[Mini-evento]Augurios Nefastos [Elysia Stavridis-Eclipse-Blair Van der Woodsen-Zatanna Zatara-Planaria Glámez y Tony Stark (?)] (31-01-2019)

[FDI: El orden de posteo será según vayáis entrando y escribiendo. Una vez estén todos, se mantendrá dicho orden.]

De grasa hasta el cuello, como siempre, dijo Tony con una sonrisa a su futura esposa, ella estaba dentro de la armadura que el millonario le había construido, sin poder evitar reírse a pesar de la situación, Tony, deja de hacer el tonto y sácame de aquí, la armadura había fallado y Pepper se había quedado atrapada en su interior, al tratar de liberarla el mayor ingeniero de todos los tiempos había reventado uno de los servos y el aceite a presión lo había empapado por completo, ¿de verdad piensas que he hecho esto solo para bromear?, pero si me tengo que lavar hasta la garganta.

Señor, ¿ha probado a apagarla y encenderla de nuevo?, ¿como?, ya sabe, Señor, reiniciar la armadura, ¿lo ha probado?, no... reiniciala Jarvis, un momento después la armadura de Pepper se apagó y al volverse a encender se abrió automáticamente liberándola, increíble..., bueno, ahora a volver a instalar ese servo, pero cuando se iba a poner a trabajar Jarvis volvió a interrumpirle.

Señor, una llamada por el canal privado, es el Lobo, como siempre el Lobo fue directo, necesitaban ayuda y la necesitaban con urgencia, el servo tendría que esperar, y lo que era peor, la ducha también, Jarvis que uno de los robots instale el servo lo antes posible, luego se giró hacia Virginia, esto puede ser peligroso, hay dos opciones, yo preferiría que te fueras lejos de aquí en cuanto este arreglada, pero si no quieres hacerlo, y se que no querrás, hay algo con lo que puedes ayudar, ¿querrás ir a La Granja a echar una mano? Jarvis puede guiarte..., decía el millonario mientras la armadura se montaba a su alrededor y los repulsares se conectaban, ... y no te asustes si ves cosas raras... te quiero, dijo ya fuera de la mansión, aunque la voz le llego a Pepper gracias al sistema de comunicación.


Tony aceleró a máxima potencia, las calles de Villa fábula estaban desiertas, bien, si realmente iba a liarse parda mejor así, no mucho más adelante detectó un coche que aún irradiaba calor, apenas hacía un minuto que los ocupantes lo habían abandonado, descendió hacia allí con los sistemas en alerta por si las moscas, aterrizó junto al vehículo y escaneó la matrícula, Scott Summers, Señor, profesor en la escuela de Charles Xavier, es de suponer que algunos miembros de la patrulla también estarán presentes, Puff, ese repipi, bueno, que le vamos a hacer... localiza el comunicador de Lobo y vamos para donde esté, enseguida, Señor, la señal es debíl, se encuentran bajo tierra no muy lejos de aquí, le guiaré si lo desea.

Con las instrucciones de su IA, y la ayuda del tipo de la puerta, no tardó en localizar las Mazmorras y en llegar ante los demás, Buenas, esta vez he tardado algo menos en responder a tu llamada, le dijo al Lobo en un intento de romper la tensión que se respiraba, buenas Blanca, luego paso a saludar al resto de los presentes, Plana, Eclipse, Blair, dijo estrechando sus manos, supongo que estamos aquí para lo mismo, por cierto, Pepper no tardará en llegar a la Granja para ayudar a Rosa en lo que pueda, tu dirás Lobo, somos todo oídos.

Una vela colocada sobre una esfera de porcelana, flotando en medio de una mesa con un circulo magico tallado sobre la madera. Mis ojos cerrados, las manos alzadas a la altura de los oidos, mientras recitaba unas palabras en voz baja. Estaba entrando en comunion dentro de los viajes astrales, buscando de alguna manera, patrullar las anomalias que fluian por la magia. No es que fuese necesario, pero en todo el caos que hay dentro de la magia, siempre es necesario tener los ojos bien abiertos o un tenedor podria clavarse en tus ojos de una manera bastante asquerosa.

Inhale, contuve la respiracion unos segundos, y cuando exhale, pude abrir los ojos. Bien, ya habia salido, estaba en el reino de lo astral, por lo que empece a moverme. Un viento frio soplaba del sur, el viento de la magia, donde sentias las energias fluir. Un destello de magia blanca cruzo mi horizonte, chisporreando hacia lo que parecia ser el norte del mundo real. A veces podias encontrar a otras personas en el mundo de lo astral, pero no siempre era la mejor de las ideas cuando hay flujo de energias.

Mi cuerpo flotaba, por lo que empece a moverme aleatoriamente, buscando algo destacable, un punto de conflicto entre el tejido de la realidad y el de la magia, pero no encontraba nada... Hasta que encontre a una silueta vagando por ahi. Era una figura grisacea, que parecia emanar magia por toda su piel (o esencia, mas bien). No sabia que era especificamente esa forma, pero debia ser de un hechicero poderoso dentro del mundo real. Senti curiosidad, por lo que empece a acercarme, a la par que la figura lo hacia tambien. Cuando estuvimos frente a frente, cerre los ojos y empece a hablar.

-Saludos... Hechicera... - La comunicacion en la via astral era lenta, pero siempre llegaba a los cuerpos independientemente de donde estaban- Soy... Zatanna... Zatara... Maga... ¿Quien... es... usted?
-Ayuda... ayuda... Mundana...-No entendia muy bien a que se referia, pero la presencia gris toco mi etereo cuerpo. De pronto senti como si una cubetada de agua fria me cayese encima, y desperte, de vuelta al mundo real. La vela se habia derretido, mala señal cuando se comunicaba por el medio magico, por lo que empece a recitar un hechizo para encerrar las energias.
-Alas atse ed lartsa ol ralles y ralsia -Senti una leve brisa fluir por la habitacion, y la esfera de porcelana donde flotaba la vela de pronto empezo a crujir y posteriormente, se quebro. Al quebrarse, de entre los escombros de la misma habia un pequeño papiro, que desenrolle lentamente. Era un mapa, que dibujaba la ciudad de Nueva York e indicaba un barrio dentro del mismo. A juzgar por mi posicion, llegaria en unos treinta minutos si tomaba el metro. Necesitaba ir, saber quien era esa presencia y porque necesitaba de mi ayuda.




Tras un viaje usando un disfraz normal que consistia en una blusa azul con el emblema de Superman, unos pantalones de mezclilla largos y zapatos cortos, sali corriendo hacia una calle que estaban vacias. No habia mas que un edificio, donde indicaba el mapa del papiro, y un automovil estacionado junto a una motocicleta. Tras mirar por ambos lados que no hubiese gente, me acerque corriendo al edificio y toque la puerta. Un portero me recibio, interrogandome con la mirada sobre que era lo que hacia ahi. No sabia especificamente que responder, asi que, mencione lo que me habia dicho la presencia:

-Vine a ayudar.

El portero me abrio la puerta y me indico secamente unas escaleras, por donde empece a bajar hasta la Mazmorra. Chasquee mis dedos y volvi a mi traje normal de hechicera, cuando al entrar veo a varias personas. Saludo rapidamente con la mano y me quedo detras, recargandome con la pared. Busco con la mirada entre los presentes quien puede desplegar tanta magia, pero no encuentro pistas.

Mucha gente habría considerado a Drago un hombre callado, misterioso, incluso alguno pensaría que era siniestro. Su poder sobre las sombras podía inquietar a la gente, y más cuando los ignorantes no sabían la bondad que vivía tras aquellas facciones marcadas. Él era mi mejor amigo dentro de la mansión, un valiente y noble compañero que había demostrado ser mucho más de lo que el ojo era capaz de mostrar. Además, guardaba una estrecha relación con Sasha debido a sus años en la mansión como alumna, lo cual me hacía confiar aún más en él. Y por ello, cuando lo encontré con cara preocupada en mitad de la noche no dudé ni un momento en ofrecerle mi ayuda. Sasha estaba dormida, y no quería molestarla. Seguramente no fuese algo grave. Escribí una nota y se la dejé en la mesilla de noche, añadiéndole un rayo dibujado. Me llamaría en cuanto se despertase y leyese mi mensaje, aunque esperaba que para entonces ya hubiésemos acabado lo que fuese que teníamos que hacer.

Nos subimos al coche de Scott junto con Blair, quien se unió en el último momento a la salida nocturna. Drago encendió el coche y salimos a la noche neoyorquina. Nos explicó la verdadera razón de esta: Lobo se encontraba en problemas. Al escuchar su nombre no pude evitar sentir un leve cosquilleo recorrerme la espalda. Ya conocía a Lobo. Le conocí durante unos de mis viajes a la gran Manzana, cuando visitaba a Sasha y la mansión por primera vez. Fui a hacer una visita a Tony y resultó que era el mismo día en que este personaje tenía una reunión con él. Era un tipo muy serio, y por lo que aparentaba algo gruñón, o al menos esa había sido la impresión que me había dejado tras haber coincidido con él un par de veces. Pero era el amigo de Drago, y quería echarle una mano.

- Aún me resulta muy curioso que haya un lugar llamado "Villa Fábula", donde viven los seres de los cuentos que leíamos de pequeños. Lobo. El lobo feroz. ¿Y cuál es la emergencia?- Ver a personajes de mi infancia encarnados en personas de carne y hueso era algo mágico prácticamente. Las luces de la carretera pasaban sobre nosotros, tintando la escena de dentro del coche de oscuros y amarillos, tan típica de las películas policíacas. Me froté un poco las manos para entrar en calor, pues el coche acababa de arrancar y aún no se había calentado el aire acondicionado.

Al cabo de un rato llegamos a "Villa Fábula". Estaba desierta, como pocas veces había visto la gran ciudad. Ni un alma se veía por las calles. Todo silencioso, salvo la brisa nocturna que invadía todo a nuestro alrededor. Entramos en un edificio y bajamos al piso de abajo. Había un calabozo donde debían tener a alguien retenido. Cuando llegamos estaban Lobo y una mujer que le acompañaba. Drogo hizo las presentaciones pertinentes y sonreí a su amigo.

- Ya tuve el privilegio de conocer al señor Lobo. Espero podamos ayudar en todo lo posible.- Al poco apareció Tony, y una chica vestida de paisano con lo que parecía una camiseta con el símbolo de Superman. Una pequeña y divertida fiesta al parecer. Me pregunto si faltaría alguien más por llegar.

Era de noche, demasiado tarde para que se encontrara vagando por la mansión, pero después del atentado no podía evitar reconocer que se sentía más segura con ellos y Xavier lo sabía, había estado hablando con él. Tony había preferido que fuera ella quien le informara de los resultados de las pruebas y ella prefería que se mantuviera en secreto. Había perdido parte de su poder y la otra parte, no sabía como, se había visto aumentada. Para un mutante eso era algo bastante importante; no es que tuviera miedo al rechazo de los demás, pero ya la miraban con suficiente lástima, no quería que esas miradas se hicieran permanentes o mayores. Además, todavía no había explorado todas las consecuencias del extremis en su cuerpo, aunque parecía bastante claro que no iba a explotar así porque sí, eso era un gran alivio. Había acordado con Xavier que lo más acertado era optar por la prudencia, ya se irían enterando poco a poco; algunos ya lo sabía, a fin de cuentas, era algo un poco difícil de ocultar.

Iba a irse a su casa cuando se encontró a Drago y Planaria en el pasillo. Parecían nerviosos y preocupados, al parecer necesitaban un transporte rápido y se habían decantado por el coche de Scott, Planaria la miraba como si la cerradura del garaje no tuviera alguna complicación para ella, cuando ahora era más bien todo lo contrario, Drago sabía la verdad, sabía que por mucho que quisiera, no siquiera sería capaz de manejar su teléfono como antes; a veces era frustrante, nunca pensó que pudiera echar de menos de esa manera su poder. Afortunadamente Planaria tenía algo de razón, la cerradura del carage no tenía ningún misterio para ella; debía reconocer que había recibido un ligero trato de favor por parte de Scott y éste le había ofrecido espacio en el garaje para guardar su coche, de hecho se dirigía hacia allí en ese momento. Cuando llegaron, optó por guardar su maletín y su bolso en el maletero de su coche, aparcado junto al flamante deportivo de Scott y esconderse para cambiar su traje de chaqueta y pantalón por su uniforme, no iba a quitarse la ropa delante de dos hombres por muy compañeros que fueran, y menos delante de dos hombres comprometidos, no tenía por costumbre meterse en relaciones ajenas y no iba a empezar a hacerlo ahora.

Por el camino, Drago les informó de la situación, conocía a Lobo, pero ignoraba que su situación fuera tan… Particular. Había visto muchas cosas desde la colisión, locos con un gas que materializaba tus temores, un policía intergaláctico, dioses antiguos, todo tipo de cosas increíbles, pero aquello parecía de chiste. ¿Un sitio donde la gente de los cuentos era de verdad? Nunca pensó que Lobo pudiera ser su nombre de verdad y no un alias. Cuando llegaron, las caras de todos eran largas y la suya, todavía de susto, habían estado a punto de estrellarse en varias ocasiones y aunque ella fuera capaz de regenerarse, no le apetecía sufrir un accidente, había descubierto que romperse huesos y regenerar las fracturas también y todavía no había desarrollado un masoquismo tan intenso. Recompuso su rostro enseguida y estrechó sus manos, dirigiéndose a Blanca con amabilidad en un intento por calmar la situación.

- Te recuerdo, estuviste entre los invitados de Stark.

Le regaló una cálida sonrisa de confianza, no es que se considerara a sí misma una gran miembro de la patrulla, y menos ahora, pero confiaba en los dos hombres que la acompañaban. Fuera lo que fuera, sabía que ellos podrían con ello, y ella ayudaría en lo que fuera, a fin de cuentas, estaba allí para eso. Se dirigió a Lobo, con un semblante más serio.

- ¿Qué es exactamente lo que ha pasado?

(FDI: El atentado al que se refiere Blair es este https://omega.forosactivos.net/t1185-la-iglesia-de-la-humanidad-blair-15-01-2019 . Aquellos que se hayan enterado por las noticias o lo que sea, pueden nombrarlo. Los mutantes es lógico que estén informados de lo sucedido.)

Por una vez en mi vida estaba aburrida en casa. Los encargos de la semana ya los había entregado por adelantado y me encontraba (para variar) en el Central Park dibujando. Tenía mi libreta DinA4 a mano y mi set de lápices y pinceles que llevaba siempre en el bolso.

Mientras Lycos perseguía tranquilamente a los niños que jugaban con la pelota, yo me dedicaba a simular un paisaje de un bosque fantástico. La ilustración en un principio era tranquila y cálida, entonces mi manos parecía empezar a moverse solas y a dibujar sin pensar en lo que hacía. El dibujo se tornó más oscuro, ahora en el bosque llovía. Dibujé a varias personas en primer plano, huyendo del bosque. Diría que una de ellas era Robin Hood. Como me gusta Robin Hood. Entonces me dió por dibujar a Caperucita Roja, y después a Blancanieves y Lobo Feroz. Desde que ví el décimo reino, siempre me pareció una pareja adorable.

El dibujo quedaba muy ridículo... ¿de qué estarían huyendo? Entonces esbocé una sombra gigante en medio del bosque, difuminada, oscura. Ni siquiera sabía que forma darle a aquel... ¿enemigo?.

Me sobresalté al empezar a olear a quemado, y mi cabeza se giró directamente a mirar el asiento del banco dónde me encontraba. Había un sobre de color rojo que había aparecido de la nada. Una de las esquinas del sobre estaba prendida en llamas, pero pronto el fuego desapareció y el objeto terminó de materializarse.

Alargué mis dedos para coger el sobre y saqué la carta de su interior. En ella había una dirección y un par de billetes de autobús. Era una especie de llamada de socorro, e invitaba a místicos como yo (así los llamaba el maestro) a acudir a un sitio llamado "Villa Fábula". No supe distinguir si aquella era una carta de Aureole o era anónima, pero estaba claro que tenía que asistir al encuentro.

Recogí a Lycos y tan pronto como pude me presenté en la parada del autobús y le envié un par de Whatsapps a Lissa, explicándole que hoy no iría a cenar. Ya casi me había acostumbrado a mi vida como nueva "heroína de Nueva York", y pensar que hacía un par de meses maldecía todas las cosas inexplicables que pasaban a mi alrededor...

El trayecto en autobús fue bastante largo y monótono. El conductor me metió bronca varias veces por llevar al perro encima del asiento, pero es que costaba un montón controlar a esa enorme masa de pelos sin que le diera un lametón a alguien...

Cuando cayó la noche me encontraba en un descampado, a lo lejos una aldea perdida en medio de un bosque enorme... ¿eso sería Villa Fábula? Bueno, ya estaba aquí, así que no podía echarme para atrás.

Cuando entré vi a mucha gente ajetreada, corriendo de arriba para a bajo como si hubiera alguna urgencia. Intenté llamar la atención de alguien y pregunté varias veces, pero nadie me prestó atención. Paseando un poco por allí, me abrieron una de las puertas que parecía conducir a una mazmorra. Allí estaban varias personas reunidas, una mujer de sombrero de copa, un hombre de pelo negro con gafas de sol (Gafas de sol en un sitio oscuro, ¿en serio?), otro tipo con pintas de facineroso, una mujer trajeada de arriba a bajo, un hombre con gabardina y una mujer blanca como la nieve. Ah, y Ironman.

- Disculpen... ¿esto es Villa Fábula? Me llamo Elysia y ¿me han enviado una carta esta mañana pidiéndome ayuda...?

FDI: El significado de la carta lo dejo a elección de Lobo, puede ser random o que lo haya enviado Frau Totenkinder o cualquier otra bruja para conseguir místicos que ayuden. Como Lyz puede dibujar tanto el futuro como el pasado, he hecho un guiño a los cómics de Fábulas cuando ataca el primer enemigo (no haré spoilers xD) y aparece Robin Hood, Caperucita Roja, etc.  

La cosa estaba chunga, el famoso adversario del que nunca querían hablar parece que estaba aquí por fin, la verdad desde el momento en que hablaron de soldados de madera la primera vez tenía sus sospechas de a que fábula podían estar refiriéndose, pero a pesar de tener el enemigo a sus puertas no parecían tener muchas ganas de dar más detalles, bueno, la verdad es que poco importaba en realidad y viendo con que estaban tratando igual pronunciar su nombre le daba poder o algún rollo raro.

A grandes males remedios radicales, como solía decir su padre, Bien, pues eso deja Londres para Zatanna y para mí supongo, en mi jet podemos llegar allí en poco menos de una hora si salimos ya y saltamos del avión en vuelo, salvo que Zatanna conozca algo allí lo suficiente para que nos traslademos, aunque eso igual la debilita para el combate, si ella es capaz de cubrirme de las brujas y hechiceros del adversario te aseguro que los soldados de madera no durarán demasiado, por cierto Jarvis prepara el modulo “Infierno” creo que sera el más adecuado y acopla el microlanzador de granadas de vacío, creo que es la ocasión ideal para estrenarlo, la verdad se sentía más cómodo de lo que esperaba volviendo a trabajar con Zatanna, ella era una de las pocas amigas, con las que había sido capaz de mantener la amistad cuando acabó la relación.

Por cierto, ¿esos portales pueden ser destruidos o bloqueados de algún modo o solo podemos contentarnos con contenerlos allí?, ¿si surge la opción de entrar y luchar en su lado del portal es recomendable hacerlo? Una lucha así en nuestro lado puede causar muchas victimas, y mantener vuestro anonimato después sera una empresa del genero imposible, con lo que sabía tampoco podía trazar un plan mucho mejor, de todas formas el de los planes era el capi, ¿donde estaba cuando se le necesitaba?...

Apenas entraron todos los involucrados, el hombre castaño se puso a explicar la situacion. Un Adversario, Tierras lejanas, criaturas... Y una horrible muestra de crueldad, dos cabezas en una caja. Cerre los ojos, desviando la mirada, hasta que por fin la retiraron de mi angulo de vision. Aunque me habia enfrentado a cosas aun mas horribles y grotescas, no podia superar esas muestras de crueldad tan innecesarias.

Tras esa explicacion, procedieron a mencionarnos los distintos tipos de tropas de los que posee nuestro enemigo para hacernos frente. ¿Ejercitos de madera? ¿Magos y Brujos? Creo que podria enfrentarme a esa situacion con todos mis poderes, pero necesitaria que alguien mas me apoyase por si un soldado me atacara directamente. Era buena con la magia, pero siempre que teniamos que luchar cuerpo a cuerpo contra algo, terminaba perdiendo. Mire a Lobo, que explicaba los lugares donde estos portales se desatarian. ¿Londres, Nueva York y Hong Kong? No entendia muy bien la relacion que hubiese entre esas tres ciudades en este tema, pero quizas tenga que ver con algun tema extraño en cuestion de estas criaturas: ¿Acaso en esos lugares habia mas refugiados?

-Yo puedo ir a Londres con Tony, no hay problema. Preferiria ir en uno de sus vehiculos, gastar mi magia de manera innecesaria no me permitiria poder usar todo mi poder contra nuestro enemigo. Todos mis hechizos implican un esfuerzo que tarde o temprano me va a cansar, y si nos enfrentamos contra ejercitos... Bueno, lo mejor sera estar preparados. -Hice una pausa y luego mire a Tony, asintiendo- Tambien esta lo que Iron Man dice: ¿Hay alguna indicacion sobre los portales? ¿Cerrarlos, esperar a que se agote su tiempo estable o pasar al otro lado para eliminar lo que sea que este haciendo que puedan pasar a nuestro mundo?

La última invitada en unirse a esa pequeña reunión fue Lyz. La recordaba de haber coincidido con ella un par de veces antes por las calles de Nueva York. Muy divertida aunque un pelín seca y borde, o esa fue la sensación que me dio. Lobo comenzó a hablar después de que la mujer que le acompañaba diese la bienvenida a la maga. Nos mostró el contenido de una caja que tenían. Dos cabezas cortadas. Una de un lobo y la de una mujer. Precioso. Si lo llego a saber traigo la cámara. Pero no era momento para bromas, y mucho menos al darme cuenta tras la explicación de Lobo que en efecto eran ellos. Universos alternativos. Ya me lo había olido yo desde el choque. Lo discutí con varias personas, que si habíamos sufrido un choque de universos, ¿por qué no iba a haber más? Lo curioso era que existiese la manera de unir a personas de distintos universos en uno solo. No como había sucedido, sino que se encontrasen a sí mismos. Pensar en verme a mi yo de otro universo muerto o sin poderes y con sus padres aún vivos me dio una sensación de vértigo horrible. Aquello era prácticamente impensable. Pero no tenía más que mirar el mundo en el que vivíamos. Gente que podía volar, magia oscura o normal, yo mismo que podía lanzar rayos... Sí, tampoco es que fuésemos especialmente normales.

La situación era sencilla. Debíamos encontrar al tal Adversario y darle una patada en el culo. Todo parecía bastante bien hasta que nombraron a los soldados de madera. Chasqueé la lengua y me quedé pensativo. Contra un ejército formado por hombres de madera mis poderes no servían de absolutamente nada. La madera era uno de los mejores aislantes del mundo, y mis rayos habrían rebotado contra ellos como una pelota de goma contra una pared. Afortunadamente habría también brujas y magos, así que no me perdería la fiesta del todo. Tendría oportunidad de lucirme y hacerme un par de selfies de recuerdo. Eclipse dio por hecho que iríamos los tres juntos y me pareció bien. Lo único que echaba en falta sería tal vez un poco de poder místico, pero tampoco era algo grave. Yo ya me había enfrentado un par de veces a magos y no había salido tan mal parado.

- Podemos encargarnos de Hong Kong si queréis. Es la más lejana y podremos volver más fácilmente en caso de que los portales sean destruídos o no podamos usarlos gracias al jet. La única pega que tengo es que yo no podré hacer nada contra los soldados de madera en el caso de que haya, salvo atizarles con el Catalizador. Está hecho de titanio, así que algo les haré. Pero mi verdadero potencial está en el uso de la electricidad, así que podría encargarme de las brujas y magos que encontremos. Disparar contra los soldados sería como usar bolas de papel mojado para frenar un tren.- Y me encogí de hombros. La verdad es que me sorprendía que fuese verdad toda la historia de Villa Fábula. Realmente existían los seres mágicos y de cuento que leía de pequeño. Pensé en qué seres podría encontrar o conocer. Tal vez Rapunzel, tal vez a los tres cerditos, Pinocho... ¡Pinocho! Se encendió una pequeña luz en mi mente. ¿Soldados de madera? ¿Sería el Adversario Geppetto creando un ejército de Pinochos asesinos? Bua, menuda paranoia. ¿Te lo imaginas? Sería como en una película mala de esas estilo "La matanza de los espantapájaros asesinos" o una mierda así. "El amanecer de los maderomuertos". Bueno, ya vale. La cosa era seria. Eclipse me había pedido como favor ir, y no debía dejarle en mal lugar.- Sea como sea, patearemos el culo a lo que nos encontremos. Contad con ello.

Blair casi se muere del susto, y del asco, al ver el contenido de la caja; podría haberse esperado muchas cosas, muchas cosas mágicas teniendo en cuenta que ella era Blancanieves, pero no estaba preparada para ver las cabezas decapitadas de dos personas a las que conocía y por las que en principio, tenía simpatía. Todo aquel tema de los universos paralelos estaba empezando a volverse macabro, hasta el momento había tenido sus cosas buenas, pero ahora había perdido toda la gracia. Escuchó con atención la explicación.

- Hong Kong me parece bien. Conozco la ciudad, estuve viviendo allí dos años. Nos encargaremos de ello.

Blair sacó su teléfono del bolsillo y su auricular bluetooth y se los dio a Blanca, ella ya no necesitaba eso para mantenerse conectada; por algún motivo, seguramente relacionado con el atentado, ya no sólo podía leer señales, sino también enviarlas a cualquier dispositivo, pero por motivos evidentes, le costaba menos encontrar y comunicarse con su propio teléfono.

- Toma mi teléfono, si te pones el auricular, me encargaré de mantener una comunicación permanente.

Poco a poco había ido descubriendo que su verdadera valía no se encontraba en su capacidad para controlar máquinas, sino su habilidad para comunicase, desviar o leer las comunicaciones de otros. Podía parecer una tontería, pero eso ya le había salvado la vida en una ocasión y era plenamente consciente de lo importante que resultaba una buena organización.

FDI: Perdón por el retraso! Como sabéis he tenido estos meses bastante lío. Me sabe mal haberos hecho esperar, la próxima vez podéis saltarme el turno si veis que tardo mucho!! >o<

Me encontré con la cara de malas pulgas del tío de la cafetería de Sasha. Era bastante curioso volver a encontrar con aquel enigmático hombre después del incidente de Enigma, y más aún descubrir que se trataba de un Lobo. Pero claro, no era un Lobo cualquiera, sino que era El Lobo Feroz. Eso mismo, el lobo de los cuentos, y a su lado estaba una mujer que decía llamarse Blancanieves. Empezaba a acostumbrarme a esto de las situaciones surrealistas pero... ¿Una villa entera con personajes de fábulas? ¡Eso sí que era bueno! ¿Por qué no se me había ocurrido antes? Se podría hacer un buen cómic con todo este material…

La cosa se puso podrida cuando Lobo abrió la caja. Me llevé las manos a la boca del susto y noté cómo la hamburguesa del mediodía luchaba por salir de mi boca, por suerte contuve el instinto a tiempo. No esperaba encontrarme la cabeza de ambas fábulas coronando el recipiente. Cerré los ojos con fuerza hasta que la retiraron de mi visa y volví a recuperar la respiración. Aquella imagen había sido tan impactante que esperaba no haberla convertido en un recurso para mis pesadillas nocturnas. Eso si llegaba a casa a tiempo para dormir, que de seguro que no.

Un adversario, tres portales y un plan. Bueno, no estaba nada mal la verdad. Lo que me me hacía preguntarme todo el rato era qué pintaba yo en todo esto. Miré a mi alrededor y me sentí rodeada de héroes y personas que daban mucho más la talla para la misión… Aureole me había dicho que mis poderes aún estaban verdes y tenía cosas que mejorar, no sabría si sería alguien útil para esa misión o más bien me convertiría en un estorbo... y no quería ser un estrobo. Aún era una Noob con eso de ser una "heroína", y todavía tenía que perfeccionar mi traje...

Ironman estaba entre ellos, es decir... ¡ese tío podía con todo! Había leído sus cómics y visto todas sus hazañas por televisión... rezaba porqué no me reconociera en aquellos momentos. Todavía recuerdo la vergüenza que pasé cuando le pedí un autógrafo en medio de una Disneyland salida de la nada. Vale, ya se que no era el mejor momento para hacer eso...

Después estaba el chico del pelo láceo y oscuro, le reconocí después de un rato. ¿Qué pasa? ¡No soy buena recordando a la gente!. Él también estaba en lo del parque, y Lisa me había hablado de él después del barullo. Resultaba ser un paciente suyo. Es guapo.

El facineroso me recordaba a alguien... y a las otras dos mujeres no las había visto en mi vida. Pero a pesar de eso, todos parecían fuertes y más seguros que yo. Estaba claro que habían hecho estas cosas antes y que sabrían resolver los problemas. Quizás lo más útil sería que yo...

Entonces se me encendió la bombilla.

-¡Espera, espera! ¿Muñecos de madera? - exclamé al ver que el facineroso hablaba de sus poderes eléctricos. Guau, eso debía de ser muy guay, ¿no? - quizás yo pueda convertir a los muñecos en algo que puedas atacar...

La sala estaba en silencio y me sentí cómo si hubiera interrumpido una reunión muy seria e importante (que lo era). Volví a quedarme en silencio y dejé que los demás decidieran lo que hacer. Si tenía alguna buena idea, ya se lo comentaría cuando terminaran de hablar.