La Iglesia de la Humanidad (Blair) [15/01/2019]

Base de HYDRA, en algún lugar de Estados Unidos.

Había sido difícil, muy difícil, pero finalmente había conseguido una muestra de ese maldito suero, el Extremis, diseñado por ese imbécil de Stark para llevar a la humanidad un paso adelante, uno de sus mayores fracasos, aunque como arma era interesante, si IMA consiguiera romper esos malditos códigos de seguridad insertados en esos asquerosos robots microscópicos y pudieran liberar todo su potencial destructivo... pero incluso Zola estaba de acuerdo con aquellos inútiles, era imposible, tardarían menos en crear su propia versión que en sortear la programación de esos ordenadores moleculares.

Al menos habían conseguido crear un aerosol capaz de engañar un pequeño periodo de tiempo al Extremis, obligándolo a expandirse y buscar anfitriones, encontrar voluntarios para la segunda fase fue lo más fácil, los muy imbéciles ni siquiera hicieron preguntas, solo vieron la oportunidad de morir por su causa y convertirse en mártires de la lucha antimutante, ingenuos, fanáticos... perfectos para el trabajo.

El Cráneo se encontraba frente al monitor, viendo y escuchando a través de los voluntarios de la Iglesia de la Humanidad, Herr Doctor, ¿está seguro de que no quedará rastro de nuestra intervención en el proceso?, Por supuesto que no señor Schmidt, la temperatura que alcanza la detonación de un cuerpo por el Extremis alcanza casi los seis mil grados, toda la oficina sera destruida, los pocos cuerpos que no sean afectados serán volatilizados en un instante, el propio edificio se fundirá hasta los cimientos, no quedara nada, ¿nada?, nada que no deseemos que quede, entonces iniciaremos la fase tres.

La risa del Cráneo le heló la sangre en las venas al joven doctor Zola, era inquietante, incluso cuando sabías que estaba complacido, que no te arrancaría el corazón y lo devoraría frente a ti solo por diversión, esa era la imagen que se le venía a la cabeza a Zola cada vez que escuchaba esa risa demente.


Mientras tanto, en Nueva York...

Varios hombres armados con subfusiles y escopetas entraron disparando en la sede del partido Demócrata donde Blair trabajaba, dejando a varios heridos y a dos agentes de seguridad muertos, Vosotros bastardos hijos de Satán, le habéis vendido a Lucifer vuestra alma y pretendéis condenar a la humanidad por vuestros pecados, una nueva ráfaga terminó con la vida de una joven que intentó escapar, ya no podéis huir o esconderos de vuestros pecados, Dios hace descender su puño cargado de Ira, seréis un ejemplo para todos, los mutantes sirven a Satanás y aquellos que los defienden deben ser purificados por el fuego sagrado de nuestro salvador, arrepentíos pecadores, pues pronto os reuniréis con el Altísimo y ante él tendréis que rendir cuentas de vuestros actos.


Los disparos seguían sonando mientras los hombres se distribuían por el edificio, sus trajes no encajaban con lo que estaban haciendo, sus miradas de desprecio no encajaban con las sonrisas que había en su rostro, pero aquello estaba ocurriendo y poco importaba lo increíble que pareciera.

Era un día de mucho trabajo, tenía varios discursos que pulir, una reunión con el alcalde y todavía tenía que preparar el debate que se iba a televisar con otro de los candidatos de su partido, no le cabían dudas sobre sus posibilidades de ganar el debate, no sólo su campaña contaba con más fondos sino que además se había ganado los favores de Tony Stark y Virginia Potts, que actualmente eran los empresarios más influyentes del estado. Sólo eso ya ponía a gran parte de la opinión pública a su favor, sin contar con que su plan de energías renovables, evitaría que el estado tuviera que comprar su energía fuera o gestionar residuos peligrosos procedentes de la fabricación de ésta y por lo tanto pudiera abaratar precios y costes, destinando ese dinero a otras partidas presupuestarias que lo necesitarían, como educación, policía o sanidad.

Su plan era bueno, pero parece que su declaración pública a favor de los mutantes cuando presentó su candidatura había levantado ampollas, muchas ampollas, y generaba violencia, en ese momento, concretamente la violencia de un grupo de fanáticos religiosos que acababa de irrumpir en sus oficinas, matando a dos agentes de seguridad y una telefonista que intentó escapar. No tuvo tiempo de refugiarse en su despacho, estaba fuera, hablando con su director de campaña, se tiró al suelo para esquivar las balas, como todos allí, pero en cuanto los disparos cesaron, se levantó. Era una aspirante al congreso que quería luchar por su gente, pero su gente eran todos, no sólo los mutantes, también los humanos que tenían esperanza en la paz.

- Déjenlos marchar, soy la única mutante aquí, ellos no tienen la culpa de nada.

Blair se levantó, trastabillando ligeramente sobre sus tacones, estaba nerviosa y asustada, pero prefería ser la única rehén de toda aquella locura a permitir que el resto de su oficina también lo fuera sólo por el hecho de trabajar en su campaña. Era humana y estaba asustada, pero no era tan egoísta como para permitir aquello y esos hombres odiaban a los mutantes, no a los humanos. Ella era la única a la que querían muerta.

El tipo de lo alto de la mesa la miro, sin duda era el líder de la célula terrorista y su socarrona sonrisa no desmentía su mirada de locura y odio, Tú, tenemos muy claro lo que te corresponde a ti, el hombre bajó en un rápido movimiento su arma y disparó a Blair en el estómago, tú, sucia mutante serás el ejemplo de los que le ocurre a los de tu calaña cuando tratan de dominar a los humanos puros, puta de Satanás retuércete de dolor, eres la serpiente que ha entregado la manzana a todos los presentes, tú pagarás por tus crímenes y tus pecados y ellos por los suyos.

Hubo algunos disparos más cuando un hombre trato de proteger a la aspirante a congresista, cayo junto a ella con la mirada vacía, pero el dolor era increíble, Blair apenas podía hacer nada más que retorcerse en el suelo, tal y como había dicho el hombre que le había disparado, apenas podía centrar su atención en él, pero se obligó a hacerlo, si iba a morir no lo haría rogando.

Traigo la condena del Dios para los corruptos, arrepentíos pecadores y podréis entrar con nosotros en el reino de los cielos, con estas palabras extrajo un cilindro no más grande que un pequeño termo para un par de tazas de café, aquí esta nuestro viaje al paraíso hermanos, ellos descenderán a los infiernos por sus pecados y nosotros nos elevaremos al reino de los cielos por nuestro trabajo para el Altísimo en la tierra.

De nuevo unos disparos más que derribaron al último con agallas para hacerse el héroe e intentar evitar que activaran lo que fuera que había allí dentro, Alabado sea el Señor, hacemos su voluntad en la Tierra para que él en su infinita sabiduría nos acoja en el Reino de los Cielos, con estas últimas palabras activó el cilindró y una pequeña nube de algo parecido a un gas brotó de él.

El primero en caer al suelo gritando de dolor fue él propio terrorista, luego, conforme la nube se extendía aquellos a los que tocaba sufrían los mismos síntomas, uno tras otro fueron cayendo hasta que finalmente el gas llego a Blair, el dolor que había sentido hasta entonces no fue nada, ni siquiera podía gritar, todos a su alrededor comenzaron a brillar como luces de navidad de todos los colores, pero ella no se daba cuenta, el dolor era demasiado grande, notaba como el corazón se detenía, notaba como millones de pequeñas máquinas le destrozaban el cuerpo, no podía hacer nada, deseaba que el dolor acabara pero no podía hacer nada... de pronto el dolor cesó.

Su corazón se había detenido, no veía ni oía nada, notaba como algo la aprisionaba y esos miles de maquinas reconstruyéndola, cambiándola, matándola..

La explosión no solo derribó el edificio, casi voló por completo la manzana, entre los restos semifundidos del edificio nada se movía, aunque unos instantes después de la explosión ya había allí un helicóptero, nadie lo había visto llegar, nadie lo vería marcharse, de el descendieron varios agentes de hidra y se dirigieron al centro de la explosión, localizaron la crisálida que debía ser Blair si había sobrevivido al pequeño experimento, abrieron el maletín y extrajeron el dispositivo que había preparado el doctor Zola.

El dispositivo atravesó la crisálida, realizó el implante y se retiró, como estaba previsto el Extremis selló rápidamente de nuevo la crisálida, no quedaría ningún rastro de HYDRA en la zona, Ahora salid de ahí, dijo la voz del Cráneo en sus comunicadores, así lo hicieron, tan rápido como habían llegado desaparecieron de allí, sombras que se disiparon mucho antes de que llegaran allí las primeras personas.