Lo inevitable [Blair Van der Woodsen] (26-02-2019)

La televisión estaba que echaba chispas. Allá donde cayera el dedo sobre el mando aparecían las noticias hablando de lo mismo: el posible acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y Villa Fábula. En otras cadenas había debates bastante acalorados donde se hablaba sobre el entendimiento entre ambos gobiernos, la posible expulsión a la fuerza de Villa Fábula, la ofensiva de ésta y el desastre que causarían... Todos alarmistas y con clara sed de sangre. En otros canales menos controvertidos sacaban el tema como una noticia más, o incluso con mofa. Pero una cosa estaba clara: Villa Fábula estaba en el centro de mira de los Estados Unidos y posiblemente de sus países amigos. Incluso les habían llegado cartas al Bosque con contenidos de lo más variopinto: algunos ofrecían su ayuda en caso de guerra con Estados Unidos y otros eran claras cartas amenazadoras sobre lo que pasaría si no deponían sus "tonterías".

Blanca azuzaba la chimenea del despacho del alcalde, alimentando el fuego con dichas cartas, tanto las de ayuda como las de amenaza. Estaba muy cansada de las palabras de los mundanos, tan vacías por dentro como sus amenazas. Todo el mundo sabía que los cuentos de hadas eran eso, cuentos de hadas, pero que dentro de toda historia mágica siempre hay algo desconocido que puede convertirte en caramelo o meterte en una olla al rojo. El mundo temía lo que no conocía, pero temblarían aun más si supieran lo que se esconde dentro de las paredes del Bosque.
La única que no quemó fue una citación por parte del gobierno de los Estados Unidos del puño y letra de Tony Stark (o al menos escrita por Tony Stark, ya que estaba escrita con un ordenador) donde le anunciaban que la mañana del 26 de Febrero llegaría una enviada para entablar las negociaciones entre Estados Unidos y Villa Fábula: Blair Van der Woodsen.
Blanca conocía dicho nombre, ya que ayudó con el asunto de los portales del Adversario y era conocida de Lobo. Le extrañó un poco que no fuera el propio Tony quien entablara dichas negociaciones pero luego lo pensó mejor: era ministro de defensa, con mucho trabajo sobre sus hombros y además... estaba lo que le pasó en el ático dos noches atrás.

Blanca dejó instrucciones al portero: le pidió que, en cuanto llegara la señorita Van der Woodsen la acompañara hasta el despacho del alcalde, donde la esperaría frente a su mesa para empezar las negociaciones.

Blanca le estrechó la mano a Blair con la firmeza que le precede. Aquella debía ser la tercera vez que se veían las caras, y las tres en circunstancias diferentes: la primera vino a ayudarles con el problema de los portales y la cercanía del Adversario. La segunda vez fue en el pub FatCat junto con Drago y sus amigos, para que éste le presentara a su novia. En aquel momento no lo dijo, pero le pareció muy mono que un hombre de hoy en día siguiera aun las normas sociales de la presentación en sociedad.
Y esa sería la tercera vez, cara a cara separadas por su mesa del despacho del alcalde, rodeadas de reliquias de las Tierras Natales, con el Espejo Mágico allá a lo lejos, apoyado entre estanterías de libros, armaduras de glorias pasadas, objetos mágicos encerrados en vitrinas que no debían volver a usarse a menos que fueran casos de necesidad... El antiguo mundo observaba las decisiones del nuevo, para saber hacia dónde iría el futuro de las fábulas.

La morena agradeció con un gesto con la cabeza la disposición de Blair para ir directamente al grano. Si, estaba ya mosqueada con todo ésto, y si no hubiera sido por la propuesta de Tony Stark quizá ese día no estaría sentada junto con una representante de los Estados Unidos para parlamentar términos que aun no están ni sobre la mesa, y esperaba con todo su corazón que fueran distintos a los que habían esgrimido los otros buitres del gobierno.

- Bien entonces, pasemos directamente a lo que importa. - Blanca abrió un cajón que tenía justo delante y sacó unos cuantos papeles en blanco, dejándolos sobre la mesa. Ésta estaba casi desocupada, si no fuera por la pluma en el tintel que tenía Blanca a su derecha y un libro muy grande y pesado a la derecha de Blair. - Desde la proclamación de los derechos de Villa Fábula sobre el terreno que hoy día mantiene en su poder y nuestra independencia como país en si, el gobierno de los Estados Unidos ha venido a nuestras puertas con propuestas para unificar nuestros países y que Villa Fábula pasara a formar parte del país y su gobierno. Siendo franca eso será imposible ya que Villa Fábula jamás abandonará su independencia, así como veo esa propuesta como una maniobra para recuperar unas tierras que, en esencia, jamás fueron de los Estados Unidos.

En éste punto Blanca se calló y esperó con las manos cruzadas sobre su regazo y penetrando con sus celestes ojos el rostro de la señorita Van der Woodsen a escuchar la propuesta o las propuestas de la misma. Puede que hubiera empezado un poco fuerte, pero así era Blanca: tan dura como los tiempos que había tenido que vivir.

- Tenemos en nuestro poder el susodicho documento, y si fuera necesario podríamos mandar una copia al gobierno actual para que le echara un ojo y lo valorara. Y si, el documento es una cesión de terrenos a Villa Fábula firmada por el máximo dirigente del país por aquel entonces, cuando Nueva York no se había consolidado como una ciudad y era una zona conflictiva y llena de refugiados e inmigrantes. La cesión de terrenos se efectuó pagando nosotros con casi todas las riquezas que teníamos en nuestro poder, quedándonos casi pobres, para así tener un lugar donde refugiarnos de nuestros perseguidores y fundar Villa Fábula. Una de las cláusulas del documento estipula que dicha cesión de terreno no se haría pública y se mantendría en las sombras hasta el día que Villa Fábula surgiera de su anonimato. En aquel tiempo no creímos que llegara dicho momento y no ha sido idea nuestra salir a la luz, pero así han ido las cosas y el que estuvo en mi actual cargo en esa época, el señor Ichabod  Crane, y nuestro alcalde el rey Cole se aseguraron de que dicha cláusula estuviera en el documento, asegurando la seguridad de Villa Fábula en un oscuro futuro. En ese caso no se podría decir que fue negligencia del gobierno, pues éste no tenía acceso a dicha información.
>> Ciertamente, tengo que admitir que no me agrada la idea de levantar aduanas y arranceles. Por ello esa no es una de nuestras demandas. A ser posible nos gustaría que, llegados a un acuerdo siguieran las cosas tal y como han sido siempre en relación a la entrada y salida del territorio de Villa Fábula, teniendo en cuenta que dentro de dicho territorio tenemos nuestras propias leyes y nuestra forma de hacer las cosas.

Hablando de situaciones tensas y pasos en falso... El rostro de Blanca no pudo evitar ejercer cierta presión en sus párpados, entrecerrándolos levemente en un gesto que podía bien mostrarse como una mirada de sospecha o que algo la había molestado profundamente.
En las Tierras Natales, de donde las fábulas procedían se mantenían muchas de las tradiciones y de las formas de hacer de la edad media del mundo mundano, por poner un ejemplo. Equivocarse a la hora de pronunciar el nombre de un reino estando dentro de su territorio o en una asamblea de negociaciones podía tratarse como un ataque directo al orgullo del país y del regente, y éste mandar que le cortaran la cabeza al que había cometido semejante fallo. Pero no estaban en las Tierras Natales, ni Blanca era uno de esos excéntricos reyes que usaban sus propias capas como mantas en la cama para sentirse superiores.

- Antes de seguir, señorita Van der Woodsen, me gustaría corregirle cierta información: El Bosque es el nombre del edificio en el que se encuentra ahora mismo. Es, por así decirlo, nuestra alcaldía. Siguiendo con lo dicho me parece bien establecer una embajada, pero sigo viendo con malos ojos el establecer dichas aduanas y en las fronteras. Como bien ha dicho, estamos en medio del país, por no hablar de Nueva York, y establecer dichas barreras no haría más que dificultar el paso para los habitantes de ambos países. Me gustaría evitar llegar a esos extremos.
>> Me gustaría además, ya puestos, poner todas las cartas sobre la mesa, pues no quiero dar la sensación que quiero ocultar información. Dichas cartas son las siguientes: el territorio que se cedió no es sólo el de Villa Fábula, sino también una parte de las afueras de la ciudad, cerca de las montañas, siendo varias hectáreas de campo y bosque. Hasta ahora no hemos dicho nada al respeto porque es donde viven las fábulas que no tienen o no consiguieron un aspecto mundano. El otro punto que quería comentarle es la existencia de las Tierras Natales, nuestro mundo de origen. En éstos momentos se está formando un gobierno único de todos los reinos existentes, y de firmarse el tratado, Villa Fábula formaría parte de dicho país. Pero en aspectos prácticos, saber eso es un hecho meramente informativo, puesto que para acceder a las Tierras Natales hay que pasar por un camino arduo y peligroso por un país donde poner un pie en falso podría ser definitivo. Claro está, de aceptar Estados Unidos nuestra existencia como país independiente y habiendo llegado a los acuerdos apropiados se permitiría el acceso a las Tierras Natales a todo aquel que quisiera visitarlas. ¿Supondría dicha información un conflicto mayor para las negociaciones con los Estados Unidos, señorita Van der Woodsen?

Se disculpó por aquella torpeza. Blanca no le dio importancia, como quiso reflejarlo en anterioridad, pero lo que importaba era que ambas reflejaban su intención de seguir en unas negociaciones pacíficas y de mutuo respeto. Seguramente si le contara todo lo que se refería a aquel pequeño error Blair volvería a disculparse, pero Blanca como habíamos dicho antes no era como los antiguos monarcas, y no buscaba la humillación sino un acuerdo que beneficiara a ambas partes pues, si ambos quedan contentos no hay motivos para llegar a extremos más "belicosos".

- Estoy de acuerdo. Cuando estimen podemos hacer dicha reunión donde presentaré los documentos originales. Si te parece bien puedo darte una copia para entregarla al gobierno estadounidense y que estudien dicho documento, y así acelerar la sesión de preguntas en nuestra siguiente reunión. Me gustaría que todo ésto terminara cuanto antes.

Cuando pidió el vaso de agua, el ayudante Bufkin se acercó volando a la mesa donde estaban conversando ambas mujeres con el susodicho vaso, para luego alejarse de nuevo y quedarse posado en el gran árbol que había detrás de Blanca, al fondo de la habitación.

- Me parece bien eso de la agencia de turismo, siempre y cuando sólo haya una que organice dichos viajes y que sea llevada por fábulas. El problema en las Tierras Natales es que no es ni como África y mucho menos Corea del Norte: puede llegar a ser infinitamente más peligroso si no se sabe por dónde vas, pues podrías acabar en la guarida de algún ogro hambriento, de un dragón o algo mucho peor. Y no sería la primera vez que surge una agencia de turismo que organiza viajes sin los preparativos previos y necesarios, ni los conocimientos de la zona. Si se respetan dichas cuestiones no habrá problema alguna en dejar que los mundanos visiten las Tierras Natales. En cuanto a las embajadas supongo que habría que retomar el tema en la siguiente reunión, ya con los altos cargos políticos en la mesa, ¿no le parece? Dicho ésto, ¿hay algún que otro tema más que desee parlamentar?