Falta presupuestal en un bar [Blair Van der Woodsen]

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Despues del feo asunto de los Black Lanterns en Gotham, tenia que relajarme un poco, y volver a mis asuntos en Nueva York. Mi casa era un desastre, la ciudad lo era mas, pero bueno, habia que continuar. Dicen que los americanos siempre continuan pese a la tragedia, pero a veces eso era pura retorica. Habia aprovechado para enviar un dibujo a un blogg de noticias de Nueva York independiente, y el editor que era mi amigo, me envio unos setenta dolares como compensacion. Era un dibujo gracioso sobre la situacion: El presidente de Estados Unidos montado en el Delorian con el Doc y los patrocinios del ejercito y la OTAN. Lo llamaba "Malditas dimensiones politicas"

Salvo por eso, no tenia mucho trabajo con este caos, asi que aproveche y me puse a arreglar mi casa. Primero tenia que sacar ese piano que habia aparecido dentro de mi departamento, llevandolo al basurero discretamente con mi anillo. Cuando volvi, me puse a barrer y a organizar todos mis bocetos, mis dibujos y colores que tenia en mi estudio, barri y fregue mi casa. Habia quedado mas o menos bien, pero aun le faltaba una capa de pintura nueva. Cuando cobrara algun trabajo nuevo, la pintaria. Ahora, ya que habia organizado un poco mi casa en la tarde, aproveche para llamar a mi madre y asegurarme que estuviera bien.

Salvo por el susto, y que el coche quedo aplastado por un arbol, nada malo le ocurrio. Y eso al menos ya era un alivio para mi. Mi familia estaba bien, algunos en el trabajo estaban bien aunque heridos o desaparecidos... Y los Lanterns tendrian mucho trabajo en los siguientes meses. Por eso, tenia que aprovechar cada segundo que no estaba trabajando con los anillos de poder o con la Liga de la Justicia.

Iria a tomarme unas cervezas en un bar cerca de aqui. ¿Porque demonios, aun con tragedias o cosas malas que pasan, el alcohol no deja de consumirse? No lo sabia. Tampoco fue una de mis preguntas importantes del dia, por lo que, lo mejor seria relajarme y ver el partido de baseball de hoy. Los tiburones de Happy Harbor contra los Yankees de Nueva York. Espero que los Yankees tengan hoy un buen rendimiento. Quizas me encuentre con algun amigo, ya que la señal de mi television era una mierda, cosa que me impide invitar a personas a mi casa a ver ese tipo de eventos.

Tras bañarme, peinarme el cabello hacia arriba como si fuera un casquete, me puse una playera azul clara lisa, unos jeans azul oscuro y unos zapatos cafe bastante comodo. Baje las escaleras del edificio y me fui caminando, con mi cartera, las llaves y mi anillo de poder en el bolsillo. Al llegar al bar, encontre que no habia tantas personas como era lo normal, cosa rara ya que siempre estaba lleno. Debia ser por el desastre que nadie queria salir por ahora.

Me sente en la barra, donde tenia buena vista de la television y pedi una Bud Light. Me trajeron un plato con Pretzels salados y me puse a picar mientras esperaba. Miraba de reojo a la puerta, esperando que llegara alguien para que esto no pareciera una cantina de mala muerte.

-¿Tiene un poco de gel antibacterial? -Pregunte al barista, que asintio y saco una botella con gel para que me limpiara las manos. Esta seria una noche tranquila de mucho baseball y unas cuantas cervezas.

La colisión, el choque, la fusión o lo que sea que hubiera pasado, estaba poniendo el tranquilo y organizado mundo de Blair patas arriba. Miles de empresas habían surgido de la nada y los mercados amenazaban con colapsarse, hundirse y arrastrar al mundo entero, los dos mundos, a una crisis económica de proporciones épicas. Era su trabajo y el de muchos otros como ella que eso no sucediera, pero el mundo parecía haberse vuelto loco y la cantidad de desastres naturales que no paraban de suceder no estaba haciendo su trabajo nada fácil, no ayudaban en nada. Su mundo se derrumbaba y ella tenía que apuntalarlo a toda velocidad para que no la sepultara entra otras cosas, el exceso de trabajo.

Iba camino a casa después de lo que sólo podía calificarse como un infierno de día cuando sin más se puso a diluviar como si no hubiera un mañana. Su coche estaba en el taller, durante la colisión un motorista se había estampado contra él y estaba esperando que le repararan los desperfectos. Había ido en metro a trabajar y todavía le quedaba un trecho para llegar a su casa; intentó llamar a un taxi, pero ninguno libre se cruzó en su camino y ella se estaba empapando, así que se metió en el primer bar que vio abierto, con un poco de suerte, podría esperar a que amainara tan repentino chaparrón con una buena cerveza en la mano. Quizás tendría que comenzar a vigilar no sólo los canales de la bolsa, sino también la información meteorológica. Menudo asco.

El bar estaba prácticamente vacío a excepción de un hombre en la barra y el camarero; tenían los deportes sintonizados en la televisión, no necesitó mirar para saberlo, jugaba un equipo que nunca había visto en su vida. Dejó su bolso y su maletín en una de las mesas vacías, se sacudió el pelo húmedo y se acercó a pedir a la barra.

- Una guiness por favor.

Volvió a su mesa con una cerveza y abrió sus portátil, quizás podría adelantar algo de trabajo antes de llegar a casa, meterse en la ducha y deshacerse bajo el agua caliente hasta que volviera a ser una personita y no un algo sobresaturado de trabajo.

Pegó un trago a su bebida y se sintió mejor. La lluvia era una mierda, y más en una ciudad como Nueva York, que parecía que se saturaba enseguida, es decir, no es que tuviera quejas del servicio de emergencias, pero cada vez que llovía, los atascos alcanzaban proporciones épicas, encontrar un taxi se convertía en una misión imposible además de una actividad de riesgo y si viajabas en metro ibas a llegar a casa con las piernas llenas de morones a causa de los paraguazos involuntarios e inevitables de la muchedumbre que había tenido la misma idea de viajar en transporte publico. Sin embargo, a pesar de todos los inconvenientes que significaba que lloviera en Nueva York, todo parecía menos horrible con una cerveza negra en las manos, la lluvia tenía otro sonido y haberse empapado no parecía algo tan importante, sólo un leve contratiempo que se solucionaba con una toalla y calefacción.

El partido estaba apunto de empezar, y un chaparron se solto en la calle y en el estadio. Estas tormentas eran extrañas: Lo mismo podia llover durante cuarenta minutos o llover durante toda la noche. No sabia porque, pero a la par que la lluvia empezo, una mujer entro. Normalmente, las chicas que entran a un local cuando empieza a llover esperan en la puerta a que alguien las venga a recoger tras llamar por telefono, pero ella parecia estar interesada en una cerveza, lo cual me parecio curioso.

Me le quede viendo con discrecion cuando se fue a su lugar a trabajar en una computadora. Gire un segundo para poder observarla: Vaya, parecia una mujer elegante, de buenos atributos, bastante bonita. Quizas fuese un poco de esas que son todas unas intelectuales que los artistas no les parecen, pero tambien era cierto que no la conocia. Hacia mucho tiempo que no charlaba con alguna chica para entablar alguna relacion casual, o tan siquiera, para entablar una relacion. No tenia muchos amigos, y... si lo que decian era cierto, ahora habria millones de habitantes para tenerlos como contactos, asi que, empezar a conocer gente sonaba buen plan.

Le di un trago a mi cerveza, cogi dos pretzels y me los lleve a la boca, para luego levantarme y caminar hacia su mesa. Me puse frente a ella, hablando en un tono normal, sin ser incisivo, como si fuera una casualidad.

-Hola, ¿Me puedo sentar contigo? -Sonrei, esperando su respuesta, y cuando acepto, me sente frente a ella, con vista hacia ella y hacia la pantalla si giraba la cabeza hacia la izquierda- ¿Vienes a ver el partido de hoy? Los Yankees contra los Tiburones de Happy Harbor. Un clasico, y creo que los que van a ganar son los locales... -Mire un momento hacia la television, y luego la mire hacia ella- Soy Kyle, por cierto.

Apenas acababa de encender el ordenador cuando un hombre se acercó a ella, tenía una cerveza en la mano, era el que antes estaba sentado en la barra, y parecía que se aburría. Bajó la pantalla, la verdad, por mucho trabajo que tuviera prefería charlar con un absoluto desconocido que la saludaba con amabilidad a seguir con aquella locura de predicciones, sus preciosos algoritmos de los que tan orgullosa se había sentido ahora no servían ni para limpiarse el culo, y tenía que empezar de cero. Un trabajo titánico.

Miró la pantalla en la que estaba echando los deportes, más por deferencia hacia él y por costumbre que por verdadera necesidad, ella era el mejor receptor de televisión que existía, pero aun así no le interesaba ver un partido de baseball y menos aún uno en el que participaba un equipo de nombre ridículo del que nunca había oído hablar. Happy Harbour... ¿Que clase de nombre era ese para una ciudad? Tenía nombre de ciudad idílica e inquietante... como esa película de Nicole Kidman en la que luego resultaba que todas las mujeres tan perfectas eran robots psicópatas, le daba mal rollo, como esos coros de iglesia de niñas vírgenes y perfectas que luego resultaba que eran unas arpías desquiciadas. Las cosas que parecían perfectas y demasiado felices son de las que menos hay que fiarse. Se fiaba más de alguien con un carácter de mil demonios que de alguien demasiado amable, al menos a los primeros te los veías venir...

- ¿Los Tiburones de que? Si con ese nombre ganan es para pegarles... Soy Blair, encantada. Veo que tu no eres de "aquí", aunque bueno, parece que ahora "aqui" son los dos "allí". Un lío de mierda, y el clima se ha vuelto loco...

Por un momento pareció una mujer derrotada que se derrumbaba sobre su portátil con una cerveza entre las manos, a punto estaba de serlo, pero no, era una mujer de carácter, iba a superarlo, tenía que superarlo. Había sobrevivido a la adolescencia, esto no iba a ser peor... Aunque de momento tampoco parecía que fuera a ser mejor... Pero había que mirar el lado bueno, seguramente hubieran desaparecido muchos tarados cabrones y habían aparecido en su lugar un montón de hombres encantadores y sexys. Seguro que si. Era positiva en ese aspecto y para demostrar su teoría, iba a comprobar que Kyle no era un capullo.

- Al menos la cerveza no ha desaparecido...

Levantó su vaso en un irónico brindis por el líquido elemento que tantas alegrías daba al cabo del año, aunque no sólo la cerveza, el alcohol en general... No es que fuera una borracha, pero... ¿Quien no necesitaba una copa después de un duro día de trabajo? Hay cosas que uno sencillamente se ha ganado al final del día. Un buen gin-tonic era una de ellas.

Vaya que, mi primera impresion no fue nada mala. Es decir, yo pensaba que me iba a mandar a volar por mis comentarios sobre el deporte. Su nombre era un poco extraño, Blair, ¿Sera europea? Quien sabe, porque parecia toda una latina, sin embargo su nombre no lo era... Aunque, lo mismo sus padres eran europeos y nacio en America, o viceversa. Quizas ahora se lo pregunte. Asenti a su comentario de la cerveza y choque suavemente mi bebida con la de ella, dandole un trago despues

-Si, gracias a Dios que no han desaparecido. Aunque, a lo mejor y las marcas de cerveza son las mismas en los dos universos... No se si somos del mismo, pero que mas da. -Me encogi de hombros, dando una mirada a la television. Ahi estaba, el Play Ball- Los tiburones son muy buenos, traen a un jardinero muy bien cotizado, pero los Yankees llevan bateadores  que no fallan una. ¿Te gusta el Baseball? -Sonrei, mirandola con curiosidad. Tenia unos lindos ojos, algo misteriosos, pero me llamaban la atencion- Por cierto, tu nombre es un poco curioso, ¿Eres europea? ¿A que te dedicas? -De pronto me corte, tampoco queria ser una persona muy hostigosa, por lo que rapidamente me eche hacia atras y sonrei - Perdona, no quiero resultar muy molesto en mis preguntas. Al menos, yo te puedo decir que soy dibujante y me dedico a las ilustraciones y las artes -Obviamente no le iba a decir que tambien era un policia intergalactico que trabajaba dias en el espacio para arreglar cosas con gente de otros planetas, algunas chicas se asustaban, y tampoco queria darle mi identidad

Le hice un gesto para que me diera un segundo y fui a la barra a por el plato con pretzels que me habian dado, lo tome y lo lleve de regreso con Blair para ofrecerle algunos y yo tomar uno, comiendomelo rapidamente. Tenia algo de hambre, y esa botana gratuita siempre caia muy bien. El partido empezaba, bateando primero los Tiburones de Happy Harbour. Y ahi estaba el primer bateador designado, Jimmy Sarnoff, uno de los cracks para el bateo. Le lanzaron la bola, y apenas la golpeo, la lanzo directo hacia el campo, permitiendole correr hasta segunda base. Cuando los yankees la recuperaron, tuvo que detenerse.

Blair asentía a sus comentarios sobre baseball sin entender nada, no era uno de sus deportes favoritos, de hecho, con aquella se podían contar con los dedos de una mano que había visto un partido de baseball, y le sobraban dedos. Pero parecía entusiasmado con el deporte, y bastante versado sobre él, aunque claro, eso no era difícil, los hombres tenían bastante facilidad para interesarse sobre las actividades físicas, sobre todo los deportes, aunque no los practicaran, lo cual le resultaba un poco extraño, pero no era el comportamiento más raro que podía achacarse a la humanidad. Cuando le preguntó si le gustaba el baseball, aunque empezó a asentir con una sonrisa en el rostro, enseguida negó, no tenía sentido mentir, a fin de cuentas, su total desconocimiento la pondría enseguida al descubierto.

- No, la verdad es que no soy muy fan del baseball, si tengo que elegir, prefiero el tenis. La verdad es que apenas veo los canales deportivos, voy a algunos partidos y juego los fines de semana, pero en casa prefiero la ficción al deporte.

Arrugó ligeramente el ceño cuando le preguntó sobre su nombre, la verdad es que era una de esas cosas que no se había planteado demasiado, a fin de cuentas, no era difícil encontrar en un colegio privado una niña que se llamara Blair, quizás es que simplemente los nombres europeos estaban de moda entre las familias con una generosa renta anual, se encogió de hombros como si su nombre fuera de lo más normal, aunque no tenía demasiado para comparar, por parte de su familia materna las mujeres se llamaban Adriana, Luciana, Alejandra y Emilia, y por parte de su padre tenian nombres muy americanos como Rose, Helen, Elle, Karen o Stephanie, suponía que los nombres europeos era una moda posterior, a fin de cuentas esto iba por rachas.

- No, soy Estadounidense, pero la mitad de mi familia es de Argentina, y soy economista. Tranquilo, no resultas molesto, no es malo tener curiosidad, eso creo, al menos, y está bien que uno de los dos se haya atrevido a preguntar. ¿Artista entonces? ¿Expones algo o trabajas por encargo? Me gustaría ver tus trabajos...

De momento no se sentía molesta por las preguntas, a fin de cuentas estaban solos en el bar, no sabía cuando iba a dejar de llover y la buena compañía nunca se despreciaba; además, era artista, a lo mejor era uno de esos dibujantes de mediana popularidad que exponía en galerías de arte, dibujos e ilustraciones que la gente le quitaba de las manos. Le encantaba el arte, los dibujos, la escultura, la fotografía, le encantaba poder perderse en las formas de una imagen, en los colores, en las texturas de una escultura, en su conjunto. Parecía que después de todo, aquel no iba a ser un día tan malo y quizás aquella repentina tormenta había sido en realidad un golpe de suerte.

El tenis. Nunca lo habia practicado, y me parecia casi un deporte de ricos, del tipo que Bruce Wayne practicaria en sus tiempos libres. Es decir, casi no tiene nada de contacto, y aunque tiene su intensidad, prefiero deportes mas fisicos, como el futbol soccer, o el americano... El Baseball bueno, era una de mis aficiones, a mi padre le gustaba bastante cuando estaba con el. El me enseño a jugar, y aunque no era el mejor de los lanzadores, si que tenia buen toque para batear. Y aparte, siempre fui algo atletico, no mucho, lo que me permitia correr y hacer bases despues de cada buen bateo.

-¿Juegas Tenis? No se jugarlo, y he visto muy pocos partidos de verdad... Prefiero otro tipo, como el futbol, o el baseball-Gire un poco la cabeza, como si diera un cabezaso para meter gol, sonriendo de manera graciosa. Luego, me comento acerca de su nacionalidad. Oh, Argentina... ¿Sera muy estereotipado pensar que le gusta el soccer? Yo que se, mejor me ahorro esos pensamientos. -Si, bueno, no me gusta llamarme "artista" -dije, haciendo las comillas con los dedos- Hago algunos comics, webcomics, dibujos, pinturas, esculturas, pero no lo ventilo mucho. Vivo mas para la pasion que para vender - Y quizas esa fuese una gran mentira. En realidad, era bueno haciendo cosas artisticas, pero como me la pasaba haciendo cosas de Lantern, ni tenia tiempo de vender mi arte, asi que toda se me acumulaba y vendia cuando estaba y tenia tiempo para trabajar.

Tome una pluma de mi camisa, y en una servilleta, me puse a hacer un dibujo sobre una de las botellas de cerveza que estabamos tomando. Era un trabajo rapido, nada realmente detallado, pero bien trabajado en sus proporciones y en el manejo de la sombra, aunque, en una parte se rompio por el paso de la punta.

-Mira, ten una pequeña muestra. Repartela por ahi - Dije con una sonrisa graciosa, bromeando totalmente- La verdad seria bueno tener mis trabajos en una galeria, pero, para mi la mejor galeria es tenerlos todos apilados en casa. Algun dia ire a Central Park a venderlos todos...

De pronto me calle. Maldita sea, Kyle, deja de comportarte como un artista fracasado. Desvie mi mirada de ella y mire hacia la television, viendo como pasaban los bateadores de los equipos, y luego, me fije en como la lluvia seguia cayendo.

Blair se rió realmente era un tipo con gracia, parecía un gran aficionado a los deportes más masculinos, en su familia también eran aficionados al fútbol y ella había visto algún partido en casa de sus abuelos, pero tampoco era una gran seguidora de los deportes mediáticos, aunque estaba a tanto del ranking en los torneos del club al que asistía los fines de semana. Todavía no se explicaba como esa histérica rubia de Elisabeth había conseguido subir tantos puestos, cuando todos sabían que lo que hacía con su entrenador no era precisamente jugar al tenis.

Observó como hacía aquel boceto sobre una servilleta, era bastante bueno, a su juicio, lo guardó en la funda de su tablet, para que no se estropeara mientras él hablaba, aunque enseguida se calló, seguramente no pretendía quedar ante una mujer que acababa de conocer como un artista callejero, así que sonrió divertida por la situación, estaba segura de que si no exponía en alguna galería era porque nunca se lo había planteado.

- Yo conozco a una relaciones publicas de una galería, puedo presentártela, quizás estén interesados en tus obras y seguro que ellos pueden conseguir que dejes de tenerlos en casa.

Aunque a lo mejor era eso exactamente lo que quería, quizás tenía algún tipo de síndrome de diógenes y lo que realmente le gustaba era apilar cuadros y esculturas en su casa; pero tenía serias dudas al respecto, cualquier artista que se precie de serlo lo que quería era compartir su arte con el público, bien de manera gratuita, como los grafiteros, o bien a cambio de exorbitadas sumas de dinero, como esos artistas hipsters de pintillas bohemias y carácter prepotente del Soho. Kyle sin embargo parecía un buen tipo, un poco a medio camino entre ambos extremos, lo que lo hacía bastante normal. Sacó una de sus tarjetas de visita y apuntó su teléfono personal por la parte de atrás con la pluma que antes había usado él para dibujar, para después deslizarla por encima de la mesa en un gesto íntimo, sorteando el cuenco de pretzels.

- Este es mi número, si estás interesado en vender algo, seguro que puedo arreglarte una entrevista con mi amiga. Y si le interesa lo que tienes, mejor para los dos; tu podrás vender tus cuadros y yo tendré una servilleta que podría revalorizarse mucho.

No estaba ligando con él, no intentaba seducirle ni nada por el estilo... Bueno.. Quizás un poco, siendo de "ciencias" tenía cierto fetiche con los artistas, y Kyle era lo suficientemente atractivo para gustarle y no demasiado bohemio como para parecerle repelente, le gustaban así, con firmes abdominales, pero realistas con su vida y su arte. En cualquier caso no pensaba en una relación estable, sino más bien en otra cosa. La palabra exacta seria "amante", la definición para alguien con quien te diviertes a múltiples niveles sin ninguna responsabilidad ni obligación de dar o recibir explicaciones.

Me le quede mirando, con una sonrisa un poco tonta. Me estaba dando su numero una chica linda, en una tarjeta aunque formal, me anoto su numero personal probablemente. Lo tome, con mucho agrado, y despues lo guarde en mi camisa, tomando un pretzel. ¿Me estaba flirteando? De pronto me senti bloqueado. ¿Que debia responder? ¿Que haria? Mire nerviosamente hacia los lados y luego mire a Blair.

-Ehh... Si, si. Le llamare para mostrarle algunos de mis trabajos, probablemente le gustaran -Asegure, tratando de pensar en otras cosas. Vamos, Kyle, no te presiones, aqui no hay nada extraño. Son solo dos personas charlando tranquilamente en un bar, nada realmente extraño- ¿Puedes explicarme que tipo de trabajos aceptan en esa galeria? No se realmente si lo que tengo les serviria, hasta tendria que hacer algun nuevo trabajo... -De pronto chasquee los dedos, teniendo una idea- Sabes, mi casa no queda muy lejos... Puedes ir, cuando quieras. -Y tome otra servilleta, anote la direccion y se la entregue. Despues, le di un trago a mi cerveza, mirando distraidamente hacia la television. Al juego ya le habia perdido el hilo, por lo que, solamente lo hacia para evitar sentirme extraño.

Realmente, no tengo mucha experiencia con eso de relacionarme con mujeres. Trataba de ser yo mismo, pero me ponia nervioso... Que ironico, siendo yo un Linterna Verde que no debe de sentir miedo, no podia ponerme firme al hablar con una persona bonita. Solo es cuestion de tranquilizarme y dejar que las cosas fluyan.

¿Que seria lo peor que pudiera pasar? ¿Una llamada de emergencia en el sector? ¿Un criminal en Nueva York y tener que arruinar esta agradable conversacion? Debia de dejar de preocuparme por mi trabajo y disfrutar un poco, como los artistas, que solo viven para su arte y su obra. Y claro, tenia que calmarme un poco o si no esta mujer se podria alterar o burlar de mi pobre estado. "Espero y no se haya dado cuenta de nada..."pense, mirando su rostro sin establecer un contacto visual tan directo.

-¡Ah, casi lo olvido! Este es mi numero, para que cuando lo veas lo puedas reconocer -Y tome una tercera servilleta donde se lo anote. Me sentia un poco mal por el dueño del bar, le estaba malgastando su servilletas como si fueran hojas... Y eso era desperdiciar papel de una manera increible. Espero sea la ultima vez que haga eso.

Parecía tan mono, mirándola de aquella manera tan sorprendida, como un conejito cuando le dan un susto; sin duda era increíble que un hombre que se había acercado por su propia voluntad resultara ser tan tímido; quizás no esperaba aquel resultado, pero tampoco parecía desagradarle, era comprensible, no todos los días na conversación casual acababa en una posible cita.

- No soy una gran experta en arte, pero es de estilo moderno, ya sabes, abstracto, graffitis, exponen ilustraciones digitales también, pero si tu estilo es más clásico seguro que Caroline puede decirte donde acudir.

Cuando le propuso ir a su casa, no tenía muy claro si era muy ingenuo o estaba apostando muy fuerte, en cualquiera de los dos casos, él había abierto la veda. No sabía en que acabaría aquello, pero pensaba disfrutarlo al máximo, como todo en su vida. El trabajo estaba bien era algo serio que pagaba sus facturas y caprichos; el único compromiso estable que estaba dispuesta a adquirir, el resto eran cosas innecesarias. No es que se hubiera visto desengañada por el matrimonio, sus padres estaban casados y eran felices, pero las cosas habían cambiado mucho desde entonces, varias de sus amigas estaban divorciadas y amargadas y en el proceso habían amargado y arruinado a sus maridos. Cuando una relación se acababa, salvo casos puntuales no creía que existiera algún culpable, así que aquellas venganzas le parecían un acto de crueldad innecesaria. Parecía que en estos nuevos tiempo el amor duradero había desaparecido y las relaciones tenían fecha de caducidad; ella no lo añoraba soñando con esas cosas o se quejaba deprimida frente a una tarrina de helado, era una mujer moderna y fuerte, y como tal, se adaptaba a las circunstancias y les sacaba todo el partido posible.

- Me encantaría ver tus obras, si quieres enseñarmelas podemos quedar para cenar, yo cocino, es lo menos que puedo ofrecer por un pase exclusivo a una exposición privada.

Sonrió a Kyle, no es que se estuviera lanzando a por él, pero si iba a enseñarle sus cuadros, quedaría un poco soso que no charlaran de nada; una botella de vino no daba para una conversación tan larga y con dos parecería que quería emborracharle. Sin lugar a dudas la mejor opción era una cena y ver sus cuadros, así podrían tener una agradable charla sobre arte y otras cosas, a pesar de ser tímido, Kyle parecía un buen conversador, una cualidad apreciable en cualquier persona. Y nunca estaba de más hacer despliegue de sus habilidades culinarias con una de sus especialidades gastronómicas, el cordero asado al horno con hierbas aromáticas. Tomó las servilletas donde había apuntado su número y su dirección y las guardó con el dibujo de la botella, no quería perderlas y quedar como una idiota.

Relajate, Rayner, parece que las cosas no salieron tan mal. Intentaste hacer algo que pudo haber terminado con esa platica si ella se sentia ofendida, pero accedio, aparte se ofrecio a cocinarte. Vaya, si que tenias una cita. Quizas, si ningun loco en el sector molesta o los guardianes me necesitan, nada interrumpiria esa cena. Me pondria algun conjunto formal, pintaria algo moderno y quizas algo clasico como los grandes maestros y tendria una agradable velada con esta chica tan encantadora. Vamos, Hal Jordan tiene mas amistades con chicas mas vacias, esta aparte de profesionista parece ser toda una experta en conversaciones, desde politica hasta temas banales como el arte. Deberia repasar, si quiero ser todo un conquistador, mi repertorio de poesia para algunas citas que la cautiven.

Reaccione, saliendo de mis pensamientos idilicos. No debia de verse mis "oscuras" intenciones, si es que podemos llamar oscuras a tratar de ser lo mas encantador posible con una muchacha linda. Aunque, tambien tendria que conocerla un poco mas...

-Bueno, pues considera tu visita anotada en mi agenda. Ahora, creo que seria prudente conocernos un poco mas... -Sonrei, algo nervioso- Bueno, yo soy Kyle Rayner, soy artista independiente -trate de no sonar repetitivo- Vivo en Nueva York, pero soy de California. Mi casa es un desastre, me gusta la pizza, los deportes, la comida en general y las actividades al aire libre. ¿Que me puedes contar acerca de  ti? -Pregunte, mirandola con curiosidad. Es decir, habiamos charlado muy rapido, y hasta yo me asuste del poco decoro que tuve al invitarla a mi casa.

Escuche sus respuestas, y luego, casi a traicion, una pregunta surgio desde mi cabeza (¿o mi corazon?). Aunque la oculte con un natural tono de casualidad, realmente queria escuchar su opinion.

-¿Que piensas... ya sabes, de estos Superheroes que surgieron con el desastre?

No le pensaba contar que yo era un Green Lantern, ni le aseguraria absolutamente nada, pero queria saber de gente en la calle como se nos veia ahora que habia nuevos heroes, que tanta problematica teniamos en la tierra para reorganizar el orden y la confianza en nuestros poderes. Poderes que en estos momentos tan horribles, era muy necesario tener...

Kyle se quedó abstraído unos instantes y a punto estuvo de decirle algo, pero simplemente supuso que estaba pensando que trabajos enseñarle, así que tampoco se lo tuvo muy en cuenta, a fin de cuentas, ella misma parecía distraída en muchas ocasiones que usaba su poder. En cuanto regresó al planeta Tierra, siguió con su curiosidad sobre ella, parecía decidido a conocerla y darse a conocer más a fondo y no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que seguramente sus intenciones discurrían por el mismo camino que las de ella. Ningún hombre se tomaba tantas molestias en conocer a una mujer con la que tenía una cita, salvo que quisiera aprovecharla al máximo. Era bueno saber que ambos querían lo mismo, eso evitaría sorpresas desagradables y momentos incómodos. No había nada que arruinara más un fin de semana que una cita catastrófica.

- Poco puedo decir de mí, soy de Nueva York y vivo en Nueva York. Me gusta la playa, el té, pasar al tiempo al aire libre, aunque no soy una gran aficionada a los deportes mayoritarios. Juego al tenis, monto a caballo y esquío en invierno. Me gusta el arte, pero reconozco que a veces no entiendo ni me gustan algunas obras demasiado abstractas o demasiado realistas que resultan grotescas y siento absoluta fascinación por los fractales.

Pegó un sorbo a su cerveza, creía que por el momento eso sería información más que suficiente. El bar poco a poco comenzaba a recibir gente y pronto dejaron de ser los únicos clientes del lugar; guardó su ordenador de vuelta en su sitio y se reacomodó en su asiento, cruzando las piernas bajo la mesa. Se pensó durante unos segundos su pregunta, suponía que él ya tenía una opinión al respecto y quería contrastarla con la suya, no parecía un asunto tan importante, dudaba mucho que él fuera uno de esos superhéroes, no tenía pinta de dedicarse a salvar el mundo con antifaz y mallas, parecía demasiado… Normal. Blair estaba convencida de que toda esa gente debía tener algunos comportamientos o actitudes diferentes, como los Vengadores o los x-men, todos eran una panda de raritos.

- Este desastre de la colisión lo ha puesto todo patas arriba y todavía ningún científico ha dado una explicación plausible. Las palabras “físicamente imposible” son algo que no necesitamos escuchar para saberlo, y no explican nada. No soy demasiado partidaria de los superhéroes, de los de ninguno de los dos mundos; creo que en muchas ocasiones dan más problemas de los que solucionan, pero con tanto loco suelto, de este planeta y de otros, soy consciente de su necesidad. No puedo opinar nada al respecto de los nuevos porque todavía no se mucho de ellos, pero supongo que si no se buscan problemas con los que ya tenemos y mantienen a raya a los pirados que también han aparecido, supongo que como buenos nuevos vecinos habrá que darles la bienvenida y convivir con ellos.

Esperaba que su respuesta hubiera saciado su curiosidad, ella por su parte ni se planteaba preguntarle su opinión por los mutantes, sabía de sobra por las noticias que el sentimiento antimutante era bastante popular. No tenía claro que de donde Kyle venía tuvieran gente como ella y en cualquier caso tampoco tenía necesidad de contárselo; de la misma manera que tampoco creía necesario contarle lo de su lunar en el muslo, había ocasiones en las que menos es más, y esa podía ser una de ellas. Si se daba cuenta bien, si no, también, mantenía una actitud bastante indiferente respecto a sus poderes y no sentía que fuera algo sobre lo que tuviera que informar, y menos si eso podía llevar a que quisiera llevarla a la hoguera como a una bruja.

Por el amor de los guardianes del universo. Esta no era una de esas chicas relajadas con las que se salia de fiesta a alcoholizarse hasta que no distinguieses un patito de goma con un pato real. Montar a caballo, jugar tenis, vaya... toda una chica de capital, y quizas tuviese cierta logica. Si estudio economia, debe de tener algun familiar que tambien lo sea, o quizas ella fundo su propia riqueza. Sin embargo, me senti ahi un poco cortado. ¿Como reaccionaria ante un artista sin mucho dinero como yo? No lo sabia, y eso me inquietaba bastante. Aunque no parecia una dama artificial, si se ponia quisquillosa por ese asunto, lo mejor seria dejar todo esto antes de ser su burla.

Mire como en el bar entraban mas personas, y tome con mi mano derecha la botella de cerveza. Realmente no queria tomar mucho, y aunque ya no le faltaba mucho para vaciarse, preferi dejarla. Habia tenido suficiente alcohol por un dia.

La mire a los ojos, quedandome perdido un momento observandolos. Diria que sonrei como un bobo, si pudiera ver mi sonrisa, escuchando la respuesta de los superheroes que me dio mi acompañante. No parecia tan mala, y aunque siguiese pensando que no le iba a decir nunca que yo era un Lantern, si se enterase no diria nada o me dejaria por ser un superheroe.

-Bueno, a mi me gustan, ¿Sabes? Mi adolescencia la creci leyendo en los periodicos sobre Superman, Wonder Woman y Batman. La Liga de la Justicia me gusta, inclusive hice un pequeño "tributo" a los heroes en un pseudocomic que dibuje hace ya unos años. ¿Tu conoces a la Liga de la Justicia, o eres del mundo que tiene a los Vengadores? -Pregunte, curioso, para quedarme mas claro de que universo provenia. Si era del otro, quizas pudiese contarme mas cosas-

Observe hacia la calle, notando que la lluvia habia bajado un poco, ahora solo era una leve llovizna que cada vez se apagaba mas, pero tambien al bar entraban mas personas. El partido iba bien, ganando los Tiburones por una carrera. Suspire, pues deberia volver en un rato a trabajar, o si tenia mala suerte, huir volando a atender alguna emergencia en el sector o en el planeta. Detestaba que los villanos habian aprovechado para huir, pero era logico, si tienes la posibilidad de hacerlo, lo harias.

-¿Quieres ir a otro lugar mas tranquilo? -Señale con la mirada a los presentes que iban llegando. Aunque despues me di cuenta de lo directo de mi pregunta, simplemente me quede callado, esperando que no hubiera ningun problema.

Era una aficionado a los superhéroes. ¿Fantasioso? No sabría decirlo, parecía un tipo bastante... bueno, es decir, no parecía el tipo de hombres que se hacían los duros y rebosaban testosterona con todo el mundo, portándose como verdaderos cretinos, parecía el tipo de hombre que si fuera tu vecino te saludaría todos los días en el ascensor y te sujetaría la puerta si vas cargada, pero tampoco parecía un hombre infantil, simplemente aficionado a algo con lo que había crecido toda su vida y tenía curiosidad por los héroes del nuevo universo, algo lógico, cualquier persona tendría curiosidad por saber que tipo de personas con poderes habían aterrizado en el mundo y si habría problemas con las que ya habría. Los Vengadores no eran gente muy dispuesta a colaborar y no tenía del todo claro lo dispuestos que lo estarían esa nueva Liga de la justicia, como se hacían llamar.

- Los Vengadores, yo crecí con las historias del Capitán América y sus historias en la guerra, con los discursos antimutantes en las noticias y con Tony Stark dando ruedas de prensa sobre la paz mundial completamente borracho.

Esos discursos eran épicos, generalmente solían traer un aluvión de noticias y comentarios después, sobre lo borracho que iba, la modelo con la que se desfogaba después, en los programas del corazón hasta analizaban el traje que elegía Pepper Potts para la rueda de prensa, como si esa pobre mujer tuviera algo que ver con los espectáculos mediáticos de su jefe. Estaba claro que esa chica tenía una paciencia infinita, si ella trabajara para Stark ya habría intentado estrangularlo, probablemente al segundo día. Tenía muy poca paciencia, por muy suculento que pudiera ser trabajar para una empresa con unos números como los de Stark International, esa empresa tenía una gran pega, el propio Stark.

La lluvia casi había cesado, cuando Kyle miró hacia fuera ella también se fijó, al menos el diluvio no había durado demasiado, lo cual estaba bien, antes de que pudiera plantearse recoger sus cosas, Kyle le propuso ir a otro lugar, le miró evaluándolo, con una sonrisa levemente dibujada en sus labios. ¿Por qué no? El le gustaba, y parecía que era mutuo; así que... ¿Por qué no hacerlo? Con todo lo que estaba pasando merecía divertirse un poco...

- Claro, porque no... ¿Que tienes pensado?

Me levante, me acerque a la barra y fui a pagar las dos cervezas. La mia y la de ella. Bueno, tenia que ser lo mas caballeroso posible, y aunque no tuviese mucho dinero, ese gesto de cortesia por su compañia. No podia evitar sonreir como todo un campeon. Habia conocido a una chica linda, y claro, tenia su numero, y hasta podriamos ir a un lugar mas tranquilo... Pero en este punto no tenia un plan. ¿A donde podria ir? Una cafeteria no seria buena idea... otro bar, mucho menos tranquilo... Bueno, supongo que mi casa esta bien. Solo espero que no le moleste mi desastre... Me gustaria ponerme mi anillo y salir volando a arreglar mi casa. ¿Por que nunca hago la limpieza? Claro, como casi nunca tengo visitas...

Volvi con Blair y le di la mano para que me acompañara. Salimos caminando del bar con calma hacia mi departamento. Era una calle normal, con vecinos normales, autos normales. Todo muy tipico de la clase media, no destacaba especialmente ningun defecto, pero tampoco era nada lujoso.

-Esta es mi calle, ya sabes, cuando quieras venir... -Y segui caminando agarrado con ella de la mano. Llegue a la puerta de mi edificio y abri la puerta, para que luego ella pasara. Tras que ella entrara, camine a su lado hasta las escaleras y empezamos a subir. Llegando al segundo piso, abri la puerta del departamento para que ella pasara.

-Toma asiento, por favor. Estas en tu casa.

La sala-comedor era bastante sencilla. Una mesa de madera circular con cuatro sillas a los lados. Tablas de madera colgadas en las paredes actuando como libreros (y tambien para poner cosas pequeñas coleccionables, como una curiosa figura de Michael Jordan con una cabeza grande que se movia graciosamente por un resorte en la nuca), y dos sofas algo viejos de cuero. Tenia una pequeña television analogica y una mesita de centro con una tela tejida que servia como "mantel". El suelo parecia algo dañado, como si hubiera caido algo muy pesado (todo gracias a la colision de universos). El piso era de ceramica color cafe claro, y las ventanas tenian unas cortinas blancas sencillas. El resto de la decoracion eran dibujos y cuadros mios, unos cuantos paisajes, una figura de un tren, hasta habia un dibujo psicodelico de Superman que tenia colgado cerca de la television.

-¿Quieres que te ofrezca algo? ¿Te, cafe, una cerveza?

Pagó las cervezas, algo totalmente innecesario y le ofreció su mano, la cual tomó, hasta una calle cercana, subimos a un antiguo edificio de apartamentos y allí abrió la puerta para que pasara, entró para ver el interior, parecía realmente interesado en ella si le había llevado hasta su casa, un sitio verdaderamente Kitch, totalmente la casa de un artista bohemio, no se sentía para nada decepcionada. Y estaba bastante ilusionada con la perspectiva de ver sus trabajos, seguramente eran increíbles, ella nunca había tenido mucha mano para dibujar y le gustaba ver lo que la gente que si podía, era capaz de hacer.

- Un café por favor... ¿Puedo ver tus cuadros? Me gusta tu casa...

Blair se paseaba por la estancia curioseando lo que estaba a mano, sin parecer demasiado cotilla, pero observando atentamente los elementos decorativos de la estancia y las vistas desde el apartamento, eran unas vistas normales a la calle y el edificio de enfrente, había una cafetería enfrente, una librería y una tienda de electrónica, parecía una calle con vida, había bastante gente por la calle y al ser un ático, se podía ver parte del cielo de la ciudad, que poco a poco se iba despejando, la calle estaba mojada y los coches hacían al pasar el característico ruido de las ruedas circulando por asfalto mojado.

- Y ya que tu no conoces a los Vengadores, cuéntame cosas de esa Liga de la Justicia... me parece un nombre un poco pretencioso, no? Claro, que los Vengadores tampoco suena demasiado pacífico, pero supongo que ese es el objetivo, no? Sonar agresivos hacia el resto de villanos, para disuadirles de atacar, o algo así.

No era una experta en héroes, pero parecía un buen tema de conversación que sacarle y nunca estaba de más ponerse al día, quien sabe... Quizás esos nuevos héroes no estuvieran muy de acuerdo con la existencia de los mutantes y tuviera que... bueno... hacer un esfuerzo extra por pasar desapercibida, aunque esperaba que no fuera así, realmente apreciaba su vida, su trabajo, sus amistades, todo lo que había conseguido desde que tenía uso de razón para empezar a labrarse una vida cómoda y sin sobresaltos, salvo los de conocer a un hombre atractivo con el que pasárselo bien. Algunas de sus amigas deberían aprender un poco y no amargarse tanto por relaciones que siempre acababan en rupturas, cada tres meses la misma historia... Se pasaban la vida enamorándose y rompiendo, a veces incluso pensaba que debería empezar a cambiar de amigas, pero en el fondo las quería...

Me acerque a ella, pegando suavemente mi cadera con la de ella y tome uno de los cuadros que tenia recargado en la pared y lo levante. Sobre un lienzo, habia hecho con acrilico una pintura alterando la fotografia del primer hombre en la Luna, Neil Armstrong. El era una de mis grandes inspiraciones desde pequeño, y cuando me volvi Lantern, me senti como el mejor de los astronautas. Me recargue despues suavemente contra la pared, mirando a Blair a los ojos. Tenia que calmarme y parecer todo un experto en este tipo de cortejos.

-Bueno, el nombre de la Liga de la Justicia fue algo que quedo gracias a periodistas. El nombre que tenian propuesto los heroes originalmente era "Super-7", que eran Superman, Batman, la mujer maravilla, Flash, el detective marciano, Linterna verde y Aquaman. Cuando era un adolescente eran el mayor grupo de superheroes que conocia, pero despues salieron mas heroes... -Levante los brazos y puse mis manos en la nuca- Aun asi, el nombre de los Vengadores me gusta. Suena terrible, rudo, como alguien a quien temerle cuando haces algo malo.

Me acerque a ella, rosando suavemente su brazo hasta que camine a la cocina, donde busque una lata con cafe. Limpie el filtro de mi cafetera y puse agua para preparar el cafe. Deje que se colara solo y volvi con Blair, sentandome en mi sofa.

-Tambien hago retratos y pinturas. Tengo uno que me encanta de John F. Kennedy que dibuje una vez para un viejo veterano de Vietnam... Lastima que el tipo nunca vino por la obra, asi que me la quede. -La tome de la mano y la lleve a mi taller. Mas que un taller, era un cuarto con mi mesa de dibujo, todos mis colores y pinturas y muchos bocetos pegados por la pared, con algunos tirados en un bote de basura lleno de hojas blancas. Busque en mi cajon y saque un pequeño marco, no mas grande que una hoja carta.

Dibujo:

-Tambien me gusta la fotografia, aunque no son mis obras principales. Mira, tengo una vieja Reflex que compre en un mercadillo. Estaba rota del lente, pero me la pudieron reparar y la uso de vez en cuando para tomar fotos de paisajes. Me gusta mas que fotografiar edificios o personas... Aunque, si tu quieres, tambien te puedo tomar alguna foto, preciosa. -Sonrei, atrevidamente. Aunque no queria pasarme, me acerque a ella y le puse suavemente mi camara en sus manos. Me estaba diviertiendo mucho con Blair, y ojala esto pudiera durar mas.

Pase suavemente mi brazo para ponerlo por su hombro opuesto a mi, y camine con ella hacia mi habitacion, donde tenia todos mis libros. En general, tenia libros de dibujo tecnico, pintura de los grandes maestros europeos y algunos libros de arte oriental. Tome un libro no demasiado ancho, pero si bastante largo sobre Manet.

-Manet es uno de mis grandes maestros. Su manejo de la luz y las formas que dan a las parejas es impresionante, aparte de que, me encanta como todos los objetos dentro de su arte tienen distintos humores, distintos comportamientos y formas. ¿A ti te gusta? -Le pase el libro para que pudiera ojearlo.-

Kyle estaba flirteando con ella, lo notaba, a la legua, pero no hizo nada por evitarlo, a fin de cuentas, esas eran también sus intenciones, pero estaba bien que tomara la iniciativa, sería mucho más fácil jugar según sus propias reglas si él era el primero en mostrar interés. Desde el primer roce de cadera que le pareció sublime según su exquisito parecer, cada vez que estaba cerca, ella alargaba el contacto de manera sutil, iba acortando las distancias, cada vez reduciendo más su espacio vital, poco a poco, con suavidad, sin prisa, pero sin pausa. Todo el mundo sabía que los mejores guisos se cocinaban a fuego lento, y pensaba hacer de Kyle su obra maestra de conquistas esporádicas.

- ¿Linterna Verde? Que nombre más extraño... El resto tienen más o menos una explicación, parecen describir alguna cualidad del héroe, pero... Linterna verde... ¿Acaso da luz?

Le hacía gracia el nombre, no es que lo viera ridículo, pero desde luego, no veía que pudiera atender a alguna cualidad como "IronMan" o "Hawkeye" o incluso ese nuevo "Superman" Y si se refería a alguna particularidad del héroe no veía que utilidad podría tener realmente eso de alumbrar luz verde, salvo la de poder ser un semáforo, pero para eso necesitaría también una luz roja y seguramente se llamaría "El hombre semáforo" no "Linterna Verde" Pero claro, hasta que no conociera un poco más ese nuevo grupo de héroes no lo sabría, tampoco es que le interesara demasiado, seguramente acabaría por verlo en las noticias o los periódicos. Los héroes siempre salían en las noticias, le chiflaban a todos los periodistas. Incluso Spiderman tenía ese fotógrafo acosador que tan mala prensa le daba en el Daily Bugle, ella le parecía tan sólo un héroe travieso con la oportunidad de mantener los índices de criminalidad de la ciudad ligeramente más bajos.

- Son increíbles... El retrato es... que nivel más asombroso de detalle... Seguramente le hubiera gustado a quien te lo encargó. Hummm eso es una proposición? Nunca he posado para nadie, pero podría hacerlo, tener algo más sofisticado que las fotos de empresa, las fiestas o las vacaciones

¿Porque no? Posar para un artista siempre había sido uno de sus deseos secretos, seguramente el de muchas mujeres, ser objeto de deseo artístico y físico. Cada vez estaba más convencida de que había tenido bastante suerte a Kyle, reunía todos los requisitos que siempre había soñado para ser su último amante, aquel que alcanzaba las cotas más altas de sofisticación y pasión y que ostentaría un lugar privilegiado en la estantería de los recuerdos. Pensaba aprovechar aquella oportunidad al máximo, tenía toda la pinta de que iba a divertirse como nunca. Cuando sacó el libro de Manet lo observó colocándose delante de él, recargando ligeramente su espalda sobre el amplio pecho de él y amoldando su cuerpo a sus caderas, que encajaban de manera casi perfecta con ella. Acarició las ilustraciones que enseñaba el libro y girando ligeramente la cabeza hacia su rostro asintió con una sonrisa.

- Es increíble, reconozco que prefiero más a Monet, sus paisajes, el color, esas pinceladas borrosas, pero Manet... tiene un algo, el cuadro de Olimpia, como retrata ese desnudo, el gato, la sirvienta. Es muy parecido a uno de un autor renacentista que vi hace tiempo en unas vacaciones en Italia. Pero seguro que sabes a cual me refiero, siendo un artista de consumado talento...

La comisura de los labios de Blair se encontraba cerca de los de él, la mandíbula algo alzada y su cuerpo ligeramente girado, sin perder la atención del libro, no quería que pareciera que la pintura le daba igual, no era una experta en arte, pero le gustaba la belleza que emanaban algunos cuadros, y disfrutaba de observarlos y admirarlos.

Blair me estaba invitandome, dando permiso. Era claro que quizas si tuviese mas oportunidades, solo que, no deberia de perder la oportunidad por falta de valor. Tenia que ser tan valiente como el policia intergalactico que pateaba culos de alienigenas violentos. Y esta chica lo merecia, sonaba inteligente, una mujer que habia viajado y que conociera el mundo, eso era algo genial. Las conversaciones son mas lindas asi, a diferencia de las chicas cabezahueca con las que no tengo pegue. Soy algo retraido, y si no tenemos muchos temas de conversacion, me suelo bloquear.  

-No se en este momento a quien te refieres... -Me tome un segundo, inhale y sonrei- ¿Sabes que las mujeres hermosas son uno de los principales trabajos de los grandes maestros? Para mi buena suerte, ante mi tengo una Venus... -Quizas es la mejor frase de ligoteo que he dicho en la historia. Y de las pocas. Sonrei, le guiñe un ojo y continue, sin dejarla hablar.- Si, me gustaria fotografiarte, pintarte, hacerte un boceto. Seria todo un honor para mi.

Tome suavemente el libro de sus manos y lo guarde de nuevo con toda la coleccion de esos libros de pintores, acercandome a ella. Tenia que actuar ahora, precipitarme, dar la pincelada inicial, o supongo que se iria y me habria quedado con las ganas. Suavemente, acerque mi rostro hacia ella, sin aun juntar mis labios con los de ella.

-Ni la Flora de Rembrantd habria sentido tanta felicidad en la primavera como yo... -Y tras mi intento de alegoria romantica, acerque suavemente mis labios con los de ella, abrazando con mi mano izquierda su cintura y con la derecha tomandole su brazo derecho para que no lo levante. El beso duro unos segundos, o unas eternidades y con los ojos cerrados, pareciese que el tiempo se detuvo. Cuando me separe, de pronto me senti avergonzado,  terriblemente avergonzado- Eh... Lo, lo siento... No se que me paso...


Rapidamente sali de la habitacion y me fui hacia la cocina, revisando la cafetera. Estaba realmente avergonzado, lo habia arruinado todo por un impulso mio, y probablemente, ella ni siquiera se quedaria a tomar cafe. Detesto mi mala suerte, pero supongo que era el destino, que no queria que superase a Alex.

Parecía que se lo estaba pensando, y le dijo que le gustaría que posara para él, uno de sus deseos se hacía realidad, ser la musa de un artista bohemio, y en ese momento que iba a responder, sintió sus labios sobre ella, un beso largo, suave, delicado y delicioso. La había sujetado con una firmeza que no se hubiera esperado de un hombre tan aparentemente tímido como él, pero estaba claro, que debajo de eso guardaba mucho más. Algo que ella iba a sacar a la luz. En cuanto finalizó el beso se disculpó y salió huyendo a la cocina, eso si que no se lo esperaba. Le siguió hasta la cocina y se lo encontró observando la cafetera, no sabía que podía estar haciendo mirando la cafetera, estaba haciendo café y estaba segura de que el aparato era totalmente capaz de hacerlo solo.

- No lo sientas, has estado magnífico.

Acercándose hasta él, se puso de puntillas y aferrándose a su cuello le besó, con pasión, intentando despertar eso que sabía que llevaba dentro, eso que apenas había mostrado cuando la agarró de la cadera de esa forma, quería volver a verlo, a sentirlo, quería sacar aquello que guardaba dentro y hacerlo suyo, dominarlo, doblegarlo. Ahondó el beso, paladeando su boca, saboreándole; pegó su cadera a las suyas, y con su mano libre posó su mano sobre su pecho acariciándole y palpando los latidos de su corazón. Cuando tuvo suficiente, se separó con un suave roce de sus labios, lamiendo su comisura y sonrió, intentando calmar los latidos de su propio corazón apoyando su frente sobre él.

- Debería irme, tengo mucho trabajo pendiente. Tienes mi teléfono, avísame cuando quieras quedar. Y no lo sientas, no deberías.

Salió de la cocina y recuperando su maletín y su bolso salió del apartamento de Kyle para dirigirse a su casa, no era de las mujeres que se llevaban a un hombre a la cama nada más conocerlo, pero en aquel momento, en la cocina, había sentido que si no se detenía ahora, ya no lo haría, y no quería parecer una depravada, ni una mujer fácil. Prefería darle tiempo para que se pensara si quería volver a verla, aunque algo le decía, que no tardaría demasiado en recibir su llamada