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Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers]
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101DianadeThemyscira
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Mensajes : 692 Fecha de inscripción : 23/05/2014 Localización : Trono de Themyscira, Atalaya. Humor : Hey, Amigos.
Ficha de Personaje Alias: Wonder Woman Nombre real: Diana Universo: DC Universe
Tema: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 16th Noviembre 2014, 08:44
10 de Septiembre, 2018 Themyscira.
Las antorchas iluminaban las blancas paredes de mis aposentos. Afuera, las estrellas acompañan a Artemisa en su viaje nocturno, mientras las aguas se mueven calmadamente, llevando su brisa a mi ventana. Estoy sentada en el balcon, tomando de una copa plateada un vino tinto salido de las barricas del palacio. Siete años añejo, perfecto. No me gusta ni tan viejo ni cosechas del año pasado... Siempre esta Isla ha sido un paraiso para las Amazonas, pero alla afuera hay gente que no conoce mas que por los libros este lugar.
¿Eso puede cambiar? No lo se. Siempre he querido ver un poco mas de lo que ya conozco, y salvo por Steve Trevor y los Abyss Knights, ningun mortal conocia nuestra Isla. ¿Qué tal reaccionarian ante nuestra majestuosidad los miembros de este universo contrario que ahora tambien era el nuestro? Deberia de averiguarlo, lo mas pronto posible.
Tome mi copa, le di un ultimo trago y me levante de mi silla de madera para caminar de nuevo hacia los adentros del Palacio. Abri las puertas de mis aposentos y empece a caminar mientras algunas de las guardias me saludaban respetuosamente. Mi destino era claro: Ir a convencer a mi madre de que permitiera una apertura extraordinaria a la isla. Y entre mas me imaginaba las posibles respuestas, camine mas rapido, totalmente dispuesta a obtener lo que queria.
Y ahi estaban las puertas de los aposentos de la Reina. Empuje la puerta suavemente para abrirla, y pude verla sentada, mirando por un telescopio de bronce hacia las constelaciones. Obviamente, se percato de que alguien entro a su habitacion, lo que la hizo voltear. Al verme, sonrio un poco.
-Acercate, Diana, quiero que mires esto. -Y se quito del telescopio, dandome paso para que yo mirara. Al verlo, mire una estrella azul que brillaba intensamente. Estaba al sur de la constelacion de Sagitario, sin embargo, no entendia precisamente que era lo que me queria mostrar. Me quite y asenti un poco- ¿No es hermoso? Los dioses han colocado en Urano esta gran boveda llena de estrellas hermosas. Es fascinante. -Y despues, bajo un poco el telescopio, mirandome- ¿Qué necesitas? Pense que ya estarias dormida.
-No, madre. Estaba pensando... no acerca de los cielos, si no de la propia Tierra. He estado reflexionando, y creo que ese desastre que ocurrio hace ya varios meses... Bueno, puede ser una señal de los dioses de nuevos cambios para todo el mundo. Tambien para Themyscira -Y tome un segundo de silencio, mientras mi madre escuchaba- Quizas debamos abrir unos dias nuestra Isla al mundo.
-No. -Sabia que iba a responder eso. Lo dijo con una seriedad y un rigor tal de una Reina cuando debe de negarle algo a sus subditos- Themyscira ha permanecida aislada del mundo durante mas años de los que cualquier mortal puede vivir. Es un regalo de Hera para nuestro pueblo, y hemos mantenido el paraiso alejandonos del mundo del hombre. No hay necesidad de cambiar nada. -Nego con la cabeza, cerrando los ojos poco a poco y luego sentandose en una silla- Has pasado ya mucho tiempo afuera, quizas estas olvidando ya nuestras viejas costumbres.
-Madre, eso no es cierto. Si he estado mucho tiempo fuera es porque lucho para que ese mundo sea mejor, para llevar nuestro mensaje de paz e igualdad que hace tanto tiempo nos guardamos en esta Isla. -Ese comentario no le gusto para nada. Note que de pronto sintio decepcion y cierto enojo- No te estoy culpando a ti... Son las circunstancias de nuestra condicion. Por favor, madre, tenemos que demostrarle a este mundo que estamos presentes, y que llevamos un buen mensaje al mundo... Sobre todo a esos, a los que este desastre trajo de una tierra que no conociamos. -Y le tome las manos, casi arrodillandome frente a ella en su silla- Por favor, te lo pido como tu hija, como la princesa y como subdita de tu reinado.
-Diana, por favor... -Mi madre sonrio como si le pareciera un poco gracioso. Hacia mucho que no me escuchaba pedirle las cosas de esa manera. Yo tambien sonrei-
-Por favor, madre. Solo permiteme mostrarles a personas que yo elija, y que ellas puedan mostrar al mundo nuestras costumbres. Aparte, asi evitamos que nos intenten hacer un espionaje tan descarado... -Y sonrei. Habia ganado, solo seria cuestion de un tiempo para que todo estuviera listo.
-Te apoyare, y convencere a nuestro pueblo de lo correcto... Aunque, deberas tener mucho cuidado con nuestras amazonas mas fuertes. Ya sabes que a muchas no le gustara esto, pero ellas seran enviadas a misiones mas adecuadas a su condicion donde no alteren a nuestras visitas... -Asenti, soltando lentamente las manos de mi madre. Casi me iba a despedir y retirar, pero menciono- Elige bien quien va a venir. No sabemos si seran los ultimos, pero esperemos que sean los mejores primeros visitantes a nuestro reino.
Ya tenia el permiso real... Ahora, empezarian los preparativos dentro de la Isla y fuera de esta. - - - - - - - - - - - - - - - - 17 de Septiembre de 2018. Nueva York
Un dia soleado, quizas un poco tranquilo. Realmente no, pero entre mas rapido acabara, mejor. Tenia dos paradas: La primera era la Escuela Xavier para Jovenes Talento. Invitaria a alguno de los X-men a asistir a nuestra Isla, siendo ellos los primeros con los que la Liga tuvo contacto tras la colision de mundos. Confiaria en que su lider aceptaria la invitacion y vendria, o mandaria a los jovenes que considere mas adecuados para ir al reino de las Amazonas.
Los mutantes eran extraños, no solo por ser mutantes, si no que estaban divididos entre los que no querian nada con la humanidad y los que seguian el modelo de Charles Xavier para unirlos con el hombre y ayudarlo. Y este viaje le ayudara a los X-men, creo... Si comprenden nuestra vision, o al menos, ven algunas de las coincidencias con lo que su lider plantea, me sentire mas que cumplida.
Dirigi mi Jet a toda velocidad, y cuando en el mapa salio la ubicacion de la mansion, prendi el piloto automatico trazandole la ruta esperada hasta que volviera a subir, y abri la puerta para saltar y caer en picada volando, hasta que frene un poco mi velocidad y aterrice suavemente en medio del jardin. Alguno de los jovenes que estaban ahi se quedaron a ver, curiosos de ver a la Mujer Maravilla en su mansión. Camine a paso digno hacia la puerta, y la empuje para abrirla, entrando. Muchos curiosos me siguieron, hasta que uno de los jovenes me pregunto que necesitaba.
-Busco la oficina de vuestro director. ¿Alguien seria tan amable de indicarme donde esta? -Y muy rapido, cuatro de esos jovenes, como si esperaran que les diera un premio, se ofrecieron a guiarme. No sabia muy bien que decirles, asi que acepte, por lo que empezaron a caminar, murmurando algunas cosas. Claramente, las escuche, y levante la ceja con sorpresa, lastima que no lo vieron, porque siguieron hablando hasta que llegamos a la oficina de Charles Xavier. Una mujer, que parecia ser la secretaria, me miro y dijo.
-Oh, Mujer Maravilla. ¿Qué necesita? ¿En que puedo ayudarla? -Y tomo una pluma y una hoja de papel. -Necesito entregarle esta invitación al Profesor Xavier. -Y le mostre un sobre sellado con lacre rojo. - ¿Esta en su oficina? -Me temo que no se encuentra en este momento. ¿Gusta dejarmelo y yo se lo entrego de su parte? -Esta bien. -Y le entregue el sobre, dandole las gracias a ella y a los jovenes que al voltear se pusieron firmes, como si antes estuvieran haciendo algo extraño. Solo los mire un poco feo, y me fui caminando hacia la puerta para despues irme volando hacia mi Jet.
Y asi habia acabado mi mision con los X-men. Ahora seria buen momento de ir a mi otro destino, el mas dificil: El Helitransporte, que segun sabia, ahora estaba volando al norte de Nueva York. Debia aprovechar, asi los vengadores y S.H.I.E.L.D recibirian con prontitud mi invitacion. Incline hacia la derecha el Jet para dar la vuelta y me fui volando, buscando esa maquina enorme que surca los cielos de Norteamerica.
A una altura considerable, segui volando, buscando encontrar el lugar donde estaba y poder aterrizar, hasta que una frecuencia de radio entablo comunicacion con mi nave. Eran el Helitransporte, que me pedia identificacion. Cuando se las di y les solicite el aterrizar ahi, me indicaron unas coordenadas a las que llegara para que mi aterrizaje fuera posible. Y asi fue, pues movi el timon hacia esa direccion y pude ver la enorme maquina donde pude detener mi vehiculo. Al bajar, uno de los tecnicos anoto algo en una tabla y empezo a charlar conmigo acerca del combustible que necesitaba mi avion.
Despues de eso, fui hacia lo que parecia la torre de mando y le entregue a un guardia mi misiva. Pedi que se la entregaran a Nick Furia lo mas rapido posible... Y claro, evite tratar con el. Era de esas personas serias y dificiles con las que es imposible de congeniar. Pero sabia que elegiria bien a uno de los participantes.
Invitaciones:
Estimado Señor Furia/Profesor Charles Xavier.
Cordialmente, vuestras organizaciones son invitadas a elegir a un /dos en el caso de los X-men/ representante(s) que asista a la Isla de Themyscira con fin de conocer mi reino y a sus habitantes. Es necesario que sean personas respetuosas de nuestras tradiciones y que eviten todo lo posible buscar problemas.
A los representantes elegidos los cito el dia 20 de Septiembre en la embajada de Themyscira en Estados Unidos a las 8:00 am, donde yo personalmente los llevare volando hacia mi reino.
Sin nada mas que decir, agradezco su lectura.
Diana de Themyscira, Princesa de las Amazonas y Embajadora de la Isla Paraiso ante las Naciones Unidas.
20 de Septiembre. Washington D.C, Embajada de Themyscira en Estados Unidos. 7:55 am.
Y ahi estaba, el gran dia por el que habia esperado tanto. Los posibles primeros hombres (o mujeres) ajenas a la Isla que pudieron entrar sin ser parte de una coincidencia accidental. Estaba emocionada, pero tenia que mantener la seriedad y el orden. Mi asistenta me informo que ya estaba lista la mesa en el jardin para que pudiera sentarme y los representantes pudieran desayunar y responder algunas preguntas que tenia para ellos. Estaba vestida con una tunica blanca con detalles en hilo de oro, con un escote algo pronunciado. Llevaba sandalias de cuero, tipicas de la Isla, y junto con mi diadema, mis pendientes de estrellas, un cinturon de plata y un collar de oro, no llevaba ningun otro accesorio. El cabello lo tenia planchado, y me habia maquillado discretamente para esta presentacion.
Ahora, lo que debia esperar es que los invitados fueran puntuales y fueran sabiamente elegidos por los lideres de su organizacion.
Ahora pueden postear conforme van llegando, y el orden sera el mismo durante todo el evento. Primero estamos en Washington, y pueden explicar como se enteran y vienen aqui. ¡Espero que les guste!
Mensajes : 698 Fecha de inscripción : 23/04/2014 Localización : En alguna pastelería comiendo chocolate, seguro Empleo /Ocio : Catador maestro de chocolate, sea cual sea… ¡Traedme chocolate! Humor : ¿Qué es una gamba tirando piedras? ¡Una gamberra!
Ficha de Personaje Alias: Positrón Nombre real: Planaria Glámez Universo: Marvel
Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 17th Noviembre 2014, 00:29
- ... Y así, el campo magnético B hace que el aspa gire en sentido contrario a las agujas del reloj. Recordad, la regla de la mano derecha. El pulgar siempre apuntando en dirección a la fuerza, ¿entendido? El campo magnético girará en sentido del resto de los dedos.- Una campana sonó con fuerza indicando que era el final de la clase.- Mañana daremos el principio de inducción. Recordad repasar bien la lección de hoy para no olvidarla. Es muy importante que entendáis bien el campo magnético. Ale, que descanséis chicos. Nos vemos mañana. Y si tenéis cualquier duda ya sabéis dónde está mi cuarto. Llamad a la puerta o buscadme por la mansión.
Los jóvenes mutantes fueron saliendo poco a poco del aula mientras recogían sus apuntes y libros. La pizarra estaba llena de líneas de campo y fórmulas de física. Llevaba ya más de tres meses dando clase allí en la mansión y la verdad es que lo disfrutaba mucho. Fue un cambio bastante radical desde mi último trabajo como ingeniero en el CERN. Tenía varios alumnos muy buenos, y alguno al que le costaba más todo el tema de la física. Sin embargo, parecía que poco a poco iban entendiendo las lecciones a medida que avanzábamos. Yo terminé de recoger mis cosas y me dirigí a mi cuarto para soltarlas. Me froté los ojos y luego me dirigí al despacho principal de profesores con la intención de hablar con Xavier o Scott. Tenía que explicarles el plan de estudios del curso entero. Acabábamos de empezar hacía un par de semanas y me habían pedido que les enseñase la materia. Una vez allí llamé a la puerta pero nadie me respondió desde el otro lado. Abri la puerta lentamente y vi que estaba vacío. No había nadie. Entré y me paseé lentamente por él. Estarían terminando sus clases o haciendo alguna cosilla de directores.
De repente, alguien me llamó desde la puerta y me volví. La secretaria del director estaba allí, con una sonrisa y bien vestida, con unas pequeñas gafitas negras.
- ¡Hola Planaria! ¿Qué tal? ¿Buscabas a alguien?- Era una chica agradable la verdad. Siempre con una sonrisa y ayudando en lo que podía. Bien era cierto que era su trabajo, aunque ya había hablado con otras secretarias que provocaban que a uno se le quitasen las ganas siquiera de presentarse por la recepción del sitio que fuese o un despacho en concreto.- Por cierto, ha estado por aquí Wonder Woman hace un rato.
- Sí bueno, buscaba a Xavier o a Scott, cualquiera de ellos me sirve. Espera... ¿Wonder Woman? ¿Diana ha estado aquí, en la mansión? ¿Qué quería?- Me sorprendió que Diana se hubiese presentado así de repente en la mansión. Los X-Men y la Liga de la Justicia mantenían una relación de cooperación y alianza desde el choque de universos. Sin embargo, Xavier solía avisarnos cuando íbamos a tener una visita de alguno de nuestros aliados para que pudiésemos atenderles o hablar con ellos en el caso de que él no pudiese. Incluso solía avisarme a mí personalmente la propia Diana. Después de tantas coincidencias éramos ya prácticamente amigos, o yo la consideraba eso al menos.
- Dejó un sobre para el profesor Xavier y luego se marchó. Parecía tener algo de prisa.- Dijo mientras cruzaba las manos por delante. Se encogió ligeramente de hombros y su labio inferior sobresalió ligeramente. Me acerqué a ella y miré el sobre. Tenía un sello rojo. Le pregunté si sabía qué había en el interior del sobre pero ella negó con la cabeza ligeramente. ¿Qué querría la princesa de las amazonas? Seguramente fuese algo para Xavier, pero me intrigaba. Al fin y al cabo, ella era mi amiga, y quería saber de qué se trataba.
- De acuerdo... Oye, ¿quieres que se lo entregue yo? Al fin y al cabo, tengo que hablar con él sí o sí. Así puedes ir a hacer tus cosas y demás y no tienes que estar pendiente de que le llegue el sobre.- Ella me lo agradeció y salió del despacho para continuar con su trabajo. Miré de nuevo el sobre y en especial el sello. No me sonaba de nada el dibujo. Fuera lo que fuese, ya había captado mi atención. Así que decidí esperar a que llegase el profesor para hablar con él del curso que se avecinaba, y de paso intentar enterarme qué quería la princesa de Themyscira.
20 de Septiembre de 2018. Jet de los X-Men 7:35 a.m
Bestia pilotaba el jet de la patrulla a toda velocidad. Sobrevolábamos el estado en dirección a la capital de los EEUU, donde Diana nos había citado. Concretamente en la embajada de Themyscira. La carta informaba de que Diana quería a dos mutantes que fuesen en representación de los X-Men a la isla de Themyscira, probablemente para entablar algún tipo de alianza o pacto con la reina y su ejército de amazonas. Yo me ofrecí voluntario no solo por mi amistad con la princesa, sino porque además ya había estado en la isla tiempo atrás. Recordarlo me dolió un poco. Después de todo, por aquel entonces aún pensaba que los Abyss eran mis aliados y que siempre buscaban el bien de la humanidad. También sentí rabia e ira. Odiaba que me hubiesen engañado en mi propia cara y que mi buena voluntad hubiese nublado mi percepción de la verdadera situación. En cualquier caso, preferí no darle muchas vueltas a la situación. Ellos eran agua pasada. Mi presente era la patrulla y la mansión X. No negaré que el hecho de tener que volver a tener que hablar con un ejército de feminazis vestidas con armaduras doradas me hacía poner los ojos en blanco.
Llevaba puesto mi uniforme de la patrulla, que era muy parecido al mío antiguo solo que con algunos cambios. Para empezar, el símbolo de los X-Men a la altura del pectoral izquierdo, así como los colores. Era oscuro con un par de líneas amarillas. Podía usar mis poderes con total libertad y era algo más ligero que el anterior. Estaba menos protegido contra balas, eso sí. Pero no era un problema para mí siendo honestos. Mi factor de curación se encargaría de las heridas que pudiesen causarme. A mi lado, en otra silla, estaba Blair Van der Woodsen. La última incorporación a la patrulla hacía apenas un par de semanas. Su aparente buena mano en temas de negociaciones fue lo que provocó ser elegida como la segunda representante de la patrulla. No había tenido mucho tiempo de hablar con ella desde que llegó. Entre organizar el curso, un par de misiones que habíamos tenido y un par de cosas más había estado hasta arriba desde el principio del mes. Tal vez fuese un buen momento para al menos saber qué leches hacía mi compañera. Después de todo, las amazonas eran muy especiales y no les solía gustar que la gente les dijese lo que debían o no hacer, y quería saber si mi cabeza peligraba o estaba a salvo.
- Bueno Blair... Coméntame. ¿Cómo llegaste a los X-Men?- Una pregunta bastante simple. No sabía si había sido como yo que me ofrecí para formar parte de ellos o que la habían ido a buscar para que enrolase en nuestras filas. Un poco de información nunca venía de más.
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Blair Van der Woodsen
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Ficha de Personaje Alias: Root Nombre real: Blair Van der Woodsen Universo: Marvel
Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 17th Noviembre 2014, 16:14
Cuando vio a Scott acercase a ella con un sobre en las manos y cara de cachorrillo supo inmediatamente que iba a intentar convencerla de algo; ya había quedado bastante claro que no era ningún tiburón de las negociaciones, no le sorprendía que si quisiera algo fuera enarbolando la banderita blanca de la paz. Lo que si que resultó una sorpresa era el contenido de la carta, peculiar cuanto menos, no entendía porque Scott quería que fuera ella, es decir, comprendía que quisiera enviar a alguien versado en las lides diplomáticas, lo que no entendía es porque tenía que ser ella, que acababa de llegar al grupo. Discutieron al respecto, bastante, y finalmente salió a la luz el motivo. Xavier había decidido encargarse exclusivamente de la escuela, lo que lo excluía de entre los posibles candidatos, y como era obvio no iba a enviar a ningún alumno, eran niños no embajadores; y al parecer la incapacidad social era una característica bastante común entre los x-men, por lo cual y de forma inmediata, Blair se convertía en la portavoz del grupo. Sonaba a marrón y estaba convencida de que era un marrón, pero su segunda vocación siempre había sido la política y sabía que en el fondo disfrutaría con todo aquello.
Llegó el día y tal y como se había arreglado, Hank McCoy los llevó en el jet hasta Washington, donde se encontraba la embajada de Themiscyra. No sabía como de formar iba a ser la visita, así que se decantó por un término medio, un vestido de cóctel en azul pastel sujeto al cuello por una gargantilla de bronce y la espalda descubierta. No llevaba más joyas que unos pendientes de perlas y su reloj de oro blanco. Aunque claramente aquella reunión iba de impresionar a los demás, prefería no dar una imagen muy recargada, llevaba un suave maquillaje, unos zapatos de tacón a juego con el vestido y una cartera de mano en negro complementando su imagen.
Se despidió con una sonrisa de Hank que le deseó buena suerte y se encaminó con su compañero hacia la embajada. Scott había creído prudente enviar a otro miembro del grupo ya familiarizado con la isla y su embajadora como guardaespaldas, al parecer la idea de una isla llena de mujeres guerreras no le resultaba del todo tranquilizadora. Estábamos a punto de llegar a la puerta cuando me preguntó cómo había llegado al grupo, esperaba que no se pusiera con un interrogatorio ahora, porque sinceramente, teníamos cosas más importantes que hacer que indagar sobre mis antecedentes laborales.
- Ellos me encontraron a mí. Scott se presentó en mi despacho para convencerme de que me uniera.
Uno de los asistentes les abrió la puerta y los guió hasta el jardín donde estaba la embajadora sentada frente a una mesa en la que se había servido un fantástico Crunch. Sin duda se había engalanado para la ocasión, parecía que la discreción en los adornos no era algo que se estilara demasiado en Themiscyra, tomaría nota para la próxima vez.
- Un placer conocerla, princesa Diana, soy Blair van der Woodsen, portavoz de los X-men.
Aplicando el protocolo estándar que se dispensaba a todas las familias reales, Blair hizo una leve reverencia al acercarse a Diana para saludarla, a fin de cuentas esto era una reunión oficial y debía seguirse el protocolo en la medida de lo posible. Miró a su alrededor y aparte de ellos no había nadie más. No tenía muy claro si eran los únicos invitados o no, así que decididó esperar de pie por su estaban esperando a más gente. Todavía estaba por verse el motivo para tan repentina invitación, los motivos turísticos siempre solían esconder algo más detrás, y las sorpresas en los asuntos diplomáticos rara vez eran buenos, así que ella prefería evitarlas en la medida de lo posible, aunque esta no parecía ser una de esas veces.
- No voy a negar que nos sorprendiera su invitación, por lo que tengo entendido Themiscyra no es una nación conocida por recibir visitas, ni siquiera oficiales.
070SteveRogers
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Mensajes : 71 Fecha de inscripción : 06/04/2014
Ficha de Personaje Alias: Capitán América Nombre real: Steve Rogers Universo: Marvel
Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 18th Noviembre 2014, 22:21
Me encontraba con la carta en la mano, delante de Nick Furia, releyéndola una y otra vez.
- ¿Y por qué no Stark? Seguro que le gustaría visitar ese lugar lleno de amazonas. – Pregunté de manera inocente.
- ¿Está loco Capitán? En la situación que estamos lo último que queremos es otra guerra, y menos contra estas guerreras. Irá usted. – Respondió con autoridad.
Tenía toda la razón, Stark no buscaba nunca meterse en problemas, pero con su actitud siempre los atraía, y ya no hablemos de la respetuosidad que pedía la anfitriona. Invitarle a ir sería como meter una bomba de mecha corta en ese paraíso.
Me levanté decidido, no tenía más preguntas.
- Ya le informaré a mi regreso. – Y me despedí de Furia.
Llegó el día.
Tenía que ir de viaje a la isla de un reino del que nunca había escuchado hablar por invitación de su princesa de la que ni Nick Furia podía contarme detalles. Querían una especie de reunión pacífica, para darse a conocer y, suponíamos, que atar amistades. Así que decidí vestirme con ropa de calle pero bien arreglado, nada de uniformes, y esta vez el escudo tampoco me acompañaría. No me olvidé de la mochila con ropa suficiente para pasar los días necesarios, las llaves de la moto y el casco para conducir hasta el lugar acordado en la carta.
La curiosidad por conocer a esa princesa y saber quienes eran los otros invitados me invadía, así que conduje deprisa hasta llegar a la embajada de Themyscira donde me recibieron con las manos abiertas, aparqué en el recinto privado, me ofrecieron lugar para guardar el casco, algo que no negué y me hicieron pasar hasta un maravilloso jardín. Miré la hora en mi reloj de bolsillo para confirmar que había sido puntual.
- Buenos días a todos. – Saludé al llegar con los demás, y para mi sorpresa no todos eran desconocidos. Cuando mi mirada pasó por el rostro de una chica que ya conocía los ojos se me pusieron como platos por la sorpresa. - Vaya, Blair, que alegría verte. - Sonreí al acercarme a ella para saludarla con un abrazo.
_________________ "Sé que estoy pidiendo mucho. Pero el precio de la libertad es alto. Siempre lo ha sido. Y es un precio que estoy dispuesto a pagar. Y si soy el único, entonces que así sea. Pero estoy dispuesto a apostar que no lo seré."
Última edición por Steve Rogers el 4th Enero 2015, 13:40, editado 1 vez
101DianadeThemyscira
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 20th Noviembre 2014, 19:12
La puntualidad era una buena señal de mis acompañantes. Ahi estaban, tres personas que podia ubicar: Steve Rogers, el famoso Capitan America, aunque no veia su escudo ni su traje por ningun lado. Planaria Glamez, mi amigo que conoci en Themyscira y una señorita bastante bien vestida, de la cual no tenia ningun tipo de informacion. Salude con la cabeza cuando la tal Blair se acerco a presentarse, indicandome que era la portavoz de los X-men. Asenti con majestuosidad y mirando a los tres invitados, dije.
-Tomen asiento, por favor. Espero que no hayan desayunado, porque cocinamos algo bueno para ustedes.-Y tome asiento de un lado de la mesa, dejando a los tres invitados al otro lado, pudiendo ver a cada uno a los ojos-Como creo que ya saben, han sido invitados para conocer la Isla de Themyscira como parte de los primeros en visitarla de manera voluntaria y no accidental -Mire con discrecion a Planaria, sonriendo en mi oratoria. Las y los asistentes de la embajada rapidamente trajeron platos blancos, servilletas de tela, cubiertos, tazas y vasos, ofreciendo a los presentes cafe o jugo de naranja, y poniendo en sus platos omelet de distintos ingredientes: jamon, cebolla, champiñones. Habia realmente de todo. Pedi por favor que desayunaramos antes de hablar.
Una vez que nos sirvieron, espere que todos tuvieramos nuestros alimentos en la mesa y mi asistenta me paso el jugo para que me sirviera. Di un trago, asintiendo, y empece a comer en silencio, aunque mis invitados podian hablar todo lo que quisieran. Los huevos estaban bastante ricos, imaginandome que si les gustaba lo que estaban desayunando aqui, lo que comerian en la Isla les fascinaria.
- El reino de Themyscira cree que la colision de mundos es una señal para nuestro pueblo de volver a insertarnos en el mundo de los hombres sin perder nuestra majestuosidad, por lo que la Reina ha aceptado que un pequeño grupo de personas elegidas por mi puedan asistir a la Isla y conocer mas de nuestra cultura. Espero traigan maletas y ropa para unos cuantos dias, pues tenemos ya una agenda programada con todo lo que ustedes veran. Sin embargo, antes de irnos y que podamos emprender vuelo, me es necesario darles algunas advertencias: Las amazonas han pasado mucho tiempo sin ver a ningun hombre en su Isla, probablemente algunas os miren con cierto recelo y hasta se porten mezquinas con ustedes. Les pido paciencia y comprension.
Me levante durante un momento, caminando hacia la embajada, y al meterme, subi a mi oficina. Empece a buscar, y saque una excelente obra cartografica de la geografia de la Isla. La tome, y baje con ella de nuevo al jardin, viendo a mis invitados charlar un poco y terminar su desayuno.
-Este es el mapa de la Isla Paraiso. -Dije, desplegando y mostrandoselo- Los llevare a conocer cada uno de los edificios principales, y podran ver actividades que se han perdido con el paso de los años. Ahora, si podeis ayudarme, muestrenme su equipaje, y cuando terminen, pongan su codo sobre la mesa, elevando la muñeca. -Saque mi lazo de la verdad, estirandolo un poco- Por vuestra seguridad, debemos hacer esto.
Mensajes : 698 Fecha de inscripción : 23/04/2014 Localización : En alguna pastelería comiendo chocolate, seguro Empleo /Ocio : Catador maestro de chocolate, sea cual sea… ¡Traedme chocolate! Humor : ¿Qué es una gamba tirando piedras? ¡Una gamberra!
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 20th Noviembre 2014, 20:01
Blair no parecía ser la típica persona que hablase. Casi mejor. Su historia a decir verdad no me interesaba mucho. Teníamos cosas más importantes en la cabeza. Volver a Themyscira por un lado me hacía mucha ilusión. Por otro me preocupaba. Recordaba cómo eran las amazonas con los hombres. Un mal gesto, un comentario torpe o cualquier cosa y ya las tenías encima, intentando rebanarte la cabeza. Suspiré para mí. Sólo esperaba que todo fuese sobre ruedas. Le tenía cariño a Diana y no quería que nuestra relación se estropease por una mala actuación allí en la isla.
Atravesamos un pasillo y llegamos a donde estaba la princesa esperándonos. Blair se presentó y luego le tendí la mano a Diana con una enorme sonrisa. Estaba realmente guapa, muy elegante con esa túnica blanca que recordaba haber vestido la vez que estuvimos en Themyscira. Salvo que a ella le sentaba mucho mejor que a mí.
- Princesa Diana... Encantado de conocerla. Mi nombre es Planaria Glámez.- Dije con un tono bromista y guiñándole un ojo. Habíamos coincidido varias veces desde que nos conocimos a principios de marzo. Inglaterra y París sólo eran unas de las muchas veces que habíamos charlado, y me gustaba pensar que me llevaba bien con una eminencia mundial como ella. Había una tercera persona viajando con nosotros. Un hombre bastante alto y fornido, con unos ojos claros y un cabello rubio. Saludó a Blair, a la cual aparentemente ya conocía y esperé a que terminasen el saludo.- Vaya, vaya. Mira quién viene con nosotros. El mismísimo capitán América. Esto sí que no me lo esperaba. Planaria Glámez, un placer. No había tenido la oportunidad de coincidir con usted, capitán. Conozco a algunos de los Vengadores, como su compañero Tony Stark, pero he de reconocer que conocerle es un honor cuanto menos.
Aunque les tenía cierta tirria a los Vengadores, no todos eran malos. El capitán era famoso por su gran sentido de la justicia y el honor, bastante distinto a mi querido Tony, algo más acostumbrado a ser el protagonista y llevarse el mérito. Hacía tiempo que no hablaba con él. Tal vez era un buen momento para hacerle una visitilla.
Diana nos pidió que nos sentásemos y comenzó a hablarnos acerca del honor que era viajar a la isla, mandándome un pequeño guiño con lo de la primera visita oficial y no accidental. He de reconocer que, a pesar de que ahora éramos muy amigos, la primera vez que estuve allí lo pasé mal. Hubo un determinado momento donde las amazonas estaban a punto de avalanzarse sobre nosotros y yo me dispuse a electrocutarlas y dejar a todas las que pudiese fuera de combate. Aquello habría sido una declaración de guerra contra ellas o un ataque directo que habría terminado en nuestra muerte seguramente. Nos trajeron un delicioso y enorme desayuno, y todos comenzamos a comer. Yo sabía que allí en Themyscira no había enchufes ni electricidad de ningún tipo, de manera que debía comer todo lo que pudiese para poder generar mi electricidad por mí mismo. Si eso significaba comer el triple que el resto que así fuese. No tenía ninguna gana de quedarme allí sin energía. Además, estaba convencido de que las amazonas y la reina Hipólita querrían que hiciésemos algún tipo de actividad típica a modo de bienvenida, razón por la cual fui vestido con el traje de los X-Men y no con unos ropajes elegantes. Esos los guardaba para la propia isla.
La princesa comentó la esencia de las amazonas de Themyscira y qué habían hecho desde la colisión de mundos. Esta parte ya me la sabía. La había aprendido entre mi estancia allí y las veces que había hablado con Diana. Las amazonas eran unas valientes y aguerridas luchadoras, que consideraban a los hombres el sexo débil. Su advertencia acerca de que era posible que nos llevásemos el capitán y yo alguna que otra mirada acusatoria estaba bien justificada. La vez que yo estuve me miraban como si llevase un gato destripado atado al pecho. Nada agradable, a decir verdad. Por fortuna la princesa había vivido entre nosotros muchos años ya, y había perdido ese sentimiento tiempo atrás. Aún recordaba nuestra conversación en París, donde medio conseguí sonsacarle que tenía algún tipo de novio o novios por ahí ocultos. Por lo que dijo, además, habían llegado a más conclusiones de la razón del choque de mundos, lo cual todavía era en gran parte un misterio. Quería hablar con ella de eso, pero no era el mejor momento para hacerlo.
Diana se levantó y nos acercó un mapa. Era el mapa de la isla. Lo miré y sonreí para mí. Recordaba que nuestra llegada fue cerca de la parte de los largos caminos que se cruzaban entre sí. Durante nuestra estancia vimos los aposentos de la princesa, así como el enorme templo donde vivía la reina Hipólita. Me emocioné un poco más de lo que ya estaba.
- Vaya, no recordaba la isla tan grande la verdad... ¿Fue aquí donde aterrizamos nosotros la otra vez?- Dije señalando el punto que había pensado mientras observaba el mapa. Entonces Diana nos pidió que mostrásemos nuestro equipaje y luego pusiésemos el codo sobre la mesa con la muñeca elevada. Mi equipaje era bastante simple. Mudas para todos los días, ropa informal, ropa más formal, "El Catalizador" por si necesitaba usarlo, y un par de bañadores por si nos llevaban a algunas termas o algo. No podía sumergirme por completo, pero hasta la cintura sí era capaz. Se lo enseñé a la princesa y luego estiré mi brazo como pidió.- ¿Por nuestra seguridad? ¿Qué podría pasarnos?
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Blair Van der Woodsen
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 24th Noviembre 2014, 15:18
Parecía que no iban a ser los únicos invitados a la isla, sintió un poco de vergüenza y remordimientos al ver a Steve; no le había hablado sobre su verdadera naturaleza, no lo había visto necesario en su momento, habían trabado amistad lejos de sus capacidades o identidades y no habían tenido oportunidad, o más buen se le había olvidado contarle a su amigo más heroico que compartían actividades . Sin embargo no pareció importarle, la saludó con la misma amabilidad que siempre y la envolvió con esos brazos enormes que se gastaba; así era Steve, todo lo que tenía de grande lo tenía de adorable. Le correspondió al abrazo y le dedicó una mirada de disculpa, le debía una conversación sobre mutantes.
- ¡Sorpresa! Soy la nueva portavoz de los x-men, ya te lo contaré; además, te debo una peli y unas palomitas.
No dijo nada más, no tenía motivos para ocultar su relación con Steve, eran amigos, como dos personas normales que tomaban café, charlaban y veían películas juntos, pero Blair siempre había apreciado la discreción en su vida y tampoco iba a airear los pormenores de sus planes lúdicos con dos personas a las que apenas conocía. Aunque claro, saber que su amigo el Capitán América también estaría en la visita, ayudaba a que pudiera tomársela de manera más distendida. Se sentó a la mesa instada por su anfitriona, cumplía muy bien con su papel y parecía animada con la visita, correcta en sus formas, pero se notaba la familiaridad que existía con mi acompañante, Planaria, que al parecer no conocía a Steve, pero si a Stark, parecía que el mundo de los superhéroes era un pañuelo, o eso o ambos habían tenido mucha serte en sus encuentros fortuitos. Que hubiera alguien que ya conociera la isla era algo positivo, al menos había ciertos antecedentes de relaciones si repetía es que la experiencia no había sido mala.
Se sirvió un zumo de naranja y un poco de tortilla de champiñones, la verdad es que ya había desayunado algo en casa. Blair era del tipo de personas que por su ritmo de vida, hasta después del primer café no sintonizaba con el resto del mundo, y aquel día se había tomado dos antes de salir de casa; pero todo tenía una pinta tan deliciosa que sucumbió a la tentación de llenar su estómago con algo más fuerte que dos tazas de café solo. Diana sacó un mapa de la isla y les mostró un esbozo del recorrido que harían, empezaba a ver como debían sentirse todos los presidentes y dignatarios extranjeros en las visitas diplomáticas y de estado. ¡Aquello era una fiesta! Empezaba a comprender porqué su abuelo la había instado en su día a comenzar una carrera política o diplomática. Si todas las visitas consistían en hacer turismo y comer delicias parecía una compensación más que suficiente por los sacrificios que conllevaba llevar una vida pública.
- ¿Hay algún problema del que debamos estar al tanto?
Había escuchado las explicaciones y advertencias de Diana con suma atención. Comprendía que pudiera haber ciertos recelos por ambas partes, a pesar de todo, las relaciones diplomáticas siempre eran algo complicado, sobre todo en sus inicios, pero por eso estaba ella allí; era lo más parecido a una diplomática de verdad que tenían los x-men en plantilla y aquella, sin lugar a dudas era una oportunidad única. Mantener buenas relaciones con una nación de mujeres guerreras supondría un excelente respaldo para un colectivo tan denostado como los mutantes. Las posibilidades eran enormes y la protección que su isla podría ofrecer a los miembros en elevado riesgo de exclusión era un dato importante a tener en cuenta. Por el bien de los mutantes, de sus chicos, tenía que dar lo mejor de sí misma y sacar adelante aquella visita.
Mientras esperaba la respuesta de diana, acercó su equipaje; la invitación no había especificado que tipo de actividades llevarían a cabo, así que decidió hacer lo que cualquier mujer en su situación haría, meter un poco de todo; con los consiguientes problemas de espacio que eso conllevaba. Sus zapatos tenían que ir en un neceser aparte, pero eso era un problema menor. Colocó su brazo sobre la mesa, como le habían pedido y miró con curiosidad el lazo, preguntándose que significaría aquella extraña petición.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 5th Diciembre 2014, 22:32
Y por fin conocí a la famosa princesa Diana. La gran amazona, o así había escuchado a alguien llamarla. El recibimiento era increíble, un buen desayuno, unos jardines preciosos y una tranquilidad increíble. Tomé asiento apropiado para unirme a ellos.
Planaria, así se presentó el chico que nos acompañaba, incluso me llegó a ruborizar la pequeña admiración que mostró por mi al saludarme. Un tipo agradable sin lugar a dudas.
- Encantado de conocerte Planaria. Puedes llamarme Steve. - Le tendí la mano la tiempo que quitaba importancia a ser "el capitán". - Si, y mucho tienes que contarme. - Respondí a Blair con una sonrisa para, luego, prestar atención a lo que la amazona nos contaba.
Escuché todo lo que la princesa nos quería explicar mientras disfrutaba del desayuno, aquellos omelet estaban riquísimos. Me parecía estupenda la propuesta de Diana, no parecía tener ningunas intenciones extrañas y sus palabras sonaban sinceras y bondadosas.
- Está bien, confiaré en ti. - Así que sin ninguna discusión posible puse el codo sobre la mesa y la muñeca hacia arriba, esperando ver que hacían los demás, aunque no parecieran muy seguros de eso.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 12th Diciembre 2014, 18:50
OCC:
Perdon por la tardanza DDD: Por fin acabe mis clases, y ahora puedo ponerme de nuevo en el hilo de los post
Revise los equipajes, uno por uno, sin meterme claro en la intimidad de las personas. Algunos objetos pudieran resultar extraños para las amazonas, pero si eran peligrosos, como cuchillos o algun tipo de arma punzocortante, las amazonas pensarian que estaban entrando armados a la Isla y eso seria muy incomodo para las dos partes. Las amazonas si se incomodaban, eran muy agresivas. Y si se ponian agresivas, romperian las bonitas relaciones del mundo exterior con nosotras. Aun recordaba cuando llego a la Isla mi amigo Steve Trevor, y todos sus aparatos hicieron que las amazonas se asustaran y casi los rompieran. Por suerte, se pudieron salvar, junto con el Jet Invisible
Tome el catalizador de Planaria, observandolo y recordando que antes lo habia usado como arma contra enemigos cuando lo habia visto. Lo deje en su lugar, y luego susurre "Guarda bien eso, no lo saques si no piensas usarlo. Si las amazonas sospechan que es un arma, te lo van a quitar".
Observe que todos tenian dudas, pero esperaba que comprendieran mis explicaciones una vez haya resuelto esto. Tome mi lazo dorado, y enrolle suavemente la muñeca de Planaria, luego la de Blair, y por ultimo la muñeca del Capitan America. A cada vez que amarraba una muñeca, me ponia frente a mi invitado y con una sonrisa amistosa, repetia.
-El lazo te obliga a decir la verdad. ¿Tienes buenas intenciones en la Isla?
Una vez que averigue sus respuestas, guarde mi lazo, y despues hable con un tono tranquilo, incitandoles a que comprendieran mi necesidad de saber la verdad. Estaba bien erguida, con los hombros atras y el pecho en alto, mirando a cada uno a los ojos como si fueran mis amigos de toda la vida. Aunque, Planaria era un gran amigo, en el la mirada era muchisimo mas natural. Me servi un vaso con agua y le di un trago antes de empezar.
-La Isla de Themyscira es un lugar lleno de magia, y los dioses vigilan constantemente nuestra ciudad. Los que entran con malas intenciones a la Isla sufren castigos mas que inimaginables, por eso tengo que comprobar la verdad para defenderlos si algo malo os llegase a ocurrir en mi hogar. No dudo de sus intenciones, pero las amazonas si pueden dudar de ustedes, por eso este "protocolo" -Dije, remarcando las comillas con los dedos- Ahora, tambien deben saber que, en todo momento que esten frente a la Reina Hipolita, deben de mantener un decoro adecuado y no hacer nada que resulte ofensivo o inadecuado. La guardia real es implacable, y a la mas minima provocacion los meteran en un calabozo. Yo estare en todo momento con ustedes, pero aun asi, tengan cuidado. - Adverti con un tono serio, indicandoles a mis compañeros los peligros de ser impropios ante la Reina. Aunque mi madre no era especialmente agresiva con los visitantes, era muy estricta con el cumplir el protocolo con el que se debe tratar a los miembros de la familia real -Ahora, ¿Tienen alguna duda antes de ir al Jet?
El Jet estaba listo para partir, y habia bajado todas mis cosas para que pudieran subirse mas personas y guardar su equipaje. El jet era comodo, y hasta podian dormirse a lo largo del viaje, pues no tenia ninguna prisa de llegar a la Isla. Las amazonas estarian preparando las actividades para los invitados, o maldiciendo la presencia de esta gente en su hogar. Quien sabe, pero para que llegaramos a ese momento de confrontacion, todavia faltaba un buen rato.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 16th Diciembre 2014, 12:52
Diana me devolvió "El Catalizador" y me susurró que tuviese cuidado con él. Le guiñé un ojo dándole a entender que lo tendría a buen recaudo y únicamente lo sacaría si fuese estrictamente necesario. Lo metí en la maleta, debajo de la ropa, y luego cerré mis pertenencias. Todo parecía estar en orden puesto que, a parte de mi objeto, la princesa no resaltó nada más. En cuanto me envolvió la muñeca con el lazo de la verdad y todos estuvimos atados por él, inspiré y respondí con sinceridad.
- Mis intenciones en la isla no son otras que el establecimiento de una alianza sincera con las amazonas para el bien del mundo.- Y continuaron las otras respuestas tanto de Blair como del Capitán. Diana estuvo contenta con ellas y volvió a guardar su bonito lazo. Acto seguido, nos explicó la naturaleza de la isla y lo que allí encontraríamos. Habló acerca de las amazonas y de la reina. Yo ya había estado y sabía cómo funcionaban las cosas. No les gustaban especialmente los visitantes, pero si además eras hombre tenías que tener un cuidado extremo. Cualquier ofensa o comentario que pudiese ser tomado como tal sería castigado severamente. Lo único que teníamos que hacer era comportarnos y en principio todo iría bien. No sabía hasta qué punto fiarme del Capitán o de Blair. La otra vez que estuve junto con mis antiguos compañeros los Abyss la cosa se volvió bastante peliaguda. Era cierto que Tanith era bastante especialita cuando se trataba de hablar con otras personas, pero no conocía lo suficiente a mis dos acompañantes como para estar seguro de que todo iría genial. Una parte de mí me decía que, tarde o temprano, algo pasaría que nos pondría en una situación comprometida. Preferí no pensar en ello y centrarme en la razón de nuestro viaje. Nos esperaban unas negociaciones bastante duras y tenía que tener la mente despejada.
Diana nos preguntó si teníamos alguna duda acerca de lo que nos había contado antes de subir al jet invisible. Pensé unos segundos y se me ocurrieron algunas preguntas, pero había una algo más importante que el resto.
- Hay una pregunta que sí que me gustaría formularle princesa. Cuando lleguemos a la isla iremos a ver a la reina primero, ¿cierto? Por protocolo y demás. Y me gustaría saber también cómo serán las negociaciones. ¿Tendremos algún tipo de ceremonia, de recibimiento especial, hablaremos con algún tipo de consejo de sabias o algo por el estilo...? Es sólo por hacernos una idea de más o menos cuál va a ser el horario o el plan que vamos a tener.- Y sonreí a Diana. La otra vez íbamos casi dando tumbos por la isla, sin saber en ningún momento qué haríamos o dejaríamos de hacer, y un poco de información para esta segunda visita no me importaría. Además, habría que estar listos para ver a la reina. Ella era mucho más seria que la princesa, aunque a juzgar por las palabras de Diana y la otra visita parecía tener un buen corazón.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 31st Diciembre 2014, 19:51
No le hacía demasiada gracia que hurgaran en su maleta, no llevaba armas, pero era una cuestión de privacidad, uno de los motivos por los que odiaba los aeropuertos, no le gustaba que hubiera otras manos hurgando entre sus cosméticos y ropa interior. Pero no era plan de ponerse maniática en aquel momento, aunque claro, enseguida antes de que Diana pudiera cerrar la maleta ella se acercó para volver a colocarlo todo en su sitio y como debía estar, puede que no fuera el mejor momento para ponerse MUY maniática, pero había cosas que sencillamente no podía evitar.
Cuando rodeó su muñeca con un látigo no pudo evitar sentirse confundida. ¿Cual era el objetivo de todo aquello? No tenía muy claro porque debía obligarles a decir la verdad y desde luego lo veía como una actitud del todo paranoica, pero lo entendía, eran una isla escondida, con una cultura milenaria que se había mantenido inmutable durante mucho tiempo. Si las tribus amazónicas hubieran tomado ese tipo de precauciones, ahora no estarían al borde de la extinción, pero claro, los humanos tendían a ser confiados con sus semejantes, las amazonas no parecían ser muy dadas a la confianza ciega. Casi vomitó del asco con la respuesta de Planaria, no es que fuera mala, que va, era de lo más conveniente, pero resultaba demasiado pretenciosa y adornada para un primer acercamiento diplomático. Tenía la sensación de que el acompañante que le habían puesto, por mucha experiencia previa que tuviera con las amazonas era un inútil en lo que a política y diplomacia se refería.
- No veo porqué habría de tenerlas malas. Mis intenciones son las de establecer el inicio de relaciones diplomáticas con las amazonas. No tengo ninguna duda al respecto del protocolo, pero cualquier cosa que crea que debamos saber antes de llegar es libre de decirla
No estaba muy acostumbrada a todo ese asunto de los dioses y la magia, pero ya que era la tónica general en la isla de las amazonas, más valía que lo tratara con la misma naturalidad o al menos que no intentara comportarme de manera extraña. Lo mejor que podía hacer era seguir las reglas claves de la diplomacia entre culturas diferentes, morderse la lengua y hacer lo que ellos hacían dentro de las limitaciones personales. Tenía claro que yo no era una amazona y no iba a pretender comportarme como ellas.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 4th Enero 2015, 13:56
Entendía todo el protocolo que estaba siguiendo la princesa en ese momento, a pesar de enviar las invitaciones debía estar convencida de que sus huéspedes eran de fiar, si tenía enemigos poderosos podrían aprovechar cualquier oportunidad para colarse.
Mostré mi mochila sin ningún inconveniente, prendas y aseo suficientes para pasar el tiempo necesario, no tenía nada más. Esta vez el escudo se quedó en su lugar, si iba a ser una estancia pacífica, no lo necesitaría.
- He sido invitado para forjar una alianza, no tengo ninguna intención de destruir esta oportunidad, podéis confiar en mí. - Respondí a Diana mientras tenía el lazo en la muñeca. Esperé curioso por si ocurría algo pero no pasó nada. La princesa retiró el lazo después de nuestras palabras y empezó otra explicación.
La escuchamos atentos. Parecían gente desconfiada, siempre a la defensiva y con unas leyes muy estrictas, pero yo no tendría problema en ello. Por mi cabeza pasaron varias dudas, pero el chico se adelantó a mí y preguntó lo mismo que yo pensaba.
- Yo estaba pensando lo mismo que Planaria, ¿cómo debemos reverenciar a la reina? - No es que me gustara mucho el tema de reverencias hacia reyes y demás, creía que eso mostraba una desigualdad hacia los demás, algo en lo que yo no estaba de acuerdo, pero no estaríamos en América, así que debía adaptarme a sus costumbres y sus leyes.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 4th Enero 2015, 22:49
Tras escuchar sus respuestas y revisar su equipaje, quede satisfecha. Nadie tenia armas, ni ningun tipo de aparato o algo que resultara ofensivo para las amazonas. Asenti y empece a responder sus dudas.
-Cuando vean a la Reina, deberan arrodillarse. Eso sera al llegar, probablemente. Cuando la Reina se dirija a ustedes, hablenle de usted y no le hagan ningun tipo de broma. Mi madre no tiene un sentido del humor muy desarrollado, y mucho menos con visitantes. Nos recibiran la Reina, la encargada del ejercito, la jefa de las comerciantes y la Sacerdotisa del templo. Ante ellas, muestren tambien decoro y respeto. Ellas han organizado distintas actividades para ustedes, y estoy mas que segura que les va a gustar. -Mire a Blair, un tanto con duda. No parecia ser ella una chica de accion, pero supongo que podia hacer alguna de las actividades planeadas- Aunque claro, no estan obligados a participar en estas. Por cierto, entre las reglas de la hospitalidad de las amazonas se encuentra el comer todo lo que os dan. Nada de dejar cosas en la mesa... -Sonrei un poco- Ah, y si tienen interes en comprar algo, sus dolares no van a servir. Tengan. -Y a cada uno les di una bolsita con monedas de plata y de cobre. - Son parte de la circulacion de Themyscira, nada de quedarselas y cambiarlas por dolares en las casas de empeño.
Cuando las explicaciones concluyeron, caminamos un poco hacia un gran jardin lleno de arbustos decorativos con distintas formas. Sin embargo, habia una especie de sendero largo, a donde caminamos. Presione mis brazaletes y la puerta del Jet se abrio, permitiendo a mis invitados subir.
-Adelante, estan en su casa. Bienvenidos al Jet Invisible... Pueden tomar asiento y revisar el frigobar. Lo unico que tengo ahi son jugos en empaques de carton y unos sandwiches. El Jet no tiene baño, asi que aguanten sus ganas hasta que lleguemos. El viaje durara mas o menos cuatro horas, asi que pueden tomar una siesta, si es que asi lo desean.-Y cuando todos estaban dentro del Jet, cerre la puerta y fui al asiento del piloto. Ellos podian sentarse en los asientos que habia adecuado para esta visita. No tenia ninguna prisa en llegar, asi que volaria a la velocidad de un avion comercial.
Me sente, prendi el jet y revise que todos estuviera en orden, hasta que tras unos minutos, despegamos en direccion al Atlantico. Themyscira, ahi vamos.
- - - - - - - -
Tras unas horas de vuelo sobre el Oceano Atlantico y el Mar Mediterraneo, parecia que no teniamos lugar para aterrizar. No habia ninguna Isla que se pudiese ver desde la ventana, hasta que, cerrando los ojos y murmurando unas palabras en Griego Antiguo, como si le hubiesen quitado rapidamente una tela a una caja, la Isla Paraiso se pudo ver. Rapidamente, el Jet empezo a perder altura. Los edificios en la Isla se podian ver desde arriba, y lo mas cercano a una pista de aterrizaje era un largo sendero recto hecho totalmente de tierra y baldosas allanadas. El Jet aterrizo sin mucha dificultad, y desde la ventana se podia ver la comitiva real.
Ahi estaba la Reina Hipolita, sentada sobre un trono que unas amazonas cargaron sobre sus hombros. La guardia real a su lado, y detras del trono, la encargada del ejercito, la jefa de las comerciantes y la sacerdotisa del templo. Habia muchas amazonas curiosas detras de la Reina, sin embargo, no era toda la poblacion. Habia mujeres que se habian resentido por el anuncio y decidieron no ir a la ceremonia de bienvenida. El suelo frente a la reina estaba cubierto con exquisitas alfombras tejidas color vino, acompañadas de unos extraños sirvientes. Como tal, no parecian hombres, pero tampoco mujeres. Su aspecto androgino era algo curioso.
Gire a ver a los invitados, esperando que se desesperezaran y antes de abrir la puerta pregunte:
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 5th Enero 2015, 18:51
¿Unas actividades preparadas por las amazonas en la isla? Sonaba divertido. Seguramente serían parecidas a los juegos olímpicos, como carreras, levantamiento de peso, tiro con arco... Sería emocionante. Lo único que deseaba era que no hubiese nada relacionado con el agua, como natación o raftin. No pensaba arriesgar mi vida por unas simples negociaciones. Y con respecto a lo de comerse toda la comida del plato, no tendría ni medio problema. Era lo que tenía comer más de ocho mil calorías al día. Además, me vendría genial tanta comida. Después de todo, tendría que generar el 100% de mi electricidad a través de la comida, ya que allí en la isla no disponían de electricidad. No se por qué tenía la sensación de que Blair y el capitán me pedirían que les cargase los teléfonos y demás aparatos electrónicos que se hubiesen llevado. Yo no me llevaba nada, ni siquiera el teléfono. En la isla no había cobertura, y no iba a poder cargarlo.
Diana entonces nos dio unas pequeñas bolsas y la abrí. Dentro había varias monedas, algunas plateadas y otras bronceadas. Cogí una y la miré con detenimiento. Nos dijo que eran la moneda de la isla, y que no la vendiésemos por ahí. ¿Dónde íbamos a venderlas? Dudaba enormemente que nadie quisiese comprarlas, por mucho que fuesen de plata. Nadie creería que eran de allí.
- Muchas gracias princesa, las guardaré y usaré con cabeza.- Cerré la bolsa y la lancé ligeramente hacia arriba para volver a cazarla con la mano y ofrecerle una bonita sonrisa a la amazona. Era un bonito detalle por su parte. Así podríamos comprar algún recuerdo de allí. Tal vez podría llevarle algo a Sasha. Ya vería qué había allí. La otra vez apenas pude investigar acerca de la isla, y por mucho que había buscando en internet, no había información suficiente de aquel extraño y misterioso lugar.
Terminamos de hacer los juramentos, por así llamarlos, y entonces la princesa nos pidió que la siguiésemos. Guardé la bolsa con las monedas y seguí a la amazona, situándome a su lado. Estaba emocionado, no lo negaré. Aquella isla había sido el principio de una nueva vida, con la unión de ambos universos, gracias a la cual había conocido a personas muy interesantes como la propia Diana. Ahora había muchas más cosas que hacer que antes, pero no importaba. También éramos más los que luchábamos por una causa justa y por mantener la paz y la estabilidad en el mundo. Nuestros enemigos eran muchos, y por eso necesitábamos realizar esta unión con las amazonas. Ellas tenían un enorme poder, y las necesitábamos junto a nosotros, aunque no saliesen de su isla salvo por una situación de verdadera emergencia.
Alcanzamos una pista de aterrizaje y miré hacia adelante, viendo cómo una puerta aparecía en mitad de la nada.
- Vaya, el jet invisible. Qué buenos recuerdos me trae. ¿Cuánto tardaremos en llegar a la isla Diana?- Ya había subido al jet unas cuatro veces. La primera, en mi primer viaje a la isla, después de que la amazona nos sacase de allí. Le había preguntado un par de veces cómo conseguía que el jet no se viese, si usaban algún tipo de espectro de la luz gracias al cual esta no se reflejaba y por ello no se podía ver el jet. Sin embargo, la pobre Diana no había sabido darme una respuesta concreta. Ella no había construido el jet, sino que se lo dio el ejército americano cuando un tal Steve Trevor aterrizó en la isla al igual que nosotros. No había tenido tiempo de investigar si era así como lo conseguía, y cada vez que pensaba en ello me lo preguntaba y le daba vueltas. ¿Qué podía hacer? Era un científico. Esas eran las clases de cosas que me gustaban.
Subimos al aparato y Diana nos pidió que nos sentásemos y nos preparásemos para despegar. Respondió a mi pregunta diciéndome que tardaríamos unas cuatro horas en aterrizar en la isla, de manera que teníamos tiempo antes de llegar. Tomé asiento y giré lentamente con la silla. Las lucecitas nos rodeaban, coloreando nuestros rostros con miles de colores. Al cabo de unos minutos, el jet comenzó a vibrar y a sonar por todos lados y sentí como nos elevábamos a toda velocidad rumbo a Europa. Me giré a Blair y al capitán y suspiré, apoyando las manos en una mesa que teníamos cerca.
- Bueno chicos, ¿qué os parece si charlamos acerca de la reunión que vamos a tener con las amazonas? Sería bueno tener alguna idea antes de aterrizar, especialmente en la parte acerca de cómo vamos a sacar el tema y cómo vamos a entablar las relaciones. Las amazonas, especialmente la reina Hipólita son complicadas de tratar. Lo más importante es tratarlas con respeto y admiración. Creedme, cuanto más les hagamos la pelota mejor. Pero tampoco nos podemos pasar. No tiene que parecer que vamos a limpiarles las sandalias a la mínima de cambio. Sugiero una exposición de la situación mundial que vivimos, haciendo especial hincapié en la ayuda que podemos prestar a su hija. Eso atraerá su atención.- Y esperé la tormenta de ideas. Teníamos para rato, y con todos los líos que había tenido para organizar el curso de mis alumnos no había podido hablar con Blair antes ni pensar con tranquilidad en las posibles maneras de abordar el tema. Me recliné ligeramente contra la silla y escuché las ideas que tenían mis compañeros mientras nos dirigíamos al horizonte.
El jet comenzó a aminorar la marcha y miré por la ventanilla. Abajo, a unos cuantos metros, estaba un comité de bienvenida de amazonas. Una parte de mí se emocionó, y la otra se preocupó un poco. ¿Estaríamos preparados? ¿Metería alguno de nosotros la pata? Preferí no pensar en ello. Teníamos un fin de semana muy ajetreado por delante y nos esperaban toda clase de divertidas aventuras y emocionantes charlas. Una mujer viajaba sobre un enorme trono portado por varias mujeres. Debía ser la reina. Varias aguerridas guerreras con unas preciosas armaduras doradas debían ser su guardia real. Tras ella, un enorme ejército se alargaba hasta donde alcanzaba la vista. Era un espectáculo bastante bonito a decir verdad. Era hora de comenzar las negociaciones. Y las palabras de la princesa me animaron más todavía.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 6th Enero 2015, 22:20
Escuchó atentamente las indicaciones de Diana, no les estaba diciendo nada que saliera fuera de lo normal, básicamente les estaba indicando que respetaran el protocolo a seguir cuando se visitaba un país con el que se entablaban relaciones por primera vez o éstas no eran demasiado estrechas, sin embargo agradecía aquella información, como el saber que había una reina y quienes los recibirían. Diana estaba haciendo el trabajo que solía hacer Joanna, la secretaria de su abuelo cuando éste tenía alguna visita oficial a algún país extranjero. Le había explicado miles de veces lo que tenía que hacerse, con la esperanza de que ella deseara seguir sus pasos en el complicado mundo de la diplomacia internacional. Pero de momento, vivía demasiado feliz y tranquila con las fluctuaciones de la bolsa y la deuda externa como para preocuparse de a que ministro no le gustaba que le estrecharan la mano.
Aceptó la bolsa de monedas que Diana les tendió y curioseó dentro, había monedas de aspecto valioso elaboradas con distintos tipos de metales, a juzgar por el tamaño y el peso de la bolsa de monedas su economía parecía ser bastante sencilla, no emitían papel moneda ni estaban involucradas en el hambriento mercado de la deuda externa y las exportaciones. Tenía la oportunidad de oro de estudiar cómo funcionaba una economía como la de los antiguos griegos de primera mano, puede que incluso si se decidían a empezar a abrir sus fronteras, pudiera echarles una mano, en términos macroeconómicos, claro está. Dudaba que las amazonas necesitaran ayuda para muchas cosas.
Se subió al Jet, impresionada por el hecho de que pudiera ser invisible, nunca se hubiera imaginado que una amazona pudiera usar ese tipo de tecnología, pero nunca lo diría en voz alta, seguramente Diana se lo tomaría mucho peor que las intenciones con las que ella pudiera decirlo, así que en silencio se acomodó en un asiento y se preparó para un viaje que no tenía del todo claro cuanto duraría. Llevaban ya un rato volando cuando Planaria propuso ponerse de acuerdo para ver como se comportarían en la isla, dedujo que por muy pedante que le pudiera parecer presumiendo de sus conocidos, era su obligación echarle una mano a ambos, a fin de cuentas por eso la había elegido Scott, suponía que no confiaba del todo en la experiencia previa de Planaria. Suspiró y se giró hacia ambos.
- Mi abuelo fue diplomático, en varios países y siempre tuvo la esperanza de que yo me dedicara a lo mismo, así que desde pequeña me enseñó protocolo y como tratar dignatarios y gobiernos. Por lo que ha dicho la Princesa Diana, no es diferente a las primeras relaciones que se establecen con un país y al protocolo que se debe seguir con cualquier miembro de la realeza. Si queréis para hacerlo más fácil, podéis dejarme actuar a mí primero y me seguís. No es difícil, sólo hay que tener un poco de cuidado con los detalles.
No iba a ser mezquina con ellos, para eso estaba allí, por si tenía que ser la primera en tratar con las amazonas y que el resto siguieran con lo que ella hacía, así que respiró profundamente un par de veces y se encomendó a quien fuera, no quisiera que metiera la pata en aquel momento, un error con aquellas mujeres podría ser fatal, no sólo para las negociaciones, sino seguramente para su integridad. Cuando llegaron el jet aterrizó y pudo ver la isla, era fantástica desde el aire, y desde el suelo era increíble. Admiró unos escasos segundos el paisaje antes de centrarse en la Reina Hipólita sobre su trono, y las mujeres que había detrás de ella, seguramente la jefa del ejército y la sacerdotisa que había nombrado antes Diana. Echó un breve vistazo a la situación y una vez se hubo ubicado, esperó detrás de la princesa a ser presentada a la reina.
(FDI: Para los próximos posts, si queréis que Blair vaya primero para indicaros el protocolo que hay que seguir, me lo decís por pm)
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 15th Enero 2015, 15:27
A pesar de ser un soldado y no tener buenas habilidades de diplomacia sabía que mi palabra era importante, al menos en América, todo el mundo escuchaba a su héroe americano. El director Furia había dejado las cosas claras, cuales eran las intenciones que teníamos, con las que yo no podía estar más de acuerdo, así que no tendría más remedio que hacer todo lo que la princesa Diana nos aconsejara.
Subí al Jet buscando un lugar para acomodar mis cosas y sentarme, estaba acostumbrado a vehículos así, cada vez que SHIELD me enviaba a alguna misión hacían de taxistas con alguno de sus vehículos de primera generación. Los demás hicieron lo mismo.
- Estoy de acuerdo contigo Blair. Yo te seguiré. - Confiaba en ella, la conocía desde hacía ya un tiempo y sus dotes de habla eran buenas a parte de su paciencia y la calma que desprendía. - Está claro que con lo ocurrido en los últimos meses tenemos todos las mismas intenciones, aliarnos con ellas nos daría más fuerza para cualquier cosa, no sé de qué son capaces, no las he visto luchar ni que poderes tienen, pero si son tan temidas como dice su princesa... - Hice una pausa para mirar a Diana mientras conducía el vehículo. - Podrán ser buenas aliadas. Igual que nosotros. - Añadí refiriéndome a Planaria. Las palabras del chico sonaban sinceras, algo que me dejaba dar el paso en confiar en él también.
Tardamos en llegar menos de lo que esperaba. Diana nos avisó de la llegada al preguntarnos si estábamos preparados. Dirigí la vista hacia una de las ventanas para poder ver aquél maravilloso paisaje. Había visto muchos lugares por todo el planeta, muchos eran increíbles, pero aquella exótica isla era sin duda de los mejores.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 18th Enero 2015, 13:58
Al parecer, estaban listos. Mas que listos, o quizas menos. No importaba ya, estabamos en la Isla y no habia vuelta atras. Este seria el momento historico que he aguardado por cientos de años: La primera vez que un hombre se presentaba en Themyscira sin ser un accidente increiblemente casual. No queria quitarle meritos a Steve o a Planaria, pero ninguno de ellos sabria jamas de Themyscira si no fuese por el destino.
Ahora, eramos nosotros los que formabamos el destino. Abri la puerta, y pude descender del Jet con cuidado. Se hizo un momento de silencio cuando mis invitados pudieron bajar, hasta que por fin, los tres pisaron el suelo de la Isla. Camine con ellos en silencio hasta que llegamos frente a la Reina y todas las amazonas que habian venido a vernos, la cual miraba con sorpresa a los hombres. Salvo por Hermes o algun dios despistado (o no), no habia visto a ningun varon en meses.
La reina se puso de pie, y rapidamente, la guardia real impidio el paso, bloqueandonos con sus lanzas y sus escudos el paso. Una mujer, con una voz increiblemente tosca, hablo.
-Silencio todas. Su Majestad la Reina va a hacer uso de la palabra. -Yo pude rapidamente pasar, permitiendo la guardia real que me colocara del lado de las amazonas y la Reina. Subi al lado de su trono, y cuando estuve a su lado, mi madre se permitio una sonrisa. Vio a cada uno de nuestros invitados, esperando a que hincaran la rodilla o mostrasen la adecuada reverencia, comenzo a hablar.
-Es un honor para la Isla Paraiso y la ciudad de Themyscira tener invitados tan honorables a los cuales dar a conocer nuestro mundo. Sean bienvenidos a Themyscira, reino de las amazonas y el ultimo lugar del mundo en el que la mujer es plena de ser libre -Mi madre miro discretamente a Blair, con esperanza. La reina queria mujeres fuertes, y parece que Blair podia ser una de esas. Tras una breve pausa, retomo su discurso- Algunos ya han pisado esta Isla en anteriores ocasiones, no siempre las mas predilectas... Probablemente, este encuentro es posible gracias a esos infortunios. Esperamos que esta sea una nueva epoca para el mundo, donde la mujer pueda ser feliz mostrando el orgullo que durante centurias hemos defendido, el orgullo de la paz y la tranquilidad. -Dio un paso hacia adelante, y moviendo su mano derecha, señalo a una mujer altisima, unos dos metros con cuatro centimetros y una piel grandiosamente tostada. Musculosa, tosca y con el cabello largo en una cola de caballo que le llegaba casi a la cintura. La mujer dio un paso adelante, con firmeza, y la reina prosiguio- Ella es Xiomara, la Capitana de la Guardia Real y capitana del ejercito de las amazonas. La tercera guerrera mas letal de nuestra isla, y la encargada de cuidarlos durante el transcurso de esta visita.
Xiomara dio un paso al frente, poniendo con fuerza su mano derecha en su pecho. Despues, retrocedio a su lugar. La reina movio las manos, señalando a su lado a una mujer de piel increiblemente blanca, con unos ojos verdes inquietantes. Su rostro era fino, pero sus ojos bastante grandes. Su cabello pelirrojo, casi naranja como las hojas del otoño, le caia por debajo de los hombros. Era una mujer increiblemente bien vestida, como la princesa o la reina.
-Ella es Asali, la bendecida. La sacerdotisa de Atenea y Afrodita, a la cual se le rinde devocion en esta Isla. Resguarda tambien de nuestra biblioteca, y es con toda seguridad, la mujer mas sabia que se puede conocer en esta vida. Si es posible para sus labores, os encontrareis con ella en algun momento.
La Sacerdotisa dio un paso hacia adelante, inclinando muy lentamente la cabeza, mientras pronunciaba en un extraño griego algunas palabras que no comprendian los oidos de los invitados. Pero yo si la conocia, era una bendicion... extraña. Algo asi como pedir a Atenea que se eviten los malos caminos que seguian. Supongo que lo decia por alguna extraña razon, ella no era muy a fin a tener hombres en la Isla, pero tampoco habia mostrado muchas quejas. Habia sido peor Xiomara. La mujer volvio a su lugar, y despues, la reina volvio a mover sus manos, señalando a una mujer morena, un tanto baja en relacion a las grandes amazonas, con anillos de oro y un hermoso collar de esmeraldas que portaba con orgullo.
-Ella es Chruse, la jefa del comercio, la tierra y la pesca de la Isla Paraiso. Ella ha prestado tanto como le era posible con verdadero interes en su visita. Espera, con ferviente deseo, que os lleveis tanta mercancia como sus hombros puedan cargar hacia su mundo. -La comerciante simplemente dio un paso hacia adelante, saludo con un asentimiento de cabeza y volvio a su lugar. La reina se permitio una leve sonrisa, para luego, hacer un gesto con la mano a los criados para que se acercaran a los invitados. Rapidamente, los debiles hombres androginos se acercaron a los tres invitados y tomaron sus maletas, cargandolas sobre sus hombros como si fueran cajas. Parecia extraño, pues no sabian como funcionaba una maleta - Desde este momento, declaro oficial su visita a la ciudad de Themyscira. Pueden acompañarnos para ser llevados a sus habitaciones. Especificamente en hora y media, se os hara llamar para asistir al festin real.
La reina se volvio a sentar, y su trono fue levantado por las amazonas, que se dieron la vuelta y la voltearon ante su pueblo, la cual empezo a aplaudir y animar. Definitivamente, las amazonas que estaban atras, las curiosas y civiles, eran las que mas raro miraban a los varones de nuestro grupo. Algunas con curiosidad, otras con miedo, y varias mas con odio. Todo era bastante nuevo para las mujeres de la Isla, pero esperaba que eso cambiara. La Guardia Real abrio paso, dejando que Blair, Planaria y el Capitan America pudiesen pasar, caminando detras del trono y mi persona. La caminata por el camino de piedras hasta el Palacio era uno de mis grandes placeres en el mundo, y ahora, acompañada pacificamente por estas personas, sentia que uno de mis sueños estaba realizado.
Al llegar al magnifico palacio, las amazonas bajaron el trono, permitiendo que apenas la Reina pusiese un pie sobre el siempre blanco marmol, pudiese empezar a caminar hacia arriba, subiendo las grandes escaleras hasta entrar por la puerta principal. Salvo la Guardia Real, los criados y nosotros, ninguna amazona mas puso un pie sobre las escaleras, viendo por ultima vez a sus invitados. Una de ellas, muy joven, les aplaudio, aunque rapidamente se detuvo al ver que nadie mas la secundaba. Suspire lentamente, algo enternecida ante ese acto de respeto.
Palacio:
-Diana, ¿Puedes encargarte de ver que nuestros invitados se encuentren a gusto con sus aposentos? -Pregunto mi madre. Claramente, no tenia ningun problema en eso, por lo que asenti. Caminamos junto a la reina hacia arriba, entrando por la puerta principal, enormemente abierta, donde en el fondo se podia ver el trono real, aquella silla clavada en el suelo, construida con exquisita piedra, recubierta con madera y acomodada con suaves telas. La Reina se separo de nosotros, caminando hacia el lado opuesto, mientras yo me dirigi por el lado derecho, hasta que pasamos un arco para llevarnos a un largo corredor.
-Sus habitaciones no tienen ducha, ni television, ni nada de eso. Pero espero que sean comodas. -Primeramente, indique a Blair cual era la suya. Una habitacion amplia, con una cama individual acomodada con delgadas sabanas blancas, un mueble que servia como armario y un brasero para alumbrarlo en la noche. La ventana estaba cubierta con unas cortinas blancas, dando una vista al mar preciosa. --Acomodense aqui, duerman o hagan algo durante su tiempo libre. Pero no se salgan del palacio. -Despues, lleve a Planaria a la suya, y posteriormente, al Capitan America a la propia. Todas eran iguales, cada una adecuada para esta ocasion especial. Los criados dejaron las maletas frente a la puerta de cada habitacion y luego se quedaron estaticos en un rincon. Tenian la intencion de servir cualquier deseo que se les pidiese, por lo que deberian estar pendientes de cada uno de ellos.
Cuando deje a cada uno en sus habitaciones, camine hacia la mia. Queria cambiarme los zapatos un momento, incomoda, y arreglarme para el banquete que iban a ofrecer en una hora.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 10th Febrero 2015, 11:19
OCC:
Mil perdones por tardar tanto en postear. Acabé exámenes y tuve un lío tremendo, a pesar de que contaba con ir bastante libre de tareas. ¡No me odiéis mucho por la tardanza!
- No te preocupes Blair. Por el momento dudo que la reina nos pregunte nada. Nos dará la bienvenida y nos dirá donde nos hospedaremos. En la cena ya tendremos que hablar. Aunque, para que vayas más tranquila, no eres la única que conoce de protocolo con la nobleza. Por si acaso volvía a caer o venir a esta isla aprendí protocolo durante estos meses.- Era cierto. La primera vez que aterricé allí no tenía mucha idea de protocolo. Básicamente lo típico de inclinarse ante la reina y demás. Sin embargo, había estado leyendo libros, consultando internet y hablando con personas que conocía para que me instruyesen llegado el momento. Por fin, el jet tocó el suelo, y la puerta se abrió ante nosotros.
Un séquito real tan grande como alcanzaba la vista nos esperaba. Cientos de guerreras con largas lanzas y enormes escudos nos miraban. Recordé como una de aquellas armas me atravesó de parte a parte la primera vez que caímos allí. No fue agradable de ninguna forma. Además, allí no había fuentes eléctricas por ningún lado gracias a las cuales obtener un suministro ilimitado de energía rápidamente. Por suerte, según había dicho Diana, tendríamos unos gigantescos banquetes, de manera que podría generar más electricidad que la normal. En casa no podía comer demasiado o arruinaría a la mansión. Y la pobre Sasha ya hacía lo que podía. La princesa nos dejó y avanzó para ponerse junto a su madre. En cuanto la reina se levantó y las amazonas nos impideron el paso, había llegado el momento de mostrar respeto. Aunque el protocolo moderno indicaba que con agacharse ligeramente valía, Hipólita provenía de un tiempo distinto. Me incliné, hinqué la rodilla en el suelo y agaché la cabeza, a la espera de que ella me diese permiso para levantarme.
La voz de la reina resonó como un trueno a nuestro alrededor. No por la potencia, sino por la fuerza que desprendían sus palabras. Después de todo, era la reina, e imponía bastante. Nos dio la bienvenida, deseosa de que aquel viaje fuese de provecho tanto para las amazonas como para nosotros. La verdad es que yo también lo deseaba. Desde luego era mucho mejor tener a las amazonas de nuestra parte que en contra. Además, le había cogido mucho cariño a Diana, a la cual consideraba una buena amiga y una instructora dura pero comprensiva. La reina comenzó a presentarnos a las que debían ser las amazonas más importantes de la isla. La primera, Xiomara, era una mujer alta y fuerte, como ninguna que hubiese conocido. La capitana de la guardia real y del ejército. Desde luego lo aparentaba. Mediría unos dos metros, y era fuerte como un oso. La verdad es que imponía mucho. Estaba convencido de que habría sido capaz de cortarme en dos como a un filete si se lo hubiese propuesto. Levemente incliné la cabeza en señal de respeto. Había que mantener las distancias generalmente en temas de nobleza, y aunque suponía que la guerrera no pertenecía a esta, tampoco tenía cara de querer acercarse a nosotros, al menos al capitán y a mí.
La siguiente fue una mujer hermosa como pocas había visto, con unos cabellos anaranjados que solo pudieron recordarme al otoño que estaba a punto de caer sobre nosotros (23 de septiembre para ser exactos). Su piel era blanca y tenía unos poderosos ojos verdes. Asali, guardiana de la biblioteca y sacerdotisa de Atenea y Afrodita. La mujer más sabia de la isla en palabras de la reina. Incliné la cabeza ante ella también, y pude escuchar unas palabras incomprensibles que formuló mientras nos saludaba. ¿Algo en griego? Lo más probable. No tenía ni idea de griego así que lo mismo podría haber estado dándonos la bienvenida como mandándonos a freír espárragos. Esperaba que no fuese esto último. Encontrarnos con ella habría sido muy interesante. Al menos a mí me lo parecía. Visitar la biblioteca era algo que me atraía mucho. Y desde luego no tenía pinta de querer partirnos en dos a la mínima de cambio, como su compañera Xiomara.
La última mujer fue Chruse, mucho más bajita en relación a sus compañeras, morena y aparentemente más amable. Era la jefa del comercio, la tierra y la pesca de la isla. Esperaba que nos llevásemos recuerdos, tantos como pudiésemos transportar. La verdad es que quería echar un vistazo a lo que nos ofrecían. Un bonito collar o algo por el estilo me habría gustado para Sasha. Recordé la bolsa que nos había dado Diana y supe dónde podía usarla. De todas formas, hablaría con ella primero para que me recomendase qué hacer con él.
Y así, la presentación oficial había sido hecha. Unos hombres que podrían haber sido perfectamente mujeres recogieron nuestro equipaje. El trono fue girado y acompañamos la marcha. Todas las amazonas nos seguían. Llegamos al enorme palacio, que podía haber sido sacado de una película antigua de Charlton Heston. El gigantesco edificio se alzaba hacia el cielo, majestuoso como pocos había visto en mi vida. No era tan alto como los edificios de Nueva York, y sin embargo imponía diez veces más que cualquiera de ellos. Me recordaban a Roma, la capital del país de mi padre. El Coliseo y el Panteón eran verdaderamente impresionantes, tanto como el que teníamos ante nosotros. Con la diferencia de que este se encontraba en perfecto estado, como si nunca hubiese envejecido. En cuanto pusimos un pie en los enormes escalones, tan solo la guardia real y los criados nos acompañaron. El resto de las amazonas se quedaron abajo, espectantes ante el hecho de tener invitados en su isla. Una de ellas aplaudió este hecho, pero fue la única, y en seguida su aplauso se silenció. Inconscientemente tragué saliva ante la situación que se nos planteaba. En ese momento, sentí como si miles de cuchillas se posasen en mi espalda. Pero no dejé que me intimidase ni me echase atrás. Estábamos allí para negociar y entablar una fuerte relación. No podía dejar que un silencio sepulcral me acobardase. Cosas peores había hecho, para qué engañarnos.
Una vez dentro, la reina indicó a su hija que nos acompañase a nuestras respectivas habitaciones. El palacio era casi más impresionante visto desde dentro que desde fuera, hecho enteramente de mármol blanco como la nieve. Diana nos llevó a nuestras habitaciones. No teníamos tele, ni ducha ni ningún tipo de aparato eléctrico. A decir verdad, la tele no me importaba. Tampoco es como si la viese todos los días. La ducha era un pequeño inconveniente. De buena gana me habría dado un duchazo antes de la cena. Y lo de los aparatos eléctricos... Controlar la electricidad tenía sus ventajas. Me había traído el teléfono móvil, el cual hacía unas buenas fotos. No tenía cobertura allí, pero la batería podía cargarla sin problema. Agradecí a Diana su tiempo y su ayuda y decidí preguntarle algo antes de que se fuera.
- Gracias por todo, princesa. Sé que no habrá sido sencillo convencer a vuestra madre para permitir que estemos aquí, y agradezco enormemente que me eligiese para ser uno de los que la acompañase. La isla es tan bonita como la recordaba, la verdad... En fin, no quiero molestarla mucho. Únicamente tengo un par de preguntas. Habéis dicho que no tenemos ducha, ¿pero hay algún sitio donde podamos darnos un baño o algo por el estili? ¿Unos baños o algo por el estilo? Estaría bien poder darse una ducha después del largo viaje. Y por otro lado, me gustaría saber si podremos hacer fotos durante nuestra estancia. No a vuestra madre, pero a los edificios, a los paisajes... Sólo si se puede. Entenderé perfectamente que prefiráis mantener el anonimato. Pero si es posible me gustaría llevarme un par de recuerdos fotográficos.- Y sonreí a Diana. La verdad es que era muy comprensible y una gran amiga, a pesar de que a veces tuviese un poco de mal genio. Pero era comprensible. Su vida, por lo que me había contado, nunca había sido sencilla, y desde pequeña la habían tratado con dureza para convertirla en la gran mujer que era a día de hoy.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 10th Febrero 2015, 21:56
Planaria rechazó su oferta, al parecer se había informado sobre las costumbres protocolarias, no estaba muy segura de que eso fuera cierto, pero no iba a ser ella quien dudara de él abiertamente. Cuando bajaron del Jet, todo el mundo se encontraba en silencio, expectante. La reina, sentada en un trono, se levantó al vernos mientras otra amazona pedía silencio. Se sentía impresionada y algo intimidada por aquellas mujeres guerreras, las leyendas no daban pie a otra cosa. Su discurso, sin embargo era inquietante, no es que Blair estuviera en contra de la libertad de la mujer, todo lo contrario. Todos cuantos la conocían sabían de sobra que no llevaba muy bien eso de los tabúes y prohibiciones de género; pero Blair creía en la igualdad, no en la superioridad, pues siempre había pensado que esas actitudes eran tan malas en un sentido como en el otro, y no supo exactamente cómo interpretar la mirada de la reina de las amazonas desde su posición junto a Planaria. Ella se había arrodillado al igual que él frente al trono de Hipólita, pero se había levantado en cuanto ella había comenzado a hablar.
Les presentó a Xiomara, la capitana de la guardia, una mujer de aspecto amenazante y brutal con la que Blair decidió que evitaría cualquier intercambio de palabras, por amistoso que pareciera. No le daba la impresión que fuera el tipo de mujer que disfrutaba con un sano intercambio de ideas; y eso que eran los griegos antiguos quienes habían inventado el sano y agradable placer de discutir las ideas. Por el contrario, tuvo una mejor impresión de la sacerdotisa Asali, una mujer llamativa y hermosa, según la reina, la más sabia y guardiana de la biblioteca. En algún momento le gustaría visitar sus dominios, conocer algo más de las lecturas y poseía que guardaban. No es que fuera un ratón de biblioteca, pero siempre había sido una lectora ávida y conocer otras opciones siempre era bueno. La que más llamó su atención fue Chruse, la jefa de comercio, no sólo por tener un constitución física más parecía a lo que estaba acostumbrada, sino por ser alguien con quien seguramente podría entenderse y tratar asuntos de interés para ambas. Ya veía las posibilidades de comercio con la isla, sus hermosas manufacturas serían muy apreciadas por todo el mundo y ellas podrían intercambiarlas por otras materias de interés para ellas; pero ya tendrían tiempo para hablar de eso.
Una vez hechas las presentaciones, unos hombres de aspecto andrógino cargaron con sus equipajes, supuso que eran la única presencia masculina que habitaba en la isla; hombres que parecían mujeres débiles, que no suponían ningún peligro para sus ideas. Debían seguir a las amazonas para llegar hasta sus habitaciones, así que Blair siguió el palanquín que llevaba el trono, detrás de Diana, por un camino de piedras no muy adecuado para sus tacones, pero aun así tenía un doctorado de cómo caminar con tacones de aguja por terrenos peligrosos, así que mantuvo el equilibrio y la gracia hasta que llegaron a la escalinata que subía hasta el palacio. El conjunto arquitectónico del mismo superaba todas sus expectativas al respecto, la multitud que nos seguía se quedó a los pies de la escalera, su recibimiento no había sido muy caluroso, pero tampoco podía culparlas su era la primera visita oficial que recibían de fuera. Una amazona joven los aplaudió aunque no fue secundada por los demás y Blair, agradecida por el gesto, se dio la vuelta para saludarla personalmente con un suave beso en la mejilla. Era una chica joven, una adolescente sin duda emocionada por la novedad. Se incorporó al grupo con una sonrisa en los labios y un pequeño trote que hizo resonar sus tacones sobre el mármol,. Los interiores del palacio eran aún más impresionantes, parecían un decorado de esas películas que tanto público tenían. No le hubiera sorprendido encontrarse por allí el torso desnudo de Eric Bana con el pelo ondulado recogido con una cinta de cuero, a Orlando Bloom con cara de susto o a Peter O’Toole gobernando una majestuosa ciudad. Tampoco se hubiera extrañado de encontrarse a Angeliona Jolie cargando con una serpiente o a Colin Farrell acompañado de Jared Leto. Se sentía directamente transportada a la época de los grandes clásicos griegos, como Helena al ser declarada la más hermosa, como Penélope esperando a su marido y sintió su propia imagen, sobre todo sus zapatos y su reloj, completamente fuera de lugar, sintió que casi todo lo que llevaba en la maleta era impropio. Aquel no era un lugar para zapatos de tacón y vestidos modernos, un reloj estaba completamente fuera de lugar, aquel era un sitio de sandalias de cuero y túnicas; afortunadamente también llevaba de eso en su maleta, aunque le había costado mucho conseguirlo, pero estaba segura que la bolsa de monedas que le había dado Diana podría solucionar ese problema.
La princesa nos llevó hasta nuestras habitaciones, amplias y sencillas, con unas estupendas vistas al océano. El hombre que llevaba su maleta, la soltó junto a la puerta para situarse junto a la misma y luego adquirió una postura rígida. Blair estaba familiarizada con el concepto de tener servicio doméstico, pero le incomodaba tener a aquel hombre ahí, de pie, junto a la puerta, esperando que ella le pidiera algo; así que optó por cometer una pequeña irreverancia que esperaba que no llegara a los oídos de Hipólita y arrastró la pesada silla de manera, seguramente destinada a ella, hasta donde se encontraba el criado.
- Me pone de los nervios verte ahí de pie. Si te sientas, tu estarás más descansado y yo más relajada. Si no dices nada, nadie tiene porqué enterarse.
Cogió su maleta y la abrió en el suelo para empezar a deshacerla, no iba a echar mucho de menos la televisión, aunque el hecho de no tener una ducha era algo más incómodo, pero parecía que tendría que acostumbrarse al hecho de pasearse para bañarse y a desnudarse delante de un hombre que no conocía, aunque tenía la inquietante sospecha de que estaba castrado, y mientras descartaba lo que no consideraba apropiado para su estancia, decidió preguntarle a su nuevo “chico para todo” donde podría asearse antes de cambiarse de ropa.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 3rd Marzo 2015, 15:45
Escuché cada una de las palabras que la reina nos decía, todo lo que nos explicaba, curioso y a la vez sorprendido por aquella situación. Todas las mujeres que presentaron tenían uno cargos curiosos, cada cargo más raro que el anterior presentado, nada que hoy en día en América no te tachasen de loco, tenía la sensación de encontrarme en la Grecia antigua, solo faltaba que me ofrecieran las túnicas griegas para que me vistiese con ellas.
Pero lo que más me sorprendió fueron los hombres, todos parecían esclavos y sirvientes, algo que a mí no me gustaba para nada, estaba de acuerdo en la igualdad por ambos lados y esa cultura no la cumplía, era molesto para mí.
Después de aquella sorprendente bienvenida, la princesa Diana nos acompañó a nuestros aposentos, una habitación lujosa como si de un hotel de cinco estrellas se tratase. Agradecí la compañía a Diana.
- Gracias princesa. - Copié a Planaria. - ¿Tenemos que prepararnos para algún tipo de ceremonia o evento? ¿Tenemos que usar algún atuendo en especial? Para cenar o salir... - Pregunté con la idea de saber cuan arreglarme, si íbamos a cenar delante de la reina debería saber que otros protocolos seguir.
_________________ "Sé que estoy pidiendo mucho. Pero el precio de la libertad es alto. Siempre lo ha sido. Y es un precio que estoy dispuesto a pagar. Y si soy el único, entonces que así sea. Pero estoy dispuesto a apostar que no lo seré."
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 15th Marzo 2015, 09:05
-Si quieres ducharte, puedes pedirle al criado que te prepare una tina, o puedes ir al mar si tienes mas prisa. El criado te puede dar el jabon y todo lo que necesites, tanto toallas como ropa. Tus ropajes, como recordaras de la ultima vez que viniste, no son los mas apropiados. Asi que, vas a tener que usar una toga que te van a dar en un rato. -Señale por la ventana a Planaria. Ir caminando al mar le tardaria unos segundos, y al menos, de ese lado, ninguna amazona iria a verlos. En parte por miedo, en parte por odio. -¿Quieres sacar fotos? Adelante, pero si una amazona se ofende por verte sacando fotos, tendras que borrar lo que hayas tomado. Le explicare a sus acompañantes que las fotos que puedan sacar no haran ningun embrujo o daño a la Isla. -Mencione en un tono que hasta podia entenderse gracioso. Las amazonas teniamos tecnologia de hacia dos milenios y medio, que, aunque teniamos avances cientificos, nuestra tecnica estaba limitada, y la supersticion era notable. Hasta yo me asuste al llegar al mundo de los hombres con la cantidad de cosas que habia que no conocia en mi Isla. Desde focos, hasta automoviles.
Deje a Planaria y luego acompañe al Capitan America a su habitacion. Podia percibir que el hombre no estaba del todo comodo, sin saber aun porque. Quizas el tener a gente que lo miraba con recelo no era algo a lo que estuviese acostumbrado, o el estar ante tantas mujeres guerreras. No tenia la menor idea, pero esperaba que se le pasase despues de la comida de bienvenida.
-Pronto se les proporcionaran prendas de vestir adecuadas para compartir el pan y el vino con la Reina en un banquete de bienvenida. Iremos a comer en los jardines del Palacio y despues la Reina les mostrara su coleccion personal de plantas. Procure darse un baño, si lo necesita, en el mar o en una tina que le puede pedir a su criado, y posteriormente, ponerse los atuendos que le daran.
Cuando todos estaban en su habitacion, yo me fui a la mia, no sin antes pasar a hablar con una de las guardias del palacio.
-Indicales a los criados que les lleven varias togas para que se las prueben. En veinte minutos Xiomara vendra aqui por nuestros invitados... Estate alerta. -Si, su alteza.
Y me fui a retocar a la habitacion. Realmente, estaba mas nerviosa yo de lo que podian estar ellos. Si algo salia mal, toda nuestra relacion se atrofiaria y serian otros cuantos años de desconfianza hacia el mundo de los hombres. No queria que eso pasara bajo ninguna circunstancia, y sabia que mis invitados tampoco lo querian. La Reina ahora estaria preparandose para darles la bienvenida, y las cocineras deberian estar trabajando en preparar uno de los banquetes mas importantes que esta Isla tuviese que presenciar.
El criado nego con total pavor el acercarse a la silla. Lo unico que pudo hacer fue darse la espalda para no ver a Blair y darle la intimidad que deseaba, pero de ninguna manera podia sentarse ante la presencia de otra mujer.
Pasados exactamente 38 minutos, Xiomara acudio a las habitaciones de Blair, Planaria y Steve para guiarlos hacia el jardin del Palacio. Ellos ya habian recibido varias tunicas de distintas tallas para probarse, asi que, estaban listos para poder celebrar al lado de la reina. Durante el camino podian ver distintas esculturas, desde caballos, pescados, armas hasta ruedas y antorchas esculpidas. Algunas pinturas que no les dio tanto tiempo de observar acompañaban su paseo, pero todo esto fue opacado ante la presencia del jardin bajo los rayos del sol de finales de verano.
Verdes arbustos, acompañados de un camino esculpido en piedras, decorado con flores de todos los colores guiaban hasta una enorme mesa donde estaba sentada la Reina, con los mismos lujos con la que la vieron, y la princesa aun mas. Xiomara, Asali y Chruse acompañaban la mesa, del lado izquierdo de la reina. Sin embargo, esta vez vieron a otras dos amazonas que no habian visto antes. Una con un cabello negro igual que el de Diana, casi tan hermosa y tan perfecta como la princesa, con una toga blanca llena de bordados dorados y un elaborado peinado. A la derecha de esa amazona, habia otra, con apariencia mas joven y con el pelo dorado. Sus ojos eran verdes, y aunque no tenia el aire serio e imponente de la Princesa y la anterior amazona, parecia tener una especie de empatia unica con la que los extranjeros podian sentirse familiar. Su cabello estaba suelto, y su toga era casi identica a la de la anterior amazona, salvo que esta estaba bordado en rojo.
El jardin, aparte de sus flores, tenia unas altas estatuas, dos de hombres y dos de mujeres. De izquierda a derecha, estaba un hombre encorvado, con aspecto horripilante, sosteniendo un martillo y unas pinzas. Posteriormente, en medio, estaba una mujer con una especie de velo en la cabeza, sosteniendo un baston en su mano derecha y su mano izquierda estirada hacia adelante, como si tuviese un aire benefactor. A la derecha de esta, se encontraba una mujer sosteniendo una lanza, con un casco de guerrera imponente, facilmente reconocible por cualquiera que haya visto una foto en un libro de historia donde se mencione a la antigua grecia: Era Palas Atenea. A la derecha de esta, y por ultimo, se encontraba un hombre alto, semi desnudo en cuanto a lo que su ropa cubria, con un casco sencillo de ala ancha, y sosteniendo con su mano izquierda el caduceo.
La mesa estaba llena de pan de trigo, con aspecto de haber salido recientemente del horno, llenando el ambiente de (entre otros deliciosos aromas) a pan calientito. Habia varias jarras y copas en cada asiento, pues acompañaban barriles de cerveza, aguamiel, aguardiente y el mejor vino tinto que podian probar cualquier boca mortal. Probablemente, el vino mas antiguo que cualquiera pudiese probar, pues la reserva de la reina tenia cientos de años. Entre las delicias que acompañaban la mesa se encontraba un ciervo troceado, un jabali asado con olorosas hierbas, cebada, lechugas, papas y zanahorias a montones. Los quesos acompañaban cada rincon libre de la mesa, desde quesos duros, suaves, amargos, salados, picantes.
El pollo, el pescado, salsas picantes y dulces. Espinacas, tortitas, cremas, leche, sal. Al lado de la mesa, varias amazonas movian calderos de hierro medianos con sopas de pescado, de verduras, de carne. Al lado del ciervo, acompañaba dos corderos bien cocinados, con mucho ajo, cebollas. En algunas partes podian ver mariscos, huevos asados, y un poco de una carne extraña que parecia ser carne de caballo. Y aun dentro de todo lo que podian ver, en pequeños cuencos faltaban cosas, que bien eran uvas, aceitunas, aceite de oliva, habas, semillas.
Ver solo la mesa, con tanta variedad, resultaba casi increible. Probablemente, nunca en la vida de los invitados alguien habia visto tanta cantidad de comida juntas. Probablemente en ninguna leyenda salia, pero el hambre de las amazonas era increible, y verlas comer era un gran espectaculo (sobretodo, si quien los veia pensaba que la mujer comia poco). Al ver a sus invitados, la Reina se puso de pie, al igual que la princesa y las amazonas que acompañaban.
-Sean bienvenidos al banquete oficial de esta noble visita. Que esta celebracion sea bendecida por Dionisio, y que Demeter nos pueda dar abundantes cosechas para los consecuentes dias que acompañarian este suceso.
La guardia dio un paso para atras, salvo por Xiomara, que fue a tomar asiento. Las sillas estaban dispuestas, y, cuando la Reina aplaudio, unas amazonas de apariencia joven aparecieron en el jardin, sentandose en bancos de madera, mientras sacaban instrumentos musicales de sus cajas. Al poco tiempo, tras algunos mensajes en griego que intercambiaron entre ellas, empezaron a acompañar la celebracion con citaras, flautas, trompetas y liras.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 16th Marzo 2015, 11:05
- Vale perfecto princesa, me lo apunto todo. Intentaré molestar lo menos posible si saco alguna fotografía.- Y le guiñé un ojo. A decir verdad, puede que ella estuviese más en contacto con el mundo exterior y la tecnología de la que disfrutábamos, pero las que vivían en aquella isla estaban algo más atrasadas. Dos mil y pico años para ser exactos. Pero bueno, tal vez no se viviese tan mal. Al fin y al cabo, las tecnologías modernas en muchos casos se habían vuelto prácticamente unas cadenas que impedían muchas veces disfrutar de la vida en su totalidad, especialmente cosas como los smartphones. Y lo peor es que casi se podía decir que era necesario tener uno, o sino te quedabas fuera del mundo. Si tu teléfono no tenía de todo te enterabas de la misa la media. Pero bueno, eso son temas los cuales mejor ni pensarlo. Me despedí de la princesa y pedí al hombre que me había acompañado que si era tan amable me trajese agua para lavarme. Asintió y se fue. Ni de coña me habría bañado en el mar. Lo que me faltaba, acercarme al maldito mar. Como para tener un resbalón y ale, adiós Plana. Dejé la maleta en el cuarto y recordé lo de las togas. Esa era una de las razones por las que tampoco me había traído demasiada ropa. La otra vez nos pidieron que vistiésemos con ello, y recordé que nuestras ropas no las miraron con mucho aprecio. Así que nada, todos estos días vestido de griego. No estaba tan mal. Eran cómodas después de todo. El hombre volvió trayendo además las ropas y se lo agradecí. Más valía darme cierta prisa antes de que nos viniesen a buscar y no estuviese preparado. Como para cabrear más a las amazonas.
···
Escuché unos golpes en la puerta y me dirigí allí. La abrí y encontré a Xiomara al otro lado, con gesto serio.
- Oh, hola Xiomara. ¿Qué tal estáis? ¿Sois vos quien nos va a llevar al banquete?- Blair y el capitán se nos unieron y dejamos atrás las habitaciones en dirección al comedor principal, o eso supuse. La verdad es que estábamos graciosos los tres vestidos así. A la que mejor le quedaba la toga era a Blair sin duda. Yo no estaba nada acostumbrado a llevar ese tipo de ropa, y me sentía un poco absurdo con ellas, pero bueno, preferí no darle demasiada importancia. Mientras caminábamos me dirigí a mis dos compañeros intentando no hablar muy alto.- Oye, si os habéis traído algo eléctrico, teléfonos, ordenador o lo que sea y necesitáis usarlo pedírmelo. Aquí no creo que encontréis un enchufe por mucho que rebusquéis.
Llegamos al comedor, donde nos esperaban las amazonas y la comida. La verdad es que aquel sitio era una pasada. Parecía sacado de una película totalmente. Las flores de miles de colores y las grandes estatuas le daban un ambiente casi mágico. De las grandes estatuas pude reconocer a Atenea. Estaba claro. No había lugar a error con aquel casco y la lanza. El tío del martillo supuse que sería Hefesto, y el del caduceo Hermes, aunque no estaba seguro. La otra mujer no tenía ni idea de quién era. Debía repasarme las lecciones de historia. Descubrimos a nuevas amazonas, entre ellas a una con los cabellos dorados y el semblante algo más amable, o esa fue la impresión que me dio. No era tan seria, e imponía menos. Tal vez porque era más joven. Aunque claro, Diana también parecía joven y tenía dos mil años. La otra era extremadamente parecida a la princesa. Al principio creí que podía ser su hermana o su hija, pero no lo sabría, al menos hasta después. Quizá nos dijesen quién era, y sino ya le preguntaría yo a Diana.
Sobre la mesa había más comida de la que yo jamás había visto. Hasta donde alcanzaba la vista toda clase de deliciosos alimentos teñían la mesa con miles de colores y olores. El calor que desprendía además invitaba a probar todas y cada una de las cosas que allí había. La verdad es que para alguien como yo, que necesitaba comer un mínimo de ocho mil calorías al día aquello era el paraíso. En casa comía lo que podía, la mayor parte de las veces alimentos muy grasos para poder alcanzar los mínimos que necesitaba. Sasha a veces se ponía enferma al verme comer tanto. Todavía no entendía cómo era capaz de engullir todo aquello sin engordar ni un gramo. "Los genes nena". En realidad era porque todo lo que comía lo convertía en energía. Una gran ventaja o un enorme inconveniente, según se mirase. La reina se levantó y nos dio la bienvenida al gran banquete. Nos bendijo y dio unas palmas que anunciaron la entrada de unas amazonas que comenzaron a tocar música para nosotros. Aquello ya era un lujo con el que no contaba. Nunca iba a vivir algo así, de manera que lo mejor era disfrutarlo y disfrutar de la compañía de las amazonas que tan amablemente nos habían dado la bienvenida a la isla. Ahora sólo tocaba esperar que las negociaciones fuesen bien y no hubiese malentendidos ni contratiempos. Una pequeña reverencia para agradecer la hospitalidad de la reina y la isla y me senté como el resto.
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Blair Van der Woodsen
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers] 19th Marzo 2015, 20:11
Al sirviente casi le dio tal pasmo cuando Blair le puso la silla delante, que cuando le comunicó su deseo de darse un baño, salió corriendo, quizás pensando que si seguía allí la pirada extranjera le propondría alguna otra cosa extraña, como beber agua. ¡Donde iba a parar! ¡Un sirviente bebiendo agua delante de los invitados! Cuando Blair salió de la tina, se encontró con un delicado quitón y un exquisito himatión, no tenía demasiado claro cómo ponerse todo aquello, así que por primera vez en años, Blair necesitó ayuda para vestirse.
Cuando Xiomara fue a buscarles, la dirigió un escueto saludo, no parecía una mujer de muchas palabras y no le apetecía que la capitana de la guardia decidiera practicar su arte en los nudos marineros con sus extremidades. Era consciente de que no tenía mucho que hacer frente a las amazonas en general y en específico contra ella, aún menos. Fueron a recoger a sus otros dos compañeros, Plana no tenía demasiada soltura con el quitón, eso de llevar algo parecido a un vestido se les debía hacer extraño, para ella, sólo era un vestido algo diferente a lo que solía llevar.
Por el camino, en voz baja, Planaria se ofreció para recargar sus aparatos electrónicos, un detalle que agradecía, aunque por respeto y practicidad en aquel lugar, era probable que los usara poco, no es como si hubiera cobertura en la isla para poder llamar o ver su twiter, estaban tecnológicamente aislados, y quedarse mirando la pantalla de su teléfono como una boba esperando que por arte de magia llegue cobertura no era algo que Blair pudiera considerar como “planazo”. Sin embargo, estaba bien saber que al menos tendría batería suficiente para hacer buenas fotos.
Cuando entraron en el salón del banquete, casi le da un pasmo, nunca, en su vida, había visto tanta comida junta, y mira que había estado en hoteles con buffet, pero… Aquello superaba cualquier loca idea que pudiera tener sobre la definición de “festín”; y no estaba segura de que pudiera al menos probar un poco de todo. No era de esas mujeres obsesionadas con la dieta, siempre había creído que la clave estaba en una dieta equilibrada, en no abusar de los excesos y el ejercicio diario; pero por supuesto, cuidaba su línea y ahí se planteaba el primer gran problema de la noche. A ver con qué cara le decía a aquellas mujeres que ella no comía demasiado, menos mal que la túnica era holgada, luego le pediría a un sirviente que la llevara rodando hasta su habitación para echarse a morir.
Se sentó en el sitio que le indicaban, despachando las pertinentes fórmulas de cortesía a las presentes, a cada cual lo que le correspondía, y percatándose de la presencia de dos amazonas que no había visto antes, por su aspecto y situación, parecían familia de la princesa, o quizá sus protegidas, ignoraba como llevaban las amazonas eso de los lazos familiares o de la tutela, sus costumbres le resultaban extrañas y todavía tenía mucho que aprender sobre ellas. Miró con curiosidad a las músicos que tocaban instrumentos extraños. Se sentía como en una película de fantasía, en un sueño irreal, del que se despertaría con el peor empacho de su vida.
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Tema: Re: Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers]
Conociendo la Isla [Blair Van der Woodsen, Planaria Glamez, Steve Rogers]