Augurios Nefastos: Epílogo [Autoconclusivo] (01-02-2019)

- Frank, ¿qué estás mirando, hijo? ¿Las noticias? ¿Te encuentras bien?
- Mamá, no te lo vas a creer: ¡Existen!
- ¿Quiénes existen?
- Ven, míralo. Lo están echando ahora mismo.

Frank, el hijo menor de los Carrisi subió el volumen del televisor. En la parte de abajo la marquesina anunciaba un inminente discurso desde las puertas de la alcaldía de Nueva York, programado a las 10:00 am. Mientras esperaban, la cadena emitía sin descanso el vídeo que se colgó en Youtube y en otras redes sociales donde se veía una torre envuelta en enredaderas gigantes, caballeros peleando contra una especie de lobo y fotografías de un barrio de Nueva York. Se hablaba de dicho barrio como un campo de refugiados de seres de otro mundo. Concrétamente del mundo de las fábulas y los cuentos de hadas.
En una pequeña mesa redonda improvisada hablaban sobre la posibilidad de que fuera cierto, que tal y como estaban las cosas no podían tomarlo como una broma o por lo contrario, que debía tratarse de alguna farsa o engaño para enmascarar algo más importante y turbio.

La mesa redonda se cortó de inmediato cuando pasaron de nuevo a las puertas de la alcaldía donde por fin aparecieron un grupo de personas: el alcalde de Nueva York, una mujer morena de ojos azules vestida con un traje que la hacía ver como una funcionaria con buen gusto acompañada de un tipo con gabardina, mirada nublada y semblante duro, fumando un cigarrillo.

La morena subió al atril con todos los micrófonos apuntándole a la cara. No se la veía nerviosa ni asustada: transmitía un porte de autoridad y supremacía.


- Buenos días y gracias por venir a ésta rueda de prensa. Intentaré ser lo más breve posible y lo más directa que pueda. Me llamo Blancanieves y estoy segura que con ese nombre les estoy presentando todo mi currículum conocido. Las imágenes que han visto por las redes sociales, así como la información presentada sobre nuestra pequeña comunidad conocida como Villa Fábula es cierta: hemos estado viviendo entre vosotros desde que se fundó la ciudad de Nueva York. Así mismo deben saber que, según el tratado que se firmó por aquel entonces con los fundadores, el territorio donde se levantó Villa Fábula, así como los terrenos a nuestro nombre no pertenecen a la ciudad de Nueva York ni a los Estados Unidos de América, sino a la propia Villa Fábula y a sus habitantes. - Aquella aclaración hizo que la mitad de la prensa murmurara, se exaltara, e incluso el propio alcalde se mostraba sorprendido y claramente disgustado. - Somos pues, un país dentro de vuestro país. Tenemos nuestras propias leyes y nuestro propio gobierno, así como nuestros propios problemas. Con las puertas abiertas a nuestra villa toda persona puede cruzar nuestra frontera, pero tendrá que atenderse a las consecuencias de sus actos. Y para finalizar añadiré que se emprenderá una campaña contra la persona o entidad que haya diseminado la información de nuestra villa por las redes sociales como un atentado contra Villa Fábula. Gracias de nuevo por venir.

Cuando Blancanieves se apartó del palco, la prensa se le tiró encima en busca de respuestas, disparando pregunta tras pregunta creando así una cacofonía inteligible. La morena se marchó, seguida por el tipo de aspecto rudo. Era entonces el alcalde de Nueva York quien se subía al palco, intentando calmar a la masa de la prensa y que le escuchasen para dar su opinión.

- Pfffff... un país dentro de nuestro gran país. Y menuda mujer más...
- Pues a mí me gusta - dijo el niño. - Es como una reina.
- Apaga la tele Frank.