta y les dejó. No pudo evitar, a pesar de todo, sentir un incómodo malestar en su interior. Algo iba a cambiar radicalmente en el Monte Justicia, y no sabía si estaba preparado para asumirlo.

(FDI: y salgo del tema).

Sonreí por última vez a Brian. Cuando la puerta se cerró detrás del chico, dejándome a solas con Dick, sentí como un incómodo silencio se establecía entre los dos. No sabía adónde mirar, así que fijé mis ojos en la bandeja, como si aquello me fuera a dar milagrosamente algún tema de conversación. O alguna forma de abordar el que ya había sobre la mesa.

Tomé aire.

- Iba a decírtelo. - fue lo primero que acudió a mis labios.

Genial. Me estaba justificando. No era el principio que había elegido en mi imaginación.

Con Dick nunca sería tan fácil como con Brian. Al menos, no desde que mi primer compañero había crecido. Habíamos sido muy cercanos, pero las cosas habían cambiado con el paso de los años. Sabía que podía contar con él para casi cualquier cosa, pero también intuía que no se tomaría mi renuncia demasiado bien.

Las alucinaciones que Crane me había implantado en la mente eran aún un recuerdo demasiado nítido. Nightwing me había sacado de Arkham, pero probablemente no sabía que lo había visto a él en mis pesadillas. Aún ahora, esas imágenes luchaban por regresar a mi memoria. Bruce (ese Bruce sacado de lo más profundo de mi cabeza) tenía razón. Éste no era mi lugar. Y me preguntaba si Dick sería capaz de verlo con la misma claridad que yo.

Nada más cerrar la puerta, sentí que el silencio y la tensión reinaban en la habitación de Babs. No me miró siquiera a los ojos, tenía la mirada perdida en la bandeja de la comida. Tampoco se me ocurrió ninguna frase ingeniosa con la que poder romper el hielo, así que antes de que dijera nada ella ya había hablado.

- Iba a decírtelo.

- Lo sé... - pero de alguna manera eso me hizo sentir triste. Barbara Gordon había estado casi toda mi vida a mi lado, como Batgirl o cómo amiga. Había crecido con ella, era como una hermana para mí. Lo sabíamos todo del uno al otro y nos compenetrábamos a la perfección cuando luchábamos contra el crimen, casi como lo había hecho con Batman en mi época de Robin. Ella me cuidaba, me quería... pero yo la quería a ella de otra manera. Había otro tipo de sentimientos alojados en mi corazón que no podía confesarle. Ya lo había hecho una vez y conocía su respuesta. Yo era un hermano pequeño para Babs, un amigo con el que siempre podría a contar... 

Pero yo la había traicionado. Había abandonado a los Young Titans, me había ido a Blüdhaven a encerrarme en mi propio dolor por la muerte de Wally West, por mi gran fracaso como líder. Sin Wally, el equipo no tenía sentido, él era parte de su alma, era también su líder y fundador... me alejé de todo y de todos. De Bruce, de Alfred, de Barbara, de Tim, de Donna, de Conner, de Artemis, de Kori... de toda la gente que me quería y me importaba. He sido un egoísta pensando que ese dolor era únicamente mío.

Y ahora que había vuelto las cosas estaban aún peor. La mitad de la liga desaparecida, mis amigos perdidos, la ciudad que tenía que proteger estaba arrasada... y todo por esa colisión que me lo había quitado todo. Y Barbara, otra mala decisión que tomé. Nunca debí enviarla sola a Arkham... nunca debí dejarla sola desde buen principio...

Mis ojos azules se clavaron en los de ella. Deseé abrazarla, deseé besarla, pedirle que no se alejara de mí, que no tomara esa decisión, que no abandonara... pero no estaría haciendo lo correcto. Me tragué mis sentimientos y volví a actuar como el líder que supuestamente era. 

- Es tu decisión y la respeto - sonreí lo más cálidamente que pude. No quería que viera la angustia que me carcomía por dentro. Tenía que demostrarle que podía seguir confiando en mí. Que yo siempre estaré a su lado y que seguiré siendo su gran apoyo. 

- ¿Vas a comerte lo que te he preparado? ¿O es que ahora te alimentas respirando la comida? - 

Tenía que hacer un chiste al estilo Wally West o si no iba a reventar de lo seria que se había vuelto la conversación.

- Lo sé... - dijo Dick.

Y a aquellas dos palabras les siguió un largo rato de silencio.

Él se había perdido en sus pensamientos; yo me perdí en los míos. Hacía tiempo que no era lo mismo entre nosotros dos; el tiempo había distanciado a Robin y a Batgirl, a Richard y a Barbara. Aún así, lo echaría de menos; su sonrisa para decir que todo iba a salir bien, sus chistes fáciles cuando había que patear el trasero a algún matón, su facilidad para terminar lleno de arañazos pese a ser la persona más ágil que conocía.

- Es tu decisión y la respeto - dijo, finalmente, sacándome de mis pensamientos. 

- Gracias... - murmuré.

- ¿Vas a comerte lo que te he preparado? ¿O es que ahora te alimentas respirando la comida? - bromeó, entonces. Su tono era distendido, pero lo estaba forzando. No se nos daba bien ponernos serios, a ninguno de los dos.

- Ya voy, ya voy... - protesté, decidiéndome a atacar la bandeja.

No me perdió de vista mientras comía, como si pensara que podía desmayarme en cualquier momento. Estaba muy preocupado por mí. Y yo había estado dándole tantas vueltas a cómo explicarle mi decisión, que se me había pasado por alto lo mal que debía sentirse por todo.

¿Cómo podía ser tan estúpida? Conocía perfectamente a Dick. Él me había enviado a Arkham, estaba segura de que ahora mismo se consideraba el principal responsable de lo que había pasado.

Dejé a un lado la bandeja a medio terminar, y clavé mis ojos en los suyos.

- Oye... quería decirte que... Nada de esto es culpa tuya, Dick. - aclaré - Hace mucho que le estaba dando vueltas. Lo de Crane sólo ha precipitado un poco las cosas, pero hubiera sucedido tarde o temprano.

Cuando Barbara protestó, supe que el ambiente había dejado de estar enrarecido. La pelirroja empezó a comer, primero con desgana y después con algo de hambre. Se había pasado los últimos días durmiendo entre pesadillas. Pude ver como se agitaba inquieta en sueños y como me llamaba entre gritos, a mí y a Bruce. En un momento le cogí de las manos, le acaricié el cabello y le susurré que todo iba a salir bien... pero Barbara seguía asustada y yo no podía calmarla. No podía hacer nada por ella...

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la mujer terminó de desayunar. Babs tenía la capacidad de saber siempre en lo que estaba pensando... ¿cómo narices se había dado cuenta? Me conoce demasiado... incluso para mi propio bien.

- No debí enviarte sola a Arkham... no pensé en las consecuencias. Era de lógica que había presos fugados y no pensé en que algo así pudiera pasar... - expliqué, con el rostro angustiado.

- Entiendo... así que esto viene de antes... ¿eh? No... ¿no estás feliz aquí con nosotros? - pregunté algo dubitativo.

Barbara siempre decía que era demasiado joven para entrar en la liga, pero demasiado mayor para entrar en los Young Titans. Yo la quise siempre a mi lado a pesar de las dificultades, y ahora que podíamos trabajar juntos en un mismo equipo las cosas se habían torcido. Y esta vez para siempre.

¿Qué iba a pasar con el equipo Nightwing-Batgirl?

- No debí enviarte sola a Arkham... no pensé en las consecuencias. Era de lógica que había presos fugados y no pensé en que algo así pudiera pasar...

- Era una misión de reconocimiento, Dick. Salió mal, de acuerdo. Pero se suponía que tenía que evitar ponerme en peligro, utilizar la infraestructura de Arkham para no exponerme. No podías saber que Crane había conseguido gas del miedo en tan poco tiempo, debió de recuperarlo de la sala donde se custodian las pertenencias de los presos... - le interrumpí. Siempre había estado en contra de que aquellos objetos se guardaran en el mismo Arkham, pero el lugar seguía siendo considerado más un sanatorio que una prisión, pese a albergar a todo tipo de asesinos y delincuentes peligrosos.

¿Cuándo conseguiríamos unas medidas de seguridad un poco más decentes?

- Entiendo... así que esto viene de antes... ¿eh? No... ¿no estás feliz aquí con nosotros? - la pregunta de Dick me cogió por sorpresa. Había duda en su tono, y temí haberlo herido. Él hizo todo lo posible para que estuviera en su equipo, y yo...

- No es eso. - dije, intentando que me comprendiera - Hace un tiempo que no... me siento cómoda en las botas de Batgirl. No sé si porque todo cambió entre los tres cuando dejaste de ser Robin... o porque siento que golpear matones hasta que pierden el sentido no cambia nada en esta ciudad... No lo sé. Pero sólo dejo la capa. Voy a seguir siendo Barbara Gordon.

Lo miré, tratando de sonar algo más animada.

- Podemos seguir viéndonos de vez en cuando, ¿no? Bruce sigue invitándote a sus galas benéficas, aunque siempre encuentres una excusa para no ir. - bromeé.

Traté de entenderla, pero en el fondo no quise escuchar. Se estaba alejando de mí poco a poco y no dejaba de pensar que la culpa había sido mía desde el principio. Fui yo quien mandó a la mierda nuestra relación años antes, la de ella y la de Bruce. No quería saber nada del murciélago, ni siquiera que existía... y de alguna manera también me había escudado en eso para no pensar en Barbara. Estar cerca de la pelirroja me hacía daño, me volvía loco, con sus sermones de hermana mayor y ese carácter tan terco... dios, y siempre tenía que tener la razón en todo. Y yo sabía que la tenía y que era el único que estaba equivocado, pero no quería verlo. Como siempre, eres un idiota Grayson.

Y ahora está postrada en una cama y por un momento me ha invadido un miedo insufrible de perderla. No puedo alejarme de ella, alejarme de lo que siento por ella aunque me vaya muy lejos de Gotham y trate de enterrar esos sentimientos para siempre. No podía obligar a mi corazón a dejar de sentir a pesar de que sé que la cosa no puede funcionar entre los dos. Era una lucha que no acabaría bien para ninguno.

- Claro...yo... - hice una pausa, las palabras no me salían por culpa del dolor - te entiendo y lo acepto. Siempre has sido Barbara Gordon y siempre lo serás. Sé que no es un adiós para siempre, y vas a tenernos a todos para lo que necesites, no lo dudes jamás...- intenté sonar reconfortante, pero tenía miedo de que la voz se me quebrara en cualquier momento.

Parecía una despedida. El adiós de Batgirl, el disfraz que más caro le había salido a Barbara Gordon. Después de tanto esfuerzo por conseguir la aprobación de Batman, y ahora todo eso se había esfumado como si nada. Volvería a su vida normal junto a su padre, se buscaría un trabajo normal y después se casaría con un de esos amigos polis que tanto le gustan al viejo Gordon. Ya no habrá más persecuciones por las calles, ni paseos en el Wingcycle, ni saltos imposibles por los tejados... Ya no habría más Batgirl y Nightwing. Y una vez nuestras vidas sean tan diferentes no tardaría en alejarse también de Dick Grayson...

Los tiempos en los que yo llevaba pantaloncitos y zapatillas de duende ya sólo pertenecían al pasado, eran recuerdos dulces que no podía traer de vuelta...

- Claro...yo... te entiendo y lo acepto. Siempre has sido Barbara Gordon y siempre lo serás. Sé que no es un adiós para siempre, y vas a tenernos a todos para lo que necesites, no lo dudes jamás...

Esbocé una sonrisa cansada. Me sentía aliviada; al menos, Dick lo aceptaba. No tenía ni idea de por qué era tan importante que lo aceptara, pero eso me reconfortó.

- Gracias, Dick - dije.

No sabía si era por haber liberado tanta tensión acumulada, o porque llevaba demasiado rato hablando después de varios días de convalescencia, o porque los narcóticos estaban haciendo su efecto. Lo cierto es que el agotamiento descendió sobre mí como una nube, necesitaba cerrar los ojos, dormir y que se terminara todo esto.

- Echaré de menos tus chistes malos... - confesé.

Ella me sonrió dulcemente y pensé que iba a romper la coraza en cualquier momento. Barbara Gordon nunca me había dejado de parecer hermosa, ni aunque estuviera en sus peores momentos. Le devolví la sonrisa, aunque no me di cuenta si parecía más una mueca que una aceptación. Quería ser feliz por ella, pero no podía dejar de pensar que era el fin de Batgirl, que se cerraba otra etapa de mi vida y cada vez la sentía más lejos de mí. Yo había provocado este alejamiento, yo había sido el idiota que la había dejado atrás y ahora me arrepentía de tantos años perdidos.

Pero teníamos que seguir adelante costara lo que costara.

- Te dejaré descansar… lo necesitas… - mis manos enguantadas acariciaron su rostro para apartarle un mechón rebelde de la cara, y ver como en cuestión de segundos la mujer cerraba los ojos hasta quedarse plácidamente dormida. Ahora tenía que recuperarse, dos o tres semanas bastarían para que volviera a la normalidad.

- Buenas noches, Batgirl… - susurré aquel nombre por última vez, y viendo que Barbara había caído presa del sueño, me acerqué a su frente y la besé con dulzura. – te quiero…

Y esas palabras quedaron en el olvido cuando cerré la puerta tras de mí.

FDI: y... cierro el tema!  OTP!! <3 <3 <3 xDDDDD